Origenes Ceramica

Los orígenes de la cerámica Es aun difícil poder explicar a ciencia cierta las causas y mecanismos de la adopción de la

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Los orígenes de la cerámica Es aun difícil poder explicar a ciencia cierta las causas y mecanismos de la adopción de la cerámica en los Andes Centrales hacia el 2000 AC. El fenómeno a nivel andino tiene características muy distintas, pues ésta aparece hacia el 3000 AC en la zona del Norte, en Colombia y Ecuador (Barlovento y Puerto Hormiga; San Pedro, Santa Elena y Valdivia). El uso de la arcilla es una invención, que siendo puramente fortuita, implica una larga experimentación de los métodos de elaboración. La adopción de la cerámica es un paso tecnológico que implica ciertos cambios en otros dominios de la cultura. En casos como el Medio Oriente, está ligado al fenómeno de la agricultura como medio de subsistencia. En los casos andinos de cerámica temprana, la subsistencia está sustentada en un régimen horticultor, preparando los cambios a los cultivos intensivos, que caracterizan la agricultura. La agricultura implica toda una organización política y social, que se alcanza en el periodo Formativo con los primeros grupos territoriales y las primeras divisiones laborales de la sociedad (casta gobernante, campesinos, artesanos). En términos generales, se acepta el origen norteño de la cerámica (acompañada quizás de otros conocimientos como el cultivo de yuca dulce), pues existen claros vínculos estilísticos de cerámica temprana en los Andes Centrales con la tradición de Valdivia (Ecuador). Esta sociedad temprana poseía hacia el año 3000 AC, cerámica, horticultura avanzada (maíz y algodón) y telar (ver capítulo textiles); poseía tecnologías que se desarrollarían solo 1000 años más tarde en los Andes Centrales. Tanto ésta cultura como las que le suceden, Machalilla y Chorrera, debieron tener algún tipo de contacto con las poblaciones de la costa de los Andes Centrales que hacía el 1700 AC recién conocían la cerámica (cerámica que llega ya desarrollada pues no se han encontrado en los sitios tempranos evidencias de evolución cerámica); hacia el 1100 AC la sociedad se hizo más compleja en todos sus aspectos. Estos contactos son perfectamente posibles y tuvieron antecedentes claros: los mates grabados del sitio precerámico de Huaca Prieta muestran diseños de la sociedad Valdivia. R. Fung sugiere que son piezas de intercambio al ser únicas en el sitio. Cuáles fueron entonces los caminos de la introducción de la cerámica? Hay dos posibilidades: a través de la costa, que es la más simple (sólo unos 1000 km separan a Valdivia del sitio de Guanape en el valle de Viru) y a través de la selva, desde zonas como las cuencas del Orinoco, por los ríos de la cuenca Amazónica. En ambas regiones encontramos cerámica Inicial cuyo fechado gira alrededor del 1600

AC. En la vertiente occidental de los Andes se ha documentado ésta cerámica en Gúanape, Las Haldas (Valle de Casma), Hacha y Erizo (Ica) y en Huaricoto (Fase Toril, Huaraz); en la vertiente occidental se ha documentado en Kotosh (Fase Waira-jirca, Huánuco) y Tutishcainyo (Yarinacochas) (cuadro 1A). No se podría descartar la posibilidad de ambos focos de adopción de la cerámica. Lo cierto es que no es una invención en ambas regiones pues las primeras evidencias de cerámica muestran pasta y formas resultado de un desarrollo anterior, y éste no ocurre en los sitios mencionados.

