Milla Medida

Ingeniería Civil – Topografía FIDIC Seguridad Demora y ruptura Educación y entrenamiento Cuantificando la ruptura – “L

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Ingeniería Civil – Topografía FIDIC Seguridad

Demora y ruptura Educación y entrenamiento

Cuantificando la ruptura – “La milla medida” Mucho ha sido escrito acerca de cuantificar y evaluar un reclamo por pérdida de productividad, pero aún así, sigue siendo proceso difícil de identificar y evaluar. La cuantificación de la productividad es continuamente criticada por ser un proceso de paso lento, y además, por basarse en supuestos e ilusiones mas no en la realidad. Ésto podría ser o no el caso, pero es difícil refutar que la ruptura, con el pasar de los años, ha involucrado demasiado la opinión subjetiva y la hipótesis general. Hay metodologías para cuantificar reclamos por pérdida de productividad pero ni una de ellas puede ser dicha de haber recibido alguna significante aprobación de cualquiera de los tribunales en Reino Unido o de algún analista legal. Sería justo decir que el poder judicial no se deja impresionar por un solo método de evaluación para la ruptura cuantificada, sino que analiza los datos y genera sus propias conclusiones. Algunos de las más comunes metodologías utilizadas para la ruptura cuantificada incluyen: Sistema de Modelado de la Dinámica, el costo total de reclamos o su modificación, Análisis del valor ganado, Estudios de tiempo y movimiento y comparación productiva, además saber cómo “la milla es medida”. Todos estos métodos tienen sus propias fortalezas y debilidades y, bajo un conjunto de circunstancias, algunos serán más apropiados a utilizar que otros. Sin embargo, es la técnica conocida como “La milla medida” que recientemente ha adquirido credibilidad y apoyo como un método aceptable de identificar, cuantificar y evaluar la producción perdida, particularmente en USA donde los tribunales aprobaron su uso. En el Reino Unido, la “Sociedad de Derecho de la Construcción de Retardo y Perturbación” (protocolo del 2002), también apoya el análisis “La Milla Medida”. La guía pone el protocolo en cuestión de la siguiente manera: “El camino más apropiado para establecer la ruptura es aplicar la técnica La Milla Medida. Ésta compara la productividad alcanzada sobre una no impactada parte del contrato con la alcanzada parte impactada. Factores como la comparación alejan problemas concernientes a programas irreales y trabajos ineficientes. La comparación puede ser hecha sobre los gastos horas-hombre o las unidades de trabajo realizados. Sin embargo se debe tener cuidado al comparar por comparar, por ejemplo, no sería correcto comparar el trabajo realizado en la parte curva de aprendizaje de una operación con el trabajo ejecutado después de ese periodo”. Dado el apoyo de los tribunales en USA y con la aprobación de la “Sociedad de Derecho de la Construcción en el Reino Unido”, que es probable que veamos una creciente conciencia y uso de “la Milla Medida” como un reconocido y aceptable método de análisis de ruptura cuantificada.

El Análisis “Milla Medida” La intención del proceso es comparar la productividad durante un periodo de un proyecto que ha sido roto por un evento excusable, el periodo de impacto, la productividad durante un periodo que no ha sido sujeto a ruptura, el periodo no impactado. La medida de la productividad en el periodo no impactado se conoce como “La Milla Medida” y se utiliza como periodo de referencia para analizar lo que la labor productiva debió haber sido el evento excusable que no se produjo. La diferencia entre los recursos empleados por unidad de trabajo realizado en el periodo no impactado y los recursos gastados por unidad de trabajo realizado en el periodo afectado, da lugar a la consiguiente pérdida de productividad, la interrupción. La figura 1 establece una base análisis de “la Milla Medida” donde la milla, o periodo de línea base (punto A a B), ha sido establecida como el periodo de control y extrapolado, para demostrar qué labor de productividad debería haber sido sino por el excusable evento de ruptura. El concepto de los estudios comparativos de producción es sencilla y, desde un punto de vista documental, consiste en un análisis relativamente sencillo de los registros de la mano de obra y los datos. Mientras más detallado y preciso sea el registro, más relevante, confiable y persuasivo el método “La Milla Medida” será. Mientras más nos alejemos de los registros detallados, más inexactos y poco fiables será el análisis. Si no hay suficientes registros de trabajo o detalle suficiente en los expedientes laborales, entonces el análisis se alejará inevitablemente de un análisis de rendimiento de mano de obra directa dentro de un gasto global o total. El analista debe establecer el alcance del trabajo interrumpido, un periodo de ininterrupción, un periodo interrumpido, productividad sin impactar y productividad de ruptura. Uno de los argumentos en favor del uso del método de “la Milla Medida” es que evita dependencia en los resultados sobre la productividad de salida previstas en los cálculos de licitación. El método de “Milla Medida” sólo se refiere al rendimiento laboral en lugar de los resultados teóricos relacionados con la oferta, y mediante la utilización de las salidas reales de trabajo, el analista puede superar las constantes críticas donde los cálculos de licitación se utilizan en la preparación del reclamo. Sin embargo, aunque existen argumentos en favor del uso del método “Milla Medida”, los hay también en contra. Una debilidad potencial es que el método tiende a ignorar la variabilidad inherente al rendimiento del contratista. Un contratista rara vez alcanzará un nivel constante de productividad, incluso en ausencia de cualquier retraso y/o en caso de alteraciones, y como tal, el método tendrá que tener en cuenta estas inconsistencias inexcusables a la hora de identificar el periodo de referencia y la pérdida de producción cuantificada. Uno de los factores que influyen en la variabilidad inherente es el concepto de la curva de aprendizaje. Esta curva es tradicionalmente más una curva S, con disminución de la productividad en el comienzo y el final de una actividad, ambos casos son conocidos como la “Puesta en Marcha” y “Cola Fuera” (tail off). En cuanto a la puesta en marcha, es normal esperar que la fuerza de trabajo sea más competente mientras incrementen las tareas asignadas, ya que cada vez se familiariza más con el proceso y sus alrededores, en definitiva, se vuelve más eficiente con el tiempo. Al revés sucede con Cola Fuera o Tail off, ya que se vuelve menos eficiente con el tiempo. Ésto se debe probablemente debido al hecho que

