Pinter, Harold - Retorno Al Hogar

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Especial

Harold Pinter Premio Nobel Literatura 2005

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Índice

(cada epígrafe es un hipervínculo. Clicando sobre él se va a la sección correspondiente)

Retorno al hogar (comedia en dos actos)  Acto Primero  Acto Segundo Dos opiniones a raíz del estreno de esta obra en Madrid Tres textos políticos de HP  La administración norteamericana es una bestia sedienta de sangre  God Bless America!  Eso nunca ocurrió Una entrevista política con Harold Pinter Noticias reacciones y comentarios  Prensa digital hispanoamericana  Prensa digital británica (en inglés) La web de Harold Pinter

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

El programa del estreno Broadway

La obra, en

Harold Pinter

Retorno al hogar (The homecoming) 1959 Comedia en dos actos

Traducción: Luis Escobar

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Personajes

MAX, un hombre de setenta años LENNY, poco más de treinta SAM, sesenta y tres JOEY, un hombre de veintitantos RUTH, una mujer de treinta TEDDY, un hombre de treinta y cinco

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

ACTO PRIMERO

Verano. Una vieja casa en el barrio norte de Londres. Un cuarto grande con toda la anchura del escenario. La pared de atrás, donde había una puerta, ha sido derribada y reemplazada por un gran dintel. Más allá, el vestíbulo, y en él una escalera ascendiendo hacia la izquierda muy a la vista. La puerta de entrada, a la derecha. Perchas, etc. En el cuarto, una ventana, a la derecha. Mesas y sillas distintas. Dos grandes butacones y un sofá, a la izquierda. Adosado a la pared, a la derecha, un aparador que en su parte alta tiene un espejo. Al fondo izquierda, una radiogramola. Es de noche. LENNY está sentado en el sofá con un periódico y un lápiz en la mano. Lleva un traje oscuro. De vez en cuando hace una marca en la última página del periódico. Entra MAX procedente de la cocina. Va hacia el aparador, abre el cajón de arriba, busca algo y lo cierra. Viste un chaleco de lana muy usado y una gorra. Lleva bastón. Viene a primer término y busca algo por el cuarto.

MAX ¿Qué has hecho con las tijeras? Pausa. Digo que estoy buscando las tijeras. ¿Qué has hecho con ellas? Pausa. ¿Me has oído? Quiero recortar una cosa del periódico. LENNY Estoy leyendo el periódico. MAX No de ese periódico. Ése no lo he leído. Hablo del periódico del domingo pasado. Lo estoy leyendo en la cocina. Pausa. ¿Oyes lo que te digo? ¡Te estoy hablando! ¿Dónde están las tijeras? LENNY (Mirándole tranquilamente.) ¿Por qué no te callas la boca y dejas de decir tonterías? MAX (Levanta el bastón y le apunta con él.) No me hables así. Te lo advierto. Se sienta en una butaca.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 El periódico anuncia unas camisetas de franela. Rebajadas. Sobrantes de la Marina. Me vendrían bien unas cuantas. Pausa. Ponme echando humo. Quiero fumar; dame un «plajo». Pausa. Te estoy pidiendo un pitillo. Mira lo que tengo. Saca un pitillo arrugado de su bolsillo. Me estoy volviendo viejo. Te lo aseguro. Lo enciende. ¿Tú crees que yo no he sido un tío? Hubiera podido con dos como tú. Todavía soy fuerte. Pregúntale a tu tío Sam cómo era. Pero al mismo tiempo siempre he tenido mucho corazón. Siempre. Pausa. Solía andar con un amigo llamado Mac Gregor. Yo le llamaba Mac. ¿Recuerdas a Mac? ¿Eh? Pausa. ¡Jo! Éramos los dos tipos más temidos del barrio. Como te lo digo; todavía tengo las cicatrices. Cuando entrábamos en algún sitio, todo el mundo se ponía de pie para dejarnos paso. Nunca has oído un silencio igual. Te prevengo que era un tío. Medía cerca de dos metros. Toda su familia eran Mac Gregor, de Escocia, pero él era el único a quien llamaba Mac. Pausa. Quería mucho a tu pobre madre, Mac. Mucho. Siempre le decía alguna chirigota. Pausa. Te prevengo que no era una mala mujer. Aunque yo no pudiera ni mirarle a esa cara tan fea que tenía, no era mala. En todo caso, le di los mejores años de mi vida. LENNY ¿Quieres cerrar la boca? Estoy intentado leer el periódico. MAX ¡Oye! Que te deslomo como me hables así. ¿Cuándo se ha visto? ¡Hablarle así a su viejo y asqueroso padre! LENNY Lo que pasa es que te estás chiflando. Pausa. ¿Qué te parece viento segundo para el tres treinta? MAX ¿Dónde? LENNY En Sandow Park. MAX No tiene ni una oportunidad. LENNY Sí que la tiene. MAX Ni la más remota. LENNY Es el ganador. 6

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 LENNY marca el periódico. MAX Habla de caballos. Pausa. Yo vivía en la pista. Una de las pasiones de mi vida. ¿Epsom? Lo conocía como la palma de la mano. Era una de las caras más conocidas del hipódromo. Qué vida maravillosa al aire libre. Pausa. Me habla de caballos. Tú no haces más que leer en los periódicos sus nombres. Pero yo les he palpado las crines, los he tenido, los he calmado antes de una gran carrera. Yo era el que solían llamar. Max, me decían, aquí hay un caballo con demasiada sangre, tú eres el único que lo puede calmar. ¡Y era verdad! Yo tenía un..., yo tenía un don para los animales. Debía haber sido entrenador. Me lo ofrecieron muchas veces, ¿sabes?, un trabajo en serio con el truque de... Bueno, he olvidado el nombre... uno de los truques. Pero tenía obligaciones familiares. La familia me necesitaba en casa. Pausa. Cuántas veces los he visto pasar la meta como un rayo. ¡Qué experiencia! Y no tengas cuidado que perdiera, me ganaba mi buen dinero, y ¿sabes por qué? Porque siempre he tenido el instinto del buen caballo, y no sólo con los potros, sino también con las yeguas. Porque las yeguas son más nerviosas que los potros y son menos de fiar. ¿Lo sabías? No, ¡tú qué vas a saber! Pero yo tenía un truco para conocer a la buena yegua. La miraba fijamente al ojo. Así. Me ponía delante de ella y la miraba así, derecho, al ojo. Era una especie de hipnotismo, y al mirarla así al fondo del ojo sabía si iba a ganar o no. Era un don. Pausa. Y me viene hablando de caballos. LENNY Padre, ¿te importa que cambie el disco? Pausa. Quiero preguntarte una cosa. Eso que hemos comido, lo que fuera, ¿cómo se llamaba? Pausa. ¿Por qué no compras un perro? Eres un cocinero para perros. De veras. Crees que guisas para una jauría. MAX Si no te gusta, no tienes más que largarte. LENNY Me voy a largar, en efecto, a comprar algo de comer. MAX Pues, entonces, ¡fuera!, ¿qué esperas? LENNY (Le mira.) ¿Qué has dicho? MAX He dicho que te largues. Fuera. Eso es lo que he dicho. LENNY Vas a salir tú primero, padre, como me hables en ese tono. 7

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 MAX ¿Tú crees, miserable? MAX trinca el bastón. LENNY ¡Oh papaíto, no me pegues! No me des con el palo, papá, por favor. No he sido yo; han sido los otros. Yo no he hecho nada, de verdad. No me pegues con ese palo, papi. Silencio. MAX se sienta encorvado. LENNY sigue leyendo el periódico. SAM viene de la calle. Viste uniforme de chófer. Cuelga la gorra en una percha del hall y entra en el cuarto. Se sienta y suspira. Hola, tío. SAM Hola. LENNY ¿Cómo estás, tío Sam? SAM Bien. Un poco cansado. LENNY ¿Cansado? No me extraña. ¿Dónde has estado? SAM En el aeropuerto. LENNY ¿Has ido hasta el aeropuerto? ¿Por la autopista? SAM Sí. He ido hasta allí. LENNY Tch, tch, tch. Comprendo que estés cansado, tío. SAM Lo malo son los conductores. LENNY ¡Claro! Eso mismo. Me refería a los conductores. SAM Te matan. Pausa. MAX Yo estoy aquí también. Aquí sentado. SAM Ya te veo. Pausa. SAM Llevé a un yanki hoy... al aeropuerto. LENNY Ah, ¿con que era un yanki? SAM Sí. Me ha tenido todo el día. Lo recogí en el Savoy a las doce y media, le llevé al Caprice a almorzar. Después del almuerzo le fui a buscar de nuevo, le llevé a una casa en Eaton Square — tenía que ver allí a un amigo — y luego al aeropuerto. LENNY 8

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 ¿A lo mejor tenía que tomar un avión? SAM Sí. Mira lo que me ha dado. Una caja de puros. Saca del bolsillo una caja de puros. MAX Déjame ver. SAM le enseña los puros. MAX coge uno, lo palpa, lo huele. Es un buen puro. SAM ¿Quieres uno? MAX y SAM encienden sendos puros. ¿Sabes lo que me dijo? Me dijo que era el mejor chófer que había conocido. El mejor. MAX ¿Desde qué punto de vista? SAM ¿Cómo? MAX ¿Desde qué punto de vista? LENNY Desde el punto de vista de su manera de conducir, papá, y de su sentido innato de cortesía, me imagino. MAX Encontró que conducías bien, ¿eh, Sam? Pues te dio un puro de primera. SAM Sí, encontró que era el mejor que nunca había conocido. Todos lo dicen, ¿sabes? Y no quieren otro. Siempre preguntan por mí. Dicen que soy el mejor chófer de la compañía. LENNY Estoy seguro de que los demás conductores se mueren de envidia. ¿Verdad, tío? SAM Me tienen envidia. Me tienen mucha envidia. MAX ¿Por qué? SAM Ya te lo he dicho. MAX No. No lo veo claro, Sam. ¿Por qué han de tenerte envidia los demás conductores? SAM Porque (A): Soy el que mejor conduce... (B): No me tomo libertades. Pausa. No me pongo pesado. ¿Comprendes? A estos financieros, hombres de negocios, no les gusta que el conductor les dé la lata. Les gusta repantigarse en el asiento de atrás y que les dejen descansar en paz. Después de todo van en un Humker Super Snipe y pueden permitírselo. Al mismo tiempo, sin embargo, y esto es lo que me da calidad..., sé entretenerlos cuando soy requerido. 9

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Pausa. Por ejemplo, le conté al cliente de hoy que había estado en la segunda guerra. No en la primera. Le dije que en la primera era demasiado joven. Pero le dije que había combatido en la segunda. Pausa. Pues resultó que él también. LENNY se pone de pie; va hacia el espejo y ajusta su corbata. LENNY Seguramente sería coronel o algo así en la aviación americana. SAM Sí. LENNY Probablemente un piloto de una superfortaleza volante, y ahora será un alto directivo de alguna empresa mundial aeronáutica. SAM Sí. LENNY Sí, ya me imagino al tipo. LENNY sale hacia la derecha. SAM Después de todo tengo experiencia. A los diecinueve conducía un carro de basura. Después estuve de camionero. Luego diez años de taxista, y cinco de chófer particular. MAX Es raro que no te hayas casado. Un hombre de tus cualidades. Pausa. ¿No te parece? Un hombre como tú. SAM Todavía hay tiempo. MAX ¿Lo hay? Pausa. SAM Te sorprenderías. MAX ¿A qué te has dedicado? ¿A darle pases a las clientas? SAM Yo no. MAX ¿En la trasera del Snipe? ¿Les has dado unas cuantas lecciones prácticas de lo que sabemos por aquí? SAM Yo no. MAX ¿En el asiento de atrás? ¿Cómo estaba el brazo del asiento, subido o bajado? SAM Nunca he hecho nada de eso en mi coche. MAX ¿Estás por encima de esas cosas? ¿Verdad, Sam? 10

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 SAM Claro. MAX ¿Por encima de darte un buen lote en el asiento de atrás? SAM Eso se lo dejo a otros. MAX ¿Se lo dejas a otros? ¿A qué otros? ¡So pasmado! SAM ¡Yo no ensucio mi coche! O el coche de mi jefe. ¡Como otros! MAX ¡Otros! ¿Qué otros? Pausa. SAM Otros. Pausa. MAX Cuando encuentres una novia que te convenga, Sam, dínoslo; no lo olvides. Le haremos una recepción de primera, te lo prometo. La puedes traer a vivir aquí, y puede hacernos felices a todos. La sacaríamos de paseo por turno. SAM Aquí no la traería. MAX Eso depende de ti, Sam. Puedes traerla aquí, o tomar una «suite» en el Dorchester. Allá tú. SAM No tengo novia. SAM se levanta, va al aparador y coge una manzana. La muerde. Está un poco seca. Mira afuera por la ventana. En todo caso, no una novia como la que tú tuviste. Por ahora. No. Como Lessy. Pausa. Después de todo salí con ella un par de veces. ¿No es así? La llevé por ahí una o dos veces en mi taxi. Era una mujer encantadora. Pausa. Era tu mujer, y sin embargo fueron las tardes más deliciosas que he pasado. La llevaba por ahí. Por gusto. MAX (Quedamente. Cerrando los ojos.) Cristo... SAM Solía parar en un tabanco y la convidaba a café. Era una compañera deliciosa. Por la puerta de la calle entra JOEY. Entra en el cuarto, se quita la chaqueta y la tira sobre una silla. Se queda parado de pie. Un silencio. JOEY Tengo hambre. 11

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 SAM Y yo. MAX ¿Quién creéis que soy? ¿Vuestra madre? ¿Eh? Francamente. Entrar aquí a cualquier hora del día o de la noche como animales. Id y buscaos una madre. LENNY ha vuelto y se queda también de pie. JOEY Me he estado entrenando en el gimnasio. SAM El chico ha trabajado todo el día y luego se ha entrenado. MAX ¿Y qué quieres, so bestia? Tú te has pasado el día sentado sobre las posaderas en el aeropuerto, anda y cómprate un pirulí. ¿Queréis que me pase aquí el día esperando para correr a la cocina en el momento en que entréis por esa puerta? Tienes sesenta y tres años, ya podías haber aprendido a guisar. SAM Sé guisar. MAX ¡Pues anda a guisar! Pausa. LENNY Lo que los chicos piden, papi, es ese punto especial de tu cocina, papi. Lo que añoran es ese extraordinario talento de cocinero que Dios te ha dado. MAX No me llames papi. Deja de una vez de llamarme papi. ¿Has oído? LENNY Pero si soy tu hijo. ¿Recuerdas cuando subías a darme las buenas noches? ¿A ti también te daba las buenas noches, Joey? Pausa. LENNY da media vuelta y se dirige hacia la puerta de la calle. MAX Lenny. LENNY (Volviéndose.) ¿Qué? MAX Ya te daré yo las buenas noches un día de éstos. Acuérdate de lo que te digo. Se miran. LENNY abre la puerta y sale. Un silencio. JOEY Me ha estado entrenando Bohluy Nodd. Pausa. Y también le he dado al saco. Pausa. No estoy mal de forma. MAX El boxeo es deporte de caballeros. Pausa. 12

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Voy a darte un consejo. Lo que tienes que hacer es aprender a defenderte y saber atacar. Ésa es la única ciencia del boxeo. Tú no sabes ni defenderte ni atacar. Pausa. Una vez que sepas eso irás derecho arriba. Pausa. JOEY Creo que ya sé algo... de eso. JOEY coge su chaqueta y sale por la escalera. Pausa. MAX Sam... ¿Por qué no te vas tú también? ¿Oyes? ¿Por qué no me dejáis todos en paz? SAM Quiero que quede una cosa clara en lo de Jessie, Max. Sí; quiero que quede claro. Cuando yo la sacaba en el taxi, estaba cuidando de ella por ti; cuando tú tenías que hacer. ¿Estamos? Y la enseñaba la ciudad. Pausa. Tú no te hubieras fiado de los otros hermanos. Como no te hubieras fiado de Mac, ¿verdad? Pero de mí sí te fiabas. Quiero recordártelo. Pausa. El viejo Mac murió hace unos años. ¿No? ¿Se ha muerto? Pausa. Era un malvado asqueroso. Un cobarde, un fanfarrón. Un hijo de Satanás. Eso sí, muy amigo tuyo. Pausa. MAX Oye, Sam... SAM ¿Qué? MAX ¿Por qué te aguanto aquí? No eres más que una basura. SAM ¿Sí? MAX Un desgraciado. SAM ¿Ah, sí? MAX En cuanto dejes de pagarme, o sea, cuando estés demasiado viejo para pagarme, ¿sabes lo que voy a hacer? Te voy a dar la patada. SAM Conque sí, ¿eh? MAX Sí. Te aguantaré mientras pagues. Pero el día en que la Compañía te eche, ya puedes irte con viento fresco. SAM Esta casa es tan mía como tuya. Era la casa de nuestra madre. MAX Una miseria detrás de otra. Una mierda tras otra. SAM 13

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 La casa de nuestro padre. MAX Mira lo que me ha tocado en suerte. Un cretino tras otro. Una ristra de tarados. Pausa. Nuestro padre. Lo recuerdo bien. No te preocupes. Venía a mí y se me quedaba mirando. Parece que lo estoy viendo. Me cogía en brazos y me zarandeaba. Yo era así de alto. Después me daba un trago y me limpiaba los morros. Me sonreía... Me daba azotitos en el trasero; me pasaba de una mano a otra, y me tiraba al aire y me recogía al caer. Vaya si me acuerdo de mi padre. Se apagan las luces. Vuelve la luz. Es de noche. TEDDY y RUTH están en el cuarto. Los dos van bien vestidos, con trajes claros de verano e impermeables claros. Dos maletas a su lado. Miran al cuarto. TEDDY hace saltar una llave en la mano. Sonríe. TEDDY La llave sirvió. Pausa. No han cambiado la cerradura. Pausa. RUTH No hay nadie. TEDDY (Mirando arriba.) Están durmiendo. RUTH ¿Puedo sentarme? TEDDY Naturalmente. RUTH Estoy cansada. Pausa. TEDDY Siéntate. Ella no se mueve. Ésa es la butaca de mi padre. RUTH ¿Ésa? TEDDY (Sonriendo.) Sí, ésa. No sé si subir a ver si está. Allí, en mi cuarto. RUTH No puede haberse ido. TEDDY Quiero decir a ver si está ahí mi cama. RUTH Puede haber alguien en ella. TEDDY 14

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 No. Tienen sus propias camas. Pausa. RUTH Quizá debieras despertar a alguien y decirles que has llegado. TEDDY ¿A esta hora de la noche? Es demasiado tarde. Pausa. ¿Subo? Va al hall, mira hacia arriba de la escalera y vuelve. ¿Por qué no te sientas? Pausa. Voy a subir... a ver. Sube la escalera cautelosamente. RUTH queda quieta, después anda un poco por el cuarto. Vuelve TEDDY. Está allí. Mi cuarto, vacío. La cama está ahí. ¿Qué haces? Ella le mira. Hay mantas pero no sábanas. He oído ronquidos. De veras. Ahí están todos todavía. Están todos arriba roncando. ¿Tienes frío? RUTH No. TEDDY ¿Quieres que te dé algo de beber? ¿Algo caliente? RUTH No. No quiero nada. TEDDY (Va y viene por el cuarto.) ¿Qué te parece este cuarto? Grande, ¿verdad? Es una casa grande, y este cuarto está bien. ¿No te parece? Ahí había una pared... con una puerta. La tiramos... hace años... para hacer un living grande. No afectó a la estructura, como ves. Mi madre ya había muerto. RUTH se sienta. ¿Cansada? RUTH Un poco. TEDDY Podemos subir a acostarnos. No hay por qué despertar a nadie ahora. Sólo acostarnos. Los veremos por la mañana... Veré a mi padre por la mañana. Pausa. RUTH ¿Quieres quedarte? TEDDY ¿Quedarme? Pausa. Hemos venido a quedarnos. Pensábamos quedarnos... Unos cuantos días. RUTH Quizá... Los niños... Nos estén echando de menos. TEDDY ¡Qué bobada! 15

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 RUTH Quizá. TEDDY Volveremos dentro de pocos días. ¿No es cierto? Anda por el cuarto. Nada ha cambiado. Todo está igual. Pausa. Se llevará una sorpresa mañana. ¿No crees? El viejo. Yo creo que le vas a querer. De veras. Es un poco... ¿cómo te diría?... Bueno, viejo, claro. Pero ahí sigue. Pausa. He nacido aquí. ¿Te das cuenta? RUTH Ya lo sé. Pausa. TEDDY ¿Por qué no te vas a la cama? Buscaré unas sábanas. Yo... no tengo sueño... ¿No es raro? Creo que me quedaré un rato aquí. ¿Estás cansada? RUTH No. TEDDY Vete a la cama. Te enseñaré el cuarto. RUTH No. No quiero. TEDDY Estarás perfectamente. De verdad. Yo no tardaré. Mira. Es justamente aquí arriba. La primera puerta. El baño está al lado, la puerta siguiente. Anda... Necesitas descansar. Pausa. Yo quiero... andar un poco. ¿Te importa? RUTH Claro que no. TEDDY Bueno, pues... ¿Te llevo al cuarto? RUTH No; estoy bien aquí. TEDDY Si no quieres, no tienes que ir al cuarto. No digo que tengas que ir. Puedes quedarte aquí conmigo. Quizás haga una taza de té. La cuestión es no hacer ruido para no despertarlos. RUTH Yo no hago ningún ruido. TEDDY Ya lo sé. Va hacia ella. Con cariño. Mira, todo está en orden... Yo estoy aquí... Quiero decir... estoy aquí contigo. No hay por qué ponerse nerviosos. ¿Estás nerviosa? RUTH No. 16

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 TEDDY No hay por qué. Pausa. Son muy cariñosos, de verdad, muy cariñosos. Es mi familia. No son unos ogros. Pausa. Bueno. Quizá debamos irnos a la cama. Después de todo tenemos que madrugar, para ver a papá. No estaría bien que nos encontrara en la cama. Ríe. Tendremos que levantarnos antes de las seis para bajar a saludarle. Pausa. RUTH Voy a tomar un poco el aire. TEDDY ¿El aire? Pausa. ¿Qué quieres decir? RUTH Voy a dar una vuelta. TEDDY ¿A estas horas?... Pero si acabamos de llegar. Debemos subir a acostarnos. RUTH Tengo ganas de tomar un poco el aire. TEDDY Yo me voy a la cama. RUTH Perfectamente. TEDDY Pero... ¿por qué? Yo no tengo ganas de tomar el aire. RUTH Yo sí. TEDDY Estarde. RUTH No iré lejos. Volveré. Pausa. TEDDY Te esperaré levantado. RUTH ¿Por qué? TEDDY No voy a acostarme sin ti. RUTH ¿Me das la llave? Él se la da. ¿Por qué no te acuestas? Él pone las manos en sus hombros y la besa. Se miran un instante; ella sonríe. 17

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 No tardaré. Sale por la puerta de la calle. TEDDY va a una ventana y la mira. Después se aleja de la ventana y queda quieto. Bruscamente se muerde los puños. LENNY sale de un cuarto de abajo, a la izquierda. Lleva pijama y bata. Se queda observando a TEDDY. TEDDY se vuelve y le ve. Breve pausa. TEDDY Hola, Lenny. LENNY Hola, Teddy. Pausa. TEDDY No te he oído bajar. LENNY No he bajado. Pausa. Ahora duermo ahí. Tengo una especie de estudio. Cuarto de trabajo y dormitorio. TEDDY Espero... no haberte despertado. LENNY No. Esta noche me he acostado temprano. Y ya sabes. No puedo dormir. Pausa. TEDDY ¿Cómo estás? LENNY Ya te digo, un poco de insomnio. Esta noche al menos. TEDDY ¿Pesadillas? LENNY No, no es que soñara. No era un sueño. Es algo que me despierta de cuando en cuando. Una especie de tictac. TEDDY Un tictac. LENNY Sí. TEDDY Pero, ¿qué es? Pausa. LENNY No lo sé. Pausa. TEDDY ¿Hay un reloj en tu cuarto? LENNY Sí. TEDDY Quizá sea el reloj. 18

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 LENNY Sí; supongo. Quizá... Pausa. Bueno. Si es el reloj, habrá que buscar remedio. Siempre podré hacer algo para que no suene. Pausa. TEDDY Acabo de regresar... por unos días. LENNY ¿Ah, sí? ¡Claro! Pausa. TEDDY ¿Cómo está el viejo? LENNY Como una rosa. Pausa. TEDDY A mí me ha ido bien. LENNY Sí. ¿Verdad? Pausa. ¿O sea, que te quedas esta noche? TEDDY Sí. LENNY Puedes dormir en tu antiguo cuarto. TEDDY Sí, ya he subido. LENNY Sí. Puedes dormir ahí. LENNY bosteza. En fin... TEDDY Me voy a la cama. LENNY ¿Te vas? TEDDY Sí, me voy a dormir. LENNY Yo también. TEDDY coge las maletas. Te ayudo. TEDDY No. No pesan mucho. TEDDY va al hall con las maletas. LENNY apaga la luz del cuarto de estar. Las luces del hall quedan encendidas. LENNY le siguió al hall. LENNY ¿No quieres nada? TEDDY 19

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 ¿Hum? LENNY ¿No quieres nada? ¿Un vaso de agua o algo? TEDDY ¿Sabes dónde hay sábanas? LENNY En el armario de tu cuarto. TEDDY ¡Ah, estupendo! LENNY Es un cuarto en el que, a veces, se quedan amigos míos, cuando están de paso. LENNY apaga la luz del hall y enciende la del primer descansillo. TEDDY empieza a subir las escaleras. TEDDY Te veo mañana en el desayuno, entonces. LENNY Eso es. Hasta mañana. TEDDY sube. LENNY se va por la izquierda. Se apaga la luz del descansillo. Leve luz del exterior en el hall y en el cuarto. LENNY vuelve, va a la ventana y mira afuera. Deja la ventana y enciende una lámpara. En la mano tiene un pequeño reloj de mesa. Se sienta, pone el reloj frente a él y enciende un pitillo. RUTH entra por la puerta de la calle. Se queda parada. LENNY vuelve la cabeza y sonríe. Ella avanza despacio. LENNY Buenas noches. RUTH Días, casi. LENNY Es verdad. Pausa. Me llamo Lenny. RUTH Yo, Ruth. Se sienta y se envuelve en su abrigo. LENNY ¿Frío? RUTH No. LENNY Ha sido un buen verano, ¿verdad? Extraordinario. Pausa. ¿Quiere tomar algo? Una copa, un aperitivo o algo así. RUTH No, gracias. LENNY Me alegro, porque no creo que haya nada de beber en casa. Eso sí, si viene alguien o se organiza alguna especie de fiesta, en seguida sé dónde procurármelo... 20

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Pausa. Debe de estar conectada de algún modo con mi hermano, con el que se marchó. RUTH Soy su mujer. LENNY Escuche. A ver si puede ayudarme. Me está dando la lata este reloj. El tictac me ha tenido despierto. Pero la cosa es que no estoy convencido de que sea el reloj; quiero decir que hay muchas cosas que también hacen tictac por la noche. ¿No le parece? Toda clase de objetos que de día nos parecen corrientes y vulgares y no nos preocupan. Pero de noche cualquiera de ellos es susceptible de empezar a hacer tictac. Se ven esos objetos de día y son totalmente corrientes. De día están tan quietecitos... Así que..., en realidad, esta idea mía tal vez sea una falsa hipótesis. Va al aparador. Coge una jarra de agua y llena un vaso. Aquí tiene. Apuesto a que le apetece. RUTH ¿Qué es? LENNY Agua. Coge el vaso, lo prueba y luego lo deja en alguna mesa. LENNY la observa. ¿No es curioso? Yo, en pijama; y usted totalmente vestida... Va hacia el aparador y se sirve también agua. Voy a beber yo también. Ha sido divertido ver a mi hermano después de todos estos años. Es la medicina que mi padre necesita. Se va a poner así de ancho mañana por la mañana cuando se encuentre con su hijo mayor. Yo también me sorprendí. ¡Viejo Teddy! Yo le hacía en América. RUTH Estamos haciendo un viaje por Europa. LENNY ¿Cómo? ¿Los dos? RUTH Sí. LENNY ¿Entonces están viviendo juntos? RUTH Estamos casados. LENNY Conque viajando por Europa, ¿eh? ¿Han visto mucho? RUTH Llegamos de Italia. LENNY ¿Han estado ya en Italia? Y la ha traído aquí a conocer a la familia, ¿verdad? Pues el viejo se va a poner contento. Se lo aseguro. RUTH Me alegro. LENNY 21

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 ¿Cómo dice? RUTH Que me alegro. Pausa. LENNY ¿Dónde han estado de Italia? RUTH En Venecia. LENNY ¿En mi querida Venecia? ¡Qué curioso! Siempre he pensado que, si hubiera sido soldado en la guerra — digamos en la campaña de Italia —, habría estado en Venecia. Siempre he tenido esa sensación. La cosa es que era demasiado joven para hacer la guerra, era un niño; pero, de no haber sido por eso, estoy seguro de que hubiera estado en Venecia. Sí, con mi batallón. ¿Le importa que le coja la mano? RUTH ¿Por qué? LENNY Nada. Por el tacto. Se levanta y va hacia ella. RUTH ¿Por qué? Él la mira, de pie junto a ella. LENNY Le diré por qué. Breve pausa. Una noche, no hace mucho, una noche, en los muelles, estaba yo bajo un arco, mirando todo el jaleo del puerto, cuando cierta señora se acercó a mí para hacerme cierta proposición. Esa señora me había estado buscando durante muchos días y me había perdido la pista. Pero la cosa es que dio conmigo, y al encontrarme me hizo esa proposición. Bueno, la proposición no tenía nada de particular, y, normalmente, yo la hubiera suscrito. Quiero decir que la hubiera aceptado en circunstancias normales. Pero el caso es que estaba sifilítica perdida. Así que la rechacé. Pues la señora empezó a tomarse libertades conmigo allí, bajo el arco; libertades que, en esas circunstancias, yo no podía tolerar, así que le di un golpe. En ese momento pensé acabar con ella, ¿comprende? Pensé matarla, y, tal como están los crímenes, era lo más sencillo. Su chófer, que me había localizado, se había ido a beber a una taberna, o sea que la señora y yo estábamos solos bajo aquel arco; las gentes del puerto, lejos, sin novedad en el frente, y nosotros dos solos, de pie bajo aquel arco; bueno, ella estaba de bruces después del golpe que la había dado. Resumiendo: todo estaba a mi favor para matarla. No había que preocuparse del chófer; el chófer no hubiera hablado; era un viejo amigo de la familia. Pero... al fin pensé... ¡Bah! Para qué meterse en esas complicaciones, ya sabe, hacer desaparecer el cuerpo y todo eso y pasar por esa tensión. Conque le di otro en la cara, dos o tres más con el pie, y lo dejé en eso. RUTH 22

