Once cuentos del antiguo Egipto

Once cuentos del antiguo Egipto. Michel Laporte Realizado por: Ángeles Reyes Téllez Índice Prólogo 1. La historia de

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Once cuentos del antiguo Egipto. Michel Laporte

Realizado por: Ángeles Reyes Téllez Índice

Prólogo 1.

La historia de dos hermanos.

2.

Ra, la Creación, la subida al cielo.

3.

La argucia de Isis.

4.

La leyenda de Osiris.

5.

La herencia de Osiris: querellas entre Horus y Seth.

6. El león y los dos chacales. 7. El león y el ratón. 8. Las quejas del campesino. 9. El cuento de Sinuhé. 10. El príncipe y el libro mágico. 11. El cuento del náufrago.

Prólogo En Egipto es uno de los primeros lugares en los que aparece la escritura. En principio solo se utilizaba para contar o para tener constancia de ello, pero luego se utilizó

para contar historia y enseñar palabras mágicas; son los grabados que se encuentran en las tumbas, pero luego estos fueron sustituidos por el papiro pues era mucho más cómodo. Los cuentos siempre nos enseñan y estimulan para ser mejor persona. Sus personajes suelen ser humanos, aunque algunos tienen poderes de dioses, y los mismos dioses no representan a un humano sino a un animal (como Anubis que era un chacal, aunque poco valorizado en nuestra civilización, es un dios importante y benéfico). Aún así, los cuentos de Egipto se parecían mucho a los de hoy en día, son muy familiares, a pesar de los treinta o cuarenta siglos que nos separan; es más, puede que no hayamos cambiado tanto desde entonces…

El autor: Michel Laporte El autor nació el 2 de junio de 1950 en Rodez, en la región francesa de Aveyron. Ha escrito también, en la misma colección, 12 relatos de la Ilíada y la Odisea, Las 7 Maravillas del Mundo, y 12 relatos y leyendas de Roma. Escribe para los jóvenes; le gusta la mitología, los cuentos, las civilizaciones que guardan misterios, la Historia cuando plantea más preguntas que respuestas y las historias policíacas.

El ilustrador: Fédéric Sochard

El ilustrador nació en 1966. Estudió Artes Decorativas, trabaja como infografista y hace comunicación de empresa y paralelamente realiza creación de carteles y de fundas de

CD, ilustración de prensa y además ha realizado varias exposiciones de pintura.

Cuento 1. La historia de dos hermanos Eran dos hermanos que vivían juntos en una bonita aldea de Egipto. El mayor se llamaba Anup y el pequeño Bata. Anup tenía esposa, pero Bata un chico alto, joven y atractivo consideraba que aún tenía tiempo para casarse. Todos los días Bata se levantaba y llevaba a pastar a las vacas. Él hacían lo que le pedían y ellas a cambio producían abundante y sabrosa leche. Su vida era apacible. Un día mientras los hermanos trabajaban en el campo se quedaron sin semillas. Bata fue a su casa a por más. Cuando llegó la mujer de Anup lo invitó a tumbarse con ella en la cama al verlo bajo la carga de semillas. Bata enfureció. Prometió que no diría nada a Anup pero le hizo prometer que no lo repetiría. Como la mujer no confió en su palabra, se maquilló simulando moratones y heridas. Cuando Anup la vio le preguntó que le había pasado, ella respondió que Bata le había pegado. Anup enfurecido fue a buscar a su hermano para matarle, este avisado por una de sus vacas corrió y escapó de su hermano. Imploró a los dioses y estos le socorrieron e hicieron aparecer un estanque con cocodrilos entre los dos hermanos. Por la mañana hablaron y se aclaró el malentendido. Anup regresó a su casa y mató a su mujer, por haberle sido infiel. Bata se dirigió al Pino parasol, donde colocó su corazón en lo alto del pino, para que este lo alimentase con su sabia. Bata trabajó duro y se hizo una casa. Ra, dios del sol, pensó que Bata estaba muy solo, así que le dijo a Jnum, dios del torno, que moldeara una mujer para Bata. Poseidón vio a la mujer y le encantó, así que quiso apoderarse de ella. Envió al Océano para capturarla, pero solo consiguió una de sus trenzas. La trenza viajó hasta Egipto, donde la encontró el Faraón y quiso que la mujer

