Participacion estudiantil

LA PARTICIPACION ESTUDIANTIL La participación estudiantil está a la orden del día. Un grupo de trabajo se abocó a la tar

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LA PARTICIPACION ESTUDIANTIL La participación estudiantil está a la orden del día. Un grupo de trabajo se abocó a la tarea de: * Examinar el modo de participación de los estudiantes en el Consejo de la Universidad y de las diversas Facultades, y en particular las modalidades de la elección de estos estudiantes. * Estudiar los problemas que plantean las sesiones a puertas cerradas del Consejo de la Universidad, la publicación de sus Ordenes del Día y de sus deliberaciones, así como las cuestiones relacionadas con ello; * Elaborar un informe, formulando soluciones, dentro de los términos más convenientes. A fin de contribuir a la elaboración de soluciones constructivas dentro de ese dominio, nos proponemos a continuación una modalidad de acercamiento al problema que podría ayudar a la Universidad a encontrar soluciones justas. Es deseable que las soluciones en esta materia puedan ser tomadas después de reflexionar y según criterios objetivos, pues la precipitación y la presión de los acontecimientos son los peores consejeros. Hay apresuración algunas veces para ponerse de acuerdo sobre fórmulas en las que no se ha tenido tiempo de prever todas las consecuencias, y luego cada uno se encuentra decepcionado en sus esperanzas. Nefasta es la idea de conceder tal cosa a los estudiantes para satisfacer sus "reivindicaciones", en proporción a las 3

LA PA R TICIPA CION ES TU DIA N IIL presiones que ellos ejercen. Si esas modalidades de participación son deseables, deben ser puestas en su lugar sin que los estudiantes hayan hecho prueba de insistencia para reclamarlas. Si al contrario, tales otras no lo son, ellas no deben ser instauradas, cualquiera sean los medios empleados para apoyarlas.

I - INTRODUCCION La tendencia a promover la participación estudiantil es actualmente un movimiento a escala mundial. Es nuestro deber aprovechar la ocasión para que las fuerzas constructivas que se ponen en juego sirvan para orientar de manera justa y eficaz las soluciones de Nuestra Universidad. La experiencia en esta materia es limitada. La participación existe desde 1918, pero sin una orientación sana que permita hacer un balance positivo. Debemos en consecuencia establecer las modalidades de participación que mejor se adapten a nuestra universidad, en vista al mejor funcionamiento de ésta, y al interés de la sociedad en el contexto de la cual ésta se inscribe. El_objetode una universidad es triple: 1) Hacer adquirir a sus estudiantes los conocimientos necesarios para el ejercicio de su futura profesión. 2) Formar hombres que posean un criterio personal, fruto de largos estudios y observaciones, capaces de dominar los problemas más complicados y delicados, y regirlos para el mayor bien de la sociedad. 3) En fin, contribuir al acrecentamiento del patrimonio de conocimientos de la Nación. Este triple oficio define la responsabilidad de una universidad frente a los estudiantes, la sociedad y a la Nación. Se dice algunas veces que "la razón de ser de una universi4