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 ¿Cómo sabía que estaba enferma? LENNY ¿Cómo lo sabía? Pausa. Decidí que lo estaba. Silencio. Usted y mi hermano son recién casados, ¿verdad? RUTH Llevamos casados seis años. LENNY Siempre ha sido mi hermano favorito. ¡Viejo Teddy! ¿Lo sabía? ¡Ahí es nada! Doctor en filosofía, y eso... impresiona. Claro, él es un hombre de mucha sensibilidad. Mucha. Ya me gustaría a mí ser tan sensible como él. RUTH ¿Le gustaría? LENNY Sí. ¡Ya lo creo! Quiero decir; no es que yo no tenga sensibilidad. La tengo. Pero podría tener un poco más. Podría con ello. RUTH ¿Podría? LENNY Un poco más. Sólo un poco. Pausa. Quiero decir que soy muy sensible a la atmósfera, pero de pronto me desensibilizo, a ver si me comprende, cuando veo que la gente intenta abusar. Por ejemplo, en las últimas Navidades decidí colaborar con el Ayuntamiento en juntar la nieve, porque había caído mucha. No es que necesitara hacerlo — económicamente —, sino que me dio por ahí. Me atraía pensar en el frío seco de la mañana, y tuve razón. Conque me puse mis botas, y ahí estaba en una esquina, a las cinco y media, esperando que viniera un camión a llevarnos al área que nos correspondía. ¡No helaba ni nada! Bueno, llegó el camión, subí delante y allá nos fuimos en la noche, con los faros todavía encendidos. Llegamos y nos dieron los picos y las palas y empezamos a entendérnoslas con la nieve mucho antes del amanecer. Bueno, pues aquella mañana, mientras tomaba una taza de té en un bar del barrio, me viene una señora anciana a pedirme que le echara una mano para mover un fogón que quería trasladar a otro cuarto. Como yo estaba de buenas, me fui con ella tomando del tiempo que nos habían dado de descanso. Vivía allí mismo, al fondo de la calle. Pero la cosa es que, cuando llegué, no podía con el fogón, que era de hierro y pesaba lo menos media tonelada, y la señora pretendía que lo había metido ahí su cuñado solo, que sería un hijo de... su madre. Conque ahí me tiene a mí luchando con el fogón, a riesgo de herniarme, y la señora sin mover un dedo y diciendo «hala, hala». Hasta que me hartó y la dejé. Lo mejor es que se meta el fogón donde la quepa. Y en todo caso es un trasto viejo y es mejor que afloje la mosca y se compre una cocina decente. Tentado estuve de darle una de cuello vuelto, pero como lo de la nieve me había puesto de buen talante, le di así 23

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 con el codo y me largué. Perdone, ¿le molesta ese cenicero? RUTH No me molesta nada. LENNY Parece que está en el camino de su vaso y que se puede caer el vaso; o el cenicero. Me da miedo por la alfombra. No soy yo, es mi padre. Detesta las manchas, conque, como por el momento no fuma, me llevo el cenicero. Lo hace. Y ahora quizá me lleve también el vaso. RUTH No he terminado. LENNY Yo creo que ya ha bebido bastante. RUTH No, no he terminado. LENNY Yo creo que sí. RUTH Yo creo que no, Leonardo. Pausa. LEN NY Haga el favor de no llamarme eso. RUTH ¿Por qué no? LENNY Así es como me llamaba mi madre. Pausa. Déme ese vaso. RUTH No. Pausa. LENNY Si no me lo da, lo tomaré. RUTH Si tomas mi vaso..., te tomaré yo a ti. Pausa. LENNY ¿Qué pasa si me llevo el vaso sin que usted me tome? RUTH ¿Porque no te tomo yo, sencillamente? Pausa. LENNY Bromea. Pausa. En todo caso está enamorada de otro hombre. Ha tenido un lío en secreto con otro hombre. La familia de él ni siquiera se enteró. Aquí llega sin avisar y empieza a traer complicaciones. Ella coge el vaso y lo levanta hacia él. RUTH 24

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Bebe. Bebe de mi vaso. Él no se mueve. Siéntate aquí. Le indica sus piernas. Y bebe de mi vaso. Pausa. Se pone de pie y va hacia él con el vaso. Echa la cabeza hacia atrás y abre la boca. LENNY Quita ese vaso de delante. RUTH Túmbate en el suelo y yo te lo echaré poco a poco en la boca. LENNY ¿De qué se trata? ¿De hacerme proposiciones? Ella ríe un momento y luego bebe hasta el fondo del vaso. RUTH ¡Que sed tenía! Le sonríe. Deja el vaso, va hacia el hall y sube la escalera. Él la sigue hasta el hall y grita hacia la escalera. LENNY ¿De qué se trataba? ¿De hacerme proposiciones? Silencio. Vuelve al cuarto, va hacia su propio vaso y lo bebe todo. Se oye golpear una puerta arriba. Se enciende la luz del descansillo. MAX baja la escalera en pijama y gorro de dormir. MAX ¿Qué es lo que pasa? ¿Estás borracho? Se queda mirando a LENNY. ¿Por qué gritas a estas horas por la casa? ¿Te has vuelto loco? LENNY Pensaba en alta voz. MAX ¿Está ahí Joey? ¿Te peleabas con Joey? LENNY ¿No me has oído, papá? Te lo he dicho, que estaba pensando en alta voz. MAX Pues pensabas tan alto que me has sacado de la cama. LENNY Mira... ¿Por qué no lo dejas? MAX ¿Por qué no lo dejas? Me despierta a media noche; me levanto sobresaltado creyendo que hay ladrones; me lo imagino con un cuchillo clavado en la espalda, bajo aquí y me dice que lo deje. LENNY se sienta. Y le hablaba a alguien. Pero, ¿a quién? Están todos durmiendo. Pero hablaba con alguien y no me lo dirá. Pretende que «pensaba en alto». ¿Estás escondiendo a alguien? LENNY Estaba sonámbulo. Anda, déjalo. No te preocupes. MAX Quiero la verdad. Y que me digas a quién andas escondiendo. 25

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Pausa. LENNY Te diré una cosa, papá, puesto que tienes ganas de conversación. Voy a preguntarte algo que he querido saber hace algún tiempo. Esa noche..., ya sabes..., la noche que me hiciste..., esa noche con mamá, ¿cómo fue? ¿Eh? Cuando yo era sólo un brillo en tu ojo, ¿cómo ocurrió? ¿Cómo fue la cosa? Quiero saber todos los detalles de mi origen, ¿comprendes? ¿Me tenías en aquel momento presente? ¿O era lo último en que pensabas? Pausa. Te lo pregunto por pura curiosidad, ya me comprendes. Es una cosa por la que siento curiosidad, y a mucha gente de mi generación le ocurre lo mismo. Muchas veces piensan en ello, bien solos o en compañía, y quieren conocer los detalles de esta particular noche en que fueron hechos a la imagen de dos personas puestas «a ello». Debería habértelo preguntado antes, ¿lo comprendes? Pero como esta noche tenemos ocasión de hablar, ¿por qué no aprovecharla? Pausa. MAX Te ahogarás en tu propia sangre. LENNY Si prefieres contestarme por escrito, a mí me da igual. MAX, quieto, le mira. Se lo hubiera debido preguntar a mi madre. ¿Por qué no se lo pregunté a mi querida madre? Ahora ya es tarde. Está del otro lado. MAX lo escupe. LENNY mira la alfombra. Mira lo que has hecho. Tendrás que limpiarlo mañana. MAX da media vuelta y sube la escalera. LENNY queda inmóvil. Se apaga la luz. Vuelve la luz. Es por la mañana. JOEY está frente al espejo. Despacio, hace unos cuantos ejercicios mímicos de boxeo. Se para, se peina muy cuidadosamente. Después sigue con los ejercicios mímicos de boxeo mirándose al espejo. MAX viene de la parte izquierda. Tanto él como JOEY están ya vestidos. MAX observa a JOEY boxear. Éste se detiene, recoge un periódico y se sienta. Silencio. MAX Detesto este cuarto. Pausa. Me gusta la cocina. Ahí se está bien. Es confortable. Pausa. Pero ahí no hay quien pare. ¿Sabes por qué? Porque él está siempre lavando y fregando platos, y me saca de tino. JOEY ¿Por qué no te traes aquí el té? MAX No quiero traer el té aquí. Te he dicho que detesto este cuarto. Quiero 26

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 tomar mi té allí. Va hacia el hall y mira hacia la cocina. Pero, ¿qué es lo que hace? Vuelve. ¿Qué hora es? JOEY Las seis y media. MAX Las seis y media. Pausa. Voy a ver un partido de fútbol esta tarde. ¿Quieres venir? Pausa. Te estoy hablando. JOEY Tengo un entrenamiento. Voy a hacer seis «rounds» con Blanchie. MAX Pero eso no es hasta las tres. Te da tiempo de venir antes al fútbol. Es el primer partido de la temporada. JOEY No. No voy a ir. Pausa. MAX va hacia el hall. Ven aquí, Sam. Entra SAM con una toalla. SAM ¿Qué? MAX ¿Qué es lo que haces? SAM Estoy fregando. MAX ¿Y qué más? SAM Tirando tus desperdicios. MAX Conque tirando los desperdicios, ¿eh? SAM Exactamente. MAX ¿Qué pretendes probar con eso? SAM Absolutamente nada. MAX ¡Oh, ya lo creo! Te molesta hacer mi desayuno, ¿verdad? Por eso estás por la cocina frotando las sartenes, tirando la basura, fregando los platos, fregando la tetera..., siempre igual todas las cochinas mañanas. Ya lo sé. Pues escucha, Sam, voy a decirte algo. De todo corazón. Se le acerca. Quiero que te desprendas de ese resentimiento que tienes hacia mí. Quisiera comprenderlo. Honradamente, ¿te he dado alguna vez 27

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 motivos? Jamás. Cuando papá murió, me dijo: «Max, cuida de tus hermanos». Eso me dijo exactamente. SAM ¿Cómo pudo decirte eso si estaba muerto? MAX ¿Qué? SAM Que cómo podía hablar si había muerto. Pausa. MAX Antes de morir, Sam, justo antes. Fueron sus últimas palabras. Un segundo después de pronunciarlas... ya era un hombre muerto. ¿Crees que bromeo? ¿Tú me crees capaz de no cumplir lo que mi padre me encargó en su lecho de muerte? ¿Has oído, Joey? No se detiene ante nada. Es capaz de escupir sobre la memoria de su padre. ¿Qué clase de hijo eres, que te pasas el tiempo resolviendo crucigramas? Te metimos en la carnicería y no servías ni para barrer la puerta. Metimos a Mac Gregor, y al cabo de la semana era capaz de llevar la tienda. Pues mira, voy a decirte una cosa. Yo respetaba a mi padre, no sólo porque era todo un hombre, sino porque era un carnicero de primer orden. Y para probarlo le seguí a la tienda. Aprendí a mondar huesos en las rodillas. Honré su nombre con sangre. He criado a tres hijos. Todos míos. Y tú, ¿qué has hecho? Pausa. ¿Qué has hecho tú? ¡Estornino! SAM ¿Quieres terminar de fregar? Aquí tienes el paño. MAX Conque trata de curarte ese resentimiento, Sam. Al fin y al cabo somos hermanos. SAM ¿Quieres el paño? Ahí lo tienes. TEDDY y RUTH bajan la escalera. Avanzan por el hall y se detienen al entrar en el cuarto. Los otros se vuelven y se les quedan mirando. JOEY se pone de pie. TEDDY y RUTH van en bata. Silencio. TEDDY sonríe. TEDDY Hola..., papá... Nos hemos dormido. Pausa. ¿Qué hay de desayuno? Silencio. TEDDY ríe. Se nos pegaron las sábanas. MAX se vuelve hacia SAM. MAX ¿Sabías tú que estaba aquí? SAM No. MAX se vuelve a JOEY. MAX ¿Tú lo sabías? 28

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Pausa. Te pregunto a ti si sabías que estaba aquí. JOEY No. MAX Entonces, ¿quién lo sabía? Pausa. ¿Quién? Pausa. Yo, ciertamente, no. TEDDY Yo pensaba bajar, papá. Yo pensaba... estar ya aquí cuando tú bajaras. Pausa. ¿Cómo estás? Pausa. Ejem..., quiero... quiero que conozcas... MAX ¿Desde cuándo estás en esta casa? TEDDY Toda la noche. MAX ¿Toda la noche? Por lo visto soy un monigote. ¿Cómo has entrado? TEDDY Conservaba mi llave. MAX silba y se ríe. MAX ¿Quién es ésta? TEDDY Justamente iba a presentarte. MAX ¿Quién te autorizó a venir con zorras? TEDDY ¿Zorras? MAX ¿Quién te autorizó a venir aquí con una zorra? TEDDY Escucha, no digas tonterías... MAX ¿Has estado aquí toda la noche? TEDDY Sí; llegamos de Venecia... MAX Hemos tenido a una tía zorra toda la noche en mi casa. Hemos tenido a una prostituta toda la noche en mi casa. TEDDY Pero, ¿qué dices? ¿De qué hablas? MAX Hace seis años que no veo a este punto. Viene a casa sin decir una palabra y me trae a una tía de la calle para refocilarse en mi casa. 29

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 TEDDY ¡Es mi mujer! ¡Estamos casados! Pausa. MAX Nunca he consentido prostitutas bajo mi techo. Nunca, desde que murió tu madre. Palabra de honor. A JOEY. ¿Has traído tú alguna vez una prostituta? ¿La ha traído Lenny? Vienen de América y se traen una furcia. A TEDDY. Llévate esa basura. Quítala de mi vista. TEDDY Es mi esposa. MAX (A JOEY.) Échalos a la calle. Doctor en Filosofía. ¿Quieres conocer a un doctor en Filosofía, Sam? A JOEY. He dicho que los eches. Pausa. ¿Qué pasa? ¿Estás sonso? JOEY Eres un viejo chocho. A TEDDY. Está chocho. LENNY entra en el cuarto. Está en bata. Se detiene. Todos se vuelven. MAX va a JOEY y le pega con toda su fuerza un puñetazo en el estómago. JOEY se contorsiona y tambalea por el dolor. MAX, con el esfuerzo, casi se desploma. Sus rodillas se doblan. Agarra su bastón. SAM se acerca a auxiliarle. MAX le pega un bastonazo en la cabeza. SAM cae en una silla con la cabeza entre las manos. JOEY, con las manos sobre el estómago, cae a los pies de RUTH. RUTH le mira. LENNY y TEDDY están quietos. JOEY se pone de pie. Está junto a RUTH. Se vuelve a mirar a MAX. SAM se agarra la cabeza. MAX respira fatigosamente y muy despacio se pone de pie. JOEY se acerca a él. Los dos hombres se miran. Un silencio. MAX pasa ante JOEY y se dirige hacia RUTH. Le hace un gesto con el bastón. MAX Señorita. RUTH se acerca a él. RUTH ¿Sí? La mira. MAX ¿Hijos? RUTH Sí. MAX ¿Cuántos? RUTH 30

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Tres. MAX (Se vuelve a TEDDY.) ¿Todos tuyos? Pausa. Teddy, ¿por qué no nos damos un abrazo? ¿Eh? Como en los viejos tiempos. ¿No quieres darme un abrazo? TEDDY Por mí... Pausa. MAX ¿No quieres dar un abrazo a tu padre? ¿No quieres abrazar a tu viejo padre? TEDDY Adelante. TEDDY avanza un paso hacia él. Vamos. Pausa. MAX Todavía quieres a tu padre, ¿verdad? Se miran. TEDDY Vamos, padre. Yo estoy dispuesto a ese abrazo. MAX empieza a reír. Se vuelve hacia su familia y se dirige a todos en general. MAX ¡Todavía quiere a su padre!

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

ACTO SEGUNDO

POR

LA TARDE.

MAX, TEDDY, LENNY y SAM están encendiendo cigarrillos. JOEY viene de la izquierda llevando una bandeja con servicio de café, seguido de RUTH. Pone la bandeja en una mesa y RUTH sirve café a todos. Se sienta después con su taza. MAX le sonríe.

RUTH Estaba muy bueno el almuerzo. MAX Celebro que te haya gustado. A los demás. ¿Habéis oído? A RUTH. Lo he hecho con todo el corazón y con toda el alma. Prueba el café. Y el café es excelente. RUTH Gracias. Pausa. MAX Tengo la impresión de que debes ser una gran cocinera. RUTH No se me da mal. MAX No. Tengo la impresión de que eres una cocinera de primer orden. ¿Tengo razón, Teddy? TEDDY Sí. Guisa muy bien. Pausa. MAX ¡Bueno! Hace tiempo que no estaba la familia reunida. ¡Si vuestra madre viviera! ¿Eh? ¿Qué te parece, Sam? ¿Qué diría Lessy si viviera? ¡Si estuviera aquí sentada con sus tres hijos! Tres hombretones y una nuera encantadora. La única pena es que no estén aquí los nietos. ¡Cómo los hubiera mimado y acariciado! ¿No es verdad, Sam? ¡Cómo se hubiera divertido con ellos; lo que hubieran jugado y los cuentos que les habría contado! Se habría vuelto loca. A RUTH. Te prevengo que a estos chicos les ha enseñado todo lo que saben. 32

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Toda su moral se la enseñó ella. Como te lo digo. Todo el código moral con el que viven lo aprendieron de su madre y tenía el corazón para mantenerlo. ¡Qué gran corazón! ¿Verdad, Sam? Mira, no me gusta andar con rodeos: esa mujer era la espina dorsal de la familia. Yo estaba ocupado las veinticuatro horas del día con la tienda, de aquí para allá, comprando la carne yo hacía mi camino, pero dejaba una mujer en casa con una voluntad de hierro, un corazón de oro y un talento... ¿Verdad, Sam? Pausa. ¡Qué talento! Pausa. Te prevengo que yo era generoso con ella. Nunca le faltaba algún dinero. Me acuerdo de un año en que entré en tratos con un grupo de carniceros de primer orden, con relaciones continentales. Iba a asociarme con ellos. Recuerdo la noche que volví a casa. No dije nada. Primero di un baño a Lenny, después a Teddy, y luego a Joey. Lo que nos divertíamos en el baño. ¿Eh, chicos? Después bajé aquí y puse a Lessy de pie sobre un puf. Por cierto, ¿qué se ha hecho de ese puf? No lo he visto hace años. La puse de pie en el puf y le dije: Lessy, me parece que nuestro barco va a llegar a buen puerto. Te voy a regalar un vestido de seda azul todo bordado de perlas, y, para diario, unos pantalones con flores de color malva. Después le di una copa de coñac. Los chicos bajaron en pijama, con el pelo y la cara relucientes — todavía no se afeitaban — y se quedaron en cuclillas a nuestros pies. Los de Lessy y los míos. Parecía nochebuena. Pausa. RUTH ¿Y qué fue del grupo de carniceros? MAX ¿El grupo? Resultaron un atajo de sinvergüenzas, como todo el mundo. Pausa. Qué puro más malo. Lo apaga. Se vuelve a SAM. ¿A qué hora vas a trabajar? SAM Pronto. MAX Tienes trabajo esta tarde, ¿no? SAM Sí, ya lo sé. MAX ¿Qué quiere decir «ya lo sé»? Llegarás tarde. Perderás tu puesto. ¿Qué pretendes? ¿Humillarme? SAM No te preocupes por mí. MAX Es que me revuelve la bilis. La bilis, ¿me entiendes? A RUTH. He trabajado de carnicero mi vida entera, con la cuchilla y la tabla, 33

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 ¿comprendes? La cuchilla y la tabla. Para mantener con lujo a mi familia. ¡Dos familias! Porque mi madre estaba ida, y mis hermanos eran todos inválidos. Yo tenía que ganar dinero para los mejores psiquiatras, ¡y tenía que leer libros! Tenía que estudiar la enfermedad para estar al tanto en cualquier contingencia. Una familia tarada, tres hijos golfantes, una prostituta por mujer, y no me hables de los dolores del parto, porque los he sufrido, y todavía me duele aquí, en la espalda, cuando toso. Y todo esto con un mariconazo de hermano que no se preocupa ni de llegar a tiempo a su trabajo. ¡El mejor chófer del mundo! Toda la vida sentado al volante haciendo señales preciosas con la mano. ¿Llamas a eso trabajar? Este hombre no sabe de la misa la mitad. SAM ¡Ve y pregúntales a mis clientes! Soy el único que piden. MAX ¿Y qué hacen los otros conductores? ¿Tocarse la panza? SAM No puedo conducir más que un coche a la vez. No puedo llevarles a todos a un tiempo. MAX Tú has podido con muchos a un tiempo. Que te han visto muchas veces por los muelles. SAM ¿A mí? MAX No has hecho tú pocas cosas por dos billetes y un café. SAM Me insulta. Insulta a su propio hermano. Tengo que llevar a un cliente al castillo de Windsor. MAX ¿Sabes quién sabía guiar? ¡Mac Gregor! ¡Mac Gregor! sí que era un conductor. SAM No lo crea. MAX le señala con el bastón. MAX Ni siquiera luchó en la guerra. Este hombre ni siquiera luchó en la cochina guerra. SAM ¡Sí luché! MAX ¿A quién mataste? Silencio. SAM se levanta, da la mano a RUTH y sale por la puerta de la calle. MAX se vuelve a TEDDY. Bueno. ¿Cómo te ha ido, hijo? TEDDY Me ha ido muy bien, padre. MAX Me alegro de tenerte aquí, hijo. TEDDY 34

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Me alegro de estar de vuelta, padre. Pausa. MAX Debías haberme dicho que te habías casado. Te hubiera enviado un regalo. ¿Dónde fue la boda? ¿En América? TEDDY No. Aquí. El día antes de marcharnos. MAX ¿Os casasteis con gran pompa? TEDDY No. No fue nadie. MAX Estás loco. Yo os hubiera casado por todo lo alto. Hubieras tenido a la crema de la crema. Yo hubiera pagado todos los gastos. Palabra de honor. Pausa. TEDDY Estabas muy ocupado por entonces. No quise molestarte. MAX Pero tú eres mi carne y mi sangre. Eres mi primogénito. Por vosotros lo hubiera dejado todo. Sam te hubiera llevado en su coche. Lenny hubiera sido tu padrino, y hubiéramos ido todos a despedirte al barco. No pensarás que estoy en contra del matrimonio, ¿verdad? No seas tonto. A RUTH. Durante años he estado rogando a estos dos muchachos que buscaran a una chica muy femenina con buenas credenciales. Hace a la vida digna de ser vivida. A TEDDY. En todo caso ya no tiene remedio. Supiste elegir. Tienes una familia maravillosa y una maravillosa carrera. Así que, a lo hecho, pecho. Pausa. ¿Tú me comprendes? Quiero decir que tenéis mi bendición. TEDDY Gracias. MAX No se merecen. A ver qué otras casas del barrio pueden presumir de tener a todo un doctor de Filosofía sentado tomando una taza de café. Pausa. RUTH Estoy segura de que Teddy se siente feliz al saber que está contento conmigo. Pausa. Creo que se preguntaba si me aprobaría a mí o no. MAX ¡Pero sí! ¡Eres una mujer encantadora! Pausa. RUTH Yo era... MAX 35

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 ¿Qué? Pausa. ¿Qué ha dicho? Todos la miran. RUTH Yo era... diferente... antes de..., antes de conocer a Teddy. TEDDY Nada de eso. Eras igual. RUTH No, no lo era. MAX ¿Qué importa? Mira, vive el presente. ¿Qué te preocupa lo demás? No olvides que la tierra tiene por lo menos cinco mil años. ¿Quién puede permitirse el lujo de vivir en el pasado? Pausa. TEDDY Me agrada mucho allí. Es una mujer y una madre estupenda y muy popular. Tiene infinidad de amigos. Se pasa muy bien en la Universidad..., una gran vida. Tenemos una casa preciosa... Tenemos todo..., todo lo que queremos. Vemos a gente muy interesante. Pausa. Mis clases... tienen mucho éxito. Pausa. Ya sabes que tenemos tres chicos. MAX ¿Todos varones? Es curioso, ¿eh?, yo tengo tres y tú tienes tres. Tienes tres sobrinos, Joey. ¡Joey!, eres tío. ¿Lo has oído? Podías enseñarles a boxear. Pausa. JOEY (A RUTH.) YO boxeo. Por las tardes, después del trabajo. De día trabajo en la construcción. RUTH ¡Ah! JOEY Sí. Algún día espero dedicarme por entero al boxeo. Cuando esté más entrenado. MAX (A LENNY.) ¿Has notado con qué facilidad le habla a su cuñada? Porque cree que es una mujer simpática e inteligente. Se inclina hacia ella. Dime, ¿crees que los críos echan de menos a su madre? Ella le mira. TEDDY Claro que sí. La adoran. Además, volveremos a verlos muy pronto. Pausa. LENNY (A TEDDY.) TU cigarro se ha apagado. TEDDY Es cierto. 36

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 LENNY ¿Quieres fuego? TEDDY No. No. Pausa. El tuyo se ha apagado también. LENNY ¡Ah! Sí. Pausa. Teddy: no has sido muy explícito sobre tu doctorado en Filosofía. ¿Qué es lo que enseñas? TEDDY Filosofía. LENNY Pues mira, voy a hacerte una pregunta. ¿Piensas que hay cierta lógica incoherencia en las afirmaciones del teísmo cristiano? TEDDY Ese tema no cae dentro de mi especialidad. LENNY Bueno, pues vamos a verlo de otra manera. No te molesta que te haga preguntas, ¿verdad? TEDDY Si pertenecen a mi especialidad, no. LENNY Pues entonces míralo de esta manera. ¿Cómo puede recibir adoración lo desconocido? ¿Cómo puedes adorar lo que ignoras? Al mismo tiempo sería ridículo deducir que lo conocido merece ser adorado. Lo que conocemos merece toda clase de cosas, pero la adoración no es una de ellas. En resumen: ¿qué más hay, dejando a un lado lo conocido y lo desconocido? Pausa. TEDDY Creo que no soy la persona adecuada para contestarte. LENNY Pero eres un filósofo. Anda, habla francamente, ¿qué sacas en limpio de todo este enredo del ser y del no ser? TEDDY ¿Qué sacas tú? LENNY Por ejemplo, coge una mesa. Filosóficamente hablando, ¿qué es? TEDDY Una mesa. LENNY Ah, quieres decir que no es más que una mesa. Pues mucha gente envidiaría tu certidumbre. ¿No es verdad, Joey? Tengo unos cuantos amigos a los que veo a menudo tomando copas en el bar del Ritz, y siempre están debatiendo lo mismo. Toma una mesa, tómala. Está bien, les digo yo, toma una mesa, tómala, pero una vez que la tienes, ¿qué haces con ella? Una vez que la posees, ¿qué vas a hacer? MAX 37

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Tú, probablemente, venderla. LENNY No te darían mucho por ella. JOEY Romperla para hacer leña. LENNY le mira y se ríe. RUTH No estés demasiado seguro. Te has olvidado de una cosa. Mírame. Yo... muevo la pierna. Eso es todo. Pero yo uso... ropa... que se mueve conmigo... y atrae tu atención. Quizás te equivoca. La acción es sencilla. Una pierna moviéndose. Mis labios se mueven. ¿Por qué no limitamos nuestra observación a ello? Quizás el hecho de que se muevan sea más significativo que las palabras que salgan de ellos. Debes tener... eso... en cuenta. Silencio. TEDDY se pone de pie. Yo he nacido muy cerca de aquí. Pausa. Después..., hace seis años, me fui a América. Pausa. Es todo roca y arena. Se pierde..., a lo lejos..., hacia cualquier parte donde mires. Hay muchos insectos. Pausa. Hay muchos insectos. Silencio. Ella está quieta. MAX se pone de pie. MAX Bueno, es la hora de ir al gimnasio. Es la hora de tu entrenamiento, Joey. LENNY Iré contigo. JOEY sigue sentado, mirando a RUTH. MAX Joey. JOEY se levanta. Los tres salen. TEDDY se sienta junto a RUTH y le coge la mano. Ella le sonríe. Pausa. TEDDY Debemos marcharnos. ¿No crees? Pausa. ¿No quieres volver a casa? RUTH ¿Por qué? TEDDY Sólo vinimos a pasar unos días... Podemos acortarlos. ¿No crees? RUTH ¿Por qué? ¿Porque no te gusta esto? TEDDY Claro que me gusta. Pero también me gustaría volver a ver a los chicos. Pausa. RUTH 38

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 No quieres a tu familia. TEDDY ¿Qué familia? RUTH A la familia de aquí. TEDDY Naturalmente que los quiero. ¿De qué hablas? Pausa. RUTH Pero no los quieres tanto como pensabas. TEDDY Claro que sí. Claro que... los quiero. No sé de qué me hablas. Pausa. Escucha. ¿Sabes la hora que es allí, en este momento? RUTH ¿Qué? TEDDY Es por la mañana. Las once de la mañana. RUTH ¿Sí? TEDDY Sí. Tienen seis horas de retraso... Quiero decir sobre la hora de aquí. Los chicos estarán en la piscina... ahora mismo..., nadando. Piénsalo. Por la mañana, con sol. Nos vamos, ¿verdad? ¡Allí todo es tan limpio! RUTH Limpio. TEDDY Sí. RUTH ¿Encuentras esto sucio? TEDDY No, claro que no. Pero allí es más limpio. Pausa. Mira, yo te traje para conocer a la familia. ¿No? Ya los has conocido y nos podemos ir. No falta mucho para que empiece el curso. RUTH ¿Encuentras esto sucio? TEDDY No he dicho que esto fuera sucio. Pausa. No he dicho eso. Pausa. Mira, voy a hacer las maletas. Tú descansa aquí un rato, ¿quieres? No estarán de vuelta hasta dentro de una hora, por lo menos. Puedes dormir. Descansa. Por favor. Ella le mira. Puedes ayudarme mucho en mis conferencias cuando volvamos. Sabes cuánto me gusta. De verdad, te estoy muy agradecido. Hasta octubre podremos bañarnos — ya lo sabes—. Aquí no hay donde bañarse, excepto la piscina municipal. ¿Sabes lo que parece? Una cloaca. Una cloaca asquerosa. 39

