Notas Sobre 'Aristocracia y Plebe. Lima, 1760-1830' de Alberto Flores Galindo

I. El hilo de la madeja 1. El siglo XVIII - - A lo largo de este siglo, se aprecia la presencia del famoso ‘Tribunal

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I.

El hilo de la madeja

1. El siglo XVIII -

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A lo largo de este siglo, se aprecia la presencia del famoso ‘Tribunal del Consulado’, compuesto por mercaderes y navieros, quienes expandían su influencia desde la ciudad de Lima (y el mar del Pacífico) hasta el interior del país. La población de la ciudad de Lima fue aumentando desde 37000 personas en 1700 (datos imprecisos), hasta 63’000 en 1792. La ciudad fue casi arrasada por el terremoto de 1746. o La mayor parte de la población, según los censos estaba compuesta por los aristócratas y los esclavos. En Lima residía la élite virreinal más numerosa e importante de Hispanoamérica, cuya subsistencia se basaba en actividades mercantiles. o

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Aproximadamente 18000 españoles (más peninsulares que criollos), 13000 esclavos y 10 mil personas “de color libre” (castas). Preguntas de investigación: ¿Qué reglas resultaron de ls interacciones entre estos personajes? ¿Pensar en términos de una sociedad de clases puede ser útil para abordar el estudio de estas relaciones? ¿Cuáles serían esas clases? Se irá deshaciendo, o en todo caso complejizando aquella laxa dicotomía aristocraciaesclavos, para apreciar el surgimiento de nuevos personajes.

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Reflexión conceptual sobre el concepto de “clase”: 1. No necesariamente existen clases en toda sociedad compleja, ni una condición económica deriva por homologación en una “clase” determinada. 2. Toda “clase” es finalmente un canal o ventana a través de la cual se expresa la totalidad socialii. Los factores internos importan tanto como las relaciones de oposición y complementación con otros grupos. 3. La clase social es, por encima de todo, una realidad temporal “definida por los hombres al vivir su propia historia”. 4. El análisis de clase deriva en una aproximación a la estructura social por la via de la praxis, donde la definición no es el punto de partida, sino el resultado. 5. Es evidente que una clase no es una suma de individuos, pero también es cierto que no pueden ser omitidos: hay un inevitable contrapunto entre clase y biografía. “La historia social debe tratar de conciliar la dimensión colectiva con los destinos individuales”. Cómo se aplica esto al caso particular que el autor está abordando:

Commented [H1]: Desde un enfoque sincrónico más que diacrónico (que trataría de verlo en relación a su variación o cambio en el tiempo) o anacrónico (que lo evaluaría desde el presente). Commented [H2]: Esta forma de enfocar la historia me recuerda a los intentos de algunos autores de construir una “historia desde abajo”, probablemente a Eric Hobsbawm. No obstante, también se puede leer, en los escritos de autores como Benjamin. Pienso, por ejemplo, en el concepto que el autor articula sobre la idea la finalidad del lenguaje, articulado con la noción de vivencia (a su vez influenciado por la noción Diltheana de “vida”). “El lenguaje no tiene que tener una finalidad preestablecida y preexistente a la interacción comunicativa. La finalidad del lenguaje puede ser el lenguaje mismo” (Gruber, 2012) Gruber, Stephan. 2012. “La Dialéctica de lo Irreconciliado: los “Zorros” de Arguedas a través de la filosofía de Walter Benjamin”

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No hay una división tajante entre campo y ciudad (pese a que Lima era una ciudad amurallada). La vida urbana se confunde con las actividades agropecuarias de los valles próximos. o La esclavitud tendrá un carácter más regional, asentada en la capital y los valles de la costa central; desde Santa hasta Nazca, o La aristocracia comercial, expande su dominio sobre los mercados del interior, articulando una red mercantil que incluye ciudades y pueblos andinos (como Cerro de Pasco o Cusco), con lugares tan lejanos como los puertos de Guayaquil o Valparaíso. Pensar Lima colonial en términos de “clase social” nos llevará de los medios urbanos al paisaje agrario. En ocasiones tendremos que distanciarnos de los límites regionales, para seguir ciertas trayectorias colectivas o individuales.

Imágenes prevalecientes sobre el siglo XVIII en el Perú: -

No es visto aquí como “el siglo de las luces” o la “edad del capitalismo emergente” La declinación del orden colonial se asocia con una prolongada postración económica secular, iniciada precisamente en esos valles de la costa central. Lima va perdiendo el protagonismo que había tenido en el Pacífico. No podía competir con Buenos Aires. Es arrastrada por la “ruina” de sus campos. Frente a la impotencia de una aristocracia carente de “cualquier idea” o “cualquier esfuerzo” (José de la Riva-Agüero). Se suele hablar de la “crisis del siglo XVIII”.

Segunda pregunta central: -

¿Crisis? ¿Dónde? ¿Desde cuándo? ¿Para quiénes?

