Obras de Teatro Cortas

Comadreja no tiene personalidad (3) Comadreja y Paloma están charlando en el patio a solas y mirando a Zorrito mientras

Views 76 Downloads 0 File size 83KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Comadreja no tiene personalidad (3) Comadreja y Paloma están charlando en el patio a solas y mirando a Zorrito mientras juega con sus amigos. Comadreja: (extasiada) – ¡Es que me gusta tanto Paloma! ¿No ves lo mono que está cuando pierde la pelota y se queda un poco triste y enfadado? Paloma: (mirando con incredulidad) – Sí que te ha dado fuerte con Zorrito, Comadreja. Deberías pensar de vez en cuando en otra cosa, por ejemplo los deberes que tenemos para mañana. Hoy no los has traído hechos y la profesora te ha puesto un punto negativo. Comadreja: (soñadora) – ¡Pero qué poco romántica eres Paloma! Cuando una chica está pensando en su príncipe el tiempo vuela. Es por eso que no me dio tiempo a hacer los deberes. –vuelve su mirada de nuevo a Zorrito – ¡Ay! ¿Tú crees que le gustaré? Paloma: (cansada de volver siempre al mismo tema) – No lo sé, quizá deberías preguntarle tu misma y acabar con este rollo. Comadreja: (mira fijamente a Paloma y su mirada se vuelve muy decidida) – Es lo que voy a hacer ahora mismo. ¡Ayayayay! ¡Deseame suerte Palo! – lo dice de repente aterrada con los posibles desenlaces de su confesión. Paloma: (levantando el puño y con tono para infundir ánimo) – Venga Comadreja, sólo sé tu misma y di lo que sientes y todo irá bien. Narrador: Comadreja se dirige despacio y tímidamente al grupo de Zorrito y sus amigos que siguen jugando a la pelota, ajenos a la atención que suscitan en Comadreja y Paloma. Paloma llega casi al lado de Zorrito y le hace señales para que se acerque a dónde está ella, pero él parece no darse cuenta. Entonces Comadreja decide acercarse ella, con tan mala suerte que el balón pasa por allí y hace que se resbale abriendo las piernas y rompiéndose el pantalón. Zorrito y sus amigos empiezan a reírse a carcajadas de la cómica situación y Paloma lo ve y se levanta rápido a socorrerla. Amigos de Zorrito: – Qué te pasa Comadreja, ¿has engordado un poco y la ropa ya no te da sí? – todos se ríen de buena gana hasta que ven el rostro desolado de Comadreja y el enfado de Paloma. – Comadreja es broma, de verdad. Chica no te enfades. Paloma: – Vamos Comadreja, yo te ayudo y lo arreglamos en seguida. – se lleva a Comadreja del brazo mientras esta aguanta las lágrimas como puede. Narrador: Los jóvenes en seguida siguen con sus juegos, aunque Zorrito se queda mirando un rato más a Comadreja y Paloma mientras se marchan con el rostro algo preocupado.

Escena 2: Narrador: Comadreja y Paloma están en otra parte del patio más alejada. Paloma intenta atarle un jersey en la cintura a Comadreja para que no se vea el roto mientras esta solloza. Comadreja: – Pero ¿has oído lo que han dicho? Me han llamado gorda y Zorrito se ha reído con ellos. Paloma: (con el ceño fruncido) – Han dicho que era una broma. Seguramente no era con mala intención, es solo que son idiotas. Comadreja: (con desesperanza) – Zorrito piensa que estoy gorda. Paloma: (a punto de perder la paciencia) – Zorrito no ha dicho nada de eso, además no estás gorda Comadreja. Narrador: Pero Comadreja no está escuchando lo que dice, se encuentra sumida en sus pensamientos. Entonces, suena la alarma que envía a la gente para clase y ambas se van.

