Modelos Urbanos La Ciudad Compacta y La

Modelos Urbanos: la ciudad compacta y la ciudad difusa. Su análisis a través de las redes de servicios y transporte en e

Views 93 Downloads 1 File size 43KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Modelos Urbanos: la ciudad compacta y la ciudad difusa. Su análisis a través de las redes de servicios y transporte en el Partido de La Plata. Lic. Julieta C. Frediani Unidad de Investigación 6B- IDHEHAB- FAU- UNLP. E-mail: [email protected] Directora: Arq. Olga Ravella. Co-Director: Lic. Luis Adriani Resumen El debate sobre la ciudad dispersa y la ciudad compacta ha resurgido con fuerza, lo cual parece indicar que el protagonismo de dichas cuestiones en los estudios urbanos actuales se corresponde con el avance de la suburbanización y con la mayor sensibilización hacia los posibles efectos de la ciudad dispersa en la calidad de vida y el medioambiente. El objetivo de nuestra Beca de Formación Superior consiste en determinar y evaluar los impactos de los modelos de ciudad compacta o difusa sobre el medioambiente y la organización social, a partir del análisis de la configuración urbana de la ciudad de La Plata. La metodología adoptada considera al territorio como un sistema complejo, dado que en su organización funciona como un sistema conformado por diferentes subsistemas de distinta magnitud que interactúan entre ellos, dando lugar a formas, estructuras y configuraciones territoriales. El diseño de la investigación se realizará a partir de la metodología de estructura de matrices de datos y de construcción de escenarios futuros. El trabajo se encuentra en la tercera fase del segundo año de desarrollo, consistente en la construcción de los distintos escenarios propuestos, para un posterior análisis de las variables seleccionadas como relevantes en cada uno de los escenarios.

Palabras Claves: modelos urbanos - ciudad compacta - ciudad difusa- transformaciones socioterritoriales.

Introducción La urbanización dispersa o desconcentrada se encuentra íntimamente relacionada con los avances técnicos -mejora de las redes de comunicación, universalización del automóvil particular-, los cuales traen aparejados importantes cambios en las formas de asentamiento humano en el territorio. El crecimiento espacial de la ciudad es expresión del aumento de la población y de la dinámica económica, requiriendo de procesos de producción, a través de los cuales se transforma el suelo rural en espacio construido. El aumento poblacional genera demandas de espacio de acuerdo a sus necesidades de alojamiento, desplazamiento, ocio, etc. Al mismo tiempo, las diferentes actividades productivas urbanas demandan espacio para su localización y desarrollo. En general, estas demandas han tendido a producir crecimientos espontáneos y anárquicos que las normativas de ordenamiento territorial intentaron regular tardíamente. Por otra parte, el crecimiento urbano se ha visto influenciado por las alternativas de la especulación sobre la renta del suelo de áreas fundamentalmente vinculadas a los grandes ejes de comunicación. El loteo indiscriminado de zonas agrícolas, consistente en una simple subdivisión de la tierra sin contemplar los servicios ni el transporte público, fue la modalidad anárquica de expansión de las grandes ciudades. Actualmente, el crecimiento urbano profundiza la polarización poniendo en evidencia, con más fuerza que en el pasado, la fragmentación social y espacial de nuestras ciudades. En el presente trabajo se aborda, desde un enfoque sistémico, el estudio de los modelos urbanos, ciudad compacta y ciudad difusa, en el Partido de La Plata. El fin de nuestra investigación consiste en avanzar en el conocimiento sobre las distintas formas de organización urbana, reconociendo sus conflictos territoriales y avanzando en la búsqueda de soluciones superadoras que permitan desarrollar alternativas de crecimiento equilibrado. La metodología adoptada considera a la ciudad como un sistema complejo, es decir, como el resultado dinámico de las condiciones específicas de articulación de diversos dominios, caracterizados por distintas escalas, temporalidades, comportamientos en entornos específicos, patrones de variabilidad y cambio. La ciudad se define como una realidad compleja, apareciendo

tanto como un espacio fragmentado pero a la vez articulado, en el sentido de que cada una de sus partes mantiene relaciones con las otras a través de flujos que son las materializaciones de las circulaciones producidas. En el Partido de La Plata, las transformaciones socioterritoriales producidas en su periferia desde finales de los años ’80, han contribuido a un notable cambio en la morfología de la ciudad, dando lugar a un territorio fragmentado y disperso. La periferia del Partido se ve afectada por una dinámica de retención-especulación en el marco de un proceso de suburbanización que progresa fundamentalmente en dos direcciones, respondiendo a actores, lógicas e intereses diferentes.