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ESTUDIANTIL

dad, son los estudiantes", esta fórmula es exacta a condición que se agregue "los estudiantes en tanto que personas a instruir y formar"; es entonces el equivalente de los puntos 1) y 2) arriba citados. Toda modalidad de organización de una universidad será entonces deseable en la medida en que ella ayude a alcanzar sus fines. Es en este sentido que se deben encarar todos los problemas de la Universidad y en particular la introducción de las modalidades de la participación. Numerosos estudiantes consideran la participación c o m o un medio de adquirir una experiencia total. Su posición puede resumirse así: a nuestra salida de la universidad, no tendremos solamente que utilizar los conocimientos profesionales que hemos adquirido, tenemos también que cumplir un rol de cuadro, por consiguiente asumir responsabilidades administrativas, presupuestarias, pedagógicas, etc. . Aprovechemos de nuestros años universitarios para ensayar en estos dominios, participemos en la administración, en la gestión del presupuesto, y demos curso en lugar de los profesores. Por otra parte, c o m o seremos nosotros ¡os que utilizaremos los conocimientos adquiridos, decidamos los conocimientos a adquirir, por consiguiente establezcamos los programas de cursos; c o m o por nuestros diplomas seremos contratados, decidamos el modo de obtención de estos diplomas, por lo tanto las modalidades de examen... A primera vista, estos pedidos pueden parecer lógicos; al reflexionar uno se da cuenta que sería transformar la Universidad, no en campo de experiencia, pero sí de experimentación. Esto tendría por consecuencia, comprometer gravemente su organización, luego su eficacia, e impedirle asumir sus responsabilidades no solamente frente a la sociedad y a la Nación, sino también frente a los estudiantes que vendrían a ser las primeras víctimas de su propio sistema. El problema de la participación ha sido planteado en varios ambientes en nombre de la democratización de la Universidad, expresión en la que se cuidan bien de darle el sentido exacto. Sin embargo, apoyándose sobre esta fórmula vaga, concretamente querrían llevar a todo el mundo a deliberar sobre esta cuestión La falsedad y el irrealismo de tal concepción son evidentes El buen sentido y la experiencia más rudimentaria preven el fracaso de esta fórmula sin criterio y sin matiz, fórmula que H, . .us consecuencias, y toda la comunidad universitaria sufre por ello: los estudiantes trabajan por un diploma devaluado, el nivel del cuerpo profesional baja con la pérdida de elementos valiosos y las dificultades para reclutar hombres destacados; y el ciclo se reproduce. Ciñéndonos al espíritu de los criterios precedentes, de competencia, de experiencia, y de responsabilidad en los actos y recordando el triple objetivo de una universidad (ver párrafo I), vamos ahora a encarar los problemas de participación clasificados por dominios y por niveles. III. LOS C I N C O D O M I N I O S Y LOS C U A T R O NIVELES DE PARTICIPACION A) G E N E R A L I D A D E S Las actividades de participación estudiantil se distribuyen en cinco dominios: 10

LA PAR TIC IPA Cl ON ES TU D/A N TIL

1. Enseñanza 2. Investigación 3. Asuntos estudiantiles, es decir, vida extra escolar dentro de la universidad. 4. Futuro profesional 5. Administración B) A N A L I S I S Es ahora relativamente fácil analizar uno por uno los problemas de la participación que se plantean en la universidad, y de buscar para cada uno de ellos el modo de participación más deseable y el que se adapte mejor. Damos más abajo una lista de ejemplos con la indicación del grado de participación deseable según el dominio que a ellos les concierne y los niveles donde ellos se sitúan. Esta lista no es limitativa y nuestros comentarios se dan sólo a título indicativo. Evidentemente hay otras opiniones posibles, sobre cada pregunta, pero desde el momento en que un problema se estudia con referencia a los tres criterios mencionados más arriba, no hay riesgo alguno de cometer errores importantes. Indicamos: por el signo " + " U n a participación estudiantil deseable; y por eT signo — " u n a participación que reclama reservas.

EJEMPLOS DE S O L U C I O N E S P O S I B L E S P A R A A L G U N O S C A S O S P R A C T I C O S DE P A R T I C I P A C I O N

I -ENSEÑANZA Partes: Estudiantes

^

*

Profesores 11

LA PAR TICIPAC10N

Nivel

ESTUDIANTIL

Métodos

Conducción

pedagógicos

de las clases

Programa

Relaciones estud.-profesores Apreciación de

de los cursos

los alumnos

+ -i-

+ +

+ +

+ +

Decisión

0

0

ü

Ejecución

0

o

0

Información Consulta

II- I N V E S T I G A C I O N Partes: Estudiantes graduados

Profesores (Director de

tesis, organismos de subvención)

Nivel

Programa •

Financiación

Equipa-

Intercambios

miento

(invitaciones de investigadores)

Información

+

+

Consulta





Decisión

0*

0

tjecución

0*

0

Evaluación Información

+

Consulta

+

Decisión

0*

tjecución

0*

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Hay una continuidad de competencia entre el graduado próximo a doctorarse y el joven doctor recién contratado c o m o profesor auxiliar. Pero esto no impide que la decisión pertenezca necesariamente a una persona habilitada para administrar los dondos. * El estudiante tendrá mientras tanto una responsabilidad verdadera en este nivel cada vez que se ponga en juego su programa de investigación (por ejemplo, la tesis).

