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MÓNICA MARTÍN BURGOS

ORATORIA PARA TÍMIDOS TÉCNICAS APLICADAS PARA LAS PRESENTACIONES EN PÚBLICO

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Oratoria para tímidos: Técnicas aplicadas para las presentaciones en público 1 edición © 2018 Mónica Martín Burgos & bookboon.com ISBN 978-87-403-1998-9

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ORATORIA PARA TÍMIDOS

Contenido

CONTENIDO

Bio Autor

6



Introducción

7

1

Inspirar a la libertad

9

1.1

Entusiasmo

9

1.2

Afinar el instrumento

11

1.3

Dominar el tema

13

2

Foco Claro

16

2.1 Objetivo

16

2.2

Mensaje

22

2.3

Estructura

29

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ORATORIA PARA TÍMIDOS

3

Contenido

Fortalecer recursos

36

3.1 Antes

37

3.2 Durante

40

3.3

Después

43

4

Identidad del orador

47

4.1 Vulnerabilidad

48

4.2

Máscaras que ayudan

51

4.3

Técnica de modelaje

53

5

ORATORIA PARA TÍMIDOS

Bio Autor

BIO AUTOR Especializada en Comunicación interpersonal. Aprendiz de PNL, Coaching, CounselingGestalt y Mediación. Licenciada en Marketing y Comunicación. MBA por la Universidad de Comillas. Ejecutiva en empresas de diversos sectores: moda, belleza, seguridad, construcción, editorial, formación. Desde los 8 años actriz. formada en las disciplinas de interpretación, danza, improvisación y producción. Formadora de oratoria en grandes empresas para ejecutivos y emprendedores y facilitadora en sesiones individuales para el desarrollo personal. En la actualidad vive en París en donde combina las sesiones, la formación on line con el aprendizaje de nuevas habilidades y viaja por el mundo para crear grupos de investigación y aprendizaje.

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ORATORIA PARA TÍMIDOS

Introducción

INTRODUCCIÓN Las calles de París: la pérdida de la apariencia Escribo este libro sentada en «El café de los artistas» en una calle soleada de París. Me rodea un bullicio de personas con ese sonido susurrante característico del francés. No saben que les observo ni que estoy escribiendo acerca de ellos. Tengo look de escritora: gafas enmarcadas en negro, jersey con cuello alto cisne y pelo estudiosamente alborotado. Me he pedido un brunch, un lujoso brunch. No os cuento esto sólo para dar envidia, sino también para aplicar una técnica de oratoria, que consiste en aportar sensaciones, imágenes y sonidos a los lectores para que viajen con su imaginación a donde estoy yo en este momento, y así, mientras pasan las páginas de este libro, puedan oler el aroma del café, oír el «Bonjour» y sentir el sol de París. Y ahora, la verdad… Estoy en París, sí, y justo hoy ha llovido. Estoy en mi casa, aterrorizada por el próximo sobresalto de las obras de la reforma de mi vecino de arriba, tengo la chaqueta llena de pelos de gato… Estoy desayunando un baggel reseco y café frío. Ahora que ya no tengo que sostener la imagen charme o cool puedo comenzar con más honestidad, vulnerabilidad y entrega. Y esto es lo primero que quiero transmitir: la ligereza que uno siente cuando nos liberamos de la tiranía de la necesidad de tener una apariencia perfecta. Estoy feliz de compartir estas palabras llenas de vivencias, es un regalo poder transmitir los aprendizajes de mi viaje por la expresión y la comunicación. Siempre fue un reto para mí y le puse mucha conciencia y mucho trabajo. Conozco bien la timidez. Me he expuesto frente al público todo lo que he podido y mi objetivo era hacerlo desde el disfrute. Anhelaba sentirme libre de hablar sin que hubiera una batalla interior. A día de hoy, puedo decir que sigue siendo una batalla pero lo disfruto mucho más y me aporta gratificación. Todos tenemos algo que decir y somos bienvenidos al escenario de la vida. Un escenario en el que los tímidos pueden no encontrar un lugar confortable. En mi caso, le echaré la culpa de mi timidez al haber crecido en un escenario del mundo en dónde se reprimían los sentimientos, en donde había que expresarse con decoro y en donde era mejor callar y no destacar porque podían cortarte la cabeza. Podría echarle la culpa a eso, pero también a mi ego que vivía muy preocupado de la imagen que transmitía haciéndome condescendiente, simpática y muy fácil de tratar. O quizá al eterno complejo de no encontrar mi lugar, de tener que pedir permiso o perdón de antemano para decir lo que pensaba, y valorarme sólo cuando los otros lo hacían.

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ORATORIA PARA TÍMIDOS

Introducción

La sobre exigencia y el miedo a las consecuencias me llevaron a tener que encontrar caminos alternativos en donde poder expresar sin sufrir. Encontré la magia del teatro en donde podía hablar y decir a través de los personajes y sentir el apoyo de los compañeros de escena, pero aún allí, las críticas, sobre todo las mías hacia mí misma, me dejaban días tiritando. En las presentaciones de empresa destacaba porque tenía recursos escénicos que suplían todo el torbellino de emociones y síntomas físicos que tenía en mi interior. Era buena exponiendo y nadie se hubiera podido imaginar que en el fondo era una tímida que sufría antes, durante y después de la exposición. He observado con lupa, en mí y en mis alumnos, aquello que funciona. Aquí os entrego las reflexiones y técnicas más relevantes que recojo en los siguientes apartados: inspirar a la libertad, foco claro, fortalecer recursos, identidad del orador.

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Inspirar a la libertad

1 INSPIRAR A LA LIBERTAD Entusiasmo, afinar el instrumento, dominar el tema Los tímidos tenemos el anhelo de disfrutar de una completa libertad de expresión, y nos topamos con que no nos es tan fácil. Remarcamos diversos bloqueos mentales y corporales. En nuestra imaginación podemos llegar a visualizarnos teniendo éxito, exponiendo con fluidez y confianza. Pero llegado el momento, nos agarrotamos o nos desinflamos. Podemos suavizar esos bloqueos, podemos reprogramarlos. Cuanta más conciencia y entrenamiento hagamos, menos bloqueos tendremos y menos afectarán a nuestro sistema. Los bloqueos los encontramos en la mente y en el instrumento del orador: el cuerpo y la voz. Vamos a aprender a disolverlos, lo haremos evocando al entusiasmo; nos dotaremos de libertad expresiva y apreciaremos desde otra óptica el esfuerzo por dominar el tema que exponemos.

1.1 ENTUSIASMO Disfrutamos cuando el orador disfruta. Nos entusiasmamos cuando el orador se entusiasma. Sufrimos si el orador sufre. Nos quedamos fríos si el orador decide anestesiarse. La etimología de la palabra nos recuerda que entusiasmo significa tener a los dioses dentro. Puedo detectar al orador con entusiasmo porque sus manos están presentes. Las puntas de sus dedos tienen corriente. Sus pies están conectados con la tierra sin estar amarrados. Sus ojos están llenos de vida. Hay un estado de tonicidad eléctrica que hace que quiera verle. El miedo escénico y la timidez nos lleva precisamente a perder esto o a exagerarlo de forma ficticia. Cada uno proyecta el entusiasmo a su manera, unos son vivaces y ágiles; otros son precisos y energéticos. Sea como fuere la forma que toma, cuando nos permitimos disfrutar de la libertad de expresión, el entusiasmo aparece. Es fácil entrar en el estado de gracia desde el entusiasmo. Defino el estado de gracia como aquel que nos permite hacer y estar, centrados en el presente, en lo que está pasando, con tal confianza que hasta nos evadimos de nosotros mismos. El estado de gracia lo podemos ver en los niños que juegan: para ellos lo importante es el juego, y si se equivocan o transgreden las normas, simplemente se ríen y siguen adelante. Viven el presente.

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Inspirar a la libertad

En los entrenamientos de oratoria siempre comienzo con ejercicios que conectan con este estado. Juegos en los que cuando uno se confunde, es aplaudido por todos, y no pasa nada. Esto además nos permite eliminar el primer filtro censurador de la mente que impide la naturalidad y bloquea la creatividad. Este filtro censurador es el del miedo a hacerlo mal, a no cumplir con lo que se espera de nosotros. Cuando nuestro filtro es muy espeso nuestro cuerpo y nuestra mente se constriñen y se vuelven demasiado prudentes y no dejamos que pase nuestra creatividad y fluir natural. La creatividad es la medicina para la mente obtusa, aquella que se empeña en ver el problema. Activemos las rutas neuronales de la creatividad. Permítase desvariar, derrapar un poco mientras entrena, decir tonterías, exageraciones o invenciones; disponga de música, objetos o vestuario. Ya habrá tiempo, si procede, de ser comedido durante la exposición real. Utilizar los anclajes positivos ayuda a conectar con el estado de gracia. Un anclaje es un acto del pasado que es rememorado y que nos conecta con un estado deseado en el presente. Si nuestros anclajes en el pasado, a la hora de exponer, han sido limitantes, nos han marcado por su dureza o falta de entrenamiento, lo normal es que cada vez que expongamos reconectemos con ese estado desagradable y todo nuestro sistema se ponga a la defensiva. Nuestro trabajo, de aquí en adelante, es crearnos un almacén de anclajes positivos. Cada vez que salgamos a exponer, reforzaremos después lo que ha ido bien, la evolución y la mejora. Son muchos anclajes negativos con los que hemos tenido que lidiar. Es ahora cuando se empieza a dar importancia al entrenamiento de hablar en público. Desafortunadamente antes, salir al estrado era un problema: no había formación para acompañar a los alumnos en sus primeras exposiciones y por desgracia se cometieron muchos errores. A partir de ahora redibujaremos ese pasado. Comparto un ejercicio con el que he comprobado podemos crear un buen anclaje:

1.1.1 EJERCICIO: ¡ATENCIÓN, TENGO ALGO QUE DECIR!

Los alumnos caminan por la sala y buscan una verdad sencilla, algo curioso o un secreto que ellos han descubierto: las paredes son beige, las ventanas son simétricas, en la papelera hay una nota misteriosa… El alumno dice con fuerza, empuje y decisión: «Atención, tengo algo que decir» El resto de los alumnos escuchan muy atentos, con los ojos abiertos como platos. Dice su frase y todos acaban aplaudiendo, afirmándole y jaleando cómo si hubiera descubierto la cura de todos los males. El aplauso y el reconocimiento cuanto más intenso sea mejor. Se refuerza que el participante haya tomado la iniciativa de hablar.

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Inspirar a la libertad

1.1.2 VARIANTE: ¡LA VICTORIA!

El alumno tiene un texto corto: «La tierra es redonda» o «Llegué, vi y vencí». Su instrucción es caminar hasta llegar a una silla que está en medio del escenario, sentarse y decir su frase. El público enloquece con vítores como «guapa», «bravo», «magistral». El alumno simplemente escucha y se entrega al aplauso. Recibe el aplauso por decir simplemente una frase y estar. Es importante que la persona que recibe el reconocimiento, sobre todo nosotros los tímidos, haga el esfuerzo de no evitar el aplauso. Permanecer quieto y recibirlo como un regalo, diciendo frases como: «gracias, me lo merezco». El cambio que tienen los alumnos después de esta dinámica, es asombroso: caminan abiertos, disponibles, sonriendo y con una presencia mucho más, valga la redundancia, presente. Para trabajar este anclaje recuerde esta consigna: cuando reciba un halago, recíbalo, dé las gracias, no le quite mérito, no le haga de menos. Cuánto más trabaje su capacidad para recibir con naturalidad el aplauso, menos necesitará de él.

1.2 AFINAR EL INSTRUMENTO Así como afina el luthier el violín con el que va se va tocar una bella melodía. El orador quita o pone tensión a su instrumento comunicativo. Lo conoce y lo ajusta. Permita que su cuerpo se mueva y su voz resuene, que el mensaje pueda fluir a través de usted. Cuando estamos tranquilos y hablando de un tema que nos gusta, el cuerpo y la voz están perfectamente ajustados. Son sabios y saben, de manera natural, cómo hacer para expresarse. Es a la hora de exponer cuando el miedo escénico y la timidez impactan fuerte y nos vuelven rígidos en algunas zonas o demasiado blandos en otras. Rigidez en el cuello y rodillas frágiles por ejemplo. El estado de ánimo, nuestra actitud, son los que configuran la tensión, juegan un papel crítico, como ya saben, en la disponibilidad del cuerpo y la proyección de nuestra voz. Modificando estos pensamientos nuestro instrumento de orador se sentirá más libre y expresivo. Esto que les digo no es nuevo para ustedes, pero debo enfatizar su importancia para dar paso a la acción, a la reconfiguración, que se consigue ganando confianza en nuestras habilidades, fortaleciendo los pensamientos motivadores y escogiendo la actitud que sí nos interesa a partir de ahora.

