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UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

ALUMNO/A: Martina Roca Tórtola. DNI: 73570975R TUTOR/A: Marisel Lodeiro; VALENCIA (2009/2011) MÁSTER: Musicoterapia CURSO: 2º CÓDIGO: MTMMVALPRS102A

MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

ÍNDICE 1.- RESUMEN______________________________________________ Pág. 3

2.- JUSTIFICACIÓN_________________________________________ Pág. 4

3.- MARCO TEÓRICO________________________________________ Pág. 5 3.1.- El miedo escénico en músicos_____________________________ Pág. 5 3.2.- ¿Cómo puede ayudar la musicoterapia a la hora de trabajar el miedo escénico con personas estudiantes de música?____________________ Pág. 8

4.- MARCO EMPÍRICO______________________________________ Pág. 21

5.- DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES___________________________ Pág. 30

6.- BIBLIOGRAFIA_________________________________________ Pág. 39

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1.- Resumen. El miedo escénico se presenta en un sinnúmero de situaciones conductuales, tanto para mover nuestros músculos, como para cualquier acción, ya sea en un escenario o frente a una mesa examinadora. Quizás debiéramos examinar un poco más nuestros programas de entrenamiento musical, y no estaría de más centrarnos en los dos componentes esenciales: el trabajo muscular y el psicológico. Desde esta tesina, se propone un modo de tratar los dos componentes anteriormente mencionados desde otra perspectiva. Incorporamos la musicoterapia como terapia para descubrir potenciales y/o restituir funciones del individuo para que éste alcance una mejor organización intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida a través de la prevención y rehabilitación en un tratamiento. Todo esto a través del uso de la música y/o de sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía, armonía), facilitando la comunicación, movilización, expresión y organización, con el fin de lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitiva.1 Se presenta una breve revisión de los resultados obtenidos por un grupo de alumnos/as de estudios profesionales de música ante este proceso de musicoterapia, enunciando los objetivos propuestos y los conseguidos, desarrollando los factores que generan el miedo escénico y diversas técnicas

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Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT)

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tanto expresivas como receptivas para poder afrontarlo, dentro de una metodología activa. 2. Justificación Para realizar esta tesina

han movido a la autora varios motivos: el

primero es el hecho de poder ayudar a personas ante el nerviosismo causado en un concierto, y como segundo motivo, el hecho de poder ofrecer a los estudiantes en el ámbito de conservatorio, otro punto de vista sobre la música, dado que sufren mucha presión por conseguir unas metas y ser los mejores, lo cual hace que los estudios en el conservatorio generen una vivencia competitiva e individualista. En los estudios musicales, se ejerce mucha presión hacia los estudiantes para lograr los objetivos propuestos, y lo que defendemos en el presente trabajo, no es variar el nivel de los estudios musicales, sino, prestar atención también a aspectos personales de los alumnos/as. Ofrecer otros puntos de vista de los musical, utilizando la música como instrumento terapéutico, capaz de ayudar a estos alumnos/as a superar las presiones que padecen durante su carrera musical, los cuales llegan a desconfiar de sus producciones musicales, dando lugar al miedo escénico y en ocasiones a hacer que los alumnos/as abandonen los estudios musicales. Ya que a causa del miedo escénico, el alumnado pierde la motivación y el interés por los estudios musicales, llegando en muchas de las ocasiones a abandonarlos, además, los alumnos/as se hacen más introvertidos, lo que provoca que sus relaciones sociales sean escasas o nulas. Además, cuando están en época de audiciones o exámenes, suele aparecer

insomnio y nerviosismo, acompañados de

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sintomatología a nivel físico como dolor de tripa, sudores fríos, vómitos y mareo. 3. Marco teórico 3.1.- El miedo escénico en músicos. El miedo escénico, definido como "el miedo o la angustia irracional que aparece antes o durante la presentación ante el público", se manifiesta mediante síntomas de diverso orden: fisiológicos, cognitivos y conductuales. A nivel fisiológico2, estamos refiriéndonos a cambios en nuestro propio cuerpo, como por ejemplo: Alteración del ritmo cardíaco, sudoración copiosa, urgencia urinaria, malestar estomacal, dolor de cabeza, reducción de la secreción salivar, dilatación de las pupilas, rubor facial, sensación de "trac" o cierre de la laringe, escalofríos, náuseas e inquietud generalizada. A nivel cognitivo3 encontramos la congestión mental, expectativa de fracaso, hiperatención autocentrada, exageración perceptiva de las fallas, confusión mental, fallas de concentración, autoexigencia y temores al fracaso, rechazo y ridículo. Y por último, a nivel conductual4, hacemos referencia a alteraciones de la conducta, como pueden ser la evitación de acción, el escape de la situación, comportamientos automáticos, farfulleo o atropellamiento verbal, el tartamudeo,

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Renny Yagosesky, escritor y Orientador de la Conducta; El Poder de la Oratoria. Yagosesky, R.

2001(Júpiter Editores) 3 4

idem idem

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bajar el volumen de la voz, el uso de drogas calmantes o estimulantes y los silencios frecuentes o largos.

La ansiedad escénica es una fobia social específica, sintiendo la persona malestar o miedo desproporcionado ante situaciones con un contexto social específico (por ejemplo: Un gran auditorio; Gente entendida en música; Tocar obras de gran dificultad en público…), en el que tengan que desarrollar una actividad musical, como puede ser tocar un instrumento, cantar, dirigir una agrupación musical etc. La persona teme ser evaluada negativamente (“Pensarán que soy un mal músico”; “Pensarán que esta obra la tendría que haber tocado alguien más capacitado”…), y piensa que actuará de forma incorrecta o que hará el ridículo (“Me equivocaré”; “No me sonará bien el instrumento”; “Me temblará el sonido”…). Todo esto va acompañado de sensaciones físicas desagradables y de pensamientos recurrentes negativos que angustian a la persona (Sudor; temblor de manos; Taquicardia; Boca seca…). 5 Las tres respuestas de la ansiedad escénica en músicos que interactúan entre sí, citadas anteriormente, se desarrollan de la forma siguiente: La primera es la respuesta cognitiva: En ansiedad lo más característico son interpretaciones catastróficas sobre la propia actuación, la percepción de los demás sobre la propia actuación y el juicio negativo de los demás, el miedo a ser rechazado y las propias 5

