Parte 1

Botánica oculta, Medicina natural, Inciensos, Gemas, plantas sagradas y paraselcismo. Paracelso es una figura muy import

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Botánica oculta, Medicina natural, Inciensos, Gemas, plantas sagradas y paraselcismo. Paracelso es una figura muy importante en la historia de la farmacia, aunque se tiene de él una imagen distorsionada: un autor original, un renovador, un hombre que mejoró la farmacia de su tiempo y se enfrentó a los errores de la medicina de su época. Quizá sea una sorpresa para muchos saber que fue también partidario de la magia y la astrología, y que en sus obras late la megalomanía más absoluta. El autor estudia la aportación de Paracelso, situándola entre el arcaísmo y la modernidad, para ofrecer así una visión global de su desconcertante y paradójica obra. La historia de la farmacia tiene en Paracelso al más enigmático, inquietante y atractivo de todos los autores que escribieron sobre medicamentos. Rompió con el galenismo, se postuló a sí mismo como fundador de la verdadera medicina y se inspiró en fuentes muy arcaicas, revindicando la cura por semejantes, la teoría de las señales, el ocultismo y la magia. Con ese bagaje fomentó el uso de los remedios químicos por vía oral, defendió el mercurio como antisifilítico, ofreció una versión química del organismo y recomendó la alquimia para depurar los medicamentos y obtener sus arcanos o principios activos. Las líneas maestras del futuro de la farmacia fueron planteadas por un mago y un desequilibrado, algo que parece imposible e incluso absurdo, pero la historia tiene esas sorpresas, y Paracelso es una caja llena de paradojas, a cual más desconcertante. Contra Galeno y a favor de sí mismo Teophrastus Bombastus von Hohenheim (1493-1541) adoptó el sobrenombre de Paracelso para indicar que había superado a Celso, el médico más famoso de la antigüedad junto con Galeno e Hipócrates. Nació en Einsiedeln, en el cantó suizo de Schwyz. Sus detractores se burlaban de él llamándole «el asno de Einsiedeln». Se doctoró en medicina en la Universidad de Ferrara y viajó por Dalmacia, Croacia, Rodas, Italia, Francia, España, Portugal, Inglaterra, Dinamarca, Lituania, Holanda, Hungría y Alemania, o al menos se enorgullecía de ello, pues faltan datos fidedignos sobre muchos episodios de su vida. Se consideró un reformador de la medicina, un refundador de los conocimientos médicos y, por tanto, no se limitó a modificaciones parciales, sino que acometió la construcción de un sistema propio, la sustitución del galenismo por sus propias ideas, el paracelsismo. Se enfrentó sin disimulo al galenismo imperante, consideró secundarios los cuatro elementos y los cuatro humores, y concedió la máxima importancia a los principios de los alquimistas: azufre, mercurio y sal. Todos los seres, según la alquimia, estaban formados por mercurio, el principio volátil; el sulfuro, el principio de la combustibilidad, y la sal, lo que permanece tras la combustión. El Archeus o alquimista interno actuaba sobre el azufre, el mercurio y la sal. Si el Archeus no conseguía armonizarlos, surgían depósitos semicristalinos, el tártaro, y aparecían las enfermedades reumáticas, la litiasis, la gota y la inflamación de las articulaciones, que Paracelso consideraba enfermedades tartáricas. Un iluminado en permanente inflación psíquica Sus seguidores le veneraban como a un maestro, pero sus adversarios le consideraban un lunático y su personalidad evidencia claros síntomas de desequilibrio. Su vida y su obra son propias de un iluminado, de un hombre en permanente tensión, que se cree llamado a redimir a la humanidad y

perfeccionar a la naturaleza, a trabajar codo a codo con Dios para completar su obra. La psicología profunda de C.G. Jung ha acuñado el término «inflación psíquica» para designar el proceso por el que un hombre no consigue controlar sus contenidos psíquicos y vive a remolque de ellos: su inconsciente no se integra en el yo y se proyecta al exterior en forma de fantasías, mitos y delirios. Muchos rasgos de Paracelso son típicamente delirantes y ese es uno de sus principales atractivos: el discurso razonable es tedioso, pero las afirmaciones de los iluminados nos deslumbran y seducen. Casi todos los grandes líderes de la humanidad han sido iluminados, personas creativas en estado de permanente inflación psíquica. Sin ellos no se habrían fundado las religiones ni se habrían realizado las grandes transformaciones sociales y políticas. Paracelso fue un iluminado, y su luz todavía seduce a muchas personas, que siguen viendo en sus escritos más lo que ellos quieren ver que lo que Paracelso realmente dijo. Ventajas e inconvenientes de la extravagancia Se suele considerar a Paracelso un renovador, alguien que con una actitud más abierta que la de sus antecesores favoreció la introducción de los remedios químicos en Europa. La extravagancia tiene sus ventajas, porque ningún discurso enteramente razonable ha sido popular, pero también tiene inconvenientes: su radicalismo conduce al exceso y hace imposible el diálogo, y aunque muchas personas se sienten atraídas por lo insólito, otras desconfían de lo extravagante y rechazan sus aportaciones. Paracelso fue una explosión, un incendio, un «hombre en llamas», en palabras de Javier Puerto, pero tanto fuego devastó las posibilidades del entendimiento entre los galenistas y los paracelsistas. La introducción de los remedios químicos hubiera podido hacerse más fácilmente sin tantos excesos, desde un discurso más sensato y razonable. La introducción de los medicamentos químicos y de la tecnología química hubiera sido más fácil sin los excesos paracelsistas, si hubiera sido propuesta por un autor más ecuánime. El uso de los medicamentos químicos no era incompatible con el galenismo; los galenistas utilizaban los remedios químicos, aunque con suma prudencia. El radicalismo de Paracelso contribuyó a la animadversión de los galenistas, que se enfrentaron a su obra y sus métodos, que les pareció disparatada. Paracelso dificultó, con su grandilocuencia y sus extravagancias, el uso de los medicamentos químicos y contribuyó a enconar las actitudes sobre la validez o no de estos remedios. Los galenistas se hubieran sentido más cómodos ante una yatroquímica desarrollada con serenidad, complemento de la terapéutica galénica cuando fuera necesario. Ésa fue la actitud ecléctica de los médicos ingleses, que incorporaron sin dificultades los remedios químicos a los vegetales. En el continente, sobre todo en los países latinos, los dos bandos se radicalizaron y excluyeron mutuamente. Para los paracelsistas, los galenistas eran unos médicos ineptos, de los que era mejor prescindir, con lo que los enemistaron contra el paracelsismo y lo que de mejor tenía éste: la metaloterapia por vía oral y el empleo de la tecnología alquímica para obtener medicamentos. Era imposible que los galenistas aceptaran unas teorías que les descalificaban, prescindían del humoralismo y empleaban remedios inusuales y tóxicos. Entre el arcaísmo y la modernidad Paracelso es una mezcla de renovador de la medicina, cristiano radical, revolucionario social y ocultista. Si se le depura de su misticismo y de los aspectos herméticos de su obra, se le convierte en un autor sorprendentemente actual, enemigo del galenismo y defensor de los remedios químicos y de la búsqueda de los principios activos de los medicamentos. Su obra fue una mezcla de tendencias que para nosotros son hoy antagónicas: ocultismo y racionalismo, arcaísmo y

