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Mesoam€rica

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Mesoam€rica Mesoam€rica (griego: ƒ„…†‡ˆ[mesos], 'intermedio' ) ? es la regi‚n del continente americano que comprende la mitad meridional de M€xico; los territorios de Guatemala, El Salvador y Belice; as• como el occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica. No debe confundirse con la regi‚n mesoamericana, concepto acu‰ado para denominar una regi‚n geoecon‚mica por organizaciones internacionales tales como la OCDE[1] Mesoam€rica es un Šrea definida por la cultura. Esta regi‚n vio el desarrollo de una civilizaci‚n ind•gena en el marco de un mosaico de gran diversidad €tnica y ling‹•stica. La unidad cultural de los pueblos mesoamericanos se refleja en varios rasgos que Paul Kirchhoff defini‚ como el complejo mesoamericano.[2] La definici‚n de lo que se acepta como mesoamericano es objeto de discusi‚n entre los estudiosos de esta civilizaci‚n; sin embargo, con frecuencia se menciona en el inventario la base agr•cola de la econom•a, el cultivo del ma•z, el uso de dos calendarios (ritual de 260 d•as y civil de 365), los sacrificios humanos como parte de las expresiones religiosas, la tecnolog•a l•tica y la ausencia de metalurgia, entre otros. En su momento, la definici‚n del complejo mesoamericano sirvi‚ para distinguir a los pueblos mesoamericanos de sus vecinos del norte y el sur.

Mosaico de diversos rasgos caracter•sticos de Mesoam€rica.

El desarrollo de Mesoam€rica se extendi‚ por varios siglos. Los especialistas discuten sobre la €poca que puede considerarse el "inicio" de la civilizaci‚n mesoamericana. Ubicaci‚n de Mesoam€rica en el continente. De acuerdo con algunas posturas, el hito inicial consiste en el desarrollo de la alfarer•a. Otros consideran que el primer complejo mesoamericano se desarrolla entre los siglos XV y XIIˆa.ˆC., per•odo contemportŠneo a la cultura olmeca. A lo largo de su historia, los pueblos mesoamericanos construyeron una civilizaci‚n cuyas expresiones hablan de elementos compartidos por varios pueblos y rasgos que los distinguen entre s•. En la medida que avanz‚ el proceso civilizatorio, algunos rasgos se homogeneizaron por el contacto inter€tnico y otros adquirieron especificidad en ciertos contextos. Este proceso fue continuo y perdur‚ hasta la colonizaci‚n espa‰ola. Algunos autores emplean indistintamente los nombres nahuas para describir objetos y conceptos originales de Mesoam€rica,[3] y otros destacan las diferencias entre los pueblos de la regi‚n.[4] Al ser €ste un art•culo introductorio, se privilegian los elementos culturales compartidos por los pueblos mesoamericanos de acuerdo con el enfoque adoptado en obras de acercamiento general a la realidad mesoamericana.[5] Aunque en este art•culo no se deja de hacer referencia a las particularidades, €stas pueden ser profundizadas en los art•culos respectivos. La mayor parte de los pueblos mesoamericanos hablaron lenguas pertenecientes a las siguientes familias ling‹•sticas: otomangueana, mayance, mixe-zoqueana, totonacana y uto-azteca. Otras lenguas estŠn aisladas o no pudieron ser clasificadas porque desaparecieron en el proceso de castellanizaci‚n que comenz‚ con la colonizaci‚n espa‰ola y continua hasta la fecha. Este mosaico de lenguas y etnias estuvo presente durante la €poca prehispŠnica y tiene su

Mesoam€rica correlato en las numerosas culturas ind•genas que se desarrollaron en diversas zonas y tiempos de Mesoam€rica, entre las cuales las mŠs estudiadas han sido la mexica, la maya, la teotihuacana, la zapoteca, la mixteca, la olmeca o la tarasca. A pesar de la concentraci‚n de estudios que se han dado en el caso de esas importantes culturas, Mesoam€rica fue escenario de muchos pueblos, algunos de los cuales han apenas comenzado a ser investigados a partir de excavaciones recientes.

Definici•n de Mesoam€rica Desde que creci‚ el inter€s por las culturas ind•genas de Am€rica Central y M€xico, los especialistas se enfrentaron al c‚mo deb•an interpretarse los datos disponibles sobre los pueblos ind•genas. Hasta antes de la d€cada de 1940, los arque‚logos no contaban con un concepto unificador para abordar la materia de investigaci‚n. Los importantes avances de la arqueolog•a en el centro de M€xico €particularmente en Oaxaca, donde Alfonso Caso encabezaba las excavaciones en Monte AlbŠn€ y en el Šrea maya €con el equipo de Ricketson investigando UaxactŒn€ eran reflejo de tradiciones arqueol‚gicas que encaraban estas dos regiones contiguas como fen‚menos separados, aunque exist•a la idea de que exist•an elementos comunes entre ambos que requer•an una explicaci‚n.[6] Alfred Kroeber introdujo en 1939 el concepto de Šreas culturales[7] para abordar la presencia de rasgos culturales parecidos en pueblos diversos €tnicamente y separados relativamente en la geograf•a de una misma regi‚n. En la obra Cultural and natural areas of native North America, Kroeber propuso que el norte de Am€rica Central y los territorios de los pueblos agr•colas de M€xico constitu•an un Šrea cultural.,[8] pero su propuesta no pareci‚ tener eco en los c•rculos arqueol‚gicos. En 1943 Paul Kirchhoff dio a conocer su art•culo Mesoam€rica, en el que retomaba la unidad de las culturas de la zona maya y el centro de M€xico. En su texto, Kirchhoff deline‚ un conjunto de elementos cuya presencia era significativa en los pueblos del norte de Am€rica Central y el centro y sur de M€xico, mismos que los distingu•an de otras culturas americanas. Este conjunto de rasgos culturales inclu•a el sedentarismo, el uso del bast‚n plantador/cortador, el cultivo del ma•z (la milpa) y su nixtamalizaci‚n, la prŠctica del juego de pelota, el sistema de numeraci‚n con base vigesimal, el uso del calendario ritual de 260 d•as, la prŠctica de varios tipos de sacrificios humanos y el sistema de escritura pictogrŠfico. En posteriores trabajos, Kirchhoff se mostr‚ "decepcionado" del recibimiento poco cr•tico que tuvo el t€rmino Mesoam€rica en los c•rculos arqueol‚gicos y lamentaba que no hubiera tenido lugar un provechoso debate sobre la pertinencia del concepto.[9] A pesar de este recibimiento de su propuesta, los avances de la Arqueolog•a de los pueblos mesoamericanos han puesto en relieve algunas debilidades de la definici‚n de Mesoam€rica presentada originalmente por Kirchhoff. Uno de los primeros se‰alamientos es su €nfasis historicista y culturalista, que pretende definir la civilizaci‚n mesoamericana como un conjunto de elementos desarticulados que tienden a la identificaci‚n de la cultura con el grupo €tnico y la comunidad ling‹•stica.[10] En las d€cadas siguientes se han desarrollado nuevos enfoques para abordar la civilizaci‚n de los pueblos precolombinos de la Am€rica media. Entre otras cosas, esto incluye la revisi‚n de la cronolog•a ind•gena,[11] el debate sobre el hito inicial de Mesoam€rica, lo que deber•a entenderse como caracter•sticas generales de los pueblos que portaron esta civilizaci‚n.

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Geograf‚a La dimensi•n hist•rica de la geograf‚a mesoamericana Para comprender la geograf•a de Mesoam€rica hay que situarla en una dimensi‚n diacr‚nica, es decir, como una realidad dinŠmica. Hay que enfatizar que Mesoam€rica es una civilizaci‚n compartida por pueblos de diverso origen €tnico y que, a diferencia de otras civilizaciones como el Antiguo Egipto o Mesopotamia, los pueblos que compartieron la civilizaci‚n mesoamericana no constituyeron nunca una unidad pol•tica. Las Paisaje de las tierras altas mesoamericana fronteras de Mesoam€rica corresponden a los territorios de aquellos pueblos que formaron parte de la esfera de la civilizaci‚n mesoamericana, que comparte una cultura cuyas caracter•sticas se abordan mŠs abajo. Los confines de Mesoam€rica tampoco corresponden con los l•mites de ningŒn pa•s moderno. Despu€s de la conquista espa‰ola, los pueblos mesoamericanos quedaron incorporados al virreinato de la Nueva Espa‰a, pero este dominio de la corona espa‰ola incluy‚ tambi€n a otros grupos de culturas diferentes tales como los oasisamericanos, los n‚madas de Aridoam€rica y los pueblos de la baja Am€rica Central. Mesoam€rica ocupa una porci‚n del continente americano entre el oc€ano Pac•fico al oeste; y el mar Caribe y el golfo de M€xico al norte y al oriente. Sus l•mites septentrionales son menos claros, con excepci‚n de aquellos dados por la Pen•nsula de YucatŠn. En su €poca de mayor avance dentro del continente, hacia el norte, los territorios de la mesoamericanidad incluyeron la sierra Madre Occidental de Durango y Zacatecas, la sierra Gorda, el Tunal Grande y la sierra de Tamaulipas. Esto ocurri‚ durante el per•odo ClŠsico. Ese avance hacia el norte fue favorecido por condiciones climatol‚gicas que permitieron la agricultura y la concentraci‚n urbana; el contexto climŠtico actu‚ en conjunto con la creciente importancia de las rutas de intercambio entre Oasisam€rica y Mesoam€rica que atravesaban las zonas de la Altiplanicie Mexicana se‰aladas antes. Prolongadas sequ•as y crisis pol•ticas arrastraron a las sociedades del norte de Mesoam€rica y la regi‚n fue abandonada y ocupada nuevamente por n‚madas aridoamericanos alrededor del siglo VIII d. C.[12] Por otro lado, el l•mite sur y oriental de Mesoam€rica fue mŠs o menos estable. Sin embargo, algunas manifestaciones de los pueblos de la zona se alejaron de las pautas mesoamericanas durante el PreclŠsico Tard•o y el ClŠsico Temprano (ss. IVˆa.ˆC.-VIIˆa.ˆC.), de modo que durante esta €poca la regi‚n de Centroam€rica se alej‚ de la esfera cultural de la Am€rica Media. Al terminar esta etapa, los lazos con las culturas mesoamericanas se restablecieron y fueron reforzados por las migraciones de grupos otomangueanos (chorotegas y mangues) y uto-aztecas (pipiles y nicaraos).[13]

Rasgos geogrƒficos de Mesoam€rica Mesoam€rica se encuentra aproximadamente entre los paralelos 10•N y 22•N. Es un territorio de gran diversidad topogrŠfica y ecol‚gica. Su topograf•a es diversa porque la conforman varias cadenas monta‰osas y nudos que forman parte del Cintur‚n de Fuego del Pac•fico. Por otro lado cuando se adentra hacia el norte de las tierras altas, en la Pen•nsula yucateca, desaparecen las serran•as y decrece la altitud hasta convertirse el territorio en una planicie calcŠrea que en su extremo mŠs septentrional se caracteriza por sus selvas bajas y clima caluoroso. Todo esto es un factor elemental para comprender la geograf•a de Mesoam€rica, porque introduce un factor de diversidad notable. Por eso, aunque Mesoam€rica en lo general se encuentra en la zona tropical y subtropical, alberga grandes contrastes climŠticos.

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Las tierras bajas Las tierras bajas mesoamericanas comprenden aquellas regiones por debajo de 1000 msnm.[14] Se trata en general de las llanuras costeras y los piedemontes de las monta‰as que bajan al litoral. Se caracterizan por su temperatura cŠlida, aunque otras condiciones geogrŠficas puedan variar. En lo general la fachada atlŠntica posee una humedad mayor y una vegetaci‚n mŠs exuberante que la costa del Pac•fico. En las estribaciones de la Sierra Madre Oriental los reg•menes de lluvia son elevados y los r•os que bajan al golfo de M€xico en vertientes pronunciadas denominadas aluviones se desbordan con frecuencia. En la misma situaci‚n se encuentra la sierra de los Tuxtlas, en el centro del actual estado de Veracruz (M€xico). La pen•nsula de YucatŠn €que es una gran planicie calcŠrea a poca altura sobre el nivel del mar€ comparte con Honduras una temporada de lluvias con mayores precipitaciones entre mayo y diciembre. El agua es tan abundante en la vertiente atlŠntica mesoamericana que los humedales fueron una parte importante del paisaje hasta que comenzaron a ser devastados por la acci‚n humana. Los pantanos de Centla son una muestra, aunque no Œnica, de los ecosistemas nativos de las costas atlŠnticas de la regi‚n.

Playa en la isla de Utila, en la costa atlŠntica de Honduras.

Los huracanes golpean las costas de Mesoam€rica cada Humedal de La Tovara (Nayarit), en el Pac•fico mexicano. a‰o. La temperatura no presenta contrastes considerables, es cŠlida durante todo el a‰o y la diferencia entre temperaturas mŠximas y m•nimas es relativamente peque‰a. El oc€ano Pac•fico ba‰a las costas occidentales de Mesoam€rica. A diferencia de la vertiente atlŠntica, en el Pac•fico las cadenas monta‰osas condicionan una llanura costera sumamente angosta. Algunas regiones de Nayarit y Sinaloa poseen muestras de humedales que como en el AtlŠntico han sido depredadas por los seres humanos. Las regiones tropicales de Mesoam€rica han sido modificadas intensamente desde la llegada de los espa‰oles. El fen‚meno, sin embargo, tiene inicio en la €poca prehispŠnica. Los mayas talaron enormes extensiones de selva para construir sus ciudades en el Pet€n, as• como en la regi‚n que actualmente corresponde a los estados mexicanos de Chiapas y Campeche, mismas que la propia selva volvi‚ a cubrir a‰os despu€s de ser abandonadas por sus habitantes. En las costas de Tabasco los ind•genas olmecas se vieron precisados a desarrollar t€cnicas de cultivo que consistieron en drenar el agua y llevar tierra a donde s‚lo hab•a lodo. Aunque parezca inveros•mil, cultivos que hoy son tan t•picos y caracter•sticos en esta zona como el plŠtano y la ca‰a de azŒcar, no exist•an en Mesoam€rica antes de la llegada de los espa‰oles. Entre otras especies vegetales comunes de estos ecosistemas se encuentra el cacao, de vital importancia para la econom•a, la gastronom•a y aŒn la subsistencia ind•gena y actual; el mangle y la ceiba, Šrbol sagrado en la cosmogon•a mesosamericana pero particularmente en la maya.[15] Varios de los animales de mayor significado para los mesoamericanos eran comunes en las zonas tropicales, por ejemplo, el jaguar, la guacamaya, el lagarto, los monos, el quetzal y el faisŠn.

