Para Verdaderamente Mejorar en Ajedrez

Consejos para mejorar nivel de AjedrezDescripción completa

Views 70 Downloads 1 File size 309KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Para verdaderamente mejorar en ajedrez

Todo ajedrecista en activo, que juegue torneos, quiere jugar mejor. Muchas veces enfrenta el problema sin ningunas bases, buscando estudiar lo que la intuición propia le dicta, pero en realidad sus esfuerzos tienen pocos resultados. Eso pasa porque es equivalente a querer salir de casa y no saber a dónde ir. ¿Qué camino tomar? Primero de todo es saber hacia dónde quiero dirigirme... sino ¿cómo? Pues bien, mejorar en ajedrez no es tan difícil en términos de lo que hay que hacer, pero sí en lo que se refiere al tiempo a ocuparse en esa tarea. Alguien le preguntaba a Kasparov cómo podía mejorar si tenía poco tiempo para estudiar. La respuesta fue contundente: "no se puede mejorar si no se tiene tiempo para trabajar en su ajedrez". Lo que se necesita son dos cosas: 

Un plan sobre qué estudiar



Tiempo y disciplina para seguirlo Es común querer abarcar aperturas, medio juego, finales, partidas importantes, partidas de los grandes maetsros, táctica, estrategia, etc. Hay que limitarse. Por ejemplo, hacerse de un repertorio de aperturas básico. Qué jugar contra e4 y d4, para empezar. Un repertorio se hace eligiendo la apertura o defensa que se desea estudiar y entonces, ir a las bases de partidas y elegir las mejores (de acuerdo al rating, por ejemplo). Recolectarlas y estudiarlas una por una. Mejor es aún ver partidas comentadas con las aperturas de nuestro interés. Las monografías de Chessbase ayudan mucho pues ya ellos se han encargado de elegir las variantes principales y

comentar las partidas ilustrativas de estos inicios de partidas. Si se trata de estudiar el medio juego, hay que hacer ejercicios de táctica. Hay decenas de libros (quizás cientos), con ejercicios de táctica. Hay N sitios web, como Ideachess (http://www.ideachess.com/), que contiene ya 100,000 ejercicios y además, se califican por rating. Si se quiere progresar, hay que usar tiempo de entrenamiento en la visión táctica, porque ahí se reflejan las maniobras típicas en ajedrez, más allá de las aperturas. En finales, hay que aprender los finales básicos. Los de torres y los de peones. Vea la literatura -que es vasta- y elija uno o dos libros de finales. Sígalos metódicamente, aunque en ocasiones parezca sumamente aburrido. Decida leer los libros "Mis Grandes Predecesores", de Garry Kasparov. Empiece por el tomo 1 y siga la línea de tiempo histórica. Revise cada partida con atención. Trate de seguir las variantes. No se trata de acabarlos en tiempo récord. No. Se trata de aprender de las partidas más importantes que Kasparov ya analizó para nosotros. Ahora que platiqué con Judit Polgar, me di cuenta que no hay un método que los grandes jugadores siguen para mejorar y que nos es ajeno a la mayoría de los ajedrecistas. Ellos estudian como nosotros, con una sola diferencia: ellos estudian todo el día o muchas horas por día. Así, si quiere ser mejor en ajedrez, debe trabajar muchas horas por día. En mi opinión, unas tres a cuatro horas por día, en un año, lo harán un muy fuerte jugador en primera fuerza. Habrá días que no queira estudiar. Suele pasar. Si estudia un par de horas diarias y en una semana no puede estudiar más de dos días, no busque el fin de semana estudiar 6 u 8 horas para compensar, eso no sirve. Hay que ir metódicamente, con disciplina. Hay que construir su edificio de conocimiento ajedrecístico. Desde luego que debe además buscar jugar en torneos. Pero como verá, todo esto lleva mucho, pero mucho tiempo. Los grandes jugadores, además de tener un talento fuera de serie, están muchas horas frente al tablero de ajedrez. No hay secretos ni fórmulas mágicas. Sólo estudio, trabajo constante y motivación para progresar.