Artículo: Ansiedad escénica en músicos. Araceli Calatayud Torres

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reacciones de ansiedad, la persona cree firmemente que algo terrible va a suceder: “Me voy a poner muy nervioso” “No voy a poder tocar ni una nota” “La gente se reirá de mí porque me voy a equivocar” “El instrumento me va a sonar muy mal” “Me echarán de la agrupación musical” “Se están dando cuenta de que me tiemblan las manos” “Este es el fin de mi carrera musical”…y dependiendo de cada músico se tendría un pensamiento catastrófico diferente. La segunda es la repuesta fisiológica: Incluiría: Taquicardia, tensión muscular, temblores, calor, sudoración, boca seca, ganas de orinar, desarreglos en el estómago… siendo una de las más visibles y más molestas el temblor (debido a la tensión que el músico está haciendo, y esta es una de las razones por la que se incluiría la relajación) Estas sensaciones suelen ser molestas y/o desagradables, aunque hay que recordar que no son peligrosas y tienen un objetivo de seguridad (recordamos para qué sirve la ansiedad). Aunque si son muy elevadas son las que más obstaculizan la ejecución musical. La tercera es la respuesta motora o conductual: Evitación = No se enfrenta a la situación temida (Ejemplo: Nunca toca como solista; No va a conciertos; Pone excusas cuando sabe que la dificultad de la obra es alta y se queda en casa…) Escape = Una vez dentro de la situación temida huye de la misma. (Ejemplo: En el concierto le dice al compañero que le ayude en la obra que

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tiene como solista y que toque con él; Tocar una octava más baja; Esconderse detrás del atril; Tocar piano…)6 Para poder tratar los síntomas mencionados anteriormente, facilitando de este modo los estudios musicales en conservatorios, hemos desarrollado un proyecto de intervención para, a través de la musicoterapia, conseguir que nuestros/as usuarios/as confíen más en sus posibilidades, aumentando de este modo la autoestima, lo que conlleva una mejor sociabilización,

una mayor

eficacia en sus estudios y en definitiva, una mejor calidad de vida. En el ámbito preventivo, que es el que nos ocupa, proponemos aplicar los beneficios de la Musicoterapia antes de que se instale la enfermedad y aparezcan deterioros en la salud integral del sujeto. 3.2.- ¿Cómo puede ayudar la musicoterapia a la hora de trabajar el miedo escénico con personas estudiantes de música? En este punto, es necesario empezar por mencionar una definición de musicoterapia, y aunque muchas han sido las definiciones de musicoterapia que han aportado distintos autores, asociaciones de profesionales, corrientes de aplicación, etc., quizás la que mejor aglutina los distintos y ricos matices, es la definición de musicoterapia que da la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT) "La terapia Musical o musicoterapia consiste en el uso de la música y/o de sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía, armonía) por un musicoterapeuta,

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Artículo: Ansiedad escénica en músicos. Araceli Calatayud Torres.

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con un paciente o grupo, en el proceso diseñado para facilitar y promover la comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización, u otros objetivos terapéuticos relevantes, con el fin de lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas" Y matiza el fin último de la disciplina: “La Musicoterapia busca descubrir potenciales y/o restituir funciones del individuo para que éste alcance una mejor organización intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida a través de la prevención y rehabilitación en un tratamiento." (1996)7 Siguiendo esta definición y buscando descubrir potenciales del colectivo al que va dirigido este proceso, el primer paso a seguir, es el de basar en un soporte teórico de las patologías implicadas en estos casos, es decir, las características de los usuarios, que al no tener patología específica o diagnosticada, hace que nos centremos en las diferentes características que presentan para ser derivados a las sesiones de musicoterapia. Los usuarios de este proceso de musicoterapia, se encuentran en la etapa de la adolescencia, la cual se suele dividir en tres fases, las cuales presentamos a continuación8: “Cada fase trae sus propios cambios físicos, emocionales, psicológicos y de comportamiento. El desarrollo de los niños entre 8 y 18 años no está solamente determinado por el crecimiento y los cambios biológicos que 7

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Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT) (http://www.euroresidentes.com/adolescentes/etapas-adolescencia.htm)

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experimentan su cuerpo, sino también por su propio temperamento y personalidad, las expectativas puestas en ellos por los adultos con los que conviven, y las influencias sociales. Como 1ª fase tenemos la pre-adolescencia, que va desde los 8 hasta los 11 años. En esta fase aparece un crecimiento desigual de huesos, músculos y órganos que puede dar una apariencia algo torpe. Supone el inicio de la pubertad para la mayoría en cuanto a cambios físicos. Además, en cuanto al ámbito cognitivo aparecen pensamientos lógicos y tendencia a despreciar pensamientos imaginativos de la infancia, capacidad para acumular grandes conocimientos y aplicar nuevos conceptos y un mayor interés para aprender habilidades de la vida como cocinar, reparar... En cuanto al desarrollo moral, se convierten en personas egocéntricas en general, aunque ya tiene conciencia, comprende lo que es justo y la negociación, pero no siempre se ve reflejada su capacidad moral en su comportamiento. El concepto de sí mismo es en gran medida influido por las relaciones con los miembros de su familia, profesores y cada vez más, por sus compañeros. Muchos niños tienden a imitar el estereotipo masculino. La autoimagen de muchas niñas puede sufrir con la llegada de la pubertad. Aparece un mayor afán de hacer planes y cumplir con objetivos y tienden a ser desorganizados. Las relaciones con sus padres son relaciones de afecto y dependencia de ambos padres, desean participar más en decisiones que les afecta, tienden a discutir sobre tareas, deberes, y orden, aparecen conflictos con hermanos. En cuanto a sus compañeros, eligen amigos con mismos gustos y aficiones, las

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niñas tienden a tener menos amigas más íntimas que los niños, en esta etapa se forman pandillas de amigos que pueden excluir a otros niños. Una vez desarrollada la primera fase, pasamos a la segunda, la cual abarca desde los 11 hasta los 15 años. En esta fase, llega la pubertad con velocidad distinta dependiendo de cada adolescente, aumenta el apetito en épocas de crecimiento, necesitan dormir más, se desarrollan los órganos sexuales, cambios en la voz y posible olor corporal. En cuanto a la fase cognitiva, hay un desarrollo de nuevas capacidades para ver las cosas en términos relativos y abstractos y para pensar, el sentido del humor puede estar más centrado en la ironía y el sexo, esta es una época de mayor conflicto con los padres. Se tiende hacia el egocentrismo, buscan la aprobación social de sus compañeros, aunque entienden los conceptos relacionados con el orden social, a esta edad suelen cuestionar ciertos principios sociales, morales y/o éticos, a veces sobre todo los que tienen los padres. En cuanto al concepto que tienen de ellos mismos, depende de cómo aceptan los cambios que ocurren durante la pubertad. Tienden a conformarse con estereotipos de hombre o mujer y hay una gran preocupación con los problemas de peso, piel, altura y el aspecto físico en general. En esta fase, necesitan más intimidad en el hogar y les preocupa muchísimo la opinión de los otros. Sufren cambios muy fuertes de humor y pueden pasar de la tristeza absoluta a la alegría desbordada en cuestión de horas, sin saber muy bien por qué.