Marco Teórico Se parte de la consideración que los modelos de crecimiento urbano tanto “ciudad dispersa y difusa” como “ciudad compacta y diversa”, no son más que una abstracción de dos realidades diferentes que al ser planteadas como modelos teóricos para su estudio e investigación, no significa que en la práctica las ciudades respondan de manera estricta y sin margen de error a preceptos establecidos por el modelo teórico, pues en realidad se trata de generar lineamientos y directrices correctamente orientadas susceptibles de ser consideradas en el establecimiento de nuevas políticas urbanas que afronten el reto que plantea la búsqueda de la sostenibilidad, y que de su efectiva implementación dependerá la manifestación en las ciudades de importantes rasgos característicos planteados en los modelos teóricos. Pero cabría preguntarse si en la actualidad, en una época postmoderna ¿son todavía útiles los modelos -meta del conocimiento científico de la modernidad- sobre la estructura o el desarrollo urbano?; ¿son los modelos urbanos según especificaciones culturales todavía adecuados en la época de la globalización?. Mientras ciertas tendencias urbanas, tales como la emergencia de una nueva categoría espacial, la post-suburbia, todavía se concentran fundamentalmente en países industrializados, en esta época de globalización es sólo cuestión de tiempo para que estos fenómenos puedan ser observados también en América Latina. El proceso de globalización ha reforzado las redes globales influyendo fuertemente en las estructuras urbanas. Los modelos pueden hacer transparentes estos procesos, y el uso de los mismos puede también sensibilizar ante el patrimonio cultural específico (Borsdorf, 2003). Por dicha razón, es posible afirmar que la elaboración de modelos sigue siendo adecuada en la época de la globalización, pese a reconocerse la existencia de factores dependientes de las especificidades y particularidades culturales que hacen necesario adaptar cada modelo urbano a cada configuración espacial urbana real. En la actualidad, pueden establecerse dos modelos de ciudad que se encuentran en las antípodas: uno basado en la dispersión y el otro en la concentración. Dos modelos urbanos entre los que cada ciudad específica se debate, uno que entiende la ciudad por funciones, que disecciona el territorio para cubrir sus necesidades y el otro, más tradicional, el de la ciudad concentrada que aboga por la multiplicidad, el equilibrio y la mezcla funcional, social, económica y cultural, el transporte público, y el espacio público. Sin embargo, estos modelos no se encuentran en la realidad en estado puro y, por tanto, lo que se presenta a continuación no deja de ser una simplificación que tiene su justificación en marcar dos extremos opuestos que nos ayuden a situar, luego, los modelos de cada ciudad con relación a éstos; saber si nos acercamos más o menos al modelo de ciudad compacta o al modelo de ciudad difusa. El debate actual sobre la ciudad no reside meramente en la elección entre uno u otro modelo, es decir, no pasa por hallar un modelo de ciudad “ideal”. Es evidente que cualquiera que sea la modalidad de urbanización, ésta implica una relación entre sociedad y territorio que genera riesgos de distinta índole y diverso grado, pero también es claro que hay modos y umbrales de urbanización que provocan más riesgos y de diferente carácter que otros. En relación al concepto de ciudad difusa o dispersa, no resulta sencillo dar una definición acabada. Si bien la existencia de una vasta bibliografía sobre el tema, tanto nacional como extranjera, nos ha permitido hallar diversas conceptualizaciones, todas ellas coinciden en identificar este modelo de