Mesoam€rica Las tierras altas Las tierras altas jugaron un papel muy importante a lo largo de la historia de Mesoam€rica. En esta categor•a se encuentran las zonas con altitudes mayores a 1000 msnm.[16] Las monta‰as son una marca del paisaje de las tierras altas mesoamericanas. Varias cadenas monta‰osas enmarcan y surcan Mesoam€rica. En territorio mexicano, corre paralela al Pac•fico la Sierra Madre Occidental desde Sonora hasta Jalisco. En Colima comienza el Eje NeovolcŠnico, que atraviesa M€xico hasta el golfo, donde se encuentra con la Sierra Madre Occidental y forma en Oaxaca el llamado escudo Mixteco. La costa del Pac•fico entre MichoacŠn El volcŠn Izalco se encuentra en El Salvador. Como el Paricut•n en y Oaxaca es bordeada por los taludes de la Sierra M€xico, es un volcŠn nacido recientemente. Madre del Sur, tan cercana al litoral que la llanura costera es prŠcticamente inexistente. El istmo de Tehuantepec interrumpe la abrupta topograf•a de M€xico y marca al mismo tiempo el principio de las regiones monta‰osas de Am€rica Central. Al oriente de esta regi‚n se levantan la Sierra Madre de Chiapas y la cordillera Centroamericana que ocupa la mitad sur de Guatemala, el territorio de El Salvador y llega a Honduras. Al oriente de las tierras bajas de El Pet€n se levantan los montes Maya, una peque‰a serran•a en el sur de Belice. El territorio de Nicaragua es menos abrupto que sus vecinos del norte, sin embargo all• comienza la cordillera VolcŠnica que bordea la costa pac•fica hasta Costa Rica. En ella se encuentran varios volcanes como el Cerro Negro y la isla Ometepe. En los confines sure‰os de Mesoam€rica, se encuentra la cordillera de Guanacaste, ya en territorio de Costa Rica. Entre estas cadenas monta‰osas se encuentran los valles altos, de elevaciones superiores a 1500ˆmsnm. A pesar de encontrarse cerca unos de otros, la diversidad ecol‚gica en Mesoam€rica es una de sus caracter•sticas definitorias. Por poner un ejemplo, el talud oriental del volcŠn Citlalt€petl tiene un clima favorecido por lluvia abundante y agradable temperatura; al otro lado del mismo volcŠn se encuentran los Šridos llanos de San Juan y el valle de TehuacŠn, donde las nubes descargan la poca agua que resta despu€s de atravesar la Sierra Madre Oriental. Las condiciones ecol‚gicas de las tierras altas mesoamericanas dependen de su altitud, su latitud respecto al ecuador terrestre y la topograf•a. En lo general, el norte de Mesoam€rica es mŠs Šrido que el sur de la regi‚n. Mesoam€rica abarc‚ alguna vez el semidesierto de Zacatecas y San Luis Potos•, de condiciones rigurosas. El Baj•o tambi€n presenta un r€gimen de lluvia limitado, pero la presencia del r•o Lerma y sus afluentes suaviza las condiciones de vida en la regi‚n. En el centro de M€xico, el valle de Toluca es el de mayor altitud del pa•s, tiene un clima lluvioso y mŠs fr•o que el valle de M€xico que se encuentra al oriente. El tercero de los grandes valles del centro de M€xico es el valle Poblano-Tlaxcalteca, de condiciones y altitud similares a las del valle de AnŠhuac. Al sur del Ajusco se encuentra el valle de Morelos cuyo clima se asemeja al de las tierras tropicales.

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„reas culturales

Mapa de las Šreas culturales de Mesoam€rica.

Centro de M€xico

PanorŠmica del valle de Teotihuacan, en el Centro de M€xico.

Conocido como "altiplano central". Recibi‚ influencia olmeca durante el primer milenio AC, y poco tiempo despu€s florecieron culturas end‚genas. La ciudad de Teotihuacan, llamada por los mexicas "ciudad de los dioses", fue quizŠs la cultura mŠs importante de las que radicaron en Mesoam€rica, pues su influencia incluso lleg‚ a Aridoam€rica y Oasisam€rica. Tras la ca•da teotihuacana se asentaron en sus proximidades las culturas de Xochicalco, cercana al actual estado de Morelos, Cacaxtla y Cholula, en Tlaxcala. En el segundo milenio comenzaron las invasiones toltecas y en 1325 se fund‚ Tenochtitlan.

Una de las Šreas mŠs importantes durante la historia prehispŠnica de M€xico fue la que se conoce como Centro de M€xico. EstŠ conformada por los valles de tierra templada a fr•a situados en la parte meridional de la Altiplanicie Mexicana y en el norte de la cuenca del r•o Balsas. Es un nicho ecol‚gico caracterizado por su clima templado y la ausencia de corrientes importantes de agua. Las lluvias, por otro lado, se presentan entre los meses de abril a septiembre, y no son demasiado abundantes. Este hecho fue el que motiv‚ el desarrollo temprano de obras hidrŠulicas, entre las que se cuentan la canalizaci‚n de los r•os y los sistemas de acequias en las laderas de los cerros para almacenar el agua. El valle de TehuacŠn, localizado al sureste de esta regi‚n es importante porque de €l proceden los restos al parecer mŠs antiguos de cultivo del ma•z y algunas de las muestras de la cerŠmica mŠs antigua de Mesoam€rica. El Centro de M€xico incluye ademŠs, la cuenca lacustre del valle de M€xico, compuesta por varios lagos y lagunas. En torno al lago de Texcoco crecieron poblaciones tan importantes como Cuicuilco, en el per•odo PreclŠsico; Teotihuacan en el ClŠsico y Tula y Tenochtitlan en el per•odo PosclŠsico. Las Œltimas culturas del altiplano fueron las de la Triple Alianza: Texcoco, Tlacopan y Tenochtitlan. Con un inicio dif•cil, los mexicas se asentaron en el valle de M€xico en 1325 y un siglo despu€s comenz‚ su hegemon•a al liberar Izc‚atl a su pueblo de manos de los se‰ores de Azcapotzalco. En 1430 la Triple Alianza qued‚ formalmente constituida. IzcoŠtl, por consejo de Tlacalael, mand‚ quemar los c‚dices de la historia azteca y reescribi‚ totalmente la historia de su pueblo. En menos de cien a‰os la Triple Alianza conquist‚ gran parte de Mesoam€rica, con la caracter•stica de que permit•an a los pueblos sometidos conservar su cultura y religi‚n.

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„rea Maya El Šrea Maya es una de las mŠs amplias de Mesoam€rica. Algunos autores la dividen en dos sectores: la pen•nsula de YucatŠn, en el norte, y las Tierras Altas, en el sur. La primera comprende, ademŠs de la Pen•nsula de YucatŠn, el Pet€n y Belice. Se trata de una zona de tierras bajas y clima caliente, azotada por los huracanes y las tormentas tropicales del mar Caribe. Es una plataforma calcŠrea, apenas elevada hacia el sur, en donde la denominada Sierrita rompe la llanura del paisaje. Carece de corrientes de agua superficiales, pues el suelo es demasiado permeable; en cambio, son abundantes las corrientes subterrŠneas y los cenotes. Por otra R•o Usumacinta. parte, las Tierras Altas comprenden los Altiplanos de Guatemala, Chiapas, el occidente de Honduras y el occidente y centro de El Salvador, (la zona central de El Salvador tuvo contacto comercial con Centroam€rica, pero fue mŠs grandemente influido por el Šrea maya, muestra de eso son los sitios famosos de San Andr€s, Joya de Cer€n y CihuatŠn). Es una regi‚n de clima templado-fr•o, y con lluvias abundantes. Las laderas de las monta‰as estŠn cubiertas de una espesa vegetaci‚n que amenaza el desarrollo de la agricultura. Las Tierras Altas mayas no estŠn menos expuestas a la influencia de los ciclones caribe‰os que con frecuencia ocasionan destrozos en la zona. Los primeros desarrollos culturales importantes del Šrea maya ocurrieron en la zona sur. La primera cerŠmica, producida en la localidad belice‰a de Cuello parece indicar que el desarrollo de la alfarer•a en el Žrea Maya fue derivado de las tradiciones sudamericanas. La Primera Ciudad con arquitectura Monumental fue Nakb€ (ca 1000 AC), seguida por El Mirador, (ca 600 AC) la ciudad mŠs grande de todas y la mayor de la Am€rica Precolombina, localizadas en la Cuenca del Mirador, en Pet€n, Guatemala, en donde se inici‚ la cultura del PreclŠsico con todos los atributos del ClŠsico, En las tierras bajas del Pac•fico de Guatemala se desarrolla Takalik Abaj la Œnica ciudad de Mesoam€rica con ocupaci‚n Olmeca y luego Maya. Siglos mŠs tarde, se desarrollaron los primeros centros de poblaci‚n que habr•an de convertirse en ciudades en el per•odo ClŠsico. Entre ellos hay que contar a KaminaljuyŒ en las tierras altas de Guatemala, QuiriguŠ, UaxactŒn y Tikal, esta Œltima habr•a de ser la mŠs grande de las ciudades mayas entre los siglos III y VIIIˆd.ˆC. La ca•da y abandono de las grandes ciudades mayas se debi‚ a una combinaci‚n de factores: guerras internas, desastre ecol‚gico, cambio climŠtico, migraciones provenientes del Norte de Mesoam€rica. De esta manera, el coraz‚n de la cultura maya se traslad‚ a las tierras de la actualmente denominada Pen•nsula de YucatŠn. En esta regi‚n habr•an de florecer las ciudades de Chich€n ItzŠ, Uxmal y Tulum, MayapŠn, CobŠ, Izamal entre muchas otras, a partir de la migraci‚n maya hacia la Pen•nsula de YucatŠn ocurrida desde las Tierras Altas de Guatemala a partir del siglo III DC y despu€s, dentro de la propia Pen•nsula, predominantemente de oriente a poniente, a part•r del siglo V DC. En la actualidad perviven 27 grupos mayas, 21 de los cuales en Guatemala.

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Zona mixteco zapoteca Sin duda alguna se trata de una de las mŠs importantes zonas mesoamericanas. En los valles centrales de Oaxaca se origin‚ la civilizaci‚n zapoteca, quienes establecieron el calendario de 260 d•as, usado posteriormente por la mayor•a de los pueblos mesoamericanos, y un sistema de escritura propio y diferente al olmeca y al maya. Monte AlbŠn se convirti‚ en el paradigma de esta civilizaci‚n, y a su ca•da la regi‚n fue ocupada por los mixtecos. La regi‚n oaxaque‰a fue desde la €poca mesoamericana una de las La sierra Mixteca mŠs diversas. Se trata de un territorio sumamente monta‰oso, enmarcado por la Sierra Madre del Sur y el escudo o nudo. Incluye una porci‚n de la cuenca del r•o Balsas, caracterizada por su sequedad y compleja topograf•a. Sus cauces de agua son cortos y de poca capacidad. En ese sentido, se parece bastante a la regi‚n del Centro de M€xico. Dos fueron los escenarios principales de la historia cultural de los pueblos oaxaque‰os. Por un lado, los valles Centrales de Oaxaca vieron el desarrollo de la cultura zapoteca, una de las mŠs antiguas y conocidas del Šmbito mesoamericano. Esta cultura se desarroll‚ a partir de los cacicazgos regionales que controlaban la tierra de cultivo (muy f€rtil, aunque demasiado seca) de los peque‰os valles de Etla, Tlacolula y MiahuatlŠn. Algunos de los primeros ejemplos de gran arquitectura en Mesoam€rica pertenecen a esta regi‚n, como el centro ceremonial de San Jos€ Mogote. La hegemon•a de este centro ceremonial en la regi‚n del Valle, pas‚ a manos de Monte AlbŠn, la capital clŠsica de los zapotecos. La ca•da de Teotihuacan en el siglo VIIIˆd.ˆC. permiti‚ el mayor apogeo de la cultura zapoteca. Sin embargo, la ciudad de Monte AlbŠn fue abandonada en el siglo Xˆd.ˆC., y dio lugar a una serie de centros regionales que se disputaban la hegemon•a pol•tica. Al poniente de los valles Centrales, se localiza la regi‚n Mixteca. Se trata de un terreno sumamente monta‰oso de altitudes muy variables, que llegan a mŠs de 3000 msnm. Los climas var•an del templado de monta‰a al tr‚pico seco, y en general la lluvia es escasa. Existen pocas corrientes superficiales de agua, y en la actualidad, buena parte de la zona presenta un grado de deforestaci‚n alarmante. La Mixteca es tambi€n una zona ocupada desde tiempos inmemoriales. Ya desde el per•odo PreclŠsico se hab•an formado en la regi‚n algunos nŒcleos de poblaci‚n importantes, como Yucuita y Cerro de las Minas. Sin embargo, las capitales mixtecas no alcanzaron nunca la magnitud de sus vecinas zapotecas. El mayor apogeo de la cultura mixteca fue alcanzado en el per•odo PosclŠsico, cuando el se‰or Ocho Venado de Tututepec y Tilantongo emprendi‚ una campa‰a de unificaci‚n pol•tica de las ciudades-estado mixtecas y lleg‚ a ocupar los Valles Centrales de Oaxaca

Guerrero Tradicionalmente se considera a Guerrero como una regi‚n perteneciente al Šrea Occidental. Sin embargo, los descubrimientos mŠs recientes, han reorientado la divisi‚n de las Šreas culturales mesoamericanas, y en los trabajos de reciente autor•a, Guerrero aparece como un Šrea cultural independiente. El Guerrero mesoamericano ocupa aproximadamente la superficie del estado del mismo nombre, localizado en el sur de M€xico. Se puede dividir en tres regiones con caracter•sticas diferentes: al norte, la depresi‚n del r•o Balsas, donde esta corriente de agua juega el papel mŠs importante en la configuraci‚n de la geograf•a regional. La depresi‚n del Balsas es una regi‚n baja, de clima cŠlido y escasas lluvias, cuya sequedad es aminorada por la presencia del cauce y sus numerosos afluentes. La parte central corresponde a la Sierra Madre del Sur, regi‚n rica en yacimientos minerales y con escasas cualidades agr•colas. La parte sur del Šrea guerrerense es constituida por la costa del oc€ano Pac•fico, una llanura costera muy angosta, llena de manglares y palmeras, azotada por los huracanes provenientes del Pac•fico.