Aspectos culturales de la cerámica Como todo objeto manufacturado por el hombre, la cerámica debía cumplir ciertos requisitos y usos (funciones) en la sociedad que los elaboró. La cerámica debía ser uno de los materiales donde se representaban ideas y creencias religiosas; ella y otros materiales presentan a lo largo de la prehistoria, en casi todos sus períodos, elementos y detalles de su "panteón". La decoración que se plasmaba en la cerámica obedecía, sin duda, a una tendencia socialmente aceptada de representar a los elementos sobrenaturales, en la mayoría de los casos animales antropomorfizados (humanizados). Ha sido bastante simple para los arqueólogos concluir que la simbología representada en la cerámica, y otros materiales, responde a concepciones culturales; lo más difícil es haber podido interpretar esas imágenes en los contextos (lugares) donde estas piezas cumplieran el uso (función) para la que fueron elaborados. Existen tres situaciones donde se ha podido encontrar éstas piezas "finas" en los lugares donde fueron originalmente colocados por los hombres de aquellas sociedades: en los entierros, donde las piezas ricas en iconografía (simbología), inaccesibles al mundo profano (mundo en que vivimos) pasan a ser acompañantes de los difuntos en mundos ultraterrenales; como ofrendas votivas en galerías cerradas en centros ceremoniales, difícilmente accesibles a personas de clases no dirigentes (el caso de las piezas de cerámica en la Galería de las Ofrendas a uno de los lados del Poza Circular de Chavín de Huantar); y, un tercer caso, como ofrendas votivas a construcciones de carácter monumental: una ampliación de un monumento ó su enterramiento ritual (para clausurarlo) supone ofrendas de cerámica "fina", como se ha registrado en varios casos. La cerámica doméstica ha sido hallada sobretodo en lugares de cocción de alimentos ó de viviendas. La confección de las piezas complejas supone un grupo restringido de artesanos especializados, cuya labor es reproducir acciones de los dioses en varias situaciones y combinaciones de elementos; esto requiere que los artesanos estuvieran en contacto con modelos

plásticos con los rasgos en boga (hay gran variación en las representaciones, que cambian en el tiempo: forma de ojos, de fauces y otros detalles en un mismo grupo cultural) y en contacto directo con aquellos personajes que dirigen y organizan la vida religiosa. Otro género de cerámica lo constituye la cerámica utilitaria cuya confección estaría organizada en niveles domésticos y familiares. En éste caso, los arqueólogos también buscan encontrar cuales son las constantes formales en la confección de ollas, cantaros y platos. Se interpretan como cerámica de uso cotidiano para las diversas labores de un hogar, para uso de almacenamiento de alimentos a nivel familiar, comunal ó estatal (éste último caso se ha documentado en los depósitos de chicha que se encontraron en el sitio administrativo Inca de Huanuco Pampa). Su identificación es resultado de la excavación en sectores domésticos de un asentamiento: en el mismo recinto donde se encuentra un fogón con restos de ceniza, se documenta ollas con huellas de carbón y, si no se han desintegrado aún, restos de plantas y de animales consumidos. Asimismo, en un marco espacial amplio, como toda una aldea ó un asentamiento urbano, las diferencias de uso (función) de los recintos arquitectónicos puede estar estrechamente relacionado con el tipo de piezas cerámicas; ello es claro con las piezas utilitarias, pero es aún más interesante en el caso de la identificación de talleres de ceramistas, con todo un conjunto de instrumentos, como se ve en el asentamiento Wari de Conchopata. El tipo de cerámica encontrada en un sitio, segregándola entre decorada y no decorada, en conjunción con el tipo de arquitectura ha sido esencial par identificar diferencias de sectores arquitectónicos entre clases sociales. Los entierros son el contexto que mejor demuestra lo restringido del uso cotidiano de la cerámica "fina". Los ceramios adquieren, al ser enterrados, una primera función, si son confeccionadas especialmente para el rito funerario, ó una segunda, si han tenido un uso ritual público ó privado anterior; pero finalmente el rito implica la última función donde las piezas serán "selladas" y puestas fuera de uso. Son piezas "ofrendadas" que tienen una carga ideológica muy importante y restringida únicamente al mundo de los difuntos y sector de la élite religiosa. Lo interesante es cuando los entierros no son demasiado grandes, y de personajes de bajo rango: hay mayor tendencia a integrar en el ajuar funerario piezas utilitarias, muchas de las cuales tienen huellas de haber sido usadas. En estos casos, la cerámica utilitaria se convierte en cerámica funeraria. La duración de vida de una pieza de cerámica puede variar según la función para la que haya sido elaborada. Las piezas que integran la C X provienen, seguramente, en casi su totalidad, de entierros que han sido profanados. La representatividad

de las piezas de cada cultura, es lógicamente menor, pues además poco es lo que se conoce de la cerámica doméstica, que más bien resulta de las excavaciones arqueológicas.