III - A S U N T O S E S T U D I A N T I L E S Partes: Estudiantes

Nivel

Acoger a los

x

1

Estudiantes — Administración

Deporte

Cultura

Asociacionnes

nuevos

gremiales

estudiantes

estudiantiles

Información

+

+

+

Consulta

+

+

+

4- *

+

Decisión

+



E|ecución

+

+

— *

+

* Esta limitación se aplica en la medida en que interviene una responsabilidad financiera y moral de la Universidad. 13

LA PAR TIC! PA Cl ON ES TU DIA N TIL

IV - P O R V E N I R P R O F E S I O N A L DE C A D A E S T U D I A N T E Partes: Estudiantes Nivel

Cuerpos Profesionales -

Profesores

Prácticas

Conferencias

Contratos

Compromisos

rentadas. Pa-

Visitas a

personales

Entrevistas

santías. Peri-

fábricas

odos de prueba

Intorni.it ion ConsuKa Dec isión ejecución

V -ADMINISTRACION Administración

Partes: Estudiantes

Nivel

Presupuesto

Normas

de la Univ.

generales

Nombram.

Gestión

Relaciones

de servicios

Administración

p/estudiantes

Estudiantes

de profesores

Información C o n s u Ita Decisión [ |('(. u í

14

ion

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()NOIAS a) Por cada cuestión universitaria donde se justifica la participación estudiantil, conviene también precisar las modalidades a titulo indicativo (no limitativo): • introducción de estudiantes en tal comisión. • creación de comisiones conjuntas (permanentes o temporarias) • organización de encuentros de estudiantes —profesores c estudiantes—, administradores, etc. Esas modalidades pueden ser muy diversas, pueden estar adaptadas a (.acia problema y al cuadro considerado (ej.: Departamento, Facultad). b) Se vé hasta qué punto es desigual la oportunidad de participación según los dominios y los niveles, y qué poco lúcida seria la actitud consistente en promover de manera uniforme soluciones ya utilizadas, tales como la dirección "tripartita", la admisión sistemática de estudiantes a los cuatro niveles para todos los asuntos, etc.. El párrafo siguiente tratará más especí ficamente esta cuestión. c) El lector habrá notado que hay en lo que concierne a la enseñanza, la investigación y la administración muchos signos " + " en la línea "información" y "consulta", pero muchos "0" en las líneas "decisión" y "ejecución". Esto resulta de la naturale/a de las cosas Lo querramos o no la enseñanza implica la1 transmisión de conocimientos del que los posee al que no los posee, su desenvolvimiento supone que el instruido reconoce la autoridad técnica del que enseña y que éste asuma el papel de dirección intelectual . Todo progreso implica una disciplina porque el estudio no es un pasatiempo: de ahí la necesidad de una guía de autoridad reconocida, bajo cuya dirección inteíec tual se adquieren los métodos rigurosos de observación y razonamiento necesarios para dominar los problemas difíciles (punto 2 del objetivo de una universidad, párrafo I). En ausenc ia (Je tal guía, ¿no corren los estudiantes, el riesgo de dirigirse según lo que ellos creen que es su interés personal, y que de hecho no es más que su interés a muy corto plazo? En cuanto a la gestión de la Universidad, la participación de los estudiantes en las decisiones sobre esta materia presenta los inconvenientes señalados en VI - A 15

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IV. LA R E P R E S E N T A T I V I D A D La calidad del trabajo de participación depende en gran medida de las modalidades de elección de los participantes Es obvio que éstos últimos deben poseer, además de la integridad personal, la competencia, la experiencia y el sentido de las responsabilidades apropiadas al nivel de participación encarado. Una cosa continúa siendo importante: que el participante sea delegado por un medio (grupo) q u e l o c o n o c e y le ha hecho conocer sus necesidades y opiniones, en resumen que un participante aporte realmente el "pulso" de sus mandantes. Por consecuencia, si se busca mejorar la participación estudiantil en la cosa universitaria, se llega invitablemente al problema fundamental de la estructura de las organizaciones estudiantiles capaces de asegurar una representatividad real, objetiva y equitativa. Ya que aparecen problemas variados en dominios y niveles múltiples, una participación realista e inquieta tanto por la equidad c o m o por la eficacia recurrirá a diversas agrupaciones, cada una en contacto concreto con el problema a tratar. Esto excluye desde el comienzo la fórmula trillada del interlocutor estudiantil único, a fortiori si este último se preocupa más por los problemas extrínsecos que por los problemas de servicio estudiantil (p. ej. ciertas asociaciones estudiantiles existentes). Está además ligado a la noción misma de representatividad, que está en función del respeto por el fin del grupo que da mandato para tal dominio de participación, en tal nivel, en vista de arreglar tal tipo de problema. ' Una representación realista deberá respetar las siguientes condiciones: 1. Definir claramente el dominio, el nivel y el sujeto de la participación encarada: condición previa para poder juzgar cuál es el grupo más apto para tratar ese problema; 2. Apelar al grupo cuya finalidad esté en relación con el tema de la participación. 3. En el caso donde este grupo sea muy vasto (problema a escala de la Universidad), usar el scrutinio por grados (o por 16