Escena 3: Narrador: Han pasado unas semanas y Comadreja está flaca y desmejorada. De nuevo se encuentran en el patio todos los personajes anteriores, esta vez Zorrito y sus amigos jugando a las canicas y ellas a la comba. Comadreja apenas puede saltar, está sin fuerzas. Paloma: (enfadada y preocupada) – Comadreja tienes muy mal aspecto, nunca llevas nada para comer en el recreo y estás muy delgada. Comadreja: – Hago dieta para gustarle a Zorrito. Paloma: – Antes estabas muy contenta con cómo eres, antes de que esos tontos te hiciesen esa broma. – hace una pausa mientras la mira negando con la cabeza – ¿No te das cuenta de que esto no está bien? Pareces una baba de lo débil que estás. Comadreja: (de nuevo muy decidida) – Solo importa que Zorrito me quiera y que nadie se vuelva a reír de mi y llamarme gorda. Mañana le pediré salir a Zorrito otra vez, ya no soy gorda así que espero que me diga que sí. Narrador: Paloma la mira sin poderse creer qué ha sido de su amiga.

Escena 4: Narrador: La misma escena de siempre, el recreo y ambos grupos jugando por su cuenta pero no demasiado separados. Comadreja se encuentra de pie mirando a Zorrito mientras Paloma la mira a ella. Comadreja: – Bien, allá voy. – Paloma no contesta solo la mira con un gesto reprobador y gira la cabeza hacia un lado enfadada.

Narrador: Comadreja se acerca a Zorrito y le llama para que se acerque a ella. Él la ve y ambos se van a un aparte. Comadreja: – Escucha Zorrito… – se pone muy roja – verás yo querría saber si… si saldrías conmigo. Zorrito: (tambien azorado) – Lo siento Comadreja, pero no. Comadreja: (le mira sorprendida) – Pero, ¿porqué? Zorrito: – Estás tan flaca y con esa mirada cansada, siempre triste… no eres la misma de antes. Solo mirarte me causa tristeza. Me gustabas cuando eras tu misma y no parabas de reírte, hacer bromas y jugar con Paloma. Narrador: Comadreja mientras escucha sus palabras anonadada, dándose cuenta e su error y de que lo mejor es comportarse como uno es de verdad. Comadreja: (intentando recomponerse) – No pasa nada Zorrito, lo entiendo… – sin más se da la vuelta se va, triste pero de alguna manera más fuerte. Zorrito por su parte sale de escena y entonces Comadreja afirma como hablando sola – ¡Qué poca personalidad he tenido! Y por eso ya no le gusto a Zorrito ¡Nunca volveré a cambiar una opinión o broma tonta de los demás!

El concurso de pintura Ubicados dentro de una aula espaciosa, encontramos a una clase de alumnos sentados en el suelo escuchando atentamente las indicaciones de su profesor que con una tiza escribe en la pizarra. El aula se encuentra un poco sucia, repleta de caballetes, tubos de pintura y pinceles. Dentro del grupo de jóvenes hallamos a un chico de pelo largo y desaliñado que se sienta un poco apartado de sus compañeros mientras toma apuntes en una pequeña libreta. Profesor: (Apuntando desde la pizarra) – Recordad que lo más importante para el cuadro que vamos a pintar hoy es la pincelada, y que tan solo quiero ver en la paleta los colores primarios ¿entendido?. ¡Comencemos! Narrador: (Tras esto vemos como todos los alumnos se levantan del suelo y se dirigen hacia su caballete para comenzar a pintar. Vemos como el profesor se va paseando mientras contempla el trabajo que están haciendo sus alumnos. Cuando queda poco para que finalice la clase y los alumnos terminen su trabajo, vemos como un grupo de alumnos se encuentra reunido en un rincón hablando acerca de la pintura de otro compañero) Ana: (Con la cara manchada de azul y sujetando un pincel entre sus manos) – ¿Habéis visto el cuadro de Jesús? ¡parece una broma! cada vez que lo miro me da la risa.

