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PROFESORA: Sigal, Nora CÁTEDRA: LAZNIK ALUMNA: Martínez Beltramone, Micaela Victoria COMISION: 50 PRIMERA EVALUACIÓN

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PROFESORA: Sigal, Nora

CÁTEDRA: LAZNIK

ALUMNA: Martínez Beltramone, Micaela Victoria

COMISION: 50

PRIMERA EVALUACIÓN FORMATIVA: PSICOANÁLISIS FREUD CONSIGNAS I.

Elabore un texto donde articule y diferencie conflicto psíquico, defensa, síntoma y resistencia. Ejemplifique con Elisabeth Von R.

II.

¿Cuál es la especificidad de la angustia como afecto a esta altura de la obra freudiana y por qué se diferencia del resto de las manifestaciones psíquicas?

I.

Elabore un texto donde articule y diferencie conflicto psíquico, defensa, síntoma y resistencia. Ejemplifique con Elisabeth Von R.

Comenzaré esta respuesta aclarando que la técnica q utilizaban Breuer y Freud para la aplicación del método catártico era la sugestión por medio de la hipnosis y luego Freud abandonará la misma por que no

todas las personas que mostraban síntomas inequívocamente histéricos eran hipnotizables y la hipnosis no era aplicable a todas las neurosis. El, por lo tanto, encontrará barreras internas de la eficacia del método catártico: primero debía haber mecanismo psíquico y segundo no iba a influir en las condiciones causales de la histeria. Freud se encontrará en el transcurso del tratamiento con un obstáculo: los pacientes no recordaban, decían no saber por lo tanto había que contrariar con determinadas fuerzas; la resistencia. Esta es la misma fuerza que coopera con la formación del síntoma, el no saber de los histéricos era un no querer saber. Freud se topó con una resistencia que desalojaba de la conciencia representaciones de naturaleza penosa, aptas para provocar vergüenza y dolor psíquico. Todas eran de tal índole que a los pacientes no les gustaría haberlas vivenciado y preferirían olvidarlas. En este trabajo terapéutico la resistencia surgirá frente a la insistencia, en respuesta a la intervención del terapeuta. Esta resistencia se relacionará con la defensa. Encontraremos dos tipos de resistencia: la resistencia de asociación la cual es una fuerza psíquica que impide el devenir consiente de las representaciones patógenas (recuerdos). Y la segunda, la resistencia radial que está articulada al núcleo patógeno (núcleo de recuerdos de vivencias traumáticas).

Va a existir un conflicto psíquico entre una representación inconciliable y el yo. La defensa, entonces, se producirá cuando sobreviene un caso de “inconciliabilidad en la vida de las representaciones”. El aparato psíquico se defenderá del conflicto que ocasionan dichas representaciones. La defensa opera mediante el divorcio de la representación y el afecto, ya que ambos tienen destinos diferentes: mientras la representación va a un grupo psíquico segundo, el afecto podrá desplazarse. Cuando el monto de afecto se desplaza a una representación del cuerpo, se llama conversión, y es típico de la histeria (lo veremos ejemplificado en el caso de Elizabeth Von R).