modernidad. Su obra surgía de un proyecto espiritual ajeno a la modernidad, vinculado con el cristianismo revolucionario y sazonado con una visión mágica y simbólica. Así se explica la paradoja de que el enemigo de Galeno emplee un lenguaje esotérico ajeno al discurso científico y recomiende remedios absurdos y extravagantes. Paracelso no atacó a Galeno porque éste fuese poco racional, sino por excesivamente racionalista. Paracelso se alzó contra el discurso frío, técnico y racional de Galeno y exigió que el médico curase por amor a sus pacientes, que colaborase en el proyecto divino. Fue un iluminado que por sí mismo no hubiese alumbrado la farmacia actual, sino una farmacia mágica y ocultista. Su papel es el del visionario y el profeta: atisba caminos, los señala, pero no sabe cómo se llega a ellos, y al abrir esos caminos enriqueció, de forma colateral, la farmacia. Ésta seleccionó del extravagante paracelsismo su proyecto de buscar principios activos, utilizar la tecnología alquímica y emplear los metales y minerales por vía oral una vez depurados de su toxicidad. Pero él jamás consideró ese proyecto prioritario ni lo expresó claramente, y la visión de un Paracelso que abre de par en par las puertas a la farmacia moderna es una recreación deformada del verdadero Paracelso, una visión muy alejada de la realidad. Quien quiera conocer al verdadero Paracelso deberá leer sus textos y situarlos en la atmósfera cultural y espiritual del Renacimiento, y ésa no es una empresa fácil para el lector actual. Incluso se corre el riesgo de llegar a la conclusión de que fue un simple desequilibrado al que se ha dado demasiada importancia. El radicalismo de Paracelso hace que se oponga a cuanto dijo Galeno, que no discierna entre lo verdadero y lo falso. Detesta a Galeno en bloque y odia a los galenistas, a los médicos que practican con frialdad y cálculo un arte que para él era sagrado. Sus críticas a Galeno no se basan en un mejor conocimiento de la realidad, sino que son fruto del deseo, de su voluntad de sustituir los fríos conocimientos de los galenistas, absolutamente profanos, por una terapéutica sagrada. Sus arcanos eran más el espíritu de los medicamentos, creados por Dios para curarnos, que principios activos. Consideró a Dios como un Sumo Farmacéutico que había puesto en el mundo un remedio para cada mal, guiado por la caridad hacia sus criaturas. Ninguna enfermedad es incurable, porque Dios no puede haber dejado una enfermedad sin su tratamiento: «El médico y la medicina no son sino misericordia, misericordia concedida por Dios a los que la necesitan». Si una enfermedad fuera incurable se desmoronaría la idea de un Dios que ama a sus criaturas: «No existe ninguna enfermedad tan grave como para no haber recibido de Dios un remedio, a fin de que se descubra en la enfermedad la grandeza de sus obras. A cada enfermedad oculta corresponde igualmente un remedio escondido». Paracelso, llevado de su inflación psíquica, se consideraba la persona adecuada para encontrarlos y localizar el espíritu oculto en la materia, para sustituir los medicamentos galénicos por remedios vivificados por la caridad, la energía espiritual y la gracia divina: «El peregrinar que he llevado hasta ahora me ha enseñado que a nadie le nace su maestro en casa, ni lo tiene detrás de la estufa. El arte no persigue a nadie, sino que es necesario perseguirlo». Para conseguir sus objetivos, reivindicó cuanto el aristotelismo y el galenismo habían dejado al margen de la ciencia de la época: los conocimientos arcaicos, el saber popular, la magia y la astrología. Defendió la magia y el ocultismo, la simpatía y antipatía entre los seres, la acción a distancia, la influencia de los astros. Así, Paracelso relaciona la epilepsia con el relámpago. El desajuste entre el azufre, el mercurio y la sal es la causa del relámpago en el cielo y de la epilepsia en el organismo. La terapéutica consiste en disociar los cuerpos del dominio del astro, determinar

el cuerpo de cada astro y el astro de cada cuerpo. Contra la epilepsia recomienda el muérdago, pues según él su administración disocia la conjunción epiléptica de Venus y de la Luna. Otro remedio consiste en beber sangre de un hombre decapitado como se hacía en la medicina simbólica griega, pero Paracelso añade que es imprescindible tener en cuenta el componente astral: «Pues si hacéis beber la sangre sin considerar los astros, matáis más que curáis». Paracelso era consciente de que sus ideas parecerían disparatadas a los racionalistas seguidores de Galeno: «¿Qué opináis de ello, fabricantes de medicamentos y dadores de jarabes? Aprended de la naturaleza. Mas, siendo incapaces como lo sois, ¿cómo queréis descubrir un arte? Vuestras artes irán todas a parar al diablo porque vuestros Avicena, Galeno y Vigo son excrementos diabólicos (...) sabed que el remedio se ha parecido y se parecerá a la enfermedad. La verdad está en la naturaleza, no en los libros». El mundo como código cifrado, un mundo de mensajes que sólo sabe descifrar quien cierra los libros y abre los ojos a la naturaleza, a los espíritus capaces de guiarle. Es evidente que los galenistas no se tomaron muy en serio a Paracelso y que vieron en sus seguidores a una legión de ocultistas, a representantes de la terapéutica sagrada que Hipócrates y Galeno habían eliminado de la medicina. Los paracelsistas les parecieron retrógrados, más próximos a la magia que a la ciencia. Jung ha expresado con mucha claridad el dualismo paracélsico: «Por una parte, Paracelso es tradicionalista; por otra, revolucionario. Es conservador en relación a las verdades básicas de la Iglesia, de la Astrología y de la alquimia, pero escéptico y revoltoso contra las opiniones académicas de la medicina, en sentido tanto práctico o teórico. A esta última circunstancia debe en primer término su celebridad, porque personalmente me resulta difícil decir qué particulares descubrimientos médicos de naturaleza fundamental puedan ser atribuidos a Paracelso (...) me parece que debería pedir perdón a mis lectores por la herética idea de que Paracelso sería hoy sin duda el abogado de todas las artes que la medicina universitaria excluye de la posibilidad de ser tomadas en serio, como la osteopatía, magnetopatía, diagnóstico ocular, diversas monomanías alimenticias y ensalmos». Había muchos componentes mágicos en Paracelso, pero ese mago contribuyó al descrédito del galenismo y orientó la farmacia, una vez despojada del ocultismo y del espiritualismo de Paracelso, hacia la búsqueda de principios activos que él jamás habría encontrado. El principio activo de Paracelso, que él llama arcano, tiene muy poco que ver con lo que como tal se entiende en la actualidad. Para él era una concentración de espíritu curativo puesto por Dios en la materia para que se pudiera curar a los enfermos. Era un misterio, no una molécula que pudiera sintetizarse en un laboratorio. Regreso a los orígenes Durante la Edad Media se separaron la medicina, la cirugía y la farmacia, que se habían mantenido unidas con anterioridad. Los galenistas se alejaron de los aspectos más prácticos de su arte y dejaron la cirugía y la farmacia en manos de los barberos y de los boticarios. Conservaron el saber anatómico y farmacológico, pero se negaron a usar personalmente el bisturí y los morteros. Para ello disponían de ayudantes que debían seguir sus indicaciones. Es el momento en que el médico prescinde del arte quirúrgico y del arte farmacéutico para dedicarse a los conocimientos teóricos y se auxilia con ayudantes carentes de estudios universitarios. El teoricismo de los médicos, su alejamiento de la cirugía y la farmacia, irritaba a Paracelso. Para él, los aforismos de los médicos, sus discursos y teorías no sirven para nada. Hay que operar enfermos y preparar medicamentos,