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Inspirar a la libertad

¿Qué estado es el que desea? ¿El de la paz, la seguridad, la precisión?… Una vez lo decida, recuerde cómo es su cuerpo cuando está en el estado deseado, fíjese en sus manos, en su caja torácica, en sus piernas, en su forma de caminar, en su voz, en su mirada… Recoja los sonidos que hay a su alrededor, los pensamientos que tiene en ese lugar en el que disfruta de ese estado, lo que se dice a sí mismo, lo que valora, lo que opina. Respire y que le vengan los olores, imágenes, personas… ¿Cómo es su actitud y cuáles son pensamientos? Encuentre la tensión que le permita estar activo sin estar petrificado. Ponga tensión en las zonas que quedaron demasiado blandas, como cuando hablamos demasiado bajo o las rodillas y los pies están endebles. Quite tensión en las zonas que están muy rígidas como cuando usamos un tono monocorde o no nos movemos por el espacio. Poco a poco, con entrenamiento y práctica, su instrumento se ajustará de forma automática. Recuerde que usted ya sabe hacerlo, y su cuerpo también. Sólo tiene que ayudarse a recordarlo mientras esté en escena. Los tímidos hemos de recobrar nuestra voz y nuestro cuerpo, y darles también libertad de expresión. Para ello, trabajaremos en amplificarlos, en agrandarlos y darles más protagonismo. La voz necesitará de proyección. La tendencia es a hablar bajo, sin vocalización y con una melodía monótona. Puede aprender a amplificar su voz de la siguiente forma: busque un punto que esté lejano. El horizonte de una sala por ejemplo. Diga su texto tratando de que su voz llegue hasta allí. Hable de algo que le entusiasme como un hobbie o una película que le gustó mucho. Verá que su voz adquiere potencia. Como el cuerpo tiende a desaparecer, le ayudaremos si le damos la misión de apoyar el mensaje. Para trabajar esto coreografíe un texto, coreografiar el texto es hacer movimientos que representan y refuerzan el mensaje. Lea el siguiente texto, apréndalo y realice la coreografía, hágalo varias veces con distintos movimientos. Déjese sorprender por su creatividad corporal. Haga grande y preciso su cuerpo. «…Mira, la luna está redonda, reposa sobre un cielo inmenso. Yo me encojo y me cierro. ¡Tengo una idea! Abriré la ventana, la cogeré y te la daré. Recibiré tu sonrisa, una sonrisa que se expande a mi alrededor…» Un pequeño secreto: el 90% de las veces que usted piensa que se le ha notado temblor, asfixia o trabamiento… no es así. Está comprobado, puede creerme. Tendemos a agrandar nuestra propiocepción, la forma que tenemos de vernos a nosotros mismos. Lo que creemos

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Inspirar a la libertad

ha sido un desafino de gallo de corral o un temblor de mandíbula catastrófico, el público apenas lo ha percibido.

1.3 DOMINAR EL TEMA Ensayar, ensayar y ensayar. Decir el texto cantando, susurrando y a trompicones. Hablar del tema con el amigo, la pareja y el hermano. Un día me llamaron para ser profesora de un curso de informática. Yo soy una usuaria bastante desastrosa con la informática, pero me aseguraron que era muy básico, para principiantes. Cosa fácil, pensé. Necesitaba dinero, así que me vendí y dije que sí. Me vestí con el uniforme de consultora y los zapatos de tacón que reservo para aparentar ser más alta. Durante el camino de ida me visualicé dando el curso, segura de mí misma, con alumnos sonrientes maravillados con cambiar el color de una tipografía. Al bajar del autobús, una fuerza invisible me empujó, caí al suelo, mis gafas se torcieron, mis medias se rasgaron, la rodilla sangraba muchísimo y mi tobillo se hinchó tanto que no podía ponerme mi zapato de tacón de aparentar. Comencé a llorar como una niña pequeña y todo el maquillaje de los ojos se convirtieron en lágrimas negras. Solo pude encontrar, al lado de los tomates de la tienda de una gasolinera, unas mallas azul eléctrico. Así me presenté frente a los clientes, cojeando, con un estilismo de los años ochenta, sangre en la rodilla y el zapato en la mano. Pero no quedó aquí… les dije el temario que íbamos a ver en la sesión. Cuando acabé mi exposición, amablemente me dijeron que ellos eran un grupo de consultores Senior de informática que iban a las empresas a hacer las migraciones de sistema y que, como habían venido de otras delegaciones internacionales, el curso debía darlo en Inglés… era imposible disimular mi cara de horror, ¿Qué opciones tenía en ese momento? ¿Tirarme al suelo en posición fetal? ¿Decirles que estaban en una cámara oculta? Sobreviví, lo resolví. Es fácil que aflore el miedo escénico cuando no se domina un tema. Si me imagino dando una conferencia sin preparación acerca de energía fotovoltaica, me encojo. En cambio, si me preguntan qué opino del trabajo con máscaras teatrales, estaré tan embebida en mi discurso que me dará igual si uno está bostezando o tomando notas. Soy capaz de subirme a la mesa e inventar la oda a la máscara y de recitarla al revés. Una vez el entusiasmo se me desinfle, seguramente me ponga roja como un tomate y pida perdón mil veces, pero ¡ahí quedará mi oda a la máscara!

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Inspirar a la libertad

La preparación es fundamental para sentirnos confiados, nunca es mucha. Suelo decir que lo ideal es exponer tan sólo un 10% de lo que preparamos. El público intuye claramente la existencia del 90% restante. También me ayuda seguir la regla del 1/3: por cada 10 minutos de exposición, he trabajado reflexionado y ensayado como mínimo 300 minutos. No se trata de convertirnos necesariamente en un gran experto. Si tiene un programa mental de perfeccionista, ser un experto se torna en una tarea utópica. Creerá que no ha llegado nunca al summum del dominio y del conocimiento como para poder presentar en óptimas condiciones. Controlar todo a la perfección no es el camino más ligero para disolver el miedo escénico. Se trata de tener la conciencia de que hay un trabajo profundo detrás de la exposición. Esto nos confía un derecho merecido a exponer. A veces, el querer transmitir una imagen de experto, de «super consultor premium», hace que nos olvidemos de la función principal de la comunicación: transmitir mensajes para que se entiendan. Empleamos palabras que suenan magníficas, usamos estructuras con frases largas y complejas, enredamos los conceptos… Es la técnica del calamar, que cuando siente una posible amenaza, emborrona todo con tinta y, de esta forma, se hace invisible.

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ORATORIA PARA TÍMIDOS

Inspirar a la libertad

Que el creer no saber de un tema no nos frene para expresarnos y hablar. Aprendemos cuando nos escuchamos y nos escuchan. Quiero expresar el gusto de hablar de lo que no sabemos. Hablar es un camino también para el saber. Elija momentos para ejercer su derecho a la libre expresión, a hablar de lo que no controla. Uno sabe que domina el tema cuando es capaz de transmitirlo con absoluta sencillez. Y la sencillez apacigua el miedo escénico, porque si nos perdemos, podremos ver el camino de vuelta de manera clara.

1.3.1 EJERCICIO PARA TRABAJAR LA SENCILLEZ:

Hay textos que al leerlos suenan perfectos, pero su significado no es llano y son difíciles de comprender. Le propongo ser traductor en su propio idioma. Explíquele a alguien cómo funciona la tecnología del teléfono móvil o el mecanismo de una lámpara. También puede escoger textos como el prospecto de un medicamento, las instrucciones de un aparato electrónico o una noticia económica. Esfuércese primero por entenderlo, y luego por transmitirlo de la forma más llana y comprensible. La persona que le escucha, receptor del mensaje, le puede hacer tantas preguntas aclaratorias como precise. Si no sabe la respuesta, no importa, la imagina o se la inventa. Lo más importante es que adquiera la intencionalidad de transmitir para que se entienda lo que está diciendo.

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Foco Claro

2 FOCO CLARO Objetivo, mensaje, estructura Les contaré una historia que una vez leí y que desde entonces siempre he tenido presente. Hace mucho tiempo en China, un emperador prometió la mano de su hija, eran otros tiempos afortunadamente, al valeroso que fuera capaz de cruzar una muralla con una taza de té sin que se le derramara una sola gota. Aguerridos hombres de mil batallas se presentaron ante el emperador con sus mejores armaduras y confiados en sus posibilidades. Si fueron capaces de sobrevivir a los más terribles infiernos en combate, ¡cómo no iban a ser capaces de portar una simple tacita de té! Tan insignificante les parecía la misión que muchos de ellos se rieron con soberbia decepción. «Poco debe querer a su hija», pensaron algunos con desprecio a tal misión. «Poco nos considera a nosotros». «El emperador enloqueció» pensaron otros. Uno a uno comenzaron a subir por la muralla con su taza. Mientras la cruzaban, el emperador les sorprendía con lanzamientos de bolas de paja, barro y estiércol de caballo. Eran también increpados con acalorados comentarios de las muchachas de la villa e insultos nada poéticos. Uno a uno fueron cayendo, tropezando y derramando el té. Bajaban de la muralla maldiciendo a todas las figuras de jade. Como en casi todas las historias, hubo un hombre que sí pudo. Un campesino, sin armadura, sin preparación, sin reputación, que logró cruzar la muralla con la taza de té intacta. Le preguntaron cómo lo hizo, cómo fue capaz de cruzar y de sortear los ataques. «Simple», contestó él, «Me limité a cruzar pensando en no derramar el contenido».

2.1 OBJETIVO Los objetivos son el faro suave que guía a la acción. Son la cuerda firme que conduce al pensamiento. Definir sus objetivos de antemano le ayudará a mantener el foco y le ayudará a cotejar el resultado de forma, seamos redundantes, objetiva. Lo objetivos son suaves y flexibles y a la vez son precisos y sólidos. ¿Suave y preciso? ¿Flexible y sólido? ¿Al mismo tiempo? ¿Eso es posible? Sí, para la timidez es importante que lo sea. Deben proporcionarnos estructura y rumbo, para no perdernos ni en lo inútil ni en las divagaciones, y a la vez, deben proporcionarnos holgura para que el conseguirlo no dependa de una diana estrecha, tediosa y lejana. Por eso distinguiremos entre los objetivos del discurso y los objetivos personales.

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Foco Claro

Invito con pasión a que se acerquen al objetivo desde el disfrute. Disfrutar del éxito, antes incluso de que suceda, nos ayuda a recordar que el camino es la aventura, que mientras lo estamos consiguiendo, también podemos disfrutar. Mi propuesta es que demos tiempo y espacio a la ensoñación. En la corriente de la PNL (programación neurolingüística) se habla de visualizar o conectar con el estado deseado. Ya que la timidez nos conecta con nuestros fantasmas y temores, con la visualización consciente abrimos una realidad alternativa positiva en nuestra programación mental.

2.1.1 EJERCICIO DE VISUALIZACIÓN:

Busque un espacio tranquilo para conectar con su deseo de hacer una exposición brillante, dese permiso. Yo lo hago constantemente y he sido capaz de arreglar y mediar con todos los conflictos bélicos del planeta, y de descubrir la piedra Rosetta del lenguaje extraterrestre. He recibido más premios en mis visualizaciones que Óscars de cine hay por el mundo… ¿Por qué no? Es nuestra imaginación y ¡podemos soñar lo que queramos! Una vez esté en su escenario deseado, detecte qué emoción y estado le acompañan: la confianza, la serenidad, la precisión, la verdad, la pasión… Póngale palabras e identifique en qué lugar de su cuerpo está primordialmente instalado este estado. Hay quien lo ubica en la cabeza como una luz expansiva que les da claridad, o bien en el corazón como una bola de fuego cálida o en la espalda con una mano firme que les sostiene… Busque su simbología. ¿Qué recursos son los que usa de manera fluida y natural y le gustaría trasladar a lo que considera es su realidad? Sonrío más, mi cuerpo se mueve ligero, vocalizo mejor, estoy en el centro del escenario… Busque aspectos concretos dentro de su ficción: cómo voy vestido, cuál es el gesto de mi rostro, la mirada, el movimiento de mis manos, la voz, la posición de mi cuerpo… Deléitese con su diálogo interior positivo:«lo estoy haciendo bien» «me lo merezco» oiga el aplauso de sus maestros, amigos y enemigos… ¿Ha flotado ya en su realidad virtual? Sí, lo puedo ver en la sonrisa que se le ha quedado dibujada en su rostro. Acaba de abrir una ruta neuronal que va hacer posible que su ficción esté más cerca de su realidad. Ahora ya podemos definir los objetivos. Las normas para una buena definición de objetivos son: el objetivo depende de mí, los objetivos son concretos y se formulan en positivo.