ciudad con la insustentabilidad ambiental, la fragmentación territorial, y la segregación socioespacial. Concuerdan en que la ciudad difusa responde a una pretendida racionalización del uso del suelo, que se zonifica, asignando funciones diferentes a las distintas zonas de la ciudad (residencial, comercial, educativa/universitaria, empresarial, etc.). El resultado de este proceso es el incremento de la distancia física entre la ubicación de las variadas funciones de la ciudad. Al analizar las causas que han dado origen a la denominada ciudad difusa, es posible encontrar dos posturas al respecto. Por un lado, estarían aquellos que consideran las tendencias a la descentralización vinculadas a los cambios en la estructura urbana y en la tecnología como un proceso progresivo que daría lugar a la fragmentación espacial en nuevos ámbitos metropolitanos cada vez mayores, y por otro, los que las entienden como final de un largo período e inicio de un nuevo ciclo urbano. Estas dos visiones no son necesariamente excluyentes, sino que se diferencian según el grado de novedad que le atribuyen a los procesos recientes de suburbanización. Con la ciudad difusa los modelos de la suburbanización de tipo latino-mediterráneo y de tipo anglosajón, que durante mucho tiempo han seguido caminos diferentes, tienden ahora a converger en un modelo único común de ciudad sin centro de estructura reticular, cuyos nodos conservan y acentúan su identidad a través de procesos innovadores de competición y cooperación. Las nuevas periferias parecen así destinadas a convertirse en la verdadera metrópolis (Dematteis, 1996). Así, puede decirse que en la actualidad existe un modelo de desarrollo urbano que se está haciendo dominante, y que de alguna manera está definiendo los ciclos y la evolución de las ciudades, y como consecuencia, los propios modelos de ciudad que se están desarrollando hacia el futuro. La ciudad nueva se “nos viene encima” dominando la lógica de la ciudad existente. El modelo de ciudad dominante se asienta en intereses y lógicas productivistas. La complejidad de los procesos que tienen lugar en las ciudades, parten de la dirección que siguen los cambios a los que están sujetas y de nuestra capacidad de intervención sobre ellos. De esta manera, la ciudad compacta y delimitada, que había prevalecido como referente idealizado hasta no hace mucho tiempo, está dejando paso a un tipo de imagen urbana de la que Los Ángeles parece ser el paradigma más apropiado. El modelo de ciudad difusa plantea exigencias mayores en la gestión urbana. Sabemos cómo hacer ciudad en la ciudad existente, pero no sabemos hacer aún ciudad en los espacios difusos y dispersos, fragmentados y lacónicos, privatizados y monovalentes de la región metropolitana. El siglo XXI nos exige una cultura de invención de futuros urbanos, y no únicamente de intervención en los presentes producto de la historia pasada y del mercado hoy dominante (Borja, 2004).

Transformaciones Urbanas en el Partido de La Plata A partir de las transformaciones urbanas que se vienen produciendo en el Partido de La Plata, fundamentalmente desde fines de los años ‘80, se observa un notable cambio en la morfología de la ciudad, la cual se ha desbordado de los tejidos originales hacia la periferia siguiendo las vías de comunicación, fundamentalmente hacia la Capital Federal. Paralelamente con este crecimiento, se verifican transformaciones en la estructura periférica, con nuevas actividades comerciales, de servicios y recreativas, cobrando mayor autonomía respecto del centro tradicional. En la última década, la emigración de la población desde el centro hacia la periferia en busca de nuevas oportunidades laborales y un nuevo hábitat, se traduce en un aumento de la ocupación de nuevas superficies en los límites físicos de la ciudad, concretamente en la frontera entre los ámbitos urbanos y no urbanos. Con la expansión de la ciudad, tierras que se destinaban a explotaciones primarias intensivas presentan ahora otros usos del suelo propios de un área urbana, generándose nuevos loteamientos, una revalorización del suelo, y una acelerada especulación por parte de los agentes inmobiliarios. El avance urbano hacia la periferia del Partido estaría generando no sólo pérdida de tierras productivas sino también, y desde un punto de vista socioterritorial, nuevas formas de fragmentación, con espacios cada vez más especializados y estratificados sobre una estructura