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escalas): método que favorece por decantación sucesiva, la elección de delegados que posean cualidades más arriba . - mencionadas. ' ;*;_/> . - f f f ' • Sólo esas condiciones aseguran una participación real, competente y eficaz. Llegamos así a las modalidades conformes a las líneas siguientes. 1. En la escala del curso la participación está asegurada por el presidente del curso o por los delegados más competentes en la materia, elegidos por sus colegas en escrutinio secreto. 2. En la escala del Departamento (o su equivalente, p. ej.: año para la Facultad de Medicina) la participación está asegurada por el presidente del Departamento o los delegados más competentes en la materia elegidos por los presidentes o los delegados de clase en escrutinio secreto. 3. En la escala de la Facultad la participación está asegurada por el presidente de la Facultad o los delegados más competentes en la materia, elegidos por los representantes de los Departamentos en escrutinio secreto. 4. En la escala de la Universidad, la participación en los dominios y en los niveles donde ella se justifique (prágrafo VII) es asegurada por los presidentes de Facultad elegidos en escrutinio secreto, (O los delegados de Facultad elegidos a ese fin) y no solamente por algunos elegidos.

Para orecisar nuestro oensamiento: los delegados deben ser elegidos (1) en escrutinio secreto, (2) y por grados a partir de la ba se (curso, año, Departamento, Facultad). Si la elección de representantes de las Asociaciones de la Facultad respeta esas dos condiciones, la participación será asegurada por los presidentes de curso, de año, de departamento o de facultad. Si no, los delegados deberán ser elegidos específicamente para los problemas de participación según las modalidades definidas más arriba. 17

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Una fórmula de colegios electorales es igualmente aceptable, desde el momento que se trata de colegios por Departamento o por Facultad.

V. V E N T A J A S DE LA S O L U C I O N P R O P U E S T A Una organización concebida según las grandes líneas indicadas más arriba tiende a realizar una optimización de la participación estudiantil. Fn efecto: 1. Fila reposa sobre principios de buen sentido ("el hombre indicado en el lugar indicado"), cuya aplicación conduce a que la universidad sea eficaz en su triple misión. 2. Su aplicación a los problemas prácticos, gracias a la clasificación de éstos por niveles y por dominios y a la utilización de criterios, posee toda la flexibilidad deseable para adaptarse a la complejidad de las situaciones reales. 3. Si se cometen errores, lo que es humano, a propósito de tales problemas (en el dominio X, al nivel Y), las consecuencias estarán limitadas al dominio correspondiente, sin ocasionar perjuicio grave a la comunidad universitaria en conjunto. 4. Yendo más lejos, si acaeciera que los elementos subversivos buscaran utilizar la participación para fines que no fueran los fines naturales de una universidad, su acción se encontraría automáticamente limitada ya que con la organización propuesta cada uno es el vocero de un grupo que lo conoce y cada uno se ocupa de las cuestiones que conoce. La prudencia obliga a tener en cuenta estas hipótesis pues ciertos grupos las proclaman abiertamente.

La representación y participación de los estudiantes en los Consejos Académicos, y Consejo Superior, adquiere por otra 18

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parte, c lerta ineficacia ¡jara la mayoría de los asuntos a tratarse y que son de gran interés para los alumnos, tanto por el tema en sí como por la necesidad de resolver ciertas cuestiones con urgencia, t i problema deriva principalmente del hecho notorio de que el representante estudiantil no se encuentra necesariamente, y esto será en la mayoría de los casos, con el profesor de su curso en el Consejo Académico, ni es él representante directo de todos los cursos de la Facultad. Más aún, habrá casos en que ni el representante ni los profesores pertenezcan a determinado curso o departamento que puede verse afectado por algún problema. Es en vista de esta situación que se hace necesaria una representación más eficaz y que contemple la posibilidad de resolver asuntos de orden interno a las cátedras o cursos, como será en la mayoría de los casos. La representación por grados se convierte entonces en el sistema más eficaz de participación, a la vez que estrecha el vínculo docente-alumno. El curso afectado por un problema designará un representante a los fines especificados y será reconocido por la cátedra dentro de estas limitaciones, atendiendo además a los criterios expuestos en el parágrafo II. Este representante no tendrá carácter permanente ni se le reconocerán facultades o mandato oara otros fines, o para constituir "cuerpos de delegados". Es evidente que la participación concebida de esta manera no es mera fórmula o teoría sino que en la práctica adquiere una eficacia altamente recomendable, puesto que los problemas y peticiones se resuelven "in situ", evitando engorrosas reuniones con los delegados ante el Consejo Académico, y elevación de los asuntos al mismo. Por otra parte significa un alivio apreciable en las funciones a cumplir por los delegados ante el Consejo, que permitirá a éstos una mayor eficacia en el cumplimiento de las propias funciones Un consejero estudiantil que se extralimitase en sus funciones, que no cumpliera con su mandato o que pretendiera utilizar su cargo con fines políticos sería fácilmente destituido por el Consejo A c a d é m i c o a solicitud de los delegados específicamente nombrados por los alumnos a tal fin.