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Pausa. Te gustó Venecia, ¿verdad? Es maravillosa. Pasaste una magnífica semana. Quiero decir... yo te llevé... yo hablo el italiano. RUTH Pero si yo hubiera sido enfermera en la campaña de Italia, habría estado allí ya. Pausa. TEDDY Descansa. Voy a hacer las maletas. TEDDY sube la escalera. Ella cierra los ojos. LENNY viene de la izquierda. Ella abre los ojos. Un silencio. LENNY Están acortando los días. RUTH Sí, está oscureciendo. Pausa. LENNY Pronto tendremos el invierno encima. Es el momento de renovar el guardarropa. Pausa. RUTH Es una buena cosa. LENNY ¿El qué? Pausa. RUTH Yo siempre... Pausa. ¿Te gusta la ropa? LENNY Sí, me gusta muchísimo la ropa. Pausa. RUTH A mí me gusta... Pausa. ¿Qué te parecen mis zapatos? LENNY Muy bonitos. RUTH No... Ahí no se encuentra lo que uno quiere. Pausa. Yo fui modelo antes de marcharme. LENNY ¿Sombreros? Pausa. Una vez le compré un sombrero a una chica. Lo vimos en un escaparate. Te diré cómo era. Tenía un ramo de margaritas atadas con un lazo negro y todo cubierto por una «cloche» de gasa negra. Una «cloche». Como te lo digo. ¡Le sentaba al pelo! RUTH No... Yo era modelo de cuerpo. Modelo fotográfico de cuerpo. 40

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 LENNY ¿Trabajo de estudio? RUTH Era antes de tener... los niños. Pausa. No. No siempre de estudio. Pausa. Una vez o dos fuimos a un sitio en el campo, en tren. Bueno, seis o siete veces. Pasábamos... por delante de un gran depósito de agua. Aquel sitio..., esa casa..., era muy grande...; los árboles... Había un lago..., bajábamos por un sendero... de piedras... ¡Ah!... Espera..., sí... Cuando nos cambiamos en la casa tomamos una copa. Había un buffet frío. Pausa. A veces nos quedábamos en la casa, pero... lo más frecuente era que fuéramos al lago..., y allí hacíamos las fotos. Pausa. Cuando estaba a punto de marchar a América, volví. Anduve desde la estación hasta la casa. Había luces encendidas... Me quedé mirándola desde el camino... Estaba muy iluminada... TEDDY baja la escalera con las maletas. Las deja en el suelo. Se encara con LENNY. TEDDY ¿Qué la estabas diciendo? Va hacia RUTH. Aquí está tu abrigo. LENNY va hacia el gramófono y pone un disco de jazz lento. Vamos, Ruth. Póntelo. LENNY (A RUTH.) ¿Qué tal un baile antes de marchar? TEDDY Nos vamos. LENNY Sólo uno. TEDDY No. Nos vamos. LENNY Sólo un baile con mi cuñada, antes de marchar. Se inclina ante RUTH. ¿Señora?... Empiezan a bailar lentamente. TEDDY está de pie, con el abrigo de RUTH. MAX y JOEY vienen de la calle y se quedan parados al entrar en el cuarto. LENNY besa a RUTH. Se quedan parados, besándose. JOEY Padre, mira esto. Pausa. Es una perdida. 41

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Pausa. El Teddy se ha traído a una perdida. JOEY va hacia ellos y toma a RUTH por el brazo. Sonríe a LENNY y se sienta en el sofá con RUTH. La abraza y la besa. Mira a LENNY. Esto es cuenta mía. La besa. Mira a TEDDY y a MAX. Esto es mejor que un combate. LENNY se sienta en el brazo del sofá, acaricia el pelo de RUTH mientras JOEY la besa. MAX viene a primer término y mira las maletas. MAX ¿Conque te vas ya, Teddy? Pausa. Bueno, ya volverás, ¿verdad? Mira, la próxima vez que vengas no dejes de advertirme si estás casado o no. Tendré siempre mucho gusto en conocer a tu esposa. Te lo digo de veras. JOEY y RUTH permanecen quietos en el sofá. LENNY sigue acariciándole el pelo. Oye: ¿crees que no sé por qué me ocultaste que te habías casado? Sí lo sé. Estabas avergonzado. Creías que iba a disgustarme que te casaras con una mujer inferior a ti. Debías conocerme mejor. Yo soy muy amplio. Se asoma a mirar la cara de RUTH bajo JOEY. Se vuelve a TEDDY. Es una chica preciosa. Muy guapa mujer. Y madre. Tres veces madre. La has hecho feliz. Puedes estar orgulloso. Quiero decir que estamos hablando de una mujer de clase. Hablamos de una mujer de sentimientos. LENNY se pone de pie y queda mirando a JOEY y RUTH. Con el pie toca suavemente a RUTH. JOEY también se pone en pie y se queda mirándola. RUTH Quisiera comer algo. A LENNY. Y algo de beber. ¿Tienes algo de beber? LENNY Tengo. RUTH Por favor. LENNY ¿Qué quieres? RUTH Whisky. LENNY Tengo. Pausa. RUTH Pues dámelo. LENNY va hacia el aparador y saca una botella y vasos. JOEY se acerca a ella. Para el gramófono. 42

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Él la mira, se vuelve hacia el gramófono y lo para. Quiero comer algo. Pausa. JOEY Yo no sé guisar. Señala a MAX. El cocinero es él. LENNY le trae el vaso de whisky. LENNY ¿Soda aparte? RUTH ¿Qué vaso es éste? Yo no puedo beber en eso. ¿No tienen un vaso grande? LENNY Sí. RUTH Pues dame un vaso grande. Él se lleva el vaso y echa whisky en otro grande. Se lo da. LENNY ¿Así, o con hielo? RUTH ¿Hielo? Qué sabes tú de hielo. LENNY Tenemos hielo en el frigorífico. Pero está demasiado helado. RUTH bebe. LENNY mira a los demás. ¿Todos copa? Va hacia el aparador y sirve. JOEY se acerca a RUTH. JOEY ¿Qué quieres comer? RUTH da unos pasos. RUTH (A TEDDY.) ¿Ha leído tu familia algunos de tus ensayos? MAX No. Eso es una cosa que nunca he hecho. Nunca he leído uno de sus ensayos. TEDDY No los entenderíais. LENNY va dando de beber a todos. JOEY ¿Qué quieres comer? Yo no soy el cocinero. LENNY ¿Con soda, Ted? ¿O puro? TEDDY No entenderíais mis obras. No tendríais ni la menor idea de lo que tratan. No sabríais siquiera a qué se refieren. Estáis muy atrás. Todos. No tengo por qué mandaros mis obras. Estaríais a ciegas, y no es cuestión de inteligencia. Se trata de manejar las cosas, no de estar en las cosas. Es cuestión de capacidad de aliar las dos, de relacionar las dos, de equilibrar las dos. ¡Ver, ser capaz de ver! Yo soy capaz de ver. Por eso he podido escribir mis obras. Quizás os conviniera... saber de 43

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 lo que tratan..., saber que hay gente capaz de ver... cosas..., que hay gente capaz de mantener... un equilibrio. Un equilibrio intelectual. No sois sino objetos. Sólo podéis... moveros. Yo puedo observar. Puedo ver lo que hacéis. Es lo mismo que yo hago. Pero vosotros estáis perdidos en ello. A mí no me atraparéis..., yo no me perderé en ello. Se apagan las luces. Vuelve la luz. Es por la tarde. TEDDY está sentado, con abrigo, las maletas a su lado. SAM. Pausa. SAM Recuerdas a Mac Gregor, Teddy? TEDDY ¿A Mac? SAM Sí. TEDDY Claro que sí. SAM ¿Qué opinabas de él? ¿Te era simpático? TEDDY Sí. Me caía muy bien. ¿Por qué? Pausa. SAM Sabes que, de los tres chicos, tú fuiste siempre mi favorito. Siempre. Pausa. Cuando me escribiste desde América me emocioné, ¿sabes? Quiero decir que habías escrito a tu padre alguna vez, pero nunca me habías escrito a mí. Entonces, cuando recibí tu carta..., bueno, pues me emocioné. Nunca le dije que había tenido noticias tuyas. Pausa. Susurrando. Teddy, ¿quieres saber una cosa? Tú fuiste siempre el favorito de tu madre. Me lo dijo. De verdad. Tú fuiste siempre el..., eras su mayor cariño. Pausa. ¿Por qué no te quedas un par de semanas más? ¿Eh? Lo pasaríamos bien. Entra LENNY, de la calle. LENNY ¿Todavía aquí, Ted? No vas a llegar a tiempo a tu primer claustro de profesores. Va hacia el aparador, lo abre y mira a derecha e izquierda. Se vuelve. ¿Dónde está mi bocadillo de queso? Pausa. Alguien me ha quitado mi bocadillo. Lo había dejado aquí. A SAM. ¿Te has dedicado al robo? TEDDY 44

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Yo te quité el bocadillo, Lenny. Pausa. LENNY ¿Me has quitado tú mi bocadillo? TEDDY Sí. LENNY Lo había hecho yo mismo. Había cortado el pan y lo había untado de mantequilla y puesto en medio una rebanada de queso. Después lo dejé en un plato en el aparador. Todo eso antes de salir. Ahora vuelvo y me encuentro conque te lo has comido. TEDDY ¡Qué le vamos a hacer! LENNY Estoy esperando que te disculpes. TEDDY Lo tomé deliberadamente, Lenny. LENNY ¿Quieres decir que no fue por equivocación? TEDDY No. Te vi guardarlo allí. Tenía hambre y me lo comí. Pausa. LENNY Audacia y cara dura. Pausa. ¿Qué te hace ser tan... vengativo con tu propio hermano? Estoy estupefacto. Pausa. Bueno, Ted, diría que nos acercamos a la verdad sin tapujos, ¿no es así? A lo que se llama poner las cartas sobre la mesa. Estamos en el terreno de no ocultar nada. ¿O cómo quieres interpretarlo? Quitarle a tu hermano menor un bocadillo de queso hecho con sus propias manos, aprovechando que ha salido a hacer un trabajo, ahí no hay duda, no tiene vuelta de hoja. Pausa. Me parece que te has agriado un poco en estos últimos seis años. Te has agriado. Te has reconcentrado. Ya no tienes aquella franqueza. Y es raro, porque yo hubiera creído que en los Estados Unidos de América, quiero decir con ese sol, las grandes praderas, aquellos espacios verdes, en tu posición, enseñando, en el centro de toda aquella vida intelectual, en esos espacios, el remolino social y tanto estímulo, con tus niños y todo eso para divertirte allí en la piscina, con esos grandes autobuses y todo eso, cantidades de agua helada y el confort de esos shorts, y todo en esos espacios donde puedes tomarte un café o una copa a cualquier hora del día o de la noche, yo hubiera creído que te habrías vuelto más franco, en vez de menos. Porque tienes que saber que, para nosotros, eres un modelo, Teddy. Tu familia se mira en ti, chico. Y procura seguir tu ejemplo. Porque para nosotros eres un motivo de orgullo. Por eso nos alegramos tanto cuando te vimos de vuelta, de vuelta a tu hogar. Así es. 45

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Pausa. Ahora escúchame, Ted. No hay duda de que aquí vivimos una vida menos brillante que la tuya, allí lejos. Vivimos una vida más reducida. Tenemos trabajo, claro. Joey con su boxeo, yo con mi ocupación, papá todavía se juega una buena partida de póquer, además de hacer la cocina — bueno, a su manera —, y el tío Sam es el mejor chófer de su empresa. Pero, con todo, formamos una unidad, Teddy. Y tú formas parte de ella. Cuando nos sentamos en la parte de atrás de la casa, a respirar un poco el aire de la noche, hay siempre junto a nosotros una silla vacía, que es la tuya. Así que, cuando por fin vuelves a nosotros, esperamos un poco de agrado, un poco de qué se yo qué, un poco de generosidad de pensamiento, un poco de liberalidad de espíritu que nos consuele. Lo esperamos. Pero, ¿lo obtenemos? ¿Lo hemos conseguido? ¿Es eso lo que nos has dado? Pausa. TEDDY Sí. JOEY baja la escalera y entra con un periódico. LENNY (A JOEY.) ¿Cómo ha ido la cosa? JOEY Ps..., no ha ido mal. LENNY ¿Qué quieres decir? JOEY Que no ha ido mal. LENNY Quiero saber lo que quieres decir con «no ha ido mal». JOEY ¿Qué tiene que ver contigo? LENNY Joey, tú le cuentas todo a tu hermano. Pausa. JOEY No llegamos a todo. LENNY ¿Que no habéis llegado a todo? Pausa. Con énfasis. ¿No habéis llegado a todo? Pero la has tenido arriba dos horas. JOEY ¿Y qué? LENNY ¿No has llegado a todo teniéndola arriba durante dos horas? JOEY ¿Qué tiene que ver? LENNY se le acerca. LENNY ¿Qué me quieres decir? JOEY ¡No te entiendo! 46

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 LENNY ¿Me estás diciendo que es una coqueta? Pausa. ¡Es una coqueta! Pausa. ¿Qué dices a eso, Ted? Tu mujer resulta ser una coqueta. La ha tenido ahí arriba dos horas y no ha podido llegar al final. JOEY Yo no he dicho que fuera una coqueta. LENNY ¿Estás de broma? Pues no sé que más quieres. ¿No te lo parece, Ted? TEDDY Quizá Joey no sea su tipo. LENNY ¿Que no es su tipo? ¿Joey? No digas tonterías. Ha tenido más chicas que tú libros. Es irresistible. No hay otro como él. Cuéntale, cuéntale, Joey, de la última paloma. Pausa. JOEY ¿Qué paloma? LENNY ¡De la última! Cuando paramos el coche... JOEY ¡Ah! ¿Ésa?... Sí... íbamos en el coche de Lenny, la otra noche..., la semana pasada... LENNY En el Alfa. JOEY Sí..., bajábamos por... por... LENNY Cerca de la estación. JOEY Sí. Cerca de la estación. LENNY Estábamos haciendo un poco de vigilancia por Paddington. JOEY Sí, y... era muy tarde, ¿verdad? LENNY Sí, era tarde. Sigue. Pausa. JOEY Entonces..., en un callejón, vimos aquel coche parado... con dos chicas dentro. LENNY Y sus correspondientes parejas. JOEY Sí, con dos tíos... Entonces... Pausa. ¿Qué hicimos? LENNY 47

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Paramos el coche y nos apeamos. JOEY Sí..., nos bajamos y les dijimos a los tíos que se las piraran..., lo que hicieron en seguida..., y entonces... sacamos a las chicas del coche... LENNY Sigue. JOEY Las sacamos del coche... y nos las llevamos... LENNY A un descampado. JOEY Sí, a un descampado... Pausa. Y allí..., pues, ¡claro!..., pasó todo. LENNY (A TEDDY.) NO puedes decir que Joey no se las sabe todas. Y ahora resulta que se pasa dos horas arriba y pretende que no ha podido rematar la suerte. No me cabe en la cabeza. Debe de ser una coqueta. ¿Tú qué dices, Joey? ¿Estás satisfecho? No me digas que estás satisfecho. LENNY le lanza una mirada. MAX y SAM llegan de la calle. MAX ¿Dónde está? ¿Todavía en la cama? Nos va a convertir a todos en animales. LENNY Es una coqueta. MAX ¿Qué? LENNY Ha jugado con Joey. MAX ¿Qué quieres decir? LENNY Le ha tenido arriba dos horas y no ha llegado al final. Pausa. MAX ¿A mi Joey? ¿Le ha hecho eso a mi Joey? Pausa. ¿A mi pequeñín? Tch, tch, tch, tch. ¿Cómo te encuentras, hijo? ¿Estás bien? JOEY ¡Claro que estoy bien! MAX (A TEDDY.) Y contigo, ¿hace lo mismo? TEDDY No. LENNY Él se lleva el meollo. MAX ¿Tú crees? 48

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 JOEY No. No lo cree. Pausa. SAM Él es su legítimo esposo. Ella es su mujer legítima. JOEY ¡No, no lo es! Y no se lleva el meollo. Os lo digo. Y mataré al que diga que él se lleva el meollo. MAX Joey..., ¿por qué te exaltas? A LENNY. Es que se siente frustrado. ¿Veis lo que pasa? JOEY ¿Quién se siente? MAX Joey. Nadie te echa la culpa. Todo el mundo te da la razón. Pausa. MAX se dirige a los otros. ¿Sabéis una cosa? Quizá no fuera mala idea tener una mujer en casa. Quizás esté bien, ¿quién sabe? ¿Por qué no nos quedamos con ella? Pausa. Quizá le preguntemos si se quiere quedar. Pausa. TEDDY Creo que no, papá. Ella no está bien y tenemos que volver con los niños. MAX No está bien. ¡Bueno! Yo tengo costumbre de cuidar a la gente. No te preocupes por eso. Quizá le digamos que se quede. Pausa. SAM No seas tonto. MAX ¿Quién es tonto? SAM Estás diciendo tonterías. MAX ¿Yo? SAM Tiene tres niños. MAX Puede tener más. Aquí. Si se empeña. TEDDY No quiere tener más. MAX Qué sabes tú lo que quiere y lo que no quiere, Ted. TEDDY (Sonriendo.) Le conviene volver conmigo, padre. De verdad. Estamos casados. MAX se pasea por el cuarto. Chasca los dedos. MAX 49

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Claro que tendremos que pagarla. ¿Habéis pensado en eso? No la podemos tener andando por ahí sin dinero en el bolsillo. Tendremos que asignarle una pequeña pensión. JOEY Claro que la pagaremos. Tiene que tener dinero. MAX Eso es lo que estoy diciendo. No podemos dejar a una mujer por ahí, sin que pueda comprarse un par de medias. Pausa. LENNY ¿De dónde va a salir el dinero? MAX ¿Cuánto crees que vale? ¿Cuatro cifras? LENNY Te pregunto de dónde va a salir el dinero. Es otra boca que alimentar y un cuerpo que vestir. ¿Has pensado en eso? JOEY Yo le compraré ropa. LENNY ¿Con qué? JOEY Ahorraré de mi sueldo. MAX Eso es. Pasaremos el sombrero. Todos daremos. Somos gente seria, con sentido de la responsabilidad. Haremos un guante. Es lo más democrático. LENNY Yo también contribuiré. Pausa. Pero hay que tener en cuenta que no es una mujer que se vista de segunda mano. Va a la última. No la vamos a tener por ahí con ropa que no le luzca. MAX Lenny, ¿me permites una observación? No pretendo criticarte, pero encuentro que le das demasiada importancia al lado económico del asunto. Hay que considerar otros aspectos. La parte humana, por ejemplo. ¿Me comprendes? No olvides la parte humana. LENNY No la olvidaré. MAX Eso es. Pausa. Escuchad. Tenemos que tratarla por lo menos de la manera a que está acostumbrada. Después de todo no es una cualquiera de la calle. Se trata de mi nuera. JOEY Así es. MAX Conque, Joey, contribuye; Sam, contribuye... SAM le mira. 50

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Yo también estrujaré un poquito mi pensión. ¿Lenny lo ha ofrecido? ¿Y tú, Ted? ¿Cuánto vas a echar tú al guante? TEDDY Yo no voy a echar nada al guante. MAX ¿Cómo? ¿No vas a ayudarnos siquiera a mantener a tu propia mujer? Creí que era un hijo mío. Avaro, asqueroso. Tu madre se volvería a morir si te oyera. LENNY Papá. LENNY avanza. Tengo una idea mejor. MAX ¿Cuál? LENNY No tenemos por qué correr con este gasto. Conozco a estas mujeres. Una vez que empiezan son capaces de arruinarnos el presupuesto. Tengo una idea mejor. ¿Por qué no me la llevo conmigo al Soho? Pausa. MAX ¿Quieres decir ponerla al punto? Pausa. La pondremos al punto. Ése es un golpe de genio. Una idea maravillosa. Ella puede ganar su dinero... boca arriba. LENNY Eso. MAX Colosal. Lo único es que tendrá que ser poco tiempo. No quiero que ande por ahí toda la noche. LENNY Puedo limitar las horas. MAX ¿Cuántas? LENNY Cuatro horas por noche. MAX (Dudando.) ¿Bastará? LENNY Producirá un buen dinero con cuatro horas por noche. MAX Tú lo sabes mejor. Después de todo no hay que abusar de la chica. Aquí también va a tener trabajo. ¿Dónde la vas a llevar? LENNY Ya lo pensaré. Tengo una serie de pisos por aquella parte. MAX ¿Tienes? ¿Por qué no me das uno? LENNY Tú no gustarías. JOEY ¡Eh! ¡Un momento! ¿De qué estáis hablando? 51

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 MAX Ya sé lo que dice Lenny. Lenny dice que ella puede ganarse la vida. ¿Qué te parece, Teddy? Esto resuelve todos nuestros problemas. JOEY ¡Un momento! Yo no quiero compartirla. MAX ¿Qué es lo que has dicho? JOEY Yo no quiero compartirla con una serie de gamberros. MAX ¡Gamberros! ¡Serás desgraciado! A LENNY. ¿La vas a llevar gamberros? LENNY Tengo una clientela muy distinguida, Joey. Más distinguida de lo que puedes imaginarte. JOEY ¡Yo no pensaba que iba a tener que compartirla! MAX ¡Bueno, pues vas a tener que compartirla! De lo contrario se va derecha a América. ¿Entendido? Pausa. Ya es todo lo bastante difícil sin que vengas tú, además, a meter la pata. Pero una cosa me preocupa. Quizá no esté a la altura. ¿Eh, Teddy? Tú eres el mejor juez. ¿Crees que estará a la altura? Pausa. Me refiero a esas refitolerías de que hablábamos antes. Con eso no vamos a ninguna parte. Pausa. TEDDY Estaría jugando..., supongo..., jugando al amor. MAX ¿Jugando durante dos horas? ¡Me río yo del jueguecito! LENNY No creo que debieras preocuparte en ese aspecto, papá. MAX ¿Cómo lo sabes? LENNY Te estoy dando una opinión profesional. LENNY va hacia donde está TEDDY. Escucha, Teddy. Tú podrías ayudarnos. Podría enviarte a América unas tarjetas... bonitas, discretas, con sólo un nombre y un número de teléfono, y tú podrías distribuirlas a diferentes personas que vengan aquí de viaje. Ni que decir tiene que tendrías porcentaje. MAX Y no es necesario que digas que se trata de tu mujer. LENNY No. Le buscaríamos un nombre. Algo como Dolores. MAX Eso; un nombre exótico. 52

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 LENNY Papá te prometerá guardar el secreto. La podríamos llamar un nombre bonito... como Cynthia... o Lillian. Pausa. JOEY Lillian. Pausa. LENNY Tú, Teddy, debes conocer a muchos profesores y catedráticos y gente de ésa que vienen aquí por ocho días al Savoy, y que tienen que saber dónde poder echar una cana al aire. ¿Quién mejor que tú puede darles un informe íntimo? MAX Claro. Les puedes dar todo género de detalles. La clase de cosas que le gusta hacer. Y hasta donde está dispuesta a llegar con los caprichos y manías, ¿verdad, Lenny? Hasta qué extremos puede ser... variada. ¿Quién va a saberlo mejor que tú? Pausa. Apuesto a que en un par de meses tenemos lista de espera. LENNY Podrías ser nuestro representante en los Estados Unidos. MAX Naturalmente. Hay que pensar a escala internacional. Antes de nada, la Pan American nos va a hacer descuento. Pausa. TEDDY Envejecería... muy de prisa. MAX ¡Qué va! No en estos tiempos. ¿Con el Servicio de Sanidad? ¡Qué ha de envejecer! Al contrario. ¡Lo pasará bárbaro! RUTH baja la escalera, vestida. Entra en el cuarto. Sonríe a la reunión. Se sienta. Silencio. TEDDY Ruth..., la familia te ha invitado a quedarte un poco más. Como... como una especie de huésped. Si te gusta la idea..., en casa nos arreglaremos sin ti... hasta que vuelvas. RUTH ¡Qué amable de su parte! MAX Es un ofrecimiento que nos ha salido del corazón. RUTH Lo agradezco mucho. MAX Por favor..., estaríamos encantados. Pausa. RUTH Temo que sería demasiada molestia. MAX ¿Molestia? Pero de qué hablas, ¿qué molestia? Escucha, voy a decirte una cosa. Desde que murió la pobre Lessie, ¿eh, Sam?, no hemos 53

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 tenido una mujer en esta casa. Ni una. Dentro de la casa. Y voy a decirte por qué. Porque la imagen de aquella madre nos era tan querida que cualquier otra mujer la hubiera... empañado. Pero tú..., Ruth..., no sólo eres encantadora y bellísima, sino que eres como nosotros, una de nosotros. Perteneces a esta casa. Pausa. RUTH Estoy muy conmovida. MAX Claro está. Yo también. Pausa. TEDDY Ruth, debo decirte que tendrás que ayudar un poco. Económicamente. Mi padre no está muy bien de dinero. RUTH (A MAX.) ¡Oh! Lo siento. MAX No. Sería poca cosa. Estamos esperando que Joey llegue en el boxeo. Cuando Joey llegue..., claro... Pausa. TEDDY O puedes volver a casa conmigo. LENNY Te pondremos un piso. Pausa. RUTH ¿Un piso? LENNY Sí. RUTH ¿Dónde? LENNY En el centro. Pausa. Pero vivirías aquí con nosotros. MAX Por supuesto. Éste sería tu hogar. En el seno de la familia. LENNY Sólo tendrías que estar en el piso un par de horas por la noche; eso es todo. MAX Sólo un par de horas por la noche; eso es todo. LENNY Y ganarás lo bastante para vivir aquí. Pausa. RUTH ¿Cuántas habitaciones tendría el piso? LENNY No muchas. RUTH 54

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Querría por lo menos tres cuartos y un baño. LENNY No necesitarías tres cuartos y un baño. MAX Necesitaría un baño. LENNY Pero no tres cuartos. Pausa. RUTH Sí los necesitaría. De veras. LENNY Dos cuartos es suficiente. RUTH No. Dos no bastan. Pausa. Quiero un cuarto de vestir, un cuarto de estar y una alcoba. Pausa. LENNY Conformes. Te daremos un piso con tres cuartos y un baño. RUTH ¿Con qué comodidades? LENNY Con todas las comodidades. RUTH ¿Doncella? LENNY Naturalmente. Pausa. Nosotros te financiaremos al principio, y cuando estés establecida nos irás pagando a plazos. RUTH ¡Ah, no! Eso no lo acepto. LENNY ¿Por qué no? RUTH Tenéis que considerar el capital inicial como vuestra aportación al negocio. Pausa. LENNY Ya veo. Conformes. RUTH Me proveeréis de ropa, claro. LENNY Te proveeremos de todo. De todo lo que necesites. RUTH Yo necesito muchas cosas, porque sin ellas no estoy contenta. LENNY Tendrás de todo. RUTH Tendría que hacer un inventario de todo lo que necesito, que vosotros 55

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 firmaríais en presencia de testigos. LENNY Naturalmente. RUTH Todos los aspectos del acuerdo y condiciones de empleo tendrían que ser aclarados a satisfacción de ambas partes antes de formalizar el contrato. LENNY Claro. RUTH Bien, es un acuerdo que puede funcionar. LENNY Así lo creo. MAX Y tendrías todo el día libre, claro. Querrás ocuparte un poco de la cocina. LENNY Hacer las camas. MAX Barrer un poco. TEDDY Hacer compañía a cada uno. SAM avanza. SAM Mac Gregor abusó de Lessie en el asiento del coche cuando veníamos hacia aquí. Da un grito ronco y cae. Queda tendido en el suelo. Todos le miran. MAX ¿Qué le ha pasado? ¿Se ha muerto? LENNY Sí. MAX Un cadáver. Un cadáver en mi sala. ¡Lleváoslo! ¡Echadlo de ahí! JOEY se inclina sobre SAM. JOEY No está muerto. LENNY Probablemente ha estado muerto durante treinta segundos. MAX ¡Ni siquiera está muerto! LEN N Y (Mirando hacia abajo, a SAM.) Sí, todavía respira un poco. MAX (Señalando a SAM.) ¿Sabes lo que tenía ese hombre? LENNY Lo que tiene. MAX Tiene una imaginación enfermiza. Pausa. 56

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 RUTH Sí, parece una buena idea. MAX ¿Quieres que firmemos ahora, o lo dejamos para luego? RUTH ¡Oh! Ya lo haremos luego. TEDDY se pone de pie. Mira el cuerpo de SAM. TEDDY Iba a pedirle que me llevara al aeropuerto. Va hacia las maletas y coge una. Bien. Ahí dejo tu maleta, Ruth. Voy ahí arriba a tomar el metro. MAX Si vas en la otra dirección, primera a la izquierda, primera a la derecha, ya recuerdas, quizás encuentres un taxi. TEDDY Sí, quizás haga eso. MAX O puedes tomar el metro hasta Picadilly; no tardarás ni diez minutos, y tomar allí un taxi hasta el aeropuerto. TEDDY Sí, es lo que haré, probablemente. MAX Claro que te cobrarán tarifa doble. Te cobrarán la vuelta. Está fuera del límite. TEDDY Sí. Bueno, adiós, padre, cuídate. Se dan la mano. MAX Gracias, hijo. Escucha. Voy a decirte una cosa. Me he alegrado mucho de volver a verte. Pausa. TEDDY Me he alegrado mucho de verte a ti. MAX ¿Les has hablado de mí a los niños? ¿Eh? ¿Crees que les gustaría ver una foto de su abuelo? TEDDY Claro que les gustaría. MAX saca su cartera. MAX Llevo una encima. Aquí debe de estar. Un momento. Aquí la tienes. ¿Crees que les gustará ésta? TEDDY Les encantará. Se vuelve hacia LENNY. Adiós, Lenny. Se dan la mano. LENNY Chao, Ted. Me he alegrado de verte. Que tengas buen viaje. TEDDY 57