El síntoma por lo tanto será producto y testimonio de ese conflicto, además también actuará como modo de “solución”, aparecerá como representación sustitutiva de la representación disociada en la conciencia. Sin conflicto, no habría síntoma. Puesto que ya he explicitado la noción de conflicto psíquico podemos decir que, la defensa es un proceso del yo que consistirá en tornar débil una representación patógena y actuará interrumpiendo las cadenas de asociaciones. De aquí que la tarea del terapeuta entonces, consistirá en superar esa resistencia de asociación, mediante un trabajo psíquico. Freud comprenderá que la representación patógena supuestamente olvidada se encuentra siempre “en las cercanías” y se las podrá alcanzar mediante asociaciones, solo se tratará de eliminar resistencias que bloquean el camino hacia el material psíquico patógeno. En un mismo síntoma confluyen varios hilos asociativos (sobredeterminación). La mayoría de las veces no hay una sola explicación para la génesis del síntoma, sino que este deriva de una historia de padecimiento. Freud planteará entonces la triple estratificación del material patógeno. Primero, el ordenamiento lineal cronológico que aflora cuando se le pregunta al paciente sobre la primera vez de su síntoma. Es el relato del paciente. Segundo planteará la estratificación concéntrica en torno al núcleo patógeno, tendrá que ver con que los estratos más periféricos, contienen aquellos recuerdos que se rememoran con facilidad, cuanto más hondo se va, se encuentra mayor resistencia. Y por último, el contenido de pensamiento. Es el enlace de contenidos lógicos (hilos lógicos) a través de puntos nodales. Ya habiendo explicado todo lo anterior, pasaré a ejemplificar toda esta información con el referente clínico de Elizabeth Von R. Elizabeth llega a Freud con dolores en las piernas, y había atravesado sucesos dolorosos, ella era la que se ocupaba del cuidado de los enfermos en su familia y en especial del padre. Freud se da cuenta que sus síntomas no eran orgánicos cuando al tocarle la pierna y notar en ella una expresión de placer Mientras ella relataba, se encontraba acostada y con los ojos cerrados, pero no en estado de sonambulismo. Dos años después de la muerte de su padre la paciente se sintió enferma. Antes de este suceso, ella había salido de caminata con un muchacho y al volver se encontró con que su padre había empeorado; por lo tanto se sintió culpable por tener un deseo más allá de él. En este momento Freud ubica la producción del síntoma, la causación de los primeros dolores. Aquí hay un conflicto psíquico entre la representación erótica (la salida con el muchacho) y la representación como cuidadora del padre. Podemos notar ahora si un mecanismo de conversión, esta representación erótica fue reanudada en la representación corporal (síntomas físicos), y esto ocurrió gracias al actuar de la defensa. Elizabeth comienza a asociar escenas en relación al dolor de sus piernas, por ejemplo, sus piernas era el lugar donde descansaban las piernas de su padre; cuando su hermana muere ella está de pie y en el momento piensa que a partir de ahí ella tendría el camino libre para estar con su cuñado entonces esto se vuelve una representación inconciliable y actúa la defensa. También el dolor de sus piernas era una expresión simbólica de su falta de autonomía. Ella no paraba de exclamar que su

sufrimiento venía de la sensación de “no avanzar un paso”. La producción de esta queja implica un movimiento del análisis donde ella era la abnegada cuidadora del otro, la que sostenía el sufrimiento de otro. La sobredeterminación del síntoma tendrá que ver con todas estas representaciones que aparecen asociadas al terror, al ver a su padre sufrir, a su hermana muerta, al amor por su cuñado. Por último, para ejemplificar este caso con la triple estratificación podemos decir que: La primera, lineal cronológico se relaciona cuando ella cuenta toda la lista todo su historial de padecimientos. El segundo ordenamiento es concéntrico alrededor del núcleo patógeno por ejemplo, las resistencias que aparecieron en la terapia/tratamiento con Elizabeth, fueron cuando él le toca la pierna y denota un gesto de placer en su rostro, ese amor por su cuñado. El tercer ordenamiento son los hilos lógicos, todo converge en un punto nodal lo que tiene que ver con el amor al cuñado también. Lo que causo el síntoma es por simbolización por puentes lingüísticos. Freud puntualiza que se estructura en una forma de red que todo converge en un punto nodal; lo que tiene que ver con el amor al cuñado igualmente. II.

¿Cuál es la especificidad de la angustia como afecto a esta altura de la obra freudiana y por qué se diferencia del resto de las manifestaciones psíquicas? Para abordar esta pregunta y diferenciar la angustia con el resto de las manifestaciones psíquicas comenzaré explicando y describiendo las neuropsicosis de defensa. Hay cuatro tipos de las mismas: psicosis alucinatoria crónica, histeria de conversión, paranoia y neurosis obsesiva. Estas se producen por que se establece un conflicto psíquico entre una representación inconciliable con el resto de las representaciones del yo (Freud plantea al yo como una masa de representaciones), por lo tanto ante este conflicto actúa la defensa. En estas opera el mecanismo psíquico y tienen origen en las huellas de la sexualidad infantil. La etiología sexual de las neuropsicosis corresponde a sucesos e injerencias ocurridas en la primera infancia. Si nos preguntamos, entonces, que implican las neuropsicosis de defensa podemos decir que suponen una separación entre la representación inconciliable (de índole sexual) y el monto de afecto. Freud planteará una hipótesis auxiliar para explicar esta separación, esta supone una separación inicial entre la representación y el monto de afecto, condición para que sean posibles el desplazamiento y la sustitución en las neurosis. El afecto no estará soldado a las representaciones, si no que será susceptible de movimiento. Ahora bien, ¿cuál va a ser el destino de esta representación? En todos los casos de las neuropsicosis de defensa, estas representaciones van a ir a parar a un grupo psíquico secundario o segundo (este va a ser un antecedente en la obra de Freud del llamado inconsciente). Este grupo psíquico está formado por representaciones inconciliables. También cabe preguntarse, ¿cuál es el destino del monto de afecto?, no va a ser igual en todas las neuropsicosis de defensa. En la histeria de conversión será vía inervación somática, o sea que el monto de afecto se “muda” a una parte del cuerpo. En el caso de la