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VI. A L G U N O S ERRORES A EVITAR Las concepciones de cada uno sobre la participación son diversas, como es normal para un tema nuevo. Para apreciarlas, el recurso, en cada dominio y en cada nivel, a las tres nociones de competencia : _experienc¡a y responsabilidad en los actos, constituytréTméjor modo de evaluación. Por el contrario, toda concepción que olvidara estos principios de toda organización social armónica, sería peligrosa y acarrearía graves consecuencias.

A) LA U N I V E R S I D A D , C A M P O DE E X P E R I E N C I A I O T A L Transformar la Universidad en "campo de experiencia total" es, lo hemos visto más arriba, una de las razones apuntadas para reclamar una participación completa en todos los niveles. El argumento se encuentra en la definición de los fines de la Universidad, una de cuyas misiones es la de "otorgar una formación humana". La juventud moderna no pone más el énfasis sobre el desarrollo de la personalidad con la toma de conciencia de sus posibilidades y sus limitaciones. Ella ve ante todo, un sentido práctico: la posibilidad de representar un papel activo inmediato en todos los dominios: administración, gestión financiera, enseñanza. Como la universidad posee todos estos aspectos de actividad, el estudiante sacará provecho de la ocasión, para hacer su experiencia engodos estos dominios. Esto es olvidar dos hechos. Primero, antes de practicar lo que fuere, conviene aprender y adquirir experiencia (a medida que crece la complejidad del mundo moderno esto se vuelve más real), y esto no se hace improvisando. Por otra parte, la experiencia debe adquirirse acarreando el m/nimo posible de consecuencias dañinas: es así que la improvisación está a menudo llena de consecuencias nefastas. Al lado de los dos dominios de asuntos estudiantiles y de porvenir profesional ilustrados más arriba (dominios donde mucho más que una participación, se trata de una responsabilidad estudiantil donde toda la intensidad de iniciativa vuelve a

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los estudiantes), la actividad universitaria importa dos dominios bien distintos: uno concierne a los docentes y alumnos, el otro concierne a los servicios administrativos El primer dominio constituye el campo de acción lógico de los alumnos. Allí su iniciativa podrá ejercerse normalmente gracias a la experiencia de sus profesores; hasta sus errores serán beneficiosos y no tendrán una consecuencia molesta. ¿Quién es el partidario" de la experimentación social" que aceptaría, teniendo que hacerse operar, entregarse entero a un estudiante de primer año para permitirle "meter mano"; 1 El segundo dominio es el de la administración. Constituye la armazón que permite a la actividad docente ejercerse en las mejores condiciones. Está prohibida toda iniciativa arriesgada ya que toda torpeza pondría en peligro la estructura y en consecuencia la eficacia de la universidad. Ciertos estudiantes se dan cuenta de sus limitaciones en este sector cuando juegan sus propios intereses.

B) A S I M I L A C I O N D E LA U N I V E R S I D A D A U N A E M P R E S A Un segundo error consistiría en traspasar integralmente a la Universidad los métodos y modos de ver comunes en la industria. ¿No es fácil asimilar: los estudiantes a los obreros, sus asociaciones a los sindicatos, los profesores a los cuadros de empresa, la administración a la dirección de la empresa? Este paralelo descuida las diferencias fundamentales que existen entre una Universidad y una empresa industrial. Por una parte, 1) la empresa existe esencialmente para procurar a la sociedad bienes o servicios útiles, 2) los obreros son trabajadores que concurren a la producción de estos bienes o servicios. Por otra parte,