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Ésta, suele ser la fase de mayor conflicto con los padres mientras buscan una identidad propia dentro de la familia más allá que la del niño o la niña de antes. Buscan más compañía de sus compañeros. Rechazan a veces muestras de cariño, aunque las sigue necesitando y desean tomar sus propias decisiones y rebelarse contra las limitaciones de la disciplina de padres aunque la siguen necesitando. Es aquí donde los cambios de la pubertad y cómo reaccionan los compañeros pueden condicionar las amistades, hay una mayor tendencia a compartir confidencialidades y formar grupos de 2 a 6 amigos. Se despierta el deseo sexual y algunos empiezan ya a formar parejas. En la tercera y última fase, que abarca desde los 15 hasta los 18 años, aparece una mayor homogeneidad entre sus compañeros porque la mayoría ya ha pasado por la pubertad y durante esta etapa llegan a su altura y peso de adulto, hay una mayor capacidad para pensar de forma abstracta e hipotética sobre el presente y el futuro. Al poder entender y compartir mejor los acontecimientos que les rodean y que ocurren más allá de su círculo social inmediato, pueden adoptar una nueva conciencia social. Es una fase con menos egocentrismo y mayor énfasis sobre valores abstractos y principios morales. En esta fase, los adolescentes forman su propia

identidad,

aparece

una

cierta

vulnerabilidad

ante

posibles

preocupaciones, depresiones y trastornos como la anorexia. Conforme se van avanzando por esta última fase de la adolescencia, suele haber menos conflictos entre hijos y padres y mayor respeto porque los hijos ya pueden ver a sus padres como individuos y comprender que sus opiniones se basan en ciertos valores y esto produce una mejoría en las

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relaciones familiares. Siguen discrepando con algunos límites impuestos por los padres como el dinero, tareas en casa, hora de llegar a casa, apariencia..., aunque la existencia de estos límites les beneficiarán mucho a largo plazo. Por último, las amistades entre chicos y chicas empiezan a ser más frecuentes y la influencia de los amigos sigue siendo clave en el desarrollo personal de una identidad propia. Los amigos anti-sociales pueden aumentar un comportamiento antisocial en el adolescente.” Los

usuarios

que

asistieron

a

este

proceso

de

intervención

musicoterapéutico para superar el miedo escénico, formaban parte de la 2ª fase de la adolescencia que abarca de los 11 a los 15 años, y de la 3ª fase, que abarca de los 15 a los 18 años. En estas fases, como se señala anteriormente, se tiene muy en cuenta el concepto que tienen los demás sobre nosotros/as, lo que hace que muchos de estos niños/as tengan mucho sentido del ridículo, lo que potencia que tengan más pudor a la hora de exponer delante de un público, ya sea de forma oral o con su instrumento. Todas estas características, unido a la presión ejercida sobre ellos durante sus estudios musicales, potencia la falta de confianza en ellos mismos, originando, en la mayoría de los casos, el miedo escénico. Una vez desarrolladas las fases en las que se divide la adolescencia, y centrando el tema que nos ocupa en este trabajo, pasaremos a desarrollar las características propias de los jóvenes que cursan estudios musicales, en este caso de enseñanzas profesionales de música, explicando a su vez qué dificultades, decisiones y esfuerzos deben realizar estos alumnos durante esta

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carrera profesional, ocasionando en la mayoría de casos, una sobrecarga en los alumnos, la desmotivación y el abandono de los estudios musicales. El alumnado de un conservatorio de música9, como se cita en el artículo que aparece a pie de página, presenta unas necesidades específicas de orientación que no aparecen en el cuadro de profesionales de estas instituciones, debidas estas necesidades a sus características, a las particularidades de los estudios que cursa y a la complejidad del mundo profesional que le espera cuando termine sus estudios. Por el contrario, en cualquier otra institución educativa de nuestro país, como pueden ser las escuelas de primaria o los institutos de educación secundaria, poseen un gabinete específico de orientación. Algunos de los estudiantes de música, durante sus estudios generales, han necesitado el apoyo, en más de una ocasión, de estos profesionales, debido en la gran mayoría, al exceso de trabajo que realizan los estudiantes de música, no obstante, lo más idóneo sería que el propio conservatorio ofreciese estos de servicios para responder a las necesidades concretas de sus alumnos. Uno de los aspectos que diferencia a las enseñanzas de música de otras, es el hecho de que el alumno recibe un entrenamiento propio de profesionales antes de que realmente tenga la madurez suficiente como para tomar una decisión sobre su futuro profesional, ya que, los estudios musicales suelen comenzarse desde muy tempranas edades y desde un principio estos

9

Luis Ponce de León y Pilar Lago en Necesidades de Orientación en los Conservatorios Profesionales de Música. Revista Electrónica de LEEME (Lista Europea Electrónica de Música en la Educación) Nº 24 (Diciembre, 2009) http://musica.rediris.es/leeme ISSN: 1575-9563

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estudiantes ya están tomando decisiones importantes, como puede ser la elección de un instrumento, aspecto que remarca el exceso de presión del que estamos

hablando

durante

este

trabajo.

Por

ello,

es

imprescindible

proporcionar las herramientas necesarias con antelación. Por todo ello, aunque en las aulas de un conservatorio contemos con alumnos menores de

edad, debido a sus características y a

sus

comportamientos/acciones, necesitamos hablar de alumnos que llevan varios años especializándose en una materia, jóvenes profesionales en potencia, y merecedores de los medios de orientación con los que cuentan los alumnos que cursan estudios, tanto de grado medio como superiores, en otras áreas de conocimiento. Según cita Manchado10 (1997) en su libro “La orientación educativa en los conservatorios”,

“destaca como especificidad de los conservatorios el

hecho de que imparten una enseñanza profesionalizada desde el primer curso. Ya desde los inicios se toman decisiones muy importantes para el resto de la vida de los alumnos, como por ejemplo es la elección del instrumento, decisiones que suelen depender de la disponibilidad de plazas y la elección personal del alumno, sin ir acompañadas de un diagnóstico previo, que pueda considerar información relevante como las características físicas del alumno o las razones que le han llevado a preferir determinados instrumentos.” De este modo, como hemos citado anteriormente, se puede decir que desde muy jóvenes se les exige a los alumnos unos altos niveles de compromiso, en una edad en la que quizás los jóvenes deberían estar

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Manchado, M.L. (1997) La orientación educativa en los conservatorios.

