Origenes de La Ideologia Fascista

DesarrolloEcon6mico,vol. 40, N2 157 (abril-juniode 2000) CRITICA DE LIBROS ORIGENES DE LA IDEOLOGIA FASCISTA TORCUATO

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DesarrolloEcon6mico,vol. 40, N2 157 (abril-juniode 2000)

CRITICA DE LIBROS

ORIGENES DE LA IDEOLOGIA FASCISTA TORCUATO

S. DI TELLA*

Comentarioal librode ZEEVSTERNHELL, MARIO SZNAJDER ASHERI: Elnacimientode y MAIA la ideologfafascista,Madrid,SigloXXI,1994. [Naissancede l'ideologiefasciste, Paris, Fayard,1989.] En este volumenZeev Sternhellcontin0a hadegeneradoen fascismo;salvoque se consus trabajossobrela "derecharevolucionaria"sidere fascismo el nacionalismode muchos y el fascismo,iniciadoscon dos impactantes palses del MedioOriente,ancladoen un suvolumenessobre el fen6menoen Francia1. Se puesto"socialismo arabe"de raigambre nassedocumentaen ellos de maneraexhaustivala rista.Perohayquetenercuidadoconel terrorismezclade corrientesde izquierday de dere- moterminol6gico, tambi6n pues de lo contrario "fascismo" alr6gimenstalinista. cha, con elementostornadosdesde el sindica- se puedeIlamar lismorevolucionario hastael nacionalismo, que Estoultimoes lo que hizo,un poco con la formaronla ideologlafascista.Que esto haya ideade 6patera los bienpensantesde izquiersidoasl es en generalbastanteconocido2,pero da, SeymourM. Upseten el capltuloV de su verlotodojuntono puedemenosqueimpresio- muyconocidoElhombre polftico.Poralgoen su nar.Ahora,en esta obra,recientemente tradu- titulo("?Fascism.:Left,Rightand Center")se alareaitaliana, ponfalapalabraentrecomillas,y el autorcaraccida,se pasamasdirectamente sin dejarde cubrirlatematicafrancesa,sobre terizabaalmismonazismocomounmovimientodoel pensamientode GeorgesSorel. to de centro,no de derecha(debidoal tipode Dadalacaracterlstica tanclaramente dere- apoyoespecialmentede clase mediade que chistadelfascismo,a lolargode practicamente gozaba,a ciertasactitudesanti-establishment). todasu gesti6nde gobierno,hayque hacerun Siguiendocon esa metodologlaprovocadora, esfuerzode ubicaci6nhistoricaparaaceptar Ilamaba "fascismo de izquierda" tantoalstalinisque todavlaen 1919,a tresanos de la Marcha mo comoal peronismo,lo que no quieredecir sobre Roma,ese movimiento se velaa sf mis- que pensaraque eranlamismacosa,porcierto. mo, y era visto por gran partede la opini6n Dejandode lado, entonces, el titulode publica, como un fen6meno de izquierda, Lipset,hoydiaestAclaroque no es Otilusarel criticode la moderaci6n social conceptode fascismoparaclasificaral r6giantiimperialista, temassodem6crata,y mezclandolibremente cialistascon otrosnacionalistas. Muchosmili* Universidadde Buenos Aires. [ I: Fundaci6n tantes,incluyendoa grancantidadque luego Sim6nRodrfguez/ Castex3217/ 1425BuenosAires/ IV se negarona entraren la variantefascista, (54 11)4807-0125.] 1 Zeev STERNHELL: en esa 6poca un "socialismo nacioLa droite r6volutionnaire: les proponlan nal",conceptoque a0n no estabaviciadopor originesfrangaisesdu fascisme, 1885-1914,Paris,Seuil, 1978;y del mismoautor,Nidroite,nigauche: I'ideologie su posteriorhom6nimo hitleriano. fasciste en France,edici6n revisaday aumentada,BruEstamezclaideologicaha sido cosa bien selas, EditionsComplexe,1987 (14ed. 1983). 2 RenzoDEFELICE: comunen d6cadasmas recientesen el Tercer Mussoliniil rivoluzionario, Turin, Mundoy en AmericaLatina,peroen generalno Einaudi,1965.