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Guerrero fue el escenario de las primeras tradiciones alfareras de Mesoam€rica. Los restos mŠs antiguos de ella han sido encontrados en Puerto Marqu€s, cerca de Acapulco, y tienen una edad aproximada de 3500 a‰os, anteriores inclusive a los vestigios correspondientes a los Olmecas en la opuesta costa del Golfo de M€xico. Durante el preclŠsico, la cuenca del Balsas se convirti‚ en una zona de vital importancia para el desarrollo de la cultura Olmeca, que dej‚ huellas de su presencia en sitios como TeopantecuanitlŠn y las grutas de Juxtlahuaca. MŠs tard•o fue el desarrollo de una tradici‚n escult‚rica conocida como Mezcala, caracterizada por su tendencia a la geometrizaci‚n del cuerpo humano. Durante el per•odo PosclŠsico, la mayor parte de Guerrero qued‚ bajo dominio de los mexicas, e independiente al se‰or•o tlapaneco de Yopitzinco

Occidente La zona de la que aqu• se habla serv•a de "puente" entre Mesoam€rica y Oasisam€rica. Las culturas de esta zona, como los tarascos y caxcanes, desarrollaron formas de vida distintas a otros lugares de Mesoam€rica. Un ejemplo de esto son las hermosas pirŠmides de Guachimontones, en TeuchitlŠn Jalisco. El denominado Occidente es una de las zonas menos conocidas de Mesoam€rica. Se trata, sin embargo, de una extensa regi‚n, que comprende las laderas de la Sierra Madre Occidental, una parte de la Sierra Madre del Sur y la cuenca media y baja del r•o Lerma. Las El Baj•o estribaciones de la monta‰a estaban cubiertas de bosques de pinos y encinos, pero la actividad silv•cola ha reducido su tama‰o. La tierra tiene vocaci‚n agr•cola por su fertilidad y la disposici‚n de recursos hidrŠulicos, especialmente en la llanura costera de Sinaloa, el Baj•o y la Meseta Tarasca. Los climas var•an del fr•o de monta‰a, en el oriente de MichoacŠn, hasta el clima tropical de las costas de Jalisco y Nayarit. La regi‚n fue el hŠbitat de pueblos de habla uto-azteca, como los coras, huicholes y tepehuanos. La incorporaci‚n de estos pueblos a la esfera de la civilizaci‚n mesoamericana fue muy gradual, y se presume que los primeros desarrollos cerŠmicos de la regi‚n estuvieron vinculados con las tradiciones de los pueblos andinos de Ecuador y PerŒ. Los cambios que afectaron al resto de las regiones de manera clara son menos observables en Occidente, por ello, las tradiciones culturales del preclŠsico, como la de Colima, Jalisco y Nayarit o la de Tumbas de Tiro sobrevivieron hasta bien entrado el per•odo ClŠsico (150-750/900ˆd.ˆC.). La mŠs conocida de las sociedades de Occidente es la pur€pecha o tarasca, que rivaliz‚ en el siglo XVˆd.ˆC. con el poder•o de los mexicas.

Norte La zona Norte de Mesoam€rica form‚ parte de esta gran Šrea cultural s‚lo durante el per•odo clŠsico (150-750ˆd.ˆC.), en que el apogeo de Teotihuacan y el crecimiento de la poblaci‚n favorecieron las migraciones hacia el norte y el comercio con las lejanas tierras oasisamericanas. Se trata de un territorio llano, comprendido entre las sierras Madre Oriental y Occidental. El clima es seco, casi des€rtico, y la vegetaci‚n es escasa, por lo que la agricultura en el Norte s‚lo fue posible mediante la canalizaci‚n de las corrientes de agua superficial (entre las que destacan el r•o PŠnuco y los afluentes del Lerma) y el almacenamiento del agua de lluvia. La excesiva dependencia del buen clima llev‚ a los

Turquesa, uno de los principales productos del Norte de Mesoam€rica.

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pueblos del Norte de Mesoam€rica a abandonar la regi‚n a mediados del siglo VIIIˆd.ˆC., en que enfrentaron una prolongada sequ•a y las invasiones de pueblos aridoamericanos. Los centros de poblaci‚n en el Norte eran dependientes de la red de comercio que se estableci‚ entre Teotihuacan y las sociedades de Oasisam€rica. Sitios como La Quemada en Zacatecas, o La Ferrer•a en Durango, sirvieron como fuertes para vigilar las rutas comerciales. Cuando la agricultura y el sistema social sufrieron un colapso en el Norte, los ocupantes de la regi‚n migraron hacia Occidente, el Golfo y el Centro de M€xico.

Centroam€rica El Šrea mesoamericana conocida como Centroam€rica ocupa la zona occidental de Honduras y Nicaragua y las Šreas circundantes del golfo de Nicoya en Costa Rica, donde existieron los reinos de Nicoya y Chorotega. Se trata de una regi‚n de clima tropical, con actividad telŒrica importante, que incluye ademŠs los dos grandes lagos mediterrŠneos de Am€rica Central: el Nicaragua y el Managua. Como en el caso de la regi‚n Norte, Centroam€rica form‚ parte del mundo mesoamericano s‚lo temporalmente. Se suele considerar que los pueblos centroamericanos forman parte de la llamada zona de transici‚n entre el Žrea Intermedia, el mundo andino y Mesoam€rica.

Lago Nicaragua

Los primeros contactos entre el Šrea nuclear mesoamericana ocurrieron en el preclŠsico, como indica la influencia olmeca en el Šrea. Sin embargo, en el per•odo ClŠsico las relaciones se interrumpieron y Centroam€rica recibi‚ un mayor influjo de las culturas del altiplano colombiano. Ejemplo de ello es el desarrollo temprano de la metalurgia en Centroam€rica con respecto al resto de los pueblos mesoamericanos, sin embargo en el sitio famoso de Quelepa en la zona oriental de El Salvador se ve el comercio y gran influencia de Teotihuacan y CopŠn primeramente y luego con los sitios de Veracruz. Para el per•odo PosclŠsico, toda el Šrea qued‚ incluida mŠs el occidente en la esfera mesoamericana, esta vez ampliada hasta el departamento de Escuintla en Guatemala, y fue invadida por pueblos nahuas como los pipiles y nicaraos, hablantes de nŠhuat, un dialecto del idioma de los mexicas y se percibe en la cultura y arquitectura la influencia de los Toltecas y Aztecas. Tambi€n pueblos otomangues como los mangues (circa s. VIIˆd.ˆC.) y los subtiaba (c. s. XIIIˆd.ˆC.) migraron desde Chiapas a Nicaragua y Honduras, respectivamente.

Los mesoamericanos Los pueblos mesoamericanos constituyen un mosaico €tnico y ling‹•stico que perdura hasta la actualidad. La lengua constituye uno de los criterios para definir a una naci‚n o pueblo. Siguiendo este criterio, los pueblos de Mesoam€rica pueden agruparse en grandes contingentes, que comparten mŠs elementos entre s• que con el resto de los pueblos de la regi‚n. Cabe aclarar que el criterio ling‹•stico es Œtil para abordar la clasificaci‚n, pero no constituye el Œnico elemento. Algunos de los pueblos que aqu• se presentan como parte de una gran familia podr•an no ser tan afines entre s•, a pesar de hablar lenguas emparentadas.

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Pueblos de habla otomangueana Los hablantes de proto-otomangueano debieron participaron en la domesticaci‚n del ma•z y participar en la construcci‚n y florecimiento de grandes ciudades como Cuicuilco, Teotihuacan y Cholula.[17] El anŠlisis glotocronol‚gico de las lenguas de la familia otomangueana sugiere una antig‹edad que ronda los 8000 a‰os aproximadamente. Los pueblos de habla otomangueana se encuentran dispersos por buena parte de Mesoam€rica, pero se concentran en lo que se llama M€xico central. EstŠn divididos en dos grandes ramas, una oriental y otra occidental. La mayor parte de la rama occidental vive en la Altiplanicie Mexicana. Los valles de M€xico, Toluca y la cuenca del r•o Moctezuma constituyen el hogar hist‚rico de los otom•es, mazahuas, matlatzincas, tlahuicas. Otros pueblos de habla otopame €jonaces y pames€ se establecieron mŠs al norte, en el Tunal Grande y la sierra Gorda. La presencia de los otomangueanos en sus territorios fue anterior a la llegada de los nahuas al centro de M€xico, se remonta a varios milenios antes de la era cristiana. Por eso es probable que se encontraran entre los habitantes de sitios como Tlapacoya, Cuicuilco, Tlatilco, Teotihuacan, Cholula y otros cuya filiaci‚n €tnica es motivo de debate. Alrededor del a‰o 3500ˆa.ˆC. se separaron las dos vertientes de la familia, pero el contacto entre los pueblos otomangueanos se mantuvo en la €poca prehispŠnica.[18]

Pueblos de habla mayense El grupo de pueblos de habla mayance o mayense, se concentra bŠsicamente en la pen•nsula de YucatŠn, las tierras altas de Guatemala y Chiapas. S‚lo el pueblo huasteco se encuentra fuera de esta regi‚n. Los ling‹istas se‰alan que la migraci‚n huasteca ocurri‚ alrededor del a‰o 2200ˆa.ˆC., cuando estos abandonaron el territorio €tnico (situado aproximadamente en la zona donde actualmente se habla kanjobal). Los demŠs grupos mayenses se expandieron por la zona descrita y mantuvieron contacto con los pueblos lenca y xinca en el l•mite sur de Mesoam€rica, as• como con sus vecinos occidentales, los pueblos de habla mixe-zoqueana. La gran relaci‚n entre estas familias llev‚ a algunos especialistas a plantear que los olmecas eran antepasados €tnicos y ling‹•sticos de los mayas, hip‚tesis que se ha descartado recientemente.

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Agricultura El ma‚z Fue el ma•z la base de la alimentaci‚n de los mesoamericanos durante la €poca prehispŠnica y sigue jugando ese papel en las naciones modernas que actualmente ocupan el Šrea. La milpa, por su lado, el sistema que se ha utilizado tradicionalmente para el cultivo de la gram•nea en la regi‚n. El cultivo de ••Zea mays•• fue uno de los elementos originales incluidos por Kirchhoff en el complejo mesoamericano. Buscando los or•genes de la agricultura, Richard MacNeish se intern‚ en las secas tierras de la sierra de Tamaulipas y descubri‚ en la cueva de La Perra los restos de un ma•z primitivo que fue datado en 2500ˆa.ˆC. Siguiendo sus investigaciones hacia el sur, lleg‚ al valle de TehuacŠn donde consider‚ que podr•an existir las condiciones para albergar testimonios que dieran luz a los procesos que llevaron a la domesticaci‚n de vegetales y al desarrollo de la agricultura en Mesoam€rica.[19] Los descubrimientos de MacNeish en las cuevas de TehuacŠn aportaron evidencias que apoyaron la hip‚tesis del origen mesoamericano del ma•z.

Mazorcas de ma•z criollo de la Sierra Mazateca.

El ma•z fue domesticado alrededor del a‰o 5000ˆa.ˆC., probablemente a partir del teocintle, y lleg‚ a ocupar un papel esencial en Mesoam€rica. En esta regi‚n se conocen varias decenas de variedades adaptadas a las condiciones climŠticas de las diversas regiones mesoamericanas. Estas especies pueden agruparse en dos grandes grupos, llamados alianzas. La alianza •stmica agrupa las variedades originarias de Oaxaca, la Mixteca y la pen•nsula de YucatŠn; la alianza del Balsas-Occidente de M€xico comprende razas propias de la depresi‚n del Balsas, Chiapas, la Tierra Caliente y Jalisco. Los dominios de estas alianzas se sobreponen casi siempre con los territorios €tnicos de las naciones de habla otomangueana. Este hecho, sumado al dato glotocronol‚gico que indica que la protolengua con el l€xico relativo al ma•z con mayor antig‹edad es el proto-otomangue,apoyan la hip‚tesis que los ancestros de estos pueblos estuvieron relacionados con la domesticaci‚n del ma•z.[20] En torno al aprovechamiento de este cereal surgi‚ en Mesoam€rica todo un complejo tecnol‚gico que tambi€n perdura hasta nuestros d•as. Este grupo de tecnolog•as incluyen las t€cncas de siembra y la invenci‚n del proceso de nixtamalizaci‚n; el desarrollo de instrumentos de molienda (metates) y la diversificaci‚n de su aprovechamiento (que va desde la harina a los tamales, pasando por el pinole y las tortillas).[21] En la mitolog•a y la religi‚n tambi€n fue relevante el papel de este cereal: la masa de ma•z es la materia de que estŠn hechos los seres humanos en el mito de la Leyenda de los Soles[22] y el Popol Vuh.[23] Todos los pueblos mesoamericanos tuvieron una divinidad del ma•z, y estuvo presente desde tiempos de los olmecas.[24] Entre los mexicas hab•a tres dioses del ma•z: Xilonen era la divinidad de la mazorca tierna, Cint€otl fue dios del ma•z maduro e Ilamatecuhtli fue patrona de las mazorcas secas.[25] Si bien la base de la agricultura y de la alimentaci‚n de los pueblos de la regi‚n fue el ma•z, recientes investigaciones tienden a demostrar que el complemento alimentario de los mesoamericanos, particularmente de los

Mesoam€rica grupos mayas, el que les permiti‚ sostener poblaciones muy numerosas, sobre todo durante el per•odo clŠsico, y muy particularmente en la regi‚n sur de Mesoam€rica en donde se concentraron importantes multitudes (Tikal, CopŠn, Calakmul), fue la Manioca, tambi€n llamada Yuca, un tub€rculo con alto contenido calor•fico del que se prepara una harina muy nutritiva, que hasta la fecha es parte integrante de la dieta de las diversas poblaciones que viven en la regi‚n maya y tambi€n en la cuenca del mar Caribe.[26] La siguiente referencia establece el cultivo de yuca en la cultura maya, hace 1400 a‰os en Joya de Cer€n (El Salvador).[27] Otro cultivo y alimento importante fue el cacao: de su semilla se obtiene una pasta para elaborar una bebida (chocolate o xocolatl en nŠhuatl) preparada con agua.