Jugando con un gran maestro en casa

Para el jugador que quiera progresar, la fórmula parece simple: mucho estudio, ambición de ganar, motivación de jugar, tiempo para trabajar en el juego, participar en torneos con frecuencia, etcétera. Esto requiere en cierta medida planeación. Está bien si uno ve ajedrez, partidas comentadas, análisis profundos, estudios especializados, temas del medio juego, táctica, finales, aperturas, entre tanto que hay que estudiar. Sin embargo, para sacar mayor provecho del tiempo disponible es necesario sistematizar el estudio, hacer -lo que dicen los que saben- un estudio deliberado. El estudio deliberado busca llegar a una meta específica. Por ejemplo, quien va a un gimnasio y decide que quiere hacer "bíceps". Si no sabe, buscará a un entrenador que le indiqué qué aparatos debe usar para lograr su cometido. Esto es parte de mantener la salud, sin duda, pero el deportista busca incrementar la masa corporal específica de los bíceps y es un trabajo que se hace deliberadamente para ello. Sí, está bien ejercitarse, hacer "elíptica", correr en la caminadora, etcétera, pero si se desea mejorar en un aspecto en particular, hay que hacer este trabajo específico. De esta manera hay que enfocar el estudio del ajedrez. Trabajar por ejemplo, en aprender las aperturas que uno quiere jugar. Hay que ver muchas partidas con las líneas que queremos entender y practicarlas cuando se pueda. Cuando uno ve y juega las variantes de una apertura/defensa en particular, empieza a entender las filigranas de esas posiciones. Probablemente uno encuentre maniobras típicas que bien nos harán comprender mejor ciertos esquemas, ciertas posiciones en particular. Pero este trabajo lleva tiempo y además, esperar a ir a un torneo para ponerlo en práctica. En realidad eso no sería necesario si tuviésemos a un gran maestro con quien jugar y que le dijéramos la apertura a elegir (o la posición en particular desde la cual partir), el tiempo de reflexión con el que quiero jugar y a la hora en la que quiero

hacer esta actividad. Tener un gran maestro así sería fenomenal. Lo mejor del asunto es que lo tenemos: se llama computadora. Los programas de computadora de ajedrez son muy fuertes y los hay en todos los posibles niveles. Tenemos a Houdini oStockFish, que juegan tan bien como los programas comerciales (como Rybka, por ejemplo). Casi cualquier computadora puede alojarlos y correrlos sin dificultades. La mayoría usa una interfaz amable y además, se le puede graduar el nivel con el que queramos jugar. Vamos, hasta los hay -en algunos casos- en versiones para los teléfonos inteligentes. StockFish puede conseguirse para iOS o Android (llamado DroidFish). Una ventaja de jugar contra la versión del teléfono es que tiene velocidad y recursos limitados, y por ende, podría dar más oportunidad al ajedrecista de luchar contra el software, aunque aún así, el nivel de estos ingenios es muy alto.Un programa como DroidFish en el teléfono móvil puede jugar como un gran maestro de más de 2600 puntos Elo. Así que no se puede confiar uno. Pero qué mejor entonces que poner en práctica nuestras ideas en algunas variantes de apertura jugándolas contra estos programas. El software jamás se cansa, siempre está dispuesto a la batalla y además, nunca la rehuye. Por ello, creo que teniendo estos "grandes maestros en casa" y no sacar provecho de esta posibilidad, es un desperdicio. Lo importante es que este trabajo de jugar contra la computadora, en la versión que sea, permite al jugador entrenarse. Ya sea para aprender aperturas, practicar finales o bien, simplemente enfrentar a la máquina, todo esto tiene sus beneficios. Por ejemplo, considere jugar una partida "de torneo", con tiempos como 1:30 hrs con incremento de 30 segundos por jugada, contra la computadora, en el programa que quiera usar, advirtiendo que será una partida sin ayuda, sin regresar jugadas, como si fuese en una competencia real. Igualmente, será mejor experiencia poner el tablero y el reloj y anotar la partida, es decir, simular pues las condiciones del torneo y bueno, aplicarse a tratar de jugar la mejor partida posible. Cabe decir que el resultado es lo de menos. Lo que interesa es poder trabajar en el desarrollo del propio ajedrez. Véalo como un entrenamiento intenso en donde uno puede fracasar muchas veces sin que se contabilice el resultado en la tabla del torneo. Michael Jordan, el basquetbolista, lo ha puesto así: He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mi para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fallado una y otra, y otra vez en mi vida. Pero nunca me he dado por vencido. Y es por eso que he tenido éxito en la vida. Así pues, ¿por qué no intentarlo? Hágase un plan de jugar -para empezar- a una hora un par de partidas por semana. O una partida de 2 horas por jugador a la semana. Anótelas y después analícelas. Seguro que su ajedrez mejorará. No sacar provecho de un auxiliar como el que otorgan los programas de computadora actuales es francamente ridículo. No tenga miedo de perder porque además, nadie tiene porqué enterarse. Trabaje duro en este sentido y verá que cuando llegue a los torneos con