144 men sovietico, aunque si se les puede aplicara ambos el detotalitarismo,a un nivelmas altode generalidad. En cuanto al peronismo,el odium teologicum dominante entre nuestros intelectuales -sin excluir, sino todo lo contrario,a quienes pasaron por una breve pero intensa etapa de infatuaci6ncon e1- predispone a muchos a darleese carActer.Peroya GinoGermani fue uno de los primeros, desde la izquierda liberalacademica, en decir que se tratabade algo distinto3.Qu6 es, es un tema que trasciende el objetivo de estas paginas, pero no es descabellado englobarlo en el concepto de populismo, que en general se le da, y que le cuadra mejorque el mas historicamenteacotado de fascismo. Claroesta que hay muy diversas formas de populismo, como las hay de socialismo. Pero volvamos ahora al regimen mussoliniano.Con respecto a 1e,no hay duda de que el termino"fascismo"se le aplica. ,Perodesde cuando fue Mussolinifascista, en el sentido en que esa palabraha pasado a la historia?,Y en que medida algunos de sus compaleros de tarea, dedicados a la renovaci6nde las ideas de la Izquierdaen sentido nacionaly antiimperialista,antiliberal-burgues,pueden ser etiquetados de fascistas? Porque los que estuvieron en los primerosmomentos del fascismo, o en la elaboraci6nde las ideas que lo alimentaron-y que luego fueron ampliamentetergiversadas por el Duce en el poder- no podian predecirlo que ocurrirladespues, y mucho menos en su version alemana. Sternhelly sus colaboradoresenfatizanlos elementos de la tradicionsocialista incorporados al fascismo. El hecho es que el principal revolucionarioque virti6sus ideas en el fascismo fue nada menos que el mismo Mussolini,un fecundo escritorcon una muy largatrayectoria en la prensa polemica de la izquierdaitaliana, con estrechas vinculacionescon el mundointelectual frances, sobre todo a traves de la variantesoreliana del SindicalismoRevolucionario.Su izquierdismono puede de modo alguno ser considerado superficialo pour la gallerie, desde sus arios inicialesa comienzos del siglo, hasta aproximadamenteel final de la Primera GuerraMundial.Ciertoes que luego fue robusteciendo su dimension oportunista,y cambio

CRITICA DELIBROS de perspectiva ideolOgica,asl como la mayor parte de los camaradas que lo siguieron en el fascio. Algunos reverdecerlanluego sus laureles en la RepOblicade SalO,pero Bste es ya un fenOmenodistinto,uno de esos extranosmonstruos que aparecen en el fin de una guerra. Inclusoel antisemitismobastante difundidoen filas fascistas tiene nada despreciables raices izquierdistas, y a 61 no fueron ajenos ni un Proudhonni un Sorel (p. 124). Elfascismo, basicamente, fue un engendro de la crisis de crecimientode la social democraciaeuropea. Elcorpus te6rico de esa socialdemocracia, basicamente una reelaboraci6n reformistay pragmatica del marxismo,estaba progresando en varios palses del viejo continente, mezclando una practica que no podla menos que estar Ilena de concesiones a los factores de poder, con una elaboraci6nte6rica que acompanaba y justificaba esa practica. Pero era dificil compatibilizarestos avances con el estado de Animode las masas, que necesitaba mAstiempo-y mas resultados concretos- paradeponer los sentimientosde indignaci6n que las injusticiassociales les producian. Y no eran s6lo las masas las que tenlan ese estado de animo:tanto o mas importante era lo que ocurrla en niveles medios de la estratificacibn,entre intelectuales,estudiantes, y otros grupos medios que necesitaban algo mas de acero en sus almas para poder enfrentar el escandalo del regimen capitalista, sin esperar a los seculares procesos de cambio que los intelectuales reformistas avizoraban desde sus estudios. Laperspectivasocialdem6crataera correcta en el largo plazo, pero no estuvo sensibilizada hacia la necesidad de canalizar los sentimientos"irracionales" que se podlanfacilmente apoderar del animo popular,y sobre todo del de ciertos sectores medios lanzados contra el ordenconstituido.Estas potenciales elites estaban muynecesitadas de crearotroorden, revolucionarioo no, en que ademas fueran ellas quienes ocuparan una posici6n de privilegio; todo, claro esta, de manera no demasiado explicita. 3 Gino GERMANI: Integraci6n politica de las masas y el totalitarismo,Buenos Aires, Colegio Libre de Estudios Superiores, 1956.