fuese suya. Envió a unos hombres a capturarla y la convirtió en su esposa favorita. Ella encantada de tantos lujos y regalos le dijo al Faraón el Pino Parasol. Bata pereció y esa misma noche a Anup se le desbordó la jarra de cerveza, era la señal; tenía que ayudar a Bata. Fue al Pino Parasol y encontró el corazón de su hermano, lo colocó en agua y Bata volvió a la vida. Bata tenía un plan para vengarse de su esposa infiel. Primero se convirtió en toro, al Faraón le encantó y le dio todo tipo de lujos. El toro le habló a su mujer. Ella le dijo al Faraón que quería comer el hígado del animal y así fue. Al morir Bata, dos relucientes gotas de sangre se instalaron en la tierra y crecieron dos grandes árboles a ambos lados del palacio. La mujer sabía que era Bata y le insistió al Faraón para que los cortase y hacer muebles; al hacerlo una viruta se desprendió y la mujer la tragó y quedó embarazada. El Faraón se puso muy contento, pues pensaba que era hijo suyo. Cuando Bata creció, ocupó el trono y mató a la mujer, reinó feliz y cuando falleció su hermano Anup ocupó el trono.

Cuento 2. Ra, la creación, la subida al cielo. Al principio solo había un vasto océano que cubría toda la tierra. Ra emergió por sus propios medios y creó la Tierra, los otros dioses y a los hombres. Un día la avaricia de los hombres le enfureció, pues pretendían quitarles los poderes a los dioses. Éstos se reunieron en secreto y decidieron acabar con la humanidad; así que enviaron a la diosa Hathar; ésta los acorraló en el desierto y acabó con una parte de ellos. Ra, arrepentido de ello, hizo fabricar una cerveza roja, simulando la sangre. Hathar creyó que todos los humanos habían perecido, así que se bebió toda la cerveza roja; como se le subió a la cabeza y no pudo distinguir a los hombres, Ra los salvó. Pero al ver la codicia de los hombres, decidió retirarse al cielo y desde allí velar

por ellos y para cuando llegase la noche y para que hubiese alguien que los iluminara, llamó al dios Thot y lo convirtió en el dios Luna.

Cuento 3. La argucia de Isis. Isis era la bisnieta de Ra, tenía poderes con la curación y la magia; pero como era muy joven nadie le hacía caso. Entonces decidió descubrir el auténtico nombre de Ra, para tener poder sobre las cosas y así los campesinos le pedirían ayuda. Ella recogió un poco de baba convertido en barro que se le cayó a Ra cuando pasaba por una aldea, pues él ya era viejo; con ella moldeó una serpiente y la colocó en un cruce, por donde paseaba Ra. La serpiente le mordió y Ra fue a su palacio dando gritos, e Isis le dijo que podía curarle si le revelaba su nombre, él lo hizo y entonces Isis consiguió su propósito. Por la codicia de los hombres, Ra decidió que era viejo y le depositó su mandato a otro dios; luego decidió subir al cielo y de nuevo volver a protegerlos.

Cuento 4. La leyenda de Osiris. Osiris era el rey terrestre, y su esposa y hermana era Isis. Osiris le enseñó a los hombre a trabajar la tierra. Todo iba bien, pero el hermano de Osiris, Seth era muy avaricioso y quería el trono para él. Un día, Seth invitó a Osiris a una cena. En ella había un complot. Seth dijo que tenía dos cofres muy bonitos, y como uno le sobraba decidió regalárselo al que cupiese en él. Todos los invitados lo probaron pero no cupieron. Osiris

deseoso de obtener la caja se metió en ella, y en ese momento Seth y los invitados la cerraron y la arrojaron al Nilo. Isis preocupada, llamó a su hermana y entre las dos encontraron a Osiris. Seth, para asegurarse de matar a su hermano lo despedazó en catorce trozos y los lanzó por todo Egipto. Isis se enteró y pacientemente fue buscándolos y los reuniéndolos. Entre todos los dioses lograron resucitar a Osiris, pero él no quería volver a ser el rey terrestre, así que se retiró a occidente y se convirtió en el rey de los difuntos. Como sería una injusticia que Seth reinarse en la Tierra, Isis concibió un hijo llamado Horus, que sería el heredero legítimo de Osiris y el sucesor al trono.