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Foco Claro

2.1.2 EL OBJETIVO DEPENDE DE MÍ

De mí no depende que todo el mundo encuentre apasionante mi ponencia. Yo puedo facilitar el hacer un discurso atrayente pero usando mi termómetro. Ser mero espectador de lo que otros opinen de mí es agónico. El resultado de mi comunicación es mi responsabilidad, de acuerdo, pero no soy dueño de los deseos y expectativas de los otros. Mis objetivos los defino en función de lo que controlo o tengo capacidad para incidir. Ponernos como objetivo «caer bien, gustarles…» es igual a fracaso; si lo conseguimos, ¡Bravo!, si no… una aspirina muy grande para el ego y a continuar con nuestro mensaje. No es un casting y, aunque caer bien siempre es un extra que ayuda, nuestro foco está en el mensaje, y el objetivo del mensaje es llegar para quedarse, usando palabras más técnicas: los objetivos de la comunicación son la captación de la atención del público y la permanencia del mensaje. Con estos objetivos de comunicación sí podemos trabajar activamente con total responsabilidad sobre el resultado de nuestra comunicación hacia el exterior. ¿Es que entonces nosotros, como individuos, no pintamos nada en una exposición, no hay nada que como ponentes podamos hacer? ¿Somos marionetas del mensaje? Esto suena muy aburrido y por fortuna incompleto. Precisamente tenemos la suerte de ser tímidos. Esto hace que tengamos que trabajar y crecer para ser grandes exponentes. Podemos trabajar nuestra actitud. Francamente es una ventaja, porque quien nace con la habilidad de exponer sin ponerse nervioso, se pierde la oportunidad de ver con lupa todo el proceso. Sí, a nosotros los tímidos se nos permite y se nos aplaude el trabajo de objetivos personales, pero estos objetivos serán formulados y evaluados independientemente del resultado de la exposición.

2.1.3 OBJETIVOS CONCRETOS

Pormenorice los grandes objetivos y estrategias, en tácticas y objetivos fácilmente medibles que se respondan de forma incluso binaria, con un sí o un no. En el capítulo de «Técnica de modelaje» de este libro tiene una tabla de conceptos medibles, que pueden servirle como guía de posibles objetivos para evaluar su mejora en oratoria. Cuanto más definidos estén los objetivos, mejor. Esto mantiene a raya las conjeturas, los futuribles catastróficos y la autocrítica mordaz. ¿He hecho pausas entre conceptos? Sí o no. Punto.

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ORATORIA PARA TÍMIDOS

Foco Claro

Hágase las preguntas ¿cómo?, ¿con qué?, ¿de qué manera?, tantas veces sea posible. Llegue a un nivel de respuesta muy práctica. Cuando crea que tiene la respuesta, vuelva a preguntarse ¿Cómo más? ¿Con qué más? Para que su creatividad se estimule y le sorprenda con nuevos recursos para conseguir su metas. Finalidad: Quiero conseguir financiación para mi proyecto emprendedor Pregunta: ¿Cómo voy a convencer a los «business angels» para que inviertan en mi proyecto? Respuesta: Mostrándoles el modelo de negocio P: ¿Cómo voy a mostrarles el modelo de negocio? R: Con gráficas, testimonios, ejemplos de mercado P: ¿Con qué formato? R: Con un video amenizado, dibujos en cartón pluma… P: ¿Cómo más? ¿Qué más puede ayudar? R: Ayudará el resaltar las cifras claves P: ¿Cómo voy a resaltar las cifras clave? R: Las diré 3 veces durante la presentación, las dejaré escritas en el papelógrafo… P: ¿Cómo más?… A la hora de evaluar la exposición, la cuestión está clara: ¿Ha mostrado su video explicativo? ¿Ha resaltado las cifras clave?… Durante la exposición, no hay mucho espacio para la invasión de emociones parásitas que nos debiliten. Nuestro foco de atención tiene objetivos muy concretos.

2.1.4 OBJETIVOS EN POSITIVO

Siempre que leo el cartel de emergencia en las puertas contra incendio en el que pone: «No abrir en caso de incendio» me pregunto lo mismo: Entonces en caso de incendio, ¿Qué hago? Si formulamos nuestro objetivo, bien sea personal o de discurso, con expresiones

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ORATORIA PARA TÍMIDOS

Foco Claro

como: No ponerme nervioso, acabar la presentación sin olvidarme de nada, que no me tiemblen las piernas… nos pasa como con el mensaje de la puerta. ¿Entonces qué hago? ¿Dónde pongo mi foco? Si me pides que no me tiemblen las piernas, no dejaré de pensar en mis piernas y si consigo controlarlas, me temblarán las manos o la boca ¿Qué puedo hacer? Esta pregunta es la que nos hace evolucionar y aliarnos con nuestra timidez. No te quiero controlar timidez, quiero potenciar otros recursos. Este es un trabajo personal que nos lleva a descubrir nuestro poder y a adquirir nuevos hábitos que nos permiten nuevos resultados. Siguiendo el ejemplo del temblor de las piernas, en el que no nos sostienen y han perdido fortaleza y tonicidad, reformulamos el objetivo en positivo: ¿Qué quiero? «Darme sostén». ¿Cómo? Encontrando dónde puede apoyarse el cuerpo hasta que las piernas se sientan seguras. Ya que esto es un hábito nuevo, necesitamos trabajar, si es de la mano de un profesional, mejor. Cuando detecto que los nervios de un ponente se van a las piernas con flojera o con un vaivén muy notorio, juego a ponerles pesas en los pies, bastante pesadas he de decir, para que conecten con la sensación de tener los pies en la tierra. Es como si pusiéramos un imán que se pega al suelo. Los movimientos, por necesidad externa, son más precisos y claros. Una vez vivida esta experiencia, durante su exposición pueden recordar este objetivo que ya han experimentado y que además está formulado en positivo: «Arraigar mis pies al suelo». Las piernas pierden protagonismo. El cuerpo puede descansar sobre los pies. Si los nervios además de instalarse en las piernas suben a la espalda, utilizo una vara que hace la función de bastón largo de mando, como una segunda columna vertebral. El alumno debe hacer la exposición, manteniendo la vara vertical y firme mientras se mueven por el espacio.

2.1.5 OBJETIVO TIMIDEZ

Usted mismo localizará el nudo que activa su timidez. Encontrará la forma de suavizarlo y de liberarlo. Mientras esto sucede, entienda que la exposición al público es un acto de valentía que requiere práctica y músculo, entrenamiento e interés. Véalo así, como un músculo que está en el gimnasio y que se está entrenando y estirando. Al principio le costará, y al día siguiente menos y aunque siga molestando, cada vez será una molestia más ligera que llega a ser placentera, porque no duele a rabiar y nos recuerda lo que estamos avanzando.

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ORATORIA PARA TÍMIDOS

Foco Claro

Gane fuerza en técnicas sencillas, hacer pausas, mover las manos, salir del atril, repetir el mensaje… Un día comprobará que gracias a la timidez ha llegado muy lejos porque ha tenido que reforzar aspectos que, de otra manera, ni tan siquiera se hubiera percatado de que existían.

2.1.6 EJEMPLO DE UNA SESIÓN CON OBJETIVOS PARA TRABAJAR LA TIMIDEZ

-- Raúl: «Cuando voy a hacer una presentación delante de mi equipo me pongo muy nervioso, el día anterior no salgo del baño. Lo paso francamente mal. Deseo no ponerme tan nervioso» -- Mónica (yo): ¿Qué es lo contrario a sentirse nervioso? (formulación del objetivo en positivo) -- Estar tranquilo. -- ¿Cómo es usted cuando se siente tranquilo? ¿Se visualiza? ¿Me lo puede describir? (conectamos con el estado deseado) -- Sonrío más, la voz está templada, mi cuerpo no está agarrotado, es decir, está más relajado. -- ¿Qué significa una voz templada? ¿En qué nota que su cuerpo está relajado? (significación concreta) -- El tono de voz es tranquilo, sale del abdomen y es más grave, cuando me pongo nervioso tiendo a ir rápido y con un tono muy chillón, como de enfadado. Mi cuerpo se tensa mucho en los hombros, me duelen, también siento un nudo en el estómago… -- Entonces cuando usted está tranquilo no siente el nudo en el estómago, ¿Qué siente cuando no hay nudo? (reconducimos hacia un lenguaje positivo) ¿Puede definirlo con una imagen o sensación? (introducimos lenguaje simbólico del inconsciente) -- Siento un mar en calma que se mueve con olas rítmicas y serenas. -- Cuando usted se siente tranquilo su voz es más grave, sale del abdomen. Sonríe más y siente un mar en calma con olas rítmicas y serenas en el estómago. (Recopilación de objetivos) -- Así es… (Confirmación) En la sesión se refuerza el anclaje del mar en el estómago con una visualización guiada. El participante encuentra como recurso para tranquilizarse que, con su respiración, puede simular el ritmo de las olas. Haciéndolo, conecta inmediatamente con el estado deseado. Se refuerza su memoria muscular con ejercicios de respiración, durante ellos se da cuenta de que, cuando posa la mano sobre su abdomen, le es más fácil hablar más sereno y con voz más grave.

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-- ¿Qué puede hacer en su siguiente exposición para estar más tranquilo? (Definición de objetivos concretos) -- Parar durante la presentación para respirar rítmicamente y ponerme la mano sobre el abdomen. -- ¿Cree que lo podrá hacer? ¿Le será posible? (Explorar la acción y eliminar barreras) -- Sí, buscaré la forma, me inventaré que tienen que comentar algo entre ellos o que estoy reflexionado sobre algo importante. -- ¿Cómo más?… -- Antes de entrar en la sala, practicaré la respiración y me visualizaré delante del mar. Puede que incluso me lleve mi llavero de la tabla de Surf para dejarlo encima de la mesa y recordar cuando estuve en Costa Azul. Ahí sí que estaba tranquilo… (Amplia sonrisa)

2.2 MENSAJE El mensaje es el rey de la exposición, todo gira alrededor de él, incluso nosotros. Como instrumentos del mensaje pondremos todo de nuestra parte para que se adecue al medio con presencia y notoriedad. Lo definiremos, le daremos cuerpo y encontraremos la mejor forma para su puesta en escena. En el anuncio de un detergente, el reclamo o claim del producto es «Este detergente es el que lava más blanco», éste es su mensaje clave. Para reforzarlo los creativos publicitarios idean unos argumentos y unas imágenes que hacen que, al acabar el anuncio, tengas claro y recuerdes que éste es el detergente que lava más blanco. Argumentan que es gracias a unas partículas de oxígeno que al contacto con el agua estallan con fuertes burbujas efervescentes, que arrancan la suciedad de la fibra, y la dejan blanca, blanquísima. Mientras te lo van contando ves la imagen a cámara lenta de cómo se desprende la suciedad para dejar un blanco nuclear y lees en pantalla: «el detergente que lava más blanco». ¡Voilá! En treinta segundos de anuncio el mensaje clave ha sido dicho tres veces y ha sido reforzado auditivamente y visualmente; si además se acompaña con un gingle, música publicitaria pegadiza, y con el testimonio de un cliente satisfecho que te dice«Pruébelo», tenemos un mensaje redondo.

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2.2.1 FONDO DEL MENSAJE

Mientras diseña su discurso pregúntese por la misión, la finalidad última. ¿Para qué hago el discurso? ¿Qué quiero conseguir? ¿Cuál es mi necesidad? ¿Qué puedo aportar? Sea transparente con su público y comparta abiertamente la finalidad de su exposición. El que recibe el mensaje agradece enormemente saber cuál es su parte activa del encuentro. Desea saber qué hacer con lo que acaba de escuchar. Invíteles a la acción. Investigue antes acerca de sus objetivos individuales, qué expectativas o necesidades tienen y pregúnteles, tras su exposición, cómo van a aplicar o para qué les puede servir lo que acaban de compartir juntos. Hay exposiciones brillantes que no generan un después, no proponen abiertamente un cambio de pensamiento o de acción en el público, por desgracia estos discursos quedan en poco. No pierda la oportunidad de expresar claramente lo que necesita usted del público: prueben el producto, colaboren en mi proyecto, denme valoración… Dígales sin pudor lo que espera de ellos. Defina su mensaje clave, esta pregunta le puede ayudar ¿Con qué frase quiere que el público se vaya? A partir de aquí armamos el cuerpo del mensaje, le damos argumentos y forma. La diferencia entre la finalidad del discurso y el mensaje clave es que la finalidad responde a sus necesidades o expectativas; y el mensaje clave responde a las necesidades del discurso y con suerte a las de su público. En el ejemplo del anuncio del detergente la finalidad es que compren mi producto y el mensaje clave es que el detergente lava más blanco. Cuando tenga su frase «El detergente que lava más blanco» acompañe con frases que la argumenten, la expliquen o la justifiquen: «Tiene partículas de oxígeno. Las partículas de oxígeno estallan al contacto con el agua. Al estallar salen burbujas efervescentes que arrastran la suciedad» Estas frases son mensajes que se crean, en torno o debajo del mensaje clave, para reforzarlo, darle valor y sentido.

2.2.2 EL RETO DE LA HOJA EN BLANCO

¿Se encuentra frente una hoja en blanco? ¿Sabe lo que quiere decir pero no sabe qué conceptos y mensajes utilizar? Bienvenido al reto del artista. Hay algunas técnicas de escritor que le serán de utilidad para enfrentarse al reto de la hoja en blanco. Las preguntas sugerentes y la asociación visual de contenidos son ejercicios para florecer la creatividad. Evite frases con «peros» y con «noes». Es momento para saltar y dibujar en las paredes, hacer travesuras. Sus palabras y pensamientos fluyen libremente. Se asocian, juegan y se expanden.