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Uno de los principalesplanteoste6ricos que los capitalistasdesarrollaran la economla, dominio de los alimentaron la teorizaciOn obreros,o Sternhell, pero polftico que,segOn bajo fascista,fue el de GeorgesSorel,con sus Re- mejordichodel partidoque se decla su repreflexionessobre la violencia(1906).Publicada sentante.Enunenfoquediametralmente opuesto con poca diferenciacon el &Qu6hacer?de alleninista, Sorelpensabaque lamejormanera Lenin(1902),tienepuntosde convergencia con de hacercreceral capitalismo eradejarque se ese planteoantirreformista. PeroLenincreyoen desataranlas fuerzasdel mercado,en lo que sinpreocuparlainmediatez de larevoluciOn social,y desarro- hoyIlamariamos neoliberalismo, 1 lateorlay lapracticadelpartidorevoluciona- se porla existenciade redes de contenciOn ni Social,nitampoconecesario,formadopor una elitemuydedicada.Ese Estadode Bienestar partidopodia participaren el sistema de la riamentedemocraciaparlamentaria, que son democraciaburguesa,pero ciertamenteque las peoresadormideras de las clases populas6lo para subvertirla. Sorel iba mas alla que res.Elresultadodelcrecimiento capitalista"salLeninen lacondenadelsistema"partidocratico",vaje"serialapolarizaci6n social,y su inevitable revolu- secuela,la revoluciOn. Larevolucion, y notenlaconfianzaen las posibilidades bajoesas cionariasde algo que se definieray se organi- condicionesde superdesarrollo, implicariala zaracomopartido4. Temlalastendenciashacia abolici6ndel Estado,y porlo tantotambi6nla el aburguesamiento si el supresiondel rolde los intelectualesy demas y la burocratizacion, o biende la parasitosdel ordenactual. partidotomabala via reformista, formaci6n de unanuevaclasedominante, en un Detodosmodos,en las Reflexiones y otras contextorevolucionario Poreso pre- obras de Sorelno esta muy claro hasta qu6 prematuro. en los puntol6 crefarealmenteque una revoluciOn, feriacentrarla luchadel proletariado mismossindicatos,que porsu naturaleza esta- desencadenadapor la huelga general,seria rianmaspermanentemente ligadosa losintere- posible,aunquefueraen unfuturo.Poralgo se ses de laclase obrera.Esto,a pesarde queya referiaal mito.Estrictamente hablando,unmito eranbastanteevidenteslas tendenciasmode- es unacosa en que se cree,y que es capaz de radasde las dirigenciasgremiales,tantoo mas estimular las pasiones,aunqueellanosea cierque las de los partidospoliticos.Ladiferencia, ta. QuizasSorelpensaba que las masas poa su juicio,estribabaen que los sindicatosa la drian,entonces,creeren therightthingforthe larga no podlanmenos que reflejarmas de wrongreason.No hayque perderde vistaque cerca la mentalidady los interesesde sus 61comenzocomoautorde ensayos hist6ricos bases. Coneste bagajementallossectoresdel sobrelaAntiguedad. obras Unade sus primeras socialismoitalianoinfluidosporSorelse sepa- fue Laruinadel mundoantiguo,en la que por rarondelPartido Socialista(enesa 6pocadomi- supuestoresaltael roldel cristianismocomo nadoporsu corriente mitodestructor delsistemade dominaci6n exismoderada)en 1908. Sorel,comocasi todosloste6ricosmarxis- tente,y ya anteshabiaescritountrabajosobre tas de su tiempo,incluidoLenin,consideraba Elproceso de S6crates (1889). necesarioque el capitalismose desarrollara a A estas consideraciones se uni6 en el misfondoantesde queunarevolucion expropiatoria mo Sorel, y en sus compa6rerosy seguidores, tuviera6xito.Mientras nose dieraeste proceso, una fuerte influenciade las ideas "modernas" habiaque encastillarse en los sindicatos,hasta literarias de Giovanni Papinio Filippo y artisticas el momentoen que,segOnlosclasicosplanteos Marinetti, o las de Nietszche,o los analisis de KarlMarx,se combinaraun altisimodesa- sociol6gicosde RobertMichelsy Vilfredo Pareto. rrollo conunapoblaci6n tecnologicoe industrial 4 A pesar de esto, cuando Lenintriunf6en Rusia, educaday experimentada, impactadaporuna Sorel se declar6 solidario,aunque manteniendosus crisisfinalque al proletarizar a las masas las puntos de vista independientes. Muri6en 1922, sin Ilevaraa unarevoluci6n exitosa.Lenindiferiaen poderverlas consecuencias del nuevo r6gimensovietilas del fascista, con el cual no se cuantoal momentode la insurreccion, pues co, ni muchomenos aunquesi apreci6la laborde Mussolinien su crelaqueeraposibleen unpafsatrasadocomo solidarizo, de dirigentede una fusi6nentre socialismorevoRusiaorganizaruna revoluciony luego dejar etapa lucionarioy nacionalismo.