mancharse las manos, descender del púlpito y de la cátedra, acercarse a los enfermos y al laboratorio. Quiso que los médicos volviesen a ser, como fueron durante siglos, cirujanos y farmacéuticos y desconfiaba de los barberos y de los boticarios. Para él las ciencias sanitarias deben mantenerse unidas y es perniciosa la separación profesional entre medicina y farmacia. Según Paracelso, el médico ha de saber astrología y alquimia, es decir, química farmacéutica. Era un proyecto desfasado, propio de épocas pretéritas. El desarrollo de la cirugía y el número creciente de plantas medicinales y la complejidad de las operaciones farmacéuticas exigían la formación de especialistas. El médico ya no podía ser un enciclopedista, no podía ejercer simultáneamente la clínica, la cirugía y la farmacia. Había empezado una época de especialistas, pero Paracelso aspiraba a un saber unitario, de inspiración sagrada, no a la especialización. De la alquimia a la química Paracelso sustituyó los humores por los tres principios hipostáticos (azufre, mercurio y sal) y el equilibrio humoral por el equilibrio de los tres principios hipostáticos. Las enfermedades pasaron a ser azufradas, mercuriales y salinas. La fisiología deja de plantearse en términos humorales y se explica de forma química. Es una biología química, un inicio, aunque muy incipiente, de la bioquímica. Además de sustituir los cuatro humores por los tres principios hipostáticos, Paracelso reemplaza los tres espíritus de los galenistas (animal, vital y natural) por un alquimista interno, el Archeus, que actúa sobre los principios hipostáticos con la finalidad de alcanzar la salud. Su sabotaje del galenismo, su voladura de la medicina oficial no le alejó de una idea común a su obra y también al humoralismo: la armonía fisiológica, la explicación de la salud como la mezcla armónica de sus componentes y de la enfermedad como una mezcla incorrecta que la terapéutica ha de solucionar. Los galenistas eran reticentes al empleo de los medicamentos químicos, que consideraban peligrosos y tóxicos. Una infusión de plantas es mucho menos peligrosa que un remedio con mercurio, antimonio, azufre o arsénico, no sólo por la toxicidad de estos productos, sino porque la tecnología farmacéutica no sabía aún cómo depurarlos y privarlos de su toxicidad. La actitud de los galenistas era sensata, mientras que la de Paracelso pecaba de audacia: aunque aseguró que con la alquimia se depurarían los metales y se separarían sus arcanos medicinales de la parte inactiva o tóxica, la farmacia de su tiempo no estaba en condiciones de realizar ese avance. Los paracelsistas administraron a sus pacientes dosis ingentes de mercurio y antimonio y fueron tan obcecados y dañinos como los peores galenistas. El enfermo que acudía a los paracelsistas no corría mejor suerte que el que iba a la consulta de un galenista. Los galenistas eran ineficaces e incluso dañinos cuando usaban excesivamente purgas y sangrías. Los paracelsistas eran siempre peligrosos y la propuesta de Paracelso de usar remedios químicos en las condiciones de la farmacia de su época era una osadía, a la que se opusieron los médicos más sensatos y prudentes, al observar las intoxicaciones derivadas del uso de los medicamentos químicos. Paracelso abre caminos que no está en condiciones de recorrer, anuncia un paso importante, la necesidad de ajustar la dosis y depurar los metales para emplearlos sin riesgo, pero él receta sin reparos medicamentos ineficaces y tóxicos. La revolución paracélsica supuso el empleo por vía oral de los medicamentos químicos, el uso de la tecnología de procedencia alquímica y la búsqueda de los principios activos. Los galenistas usaban partes activas de las plantas, como la totalidad de la raíz y del fruto. Los paracelsistas proponen que el arte de la espagiria precise qué principio activo hay en la parte activa y se proponen aislarlo y administrarlo como responsable de la acción terapéutica en un punto concreto del organismo. Su