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pensando en cosas menos trascendentales, y sobre todo, en cosas que tuvieran menos repercusión para el resto de sus vidas. Como señala Barón11 (2001), en su libro “La música como profesión”, “los músicos son un ejemplo de profesionales vocacionales, personas aparentemente “privilegiadas” que han convertido su don en su profesión. Son personas “aparentemente” privilegiadas, porque su situación es, en realidad, consecuencia de un trabajo duro y esfuerzo constante. Son muy pocos los que soportan la tensión y el trabajo que se requiere para tal menester, y la mayoría abandonan por el camino”. Indudablemente, el alumno del conservatorio debe hacer frente a unos estudios de larga duración y, desde el comienzo de los mismos, y como hemos señalado durante este trabajo, a una carga considerable que se suma al esfuerzo que realizan también en las enseñanzas generales que cursan a la par. Partiendo de aquí, se pueden extraer varias necesidades del alumnado. En primer lugar, debemos ayudar al alumno a poder hacer frente a esta sobrecarga, ayudándoles a desarrollar unos hábitos de estudio adecuados para que puedan emplear con eficiencia el tiempo que dedica a los estudios de música. Debemos estar seguros de que el alumno está lo suficientemente motivado y de que no existen importantes obstáculos en su proceso de aprendizaje, sin olvidar que por encima de todo estamos tratando con un ser humano que siente, que sufre y que puede llegar a tener sus momentos de desilusión o desaliento. 11

Barón, M. (2001) La música como profesión. Babab, 8.

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Como hemos señalado anteriormente, la carga lectiva y la exigencia de los alumnos de los últimos cursos de las enseñanzas profesionales es mayor. La mayoría de estos estudiantes se enfrenta a los últimos cursos de la enseñanza general y a una inminente decisión sobre sus futuros estudios. “La música ocupa un lugar importante en la vida de muchas personas, aunque la vivan desde el papel de oyentes, de público aficionado y/o crítico evaluador. Algunos quizás hayan tenido la oportunidad de aprender a tocar un instrumento y también disfruten de esta actividad en sus ratos de ocio. Muchos cuentan con algún tipo de formación musical, como mínimo la recibida en las enseñanzas generales, pero son pocos los que terminan estudios profesionales de música. Existe, en general, un desconocimiento sobre el valor académico de los estudios profesionales cursados en los conservatorios de música y una tendencia

a

considerar

estos

estudios

como

una

mera

formación

complementaria.”12 Castells y Brotóns13 (2002), en su libro “Títulos y diplomas de los conservatorios de música”, destacan la frecuencia con la que estos alumnos han de escuchar a la gente de su alrededor formular preguntas como “además de los estudios de conservatorio, ¿qué carrera piensas estudiar?”, sin tener en cuenta que, los estudios profesionales de música son ya una carrera, y sin duda, una de las más largas y complejas. Desde el conservatorio, deberemos trabajar sobre este tema, haciendo conscientes de esta realidad a los alumnos.

12

Luis Ponce de León y Pilar Lago en Necesidades de Orientación en los Conservatorios Profesionales de Música. Revista Electrónica de LEEME (Lista Europea Electrónica de Música en la Educación) Nº 24 (Diciembre, 2009) http://musica.rediris.es/leeme ISSN: 1575-9563 13

Castells, J. y Brotóns, L.R., (2002) Títulos y diplomas de los conservatorios de música. Córdoba: Tipografía Católica.

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Está demostrado que el aprendizaje y actividad musical tiene una repercusión positiva en el desarrollo de habilidades esenciales como la resolución creativa de problemas, la comunicación, la flexibilidad, la concentración o la coordinación. No obstante, cuando hablamos de conservatorios profesionales de música no debemos olvidar que nos estamos refiriendo a instituciones que tienen como objetivo, según la LOE, “garantizar la cualificación de los futuros profesionales de la música”, pero parea conseguir profesionales de forma integral, deberemos trabajar con estos alumnos para, a la vez de estar trabajando objetivos referentes a las enseñanzas musicales, trabajemos también objetivos relacionados de forma intrínseca entre la música y la persona, refiriéndonos a los aspectos psicológicos y sociales que puedan afectar al alumnado. A estos alumnos habrá que hacerles ver que sus conocimientos pueden ser la raíz de una profesión, y como tal han de dignificarla, pero sin convertirlo en una lucha continua que pueda trastornar sus estudios musicales, consiguiendo que el intérprete no disfrute de su música. La profesión del músico es una de las que se denominan “sacerdotales”, entendidas como aquellas que influyen profundamente en la vida de la persona. Lo que hay que comprender y hacer entender al alumnado de los conservatorios es que la música no podría existir sin la labor realizada por un gran número de personas fuera de los escenarios. Dentro de estas profesiones, podemos diferenciar entre productores e intermediarios.

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Dentro de los productores, se incluyen a los que intervienen específicamente en la producción del sonido: los intérpretes, compositores y arreglistas, directores de orquesta y coro, así como a los técnicos de sonido. Las profesiones del grupo de productores son las más evidentes para un alumno del conservatorio, cabe señalar que sí que están más claramente vinculadas a las materias del currículo. No obstante, dividiendo a los músicos entre productores y oyentes, podemos encontrar entre ellos el grupo de músicos “intermediarios”, partiendo desde los constructores de instrumentos, que proporcionan las fuentes del sonido. Incluiríamos también a profesionales de la afinación y del mantenimiento de los instrumentos. El avance y la conservación del conocimiento musical no sería posible sin el trabajo de otros intermediarios: investigadores, historiadores, bibliotecarios y archiveros, entre otros. Son verdaderos intermediarios entre los productores y el público los profesionales del periodismo musical, como son los críticos musicales y locutores de programas musicales en la radio y televisión. Pues bien, dentro de este grupo, el de los intermediarios, nos encontramos los musicoterapeutas. La musicoterapia puede definirse según Alvin14 (1967) como “el uso dosificado de la Música en el tratamiento, la rehabilitación, la educación y el adiestramiento de adultos y niños que padecen trastornos físicos, mentales o emocionales.” Por otra parte, habría que considerar también a los musicoterapeutas como profesionales que ayudan al músico a prevenir o tratar las lesiones y

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Alvin, J. (1967) Musicoterapia. Buenos Aires: Paidós.