CERAMICA Los grupos estilísticos cerámicos, que confluyen durante el período Inka en el valle de Lima, se encuentran limitados a cuatro grupos principales: el estilo Inka cuzqueño, el estilo Ichma, el estilo Inka regional y el estilo Chimú-Inka. Cada uno de ellos con características propias, pero en muchos casos, salvo el estilo Inka cuzqueño, compartiendo elementos debido al fuerte contacto e interacción que se produce entre ellos durante este período. Definitivamente, el grupo más numeroso y de mayor presencia lo constituye el estilo Ichma en su fase Tardía, seguido por el estilo Inka regional. Este hecho es una clara evidencia de que los talleres cerámicos Ichma y las prácticas productivas locales se mantuvieron en gran medida adaptándose a la nueva situación social; aunque también se destacan varios elementos novedosos, en especial la incorporación de nuevas y mejores técnicas artesanales. El estilo Ichma, en proceso de definición presentaría varias fases, en cuyas fases intermedias se conformarían sus características más relevantes. Estas piezas mantuvieron cierta uniformidad técnica, como cuerpos globulares, decoración pintada restringida a dos o máximo tres colores, siempre con un acabado mate. Los acabados en ambiente reductor suelen ser escasos, mientras que el ambiente de cocción oxidante completo fue más común. Incluso, en cuanto a la morfología, los platos y los cuencos son prácticamente ausentes en el conjunto cerámico Ichma. Las formas decorativas o decoraciones modeladas más típicas están limitadas a vasijas con representación de cucurbitáceas, aves y un tipo muy particular de representación antropomorfa conocido como "caragollete". Los motivos se muestran igualmente repetitivos utilizando líneas zigzagueantes y estilizaciones de peces. Existen, por supuesto, varios otros elementos que escapan a este patrón, pero su presencia es muy escasa.

Vasija cara-gollete del estilo Ichma. Armatambo El estilo Inka regional, en cambio, demuestra un mejor y más variado tratamiento en los tipos cerámicos. Muchos de ellos provienen del estilo Ichma, pero adecuados a las nuevas técnicas productivas y decorativas disponibles, conformando un estilo anexo. De esta forma, el Inka regional está compuesto de atributos estilísticos y morfológicos compartidos del estilo Ichma y varios de los estilos que los inkas absorben o toman de la región central del Perú y en algunos casos de la región Chimú. Sin embargo, se hace evidente una centralización productiva existiendo varios tipos cerámicos muy estandarizados, tanto en forma, dimensión como acabados. Es evidente que para la producción de los tipos cerámicos pertenecientes a este estilo debieron existir talleres cerámicos especializados afincados en la propia región Ichma, desde donde se distribuían los especímenes. Un elemento que destaca en la posible función de estos especímenes cerámicos, es la presencia de estas piezas en contextos culturales donde se evidencia una mayor jerarquía social.

CERAMICA LIMA La cerámica Lima fue dividida en nueve fases por el arqueólogo T. Patterson en 1964. Es una cerámica decorada principalmente con negro, blanco y rojo; en las últimas fases de la cerámica Lima predominaron el rojo, el naranja y el gris. Las figuras eran geométricas, ocupando todo el ceramio, con figuras zoomorfas, como peces. Predominan los cántaros mamiformes y las ollas con borde plano.

CULTURA CHANCAY Se desarrolló en los valles de Chancay y Chillón, pero extendió su influencia hasta Huaura (por el norte) y la margen derecha del río Rímac por el sur, durante el período Intermedio Tardío (900 - 1400 d.n.e.). La cerámica de estilo Chancay proviene de extensos cementerios ubicados en Ancón y el propio valle de Chancay. Es ésta de contextura áspera y decorada en color negro sobre un fondo blanco (por ello se le conoce como el estilo negro sobre blanco -N/B-). Las formas más frecuentes son cántaros con gollete ancho, en el que hay modelado un rostro, llamado comúnmente "chinas" y figurinas representando a hombres y mujeres con los brazos en alto, llamados "cuchimilcos". La producción de cerámica fue de carácter masivo, pues el uso de moldes para la producción en serie fue de uso común.