las menores, más mano de obra, tareas tienden a realizarse al final una actividad y también porque cuando los trabajadores terminan una tarea particular empiezan otra, lo que significa que el tiempo pasado completando la primera actividad se convierte en tiempo ad-hoc (más adecuado) y no en tiempo eficiente como en el trabajo previo. Para superar esta debilidad, el primer 10 % y el restante 10 % de la gráfica de la productividad trazada no debe utilizarse para establecer el periodo de referencia para la “Milla Medida”. Hacerlo creará una falsa “Milla”. Una segunda debilidad serían las horas extra. Es aceptado que este tipo de trabajo se ejecute con menos eficiencia que el llevado a cabo en la jornada normal. Algunos investigadores estiman que la medida de esta variable inherente puede ser de hasta un 35 %, pero en realidad cada variable debe ser considerada por sus propios méritos, y no por referencia a cualquier investigación de carácter genérico. Hay muchas razones para esta variabilidad inherente, pero la productividad de un trabajador al final del día no es la misma que al iniciar éste. Por lo tanto, la inclusión de los resultados de las horas extra y las horas extra pueden crear datos falsos y un análisis no representativo de los resultados. Sin embargo es importante recalcar el supuesto caso de que las horas extra se trabajan como consecuencia de la interrupción, u como tal, forma parte de la demanda; aquí habría que considerar esas horas. Otra variable inherente será la tasa promedio de productividad del contratista. Como se mencionó anteriormente, el contratista rara vez alcanzará un nivel constante de productividad, incluso en ausencia de cualquier evento y/o retraso prejudicial, y es importante que esta variabilidad sea reconocida en la identificación del periodo de referencia. Un análisis que busca maximizar la demanda mediante la identificación de un periodo de control basado en la menor cantidad de recursos gastados por unidad de trabajo, será visto como oportunista y subjetivo. El analista debería estar tratando de establecer un periodo de referencia que refleja la del contratista normal, en lugar de su mejor momento, la productividad. Identificar la apropiada “Milla” está en el corazón de un persuasivo y creíble análisis. Haciendo las cosas bien el resultado encontrado será normalmente confiable y representativo de cualquier pérdida consecuencial, pero, si se aplica mal este método se debilitará claramente el análisis. La experiencia americana Identificar la milla apropiada ha sido considerado en un número de sentencias emitidas por las cortes americanas y necesitamos conocer los montos de las millas mal aplicadas, a fin de evitar cometer los mismos errores. En el caso Southern Comfort Builders del 2005, el experto en demandas alegó que era imposible identificar una línea base, debido a que el periodo de construcción fue demasiado corto como para identificar una milla adecuada, y ésto generó una pérdida de productividad. Con el fin de superar estos problemas, el demandante identificó una línea de base derivada de la tasa de producción alcanzada por otro contratista en el mismo proyecto, y aplicó esta tasa para su propio periodo de construcción. De esta manera el reclamante trató de rendir sus pérdidas. Pero la decisión del tribunal que llevó el caso, concluyó que el análisis de los expertos no tenía fundamento probatorio y, por tal, no era fiable. En este caso, era evidente que la milla identificada tenía poca o ninguna relevancia en los hechos y el tiempo para el evento excusable que causó la ruptura. Este es un ejemplo de una milla identificada por conveniencia personal y no para fines reales probatorios. Una milla medida siempre debe representar la productividad del demandante en el proyecto que se