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problemas derivados de la práctica profesional, por ejemplo, las tensiones musculares o como en este caso nos ocupa, para el tratamiento del miedo escénico y otros aspectos muy relevantes para el músico. El alumno de un conservatorio profesional debe finalizar sus estudios con un conocimiento mínimo sobre lo que constituyen todas las áreas de la música. De no ser así, no estaríamos proporcionándole una formación completa a la hora de convertirle en un profesional de la música cualificado, que insistimos, no es lo mismo que prepararle para ser un músico “productor”. Por este motivo, por la necesidad de crear en los conservatorios músicos productores, olvidándonos, en la mayoría de casos, de ayudar a nuestros alumnos a disfrutar de sus interpretaciones, ocasionando inseguridades que pueden desencadenar el descontento del alumno consigo mismo llevándole al miedo escénico, vemos necesario ofrecer en estos centros, para prevenir estos casos, tratamientos musicoterapéuticos como el que nos ocupa en este trabajo. De este modo, la función del musicoterapeuta, sería la de ofrecerle a los alumnos/as de estos centro, para nosotros usuarios, el apoyo necesario para seguir adelante y ayudarle a sentirse feliz de nuevo, fomentando todas sus aptitudes, consiguiendo aumentar su autoestima. Un apoyo al proceso de aprendizaje, por parte del profesorado del centro o con la ayuda de musicoterapeutas especializados, se hace imprescindible en el centro, ya que podríamos evitar el abandono en la mayoría de los casos.

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4. Marco empírico. Para poder llevar a cabo este trabajo de investigación, realizamos un proceso de intervención en musicoterapia en un Centro de música, concretamente en el “Centre d’Estudis Unió Musical” de Benaguacil. En este centro de estudios musicales se ofrecen estudios elementales y profesionales de música, abarcando todas las especialidades instrumentales: viento madera, metal, percusión y cuerda. Después de realizar las pertinentes reuniones para poder desarrollar este trabajo, fueron los profesores quienes derivaron a los alumnos/as que ellos habían observado que sufrían los síntomas citados anteriormente, cabe señalar, que de 14 especialidades de instrumento que se imparten en este centro, solamente fueron 6 los profesores que derivaron alumnos/as (a partir de ahora usuarios), dato que hace aún más patente la dificultad y hermeticidad de este tipo de centros. La intervención se lleva a cabo con dos grupos de usuarios, estudiantes de música, de edades comprendidas entre los 13 y los 18 años, es decir, situados, como hemos citado anteriormente en la etapa de la adolescencia. Estos usuarios, presentan miedos a la hora de realizar actuaciones ante un público, lo que afecta directamente tanto a su vida personal como profesional. El grupo A, empezó siendo un grupo de siete usuarios, aunque durante el proceso, el grupo se redujo a cinco por incompatibilidad de horarios, éstos formaban parte de la 2ª fase de la adolescencia.

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Este era un grupo muy tranquilo, y los jóvenes en un primer momento, no estaban muy receptivos por conocer más compañeros aparte de los que ya conocían de antes, pero poco a poco fueron abriéndose y empezaron a interactuar entre ellos. Por su parte, el grupo B, estaba formado por 8 usuarios y durante el proceso, se redujo a 6 el número de componentes, éstos, formaban parte de la 3ª fase de la adolescencia. Como hemos señalado anteriormente, ellos, además de estar realizando sus estudios musicales, están cursando también sus estudios obligatorios establecidos por ley, con lo cual, llevan el doble de responsabilidades durante su carrera académica, sin olvidar, lo exigente que es la carrera musical, extensa y dura desde el principio, cargada de responsabilidades y grandes decisiones que han de tomar los estudiantes. Estos factores, apoyados en muchos otros, como la presión y el exceso de perfección vertido sobre ellos, es lo que hace que surjan inseguridades que pueden llegar a desembocar, como hemos señalado anteriormente, en el miedo escénico. El primer objetivo a desarrollar con ellos fue el de potenciar

la

confianza en ellos mismos, conociéndose, en una primera instancia a ellos mismos, para luego poder mostrarse a sus compañeros, entendidos como público. Al ser el mundo de la musicoterapia un ámbito desconocido para ellos, se empieza por mostrarles qué es la musicoterapia y durante las sesiones van notando los beneficios que ésta les aporta, ayudándoles a ser personas críticas, que confían en sus producciones, capaces de abrirse al mundo.

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El grupo A estaba constituido, en un principio, por 4 chicos y 3 chicas, de los cuales, abandonaron el proceso de intervención dos chicos. Este grupo podría dividirse en dos subgrupos, un primer grupo integrado por dos chicos que poseen bastante más autoconfianza que el resto de compañeros,

los

cuales forman el otro subgrupo, en este caso, constituido por tres chicas. Curiosamente si volvemos a releer el punto donde aparecen las características de los adolescentes, podremos leer que las chicas son más vulnerables al sentido del ridículo, refriéndonos tanto al ámbito físico/personal como académico. El primer subgrupo entiende que la música, sin necesidad de interpretarla uno mismo, es muy gratificante, y los que por el contrario, no confiaban en ellos mismos, a través de la música, consiguieron potenciar su autoconfianza. En el grupo B, por su parte, también se notan las diferencias existentes entre chicos y chicas, pero en este caso, de forma inversa a la anterior. En este grupo las chicas tenían menos sentido del ridículo, siempre tenían ellas la iniciativa y ellos se dejaban llevar, aunque durante el proceso se notó muchísima mejoría. Este grupo estaba formado en un principio por tres chicos y cinco chicas, de los que abandonaron el proceso un chico y una chica. Los usuarios de ambos grupos, empezaron en este proceso de intervención con una serie de demandas y necesidades, como pueden ser falta de autoestima, de iniciativa, falta de un espacio para dedicárselo a ellos mismos, falta de comunicación… aspectos todos ellos importantes para conseguir un desarrollo integral de los usuarios, tanto a nivel personal como

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profesional, incapacitándolos, en la mayoría de casos para conseguir una comunicación afectando a sus relaciones sociales. En el ámbito preventivo/educativo, que es el ámbito al que pertenece este proceso, la musicoterapia funciona especialmente como terapia dentro de un contexto educativo multidisciplinar donde se puedan contrastar con otros profesionales los resultados, procesos y respuestas que se dan en un espacio musical o no verbal y que son claramente diferentes a los obtenidos en otras disciplinas. En el ámbito preventivo nos proponemos aplicar los beneficios de la Musicoterapia antes de que se instale la enfermedad y aparezcan deterioros en la salud integral del sujeto. Al trabajar con estos grupos, se logró desinhibir a estos usuarios, a través de la música, aspecto que tantas veces les atormentaba, consiguieron confiar en ellos mismos, ser capaces de presentarse a ellos mismos y relajarse ante tantas presiones ejercidas sobre ellos durante toda su carrera. De este modo, sus risas, sus silencios en las relajaciones y sus caras de satisfacción, demostraron que la música había llegado a ellos. La intervención se llevó a cabo en sesiones de una hora a la semana durante tres meses y medio aproximadamente, utilizando tanto técnicas receptivas como expresivas en un ámbito educativo que nos permitió potenciar las habilidades latentes en los usuarios, trabajando la autoestima, el autoconocimiento y la relajación, mediante actividades de relajación guiada, actividades

para

tomar

conciencia

del

propio

cuerpo,

ejercicios

de

improvisación, psicodrama y trabajo con canciones.