idea de Dios como Sumo Farmacéutico que pone en el mundo un remedio para cada enfermedad condujo a la búsqueda de ese remedio y a intentar aislarlo. Los medicamentos introducidos por Paracelso se orientan hacia la administración del principio activo aislado y la especificidad de su acción. Quiso reducir los cuerpos a su última materia, su arcano o principio activo: «Las enfermedades requerirán que el médico las estudie, aplicándoles las concordancias que correspondan, preparando y separando las cosas visibles y reduciendo sus cuerpos a su última materia con ayuda del arte espagírico o de la Alquimia». La afición de Paracelso por el ocultismo no le impidió desvincularse del proyecto alquímico de la piedra filosofal. Con ideas parecidas a las de los escritos pseudolulianos de alquimia; se mostró partidario del uso farmacéutico de las preparaciones alquímicas, desinteresándose de la transmutación metálica. Los pseudolulianos conjugaban la idea de la transmutación con el uso farmacéutico de sus productos; Paracelso da un paso más y convierte la alquimia en farmacia: lo que los alquimistas buscaban sin éxito puede realizarlo, en un plano más modesto, el espagírico con su arte. No transmutará los metales ni redimirá al mundo, pero completará la obra de Dios venciendo a la enfermedad. Paracelso escribe: «Alquimistas, no hagáis oro, haced medicina», y afirma que el médico ha de ser un experto en química, cambiando la orientación de la formación de los médicos y abriendo las puertas al futuro, aunque esté muy lejos del materialismo y sea, desde todos los puntos de vista, un espiritualista. Alquimia La medicina ha sido creada por Dios, pero no en su estado final, sino oculta entre escorias. Desprender la medicina de las escorias es la tarea de Vulcano. Y lo mismo que habéis oído del hierro ocurre con la medicina. Lo que los ojos ven en la hierba o en las rocas y los árboles todavía no es medicina; sólo ven las impurezas. Pero dentro, bajo las impurezas, yace oculta la medicina. Primero ha de ser depurada de ellas, y entonces aparece. Esto es la alquimia y éste es el oficio de Vulcano; él es el farmacéutico y el que elabora la medicina. Doctores, os recomiendo que uséis la alquimia para preparar magnolia, mysteria, arcana, y para separar lo puro de las impurezas, de forma que podáis obtener una medicina perfecta. No quiso Dios darnos las medicinas preparadas. Quiso que las hiciéramos nosotros mismos. Las grandes virtudes ocultas de la Naturaleza no serían evidentes para nadie si la Alquimia no las sacara a luz e hiciera visibles. Por lo demás, ocurre como con el árbol: uno lo ve en invierno, pero no lo conoce y no sabe lo que oculta en él hasta que llega el verano, que uno tras otro abre ora el brote, ora la flor, ora el fruto (...) De igual modo la virtud de las cosas se mantiene oculta al hombre, a no ser que el alquimista la haga brotar como el verano hace brotar la naturaleza del árbol. Escribir más acerca de este secreto está prohibido y está confiado al poder de Dios. Pues este arte es en realidad un don de Dios, por lo que no todo el mundo puede comprenderlo. Por eso Dios lo da a quien quiere y no se lo deja arrebatar por la fuerza; porque quiere que sólo a El se rindan honores por este arte, y que por él sea Su nombre alabado por toda la eternidad. ¿Qué es una perla para un cerdo, si no puede hacer sino comérsela? Ensalzo el arte de la Alquimia porque revela los secretos de la Medicina y presta ayuda en todas las enfermedades desesperadas. Pero ¿qué debo ensalzar en aquellos que no tienen ni idea de los secretos de la Naturaleza que han sido puestos en sus manos? Alabo también el arte de la medicina; pero ¿por qué he de alabar a aquellos que son médicos y no al mismo tiempo alquimistas?

Megalomanía Todos los medicamentos están en la tierra, pero faltan los hombres que los recolecten. Están maduros para la cosecha, pero los segadores no han venido. Cuando lleguen un día los segadores de la verdadera medicina, limpiaremos a los leprosos sin el impedimento de una sofística vacía y haremos que los ciegos vean. Porque esta fuerza está en la tierra y crece por doquier. Sin embargo, la altanería de los sofistas no permite sacar a la luz los secretos de la Naturaleza y sus grandes maravillas. Soy distinto, que ello no os extrañe. Escribo para que no seáis pervertidos; os ruego que leáis y releáis con esfuerzo, no con envidia, no con odio, como quiera que sois oyentes de la medicina. Aprended también de mis libros. Soy Teofrasto, y más que aquellos que se me comparan; soy yo y soy monarca medicorum además, y puedo demostraros lo que vosotros no podéis demostrar. Que Lutero se ocupe de sus asuntos, y yo me ocuparé de los míos y le sobrepujaré en lo que me corresponda, además los arcanos me elevarán. No ha sido el cielo el que me ha hecho médico: Dios me ha hecho, no puedo oponeros armadura alguna, coraza alguna; como no sois ni tan eruditos ni tan experimentados que podáis enseñarme ni la menor letra, protegeré mi brillo de las moscas, igual que mi monarquía. No protegeré mi monarquía con cataplasmas, sino con arcanos, ni con lo que coja de la farmacia, que no es más que polvo para sopa y no se saca de ello más que polvo para sopa, pero vosotros, guardaos con vuestros placeres y compras. ¿Cuánto tiempo creéis que perdurarán? Os digo que el pelo de mi nuca sabe más que vosotros y todos vuestros escribientes, y los cordones de mis zapatos son más eruditos que vuestros Galeno y Avicena, y mi barba ha visto más que todas vuestras universidades.

Blanca Escamilla & Patricia Moreno - Manual plantas medicinales Actualmente la medicina tradicional es un recurso fundamental para la salud humana. Las plantas y árboles empleados son la base para el desarrollo de la medicina moderna, y en algunas zonas rurales e indígenas, son el único recurso del que disponen a falta de instituciones médicas y recursos monetarios para la adquisición de medicina moderna. En las comunidades de La Matamba, El Piñonal, El Yagual y La Zapilla, en el Municipio de Jamapa, aún se mantiene viva la medicina tradicional. Sin embargo, las especies empleadas se han modificado a la par de los ecosistemas. En años anteriores las especies utilizadas eran solo nativas, actualmente también se emplean algunas introducidas. Asimismo las especies de amplia distribución en el país son empleadas en gran medida, por lo que los beneficios son diversos y de gran importancia. El presente listado es sólo una muestra del conocimiento que algunas personas de estas comunidades tienen acerca de la medicina tradicional. La difusión de esta información busca que los pobladores tengan acceso a los conocimientos de sus propias regiones y que se generalice el conocimiento en las distintas comunidades, a fin de que su uso se difunda y con ello se cree la necesidad de mantener esta diversidad vegetal en los potreros y en los huertos familiares.

Gracias al conocimiento que mantienen estas personas, hoy en día podemos beneficiarnos a través del uso de plantas medicinales, y no solo para combatir enfermedades, pues algunas también son empleadas como parte de los alimentos y en cercas vivas.

Características La información presentada fue colectada gracias a la participación de habitantes de las comunidades de La Matamba, El Piñonal, El Yagual y La Zapilla, en especial por las personas indicadas en la portada. La identificación de las especies fue hecha por Claudia Gallardo Hernández del Instituto de Ecología A.C. Para facilitar la localización de las especies de interés se presenta al inicio el índice con el nombre común, seguido del nombre científico. Para diferenciar las fichas de cada especie se alterna entre el color azul y morado. Cada especie está descrita en dos páginas, ambas con imágenes. En la primera se ha colocado lo concerniente a nombre científico y familia taxonómica a la que pertenece, parte de la planta que se utiliza, enfermedad o malestar que combate y el modo de preparación en la comunidad; se incluyen también las características de la especies, y los meses en que fructifican y/o florecen. Mientras que en la segunda página encontrarán un mapa que ejemplifica la distribución (registrada) de la especie en el país (estados coloreados), y alguna información interesante, como por ejemplo, su uso en otra región o estado, factores de riesgo, cuidados al utilizarla, entre otras.

