MONARQUIA CONSTITUCIONAL

INSTITUCION EDUCATIVA PRIVADA TEMA: “LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL EN EL PERÚ DEL SIGLO XIX” PROFESOR : MARCO GARCÍA

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INSTITUCION EDUCATIVA PRIVADA

TEMA:

“LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL EN EL PERÚ DEL SIGLO XIX” PROFESOR

:

MARCO GARCÍA

CURSO

:

HISTORIA

ALUMNO

:

SEBASTIÁN AMPUERO VALLEJOS

AÑO

:

3RO. “G”

NIVEL

:

SECUNDARIA

2012

INTRODUCCIÓN

Don José de San Martín se proclamó "Protector del Perú", por eso su gobierno es llamado "Protectorado". Fue instalado el 3 de agosto de 1821 y perduró hasta el 20 de setiembre de 1822. El Libertador esperaba instaurar un régimen monárquico constitucional y completa r la independencia del territorio nacional.

San Martín emprendió la difícil tarea de organizar el nuevo Estado. Instauró un Consejo de Estado para tener asesoría en el gobierno. Implantó tres ministerios: Hacienda (Hipólito Unanue), Relaciones Exteriores (Juan García del Río), Guerra y Marina (Bernardo de Monteagudo). Estableció los departamentos y provincias en base a las ex intendencias y partidos, respectivamente. Liberó a los indígenas de los tributos y las mitas, y con la ley de ―vientres libres‖ orde nó que nadie naciera esclavo en el Perú. Todas estas medidas fueron consagradas en el Estatuto Provisorio, documento considerado la base legal del Protectorado.

LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL EN EL PERÚ DEL SIGLO XIX

CONCEPTO Monarquía parlamentaria o constitucional es un modo de gobierno donde el monarca tiene poderes limitados por una institución que recibe el nombre de Parlamento y que se rige por un conjunto de leyes establecidas (Constitución). Un grupo que representa los tres Estados. En este tipo de gobierno los poderes se dividen en tres: judicial, ejecutivo y legislativo y el Parlamento regula el normal funcionamiento del Reino, colaborando con el Rey e imponiendo ciertas estructuras y límites a su mandato sobre todo en el poder legislativo. Este modo de gobierno fue el que hizo posible por primera vez en la historia derechos a la libertad individual y a tener defensa en un juicio y es originario de Inglaterra y los Países Bajos.

PREPARANDO LA MONARQUIA San Martín consideraba que el sistema de gobierno que debía instalar era la Monarquía Constitucional. Pero quería ganar a la opinión publica en este sentido, especialmente a la clase más ilustrada. En este sentido convocó a 40 personajes destacados a re unirse en la Sociedad Patriótica, donde se debía discutir cuál es el sistema de gobierno que le conviene al Perú. Dirigió las sesiones el pro monarquista Bernardo de Monteagudo. Defendiendo las posiciones monarquistas destacó el sacerdote Ignacio Moreno, a poyado por Hipólito Unanue; mientras que los republicanos fueron liderados por Manuel Pérez de Tudela y Mariano José de Arce. Mediante cartas y artículos periodísticos defendió esta causa José Faustino Sánchez

Carrión, el Solitario de Sayán, redactor del p eriódico La Abeja Republicana. Confiado en que los peruanos respalden la monarquía, San Martín envió a Europa a don Juan García del Río y Diego Paroissién, quienes debían buscar un príncipe europeo que acepte ser el primer Rey del Perú, el candidato favorito era el Príncipe de Saxe- Coburgo. También debían gestionar un fuerte empréstito que permita continuar con éxito la guerra contra el Virrey La Serna que gobernaba en el Cusco. La nueva monarquía debía contar con una nobleza, es por eso que convirtió los títulos de Castilla en títulos del Perú. Además creó la Orden del Sol, una condecoración para los mejores servidores de la patria que se convertían en los nuevos nobles del Perú.