Felipe: (En voz baja para que tan solo le escuchen sus compañeros de alrededor) – ¡Lo sé!, con los aires de grandeza que se gasta ese chico, y desde luego cada día pinta peor. Luisa: – ¿Creéis que se presentará al concurso de pintura? si tuviera algo de vergüenza desde luego no lo haría. Ana: – No sabría que decirte, si se presenta al concurso desde luego hace un esfuerzo en vano, está claro que ganará María. Narrador: (Vemos ahora como los tres chicos se acercan a contemplar el trabajo de una compañera, María, quién está a punto de terminar y está dando las últimas pinceladas sobre el lienzo) Felipe: (Mirando con mucha atención el cuadro de María) – ¡Me encanta!, creo que esta pintura es de las mejores que has echo en clase ¡ y eso que todavía está por terminar! Ana: – ¡Así desanimas a cualquiera!, en el concurso de la semana que viene está claro quién ganará. Narrador: (Vemos como el grupo de chicos sigue hablando en un rincón alrededor del cuadro, con María sonriendo contenta y muy ufana a las alabanzas de todos sus compañeros, cuando de repente el profesor les manda guardar silencio y habla) Profesor: (En voz alta para que todo el mundo le escuche) – Muy bien chicos, la clase está a punto de terminar y me veo en la obligación de recordaros que la semana que viene será el concurso de pintura. Todo aquel que se vea preparado para participar que asista el siguiente lunes al aula 4C, donde se celebrará la competición. El tema es libre así que espero que me sorprendáis ¡hasta la semana que viene! Narrador: (Han pasado varios días y por fin ha llegado el día del concurso, vemos como reunidos en el aula citada, los chicos que se han presentado comienzan a trabajar. De repente, la puerta se abre y aparece un chico desaliñado de pelo largo para sorpresa de todos sus compañeros) Ana: (Dirigiéndose a María) – ¡Mira quién ha venido, no me lo puedo creer! María: (Con desdén) – Como se aburre la gente, seguramente no tendría nada mejor que hacer y ha venido a dar la lata. Narrador: (Tras la pausa causada por la interrupción del recién llegado, todos reanudan su trabajo, y vemos como Jesús, el chico, también comienza la elaboración de su pintura un poco apartado del resto. Pasan unas cuantas horas, y llega el momento de terminar anunciado a voces por el profesor que se encuentra supervisando a sus alumnos) Profesor: – ¡Vamos chicos, dejad los pinceles!, ha terminado el tiempo de trabajo y ahora me toca elegir cual es la mejor de todas las pinturas.

Narrador: (Tras esto, vemos como los chicos guardan todos sus utensilios de trabajo y el profesor comienza a pasar caballete por caballete para revisar todos los cuadros. Cuando parece que ya ha terminado y va a volver a dirigirse a sus alumnos, alguien le interrumpe) Jesús: (En un rincón desde el que casi nadie le veía) – ¡Profesor!, has olvidado pasar por mi cuadro. Profesor: (Avanzando hacia Jesús con grandes zancadas) – Es verdad, vamos a ver. Narrador: (Cuando está a punto de llegar hasta donde se encuentra Jesús, se escucha un gran chasquido y se apagan todas las luces del aula) Profesor: (Hablando prácticamente a oscuras y con las manos extendidas para no tropezar) – ¡Caray!, parece que hay una avería, chicos. ¿Podríais sacar todos los cuadros afuera y colocarlos ordenadamente uno al lado del otro para que pueda elegir el mejor? Narrador: (A continuación vemos como todos cogen su lienzo y andando a pasos torpes debido a la falta de visión salen hacia el exterior y colocan los cuadros ordenadamente uno junto al otro. Jesús, es el último en salir y coloca su trabajo al final de la fila sin que apenas nadie preste atención a su trabajo) Profesor: – ¡Así está mejor!, vamos a ver quien merece ser elGANADOR

del concurso. Chicos, por favor, separaros de

vuestros cuadros y dejarme unos minutos para reflexionar, elegiré a los dos mejores para hablar de ellos. Narrador: (Vemos como el profesor se pasea entre los cuadros y acaba cogiendo dos de ellos, entre los cuales se encuentran el trabajo de María y de Jesús. Los separa del resto y vuelve a reunir a sus alumnos) Profesor: – Bien, sin duda alguna estos dos son los mejores trabajos, y la verdad, es que no podría decidir cual es el mejor de los dos. ¿A vosotros que os parece, chicos? ¿cual os resulta más realista? Narrador: (Y aún no ha terminado el profesor de pronunciar estas últimas palabras cuando un pequeño grupo de gorriones, comienza a posarse sobre el lienzo de Jesús que representa las ramas de un árbol. Sorprendidos y boquiabiertos, todos se quedan en silencio hasta que el profesor exclama) Profesor: – ¡Creo que tenemosGANADOR !, con una pintura tan realista que hasta ha conseguido engañar a los gorriones ¡un jurado insuperable!