Cuento 5. La herencia de Osiris: querellas entre Horus y Seth Después de que Osiris se retirara al reino de los muertos, Seth ocupó su puesto en el reino terrestre, a pesar de que el heredero era Horus, hijo de Osiris e Isis. Isis crió a su hijo hasta que éste pudo reclamar el trono que le correspondía. Para decidir a quién pertenecía el trono, todos los dioses se reunieron y eligieron a Horus, pero Ra no estuvo de acuerdo y la votación volvió a realizarse en una isla apartada, donde por orden de Ra, Isis y toda mujer no podían entrar. Isis se las arregló para entrar y engañó a Seth para que se delatara y el trono fuese para Horus. A pesar de ello, Seth tuvo una nueva oportunidad gracias a Ra y éste retó a Horus a una prueba que consista en convertirse en hipopótamo y aguantar el mayor tiempo posible. Isis les tendió una trampa y aún así se apiadó de Seth y no llegó a llevarla acabo. Horus y Seth empataron y esto dio lugar a una nueva prueba. La argucia de Horus

ganó a la terquedad de Seth y éste se retiró derrotado, pero volvió para de nuevo reclamar el trono. Horus cansado de las competiciones mandó llamar a su padre y confirmó que el heredero legítimo era Horus. Los otros dioses no quisieron discutirlo y colocaron la corona de Egipto en su cabeza. En cuanto a Seth, se le obligó a permanecer junto a Ra, surcando en el cielo en su viaje infinito y aún se escuchan sus gritos de rabia en las noches de tormenta.

Cuento 6: El león y los dos chacales Había dos chacales que siempre iban juntos; a cazar, beber las aguas del Nilo y descansar a la sombra de un árbol. Un día el león, rey del desierto, que había junto al Nilo, salió a cazar con el estómago vacío. Fue hacia los dos chacales y estos permanecieron quietos delante de él. El león se sorprendió de que los dos chacales no hubieran salido corriendo, sintió curiosidad y se lo preguntó, éstos respondieron que si lo hubiesen hecho el león era mucho más rápido, y los habría alcanzado de todas formas; aunque había una diferencia, si ellos quedaban quietos el león tendría todas sus fuerzas y su muerte sería rápida y sin dolor, sin embargo, si corrían, el león les daría alcance y su muerte sería mucho más dolorosa, pues el león estaría cansado. El rey reconoció que era sabio lo que habían hecho, pero a la vez estúpido, pues podían haber salido corriendo cada uno por un lado y así uno hubiese salvado la vida. Ellos respondieron que habían hecho un pacto de amistad, si uno muere el otro también, pero si alguno rompía el pacto el castigo que recibirían seria peor que la muerte, como ocurre en el cuento de la gata y el cuervo. El león sentía curiosidad y le pidió que lo contaran.

Un chacal empezó: > El león perplejo ante la sabiduría de los chacales les perdonó la vida esta vez y todas las que se encontraran.

Cuento 7: El león y el ratón. El león era el mayor animal temido en el desierto del Nilo. Un día encontró una pantera herida, preguntó quién le había hecho semejantes heridas, ella respondió que había sido el hombre. El león enfadado fue a su encuentro. Por el camino encontró un caballo y un burro, atados a una carreta; lo mismo pasó con una vaca y un toro amarrados a un yunque, con un oso sin dientes ni garras y otro león con

la pata atrapada bajo un árbol. Todos ellos coincidían en que el hombre era un ser terrible, fuerte y astuto. El león pensaba que no podría haber un animal más fuerte o astuto que él, así que salió en su busca. En su búsqueda, paró en el tronco de un árbol y puso su pata sobre él, aunque no se dio cuenta que estaba a punto de pisar a un ratón. Éste le imploró que le perdonase la vida y a cambio el ratón le devolvería el favor algún día. El león aceptó, aunque no esperaba nada de este animal. El hombre escuchó llegar al león, preparó una trampa y éste cayó en ella. Derrotado, se puso a reflexionar sobre su estupidez, todos los animales que encontró le imploraron que no fuese al encuentro del hombre. Entonces, el ratón comenzó a morder las cuerdas y liberó al león. Éste le dio las gracias, le había devuelto el favor. Se marchó del lugar y procuró no cruzarse con el hombre astuto.