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146 Todo, mezclado con un buen componente de antisemitismo(p. 186), porquelos judloseranel paradigmadel pensamientocalculadory egolsta del capitalismo,como ya lo hablaseflalado Karl Marxen La cuesti6n judfa. Michels, critico de izquierdade la social democracia,autodefinido en el campo del sindicalismo revolucionario, termin6 apoyando al fascismo durantey despubs de su acceso al poder. Pareto, de posici6n mas conservadora,tambiencondenaba a la democracia burguesa por desconocer el rol de las elites, y salud6 el advenimientodel fascismo como serial del derrumbe del regimen liberal corrompido. El buen poeta y pesimo idedlogo GabrieleD'Annunzio,una especie de Lugones italianomas lanzado a la politicade acci6n, con su predica irredentistay su aventura sobre Fiume, contribuiaa dar mas brilloa este conjuntoporcierto"irracional", si es que la palabra puede usarse. Ante el materialismo utilitariode la burguesla y de un reformismo obreroque contaba los centavos, se valorabaa la aristocracia,al altruismo,al sacrificioy por lo tanto a la misma guerracomo traumaliberador. No era casualidad que hacia la misma6poca se difundlael psicoanalisis, que aunque consistia en un muy racional intento de analisis de lo instintivo,tuvocomo efecto secundariodarlegitimidady respeto a lo irracionalcomo componente irreductiblede la experiencia humana. Sorel, bastante inestable en sus convicciones, y en busqueda constante de nuevas sintesis te6ricas y de nuevos aliados, Ilego a interesarse y a colaborar periodisticamentecon la Acci6n Francesa de Charles Maurras,a pesar de su monarquismo (que podia ser un mito mts). Ya, decadas antes, MikhailBakunin,ante la guerrafranco-prusianade 1870, habiaaconsejado a los revolucionariosfranceses converger con los bonapartistasy estimularel nacionalismo y de los campesinos, pues el tambaleante emperadorseguia, a su juicio,contando con el fervor popular, al cual habia que reorientarhacia objetivosmAsradicales. Estrategia no demasiado distinta de la de los "entristas"de izquierdaen los movimientospopulistas latinoamericanos, especialmente el varguismoy el peronismo. Contratodo este corso se alzaba, en Italia, la practicairritantemente moderada y negocia-

