Multiculturalismo Ensayo Final.

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CHARLES TAYLOR, MULTICULTURALISMO Y EDUCACION ARTISTICA. En este trabajo se intenta aplicar las nociones taylorianas de “lenguajes de resonancia personal” (arte), implicadas en su planteamiento ético de la autenticidad, a la concepción de perfiles generales de una Educación Artística de sello multicultural, inexistente todavía en Colombia. Según Taylor, solo el arte consigue proponer, un alegato de nuevas referencias individuales hacia nuevos horizontes de significación. El arte asume el papel de expresar nuevos valores, allí donde la concepción intelectual resbala en una significación ya desbordada. La relación arte / cultura / filosofía es tan prolífera, que E. Cassirer plantea,…”El arte y la historia representan los instrumentos más poderosos en nuestro estudio de la naturaleza humana. ¿Qué conoceríamos del hombre sin estas dos fuentes de información”?1 Lenguajes de resonancia personal, lenguajes sutiles. Por medio de ellos se consigue pasar de lo racional a la expresión artística, para promover cambios en la moralidad de los contempladores, puesto que… “Nos hacen conscientes de algo presente en (…) para lo que no tenemos todavía palabras adecuadas”2. Los artistas del S. XIX se dirigieron a la conciencia individual buscando contacto con la realidad, aboliendo el sistema mimético anterior, que imponía parámetros desfasados, por los acontecimientos generadores de la Modernidad. Es claro que estos hechos artístico / estéticos son dominadas por la opinión del ramo, lo nuevo es la forma de Charles Taylor de relacionar moralidad, ética, cultura y arte. Ch. Thiebaut ausculta en Taylor...“su particular sensibilidad política [...] a las dimensiones culturales y políticas de las comunidades y hacia algo así como sus derechos de defensa de su identidad colectiva...”3. Taylor, ante la fragmentación de la moral que el pensamiento liberal individualista lideró a partir de la revolución industrial, y que actualmente homogeneiza todo bajo su dominación económica y cultural, propone un enfoque multicultural que permitiría con el fortalecimiento de: autenticidad, reconocimiento, identidad y libre autodeterminación necesarios, los elementos de un “buen vivir” democrático. Esto ilumina problemas de la relación multiculturalismo / educación. ¿Específicamente, que papel jugaría una educación artistica en los problemas de multiculturalidad en Colombia, país de cuatro vertientes étnicas: españoles, indios, negros y mestizos que son la base de malentendidos sociales, económicos y culturales? A partir de la aprobación de su Constitución nacional de 1991, se expone que somos un país pluricultural en el Art. 7:”El estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana”4. En ningún otro sitio aparece algún referente pluricultural o multicultural. 1

Cassirer, E. Antropología cultural. F.C.E. Bogotá, 1987, pág. 302. Taylor, Charles. Ética de la autenticidad. Paidos, Barcelona, 1994, Págs., 114-115. 3 Ibid. Pág. 14. 4 Nueva constitución política de Colombia. Bogotá.1995. Pág.14. 2

