Modernismo y 98 Como Fenomeno Historico

Modernismo y 98 como fenómeno histórico, social y estético Volumen IV íNDICE 1. INTRODUCCiÓN 2. MODERNISMO Y 98 COMO

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Modernismo y 98 como fenómeno histórico, social y estético

Volumen IV

íNDICE 1. INTRODUCCiÓN 2. MODERNISMO Y 98 COMO FENÓMENO HISTÓRICO, SOCIAL Y ESTÉTICO 2.1. Modernismo como movimiento de renovación espiritual 2.2. Modernismo como movimiento de renovación estética 2.2.1. La estética modernista 2.2.2. El lenguaje modernista como lenguaje generacional 2.3. Temas rnodernistas

El título mismo de este tema plantea la necesidad de entender la literatura española de finales del XIX y principios del XX como un todo. Ha existido en los estudios de la literatura española una tendencia a enfrentar Modernismo y Generación del 98 (Díaz-Plaja, 1966) como si se tratase de dos movimientos diametralmente opuestos; a los autores modernistas se les ha atribuido un interés exclusivamente estético, mientras que se ha querido ver en los noventayochistas tan sólo preocupaciones de índole ética. Esta separación tajante y excluyente cae por su propio peso, pues, a poco que se estudie la nómina de autores de una y otra "generación», se observa que ni existe enfrentamiento ni es posible trazar una línea que claramente mantenga alejados a unos de otros, como revela el hecho de que Azonn incluyese entre los noventayochistas, junto a Unamuno, Baroja, Maeztu, Benavente y Valle-Inclán, al mismísimo Rubén Darío.

3. LOS AUTORES

3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5. 3.6. 3.7.

1. INTRODUCCiÓN

Miguel de Unamuno Valle-lnclán Rubén Daría Pío Baraja Azorín Antonio Machado Manuel Machado

4. CONCLUSIONES

El rendimiento didáctico de dicha oposición no justifica su mantenimiento, por más que la taxonomía y las clasificaciones simplistas puedan resultar útiles en la enseñanza. De todos modos, en la historia de la literatura española está tan arraigada la utilización de estos dos marbetes que resulta difícil prescindir de uno de ellos para, con el otro, denominar a todos los escritores del período. Veamos ahora la historia de ambos conceptos; después propondremos un estudio conjunto de modernistas y noventayochistas .

••• Desde finales del XIX se observa en las letras hispánicas un proceso de renovación y cambio al que se le ha dado el nombre de Modernismo. La crítica se divide entre aquellos que separan tajantemente Modernismo de Generación del 98 y aquellos otros que no lo hacen, o que entienden que el 98 está incluido en ese movimiento más general del Modernismo. Los hay que defienden que el Modernismo es un movimiento de renovación formal en el arte, en especial en la poesía. Esta parte de la crítica, encabezada por Azorín, Salinas y Díaz-Plaja, defendió la idea de que el Modemismo es sólo una parte de las innovaciones que se dan en esta época y enfrenta Modernismo (entendido como movimiento de renovación formal de la poesía) y Generación del 98 (renovación ideológica que se desarrolla medIante la prosa). Fue Ortega y Gasset el primero en emplear el marbete de Generación del 98 (en el Imparcial, en noviembre de 1913). Ya Azorín, desde 1910, venía hablando de la existencia de dicha generación, aunque sin denominarla como se hizo más adelante. En el mes de noviembre de 1913, después de la publicación de Ortega, Azorín da a la luz en ABe cuatro

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LENGUA Y liTERATURA

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Volumen IV I r t rteguiana' «la generación del 98». En dicha geneartíc,ulOS para los que utilizaBa e. Iqu~:e~u Daría, 'Valle-Inclán, Benavente, Manuel Bueno raclo~ tnclUY~ un~~uno, a :~~~i un afá~ de «renovación de las letras». Al margen de la ~:n~~~!~~~ :~~I~la~~~ es interesante !a inclusión de Rubén Daría en el grupo, pues supone que Azorín percibía lo que era comun a t o d O S . . . en «El concepto de generación literaria aplicado a la, del 98», consld~ra d S r e:~ ~~ gr~~~a~'el 98 aparecen los requisitos que Peters~n estable~io en Las generac/o~~s literarias para poder hablar de una verdadera generaclon Ilterana.

