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RES - Centro de Responsabilidad de la Empresa en la Sociedad

No

8

Marzo de 2006

ORGANIZACIONES ENFERMAS, ORGANIZACIONES ESQUIZOFRENICAS “Cómo se destruyen el capital humano y el potencial de crecimiento del ser humano en una organización”

RES - Centro de Responsabilidad de la Empresa en la Sociedad

EL GRAVE PROBLEMA DEL MIEDO El título de la presente reflexión suena dramático, más sin embargo, corresponde a una realidad poco estudiada y comprendida. La verdad es que la dirección del trabajo en las organizaciones se hace en forma mecánica, muy poco deliberada y con una alta ignorancia de los principios medulares que guían el crecimiento del ser humano. El trabajo en las organizaciones puede tener un doble significado: Por un lado, trabajo puede significar estar “bajo una traba”, es decir, realizar tareas bajo el imperativo de una obligación y sin encontrar un real sentido humano. Las cosas se hacen presionados por un agente controlador y autoritario y el realizador de las cosas las hace movido por el miedo. Por otro lado, el trabajo puede significar “una gran oportunidad de ser yo mismo plenamente, de realizar mi potencial como ser humano”. Dentro de esta perspectiva, el ser humano actúa inspirado por una motivación intrínseca y como una expresión de lo mejor de sí mismo. En este proceso expande su ser. Cuando no estamos integrados por una visión que inspire nuestro ser, el trabajo nos aliena, nos enferma, nos reduce. El gran inhibidor de la realización humana es el miedo. Ese es el gran desafío del ser humano en este planeta. El miedo me impide fluir. El miedo me achica, me oprime, pero es algo natural y constitutivo de la condición humana.

No podemos eliminar nuestros miedos, podemos gobernarlos a través del desarrollo de la conciencia, es decir, reconocerlos, mirarlos cara a cara, abrazarlos. Los miedos son como una sombra que nos acompaña como expresión de la cara oscura de nuestra mente. Sólo podemos vencerlos a través de la iluminación con la lámpara de nuestra conciencia.

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Las culturas tienen perspectivas distintas de vencer sus miedos. Por ejemplo, en oriente existe la figura del GUERRERO ESPITIRUAL como una imagen de serenidad y coraje para gobernar los miedos. El Guerrero Espiritual es aquel que ha desarrollado la capacidad de construir un profundo centro interior para no dejarse derribar por las tormentosas fuerzas del exterior. Quien ha instalado la fuerza de su ser en la esencia de su propio sujeto nuclear, es una persona autónoma, que resiste las desfiguraciones que los maestros de la mentira pueden hacer de su imagen profesional. La conciencia de una sana autonomía, es la base del legítimo brillo personal que, si de verdad nace de su reflexión y convicción personal, será siempre un brillo propio y no alquilado. El miedo en oriente es concebido como un gran maestro que viene a tomarme el examen para probar hasta dónde estoy

firme, para medir mi nivel de consistencia interior, para evaluar mi temple y ponderar mi coraje. Es como el examen más importante en la universidad de la vida. En occidente y dentro del santoral de la iglesia católica, existe la figura de San Jorge, montado sobre un caballo blanco y vestido con una brillante armadura asiendo en una de sus manos una larga lanza, quien doblega a un rabioso dragón que escupe fuego por sus fauces. Detrás hay una hermosa doncella y en lontananza se puede divisar un castillo. Con esto se quiere significar: al caballo blanco como la conciencia del ser humano libre, al dragón como el miedo, a la doncella como el amor y al castillo como la sabiduría. Es decir: sólo la conciencia de los hombres libres puede vencer el miedo. Sólo podemos amar cuando superamos el miedo y superando el miedo, alcanzamos la sabiduría.