La Ley 115/94 normatiza la educación básica como formal (art.11), no formal (art.36) o informal (art.43), y una educación para los grupos étnicos (art.55)…”la que se ofrece a grupos o comunidades que integran la nacionalidad y que poseen una cultura, una lengua, unas tradiciones y unos fueros propios y autóctonos (….) con el debido respeto de sus creencias y tradiciones”. No aparecen referentes a que la educación en general, d tenga en cuenta una educación multicultural, a pesar de nuestra diversidad propia. Esto ha ocasionado una educación en abstracto, occidental, muy a pesar de las políticas educativas participativas que se iniciaron con los P.E.I., a quiénes actualmente, se les ha restado la autonomía escolar de la cual reza el art.77 de la Ley 115/94 5. Sobre todo con las exigencias que contrae el diseño de estándares nacionales, que plantean como fin, la uniformidad denunciada mediante los medios liberados por los P.E.I. La pregunta particular de este trabajo, está matizada por las alusiones estéticas de Taylor ya mencionadas. ¿Puede la educación artística proveer de “imaginarios nuevos”, que introduzcan inéditas maneras de asumir la dignidad necesaria, en temas tan cercanos como la violencia política estatal, insurgente, paramilitar, ecológica, la problemática feminista, la indiferencia política, social y cultural? Se asume la educación artística, desde la posibilidad de cambio que le asigna Taylor a las artes, y se tipifica en los hechos recientes de los pronunciamientos legales, realizados por el gobierno colombiano para legalizar el desarrollo cultural colombiano. Además, existen parámetros educativos / artísticos ya trazados en los cruces de las leyes 115 / 94 y 397 / 97, en sus artículos 23 y 65 respectivos, que resignifican el área de Educación Artística como Educación Artística y Cultural, pero sin calcular las implicaciones del último término incluido. Se destaca en Taylor el esquema / filtrante de aspectos artistico-estéticos, para evitar el descrédito de los comportamientos morales ante el individualismo capitalista neoliberal, que en su marcha implacable tras los mercados internacionales no reparan en las diferencias culturales, dando paso a una homogeneización que asfixia comunidades y tradiciones necesarias como referentes de identidad y autenticidad. Taylor señala, para esto, que, “las variantes populares “postmodernas” de nuestros días, que han tratado de deslegitimar los horizontes de significado, (...), están en efecto proponiendo formas pervertidas”, donde lo pervertido “toma la forma de olvido de toda una serie de exigencias de autenticidad, a la vez que se centran exclusivamente en otra”6 (sobre esto se volverá más adelante). El esquema de filtro tayloriano propone que “la autenticidad (A) entraña (i) creación y construcción así como descubrimiento, (ii) originalidad, y con frecuencia (iii) oposición a las reglas de la sociedad e incluso, en potencia, a aquello que reconocemos como moralidad”7pero que a su vez “(B) requiere (i) apertura a horizontes de significado y (ii) una autodefinición en el diálogo”8. Taylor recomienda la tensión en estas exigencias,

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Ley General de Educación. Editorial Unión. Bogotá, 2003. Pág. 44. Taylor, Charles, Op. Cit. Pág. 99. 7 Ibid., Pág. 99. 8 Ibid., Pág. 99. 6

pero no recomienda “privilegiar simplemente una sobre la otra, (A), por ejemplo, a expensas de (B), o viceversa”9. El esquema de Taylor tiene razones evidentes para tenerse en cuenta. Detecta tres formas de malestar provocadas por la modernidad10: 1) Individualismo y disolución de los horizontes morales. 2) Eclipse de fines por la razón instrumental desenfrenada. 3) Pérdida de libertad. A partir de aquí, inicia una secuencia de deducciones importantes para la vida de los individuos y de las comunidades. Del primer tópico (por espacio no tocaremos los otros dos aspectos, en los que además, se intuyen los alcances de los lenguajes expresivos) rescata que “El ideal moral que sostiene a la autorrealización es el ser fiel a uno mismo”11 por medio del cual cada persona se autorregula en lo que se debe desear y no de lo que se nos ocurre desear en términos de autenticidad. Esta, según Taylor implica tres cosas: 1) Que la autenticidad es un ideal válido; 2) Que se puede argumentar razonadamente sobre los ideales y la conformidad de la práctica con estos ideales; 3) Que estas argumentaciones entrañan una diferencia. En el primero, estando en contacto con nosotros mismos, adquirimos un significado moral independiente,... “soy libre cuando decido por mí mismo sobre aquello que me concierne, en lugar de ser configurado por influencias externas”. De acuerdo a la secuencia argumentativa de Taylor, en un proceso que va de Rousseau a Herder, la autonomía moral adquiere en este último... “la idea de que cada uno de nosotros tiene una forma original de ser humano” para constituir... “el trasfondo que otorga fuerza moral a la cultura de la autenticidad [...]”12. Respecto al segundo aspecto, en cuanto que se puede argumentar sobre los ideales del relativismo o del implacable individualismo, que solo repara en si mismo por encima del carácter dialógico de la existencia, Taylor utiliza el concepto de identidad como... “el trasfondo en el que nuestros gustos y deseos, y opiniones y aspiraciones, cobran sentido”13, lo cual debe ser en un esfuerzo dialógico precisando que “las formas que optan por la autorrealización sin considerar (a) las exigencias de nuestros lazos con los demás o (b) las exigencias de cualquier tipo que emanan de algo que está mas allá o fuera de los deseos o aspiraciones humanas son contraproducentes, destruyen las condiciones para realizar la autenticidad misma”14. Una vida individual, sumada a la de otros individuos, sin horizontes de significación, es decir, bajo la ausencia de principios trascendentes reguladores, cae en la trivialidad y en la incoherencia, la cultura que los envuelve se torna indeterminada sin capacidad de elecciones importantes, tanto como personas o como conglomerado. Debe existir un fondo firme, mas allá del yo, alimentado por la historia, por la religión, por la sabiduría 9