Una segunda postura es la representada por escritores como Juan Ramón Jiménez o Luis Cernuda y críticos como Federico de Onís, Ricardo Gullón o Rafael Ferreres. No creen que exista dicha Generación del 98, ya que lo que se considera rasgos peculiares de la misma responde a un cambio de sensibilidad y actitudes estéticas, fruto y expresión de un fenómeno artístico y cultural más amplio conocido con el nombre de Modernismo. Notemos que el enunciado de este tema 60 parece corresponderse con esta postura.

f

El primero en reivindicar que lo que se dio a principios de siglo fue un movimiento de renovadón en todos los ámbitos fue Juan Ramón Jiménez, para quien el Modernismo no fue «solamente una tendencia literaria», sino «una tendencia general», porque para él el Modernismo no era cuestión de escuela ni de forma, sino de actitud.

Nacimiento en torno a una zona de fechas: entre 1864 (nace Unamuno) y 1875 (A. Machado).

Es ya clásica la definición que diera Federico de Onís en 1934 según la cual el Modernismo sería «la forma hispánica de la crisis universal de las letras y del espíritu que inicia hacia 1885 la disolución del siglo XIX y que se había de manifestar en el arte, la ciencia, la religión, la polÍtica y en los demás aspectos de la vida entera, con los caracteres, por lo tanto, de un hondo cambio histórico cuyo proceso continúa hoy».

Formación intelectual semejante: todos son autodidactos.

inttesrp(~:I'dsoanNauleeSv~e~~!~:;a c~~~~~~~e~id:1~::r~Xa~~~~r~~p~~~/~)~

Relaciones mismas revls a v, , Existencia de un acontecimiento generacional: el desastre del 98. Presencia de un guía intelectual: Nietzsche.

Considera Ricardo Gullón (1969) que el concepto de Generación del 98 es una invención perturbadora y regresiva que entorpece el estudio de la literatura española a partir de

Lenguaje generacional: el modernista. . . Anquilosamiento o parálisis de la generación anterior: descrédito del movimiento

1880. Según el crítico, a los modemistas les corresponde igualmente la rebeldía frente a los esquemas burgueses y la conciencia de minoría renovadora en el plano cultural, artístico y social que Azorín atribuía a los noventayochistas:

realista y naturalista.

evid~nte

De no fijarse suficientemente en la creación misma, de exaltar el españolismo frente al universalismo y de subrayar lo negativo con preferencia a lo positivo arranca el error llamado Hgeneración del 98». Para describir la sustancia generacional Azorín enumera los hechos contra los cuales se alzaron los escritores de la promOción noventayochista: ulas corruptelas administrativas, la incompetencia, el chanchullo, el nepotismo, el caciquismo, la verborrea, e/ 'mañana', la trapacería parlamentaria, el atraco en forma de discurso grandilocuente ... , todo el denso e irrompible ambiente» del país. Protesta necesaria que acreditó a los protestantes de ciudadanos virtuosos y ejemplares, pero no excepcionales, pues bajo el signo de la rebeldía se instituye en todas partes el modernismo.

esto~d re~uisit°fto~~~t~~:~~d~:~~;o~o:o~o~~~r~~~;~\:~:

Es que muc.hos de pero tambien los modernistas se lamofi ana~ a ~e S~linas de que «el modernismo no es otra Quedémonos, de momento, con a a Irmaclon cosa que el lenguaje generacional del 98». ., En "El problema del modernismo en España», Salinas diferencia a esta Generaclon del 98 del Modernismo por varios motivos:

~g~~!~:ci~r~!~~O~¿s~~~~~ ~~~:

Los primeros serían pensadores y reform' adores modernistas, mayontarlament~ poetas. s I a ,unos verdad los otros vendrían definidos por el afán de belleza. ., - I . ntras que el moderLa generación del 98 se circunscribe al terntorlo espano , mle . . francesa nismo sería un movimiento originalmente hispanoamericano, de InfluenCia

Gullón (1990) niega asimismo la posibilidad de considerar el Modernismo como un bloque monolítico en el que todos sus integrantes se amoldan a un programa y responden a una actitud conjunta. Al aceptar la definición de Juan Ramón, según la cual el Modernismo es una época, y defender la confiuencia de factores diversos en dicha época, al crítico le parece indefendible la uniformidad.

y cosmopolita. .' d por La temática socio-política, moral e histórica chocaría con la prlmacla otorga a los modernistas a los valores estéticos y a las referenCias culturales. ,. 't . t'tico del moderEl del 98 constituiría un movimiento analltlco frente al carac er Sin e orrientes nismo, un movimiento básicamente ecléctico donde confluyen diferentes c moderestéticas. Mientras que los noventayochistas se d~dica~ .a la novela y al ensayo, los nistas cultivan, según Salinas, la creaclon poetlca. Casi todas estas diferencias son fácilmente rebatibles, como veremos. nt h tado por la dlfelB Por su parte, Díaz-Plaja (1966) es el que más impla~ablemen e a op o insoste~ciación y oposición sobre la base de tres claves dlsCrlmtnatorlas que son del told frente a dad bies' virilidad frent~ a feminidad, trascendencia frente a inmanencia Y tempor~~Cimonónica. inst~ntaneidad_ Lo único que los uniría sería el rechazo a la literatura anterior PROFESORES DE ENSEÑANZA SEC

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Tema 60. Modernismo y 98 como fenómeno histórico, social y estético

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,t."';..

Rafael Ferreres (1981) defiende la fusión entre ambas tendencias, a las que considera ,dos actitudes literarias y vitales bastante afines». En dicho artículo, termina negando la eXistencia de semejanzas entre todos estos autores finiseculares en lo que al plano literario respecta: Si hubo una preocupación española, hondamente sentida, que les unió a los del 98, no ocurre lo mismo en el terreno literario donde cada uno acampó por donde sus condiciones de escritor le llevaron o por donde Dios quiso. Si actitud política y literaria fuere lo mismo existiría la generación del 98. El no separar las dos actitudes hace que viva y aún prospere el equívoco del calificativo que se ha dado a los escritores noventayochistas. Pero una cosa es política y otra literatura.

J ,También existe la posibilidad de considerar que el 98 es una parte del Modernismo. fr°se Carlos Mainer estima que el 98 es la forma peculiar española de la crisis universal del In de siglo; esto es, el 98 entendido como la faceta nacional del Modernismo. LENGUA Y LITERATURA

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, d la realidad circundante, un autoexilio El exilio es otra de las formas para aleJa~e e es más bien metafórico, interior. Ese que en ocasiones es real, pero que le~do r~~~ción de nuevos marcos geográficos y alejam!entoslo y tiempos alejados. .