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2.2.3 EJERCICIO PREGUNTAS SUGERENTES

¿De qué quiero hablar? ¿A qué se parece?, ¿Con qué puedo relacionarlo? ¿Qué es lo que le diferencia? ¿Qué le hace importante, especial o útil? ¿Cómo argumento mi postura? ¿Qué puedo decir a favor o en contra? ¿Quién, a quién, cuál, qué, cómo cuándo, dónde, por qué? Si fuera un animal, una profesión, un deseo, un secreto, una pasión… ¿Cuál sería?

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2.2.4 EJERCICIO ASOCIACIÓN VISUAL DE CONTENIDOS

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Sobre una hoja en blanco escriba palabras y asígneles nuevas. Pueden ser verbos, sustantivos o dibujos. A medida que vaya escribiendo, permita que le surjan emociones y opiniones.

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Dis

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Deje que los conceptos que van saliendo se depositen en su cerebro como semillas, y vuelva a hacer la asociación de conceptos hasta que las uniones que surjan tengan sentido y fuerza para usted. Si alguien ve su blog de pensamientos y asociaciones, verá ideas inconexas, pero en su interior estarán tomando forma para poder, finalmente, formularse con una frase con verbo, sujeto y predicado. Libertad Miedo Disfrutar Conexión

Timidez Oratoria

Mensaje

Orador

Público

Mientras esté preparando su discurso puede que tenga la sensación de que sus mensajes van variando. No le tema a esto, usted está organizando sus ideas y cambiando las prioridades mientras se aclara consigo mismo. Una vez los encuentre, apueste por ellos y profundice, deles protagonismo. Más vale un mensaje bien dicho que cientos lanzados al aire sin rumbo fijo.

2.2.5 FORMA DEL MENSAJE

Elegir las palabras del mensaje, es vestir un concepto abstracto, dar presencia a algo invisible. Le diseñamos para facilitar su comprensión en tiempo, espacio y público. No por ser más complicada la exposición, se hace más interesante. El público, que por lo general es muy educado, escuchará pero se sentirá excluido si no usamos ejemplos de su realidad cotidiana o no nos expresamos en su lenguaje.

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Si utiliza un código diferente al que su público espera, se denomina ruptura de código. Puede ser interesante si quiere generar sorpresa, todo lo que genera ruptura se recuerda mejor, pero si lo hace, hágalo con plena consciencia, a veces es muy recomendable. Piense en lo notorio que sería usar el código de la venta de perfumes masculinos para vender un detergente. Ganamos notoriedad en compensación por la pérdida de comprensión del mensaje. En algunos ciclos de ponencias una ruptura, aunque sea ligera se agradece. Después de tres horas de ponencias con el mismo tono, el mismo tema y el mismo escenario, que venga alguien con un aura y aire diferente, se aprecia mucho. A los tímidos nos cuesta por lo general romper, salir de las estructuras convencionales. Está claro que el que rompe está más expuesto a recibir críticas, positivas y negativas, y aún así recomiendo hacerlo para precisamente trabajar el músculo del que hablábamos en los objetivos, para ir estirando poco a poco la libertad de expresión y la ruptura de límites. Puede hacerlo, en un principio con aspectos poco comprometidos, usando objetos, grabando testimonios, usando imágenes impactantes y poéticas, con la lectura de un poema, dibujando usted mismo su presentación… Encontrará que romper los límites es muy divertido, y lo que le voy a decir a continuación es una máxima que, con su permiso, pondré en mayúsculas: SI USTED DISFRUTA, EL PÚBLICO DISFRUTA CON USTED. Utilice códigos visuales, auditivos y kinestésicos. Procesamos la información a través de nuestros sentidos; cuantos más intervienen mejor es la comprensión y permanencia de la comunicación. Introduzca en igual medida todos los sentidos para conectar con la parte visual, auditiva y kinestésica de su receptor. Si es un grupo reducido puede cotejar el sentido regente que tiene su receptor. Si es un público más numeroso, aplique estas recomendaciones para ajustarse a todos los sistemas de procesamiento de la información que haya en la sala. Visualmente podremos emplear fotografías, imágenes; movernos por el espacio para que nos puedan seguir con sus ojos. Cuide los aspectos estéticos. Utilice las manos para dibujar las palabras que está diciendo. Haga variaciones de entonación. Nuestra parte visual se aburre con una entonación demasiado plana y neutra.

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Para el auditivo, respetaremos la secuencia. Si al inicio le decimos que vamos a presentar: 1. Características de nuestro producto 1. Funcionales 2. Estéticas 3. Test de producto 2. Beneficios 2.1 Publico objetivo 2.2 Necesidades 2.3 Valor añadido 3. Inversión necesaria 3.1 Coste inicial 3.2 Financiación 1. Formulario de solicitud y durante la presentación cambiamos el orden, o nos saltamos algún punto, los más auditivos notarán la variación y les será más difícil seguir la ponencia y escuchar con atención. Repita de forma audible varias veces el mensaje clave. Resalte las cifras y las palabras importantes. Cuide el sonido de la sala. Los auditivos se despistan con los ruidos de fondo. Si puede utilice música o lecturas. La parte kinestésica es la que procesa la información y aprende a través de la experimentación y la sensación. Como necesitan pasar lo que están recibiendo por el filtro de sus propias vivencias, hemos de darles tiempo y pausas. Entre concepto y concepto deje un espacio de silencio para que puedan procesar la información. Incluya en su exposición anécdotas, testimonios y experiencias. Si es posible hágales partícipes de una dinámica. Hemos compartido el cómo crear el fondo de un mensaje, gracias al diseño de los mensajes y la finalidad del discurso. También hemos hablado de la forma, destacando la importancia de la ruptura de código y la conveniencia de incluir aspectos visuales, auditivos y kinestésicos. Para terminar este apartado, utilizo el siguiente ejercicio que nos ha servido, a los participantes y a mí, para recoger aspectos importantes a la hora transmitir la forma del mensaje. Pasen y lean.

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2.2.6 EJERCICIO PASAR LA PELOTA

En el inicio de la dinámica los alumnos forman un círculo y tienen como consigna el pasar en silencio una pelota, sin que se caiga, a su compañero de la derecha con un ritmo de 4×4: 1, 2, 3, 4. El ritmo debe mantenerse constante. La acción es recibir la pelota y pasarla. Todo bien, no conlleva gran complicación. Cuando han integrado el ritmo les pido que rompan el círculo y se distribuyan por la sala, que caminen por ella mientras pasan y reciben la pelota. El ritmo comienza a perderse y la pelota se cae varias veces al suelo. Le añado un poco más de emoción e introduzco nuevas pelotas, habiendo en juego unas 5 pelotas, dos botellas de agua e incluso me permito alguna vez introducir un par de huevos frescos, estos últimos generan una tensión muy divertida. No hace falta que les diga que, al final, se genera un auténtico caos, y si había huevos, un desastre. Finalizada la dinámica hacemos un listado de aquello que nos ayudó y lo que nos impidió cumplir con la consigna: pasar la pelota sin que se cayera al suelo. Las conclusiones son muy interesantes y totalmente aplicables a la transmisión de los mensajes. • Cuanta más tensión tenemos, más aceleramos el ritmo. Cuanto más acelerado es el ritmo más posibilidades hay de caer en torpeza. Aprendizaje: si observamos que estamos acelerando el ritmo, parar y reducir. Es el momento de respirar, de beber agua y de hacer más pausas. • Ayuda que haya alguien que esté disponible para recibir. Si lanzamos la pelota a quien no nos mira, lo más probable es que se caiga. Tenemos dos opciones: encontrar a alguien que sí está disponible para recibir la pelota, o esperar a que el participante haga contacto visual con nosotros antes de lanzarla. En nuestras presentaciones podemos contactar con ellos verbalmente, llamándoles por su nombre si lo conocemos, o haciendo referencia a algo que les atañe e importe. Provoque la disponibilidad de su público, dígale el porqué es importante escuchar lo que les va a decir y el para qué les será útil en su vida. • Cuantas más pelotas más complicado se hace el ejercicio. De ahí la importancia de elegir pocos mensajes y asegurar que éstos lleguen bien. Si introduce varios, sobre todo si son delicados como un huevo fresco, es posible que el público se sature y abandone la escucha. • Lanzar la pelota con cabriolas y malabarismos conlleva mayor riesgo. Es inevitable, nos gusta jugar, y al final los participantes se divierten y dan el protagonismo a lanzamientos cada vez más rebuscados, olvidando que la consigna mayor es que la pelota no caiga. En un principio, trate la sencillez y, a medida que va cogiendo confianza y habilidad de lanzamiento de pelotas, permítase hacer virguerías, que seguro serán muy bonitas y efectivas.

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2.3 ESTRUCTURA Y del caos se hizo el orden. Surgieron los planetas y las constelaciones, y el hombre pudo mirar al cielo y decir: – Sí, ahí está Júpiter, puedo verlo. Estructurar es dar orden al caos, es dar forma. La estructura es el barco en el que navega el mensaje, son los hierros que dan a la tela forma de paraguas. La estructura es el esqueleto sobre el que reposa la materia. Imagine que tiene un armario lleno de ropa apilada y quiere ponerse una camisa de verano. Tendrá que remover todo para encontrarla. Le costará acceder a ella y además le llevará tiempo. Imagine que decide poner orden en el armario. Aquí comienza el ejercicio de la estructuración. ¿Hago una selección por colores? ¿Por estaciones del año? ¿Por frecuencia de uso? ¿Por cantidad? Estructurar implica tomar constantes decisiones con las que se descartan el resto de las opciones sirviendo a un propósito mayor. Ideas que nos encantan a veces tienen que no aparecer porque no responden a la estructura. Es un auténtico ejercicio de desapego. Hay estructuras ya propuestas; la más antigua conocida, que sirve de base para muchas otras, es la estructura clásica: presentación, nudo, desenlace. Desde los grandes héroes mitológicos hasta los anuncios de detergentes, como vimos en nuestro ejemplo, han utilizado esta estructura para darse a conocer. Pero antes de conocer tipos de estructuras conozcamos por qué para nosotros, tímidos del mundo, es tan importante. ¿Han tenido alguna vez miedo a quedarse en blanco, a no saber por dónde iban? ¿Han percibido después de su presentación que no saben ni lo que han dicho? Disipen estos miedos trabajando la estructura, creándola y estudiándola. La estructura es el salvavidas que nos dice exactamente dónde estamos y a dónde vamos. Nos da la seguridad de saber cuál es el siguiente paso, nos aporta tranquilidad y confianza. Sin estructura es fácil que los miedos afloren. Súbanse a un escenario de rock a contar en cinco minutos por qué ése es su grupo favorito, sin preparación, sin estructura. Si usted está tocado con el don de la improvisación y de la espontaneidad, no hay problema. Si no, trabaje la estructura. Les diré como secreto, como estudiante de improvisación que soy, que la improvisación es pura estructura: para improvisar bien hay que ensayar mucho, trabajar mucho y tener un infinito de estructuras a nuestra disposición.

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Aquellos familiarizados con el archivo de documentos informáticos ya saben lo importante que es mantener el escritorio lo más reducido posible puesto que la información, cuando está bien estructurada, es más accesible y práctica. Lleva tiempo, pero el beneficio es grande, sobre todo en tiempos de prisa, nervios o complejidad. Mientras estamos exponiendo, debemos poder acceder a nuestros archivos rápidamente, o al menos saber dónde está la información. Los marcadores de texto son las frases que usamos para narrar la estructura: «para comenzar… para terminar… antes de ver los beneficios… la presentación consta de… Utilice este tipo de frases, actúan como las señales de la carretera que nos dice dónde estamos y a cuánto estamos de nuestro siguiente destino. Como los buenos contadores de historias, les vamos guiando por la secuencia del relato y les vamos diciendo en qué parte de la estructura estamos y cuál es la que sigue. El narrador estará más tranquilo y el receptor también. El que lo narra, al ir recordando en voz alta la estructura, sabe dónde está y qué va a decir a continuación. El receptor sigue mejor el hilo de la ponencia y se ubica, máxime si éste es auditivo. Si el ponente no tiene acceso visual a la estructura, quizás porque la presentación visual está a su espalda y no cuenta con atril o mesa, necesita de algo que le ayude a recordarla. Puede utilizar unas pequeñas octavillas que puedan ser sostenidas con una sola mano. En cada una de ellas escribirá cada uno de los apartados de la estructura, con las anotaciones claras y diáfanas, que se puedan ver a golpe de vista, para que no se pierda un fluido contacto con el público. No sea muy estricto con la memorización de todo el texto, conjugue las partes aprendidas (la estructura, las cifras y mensajes clave) con la improvisada. Improvisar le permitirá integrar lo que han compartido sus ponentes anteriores, lo que está sucediendo en el público y la información de actualidad del día. Recuerde que para ganar confianza en su improvisación debe ensayar en voz alta su presentación, repetirla varias veces, de diferentes formas. Durante la puesta en escena su memoria accederá a ese trabajo previo, y si no se acuerda de las palabras exactas le vendrán otras. Ensaye, ensaye, ensaye. Una vez que he postulado la importancia de la estructura y sumado algunas recomendaciones, continuamos con algunos consejos prácticos y la presentación de posibles tipos para que le sirvan como guía cuando vaya a crear una nueva.