PROGRAMA POLÍTICO DE SAN MARTÍN Antes de llegar al Perú, San Martín ya tenía un largo historial de sentimientos

monárquicos

que

se

fueron

confirmando

por

sus

observaciones de anarquía luego de la independencia de algunos territorios americanos, especialmente del Río de la Plata. Pensaba que un proyecto monárquico era el mejor remedio para evitar el desorden. Una monarquía autoritaria y centralizada a la manera de un despotismo ilustrado que buscara elevar la cultura la calidad de vida de las personas. Su experiencia en la guerra por la independencia lo había convencido que los americanos aún no estaban preparados para vivir en una forma republicana de gobierno. En Chile, intentó sin éxito que sus ideas fueran aceptadas pero sintió que en el Perú estaba su oportunidad. No en vano aquí en Lima se encontraba la aristocracia más numerosa del continente. ¿Pero acaso San Martín pensaba fundar un Reino en el Perú y nombrarse a sí mismo soberano? Nada más alejado de la verdad. En todo momento, demostró no tener ambiciones personales. Quería la

independencia pero también evitar a toda costa la anarquía. Los peruanos, según San Martín, no tenían experiencia de autogobierno, además la mayor parte de la población no era ilustrada y vivía en condiciones económicas muy precarias. Fue en la Conferencia de Punchauca donde por vez primera San Martín expuso sin éxito sus planes monárquicos a los realistas. Pero más adelante, durante el Protectorado, llevaría a cabo pasos más firmes para convencer que su proyecto era el más adecuado a la realidad del Perú. Creó la "Orden del Sol" -siguiendo el modelo de la Legión de Honor francesa- para condecorar a los que prestasen servicios distinguidos a la Patria y así formar una aristocracia peruana; también reconoció los títulos nobiliarios concedidos en España como títulos del Perú; y, finalmente, envió una misión diplomática a Europa -presidida por el canciller Juan García del Río e integrada por el comerciante inglés James Paroissien - para buscar un Príncipe, Infante de Castilla de preferencia. La institución que se encargaría de sembrar la idea monárquica fue la Sociedad Patriótica de Lima, fundada el 20 de enero de 1822, donde se llevaría a cabo el primer debate político sobre la mejor forma de gobierno para el Perú. Esta institución estuvo a cargo del principal colaborador del Protector, el rioplatense Bernardo de Monteagudo, a quien secundaba el sacerdote venezolano José Ignacio Moreno. El órgano de difusión de los debates de la Sociedad Patriótica fue el periódico El Sol del Perú. Sin embargo, frente a todo este despliegue monárquico se fue formando un frente liberal-republicano encabezado por José Faustino Sánchez Carrión, el célebre ―Solitario de Sayán‖, quien, desde unas cartas firmadas con ese seudónimo, se había opuesto firmeme nte a los planes sanmartinianos. Para él, la monarquía era contraria a la dignidad del hombre: no formaba ciudadanos sino súbditos; es decir, personas cuyo destino está a merced de la voluntad de un solo

hombre, el Rey. Sólo el sistema republicano podía ga rantizar el imperio de la ley y la libertad del individuo; finalmente, reconocía que la república era un riesgo, pero había que asumirlo. Pero Sánchez Carrión no estaba solo. Sus ideas eran también compartidas por Toribio Rodríguez de Mendoza, antiguo reda ctor del Mercurio Peruano y rector del Convictorio de San Carlos, Francisco Javier de Luna Pizarro, Manuel Pérez de Tudela y Mariano José de Arce, entre otros. Ellos también desplegaron toda una retórica en favor de la república y sus ideas quedaron expues tas en el periódico La Abeja Republicana. Pero la monarquía no llegó a echar raíces en nuestro país, a pesar de todos

los

esfuerzos

de

San

Martín.