socioeconómica desigual, es decir, una periferia caracterizada por la acentuación de la segregación socio-espacial existente. La dinámica expansiva incluye además una alteración de los patrones de comportamiento de los actores sociales involucrados en los procesos de suburbanización-periurbanización: agentes inmobiliarios, empresas y, fundamentalmente, de los habitantes de las áreas en transformación, quienes adoptarán estrategias variadas, de acuerdo a sus lógicas e intereses dominantes. Los que desarrollan actividades primarias-intensivas, disminuirán la participación del personal asalariado e incrementarán el trabajo familiar o podrán “retirar” la propiedad del circuito productivo, intentando valorizar la propiedad mediante la generación de rentas urbanas o la especulación rentística de los territorios ociosos. Para los grupos de ingresos altos y medios-altos, la producción del espacio residencial en los '90 estará caracterizada por el desarrollo creciente de “barrios cerrados” y “clubes de campo”, dando cuenta no sólo de cambios en el proceso de valorización del suelo urbano, sino también de un nuevo modelo de producir, organizar y consumir la ciudad. De este modo, la periferia de La Plata está afectada por esta dinámica de retención-especulación en el marco de un proceso de suburbanización que progresa principalmente hacia el NO tendiendo a conectar la ciudad con Buenos Aires. Esto valoriza la tierra de ese eje, aunque la constante migración hacia el área con la posterior ocupación de la misma está agotando la disponibilidad de tierras. El crecimiento del área está llegando al límite, debido a la existencia de espacios abiertos de considerables dimensiones que actuarían como "tapones" o freno a la expansión urbana. El crecimiento y las variaciones demográficas del Partido de La Plata derivan básicamente de dos factores. El primero obedece a razones culturales, y está representado por un sector de clase media y media-alta que busca alejarse del centro por propia elección, dando prioridad a la calidad de vida antes que a la proximidad al casco. Estos sectores migran fundamentalmente hacia el N-NO del Partido (Tolosa, Gonnet, City Bell y Villa Elisa). El segundo se centra en la repercusión que tuvo la crisis económica que se inició a mediados de los ‘70 y se profundizó en los ‘80 y fines de los ‘90, y que en nuestra región determinó la prolongación de la ciudad hacia el sur, destacando el caso de Villa Elvira, donde arribó en los últimos años un gran número de migrantes intraprovinciales y extranjeros. Este éxodo hacia el sur parece estar motorizado económicamente por el cuentapropismo. Los años '90 han sido escenario de importantes transformaciones en el proceso de organización territorial del Partido, en el cual pueden reconocerse, a lo largo del tiempo, distintas fases constitutivas: de creación, expansión, consolidación, fortalecimiento, estancamiento y retracción de áreas urbanas, suburbanas, periurbanas y rurales. La retracción de suelo rural tiene lugar dentro de una tendencia de cambio de las máximas rentas diferenciales agrarias a las mínimas rentas diferenciales urbanas. El avance urbano sobre tierras agrícolas productivas se ha vuelto un serio problema para el desarrollo sustentable de la ciudad. En el caso de La Plata, esta situación adquiere una particular relevancia, si se considera que el Partido es el primer productor hortícola de la Argentina y que a la vez integra la denominada tercera corona metropolitana de Buenos Aires, una de las diez principales metrópolis del mundo periférico. Estas dos situaciones le confieren una gran importancia al estudio del periurbano en La Plata. El Partido de La Plata, con 574.369 habitantes, registra en el período 1991-2001 un crecimiento poblacional medio-bajo (del 6%) en relación con los demás partidos de la Provincia. En cuanto a la variación del crecimiento demográfico por sectores urbanos, se observa al interior del casco fundacional una diferencia marcada entre la zona central con decrecimiento, y el resto del casco con un crecimiento muy bajo o casi nulo. En contraposición a ello, la periferia registra los mayores índices de crecimiento: 53% en el desborde del casco urbano fundacional y 58% en las localidades del cinturón verde -Romero, Abasto y Olmos-. Se puede observar que el crecimiento demográfico es muy heterogéneo si se divide el territorio del Partido de La Plata en sectores urbanos consolidados, en consolidación y en expansión. El mayor crecimiento poblacional lo registra el eje sureste en expansión, seguido, en orden decreciente, por el eje noroeste en expansión -sector