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2.3.1 CONSEJOS PRÁCTICOS

A veces, en el entorno empresarial, las estructuras ya vienen dadas en plantillas corporativas, que se copian y se pegan, no queda otra, pero si mantenemos la idea de una caja por idea y de que no haya muchas cajas por concepto o párrafo, podemos ajustar las estructuras dadas. Retome sus mensajes clave y agrúpelos en apartados homogéneos, según sus criterios de orden y estructura. Cada mensaje clave funciona como el título del apartado y se desarrollan con argumentos: datos, hechos, testimonios, anécdotas, imágenes… Los argumentos pueden ser racionales o emocionales. Los racionales son los que convencen desde la razón, desde lo mental y científico. Los argumentos emocionales apelan a los sentidos y sentimientos. La combinación de ambos es muy efectiva. Piense en cómo se venden las ideas, como si fueran un producto. Si va a comprar un coche valorará saber datos técnicos precisos, irrefutables como: número de puertas, potencia del motor o los años que tiene y también tendrá en cuenta su intuición emocional, el pálpito que siente cuando lo ve, lo que le inspira el diseño, lo que dicen de él. Trabaje sobre sus argumentos, póngase en los zapatos del más crítico de sus asistentes, pregúntese lo que él le preguntaría y adelántese a responder a sus cuestiones y lagunas. De esta forma, verá su idea en 360º y podrá reforzarla con puntos de vista diferentes al suyo. La enriquecerá, la hará más fuerte y resistente. Mucho más interesante. Para generar un cambio de pensamiento, creencia o de acción con nuestro discurso, en cierto modo, debemos vender nuestra idea o propuesta. Entiéndame el concepto vender como ofrecer con impacto, quítele las connotaciones negativas que a veces asociamos a la venta. Nuestra exposición, así como los buenos acuerdos, estarán llenos de verdad, honestidad y beneficio mutuo. Si detecta que las ideas se repiten o que hay poca proporción, por contenido o tiempo de exposición, revise su estructura. Puede que deba meter el concepto dentro de una caja ya existente o, si tiene mucho contenido, crear una nueva caja para él. Si hay muchas cajas debe desapegarse de alguna. No haga un apartado muy extenso en comparación con los otros y procure que tampoco haya muchos pequeños apartados. La proporción hace fluida la estructura, la narración y la escucha. Cuéntenos un secreto. Díganos algo sorprendente, nuevo, diferente. El nivel de concentración y de atención decae significativamente a partir de los cinco minutos; en nuestra cultura, donde prima lo visual y lo instantáneo, el tiempo es menor. Los secretos nos gustan, el ser humano es un curioso insaciable y le encanta pisar en lugares donde no hay huellas.

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Les contaré un secreto, les diré algo que jamás se dijo antes, lo que van a oír es absolutamente primicia, es la primera vez que lo digo, les diré algo que cambió mi vida, está recién salido del horno, es de hoy… ¡Genera tanta ilusión recibir un secreto, estrenar una idea!… Ahora que les he dejado con las ganas de uno, déjenme que piense cuál les puedo compartir…¡ah, sí! ¿Quiere saber cómo encandilar desde el principio a su público? Provóqueles, arranque con gancho impactante en los primeros segundos. Una pregunta sugerente, una cifra reveladora, una imagen divertida, una cita célebre… Introduzca algo para que confíen en que lo que verán y escucharán merece su atención porque es diferente, y, por tanto, interesante. Para que su público mantenga la atención de buen grado, cada tres minutos introduzca un golpe de efecto. Algo que rompa con alguna variación en su forma de exponer. Cambie de lugar de exposición, pase de estar de un lado de la sala exponiendo al otro extremo. Fluctúe el ritmo o el tono de la presentación, varíe su energía, si está en un tono neutro pase al vital, al pasional o al cercano y vuelva al neutro. Introduzca sonidos entre sus palabras con onomatopeyas: Zasss, Pum, ring ring, Fiuuuu, Shssss… Al cabo de veinte minutos sepa que debe hacer un descanso y una ruptura total para que la información se asiente y pueda retomar la atención de su público. Es el momento ideal para una dinámica o una reflexión en grupo.

2.3.2 ESTRUCTURAS TIPO

Hablábamos de la estructura clásica: presentación, nudo, desenlace. Sobre ella se ha ideado muchas otras. Lo reseñable de esta estructura es que tiene 3 particiones. Es sencilla y directa. Suelo recomendar hacer 3 o 5 particiones como máximo en cada apartado, sobre todo si es una exposición oral, porque será más fácil de recordar. Estructura clásica

Sinónimos

Introducción

Antecedentes Descripción Presentación

Nudo

Problema Reto Necesidades

Desenlace

Solución Conclusiones Resultado

Tabla 1. Estructura clásica

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Estructura viaje del héroe, variante de la estructura clásica. Esta estructura le será muy efectiva cuando tenga que compartir, alabar o justificar alguna decisión o acción tomada. Presentación

Nudo

Desenlace

Se presenta al héroe, su vida, su historia (Héroe = corporación, equipo de trabajo, departamento)

Conocemos su gran pregunta y su conflicto. Su lucha y los retos que se encuentra por el camino Se muestran a los antihéroes El héroe encuentra la solución y la lleva a cabo

Cumple con su destino y misión. Los antihéroes son neutralizados

Tabla 2. Estructura el viaje del héroe

Estructura clásica desarrollada. En ella se incluye el contenido y las acciones a realizar durante el discurso, en cada uno de los apartados de la estructura. Introducción • • • • •

Conectar con el auditorio (entrada al espacio, mirada) Presentación del orador Captar la atención Gancho Enmarcar el tema Idea principal

Desarrollo • Mensajes clave • Argumentación de los mensajes • Cifras, anécdotas, citas… Cierre • • • • •

Recopilación de los mensajes Proyección a futuro Conclusiones Cierre contundente Despedida y/o agradecimiento

Tabla 3. Estructura clásica desarrollada

Estructura clásica desarrollada visual.

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Introducción Presentación ponente

Gancho

Mensaje clave Desarrollo

Logística:duración material...)

Nudo Argumentos

Desarrollo Argumentos

Mensaje clave

Cierre impactante

Mensaje clave

Preguntas

Acción

Desenlace Ventajas Mensaje clave

Tabla 4. Estructura clásica desarrollada visual

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Estructura venta de un producto. Utilizada para destacar los beneficios, las aportaciones y el valor añadido. Promueve la acción y la venta de las ideas y proyectos. En este caso el orden de la estructura clásica varía para dar protagonismo al problema o necesidad del público objetivo. Nudo

Presentación

Desenlace

Necesidad no cubierta de los beneficiarios (Público objetivo)

Presentación y características y funcionales de producto Argumentación

Beneficios que aporta Ventajas y valor añadido, comparado con:

Experiencias fallidas previas Posibles soluciones, alternativas

• Racional • Emocional

• Competencia directa • Productos sustitutivos

Tabla 5. Estructura venta de producto

Estructura presentación personal. Esta estructura permite presentarnos con elementos que reflejan nuestra identidad y aspiraciones con argumentos emocionales y racionales. Si estamos haciendo la presentación personal de otra persona incluiremos algo que haga referencia a lo que nos ha aportado o como nos ha influido. • • • • • • •

Nombre Datos identificativos Experiencia Lo que me gusta Lo que no me gusta 3 características o talentos Un secreto o anécdota personal Un sueño, propósito o expectativa

Tabla 6. Estructura presentación personal

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Fortalecer recursos

3 FORTALECER RECURSOS Antes de salir a escena. Durante. Después Cuando tenía veinte inocentes años, participé en una prueba para ser presentadora de telediario. Llegué por casualidad, no era periodista y todavía no había tenido formación específica para actuar frente a la cámara. Comencé las pruebas con bastante nivel de inconsciencia de lo que estas pruebas supondrían para mi futuro. Miles de personas de todo el país se presentaban y yo, prueba a prueba, iba superando con nota. Redacté noticias, hice debates, simulé telediarios, todo con una facilidad sorprendente. Quedé entre las cinco últimas finalistas. Llegó el día de la prueba final, sólo cogerían a 3. Tomé mi café de la mañana, de hecho tomé más de uno, y me presenté al estudio de grabación principal. Fue en ese instante cuando me percaté de la envergadura de dónde estaba. Entré en ese gran plató, lleno de focos y de gente corriendo por todas partes. La prueba comenzaba y yo estaba en pánico. Me disparaté y no pude frenarlo, todo pasaba muy deprisa. Por el pinganillo me dijeron que tenía que dar paso a un video «en bruto», un video sin editar, y en lugar de pasar a video, sin más, dije: «Ahora pasamos a ver al bruto» y en el video salió un guardia civil muy corpulento que hablaba del tráfico denso en la operación salida de verano. «Queremos a alguien que ya venga aprendido de casa», me dijeron los directivos para terminar. A día de hoy, ¿Qué habría hecho diferente ante esa situación? De forma natural contamos con muchos recursos que, cuando nos vemos sometidos a alguna situación de estrés, se ven mermados. En el arte de actuar frente a la cámara se dice que el trabajo más importante del actor es el de no hacer nada. Reproducir la naturalidad que tenemos en nuestras vidas cotidianas, como si la cámara no estuviera delante. Los niños cuando hablan no están pensando en si poner la mano aquí o allá. Exponer frente a un público imprime un grado de tensión que, de no trabajarse, bloquea. Hemos de activar los recursos y, además, incluir nuevos para compensar y fortalecer nuestras habilidades comunicativas. En este capítulo se recogen recursos de cuerpo, voz y puesta en escena que podrán poner en práctica para eliminar los efectos limitantes de la timidez antes, durante y después de su presentación.

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Fortalecer recursos

3.1 ANTES Detrás de la cortina siento temblor, el corazón se agita, se me olvida el texto… oigo el rumor de un público, tengo la sensación de ir a salir al Colyseum romano como un gladiador dispuesto a todo y a nada. ¿Por qué me metí en esto?

3.1.1 IDENTIFIQUE LAS ZONAS DE TENSIÓN

Dele salida a la energía que se le instala con nervios o tensión, no la ignore, muévase, agítese. Hay quien aprovecha su escapada al baño, antes de la presentación, para saltar y estirarse. Uno de mis puntos de tensión es en el centro del pecho y, antes de salir, incluso durante la exposición, me doy pequeños golpecitos con las yemas de los dedos. Cuanto mejor es mi estado físico, menos tensión tengo. El día antes vaya al gimnasio o al parque y dedíquele tiempo a su cuerpo. Llene sus pulmones de aire. Hay ejercicios de Chi kung que combinan el estiramiento del cuerpo con la respiración. Son fabulosos, en 20 minutos hemos puesto el cuerpo a tono para salir al Colyseum. Si le cuesta identificar el lugar de su cuerpo que más se tensiona, detecte dónde le duele normalmente después de las exposiciones. La nuca, los ojos, la mandíbula, los hombros, el trasero o las rodillas son puntos críticos de tensión.

3.1.2 1,2,3 A ESCENA

¿Ser o no ser, hacer o no hacer? la respuesta la encontrará sólo si comienza a actuar. Lanzarse a la piscina y dejar atrás los pensamientos. Cuánto más tiempo estemos detrás del biombo más nervios acumularemos. Hay un tambor, que suena con 3 golpes, y al tercero usted debe salir. Sienta como una mano le empuja al escenario. Esos primeros instantes son de los más temidos, es el comienzo, el espacio vacío. Esos nervios también se conocen como trema. La trema tiene una duración, dura lo que dure su organismo en reconocer que no es una situación de alarma o de peligro. A medida que va teniendo más entrenamiento, consciencia y práctica, el tiempo de la trema se reduce llegando a estar tan sólo los 3 primeros segundos. La trema nerviosa pasa a ser una trema de energía que le empuja a la acción.

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3.1.3 ESCUCHE SU MÚSICA ANTES DE SALIR

Para conseguir dos cosas: la actitud y diálogo interior positivos. Música clásica, Rock de los 80, trance, melódica… elija aquella que le proporciona el estado deseado que necesita. A veces necesitará serenidad, otras, energía. Prepare su discurso escuchando esa música, ensáyela con su ritmo. Antes de salir a escena, tararee su letra y melodía. Sustituya con ella su diálogo interior. Es un método que he encontrado muy efectivo para apartar los pensamientos que no me ayudan, recitar y cantar en mi interior. Es tan potente incorporar la música que ustedes, con unos cascos en los que escuchen su música favorita, serían capaces de estar durante 3 minutos frente a un público, sin decir nada importante, y estar bien.