La cultura Chancay alcanzó un alto grado de desarrollo en la producción textil con efectos técnicos y estéticos inigualados. Destacan los encajes bordados con aguja, el tapiz, "kelim" (tapiz ranurado) y gasa. Los contextos funerarios (tumbas) Chancay, presentan características comunes. Cámara rectangular excavada en el suelo a más de 3 metros de profundidad conteniendo un "fardo" o "bulto" funerario acompañado de un promedio de 45 vasijas como ofrenda, además de otros utensilios como herramientas de labranza y tejido.

La cerámica Chancay se basa principalmente en la utilización del color blanco para el fondo y el negro para los diseños sobre peculiares representaciones modeladas de peces, monos, gatos, aves, escaques y grecas. Estas formas se consiguieron con técnicas de modelado y moldes, siendo comunes también los grandes cántaros con asas verticales, los platos con pedestal como diversas representaciones escultóricas. Pero quizá la representación más famosa de los Chancay son unos cántaros en cuyo cuello se representa una cabeza humana modelada y pintada con tocado, orejeras y pintura facial. A estos

cántaros se les ha dado el nombre de "chinas" por la forma de los ojos. Los textiles Chancay son especialmente peculiares por las imágenes presentes en los lienzos. Los personajes, animales y símbolos son hechos con trazos simples y sin mayor elaboración, y dan la impresión de pertenecer más a una escuela de arte moderno que a la cosmovisión de una cultura prehispánica. Temas como las olas del mar y una serpiente bicéfala son recurrentes y presentan temas como la dualidad y el cosmos. Los colores son terrosos y los contornos de colores más oscuros, marrones o negros. En cuanto a la plumería de los Chancay, ésta parece haber reemplazado a los ceramios en cuanto de desarrollo de color. Son impresionantes las combinaciones y efectos causados con los colores de los mantos de plumas que eran elaborados insertando las plumas en un hilo principal que luego se cosía a una tela. La iconografía presente, como en los Chimú, es principalmente la del Dios de los Báculos de la Portada del Sol en Tiahuanaco. También son frecuentes las imágenes de pájaros, peces, felinos, perros y monos, muchas veces a través de imágenes en serie, pues a diferencia de los telares, los mantos de plumas Chancay son mucho más rígidos y tradicionales en las costumbres iconográficas andinas.

Vasija de un solo pico con asa puente Durante el período de Playa Grande, los Lima elaboraron ceramios de color negro, rojo y blanco. Mientras que, durante el período Maranga la cerámica se caracterizó por un engobe o fondo anaranjado típico en el que aparece un nuevo color: el gris, que se sumó a los colores negro, rojo y blanco existentes en el período anterior. Ichmay Temprano A

Formas y decoración provenientes de las últimas fases del Horizonte Medio Tipos Cerámicos 1. Tricolor (blanco, negro/rojo) 1-a cuencos semi-esféricos 1-b cantimploras cara-gollete 1-c punteado en zona tricolor (?) 2. Ollas compuestas con pedestal 3.Cántaros con gollete alto expandido. Decoración rojo-crema 4.Ollas simples de cuello expandido. Asas laterales verticales 5.Cántaros simples. Cuello compuesto. Ichmay Temprano B Decaimiento de la decoración pictórica y uso de colores, aumento de formas compuestas. Decoración notoria de bruñidos y alisados. Tipos Cerámicos 1. Ollas de cuerpo compuesto con par de apéndices laterales. Cocción reductora. 2. Ollas con pedestal. Decoración crema / natural. 3. Cántaros de cuello alto (buena oxidación). 4. Cántaros cuello en copa. Asas que unen el cuello con el cuerpo. 5. Jarras grandes con apéndices y bases cónicas. 6. Cántaros de cuello compuesto. Asas entre el cuello y cuerpo. Cocción reductora. 7. Botellas medianas de cuerpo compuesto. 8. Formas derivadas del Chancay Tricolor. 8-a Cántaros medianos de cuello cóncavo Ichmay Medio A Formas globulares principalmente de contorno simple. Fuertes influencias decorativas y de formas de la región Chancay-Huaura. Tipos Cerámicos1. Ollas con pedestal1-a. Decoración, del tercio superior del cuerpo, con círculos estampados. 1-b. Decoración crema sobre natural. 2. Punteado en zona. 2-a. Ollas de contorno simple. Decoración de labio interior. 2-b. Figurinas antropomorfas. 3. Cántaros de cuello corto. Cuatro asas equidistantes entre el cuello y el cuerpo. 4. Botellas de cuello expandido. Asas entre el cuello y el cuerpo. Decoración crema sobre natural. 5. Cantimploras.