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Sabiduría no viene de saber, de acumular información o de presumir de múltiples conocimientos. No es un asunto de doctores. Sabiduría viene de saborear, de disfrutar la vida, de estar en permanente contento sean cuales fueren las circunstancias y condiciones. Sabiduría es alegría de vivir. Es expresar lo mejor de nosotros mismos en cada una de las actividades que realizamos. Es mantener una sonrisa plena de aceptación total de las cosas tal y como vengan, es abrir el rostro para expresar admiración, curiosidad y atención al despertar de cada pálpito de la vida. El grave problema del miedo es que destruye el centro de la integridad y el núcleo de la conciencia humana. La conciencia se desarrolla en tres grandes procesos:

1. El pensar como centro de la percepción. 2. El sentir como manifestación de la sensibilidad. 3. El actuar como nuestra forma de expresión. “Una persona íntegra es aquella que lo que hace y dice es la expresión de lo que piensa y siente”.

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Quien hace una cosa distinta de lo que piensa y siente, no es una persona íntegra. Es una persona desintegrada, fraccionada por el miedo y actuando sin sentido bajo las urgencias de otros o las presiones de las circunstancias. En estas condiciones, la convivencia se enferma, se contaminan las relaciones de sospechas e infundios. Sólo la serena verdad permite construir convivencias sanas, transparencia e integrad. De lo contrario, nos cubrimos con la mascara mas adecuada para “supervivir”. Lo que mata la vida de una persona y destruye una organización, es la mediocridad. La mediocridad es pensar a medias, sentir a medias y actuar a medias. Cuando uno se comporta de esta forma, es que actúa “camaleónicamente”. No actúa con todo su ser, con la potencia de su integridad personal. Por esta razón, tener identidad y coherencia es pensar, sentir y actuar en armonía. Existe solo un miedo esencial en la condición humana: El miedo a perder. Este miedo se disfraza de muchas maneras y con su carnaval de máscaras nos ataca desde la oscuridad del subconsciente. Para vencerlo, debemos aprender a reconocerlo en sus múltiples manifestaciones: 1.El Miedo que ataca los procesos del pensamiento, se oculta bajo la máscara de la RIGIDEZ.. 2.El Miedo que se esconde en los procesos del sentir, lo hace con la máscara del APEGO. 3.El Miedo que se camufla en el actuar, se esconde bajo la máscara de la DESCONFIANZA EN UNO MISMO.

Cada una de estas máscaras actúa en nuestra mente como monstruos que obstaculizan, aparentemente, nuestra felicidad, nuestra paz de espíritu o nuestro s e n t i d o d e b i e n e s t a r. D e c i m o s aparentemente porque no son reales. Si optamos por no abrazar al monstruo, éste estará plantado firmemente entre nuestros objetivos y nosotros mismos. Puede provocar incluso angustia, noches de insomnio, sentimientos de culpa, vergüenza o sentimientos negativos de cualquier otro tipo que son consecuencias de estar en conflicto con nosotros mismos. Mientras evitemos nuestros monstruos, estaremos atrapados y controlados por ellos. Pero cuando encaramos al monstruo, éste se transforma en una fuerza enérgica que nos impulsa a nuestro objetivo y experimentamos alegres sentimientos de libertad y de confianza en nosotros mismos y de felicidad por saber que tenemos, verdaderamente, el control de nuestra propia vida.

Lo que mata la vida de una persona y destruye una organización, es la mediocridad.

RES - Centro de Responsabilidad de la Empresa en la Sociedad Examinemos cada una de estas máscaras y desentrañemos cómo actúa en nuestra vida cotidiana:

1.LA RIGIDEZ La Rigidez es una manera cerrada de ver la realidad. Cuando nos dejamos dominar por este tipo de miedo, nos bloqueamos en percibir nuevas posibilidades, distintas alternativas o exploración de nuevas perspectivas. En este estado, no se dialoga, no se escucha, se polemiza. La rigidez divide en la medida en que impone. Algunas personas rígidas dan la apariencia de seguridad y firmeza. Bien las describía Jorge Luis Borges al decir: “...hablan con la seguridad que da la ignorancia”. La rigidez instalada en la mente produce una IDEOLOGÍA. Es decir, una manera cerrada de ver la realidad. Es la verdad y punto. En este estado es cuando nacen los fanatismos y todos los “ismos” que dividen y fraccionan a los seres humanos en acérrimos enemigos. La mente rígida es la que genera las guerras, deforma y divide.