3.1.4 ESCUCHE SU VOZ

Al igual que ocurre con el cuerpo, la voz necesita de estar entrenada y caliente. Haga una lectura vocalizando de forma exagerada, prepare los músculos de su aparato fonador. Toque su rostro y haga muecas con sus labios y boca. Juegue a entornarla con graves y agudos, a decir la letra A como si fuera un cantante de ópera. Muchos alumnos me dicen que no pueden hacer esto antes de sus presentaciones porque les tomarán por locos. El recurso de hacerlo en el baño tampoco vale porque se oye. Preparen pues la voz en sus casas y, antes de la presentación, vocalicen de forma sorda, sin sonido: Ta, Te, Ti, To, Tu. Ka, Ke, Ki, Ko, Ku. Ba, Be, Bi, Bo, Bu. Ma, Me, Mi, Mo, Mu. Ga, Ge, Gi, Go, Gu. Estiren sus labios como si dijeran una «i» muy aguda y pasen a una «u» muy cerrada y grave, varias veces. Hagan como si estuvieran mascando chicle. Bostecen, sí, bostecen. En el baño lo podrán hacer sonoro. Durante el bostezo pasamos por todo nuestro registro de graves y agudos y además relaja mucho. Escuche su voz, acostúmbrese a ella justo antes de salir, que no le sorprenda. Si puede hable, con cualquier excusa, con alguien que está al fondo de la sala. Pida un vaso de agua, hable con su compañero de ponencia. Y si puede escucharse en la misma sala y con el micrófono que va a llevar, mejor. Hay quien se sorprende de su propia voz cuando se escucha por el micro, la acústica es distinta o los ajustes son diferentes, por lo que, si se escucha antes de entrar en faena, evitará añadir estrés.

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3.1.5 MEMORICE EL COMIENZO DE SUS FRASES

El arranque es el que más cuesta, son demasiadas cosas las que están pasando por nuestro cuerpo y mente. Si tenemos la certeza de que sabremos cómo comenzar, luego todo vendrá rodado. Su sistema se relajará y podrá acceder fácilmente a la información. No es necesario memorizarlo todo, simplemente el arranque, la primera frase. Tenga también apuntados, cerca de sí, sus mensajes clave, su estructura y las palabras difíciles de decir. Si hay alguna que se le atasque, divida la palabra en sílabas y repásela lentamente, sílaba a sílaba. Cuándo la pronuncie frente al público, hágalo también sílaba a sílaba pero añadiendo un poco de cadencia, alargue el sonido de la última letra de forma fluida y que engánchela con la siguiente sílaba: au-dio-vi-sual.

3.1.6 BUSQUE ALIADOS, CONECTE

Es muy divertido ver a algunos actores tras bambalinas con entrañables secuencias, rituales que les conectan con la mejor versión de sí mismos. Entre el equipo también tienen sus códigos para desearse la mejor actuación. Bromas y frases que sólo el grupo conoce. Realmente es mágico. Si va a presentar en grupo, fomente la conexión y complicidad entre los ponentes. Sé que en el mundo empresarial no se prima tanto estos gestos, pero seguro que hay cosas que podrá hacer. Antes de la presentación, no nos escondamos en la pantalla del móvil, aunque sea muy importante el mensaje que acaba de recibir. Ayude a que su compañero salga también de él. Busque la cercanía con los asistentes. Hablen del tiempo, de la vida, de sus hobbies. Integre en su ponencia lo que han hablado minutos antes, mientras estaban esperando juntos. Eso le hará formar equipo con su público y compañeros, y la ponencia siempre se verá enriquecida. Vaya a la sala de su presentación antes. Contémplela vacía y en silencio. Hágase con el espacio, muévase, busque pequeñas grietas, cambios de color, detalles. Tómese un tiempo para simplemente estar, conectar con el espacio y recrearse. Véase a sí mismo en medio de la sala, sonriendo, en paz y disfrutando.

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3.2 DURANTE El agua del río empuja, ya estoy aquí. Nadaré, me dejaré caer al fondo, contendré la respiración y saldré con una bocanada a contemplar el mundo. Naceré una y otra vez.

3.2.1 EL ENCUENTRO

Deje espacio para el encuentro con su público. Se trata de un ritual que tiene tres momentos clave: -- El tiempo que estamos detrás del biombo: no les haga esperar mucho, pero tampoco salga apresurado. -- El camino hasta llegar al escenario: y al llegar lo hacemos nuestro espacio, esto es algo muy del reino animal. -- Y el momento en el que comenzamos a hablar y mostramos nuestra carta de presentación. Estos tres momentos necesitan de majestuosidad. Estoy llegando como el rey de la selva, te miro como una diosa de ébano, y comienzo a hablar. Porque éste es mi espacio, y tengo algo que decir. Por favor, no inicie su discurso con excusas, autocrítica o mostrando sus vergüenzas. Nada de decir: «Lo siento, no me lo he preparado mucho», «a ver cómo sale» o «se me da fatal esto»… No predisponga a su público negativamente, todo lo contrario. Les va entregar lo mejor de sí mismo, sea un cardo, un clavel o un cactus, será lo mejor que tiene en ese momento y lugar.

3.2.2 ATIENDA A SU COMODIDAD

Facilítese el comienzo, si percibe que su sistema está muy nervioso, no se fuerce a ir al centro del escenario de pié para comenzar, aunque esto sea lo deseable. Si siente que la trema es todavía muy fuerte, puede empezar el discurso sentado, hasta que el organismo se tranquilice. Puede pedir a un compañero que empiece la presentación. Y también puede lanzar una pregunta al público para que sean ellos los que calienten la sala y preparen el ambiente de la presentación. Preguntas como: ¿Han hecho ya algún curso de oratoria? ¿Qué piensan del miedo escénico?

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Alguna vez que otra, antes de una presentación de cómo superar el miedo escénico, he tenido que tirar de este recurso, porque mi cuerpo no estaba ajustado y/o la sala no estaba aún «caliente», no había clima. Si no lo hubiera utilizado, si no hubiera parado en ese momento para hacerlo, mi tensión se hubiera incrementado y se hubiera visto reflejada en mi voz y cuerpo. Mientras el público contestaba a mi pregunta yo me iba tranquilizando.

3.2.3 RESPIRE

Conecte con su respiración. Una vez fui a un ciclo de espectáculos. Había un francés que estuvo 30 minutos sentado frente a nosotros sin decir nada. No podía quitar mis ojos de él. Sin inmutarse ni un pelo, nos miraba, y no hacía nada. Sufría yo más que él. A algunos se les caían las cosas al suelo con un fuerte estruendo en la sala y hasta se sentían culpables. Al final del espectáculo había una rueda de preguntas para el artista. Le pregunté: «¿Cómo puede estar ahí, sin que pase nada, cómo consigue permanecer?» Evidentemente yo ya habría tenido la necesidad de hacer algo desde el minuto uno o de llorar. Él, parco en palabras como su espectáculo, me contestó: «Respirando».

3.2.4 RECORRIDOS GEOMÉTRICOS

Dibuje en el suelo, bien con su imaginación, bien con marcas o referencias, varios puntos en la sala. Durante su presentación diríjase a ellos con decisión. Para ponencias, en donde el público está de frente, suelo usar la figura del triángulo, poniendo los dos vértices de su base cerca del público y el central coincidiendo con el centro posterior del escenario. El público no conoce la consigna que usted tiene, pero si verá a un orador que se mueve con soltura y que abarca todo el escenario. Le ayudará a salir de lo estático, ya que tendemos a anclarnos en un sitio seguro y a no salir de él. Y prevendrá la tensión corporal que acumulamos cuando estamos de pié sin movernos. Cuando pase de punto a punto hágalo con precisión. Por supuesto puede hablar mientras realiza el recorrido. Cuando llegue a su punto destino, quédese, haga una pausa corporal, siga exponiendo hasta que sienta la necesidad de volver a moverse, entonces busque un nuevo punto de la figura geométrica que se ha trazado en el suelo de su escenario, y vaya hacia él.

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3.2.5 EL CUERPO COMO ANCLAJE

¿Recuerda cuándo hablábamos de que los pensamientos y la actitud modificaban la afinación de nuestro cuerpo? Ahora viene la segunda parte de la historia, que es un secreto de los buenos actores: así como nuestros pensamientos modifican el estado de nuestro cuerpo, nuestro cuerpo puede modificar nuestros pensamientos. Reproduzca la postura y los gestos de su estado ideal: sonreír, abrir el pecho, respirar con el abdomen, quebrar un poco la rectitud de la espalda… Su cuerpo le conectará, casi de inmediato, con el estado al que está invocando. Para representar el papel de alguien muy enfadado, recordaré cómo es mi cuerpo y voz cuando tengo mucha rabia: las mandíbulas se aprietan, mi mirada se torna como de cocodrilo, aprieto los puños, respiro fuerte y entrecortado. Aunque no esté enfadada, conectaré casi de inmediato con ese estado. Piense en cómo es su respiración cuando le dan un susto. El aire se queda en la parte alta del pecho con inspiraciones y expiraciones cortas. Suele ser la respiración que nos conecta con el miedo y el peligro. Ergo, si esa es nuestra respiración cuando exponemos, estaremos en contacto con el miedo. Si bajamos la respiración al abdomen y la hacemos más pausada y profunda, podremos obtener otro estado más deseable. Por esta razón se insiste tanto en tener una sonrisa plácida mientras hablamos, como rezan los manuales del comercial o de atención al público. Y no es sólo porque puede ser agradable para quien tenemos en frente, sino porque, cuando sonreímos, nos conectamos con un estado de confianza y serenidad. De las artes marciales hemos aprendido que un golpe duele más cuando tenemos el cuerpo en tensión, que cuando lo tenemos flexible y relajado como el bambú. Así que sonría, es el mejor relajante muscular que hay.

3.2.6 LAS MANOS

Son el foco de la atención de muchos oradores que no saben qué hacer con ellas. De repente se convierten en un ente con vida propia, desintegradas del conjunto del cuerpo. Se esconden tras la espalda, se encierran en los bolsillos, se mueven nerviosamente, tocan la cara, el cuello, nos rascan la cabeza sin permiso. ¡Se han vuelto unas rebeldes!

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Al igual que les pasa a las piernas, las manos recogen la tensión y necesitan tener una salida, una instrucción algo que hacer, de lo contrario, irán por libre, y, si están nerviosas, harán lo que sea para sacudirse o aplacar esa energía. En un estado normal sus manos se mueven libremente y son una manifestación gestual de lo que se está diciendo. Haga este ejercicio y compruebe cómo sus manos le ayudan y acompañan de manera natural al mensaje.

3.2.7 EJERCICIO: CUENTO INFANTIL

Recuerde su historia favorita y cuéntela con mucha pasión. Interprétela de forma exagerada para un público de 20 niños de 4 años. Todo su cuerpo acompaña, en especial sus manos que son narradoras protagonistas del relato. Ahora cuente la misma historia sujetando sus manos detrás de su espalda, y compruebe las diferencias en lo que siente, la variación de la energía y en el interés que suscita la historia contada así. Queremos integrar nuestras manos para enfatizar el mensaje, queremos dibujar las palabras con ellas, un círculo cuando mencionemos la palabra «perfección» o juntar nuestras manos cuando mencionemos la unidad. Pero no sale de manera natural, por el momento, y tenemos que entrenarlo. Elija gestos con sus manos para algunas de las palabras clave de su discurso, y haga ese movimiento a conciencia. De tanto en tanto durante su presentación, acuérdese de sus manos y páseles el mensaje de tranquilidad y fluidez. Si en un principio no consigue resultados, sostenga un bolígrafo, es un objeto transicional que nos recuerda la seguridad de estar en el atril o de sostener un bastón de mando.

3.3 DESPUÉS Pasó la tormenta, miré mi ropa calada y los cabellos que se pegaban a mi cara. Pero también sentí una brisa fresca que me acariciaba en calma y el olor a la tierra mojada.

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3.3.1 RECIBA LOS APLAUSOS

Llega el final de su presentación, ya está todo hecho. Casi huyendo hace mutis por el foro, desaparece como un rayo de la escena. Vuelva por favor, déjenos darle las gracias y decirle adiós. Sé que es difícil, y nos sonroja un poco, pero ¿y si nos quedamos a recibir los aplausos? Es maravilloso ver el final de un orador, cómo se mantiene frente a su audiencia unos instantes, con un lenguaje silencioso, haciendo un punto y final con su voz y cuerpo. Es muy momento muy auténtico en el que se conecta intensamente con el público. Ya no hay que decir o hacer, simplemente hemos de estar frente a ellos. Es el momento en el que el público le hace un regalo de agradecimiento, quédese a recibirlo, se lo merecen, tanto usted como su audiencia. Ha hecho un gran esfuerzo y su público quiere darle su reconocimiento. ¿Cómo podemos permanecer para recibir los aplausos? Permaneciendo, sí, lo sé: no es una técnica muy elaborada, pero es la mejor. Recuerde al artista francés que simplemente respiraba. Concéntrese en su respiración. Si le sirve, diga internamente «Gracias». Refuerce su diálogo positivo con frases que le ayuden a crear un puente para la próxima vez «Ha salido bien» «Les ha servido» «He disfrutado un poco más».