Ibid., Pág. 99. Ibid, Págs. 45-46. 11 Ibid, Pág. 51. 12 Ibid, Pág. 65. 13 Ibid, Pág. 70. 14 Ibid, Pág. 71. 10

popular, por Dios, por el grado de solidaridad o de compromiso existencia; sea lo que fuere, eso define la identidad (la propuesta amplia la oferta de Taylor). En cuanto al tercer factor (centro del trabajo propuesto), aduce que el sistema contextual en que se encuentren los individuos, sea el tipo social que fuere, no puede ser infranqueable a la persuasión moralizante. Nuestra cultura tecnológica industrial, no le parece a Taylor imposible de transformación humanizante, a pesar de la diferencia que entraña su planteamiento de autenticidad. Centradas las cosas ahora en el sujeto, a diferencia de ultranza, en que se estaba regido por las explicaciones divinas y monárquicas, es a este a quién le corresponde elegir los medios para el fin, entresacar “dentro de si mismo”, en lugar de un imaginario externo y normativo equidistante a todos por la autoridad. El ideal de la autenticidad requiere respuestas independientes desde nuestra identidad. Por medio de la autenticidad, en conexión con el tercer factor, ejercemos las escogencias desde dos planos, como caras de la misma moneda: la manera y el contenido. La manera dentro de la autenticidad será autorreferencial, puesto que constituye la forma de adherirse a cualquier fin o forma de vida, pero esto no obliga que el contenido deba coincidir con una cerrazón subjetiva, pudiendo el horizonte de significación constituirse afuera y no en un solipsismo creativo asfixiante. “Puesto que el arte es un terreno crucial para el ideal de la autenticidad” 15, Taylor entresaca el desarrollo del arte, para diferenciar la autorreferencialidad de la manera de la referencialidad externa del contenido, es decir las estrategias expresivas se enmarcan en la subjetividad de la manera, mientras, el contenido persigue horizontes significativos no egoístas y narcisistas. Así ocurrió con el cambio de paradigma mimético del arte anterior a la modernidad: la imitación de la naturaleza al más puro ut pictura poesis (así como la poesía, la pintura)16.Los artistas desde el más intenso individualismo nos remitieron a sentidos que hablaban de algo más allá del yo. Taylor oponiéndose, en su descripción, a la confusión de manera y contenido (materia) da evidencias del trabajo artístico de Rilke, Eliot, Pound, Joice, Mann y otros más. Era necesario enmarcar lo más general del pensamiento de Taylor, para la propuesta central de este trabajo: utilizar el esquema / filtro de derechos y de exigencias de los contenidos y de la manera (artística y estética en este caso) necesario en una educación artística multicultural, propio del caso, y que eventualmente, en un futuro, iluminaría sobre una verdadera educación multicultural. Los dos tipos de subjetivación mencionados, bajo las distinciones adecuadas serán necesarios en la batalla cultural en ciernes... “Puesto que algunas de las cuestiones importantes de nuestro tiempo referentes al amor y nuestro lugar en el orden natural es necesario explicarlos con esos lenguajes de resonancia personal”17 .