Paracelsica libro - Carl Gustav Jung El psicólogo y hermeneuta Carl Gustav Jung -suizo también-, el libro Paracélsica, editado por vez primera en castellano, en 1966, por Carl Gustav Jung (Kesswil, Turgovia, Suiza, 26 de julio de 1875 - Küsnacht, Zúrich, Suiza, 6 de junio de 1961) fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista PARACELSICA del autor CARL GUSTAV JUNG (ISBN 9788472453487). Comprar libro completo al MEJOR PRECIO nuevo o segunda mano en Casa del Libro Compendio de dos conferencias leídas por Jung en el 400 aniversario de la muerte de Paracelso. Una trata de la visión de Paracelso como médico, la otra c Jung Carl Gustav - Paracelsica.pdf (11 MB) Descargar gratis de la colección Biblioteka de Terror. C. G. JUNG. Penecetso costo steolco. Quien de algún modo conozca los escritos de aquel gran médico cuyo recuerdo festejan-los hoy sabe que es absoluta-. Una de las referencias de la psicología de todos los tiempos, fue un médico, psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del PARACELSICA del autor CARL GUSTAV JUNG (ISBN 9788472453487). Comprar libro completo al MEJOR PRECIO nuevo o segunda mano, leer online la fiorbitiilu Secos eriales de palabrería desorde. Subido por Chofisnay para Scribd 12 C. G. JUNG nada, se alternan, con. oasis donde brota el espíritu con una "En la alquimia -señala Jung-, la materia es material y espiritual, y el espíritu es, el psicólogo y hermeneuta Carl Gustav

Jung -suizo también-, pronunció dos de 1941 que un año después conformarían el libro Paracélsica, editado por vez.

Ernesto paccard - Plantas medicinales El modesto trabajo que me propongo publicar no lleva por cierto un fin lucrativo, ni ve la luz para las personas que tienen vastos conocimientos en esta materia, ni aun para los que los poseen en cierto grado, sino para los que los desconocen casi en absoluto. Es sabido que en nuestra campaña sus habitantes se hallan separados las más de las veces por distancias considerables de los centros poblados, estando por esa misma causa separados también de la residencia médica. Ahora bien: sus habitantes conocen ya las propiedades medicinales de algunas yerbas, y podemos decir que sus aplicaciones son acertadas. Nuestro suelo, como el de la República Argentina, posee una flora bastante notable por su número como por sus propiedades. ¿No es obra humanitaria el formar un compendio lo más completo posible para divulgar de uno á otro extremo de esas repúblicas el nombre técnico, el nombre vulgar y las propiedades medicinales que á cada raiz, hoja ó flor le pertenezcan? Como queda dicho, este trabajo carece de importancia para las ciudades y villas donde radiquen médicos y existan oficinas de farmacia que preparen y expendan las preparaciones de aquéllos, pero creo que tenga algún valor para las personas que habitan las zonas apartadas de ambas repúblicas. En la seguridad de que persigo un fin humanitario con la publicación de este trabajo, me permito solicitar para él la cooperación de todas las personas bien intencionadas.

Mariano Antonio de la vega - La mas verdadera copia del divino hercules del cielo y sagrado marte de la iglesia el glorioso archangel señor San Miguel a las sagradas plantas de Maria nuestra señora en su milagrosa. Sermon, que el dia 29. de septiembre de 1752. predicò en su Santa Iglesia el Dr. D. Mariano Antonio de la Vega, colegial antiguo en el eximio theologo de San Pablo de la Ciudad de los Angeles, y su rector, cathedratico de philosophia en los reales, y pontificios de San Pedro, y San Juan de la misma ciudad, cura, vicario, juez ecclesiastico, y examinador synodal en aquel obispado, y actual prebendado de la iglesia real, ê insigne colegial parrochial de la misma Santissima Señora, electo canonigo en ella. Sacalo a luz D. Francisco Xavier Marquez de los Rios, y Valdes, procurador proprietario por S.M. de la Rl. Audiencia, notario del Sto. Oficio de la Inquisicion de este reyno, procurador de su Rl. fisco, y syndico thesorero de la Real Universidad de esta corte; especialissimo afecto de el author. Quien amante lo consagra â la misma madre, y Sra. de Guadalupe.

Francesco Padrini & Maria Lucheroni

Psicólogo, psicoterapeuta y sexólogo, es el creador del masaje bioenergético de aroma y masaje groundig. Realiza cursos prácticos de bioenergética en toda Italia. Lleva a cabo su actividad en Milán y realiza cursos de formación en la Facultad de Naturopatía y en el Instituto de Medicina Psicosomática de Riza. También es profesor en el Centro de Investigación en Bioclimatología Médica, Biotecnología y Medicina Natural de la Universidad de Milán. Maria Teresa Lucheroni , dermatóloga y psicoterapeuta, trabaja en Milán con especial atención a los aspectos nutricionales.

Samael Aun Weor - Tratado de Medicina Oculta y Magia Practica Al leer esta obra: La presente obra titulada «TRATADO DE MEDICINA OCULTA Y MAGIA PRACTICA» se entrega para el conocimiento de los espiritualistas, botánicos, médicos desprevenidos y todos aquellos investigadores sinceros que desean encontrar en los distintos aspectos de la CIENCIA DE LAS PLANTAS fuentes inagotables de salud y curación, libres de los prejuicios del intelectualismo diletante que estancan, casi siempre, la evolución del espíritu. A los MATERIALISTAS, que forman la cohorte de los más en este planeta que nada les satisface, si no aquello que lleva el examen de sus sentidos externos, les aconsejamos lean esta obra sin apasionamientos, seguramente encontrarán en sus páginas ese "eslabón perdido" que abiertamente venían negando, escudándose en las más descabelladas ideas en trance desafiante ante el espíritu de los seres y las cosas. El autor del presente libro, AUN WEOR, portador en esta Era de Acuario, del lampadóforo del Cristo, quien sin duda alguna, será el personaje central de los próximos dos mil años, por los que la humanidad tendrá que pasar en un proceso lento de superación, para alcanzar a gozar, los vencedores de las excelsitudes espirituales de la Jerusalem celestial. Este ser excepcional, maravillosamente sencillo y humilde a la par que profundamente sabio, como son todos aquellos que llevan en su frente la estrella septenaria de los realizados en el Cristo, ha querido en un nuevo anhelo por un mundo mejor, entregar a la humanidad sus experiencias en el estudio empírico, pero ceremonioso y ritualístico de las plantas. "NATURA NON FACIT SALTUS" esta verdad tan palmaria, no la han tenido en cuenta en las universidades en cuyos laboratorios solamente se investigan las reacciones de los elementos constitutivos de la materia sin averiguar el espíritu que la anima. Por eso el hombre siempre ha fracasado en todos sus intentos científicos, ha buscado inútilmente la ciencia de curar por medios diferentes a los naturales, haciendo a un lado ese inmenso poder luminoso que las plantas, como todos los seres de la creación tienen y que sabiamente empleado hacen exclamar a los seguidores de la verdad: "LEVÁNTATE Y ANDA, TU FE TE HA SALVADO". Seguramente los incrédulos, los espiritualistas defraudados, los discípulos engañados, encontrarán en este libro el conocimiento que les faltaba para no seguir estacionados en medio de su noche tenebrosa, a donde los llevó su desorientada mente devoradora de teorías, que sólo les sirvieron