comprendido entre el Camino Belgrano y las vías del ferrocarril-. En las áreas de expansión urbana predominan los usos urbanos, generalmente usos residenciales de baja densidad demográfica que alternan con fracciones no urbanas en desuso o subocupadas en proceso de valorización inmobiliaria.

Reflexiones Finales El análisis de las transformaciones territoriales en el Partido de La Plata, ocurridas fundamentalmente en los años ’90, nos ha permitido reconocer las tendencias de expansión urbana. Así, se observa que la ciudad se desborda de los tejidos originales hacia la periferia, siguiendo fundamentalmente dos direcciones que responden a actores, lógicas e intereses diferentes: hacia el noroeste -sectores sociales medio-altos y altos-, y el sureste -sectores medios y medios-bajo. Este proceso genera nuevos loteamientos y la consecuente revalorización del suelo, desencadenándose una acelerada especulación por parte de distintos agentes inmobiliarios produciendo la elevación de los precios del suelo. En la última década, la emigración de la población desde el centro hacia la periferia se traduce en un aumento de la ocupación de nuevas superficies en los límites físicos de la ciudad, concretamente en la frontera entre los ámbitos urbanos y no urbanos. Tierras que anteriormente se destinaban a explotaciones primarias intensivas, presentan ahora otros usos del suelo propios de un área urbana. Entre los diversos usos del suelo del área periférica del partido se encuentran los grandes equipamientos de consumo y grandes centros recreativos, comerciales y de producción. Por otro lado, además de las actividades agrícolas intensivas, se desarrollan espacios residenciales tradicionales (barrios, viviendas unifamiliares) y no tradicionales (urbanizaciones cerradas, villas miserias). Frente al avance urbano, y con el fin de moderar y controlar los procesos en curso, la discusión debería centrarse en las posibilidades de utilización de terrenos existentes en lugar de utilizar nuevas extensiones urbanas o suburbanas. Disminuir la presión sobre los ámbitos periurbanos y rurales del Partido podría resultar una estrategia realista y acertada para afrontar el problema de la dispersión suburbana, de cara a mejorar la habitabilidad de nuestra ciudad en los próximos años. Bibliografía Consultada - Dematteis, Giuseppe. “Suburbanización y periurbanización. Ciudades anglosajonas y ciudades latinas”. En: Revista Urbanitats, Nº 4, 1996. - Ferrás Sexto, Carlos. “Ciudad Dispersa, Aldea Virtual y Revolución Tecnológica. Reflexión acerca de sus relaciones y Significado Social”. En: Revista Scripta Nova. Univ. de Barcelona Nº 69 (68). Agosto, 2000. - Frediani, J. Informe Parcial Beca de Formación Superior, UNLP: “Modelos Urbanos. La ciudad compacta y la ciudad difusa. Su análisis a través de la de las redes de servicios y transporte en el Partido de La Plata”. Febrero, 2005. - Janoschka, Michael. El nuevo modelo de la ciudad latinoamericana: fragmentación y privatización. EURE (Santiago), Vol.28, Nº85, p.11-20. Diciembre, 2002. - Monclús, F. Ciudad dispersa y ciudad compacta. Perspectivas urbanísticas sobre las ciudades mediterráneas. En: Revista D´Humanitats, 7. Girona, 1999. - Nello, Oriol. Los confines de la ciudad sin confines. Estructura urbana y límites administrativos en la ciudad difusa. Revista Urbana en Línea 12. Abril, 2003. - Rueda, Salvador. La ciudad compacta y diversa frente a la conurbación difusa. Barcelona, 1998. Página de Internet: http://habitat.aq.upm.es/cs/p2/a009.html