dorade los Liberales,encabezados porGiovanni Giolitti.Giolittiera el paradigma del gobierno por pactos y arreglos,que iba "transformando" lentamente unas mayorlas parlamentariasen otras, con una sutilalquimiade cooptaciones y ocasionales represiones, para mantener un capitalismolegitimadoa traves de importantes reformassociales. Giolittipensaba que el regimen habla tenido bxito en incorporara dos minorlasantisistema:primero,a los cat6licos, y luego a los socialistas, en su ala dominante socialdemocrata. Con las convulsiones de la guerra,y m6s aun el ejemplo de la Revoluci6n Rusa, la cooptaci6n socialista se volviacomplicada, pues al viejotroncole hablanbrotadodos extraros retoros:el maximalismo,prontoconocido como comunismo, y el fascismo, ambos igualmenteantidemocraticosy violentos, y en alguna medida reminiscentes de las antiguas convicciones del movimientosocialista, que en sus principalescohortes se habia moderado y encauzado en el regimenparlamentario,bajo la direcci6n de Filippo Turatien Italia. Con un poco de muIeca y de suerte se podriacooptar a ambas nuevas corrientes,y particularmentea la fascista, menos anclada en experiencias extranjeras.Pero la estrategia le fracas6 al viejo mago de la politicaitaliana5. Giolitti,en el poder por ultimavez desde mediados de 1920 a 1921,trat6de llevara cabo esa politicacuando ya el fascismo estaba cambiando de ideologla, lo que podrla ser una senal de su moderaci6ny eventual cooptaci6n. Giolitticay6 por una de las tantas crisis parlamentarias, de manera que no pudo Ilevara cabo a fondo desde el poder su proyecto de dar poder parcialal fascismo para que 6ste se moderara.Antela agitaci6nde la Marchasobre Roma(octubre1922), basada en un partidoaUn minoritariopero duero de las calles y de muchas nuevas simpatias en la derecha, Giolittiy muchos otros como 61 estuvieron de acuerdo en dar el voto de confianzacomo primerministro a Mussolini,llamado por el rey ante el vacio de poder que se estaba creando. El mismo Benedetto Croce consideraba por ese tiempo 5 Ver al

Da Giolittia Mussolini: respecto Nino VALER:

la crisi della classe dirigenteitaliana,all'awento del fascismo,reed.,Milan,Garzanti, 1974;y GiampieroCAROCCl:Giolittie I'ta giolittiana,reed.,Turin,Einaudi,1971.

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que el fascismo-dentrode la Constituci6npodlacumplirun rolpositivoparadarfuerzaal ejecutivoy unificaral pais ante el peligrode desorden social revolucionario que se habla aduefiadode la zona industrial italianaporun parde anos en la inmediataposguerra. Pocos alos despu6s ya la caracteristica violentay derechistadel fascismo se hacia evidente.Enparteellohabiaresultadode que sus militantes,muchosde ellos de raices izquierdistas,se hablandado cuentade que la clase obreraerareticentea las actitudesrevolucionarias.En eso, su perspectivacoincidia con lade Lenin,igualmente desconfiadode las tendenciastradeunionistas del proletariado industrial.Peromientrasque LeninbuscOcomo alternativa laformaci6n de unpartidorevolucionario,los fascistas buscaronapoyos en otras clases sociales,especialmentelapequeia burcomolos militaguesia y grupos"funcionales" resy sobretodolossoldadosquevolviande las trincheras,sin por eso descuidaral partido comoorganodel cambio. Un primerFascio rivolucionario d'azione internazionalista fue creadoen 1914 por dirigentes del sindicalismorevolucionario, y entre ellos no se encontrabaMussolini, aOnmilitante dentrodel ala izquierdadel PartidoSocialista. Elconceptode fascioera de clarainspiracion de izquierda,simbolizandola fuerzade muchos elementosd6bilesunidosen unhaz.Yalo habianadoptadolos trabajadores del Sur,a fines del siglo XIX,en la rebeli6nde los Fasci Siciliani,nombretambi6nadoptadoporunode los gruposfundadoresdel PartidoSocialistaen la Argentina. En 1914 Mussoliniiniciala publicaci6nde su peri6dico,IIpopolo d'ltalia,de orientaci6n intervencionista en la guerra,manteniendoal mismotiemposu direcci6ndel peri6dicooficial socialista,Avanti.Finalmente, y despu6s de de fasci(p. algunosotrosintentosde formaci6n lanzasu movimiento oficialmen331),Mussolini te en una granconcentraci6n en MilAn, a comienzosde 1919,conamplioapoyode sindicalistas revolucionarios y de socialistasde izquierda,muchosde los cualesya disientende la agitaci6nde ocupaci6nde fAbricas (quepor razonesteoricasconsiderandestinadaalfracaso y porlo tantohaci6ndoleel juegoa la bur-