~;~il:~:enl:~2~~~~d: ~ee:spacios

cronologlco Y , ocen or los periódicos. Muchos escntores traLos nuevos marcos geograficos los ~on . Ru~n Darío se traslada a Andalucía pagado cribe sobre Granada y el mundo árabe; el bajan como corresponsales ,en el extr~nJero" por La Nación de Buenos Aires Y,des e aqu~~Saís idealizado que es Japón; Juan Valera es guatemalteco Enrique Gómez Camilo c~n~~eChi~a. Los países más idealizados son!a India, contratado por El Imparcial P~t~:;~~~;riiualista y religioso, el Nirvana, la concepclon de ~~ de la que les Interesa su se d n su estética sus adornos florales, los c 1_ reencarnación del al.ma; Chl~a, dei~~e~~:ó aca~~odo, en espe~iallas geishas, los quimonos, Emilio Gómez Carrillo tradujo los poemas Jap~neses, nescos, los biombos" de Japon les los samuráis, el sentido del ~onor, ~~s sencillos de poquísimas palabras, sobre anecdot?s los haikais (en singular, halku), poe ose~ una honda emoción contenida. Tamblen referidas a una flor, a una manposa, que ~ árabes' entre 1900 y 1904 Las mlf y una se verán atraídos por el exotls';1~ de i~o~a~~~nte Bla~co Ibáñez las traduce al españ,ol, lo noches son traducidas al france~, : \ del mundo árabe. La idealización del mundo arabe que significa el descubnmlentod e mi Ivosobre el que a veces se ha insistido en exceso. ' de los temas del Mo ernlsmo " sera uno . retenden buscar las raíces verdaderas de nuestra Con el alejamiento en el tiempo p b 'según los autores de fin de siglo. Esas cultura, unas raíces desvlrtuad~s 'po~ I~ C;::~SI:~ la historia bíblica, en las cultur~s preraíces las encuentran en laan :gu~ a do del' primer Renacimiento. Todas estas epocas colombinas, el rnundo medleva , e mun tas En España las épocas más recordadas son fueron recreadas por ,los poetas mgde~n~s s ~omo Toledo: Salamanca o Segovia son vistas la la Edad Media y los Siglos de Oro. a ~rasta con la decadencia del momento, atnbUlda a luz de su pasado glonoso, lo cuaI~ ;:on siempre a los males del mundo burgues.

2.2. Modernismo como movimiento de renovación estética ." ti ositivista se vehicula en el arte por medio de Toda esta concepclon antlburguesa y an p tes de Francia e introducidos en parte por dos lenguajes fundarnentales, ambos prov~n~~~bolismo (el mismo Azorín, en sus artículos Rubén Daría, .qu:, son el parnaslanlsm~ ~ movimientos en los jóvenes noventayochistas), sena lo la su influencia dee~m de Pero1913, también dejan huella en os e0 1Im presionismo , el Decadentismo, el PrerrafaelisB' uer San Juan de la Cruz, etc, , ecq , , nombre a la revista Le Parnasse contemporam El movimiento parnasl~no deb~ s~, (1811-1872) con la divisa de «el arte por el (1866). Su maestro es Theophlle au ler oetas franc~ses (además de Gautier, Leconte arte». Es un lenguaje que cultiva un gruPeo d~~ reacciona contra el exhibicionismo sentimen' de lisie y, en P?rte, Baudelalre y v:r~~~/ ;etensión política y social dentro del poer;'a. ~ tal de los romantlcos, y contra cu 'a una oesía que no sirve para nada mas qu poesía debe existir solo por y para la poesl e'l cUlt¿ a la perfección formal, el ideal de una para generar poesía serenaPlacer~ste~co. y equilibra a, e(e gusI~~t~~;~~s líneas puras y escultóricas (de ahí que a veces mo,

se hable de «poesía marmórea»).

coro

' , con el mundo construyen poemas muy Para buscar te~as q~e no ten~an relaclO~e describen un paisaje fuera de la realidad: tos, quesus reflejan solode anelcdotas Cargan poemas a uSlonesm~nll:~~t~r~ grecorromana, utilizan elementos decoratl 322

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

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Tema 60. Modernismo y 98 como fenómeno histÓrico, social y estético