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Adiós, Joey. JOEY no se mueve. JOEY Chao. TEDDY va hacia la puerta de la calle. RUTH Eddie. TEDDY se vuelve. Pausa. No te conviertas en un extraño. TEDDY sale cerrando la puerta. Silencio. Los tres hombres están de pie. RUTH se sienta tranquila, relajada; SAM continúa en el suelo. JOEY cruza el cuarto y se arrodilla junto a la silla de RUTH. Ella le acaricia el pelo, suavemente. Él pone la cabeza en su regazo. MAX empieza a pasear detrás de ellos. LENNY está quieto. MAX se vuelve hacia LENNY. MAX Soy demasiado viejo, supongo. Ella me considera un viejo. Pausa. No soy tan viejo. Pausa. A RUTH. ¿Me consideras demasiado viejo para ti? Pausa. Escucha. ¿Tú crees que vas a tener todo el tiempo a ese pedazo de animal? ¿Crees que le vas a tener todo el tiempo?... ¿Sólo a él todo el tiempo? Vas a tener que trabajar. Vas a tener que írtelos cargando. ¿Comprendes? Pausa. ¿Lo ha comprendido? Pausa. Lenny, ¿tú crees que ha comprendido? Tartamudea. ¿Que... que... que... pretendemos? ¿Que... nos hemos propuesto? ¿Tú crees que lo ha comprendido? Pausa. Yo creo que no lo ha comprendido. Pausa. ¿Sabes lo que quiero decir? Me parece, me parece que al final nos la juega. ¿Qué te apuestas? Se aprovechará de nosotros, nos utilizará. Te lo digo, lo huelo. ¿Qué te apuestas? Pausa. No se dejará hacer. Cae de rodillas, lloriquea, solloza. De pronto para. Se arrastra hasta el otro lado del cuerpo de SAM al lado de ella. No soy un viejo. Levanta la vista hacia ella. ¿Me has oído? Levanta la cara hacia ella. Bésame. Ella sigue acariciando levemente la cabeza de JOEY. LENNY, de pie, los mira. 58

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Dos opiniones a raíz del estreno de esta obra en castellano

1. Pinter juega, dramáticamente, con una limpieza increíble, sin retórica alguna. Casi logra la clásica unidad de tiempo y acción, y la diferencia es tan pequeña, que podríamos borrar el casi. La acción transcurre en una casa de un suburbio londinense. Y ya, con esto, basta del argumento, salvo una sola observación: los personajes son como los demás. ¿Y quiénes son los demás? ¿Son seres como nosotros? ¿Cómo no, si son hombres y mujeres como cada uno encuentra en la vida cotidiana? El diálogo parece tan trivial que no sacrifica en aras de un lenguaje más literario ni las reiteraciones ni las respuestas que no parecen tener relación directa con la pregunta, como los supuestos diálogos entre sordos. Por eso se llama a este teatro absurdo, es decir, sin sentido; pero esta expresión se halla todavía muy lejos de acercarnos a su verdadera clave. Suponiendo la debida madurez en los espectadores, nunca afirmaría yo que RETORNO AL HOGAR es escandaloso, sino, al contrario: edificante, porque señala el «egreso», la posibilidad de salir. Es un movimiento circular como el que se inserta en la vida, como el que caracteriza la historia donde no todo es el tan aparente y triunfal progreso lineal del hombre. (Es la forma triunfalista más peligrosa del progresismo actual.) Absurdo, etimológicamente, es lo que no se oye porque carece de sentido; pero yo preferiría llamar a este teatro abismal, porque transcurre debajo de la tierra, en el insondable vacío de la nada. No es teatro trágico, ni dramático, ni pedagógico, ni una mezcla de todos esos ingredientes como ocurre en Brecht. Es un teatro en el que los hombres han perdido lo humano. Padres, hijos, tíos, nueras, etc., etc., que se encuentran y que comienzan un diálogo como cualquier otra familia. Cuando se representó en Londres leí una crítica que reducía el problema al complejo de Edipo: el hijo que odia al padre porque se enamora de la madre. El complejo de Edipo, según Freud, no es anormal sino una fase normal por la que pasa el niño si quiere transformarse en adulto. Su asimilación es lo que supone lograr la madurez. Me sorprendió esta trivialización del hondo problema que se presenta en la escena. ¡Cómo me sorprende que todavía siga la gente hablando de complejos como se hablaba a fines del siglo XIX y comienzos del XX! Entonces, ¿es que la afirmación de que la historia avanza, de que el hombre es un ser histórico y, por tanto, modificable, es una tontería? No, yo creo que por el hombre actual cursan procesos, unas veces transparentes y otras opacos, más

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 abismalmente escondidos tras los hechos de la vida cotidiana. Y ustedes lo han visto. Es lo que decía Dostoievski en Los Hermanos Karamazov: «Las gentes hablan a veces de la crueldad de las bestias; pero eso es una gran injusticia y un insulto a las bestias: una bestia no puede ser tan cruel como un hombre, tan artísticamente cruel». Y Pinter nos recuerda, en una familia vulgar, la presencia de una crueldad radical en el seno de la vida misma, en la que ni el amor, ni el sexo, ni el sándwich adquirido, ni la cocina del viejo Max, son eso, sino algo que, yaciendo debajo de eso, envenena insidiosamente las relaciones humanas. La prostituida no es Ruth, sino la existencia misma. Pero ¿cómo puede ocurrir todo eso en nosotros? ¿Por qué existe esa posibilidad de que ocurra? ¿Cuándo esa posibilidad se actualiza? En Edgame, de Beckett, Hamm dice algo así: «¿Entonces empezamos a significar nada?» Y Clov ríe simplemente: «Tú y yo significamos nada, significamos nada». Ése es el problema. Los personajes de Pinter resultan de una crueldad tan alienante, que se convierten unos para otros en cosas. La crueldad empieza cuando tratamos a los otros como «cosas». Es entonces cuando lo animal o lo infraanimal, que podría decir Dostoievski, empieza. Todos hemos leído estos días abundantes informaciones sobre la tragedia de My Lan. John Elson, comentándola, alude a la ausencia de la idea del demonio en la teología del puritanismo americano. Pelagio, en el siglo V, defendió que el hombre podía ganar el cielo sin la gracia divina, por su solo esfuerzo. «Dicho en términos seculares — agrega Elson —, el pelagianismo de América supone la fe inconmovible en la rectitud de los Estados Unidos». Hago esta cita por su ejemplaridad intelectual. Eso es lo que ocurre por unos u otros motivos en todo el mundo occidental en el que no sólo Nietzsche anunció la muerte de Dios, sino que ha nacido la teología de la muerte de Dios. Por eso Godot no llega nunca aunque lo esperen los personajes de Beckett. ¿Y para qué va a llegar, cuando el progreso de la ciencia y de la técnica y tantas nuevas ideologías pretenden tener la clave del paraíso futuro? Lo que puede ser ese paraíso futuro es lo que Pinter nos ha mostrado, y con él tantos otros autores de vanguardia. No es especialmente consolador, Foucault habla en uno de sus libros de la muerte del hombre. Es una especulación intelectual; pero, ideologías aparte, ¿morirá lo humano en el hombre? ¿Y de dónde le ha de venir lo humano si el hombre, abandonado a sí mismo, se llama Max, o Sam, o Ruth? Éstas son preguntas que cada cual debe contestar en su intimidad. Mejor que contestar, meditar sobre ellas a lo largo de la vida.

JUAN J. LÓPEZ-IBOR (Extracto de un comentario del programa.)

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2. ¿Qué ocurre en RETORNO AL HOGAR? Que, cuando Teddy, el hermano mayor de una familia británica, regresa, después de seis años de estancia como profesor en Estados Unidos, a su casa de un barrio londinense, su familia: el padre, antiguo carnicero; el tío, chófer de servicio público, y los dos hermanos, alcahuete, el uno, albañil y aprendiz de boxeador el otro, se apodera de la esposa del recién llegado con la complicidad de ésta, la convierte en un bien común, la prostituye, ante lo cual el marido, incapaz de reacción, de una válida protesta, debe abandonar el hogar donde ha sido vejado, degradado. El cuadro es tan duro, tan inmisericorde, que Pinter consigue producir un horror purgativo que, a juzgar por las impresiones de la noche del estreno, un público matritense con fuerte porcentaje de gentes de nivel intelectual elevado, no alcanzó a comprender. Y sin embargo, la colérica, la airada, la violenta actitud del dramaturgo es una elocuente y clarísima denuncia. Acusa Pinter a una sociedad corrompida en la que los vínculos familiares han desaparecido, sustituidos por el resentimiento y el odio; en la que los seres, encastillados en su yo, desprecian a los otros, temen toda aproximación humana que no se produzca a su más bajo nivel físico, es decir, a nivel sexual. Acusa Pinter a las clases más cultas, más provistas de principios, por su falta de creencia en ellos, por su cobardía, por su incapacidad de protesta, de resistencia, de rebeldía a la oleada destructora. Quienes han creído que Pinter plantea un problema de carácter sexual se han quedado en la superficialidad más aparente de este tremendo drama. No. Pinter va mucho más allá. Ninguno de los personajes de RETORNO AL HOGAR está en el límite de los conflictos sexuales. No se trata de seguir oprimiendo el instinto sexual y las relaciones entre los seres humanos condicionadas por ese instinto, sino de poner al descubierto la inmensa y purulenta llaga de una sociedad en la que los hijos desprecian, desoyen, odian, no sin motivo, al padre; en la que los hermanos carecen de todo sentimiento fraternal; en la que no existe respeto alguno al otro; en la que cada ser porta oculta su pústula moral y se complace en ella, pide para ella estatuto de igualdad, norma de libertad y de respeto, aunque él no está dispuesto a respetar a su vez a nadie. Harold Pinter nos moraliza, pues, desde un realismo abrupto, erizado,

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 que expresa mediante un lenguaje obstinadamente vulgar. Los personajes no hacen literatura. Hablan. Se repiten. A veces no aciertan a contestarse, porque están aislados en la aparente comunicación. No se elevan porque son vulgares. No se explican porque carecen de explicaciones. Viven. Actúan. Y este vivir, este actuar nos hiere porque está en oposición a unas construcciones morales e intelectuales, cuyo ocaso descubre cruelmente el escritor, sin apiadarse, sin sermonear, sin promover soluciones. Aquí, guste o no guste, hay que tener el valor de decir que RETORNO AL HOGAR es una tremenda pieza de gran teatro; que los seres que en ella se mueven son vivos, son cruelmente vivos; que todos ellos, sin excepción, padecen en un estado de libertad aparente, que no es tal, sino la esclavitud bajo sus instintos, sus frustraciones, sus inhibiciones, y que Pinter — como Max Frisch en su fenomenal obra Biederman y los incendiarios — logra reflejar la espantosa imagen de una sociedad que se autodestruye, sin que nadie sea capaz de encontrar para ella rebeldías, resistencias salvadoras. Como en una de sus primeras obras cortas, La habitación, escrita en 1957, Pinter nos muestra aquí el horror de los seres que viven refugiados en el purulento ámbito de un falso hogar, ante la irrupción de otros seres que vienen de fuera a romper el equilibrio cobarde de un interior corrompido. Teddy y su esposa son devorados por la ameba espantosa de esa falsa familia que no es otra cosa que una masa informe cuya levadura está compuesta de odio, resentimiento y egoísmo. El tratamiento, de un realismo despiadado, es magistral. Cada personaje toma perfil ante el espectador, más por sus actos y por las palabras de los otros que por sus propias palabras, y el oscuro drama que entre ellos se anuda, trasciende y sube, escena a escena, a los planos que nos llenan de horror con su parecido a una sociedad — ¿sólo la británica? — que se descompone. Luis Escobar ha traducido muy bien el difícil texto, conservando su deliberado vulgarismo, sus repeticiones, sus fórmulas sintácticas populares. Lo que oímos suena a español, pero nos evoca lo inglés. Sutil y dificilísima traslación: hacer que se universalice lo local español por su resonancia en lo local británico. Pocos lenguajes dramáticos hay tan veraces, tan hondos, tan misteriosos y tan elocuentes como el de Harold Pinter. Escobar ha logrado su fidelísima conversión al español de nuestros días.

LORENZO LÓPEZ SANCHO (De ABC, de Madrid.)

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

¡Fenomenal noticia! ¡Nos han dado el Premio Nobel de Arte de Gobernar el Mundo! Steve Bell (The Guardian, 14/10/05)

Tres textos políticos de

Harold Pinter

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27 de diciembre de 2002

La administración norteamericana es una bestia sedienta de sangre Harold Pinter Traducido por Juan Duchesne Winter

A principios de año fui operado de cáncer. La cirugía y sus efectos me provocaron una pesadilla. Sentí que no podía nadar bajo agua en un interminable, oscuro y profundo océano. Pero no me ahogué y me alegro de estar vivo. Sin embargo, supe que emerger de una pesadilla personal era entrar en una pesadilla pública infinitamente más avasallante - la pesadilla de la histeria, la ignorancia, la arrogancia, la estupidez y la beligerancia norteamericanas; la nación más poderosa que el mundo ha conocido, lidiando la guerra contra el resto del mundo. "Si no están con nosotros, están contra nosotros", ha dicho el presidente George W. Bush. También ha dicho: "No permitiremos que las peores armas del mundo permanezcan en manos de los peores líderes del mundo." Dices bien. Mírate en el espejo amiguito. Ese eres tú. Estados Unidos está desarrollando en este momento avanzados sistemas de "armamentos de destrucción en masa" y se prepara para usarlos donde crea necesario. Ellos tienen más armas que las que pueda amasar el resto del mundo. Ellos han rechazado todos los acuerdos internacionales sobre armas químicas y biológicas, denegando la inspección de sus propias fábricas de armamentos. La hipocresía tras sus declaraciones públicas y sus acciones es casi un chiste. Estados Unidos cree que las 3,000 muertes de Nueva York son las únicas muertes que cuentan, las únicas muertes que importan. Son muertes "americanas." Las otras muertes son irreales, abstractas, de ninguna consecuencia, según ellos. Las 3,000 muertes causadas por ellos en Afganistán nunca se mencionan. Los cientos de miles de niños iraquíes muertos gracias a las sanciones norteamericanas y británicas que los han privado de medicamentos esenciales nunca se mencionan. Los efectos del uranio reducido, usado por Estados Unidos en la guerra del Golfo nunca se mencionan. Los niveles de radiación en Irak son alarmantes. Nacen bebés sin cerebro, sin ojos, sin genitales. Donde van los oídos tienen la boca o el recto, lo que mana de esos orificios es sangre. Las 200,000 muertes causadas en Timor Oriental en 1975 por el gobierno indonesio que Estados Unidos inspiró y apoyó, nunca se mencionan. Las 500,000 muertes en Guatemala, Chile, El Salvador, Nicaragua, Uruguay, Argentina y Haití, en acciones apoyadas y subsidiadas por los Estados Unidos, nunca se mencionan. Los millones de muertos en Vietnam, Laos y Camboya

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 nunca se mencionan. El padecimiento desesperado de los palestinos, factor central en la crisis mundial, apenas se menciona. ¡Pero qué malinterpretación del presente y qué perversión de la historia es ésta! Los pueblos no olvidan. No olvidan la muerte de los suyos, no olvidan la tortura y la mutilación, ellos no olvidan la injusticia, no olvidan la opresión, no olvidan el terrorismo de las grandes potencias. No sólo los pueblos no olvidan, sino que contraatacan. La atrocidad cometida en Nueva York era predecible e inevitable. Fue un acto de retaliación contra las manifestaciones sistemáticas del terrorismo de estado ejercido por los Estados Unidos a lo largo de muchos años, en todas partes del mundo. En Gran Bretaña el público ha recibido la advertencia de estar vigilante y preparado para potenciales actos terroristas. El lenguaje mismo que se usa es descabellado. ¿Cómo se materializará esa vigilancia pública? ¿Usando una bufanda sobre la boca para filtrar los gases venenosos? Sin embargo, cualquier ataque terrorista sería inevitable consecuencia de la despreciable y vergonzosa sumisión de nuestro Primer Ministro a los Estados Unidos. Al parecer ya fue interceptado un ataque de gas venenoso en el metro de Londres. Pero ese tipo de acción aún podría perpetrarse. Miles de escolares usan el metro a diario. Si ocurriera un ataque de gas que los matara, toda la responsabilidad recaería sobre nuestro Primer Ministro. Es innecesario aclarar que el Primer Ministro no viaja en metro. La guerra contra Irak constituye, de hecho, un plan de asesinato premeditado contra miles de civiles para supuestamente librarlos de su dictador. Estados Unidos y Gran Bretaña prosiguen un curso de acción que sólo conducirá a una escalada de violencia a través del mundo y a la catástrofe. Es obvio, sin embargo, que Estados Unidos está inflado de ganas de atacar a Irak. Creo que ellos lo harán, no sólo para tomar control del petróleo iraquí, sino porque la actual administración norteamericana es en estos momentos una bestia sedienta de sangre. Las bombas son su único vocabulario. Muchos norteamericanos están horrorizados ante la postura de su gobierno, pero parecen estar desvalidos. A menos que Europa reúna la solidaridad, la inteligencia, el valor y la voluntad para resistir el poder de Estados Unidos, Europa misma se hará merecedora de la declaración de Alexander Herzen - "Nosotros no somos los médicos, nosotros somos la enfermedad." (Harold Pinter es uno de los más prestigiosos dramaturgos contemporáneos de la lengua inglesa. Impresionan las directas e impactantes palabras de este humanista que se opone a la Guerra Mundial Permanente de Bush. El texto, parte del discurso pronunciado al recibir un título honorario de la Universidad de Turín, Italia, se publicó en el Daily Telegraph, Londres, 11 de diciembre de 2002.)

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 31 de marzo de 2003

God Bless America! Harold Pinter Traducido por Francisco González

Here they go again, The Yanks in their armoured parade Chanting their ballads of joy As they gallop across the big world Praising America's God. Ahí viene otra vez el desfile, el desfile acorazado de los yanquis cantando sus himnos gloriosos a galope por el ancho mundo, y alabando a su Dios Americano.

The The The The The

gutters are clogged with the dead ones who couldn't join in others refusing to sing ones who are losing their voice ones who've forgotten the tune. Los muertos nos atascan las cloacas: los que no llegaron al desfile, los otros que se niegan a cantar, los que están perdiendo la voz, los que no recuerdan la melodía.

The riders have whips which cut. Your head rolls onto the sand Your head is a pool in the dirt Your head is a stain in the dust Your eyes have gone out and your nose Sniffs only the pong of the dead And all the dead air is alive With the smell of America's God. Los jinetes tienen látigos que cortan. Te rueda la cabeza por la arena. Es un charco en el suelo, tu cabeza, es una mancha en el polvo. Los ojos se te han ido, y la nariz

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 sólo siente la peste de los muertos. Y todo el aire estancado sopla duro con el olor del Dios Americano.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Eso nunca ocurrió por Harold Pinter

¿Puede ser verdad? ¿Es posible que los otros "grandes poderes" del mundo estén por fin cambiando de actitud, y que su rechazo de la forma que tienen los EEUU de afirmar su poder los esté llevando a la acción? Durante los últimos cuatro años las Naciones Unidas siempre han votado a favor de las mociones que condenan el embargo de los EEUU a Cuba, esta vez por 137 votos (incluida Gran Bretaña) contra 3. Los países que se opusieron a la moción fueron los EEUU, Israel y Uzbekistán. La Unión Europea denuncia a los EEUU en la Organización Mundial del Comercio argumentando que la ley de Helms/Burton es ilegal. Catorce de los quince miembros del Consejo de Seguridad (incluida Gran Bretaña) votaron contra el veto de los EEUU a Boutros Ghali. Los EEUU se quedaron solos. ¿Cómo puede ningún país resistir contra tal consenso: 137-3; 14-1? ¿Como puede algún país, a la luz de tal condena general de sus políticas y acciones, no tomarse una pausa y pensar un poquito, al menos someterse a la tentativa de una moderada autocrítica? La respuesta es muy simple. Si crees que tienes la sartén por el mango te importa un pepino. Dices sin rodeos: sí, claro , tengo prejuicios y soy arrogante, y en muchos aspectos ignorante, ¿y qué? Tengo una fuerza económica y militar que me respalda hasta las cachas, y me importa un pepino quien lo sepa. Si te digo que también mi grado de moralidad es el más elevado es mejor que me creas. Los EEUU representan, sin duda, el mayor espectáculo del mundo. Por brutales, indiferentes, despectivos y despiadados que sean, el caso es que también son muy listos. Se promocionan a sí mismos como un vendedor y su mercancía mas preciada es su autoestima. Son unos ganadores. Los EEUU se han autoeducado para estar enamorados de si mismos. Escuchen a Clinton -y antes de él, Bush, y antes Reagan, y antes todos los demás- decir en televisión las palabras: "el Pueblo Americano";" como en la frase: "Le digo al Pueblo Americano, es hora de rezar y defender los derechos del Pueblo Americano y le pido al Pueblo Americano que crea en su presidente para la acción que está a punto de emprender en nombre del Pueblo Americano". La nación solloza. Es una estratagema brillante. El lenguaje está realmente empleado para dejar el pensamiento desterrado. Las palabras "el Pueblo Americano" proporcionan un voluptuoso colchón para su autoafirmación. No necesitas pensar, solo recuéstate en el colchón. El colchón puede estar sofocando tu inteligencia y tus facultades 69

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 criticas, pero no lo sabes. Nadie te lo dice, así que es status quo se mantiene en su sitio y Papa Noel sigue siendo americano y América sigue siendo la Tierra de los Valientes y el Hogar de los Hombres Libres. Excepto, claro, para el millón y medio de gente en prisión, los 50 millones que viven bajo el umbral de la pobreza, los adolescentes y deficientes mentales a punto de ser gaseados, o inyectados, o electrocutados en 38 de los 52 estados que practican la pena de muerte. Ellos no sienten lo mismo ante ese colchón de autoafirmación, pero de todas formas nadie les escucha. Como la mayoría son pobres y negros son esencialmente subversivos. Son subversivos porque donde hay resentimiento, critica, degradación y hambre la estabilidad del Estado se ve amenazada. La única cosa que pueden tener es a Dios. Si Le quieren. Dios pertenece a cualquier americano. Los sucesivos presidentes americanos han dejado esto muy claro. Algunas veces miras hacia atrás en la historia reciente y te preguntas. ¿Realmente sucedió todo eso? ¿Se masacró a medio millón de "comunistas" en Indonesia en 1965? ¿Asesinaron a 200.000 personas los invasores Indonesios en Timor Oriental en 1975? ¿Han muerto 300.000 personas en Centroamérica desde 1960? ¿Ha alcanzado la persecución del pueblo kurdo en Turquía niveles cercanos al genocidio? ¿Están muriendo innumerables niños iraquíes cada mes, por falta de comida y medicinas, debido a las sanciones de la ONU? ¿Los golpes militares en Argentina, Uruguay, Brasil y Chile produjeron niveles de represión e intensidad de sufrimiento comparables a la Alemania nazi, a la Rusia estalinista y a los jemeres rojos? ¿Es que los EEUU de alguna forma inspiraron, originaron, financiaron y sostuvieron este estado de cosas? La respuesta es sí, lo hicieron y lo hacen. Pero tú nunca lo sabrías. Eso nunca ocurrió. Nunca ocurrió nada. Incluso mientras estaba pasando, no estaba pasando. Eso no importaba. No era de interés. Los crímenes de los Estados Unidos en todo el mundo han sido sistemáticos, constantes, impasibles, asépticos, despiadados, y están completamente documentados, pero nadie habla de ellos. Nadie lo ha hecho nunca. Por supuesto, hacer esto le costaría la vida a un periódico o una cadena de televisión. Debemos decir que ya que la base de todo esto es la absoluta necesidad de control económico, a cualquier inocente ciudadano al que se le ocurra levantar la cabeza habrá que patearlo en los dientes. Esto es completamente lógico, el mercado debe triunfar y triunfará. Tal vez la historia que es el colmo de los colmos, la más sangrante, es la historia de Haití, una historia que el mundo ha ignorado virtualmente durante décadas. Haití sufrió bajo la horrorosa dictadura de Duvalier y sus fuerzas paramilitares, los Ton Ton Macoutes, durante 29 años. En 1986 la indignación popular era tan grande que el 70

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 régimen cayó. Le siguieron otras dictaduras militares, pero en 1990 tuvieron lugar las únicas elecciones democráticas en Haití. Aristide fue elegido con un 67 por ciento de los votos. Su programa era: "Para llevar al pueblo haitiano de la miseria a la dignidad"". Ocho meses después hubo un golpe de estado. Durante tres años los militares volvieron a mandar. En este periodo fueron asesinadas 5.000 personas. Los Estados Unidos finalmente se vieron obligados a actuar, y enviaron a la isla fuerzas de la ONU para "restaurar la democracia". Lo que realmente hicieron fue restaurar el status quo, proporcionándoles a los generales varios métodos de asilo y protección, y defenestrar a Aristide. Sus políticas económicas, por las que le había elegido el pueblo, fueron abandonadas y el FMI y el Banco Mundial entraron en escena. Insistieron en la aplicación de una política de ajustes estructurales que amenaza cualquier esperanza de desarrollo equitativo y de progreso para el país. El pueblo en Haití se refiere a este plan como el "Plan Muerte". Destruirá la economía campesina del país. A toda prisa, el ejército de los EEUU se llevó del cuartel general del ejército 160.000 páginas de documentos. Los EEUU se niegan a devolver estos documentos. ¿Por qué? Adivínalo. Los documentos muestran el grado de implicación de la CIA en el golpe que derrocó a Aristide en 1991. Por último, una elegía. Ha caído el telón, se han apagado las luces, como si nunca hubiera ocurrido. En 1979 los Sandinistas triunfaron en una revolución popular contra la dictadura de Somoza. Se dedicaron a dirigir un país golpeado por la pobreza con un vigor y una determinación sin precedentes. Introdujeron una campaña de alfabetización y facilitaron la sanidad a todos los ciudadanos, cosa inusual no sólo en la región, sino en todo el continente. Los Sandinistas tenían muchos fallos, pero eran considerados, inteligentes, decentes y no tenían malicia. Crearon una sociedad plural, espontánea, activa. Los EEUU la destruyeron, emplearon todos los medios a su alcance y, con el coste de 30.000 muertos, lo mandaron todo al carajo. Y están orgullosos de ello. La tendencia general estos días es decir: ""¡Oh, vamos! Todo eso es el pasado, a nadie le interesa. No funcionó, eso es todo, ya sabe todo el mundo como son los americanos, no seas inocente, así es el mundo, no podemos hacer nada, y además ¿a quién coño le importa?" Por supuesto, como dicen ellos, por supuesto. Pero, permítanme decirlo, los muertos nos siguen mirando,- fijamente, esperando a que reconozcamos nuestra participación en su asesinato.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Una entrevista política con

Harold Pinter

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 "Las organizaciones empresariales se reúnen para formar máquinas de fuego antiaéreo empleando recursos financieros que aniquilan el poder de comunicación de ecologistas, grupos pro-derechos humanos y de cualquiera que sea crítico con el poder"

Pensamientos impensables: una entrevista con el Premio Nobel Harold Pinter David Edwards Znet

En julio del 2001, Rebelión publicó esta entrevista que ahora rescatamos como muestra del compromiso político de Harold Pinter, quien a lo largo de toda su vida y sin esperar al 11-S ha denunciado los horrores del imperialismo y las manipulaciones de los medios de comunicación que lo sostienen. En muy pocas ocasiones la academia Sueca ha acertado al premiar al mismo tiempo la calidad literaria y la sensibilidad y beligerancia políticas como las dos caras inseparables de la creación literaria. Esta ha sido sin duda una de ellas. ¿Quiénes son exactamente esos "Nosotros" de los que nos habla? "Hubo una época" -- Harold Pinter confesó a la Confederación de Sicólogos Analíticos en junio -- "en que yo pensaba que Tony Blair haría bien en consultar a uno, o incluso a dos, de vosotros, damas y caballeros, que estáis aquí esta noche. Me impresionó ese brillo de combate demencial en sus ojos. Pero ahora ya no estoy tan seguro de que esté realmente chiflado. He llegado a la conclusión de que su fervor y fanatismo moral son una mascarada." No hay datos acerca de cómo reaccionó esa audiencia de terapeutas junguianos ante la descripción del paciente potencial como "chiflado" - ¡un diagnóstico terapéuticamente 'incorrecto' como el que más! pero en todo caso había temas más urgentes que discutir: el tema de la conferencia de Pinter era "La acción de la OTAN en Serbia" o más exactamente: "¿A qué se debe la acción de la OTAN en Serbia?" Lo que sigue es la conclusión a la que llega Pinter: "La respuesta parece ser el considerable potencial petrolífero en la región del mar Caspio." Los lectores se darán cuenta inmediatamente de que esto está a un millón de kilómetros de los medios convencionales y del consenso político de que la acción de la OTAN estuvo verdaderamente motivada por el deseo de "impedir una catástrofe humanitaria." Un periodista del Guardian ridiculizó la idea de que el petróleo pudiera haber sido una consideración en los motivos de la OTAN: "Qué absurdo es referirse al petróleo en la región del mar Caspio como algo que pudiera tener algo que ver con la operación de la OTAN. El mar Caspio está a más de mil kilómetros de Yugoslavia." (Jonathan Freedland) 73

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 "Claro que sí," responde Pinter, "pero para llevar el petróleo del mar Caspio a las manos del Occidente, no pueden usar baldes. Se necesitan oleoductos y esos oleoductos tienen que ser instalados y protegidos. Las reservas de petróleo en el mar Caspio son vastas. Los oleoductos significan que la seguridad en los Balcanes es de una concreta importancia económica y estratégica." Los escépticos podrían recordar que los medios convencionales también se burlaron de la idea de que la Guerra del Golfo era por el petróleo. Cuando las nubes de la guerra comenzaban a aparecer en septiembre de 1990, el Independent sugirió que tal vez estábamos siendo testigos de un "renacimiento del idealismo estadounidense" que podría "hacerse una vez más relevante a las mejores esperanzas de la humanidad" ahora que la Guerra Fría había terminado. El Financial Times rechazó toda mención del petróleo como un motivo, insistiendo que la guerra se produjo "no a causa del orgullo desmedido o del imperialismo de EE.UU. o por el petróleo" sino porque "la anexión de Kuwait fue un acto intolerable para un mundo que no puede vivir en paz si la integridad de las naciones es tratada de manera tan superficial." Los serbios, sin duda, estarían de acuerdo con este sentimiento. También hay paralelos inquietantes con la guerra serbia en la forma en la que los comentaristas de los medios celebraron la Guerra del Golfo como una "victoria para la psique," lograda por George Bush, que fue un cabrón inflexible" (Boston Globe.) El Times declaró que fue "Una victoria militar memorable", mientras el Financial Times la llamó "un éxito militar extraordinario." A sólo ocho años, la "memorable victoria" puede ser vista claramente como lo que fue, una masacre, mientras que la idea de que la matanza fue por alguna otra cosa que por el petróleo, es algo entre ridículo y asqueroso. Puede suceder que sea Pinter, por lo tanto, quien ría el último. Le pregunté cómo recibieron los sicólogos su versión de los acontecimientos: HP: Bueno, fue una noche tremenda, de verdad. Fue una velada muy interesante, porque estaba repleta, sabe -eran todos psicoterapeutas junguianos - y presenté mi discurso, y ¡después de verdad que se armó la gorda! DE: ¿Cómo? HP: Bueno, lo qué sucedió realmente era allí era que había siquiatras masculinos bastante tradicionales - ser siquiatra no significa que seas un radical, realmente se puede ser cualquier cosa- pero allí era también había un cuerpo entero de los sicoterapeutas femeninos de Serbia, que practican aquí en Inglaterra Y entre estos dos grupos hubo tremendos choques que llegaron a ser muy apasionados, y realmente violentos. 74

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 DE: ¡Violentos! HP: No es que llegaran realmente a las manos, pero fue muy intenso. DE: ¿No lograron controlar satisfactoriamente su enojo? HP: Por cierto que no, estaban realmente expresándolo, puedo asegurárselo. Así que fue una noche de esas. DE: ¿Cómo reaccionaron las mujeres serbias a lo que Ud. dijo? HP: Bueno, las mujeres serbias estuvieron muy de acuerdo conmigo. Yo estaba siendo atacado personalmente por los que simplemente repetían como papagayos los mismos viejos clichés: 'Genocidio, hay que hacer algo al respecto' y todo lo demás. DE: Es sorprendente lo bien que han podido sofocar el debate, ¿no le parece? HP: Sí, vergonzoso. DE: Sabe, 'Teníamos que hacer algo, está ocurriendo un genocidio,' cuando en realidad son 2000 las personas que han muerto entre todos los participantes, en los doce meses anteriores a que comenzaran los bombardeos... HP: Tiene toda la razón. Cuando dijeron "Nosotros teníamos que hacer algo," yo dije "¿Quiénes son exactamente esos 'nosotros' de los que hablan? Ante todo, ¿Quiénes son 'nosotros'? ¿Bajo que título actuamos 'nosotros, ´ bajo qué ley? Y también la idea de que ese 'nosotros' tenga el derecho de actuar,' dije, 'presupone una autoridad moral, ¡de la que ese 'nosotros' no posee ni un ápice! ¡No existe! DE: Y también en términos de 'nosotros,' la OTAN no responde a electores de ningún tipo, Jamie Shea (el portavoz de la OTAN) no representa a nadie. HP: Exactamente. Todo esto fue, como creo que en realidad todo el mundo lo sabe, totalmente ilegítimo, totalmente ilegal, totalmente inmoral, y, de verdad, criminal. En realidad, las mujeres serbias estuvieron realmente impresionantes, saben verdaderamente de qué están hablando. Se burlaron de una cantidad de ideas, invenciones y mentiras preconcebidas que los siquiatras varones estaban simplemente repitiendo, sabe, porque las habían leído en los periódicos. Y, por cierto, las mujeres serbias también conocían su historia, y es mucho más de lo que sabemos por acá. Así que eso es lo que pasó. Estoy muy contento de haberlo hecho. Pensamiento impensable No. 1 -- ¿Prensa libre o prensa corporativa? DE: Lo que pensé que sería interesante - podemos hablar más del tema serbio más adelante-- pensé que el título de esto podría ser algo como "Pensamientos Impensables."