España

mismo

la

había

desprestigiado. Para la mayoría de los criollos liberales, la monarquía española -que era el ejemplo más cercano que tenían - era intolerante y decadente. Lo mismo podía ocurrir en el Perú. De otro lado, lo que pasaba en el Perú también desalentaba el proyecto. Por un lado, el monárquico Monteagudo, como ministro del Interior, había desplegado una imprudente política antiespañola en Lima: ordenó la confiscación de los bienes de los peninsulares por considerarlos contrarios a la independencia y a muchos los expulsó del país. Aparentemente, esto lo hacía con la aprobación de San Martín. ¿Esa actitud era acaso un preludio de la monarquía sanmartiniana? Muchos lo entendían así. Por ello, mientras aumentaba el desprestigio de San Martín también aumentaba la prédica republicana. Además, el ejército realista se encontraba intacto y controlaba la may or parte del territorio peruano. La promesa de San Martín por libertar al Perú estaba cada día más lejos.

Entrevista de Guayaquil entre San Martín (derecha) y Bolívar (izquierda) el 26 de julio de 1822

PRIMERAS MEDIDAS DEL PROTECTORADIO DE SAN MARTÍN Antes de comenzar a analizar lo que fue el protectorado de San Martín, debemos saber a qué nos referimos con tal nominación. Se llama Protectorado al gobierno de Don José de San Martín en el Perú. Fue instalado el 3 de agosto de 1821 y perduró hasta el 20 de setiembre de 1822. El Libertador esperaba completar la independencia del territorio nacional y preparar el camino para la instauración de un régimen monárquico constitucional. Cabe resaltar que su corto pero trascendental protectorado fue toda una hazaña para su época, puesto que en ese entonces no existía un modelo político para la organización de un gobierno republicano y sin embargo, el general supo abordar

plenamente los aspectos básicos

que hoy en día constituyen la organización político -sectorial de una

administración gubernamental. Tras la proclama de la Independencia el 28 de Julio 1821, don José de San Martín se proclama Protector del Perú. Al asumir dicho cargo, asumía también el mandato político y militar de nuestro país. Hay quienes sostiene n que el protectorado de San Martín fue una dictadura y que lo que perseguía el general era el dominio completo de nuestro país. Esta afirmación queda desmentida por el mismo general cuando, el 13 de noviembre de 1818, señala ―que se permitiese a los pueblos adoptar libremente la forma de gobierno que creyeran conveniente, cuya deliberación espontánea será la ley suprema de mis operaciones‖. San Martín siempre creyó y aplicó que eran los ciudadanos los únicos que podían y debían decidir el tipo de gobierno que querían. Sus intenciones nunca fueron las de quedarse en el poder como vitalicio y mucho menos como dictador lo cual es demostrado cuando el 12 de febrero de 1821 declara el ―Reglamento

provisorio‖,

donde

afirma

que

―todas

las

leyes,

ordenanzas y reglamentos quedan en su fuerza y vigor, mientras no sean derogadas o abrogadas por autoridad competente‖. San Martín tuvo que tomar la decisión política de quedarse en el Perú porque, en la práctica esa independencia no era una realidad debido a que el ejército realista permanecía intacto en la parte central y sur del Perú. La tarea pendiente era, fundamentalmente, militar y política. Para enfrentar militarmente a los realistas San

Martín diseñaría

su

campaña a puertos intermedios. Sin embargo, esto exigía una decisión política: asumir el gobierno del naciente estado. Es por esta razón que el 3 de agosto de 1821 asume el mando supremo del Perú con poderes absolutos, bajo el título de Protector. El decreto del 3 de agosto, en su parte final, estipulaba: "Conviniendo, pues, a los intereses del país la instalación de un gobierno vigoroso que lo preserve de los males que pudiera producir la guerra, la licencia y la anarquía, por tanto declaro lo siguiente: 1° Quedan unidos hoy en mi