Caracter‚sticas de la civilizaci•n mesoamericana Paul Kirchoff, al mismo tiempo que delimit‚ el Šrea mesoamericana en t€rminos geogrŠficos, propuso una serie de caracter•sticas que defin•an a las culturas de la regi‚n y que eran comunes a todas ellas. Entre esos rasgos culturales, not‚ el uso de dos calendarios, uno ritual de 260 d•as, y otro de 365 d•as. La numeraci‚n con base veinte y la escritura pictogrŠfica-jerogl•fica, el sacrificio humano, el culto a ciertas divinidades (entre las que sobresalen los cultos a las divinidades del agua, el fuego y la Serpiente Emplumada), y varios elementos mŠs. Los anteriores son rasgos culturales mŠs o menos compartidos por todos los pueblos de la Mesoam€rica precolombina. Si bien Paul Kirchhoff dio una definici‚n general de Mesoam€rica, actualmente la noci‚n va mŠs allŠ de simplemente criterios materiales (cultivo de ma•z, empleo de algod‚n, polite•smo, etc.), e incluye aspectos culturales que se originaron a partir de las primeras sociedades sedentarias. Christian Duverger argumenta que la mŠxima expresi‚n de la civilizaci‚n mesoamericana fue la cultura mexica. Sin embargo, esta perspectiva ha sido combatida por otros autores (como L‚pez Austin, L‚pez LujŠn y Florescano), quienes sostienen que la civilizaci‚n mesoamericana es el resultado de la participaci‚n de mŒltiples pueblos con diferentes creencias. A pesar de la diversidad €tnica, Mesoam€rica alcanz‚ un grado de relativa homogeneidad gracias a los contactos existentes entre las diferentes regiones por virtud de los intercambios comerciales o las campa‰as militares.

Calendario de 260 d‚as V€ase tambi€n: Calendario maya

El calendario de 260 d•as el cual era llamado Xihuitl o civil, agrupado en 13 meses de 20 d•as, al cual se le daba el nombre de Tonalpohualli entre los pueblos centrales, Tzolkin entre los mayas y Pije entre los zapotecas., cuyo inicio fue a partir del 1200ˆa.ˆC., refleja la evoluci‚n del uso de la medici‚n del tiempo, no s‚lo para saber qu€ d•as hay que cultivar, qu€ celebraciones religiosas se deb•an de realizar, cuŠl era el movimiento de los astros; sino que tambi€n era usado con fines adivinatorios y de establecimiento de los diversos destinos de los hombres. Los nombres usados para identificar tanto los d•as como los meses y los a‰os en el mundo mesoamericano proviene en gran parte de la visi‚n mŠgico‚religiosa que tuvieron los habitantes de Mesoam€rica del medio natural con el cual conviv•an a principios del per•odo PreclŠsico Temprano: animales, flores, los astros y la muerte. La presencia de este calendario estŠ en todas las zonas culturales mesoamericanas: desde los olmecas, la regi‚n de Oaxaca, la zona Maya y el Altiplano Central.

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Escritura gl‚fica La escritura gl•fica y su estudio han pasado por diversas etapas. Desde un principio se discuti‚ si el sistema gl•fico mesoamericano (excluyendo el sistema maya) era una muestra de un sistema de signos que expresaban ideas, principalmente religiosas. Un sistema C‚dice Nuttal. Todos los pueblos de la antigua que no utiliza la fon€tica. En relaci‚n con el uso de elementos Mesoam€rica desarrollaron sistemas de escritura. Sin pictogrŠficos y su relaci‚n con los iconos, la escritura embargo, dado que su naturaleza es completamente mesoamericana siempre manej‚ una gran variedad de significados, diferente de la escritura fon€tica occidental, muchos no s‚lo una visi‚n art•stica, sino tambi€n religiosa y cultural. Los ling‹istas no la consideran como una verdadera escritura. glifos comprenden personajes, animales, elementos calendŠricos, top‚nimos de lugares, entre otros, que estŠn presentes en todas las culturas mesoamericanas, incluso en Teotihuacan, donde las imŠgenes son bellas y elaboradas art•sticamente. Los glifos que predominan son los pictogrŠficos e ideogrŠficos. La utilidad de la escritura entre los mesoamericanos fue variada: sirvi‚ para permitir la interpretaci‚n de las se‰ales enviadas por los astros en relaci‚n con el nombre y destino de las personas. Otro uso fue para la explicaci‚n tanto de los mitos e historias de los pueblos, que eran plasmados en los glifos, tanto en piedras o en papel. Este trabajo era realizado por los sacerdotes, quienes eran los Œnicos que pod•an comprender las imŠgenes. Pero un aspecto muy importante de la escritura fue que era usada por los gobernantes para legitimar su poder. La mesoamericana fue una escritura plasmada en monumentos pŒblicos, pinturas murales, estelas y estructuras piramidales, que dan a toda persona comŒn una simple explicaci‚n del poder de sus se‰ores, una especie de propaganda.

Ofrendas a la tierra El enterrar ricas ofrendas en los centros ceremoniales, proviene desde los tiempos del inicio del sedentarismo de los grupos otrora n‚madas. Delimitar el espacio ceremonial y territorial para establecer un orden c‚smico en la tierra, para justificar el dominio de las clases gobernantes hacia el resto de la sociedad. Una alabanza a los dioses primigenios: el viejo fuego proveniente de los volcanes, y la Madre‚Tierra. Ofrendas que son demostradas a todo individuo perteneciente a una sociedad mesoamericana a trav€s de un tŒmulo de tierra, que con el tiempo se transforma en las construcciones monumentales de tipo piramidal. Las ofrendas son importantes para el centro ceremonial: dan el poder ideol‚gico y religioso. De ah• que los saqueos de ofrendas, signifique algo mŠs que la bŒsqueda de riquezas: el debilitar y erradicar ese poder•o religioso y pol•tico al centro ceremonial.

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Sacrificios humanos El acto del sacrificar tiene un gran significado religioso‚pol•tico. El sacrificio significa la renovaci‚n de la energ•a c‚smica divina. Los dioses dieron la vida al hombre, sacrificando la suya propia. El hombre deberŠ de entregar su vida para mantener el orden divino establecido. La sangre significa la vida en la creencia mesoamericana: la sangre humana es el l•quido que satisface la sed de los dioses (en este caso el dios Sol), la sangre tiene parte de la sangre de los dioses. Con la sangre se revitaliza no s‚lo a las divinidades, sino tambi€n a la tierra, las plantas y los animales (por ejemplo, al Šguila y al jaguar). La sangre es como el agua, necesaria para la vida terrenal y la vida celestial.[cita•requerida]

Tzompantli o Muro de calaveras. Estos monumentos rememoran a las personas que fueron sacrificadas para mantener el movimiento (y la vida) de las dos fuerzas c‚smicas principales: la luz y la oscuridad.

Y esta obligaci‚n de revitalizar el orden c‚smico se ve reflejada en las sociedades mesoamericanas a trav€s de las imŠgenes que evocan el sacrificio: Šguilas y jaguares devorando corazones humanos; la presencia de c•rculos de jade o chalchihuites que representan corazones; imŠgenes que a la vez reflejan petici‚n de lluvia y a la vez petici‚n de sangre, con un mismo prop‚sito: reponer la energ•a divina; la presencia de plantas y flores que simbolizan a la vez a la naturaleza y a la sangre brotando vida.[cita•requerida] •Qu€ importancia tiene el sacrificio en los aspectos sociales y religiosas de las culturas mesoamericanas? Primero, la presencia de la muerte convertida en dios. La muerte es la consecuencia del sacrificio del hombre, pero no es el fin: es la continuaci‚n del ciclo c‚smico. La muerte genera vida, la energ•a divina es liberada tras la muerte y regresada a los dioses, para que €stos generen nueva vida. Segundo, justifica la guerra, ya que en esta actividad se obtienen los sacrificios mŠs valiosos: los guerreros que poseen la energ•a necesaria para fortalecer a los dioses en sus constantes actividades divinas. La captura de prisioneros y la guerra se convierten a la vez en un medio de ascensi‚n en la escala social, y se convierte en un juego divino. Tercero, justificar el control del poder real, de dos sectores de las sociedades mesoamericanas: los sacerdotes, que controlan la ideolog•a religiosa; y los guerreros, que suministran los sacrificios a las ceremonias a trav€s de la guerra y la conquista de territorios (con sus tributos correspondientes).[cita•requerida]

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Polite‚smo La gran extensi‚n del pante‚n mesoamericano se dio gracias a la incorporaci‚n de elementos ideol‚gicos‚religiosos nuevos a la primigenia religi‚n: Fuego‚Tierra‚Agua‚Naturaleza. La importante incorporaci‚n de las divinidades astrales (sol, estrellas, constelaciones, Venus) y su representaci‚n en esculturas antropomorfas, zoomorfas, tambi€n antropozoomorfas y formas de objetos cotidianos. Las cualidades de los dioses y sus atributos fueron cambiando a trav€s del tiempo y de la influencia cultural de otros grupos mesoamericanos. Dioses que a la vez son tres entes c‚smicos diferentes y a la vez son solo uno. La religi‚n mesoamericana tiene una caracter•stica importante: la existencia del dualismo entre las divinidades. El enfrentamiento entre polos opuestos: positivo, ejemplificado con la luz, lo masculino, la fuerza, la guerra, el sol, etc.; y lo negativo, la oscuridad, lo femenino, el sedentarismo, la paz, la luna, etc.[cita•requerida]

Sistema dualista de pensamiento

Estatua de TlŠloc, divinidad mesoamericana de la lluvia. Fue encontrada en Coatlinchan, Estado de M€xico, y llevada al Museo Nacional de Antropolog•a de M€xico. Cuando era transportada, por la ciudad, comenz‚ un aguacero de proporciones memorables.

Hay que entender por pensamiento dualista la capacidad que tienen los ind•genas de pensar los contrarios bajo una modalidad Œnica, y el esp•ritu mesoamericano estŠ marcado por €ste, tanto en la religi‚n y la pol•tica como en las creencias populares y los comportamientos cotidianos. Este pensamiento nace de la superposici‚n de los nahuas y los aut‚ctonos, es decir, de una fusi‚n cultural entre ambos; existen un sinnŒmero de manifestaciones en torno a este tipo de pensamiento, pero solamente se tomarŠn los ejemplos mŠs representativos: el nagualismo y el juego de pelota. Nagualismo Se conoce como nagualismo o nahualismo la capacidad que tiene el ser humano de recubrirse con un aspecto animal, o la prŠctica del Nahual. Esta palabra se le da por un lado a la encarnaci‚n animal de un hombre y por el otro al hombre que tiene el poder de encarnarse en ese animal, pero lo que hay en el fondo de esta creencia es la afirmaci‚n de que se puede ser hombre y animal a la misma vez; ademŠs, es estrictamente individual no como en el totemismo que tiene un valor colectivo. Existen nahualli muy conocidos como el jaguar y el Šguila; tambi€n de animales mŠs modestos como el perro, el armadillo, el tlacuache, etc.

El xoloitzcuintle es uno de los naguales del dios Quetzalc‚atl. Bajo esta forma, ayuda a los muertos a cruzar el Chicnahuapan, un r•o que separa el mundo de los vivos del de los muertos.

Dentro del arte prehispŠnico, el nahualismo ha recibido diversas formas de interpretaci‚n, la primera forma es poco entendible para nosotros, ya que se tiene la impresi‚n de estar frente a un armadillo o a un jaguar, pero en realidad lo que representa es un nahualli de un dios o un soberano. La segunda forma se presenta mŠs directa, el hombre y su doble se representan juntos como una criatura antropozoomorfa, es decir, una parte de humano ya sea la cabeza, los brazos; y una parte de animal como pueden ser patas, pico, cola, etc. El nahualismo es una idea t•pica de Mesoam€rica por la

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que se designa exclusivamente a la relaci‚n hombre-animal. Juego de pelota El juego de pelota es uno de los rasgos culturales mŠs importantes de Mesoam€rica. No se trata de un deporte aunque por su nombre la mayor•a de las veces es asociado a este t€rmino. Hay que entenderlo como un rito y el terreno donde se juega estŠ siempre ubicado entre centros ceremoniales. Este juego ten•a una esencia c‚smica, a €ste se le relacionaba con el movimiento solar y con el movimiento del universo; dicho movimiento se representaba con la ayuda de la pelota, la cual era de hule endurecido que lo sacaban de la savia de la higuera; utilizaban principalmente este material por la capacidad de rebotar. En el juego exist•an muchas reglas, pero €stas cambiaban segŒn las regiones donde se practicaba. Hab•a uno en donde solamente se pod•a jugar con las manos, otro en que empleaban las caderas y los codos, o bien uno en el que se utilizaba solamente un bast‚n o bate. Para cada tipo exist•an diferentes terrenos: uno con banquetas para que la pelota rebotara a la altura de la cadera, otro con el suelo removido. En general todos los campos ten•an la forma de I y en los extremos se pod•a encontrar cabezas de aves como en CopŠn o grandes anillos por los cuales ten•a que pasar la pelota, como en Xochicalco. El juego de pelota conclu•a con un sacrificio humano, lo que no se sabe es si el sacrificado era el capitŠn del equipo ganador o del perdedor.

Juego de pelota de Xochicalco. El juego de pelota o tlachtli era una ceremonia ritual, que dramatizaba el movimiento de los astros. Los ganadores de la contienda eran sacrificados a los dioses, para ellos era un honor.

Medicina En cuanto al saber mesoamericano, se lo puede encontrar en dos principales ejes: el esp•ritu mŠgico y el esp•ritu l‚gico, los cuales, a pesar de ser distintos, coexist•an. En el Šmbito de la medicina se ten•an dos escuelas: una de tradici‚n chamŠnica; entendiendo por chamŠn a un sacerdote curandero que se ocupaba de ciertas enfermedades, la mŠs frecuente de ellas era la p€rdida del alma. El chamŠn recurr•a para la recuperaci‚n de sus pacientes a los psicotr‚picos (peyote, tabaco, frijoles rojos cargados de mezcalina) y a las manipulaciones mŠgicas (encantamientos, ofrendas). La otra medicina consist•a de un saber pragmŠtico. En Mesoam€rica hab•a curanderos que sab•an tratar las fracturas, curar y vendar heridas; e incluso se practicaban ciertas intervenciones obst€tricas. AdemŠs, tambi€n curaban con plantas o bien utilizando el principio activo de la aspirina, que para este tiempo ya conoc•an y extra•an de la corteza del sauce.