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Me parece que hay una cantidad de grandes pensamientos impensables que casi nunca llegan a los medios convencionales. En cierto sentido, pienso que los medios convencionales no pueden manejar esas ideas, de manera que las han excluido. La primera, es la idea de que la prensa corporativa no es una prensa libre. Como usted sabe, Edward Herman y Noam Chomsky han propuesto un modelo de propaganda del control de los medios. El modelo discute la existencia de cinco 'filtros' mediante los cuales el dinero y el poder logran filtrar las noticias 'aptas 'para la publicación,' marginan el inconformismo, y permiten que el gobierno y los intereses privados dominantes hagan llegar su mensaje al público. Pausa de reflexión No. 1 - El modelo propagandístico En su obra clásica "Fabricando el consenso - la economía política de los medios de masas" (Panteón, 1988), Edward Herman y Noam Chomsky presentaron su "modelo propagandístico del control de los medios." Herman y Chomsky señalan que los medios están compuestos de grandes corporaciones, todas en el negocio de aumentar al máximo los beneficios, todas ligadas a la bolsa de valores. Esas corporaciones también son de propiedad de gente rica, que generalmente está en los consejos de administración de otras corporaciones mayores, y que tienen incontables contactos personales y empresariales. La neutralidad de la prensa, por ello, está seriamente comprometida, sugieren, por el simple hecho de que los medios de masas están compuestos por corporaciones, propiedad de capitalistas ricos, a la busca de beneficios. El poder de la publicidad también limita la libre información. Antes de que los anunciadores se hicieran predominantes, el precio de un periódico tenía que cubrir los costos de producción. Con el crecimiento de la publicidad, los periódicos atractivos para los anunciadores pudieron reducir el precio por ejemplar, por debajo del costo de producción. Esto colocó a los periódicos que atraían menos publicidad en una condición de seria desventaja. El sistema de medios corporativos, por ello, es el que es elegido por su simpatía hacia las empresas, mientras que se tiende a negar ingresos por publicidad a los medios más radicales, ayudando a asegurar que sean marginados o que desaparezcan totalmente. Los medios de masas son también llevados inevitablemente hacia una relación simbiótica con las más poderosas fuentes de información, por necesidad económica y por interés mutuo. Los medios deben tener un suministro regular, fiable de noticias, de manera que se concentran los recursos en los sitios en los que es probable que ocurran noticias importantes. La Casa Blanca, el Pentágono, y Downing Street No. 10, son centros de noticias de este tipo. Los reporteros y editores que ofenden a esos centros de poder de la comunicación, pueden perder rápidamente el acceso al flujo

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 vital de la información mediática - las noticias frescas. Como ha escrito el analista de medios estadounidense, Walter Karp: "Es una amarga ironía del periodismo basado en las fuentes... el que los periodistas más estimados, son precisamente los más serviles. Porque ganan acceso a las 'mejores' fuentes haciéndose útiles a los poderosos" Los intereses poderosos también pueden presionar a los medios para que sigan la línea de lo que Herman y Chomsky llaman "fuego antiaéreo." El término fuego antiaéreo se refiere a las reacciones negativas a una declaración de la prensa o a un programa, y pueden tomar la forma de cartas, telegramas, llamadas telefónicas, demandas, juicios legales y discursos. Una forma de fuego antiaéreo es la amenaza de retirar ingresos por publicidad; esta sola amenaza a menudo basta para persuadir a los editores para que reconsideren su enfoque. Las organizaciones empresariales se reúnen regularmente para formar "máquinas de fuego antiaéreo" empleando amplios recursos financieros que aniquilan el poder de comunicación de los ecologistas, de los grupos pro derechos humanos, y de cualquiera que pueda tratar de impulsar una línea menos amistosa hacia el poder en los medios. DE: Me parece que la idea que tenemos de una prensa libre es, en realidad, una ilusión -esto se aplica en general a los medios de masas-- lo que tenemos es una prensa corporativa, un medio de masas corporativo, que no es lo mismo. HP: Sabe, hay una gran historia en el libro de Nick Cohen "Cruel Bretaña" sobre Monsanto y el tema de la manipulación genética (MG.) Dos reporteros de una compañía de televisión en EE.UU. descubrieron lo que ocurre realmente con los alimentos manipulados genéticamente, y dijeron "Tenemos que continuar con esto y tenemos que hacer un programa al respecto," y los empujaron suavemente a un lado - no fue un '¡no!' directo, fue solamente "No, no lo creo, no hay pruebas," etc., y sólo se les empujó fuera de todo el asunto hasta que se irritaron mucho, mucho, y dijeron "Tenemos que hacerlo, es responsabilidad de la compañía que se haga." Y el jefe terminó por decir: "Escuchen, ¡las noticias son las que nosotros decimos que son noticias! ¡Y basta! ¡Y, para nosotros, éstas no son noticias, OK! ¡Y los despidieron! Así, ¡las noticias son las que nosotros decimos que son noticias!, es definitivo -tratan de no decir algo así-- pero si los empujan demasiado, es la última consecuencia. DE: ¿Le ha pasado algo parecido en su propia experiencia? Parte de su material es verdaderamente ofensivo según los estándares convencionales, pero logra pasar – no es muy común que este tipo de material logre pasar, ¿no es cierto? HP: Así es, así es. En realidad nunca he sido censurado al respecto, aparte de mi poema 'Fútbol Estadounidense,' que considero como un

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 acto de censura en su época -durante la Guerra del Golfo-- sin duda alguna. HP: Fuera de eso, no me ha ocurrido. La manera en la que me manejan es distinta. Le daré dos ejemplos. Una fue cuando escribí esa "Carta Abierta al Primer Ministro," el Sr. Blair. Como usted sabe el Guardian la publicó, pero cuando tomé el Guardian al día siguiente y abrí el periódico, ¡lo que leí fue 'Escritor Indignado" en vez de 'Carta Abierta al Primer Ministro'! DE: ¿Qué lo llevó a darle importancia a ese título? HP: Bien, se lo diré con exactitud. Significaba 'Algún escritor idiota está indignado. Este tipo está siempre indignado. No es como su lechero local o el conductor del autobús: es un escritor - esos escritores-- usted no puede tenerles ni un poco de confianza, está siempre indignado.' Así que llamé al tipo, se llama David Leigh, el redactor de esa página, y le dije '¿Por qué lo tituló 'Escritor Indignado'? Y dijo, 'Bueno, ¿no está indignado?' Le dije, sabe, 'Ése no es el asunto,' le dije... porque el tono del artículo era de considerable ironía y burla, por mi parte -no había indignación, deje afuera la indignación. Mi indignación y desprecio están implícitos en el artículo, pero yo estaba, en realidad, tomando el asunto bien a la ligera, todo el tono de voz era bien ligero e irónico. Así que llamarlo 'Escritor Indignado' significa que no es necesario leerlo. Y le daré otro ejemplo que creo que es realmente importante en este contexto. Hace un par de años, el Observer - al que he renunciado, a propósito, después de treinta y cinco, cuarenta años, ¡al diablo! Volveré a eso - hace un par de años, el Observer colocó en su primera página una noticia sobre un desertor kurdo del PKK sobre el que decían que había revelado que el PKK iba a envenenar a todo el mundo, tenían todo el veneno necesario. ¡Esas sí son noticias para primera plana! Así que escribí una carta diciendo '¿Quién es este tipo? ¿Cuál es su evidencia? ¿De qué están hablando? ¿Conocen ustedes los hechos reales sobre la situación turco--kurda? Explíquense.' Y mi carta fue publicada. ¿Pero sabe cómo la llamaron? Le pusieron un pequeño título: 'Un dramaturgo despotrica.' Ya ve, así que es sistemático. DE: ¿Vio usted algo de Jay Rayner hace un par de meses...? HP: Por eso fue. Por eso renuncié finalmente al Observer. Renuncié después de eso. DE: Yo lo leí, me sorprendió. Fue muy por el estilo de, sabe 'se necesita gente como Harold Pinter porque él siempre se escandaliza por algo y es algo bastante divertido, pero... ' HP: Decía que todo lo que hago es gritar de esa manera: 'Él grita por todo,' sabe. Es otra manera de denigrar a alguien que insiste en mantener una posición política seria. Una de las cosas que estaba 78

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 incluidas en mi "griterío" fue mi programa de televisión sobre la OTAN. La implicación era que cualquier ataque contra los bombardeos de la OTAN tiene que ser irracional. Pausa de reflexión No. 2 - Ridiculizando el inconformismo.

Después de la entrevista, saqué el artículo de Jay Rayner del Observer, del 16 de mayo de 1999. El título era "Pinter del descontento" y los subtítulos debajo decían: "Odiaba a Pinochet; detestaba a Thatcher; no le gusta EE.UU.; deplora a la OTAN; se disgusta cuando sus obras de teatro no son mostradas en el West End. Este Harold - siempre está quejándose de algo." Rayner se refiere a las obsesivas "quejas" de Pinter unas treinta veces, utilizando lenguaje como: "furioso," "sonido y furia," "mascullar," "escandalizado," "atacando," "hostilidad," "riñendo," "siempre dispuesto a comenzar una pelea," "gritando," "abucheando," "furia," (otra vez), "enfurecido" (una vez más.) Como se mencionara en la entrevista, este énfasis en el enojo se utiliza sistemáticamente para desprestigiar los argumentos políticos de Pinter. Está en buena compañía, sin embargo, porque el mismo tipo de ataques se dirigen contra todas las voces radicales disidentes que llegan a los medios convencionales. Noam Chomsky, por ejemplo, ha recibido un tratamiento bastante parecido, cuando el Times de Murdoch lo describe como "El intelectual más adusto y sin sentido del humor de EE.UU." (Citado en el Guardian, 7.12.96) Lo que es interesante, es que Chomsky ha discutido la lógica detrás del tipo de crítica dirigida contra Pinter: "De alguna manera ellos [los periodistas de la prensa convencional] tienen que librarse del asunto [los argumentos de los disidentes.] Uno no puede enfrentar los argumentos, claro, porque en primer lugar tendría que saber algo, tampoco podría responder a los argumentos, porque son correctos. Por ello, lo que tiene que hacer es lograr desecharlos de alguna manera. Así que esa es una técnica, 'es sólo emocional, es irresponsable, es enfado.'" (Crónicas del disenso, p. 79.) El científico climatólogo, Ben Santer del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, fue atacado por el grupo de presión del carbón y el petróleo, cuando el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC en inglés), del cual formaba parte, confirmó en mayo de 1996, que el resultado de la evidencia sugería que sin duda había una influencia humana discernible en el recalentamiento global. Entre otras cosas, se acusó a Santer de "limpieza científica." Compárese el relato de Santer de los ataques en su contra con la explicación arriba citada de Chomsky: "Lo que era inquietante en las críticas era que se concentraban en la integridad de científicos individuales - no se concentraban para nada en la ciencia. Todo lo que decían era claramente falso, y uno denunciaría ese hecho y así y todo 79

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 continuarían diciéndolo. Es un descubrimiento difícil, pienso, para un científico: que exista gente en el mundo que no es accesible a la razón, que no está verdaderamente interesada en comprender mejor a la ciencia." (Ben Santer, Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, "Siete días que estremecieron al mundo, BBC2. 30.8.99.) La crítica personal de este tipo, por lo tanto, es el método preferido para atacar un argumento sin discutirlo realmente: "Supongo que tienes que tener a John Pilger. Con su bronceado, su corte de pelo a la Byron, su penosa, sacerdotal, expresión oral y su evidente amor por sí mismo, la principal reacción es cambiar de inmediato a BBC1... "(Charles Jennings, criticando "La conspiración de Timor" de Pilger, Observer, 24.1.99) En otro lugar, Roy Hattersley ha criticado a Pilger por ser incapaz de "tener razón sin ser justo" Al considerar la respuesta de Hattersley, tenemos que recordar el tema de muchos de los escritos de Pilger. Pilger, como Pinter, no se parece en nada a la mayor parte de los comentaristas políticos; a menudo Pilger llama nuestra atención sobre el hecho de que nuestros gobiernos, nuestras corporaciones, nuestros fabricantes de armamentos, están beneficiándose de la muerte y del sufrimiento de cientos de miles de hombres, mujeres y niños inocentes en el Tercer Mundo. Imaginen, entonces, que alguien irrumpiera en su sala de estar gritando que la escuela está en llamas, que los niños están siendo quemados vivos. ¿Qué pensaríamos de alguien que criticara la expresión oral del mensaje, tal vez debiéramos exclamar: "Es costumbre tocar a la puerta, ¿sabe?" Presumiblemente, nuestra reacción sería preguntarnos qué clase de persona podría llegar a pensar algo así cuando los niños realmente se están quemando vivos, cuando este individuo nos está implorando que hagamos algo al respecto. En otra parte, Hugo Young ha criticado a Chomsky por estar "enraizado en el pasado." El énfasis en el pasado es otro tema recurrente: 'Eso no es nada nuevo,' 'Ya hemos oído todo eso antes,' 'no me venga de nuevo con ese viejo argumento,' cuando en realidad los argumentos disidentes casi nunca tienen acceso a los medios convencionales. El escritor Milan Rai ha informado que el modelo propagandístico de Herman y Chomsky ha sido reseñado (y desechado) una sola vez en los medios convencionales de EE.UU. desde su publicación en 1988. DE: Desde luego también usan 'Perdonen, pero ese tipo es un dramaturgo, ¿qué diablos está haciendo comentando sobre política?' HP: Sí. DE: Lo que es interesante al respecto, es que Chomsky, de nuevo, se encontró exactamente lo mismo. Durante mucho tiempo dijeron 'Perdone, pero usted es un profesor de lingüística, ¿qué autoridad 80

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 tiene para hablar de política?' Y él dijo 'Bien, soy un ser humano--' Y éste, podría decirse, es el crítico más importante del mundo de la política interior, la política exterior, etc., de EE.UU. Es como si hubiera una especie de profesión de 'crítico social,' y que sólo después de pasar algo como un examen, uno llegara a calificarse de crítico social. Es muy extraño. También ocurre, ¿no es cierto? que digan: '¿Qué hace ese cómico indignado hablando de los bombardeos de Serbia? HP: Tiene razón, pero la moneda tiene un reverso. ¿Conoce el programa de televisión "Counterblast" [Respuesta enérgica] que hice [BBC2, 5.5.99]? Fue el único programa en toda la televisión británica, durante todo el período, que se declaró contra la guerra, que analizó la situación y el problema en forma crítica. La BBC lo hizo, no tenían alternativa -la jerarquía tuvo que dejar que sucediera, no hubo interferencia-- pero pasaron tres cosas que consideré muy importantes. La primera fue que no hicieron ningún tipo de publicidad para el programa --¡Nada!-- uno no podía saber que lo mostraban sino fuera por accidente... DE: ¿Y no podía ser más actual, no es cierto? Quiero decir que fue justo cuando estaban bombardeando... HP: No, no, fue justo cuando estaba ocurriendo. Segundo - no es la BBC, pero volviendo a la prensa - lo ignoró por completo. DE: Así es, no fue reseñado en el Guardian, por cierto. ¿Recibió una mención en alguna parte? HP: No, el único que hizo una reseña fue Timothy Garton-Ash en el Independent ('Vívido, sombrío, fuerte y magnífico -pero equivocado,' 6.5.99), y escribió un artículo que al fin de cuentas fue un ataque, pero por lo menos fue una reacción. DE: ¿Dijo que usted estaba indignado? HP: No, no, estuvo bien... Pero fuera de eso no hubo nada. Lo que sí pasó, el reverso de la moneda que mencioné, fue que recibí más cartas de la gente en este país por ese programa, que las que había recibido en toda mi vida sobre cualquier tema. DE: ¿Cuántas? HP: Bueno, entre 350 y 400 cartas. Hubo, diría, unas diez que me llamaron un verdadero, sabe, cabrón, y el resto, el resto, fueron cartas verdaderamente muy conmovedoras, porque demostraban la profundidad de la vergüenza de la gente en este país -no puedo decirle-- y el enojo, y la impotencia, y la frustración. Una proporción extraordinaria de ellos simplemente renunciaron del Partido Laborista. Así que eso me impresionó mucho, y me dijo que por debajo de lo que estamos diciendo de cómo los medios son controlados, etc., hay gente viviendo en este país, sabe, que verdaderamente repudiaron lo que estaba sucediendo. 81

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 DE: Y, desde luego, los medios siempre dan la impresión de que la gente es totalmente indiferente a todo lo que sucede y que no les importa en absoluto lo que se haga... HP: Eso en realidad son pendejadas. DE: Son pendejadas. Sentí una increíble sensación de... Siempre me quedé sentado ahí, noche tras noche, no podía creer lo que estaba ocurriendo, simplemente arrasando ese país, noche tras noche -centrales eléctricas, puentes, estaciones de televisión, hospitales-fue tan letal y uno se sentía tan impotente. HP: Me alegro de que pueda hablar y de que lo haga. DE: Pienso que es increíblemente importante que, por lo menos, se escuche a una o dos personas, porque crea una especie de sentimiento de esperanza. El simple hecho de que su programa existiera, o su carta, o la de Pilger, porque ayuda a la gente a pensar 'Dios mío, no estoy solo pensándolo, no estoy solo.' HP: Es exactamente el tema. Ese fue el espíritu de las cartas que recibí. El sentido de estar totalmente solo, sabe. Pensamiento Impensable No.2 - Dictaduras lucrativas DE: El segundo pensamiento impensable que quisiera discutir con usted es el siguiente: ¿No es que el Occidente no sólo no promueve la democracia en el mundo, sino que, en realidad, depende en extremo de dictadores para proteger "los buenos climas para las inversiones" contra los nacionalistas locales, para servir a las corporaciones occidentales? ¿Está de acuerdo con mi opinión? HP: Sí. Pienso que, mmm, ése ha sido siempre el caso. El término dictador, supongo, tiene que ser visto ahora de una manera ligeramente diferente. Hay muy pocos dictadores obvios, como tales, en la actualidad, sabe, en estos días. Pero ha sucedido algo distinto. Estoy muy, muy interesado, por ejemplo, en el caso de Haití, que se me viene de inmediato a la mente, como un caso típico. Haití es un sitio que interesa un pepino a la mayoría de la gente, sabe. Pero la realidad es que el caso de Haití representa uno de los ejemplos más terribles de manipulación y abuso del poder de EE.UU. que el mundo haya visto. No hay mucha gente que sepa que EE.UU. --el capitalismo a la manera de EE.UU.-apoyó a los más atroces dictadores de Haití, los Duvaliers, durante años, y años, y años. Y finalmente cuando, para decirlo en pocas palabras, el pueblo haitiano estuvo tan exhausto y harto de todo el maldito asunto, EE.UU. dijo 'Demasiada gente ha sido torturada y asesinada, mejor retiramos nuestro apoyo, un poquito, y veamos lo que sucede.' Y así tuvieron realmente elecciones democráticas y Aristide fue elegido -un 67 por ciento votó por él-- y EE.UU. dijo, '¡Qué! ¡Ésta es una elección

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 verdaderamente democrática! ¡El hombre fue elegido democráticamente de verdad! ¡Esperen un momento!... DE: ¡No se supone que funcione de esa manera! HP: Así que esperaron, si usted se acuerda, y en 1991, --llevaba ocho meses en el poder-- y estaba preocupado por hacer algo verdaderamente por el país y por la gente que vive en el país, sabe, y no someterse a la estrategia neoliberal y a toda la maldita manipulación total, financiera y económica. Así que, por cierto, qué sucede: un golpe militar, y ¡Bang! Fuera. Aristide escapa a EE.UU.: pretendieron darle asilo, pero en realidad el golpe lo causaron ellos mismos; ¡La CIA asociada con los militares lo hicieron! Así que se lo llevan para allá y tratan de implantarle la idea de su verdadera responsabilidad hacia ellos, o sea hacia el capitalismo. Mientras tanto los militares asesinan por lo menos 3000 personas, los tres años más brutales, y EE.UU. dice 'Ahora vamos a hacernos los buenos.' Así que invaden Haití bajo los auspicios de la ONU y establecen lo que es en apariencia un estado democrático -¡esto es 'salvando el mundo para la democracia'! Lo que están diciendo en verdad, es que la única manera de sacar adelante ese país es una estrategia neoliberal en la que el mercado controla todo... etc., etc. Y ahora el nivel de pobreza en Haití es peor que lo jamás ha sido, absolutamente atroz, el país está prácticamente devastado. Ahora vuelvo al término dictador: no existe en la actualidad un dictador con una posición parecida como el que había en Haití, pero existe una elite, y esa elite es extremadamente rica, la mayoría de sus miembros son empresarios, y ahí está la cosa: la nueva dictadura me parece que es una dictadura empresarial. DE: ¿Forma parte de la idea de que no es bueno para el turismo, ni para las inversiones, que parezca que hay una dictadura? Digamos en Argentina o Chile: Pinochet se mantiene al margen, pero en realidad sigue en el poder, o por lo menos el ejército sigue. HP: El ejército está ahí, precisamente. Los tanques están a la vuelta de la esquina. DE: Me parece que hay algunos trucos psicológicos muy básicos que nos están presentando. Un truco es, 'Tenemos que hacer algo, hay un genocidio', de manera que cualquier persona cuerda está ahí sentada, pensando 'Bueno, desde luego no podemos marginarnos, es como el holocausto, tenemos que hacer algo.' Y entonces Tony Blair dice, en respuesta a la acusación de hipocresía -lo dijo en Question Time de la BBC-- 'Lo siento, pero simplemente porque no podamos ayudar a todo el mundo, no significa que no debiéramos ayudar a la gente a la que podemos ayudar.' Pero, desde luego, si uno mira a Irak, donde 800.000 niños han muerto como resultado de las sanciones occidentales, a Cuba donde los niños con cáncer no consiguen medicinas contra náuseas y vomitan 28 veces al día, cuando Blair 83

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 dice que no podemos ayudar a esa gente, hay que considerar que lo que quiere decir en verdad es 'No podemos levantar nuestras botas de sus cuellos', porque eso sería lo que significaría en realidad el ayudarles, ¿no es cierto? HP: Pienso que está muy bien formulado. Estoy totalmente de acuerdo. DE: Pero ha podido salirse con la suya con su truquito, ¿no es cierto? : 'Uno podría llamarlo hipocresía, pero también se podría argumentar que 'estamos haciendo lo que podemos', lo que es una deformación total de la realidad. HP: Realmente es repugnante. De verdad que se hace muy difícil encontrar palabras suficientemente fuertes... DE: ¿No piensa que la distancia entre la realidad y la representación de la realidad, se hace tan inmensa que uno casi no puede franquearla sin parecer absurdo? Es un verdadero problema, ¿no le parece? HP: Sé lo que quiere decir, sí. Siempre he dicho finalmente una cosa: 'Mis escritos políticos tienen que ver en su totalidad con hechos. No invento absolutamente nada.' DE: Citando a menudo de documentos estatales. HP: Por cierto. Hay muchísimo que ha sido publicado en Internet recientemente. Una cosa que tiene EE.UU. es esa Ley de Libertad de la Información -no es realmente muy buena, porque borran casi todo, pero no pueden borrar todo - hay que conceder que: la tienen, está ahí, así que hay que utilizarla, mientras que aquí, como sabe, todo el asunto es una farsa, es una vergüenza. Pero por lo menos tenemos algo a disposición, y hace un tiempo conseguí documentos estatales sobre la CIA, sobre la participación del gobierno de EE.UU. en el golpe militar en Chile. ¡Está todo ahí! Así que ¿qué están haciendo los demás escritores? DE: ¡No hay nada más! Eso es lo que me sorprende. Poco antes de su ejecución a menos del régimen nigeriano, Ken Saro-Wiva dijo: "En este país (Gran Bretaña) los escritores escriben para entretener, presentan problemas sobre la existencia individual -usted sabe, la angustia del individuo-- pero para un escritor nigeriano en mi posición, uno no puede ponerse a hacer eso... Uno no puede hacer arte por el arte. Este arte tiene que hacer algo por cambiar las vidas de una comunidad, de una nación. Y por ese motivo, la literatura tiene un propósito completamente diferente en ese tipo de sociedad, completamente diferente que aquí." (Ken Saro-Wiva, The Independent, 14.11.95.) Lo que hace preguntarnos: ¿qué están haciendo los demás escritores? Ahí está usted, hay un Pilger, hay Mark Curtis, Paul Foot, digamos, tal vez hay también Greg Palast, 84

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 sabe, Nick Cohen. ¿Cómo explica usted el hecho de que haya tan poca gente dispuesta a decir realmente estas cosas? Verdades obvias -no hay que inventar nada-- uno simplemente toma los documentos estatales, toma los hechos, la lógica es muy simple, muy obvia, y sin embargo, nadie lo dice. ¿Cómo es posible? HP: Bueno, usted sabe... DE: ¿O conoce usted mucha gente que lo sabe pero que no quiere hablar al respecto? Usted debe encontrarse todo el tiempo con otros dramaturgos, novelistas, escritores... HP: No lo hago. DE: ¿No lo hace? HP: No, no me reúno con ellos. Bueno, uno o dos. DE: Hay un malentendido entonces. HP: Sí. Bueno, hace un tiempo, la gente en una escuela de verano, en Cambridge, gente de todo el mundo, de todas partes de verdad, me ha preguntado varias preguntas muy interesantes. Una de las preguntas era: ¿"Qué hacen los otros escritores en este país respecto a los bombardeos de la OTAN? ¿Los otros dramaturgos, los otros novelistas, etc.?', sabe. En primer lugar dije, 'No sé.' DE: Usted no sabe. HP: Bueno, eso es lo que dije primero. Y después lo pensé y dije dos cosas. Una es que los jóvenes escritores -hay muchos dramaturgos jóvenes, con inquietudes, en estos días, sabe - pero parece que guardan silencio sobre todo el tema de 'Lo que ocurre.' Se puede decir que comparten un cinismo básico sobre el mundo... DE: Que no se puede hacer nada. HP: Sí, así que les importa un pepino. 'Es el mundo,' 'Así es el mundo: hagan lo que les dé la maldita gana con el mundo, hemos perdido interés.' Puede ser el caso, estoy ofreciendo posibles... DE: ¿Puedo volver a lo que, usted sabe, lo que estaba diciendo sobre el que los medios convencionales verdaderamente hacen lo posible por dar la impresión de que no hay ninguna esperanza, que no puede haber un cambio? Es un arma sicológica muy poderosa para impedir que la gente se involucre, ¿no es así? HP: Exactamente... Hay otra cosa que tengo que mencionar: hay un montón de gente inteligente, que no puede dejar de ver lo que está sucediendo en este maldito mundo, como, por ejemplo, ser parte del sistema. DE: ¿Por las recompensas?

