MONOLOGO MASCULINO

Adiós, mi dulce sol Monólogo corto para hombre DAVID: joven de 21 años. ESCENOGRAFÍA: Cuarto con una cama, al lado de é

Views 206 Downloads 3 File size 324KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Adiós, mi dulce sol Monólogo corto para hombre DAVID: joven de 21 años.

ESCENOGRAFÍA: Cuarto con una cama, al lado de ésta un buró con una lámpara; un ropero o armario, un cuadro pequeño sobre un pequeño escritorio con una silla, un espejo grande en la pared; una grabadora, un teléfono y un librero lleno de carpetas, documentos, libros y artículos de aseo personal.

GÉNERO: Monólogo

Al abrirse el telón vemos el cuarto de David perfectamente ordenado. Entra David, camina de un lado a otro de la habitación como queriendo hacer algo, al no conseguirlo se sienta en enfrente del escritorio, toma papel y tinta. Escribe. Después de unas pocas líneas lee lo escrito.

DAVID: Hola, mi amadísimo e infame sol, después de todo este tiempo en que te fui fiel, ahora me deshago de ti, esto ha llegado a su fin. (Para de escribir. Observa un cuadro que está sobre su escritorio, lo toma) Ya no quiero que me busques; ya me harté de que me hagas como se te de la gana. (Pausa) Toda la culpa es suya: las peleas, los gritos, los celos… mis estúpidos celos que tú a propósito causabas al saludar a tus amigos, al salir con ellos, al ir a fiestas en las cuales, decías, no sería yo bien recibido. (Pausa) Que más da, ya me harté de eso, de eso y de mil cosas más… (reflexiona); te amo demasiado, mi sol, pero, el amor no lo es todo, para que una relación exista no solo debe de existir amor, aunque es lo principal, deben existir otras cosas que por desgracia en la nuestra nunca existió, pero ya no hay forma de remediarlo, pues dudo que quiera intentarlo otra vez, ya tomó su decisión; si cree que voy a sufrir por su partida…, tiene razón, estoy sufriendo, Adiós, mi dulce sol

desgarrándome por dentro, quemándome, asfixiándome por ya no tenerte… (Pausa) Voy a sacarte de mi vida, voy a desterrarte de mi cuerpo, sí, lo haré, lo haré con cada lágrima, con cada risa, con cada suspiro, iré sacándote poco a poco de mi ser, de mi vida, de mi alma, de mi corazón hasta que no quede nada de ti, nada, ¡nada!... (Pausa. Reflexiona) Posiblemente no le encuentres sentido a lo que te estoy diciendo, no pretendo que lo entiendas, por desgracia esto así fue, solo espero que en tu próxima relación exista lo que en la nuestra no existió. Ya has sufrido demasiado con un hombre como yo y con tus amores pasados como para que sigas sufriendo, no te lo mereces, (irónico) pero así es la vida de cruel con todos: nos hace malas jugadas, y por desgracia ocasiona que nos enamoremos de las personas menos correctas, como te sucedió esta ocasión conmigo, nunca fui la persona ideal para ti, perdóname por todo y por no tener paciencia como tú me la pedías, perdóname por nunca darte lo que tú tanto deseabas… desgraciadamente ese fue mi error más grande… pero ya está todo hecho y no se puede cambiar, espero que me pueda perdonar algún día. (David camina un poco por la habitación, se sienta en la cama, saca un cigarrillo y lo fuma, se queda en silencio un momento. Se levanta, camina al armario, de él saca una pequeña caja llena de cartas, fotos y recuerdos de relaciones pasadas, las observa amorosamente. Sonríe) Muchas personas han pasado por mi vida que podría yo mencionar, que fueron parte agradable de ella, casi todas fueron muy bellas, la segunda por ejemplo: ahí fue cuando probé la miel de un beso al ser guiado, besos de amor, llenos de cariño, lo peor fue que se alejó de mi lado, muy lejos se fue, sin despedirse, y después tuvo la desfachatez de cortarme por teléfono diciéndome que me olvidara de todo, que cada quien hiciera su vida. (Ríe) Quedé tan dolido después de eso que mis siguientes dos o tres relaciones fueron simples aventuras, creí que nunca volvería a tomar en serio a nadie, ya no podía confiar… (saca una