¿En qué se diferencia una ideología de una convicción? La ideología está formada por creencias y supuestos que se imponen como verdades incuestionables. La obcecación en la defensa a ultranza de creencias e ideologías, lleva al fanatismo. Las convicciones son ideales abiertos al cuestionamiento, el diálogo y la reflexión. Se actualizan con la experiencia y se confrontan con la realidad. La Rigidez mental es producto de un sesgo

cognitivo que dificulta las relaciones y distorsiona la realidad del otro. Por esta razón fácilmente se cae en la trampa de la estereotipia y los prejuicios. Un estereotipo es el juicio de todo un colectivo por la desviación de una pequeña minoría. Antiguamente, estereotipo era una impresión tomada de un molde de plomo que se utilizaba en imprenta en lugar del tipo original. Este uso originó una metáfora sobre un conjunto de ideas preestablecidas que se podían llevar de un lugar a otro sin cambios o comprensión de la realidad concreta, al igual que era posible con el tipo portable de impresión. Por ejemplo: “los colombianos son narcotraficantes”. Es un típico estereotipo.

RES - Centro de Responsabilidad de la Empresa en la Sociedad Bajo este miedo a la realidad, como bien lo definía Erich Fromm, se esconde el racismo, la xenofobia, el machismo y los más violentos integrismos políticos y religiosos. Ante la estereotipia y el prejuicio, el ser humano se tiende a “camuflar”, adquiere el síndrome de “pasar por...”. En Estados Unidos los afroamericanos se adelgazan los labios, se aclaran la piel o rectifican la nariz para “pasar por americanos”. En Nueva York, los inmigrantes irlandeses transformaron sus “narices respingadas en narices inglesas y se pegaron las orejas al cráneo a fín de eliminar esas señales de su “naturaleza irlandesa degenerada” y poder “pasar por estadounidenses”. “Pasamos por...” para recuperar el control de nosotros mismos y para borrar lo que es considerado diferente. Hoy las jóvenes japonesas se hacen injertos mamarios a los 13 años, antes que su cuerpo haya terminado de desarrollarse, para “pasar” al mundo adolescente de las pop-star globales.

Un estereotipo es el juicio de todo un colectivo por la desviación de una pequeña minoría.

La rigidez cuando bloquea la sensibilidad genera LOS COMPLEJOS. Este es un estado en que nos bloqueamos con una manera cerrada de vernos a nosotros mismos y se manifiesta a través de Complejos de Superioridad o de Inferioridad. El Complejo de Superioridad suena como algo así: “A mí me ha ido muy bien siendo así. Y si no le gusta, bien puede irse” El Complejo de Inferioridad se puede resumir en este diálogo interno dominante: “En la vida hay dos clases de personas: los que nacen con estrella y los que nacen estrellados. Y a mí me mandaron en el segundo grupo. ¿Qué más puedo hacer?”.

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Máscara del miedo

Estos complejos se pueden resumir muy bien con la ingeniosa frase de Jefferson: “Algunas personas creen que nacieron con espuelas y que otros nacen con una silla de montar en la espalda”. La rigidez en el actuar crea la ESCLEROSIS. Esta se manifiesta como una manera cerrada de hacer las cosas y no querer cambiar. Siempre justifica la tradición en el hacer como la forma más segura y exitosa de actuar. Vive de la tradición. En este estado no hay posibilidades de mejoramiento contínuo y siempre se tendrá la justificación y racionalización adecuada para seguir haciendo siempre lo mismo, por el mismo camino y hacia el mismo destino. No sé si este tipo de miedo sea la causa primordial de la enfermedad llamada ARTERIOESCLEROSIS, que no es más que el endurecimiento de las arterias que bloquea el flujo sanguíneo, el flujo de la vida.

2. EL APEGO Esta máscara del Miedo, nos condiciona a aferrarnos a las cosas que nos producen la sensación de seguridad. Caemos en la trampa de la dependencia. Es decir, aquel sentimiento de creer que si me falta algo... “me siento mal”. Creo que sin la persona, el trabajo o el objeto que me apega, la vida no tiene sentido. Así me encapsulo en ese pequeño mundo en que construyo mi zona de confort. “Atrapados” nos sentimos bien. No queremos sorpresas, no queremos inseguridades. Así, vivimos bajo esta espada de Damocles “rogándole al mundo que nos atienda y nos quiera” y nos convertimos en trompos que bailamos dependiendo del masaje que nos den. H a y p e r s o n a s ta n d e p e n d i e n t e s emocionalmente que se sienten “vitalizadas” porque ese día el jefe les dio un saludo cariñoso, o se sienten “deprimidas”, porque en esa oportunidad el jefe ni las miró. Han entregado el poder vital a un ente externo de control que los intimida o los seduce.