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Matemƒticas Las matemŠticas no eran entre los mesoamericanos simples nŒmeros, sino que se les daba un valor y un contenido simb‚lico gracias al pensamiento dualista. El sistema matemŠtico mesoamericano era vigesimal, es decir, constaba de una base 20 y los nŒmeros se representaban por medio de puntos que val•an uno y barras que le daban un valor de 5. Este tipo de representaci‚n se combinaba con una numerolog•a simb‚lica: el 2 se relaciona con el origen, pues todo origen se toma como desdoblado; el 3 con el fuego dom€stico; el 4 ligado a las cuatro esquinas del universo; el 5 expresando la inestabilidad; el 9 hace referencia al mundo subterrŠneo, y a la noche; el 13 es el nŒmero de la luz; el 20 de la plenitud y el 400 del infinito. Una de las grandes contribuciones a las matemŠticas, sobre todo Numeraci‚n maya. Los sistemas de numeraci‚n de los mexicas, fue la invenci‚n del Nepohualtzitzin que es un mesoamericanos se basaban en el nŒmero veinte. Cada Šbaco utilizado para realizar operaciones aritm€ticas de manera nŒmero de la serie ten•a una connotaci‚n mŠgica, que ten•a repercusiones en el destino de los seres humanos. rŠpida. El dispositivo, fabricado con madera, hilos y granos de ma•z, tambi€n es conocido como "computadora azteca". Los mayas fueron la primera civilizaci‚n de Mesoam€rica y de muchas otras regiones que tuvo el nŒmero cero como concepto matemŠtico.

Astronom‚a Por lo que respecta a la astronom•a, €sta nace con la observaci‚n de los astros y de la construcci‚n simb‚lica de la vida c‚smica. Los mesoamericanos comprendieron que el cielo se organizaba mediante ciclos regulares originando una sucesi‚n de estaciones y fen‚menos astron‚micos. Asociaban figuras como animales, plantas, con la diferentes constelaciones. Los conocimientos astron‚micos se fueron acumulando a lo largo de milenios. Este proceso tiene su culminaci‚n con la invenci‚n del calendario (cuyas ra•ces se encuentran en el per•odo PreclŠsico Medio), apoyado tanto en la observaci‚n de los astros, como en las matemŠticas: "Los mesoamericanos prefirieron construir un calendario mŠs abstracto, basado en las correlaciones entre los distintos c‚mputos, de estructura mŠs aritm€tica que astron‚mica. Por ejemplo sorprende que hayan preferido el a‰o de 360 d•as 18 meses 2 d•as al a‰o de 365 d•as de la cuenta larga mayaƒ. (Duverger 1999: 71).

Espacio-tiempo simb•lico Estos dos t€rminos lo asocian a los cuatro puntos cardinales, el espacio y el tiempo son ligados al calendario, asegurando as• la rotaci‚n de cualidades que tiene el espacio. Es decir, en Mesoam€rica, una fecha o un acontecimiento siempre estaba vinculado a una direcci‚n del universo y el calendario expresa una topograf•a simb‚lica caracter•stica peculiar de este per•odo. Los d•as estaban asociados, segŒn su nombre, a un punto cardinal que les confer•a un significado mŠgico. ‘ Los signos del oriente son: cocodrilo, serpiente, agua, ca‰a, movimiento. Al oriente se asocian la idea de fecundidad vegetal o, en otras palabras, la exuberancia tropical; tambi€n se le vincula con el mundo de los sacerdotes. ‘ Los signos del norte son: viento, muerte, perro, jaguar, pedernal. Este punto contrasta con el oriente porque simb‚licamente es Šrido, fr•o y opresivo. Se le considera como la parte nocturna del universo, como la morada de los muertos. El perro (xoloitzcuintle) aqu• tiene un significado muy singular, ya que es el que acompa‰a al difunto

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durante el viaje y le hace cruzar el r•o de ultratumba que lo conduce hacia la nada. ‘ Los signos del oeste son: casa, venado, mono, Šguila, lluvia. Es un rumbo asociado con el ciclo de vegetaci‚n, espec•ficamente con el ecosistema de tierras altas templadas, con lluvia delgada y cambio de estaciones. ‘ Los signos del sur son: conejo, lagartija, hierba seca, zopilote, flor. Se relaciona por un lado con el Sol luminoso y caliente del medio d•a, por el otro con la lluvia repleta de bebida alcoholizada. El conejo, s•mbolo principal, estŠ asociado con los agricultores y el pulque. Con esto se puede decir que una caracter•stica mesoamericana es la geograf•a simb‚lica, la cual se refiere a zonas imaginarias y no a lugares en espec•fico; si no fuera as•, entonces los signos no se aplicar•an a Mesoam€rica en general, sino que existir•an un gran nŒmero para cada zona topogrŠfica.[cita•requerida]

Territorio y centros ceremoniales Los centros ceremoniales son el eje de las poblaciones de Mesoam€rica. ’stos determinan la existencia del urbanismo, que no es mŠs que una porci‚n del espacio que caracteriza a los centros ceremoniales, que a su vez constituyen el coraz‚n del espacio sagrado. Estos centros tienen como funci‚n orientar el espacio y transmitir la orientaci‚n al espacio que los rodea. Las ciudades con su centro ceremonial constitu•an siempre la entidad pol•tica y cada hombre se pod•a identificar segŒn la ciudad en que viv•a.

El Micaohtli, en Teotihuacan. Las ciudades mesoamericanas estŠn orientadas con respecto a ciertos puntos notables de observaci‚n astron‚mica.

"No hay hombre tribal, el etnocentrismo natural de los pueblos hace que prŠcticamente todos se autodesignen como los hombres. Por otra parte la pluralidad €tnica de Mesoam€rica no permite asociar una etnia y un territorio; as• la ciudad es la que crea la identidad: ser mexica significa habitar en M€xico; ser zapoteco en ZapotlŠn". (Duverger, 1996: 77) Los centros ceremoniales siempre eran construidos para ser vistos. Las pirŠmides eran construcciones que sobresal•an del resto de la ciudad, para manifestar a sus dioses y sus capacidades. Otro rasgo caracter•stico de los centros ceremoniales son los sedimentos hist‚ricos. Toda construcci‚n ceremonial era construida en varias fases constructivas, una sobre la otra, de suerte que lo que se observa en la actualidad suele ser la Œltima etapa de la construcci‚n. En pocas palabras los centros ceremoniales son la traducci‚n arquitect‚nica de la identidad de cada ciudad proyectada en la veneraci‚n a sus dioses y amos.

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Viaje al mƒs allƒ Se conceb•an en Mesoam€rica varios tipos de mŠs allŠ y por ende se practicaban varios tipos de funerales: simples o mŒltiples, fosas, cŠmaras mamposteadas, urnas, etc. AdemŠs de esto tambi€n practicaban la cremaci‚n, pero hoy se sabe que segŒn el rango social que ocupara una persona, o el tipo de muerte que se tuviera, eran ambos factores los que determinaban el tipo de entierro. Con todo esto se llegaba a la idea de un viaje post m‚rtem, en el que la tumba era el punto de partida al mŠs allŠ. Los mesoamericanos cre•an en tres destinos: el viaje celeste en el que solamente se encontraban los que hab•an muerto en el campo de batalla, en la piedra de sacrificios o las mujeres muertas en el parto. Este destino se conoc•a como Cincalco (casa del ma•z). El segundo era el viaje al inframundo que consist•a en una peregrinaci‚n subterrŠnea que conducir•a a los muertos al extremo norte del mundo. Este lugar se llamaba MictlŠn (lugar de los muertos). El tercer destino era el viaje hacia el para•so del sol, que se encontraba con direcci‚n este. Se trataba de un sitio dominado por el sol, y en nŠhuatl se le daba el nombre de Tonatiuhichan (casa del sol). En cada entierro se ten•a que colocar alimento y bebidas depositados en utensilios de barro para que el muerto se pudiera alimentar durante el viaje; tambi€n se colocaban mŠscaras para protegerlos del fr•o. Una reminisencia de estas creencias se advierte en la actualidad en que todav•a algunos ind•genas colocan pesos entre los dedos del difunto para poder cubrir los viŠticos durante el camino.[cita•requerida].

K'inich K'an B'alam II, en una estela de Palenque. Este tipo de monumentos pŒblicos fue muy comŒn en toda Mesoam€rica, y ten•an por objeto, conmemorar sucesos notables o haza‰as de la clase dominante.

Arte pol‚tico-religioso La expresi‚n art•stica estaba condicionada por la ideolog•a, que mezclaba tanto la religi‚n como el poder; gran parte de las obras que sobrevivieron a la conquista fueron monumentos pŒblicos. Este tipo de arte fue hecho principalmente para ser visto, el cual constitu•a la clave para la cuenta del tiempo, la grandeza de la ciudad y la veneraci‚n de los dioses. Existe, ademŠs de €ste, otro tipo de arte prehispŠnico que tiene que ver con el aspecto oculto; se diferencia del primero en cuanto no puede ser observado sino que su valor estŠ en lo que representa, por ejemplo, la vasijas de barro que eran utilizadas en los entierros o las caras invisibles de estatuas. El arte quedaba en el anonimato, ya que nunca se encontr‚ alguna firma del que lo realizaba; ademŠs, se dec•a que era un arte abstracto, pero no refiri€ndose a la ausencia de la expresi‚n figurativa, sino en el sentido de que estŠ desconectado de cualquier referencia naturalista. Aparte de todo esto, al arte precortesiano se le consideraba tambi€n hiperintelectual, capaz de liberarse de toda obligaci‚n realista. Siguiendo con esta idea surgen dos observaciones: la primera se refiere a la imagen austera que la arqueolog•a le ha designado: por lo regular se ten•a una preferencia hacia las cosas nobles, objetos de colecci‚n o atesoramiento; y a las piedras se les consideraba perecederas al tiempo por lo que no eran tan apreciadas, aunque si bien es cierto esto Œltimo es esencial para los centros ceremoniales mesoamericanos.[cita•requerida]

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Cronolog‚a La complejidad de los desarrollos paralelos de los diversos pueblos mesoamericanos es un factor que ha llevado a los especialistas a plantearse la pertinencia de una Œnica cronolog•a para toda Mesoam€rica. Esta realidad compleja, tanto en el tiempo como en el espacio, puede dar alguna luz acerca de la diversidad de cronolog•as que han aparecido para abordar diacr‚nicamente el devenir de la civilizaci‚n mesoamericana. Las primeras tentativas de periodizaci‚n para la regi‚n aparecen en el siglo XIX, con el asombro de los viajeros estadounidenses y europeos ante los restos olvidados de las antiguas ciudades mesoamericanas €especialmente las del Žrea Maya€. La cronolog•a mŠs comŒn para la historia mesoamericana divide a la historia precolombina de esta regi‚n del mundo en tres grandes per•odos, el PreclŠsico, el ClŠsico y el PosclŠsico. Esta periodizaci‚n ha sido criticada por varios autores,[28] especialmente porque tiene su origen en una analog•a entre la cronolog•a empleada para la Antigua Grecia y el proceso civilizatorio que tuvo lugar en Mesoam€rica antes de la llegada de los espa‰oles.[29]

Diversas especies de ma•z criollo. El Estado y toda la civilizaci‚n mesoamericana se encuentran vinculados con el cultivo de este cereal, cuya mayor variedad de especies se ha encontrado en el Šrea mesoamericana.

A pesar de las cr•ticas, la periodizaci‚n tradicional para Mesoam€rica es de amplio uso en el mundo acad€mico, aunque las fechas y caracterizaciones de cada uno de los tres grandes per•odos pueden variar un poco. Aqu• se ha elegido la periodizaci‚n que aparece en El pasado hist‚rico, obra de Alfredo L‚pez Austin y Leonardo L‚pez LujŠn.[30] Dicha cronolog•a apunta al desarrollo de la cerŠmica mŠs antigua como hito inicial de la civilizaci‚n mesoamericana (siglo XXVˆa.ˆC.) y se‰ala como su conclusi‚n la conquista de la Am€rica Media por parte de los espa‰oles en la tercera d€cada del siglo XVI. Hay que enfatizar que las fechas son aproximadas y no s‚lo pueden tomarse como una aproximaci‚n. Cada una de las regiones que constituyen a Mesoam€rica y cada uno de sus pueblos tuvo una historia particular cuyos procesos espec•ficos dif•cilmente podr•an ser captados por una cronolog•a, que es s‚lo un modelo interpretativo.[31]