vos de Japón o China, recrean los arnbientes elegantes del París del XVIII, un mundo de la aristocracia, de la belleza, de la cultura, todo con un lenguaje sutil. Se inspiran en el mismo arte y hacen poemas que son cuadros, medallones, retratos de poetas que son los maestros de su generación, No obstante, el Modernismo español está más cerca del Simbolismo, una escuela francesa que se crea a finales del XIX y que da sus frutos más importantes en Francia en torno a 1885 (1886: Manifeste Symboliste, de Jean Moréas), Los autores más destacados son Baudelaire (1821-1868), Verlaine (1844-1896), Rimbaud (1854-1891) y Mallarmé (1842-1898), todos ellos poetas malditos. De Charles Baudelaire destacan Las flores del mal (1857) y Pequeños poemas en prosa (1868). En el primero plantea el poder demoníaco de la escritura. Recurre a lo satánico para combatir los valores de la burguesía dominante en la Francia decimonónica, En el poema «Correspondencias» se resume la estética simbolista. Existe una correspondencia entre la realidad visible y el mundo que está más allá de la realidad. El poeta es capaz de intuir ese mundo a través de los símbolos, Gracias al símbolo se expresan, mediante objetos del mundo visible, realidades inefables, profundas, íntirnas, irnposibles de expresar con otro tipo de mensaje que no sea el símbolo. A Paul Verlaine -el «padre y maestro mágico, liróforo celeste»-Ie dedicará Daría su celebérrimo «Responso a Verlaine», de Prosas profanas. De Rimbaud cabe mencionar su obra Iluminaciones, donde ernerge la ciudad como gran protagonista de la poesía moderna, Se alejan del academicismo parnasiano; no desprecian la belleza externa ni la perfección forrnal, pero pretenden ir más allá. La realidad encierra, tras las apariencias, significaciones profundas o afinidades insospechadas con los estados de ánimo. La misión del poeta es descubrirlas y transmitirlas al lector. Para eso se sirven de los sírnbolos, imágenes físicas que sugieren algo no perceptible físicamente (una idea, un sentimiento). El cisne será el símbolo de la elegancia; el ocaso, de la decadencia o la muerte; el sauce, de la tristeza. El símbolo tendrá un gran rendimiento en la poesía del primer Antonio Machado (Soledades, galerías y otros poemas) e incluso en algunos momentos de la prosa de Azorín, El intirnismo simbolista se siente en el Juan Ramón de Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904) o Pastorales (1911); también en Francisco Villaespesa (Tristitia rerum, 1906) o en Antonio de Zayas (Paisajes, 1903). Más que decir, los poetas simbolistas pretenden sugerir cuanto está oculto en el alma de las cosas, Las intuiciones, las sensaciones no se pueden expresar con un lenguaje realista porque éste destruye la realidad. Es necesario buscar un lenguaje oscuro, simbólico, que es el que ellos crean, la sílaba impar, el matiz, Recordemos al respecto los versos de Daría: «El verso sutil, / que pasa y se posa, / bien en la mujer, / bien en la rosa, / beso Puede ser / o ser mariposa». En este sentido, recurren a la sinestesia como base para la sugerencia, Al arte de las sugerencias no le convienen forrnas escultóricas, sino un lenguaje fluido, mUsical, por eso se produce búsqueda de la música del verso: «De la musique avant toute chose¡», proClamará Verlaine, El Modernismo hispánico puede ser considerado como síntesis del Parnasianismo y del Simbolismo, y en él no resulta a veces fácil deslindar uno de otro. «, .. no Siempre pOdemos Separar Parnasianismo y Simbolismo dentro del MOdernismo, construyendo compartimentos estancos, incomunicados», afirma Gullón al respecto (1990: 16-17), «ni es del todo exacto hablar de modernistas parnasianos y rnodernistas slrnbolistas, pues, a diferencia de lo aContecido en Francia, donde Leconte de lisie y Rlmbaud pertenecen a mundos incomunicables, en los poetas de nuestra lengua tal incomunicación no existe». Del Parnaslanismo prOcede el anhelo de perfección forrnal, sin llegar del todo -salvo pocas excepciones_ a LENGUA Y lITERATURA

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En la misma línea, Enrique Rull (1984) acepta que «el Modemismo es un movimiento literario y cultural de amplio espectro dentro del cual, como característica de uno de sus momentos y fenómeno particular, aparece la llamada Generación del 98». Insiste en la importancia que tiene el hecho de que Azorín incluyera entre los miembros de su generación al propio Rubén Darío, y que declarase que todos ellos eran llamados, despectivamente, «modemistas».