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Ibid. Pág. 112. RENSSELAER, W. Lee. Ut pictura poesis. Ediciones Cátedra. Madrid. 1982. Pág. 23. 17 TAYLOR, J. Op. Cit., Pág. 119. 16

Regresando a la situación cultural de Colombia, ante la inexistencia de legalidad constitucional y educativa, aún en las políticas reguladoras de la educación artística18, se constata un relegamiento educativo del área de conocimiento de la E.A., y un desconocimiento de las nuevas exigencias de la globalización en todos los aspectos de la vida social: la multiculturalidad, pero no como la diversidad cultural propia de todo conglomerado social, sino como las diferencias en los anhelos existenciales de los individuos que conforman dichas agrupaciones. W. Kymlicka plantea la diversidad cultural de la mayoría de los países (exceptuando a Islandia y las dos Coreas como culturalmente homogéneos)19, Colombia no es ajena a esto. Cuatro variantes étnicas componen su acerbo cultural: indígenas, negros, blancos y mestizos han tramado históricamente su tejido social, pero apenas la modernidad ha entrado en el país con algunos enclaves postindustriales. El esquema / filtro de contenido y de manera, fundamenta lo que deben contener los currículos de la educación artística en Colombia, puesto que la autenticidad (A) asumiendo maneras: (i) bajo creación, construcción, descubrimiento (ii) con originalidad (de otro modo la creación pierde el transfondo que puede salvarla de la insignificancia) y (iii) confrontación con la moralidad si es necesario, deben corresponderle (B) contenidos (i) con horizontes de significación que le impriman trascendencia a las temáticas culturales y (ii) que correspondan a constructos argumentables que permitan asumir las distinciones culturales y su aplicación en la construcción artística, desde las políticas estético / artísticas / culturales, pasando por las fases de diseño curricular del área de conocimiento de la Educación Artística y Cultural.. Incluso, en lo referente a la crítica de Taylor a los enfoques pervertidos de Nietzche 20, “Foucault, Derrida y sus seguidores”21corresponden a “variantes populares posmodernas de nuestros días” que como los mismos adjetivos lo insinúan son vulgarizaciones de pensamientos, y que encontradas sus significaciones pedagógicas servirían también de temáticas culturales, como el caso del fervor artístico-estético nietzscheano, la metáfora lingüística derridiana y las construcciones de poder foucaultnianas que sujetan a minorías de la locura, de lo sexual y de la represión carcelaria. El eje básico de esta propuesta estético-artística y cultural, rompe con la costumbre arraigada de las tendencias pedagógicas colombianas de girar alrededor de un currículo etnocéntrico occidental con algunas adiciones de lo indígena, de lo afroamericano y del mestizaje, como aspectos exóticos, sin poder relacionarlos con la situación de deterioro a que se han visto abocados desde el inicio de la colonia, pasando por la independencia, la república y hasta nuestros días. Los fines de la educación encierran una “omisión bien intencionada” que rebela su occidentalismo al pasar por encima de artistas, trabajadores de la cultura y educadores colombianos. F. Graeme CH., investigador artístico, sugiere preguntas que, para los fines propuestos renovarían el ya rutinario enfoque de “pasatiempo” y de “relleno” que conserva la educación artística en el país (salvo excepciones de proyectos reseñados en los 18