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Historia Per‚odo Preclƒsico Mesoam€rica comienza un prolongado proceso de sedentarizaci‚n plena a partir del siglo XXVIˆa.ˆC., aunque la agricultura €que fue la base de la econom•a de todos los pueblos mesoamericanos y el factor principal que favoreci‚ su sedentarismo€ fue descubierta varios milenios antes.[32] Se toma como comienzo de la civilizaci‚n mesoamericana la aparici‚n de la cerŠmica, cuyos vestigios mŠs antiguos corresponden a los hallazgos de Puerto Marqu€s (en la costa de estado de Guerrero, siglo XXVIˆa.ˆC.)[33] y a la fase Purr‚n del Valle de TehuacŠn (centro de M€xico, siglo XXIVˆa.ˆC.).[34] Estos tempranos testimonios de la tecnolog•a cerŠmica en Mesoam€rica €que ademŠs son fuente de controversia entre los especialistas[35] € concentrados s‚lo en algunos sitios como los se‰alados, han motivado entre algunos autores la opini‚n de que la aparici‚n de estos materiales se debe probablemente a un v•nculo entre los pueblos de la costa del Ecuador y los primeros mesoamericanos.[36] De acuerdo con la cronolog•a adoptada en este art•culo, el per•odo al que se hace alusi‚n se divide en tres grandes etapas: PreclŠsico Vasija de la cultura Capacha, procede de AcatitŠn, Temprano (ss. XXV-XV/XIIˆa.ˆC.), PreclŠsico Medio (ss. Colima. [37] XII-IVˆa.ˆC.) y Tard•o (ss. IVˆa.ˆC.-IIˆd.ˆC.). Durante la primera etapa, se generaliza la manufactura de la cerŠmica en toda la regi‚n, se consolid‚ la agricultura del ma•z y otras hortalizas y dio inicio un proceso de estratificaci‚n social que concluye con la aparici‚n de las primeras sociedades estratificadas en la costa del golfo de M€xico y el Pac•fico de Guatemala. En el preclŠsico temprano, la cultura Capacha fue un motor importante en el proceso civilizador mesoamericano, y su alfarer•a alcanz‚ una amplia difusi‚n. Hacia el a‰o 1500ˆa.ˆC., las culturas de Occidente entraron en una fase recesiva, acompa‰ada por su asimilaci‚n entre los pueblos que hab•an sostenido relaciones con ellas. De este modo, surgieron Tlatilco en el valle de M€xico y la cultura Olmeca, en el Golfo. Tlatilco fue uno de los principales centros de poblaci‚n mesoamericanos de la €poca. Se especializaba en la explotaci‚n de los recursos del lago de Texcoco y la agricultura del ma•z. Algunos autores suponen que Tlatilco fue fundada y habitada por los antepasados de los actuales otom•es. Por otro lado, los olmecas hab•an entrado en una fase expansiva, que los llev‚ a construir las primeras obras de arquitectura monumental en La Venta y San Lorenzo. Los olmecas intercambiaban productos tropicales de su Šrea nuclear, y controlaban los yacimientos minerales de Guerrero y Morelos, donde establecieron varios enclaves como TeopantecuanitlŠn y AtlihuayŠn. Su influencia se hizo sentir en Nicoya, Costa Rica y toda el Šrea Maya. El impulso de la cultura olmeca alcanz‚ a sus vecinos del sureste y Oaxaca, y contribuy‚ a las primeras fases culturales de KaminaljuyŒ y San Jos€ Mogote. Esta Œltima poblaci‚n cedi‚ la hegemon•a en el altiplano oaxaque‰o a Monte AlbŠn hacia final del preclŠsico medio. Por esa misma €poca, en el Baj•o, florec•a la cultura de Chup•cuaro, mientras en el Golfo, los olmecas entraban en declive. Entre lo grandes hitos culturales que marcaron el preclŠsico Medio se encuentra el desarrollo de los primeros sistemas de escritura y la numeraci‚n vigesimal en el Šrea nuclear olmeca y Monte AlbŠn. Durante este per•odo, las sociedades mesoamericanas eran sociedades estratificadas. Los v•nculos entre los diferentes centros de poder hab•an permitido la consolidaci‚n de €lites regionales que controlaban la explotaci‚n de los recursos y el trabajo de las clases campesinas. La diferenciaci‚n social se basaba en la posesi‚n de ciertos conocimientos t€cnicos, como la

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astronom•a, la escritura, y el comercio. AdemŠs, en el preclŠsico medio, dio inicio el proceso de urbanizaci‚n que defini‚ a las sociedades del clŠsico. Algunos nŒcleos de poblaci‚n como Tlatilco, Monte AlbŠn y Cuicuilco habr•an de florecer en la Œltima etapa del PreclŠsico, mientras que las poblaciones olmecas se contrajeron y dejaron de ser protagonistas en el Šrea. Hacia el final del per•odo posclŠsico, la hegemon•a pol•tica y comercial de la regi‚n se traslad‚ a los nŒcleos de poblaci‚n localizados en el valle de M€xico. Alrededor del lago de Texcoco exist•an varias aldeas que terminaron por convertirse en verdaderas ciudades, como las ya mencionadas Tlatilco y Cuicuilco. La primera se localizaba en la ribera norte del lago, mientras que la segunda se ubicaba en las faldas de la serran•a del Ajusco. Tlatilco manten•a fuertes relaciones con las culturas del Occidente, en tanto que Cuicuilco controlaba el comercio con el Žrea Maya, Oaxaca y la costa del Golfo. La rivalidad entre ambas habr•a de concluir con la declinaci‚n de la primera. Por otro lado, en Monte AlbŠn, en la zona oaxaque‰a, los zapotecos hab•an comenzado un desarrollo cultural independiente de los olmecas, reelaborando los elementos de esa cultura y adquiriendo caracter•sticas propias. En el altiplano de Guatemala, KaminaljuyŒ avanzaba tambi€n en direcci‚n de lo que ser•a la cultura maya El Acr‚bata, pieza de cerŠmica procedente de Tlatilco, clŠsica, aunque sus v•nculos con el Centro y el Golfo segu•an Estado de M€xico marcando las pautas de los comienzos de esa cultura. En todas las regiones de Mesoam€rica, con excepci‚n de Occidente, donde hab•a arraigado la tradici‚n de las Tumbas de Tiro, las ciudades se enriquecieron con construcciones monumentales realizadas sobre planos urban•sticos que sorprenden por su complejidad. De esta fecha datan la pirŠmide circular de Cuicuilco, la plaza central de Monte AlbŠn y la pirŠmide de la Luna en Teotihuacan. Cerca del a‰o 0, Cuicuilco hab•a desaparecido, y la hegemon•a en la cuenca de M€xico hab•a pasado a Teotihuacan. Los dos primeros siglos de la era cristiana fueron el per•odo en el que la Ciudad de los dioses habr•a de consolidarse como la mayor ciudad de la milenaria Mesoam€rica y su principal centro pol•tico, econ‚mico y cultural en los siguientes siete siglos. Olmecas Durante muchos a‰os, la cultura olmeca fue considerada la cultura madre de Mesoam€rica, debido a la gran influencia que ejerci‚ en toda la regi‚n. Sin embargo, desde las perspectivas mŠs recientes, esta cultura es considerada mŠs como un proceso al que contribuyeron todos los pueblos contemporŠneos y que cristaliz‚ en las costas de Veracruz y Tabasco. AŒn es muy discutida la identidad €tnica de los olmecas. Basados en las evidencias ling‹•sticas, los arque‚logos y antrop‚logos se inclinan a suponer que se trataba de un pueblo hablante de una lengua otomangueana; o mŠs probablemente, de los antepasados del actual pueblo zoque que viven en el norte de Chiapas y Oaxaca. SegŒn esta segunda hip‚tesis, los grupos zoqueanos habr•an emigrado hacia el sur tras

Principales sitios de la cultura olmeca

la ruina de los principales centros de poblaci‚n en la llanura del Golfo. Sea como sea, los portadores de la cultura olmeca llegaron al sotavento unos 8 mil a‰os a.C., introduci€ndose como una cu‰a en la franja de pueblos

Mesoam€rica protomayas que habitaban la costa, hecho que explicar•a la separaci‚n de los huastecos del norte de Veracruz del resto de los pueblos mayances localizados en la pen•nsula de YucatŠn y Guatemala. La cultura olmeca representa un hito en la historia mesoamericana, en la medida en que varias de las caracter•sticas que definen a la regi‚n aparecen con esta cultura. Entre otros, se pueden citar la organizaci‚n estatal, el desarrollo del calendario ritual de 260 d•as y el civil de 365, el primer sistema de escritura, la planificaci‚n urbana y el carŠcter multi€tnico de sus poblaciones. El desarrollo de esta cultura comienza alrededor del siglo XIVˆa.ˆC., aunque se consolida hasta el siglo XIIˆa.ˆC. Sus principales sitios fueron La Venta donde se encontraron las cabezas colosales (Ver aqu• cabezas colosales [38]), San Lorenzo y Tres La pirŠmide de La Venta, Tabasco, posiblemente la mŠs Zapotes en el Šrea nuclear. Sin embargo, en toda antigua de Mesoam€rica. Mesoam€rica numerosos sitios presentan evidencia arqueol‚gica de ocupaci‚n olmeca, especialmente en la cuenca del r•o Balsas, donde se localiza TeopantecuanitlŠn. Este sitio es sumamente enigmŠtico, pues estŠ fechado varios siglos antes que las principales poblaciones del Golfo, hecho que no ha dejado de causar controversia y la hip‚tesis que sugiere que el origen de la cultura olmeca ocurri‚ en esta regi‚n. Entre las expresiones culturales mŠs conocidas de esta cultura se encuentran las cabezas colosales, esculpidas en monolitos de hasta tres metros de altura, con un peso de varias toneladas. Si se tiene en cuenta que los sitios en donde fueron localizados distan varias decenas de kil‚metros de las canteras donde se obtiene el basalto, y que los pueblos mesoamericanos carec•an de herramientas de fierro, la lapidaria olmeca es una verdadera proeza. Se desconoce cuŠl era la funci‚n de estos monumentos. Algunos autores proponen que se trataba de monumentos conmemorativos de jugadores de juego de pelota que hab•an sido excepcionalmente notables, o bien, que son retratos de miembros de la €lite gobernante olmeca. Los olmecas tambi€n son conocidos por sus peque‰as tallas en jade (el material mŠs apreciado de Cabeza olmeca, La Venta Mesoam€rica), y otras tallas en basalto de dimensiones menores. Tanto las figurillas y la escultura olmeca abundan en representaciones del hombre-jaguar, que segŒn Jos€ Mar•a Covarrubias, puede ser un antecedente del culto a la deidad de la lluvia, o quizŠ sea un ancestro del futuro Tezcatlipoca, en su advocaci‚n de Tepeyolohtli, el Coraz‚n del Monte. Se desconoce a ciencia cierta cuŠles fueron los motivos de la decadencia olmeca. Se la asocia con conflictos pol•ticos entre las €lites de los principales centros de poder, y con la invasi‚n de otros pueblos. Como se ha dicho, los zoques podr•an ser descendientes de los olmecas, expulsados del Šrea nuclear. Sin embargo, no se descarta que algunos grupos hayan llegado al valle de Oaxaca, a las tierras altas mayas o a la cuenca central de M€xico, donde contribuyeron al desarrollo de las culturas zapoteca y maya, y al apogeo de Teotihuacan en el per•odo clŠsico.

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Per‚odo Clƒsico El per•odo clŠsico de Mesoam€rica abarca de los a‰os 200 al 900ˆd.ˆC. La fecha de conclusi‚n puede variar en cada regi‚n: por ejemplo, en el Centro de M€xico estŠ relacionado con la ca•da de los centros regionales del per•odo epiclŠsico, hacia el a‰o 900; en el Golfo, con el declive de El Taj•n, en el a‰o 800; en el Šrea Maya, con el abandono de las ciudades de las tierras altas en el siglo IX; y en Oaxaca, con la desaparici‚n de Monte AlbŠn hacia el a‰o 850. Normalmente, el clŠsico mesoamericano es caracterizado como la etapa en que las artes, la ciencia, el urbanismo, la arquitectura y la organizaci‚n social alcanzaron su cŒspide. Esto es cierto, pero no lo es menos el hecho de que se trat‚ de una €poca dominada por la presencia de Teotihuacan en toda la regi‚n, y que la competencia entre los diferentes estados mesoamericanos provocaba continuas guerras.

Plaza central de Monte AlbŠn, ciudad construida en la cima de un cerro que domina los Valles Centrales de Oaxaca.

Esta etapa de la historia mesoamericana se divide en dos fases. La primera es conocida como ClŠsico Medio, y abarca del a‰o 200 al 600ˆd.ˆC. La segunda es el ClŠsico Tard•o, que va del 600 al 800/900ˆd.ˆC. La primera etapa estuvo dominada por Teotihuacan. De hecho comienza con la pol•tica expansionista de esta ciudad, que la llev‚ a controlar las principales rutas comerciales de Mesoam€rica. Durante este tiempo, se consolida el proceso de urbanizaci‚n que tiene su origen en los dos Œltimos siglos del per•odo preclŠsico temprano. Los principales centros de la €poca son Monte AlbŠn, Tikal y Calakmul, y desde luego Teotihuacan, que concentraba el 80 por ciento de los 200 mil habitantes de la cuenca del lago de Texcoco. Las ciudades de esta etapa se caracterizan por su carŠcter cosmopolita, es decir, por su composici‚n multi€tnica, que implicaba la convivencia en un mismo nŒcleo de poblaci‚n de varias lenguas, prŠcticas culturales y gente proveniente de las mŠs diversas regiones. Se intensificaron las alianzas pol•ticas entre las €lites regionales, casi todas ellas aliadas a Teotihuacan. Asimismo, la diferenciaci‚n social se hizo mŠs evidente, una peque‰a clase dominante imperaba sobre la mayor parte de la poblaci‚n, que estaba obligada a pagar tributos y participar en la construcci‚n de obras pŒblicas, como los sistemas de riego, los edificios religiosos, y las v•as de comunicaci‚n. El crecimiento de las ciudades no se puede explicar sin el avance de las t€cnicas agr•colas y la intensificaci‚n de las redes de comercio que involucraron no s‚lo a los pueblos de Mesoam€rica, sino a las lejanas culturas de Oasisam€rica. Las artes de Mesoam€rica en este tiempo alcanzan algunos de sus picos mŠs refinados. Especialmente notables son las estelas Templo 2 de Tikal, Guatemala. mayas, exquisitos monumentos conmemorativos de los sucesos relacionados con los linajes de las ciudades de las tierras altas. En Teotihuacan, por otro lado, la arquitectura hac•a grandes avances: en esta ciudad se defini‚ el estilo clŠsico de la construcci‚n de basamentos piramidales, constituidos por unidades de talud-tablero. El estilo arquitect‚nico teotihuacano fue repetido y reelaborado en diferentes ciudades, a lo largo de toda Mesoam€rica, los ejemplos mŠs claros son la capital zapoteca de Monte AlbŠn y la ciudad de Tikal, en el Pet€n guatemalteco. Siglos mŠs tarde, mucho tiempo despu€s del abandono de