foto de la caja) pero llegó una persona muy especial, la cual con su cariño, sinceridad, honestidad y amor, logró borrar los besos que habían dejado en mis labios amargura y que marchitaron mi alma por bastante tiempo. (Mira la fotografía) ¿Recuerdas? Cuando te conocí… eras… difícil pero muy en el fondo existía un alma tan dulce y maravillosa que poco a poco fui descubriendo (con melancolía) no fue sino que hasta que no teniendo el valor suficiente, me cortaste, asegurando con palabras hirientes que ya no sentía nada por mí. (Vuelve a guardar la fotografía en la caja precipitadamente) Hay algo que si puedo asegurar al mundo, Adiós, mi dulce sol algo de lo que estoy muy orgulloso: en ninguno de éstos pasados capítulos de mi existencia tuve intimidad con nadie, y no es porque no haya habido la oportunidad, sino que, considero que la relación de pareja no solamente es el sexo sino que está basada en confianza, sinceridad, respeto, fidelidad y muchas cosas más y que muy pocos conocemos. (Da una bocanada al cigarrillo) Durante todo este tiempo me refugié en mis estudios, en algún trabajo, en el baile, en el teatro… para poder ocultar mi amargura. Al poco tiempo, tuvo sus frutos, recibía muchas invitaciones para salir… ahora recuerdo que en un ensayo conocí a alguien, sentí que era la persona que llegaría a ocupar en mi corazón, el espacio que aún seguía vacío. Teníamos tanto en común: nuestro gusto por las artes, por la naturaleza y sobre todo por la fidelidad. Poco a poco me adentré en su corazón, vi que apenas se estaba moviendo en estos terrenos del amor; pero fui un estúpido, no supe manejar mis sentimientos y mucho menos expresárselos cara a cara… Me dijo un día que había hablado con sus padres de mí, de mis intenciones, de mi forma de ser, quería que me conocieran, pero apenas se enteraron de la verdad, se horrorizaron, no podían creer que yo fuera su novio, no podían soportar la idea de verme, de imaginarme a su lado. Dejé que se fuera a ser feliz y claro, perdí su

amistad. (Da una última probada al cigarrillo, lo apaga. Camina un poco. Regresa al escritorio, vuelve a escribir) Éstas pueden ser las últimas palabras, mi dulce sol, me despido de ti para siempre para ya no lastimarte más de lo que te he lastimado, y espero que me perdones si es que en realidad me amas, como tú lo has dicho: el amor lo perdona todo; y recuerda que me voy de ti, amándote como nunca antes amé a una persona, y por lo mismo, será mejor que ya no nos veamos nunca más; no te deseo lastimar, (pausa, observa el cuadro) mi madre me dijo una vez que nadie se merece un cruel, déspota y frío trato. Te perdono por todo lo que me has hecho, te deseo lo mejor en la vida pues te lo mereces, espero que puedas encontrar a una persona que te ame igual o más que yo; (vuelve a escribir) te prometo nuevamente que te olvidaré; tengo sentimientos y emociones, río, lloro, sufro, amo, y de eso te aprovechaste… no dejaré que nadie nunca más lo haga. Fue un gran gusto el poder conocerte, el haber sido tu amigo y tu novio, créeme que nunca me arrepentiré de eso, pues has sido lo mejor que me ha pasado en toda mi estúpida vida… gracias por todo. Ernesto… te amo, te amo con todas mis fuerzas, Ernesto. Gracias, mi dulce sol. Gracias, Ernesto. Gracias, Neto, Netito… Adiós, mi dulce sol Termina de escribir la carta, luego toma la fotografía que está en el escritorio, y las mete en un sobre blanco, lo guarda en la caja y la vuelve a colocar en su lugar. David camina hacia su cama, se hinca y empieza a rezar mientras cae lentamente el TELÓN