147 guesla).Porparecidasrazonespiensanque la revoluci6nsovi6ticano tiene futuro,dada su incapacidadpara manejarla economia. La reorientaci6n haciala derecha,la bisqueda de aliadosen lapequela burgueslaurbanay rural, y luego en sectores mas altos,se empiezaa evidenciarreci6na fines de 1920, y desde entoncesya no la burgueslasinoel socialismo ser~ el enemigoprincipal.Entrelos primeros militanteshay desconcierto,y muchossiguen creyendoque, a pesar de las apariencias,"el fascismo[aunque]quiereser conservador, termientrasque otros minarasiendoRevolucion", piensanque la destrucci6ndel socialismorees unaetapanecesariaperono definiformista tiva en el caminode la revolucionsocialista nacional6. Sternhelly sus colaboradoresseflalan,de todosmodos,queunabuenacantidadde sindicalistasrevolucionarios, te6ricoso dirigentes fascista. obreros,rechazaronla involucracion No mencionan,quizts por considerarlofuera del tema de su trabajo,la gran cantidadde intelectuales militantes, y dirigentesdel Partido Socialista,en su vertientemoderadao en la maximalista, luegoComunista, que constituyeronunaimportante fuerzade resistenciacontra el fascismo.Hubierasido Otil,en este tema, haber presentadoalguna lista de personas, a una aunquefueraunaprimeraaproximaci6n muestrarepresentativa, parapoderestimarel peso del aportede la izquierdaal pensamiento y laacciondelfascismo.Alnoteneresa listaen el libro,el lectordesprevenidopuedeIlegara la conclusion,equivocada,de que la mayorparte de los sindicalistasrevolucionarios italianosse fascismo. otra al Por plegaron parte,tambien habriaque hacerotrolistado,con los principales dirigenteso militantesfascistas, para ver de otrosorigenes,paranada cuantosprovenlan estan ahl los nacionalistasde izquierdistas: EnricoCorradini, losfilomaurrasianos, y tantos otros. Perono hay duda de que el aportede la en genetuvounrolmuysignificativo izquierda rarel mundode ideas que entusiasm6a am6 Angelo OUVETTI, en Pagine Libere, mayo-junio ex sindicalistarevoluciona1922;y EdmondoROSSONI, rioque luego seriajefe del sindicalismooficialfascista (pp. 288-289).

