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EL PODER DE LAS SOCIEDADES: EL PODER ABSOLUTO JUAN FELIPE REY CAMACHO 13 DE MARZO 2019 PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIAN

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EL PODER DE LAS SOCIEDADES: EL PODER ABSOLUTO

JUAN FELIPE REY CAMACHO 13 DE MARZO 2019

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA DEPARTAMENTO DE DERECHO PENAL INTRODUCCION AL DERECHO PROFESORES GUSTAVO EMILIO COTE BARCO Y FILIPE ANTUNES MADEIRA DA SILVA

El Poder de las Sociedades: El Poder Absoluto El hombre, la persona, el individuo, el ser humano, muchas maneras hay de referirse a este ente que desde hace cuarenta mil años habita el planeta tierra (El.País, 1997), y que, desde que piso la superficie del planeta, ha dado todo su esfuerzo para lograr sobrevivir a los constantes peligros que lo han agobiado con el paso de los siglos; en ese tiempo una de las maneras mas efectivas que ha encontrado para garantizar su supervivencia ha sido el de la creación de sociedades, grupos humanos dentro de los cuales cada miembro dispone de ciertos derechos y debe cumplir con ciertas obligaciones, de estas han nacido los hombres y las ideas que han guiado el destino de la raza y los ha llevado a una constante búsqueda de la perfección, tanto una que enorgullece a los hombres con el solo pronunciar su nombre, como otras que son aborrecidas hasta por los más viles entre ellos, pero, ¿Qué hace que las sociedades tengan la capacidad de guiar a los hombres hacia su cúspide o su destrucción?, en este ensayo se tratara esta pregunta desde dos aspectos primigenios en el ser humano, la costumbre y el derecho, luego se propondrá una respuesta. Para poder tratar esta temática se deben primero definir los dos conceptos a investigar, por lo tanto, la costumbre se define como la forma inicial del derecho consuetudinario, que consiste en la repetición constante de un acto que con el paso del tiempo se vuelve obligatoria y de necesidad y con apoyo del poder político llega a convertirse en ley (Machicado, 2010); dentro de esta costumbre se denotan varias corrientes, que para este ensayo se sacaran a relucir tres: la primera es la costumbre secundum legem, que obtiene una fuerza de obligatoriedad por la referencia que a esta hace la ley; la segunda es la costumbre praeter legem, que es relativa a un asunto que no está presente en la ley ni dispuesto por el legislador; finalmente se encuentra la costumbre contra legem, una disposición contraria a la ley y la obliga a entrar en desuso por no regirse por las cargas morales que esta trata (C-224, 1994). Con tantas formas de ver una misma costumbre, resulta toda una tarea distinguir cual es la aceptada y respetada por los distintos miembros de la sociedad, para algunos de estos la costumbre puede significar simplemente un acto solemne, que lleva un culto y un respeto desde hace ya varias generaciones, pero para otros podría ser mucho más que eso, podría incluso llegar a escalar a una condición inherente a la vida, y de la que se tiene que disponer si es que se planea llevar una vida digna, feliz y respetable.

Por otra parte, entra a la discusión el derecho, que al igual que la costumbre, posee múltiples interpretaciones y puntos de vista, pero que en este ensayo se tomara la interpretación por parte del derecho positivo, que se explica como la ordenación normativa del comportamiento humano mediante ordenamientos consignados en la ley (Hart, 1961), es decir, una manera de regir y controlar el alcance del actuar del hombre dentro de un entorno individual y social por medio de leyes creadas por organismos competentes. Este precepto de control, aunque muchas veces limitado, procura ser admitido y respetado por todos los miembros de la sociedad, bien hayan nacido en ella o solo la habiten, para así, poder crear una conciencia social e imponer en la misma un orden y un control para garantizar la correcta participación en la misma. Ahora bien, no es necesario un análisis muy arraigado para sacar a colación una evidente relación entre las dos posiciones, a simple vista, tan diferentes en el ámbito teórico por el carácter positivo del derecho, pero en la práctica, ligadas la una a la otra para que ambas puedan ser aplicables en la sociedad. En primer lugar, para que el derecho sea derecho, según la corriente positiva, debe haber sido instaurado por un organismo con el poder para hacerlo, y este poder debe haber sido conferido por una norma previa al organismo, escalando hacia una norma primigenia que de origen a todas las normas (Hart, 1961). Esta ley, siempre y cuando lleve a cabo estas condiciones, debe ser cumplida, y no puede ser cuestionada o evadida sin una correspondiente penalización; la costumbre, de la misma manera, es instaurada por la repetición y mientras más se repita va adquiriendo un carácter de obligatoriedad más fuerte, aquel que no quiera cumplir con esta costumbre se vera bajo las consecuencias de no hacerlo, que en este ámbito muchas veces van más allá de una simple penalización, el no cumplimiento de la costumbre puede significar la exclusión de la vida en sociedad y la falta de la persona. Demostrando así, que la costumbre es una creadora de derecho, pero así mismo, el derecho funciona como herramienta para que la costumbre adquiera la importancia pertinente en el ámbito social.