para estimular su vanidad, menos para encontrar "el camino, la verdad y la vida". El hombre es siempre víctima de su ignorancia, porque en su inmenso orgullo de "homo sapiens", no se ha tomado el trabajo de investigar y experimentar, si lo averiguado por él o por los demás, es bueno, es justo, es útil. El sólo ha sabido ladrar en la noche de los tiempos ante la verdad que inútilmente le resplandece. LOS ESTADOS DE JINAS, tema extensamente tratado por el famoso médico Dr. MARIO ROSO DE LUNA, quien ocupó por muchos años la historia de la medicina española, están completamente develados en su puro aspecto práctico en la presente obra. LA ELEMENTOTERAPIA, constituye la más práctica revelación que la humanidad haya podido tener en esta ERA "El yerbatero, dice el Maestro Weor, y el médico alópata se identifican en cuanto ambos estudian únicamente el cuerpo físico de los seres vivientes. El médico gnóstico estudia al hombre y a la planta en su triple aspecto de cuerpo, alma y espíritu". Haciendo uso de esta técnica, el lector encontrará métodos sencillísimos para curar las enfermedades. El cáncer, que desde el principio de las edades ha constituido para el hombre un enigma por resolver, en fórmulas simples, pero de gran efectividad, sin tratamientos ineficaces de radium, sin alopatías, ni exámenes de laboratorio, el MAESTRO AUN WEOR, entrega a la humanidad el secreto curativo. Igual sucede con la lepra, la sífilis, las enfermedades del sexo, etc., nada escapa a la práctica y experiencia de este GRAN MEDICO GNÓSTICO, pues como el mismo me lo manifestó: "Este libro, me costó años de intensa investigación en la selva, desafiando toda clase de contingencias, sufriendo duras experiencias e inmensos sacrificios, pero todo lo hice en beneficio de la pobre humanidad doliente. El interesante aspecto sobre la terminología y personajes que constituyen algo así como la Plana Mayor de los Maestros indígenas del "Tibet colombiano" (Sierra Nevada de Santa Marta), los indios Arhuacos a bíntukuas, es el tema obligado del Maestro, por cuanto de su sabiduría, religión y costumbres aprendió muchas de las fórmulas y prácticas magísticas, reveladas en el presente libro. La luz o la verdad tiene siete aspectos o rayos, siguiendo cualquiera de ellos, bien dirigido, bien encaminado, el ser humano se puede realizar. Los investigadores de lo oculto asocian estos rayos a las razas que han poblado la tierra y así tenemos: el rayo Maya, el rayo Hindú, el rayo Egipcio, etc., etc... Los Maestros del rayo Maya, venerados por los Arhuacos "más allá de la cuchilla de los páramos de la Sierra Nevada de Santa Marta", son grandes sacerdotes y profundos conocedores de los secretos de la naturaleza, quienes invocados según los sistemas dados por el Maestro Weor sirven de gran utilidad para quienes desean progresar en el SENDERO. Buscadores de la verdad, cientistas defraudados, botánicos sin dobleces, médicos sin prejuicios diletantes, espiritualistas sinceros, materialistas sin rebusques intelectuales, rebeldes de todas las tendencias, detened vuestros pasos, meditad un momento si estáis equivocados, como se equivocaron los hombres del pasado, la historia de la humanidad está llena de rectificaciones y errores que siempre costaron caro, estudiad detenimiento las enseñanzas que tan desinteresadamente nos brinda el GRAN AVATAR DE ACUARIO, en este libro. Una vez examinadas por vuestra mente tendréis que convenir conmigo que la verdad sin reticencias, ni léxicos rebuscados, la formula de la sutil vida, la humildad producto y virtud de la sabiduría, campea desde el principio hasta el fin en esta joya inapreciable que se entrega al conocimiento de quienes quieran ver y oír. Él, es un ser profundamente desinteresado, no le importa sino la realización de la

humanidad, por eso se manifiesta sencillo y humilde, como sencillas y humildes son sus sabias enseñanzas. ¿Quién es Samael Aun Weor? “Mientras haya una sola lágrima en los ojos humanos, mientras haya un solo corazón doliente, nos negamos a aceptar la felicidad. En lugar de codiciar grados, poderes, iniciaciones y señoríos divinos debemos esforzarnos en ser hombres útiles a la humanidad doliente… Debemos buscar el trabajo fecundo en la Gran Obra del PADRE.” – Samael Aun Weor, Los Misterios Mayores. A lo largo de los siglos, una cantidad incalculable de cosas se ha dicho sobre los temas de la religión, el esoterismo, la espiritualidad, el ocultismo, etc. A pesar de ello, absolutamente nunca las claves precisas del Camino hacia el Despertar de la Consciencia y de las Facultades Latentes (la Autorrealización Íntima del Ser) han sido completamente develadas al público. Las mismas claves que Jesús, Buda, Krishna, Mahoma, Hermes Trismegistus, Quetzalcóatl… vivieron y enseñaron a sus discípulos en secreto. Afirmar tal cosa no es tan fácil como lo parece. Pero desde los años cincuenta, millones de personas en el mundo han podido experimentar la realidad de este hecho gracias a la Obra monumental de Samael Aun Weor (Colombia 1917 – México 1977). Una Obra constituida de más de 70 libros y cientos de conferencia grabadas, en la cual el Venerable Maestro Samael Aun Weor desvela en forma clara, profunda y precisa la Gnosis: la Sabiduría de los grandes Pueblos del pasado, el corazón de las Religiones más preciosas, la sapiencia liberadora de la Filosofía eterna… Conocimiento de Sí y del Universo. Nacido con numerosas facultades extraordinarias, como aquella de proyectarse o desdoblarse en la Cuarta Dimensión (el Mundo Astral), Samael Aun Weor no tarda en enamorarse de todo lo que es paranormal y esotérico, del hermetismo, del espiritualismo y de las grandes religiones. A la edad de 18 años, ya se había leído la biblioteca entera de la escuela Teosófica y Rosa-Cruz, donde dio sus primeras conferencias, para luego irse al encuentro de su Maestro Secreto (el Ser), “bebiendo el vino de la meditación en la copa de la perfecta concentración”. Gracias a su Obra de una riqueza incalculable y de acuerdo con los testimonios de numerosos discípulos y familiares, hoy se sabe que el VM Samael Aun Weor llego a los niveles más elevados de la Realización Espiritual, es decir a la integración de las partes más elevadas de su Ser Interior, reuniéndose de este modo con las almas más sublimes que habitaron la Tierra. Al igual que Jesús, Buda, Krishna, Hermes Trismegisto, Quetzalcóatl, Samael Aun Weor no funda una nueva religión o dogma, sino que retransmite un Mensaje viviente, totalmente universal e impersonal, llamado Gnosis. En la práctica, Samael Aun Weor sobrepasa los Maestros auténticos más recientes como Krishnamurti, Blavatsky, Gurdjieff, Ouspensky, Krumm-Heller, Ramakrishna, Sivananda, por la profundidad y el alcance de su experiencia directa del Camino Gnóstico Universal. Es lo que le permite desvelar todas las etapas de la Cristificación, o mapa del Camino Esotérico Gnóstico, que ha de vivirse mediante los Tres Factores de la Revolución de la Conciencia: -