148 plios sectores, detras de un fen6meno de masas cuya significaci6ncompletatardariaen evidenciarse. Puede decirse, de todos modos, que a pesar de las intencionesde izquierdadel primerMussolini,lo que bl pudo crear fue un movimiento de derecha. En esto le pas6 lo opuesto a Peron,quien sin duda comenz6 con un modelo del fascismo maduro,o sea de derecha dictatorialy desarrollista,pero al insistiren los aspectos movilizacionistasde ese modelo, y al lanzarsus semillas en un terrenotan distinto al italiano,lo que le sali6 fue, si no un movimiento de izquierda,al menos uno de tipo populista,que por decadas fue el principalantagonista de las clases dominantesargentinas. Sternhelly sus colaboradores, al enfatizar los origenes revolucionariosy socialistas "nacionales"del fascismo, presentes ya claramente como mezcla ideol6gica en la primeradecada del siglo, minusvaloranel rol anticomunista que habriacumplidoel fascismo (p. 337). Polemizan al respecto con Renzo de Felice, quien, sin ignoraresas rafces, senala que el acceso del fascismo al poder fue en buena medida un mecanismo de contenci6n al peligrode revoluci6n comunista que existia entre la burguesia italiana,muy atemorizadapor las ocupaciones de fAbricas,que aunque hablan cesado, podian repetirse en cualquiermomento. En realidad, las dos interpretacionesno son contradictorias sino que se complementan.Elfascismo, como el nazismo luego en Alemania,tuvo una etiologia propia, enraizada en grupos en gran medida de clase media, y fuerte alimentaci6n desde la izquierdaen proceso de mutacibn.La combinaci6n de una busqueda de renovaci6n social profunda,y de la defensa contraese otro tipo de renovaci6nque hubierasido el comunismo, es lo que produjola tragediadel fascismo. La lectura de este librosugiere preguntas acerca de si hubo entre nosotros algOnfen6meno parecido al descriptoen 61.Eltema no ha sido explorado suficientemente, pero al parecer el fen6meno no se dio, o si se dio fue con muchisima menos fuerza que en el caso europeo. Hubo, si, individuoscuya trayectoriaen el sentido indicado es bastante conocida, desde un Leopoldo Lugones a un Juan E. Carulla, anarquistaconvertidoa la derecha nacionalis-

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ta. Pero hay que distinguirentre las mutaciones personales de opini6n, crisis principalmente individuales,y lo que es un movimientosignificativo de opini6n, como el que describen Sternhelly sus colaboradores. Ciertoes que el PartidoSocialistarepetidamenteacusaba a sus rivales sindicalistas (que en general habian abandonado el calificativode revolucionarios) de que la conclusi6n 16gicade sus ideas era el corporativismo.Incluso se rumoreabaque los jefes de la CGT de 1930, enrolados en esa corrienteideol6gica, ya calculaban cuAntosrepresentantes les iban a tocar en el esquema uriburista.Peroel tema merece ser tratadomas profundamente. Tambienexisti6 el fen6meno de intelectuales socialistas que se orientaronhacia el nacionalismo, pero en general de tipo continental mas que nacional, y sin implicancias autoritariasnimucho menos fascistas, como en Manuel Ugarte. En movimientos como el tenentismo brasilero de los arfos veinte la simpatia por el fascismo era notoria,visto como dictaduradesarrollista.La mayor parte de esos tenentes brasilenosvelan la aplicaci6n local del modelo fascista como dirigidacontrala oligarqulay los intereses extranjeros,lo que los coloca como precursores de la mentalidadnacionalista popular, pero no se trataba de gente con un pasado de militanciade izquierda. Finalmente,correspondemencionarel tema del apoyo al peronismo dentro de la izquierda argentinaprevia o contemporanea con la Segunda GuerraMundial.Variosautores han senalado los numerosos casos de dirigentes sindicalistas (revolucionarioso no) y socialistas que convergieroncon el nuevo movimientode masas. En alguna medida, su mentalidad era una combinaci6nde socialismo y nacionalismo parecida a la que Sternhelldescribe en este libro.En algunos iba tenida de pragmatismoy oportunismo,pero en otros se alimentaba de rechazos a la socialdemocracia, a la democracia burguesa "formal" y al imperialismo,parecidos a los que se encontraban entre los primerosac6litos de Mussolini.Elresultado,sin embargo, fue distinto, aunque queda mucho por discutir acerca de cuan distinto y por que. En ese empeio, la lectura de este libro es esencial.