F. Pedraza y M. Rodríguez subrayan que, aunque a veces se ha achacado a Azorín la invención de una división artificial entre modernistas y noventayochistas, en realidad él se limitó a atribuir a los modernistas españoles un nombre que ha hecho fortuna: Generación del 98. Para evitar polémicas enojosas, optan por el término Generación de fin de siglo, en la que se incluiría a «todos los jóvenes creadores que aparecen en escena a finales del XIX y principios del XX» (Pedraza Jiménez, 1997). Con estos presupuestos, estudiaremos aquí el conjunto de la literatura que surge en el marco general de la crisis de fin de siglo. Utilizaremos el término Modernismo para referirnos a dicha literatura, sin perder de vista, que detrás de las afinidades entre todos los integrantes de esta generación finisecular, se esconden grandes individualidades que se resisten a las generalizaciones grupales y que requieren un estudio particular.

haciendo gala de un declarado an .. " destrozos que la industria provocatl~~d~~tnahsmo. Ce~suran la fealdad de las ciudades los laga que ~Ia industria ha despersonalizad~s~ A ~nncIPlos de Siglo, Rubén Darío dirá de Mávaya a mas o venga a menos». Los inte es a ciudad., El progreso ha hecho que Málaga de la ciencia en sí, sino del uso que la ~eucrtgUUale~ modermstas no reniegan de la industria o eSla hace de ellas Estas críticas provocan que la int l ' . tos obreros del momento: Azorín esc~bectuahdad una ~us intereses a los de los movimieningresa en el PSOE en 1894' en 1895 e su pnmer articulo anarquista en 1894 Unamuno se plantea el problema de I~ decadenc~~~:c:_En torno al casticismo, de Unam~no, donde sigUiendo las ideas del regeneracionista Joa~u~no~Jsia~opone una regeneración de España De lo anterior se desprende el talante a 'b • la clase dominante pOlítica y económicam ~tl durgues de l.os modernistas: la burguesía es Esta clase se sustenta sobre dos pilares i ~~I e entro del sistema capitalista que detestan. nallsmo y el utilitarismo. La burguesía regres~~~t~ despreciables y despreciados: el mateyel utilltansmo se oponen radicalmente al c lti da Imedl,ocndad. El materialismo burgués subrayará la vinculación existente entre I u vo ,e espmtu. Eduardo Gómez de Baquero la mediocridad conlleva la despersonaliz:ci::enalldad y la mediocridad y el hecho de que , Ante esta crisis de la conciencia burguesa pohtlca; es el caso del poeta cubano José M' c?ben dos posturas. De un lado, la rebeldía qUl~mo del joven José Martínez Ruiz' d artl, del soclahsmo de .Unamuno o del anare:stetlco como válvulas de escape ~n:e o~ro, el aislamiento. anstocratico y el refinamiento Jovenes modernistas abanderan la individua~i~ realidad mamfiestamente adversa. Así, los ad¡ la onglnalldad y la diferencia. Se trata de ostentar todas las ideas y actitudes soc' 1 gantes y originales. Estamos, según od~~~ ~e os conviertan en ~eres diferentes, extravaCosas, van a asumir actitudes consideradas az, ante «una rebehon ambigua». Entre otras el buen burgués: como antiSOCiales por la burguesía, lacras para

2. MODERNISMO Y 98 COMO FENÓMENO HISTÓRICO, SOCIAL Y ESTÉTICO 2.1. Modernismo como movimiento de renovación espiritual Los modernistas se muestran rebeldes ante la sociedad que les ha tocado vivir (Rubén Daría: «Yo detesto la vida y el tiempo en que me'tocó nacero,). Se rebelan contra la sociedad burguesa, materialista, positivista y utilitaria y lo hacen en diversos frentes.

-

En primer lugar, con una actitud anticientifista, Se multiplican las críticas a los efectos del desarrollo científico; de ahí que Unamuno denuncie lo que denomina «fetichismo científico», el hecho de que la ciencia se estuviera convirtiendo en un fin en sí mismo y no en un medio para mejorar la vida del ser humano. Dicha actitud está ejemplificada en el paso del «europeizar España» al «que inventen ellos». Pese a los avances de la ciencia, los grandes interrogantes del ser humano siguen sin responder: ¿qué es el hombre?, ¿de dónde viene? (pensemos en «Lo fatal», de Cantos de vida y esperanza, 1905).