El Nacimiento en Espíritu (la creación de los Cuerpos Internos).

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La Muerte Psicológica (o Disolución del Yo, el Ego). El Sacrificio de Sí Mismo por Amor desinteresado hacia nuestros semejantes.

Es lo que le trajo a desvelar públicamente, por primera vez en el mundo, la Clave secreta de la Alquimia Sexual (el Tantrismo blanco o Suprasexualidad), el Gran Arcano que se transmitió fielmente de Maestro a discípulo en secreto a través de la noche de los tiempos. Todos los grandes Seres de este mundo sin excepción se realizaron gracias a esta Clave de los Esplendores. Es con su esposa Litelantes, también Iniciada en los Misterios Gnósticos, que Samael Aun Weor lleva a la práctica la Clave alquímica, lo que le permite alcanzar, al final de su vida, la Cristificación. Cuando sus discípulos le preguntan si él es el décimo y último Avatara de Visnú (el Avatara Kalki) esperado al final de los Tiempos, el Salvador o Miroku de los Japoneses, el Buda Maitreya, aquél que debe reunir todas las Tradiciones del occidente y del oriente, del sur y del norte, aquel que todos los profetas esperan para traer de nuevo la Luz del Conocimiento a la humanidad e iniciar una Nueva Era, Samael Aun Weor responde que el tiempo será su testigo. No buscando ni gloria ni honor, siendo él mismo muy pobre durante toda su vida, Samael Aun Weor renuncia públicamente a los derechos de autor sobre sus numerosos libros de Gnosis, para que los menos favorecidos puedan tener acceso a éstos.

Scott Cunningham Scott Douglas Cunningham nació el 27 de junio de 1956, en el Hospital William Beaumont en Royal Oak, Míchigan, Estados Unidos. Fue el segundo hijo de Chester Grant Cunningham y Rose Marie Wilhoit Cunningham. Para el otoño de 1959 tuvieron que mudarse a San Diego, California, por razones de salud de la madre de Scott. Tuvo un hermano mayor, Greg, y una hermana menor, Cristine. La primera vez que leyó sobre Wicca, fue en 1971, con el libro de “Lo Sobrenatural” de Douglas Hill y Patt Williams. Scott siempre había demostrado un gran interés por las plantas, los minerales y otros productos naturales de la tierra y este libro fomentó su interés, pues trataban diagramas de gestos italianos para protegerse contra el mal de ojo, algo que lo fascinó. Más tarde, en la secundaria, utilizó estos gestos para atraer la atención de una compañera de clases que estaba relacionada con lo oculto y formaba parte de un coven. Fue esta chica llamada Dorothy Jones, quien introdujo a Scott en la Wicca, hecho que aumentó su interés en los poderes de la naturaleza. En los siguientes años se inició en varios covens de diferentes tradiciones, ganando experiencia, aunque siempre prefirió la practica en solitario, tal y como podemos ver en varios de sus libros. En 1974 se matriculó en la Universidad Estatal de San Diego en Escritura Creativa, haciendo caso a los consejos de su padre, Chet; quien era un escritor prolífico y profesional, contaba con más de 170 libros de su autoría. Scott comenzó a escribir artículos sobre automóviles para comerciales. Su compañero de habitación durante este tiempo fue Donald Michael Kraig (también escritor de temas relacionados con la magia) y forjó amistad con Raymond Buckland, que vivía en aquel momento en San Diego. Después de tan solo dos años en la universidad, había publicados más artículos que la mayor parte de sus profesores, así que decidió no continuar con el resto del curso y comenzó a escribir a tiempo completo. El primer libro que publicó fue una novela romántica egipcia llamada Shadow of Love en 1980.

En este mismo año se inició en la “Iridian Tradition of Italian Witchcraft” donde estudio magia y brujería con Raven Grimassi durante tres años. En 1981 entró en la “Reorganized Traditional Gwyddonic Order of Wicca” de la cual llegó hasta el tercer grado. Más tarde también se unía a la “Ancient Pictish Gaelic Tradition” de la cual fungió como Sumo Sacerdote por un tiempo. También perteneció la “American Traditionalist Wicca”. Scott viajó por todo Estados Unidos dando charlas y apareciendo en eventos relacionados con el Arte. El veía la Wicca como una religión moderna, que se basaba en mitos y tradiciones antiguas. También creía que la Wicca debía abandonar ese secretismo en el que estaba sumida desde la década de los 50 y ser accesible para los nuevos creyentes. En 1983, a sus 27 años, se le diagnosticó Linfoma, una forma de Cáncer, lo que le mantuvo apartado de la vida pública y sus libros durante un tiempo. En 1990 se contagió de Meningitis relacionada con el sida; a partir de allí comenzó su declive físico a través de infecciones relacionadas con la debilidad que le provocaba el cáncer. Finalmente el 28 de marzo de 1993 sucumbió, y pasó de a otro plano. Las creencias religiosas de Scott Cunningham son simples y fáciles de entender. Practicaba una brujería básica, a menudo practicando en solitario aunque sus libros, para practicantes solitarios, describen varias instancias donde practicaba la brujería con amigos y maestros. Pensaba las cosas concienzudamente y se aseguraba que las explicaciones en sus libros fueran breves y claras. También creía que la Wicca había sido una religión muy secreta en el pasado y que debía volverse más abierta. Para Scott los componentes internos de la Wicca están disponibles para cualquiera que pueda leer y tener la lucidez para entender el material. Según Cunningham los únicos secretos de la Wicca son los rituales individuales, hechizos y los nombres de las deidades. LIBROS: 1980 – Shadow of Love 1982 – Magical Herbalism: The Secret of the Wise 1983 – Earth Power: Techniques of Natural Magic 1985 – Cunningham’s Encyclopedia of Magical Herbs 1987 – The Magical Household 1987 – Cunningham’s Encyclopedia of Crystal, Gem, and Metal Magic 1988 – The Truth About Witchcraft Today 1988 – Wicca: A Guide for the Solitary Practitioner 1989 – The Complete Book of Incense, Oils & Brews 1989 – Magical Aromatherapy: The Power of Scent 1991 – Earth, Air, Fire, and Water: More Techniques of Natural Magic 1993 – Cunningham’s Encyclopedia of Wicca in the Kitchen 1993 – Divination For Beginners 1993 – Living Wicca: A Further Guide for the Solitary Practitioner 1993 – Spell Crafts: Creating Magical Objects 1993 – The Truth About Herb Magic 1994 – The Truth About Witchcraft 1995 – Hawaiian Magic and Spirituality 1997 – Pocket Guide to Fortune Telling