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1) una Universidad tiene por primer h.n instruir y forma/ a los estudiantes que se le confian, por medjp de ia ensenan/a v la investigación, 2) los estudiantes reciben, de manera activa o pasiva, la enseñanza impartida De hecho, la asimilación de la Universidad a una empresa reposa en el grave malentendido, ligado a la falsa definición del estado social del estudiante t o m o "joven trabajador intelectual" Un trabajador es aquel que existe en función de procurar un bien o un servicio a la sociedad: le es útil en acto. Esto no se aplica a los estudiantes: aún si trabajasen en el plano personal, ¿se sirve la sociedad cleT resultado de sus trabajos prácticos? 1 . De ninguna manera, espe'ra que ellos hayan aclqüirido la competencia para emplearlos. En otros términos, son útiles solamente en potencia. El estudiante no es un trabajador sino un aprendiz en una profesión intelectual, su primcr-deber es dtraprendeTTde adquirir los conocimientos necesarios para su futuro trabajo. Una Universidad no puede entonces considerar la discusión de problemas de participación con sus estudiantes como lo hace la empresa con sus obreros (comparar los criterios de competencia, experiencia, responsabilidad de las decisiones).

C) T O M A R C O M O I N I L R L O C U T O R U N A A S O C I A C I O N ESTUDIANTIL NO REPRESENTATIVA Para la opinión pública, el interlocutor de la Universidad en los problemas estudiantiles está constituido por las asociaciones estudiantiles Así, lo hemos visto varias veces, la participación para ser útil y eficaz, debe ser considerada en función de problemas definidos: para discutir los temas propuestos en un departamento, lo importante es que los interlocutores estu' D e b e h a c e r s e una s a l v e d a d i o n el g r a d u a d o q u e t r a b a j a en u n a i n v e s t i g a < ion. v < on el e s t u d i a n t e de u l t i m o a ñ o de medie ina q u e < u m p l e u n a lunc i o n en el h o s p i t a l

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diantiles sean alumnos de ese departamento, el hecho que ellos pertenezcan a tal o cual asociación no les aporta ningún elemento suplementario de competencia. ¿Conduce ésto a decir que hay que rechazar el diálogo con toda asociación estudiantil? Ciertamente no, eso depende: 1 del problema encarado, 2. de los fines primarios de la asociación en cuestión. 1 El problema. Lo que concierne ajlos "asuntos estudjantiles'yconstituye normalmente la responsabilida7r3e"loTl?stL¡ciiantes"*en general. Son ellos quienes deben ocuparse de todo lo que toca a su actividad extra escolar, así c o m o de su futuro profesional. En ese caso, el diálogo se entabla generalmente de estudiantes a estudiantes; la Universidad interviene por sus autoridades solamente cuando su responsabilidad moral interviene en el asunto o cuando su responsabilidad financiera está en juego. Estos problemas podrán por consiguiente, encararse perfectamente en el seno de una organización estudiantil. Por el contrario, para todo lo que toca al dominio técnico de la Universidad, en primer lugar la enseñanza, se trata de problemas precisos, propios de cada grupo: los interlocutores — estudiantes y profesores— deben pertenecer a este grupo, condición sine qua non para garantizar su competencia; no más para el estudiante que para el profesor, la pertenencia a tal o cual asociación no debe entonces tenerse en cuenta. 2. Los fines primarios de la asociación Por un lado para ser representativa de sus miembros, toda asociación debe definir claramente sus fines primarios, que constituyen las razones de afiliación a esta asociación. Q u e ella se establezca para la prosecución de fines secundarios no le resta legitimidad a condición de que esos fines secundarios entren siempre, en las inquietudes y actividades del grupo, después de los fines primarios en vista de los cuales él se ha constituido. Así, muy a menudo, esos fines secundarios toman progresivamente un lugar preponderante, por consiguiente ellos se ejercen en detrimento de los fines primarios y de esa forma la asociación, no respondiendo más a las razones primarias de afiliación de sus miembros, pierde su razón de ser. Es el