_

Frente al desarrollo de la ciencia, los intelectuales modernistas abanderan la filosofia irracionalista de Schopenhauer o Nietzsche. El mundo como voluntad y representación influirá decisivamente en esta generación de fin de siglo; ahí Arthur Schopenhauer defiende que la esencia del mundo es la voluntad, que no se somete a la racionalidad, y que genera una lucha constante en el individuo, dolor y angustia. También el existencialismo cristiano del danés Soren Kierkegaard, el intuicionismo de Henry Bergson o el psicoanálisis de Sigmond Freud dejarán en ellos su huella. Oponen a la ciencia su interés por las cienCias ocultas, las fuerzas irracionales del ser humano o el estudio de la teosofia. En resumen, se interesan por todos los aspectos que se escapan de las investigaciones científicas. En "El rubÍ», Rubén Darío reflejará el intento del ser humano de suplantar a la naturaleza. La industria, como vertiente práctica de la ciencia, transforma la ciudad y fomen!a e: surgimiento de suburbios y cinturones industriales. A la vez, el éxodo rural deja vacIO e campo. Los intelectuales modernistas denuncian los fallos de la sociedad industrializada, 320

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 60 Mode' 9 ' . mismo y 8 como fenomeno histórico, social y estético

Las dro,gas. Los modernistas se ven influido un mgles comedor de opio de Thomas d s por obras como las Confesiones de y el hachís, de Baudelaire; o Las puerta~ ~u~ncey; ~os paraís?s artificiales. El vino cuentan las experiencias con el alcohol el he ~~ralso, de Theofile Gautier. Ahí se puertas para acceder a una realidad ult ' ac IS y el opio. Consideran las drogas con realidades estéticas imposibles d ralsenslble que les permite estar en contacto C' e a canzar en un estado de normalidad omo vana~te de las drogas, el alcohol VI' " . er dos. Tamblen fue patente el alcoholism~ d ~ne, Ruben Dano mueren alcoholizao de Emilio Carrere. e anuel Machado, de Alejandro Sawa

= La libertad sexual y la homosexualidad (Emilio Carrere, Canto a las putas) -

'

AgresIvidad, frente al presunto pacifis b ' ' Constituía una forma de seguir esca:;~ u~gues. La agresividad en las tertulias Manuel Bueno y Valle-Inclán en la qune a, Iztan D. dES necesario citar la pelea entre es e pler e el brazo , El suicidio. Modernistas hispanoamerica ' , Silva, la argentina Alfonsina Storni o I nos como el colombiano José Asunción forma de suicidio fue también la de A~ej~~~~~a§o Horaclo QUlr?ga se suicidan. Una traicionar su vocación de artista aceptando un tawba,qube mU~lo de hambre para no S ra aJo urgues. d e comportan así, en parte, para escandalizar a la 'd ' en sus derechos como personas individuales d,~ocle ad bien pensante. Defiense dirige hacia la masificación y la alienación d~ I~ ~~~~~~~.ante una sociedad que

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Volumen IV

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Tema 60. Modernismo y 98 como fenómeno histórico, social y estético

la frialdad del verso parnasiano; también la importancia de los valores sensoriales y la recurrencia a los temas exóticos. Del Simbolismo se toma la capacidad para la sugerencia, así como el sentido muy marcado del ritmo y la utilización del símbolo, algo a lo que nunca había sido ajena nuestra tradición poética.

A lo ~nterior hay que unir una búsqueda de valores sensoriales. Todo es fuente de goce para el oldo, pa~ la Vista, para ~I tacto. La fr~se corta, impresionista, será empleada con frecuenCia (Azonn, BaroJa). La Sinestesia sera el principal vehículo de la sugerencia mediante la mezcla de sensaciones. . ,

A estas influencias básicas hay que añadir otras, como la del Impresionismo, el Prerrafaelismo, el Decadentismo o Bécquer.