Cuento 8: Quejas del campesino. Un campesino vivía antaño con su mujer e hijos. Un día decidió ir a vender algunos vienes y comprar a cambio otros. Por el camino un granjero lo vio y decidió apropiarse de los bienes del campesino. Les dijo a sus sirvientes que les trajesen una tela y que la colocasen en el camino, de tal forma que el campesino solo pudiese pasar por el campo de cebada. El campesino no pudo pasar, así que pidió al granjero que retirase la tela, éste le dijo que no era posible, y le prohibió pasar sobre la cebada también. Mientras tanto el campesino no se dio cuenta de que uno de sus mulos mordía una planta de cebada. Era la oportunidad que esperaba el granjero, le propinó una paliza mientras que

sus criados metían los vienes en la casa. El campesino permaneció durante seis días en la puerta del granjero, golpeó, rogó suplicó que le devolviesen sus bienes. Cansado, el campesino viajó hasta la ciudad para pedir justicia. Se quejó con gran elocuencia, ante la fuerza suprema. Cada día volvía y exponía razonadamente sobre la justicia, la integridad, la piedad, la confianza, la honestidad, el hurto, el equilibrio, la verdad, la debilidad en las decisiones … , hasta nueve veces, insistió con sus discursos, llegando a la conclusión de que ni siquiera le escuchaban, que perdía su tiempo. Pero el juez si le escuchaba y por orden del Faraón un escriba tomaba nota de todo. Cuando finalizó, mandó los escritos al Faraón y juntos decidieron que lo mejor sería inspeccionar la casa del granjero. Allí encontraron todo tipo de mercancías que no correspondían con lo que ha de tener un granjero. Al final la verdad florece y el granjero es castigado y obligado a servir al campesino.

Cuento 9: El cuento de Sinuhé Amenemhat, rey poderoso, murió. El príncipe heredero, Senusert, estaba al mando de una operación militar. Unos emisarios le avisaron de la muerte de su padre; rápidamente partió hacia la capital, junto a su séquito, sin informar al ejército de lo ocurrido. Entre las tropas había otros hijos reales, para avisarles de la muerte del Rey, llegaron otros emisarios; el motivo de su actuación era crear un complot contra Senusert. Un real consejero, Sinuhé, escuchó la conversación y al verse involucrado en el complot, decide huir a un país cercano. En este país, una generosa familia le acoge, se lo presentan al emperador del lugar. El Rey le acogió como a un hijo, le concedió la mano de su hija mayor, le da trabajo como consejero y tuvo hijos. Aprendió el valor de la bondad

gracias a los que le ayudaron. Por ello, siempre ayudó a sus semejantes cuando lo necesitaban: daba de beber al que tenía sed, curaba a los enfermos, enseñaba el camino al extraviado, conducía al ejército a las victorias. Muchos años después, en su vejez, sentía gran tristeza al no poder regresar a su tierra. El rey Senusert había oído hablar de él, y le envió un mensaje: Orden real para el compañero Sinuhé: Tú decidiste exiliarte a unas tierras lejanas. ¿Qué mala acción cometiste para temer que se haga algo contra ti?. Desde mi punto de vista no hiciste ninguna. Regresa al país ………………....................Eres demasiado mayor ahora para llevar una vida nómada. Entonces te lo ruego: ¡vuelve! Encantado, volvió acompañado de su familia, fue recibido con grandes honores y muere feliz en Egipto, junto a su príncipe, el rey Senusert.