El esfuerzo y su recompensa N° Participantes: 5

Ambientación (Escenarios): Los pasillos de una universidad, con un panel con notas en el fondo./ Una clase con mesa, y la silla del profesor. Personajes: Armin,Antonio, Sara, Demian y el profesor.

Introducción: Varios jóvenes se encuentran revisando las notas de su último examen, uno de ellos se aleja agachando la cabeza. Su nombre es Armin. Junto a el se encuentran Antonio, Sara y Demian.

Escena 1 Sara: – ¿Qué tal os ha ido chicos? Antonio: (jactándose) – A mí bien, como siempre. Demian: (se encoge de hombros) – A mi bueno… bien, aprobado. Armin: (mirando hacia el suelo, con tono decepcionado aunque intentando disimular) – Yo la verdad es que mal,en realidad sabía que no me iba a ir bien al salir del examen el otro día. Sara: – Yo he hecho lo mismo de siempre, nunca subo del 7, pero no está mal.- hace una pausa y mira a Armin – Armin, deberías quizá aplicarte un poco más, ser Ingeniero no es fácil. Armin: (levanta los ojos y la mira directamente antes de hablar) – Ya lo sé, Sara. Lo sé ahora. Pero me cuesta entender lo fácil que me resultaba antes todo y qué complicado se me hace ahora. Antonio: (con algo de maldad) – Sí, recuerdo nuestra época del instituto cuando sacabas excelentes notas siempre sin prácticamente hincar los codos, al parecer ese tiempo ha pasado. Ironías de la vida. Narrador: Armin se vuelve hacia él y le mira con resentimiento e incomprensión mientras los demás no saben donde mirar por el momento incómodo que ha generado Antonio. Armin abre la boca para contestarle pero en el último momento de arrepiente y se va.

Escena 2 Narrador: Nos encontramos en una clase. Un profesor repasa los últimos detalles de un examen con un alumno que en seguida este se va. Armin se encuentra esperando su turno en para una tutoría y entra en la clase y se queda de pie frente a la mesa mirando al profesor. Profesor: (levanta la vista para mirar a Armin) – ¿Armin Bacall? Armin: – Sí soy yo. Profesor: – Bien, vamos a ver su examen… – ojea rápidamente algunas páginas del mismo – Ah sí, ahora me acuerdo de su examen, suspenso. Armin: – Lo sé, profesor. Solo quería venir a la revisión por si acaso, para ver que cosas están mal y eso. Profesor: – Mire Bacall, – se quita las gafas y le mira fijamente – su examen estaba rematadamente mal, no es cuestión de revisar punto por punto. – observa como Armin baja la vista desolado – Sin embargo, voy a contarle algo que quizá le ayude.

Armin: (le mira de nuevo esperanzado) – Sí, dígame por favor. Profesor: – Aunque su examen sea tan malo, he revisado algunos de sus trabajos y tiene usted talento para encontrar caminos interesantes. Tenía un compañero como usted que también estuvo a punto de dejar la carrera. Armin: (sorprendido) – ¿Cómo sabe que me estoy planteando dejar la carrera? Profesor: (riendo) – Ja ja ja, ya le he dicho que usted me recuerda mucho a mi colega. – sigue un breve silencio tras el que le profesor continua – Él estaba muy desmoralizado porque nunca había tenido que esforzarse en su vida, y cuando vió que encontraba verdaderos obstáculos en algunos momentos no sabía cómo afrontarlo. Armin: (inseguro) – Pero yo he estudiado. Profesor: – No me haga reír de nuevo, joven. Si se hubiera aplicado en el examen habría aprobado como otros estudiantes más mediocres que sí lo han hecho. Repasar uno o dos días antes de un examen no es estudiar, eso es lo que tiene que aprender. Armin: (intentando cambiar de tema) – ¿Qué paso con aquel chico? Si le llama, “su colega” será que consiguió graduarse. Profesor: – Sí, lo consiguió, aunque con notas algo mediocres. – ve como Armin le mira sin entender – Sin embargo… ¿conoces a Luis Clotis? Armin: (aun con el rostro de mayor incomprensión) – ¿ElPREMIO