5-a. Pasta oxidada. Decoración crema sobre natural. 5-b. Pasta Negra. Cuello expandido. Bruñidos visibles. 6. Cántaros pequeños y medianos. Decoración escultórica caragollete, colores negro y blanco. 7. Cántaros carenados. Decoración geométrica negro/blanco. Semicírculos en el cuello. 8. Botellas marrón-pulido. Boca Tulipa. Ichmay Medio B Formas clásicas del estilo, gran variedad en la dimensión de las formas y diversos acabados productos de experimentación artesanal. Ichmay Tardío A Nuevas formas, aparentemente por influencias externas, principalmente Chimú e Inca, desarrollo de las formas y decoración de la fase. Ichmay Tardío B Formas y decoración repetitiva, completa influencia Inca, aunque respetando patrones decorativos y técnicas locales. Aparición de vasijas de elaboración extra-zonal y extra-regional. Tipos Cerámicos 1. Ollas con aplicación escultórica de sapos moldeados en las asas. 2. Ollas con aplicaciones de serpientes (varios sub-tipos). 3. Platos cuencos con asas de aves estilizadas. 4. Platos cuencos de cuerpo carenado. 5. Ollas con asas cintadas entre el labio y el cuerpo. 6. Figurinas moldeadas (femeninas y zoomorfas) 7. Miniaturas. Formas diversas. 8. Platos abiertos sin decoración. 9. Ollas con decoración crema/rojo-guinda y asas cintadas decoradas en el cuerpo. 10. Cántaros cara-gollete. 11. Tinajas tipo pepino. 12. Tinajas tipo borde cintado. El término se aplica de una forma tan amplia que ha perdido buena parte de su significado. No sólo se aplica a las industrias de silicatos, sino también a artículos y recubrimientos aglutinados por medio del calor, con suficiente temperatura como para dar lugar al sintetizado. Este campo se está ampliando nuevamente incluyendo en él a cementos y esmaltes sobre metal.

TALLADO El arte de la talla ha representado un modo básico de expresión, tomando diferentes formas según el afilado de las herramientas empleadas y de la dureza del material La madera como materia prima para este arte, es ligera, flexible y moldeable, y presenta una gran resistencia a la tensión. Las vetas y la variedad de su textura le proporcionan una gran belleza natural, a pesar de carecer del peso, durabilidad y cualidad monumental de la piedra. El primer paso para realizar una talla es trabajar el bloque de madera con hachas, serruchos y cuchillos. A continuación se moldea la figura con gubias, cinceles, brocas y cuchillas. Posteriormente se utilizan escofinas, limas y papel de lija para dar un acabado a la pieza. Las tallas pueden ser pintadas o doradas directamente sobre la superficie o sobre una capa de yeso o tela. Como alternativa se puede dejar la madera en su estado natural, encerarla y pulirla. Las porciones de lo que alguna vez fueron árboles nativos como el Timbó, o exóticos como la grabilea, cobran novedosos aspectos. Pueden convertirse en flores, jarrones, fuentes, portarrollos o animales, que son los que el Maestro prefiere cuando concibe figuras para realizar. Un lustre general en todas las tallas de madera le asegura que conserven el aspecto original, sin otorgar la posibilidad de agregar un pintado extraño a su obra.

Tallados en Junín y Selva MASCARAS En muchas de las danzas andinas se emplean las máscaras formando parte de la indumentaria. Los motivos más recurrentes son la representación de demonios, ángeles, negritos, españoles y toda clase de animales. La exposición más importante de máscaras se da en la región sur andina del Perú como en la fiesta de la Virgen de la Candelaria; otro centro importante es Junín y últimamente se está descubriendo una rica variedad en la amazonía, vinculadas con mitos y costumbres de los pueblos amazónicos, como es el caso de la comunidad Bora en Loreto.