neurosis obsesiva el monto de afecto, por un enlace falso, va a trasladarse a una representación sustitutiva la cual se va a imponer. Si hablamos de la psicosis alucinatoria el yo desestima la representación inconciliable y su afecto, comportándose como si la representación nunca hubiese llegado a él (similar a la paranoia). La escisión de la conciencia es consecuencia de un acto voluntario del enfermo, no porque se lo proponga, sino más bien porque sus intenciones son otras que al no poder cumplirlas se genera la escisión. Ahora, el estallido de la histeria o de una neurosis obsesiva se debe a un conflicto psíquico. El “yo defensor” trata como no acontecida la representación y la defensa separa o divorcia al monto de afecto de la representación. Es decir el producto de la defensa es el síntoma que funciona como sustituto de la representación sexual reprimida. En el caso de la histeria por ejemplo, el método catártico que Freud utilizaba consistía en volver a guiar la excitación de lo corporal a lo psíquico, para reequilibrar la contradicción mediante un trabajo de pensamiento y descargar la excitación. Por lo tanto, el factor característico de la histeria no es la escisión de conciencia, ni una predisposición hereditaria, si no la aptitud para la conversión. Por último, hay dos tipos de defensa: la defensa inocua o normal, en la cual las representaciones que causaron displacer, son incapaces de generar displacer en la actualidad, causa displacer en el momento por lo tanto no opera la represión tal cual. Otro tipo de defensa es la nociva o patológica; la cual se genera cuando se dirige en contra de las representaciones inconciliables con el yo que pueden desprender displacer nuevo sin recuerdos. Dado que el objetivo de esta consigna es indagar a cerca de la diferencia entre la angustia con el resto de las manifestaciones psíquicas, al ya haber explicado las mismas pasaré a caracterizar a las neurosis actuales para poder establecer una distinción. Freud establecerá el primer ordenamiento nosográfico y va a ubicar a la angustia en los inicios de su obra. Las neurosis actuales, como su nombre lo indica se va a ubicar en el orden de la actualidad o sea su origen se basará en circunstancias actuales, no así de la historia. Por lo tanto no serán historizables, porque no hay un relato del paciente o de la persona por detrás. Tampoco, por la misma razón serán analizables. En esta neurosis no hay mecanismo psíquico, no actúa la defensa y no están en juego las representaciones de las cuales se divorcia el monto de afecto. Las neurosis actuales van a estar formadas por la neurosis de angustia y la neurastenia. ¿Qué tendrán en común estas dos? En ambos cuadros vamos a hablar de energía sexual somática, física. La génesis estará ligada a la sexualidad en el orden de lo físico, no a lo psíquico como en las neuropsicosis de defensa. Y, ¿En que se van a diferenciar estos cuadros? Bueno simplemente en la neurastenia habrá un empobrecimiento de la energía sexual somática, y en la neurosis de angustia habrá una acumulación de esta energía. Freud en su obra, “Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en calidad de ” (1895) y “Manuscrito E ¿Cómo se genera la angustia?”, va a analizar varios cuadros sobre angustia, como por ejemplo “angustia en personas virginales”, estos

tendrán un denominador común que será la abstinencia, o sea la falta de descarga, la cual llevará a una acumulación. Freud en este momento pensará que hay una descarga adecuada o sea una práctica adecuada las cuales deben llegar a una culminación para que no se produzca una acumulación de tensión sexual. La tensión sexual física crece y alcanza cierto umbral, al no ligarse esta tensión psíquicamente con representaciones esta energía sexual se muda en angustia. Es importante aclarar que la angustia no proviene de una representación reprimida por lo tanto esto determina que no sean historizables. En conclusión, la respuesta de Freud ante el planteo de los pacientes, no era invitarlos a que asocien libremente y a comenzar un trabajo analítico, sino en todo caso sugería modificar la práctica sexual. Las neurosis actuales no son tratables mediante psicoterapias, ni por el psicoanálisis; se trata en este momento de modificar prácticas que no se adecuen a una descarga adecuada; o que los pacientes detengan una práctica inadecuada. Bibliografía: 

Freud, S. (1893) “Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.



Freud, S. (1893–1895) “Sobre la psicoterapia de la histeria”.En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.



Freud, S. (1893–1895) “Estudios sobre la histeria: Elizabeth von R”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.



Freud, S. (1896) “Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.



Freud, S. (1950) “Manuscrito E”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.



Freud, S. (1895) “Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en calidad de ‘neurosis de angustia”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.