1999 – Dreaming the Divine: Techniques for Sacred Sleep

Krumm-Heller El Dr. Arnold Krumm-Heller, insigne sabio y escritor germanomejicano, nació en Salchendorf (Alemania) el 15 de Abril de 1876. Cursó estudios de medicina y ciencias naturales en Alemania, Francia, Suiza y Méjico. Dominó varios idiomas y dialectos, de los cuales fue profesor en varias Universidades. Fue coronel médico militar en el ejército mejicano; inspector de escuelas extranjeras en el Ministerio de Instrucción Pública; Director General de escuelas de tropa; comisionado por el Ministerio de Guerra para estudiar el Servicio Sanitario en campaña durante la gran guerra europea; representante al Congreso Médico de Budapest; Ministro de Méjico en Suiza con misión especial, y ante el Gobierno Alemán hasta el fin de la guerra. Escribió muchas obras científicas y literarias, varias de las cuales han alcanzado numerosísimas ediciones; ha colaborado en muchos diarios y revistas, y fue redactor del "Diario del Comercio" de Barcelona. Naturalista y Botánico, arqueólogo y paleógrafo, habiendo realizado excursiones científicas al Canadá, California, Coahuila y Oaxaca (Méjico), América Central, interior del Perú, Colombia, Brasil, Norte de Chile, Bolivia, Islas Orcadas (Norte de Inglaterra), Hungría, Italia, Egipto y al oriente. Perteneció a las principales sociedades científicas de Europa y América, es Presidente ad vitam de la Sociedad de Plasmogenia. Su estudio, Die Deutsche Verfassung sobre la Constitución Germana ha sido adoptado como texto en los Colegios Superiores de Alemania. Fue íntimo amigo de Amado Nervo, cuyas más bellas poesías tradujo al alemán. En cuanto a su vida esotérica, tras la muerte de su madre, hecho sumamente doloroso para él, entra en el espiritismo, siendo ésta la primera aventura suya en el ocultismo. Su entusiasmo inicial le lleva a fundar una revista sobre el tema, llamada "El reflejo Astral", que le dio la oportunidad para entrar en contacto con personalidades eminentes del ocultismo de su tiempo. A consecuencia de estos contactos supera sus ideas iniciales y suspende la publicación afirmando. "El espiritismo había sido para mí, como para casi todos sus adeptos, una cuestión de impresionalismo. Vi que tenía una filosofía, argumentos sólidos, aspectos científicos, pero cuyo estudio he visto más tarde, es más fácil bajo la faz del ocultismo" y "nosotros somos todos mediums, pero no pasivos, inconscientes, ni manejados por guías, sino activos, conscientes, que en vez de tratar de atraer a los seres nos trasladamos conscientemente hasta donde están". Comienza entonces a leer obras de ocultistas eminentes como Gerard Encausse "Papus", Eliphas Levi, Estanislas de Guaita, estudia la vida y obra de Claude de Saint Martin, el Filósofo Desconocido, y de su Maestro Martínez de Pasquallys.

De todos ellos dice: "estos autores son hasta hoy los mejores en la materia y el lector que en sus obras sorprenda las claves de los secretos que encierran, será un Rosacruz como Nostradamus, Paracelso, etc". Conoció personalmente a Leadbeater durante la visita de éste a Londres en 1930, fue amigo de Rudolf Steiner a quien consideraba un auténtico Rosacruz, lo fue asimismo de Franz Hartmann, Theodoro Reuss, y estudió con el Maestro Therión. Junto con el Patriarca de la Iglesia Gnóstica Basílides, toma contacto con los auténticos Gnósticos, de los que habla en su libro "La Iglesia Gnóstica". Fue eminente Masón y ostentó los siguientes grados: Grado 3º de la Masonería Universal. Grado 33º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Grado 97º del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Mizraim. Perteneció a más de 20 sociedades secretas, entre las que se encuentran la A.A. y la O.T.O., en la que alcanzó los máximos grados. Tan fecunda vida espiritual tuvo su coronación cuando dio forma física a la FRATERNITAS ROSICRUCIANA ANTIQUA siguiendo las directrices emanantes del SUMMUM SUPREMUM SANCTUARIUM, del MAESTRO RACKOKZY, para lo cual fue investido como Comendador de la F.R.A. para los países de habla española. Él mismo definió sus enseñanzas con las palabras siguientes "Mi filosofía es eminentemente práctica", nos lo dice y demuestra a través de sus cursos. Sus ideas sobre la alimentación son: "La Fraternidad representada por mí, no exige a sus afiliados que se hagan vegetarianos, o consumidores de alimentos crudos, ni tampoco aconseja el uso de la carne, con exclusión de otros alimentos. Enseña la verdadera dietética y permite que sus miembros ejerciten su derecho personal de elegir lo que mejor les convenga en este sentido. Visitó Perú, Argentina y otros países en 1929 y a consecuencia de cierta Iniciación Inca acaecida en Perú, en la ciudad de Cuzco, tomó el nombre de Huiracocha, con el que sería conocido por todos sus discípulos. Como masón y mago, fue perseguido por los nazis, por negarse a prestarles servicios. Su biblioteca fue requisada, las logias masónicas fueron asaltadas y quemadas. Falleció en Marburg (Alemania), a consecuencia de haber sido recluido en un campo de concentración nazi, lo que le deterioró gravemente su salud, en Alemania, el 19 de Mayo de 1949 con la satisfacción de ver su misión y su obra cumplida. Escribió aproximadamente treinta libros, pero lamentablemente en la actualidad no se consiguen más de diez.

Este tratado sobre Plantas Medicinales contiene una guía práctica de botánica medicinal de uso universal y las respectivas propiedades, incluso comentarios sobre plantas de empleo doméstico, escrito en lenguaje claro y fácil de entender por el público general. En este libro encontrará observaciones sobre frutas, cereales, legumbres y hortalizas que, a la vez de ser excelentes como alimentos, constituyen imponderables elementos de valor curativo, cuando se usan racionalmente, de acuerdo con un régimen en el tratamiento de diferentes dolencias.