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caso de los Centros de Estudiantes que en lugar de cumplir con sus fines gremiales, danjriás importancia a la conquistaxlaLpc^ f Í£I_-Pal |t iCQ-£Q la Universidad: y el de muchas agrupaciones cuyo solo fin es el de ganar las elecciones. Por otra parte, toda asociación comporta una oficina ejecutiva compuesta por delegados que deben representar a sus compañeros, ellos deben entonces ser conocidos, es decir, deben ser ^des¡ J gnados_pnr los mje__tienen la posibilidad de j U £ £ < l [ Í 2 ¿ — a p r e c i a r su valor y su sentido de lá~responsabiíTdad; deberán entonces, ser elegidos por los grupos que los — conocen, a fin de representarlos en un objetivo precTstx.— ¿Tal asociación existe? ' En la UBA, la asociación que se considera generalmente como representativa de los estudiantes es la Federación Universitaria o los Centros de Estudiantes. Desde que fueron creados éstos se "politizan", es decir, deciden comprometerse en problemas políticos. Desde entonces este fin secundario no ha sido jamás desconocido, y al contrarío ha adquirido una importancia tal que muchos dirigentes han presentado a sus asociaciones c o m o movimientos empeñados en la transformación de la sociedad (ver por ejemplo el "Manifiesto Liminar a los hombres libres de América Latina" de 1918, primer documento de J a Reforma Universitaria). Mientras continúen empeñados en esta vía y permanezcan alejados de los verdaderos intereses de los estudiantes, las Federaciones y Centros no serán ni constituirán parte válida en los problemas de participación ni estarán investidos de la confianza general para regir los asuntos estudiantiles. A esto se opone algunas veces el argumento según el cual los Centros han obtenido la mayoría en las últimas elecciones. Es entonces atribuir a las mismas una importancia que no tienen. El hecho de que se haya obtenido un gran caudal de votos no obliga sin embargo de ninguna manera a la Universidad a tomarlos como interlocutores en los problemas de participación.

VIII. A P L I C A C I O N A L C O N S E J O DE LA U N I V E R S I D A D Las modalidades de participación de los estudiantes en el 24

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Consejo de la Universidad se desprenden de la aplicación directa de lo que precede.

A - Participación o no El consejo de la Universidad es un organismo de decisión Así, se ha visto que en virtud del principio de la participación optimizada, proporcional a la competencia, a la experiencia y a la responsabilidad en los actos, la participación no se justifica al nivel de la decisión, para la mayor parte de las cuestiones que tocan a los dominios de la enseñanza, de la investigación y de la administración. Resultan las consecuencias siguientes: 1) es oportuno que ciertos estudiantes asistan a las deliberaciones que conciernen a las cuestiones donde la participación se justifica, con voz consultiva, conforme a las tablas de parágrafo III. 2) La participación estudiantil en el Consejo de la Universidad no sería entonces sistemática. No sería delicado admitir a estos estudiantes a las sesiones del Consejo para pedirles retirarse cada vez que el Consejo pase a la discusión de una cuestión que no les concierne De aquí la idea de clasificar los asuntos en dos categorías: — Categoría A: para la cual los estudiantes tienen competencia consultiva — Categoría B: para la cual no tienen competencia. Habrá así dos categorías de sesiones: aquellas donde los representantes de los estudiantes serán convocados y sesiones donde no lo serán. En (as primeras tendrán voz consultiva. Solución fácil de aplicar, conforme a los principios enunciados en el presente documento. Los extremos serían: 1) el rechazo de la participación 2) una fórmula de participación global, uniforme; tal una fórmula de Consejo Tripartito. 25

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Serían dos maneras de negar el principio de optimización según los cinco dominios y los cuatro niveles, rechazo entonces de una participación eficaz y armoniosa B - Representantes estudiantiles A fin de ser verdaderamente representativos de sus compañeros, los estudiantes que participarán en el Consejo de la Universidad deben ser elegidos en el escrutinio secreto según el __ií£ÜQ4lpr grado a partir de la base, como se explicó al final del parágrafo IV. D i c h o de otra manera: los representantes de estudiantes en el Consejo.de la Universidad serán o los presidentes de Facultad, o los delegados elegidos por esa Facultad específicamente en vista a ese fin, en el escrutinio secreto, según el procedimiento por grados descriptos en IV. Sería faltar gravemente a la verdadera representatividad que en lugar de admitir a los estudiantes designados (o nombrados), que esto sea por medio de la Universidad, los Centros o por las agrupaciones de Facultad, tales c o m o estas diversas asociaciones existen actualmente (presidente o ejecutivo elegido por sufragio directo).