En segundo lugar, el hombre dentro de las sociedades, busca siempre adquirir un valor en su actuar y en su pensar, generando dentro de la misma un ordenamiento de importancia, dicho ordenamiento se puede ver acrecentado por dos condiciones fundamentales: el primero de estos es la cantidad de personas que compartan y promulguen este valor, y en el segundo es la viabilidad y la fuerza con la que los argumentos o imposiciones de este valor lleguen a las personas a las que se puede incluir esta; en el ámbito de la costumbre y el derecho también aplica estos ideales de valor, en el primero la costumbre se hace más fuerte mientras más personas la sigan y mientras mas adeptos lleguen a realizar esta costumbre, normalmente, viéndose influenciados o incluidos por algún miembro que ya la siga, en el caso del derecho, este adquiere su fuerza por una imposición a la que todos los sujetos de derecho deben someterse, sin embargo, esta obligación, por más que no dependa de principios morales, se ve influenciada por la cantidad de adeptos que tenga, bien sea en su aprobación, o en una exagerada desaprobación de la misma. Mostrando así, que la costumbre y el derecho, si bien desarrollan su obligatoriedad de manera distinta, logran impactar en los miembros de la sociedad, gracias a ellos mismos, y la influencia que tienen en el cumplimiento de estas. Es cierto que un hombre pueda cambiar toda la sociedad si lo hace por los medios y con la fuerza necesaria, pero es innegable que la capacidad de la sociedad de cambiar a los hombres es infinitamente más poderosa en la alteración del ejercicio de sus derechos y sus deberes, y parezca curioso o no, en su mayoría esto es gracias a las concepciones sociales y culturales que se tengan de cada sociedad respectivamente, por ejemplo, y aludiendo a la temática del derecho, para cualquier hombre que tenga conocimiento de las capacidades jurídicas de los sistemas en el mundo, llegaría a la conclusión de que el sistema jurídico Alemán es mucho mas efectivo en su ejercicio que el sistema jurídico Colombiano, pero para saber esto no es necesario un estudio minucioso de ambos sistemas para discernir en cual de los dos resulta más efectivo, tan solo es necesario tener una idea de la funcionalidad de estos sistemas en la vida práctica, como se ven las sociedades tanto Alemana como Colombiana, como ha influido la tendencia de estos sistemas en la vivencia de sus habitantes en estas sociedades.

Estas sociedades, tan inmensas y cambiantes, se rigen en su mayoría por un cuerpo de cabecillas o personas de elite que ordenan a la prole a la realización de una actividad, y les influencia hacia el cumplimiento de sus objetivos primordiales. Dentro de cada determinada sociedad, bien sea por su tamaño o imponencia, ciertos lideres sobresalen por encima de los demás, llegando a tener un poder supranacional en las decisiones de los ordenamientos de los pueblos. Sin embargo, este poder atribuido no necesariamente significa que sea un poder supremo, ya que al enfrentarse con el contexto social en que vive se puede ver sobrevenido a negaciones y peleas, cualquiera que imponga su jurisdicción ante los ordenamientos debe ser escuchado (Prosecutor.VS.Tadic, 1995). Estos poderes permiten que, quienes los posean, entren en el absoluto control de su capacidad jurídica, e incluso la sobrepasen, pero nunca hasta el punto de sobrepasar la de otros seres. Es gracias a las sociedades que la potenciación de estas capacidades es posible y el papel del hombre en ellas se torna más que trascendente. Pero en esta historia no todo es color de rosas, y hay que reconocer que el poder conferido por la sociedad no siempre es bueno, y no siempre le permite a los hombres convertir las maravillas de su mente en realidad. En algunas ocasiones, aquellas ideas que saltan al plano material son las más aborrecidas por todos, y el hecho de que si quiera hayan podido ser consideradas sorprende a más de uno cuando se estudian las dimensiones de sus acciones, pero solo fue gracias a la sociedad que estas se pudieron hacer reales. Viendo el ejemplo de la Alemania nazi, se contempla una sociedad con un líder carismático y meticuloso, con una capacidad de convencimiento tal, que se ganaba a las mayorías con tan solo un par de palabras y aseguraba la absoluta lealtad de sus hombre con apenas la impregnación superficial de sus ideales; un pueblo cansado y buscando un cambio extremo en el retornaran a la costumbre del poderío alemán en Europa, en el cual encontraría en el líder la satisfacción esperada, una cantidad de detractores mínima, sin la fuerza suficiente para sostener la ascendencia de su poder y de su importancia entre la gente; en síntesis, todos los factores predilectos para que Adolf Hitler llegara a la gente de una manera tal para que lograran que este fuera consagrado como algo más que su canciller de estado, como algo más que su führer, logro que lo vieran como la única respuesta para todos los problemas que les azotaban, y todo esto gracias a ellos mismos, gracias a la sociedad.

En conclusión, con el paso de los siglos las sociedades humanas han ido evolucionando en su complejidad e importancia, y han llegado a puntos en que parece que nunca van a parar de crecer, puntos que solo han sido lográndose gracias a la influencia de las sociedades en el vivir de las personas, inclinándoles en el empoderamiento de ellos mismos y de las demás personas, transformándolos en la mejor o en la peor versión de cada uno posible con el único fin de lograr todos los objetivos que este se busque, y es para resaltar que, sin la influencia de las sociedades en los hombres, no seria posible su desarrollo como hombres, no seria posible su desarrollo como seres del derecho, seres de la costumbre y del poder, no sería posible que estos mimos se denominasen hombres.

Referencias Bibliográficas FOX,

M.1997.La

edad

del

homo

sapiens.Londres.El

País.Tomado

de:

https://elpais.com/diario/1997/03/31/ultima/859759201_850215.html MACHICADO,

J.,

"¿Que

es

la

Costumbre?",

2010,

http://jorgemachicado.blogspot.com/2010/08/costumbre.html Consulta: Viernes, 8 Marzo de 2019 Sentencia

C-224

de

1994.Corte

constitucional

de

la

republica

de

Colombia.Bogota.Colombia.5 de mayo de 1994 Prosecutor VS Dusko Tadic.Sala de atribuciones del Tribunal Internacional.Ex Yugoslavia.2 de octubre de 1995 HART. H,L,A.1961.El concepto del derecho.Buenos Aires,Argentina.Abeledo Perrot