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3.3.2 TURNO DE PREGUNTAS

Responder con habilidad a las preguntas requiere de una buena técnica en comunicación. A veces, son ambiguas, contienen muchas preguntas en una. Son capciosas, manipuladas para que respondamos lo que quieren oír. O maliciosas, son críticas encubiertas en forma de pregunta. Ante todas ellas la clave está en la reformulación y la positivación. Reformule la pregunta a su modo para que se sienta confortable contestando. Si no sabe la respuesta, no titubee en decir que le responderá por mail o al final de la jornada. Esto no es signo de ignorancia, sino de interés y precisión. Si una pregunta está hecha con mucha carga negativa, tradúzcala al positivo. -- ¿Esta medida es insegura? El concepto clave de la pregunta es: «inseguridad». Si respondemos fielmente a la pregunta habría que decir: «No, no es insegura». La palabra negativa, se mantiene en la respuesta y rondará por toda la sala. Busque la palabra en positivo, aquel deseo o necesidad que está implícita en la pregunta. Responda en su lugar: «Sí, es segura». En la rueda de preguntas también nos encontramos preguntas que son opiniones. En este caso, resuma lo que ha oído, y, sin darle valoración, sume diciendo su opinión sin desmerecer lo que ha escuchado. Hay oradores que, como el momento de las preguntas les es tan delicado, optan por posponer las respuestas a otro día y de forma personalizada, o incluso seleccionan las preguntas que van a responder, invitando a los participantes a darlas por escrito antes o durante la presentación. Ahora con los medios tecnológicos es muy fácil, pueden enviar un mensaje de texto a una plataforma o foro, y el orador hace la selección de preguntas previa a las respuestas.

3.3.3 GESTIÓN DE LA CRÍTICA

Conozco grandes oradores que, cuando se han visto en una grabación, se les ha caído el mundo encima. Tenemos una gran lupa para nuestros defectos y un minúsculo detector de talentos y valor. Hay quien no se reconoce cuando se ve y hay quien incluso no quiere ni verse.

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No permitiremos esto, aprenderemos a aliarnos con nuestra imagen, aunque se aleje mucho de cómo nos recordamos, y aprenderemos a evaluarnos con criterio constructivo. La mirada del otro nos ayuda, al fin y al cabo, en cuanto a nuestra imagen y proyección, siempre sabrá más acerca de nosotros que nosotros mismos. Puede vernos en todas las dimensiones y en 360º. Pero no vale una crítica cualquiera. Diferenciaremos entre una valida y una estéril, inclusive si es un cumplido que nos halague mucho. La crítica debe construirse de forma que se pueda traducir en objetivos concretos.«Me ha emocionado, ha sido maravilloso, es de largo la mejor presentación del día». No es una crítica que nos ayude a evolucionar. Aunque sea bienvenida, por supuesto. Del mismo modo no nos ayuda el acercamiento contrario. «Un desastre, no me ha gustado nada, no has conectado con el público». Usted puede ayudar a su crítico a concretar su opinión con preguntas como: – « A su juicio, ¿qué es lo que no ha conectado con el público? ¿Cómo cree que hubiera podido conectar más?» «¿Qué es lo que le ha hecho emocionarse? Cuándo se haga la autocrítica, para obligarse a verse desde todos los ángulos, identifique los aspectos que le han gustado de su presentación, sus logros, bien sean personales o de discurso, y anótelos como aspectos a mantener. Así mismo, identifique los que no le han gustado y separe entre aquellos que han estado, y que hubiera preferido que no estuvieran, y los que no han estado y que sí quiere que estén. Es decir, distinga entre lo que quiere activar y lo que quiere desactivar. A veces es difícil detectar si lo que tengo que hacer es activar o desactivar un comportamiento. Aquí un ejemplo: -- En mi presentación he vocalizado muy bien, estoy contento con mi evolución, esto lo quiero mantener. Sin embargo, he hablado muy deprisa. ¿Cómo lo anoto? ¿Quiero activar la calma al hablar? o ¿Quiero desactivar el ritmo rápido de cuando hablo? Para saberlo compare cuantitativamente su objetivo buscado con su actuación, deles valor numérico del 0 al 10. Pongamos que desea un ritmo de 6, un punto más deprisa que el tono neutro, y que, a nuestro juicio, nuestro ritmo ha sido de un 8. Para conseguir nuestro objetivo hemos de descender de nivel 8 a 6, por tanto, anotaremos «desactivar el ritmo rápido al hablar».

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4 IDENTIDAD DEL ORADOR Vulnerabilidad. Máscaras que ayudan. Técnica de Modelaje La timidez se adhirió a nuestra identidad en aquel instante en el que pronunciamos por primera vez «Yo soy tímido». Y para bien y para mal, con ello aprendimos lo que significa el coraje y la libertad de expresión. ¿Se han dado cuenta de que «yo soy» se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda? Seguro que esto encierra algún misterio que nos ayuda a aclarar la dimensión de lo que supone la identidad. YOSOY. Les dejo este misterio para que cada uno de ustedes encuentre su propia explicación. Según lo estaba escribiendo he encontrado una, es tan personal y abstracta que sólo me vale a mí, y lo que más importa ahora es la respuesta que se den ustedes a sí mismos. La identidad es lo más personal que hay. Y se lee igual la mires de frente que la mires de espaldas. Aprenderemos en los siguientes apartados a resignificar nuestra identidad. Nos reencontraremos con nuestra autenticidad, incluyendo a nuestros personajes y leales máscaras. Nos enriqueceremos con lo que observamos en los demás y nos gusta, sin comparaciones, ni complejos. La identidad es un conjunto de características que nos diferencian de los demás, de nuestros iguales. Tomen esta contradicción con todo su peso y valor. Usted tiene una identidad que va mucho más allá de su imaginación. Puede ser lo que usted quiera con infinitas versiones, puede elegir. Lo que le marcará ir por un camino u otro es el que usted se sienta bien. Esa es la mejor medición que puede hacer para saber si está cuidando su auténtica identidad. Hay un sistema de alarma interno que chirría cuando estamos haciendo algo de alguna manera que no nos corresponde. Esto no quita que durante su entrenamiento se ponga a juego, estire, exagere y experimente nuevas formas. Entrene en espacios respetuosos que le permitan disfrutar del encuentro con sus distintas versiones. Hágase grande, ya habrá tiempo, si hace falta, de hacerse sutil. Imagino un bello cuadro con un hermoso caballo. Cuando lo dibujo en el papel, parece un perro asustado al que le falta una pierna y tiene más cola que cuerpo. Si entreno mi habilidad como dibujante, haré que poco a poco mi identidad deseada se parezca más a la identidad expresada. Así es como se amplifica una identidad, aportándole nuevos colores, nuevas gamas, y nuevas herramientas.

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4.1 VULNERABILIDAD El trazo de un círculo perfecto comienza y acaba en el mismo lugar. Todo es uno y lo otro a la vez. No hay sombra sin luz, no hay luz en la tierra que no de sombra. Si la vulnerabilidad tuviera la forma de un animal, para mí sería una medusa. Un animal que se vacía y se llena constantemente, y que, gracias a ese movimiento, coge su impulso para continuar. Es a veces poco querida, fea, molesta, peligrosa. Sin embargo, en su habitat es hermosa e hipnótica, es ligera, transparente, todo en ella es piel y sensibilidad. Pero si la perturban, picará. En una de las clases del renombrado Costantin Stanislavski, el maestro: hizo que un alumno subiera al escenario a oscuras, el resto de sus compañeros estaban de pié frente a él sosteniendo cada uno de ellos un candil iluminado. Una veintena de candiles miraban como si fueran grandes ojos brillantes. El alumno no pudo más que emocionarse, no se sabe muy bien si por alegría, miedo, o por ambas a la vez. Esta es una imagen muy potente que representa la fuerza de la mirada de un público. Si ante la mirada de tanta gente, de tantos candiles encendidos no sentimos nada, algo va mal. Es necesario y humano sentir. Superar el miedo escénico pasa por convertir esta sensación paralizante en motor para entregarnos. Piense que tiene un regalo para su público, al que le ha dedicado tiempo, trabajo y superación. Al dar un regalo, nos embarga una mezcla de alegría, expectación, nervios… Nos preguntamos si le gustará al receptor. Estamos impacientes. Es una sensación intensa, pero agradable. Así serán sus exposiciones y así las hará, con la misma ilusión del que entrega un regalo querido a un querido amigo.

4.1.1 A QUIÉN SE IMAGINA EN EL PÚBLICO

¿Quién se sienta secretamente en las butacas de su público? ¿Quién observa cada una de sus palabras y gestos? Si su público fuera una sola persona ¿quién sería? Para que su relación con el público sea constructiva, amable y fructífera debe aliarse con él. Éste es un cambio de actitud que nosotros promovemos y sobre lo que sí tenemos capacidad para influir.

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Si se presenta como sufridor, víctima, y el público percibe su rechazo, aunque sea provocado por lícitas emociones, como el miedo o el hastío, ellos intuirán que su relación no marcha bien. Y usted pasará por una situación incómoda que no se merece. Puede que su audiencia sea el de un grupo de tiburones directivos esperando a que se equivoque. Un compañero que sólo le ve lo negativo. Puede que su personaje, acaparador de su atención, ni tan siquiera esté presente. A veces seguimos trayendo a nuestras exposiciones a personas del pasado o de nuestro imaginario que no nos ayudan a fluir ni a tener confianza. Algunos son seres queridos que desean lo mejor para nosotros pero que se expresan de manera tajante, bienvenidas sean, pero en otro momento y lugar. Cómo técnica para aliarse con su público, les hablaré de un ejercicio que viene de la Gestalt. Sirve para negociar con ese personaje antihéroe que se presenta tan notoriamente entre nuestro público. Si no tiene a alguien concreto puede hacerlo con un personaje que se llame «Público que no me quiere» «Público que me juzga». Será una negociación, y entre los dos, habrán de encontrar la forma de reconciliarse y de aliarse con una mirada comprensiva y respetuosa.

4.1.2 EJERCICIO DE LA SILLA VACÍA

Ponga dos sillas una enfrente de la otra. En la primera se sentará usted, y, en la segunda, su público o personaje imaginario con el que quiere negociar. Háblele de lo que siente, de lo que quiere, de lo que le molesta. Permita que sus palabras se expresen claramente sin medias tintas. Una vez sienta que ha terminado, póngase en la segunda silla y responda como si fuera el otro personaje. Deje que este personaje imaginario, que está actuando a través de su voz, le comparta sus inquietudes, sus negativas, sus deseos. Repita el cambio de silla mínimo 5 veces, hasta que pueda conocer la intención positiva del personaje enfrentado y pueda visualizarlo como alguien más amable, que ha variado su posición rígida cuando habla de usted. Pulula por ahí un consejo para reducir el miedo al público y es el de imaginarlo desnudo, o en paños menores. Yo prefiero evitarme ciertas visiones. No podría contener la risa. En su lugar, me visualizo a mí misma entre el público, en mi mejor versión, llena de poder. Me miro, me sonrío. A mi lado, ubico a personas que son significativas para mí y que me han acompañado en mis errores y me han enseñado con amor. Si desea conocer a su mejor versión como orador, realice el ejercicio de la posición perceptiva.

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Una persona, en un contexto o situación determinada, en la que se siente bloqueado y sin recursos, puede no encontrar las respuestas y el apoyo que necesita. Cuando hablamos con otra, que está menos implicada, podemos ver bajo el nuevo prisma la situación y encontrar el mejor camino. Normalmente esta otra persona es un buen amigo, alguien en quien confiamos y valoramos, un buen mentor. Tenemos la confianza de que sus consejos son acertados y útiles. Jugar con las posiciones perceptivas nos permite visualizarnos a nosotros mismos en esa posición privilegiada. Nos convertimos en observadores de nosotros mismos pero en la distancia. Desde este lugar alejado, vemos más, sabemos más y tenemos más experiencia. Es como si fuera un doble nuestro que ha viajado hacia el futuro y ya tiene las respuestas y mejores consejos que necesitamos en nuestro momento actual.

4.1.3 EJERCICIO POSICIÓN PERCEPTIVA

Ubique en el suelo los números 1, 2 y 3, a un paso amplio de distancia entre ellos. Vaya al número 1 y véase presentando, sienta lo que le sucede en su cuerpo, relate en voz alta los pensamientos que pasan por su cabeza, y lo que está viendo. Cuando se sienta conectado con esta situación, respire hondo, y manteniendo los ojos cerrados, vaya al paso número 2. Aquí usted se convierte en observador de sí mismo. Sea testigo de lo que estaba relatando en el paso 1. Escúchese con atención y exprese su opinión en voz alta. Note como su nivel de implicación es menor y su capacidad de observación y entendimiento mayor. Respire hondo, y vaya al paso número 3. En el paso número 3 usted es el observador del observador. Valore la observación que hizo del paso 2, aporte su sabiduría y conocimiento, desde ese lugar en el que todo se sabe. Recréese con esta figura que aparece en el paso 3. Puede ser Ud en una versión avanzada o puede aparecer la figura de un mentor, conocido o no. Este observador tiene un consejo, una clave que ayuda. Cuando la pueda verbalizar vaya al paso 2 y entréguesela al observador que está allí. El observador 2, una vez integre lo que ha recibido, se lo entregará a usted en el paso 1. Convoque siempre que lo necesite al observador del paso 3. Sabe mucho.