C - La cuestión de puerta cerrada Se ha propuesto abolir las sesiones a puerta cerrada del Consejo de la Universidad Se invoca: a) que la abolición de la puerta cerrada interesaría a más gente en los asuntos de la Universidad; b) que la participación sería más efectiva; c) que el mantenimiento de la puerta cerrada es el reconocimiento de que ciertas cosas permanecen escondidas. Estos argumentos son tan débiles, que merecen apenas ser discutidos Para (a) y (b): la abolición de puerta cerrada permiti26

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ría intervenir a personas que no tienen la responsabilidad comprometida en los asuntos de la Universidad. Es arriesgarse a crear situaciones propicias a la d e m a g o g i a : justamente lo contrario de una p a r t i c i p a c i ó n sana, objetiva y e f i c a z . Para (c): es natural que ciertos asuntos no se traten en público, siendo perfectamente honestos. ¿Qué adepto a esta tesis de la a b o l i c i ó n de la puerta cerrada aceptaría, c u a n d o discute c o n su a b o g a d o , que la puerta quedara abierta? En realidad —es casi molesto volver sobre una verdad tan elemental y tan e v i d e n t e — la puerta cerrada es u n a c o n d i c i ó n indispensable de todo trabajo serio Un jurado, un tribunal, delibera a ~puertawíe7raaas^a~ f í r T d e poder trabajar en paz, siendo la serenidad necesaria para la t o m a m a d u r a de decisiones justas. Así, no podría haber atmósfera serena ni de verdadera libertad de expresión c u a n d o los grupos pueden ejercer pTesioñ€rTTTrfeñdo~a_asisTTFirtgs~sesiones En tales circunstancias la objetividad deja pronto el lugar a la d e m a g o g i a , y el trabajo del C o n s e j o pierde toda eficacia. En fin, la difusión desordenada al exterior del Consejo, de las ideas emitidas es frecuentemente el gérmen de deplorables malos entendidos. D e hecho la a b o l i c i ó n de la puerta cerrada c o n d u c e a desórdenes graves. D o n d e fue intentada o probada, perturbadores traídos por ciertos grupos procedieron a una o b s t r u c c i ó n que tornó imposible todo trabajo. En la U B A , durante los años en que ella fue adoptada, dio c o m o resultado alborotos estudiantiles que transformaron rápidamente las sesiones de trabajo de manifestaciones ruidosas. Las cuestiones de la p u b l i c a c i ó n de informes (rendición de cuentas) y del orden del día llevan las mismas consideraciones: deben ser c o m u n i c a d o s tales d o c u m e n t o s (i.e. tal parte de la rendición de cuentas o del orden del día) a las personas que tienen c o m p e t e n c i a para ser informadas o consultadas sobre este asunto (c.f. líneas " i n f o r m a c i ó n " y " c o n s u l t a " de los cuadros del parágrafo III).

D - Notas relativas a los consejos de Facultad y otros organismos.

Estos principios se a p l i c a n mutatis mutandi, a la p a r t i c i p a c i ó n 27

LA PAR TICIPAC10N

ESTUDIANTIL

estudiantil, a los diversos consejos de las Facultades, así como a las comisiones universitarias. No es posible en el cuadro del presente documento precisar al detalle lo que debería ser la participación en todos estos organismos a causa de la diversidad de sus atribuciones y de sus modos de funcionamiento. Por lo que resta, este trabajo no sería: — jamás exhaustivo porque algunas veces la participación puede ejercerse mejor por organismos creados ad hoc 1 que en el seno de organismos ya existentes — realista, porque los organismos de la Universidad no solo son numerosos y diversos, sino también llamados a cambiar si las estructuras universitarias son modificadas. Lo esencial es comprender cómo, en la Universidad, tal como existe actualmente y lo que será de ella en los próximos años, los criterios de competencia, experiencia y responsabilidad en los actos (fundamentalmente los cuadros del parágrafo III que son su aplicación), permiten juzgar en cada caso si la participación se justifica, y en el caso afirmativo las reglas enunciadas en el parágrafo IV indican a qué nivel y c ó m o debe ser elegidos los delegados.

VIII. E P I L O G O Se repite siempre que los problemas estudiantiles lejos de ser aislados, reflejan los de una sociedad que busca su orientación. La existencia de una Universidad eficaz y adaptable a su misión de ser una universidad basada sobre principios justos, constituye uno de los elementos fundamentales de una sociedad sana, dinámica y equilibrada. Puede nuestro trabajo ser útil en este sentido. 1

Por e j e m p l o , c o m i s i o n e s c o n j u n t a s , t e m p o r a r i a s , c o n s u l t i v a s , c r e a d a s p a r a

e s t u d i a r u n p r o b l e m a p a r t i c u l a r d o n d e la p a r t i c i p a c i ó n está j u s t i f i c a d a ( i o n flexible y frecuentemente recomendable

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solu-