Los materiales para la elaboración de las máscaras son tan diversos como su lugar de origen: yeso, cuero, madera, mallas de alambre y hojalata. Dentro de los tipos de máscaras más representativos se encuentran las máscaras de la cultura Piro, la Parlampán (personajes típicos de la zona de Huaral), los auquis de Ancash, los jija huanca de Junín (basadas en las cabezas clavas) los huacones de la sierra central; así como los famosos diablos de los siete pecados de Puno. RETABLOS Diminutas figuras humanas, animales de la zona andina, imágenes de santos cristianos y dioses tutelares precolombinos, estrellas, cerros y lagunas, son algunos de los elementos que conforman el colorido mundo representado en los Cajones Sanmarcos o Retablos. Esta forma artística traída de España se remonta a la cuna de la civilización occidental y tiene su antecedente en los dípticos romanos con imágenes portátiles, hechos de tablillas que se cerraban una sobre otra. En el resto de Europa se desarrollaron con el nombre de frontales o antipedios, y dieron lugar a los retablos monumentales que componían los altares de las iglesias en los siglos XIII al XV. Las versiones más cercanas al retablo peruano están en las Cajas de Santos, especie de altares portátiles utilizados en España como parte de la parafernalia ritual católica. Fueron los artesanos ayacuchanos quienes vieron en los altares portátiles el elemento perfecto sobre el cual podían hacer converger su tradición propia religiosa y aquella impuesta, sin despertar las temibles sospechas de los extirpadores coloniales de idolatrías. Los elementos de estos retablos estaban dispuestos en dos niveles: el superior destinado al mundo celestial, con santos y animales sagrados andinos, y el inferior referido al mundo terrestre. El área de circulación de estos retablos se circunscribió inicialmente al ámbito de los pastores y campesinos de Ayacucho. Y son justamente los artistas ayacuchanos quienes más han cultivado esta tradición de gran importancia en la configuración del imaginario peruano. Los retablistas más conocidos son Joaquín López Antay, ya fallecido, Florentino Jiménez y Jesús Urbano. Estos tres nombres, dan origen a la vez a tres escuelas o tendencias del Retablo: una de vertiente mágica religiosa, otra costumbrista y la última de contenidos históricos y realistas. En la actualidad los estilos y temas han proliferado, mano a mano con la emergencia del Cusco como otro de los grandes centros de elaboración y comercialización.

TALLAS EN PIEDRA DE HUAMANGA

En el Perú existen varios tipos de piedra sobre las cuales se realiza el tallado: el granito, el basalto, la andesita, la piedra del lago, que se encuentra en Puno y el alabastro blanco conocido como la Piedra de Huamanga. La talla en Piedra de Huamanga en la Colonia se inició ante la escasez del mármol y de la porcelana. Los primeros motivos fueron figuras del Niño Dios y otras de índole religiosa como santos, cruces, vírgenes y relicarios. Posteriormente los artesanos que encontraron en este soporte una materia propicia para el tallado, fueron desarrollando nuevos motivos religiosos así como imágenes vinculadas a la cultura criolla (por ejemplo la imagen de la Vicuña pisando al León de Castilla). Actualmente en la Piedra de Huamanga se representan nacimientos dentro de hornacinas ovoides, réplicas del monumento de la Pampa de la Quinua, así como otras figuras de acabado tosco ideadas principalmente como souvenirs.

TALLAS EN MADERA La talla en madera tuvo en la colonia un fuerte desarrollo con la influencia de la escultura policromada religiosa. Se hicieron retablos, imágenes y mobiliario decorado en iglesias y conventos cuyo estilo barroco tiene en el famoso púlpito de San Blas, de la iglesia del mismo nombre en el Cusco, a una de las más elaboradas piezas de este complejo estilo. Uno de los centros actuales de producción de la talla en madera queda en el pueblo de Molinos, cerca de Huancayo. Entre los que sobresalen los llamativos "equilibristas", además de una larga serie de animales como gallos, patos, caballos, asnos, leones y una especie de bestiario de animales fantásticos. Piezas de fina elaboración son también los bastones de Sarhua, del mismo lugar donde se hacen las famosas tablas pintadas.

TORTUGA

LAGARTIJA

FRUTERO

CHALUPA

DELFIN ROSADO