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 HP: Y por el estatus, supongo. Y por el hecho de que son amados, abrazados. DE: ¿Amados? HP: Bueno, abrazados. DE: ¿Piensa usted que es... normalmente yo diría, un asunto cínico como dinero y poder y prestigio? ¿Está diciendo que es porque necesitan algo como pertenecer a alguna parte? HP: Pienso que es posible. Como digo, ésta no es una investigación científica, estas son sólo proposiciones. DE: Así que, ¿qué sucede cuando usted hace lo que hace? ¿Se convierte en un extraño total? HP: Bueno, estoy en una posición extraña porque en un sentido soy indudablemente un extraño en la sociedad, simplemente porque utilizo mi inteligencia crítica... DE: Lo que no hace mucha gente. HP: Pero al mismo tiempo, tengo que enfrentarme al hecho -no es algo malo- de que soy una parte importante del mundo en el que vivo, porque he sido parte de él durante mucho tiempo y he realizado un tremendo montón de trabajo, y mi trabajo se escenifica, y se interpreta, y yo soy parte de todo eso. De manera que pienso que también soy aceptado generalmente como un tipo idiosincrásico, sabe, que sin embargo es parte del teatro contemporáneo -mis obras han sido representadas durante los últimos 45 años, o lo que sea. DE: Así que eso le da un sentido de pertenencia. ¿Pero se siente políticamente solitario? HP: Sí, he pasado por algunos pasajes muy, muy solitarios. Hay varios sitios, otros países, donde me siento mucho más en mi casa: Italia, Grecia, y España. Quiero decir, un 95% de los griegos estuvieron contra los bombardeos, ¡95%! Lo mismo en Italia, odiaron toda la maldita porquería. Pero incluso ahí el gobierno tuvo que adaptarse. Ese es el verdadero horror del poder de EE.UU. DE: Así que lo que usted dice -y no es científico-- es que lo que impide que la gente diga esto, no son simplemente cosas elementales como que quieren dinero y estatus, es el dolor psicológico que hay que sufrir cuando uno se convierte en un extraño al afrontar lo que no debe ser afrontado, si el sistema ha de funcionar sin problemas. Si uno dice cosas como 'No tenemos una prensa libre,' si uno dice 'Tenemos que apoyar dictadores para proteger nuestros beneficios,' te conviertes en un extraño al funcionamiento sin complicaciones del sistema y, psicológicamente, es muy doloroso ser un extraño.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 HP: Sí, Pienso que es cuestión de asegurarse su sitio inseguro y precario en el mundo: lo mejor es no hacer demasiadas preguntas. Usted recordará que Mohammed Ali fue reclutado por el ejército y que hizo su famosa declaración. (Simula un acento estadounidense): "¡Yo no tengo nada en contra de esos del Vietcong!" Eso es lo que dijo y le trajo tantos problemas!...¡Jesús!------ ¡Todo lo que trataron de hacerle! Es un tipo extraordinario. Así que pienso que en el caso de alguna gente hay un temor terrible a ser impopulares, pero de alguna manera siempre he sido vagamente impopular, así que ya estoy acostumbrado.

Pinter, Harold, galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2005, nació en Londres y en 1948 estudió durante poco tiempo en la Royal Academic of Dramatic Art de Londres. En los diez años siguientes fue actor en varias compañías de repertorio en gira por las islas Británicas... Destacan sus obras teatrales La fiesta de cumpleaños (1958), El portero (1960), El amante (1963), El retorno al hogar (estrenada en 1965), Viejos tiempos (1971), No Man's Land (Tierra de nadie, 1975) y Betrayal (1979). También escribió muchas obras cortas para televisión, radio y teatro. Entre sus guiones cinematográficos se encuentran El sirviente (1963), Accidente (1967), El mensajero (1971), de Joseph Losey, El último magnate (1976), de Elia Kazan, y La mujer del teniente francés (1981), de Karel Reisz. Pinter también dirigió en Londres (1967) y Nueva York (1968) las obras de teatro El hombre de la cabina de cristal y Butley (1971). Sus Poemas y prosa: 1949--1977 se publicaron en 1978. Traductor: Germán Leyens Revisado por: Deborah Gil

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Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

La noticia, reacciones y comentarios en la Prensa digital hispanoamericana y británica

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1. Prensa digital hispanoamericana

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Trayectoria de Harold Pinter

Nacido en 1930 en el East End londinense, hijo de un sastre judío inmigrante de Europa Oriental, Pinter se vio separado de sus padres al estallar en 1939 al estallar la Segunda Guerra Mundial y verse evacuado a la campiña inglesa. Esta traumática experiencia le empujó hacia el teatro y el compromiso político. (Foto: AP)

Con 29 piezas teatrales en su haber, entre ellas algunas tan famosas como 'La Fiesta de Cumpleaños', 'The Caretaker' o 'Viejos Tiempos', así como varios guiones de cine, entre ellos para Joseph Losey, Pinter se confesaba últimamente agotado. (Foto: EFE)

El autor ha sido galardonado con el Premio Shakespeare, el Premio Europeo de Literatura, el Pirandello, el Premio de Literatura británica David Cohen, el Laurence Olivier, y el Molière de honor a toda su carrera. En la imagen, Pinter recibe el Doctor Honoris Causa de la Universidad de Tesalónica a manos de su director Papadopoulos Mihalis en 2000. (Foto: EFE)

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Harold Pinter es conocido por su compromiso político, y en sus obras es recurrente la preocupación por la relación de poder que se establece entre las personas. Se ha referido a la invasión de Irak como "un acto premeditado de asesinato de masas" o a los Estados Unidos de George W. Bush, como "un monstruo descontrolado". (Foto: AP)

Su esposa, Lady Antonia Fraser, comparte con él su actitud de protesta, como demostró al acompañarle al Parlamento británico para protestar por los bombardeos a Irak. (Foto: AFP)

El premio Nobel de literatura le llega a Harold Pinter, uno de los representantes de la llamada generación de Jóvenes Airados británicos de los años sesenta, cuando prácticamente ha dejado el teatro y lucha contra un cáncer de esófago que le fue diagnosticado en 2002.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 (El Mundo)

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Conocido por su activismo político

El dramaturgo británico Harold Pinter, premio Nobel de Literatura El autor, también guionista y actor, ha escrito 29 obras, entre ellas 'La fiesta de cumpleaños' y 'El portero' - La Academia Sueca subraya que es 'el más destacado representante del drama inglés de la segunda mitad del siglo XX' ELMUNDO.ES | AGENCIAS 13/10/05

ESTOCOLMO.- El controvertido escritor británico Harold Pinter, considerado el dramaturgo vivo más importante, ha sido reconocido con el premio Nobel de Literatura 2005. Nacido en Londres en 1930, Pinter dejó este año la dramaturgia para centrarse en la poesía y en el activismo político y su nombre no estaba en las quinielas para el premio. Tras conocer la noticia, Harold Pinter se declaró "abrumado". "No he tenido tiempo de pensar, pero estoy muy conmovido. Es algo que no esperaba para nada en ningún momento", dijo el dramaturgo británico a los periodistas a la puerta de su casa en Londres. Preguntado por qué creía que había obtenido el galardón, el escritor, de 75 años, se limitó a responder: "Eso me pregunto yo". Pinter, también guionista y actor, ha escrito 29 obras teatrales, entre ellas 'La fiesta de cumpleaños', 'El portero', 'El retorno al hogar' y 'Betrayal', 21 guiones, entre ellos 'The Servant', 'The Go-Between' y 'La mujer del teniente francés'. Además, ha dirigido 27 producciones, incluidas 'Exiles' de James Joyce, 'Oleanna' de David Mamet, siete obras de Simon Gray y otras tantas propias. La última fue 'Celebration'. El autor ha sido galardonado con el Premio Shakespeare, el Premio Europeo de Literatura, el Pirandello, el Premio de Literatura británica David Cohen, el Laurence Olivier, y el Molière de honor a toda su carrera. En 1999 ingresó en la Compañía de Literatura de la Royal Society. Anuncio sorpresa La Academia Sueca descubierto en sus conversación diaria opresión". Además,

señala en su argumentación que Pinter deja al dramas "el precipicio que hay detrás de la y que irrumpe en los espacios cerrados de la añade que Pinter es considerado "el más 93

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 destacado representante del drama inglés de la segunda mitad del siglo XX". El secretario permanente de la Academia Sueca, Horace Engdahl, ha justificado la concesión del Nobel a Pinter por la elaboración literaria que hace de problemas políticos. En unas declaraciones, Engdahl ha señalado que el escritor "comenzó con un punto de vista de base existencialista en los años cincuenta y sesenta, pero luego se volvió cada vez más político. Cada vez se dedicó más al sufrimiento de origen político". En sus dramas, Pinter "crea situaciones dramáticas a partir de conversaciones cotidianas, que para nosotros ponen en evidencia la existencia humana de una manera única", ha añadido. El anuncio fue una sorpresa, ya que el nombre del dramaturgo no figuraba en ningún pronóstico. Pinter celebró sus 75 años el pasado 10 de octubre. El último británico premiado fue en 2001 V.S. Naipaul. El año pasado fue distinguida la austriaca Elfriede Jelinek, lo que causó una controversia entre el jurado revelada recientemente. Uno de sus miembros, el profesor Ahnlund, publicó un duro ataque contra ella, considerando su elección "un daño irreparable" al Nobel por la escasa calidad de su obra. Ahnlund dirigió también su diatriba contra sus compañeros y se dio por excluido de la Academia, cuyos 18 miembros son vitalicios. Contra la guerra de Irak Además de por su producción literaria, Pinter es muy conocido por su activismo político. Durante años ha denunciado los abusos cometidos por los estados más poderosos en el mundo, como en el caso del bombardeo de la OTAN sobre Serbia o la invasión de Irak. El pasado mes de marzo, Pinter sorprendió con el anuncio de que estaba decidido a volcar todas sus energías en la poesía y en el activismo político. Además, de línea dura. El autor, de 74 años, llevaba ya años expresando contundentes opiniones acerca de la situación política de su país y del mundo. Su posición se radicalizó tras la guerra de Irak, que le llevó a calificar a Tony Blair de "idiota iluso" y a equiparar con el régimen nazi al Gobierno de Bush, al que calificó de "asesino de masas". Su poesía también iba a estar teñida de ideología. "Creo que ya he dejado de escribir obras de teatro. Me parece que he escrito unas 29 piezas de teatro. ¿No le parecen suficientes? He descubierto otras formas de expresarme", explicó el autor a la BBC haciendo referencia a su nuevo género literario. Obra de Pinter publicada en España

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 La editorial guipuzcoana Hiru publicó en 2003 un título del autor británico en un volumen que reúne cuatro obras 'Polvo eres', 'Luz de luna', 'Tiempo de fiesta' y 'El lenguaje de la montaña'. Para Eva Forest, directora de Hiru, se trata de un premio "muy merecido que probablemente tenga mucho que ver con su compromiso político, aunque su calidad artística es indudable". La argentina Losada publicó este año un primer volumen con las obras 'El amante', 'Escuela nocturna' y 'Sketches de revista' (este último incluye las piezas 'Disturbios en la fábrica', 'El blanco y negro', 'La parada del colectivo', 'El último' y 'Oferta especial'). Posteriormente, se ha editado un segundo volumen con los textos 'El cuidador', 'Los enanos' y 'La colección'. El próximo mes, Losada publicará ocho títulos más en un tercer volumen, que incluirá 'La fiesta de cumpleaños', 'La habitación', 'Un leve dolor', 'El blanco y negro', 'El examen', 'El montacargas', 'El invernadero' y 'Una noche afuera'. En 1972, la editorial Cuadernos para el Diálogo publicó en 1972 'Viejos tiempos', y en 1976 'La habitación y otras piezas'. 'Retorno al hogar' se editó en España por Aymà en 1970. Todas estas ediciones están agotadas. Otras muchas obras de Pinter han sido publicadas en catalán ('Altres llocs; La traïció; L'última copa', 'L'amant', 'L'habitació; El muntaplats', todas ellas en Edicions 62; 'Engany', por Arola Editors y 'Esquetxos i altres peces', por la Diputación Provincial de Barcelona) y gallego ('Vellos tempos'; A festa de aniversario', por Edicions Xerais de Galicia).

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

CULTURA: PREMIO NOBEL OPOSITOR A LAS POLITICAS DE BUSH Y BLAIR, RECIBIRA UN MILLON TRESCIENTOS MIL DOLARES DE PREMIO

El dramaturgo inglés Harold Pinter es el nuevo Nobel de Literatura Es algo que nunca hubiera esperado", dijo el autor de obras maestras del teatro contemporáneo como "La fiesta de cumpleaños" y "El Cuidador". A los 75 años, sobrevivió a un cáncer y escribe poesía.

Andrés Hax. Clarín 14/10/05

Para sorpresa del mundo literario, el dramaturgo inglés Harold Pinter ganó ayer el Premio Nobel de Literatura. El autor de más de treinta obras esenciales del teatro contemporáneo —entre ellas "La fiesta de cumpleaños" (1957), "El montaplatos" (1957) y "El Cuidador" (1959)— declaró desde la puerta de su casa londinense, en el barrio de Holland Park: "Ni he tenido tiempo para pensar pero estoy muy, muy conmocionado. Es algo que nunca hubiera esperado". Aunque nadie puede negar que la obra de Pinter es central a la literatura del siglo XX —y que desde el punto de vista artístico la entrega del premio es irreprochable— la elección de la Academia tiene una vuelta de tuerca política. El dramaturgo, que cumplió 75 años el lunes, ha sido un artista comprometido toda su vida, algo que se refleja en sus textos y en sus posiciones personales. Desde que se inició la última guerra en Irak ha militado abiertamente en contra de Tony Blair y de George Bush así en protestas públicas como escribiendo poemas de barricada (ver "Un poema..."). Comparó a la actual administración estadounidense con los nazis y calificó a Tony Blair como "un imbécil balbuceante". La Academia calificó a Pinter como el "representante más destacado de la dramaturgia inglesa de la segunda mitad del siglo XX". Además se dijo en el comunicado: "Pinter restauró el teatro a sus elementos básicos: un entorno encerrado, un diálogo impredecible, donde las personas están a merced uno del otro. Se percibió en un inicio como una variante sobre el teatro del absurdo, pero últimamente se ha mejor caracterizado como 'comedia de amenazas', un género en el cual el escritor nos permite oír a escondidas sobre el juego de dominación y sumisión escondido en conversaciones aparentemente mundanas".

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Sus pares expresaron una enorme alegría al conocer las noticias. La escritora austriaca Elfriede Jelinek, ganadora del Nobel en 2004, declaró: "Estoy encantada. Felicito a él y a la Academia. ¡Otro de izquierda! Y además un maravilloso dramaturgo". En tanto, el escritor inglés Alan Ayckbourn manifestó: "No podía tocarle a una persona mejor". La noticia se festejó también en Buenos Aires. La dramaturga Griselda Gambaro le dijo ayer a Clarín: "En Pinter se premió también la poesía y la actitud política. Como hombre de teatro, la innovación que significó fue muy importante. Esa manera de llevar el diálogo, esa ruptura que hizo. Explora mucho las posibilidades del lenguaje común, lo lleva a otro lado, con repeticiones, con incoherencia y, a la vez, un poderoso hilo conductor interno". Hasta el anuncio de ayer Pinter no figuraba en las listas que pronosticaban el ganador del premio de 1,3 millón de dólares. En los últimos días previos a la decisión los favoritos eran el turco Orhan Pamuk o el poeta sirio llamado Adonis (cuyo nombre real es Ali Ahmad Said). Además de los candidatos vitalicios como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Philip Roth o Joyce Carol Oates, se especulaba con que podía haber ganado el músico pop Bob Dylan, el argentino Ernesto Sábato, o el enigmático novelista estadounidense Thomas Pynchon. Otra corriente de opinión instaló el interés de la Academia Sueca por autores de no-ficción como el periodista polaco Ryszard Kapuscinski. Pinter es el segundo ganador británico en los últimos cinco años (el novelista anglo-indio V.S. Naipaul lo ganó en el 2001). Entre los otros nueve dramaturgos que ganaron el premio en sus 104 años de historia están: el italiano Dario Fo (1997); el irlandés Samuel Beckett (1969); el estadounidense Eugene O'Neill (1936); los italianos Luigi Pirandello y Grazia Deledda (1934 y 1926); y el español Jacinto Benavente (1922). Pinter nació en Londres en 1930, hijo de un sastre judío. Ha dicho que el antisemitismo que sufrió durante su adolescencia tuvo un papel central en su decisión de ser dramaturgo. Su formación incluyó un paso breve por la Real Academia de Arte Dramático de Londres (RADA), pero principalmente se auto-educó como escritor, actor y director de teatro. Un maestro de diálogos breves y cortados donde el subtexto siempre juega un papel amenazante, cuenta entre sus influencias las obras de Kafka y Beckett (con quien Pinter tuvo una estrecha amistad). Clarín hablo ayer con Ariel Dorfman, el escritor chileno nacido en Buenos Aires, quien dedicó su libro La Muerte y la Doncella a Pinter. Desde Nueva York, donde se encuentra ensayando su última obra teatral, dijo que "Ya en el 68 lo consideraba un maestro mío, 97

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 nunca pensé que iba a ser mi amigo" — el último libro de Pinter, aún no publicado, Death, etcétera que reúne sus últimas piezas teatrales y poemas, está dedicado a Dorfman y su esposa Angélica— "cuando oí las noticias grité ¡Aleluya! Es un reconocimiento a alguien que ha marcado el teatro del siglo XX. Y hay que recordar como él se jugó contra las dictaduras latinoamericanas. Nunca, nunca dejo de luchar por los derechos humanos en todo el mundo."

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 UNA VOZ CRÍTICA Y PROVOCADORA

El fallo destaca el talento para entrar en "los espacios cerrados de la opresión" RICARDO MORENO - Estocolmo EL PAÍS - Cultura - 14-10-2005

Aunque la elección de Harold Pinter fue una sorpresa, ya que desde hace algunos años no había figurado en la lista de los candidatos, fue recibida en general con satisfacción en los círculos literarios de Suecia. Después de las turbulencias que afectaron a la Academia en los días recientes, que se saldaron con la renuncia de uno de sus miembros por la concesión del Nobel del año pasado a la austriaca Elfriede Jelinek, el premio a Harold Pinter obró como un sedante, ya que nadie niega su relevancia dentro del teatro contemporáneo. En su fundamentación, el jurado señala que "devolvió el teatro a sus elementos básicos, un espacio cerrado donde los individuos están a merced de cada uno". Según la Academia sueca, Pinter "está considerado como el principal representante del teatro dramático inglés de la segunda mitad del siglo XX". Para los académicos suecos, el autor "retornó el teatro a sus elementos originales, el espacio cerrado y el diálogo imprevisible". "Con un mínimo de intriga, del drama salen las luchas de poder y los juegos de escondite a través del intercambio de palabras". La Academia concluye que Harold Pinter, a través de su literatura, "fuerza la entrada en los espacios cerrados de la opresión". Pero, pese a ese consenso general, hubo críticas al hecho de que durante dos años consecutivos se haya otorgado el Nobel a dos dramaturgos, y a tres incluyendo a Dario Fo, en los últimos 10 años. Esto, a juicio del responsable de la página cultural del diario Svenska Dagbladet, Carl Otto Werkelid, es una prueba de que "el carácter del premio ha cambiado completamente, principalmente porque muestra el abandono [por parte de la Academia] del género poético", que no ha sido premiado durante el mismo lapso de tiempo. No obstante, salvo esta salvedad, este crítico afirma que "Pinter merece el premio porque es un gran dramaturgo de nuestro tiempo". Leif Zern, del diario Dagens Nyheter, coincide en la valoración de Harold Pinter como "el mayor dramaturgo contemporáneo después de Samuel Beckett". Otro crítico del mismo diario, Jonas Thente, cuestiona las posiciones políticas del escritor británico y especialmente su dura crítica al presidente estadounidense Bush y al primer ministro Blair por sus "mentiras" para emprender la guerra de Irak, lo que alcanza, a su juicio, para que el premio sea considerado "polémico". La Nobel de Literatura 2004, Elfriede Jelinek, se mostró ayer "encantada" con la decisión de la Academia sueca, informa Efe. "¡Otro más de izquierdas! Y, además, un dramaturgo fantástico. Voy a empezar a celebrarlo enseguida", declaró al diario Kleine Zeitung tras conocer la noticia.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Comprometido con los pueblos

Harold Pinter, Premio Nobel Lisandro Otero Rebelión

El otorgamiento del Premio Nobel de Literatura al dramaturgo británico Harold Pinter es una demostración de que la Academia Sueca trata de enmendar sus yerros del pasado. Ninguno mejor que él merecedor del lauro por la excelente calidad de su teatro de fama mundial, la óptima factura de sus diálogos, su ingenio desbordante y su largo historial de luchador de izquierda por la causa de los miserables, los abatidos, los desventurados de esta tierra. Nacido en Hackney, en 1930, hijo de un sastre judío, estudió actuación en la Real Escuela de Artes Dramáticas. Comenzó actuando en una compañía teatral itinerante de repertorio shakesperiano. Su primera obra teatral, “La habitación”, de 1957, garantizó con su éxito inmediato su futuro como autor. También ha dirigido obras de Tennessee Williams, Noel Coward y adaptaciones de James Joyce. Ha hecho una conversión al teatro de “En busca del tiempo perdido”, de Proust. Ha trabajado además para el cine y la televisión, actuando y escribiendo. Es esposo de la historiadora Antonia Fraser, autora de una extraordinaria biografía de Oliver Cromwell. Ha recibido numerosos premios: literarios europeos e importantes lauros fílmicos como el Premio de la Academia Británica del Cine, la Palma de Oro de Cannes, y el Oso del Festival de Berlín. Una de sus películas más conocidas ha sido “La esposa del teniente francés”. Pinter está inscrito en el teatro del absurdo, no ofrece explicaciones racionales a la actuación de sus personajes, creando con su estilo su propio adjetivo: “pinteresco”. Casi siempre se trata de una situación donde circunstancias amenazantes enmascaran los conflictos, los riesgos subyacentes velados. Sus diálogos, en apariencia insignificantes, reticentes y evasivos --a veces contradictorios--, esconden intimidaciones, advertencias, riesgos. En un mitin en Londres, en 1997, Pinter declaró públicamente: “Estados Unidos ha ignorado las abrumadoras resoluciones de Naciones Unidas contra el embargo a Cuba durante años consecutivos. Sus acciones implican un acto de barbarie, su indiferencia a la opinión pública es monstruosa y su arrogancia despreciable. Exigimos del gobierno británico que condene el bloqueo de Estados Unidos a Cuba sin reservas. Les pido a todos que saluden la fortaleza, la determinación la dignidad y el arrojo del pueblo cubano.” De igual manera ha hecho enérgicas declaraciones a favor de los patriotas salvadoreños y nicaragüenses y se ha opuesto con firmeza y ardor a la continuidad de la invasión de Irak. Es un activo crítico de la política de rapaz agresividad del gobierno de Bush.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Este otorgamiento contrapesa a la atroz concesión del Premio a un racista colonizado y reaccionario como Vidia Naipaul. De cuando en cuando, es cierto, se honra a figuras del liberalismo, a aquellos que han compartido los ideales de la izquierda avanzada como son los casos de Günter Grass, Saramago, Soyinka y García Márquez. Pero al lado de ellos se yerguen los integristas del inmovilismo social o del retroceso público como han sido Paz, Brodsky, Canetti, Milosz, Singer, Eliot, Gide y Bunin. El lauro a Camilo José Cela fue recibido con estupor en España donde era una figura generalmente detestada por su conocido ofrecimiento de convertirse en soplón de la policía española en tiempos de Franco. En tiempos ya remotos se honró al mediocre Echegaray en 1904 y al autor comercial Jacinto Benavente en 1922, también con estupefacción irritada de muchos españoles. En Rusia el gran escándalo del premio a Pasternak, en 1958, fue compensado entregándolo a Sholojov en 1965, pero equilibraron esa concesión otorgándoselo a Solshenytsin en 1970. Jean Paul Sartre rechazó el Premio Nobel porque no quería ser olvidado por la historia, destino obligado, según él, de todos aquellos que permiten se le erijan estatuas mientras viven. Miguel Angel Asturias recibió el Premio cuando aceptó ser embajador de una de las peores dictaduras que han asolado Guatemala. En esos tiempos Alejo Carpentier estaba considerado pero su carácter revolucionario constituyó un serio freno a lo que habría sido una honra para el galardón. Jorge Luis Borges solía decir que el deporte favorito de los suecos era no darle el Premio Nobel pero en ello influyó su decisión reaceptar una invitación de Pinochet y recibir una condecoración de sus manos ensangrentadas. La Academia Sueca está integrada por dieciocho miembros y el secretario permanente, Horace Engdahl, hace esfuerzos por paralizar las intensas pugnas de poder que ocurren en su seno. Este Premio a Harold Pinter restablece de golpe el prestigio del Nobel y es un indicador de que la Academia Sueca ha recobrado su buen tino.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Antibelicista autor inglés:

Harold Pinter triunfó en Nobel de Literatura Nicolás Poblete – El Mercurio 14/10/05

Nuevamente la Academia Sueca distinguió una dramaturgia de denuncia y de compromiso social.

Una vez más, la elección del Nobel causa sorpresa en los circuitos literarios. El impacto que provocó el galardón a la austriaca Elfriede Jelinek el año pasado aún genera polémica: Knut Ahnlund, uno de los miembros que integra el jurado que otorga el premio, renunció a su cargo asegurando que la escritora "ha destruido el valor del galardón por un tiempo previsible". Ahora el reconocimiento ha recaído en Harold Pinter, dramaturgo inglés de 75 años con una amplia obra, conocida en español gracias al trabajo de traducción hecho por Carlos Fuentes. La sorpresa se ha visto potenciada gracias a los autores que venían sonando como posibles ganadores. La misma Jelinek había hablado de Thomas Pynchon como merecedor del Nobel. Asimismo, se reiteraban los conocidos nombres de los estadounidenses Don De Lillo, Philip Roth, Joyce Carol Oates; de la canadiense Margaret Atwood, y del portugués Antonio Lobo Antunes. Aunque las especulaciones se dirigían hacia el área de poesía, muchos años ausente -Wislawa Szymborska fue la última poeta premiada en 1996-, el deseo de equidad resultó en una determinación paradójica, si se considera que Elfriede Jelinek es conocida en Europa principalmente por su dramaturgia. También fueron descartados Tomas Transtromer (poeta sueco) y Adonis (o Alí Ahmad Said; sirio-libanés), ambos figurando desde hace tiempo en el círculo de candidatos perpetuos. Pinter, hijo de un sastre de origen judío, estudió en la Real Academia de Arte Dramático de Londres, y comenzó su carrera primero como actor. Se vio separado traumáticamente de sus padres el estallar la 103

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 guerra en 1939 y fue evacuado a la campiña inglesa. Su segunda obra, "La fiesta de cumpleaños", estrenada en 1958, fue mal recibida por la crítica y retirada de cartelera después de una semana; sin embargo, esto no lo desmotivó y, tres años más tarde, publicaría "El cuidador" (editorial Losada), que lo establecería como un importante escritor inglés. Escritor comprometido Desde entonces, su reputación comenzó a perfilarse como la de un dramaturgo comprometido con los derechos humanos, distinguiéndose por su constante crítica política frente a las injusticias y la violencia. En Europa es famoso por su permanente activismo y por sus actos polémicos, como cuando se unió al Comité de Defensa de Slobodan Milosevic, después de la intervención de la OTAN en Kosovo. Esta actitud sociopolítica permea indudablemente su obra artística. Literariamente, Pinter es conocido como el líder de la generación de Jóvenes Airados Británicos (Angry Young Men) de los años sesenta (como John Osborne y Arnold Wesker). Con 29 piezas teatrales, entre ellas algunas famosas como "Viejos tiempos" o "Los enanos" (Losada), así como varios guiones de cine ("La amante del teniente francés", "El mensajero"), Pinter reconoce estar agotado y ha decidido dejar la escena literaria. Comedia de la amenaza En sus obras destaca su preocupación por las relaciones de poder, el miedo y la maldad; la dinámica entre torturador y torturado, dueño y esclavo, víctima y verdugo. Sus argumentos giran en torno a los conflictos del matrimonio, la amistad y la vida cotidiana en Inglaterra. Pinter ha sido distinguido como un maestro del subtexto, donde gran parte del drama emocional acontece bajo el disfraz de la supuesta vida normal. Sus personajes suelen encontrarse en una sola habitación y viven sus vidas como un juego oscuro, comandados por acciones que contradicen lo que hablan. Estas características han hecho a los críticos referirse a su propuesta como una verdadera "comedia de la amenaza", donde las denuncias cotidianas se desarrollan en atmósferas ominosas, misteriosas y con un alto grado de horror. Pinter ha sido comparado con Beckett (de quien era amigo) y se ha reconocido la influencia de Kafka y Joyce en su producción. Su lenguaje corriente pero cargado de ambigüedad, pausas y silencios confiere a su teatro un gran efecto dramático. Sus obras han sido catalogadas como 'absurdas', con gran profundidad psicológica, y sus personajes dialogan mucho unos con otros, pero se comunican muy precariamente, y, en general, son incapaces de terminar sus frases o expresar sus deseos.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 La academia justificó la elección de Harold Pinter por sus obras que "descubren el precipicio bajo la cháchara cotidiana y fuerzan la entrada hacia la opresión de los espacios cerrados... Pinter ha restaurado el teatro a sus elementos básicos: sus escenarios cerrados y sus diálogos impredecibles, donde la gente se encuentra a merced de unos y otros y las pretensiones se desmoronan". Denuncias mundiales En su discurso, Pinter habló sobre su cáncer al esófago, la operación y la pesadilla de su proceso personal, comparándolo con una pesadilla pública, "la de la histeria, ignorancia, arrogancia, estupidez y beligerancia norteamericanas". También se refirió a la necesidad de tomar conciencia de las tragedias mundiales, siempre desde su prisma anti-EE.UU.: "No se ha hecho referencia a los doscientos mil muertos en Timor Este en 1975, provocados por el gobierno indonesio inspirado y apoyado por los Estados Unidos. Tampoco al medio millón de muertos en Guatemala, Chile, El Salvador, Nicaragua, Uruguay, Argentina y Haití en acciones apoyadas y subvencionadas por los Estados Unidos". Asimismo, aseguró que la atrocidad de Nueva York "fue predecible y evitable. Fue un acto de represalia contra las constantes y sistemáticas manifestaciones de terrorismo de Estado por parte de Estados Unidos durante muchos años en todos los rincones del mundo". Jelinek La ganadora 2004, Elfriede Jelinek comentó: "¡Otro más de izquierdas! Y además un dramaturgo fantástico. Voy a empezar a celebrarlo enseguida". Inesperado Bob Dylan incluso estaba en la lista de posibles sorpresas, a la par con otros cotizados más evidentes: Kundera, Vargas Llosa, Amos Oz y Claudio Magris. De las 350 nominaciones que se aceptan cada año, los académicos tuvieron dificultad para elegir al ganador de 1,3 millón de dólares. Reacciones en el escenario teatral Ariel Dorfman (escritor y dramaturgo): "Estoy absolutamente feliz de que le hayan dado el Nobel. No hay dramaturgo contemporáneo que no haya sido influido por su visión, que además es muy poética". Alfredo Castro (actor y director): "Lo más interesante de Pinter es que cuenta dos o tres obras al mismo tiempo, una obra evidente y las otras subyacentes. Creo que está bien que el premio se le dé a gente que lucha por la humanidad frente a un mundo inhumano. Valoro ese reducto de dignidad". 105

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Héctor Noguera (actor y director): "Pinter es alguien gracias al cual existen las vanguardias. Es uno de los grandes, esos que llevan las relaciones humanas a un nivel muy alto de investigación y reflexión sobre el ser, con gran vitalidad poética". Fernando González (actor y profesor): "Recuerdo con especial cariño 'La vuelta al hogar', que montó la Compañía de los Cuatro (Hermanos Duvauchelle). También una magnífica puesta en escena de Bastián Bodenhoffer de 'La amante', con Consuelo Holzapfel, en el Teatro Cámara Negra." Ramón López (director y escenógrafo): "Pinter es importante para el teatro por su visión de la sociedad y las relaciones humanas. Recuerdo 'Traición', que montó Willy Semler hace unos años en el Teatro Bellavista".