Pulitzer? Sí, claro pero ¿qué tiene que ver con este

caso? Profesor: – Clotis es el colega del que te estaba hablando. Desde que nos graduamos hemos quedado alguna vez para saber de las vidas de cada uno. Clotis no sabía en realidad cual era su pasión, igual que tú, pero desde que descubrió que era la literatura siempre me agradece que le animase a acabar la carrera. Le ha enseñado que la disciplina es tan importante como el talento y el entusiasmo y además lo suficiente como para hacer una fantástica novela sobre un Ingeniero. Armin: – ¿Piensa que esta no es mi pasión? Profesor: – Estoy seguro de que si lo fuera no estaría ahora así. Pero si acaba esto ahora, la capacidad que acumulará le servirá en cada momento de su vida. Narrador: Armin se queda un momento pensativo, mirando un poco más allá de su profesor. Vuelve en sí y se gira como si fuera a irse, pero vuelve a mirar a su profesor. Armin: – No sé si esta carrera es o no mi pasión, pero no olvidaré la lección que me acaba de dar. Me esforzaré más. Profesor: – Eso espero joven, y no se olvide de mencionarme si gana usted el Pulitzer.

El cazador cazado Personajes: Kevin, Leo, Extraño Leo: (Caminando con una sonrisa en la cara, que transmite felicidad y entusiasmo) – ¡Jo! no veas todo el esfuerzo que he tenido que hacer para poder ahorrar tanto dinero ¡cada vez que lo pienso! pero ahora que ha llegado el día de ver los frutos de tanto ahorro ¡estoy más que impaciente! Kevin: (Mirando a su amigo de una manera cómplice) – ¡Lo sé!, además no te creas que a mí me ha costado poco, he tenido que renunciar a muchos caprichos pequeños, pero créeme que la espera valdrá la pena¡ por fin vamos a conseguir nuestra propia consola X-Station 2 ! Leo: – ¡Ya!, además ¿has visto ese nuevo juego que van a sacar dentro de poco? ¿el de peleas?, créeme que será lo próximo para lo que voy a ahorrar. Kevin: – ¿Te refieres a Combate Letal 3? yo también he visto los anuncios y va a ser francamente brutal, lo único malo es que vamos a necesitar un par de meses para poder conseguir el juego entre los dos. Leo: (Parándose en seco y mirando a su compañero) – Por cierto, ¿te has acordado de traer el dinero, no? ¡porque eres un despistado!

Kevin: (Sacando unos cuantos billetes del bolsillo y mostrándoselos a su amigo) – Claro que sí, ¿por quién me tomas? Narrador: Mientras los dos chicos caminan hablando tranquilamente por la calle, un extraño les sigue muy de cerca los movimientos de los dos muchachos y presta mucha atención al dinero que uno de ellos acaba de sacar de su bolsillo. Extraño: (acercándose por la espalda a los chicos) – ¡Muchachos! eh, escuchadme: No he podido evitar prestar atención a vuestra conversación, hoy es vuestro día de suerte, pues mi sobrino tiene una consola como la que queréis comprar casi como nueva, que ya no utiliza. Os la podría dejar a muy buen precio, y así os podríais comprar la videoconsola y ese juego nuevo del que habláis. ¿Os interesa? Narrador: Leo y Kevin intercambian una mirada de complicidad, pues sospechan cuales son las intenciones del siniestro desconocido. Leo: (Haciéndose el inocente) – ¡Caray, sí! ¿podríamos quedar aquí en una media hora?, así usted puede traer la consola mientras nosotros le esperamos. Desconocido: – De acuerdo, nos vemos aquí en unos minutos. Narrador: Cuando el desconocido se aleja, vemos cómo uno de los chicos saca un teléfonoMÓVIL

de bolsillo y se

pone a hablar, al cabo de unos minutos cuelga. Leo: (Sonríe triunfante) – Cuando ese espabilado vuelva, va a tener el placer de conocer a mi padre: ¡ a ver si cree que a él podrá engañarle tan fácilmente como a nosotros! Kevin: – ¡Sí!, algo me dice que nos espera una tarde muy larga y entretenida…