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4.2 MÁSCARAS QUE AYUDAN Combino las esencias para crear aromas, dulces, amargos, intensos, delicados. Yo creo, yo expreso, yo doy vida a nuevas fragancias. Todas son mías y vienen del mismo manantial lleno. Tienen mala fama, se les asocia con falsedad y manipulación. Se las tiene miedo. Creo que se las trata duramente y no estoy de acuerdo con esas apreciaciones. Desde pequeña siempre tuve fascinación por ellas, pero siguiendo el consejo de quienes bien me querían las guardé todas en una caja y me olvidé de ellas. Estaba en el camino de encontrar mi auténtico rostro. Hablo tanto de las máscaras físicas como de las metafóricas, para mí representan lo mismo. Muchos años después, recobré el contacto con ellas en un atelier en el que las construíamos con nuestras propias manos, y recordé lo que profundamente ya sabía. Las máscaras ayudan a sentirse libre. Con ellas muestro mi vulnerabilidad, puedo expresarme abiertamente bajo su amparo. Las máscaras que no funcionan son las que no hemos construido nosotros, son las que se alejan de nuestra congruencia y tomamos prestadas, a veces a la fuerza. No funcionan las que aprietan, no dejan respirar, son rígidas y tan fuertes que no dejan espacio para nada más. Si se siente cómodo portando una máscara, metafórica, hágalo. Ella es su extensión. La ha ideado y creado para usted. Sienta que es porosa y permeable. En cuanto note que le aprieta, molesta o le domina, quítesela, busque otra si la necesita. Para ello primero tienen que tener consciencia de que la lleva y darse cuenta de que se le quedó pequeña, quizá ya no responda a su situación actual. Identifique cómo se expresa esa máscara y decida modificar su puesta en escena. La máscara que portaba exponiendo en la Universidad, no puede ser la misma que use ahora, veinte años después.

4.2.1 TIPOS DE MÁSCARAS

En Oratoria identifico tres tipos de máscaras, que son las más extendidas. Las describo de forma exagerada para que se entiendan bien. Hablo de ellas con un poco de brutalidad y sentido del humor, que no falte. Si se siente identificado con alguna de ellas no se preocupe, todos las tenemos en el armario y en algún momento de nuestra vida nos han venido muy bien.

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La máscara del bravucón: Anda por el escenario como si se le molestase, haciendo un favor a sus oyentes, que más le vale aplaudir al final, aunque, si no lo hacen, da igual porque ellos se lo pierden. Dice palabras gruesas, no tiene consideración, no la necesita. Es agresivo y políticamente incorrecto. Tienen el encanto de ese rebelde sin causa al que todos nos queremos parecer alguna vez. No siente ni padece. Mejor será que te prepares la pregunta si no quieres que te deje en ridículo. Se atreve a decir las verdades sin que le tiemble el pulso. Mira de frente, con las manos en el bolsillo. No necesita de técnicas de oratoria, él está por encima de esas bagatelas. La máscara del correcto: Voz neutra, sin muchos altibajos, con ese deje de locución de aeropuerto en su entonación. Apenas se mueve de cintura para abajo. El movimiento de sus brazos es a partir del codo. No hace grandes aspavientos. Eso sería demasiado pasional e invasivo. Tiene sonrisa perpetúa y ligera. No se inmuta ante las impertinencias o los imprevistos, si acaso se retoca un poco el nudo de la corbata o se atusa el pelo mientras aclara con mucha discreción su voz. Es la máscara del político que no se mete en problemas, de la ejecutiva que no quiere que se la juzgue demás. Es un holograma que te da el parte metereológico. La máscara del inocente: Aniñado, frágil, de ojos redondos y brillantes, Se ríe nerviosamente cuando le pones en un aprieto, te pone cara de oso panda delicado. Te apetece darle un achuchón y un vaso de leche con galletas. No se puede ser crítico con alguien tan amoroso. Recuerda a un bebé agradecido que se ruboriza fácilmente. Se mueve dando saltitos por el escenario. Se toca mucho el rostro y mira con seductora vergüenza al suelo. Su voz es afinada, de timbre dulce y risa de cascabel. Cuando sufre te pide con clemencia adorable que le ayudes, es un ser frágil que necesita de tu comprensión y ayuda. Mal público serías si hicieras escarnio de él.

4.2.2 PERSONAJES Y MATERIAS

Para ampliar nuestros registros nada mejor que jugar con nuestros personajes interiores. Tenemos un personaje fijado en nuestro día a día, con pequeñas variaciones dependiendo de la emoción. En este apartado convoco a explorar otros de nuestros personajes, llevados al extremo desde el juego, para conocer nuestras múltiples facetas. Puede que nos interese contar con estos nuevos personajes en algún momento de nuestras vidas. Sugiero ir al personaje opuesto. Si por ejemplo estoy delante de una gran ejecutiva, correcta, resuelta y perfecta, le invito a irse al otro lado y que explore al personaje del bravucón, que en femenino también puede jugarse con el papel de cabaretera. He podido comprobar que es una liberación para ella y que adquiere recursos muy interesantes que le permiten expresarse con mayor libertad y viveza.

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En el mundo femenino la máscara de la corrección está muy presente. En esta máscara se anula cualquier componente de seducción o de mujer con carácter fuerte y deslenguada. Cuando juegan a su cabaretera, puedo ver su esencia desde el otro lado y es muy divertido. Podemos recoger recursos que encontramos desde este personaje opuesto al que se usa normalmente para exponer. Igualmente pasa en el mundo masculino cuando a una máscara de fuerza, chulería cargada de feromonas, la llevo a jugar una máscara más inocente y naif, un «happy flower», un gurú de la felicidad. Creanme que es muy enriquecedor para él. En este juego de descubrir nuevos personajes, podemos encontrar nuevas máscaras y rehacer las que tenemos para que se ajusten mejor a lo que somos a día de hoy. También, puede encontrar nuevos registros interpretando las cualidades de las materias que son ásperas, duras, líquidas, densas, rápidas. Estos son ejercicios de entrenamiento que sirven para ampliar la expresividad. Es mejor hacerlos en grupo, porque podemos ver en otros nuevas referencias, pero si no encuentra un grupo dispuesto a disparatarse con estos menesteres, empiece a hacerlo solo.

4.2.3 EJERCICIO MATERIAS

Debe andar por el espacio y hablar como si fuera la materia propuesta. Dele tiempo, no cambie de materia demasiado rápido. ¿Preparado? Aquí están: Un bloque de mantequilla bajo el sol. Una burbuja grande. Un vaso de agua con gas. Una barra de acero. Un hilo de pescar. Una lija. Plastilina, pasta para moldear. Luz de fluorescente. Luz del sol. Una canica. Una montaña. El humo. El fuego. El viento. El agua.

4.3 TÉCNICA DE MODELAJE El otro es el reflejo de lo que somos, seremos o dejaremos de ser. La técnica de modelaje es una herramienta que se utiliza para obtener nuevas habilidades a través de la observación e imitación.

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ORATORIA PARA TÍMIDOS

Identidad del orador

La máscara de la portada, es mía, pero la inspiración viene de otra de la que me enamoré por su sencillez y armonía. Mientras la creaba pensaba en este libro y gracias a ella, desarrollé y puse en palabras mi postura ante la imitación. Me obsesioné con que fueran iguales. No lo conseguí, pasé horas haciendo y deshaciendo para que fuera un fiel reflejo. No lo es en absoluto, y eso me frustraba y me conectaba con mi incapacidad y falta de maestría. La autora de la máscara original es una gran ceramista que ha hecho cientos de ellas. Yo llevaba unas 3, pero quería reproducir la suya y tenerla en mi casa. Ahora, siendo la mía más imperfecta, no la cambio por nada. No es simétrica, no guarda las proporciones originales, tiene otra expresividad, pero es mía y aprendí a mirarla y apreciarla tal y como era. Sigo admirando la original, pero entre ella y la mía, me quedo con la mía. Tiene un ligero brillo, no es barniz, es un pulido que se consigue lijando delicadamente varias veces sobre el pigmento, 14 veces en total, y pasando al final una piedra suave y firme para conseguir ese brillo lacado. Ese es, en resumen, el camino a la maestría.

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Identidad del orador

Imitar nos sirve para ponernos en nuevos retos y situaciones. Gracias a nuestro impulso de imitación podemos ejercitar nuestras habilidades. Nos ponemos a prueba para llegar a sitios que de forma natural no tendríamos necesidad de ir. No obstante, si no queremos que la imitación suponga un lastre para nuestra autenticidad considere lo siguiente: -- Para que la imitación de buenos frutos, hemos de adaptar lo que admiramos en los demás a nuestra congruencia personal y habilidades presentes. -- No busque la exactitud, el hacerlo igual. Deje que lo que ve en otros se incorpore y se modifique. -- Inspírese en diversos registros. No se encasille en uno. Vea posibilidades en todos los oradores, aunque su estilo no coincida en nada con el suyo. -- Tenga paciencia. Imitar es un arte que necesita de perseverancia y de probar para errar. -- Pida ayuda para incorporar lo que quiere modelar. Necesitamos de entrenamiento y el consejo de personas experimentadas. La humildad en la imitación es una aliada. -- Aquello que admira, seguramente tenga detrás un largo recorrido de trabajo y desarrollo personal. -- Confíe en su intuición y creatividad. Todos somos creativos. Vea la imitación como una fuente de inspiración y permita que lo que ha aprendido evolucione y se transforme en usted. -- Traduzca lo que está viendo, con concienzuda observación, en elementos concretos, que respondan a sus objetivos concretos. Cuerpo Expresa con las manos

Voz Entonación. Variaciones en la musicalidad

Mira a todo el público, hace barrido visual

Énfasis en las palabras clave

Prioriza el centro del escenario

Buena dicción

Se mantiene en el eje, no hay vaivén de pies

Volumen adecuado para la sala

Se queda en el escenario al final de la exposición

Mensaje Usa Gancho inicial Aporta un esquema claro

Realiza silencios. Hace pausas

Aporta cifras, datos, anécdotas… Convoca a la acción en el cierre Cumple el timing (tiempo de la exposición) Usa un buen código y vocabulario

Tabla 7

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Identidad del orador

Tenga presente que debajo de lo observable hay un mundo interior. Si modificamos nuestras creencias acerca de nosotros como oradores o nuestra opinión acerca del tema de la ponencia, inmediatamente este cambio se verá reflejado en la parte visible de nuestra puesta en escena. Detrás de la forma, ha de haber un fondo. Un buen modelaje, además de observar lo visible, requiere aprender e integrar la postura interior con el que el orador está exponiendo. Las creencias y los valores que lo sostienen. Si tiene la suerte de querer modelar a alguien cercano, indague en su universo interior. ¿Cómo se describe como orador? ¿Con qué adjetivos se identifica? ¿Qué es lo que más valora de una ponencia? ¿Qué opina de la comunicación? ¿Cómo es, para él, el orador perfecto? ¿De qué se quiere alejar? ¿Qué es lo que no aprecia de las exposiciones? ¿Qué piensa o se dice antes, durante y después de sus exposiciones? ¿A quién toma como referencia? Cada vez que integre un nuevo comportamiento, aprendido por imitación, pregúntese en que modifica su visión de sí mismo como orador, lo que le va a aportar a usted. Dicho con otra pregunta ¿Para qué lo quiere? Esto le dará consistencia interna. Su sistema lo reconocerá como congruente con sus aspiraciones y lo hará suyo, a su manera. Habrá creado un diamante.

Globo

FORMA

+

–

Diamante

FONDO

Roca

Humo

– Tabla 8

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+

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Identidad del orador

Cuando la imitación se limita a copiar la imagen, es como un globo, bonito por un tiempo, pero frágil. Al mínimo roce, estalla, se pierde. Si tratamos de imitar sin atender ni al fondo y ni apenas a la forma, lo que podemos llamar una chapuza, ofreceremos y recibiremos humo. Si nos esforzamos en trabajar la actitud, la consistencia de nuestros pensamientos y nuestra noble intencionalidad, pero no ofrecemos forma, estética, belleza, tendremos una roca. Si atendemos al fondo y a la forma, lo que estaremos creando es un diamante, que perdura, que brilla, que es nuestro gracias a lo que hemos recibido, hemos reciclado y lo hemos hecho más sólido y hermoso FIN Y llegamos al final del libro. Siguiendo la estructura del buen discurso, es el momento de agradecerles que lo hayan leído. A mí me ha gustado mucho escribirlo. Sé que este libro generará movimientos y cambios. En ustedes confió en que así sea. En mí, seguro. Por lo pronto, voy a celebrar que me han dejado compartir este conocimiento y que yo lo he hecho de buen grado. Me quitaré mi chaqueta llena de pelos de gato y me iré al café de los artistas a pedirme una copa de agua burbujeante. Deseo que este libro me haga viajar y tener grupos de aprendizaje. Compartan lo que han leído. Recomienden el libro a sus conocidos. Hablen de él. Si alguna vez coincidimos me alegrará mucho saber lo que más les gustó y les sirvió de la lectura. Si quieren preguntarme algo, compartir conmigo sus experiencia, me pueden contactar por Linkedin o escribir a [email protected] Hago una pausa, me pongo frente a ustedes y salgo por el mismo escenario por el que he venido. Ya estoy detrás de la cortina. Todo ha ido bien, estoy deseando volver a salir otra vez a actuar. Gracias.

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