Cuento 10: El príncipe y el libro mágico Un sabio príncipe llamado Setne al que le encantaba leer todo lo que tenía relación con la magia; leía todos los papiros que encontraba. Un día, un sacerdote muy mayor le dijo que perdía su tiempo leyendo cosas que no servían para nada, que podía encontrar el libro mágico de Thot (el maestro supremo de los conocimientos), en la tumba de Men Nefer. Intrigado, Setne acompañado por su hermano de leche, Inaro, se encaminó hacia la tumba. Cuando llegó vio el libro e intentó cogerlo, pero Nenefer se alzó y se lo impidió, le aconsejó que no lo cogiese, pues desataría la ira de los dioses. Para convencerlo Nenefer le contó la historia de cómo él intentó conseguir el libro y fue castigado por los dioses:

Aunque había oído la historia, Setne seguía empeñado en conseguir el libro, así que Nenefer le propuso que si le ganaba a las damas se podría llevar el libro. Setne aceptó y perdió, así que Nenefer le dio un golpe y lo hundió en la tierra hasta las caderas. Lo mismo pasó dos veces más y la tierra le llegaba por las orejas. Mandó a Inaro a por el amuleto de Ptah y gracias a él salió de la tierra y se llevó el libro. Un día encontró a una hermosa mujer. Al instante, se enamoró perdidamente de ella y se olvidó de quién era y dónde se encontraba. Para poder estar con ella, le pidió que firmara un documento que le permitiese compartir sus bienes y riquezas; los hijos del rey debían firmar el mismo documento, un tratado para que sus hijos tuvieran los mismos derechos que los que tendrían juntos. Encantado lo hizo, pero a cambio reclamó darle un beso. Ella enfadada propuso que para ello debería matar a sus hijos, para que los que tuviesen juntos no se peleasen por la herencia. Víctima del hechizo, Setne los mató, y se los dio de comer a los gatos. Solo en ese momento pudo tumbarse en la cama con su nueva novia, pero al intentar tocarla la joven gritó fuerte y Setne perdió el conocimiento. Cuando recobró el sentido todo se había desvanecido: el pabellón, la casa, el jardín, la joven. Presa del pánico lloró hasta que no le quedaron más lágrimas. Al verlo los dioses se apiadaron de él, le aconsejaron que volviese a palacio. Setne obedeció y allí encontró a todos sus hijos. Devolvió el libro al templo de Nenefer, le pidió disculpas y transportó los ataúdes de su esposa e hijo junto a él y así descansaron juntos eternamente. Tapó la entrada a la tumba y fue disimulada entre las piedras y la arena. Desde entonces no se ha vuelto a saber nada del libro de Thot.

Cuento 11: El cuento del náufrago. En una pequeña embarcación que se dirigía al mediterráneo, un marinero se percató de que su compañero estaba muy triste. Al preguntarle que le pasaba, éste le contó lo ocurrido: Aunque se salvó toda la tripulación perdió el barco y su carga . Si se lo decía al rey, éste le castigaría por las pérdidas sufridas. Con afán de animarlo, el marinero le contó su historia: Sufrí la perdida de todos mis hombres, solo yo conseguí llegar a tierra y ésta era una isla diferente. Ante una serpiente cuyas escamas eran de oro y mediría unos treinta codos, sentí gran miedo y respeto. Respondiendo a su pregunta, le conté como había llegado hasta allí; me recibió y me pidió que tuviese paciencia. Al cabo de cuatro meses vinieron a buscarme. Para este tiempo yo ya me había hecho amigo de la serpiente, me contó muchos de sus secretos, como el de que la isla se hundiría cuando yo me marchase o que en la ausencia de la serpiente cayó una estrella y todas las de su especie murieron. Cuando marché de la isla, lo único que me pidió fue que no la olvidase y que hablase bien de ella. Me dio muchos regalos, que yo entregué al rey, éste me dio muchos favores reales y me hizo su amigo. En resumidas cuentas, que diciendo la verdad y con amabilidad se puede afrontar cualquier situación. -Claro, tú tenías muchos regalos para que el rey te perdonase. Dijo el otro con sorna.