seres humanos hallará que se siente cómodo y que notará -con el tiempo y trabajo constante- la ayuda que pueden darle hasta los programas de ajedrez más modestos en este mercado. Jugar bien al ajedrez es difícil, pero un trabajo deliberado, sistemático, intenso, puede ser de gran ayuda. En posteriores artículos pondré algunos ejemplos de esto.

Para progresar verdaderamente en ajedrez

En todos estos años de ajedrez he llegado a algunas conclusiones que me dejan en claro algunas de las cosas que sin duda hay que hacer para mejorar en ajedrez. Una de ellas es ejercitarse en la táctica contínuamente. Hacer estos ejercicios de "juegan blancas y ganan", "juegan negras y empatan", etcétera. La razón es que en el entrenamiento cotidiano, el cerebro empieza a guardar la información de todos esos ejercicios que uno debe ir realizando y a la larga, quién sabe con qué mecanismo interno del cerebro, de pronto se convierten en parte de nuestro conocimiento, de nuestro acervo de posiciones ganadoras en ajedrez. Hoy en día existen cientos de libros dedicados al tema de la táctica en ajedrez. Muchos autores los clasifican por diferentes temas: la clavada, el doble ataque, combinaciones para conseguir el empate, el jaque doble, el rey ahogado, etcétera. Al final de muchos de estos libros el o los autores ponen una especie de examen al alumno, en donde las posiciones no están clasificadas, con la intención de tratar de poner al ajedrecista en

las condiciones más parecidas a la partida de torneo. Quien hace estos ejercicios notará que, con el tiempo, su nivel de ajedrez sube. De pronto verá combinaciones que meses atrás le eran francamente imposibles de encontrar. La mejora sólo podrá llegar si el ajedrecista que busca mejorar trabaja cotidianamente en los ejercicios de táctica. No espere, sin embargo, que haya un cambio radical de ajedrez trabajando en este tema un par de meses nada más. Pero ¿por qué esto funciona? Mi teoría es simple: Imaginen que alguno de ustedes conoce a mucha gente y de pronto se presenta alguien. A usted le parece conocido. Sí, se parece a su amigo Pedro. Entonces le pregunta a quien se ha presentado su nombre y apellido. Ajá, se apellida igual que su amigo Pedro. Entonces le hace la pregunta obligada: "¿no tienes un hermano llamado Pedro?". Lo mismo pasa con las posiciones en ajedrez. Cada tema táctico, cada posición que uno analice y se ejercite, significa conocer a un amigo más, del cual ha tomado nota de sus características más importantes, así como nota las características que tienen sus diferentes amigos. Cuando en una partida de torneo llegue a una posición donde ciertas características le son familiares, probablemente pueda hallar una combinación oculta en el tablero y por ende, hacerse de un punto simplemente recordando cómo se ejecuta la combinación ganadora. Evidentemente no todas las posiciones que estudie serán exactamente las mismas que encontrará cuando juegue en alguna competencia, pero si se da el caso en el que se encuentren los mismos elementos en su partida que hacen posible una combinación, es muy probable que usted encuentre las jugadas que le pueden dar el triunfo. Habrá que ver si algún detalle hace, por ejemplo, una combinación conocida irrealizable. Vamos, que en su partida tendrá un escenario como el que le planteaba sobre el hermano de Pedro, el cual se nos hace parecido en términos de cómo se ve o se comporta. Una pregunta que surge es: ¿cómo le hace el cerebro para que -eventualmente- el estudio de tantas posiciones tácticas termine por clasificarlas y pueda usarlas? No lo sé. Internamente el mecanismo que use el cerebro puede ser muy misterioso, pero el hecho es que hace la tarea de alguna manera, lo cual es consecuencia de este estudio deliberado y contínuo por mejorar en la táctica ajedrecística.