Mesoam€rica Teotihuacan, los pueblos del posclŠsico seguir•an los patrones constructivos de Teotihuacan, especialmente en Tollan-Xicocotitlan, Tenochtitlan y Chich€n ItzŠ. Fueron muchos los avances cient•ficos en esta etapa. Los mayas hab•an llevado a su mŠxima expresi‚n el calendario y la numeraci‚n que hab•an heredado de los olmecas. El uso de la escritura se generaliz‚ en toda Mesoam€rica, aunque era una actividad sagrada y s‚lo practicada por los sacerdotes. Sobre la base del viejo sistema de escritura olmeca, otros pueblos desarrollaron la suya propia, siendo los casos mŠs notables los de la cultura ‰ui‰e y los zapotecos de Oaxaca. La observaci‚n astron‚mica se convirti‚ en un asunto de la mŠs vital importancia por su relaci‚n con la agricultura, base econ‚mica de la sociedad mesoamericana. El per•odo clŠsico temprano concluye con el declive de Teotihuacan. Este hecho permiti‚ el florecimiento de centros regionales de poder que compet•an por el dominio de las rutas comerciales y la explotaci‚n de los recursos del medio ambiente. De esta manera dio inicio el per•odo ClŠsico Tard•o, que algunos autores llaman EpiclŠsico. Como se ha dicho, se trata de un per•odo de fragmentaci‚n pol•tica, en el que ninguna ciudad ten•a la hegemon•a total. En este per•odo ocurren varios reacomodos de poblaci‚n, derivados de las incursiones de grupos aridoamericanos y norte‰os, que empujaron a los viejos pobladores de Mesoam€rica hacia el sur. A esto, hay que sumar las migraciones de pueblos sure‰os que terminar•an por establecerse en el Centro de M€xico, como los olmeca-xicalanca, procedentes de la pen•nsula de YucatŠn y fundadores de Cacaxtla y Xochicalco. En el Šrea Maya, Tikal, la ciudad que hab•a sido aliada de Teotihuacan, acompa‰‚ a la metr‚poli en su decadencia. Lo mismo aconteci‚ con Calkmul. En su lugar, emergieron las ciudades de Palenque, CopŠn y YaxchilŠn. ’stas y otras ciudades-estado de la regi‚n se enfrentaron en sangrientas guerras que ser•an la ruina de la civilizaci‚n maya clŠsica. Hacia el final del per•odo tard•o, los mayas hab•an abandonado la cuenta del tiempo en el calendario de Cuenta Larga, y muchas de sus ciudades fueron incendiadas y abandonadas a la selva. Mientras tanto, en Oaxaca, Monte AlbŠn conoc•a su per•odo de mayor Mural de la Batalla, en Cacaxtla, Tlaxcala. esplendor, aunque finalmente sucumbir•a hacia el siglo IX, por razones que todav•a son desconocidas. Su suerte no fue muy diferente de otras ciudades como La Quemada o en el norte, Teotihuacan en el centro: fue incendiada y abandonada. En el Œltimo siglo del per•odo clŠsico, la hegemon•a en el valle de Oaxaca se hab•a trasladado a Lambityeco, unos kil‚metros al oriente. Como queda dicho, hacia el final del clŠsico tard•o numerosos pueblos del norte penetraron en el coraz‚n de Mesoam€rica, y hab•an llegado para quedarse. Entre estos pueblos ven•an los nahuas, que ser•an fundadores de las ciudades de Tollan-Xicocotitlan y Tenochtitlan, las dos capitales mŠs importantes del per•odo posclŠsico.

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Mesoam€rica Teotihuacan La ciudad de los dioses, tal cual es el significado de Teotihuacan en lengua nŠhutal, tuvo sus inicios hacia el final del per•odo preclŠsico. De sus fundadores no se sabe nada a ciencia cierta, aunque se supone que los otom•es tuvieron un papel importante en el desarrollo de la ciudad, como en la cultura arcaica del valle de M€xico, representada por Tlatilco. En sus inicios, Teotihuacan compiti‚ con Cuicuilco por la hegemon•a en la cuenca. Para esta batalla pol•tica y econ‚mica, Teotihuacan se apoyaba en su control de los yacimientos de obsidiana de la sierra de las Navajas, en el actual estado de Hidalgo. Tampoco se ha determinado la causa de Principales sitios asociados a la ciudad de Teotihuacan. la declinaci‚n de Cuicuilco, pero se sabe, en cambio, que buena parte de sus antiguos pobladores se trasladaron a Teotihuacan unos a‰os antes de la erupci‚n del Xitle, que sepult‚ la aldea sure‰a bajo la lava. Una vez sin competencia en la ribera sur del lago, Teotihuacan conoci‚ una fase de expansi‚n que la llev‚ a ser una de las mayores ciudades de su tiempo, no s‚lo en Mesoam€rica, sino en el mundo entero. En su crecimiento, atrajo a la inmensa mayor•a de los habitantes del valle en la €poca. Los teotihuacanos eran sumamente dependientes de la actividad agr•cola, principalmente del ma•z, el frijol y la calabaza, la tr•ada agr•cola mesoamericana. Sin embargo, su hegemon•a pol•tica y econ‚mica estaba basada en dos productos extranjeros, sobre los cuales ten•a el monopolio: la cerŠmica Anaranjado, producida en el valle Poblano-Tlaxcalteca, y los yacimientos minerales de la sierra hidalguense. Ambos eran art•culos muy apreciados en toda Mesoam€rica, y eran intercambiados por mercanc•a suntuaria y de primera necesidad, proveniente de lugares tan lejanos como Nuevo M€xico o Guatemala. Por ello, Teotihuacan se convirti‚ en el nodo de la red comercial mesoamericana. Como aliados ten•a a Monte AlbŠn y Tikal en el sureste, Matacapan en la costa del golfo, Altavista en el norte, y Tingambato en el occidente. Los teotihuacanos refinaron el pante‚n mesoamericano, cuyos or•genes datan de los tiempos olmecas. especial importancia tuvieron los cultos de Quetzalc‚atl y TlŠloc, deidades agr•colas. Los intercambios comerciales propiciaron la difusi‚n de estos cultos entre las sociedades mesoamericanas, que los retomaron para reelaborarlos luego. Se pensaba que la sociedad teotihuacana desconoc•a la escritura, pero como demuestra Duverger, la escritura teotihuacana lleva a un punto extremo la pictograf•a, que provoca una confusi‚n entre escritura y pintura. La ca•da de Teotihuacan estŠ asociada a la emergencia de Vista de la Calzada de los Muertos desde la PirŠmide de la Luna. Teotihuacan, Estado de M€xico. ciudades-estado en los confines del Šrea Centro de M€xico. Se sospecha que €stas florecieron debido al declive de Teotihuacan, aunque es muy posible que haya ocurrido lo contrario: que las ciudades de Cacaxtla, Xochicalco, Teotenango y El Taj•n hayan cobrado fuerza primero, y luego estrangularan a Teotihuacan, atrapada en el centro de la cuenca y sin acceso a las rutas comerciales. Esto ocurri‚ hacia el a‰o 600ˆd.ˆC., y aunque la poblaci‚n sigui‚ ocupada un siglo y medio mŠs, finalmente fue destruida y abandonada por sus pobladores, que se refugiaron en sitios como CulhuacŠn y Azcapotzalco, en las orillas del lago de Texcoco.

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Mayas del Clƒsico Los mayas fueron creadores de una de las culturas mesoamericanas mŠs conocidas y estudiadas. Algunos autores como Michael D. Coe opinan que la cultura de los mayas es por completo diferente del resto de los pueblos mesoamericanos. Sin embargo, muchos de los elementos culturales presentes en los mayas son comunes al resto de Mesoam€rica, como el uso de dos calendarios, la numeraci‚n vigesimal, el cultivo de ma•z, los sacrificios humanos y ciertos mitos como el Quinto Sol, o cultos, como del de la Serpiente Emplumada y la deidad de la lluvia, que en maya se llama Chaac.

Mapa de ubicaci‚n del pueblo maya y sus principales sitios

Los inicios de la cultura maya se remontan al desarrollo de KaminaljuyŒ, en el per•odo preclŠsico medio. Sin embargo, sus rasgos mŠs conspicuos no surgen sino hasta el primer siglo de la era cristiana, y aparecen €segŒn algunos autores€ como herederos de los olmecas del golfo que hab•an emigrado hacia las tierras altas de Chiapas y Guatemala. La evidencia arqueol‚gica indica que los mayas no formaron nunca un Estado unido; mŠs bien, estaban organizados en peque‰os cacicazgos que se hac•an la guerra mutuamente. De hecho, L‚pez Austin y L‚pez LujŠn se‰alan que si algo caracteriz‚ a los mayas del clŠsico fue su gran belicosidad. Probablemente fueron un pueblo con mayor vocaci‚n guerrera que lo teotihuacanos, y esto vendr•a a echar por tierra la imagen de una sociedad pac•fica y entregada a la contemplaci‚n religiosa que se tiene corrientemente de los mayas. Desde luego, practicaron el sacrificio humano y el canibalismo ritual, como lo confirman los murales de Bonampak, una de sus ciudades mŠs importantes en el per•odo clŠsico. La aparici‚n de las grandes ciudades mayas fue tard•a en comparaci‚n con el resto de Mesoam€rica. En contraste, el desarrollo de la escritura y el calendario fueron bastante precoces, y algunos de los monumentos conmemorativos mŠs antiguos proceden de sitios localizados en la regi‚n. Hace algunos a‰os, los arque‚logos supon•an que las zonas arqueol‚gicas de los mayas s‚lo hab•an fungido como centros Bajorrelieve en el museo de Palenque, Chiapas ceremoniales, y que la poblaci‚n llana viv•a en aldehuelas ubicadas alrededor de ellos. Sin embargo, las excavaciones mŠs recientes indican que los sitios mayas contaban con servicios urbanos tan complejos como los de Teotihuacan (drenaje, acueductos, pavimentos). La construcci‚n de estos sitios se realiz‚ sobre la base de una sociedad altamente estratificada, dominada por la clase sacerdotal, que al mismo tiempo era la €lite pol•tica.

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Esta €lite controlaba la agricultura, que se practicaba mediante el sistema de roza - tumba y quema; y, como en el resto del Šrea mesoamericana, impon•a a los estratos mŠs bajos de la poblaci‚n impuestos en especie y en mano de obra, que permitieron concentrar recursos suficientes para la construcci‚n de los monumentos pŒblicos que legitimaban el poder y la estratificaci‚n de la sociedad. Durante el per•odo clŠsico, la €lite pol•tica maya sostuvo fuertes lazos con Teotihuacan, Tras la ca•da de Teotihuacan, Tikal tambi€n entr‚ en recesi‚n, y su poder•o pas‚ a manos de otras ciudades localizadas en la ribera del r•o Usumacinta, como Piedras Comalcalco, Tabasco. Construcciones mayas en ladrillo Negras, Palenque. Sin embargo, algo que contradice el cocido del per•odo clŠsico. dominio militar teotihuacano en Tikal, es el hecho de que el apogeo de construcci‚n en Tikal, es despu€s del 700 DC, cuando TeotihuacŠn cay‚. Finalmente, parece que la gran sequ•a que azot‚ Centroam€rica en el siglo IX dio al traste con el sistema pol•tico maya, hecho que ocasion‚ revueltas populares y el derrocamiento de los grupos dominantes. Muchas ciudades fueron abandonadas y de ellas no se volvi‚ a saber hasta el siglo XIX, cuando se intensific‚ la exploraci‚n arqueol‚gica y, en buena medida, los descendientes de los mayas condujeron a los arque‚logos estadounidenses y europeos hasta las ciudades que la selva se hab•a tragado.

Periodo Epiclƒsico Luego del ocaso de Teotihuacan se origin‚ una fuerte inestabilidad pol•tica entre las diversas sociedades del Altiplano Central, las cuales de forma directa o indirecta estaban controladas e influenciadas por Teotihucan. Entre el 650 y el 1000 hubo un periodo de transici‚n de centros regionales de poder de •ndole militarista que dominaron entidades pol•ticas menores y que consolidaron las caracter•sticas posteriores del PosclŠsico. En este periodo se configuran en definitiva algunas sociedades eminentemente hostiles, militaristas, que rompen la estabilidad impuesta por la hegemon•a teotihuacana con el resultado de movimientos demogrŠficos de importancia en la regi‚n. En este periodo se desarrollaron urbes como Cacaxtla, Xochicalco, Tula Chico, Cantona y Cholula.

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Per‚odo Posclƒsico El per•odo PosclŠsico abarca el per•odo comprendido entre el a‰o 900 y la conquista de Mesoam€rica por los espa‰oles, ocurrida entre 1521 y 1697. Se trata de un per•odo donde la actividad militar cobra gran importancia. Las €lites pol•ticas asociadas a la clase sacerdotal fueron relevadas de su cargo por los grupos guerreros. A su vez, por lo menos medio siglo antes de la llegada de los espa‰oles, los guerreros iban cediendo sus posiciones de privilegio a un grupo muy poderoso que nada ten•a que ver con la estructura nobiliaria, los pochtecas, comerciantes que se hicieron con gran poder pol•tico en virtud de su poder econ‚mico.[39] El per•odo posclŠsico se divide en dos partes. La primera es el posclŠsico temprano, que abarca los siglos X al XIII, y es caracterizdo por la hegemon•a tolteca de Tollan-Xicocotitlan (Tula). El siglo XII marca el inicio de la etapa tard•a del posclŠsico, que inicia con la llegada de los pueblos chichimecas, emparentados ling‹•sticamente con los toltecas y los mexicas que llegaron a establecerse en el valle de M€xico en el a‰o 1325, luego de una larga peregrinaci‚n de dos siglos desde AztlŠn, un sitio del que se desconoce su ubicaci‚n precisa. Muchos de los cambios Vasija tipo c‚dice, de la cultura mixteca. Procede de XayacatlŠn, Puebla sociales que se observan en este per•odo final de la civilizaci‚n mesoamericana estŠn relacionados con los movimientos migratorios de los pueblos norte‰os. Estos pueblos proven•an de Oasisam€rica, Aridoam€rica y la zona Norte de Mesoam€rica, empujados por un cambio climŠtico que amenazaba su subsistencia. Las migraciones de los norte‰os provocaron a su vez, el desplazamiento de pueblos asentados desde siglos en el Šrea nuclear mesoamericana; algunos de ellos llegaron hasta Centroam€rica. Fueron numerosos los cambios culturales que ocurrieron en este tiempo. Uno de ellos fue la generalizaci‚n de la metalurgia, que lleg‚ importada desde Sudam€rica, y cuyos restos mŠs antiguos proceden, como los de la cerŠmica, del Occidente. El conocimiento de los metales por parte de los pueblos mesoamericanos no alcanz‚ un gran desarrollo. MŠs bien, su uso fue muy limitado (algunas pocas hachas de cobre, agujas, y sobre todo adornos corporales). Las t€cnicas mŠs refinadas de la metalurgia mesoamericana fueron desarrolladas por los mixtecos, que produjeron art•culos suntuarios exquisitamente trabajados. Tambi€n la arquitectura vio notables avances. Se introdujo el uso de clavos arquitect‚nicos para sostener los recubrimientos de los templos, fue mejorado el mortero para la construcci‚n, se introdujo el uso de columnas y techos de piedra, que s‚lo hab•an sido empleados en el Šrea Maya durante el clŠsico. En la agricultura, los sistemas de riego se hicieron mŠs complejos; y en el valle de M€xico, en especial, la t€cnica de las chinampas fue llevada a su mŠxima expresi‚n por los mexicas, que construyeron sobre ellas una ciudad de 200 mil habitantes.