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Uno de los postulados de Erich Fromm era: “...El amor sólo es posible cuando dos personas se vinculan desde el núcleo central de su existencia, cuando cada uno se experimenta a sí mismo partiendo de ese núcleo. Sólo este vivir desde el núcleo central es la realidad humana, sólo aquí se encuentra la energía vital, sólo aquí se halla la base para el amor”.

En otras oportunidades, el apego se relaciona con el hacer, buscando seguridad total. En la búsqueda de la seguridad económica a toda costa, nos convertimos en adictos al trabajo, porque así, en la subyacencia de nuestra mente, creemos que estamos construyendo un mundo más seguro para nuestros seres queridos.

La máscara del Apego que domina la mente, produce las ilusiones, creando un gran deseo porque las cosas sean como quiero que sean y cuando quiero que sean. Toda ilusión conlleva a una desilusión. En este estado queremos forzar la realidad y acomodarla a nuestros deseos. Por eso nos incapacitamos para ver la naturaleza de la realidad misma.

Pero la gran paradoja es que en este proceso abandonamos lo que más amamos o lo que más nos gusta por estar trabajando, trabajando y trabajando; en muchos casos un infarto al miocardio nos libera sorpresivamente de este apego a las seguridades imposibles.

En este estado, nuestra mente está proyectada al futuro soñando con las grandes cosas que nos van a pasar; y al no suceder de la forma como esperamos, caemos en una profunda frustración. Cuántas ilusiones proyectamos en nuestros hijos como una máscara que oculta nuestros miedos, o nuestras propias frustraciones. En muchos casos, nos apegamos a las satisfacciones y nos condicionamos a que nuestra estabilidad emocional dependa de cosas externas. Por Ejemplo: nos sentimos muy mal si nuestro carro está sucio o nuestro apartamento está desordenado, no permitiéndonos una posibilidad de que tales cosas puedan suceder o en muchas oportunidades alteramos dramáticamente nuestra emocionalidad, porque no encontramos las p.... llaves o porque sorpresivamente un carro se atravesó en nuestro camino. Esas son manifestaciones de miedo.

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Desconfianza Incertidumbre Inseguridad

3. LA DESCONFIANZA EN UNO MISMO La desconfianza en uno mismo es el miedo a que los demás me rechacen. Cuando este miedo se incorpora en nuestra mente, produce INDECISION. Se piensa que es más seguro no decidir por temor a equivocarse. En este estado la persona “no se pone la camiseta” y prefiere mantenerse en una actitud acomodaticia de un permanente “...sí señor, lo que mande usted lo hago yo”. Perdemos poder personal, autoestima, cuando renunciamos a nuestros criterios para ganar el favor de otras personas. Perdemos poder personal, porque al ceder a la presión emocional de otra persona, renunciamos a la capacidad de elección. Capacidad de ser el arquitecto de nuestra propia vida.

Cuando la desconfianza afecta la emoción, nos condiciona a vivir en un estado de INCERTIDUMBRE. Es decir, miedo a sufrir. Esta máscara de miedo me impide entregar lo mejor de mí mismo. Es el caso de la niña enamorada que sufrió una profunda decepción con un novio y posteriormente no vuelve a amar y desprecia a todos los hombres porque en su mente aún prevalece la imagen de aquellas circunstancias pasadas de frustración y sufrimiento. Cuando la máscara del miedo de la desconfianza regula el hacer, se produce LA INSEGURIDAD, que es un miedo a perder. En este estado no pongo toda mi fuerza en el hacer, ni mi energía en hacer que las cosas pasen. Es más cómodo esperar la orden concreta del jefe para proteger mi responsabilidad por cualquier fracaso.