analiza, ya que cualquier excepción a la regla sin duda debilitará el análisis. El uso de estándares de la industria, o productividad de salida de otro proyecto, como periodo de línea base, normalmente será conveniente, en lugar de analítico, y a menudo se traducirá en un reclamo fallido. Aunque, por el contrario, también se admiten como válidos cuando el trabajo es estandarizado y las mismas especificaciones rigen para ambos proyectos. Un caso similar se tocó en Daewoo Engineering and construction en el 2006, donde el experto calculó daños comparando periodos de no impacto con periodos donde la producción sufrió de retrasos por excesivas lluvias. A partir de estos datos, el experto desarrolló “un factor de eficiencia” y aplicó un costo de retraso regular al proyecto para calcular el total de costo a recuperar. El tribunal rechazó la defensa del experto, señalando que había hecho una presunción de la eficiencia en lo que respecta al periodo de impacto, y en su sentencia señaló: “Asumimos que un buscador de los hechos que conoce la estimación de daños del método de la Milla Medida debería confiar en la habilidad y objetividad del experto. Un tribunal estaría particularmente interesado en conocer cómo los expertos eligen periodos de construcciones productivas o no para sus comparaciones respectivas. No tuvimos tal nivel de confianza en los expertos demandantes y se determinó que sus periodos de productividad y no productividad escogidos podían ser más arbitrarios, siendo lo más probable que fueran elegidos para lograr un resultado predeterminado”. La sentencia del Tribunal es inequívoca por decir lo menos, pero es preciso señalar que, como en el caso de la empresa anterior, la crítica cae en el experto mas no en el método. El punto a tomar de esta decisión en particular es que el experto debe ser objetivo en su análisis y no utilizar el análisis como un medio para un fin, como se observó en el caso anterior. El punto en el cual la milla medida es aplicada debe ser relevante a los hechos y, preferible, relevante en el tiempo en el que el punto en el cual la productividad se vio afectada. La milla medida debe ser el medio por el cual se demuestra la causa y efecto. Identificando la Milla ¿En qué punto del tiempo debe comenzar? La experiencia estadounidense nos muestra que la identificación de una “Milla Medida” adecuada será fundamental en la preparación de un análisis convincente y creíble. Si se identifica un periodo de referencia razonable, lógico y objetivo, las resultantes obtenidas representarán las pérdidas, y, lo más importante, se ganará credibilidad con los tribunales. La figura 2 detalla algunos de los más comunes problemas que surgen en el Análisis de la Milla Medida; Trazando grados de variación de productividad sobre la duración de los trabajos. El primer y último 10 % de la duración de la actividad (mirar puntos C y D por encima), se tendrán en cuenta en la cuantificación de la ruptura debido a los flujos del Arranque y el Cola Fuera (Tail off) al inicio y finalización de cualquier actividad, que normalmente siguen el modelo de salida de la curva S. El sustento o línea base ha sido identificado entre los puntos A y B. La razón por la que la Milla Medida ha sido encontrada no se debe a los periodos de impacto o no impacto afectados por la labor del contratista. Si maximizar la cantidad del reclamo es el único criterio para establecer el periodo de referencia, el análisis se vuelve subjetivo y débiles, y no con normalidad.

Este sustento ha sido identificado porque representa el ritmo de avance del contratista inmediatamente antes de la ocurrencia de un evento excusable (en el punto B), que hace que su tasa productiva se vea negativamente afectada. De forma objetiva considerando los datos de esta manera, el contratista puede demostrar que su tasa real de la producción se vio afectada por un evento excusable y provocó una disminución de la producción. Al extender el periodo de referencia (extrapolando la eficiencia sin restricciones), se podrá identificar y aislar el efecto del evento excusable (es decir, los recursos adicionales, como se muestran en verde). La cuantificación de esa ruptura puede luego ser determinada en base a los datos usados en el análisis. Estableciendo una tasa de eficiencia extrapolada sin obstáculos desde el periodo de sustento, existe el argumento de que ésta a su vez puede aplicarse a partir del eje 0 en la gráfica para cuantificar todos los trabajos improductivos durante toda la duración de la actividad. El argumento indica que si el periodo de sustento de productividad es realizable en un punto del tiempo en particular, debe haber sido realizado desde el comienzo de la actividad realizada. Este argumento suele ser deficiente porque no tiene en cuenta la necesidad de demostrar la causa y efecto. De esta manera, por aplicación errónea de la Milla Medida, el analista crea una demanda global que fuerza una situación con las exigencias de la planta de producción variable (excusable y no excusable) y presentando la misma como una declaración de gastos totales. Este tipo de análisis usualmente falla. Pueden quizá, haber circunstancias donde será apropiado aplicar la eficiencia extrapolada sin obstáculos a través del eje 0 en la gráfica (normalmente donde es imposible identificar una adecuada Milla Medida, antes o cerca del periodo de impacto de trabajo), pero, como hemos dicho, ésto no niega la necesidad del contratista de probar causa y efecto, el cual debe ser tratado y establecido en otras partes del análisis.