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

En un principio se comienza a trabajar básicamente la audición y el movimiento porque los usuarios no se exponen tanto, ya que al sufrir miedo escénico y ser la voz algo tan personal, es más conveniente ir poco a poco incluyendo la expresión vocal. Se utilizó

una metodología activa, donde los usuarios estuvieron en

continuo movimiento, tanto físico como psíquico, utilizando técnicas receptivas y expresivas. Los objetivos a conseguir durante este tratamiento se dividen en tres etapas, aunque cabe señalar que se tratan de forma cíclica, es decir, aparecen durante toda la intervención, aumentando su dificultad. En una primera etapa, y durante cuatro sesiones, se proponen 12 objetivos: 1.- Desarrollar el autoconocimiento. 2.- Promover la socialización 3.- Desarrollar facultades perceptivo-motrices 4.- Favorecer medios de expresión. 5.- Vivencias musicales que enriquezcan la actividad psíquica. 6.- Permitir la expresión emocional. 7.-Desarrollar capacidades intelectivas: imaginación. 8.- Descargar tensiones a través del ritmo y del movimiento. 9.- Potenciar capacidades latentes. 10.- Abrir canales de comunicación. 11.- Favorecer la integración grupal. 12.- Propiciar la participación activa.

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

En la segunda parte y durante siete sesiones, se trabajará para conseguir los siguientes objetivos: 1.- Estimular la comunicación.

10.- Potenciar capacidades latentes.

2.- Desarrollar el autoconocimiento.

11.- Abrir canales de comunicación.

3.- Promover la socialización.

12.- Favorecer la integración grupal.

4.- Desarrollar facultades perceptivo-motrices.

13.- Propiciar la participación activa.

5.- Favorecer medios de expresión.

14.- Tomar conciencia de su propio cuerpo.

6.- Vivencias musicales que enriquezcan la

15.- Utilizar la voz y el cuerpo como medio de

actividad psíquica.

expresión.

7.- Permitir la expresión emocional.

16.- Utilizar el contacto físico de forma normalizada.

8.- Desarrollar capacidades intelectivas:

17.- Fomentar la autoestima de los usuarios

imaginación. 9.- Descargar tensiones a través del ritmo y

18.- Perder la vergüenza ante los

del movimiento.

compañeros

Y por último, en la etapa final y durante dos sesiones, desarrollamos estos objetivos: 1.- Desarrollar la iniciativa personal. 2.- Trabajar la creatividad. 3.- Consolidar el trabajo en grupo. 4.- Asentar el proceso musicoterapéutico. 5.- Reflexionar sobre nuestra trayectoria musicoterapéutica.

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

Para conseguir los objetivos expuestos anteriormente se usaron una serie de recursos que citamos a continuación: 1.-Nuestro propio cuerpo: para que los usuarios tengan consciencia de su cuerpo, que se preocupen por él, por su interior, que se den cuenta de que el cuerpo es un continuo ir y venir de sonidos y movimientos, que sean capaces de escucharlo para saber en qué situación está y lo que necesita. 2.-Canciones: además de permitirnos conocer más a la gente con la que estamos trabajando y compartiendo ese momento de intimidad, nos ayuda a que los usuarios se identifiquen con ellas o no y para hacerles pensar un poquito en ellos y en muchas cosas que pasan a su alrededor y que no les prestan demasiada atención. Además, para la relajación es un aspecto muy importante, ya que la música, en este sentido, actúa como sostén de la actividad de relajación, si las palabras del musicoterapeuta fallan, la música seguirá moviendo la energía y las sensaciones de los usuarios. 3.- Improvisación instrumental y vocal: la "improvisación" es el hecho de transmitir o generar de forma espontánea una idea o sentimiento a través de la imaginación y la aplicación de recursos de la materia, es realmente "arte" cuando los recursos muestran con lujo de detalles un dominio del arte emprendido y un balance perfecto de ideas desarrollo y desenlace de lo transmitido15.

Es un valioso recurso que estimula la creatividad de los

participantes, tanto en las habilidades del pensamiento, como las expresiones corporales, en la actuación es un recurso que permite desarrollar la capacidad interpretativa en los diálogos y movimientos.

15

Musicoterapia, Métodos y Prácticas, Kenneth E. Bruscia

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

4.- Ejercicios de espejo y con un espejo: poner atención a los movimientos y acciones de nuestro propio cuerpo y del cuerpo de nuestros compañeros/as, además nos va a permitir confiar más en nosotros mismos y perder la vergüenza ante un público, ya que, en el espejo con otra persona hay un contacto físico y visual directo y en el ejercicio con un espejo, tenemos un contacto directo con nosotros mismos, permitiendo nuestro autoconocimiento. 5.- Psicodrama: el psicodrama pone al usuario sobre un escenario, donde puede resolver sus problemas con la ayuda de unos pocos actores terapéuticos. Es tanto un método de diagnóstico como de tratamiento y en él se utilizan diversas técnicas dramáticas destinadas a uno o más de los siguientes objetivos psicoterapéuticos principales: * Darse cuenta de los propios pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones. * Mejorar la comprensión de las situaciones, de los puntos de vista de otras personas y de nuestra imagen o acción sobre ellas. * Investigar y descubrir la posibilidad y la propia capacidad de nuevas y más funcionales opciones de conducta (nuevas respuestas). * Ensayar, aprender o prepararse para actuar las conductas o respuestas que se encontraron más convenientes16 7.- Juegos socializadores: éstos nos permiten conocer un poco más a las personas con las que estamos trabajando, sus intereses, sus aficiones…, además nos ayudan a poder interactuar con el resto de personas. 16