persona el mando supremo, político y militar de los departamentos libres del Perú, bajo el título de Protector. 2° El Ministro de Estado y Relaciones Exteriores está encargado a don Juan García del Río, secretario del despacho. 3° El de Guerra y Marina al teniente coronel don Bernardo Mon teagudo, auditor de guerra del ejército y marina, secretario del despacho; 4° El de Hacienda al doctor don Hipólito Unánue; secretario del despacho" Se estipulaba, en el mismo citado decreto, que el gobierno protectoral tendría vigencia "hasta tanto que se reúnan los representantes de la Nación Peruana, y que determinen su forma y modo de gobierno ". La ejercería de conformidad con el Estatuto Provisorio que fuera promulgado el 8 de octubre, teniendo como objetivo "el mejor régimen de los departamentos libres ínterin se establece la constitución permanente del estado". Como podemos ver, una de las primeras medidas fue que constituyó el Poder Ejecutivo designando como Ministros de Estado al colombiano Dr. Juan García del Río, como Secretario de Relaciones Exteriores; al Argentino Dr. Bernardo Monteagudo, como Secretario de Guerra y Marina; y al ilustre prócer peruano, Dr. Hipólito Unánue como Secretario de Hacienda. Pero también Instauró un Consejo de Estado para tener asesoría en el gobierno. Estableció los departamentos y provincias en base a las ex intendencias y partidos, respectivamente. Liberó a los indígenas de los tributos y las mitas, y con la ley de ―vientres libres‖ ordenó que todos los nacidos a partir del 28 de Julio nacieran libres en el Perú. Todas estas medidas fueron consagradas en el Estatuto Provisorio, documento considerado la base legal del Protectorado. En conclusión emprendió la difícil tarea de organizar el nuevo estado, con miras a implantar una monarquía independiente en Lima y es que Sa n Martín consideraba que el sistema de gobierno que debía instalar era la Monarquía Constitucional. Confiado en que los peruanos respalden la monarquía, San Martín envió a Europa a don Juan García del Río y

Diego Paroissién, quienes debían buscar un prínci pe europeo que acepte ser el primer Rey del Perú, el candidato favorito era el Príncipe de Saxe- Coburgo. También debían gestionar un fuerte empréstito que permita continuar con éxito la guerra contra el Virrey La Serna que gobernaba en el Cusco. La nueva monarquía debía contar con una nobleza, es por eso que convirtió los títulos de Castilla en títulos del Perú. Además creó la Orden del Sol, una condecoración para los mejores servidores de la patria que se convertían en los nuevos nobles del Perú.

DESPRESTIGIO DEL GOBIERNO DEL PROTECTORADO En sus inicios el gobierno de San Martín fue bien visto por gran parte de la población peruana, sin embargo luego de algunas derrotas a manos de las tropas realistas, junto con los afanes monárquicos del libertador, empezó a reinar cierta desazón y escepticismo sobre la efectividad de su gobierno. Sus ideas monárquicas fueron fuertemente combatidas por el Solitario de Sayán en su periódico ‖La abeja Republicana‖.

SAN MARTÍN QUERÍA PARA EL PERÚ UNA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL San Martín quería, para el Perú, una monarquía constitucional. El Rey debía jurar la Constitución que se dieran los peruanos; el gobierno sería ejercido por quien designara el Congreso; y la justicia sería independiente. Si consideraba importante la f igura de un Rey –y deseaba que fuera europeo— era porque eso podía operar como disuasivo de cualquier intento de reconquistar estos territorios. En 1821, los pueblos de América del Sur se habían autoproclamado independientes, pero su existencia no era reconocida por ninguna nación de la Tierra. Como se explica en el libro, Fernando VII, con el apoyo de la Santa Alianza –promotora de las monarquías absolutas —tenía el propósito

de recuperar América. San Martín pensaba, con razón, que ese propósito se vería frenado por la existencia de un Rey europeo en Perú, centro del imperio hispanoamericano. No se propuso pedir a ningún país que designara un monarca, sino que ordenó hacer una oferta –a título individual— a un noble europeo, quien debería someterse a la Constitución peruana. El Rey, como en toda monarquía constitucional, no ejercería el gobiern o.

Para San Martín únicamente a través del establecimiento de una monarquía constitucional se lograría la independencia y un orden regular. Sea que el ambiente y las tradiciones peruanas, más aristocráticas y de mayor arraigo que en Buenos Aires o Santiago, hayan influido en el carácter del libertador haciéndole pensar que para evitar la anarquía el sistema de gobierno más adecuado era la monarquía constitucional, también es claro que en su posición el pensamiento de Bernardo de Monteagudo jugó un p apel determinante. Monteagudo no solo coincidía en esto último con San Martín, sino que había iniciado una campaña pública tendiente a favorecer la opción por la monarquía constitucional. Pilares fundamentales de ella fueron la prensa y la Sociedad Patriótica de Lima.