Educación Artística. Lineamientos Curriculares. M.E.N. Bogotá. 2000. KYMLICKA, Will. Op. Cit., Pág. 13. 20 TAYLOR, J. Op Cit. Pág. 98. 21 Ibid. Pág. 99. 19

lineamientos curriculares de la educación artística) 22 ¿Qué es arte? ¿Para qué sirve el arte? ¿Qué es lo que constituye el buen arte? ¿Quién decide estas cosas? ¿En virtud de que normas y patrones?23. Las respuestas se intuyen a través de A. Gerbrands... “Las artes son esenciales por tres razones: para perpetuar, cambiar y enaltecer la cultura”24. Así mismo a través de la vida de las culturas el arte puede expresar y proyectar aspectos religiosos, políticos, económicos inherentes a las obras de arte mismas. F. Graeme agrega,... “La comprensión cultural debería ser una de las razones más importantes para el estudio de las artes”25. Para hacer un esbozo de las posibilidades que ofrecería un enfoque artístico / estético multicultural, captemos las perspectivas que presenta Chalmers con respecto a los roles sociales que juegan los hacedores de arte en diferentes culturas: adjudicadores de significados, de estatus, enaltecedores y decoradores, interpretes, magos, autores de mitos, propagandistas, registradores y narradores de historias, terapeutas sociales etc. Chalmers se reduce a las artes visuales, pero la cuestión se ampliaría mucho más, si se intentara en las instituciones educativas el radio de acción curricular a los cuatro énfasis artísticos de la música, el teatro, la danza y las artes plásticas. Una visión de la diversidad cultural mediante la educación artística, transformaría totalmente sus currículos, puesto que ampliaría inusitadamente, los temas de estudio alrededor del papel del arte en una sociedad multicultural: desde la problemática de las minorías étnicas, nacionales y culturales hasta el acerbo de riquezas incalculables de las naciones en cuanto a los diferentes formas de reconocimiento, de identidad y de autenticidad involucrados en dicho proceso. En todo caso Chalmers visiona el futuro cuando sugiere que... “los educadores artísticos y estudiantes vayan más allá del reconocimiento de la diversidad y pongan en tela de juicio y desafíen los cánones y estructuras del mundo artístico de la cultura dominante”26. Este desafío a lo convencional y que coincide casi siempre con condicionamientos morales de momentos históricos, es lo que Taylor filtra y al cual indaga, en su preocupación porque estos cambios de la dinámica de comportamientos culturales, sean eficaces, y para eso les exige que la moralidad de la creatividad no sobrepase la capacidad dialógica de los planteamientos, en este caso de lo artístico y de lo estético, de tal manera que de lugar a deformaciones de dichas ideas. Estas mal interpretaciones aparecen, entonces, como un deslizamiento subjetivo más, como los que están a la moda en nuestra sociedad inevitablemente multicultural. Taylor, para concluir, en sus planteamientos alrededor de la autenticidad, enfatiza que las preocupaciones más urgentes de nuestro mundo, siendo en su mayoría antropocéntricas, aunque muchas importantes y necesarias, no lo son todo, no captan todas nuestras intenciones en toda su extensión...“no podemos explorar estas intuiciones 22

Educación Artística. Lineamientos curriculares. M.E.N. Bogotá. 2000, Págs.47-58. Graeme, Chalmers. Arte, educación y diversidad cultural. Paidos, Barcelona, Op. Págs. 67-68. 24 Ibid. Pág. 70. 25 Ibid. Pág. 72. 26 Ibid. Pág. 95. 23

acertadamente sin la ayuda que nos prestan nuestros lenguajes de resonancia personal”27.

BIBLIOGRAFIA. KYMLICKA, Will. Ciudadanía Multicultural. Paidos, Barcelona, 1996. CASSIRER, Ernts. Antropología Cultural. F.C.E. Bogotá, 1987. TAYLOR, Charles. Ética de la Autenticidad. Paidos, Barcelona, 1994. Nueva Constitución Política de Colombia. Bogotá, 1995. Ley General de Educación. Editorial Unión, Bogotá, 2003. RENSSELAER, W., Lee. Ut Pictura Poesis. Ediciones Cátedra. Madrid, 1982. EDUCACIÓN ARTÍSTICA. Lineamientos Curriculares. M.E.N. Bogotá, 2000.

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Taylor, Charles. Op. Cit. Pág. 119.