Psicodrama y psicoanálisis, Daniel Valiente Gómez

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

Para llevar a cabo el trabajo con dichos usuarios, se utilizaron varios tipos de actividades que permitieron conseguir que se desinhiban, pierdan la vergüenza ante sus compañeros, que desarrollen su creatividad, que aprendan a trabajar en equipo y confíen en sus producciones, consiguiendo elevar su autoestima y desarrollar la iniciativa personal, además de conseguir que aprendan a exteriorizar lo que sienten y a saber cómo les afecta cada situación. El trabajar todos estos aspectos a través de las actividades citadas a continuación permitió que los usuarios sean capaces de controlar, de una manera más eficaz, las situaciones que les superan. Las actividades utilizadas han sido las siguientes: 1.- Escucha y actividades con canciones. 2.- Expresión plástica de sentimientos sobre un mural de papel continuo17. 3.- Relajación guiada.18 4.- Actividades de calentamiento. 5.- Actividad desestresante 6.- Ejercicio de espejo con compañeros y con el espejo individual y colectivamente. 7.- Improvisación instrumental y vocal. 8.- Actividades de toma de conciencia de nuestro propio cuerpo. 9.- Psicodrama de un concierto.

17

Musicoterapia, Métodos y Prácticas, Kenneth E. Bruscia

18

idem

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

5.- Discusión y conclusiones En este trabajo se presenta una breve revisión de los resultados obtenidos por dos grupos de alumnos/as de estudios profesionales de música ante este proceso de musicoterapia, enunciando los objetivos propuestos y los conseguidos, desarrollando los factores que generan el miedo escénico y diversas técnicas tanto expresivas como receptivas para poder afrontarlo, dentro de una metodología activa. Para defender la hipótesis de este trabajo, “La musicoterapia permite trabajar el miedo escénico en músicos”, lo haremos a través de las experiencias vividas en este proceso de intervención llevado a cabo en el Centro de Estudios musicales de Benaguacil con los dos grupos citados anteriormente. Como

hemos

citado

anteriormente,

dentro

de

un

ámbito

preventivo/educativo, que es el que nos ocupa, nos proponemos aplicar los beneficios de la Musicoterapia antes de que se instale la enfermedad y aparezcan deterioros en la salud integral del sujeto, refiriéndonos tanto al aspecto físico como psíquico. Por este motivo, se proponen una serie de objetivos que se trabajarán mediante una serie de actividades que tendrán como principal elemento la música, ya sea editada, en directo… Siendo la música, una herramienta que nos ayudará a abrir a nuestros usuarios hacia el mundo que los rodea,

y que puedan entender la música como fuente de

placer, y no como aspecto desmotivante, inquietante y causante de frustración.

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

Los objetivos propuestos para este proceso de intervención son los siguientes: 1.- Estimular la comunicación 2.- Desarrollar el autoconocimiento. 3.- Promover la socialización 4.- Desarrollar facultades perceptivo-motrices. 5.- Favorecer medios de expresión. 6.- Vivencias musicales que enriquezcan la actividad psíquica. 7.- Permitir la expresión emocional. 8.-Desarrollar capacidades intelectivas: imaginación. 9.- Descargar tensiones a través del ritmo y del movimiento. 10.- Potenciar capacidades latentes. 11.- Abrir canales de comunicación. 12.- Favorecer la integración grupal. 13.- Propiciar la participación activa. 14.- Tomar conciencia de su propio cuerpo. 15.- Utilizar la voz y el cuerpo como medio de expresión. 16.- Utilizar el contacto físico de forma normalizada. 17.- Fomentar la autoestima de los usuarios 18.- Perder la vergüenza ante los compañeros 19.- Desarrollar la iniciativa personal. 20.- Trabajar la creatividad. 21.- Consolidar el trabajo en grupo. 22.- Asentar el proceso musicoterapéutico. 23.- Reflexionar sobre nuestra trayectoria musicoterapéutica.

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

A continuación, presentamos los objetivos conseguidos por los usuarios de ambos grupos. GRUPO A

GRUPO B

C

A

M

G

AU

A

F

AM

S

M

P

1

SI

SI

SI

NO

SI

P

P

SI

SI

SI

SI

2

P

P

P

P

P

P

P

SI

SI

SI

SI

3

SI

SI

SI

NO

SI

P

P

SI

SI

SI

SI

4

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

5

SI

SI

SI

NO

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

6

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

7

SI

SI

SI

P

SI

P

P

SI

P

SI

P

8

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

9

SI

SI

P

SI

SI

SI

SI

P

SI

SI

SI

10

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

11

SI

SI

SI

P

SI

P

P

SI

SI

SI

SI

12

SI

SI

P

P

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

13

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

14

P

P

P

P

P

P

P

P

SI

SI

SI

15

SI

NO

NO

NO

SI

NO

NO

SI

SI

SI

SI

16

P

NO

NO

NO

P

NO

NO

NO

P

P

P

17

SI

SI

SI

P

SI

SI

SI

SI

P

P

SI

18

P

SI

SI

P

P

SI

SI

SI

P

P

P

19

SI

SI

SI

P

`SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

20

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

21

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

22

SI

SI

P

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

23

SI

SI

P

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

SI

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GRUPO A – OBJETIVOS CONSEGUIDOS

A

C

SI

SI

NO

NO

PARCIALMENTE

PARCIALMENTE

G

M

SI

SI

NO

NO

PARCIALMENTE

PARCIALMENTE

AU

SI

NO PARCIALMENTE

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GRUPO B – OBJETIVOS CONSEGUIDOS

A

F

SI

SI

NO

NO

PARCIALMENTE

PARCIALMENTE

P

AM

SI

SI

NO

NO

PARCIALMENTE

PARCIALMENTE

S

M

SI

SI

NO

NO

PARCIALMENTE

PARCIALMENTE

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El miedo escénico, producido por una relación susceptible al juicio de otros, encaja con el sistema educativo tradicional de las enseñanzas musicales en conservatorios. Este tipo de relación existente entre el intérprete y el público, de superioridad-inferioridad, construyen la experiencia del estudio de la música sólo en términos de su conocimiento. De esto se desprende que el intérprete pretenda demostrar lo que sabe por encima de otras pretensiones artísticas, como hemos señalado durante este trabajo, se estudia para intentar demostrar que se es bueno, ejerciendo demasiada presión sobre los estudiantes de música. Desde este trabajo pretendemos dar constancia de que la música como elemento motivador, como idioma universal, como factor presente en cada momento de nuestras vidas, se trate, en los conservatorios de enseñanzas musicales, como tal y como elemento de disfrute. No porque esto deba ser la función absoluta o única de la escena, sino porque solamente de esta manera, con el disfrute del músico, será el público quien también perciba este sentimiento. Estos aspectos, fueron tratados durante el proceso de intervención a través de las actividades citadas anteriormente, dejando constancia, a medida que iba avanzando el proceso, que la música, tratada como elemento terapéutico desde la musicoterapia, conseguía que nuestros usuarios fueran capaces de ir afrontando nuevos retos, teniendo en todas y cada una de las sesiones un momento para encontrase ellos mismos mediante técnicas de relajación que permitían destensar los músculos evitando posibles lesiones físicas y psíquicas.