LA DISCUTIBLE TERCERA ETAPA DEL MONARQUISMO DE SAN MARTÍN EN EL PERÚ: EL “REY JOSÉ” San Martín tampoco se había, hecho popular por su inacción frente a los españoles, por sus medidas administrativas, algunas de las cuales disgustaron a los propietarios, por el lujo y el decoratismo en que cayó y que coinciden con algunas actas para darle la corona, con la canción «La Palomita» que a ello aludía, con el nombre de "Rey José" que

le

dieron

sarcásticamente

sus

enemigos,

con

algunas

conspiraciones en el seno mismo del ejército. Riva -Agüero fue también uno de los lideres principales de la oposición. Publicó escritos contra quienes recogían firmas para elegir emperador a San

Martín, los apresó y les siguió proceso; 28 y adujo que los pueblos al emanciparse de España no buscaban otro amo y mucho menos uno de sus conciudadanos, sino su libertad e independencia; que no podrían ver jamás en uno de sus conciudadanos sino los defectos personales; que ello despertaría las ambiciones de los caciques enlazados con la familia incaica; de los reyes de España y otros monarcas europeos; y que

debía

imitarse

el ejemplo

de

Holanda,

en

su

guerra de

independencia que no confirió el trono al príncipe de Orange cuando las potencias no quisieron suministrarle un rey. Esta actitud de Riva Agüero es muy interesante; y aunque está acorde con su hostilidad a Monteagudo, no lo está con otras de sus actitudes posteriores. Las ideas monarquistas consubstanciales con el Protectorado, no prosperaron. Tenían cierto carácter exótico; los comisionados a Europa eran extranjeros y procedían clandestinamente. Monteagudo se hizo odiar, la nobleza no ofrecía un apoyo compacto y prestigioso a tales ideas, pues inclusive el más relevante de sus miembros, Riva Agüero fomentaba una propaganda díscola. San Martín lo comprendió y sin empecinarse en su plan, apoyó la reunión del Congreso donde eliminado Monteagudo, entraron en masa los liberales; y se retiró.

CONCLUSIONES



Al igual que con el Dr. Valentín Paniagua, Don José de San Martín fue ―mal pagado‖ por el pueblo peruano. Tal vez su ―error‖ fue querer instaurar una monarquía, ya que, tras tantos años de sometimiento a una, lo que menos queríamos era que, tras la independencia que tanto costó, cayéramos en manos de otra.



Sin embargo, el mandato de San Martín fue bastante bueno y buscó, por sobre todas las cosas, el bienestar y consolidación del Perú como país fuerte, soberano y libre.

BIBLIOGRAFÍA



Aldo Olano Alor. El Perú en el Siglo XIX. Ensayos Política, Economía y Sociedad.



Carlos A. Villanueva, Bolívar y el general San Martín. Ver también Fernando Imperio de los Andes.



Mitre, Historia de Belgrano, tomo I, pp. 235-238.

VII y

los nuevos Estados y El

INDICE

INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 2 LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL EN EL PERÚ DEL SIGLO XIX .... 3 CONCEPTO .................................................................................................... 3 PREPARANDO LA MONARQUIA................................................................... 3 PROGRAMA POLÍTICO DE SAN MARTÍN .................................................... 4 DESPRESTIGIO DEL GOBIERNO DEL PROTECTORADO ........................ 10 SAN MARTÍN QUERÍA PARA EL PERÚ UNA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL ...................................................................................... 10 LA DISCUTIBLE TERCERA ETAPA DEL MONARQUISMO DE SAN MARTÍN EN EL PERÚ: EL ―REY JOSÉ‖ ..................................................................... 11 CONCLUSIONES .......................................................................................... 13 BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................. 14 INDICE ............................................................................................................ 15