He aquí una lista de libros de ajedrez de táctica. Algunos pueden conseguirse incluso en formato PDF de forma gratuita. Un interesante sitio con colección de libros es elajedrez.org, que vale la pena echarle un vistazo: 1. 1001 Combinaciones y Sacrificios Brillantes; Fred Reinfeld; Ed. Bruguera 2. 5334 Problems, Combinations, and Games: Laszlo Polgar, Bruce Pandolfini

3. Chess Tactics for Advanced Players, Yuri Averbach. 4. Winning Chess Tactics, Yaser Seirawan; Microsoft Press 5. Combination Challenge, Hall y Hays (similar al de Reinfeld. Probablemente el 85% de los ejercicios hayan sido sacados del de Reinfeld) 6. Understanding Chess Tactics, Martin Weteschnik 7. The Ultimate Chess Puzzle Book, John Emms 8. Forcing Chess Moves: The Key to Better Calculation , Charles Hertan entre muchos otros...

Así pues, si quiere mejorar en este sentido tiene que disciplinarse y estudiar al menos unos diez ejercicios de táctica. Si hace esto diariamente (de 10 a 20 ejercicios por día al menos), notará cómo mejora su nivel ajedrecístico. No le apuesto nada por ello. Sé que esto pasa siempre.

La táctica, indispensable en el ajedrez

Quienes no tienen mucho contacto con el ajedrez muchas veces no entienden las dificultades que el juego tiene. Creen que si tuvieran un poco de tiempo podrían jugar un buen ajedrez y porqué no, competir en eventos internacionales. Desafortunadamente cuando se embarcan en el estudio del juego ciencia se dan cuenta que su percepción era simplista y al final de cuentas, totalmente absurda. El ajedrez es tan, pero tan difícil, que se necesitan muchos años, una vida quizás, para llegar más o menos a dominarlo. Por ello, estos jugadores novatos muchas veces se decepcionan. Y la razón es que –por una parte– no tienen idea de qué o cómo estudiar. El ajedrez es tan vasto que a veces es difícil saber por donde comenzar. No obstante esto, con trabajo metódico se puede llegar a jugar bien. No será campeón mundial en un par de años, sin duda, pero es evidente que si se estudia el amplísimo y rico legado de la historia ajedrecística universal, podremos entender el juego ciencia y fascinarnos por su complejidad inimaginable. Una primera manera de empezar es por los libros de táctica, aquellos que contienen cientos, a veces miles, de diagramas con posiciones al mejor estilo: “juegan as blancas y ganan”, “juegan las negras y empatan”, etcétera. En esas posiciones, casi siempre sacadas de partidas de torneo, el lector debe hallar la manera en como uno u otro bando resolvió la posición a su favor. Quizás el ejercicio a veces trate de encontrar un angustioso empate a través de un recurso muy escondido. La idea es pues, que el estudiante de ajedrez vaya haciendo un acervo mental de las posiciones donde se encuentran los elementos que dan vida a las jugadas brillantes, a las combinaciones que terminan en un resultado victorioso. Cabe decir que el cerebro es un ente por demás particular: si se le entrena, éste responde. Aunque el juego ciencia es muy complejo, las combinaciones, los motivos tácticos pueden hallarse en muchísimas posiciones. Estos motivos incluso ya se han clasificado y muchos libros de ajedrez tiene posiciones de táctica categorizadas por temas, para así hacer incluso más fácil el aprendizaje. Por ello mismo, es importante que los ajedrecistas bisoños hagan muchos ejercicios tácticos, para alimentar con patrones de táctica determinados, una y otra vez, al cerebro. A la larga, cuando uno encuentre en las partidas propias una combinación, la verá como producto de haber ejercitado su cerebro con miles de posiciones y esto redituará en que hallará cómo ganar y hacerse de una victoria en el torneo que esté jugando. Desde luego que esto no es lo único que debe hacerse. Hay que trabajar muy seriamente en finales, aperturas, análisis de las posiciones, los nervios, el ejercicio, etcétera. Todo ello más una actitud motivante para jugar al ajedrez lo pueden hacer de usted un buen jugador. Es importante aclarar que esto no es una labor de una tarde, o de una semana, o de un año. Puede llevarle muchos años llegar a jugar “decentemente”. Como ejemplo, a

mí me llevó unos 25 años convertirme en Maestro de la Federación Internacional de Ajedrez. Éste es el primer peldaño en el arduo camino a la gran maestría y por qué no, al campeonato mundial. A este último escalón llegan muy pocos, pero eso no significa que haya que decepcionarse. El ajedrez puede disfrutarse y mucho, sobre todo cuando se entiende, cuando se sabe qué está pasando en el tablero. Mientras más estudie, créame, mayor será el gozo.