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

Una vez adentrados en el proceso terapéutico, se realizaron una serie de actividades de evaluación, preparando a nuestros usuarios para actividades posteriores, concretamente el psicodrama en el que

se utilizan diversas

técnicas dramáticas, guiadas por ciertos principios y reglas, y destinadas, a uno o más de los siguientes objetivos psicoterapéuticos principales: 1. Darse cuenta de los propios pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones. 2. Mejorar la comprensión de las situaciones, de los puntos de vista de otras personas y de nuestra imagen o acción sobre ellas. 3. Investigar y descubrir la posibilidad y la propia capacidad de nuevas y más funcionales opciones de conducta (nuevas respuestas). 4. Ensayar, aprender o prepararse para actuar las conductas o respuestas que se encontraron más convenientes De este modo, el psicodrama nos permitió tener una concepción de la escena como un lugar en donde la producción musical está garantizada, atribuyéndole al público una función de naturalidad definida a través del disfrute, intentando deslegitimar los nervios restándole importancia a la situación y haciendo posible interiorizar la escena para luchar contra el nerviosismo. Se sabe, que desde los conservatorios de música, los estudiantes no tienen la posibilidad de hacer actividades de este estilo, con lo cual, uno de los propósitos de este trabajo era dar a conocer la musicoterapia en ámbitos de tan restringido acceso.

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MIEDO ESCÉNICO EN MÚSICOS UNA INTERVENCIÓN DESDE LA MUSICOTERAPIA

Pues bien, la tradición académica ha desarrollado (desde las aulas de los conservatorios) esquemas de funcionamiento entre sus músicos, que plantean la superioridad de unos personajes sobre otros, lo cual ejerce demasiada presión sobre los estudiantes de música, que desemboca, en la mayoría de situaciones en insatisfacciones personales y profesionales, desembocando en el miedo escénico. Desde estas líneas, queremos dejar patente la importancia de la enseñanza musical como una actividad reflexiva. Esta investigación ha significado una perspectiva alternativa al tratamiento del miedo escénico en estudiantes de música, trabajando, a través de la musicoterapia, las relaciones que se dan entre el músico y el entorno, sus inseguridades frente al público y la presión que sufren durante su carrera profesional. De este modo, entendemos la música como un fenómeno vivenciado, generado y compartido socialmente, entendiendo la música como elemento de disfrute, no como fuente de presiones. Partiendo de este trabajo, y tomando como referencia los resultados obtenidos en el proceso de intervención musicoterapéutico nombrado anteriormente, se considera apropiado e importante el desarrollo de la persona gracias a la musicoterapia, trabajando desde el ámbito preventivo, potenciando facultades latentes en nuestros usuarios y acercándoles al concierto o audición de manera gratificante, todos estos aspectos deberían tratarse desde los conservatorios y por qué no, por un musicoterapeuta. Desde aquí, se defiende, que a nivel institucional (en el contexto educativo) se debe generar una reflexión sobre el problema del miedo escénico, ahora entendido como un asunto ocasionado por la concepción del

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escenario, la identidad del intérprete y por el exceso de presión durante su carrera formativa. En este sentido, el trabajar las necesidades de los intérpretes como personas, desde las escuelas de música, es un aspecto casi inexistente, por lo que resultaría interesante reflexionar en esa comunidad, para enfocar de forma diferente los estudios musicales, sin olvidar que “El músico no hace a la persona, la persona hace al músico” (Guillermo Dalia)

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6.- Bibliografía. Alvin, J. (1967) Musicoterapia. Buenos Aires: Paidós. Barón, M. (2001) La música como profesión. Babab, 8. Bruscia, K. (1999). Modelos de improvisación en musicoterapia. Ed.Agruparte. Castells, J. y Brotóns, L.R., (2002) Títulos y diplomas de los conservatorios de música. Córdoba: Tipografía Católica. Dalia, G: Como sobrevivir si eres músico o tienes uno cerca. Ed. Mundimusica. - (2004). Cómo superar la ansiedad escénica en músicos. Ed. mundimusica. Dalia, G y Pozo, A. (2006). El músico, una introducción a la psicología de la interpretación musical. Ed. Mundimusica. Fubini, E. (1990). La estética musical desde la antigüedad hasta el siglo XX. (2da.Ed. Cast.) Madrid: Alianza Música. Grocke, D y Wigram, T.(2007). Métodos receptivos en musicoterapia. Ed. Agruparte. Gutiérrez Barrenechea, M. (2007) La formación de intérpretes profesionales en los conservatorios en el marco de la reforma educativa. Madrid como paradigma.(Tesis Doctoral, Madrid, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Madrid.) Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia, Centro de Investigación y Documentación Educativa. López de Arenosa, E. (2007) Enseñanzas musicales. Hablan los alumnos de grado superior. Melómano, volumen 12, nº 117.

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Manchado, M.L. (1997) La orientación educativa en los conservatorios. Eufonía.Didáctica de la Música. 7. Marina, J. A. (2009). Anatomía del miedo. Ed. Anagrama. - (2000). Teoría de la inteligencia creadora. Ed. Anagrama. Mead, G. (1953). Espíritu, persona y sociedad. Buenos Aires: Paidós. Mila, M. (1981). Breve Historia de la Música. Barcelona: Bruguera. Prieto, D. (2009) “No hay nada como la música para educar a la sociedad”. El Mundo. Revista Electrónica de Lista Electrónica Europea de Música en la Educación Ríos, J.A. (1999) La motivación en el ambiente familiar. Madrid: Escuela de Padres Colegio Ntra. Sra. de las Maravillas. Rountree, K. (2002) Musicians by Any Other Name: A Tribute to Music Students Who Pursued Other Careers. American Music Teacher. Volumen 51, Nº 6. Junio- Julio 2002. Página 19. Acceso al documento en la base de datos de artículos Questia (http://www.questia.com) Rodríguez, C. (2002) Prontuario de musicología. Música, sonido, sociedad. Barcelona: Clivis. Siegmeister, E. (1987). Música y Sociedad. Smilde, R. (2007) The music profession and the professional musician. (Congreso

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