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 NOBEL DE LITERATURA 2005

Harold Pinter, un dramaturgo muy político

Harold Pinter, en su primera comparecencia como Nobel de Literatura 2005. (Foto: AP)

EFE

LONDRES.- El premio Nobel de literatura le llega a Harold Pinter, uno de los representantes de la llamada generación de Jóvenes Airados británicos de los años sesenta, cuando prácticamente ha dejado el teatro y lucha contra un cáncer de esófago que le fue diagnosticado en 2002. En Pinter, la Academia Sueca premia a un representante de los Angry Young Men (Jóvenes Airados), en el que se encuadran igualmente John Osborne, autor de 'Mirando hacia atrás con Ira', que dio nombre al grupo, o Arnold Wesker ('La Cocina'). Recién cumplidos los 75 años y después de 29 piezas teatrales, entre ellas algunas tan famosas como 'La Fiesta de Cumpleaños', 'The Caretaker' o 'Viejos Tiempos', así como varios guiones de cine, entre ellos para Joseph Losey, Pinter se confesaba últimamente agotado. "Creo que he dejado de escribir teatro... Llevo escritas ya 29 obras. ¿Acaso no es suficiente?", se preguntaba recientemente con motivo del estreno de una pieza para la radio con música de James Clarke, titulado 'Voces', emitida este mes por la BBC el día de su cumpleaños. En ella, Pinter utilizaba elementos de cinco de sus últimas obras 'One for the Road', 'Mountain Language' (Lenguaje de la Montaña), 'The New World Order' (El Nuevo Orden Mundial), 'Party Time' (Tiempo de Fiesta) y 'Ashes to Ashes' (Polvo Eres). Compromiso político 107

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Todas ellas tienen en común la que ha sido siempre su preocupación por la relación de poder entre el verdugo y la víctima, el torturador y el torturado, el dueño y el esclavo. Aunque últimamente haya sustituido el teatro por el panfleto político -se ha referido a Irak como "un acto premeditado de asesinato de masas" o a los Estados Unidos, de George W. Bush, como "un monstruo descontrolado"- Pinter ha sido siempre en el fondo un escritor político. Incluso en las llamadas "obras de la memoria", como 'Paisaje' (1968), 'Viejos Tiempos' (1971), 'Tierra de nadie' o 'Traición', de 1978, la memoria funciona como un arma más en las relaciones de poder, que hace aún más agudo el aislamiento de los personajes. Aun partiendo de personajes y situaciones aparentemente normales, las obras de Pinter parecen siempre sumergidas en una atmósfera de amenaza, de misterio y horror. La crítica ha señalado que las luchas por el poder que son siempre materia de sus dramas se caracterizan por una fuerte ambigüedad al no quedar nunca claras las razones para la victoria o la eventual derrota de los personajes. Su teatro, que continúa en cierto modo el de Samuel Beckett y está influido también por la novelística de Franz Kafka, utiliza el lenguaje corriente, pero Pinter lo carga de ambigüedad, de pausas, de silencios de gran efecto teatral. Un inconformista consagrado al teatro Nacido en 1930 en el East End londinense, hijo de un sastre judío inmigrante de Europa Oriental, Pinter se vio separado de sus padres al estallar en 1939 al estallar la Segunda Guerra Mundial y verse evacuado a la campiña inglesa. Aquella separación, traumática para él, iba a sin embargo a alimentar su imaginación y la mirada introspectiva de su teatro. Tras regresar a Londres con 14 años, Pinter se matriculó, gracias a una beca, en la Royal Academy of Dramatic Art londinense aunque dejó sus estudios al cabo de sólo dos años. Siempre inconformista, fue condenado a una multa por un juez en 1949 por negarse a completar su servicio nacional como soldado. Hombre de teatro hasta la médula, Pinter fue actor antes que autor y recorrió el país con distintas compañías de provincia mientras publicaba sus primeros versos. Su primera obra larga, 'La Fiesta de Cumpleaños', estrenada en 1958 en el West End londinense fue muy mal recibida por la crítica de entonces y retirada del cartel una semana después del estreno. 108

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 El joven dramaturgo no se dejó intimidar, sin embargo, por ese fracaso, sino que tres años más tarde publicaría 'The Caretaker', que iba a establecer su reputación como uno de los más destacados dramaturgos en lengua inglesa. Pinter escribió también numerosos guiones para el cine, entre ellos los de 'El Sirviente' o 'El Mensajero', películas ambas dirigidas por Losey, o el de 'La mujer del Teniente francés', de Karel Reisz. En realidad, nunca ha dejado de actuar, lo mismo en el teatro que en películas, en la radio y en la televisión e incluso en su última obra, la citada 'Voces' se reservó un papel. Esta semana se anunció que actuaría en una producción de 'La Última Cinta de Krapp', de Beckett como parte del 50 aniversario de la English Stage Company en el Royal Court Theatre londinense. Pero sobre todo, Pinter quiere sacar fuerzas para seguir criticando no sólo la guerra de Irak, sino la situación política del mundo, que considera "preocupante".

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Una voz crítica y provocadora

La furia rebelde de Harold Pinter El dramaturgo británico gana el Premio Nobel de Literatura con una obra que mezcla arte y política

LOURDES GÓMEZ - Londres EL PAÍS - Cultura - 14-10-2005

Harold Pinter declaró ayer, tras ser distinguido con el Nobel de Literatura, que estaba encantado y se preguntó si el galardón recompensa también su compromiso político. Dijo que su primera celebración fue con su esposa, con quien brindó con champán mientras llegaban ramos de flores a su casa londinense de Holland Park. El dramaturgo contó que no piensa escribir más teatro, pero sí poesía. El escritor se reafirmó en su compromiso con el arte y la política: "Estoy profundamente comprometido con ambos y en ocasiones arte y política se encuentran y en otras no". Sobre sus planes de futuro, insistió en que piensa centrarse en la poesía y en su compromiso político. Pinter cumplió los tres cuartos de siglo el pasado lunes. Un cumpleaños que fue más festejado en la vecina Irlanda que en su país nativo. El teatro Gate, de Dublín, honró su 75º cumpleaños con un rico programa de festejos a lo largo del fin de semana en los que participó la élite del teatro y el cine internacionales. El lunes, una emisora de la BBC estrenó su último trabajo, Voices, una pieza dramática musical en la que Pinter colabora con el compositor James Clarke. Nada mejor para rematar los tributos hacia uno de los más grandes de los dramaturgos ingleses contemporáneos que la adjudicación del Nobel de Literatura. "Es un gran galardón para un gran y original poeta del teatro. Estoy encantado con la decisión", exclamó el director Peter Hall. En Voices, Pinter descubre una nueva estructura formal, pero sigue indagando en el foso humano de lo inhumano. En sus cinco décadas de actividad creativa y denuncia social, Pinter conjuga el arte y la política en una búsqueda por descifrar la verdad personal y pública. Hace unos años, al lanzar su página de Internet, recuperó una conclusión a la que había llegado en 1958: "No hay grandes diferencias entre lo que es real y lo que no es real, tampoco entre lo que es cierto y lo que es falso". Y añade en la portada de la web: "Creo que estas afirmaciones aún tienen sentido y todavía se aplican a la exploración de la realidad a través del arte. De esta forma, como escritor, las mantengo, pero como ciudadano no puedo hacerlo. Como ciudadano debo preguntarme: ¿Qué es verdad? ¿Qué es falso?". Su voz comprometida resuena siempre con fuerza. En 2003, ya aquejado por un cáncer de esófago, retornó una vez más a la arena pública en protesta contra la guerra de Irak. Al término de las masivas manifestaciones que hubo en todo el mundo, y que en Londres 110

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 concentraron a más de un millón de personas, Harold Pinter subió al estrado levantado en Hyde Park para pedir la dimisión del primer ministro británico Tony Blair. Desde entonces acusa a Blair y a Bush de "criminales de guerra" y denuncia sus acordes "posturas morales" de "insulto contra todos nosotros". "Lo que encuentro absolutamente detestable", señaló en una reciente entrevista con su biógrafo, Mark Batty, "es la posición moral de Blair y Bush". "Piensan que tienen la autoridad moral y que lo que están haciendo es moralmente correcto, cuando es pura basura". Su protesta contra la guerra tomó forma creativa en unas colecciones de poemas, entre ellos War, publicado este año. Harold Pinter nació en el barrio de Hackney, en el popular Este de Londres, el 10 de octubre de 1930. De padres judíos, conoció de cerca el racismo que pregonaban los fascistas de su barrio. Objetor de conciencia a los 19 años, comenzó entonces a escribir sus primeras poesías y actuar en obras de teatro. La habitación y Tiempo de fiesta, que se llevaron a escena a finales de los cincuenta, culminaron en El cuidador, una sublime exploración del racismo y probablemente su gran obra maestra. Se estrenó en 1964, fue llevada al cine, y aún sigue representándose en salas de todo el mundo. Pinter ha escrito 29 obras de teatro; 21 guiones, incluidos La mujer del teniente francés y Betrayal, candidatos a los Oscar; la novela Los enanos; decenas de relatos cortos y cientos de poemas. Pero, ante todo, es el más relevante e importante dramaturgo inglés vivo. En el Teatro Nacional de Londres, donde ejerció de director asociado entre 1973 y 1983, se recibió ayer con entusiasmo el anuncio del premio. "Está entre los tres más importantes escritores de los últimos 30 años. Algunas obras son difíciles de comprender, pero él sigue innovando", señaló Al Haydes, un aficionado de 71 años. "¡Qué buena noticia!", exclamó el más joven Stuart Silver, un actor de 30 años. "Es un genio. Una gran figura. Es un autor comprometido políticamente, que está acercando al gran público cuestiones de la coyuntura actual. Y, en estos tiempos, es necesario que los artistas hagan más accesible la política mundial", sostenía Silver, intérprete de sus textos. "Es un autor muy respetado. Cada vez que viene al teatro se monta un gran alboroto. La gente quiere ver sus obras y sobre todo a él en persona", explica Sean Elliott, empleado de la librería del teatro. "Estoy encantada. Se merece el Nobel por su gran contribución a nuestra literatura y por dar a conocer sus opiniones políticas, liberales e izquierdistas", comenta Meirion Davies en la cafetería del teatro, junto al Támesis. "Sus ideas quizá no casan con algunos, pero conmigo sí".

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Nobel de las letras se lo llevó este año un pacifista: el británico Harold Pinter El Tiempo – 14/10/05

El escritor ha sido un crítico duro de la intervención del Reino Unido y Estados Unidos en Irak. El dramaturgo, ganador del premio Nobel de Literatura 2005 otorgado ayer por la Academia Sueca, estuvo siempre marcado por los bombardeos de Londres, su ciudad, lo que sin duda alimentó su siempre feroz oposición a la guerra. Pinter, que el pasado 10 de octubre cumplió 75 años, nació en el barrio londinense de Hackney. Hijo de un sastre judío, vivió en su juventud el antisemitismo, un factor decisivo para dedicarse a escribir, explicó en una ocasión. En la escuela, la Hackney Grammar School, leyó las obras de Franz Kafka y Ernest Hemingway y descubrió el teatro, que se convertiría en su pasión. Empezó a actuar en presentaciones teatrales escolares, interpretando clásicos de Shakespeare, entre ellos 'Macbeth' y 'Romeo y Julieta'. En 1948 obtuvo una beca para estudiar teatro en la Real Academia de Arte Dramático, de donde se retiró después de dos años. Luego trabajó en la compañía de teatro irlandesa Anew McMaster, donde estuvo desde 1954 a 1957, con el seudónimo de David Baron.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Su sentimiento contra la guerra lo llevó a declararse objetor de conciencia, corriendo el riesgo de ir a la cárcel. En 1949 fue multado por un juez por haber rehusado cumplir su servicio militar. "Podía haber ido a la cárcel –fui al tribunal llevando mi cepillo de dientes– pero el juez se compadeció, así que sólo me multó con 30 libras. Quizá voy a volver a ser llamado, para la próxima guerra, pero no voy a ir", escribió Pinter. Durante 24 años estuvo casado con la actriz Vivien Merchant, de la que se divorció. En 1980 se casó con la escritora e historiadora Lady Antonia Fraser. Su obra En sus más de 30 obras, este dramaturgo británico juega con la dominación y la sumisión, la amenaza y la injusticia, aunque en los últimos años su actividad literaria y militante se concentra sobre todo en la política, en la que vierte sus más feroces críticas. Pinter "descubre el precipicio que se esconde bajo la cháchara diaria y fuerza su entrada en el ámbito cerrado de la opresión", explicó la Academia. El premio Nobel de Literatura 2005, que empezó su carrera como actor, ha llevado el teatro a sus elementos básicos, un espacio cerrado y un diálogo imprevisible, "en el que la gente está a merced del otro y la simulación se desmorona", agrega. "En una obra típica de Pinter nos encontramos a los personajes que se defienden de las intromisiones de sus propios impulsos atrincherándose en una existencia reducida y controlada", dijo el jurado. Otro tema del dramaturgo británico es la volatilidad y lo escurridizo del pasado. Su nombre se ha convertido en un adjetivo, ‘Pinteresco’, usado en la descripción de una atmósfera particular y el entorno en el teatro dramático. Duro crítico Enigmático pero coherente, Pinter se niega a explicar los entresijos de sus obras incluso a sus actores. "Métase en sus asuntos. Limítese a repetir las palabras", era la típica respuesta a un pedido de orientación. Pinter también ha escrito los guiones de algunos éxitos cinematográficos como 'La mujer del teniente francés', interpretada por Meryl Streep y Jeremy Irons en 1981, y 'El placer de los extraños', con Christopher Walken y Rupert Everett en 1990. Su trabajo para la televisión es también prolífico e incluye 'Betrayal' (Traición) interpretado por Jeremy Irons y Ben Kingsley, en el que 113

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 cuenta una relación de una mujer con el mejor amigo de su marido. También incursionó en el terreno de la narrativa con la novela Los enanos. Con el paso del tiempo, Pinter se ha ido implicando más en política. El golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende en Chile, le indignó y fue uno de los más furibundos críticos del presidente estadounidense Ronald Reagan y de la primera ministra británica Margaret Thatcher. Recientemente, se opuso a la invasión de Irak liderada por Estados Unidos, y al embargo precedente que sufrió el país árabe; protestó contra el trato que Turquía da a los kurdos, se opuso al bombardeo de Kosovo y ha denunciado la tortura. En el poema escrito en el 2003, 'God Bless América' (Dios bendiga a Estados Unidos), Pinter escribió: "Ahí están otra vez, los yanquis en su parada blindada; Cantando sus baladas de alegría; mientras galopan por el ancho mundo; loando al Dios de Estados Unidos". Sin miedo a utilizar la dureza en su lenguaje, Pinter escribió el mismo año un poema de cuatro líneas al que tituló 'Democracia': "No hay escapatoria. Los grandes gilipollas están sueltos. Destruirán todo a su paso. Vigile su espalda". Malas palabras Su lenguaje siempre duro y áspero lo llevó a calificar al primer ministro británico Tony Blair de "criminal de guerra" por la participación en la guerra de Irak. "Al atacar la obscenidad de la guerra, también emplea un lenguaje obsceno" en sus artículos y poesía, explicó Jean Pavans, uno de los traductores franceses del dramaturgo inglés. Esto último lo confirmó el responsable de la Academia Sueca, Horace Engdahl, encargado de darle la noticia por teléfono, no se puede escribir lo que dijo Pinter al saberse galardonado. "Estaba muy conmovido y no conseguía articular palabra. Nada de lo que dijo se puede poner por escrito. No se lo esperaba en absoluto. Estaba encantado, se podría decir", explicó el académico sueco. El premio a Pinter es el segundo consecutivo que se le da a un escritor de izquierda, después de Elfriede Jelinek. Quien al enterarse dijo: "Otro escritor de izquierda y otro escritor maravilloso". ‘Métase en sus asuntos. Limítese a repetir las palabras’, le dijo alguna vez a un actor.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

El Nobel premia el teatro militante de Harold Pinter • El dramaturgo británico subraya el compromiso "con el arte y la política" BEGOÑA ARCE LONDRES EL PERIÓDICO DE CATALUÑA 14/10/05

La Academia sueca rompió ayer todos los pronósticos al otorgar el Premio Nobel de Literatura 2005 al dramaturgo británico Harold Pinter. El anuncio fue una sorpresa absoluta en el Reino Unido, donde pocos sabían que Pinter fuera siquiera uno de los candidatos. Autor de una treintena de obras, el galardonado es el más influyente de los escritores teatrales británicos vivos y un intelectual con una larga trayectoria de denuncia política y social que en los últimos años ha fustigado a Tony Blair y George Bush por la invasión de Irak. "He escrito obras de teatro durante 50 años y estoy también muy comprometido políticamente. No sé bien hasta qué punto este hecho tiene algo que ver con el premio", dijo Pinter a los periodistas tras declararse "conmovido" por la noticia. "Estoy profundamente comprometido con el arte y profundamente comprometido con la política, y a veces ambas se mezclan y a veces, no. Todo esto va a ser muy interesante", añadió el premiado, que acaba de cumplir 75 años. Avergonzado de su país "Pinter restaura los elementos básicos del teatro: un espacio cerrado y un diálogo impredecible, donde cada uno está a merced de los demás", señalaba la nota de la Academia sueca para explicar las razones de la elección. Aquejado de cáncer desde hace tiempo, el inesperado Nobel, que recibirá 1,1 millones de euros, había anunciado el pasado mes de febrero su decisión de no volver a escribir para el teatro y concentrar sus fuerzas en la denuncia política. "Me da vergüenza la postura que este país el Reino Unido está tomando con respecto a Estados Unidos. Es algo que no sólo me provoca furia, sino disgusto y vergüenza de ser británico", declaró el pasado lunes a la BBC. Nacido en Hackney, un barrio de inmigrantes del este de Londres, en el seno de una humilde familia judía, Pinter comenzó su carrera como actor por teatros de provincias, tras declararse objetor de conciencia y negarse a hacer el servicio militar, que entonces era obligatorio. En 1957 atrajo por primera vez la atención de la crítica con la obra La fiesta de cumpleaños, en la que ya se percibe ese estilo tan propio, que algunos han apodado con el adjetivo pinteresco, en el que se mezcla la brutalidad con la banalidad de la vida cotidiana, las emociones que estallan, los silencios y los problemas de

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 comunicación. El portero, en 1959, fue su primer gran éxito comercial, al que seguirían otras obras que marcaron el teatro británico de los 60 y los 70, como El amante, Regreso a casa, Viejos tiempos y Tierra de nadie. Admirador del poeta Dylan Thomas y del padre del teatro del absurdo, Samuel Beckett, Pinter ha influido en autores más jóvenes como Patrick Marber, Conor McPerson y Yasmina Reza, así como en los norteamericanos David Mamet y Sam Shepard. Poeta, novelista y guionista de cine y televisión, de su colaboración con el director Joseph Losey surgieron en los años 60 tres películas: El sirviente y Accidente, ambas protagonizadas por Dick Bogarde, y El mensajero, con Julie Christie. El azote de Blair Militante contra la proliferación de las armas nucleares, su voz se ha alzado para denunciar la guerra en Kosovo, la invasión de Afganistán y, más recientemente, la de Irak. Si detestaba a la conservadora Margaret Thatcher por haber impuesto la economía de mercado como bien supremo y rechazó una condecoración del también conservador John Major, al laborista Blair le ha tachado de "idiota" y "criminal de guerra" por su papel en la guerra de Irak. El pasado fin de semana, los mejores actores del Reino Unido e Irlanda se dieron cita en el teatro dublinés The Gate para celebrar durante tres días el cumpleaños del dramaturgo. "Un hombre de mi edad necesita un poco de afecto y está muy bien que venga de Dublín", declaró con ironía Pinter, un autor que nunca ha sido profeta en su tierra.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 Poeta y dramaturgo

El británico Pinter ganó el Nobel de Literatura Hubo generalizados elogios a la decisión

El dramaturgo y poeta británico Harold Pinter, de 75 años, uno de los grandes nombres del teatro dramático de la segunda mitad del siglo XX, obtuvo ayer el Premio Nobel de Literatura, dotado de 1,3 millones de dólares, que recibirá el 10 de diciembre en Estocolmo. En los fundamentos de su decisión, la Academia Sueca destacó que la obra de Pinter tiene el mérito de “descubrir el precipicio que hay detrás de los balbuceos cotidianos y que irrumpe en los espacios cerrados de la opresión”. La noticia fue recibida con beneplácito por escritores de todo el mundo –también de la Argentina– y por dirigentes políticos como el checo Vaclav Havel y el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Las pocas objeciones procedieron ayer de Suecia, en cuyas capillas intelectuales Pinter no entraba en los pronósticos. También se mostraron sorprendidos algunos críticos alemanes. Conmovido y consternado, según declaró poco después del anuncio en su casa del este de Londres, Pinter -quien cumplió 75 años el lunes último- recibió la noticia 15 minutos antes del mediodía en Estocolmo. A las 12 (eran las 8 en la Argentina), el presidente de la Academia Sueca, Horace Engdahl, dio a conocer el fallo de los 18 miembros. Engdahl precisó que Pinter es "el más destacado representante del drama inglés de la segunda mitad del siglo XX". Señaló que el dramaturgo británico "crea situaciones dramáticas a partir de conversaciones cotidianas, que para nosotros ponen en evidencia la existencia humana de una manera única. La continuidad de su obra 117

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 es destacable". Para celebrar la noticia, Pinter -el décimo autor británico y el decimocuarto dramaturgo que recibe el Nobel desde 1901- bebió una copa de champagne con su actual esposa, la historiadora y escritora lady Antonia Fraser. Harold Pinter, un renovador del teatro en los años 60 y 70 y creador de una vanguardia conocida como "el teatro del absurdo", dejó la dramaturgia a comienzos de este año, pero continúa vinculado con la escritura poética y la actividad política. Por su libro de poesía antibélica "War" ("Guerra"), donde critica la contienda bélica en Irak, recibió el año último el prestigioso premio Wilfred Owen. Esa obra incluye el poema "Dios bendiga a Estados Unidos", donde escribió: "Ahí están otra vez los yanquis en su parada blindada / cantando sus baladas de alegría / mientras golpean por el ancho mundo / loando al Dios de Estados Unidos". Conocido por sus ideas de izquierda y por sus críticas al primer ministro británico, Tony Blair, y a la política belicista del presidente norteamericano George W. Bush, Pinter nació en 1930 en el seno de una familia judía de sastres, en el barrio londinense de Hackney, poblado de familias obreras y trabajadores inmigrantes. Esa vivencia se reflejó posteriormente en varias de sus obras. En su juventud, Pinter vivió la experiencia del antisemitismo y en los años 50 formó parte de la "generación de jóvenes iracundos británicos". Debutó como dramaturgo en 1957, con "El cuarto", y al año siguiente escribió "La fiesta de cumpleaños", una de sus piezas más representadas, y consiguió el éxito internacional con "El cuidador". Escribió también más de 24 guiones de cine (ver página 19). Hace tres años fue distinguido con el título de Compañero de Honor, otorgado por el gobierno británico tras haber rechazado ser nombrado Caballero de Honor. A lo largo de su trayectoria, el autor británico recibió los premios Shakespeare, Molière de Honor y el de Literatura Británica. En 1999 ingresó en la Compañía de la Literatura de la Royal Society. El pensamiento y la acción Al contrario de lo ocurrido en 1997, cuando el Nobel al dramaturgo Dario Fo generó controversias, la distinción a Pinter recibió muchos elogios. El crítico teatral Ernesto Schoo, quien conoció a Pinter en Londres en 1965, dijo ayer a LA NACION que el rasgo saliente de la obra del dramaturgo británico es "la introducción de lo sobrenatural en las situaciones más cotidianas que uno pueda imaginar" y agregó que, en 118

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 los últimos años, "eligió el silencio como una actitud frente al mundo y la vida". Schoo expresó que "un elemento característico de Pinter es lo que él llama la amenaza en el cuarto de al lado. Detrás de una puerta cerrada, uno puede suponer que algo va a estallar y quizás es puramente imaginario. En su obra, introduce lo sobrenatural en las situaciones más cotidianas, una apelación a algo que va más allá de lo que se ve". Pinter, agregó, fue impulsor de una corriente que se conoce como "teatro del absurdo". A pocas horas de conocerse la distinción, la editorial Losada, que posee los derechos de la publicación de los trabajos de Pinter en español, anunció que reeditará en breve algunas de sus obras en la colección Gran Teatro. La escritora austriaca Elfriede Jelinek, premiada el año último, exclamó: "¡Otro más de izquierda! Voy a celebrarlo de inmediato". La narradora, cuya designación el año último había sido criticada, se mostró encantada porque Pinter "es un dramaturgo fantástico". El intelectual checo Vaclav Havel, amigo personal de Pinter, le envió un telegrama en el que expresó: "El premio es absolutamente merecido". En nombre del dramaturgo británico, Havel recibirá el 26 de este mes, en Praga, el Premio de Literatura Franz Kafka 2005. Maravillados por la noticia, los dramaturgos británicos Tom Stoppard y Alan Ayckbourn dijeron ayer que Pinter "es un ejemplo para todos". En los últimos años, el compromiso político de Pinter se ha incrementado con la denuncia de abusos de poder cometidos en el mundo. En la Universidad de Turín, al recibir el doctorado honoris causa, denunció en 2002 que la política exterior de Bush era "una pesadilla pública de la ignorancia, la histeria, la arrogancia, la estupidez y la beligerancia norteamericanas".

Por Susana Reinoso De la Redacción de LA NACION – 14/10/05

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Dramaturgo de la dignidad • Pinter siempre ha entendido su obra teatral como una prolongación de su compromiso GONZALO PÉREZ DE OLAGUER BARCELONA EL PERIÓDICO DE CATALUÑA 14/10/05

Cuando el pasado mes de febrero Harold Pinter anunció en una entrevista en la BBC que abandonaba su carrera como escritor teatral para centrarse en la actividad política, pocos fueron los sorprendidos. El flamante premio Nobel de Literatura siempre ha entendido su obra como una prolongación de su compromiso con la libertad individual y la defensa de la dignidad humana. "He escrito 29 obras y creo que ya es suficiente", dijo en aquella ocasión. No era la primera vez que hacía algo parecido. En 1978, después de influir decisivamente en el teatro de los años 60 y 70, Pinter inició un largo paréntesis de inactividad que no cerró hasta 15 años más tarde, con el estreno de Luz de luna. Nacido en Londres el 10 de octubre de 1930, Harold Pinter estudió arte dramático en la capital inglesa. Su primera relación directa con el teatro fue como actor, en 1951, formando parte del grupo ambulante irlandés Anew McMaster, especializado en obras de Shakespeare. Primer fracaso Su primera obra como dramaturgo fue La habitación (The room), que estrenó en 1957. El estrepitoso fracaso de La fiesta de cumpleaños (The birthday party), un año después, estuvo a punto de hacerle abandonar la profesión. La obra sólo aguantó seis días en un teatro de Londres, que en una de las funciones alcanzó la cifra de media docena de espectadores. Todo cambió con El portero (The caretaker), que, estrenada en 1960, se convirtió en el gran éxito del nuevo teatro europeo y abrió a su autor las puertas de Estados Unidos. Paralelamente, Pinter empezó a desarrollar su perfil de activista político, una faceta en la que se significó de forma contundente tras el derrocamiento del presidente chileno Salvador Allende, en 1973. Años después, criticó a Ronald Reagan y Margaret Thatcher con una dureza que ahora ha recuperado para fustigar a George Bush y Tony Blair por las invasiones de Afganistán e Irak. En 1990, con motivo de su 60 aniversario, el dramaturgo londinense se convirtió en centro de continuos homenajes. Se le reconoció como uno de los exponentes del teatro del absurdo y también como punta de lanza de la generación conocida en Inglaterra como renacentistas del teatro. Contrariamente a lo que algunos creyeron ver en sus primeras obras, el teatro de Pinter no es cerrado y tiene siempre un punto de humor muy particular. Títulos como El muntaplats y L'última copa --que el Lliure presentó en un montaje doble en 1987-120

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 mostraron esa faceta más abiertamente humorística. El nuevo Nobel de Literatura ha mantenido una buena relación con la radio, la televisión y, sobre todo, el cine. Aunque siempre ha visto sus trabajos en esos campos como algo menos comprometido que su labor teatral. "La televisión y el cine son más sencillos que el teatro --dijo en una ocasión--. Si uno se cansa de una escena, basta dejarla y pasar a la siguiente". A lo largo de su carrera, Pinter ha dicho una y otra vez que un artista no debe ambicionar premios. Él ha recibido muchos; entre ellos, el Premio Shakespeare, el Premio Europeo de Literatura, el Premio Pirandello, el Premio Laurence Olivier y el Premio Moliere de Honor. Galardones que le distinguen, merecidamente, como uno de los pilares de la literatura dramática del siglo XX.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 LaTercera / Cultura La distinción recayó sorpresivamente en la máxima figura del teatro británico de la segunda mitad del siglo XX

Harold Pinter, el más político de los dramaturgos ingleses, gana el Nobel El guionista de películas como El Sirviente y La Amante del Teniente Francés brindó apoyó a los exiliados chilenos y hace algunos meses había anunciado su retiro del mundo de las tablas.