EL ENTRENAMIENTO Y EL PLAN EN AJEDREZ. El éxito en prácticamente cualquier actividad se debe casi en su totalidad a dos factores: El Entrenamiento y El Plan. El Entrenamiento abarca la predisposición sicológica, la preparación física y moral, y sobre todo el hábito, o mejor dicho, un conjunto de buenos hábitos que distinguen al que hace las cosas por pasar el tiempo del que las hace para disfrutarlas al máximo de sus posibilidades. Cualquier partida de ajedrez, y muchas actividades intelectuales pueden dividirse en las siguientes partes o fases: 1. EL PLAN Es imprescindible elaborar un Plan ANTES de empezar. ¿Qué queremos hacer? ¿Qué punto del adversario vamos a atacar? ¿Queremos ganar o hacer tablas? ¿Jugaremos "a por todas" o "pasito a paso"? ¿Cómo vamos a intentar alcanzar nuestro objetivo? ¿En qué piezas basaremos nuestro Juego? ¿Qué Plan de Reserva tenemos en caso de que falle el Plan Original? Hay muchos Jugadores que piensan todo esto en casa, antes de la partida, otros lo meditan antes de hacer la primera jugada, ya sentados ante el tablero. 2. LA PREDISPOSICIÓN SICOLÓGICA Sin embargo, cuando ya se lleva un cierto tiempo "jugando" el carácter se forma y se define, y el plan suele ser siempre el mismo, o uno escogido de un repertorio que ya tenemos preparado de antemano. En estos casos, el siguiente factor que hay que tener en cuenta es el sicológico ¿De qué ánimo estamos? ¿Qué ganas tenemos de luchar? ¿Qué creemos que va a suceder? Muchas veces el simple hecho de darse cuenta de todo esto nos hace reaccionar y cambiar de actitud. Hay que aprender a dominarse, y darse cuenta de cuáles son las propias emociones y creencias es uno de los métodos más eficaces para conseguirlo. No hay que dejarse influir por estos factores: Puede que a base de moral y tenacidad no se consiga ganar, pero hay una cosa clara: Nadie ha ganado nunca una partida abandonando.

Y no me refiero a abandonarla cuando hemos perdido la Dama, sino a abandonarla sicológicamente antes de mover el primer Peón. 3. EL DESARROLLO Prefiero llamar "Desarrollo" a la primera fase de la partida y no "Apertura" porque a nuestro nivel no podemos hablar de Apertura Teórica conocida de memoria, sino de "Desarrollo del Plan". Si estas primeras Jugadas no están acordes con el Plan que habíamos elaborado o no siguen las reglas del Desarrollo, puede decirse que estamos Jugando mal, ganemos o perdamos. 4. LA ESTRATEGIA Cuando ya hemos desarrollado nuestras piezas, es decir, cuando cada pieza tiene una posición activa y acorde con el plan, y si el otro no ha cometido ningún error Entramos en una fase en la que todavía, al estar casi todas las piezas en el tablero, no es posible, por regla general, hacer ataques fuertes contra el contrario. En estas posiciones se guía uno por principios generales de tipo estratégico, tales como dominar el centro, avanzar cadenas de peones, debilitar casillas del contrario, sobrecargar al otro, aumentar el espacio disponible para nuestras piezas, o simplemente, llevar nuestras piezas a dónde más nos interese. 5. LA TÁCTICA La Táctica es el cálculo de posiciones y combinaciones concretas que nos procuran ventaja. "Si yo muevo aquí y él mueve esto, entonces yo..." No se debe atacar tácticamente (y no se puede hacer con éxito) si no hay ventajas estratégicas que nos respalden. Maniobras tácticas son el ataque doble, la descubierta, la clavada, el ataque a la pieza defensora. 6. LA TÉCNICA Una vez se ha conseguido una ventaja ¿Qué hacemos con ella? El conseguir que una ventaja determinada se convierta en victoria es lo que se denomina "técnica. Son Técnicas el mate de Dama y Rey contra rey, el Mate de Torre y Rey contra rey.