Herramienta metodológica y conceptual para buscar una respuesta: -

Procesos judiciales: o Bastante recurrentes durante la colonia. o Desechar prejuicios que ven al derecho como mera imposición de la clase dominante.  Es un terreno de confrontación, donde salen a relucir los intereses y propósitos de los sectores populares.  Aunque haya más fallos en contra, el funcionamiento del sistema exige que ellos puedan obtener algunas victorias y alcanzar ciertas reivindicaciones, a pesar de ser negros y esclavos. o Lo jurídico envuelve a la sociedad colonial. Es como un hecho social total. Desde las primeras expediciones, los conquistadores llegaron acompañados, a parte de un cura, por algún notario. En los legajos judiciales se encuentra a todos los personajes posibles: aristócratas, pequeños comerciantes, artesanos, curas, esclavos, bandoleros…

Commented [H3]: Bueno, pero también hay otras posturas que asocian la declinación del orden colonial a los tremendos niveles de corrupción que existían en el virreinato del Perú, en que el Puerto del Callao ejercía un monopolio sobre el comercio marítimo; y una serie de personajes asociados al comercio solían evadir una serie de impuestos, subvaluar o sobrevaluar cifras y declaraciones según su conveniencia. Probablemente a este problema habría que agregar el de la escasa productividad de los valles de la costa central. Asociada quizás a la misma caída de productividad de la tierra, pero también, seguramente, a las políticas productivas ineficientes propugnadas por la aristocracia, basadas en buena parte en el desconocimiento y la ineptitud respecto de la actividad agrícola. Todas estas circunstancias quizás impulsarían las posteriores Reformas Borbónicas a partir de la segunda mitad del siglo XVIII.

Los litigios atraviesan el conjunto de la vida social, desde las empresas comerciales hasta las familias, pasando por situaciones extremas, como los crímenes. Aunque la ley es importante, las ocasiones de infringirla son múltiples, en una sociedad donde coexisten varios sistemas culturales y se enfrentan diversas reglas de comportamiento. De allí la frecuencia de procesos judiciales de toda índole. Hay que evaluar, comparando y contrastando las opiniones; así como los silencios. Valernos del juicio para ver cómo se estructuran las relaciones sociales

2. Un litigio -

Dado en 1795 entre un panadero y tres molineros. El panadero los acusa de pretender monopolizar la producción de harina en la ciudad, perjudicando a su gremio. Entre los tres tenían 11 de los 17 molinos que había en Lima, parecía fundamentada la acusación. No obstante, los tres molineros no eran propietarios de los molinos, sino arrendatarios. No parecían tener otras propiedades. Los panaderos no estaban desprotegidos, estaban agremiados, entre los dos sectores: productos y abastecedores. El fallo se emitió a favor del gremio de panaderos, y así, varios de ellos lograron arrendar molinos. Pero muchos de ellos no eran pequeños propietarios. No todos los dueños de panaderías eran personajes tan poderosos. En la mayoría de los casos, quienes figuraban al frente de la empresa eran: 1. Simples administradores o mayordomos en un negocio que era propiedad de un gran comerciante; 2. Eran personas que estaban endeudadas o mantenían la empresa “al partir” con algún aristócrata (éste ponía el dinero y el panadero aportaba su trabajo, quedando luego divididas las ganancias por mitad entre ambos)

El sistema de endeudamiento y adelantes hacía que, para los habitantes de la ciudad o los magistrados del Superior Gobierno, no resultara tan evidente la articulación entre personajes de la élite urbana y panaderos. La acusación del panadero era en realidad un intento de monopolizar el abastecimiento de pan. Los molineros acusados eran en realidad arrendatarios dedicados tradicionalmente al oficio de molineros, pero que obstaculizaban, por esto mismo, los intereses del gremio y los aristócratas asolapados detrás de estos.

Commented [H4]: Finalmente, se dio un despojo de estos molineros. Así los del gremio pudieron controlar mejor la producción de trigo (molinos), la producción de pan y su abastecimiento. Podían así coludirse cuando quisieran y hacer variar los precios.

3. La cuestión del Trigo: Una vieja polémica

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La idea común de la “crisis del siglo XVIII” parece tener su génesis en una extrapolación de la idea de que el sismo de 1687 había destruido la fertilidad de la tierra de los valles de la costa central. Se habló primero de crisis agrícola, y desde ahí se pasó hacia la “crisis del siglo”. Los valles de la costa central del Perú dejaron de producir y esto preocupaba a la administración colonial, ya que no había algo como una “soberanía alimentaria”. Y el pan era un producto de consumo diario y popular, contaba con una demanda creciente además, por el crecimiento urbano. El autor postula, basado en, registros documentados de algunos autores, así como de declaraciones de casos judiciales; que lo que había ocurrido era una colusión entre los panaderos (molineros, productores y abastecedores) de Lima y el gremio de productores-comerciantes-transportistas de trigo de Chile para jugar con el precio del trigo y del pan respectivamente. Los comerciantes chilenos podían fácilmente controlar las cantidades que se enviaban desde Chile hacía Perú y así controlar el precio libremente. Cuando querían, podían tirarlo al piso y arruinar a los hacendados-labradores de Lima. Además, debe añadirse a esto que los hacendados tenían un magro poder y escasa organización frente a las vinculaciones que se entablaban, entre los mercaderes y la burocracia colonial. Así, el desplazamiento del trigo contribuyó a la subordinación de los terratenientes y el ascenso de los comerciantes hasta la condición de sector hegemónico dentro de la clase dominante colonial.

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Posteriormente, se comienza a potenciar el cultivo de caña de azúcar en la costa del Perú. No obstante a diferencia del caso del trigo, para la caña de azúcar se requería de mano de obra estable, a la que se pudiera retener constantemente trabajando. Y que además, fuera “calificada”, ya que debía tenerse gran cuidado a lo largo del proceso. La población indígena era escasa en la costa, los mestizos no podían ser retenidos, motivo por el cual se privilegió a los esclavos. De preferencia a los que ya hablasen español y estuviesen familiarizados con las costumbres del país. Esta caña de azúcar producida en los valles de la costa era intercambiada las embarcaciones chilenas que llegaban con Trigo.