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B. ORGANIZACIONES ENFERMAS, ORGANIZACIONES ESQUIZOFRENICAS La metáfora más humana y orgánica para concebir una organización es verla como una cadena conversacional. Es un espacio relacional en el cual los seres humanos se encuentran para cooperar y coordinar la realización efectiva de proyectos conjuntos. Los procesos técnicos, las máquinas, la estrategia, el marketing, las finanzas, todo eso es la infraestructura que soporta ese espacio relacional. Hay conversaciones que generan salud, que son claras, limpias, transparentes, que ayudan a que la gente tenga contexto y composición de lugar para lograr sentido y formar criterios que le permitan decidir cómo moverse. Existen otras conversaciones que son enfermas, confusas, tensionantes, estresantes. Estas conversaciones bloquean, paralizan, hacen que la gente pierda perspectiva y actúe sin sentido ni contexto. Una organización enferma es “esquizofreniante”. Produce esquizofrenia en su gente, porque es un espacio conversacional donde se privilegian los artistas de la mentira, las conversaciones confusas, los dobles mensajes, la incertidumbre, el sentimiento de impotencia. En síntesis, predomina el miedo con todas sus secuelas como lo hemos venido examinando. Una organización enferma destruye el capital humano. Destruye salud. Así como un árbol en la sombra, poco a poco se va

marchitando, no tiene energía y muere, así también la gente que vive a la sombra de organizaciones esquizofrénicas poco a poco van marchitando su motivación, su compromiso real y su contribución efectiva. Mueren en vida. No se notan porque siguen caminando y asintiendo o gesticulando aprobaciones. Negándose a sí mismos. Y eso pasa factura. Podremos autoengañarnos con ideas falsas, pero lo sorprendente es que el inconsciente reacciona ante el fraude y se manifiesta en una neurosis, o en la somatización de una enfermedad terminal. Detrás de unas organización enferma existe una dirección que la genera, que la nutre diariamente con un estilo de dirección fundamentado en la manipulación del miedo como mecanismo de control de los trabajadores, o aún, de un país. Miedo que crea en los subordinados o en los ciudadanos, el fenomeno conocido como "sindrome de Estocolmo". En 1973, las víctimas de un secuestro de seis días en un banco de Estocolmo formaron un lazo emocional con sus secuestradores, a los que llegaron a defender tras su liberación. Así se puso nombre a un fenómeno que ocurre desde los tiempos más remotos de la historia de la humanidad: la esclavitud psicológica de los débiles ante los violentos que los oprimen. O la admiración y en muchos casos, el amor por el opresor. Razón tenía Edward Deming, el gran gurú de la calidad en Japón, cuando insistentemente afirmaba: “El más importante principio de la calidad y de la efectividad es liberar el miedo en la organización”. Porque donde hay miedo hay mentira y la dirección aprende a mentir con estadisticas."

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Contrastes

Organización Transparente

Organización Enferma CONVERSACIONES CONFUSAS, PREDOMINAN LOS DOBLES MENSAJES DESACUERDOS CALCULADOS Y MOTIVADOS POR UNA AGENDA OCULTA PREDOMINA UN AMBIENTE DE MIEDO A PENSAR, SENTIR Y ACTUAR RELACIONES AUTORITARIAS DE COMANDO Y CONTROL DESCONFIANZA, SOSPECHA, MANIPULACION EMOCIONAL, DEPENDENCIA, RIGIDEZ JEFE - CAPATAZ MUERTOS VIVOS

CONVERSACIONES SANAS, TRANSPARENTES DESACUERDOS HONESTOS POR ENCINA DE LA MESA SE PERMITE Y SE ESTIMULA LA SERENA VERDAD RELACIONES FUNDAMENTADAS EN CRITERIOS TRANSPARENTES CONFIANZA Y CLARIDAD EN LOS PROCESOS DECISORIOS, RESPETO, AUTONOMIA UN SISTEMA JEFE FACILITADOR E INSPIRADOR SERES VIBRANTES DE ENTUSIASMO

Quiero terminar con un pensamiento medular:

“Aunque nadie puede volver atrás y lograr un nuevo comienzo, cualquiera puede empezar ahora y lograr un nuevo final” Gerardo González Uribe.