. El símbolo resulta útil para condensar en una figura, en una palabra, múltiples figuraCiones, lo que permite establec~r un complejo sistema de interpretación de la realidad. Qué slgnlfi.~a el azul, c~n el que Dano da nombre a su primer libro: ensueño mundo celestial creaclon, perfeCClon, trascendenCia, nueva dimensión mística, etc. Lo' oierto es que e~ Azul... se co~densa ,el clima espiritual del Modernismo (pensemos en la revista mexicana Azul, de Gutlerrez NaJera).

El Impresionismo pictórico tiene su reflejo en la literatura cuando el escritor nos ofrece una descripción vaga, imprecisa, construida a base de imágenes sueltas. El estilo se agiliza mediante la supresión de nexos o mediante la utilización de oraciones breves, que a veces tienen carácter nominal. Azorín o Baroja poseen bellísimas páginas impresionistas. El Prerrafaelismo surge en Inglaterra a mediados del XIX; los artistas prerrafaelistas, reunidos en torno a Dante Gabriel Rossetti, se interesan por los pintores italianos primitivos, por su mirada ingenua y natural; dejan su huella en Valle-Inclán o en Rubén Daría. El Decadentismo se caracteriza por su tendencia a admirar lo macabro y escandaloso (las prácticas satánicas, esotéricas, el erotismo perverso), pero también por la refinación extrema. La de J. K. Huysmans (Al revés) es, una vez más, una actitud contra la mediocridad, al igual que la elegancia decadentista de D'Annunzio. Valle-Inclán, sobre todo en los textos más tempranos, es deudor de esta estética decadente. También hay que destacar la presencia del intimismo simbolista de Bécquer, pues encontramos esa veta intimista y sentimental en casi todos los poetas modernistas, desde Rubén a Juan Ramón, pasando por Antonio Machado. No en vano, Bécquer es considerado el puente entre la literatura romántica y la poesía moderna. Asimismo, habría que mencionar el influjo del Romanticismo anglosajón de Edgar Allan Poe o Walt Whitman (Hojas de hierba, 1855); a este último le dedica Daría uno de los medallones de Azul. Gullón (1990: 14) añade otro ismo más, el misticismo, y resume así las distintas tendencias que conforman el modernismo: Junto al cosmopolitismo, provincianismo, decadentismo, individualismo, parnasianismo, intimismo y simbolismo, alineemos este otro ismo: misticismo. Todos estos elementos cons~ tituyen el modernismo, y, con ellos, la exigencia de tersura en verso y prosa, la voluntad de estilo, un lenguaje más rico, que algunas veces tiende a la perfección escultórica y siempre a la musicalidad.

En vista de lo dicho, no debe extrañarnos la tan repetida afirmación de Ivan Schulman, que defiende el carácter sincrético y ecléctico del modernismo hispánico, en el que se entrelazarían armónicamente tres corrientes: una extranjerizante, otra americana y la tercera hispánica.

No sólo la simbología cro~ática (azul, dorado, violeta) tiene importancia, también la de las aves (Cisne, ocas, rulsenores), la de las flores (orquídeas la flor de lis los tulipanes los linos). ' , ,

2.2.2. El lenguaje modernista como lenguaje generacional El Modernismo supuso un enriquecimiento estilístico y del idioma español sin precedentes desde el Renacimiento o el Barroco, tanto en la prosa como en la poesía Azorín en la sen e de artículos publicada en ABC y que en 1913 reproduce en Clásicos y 'moder~os afirmaba que ,:Ia generación de 1898 representaba un renacimiento; un renacimiento má~ o menos amplio o má~ amenos reducido -si queréis-, pero, al cabo, un renacimiento». En efecto, dicho r~~aclmlento no se produce sólo en el campo de las ideas, sino también en el de la u~llIzaclon de la lengua. La pasión de Unamuno por las «palabras terruñeras» I~. recuperaclon .de palabras desusadas o la incorporación de cultismos y neologismos ai I loma no son SinO distintos modos de manifestar el interés por las palabras.

La búsqueda de los efectos coloristas en los textos será frecuente. En Rubén encontramos

~fectos bnllantes (