Rodrigo Miranda 14/10/05

En su primera reacción al enterarse de que había obtenido el Premio Nobel de Literatura 2005, el dramaturgo inglés Harold Pinter aplicó una "pausa pinteriana". Como los personajes de sus obras, calló por un rato antes de hacer algún comentario. Transcurridos los segundos de rigor, se limitó a decir: "Estoy mudo". Tal fue la impresión que le produjo la decisión de la Academia Sueca. En medio de la controversia generada por la renuncia de uno de los votantes a causa de la elección de Elfriede Jelinek en 2004, y cuando el favoritismo apuntaba al poeta sirio-libanés Adonis y al consagrado Philip Roth, asomó el nombre de Pinter, que se suma a los de otros dramaturgos galardonados: Dario Fo, Eugene O'Neill, Samuel Beckett. "Máximo exponente del teatro dramático inglés de la segunda mitad del siglo XX", en palabras del jurado, Pinter es el autor de El Cumpleaños, El Cuidador y No Man's Land, piezas con marcado cariz político. Es también el décimo británico en obtener el Nobel de Literatura y aprovechó la oportunidad para catalogar al primer ministro de su país, Tony Blair, como un "idiota ingenuo" por apoyar la guerra contra Irak. Ayer Pinter relató a los periodistas que celebró la noticia brindando con champaña junto a su esposa. Cargaba un bastón y lucía el rostro lastimado y una venda sobre un ojo. Según dijo, sufrió una

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 caída. Interrogado sobre por qué creía que le habían dado el premio, contestó: "Eso me pregunto yo". Admirador de James Joyce, este año abandonó la dramaturgia para centrarse en la poesía, la política y la actuación: interpretará La Ultima Cinta de Krapp, de Samuel Beckett, en los 50 años del Royal Court Theater. En Chile se han montado 12 de sus 29 obras. La mayoría transcurren en una sola habitación, donde los ocupantes están amenazados por fuerzas autoritarias. Incluso el adjetivo "pinteriano" se transformó en sinónimo de atmósferas inquietantes. Sobrepasando la tragedia y la comedia, sus piezas son calificadas como "textos de amenaza". El actor Humberto Duvauchelle estrenará en 2006 De las Cenizas a las Cenizas y Un Leve Dolor. Pinter contra Pinochet La relación de Pinter con Chile es cercana. El autor, que cumplió 75 años el lunes, ayudó a exiliados chilenos en Inglaterra a partir de 1973 y fue admirador de la Unidad Popular. En 1992 pisó por primera vez la embajada chilena en Londres. Hasta entonces sólo había llegado a la fachada luciendo despeinado, ropas viejas y portando carteles contra el régimen de Augusto Pinochet. Pero el 14 de abril de ese año fue el condecorado con la Orden al Mérito de Chile. En noviembre de 1998, cuando Pinochet permanecía detenido en Londres, el dramaturgo fue uno de los firmantes de la carta publicada por el Daily Telegraph donde se exigía su enjuiciamiento. "La detención de Pinochet da a mucha gente la esperanza de que uno de los peores abusadores de los derechos humanos en América Latina pueda ser traído a rendir cuentas. El tema central es si un ser humano, al margen de su posición política o poder, debe responder o no de sus crímenes", decía la misiva.

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EL PADRE DEL TEATRO CONTEMPORÁNEO XAVIER ALBERTÍ DIRECTOR DE TEATRO EL PERIÓDICO 14/10/05

Harold Pinter, el padre del teatro contemporáneo, el destructor del teatro británico burgués, el analista de los cánceres de la sociedad británica moderna, el que dijo que "hay que representar la locura de nuestro mundo como mecanismo de cauterización de esta locura", el que salió en defensa de Sarah Kane cuando la crítica la acusaba de gratuidad en la recreación escénica de la violencia, el que nos enseñó que el teatro o es político o no es. Pinter, el gran desenmascarador de los verdaderos rostros del poder, el dramaturgo que ha dado tanto peso al silencio como a las palabras, el inventor de las múltiples subtextualidades, el creador de las radiografías más precisas del alma humana de nuestros conciudadanos, el generador de estructuras narrativas innovadoras. El autor que ha creado un nuevo teatro para su tiempo sin perder la conexión con el gran público, el que continúa creyendo que el teatro es un mecanismo de activismo político tan importante como la autoinmolación, el que sabe que no hay peor traición que la autotraición, el que no ha rechazado las técnicas de la comedia para hablar de las violencias más implacables de nuestros tiempos. El que ha retratado la dimensión humana del terror, y también quien ha querido enseñarnos la debilidad de nuestros recuerdos o, quizá, nuestra capacidad de transformar estos recuerdos en alguna cosa soportable. El dramaturgo que ha sabido hacer coincidir diversas dimensiones de espacio y tiempo en una aparente sola dimensión, igual que nuestros recuerdos, igual que nuestra vida. Harold Pinter, el padre del teatro contemporáneo, el destructor del teatro burgués, el analista de los cánceres de la sociedad moderna. Harold Pinter, hombre de teatro, premio Nobel.

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El Nobel, para un dramaturgo y activista No estaba entre los favoritos, pero contra todo pronóstico el autor inglés se llevó la edición 2005 del más importante galardón literario. Milenio – 14/10/05

Apenas en marzo pasado había anunciado su decisión de abandonar el escenario, “para criticar de tiempo completo la preocupante acción de los políticos”. Ayer, contra todos los pronósticos, Harold Pinter (Londres, 1930) se convirtió en el Premio Nobel de Literatura 2005. Las apuestas estaban dirigidas hacia la poesía y hasta a la literatura en letras castellanas, pero quien es considerado uno de los dramaturgos británicos más importantes del siglo XX rompió con todas las quinielas, para sorpresa de él mismo. “No he tenido tiempo de pensar, pero estoy muy conmovido. Es algo que no esperaba para nada en ningún momento”, dijo el dramaturgo británico a los periodistas a la puerta de su casa en Londres. Tras conocer la noticia, Pinter se declaró “abrumado”. Su respuesta al por qué pensaba había obtenido el galardón refleja la personalidad del escritor, de 75 años: “Eso me pregunto yo”. Pinter, también guionista y actor, ha escrito 29 obras teatrales, entre ellas La fiesta de cumpleaños, El portero, El retorno al hogar y Betrayal, 21 guiones, entre ellos The Servant, The Go-Between y La mujer del teniente francés. Además, ha dirigido 27 producciones, incluidas Exiles de James Joyce, Oleanna de David Mamet, siete obras de Simon Gray y otras tantas propias. La última fue Celebration. El autor ha sido galardonado con el Premio Shakespeare, el Premio Europeo de Literatura, el Pirandello, el Premio de Literatura británica David Cohen, el Laurence Olivier, y el Molière de honor a toda su carrera. En 1999 ingresó en la Compañía de Literatura de la Royal Society. Anuncio sorpresa La Academia sueca señala en su argumentación que Pinter deja al descubierto en sus dramas “el precipicio que hay detrás de la conversación diaria y que irrumpe en los espacios cerrados de la 125

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 opresión”. Además, añade que Pinter es considerado “el más destacado representante del drama inglés de la segunda mitad del siglo XX”. El secretario permanente de la Academia Sueca, Horace Engdahl, justificó la concesión del Nobel a Pinter por la elaboración literaria que hace de problemas políticos. En unas declaraciones, Engdahl señaló que el escritor “comenzó con un punto de vista de base existencialista en los años cincuenta y sesenta, pero luego se volvió cada vez más político. Cada vez se dedicó más al sufrimiento de origen político”. En sus dramas, Pinter “crea situaciones dramáticas a partir de conversaciones cotidianas, que para nosotros ponen en evidencia la existencia humana de una manera única”, se añadió. El anuncio fue una sorpresa, ya que el nombre del dramaturgo no figuraba en ningún pronóstico. Pinter celebró sus 75 años el pasado 10 de octubre. El último británico premiado fue en 2001 V.S. Naipaul. El año pasado fue distinguida la austriaca Elfriede Jelinek, lo que causó una controversia entre el jurado, revelada hace unos días. Un inconforme Nacido en 1930 en el East End londinense, hijo de un sastre judío inmigrante de Europa Oriental, Pinter se vio separado de sus padres al estallar en 1939 al estallar la Segunda Guerra Mundial y verse evacuado a la campiña inglesa. Aquella separación, traumática para él, iba a sin embargo a alimentar su imaginación y la mirada introspectiva de su teatro. Tras regresar a Londres con 14 años, Pinter se matriculó, gracias a una beca, en la Royal Academy of Dramatic Art londinense aunque dejó sus estudios al cabo de sólo dos años. Siempre inconformista, fue condenado a una multa por un juez en 1949 por negarse a completar su servicio militar. Hombre de teatro hasta la médula, Pinter fue actor antes que autor y recorrió el país con distintas compañías de provincia mientras publicaba sus primeros versos. Su primera obra larga, La fiesta de cumpleaños, estrenada en 1958 en el West End londinense fue muy mal recibida por la crítica de entonces y retirada del cartel una semana después del estreno. Sin embargo, el joven dramaturgo no se dejó intimidar por ese fracaso, tres años más tarde publicaría The Caretaker, que iba a 126

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 establecer su reputación como uno de los más destacados dramaturgos. Pinter escribió también numerosos guiones para el cine, entre ellos los de El sirviente o El mensajero, películas ambas dirigidas por Losey, o el de La mujer del teniente francés, de Karel Reisz. En realidad, nunca ha dejado de actuar, lo mismo en el teatro que en películas, en la radio y en la televisión e incluso en su última obra, la citada Voces se reservó un papel. Esta semana se anunció que actuaría en una producción de La última cinta de Krapp, de Beckett como parte del 50 aniversario de la English Stage Company en el Royal Court Theatre londinense. Pero sobre todo, Pinter quiere sacar fuerzas para seguir criticando no sólo la guerra de Irak, sino la situación política del mundo, que considera “preocupante”. Contra la guerra de Irak Además de por su producción literaria, Pinter es muy conocido por su activismo político. Durante años ha denunciado los abusos cometidos por los estados más poderosos en el mundo, como en el caso del bombardeo de la OTAN sobre Serbia o la invasión de Irak. El pasado mes de marzo, Pinter sorprendió con el anuncio de que estaba decidido a volcar todas sus energías en la poesía y en el activismo político. “Creo que he dejado de escribir teatro... Llevo escritas ya 29 obras. ¿Acaso no es suficiente?”, se preguntaba recientemente con motivo del estreno de una pieza para la radio con música de James Clarke, titulado Voces, emitida este mes por la BBC el día de su cumpleaños. Su poesía, como era previsible, también iba a estar teñida de ideología. “He descubierto otras formas de expresarme”, explicó durante esa misma presentación en la BBC, haciendo referencia a su nuevo género literario. El autor, de 74 años, llevaba ya años expresando contundentes opiniones acerca de la situación política de su país y del mundo. Su posición se radicalizó tras la guerra de Irak, que le llevó a calificar a Tony Blair de “idiota iluso” y a equiparar con el régimen nazi al gobierno de Bush, al que calificó de “asesino de masas”. Harold Pinter en México Desde la mirada de David Olguín, la de Harold Pinter es una de las obras más deslumbrantes del siglo XX, a partir de historias que “encuentran el absurdo a partir de situaciones realistas y cotidianas, 127

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 para detonar lo extraño, lo enigmático.” “Para la gente de teatro se habla de ambigüedad pinteriana: esos mundos indecisos, en penumbras, que acercan mucho el teatro a la poesía.” Para José Caballero, director artístico de la Compañía Nacional de Teatro del INBA, estamos ante una de los trabajos más originales, vitales y, a la vez, más trascendentes de la dramaturgia de las últimas décadas, por su capacidad para renovar el lenguaje y su enorme sentido de la “dramaticidad, que va más allá de los cánones clásicos. Lo que sucede con un dramaturgo como él es que encontró una manera distinta de enfocar la vida, a través del sin sentido. Esa manera de ver al teatro se refleja en algunos de los dramaturgos mexicanos más jóvenes”. “Se trata de un dramaturgo”, explica Olguín, “que para la gente de teatro del país resulta de lo más familiar, de lo más influyente y de lo más atractivo”, señala el director de ediciones El Milagro. Al ser uno de los dramaturgos británicos más importantes del siglo XX, Harold Pinter no podía estar alejado de la escena nacional. Hace 10 años, por ejemplo, Ludwik Margules llevó a escena Tiempo de fiesta y Luz de luna, traducidas por Carlos Fuentes. En 2000, Rodrigo Johnson, a partir de una adaptación de David Olguín montó CartaSamamá, basada en Voces de familia, guión radiofónico de Pinter. Cenizas de las cenizas, dirigida por Mauricio García Lozano también se escenificó y con una propuesta de Carlos Fuentes. La más reciente puesta en escena de una obra de Harold Pinter se presentó el año pasado, bajo la dirección de José Caballero: Otros lugares. En la parte editorial, en el mercado mexicano se encuentra El Amante / Escuela nocturna / Sketches de revista y además El cuidador/Los enanos, editadas por Losada. En entrevista, previo al comienzo de la obra Don Quijote, en el marco del Festival Internacional Cervantino, José Caballero destaca su faceta como director de teatro, “uno de los que ha influido más entre los directores”, asegura: “somos varios los directores que hemos montado obras de él, a quien se consideró, en su momento, como un dramaturgo del teatro del absurdo, pero lo que ofrece, en realidad, es una mirada distinta de la vida”. Agencias, Estocolmo / Jesús Alejo, Ciudad de México

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El lenguaje como máscara del pensamiento

JOSÉ SANCHIS SINISTERRA EL PAÍS - Cultura – 14/10/05

Pinter es uno de los grandes revolucionarios del teatro del siglo XX, en la estela de un Beckett pero en una dirección muy distinta. Encuentro especialmente importante su concepto del lenguaje como máscara del pensamiento en lugar de vehículo del mismo. Máscara del pensamiento y expresión de todo aquello que puede decirse cuando no se puede decir todo. Esto hizo que inicialmente se considerase su obra como parte del teatro del absurdo, cuando en realidad hay en ella una lógica interna, no evidente, subterránea. Las famosas pausas pinterianas son un paradigma de todo aquello que el lenguaje no dice. Con Pinter, la palabra es además arma, herramienta, escudo. Es territorio de la acción dramática, con lo que hace suya la fórmula de la lingüística pragmática de que decir es hacer, no sólo transmisión sino acción. En Pinter hay también otra dimensión muy revolucionaria que es el asumir el desconocimiento del autor sobre sus personajes, los antecedentes de estos, sus motivaciones. Es lo que yo llamo la renuncia a la omnisciencia del autor. El teatro de Pinter es un teatro translúcido, lleno de sombras, de enigmas, que tiene la virtud de convertir al espectador en cómplice y, por tanto, en una especie de coautor. En esa tesitura, el espectador perezoso queda automáticamente excluido de la función: él rechaza el teatro de Pinter y el teatro de Pinter le rechaza a él. Otra dimensión que me interesa del teatro de Pinter es, por supuesto, su compromiso político, aunque al principio no se vio esa dimensión por el carácter enigmático de su obra. Siempre hay en Pinter una preocupación por las formas de opresión del ser humano, por los mecanismos del poder, especialmente por la perversión del lenguaje que es uno de los territorios en los que se ejerce el poder. Aparte de en su escritura, ese compromiso está en la vida cívica de Pinter, un luchador incansable por los derechos humanos que se ha implicado en la denuncia de todas sus violaciones. Pinter tuvo la gentileza de interesarse en la temporada 1996-97 en el ciclo Otoño Pinter que organizamos en Barcelona con varios teatros y que incluyó como colofón la representación de su obra Ashes to ashes, dirigida por él mismo. Visitó tres veces la ciudad con ese motivo e hizo una lectura en la sala Beckett. Fue un lujo para nosotros. Pinter, hombre de una gran generosidad, mostró una disponibilidad extrema. Incluso se prestó a una multitudinaria entrevista pública en la que se despachó contra los poderes con su estimulante antiimperialismo y antibelicismo. Ése fue un verdadero manifiesto político. Algo nada frecuente en estas décadas de 129

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 deserción del intelectual comprometido. Él, en cambio, siempre ha mantenido su postura de luchador por las causas nobles y valiosas. Que le otorguen el Nobel a un dramaturgo es una especie de bendición, porque la literatura dramática es considerada muchas veces el furgón de cola del ámbito de la escritura. Significa un señalamiento de que el teatro es también un territorio donde la palabra tiene un papel preeminente que debe ser escuchado. Quiero creer que el premio a Pinter coincide con el renacer del texto dramático que algunos venimos profetizando desde hace años, y en ese sentido lo considero un gran estímulo.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Otorgan el Premio Nobel de Literatura al dramaturgo británico Harold Pinter

MATT MOORE / AP ESTOCOLMO El Nuevo Herald 14/10/05

El dramaturgo y poeta británico Harold Pinter, en cuya obra se yuxtaponen lo brutal y lo banal, ganó ayer el Premio Nobel de Literatura 2005. La Academia Sueca, que otorga el galardón, dijo que Pinter ``en sus obras revela el precipicio oculto bajo la cháchara cotidiana y fuerza la entrada a los cuartos cerrados de la opresión''. En la mención del premio, la academia dijo que el dramaturgo de 75 años --cuyas obras incluyen El montaplatos, El retorno al hogar, Viejos tiempos y El cuidador-- ha restaurado el arte de escribir obras teatrales. ''Pinter devolvió el teatro a sus elementos fundamentales: un espacio cerrado y diálogos imprevisibles en los que las personas están a merced unas de otras y las fachadas se derrumban'', dijo la academia. Pinter es el primer británico que gana el premio desde que lo obtuvo V.S. Naipaul en el 2001. Hijo de un sastre judío, Pinter nació en Londres el 10 de octubre de 1930. Ha dicho que se hizo dramaturgo tras conocer el antisemitismo en su juventud. El bombardeo de Londres en la II Guerra Mundial también lo afectó profundamente, indicó la academia. El anuncio se produjo en el día de Yom Kippur, el Día de la Expiación, la festividad más importante del judaísmo. Considerado el dramaturgo británico más influyente de su generación, en los últimos años volvió su mirada mordaz a EEUU y la invasión de Irak. Ha criticado con franqueza al primer ministro británico Tony Blair y ha militado contra la participación británica en la guerra de Irak. En febrero dijo a la BBC que seguiría escribiendo poesía, pero por un tiempo se apartaría del teatro. ''Mis energías van en distintas direcciones, sin duda hacia la poesía'', dijo entonces. ``Pero en los últimos años he participado en diversos actos políticos''. 131

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 ``Estoy dirigiendo muchas energías hacia los asuntos políticos, ya que la situación me parece muy preocupante''. En el 2003, Pinter publicó un tomo de poesías antibélicas y en el 2004 participó de una campaña para pedir la impugnación de Blair. Los miedos y anhelos de los personajes de Pinter, sus culpas y sus impulsos sexuales se proyectan sobre las vidas pulcras y cuidadas que se han construido para sobrevivir. Además de obras de teatro, ha escrito guiones de películas, entre otras La mujer del teniente francés, Accidente y El sirviente. El secretario permanente de la academia, Horace Engdahl, dijo que Pinter se mostró estupefacto al saber que le habían otorgado el premio. ''No dijo muchas palabras, estaba muy feliz'', indicó.

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La radicalidad de un guionista Filmes como 'El sirviente' revelan su maestría como autor para el cine

DIEGO GALÁN - Madrid EL PAÍS - Cultura - 14-10-2005

Se ha dicho repetidas veces que las obras de Harold Pinter mejoran cuando son adaptadas al cine. O que los textos que él ha escrito directamente para la pantalla adquieren matices nuevos o más penetrantes. Puede que ello sea cierto ya que el mundo creativo de Pinter se expresa a través de sugerencias, de insinuaciones, en ocasiones incluso a través de diálogos de apariencia intrascendente. Baste recordar obras maestras como El sirviente, El mensajero o Accidente, las tres llevadas al cine por Joseph Losey: en ellas, la tragedia está embozada, sin que sus víctimas se aperciban, hasta que finalmente estalla con crudeza. Tal como ocurre en La mujer del teniente francés (Karel Reisz, 1981) o en El riesgo de la traición (David Hugh Jones, 1983), películas por las que fue finalista en los Oscar al mejor guión. Algunos especialistas observan que la superior calidad de los guiones de Pinter respecto a sus textos teatrales (como, entre otras, El último magnate, de Elia Kazan, o El vigilante, de Clive Donner, basada ésta en su obra teatral El cuidador), estriba en su dificultad para desarrollar diálogos complejos por culpa de su tardío aprendizaje del inglés. Sin embargo, tenía sólo 27 años cuando estrenó su primera obra sobre un escenario (La habitación) y fue reconocido desde entonces como uno de los baluartes de la generación de los Jóvenes Airados. Tres años más tarde fue reclamado por la televisión, para la que escribió diversos guiones originales, y poco después por Losey, que lograría hacer con los guiones de Pinter sus películas más emblemáticas. Pinter fue tentado por la dirección cinematográfica (Butley, en 1974, con Alan Bates y Jessica Tandy), y también por la televisión, para la que ha dirigido otros tres largometrajes. Asimismo ha intervenido eventualmente como actor en papeles secundarios y no siempre en películas escritas por él, como por ejemplo en El sastre de Panamá, de John Boorman (2001), su última aparición en la pantalla hasta la fecha. Dado que ha anunciado que no piensa escribir más teatro, es posible que encuentre de nuevo en el cine la forma de expresión más adecuada para desarrollar su intenso combate contra los políticos mediocres y embusteros, y sobre las trampas de la moral burguesa, tema éste último esencial en sus guiones para el cine.

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

El combativo Pinter gana el Nobel La Academia Sueca distingue, contra pronóstico, al dramaturgo inglés

CECILIA MORA – LA VANGUARDIA 14/10/2005 Estocolmo. Servicio especial

El dramaturgo británico Harold Pinter, cuyo compromiso social y político se refleja en una treintena de obras, obtuvo ayer el premio Nobel de Literatura. Horace Engdahl, secretario permanente de la Academia Sueca, indicó que la labor de Pinter, "basada en el drama, descubre el precipicio de las conversaciones cotidianas e irrumpe en los espacios cerrados de la opresión (...) revelando la existencia humana con una habilidad sin precedentes". En su justificación del premio, la Academia Sueca agrega que "Pinter devolvió al teatro sus bases elementales, el espacio cerrado y el diálogo impredecible donde cada uno está a la merced del otro y donde las pretensiones se rompen. Con un mínimo de intriga, el drama surge de la lucha de poder contenida en la confrontación verbal". El versátil dramaturgo, nacido en Londres hace 75 años, hijo de un sastre judío, es conocido, además de por su teatro, por el trabajo como poeta y guionista de cine, y por un creciente activismo político verbal. Pinter se opuso al gobierno de Margaret Thatcher, se ha pronunciado en contra de las dictaduras de América Latina y ha criticado la política de EE. UU. y su país en Afganistán e Irak. La obra con la que Pinter se dio a conocer fue La habitación (1957), pieza que contiene muchos de los elementos que el autor desarrollará después: una habitación con algunas personas dentro, una puerta y, tras esto, lo desconocido. En los años sesenta escribió obras como El conserje (1960) y El amante (1962). A partir de entonces su carrera es imparable. Además de la citada treintena de piezas de teatro, Harold Pinter ha escrito más de 20 guiones cinematográficos, como El sirviente o La mujer del teniente francés, además de una serie de guiones de televisión. Como director de teatro ha presentado montajes en los principales escenarios del mundo. "El drama de Pinter - recuerda la Academia- fue descrito en un comienzo como una suerte de teatro del absurdo. En los últimos años se le ha dado el calificativo más apropiado de comedia de la amenaza, un género en el cual el autor nos permite espiar el juego de dominación y sumisión que se esconde en las conversaciones cotidianas". 134

Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005

Pinter es el décimo dramaturgo que gana el Nobel, tras Echegaray, Maeterlinck, Hauptmann, Benavente, Deledda, Pirandello, O´Neill, Beckett y Fo.

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Una voz crítica y provocadora

El mago de la opacidad La influencia del escritor en el teatro reciente es una de las más profundas del siglo XX JAVIER VALLEJO - Madrid EL PAÍS - Cultura - 14-10-2005

The caretaker (El cuidador), primera obra de Harold Pinter estrenada en Madrid, fue despreciada por la crítica. Era un artefacto extraño en la programación teatral de 1962, dominada por la comedia española. La compañía Dido Pequeño Teatro y Trino Trives, su director, apenas consiguieron colocar un par de funciones, la segunda en el teatro María Guerrero. En la desigual pelea que Davies, un vagabundo, y Mick, inquietante hermano del propietario, mantenían por una habitación, alguno creyó ver una metáfora de la expulsión de Adán del Paraíso. El primer teatro de Pinter cabalga con riesgo entre el realismo y el absurdo. En Inglaterra pronto encontró acomodo. En España lo fue encontrando a lo largo de los años sesenta, gracias a directores como Daniel Bohr y Luis Escobar, que obtuvo un éxito comercial en el Eslava con El amante y La colección. Hay un peligro latente, un ruido de fondo en todas sus obras, un gusto por la precisión en el lenguaje y en el tempo, por la musicalidad. La intriga, la psicología de los personajes, las motivaciones, todo eso que constituye la sustancia dramática de las comedias bien hechas, en las de Pinter está oculto. Es un mago de la opacidad. ¿De dónde vienen sus personajes? ¿Quiénes son realmente? El espectador no sabe, ni necesita saber, si se deja llevar por el encanto y el ligero misterio del universo pinteresco. Éste es un adjetivo de uso corriente en el Reino Unido. Hay autores pinterescos, y situaciones que lo son. En el teatro y en la vida. El estilo de Pinter es el más imitado del siglo XX, seguramente de manera inconsciente. Después del de Beckett. Compromiso político Con el paso de los años, su escritura se fue haciendo más y más comprometida. Sus piezas teatrales más recientes son consecuencia directa de su compromiso político, de su actividad como miembro del Pen Club Internacional. En la primavera de 1985, visitó Turquía, en compañía de su amigo Arthur Miller, para asistir al juicio de varios pacifistas acusados de dinamitar el orden constitucional, y para entrevistarse con escritores de ese país. Poco después estrenó El lenguaje de la montaña, una obra corta sobre la tortura, inspirada en lo que vio y oyó. No es su primera aproximación al tema. La penúltima copa (1984) describe con minuciosidad una serie de

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 interrogatorios salvajes a una pareja de prisioneros políticos, y a su hijo. Roberto Cerdá hizo en Madrid una puesta en escena violenta y memorable, hace cuatro años, en el teatro Pradillo. En Tiempo de fiesta (1991) y en Luz de luna (1993), el mismo tema aparece tamizado, inteligentemente oculto tras una discusión familiar sobre el pasado, o entre copas y bromas durante una fiesta de la alta sociedad. De unos años a hoy, el destino del teatro de Pinter en nuestro país es la sala pequeña y la programación corta. La sala Beckett, de Barcelona; el teatro Pradillo, de Madrid, y el desaparecido Espai Moma, de Valencia, le dedicaron tres ciclos, con obras recientes.

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Las dos caras del miedo

JOAN-ANTON BENACH – LA VANGUARDIA 14/10/05

Hauptmann (1912), Pirandello (1934), O´Neill (1936)... A la hora de fijar su atención en la literatura dramática, la docta Academia Sueca se expresa con un punto de desafío. No se anda con remilgos ni parece que le afecten las componendas. En 1904, el jurado del Nobel se había quedado tan ancho premiando a don José Echegaray, a quien ya en su día le llovían reproches por sus borboritantes excesos románticos. Y en 1992, se complacía con la fina sátira burguesa de don Jacinto Benavente, cuando la Europa de entreguerras intentaba inventarse un mundo feliz. Eran otros tiempos, claro. Modernamente, y en cuanto pone sobre la mesa a un autor teatral, las antenas de la Academia se dirían orientadas tanto a la calidad como a la contundencia e influencia de una determinada obra dramática. En 1969 se premiaba la radicalidad de Samuel Beckett, a quien le quedaban todavía algunos años para avanzar en la poética descorazonadora, extremadamente depurada, de los silencios. Y en 1997 se producía un Nobel extremadamente polémico: se distinguía al gran bufón Dario Fo, terror de democristianos y comunistas, el valor de cuya creación literaria, pensaron muchos, se devaluaba necesariamente por las furiosas cabalgadas, látigo en ristre, del actor. Y bien: ¿por qué ahora mismo Harold Pinter? Si Dario Fo ha abierto una brecha amplia y profunda en el teatro de agitación, Harold Pinter ha sentado unas pautas sin las cuales la escritura teatral de Occidente se habría visto empobrecida por el descriptivismo y la obviedad. He aquí un escritor gigantesco que ha buceado como pocos en la subjetividad de los conflictos que trata de presentar. Una y otra vez, Pinter ha abordado el empeño imposible de radiografiar la mente de los personajes que pone en escena. Precisamente con Samuel Beckett se le emparentó cuando se dio a conocer en 1957 con La habitación, una combinada influencia del irlandés y de Kafka. Se dijo entonces que el joven dramaturgo se alistaba tanto al naciente absurdo como al movimiento de los angry men, los jóvenes airados (Osborne, Wesker, Arden...) que trataban de poner patas arriba los valores del sistema social y político de la Gran Bretaña y las formulaciones teatrales que lo amparaban. El autor, sin embargo, no tardó mucho en hallar su propio terreno. Ya en 1959, en Una ligera molestia - vista hace algunas temporadas en la sala Beckett-, se advertía el despegue de Pinter respecto a cualquier movimiento

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Especial Harold Pinter Premio Nobel de Literatura 2005 demasiado definido. Y en Fiesta de aniversario, El portero y, sobre todo, en El montacargas, de 1960, una anécdota sincrética sobre la espera y lo desconocido, profusamente representada, se perfilaban las preocupaciones esenciales del dramaturgo. Aparecen tocadas, todas ellas, por un hondo sentido antropológico, proponiendo unos microcosmos cotidianos por encima de los cuales, como una obstinada neblina londinense, flota un miedo difuso, en una doble faz: miedo a la soledad y miedo a la sociedad. Este último aparece en las ecografías grupales de un Tea party de 1965 y en el contexto de unas situaciones familiares que describe con un lenguaje exquisito y una curiosa mezcla de humor y crueldad. Por el otro lado, el miedo a la soledad es un muro implacable que Pinter levanta obsesivamente entre el hombre y la mujer. Sin la frialdad de Bergman, la observación de Harold Pinter recorre las brechas que se abren en las relaciones conyugales, como una termita equipada con una implacable cámara registradora. Desde El amante de 1963 hasta Cenizas a las cenizas escrita 30 años más tarde - la memorable Ashes to ashes vista en el Mercat de les Flors en la Tardor Pinter con asistencia del propio autor- pasando por la memorable Viejos tiempos (1971), las piezas de Pinter han pulsado esa cuerda temerosa de la soledad con una lucidez extraordinaria. En marzo de este año el autor anunció su despedida como dramaturgo. Observadores muy finos dirán si este hecho ha influido en el Nobel, como puede haberlo hecho su férrea crítica a la política de Tony Blair. En todo caso, y sin ninguna de tales circunstancias, el premio es, creo, un solemne acto de justicia.

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