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El sistema pol•tico enfrent‚ tambi€n transformaciones importantes. Durante el posclŠsico temprano, las €lites pol•ticas con vocaci‚n guerrera se legitimaban por medio de su adhesi‚n a un complejo de creencias religiosas que L‚pez Austin llama zuyuanidad. SegŒn esto, las clases dirigentes se proclamaban a s• mismas descendientes de la Serpiente Emplumada, una de las potencias creadoras y h€roe cultural en la mitolog•a mesoamericana. Asimismo, se declaraban herederas de una ciudad no menos m•tica, llamada Tollan en nahua, y ZuyuŠ en maya (de donde toma el nombre el complejo descrito por L‚pez Austin). Muchas de las capitales importantes del per•odo se identificaban con este top‚nimo (como Tollan-Xicocotitlan, Tollan Chollollan, Tollan Teotihuacan).

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Vista actual de las chinampas de Xochimilco, en el Distrito Federal

Aunque por mucho tiempo se identific‚ a la Tollan del mito, con la Tula de Hidalgo, Enrique Florescano y L‚pez Austin se‰alan que no hay raz‚n para ello. El primero dice que la Tollan m•tica es Teotihuacan, y el segundo argumenta que Tollan es parte del imaginario religioso de los mesoamericanos. Otra de las caracter•sticas del complejo zuyuano es la formaci‚n de alianzas entre diferentes ciudades-estado, dominadas por grupos afines a la ideolog•a zuyuana; tal es el caso de la Liga de MayapŠn en YucatŠn, o la confederaci‚n mixteca de Ocho Venado en la sierra oaxaque‰a. Estas sociedades del posclŠsico temprano se caracterizaron por su carŠcter militar y por su composici‚n multi€tnica. Sin embargo, la ca•da de Tollan-Xicocotitlan puso en jaque el sistema zuyuano, que finalmente concluy‚ con la disoluci‚n de la Liga de MayapŠn, el Estado mixteco y el abandono de Tula. Mesoam€rica recibi‚ nuevas migraciones del norte, y aunque los grupos reci€n llegados estaban emparentados con los antiguos toltecas, ten•an una ideolog•a por completo diferente. Los Œltimos en llegar fueron los mexicas, que se establecieron en un islote del lago de Texcoco bajo dominio de los tecpanecas de Azcapotzalco. Este grupo habr•a de sojuzgar en las d€cadas siguientes una buena parte de Mesoam€rica, conformando un Estado unitario y centralizado que s‚lo tuvo como rival a los tarascos de MichoacŠn. Nunca unos pudieron vencer a los otros, y parece que hubo una especie de pacto de no agresi‚n entre ambos pueblos.

Atlantes de Tula, en Hidalgo

A la llegada de los espa‰oles, muchos pueblos sometidos a los mexicas ya no deseaban seguir bajo su dominio. Por ello, aprovecharon la oportunidad propuesta por los europeos y los apoyaron, pensando que de esta manera quedar•an en libertad. Mexicas QuizŠ, junto con la maya, la mŠs conocida de las culturas mesoamericanas de la €poca precolombina sea la mexica. Esto se debe, entre otras cosas, a que su Estado era el mŠs poderoso y rico de la regi‚n, a costa de la explotaci‚n de los pueblos perif€ricos. Cuando los espa‰oles consumaron la conquista de M€xico, muchos misioneros se preocuparon en rescatar el testimonio cultural de los pueblos nahuas, y por ello el cŒmulo de informaci‚n que se tiene de ellos es el mŠs importante en extensi‚n y calidad. Los mexicas eran un pueblo que proced•a del norte o el occidente de Mesoam€rica: AztlŠn. Los nayaritas dicen que la m•tica AztlŠn estŠ ubicada en la isla de MexcaltitŠn. Algunas hip‚tesis se‰alan que pudo haber estado localizada en algŒn punto del estado de Zacatecas, otras se‰alan que AztlŠn estŠ ubicado en las inmediaciones del Cerro

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CuliacŠn en el Baj•o, e incluso se ha propuesto que se encuentra en Nuevo M€xico. De cualquier manera, no parece probable que los mexicas fueran un pueblo ajeno a la tradici‚n mesoamericana clŠsica. De hecho, compart•an muchas caracter•sticas con los pueblos del Šrea nuclear. Se trataba de un pueblo de habla nŠhuatl, la misma que hablaban los toltecas y chichimecas que los antecedieron en su llegada.[cita•requerida] Se calcula que la salida de AztlŠn debi‚ ocurrir en las primeras d€cadas del siglo XII, esto con base en el documento conocido como Tira de la Peregrinaci‚n, un c‚dice donde se se‰alan los hechos notables de la migraci‚n, con fechas en calendario nahua. Tras mucho peregrinar, llegaron a la cuenca del valle de M€xico en el siglo XIV. Se establecieron en varios puntos de la ribera del lago (CulhuacŠn, TizapŠn) antes de establecerse en el islote de M€xico, protegidos por Tezoz‚moc, rey de los tecpanecas. La ciudad de Tenochtitlan fue fundada en el a‰o de 1325, como una ciudad aliada de Azcapotzalco. Sin embargo, apenas un siglo mŠs tarde (1430), los mexicas, aliados con Texcoco y Tlacopan, hicieron la guerra a Azcapotzalco y la derrotaron. Fue as• como naci‚ la Triple Alianza , que sustituy‚ a la antigua confederaci‚n regida por los tecpanecas (que inclu•a a Coatlinchan y CulhuacŠn). Al frente de la Triple Alianza, los mexicas dieron inicio a una fase expansionista que los llev‚ a controlar buena parte de Mesoam€rica. S‚lo quedaron libres los se‰or•os de Tlaxcala (nahua), MeztitlŠn (otom•), TeotitlŠn del Camino (cuicateco), Tututepec (mixteco), Tehuantepec (zapoteca), el Šrea maya y el Occidente (regido por sus rivales los tarascos). Las provincias sometidas ten•an la obligaci‚n de pagar un tributo a Tenochtitlan, que estŠ registrado en otro c‚dice conocido como Matr•cula de los tributos. Este documento especifica la cantidad y el g€nero de productos que cada provincia deb•a entregar a los mexicas.

Escena de la conquista de M€xico, ocurrida en el a‰o de 1521

El Estado mexica fue conquistado por los espa‰oles de HernŠn Cort€s y sus aliados tlaxcaltecas y zempoaltecas en 1521. La ca•da total de Mesoam€rica se consum‚ en 1697, cuando Tayasal, en el Pet€n, fue tomada tard•amente por los espa‰oles. La conquista espa‰ola vino a interrumpir brutalmente la vida de todas las culturas mesoamericanas, destruyendo sin respeto los testimonios mŠs importantes de aquellos pueblos ind•genas: templos, estatuas, c‚dices y obras de arte con gran valor. En la actualidad s‚lo una porci‚n de la cultura de aquellos pueblos cuenta con testimonios materiales para hablar de s• mismos ante el mundo contemporŠneo. Los mesoamericanos inventaron distintas formas de escritura, destacando los glifos de los mixtecos y nahuas, estos representaban ideas y cosas. En ellos se registraban fechas, lugares, personas, nŒmeros y conocimientos sobre el hombre y la naturaleza. Una escritura mŠs avanzada fue creada por los mayas, sus glifos representaban palabras, sonidos y nŒmeros. Los mesoamericanos fueron grandes observadores, estudiaron los astros y sus movimientos, el sol y las estaciones, el tiempo de lluvias, los d•as, los meses y a‰os en que ocurriŠn los acontecimientos astrales, esto les permiti‚ elaborar dos tipos de calendarios: el solar y el Tonalpohualli. Los mayas crearon el C‚dice Dresde, escrito en el siglo XIII, es el libro astron‚mico mŠs importante sobreviviente de la cultura mesoamericana. Cultivaron ciencias como la medicina, la botŠnica, la zoolog•a, matemŠticas, geograf•a, astronom•a y ecolog•a. Desarrollaron habilidades en las artesan•as como la orfebrer•a. Pero el legado mŠs importante que dejaron a la humanidad las culturas mesoamericanas fueron tal vez sus tradiciones agro-gastron‚micas: el cultivo y uso del ma•z, tomate, frijol, calabaza, chile, cacao, aguacate, amaranto y otros productos que hoy conoce el mundo entero. Descubrieron los mesoamericanos muchas plantas curativas que todav•a en la actualidad se usan. A esta parte de la medicina se le llama herbolaria.

Mesoam€rica En las artesan•as, se distinguen en nuestros d•as los tejidos y los bordados utilizados para decorar los vestidos; y, todav•a en nuestros d•as, podemos encontrar sombreros, bolsas y tapetes que son tejidos con ramas de la palma y del henequ€n.

V€ase tambi€n ‘ Aridoam€rica ‘ Regi‚n mesoamericana ‘ Ciencia en Mesoam€rica

Referencias y notas [1] : OCDE (Organizaci‚n para la Cooperaci‚n y el Desarrollo Econ‚mico) (2006). 48/0,2340,en_33873108_33873610_36222192_1_1_1_1,00.html (en ingl€s) OECD Territorial Reviews: The Mesoamerican region: Southeastern Mexico and Central America (http:/ / www. oecd. org/ document). OECD Governance series , vol. 2006, no. 5, pp.1‚202 (OCDE edici‚n en l•nea edici‚n). Paris: Organisation for Economic Co-operation and Development. ISSN 1608-0246 (http:/ / worldcat. org/ issn/ 1608-0246). ISBN 92-64-02191-4. OCLC 67114707 (http:/ / worldcat. org/ oclc/ 67114707). 48/0,2340,en_33873108_33873610_36222192_1_1_1_1,00.html. [2] Kirchhoff, 1943. [3] En este caso se encuentran obras como L‚pez Austin y L‚pez LujŠn (1996), en la que los autores aclaran que adoptan estos nombres por comodidad. [4] El mayista Michael D. Coe (1996) destaca a tal grado las particularidades de la cultura maya que podr•a parecer que cuando se refiere a "M€xico" estŠ hablando de una realidad muy distinta a la de la zona maya, aunque ambos formaron parte de Mesoam€rica. [5] Cfr. Palerm (1972), L‚pez Austin y L‚pez LujŠn (1996), Duverger (1994). [6] Litvak, 1985: 374-375. [7] Por ƒrea cultural los antrop‚logos sociales entienden una zona geogrŠfica donde se presenta una continuidad de rasgos culturales compartidos por varios pueblos. La idea central tras este postulado €desarrollado entre otros por Melville Herskovits, Clark Wissler y Alfred Kroeber€ era que la presencia o ausencia de ciertos elementos pod•a emplearse para definir y clasificar a los pueblos a trav€s de su cultura. La explicaci‚n de la presencia de un mismo rasgo entre varios grupos €tnicos era, para los antrop‚logos de esa corriente culturalista la difusi‚n. El concepto cay‚ en desuso despu€s de las cr•ticas formuladas contra €l, especialmente porque no prove•a elementos para sostener que era mŠs probable la difusi‚n que la invenci‚n independiente (Barfield (ed.), 2000: 75. [8] Kroeber, 1939 [1947]: 109-130. [9] Boehm de Lameiras, 1986: 13. [10] Boehm de Lameiras, 1986: 15. [11] En ese sentido, se pueden se‰alar las propuestas de Enrique Nalda, muy acordes con el esquema marxista y orientadas a la organizaci‚n econ‚mica y pol•tica de los mesoamericanos. Nalda (1981) dividi‚ la historia mesoamericana en dos grandes per•odos: la comunidad primitiva y la transformaci‚n a formaciones estatales. Pi‰a Chan (1976) tambi€n enfatiz‚ las caracter•sticas de la base econ‚mica de las sociedades mesoamericanas y llev‚ el inicio de la historia de Mesoam€rica hasta la aparici‚n del ser humano en las tierras de M€xico. Duverger (2007) propone un enfoque controvertido y minoritario en el que el nivel de avance de la „nahuatlizaci‚nƒ de Mesoam€rica define cinco grandes per•odos en el desarrollo de esta civilizaci‚n. [12] ••Atlas del M€xico prehispŠnico••: 47. [13] ••Atlas del M€xico prehispŠnico••: 67. [14] Carmack et al., 1996, cap. II. [15] Kocyba, 2001: 65-88. [16] Carmack et al., 1996: cap. II. [17] Wright, 1994: 381. [18] Lastra de SuŠrez, 2006: 35-36. [19] Garc•a Cook, 1997: 40-43. [20] Benz, 1991: 20, 22-23. [21] Barros y Buenrostro, 1997: 6-15. [22] En el mito mexica, tanto la humanidad como su alimento son producto de sucesivas perfecciones. En la era actual nuestra especie tiene en el ma•z la materia de su carne, y su semilla es el centli, es decir, el ma•z. Los seres humanos de las eras cosmol‚gicas anteriores tambi€n tuvieron su semilla. Bajo el Sol de Jaguar, los hombres no cultivaban la tierra; bajo el Sol de Viento com•an acocentli; la era del Sol de Lluvia tuvo como alimento acecentli y el Sol de Agua fue la era del teocintle. [23] El Popol Vuh de los quich€s dice que:Entonces fueron molidos el ma•z amarillo, el ma•z blanco, y Antigua Ocultadora hizo nueve bebidas. El alimento se introdujo [en la carne], hizo nacer la gordura, la grasa, se volvi‚ la esencia de los brazos, [del los mŒsculos del hombre. As• hicieron los Procreadores, los Engendradores, los Dominadores, los Poderosos del Cielo, como se dice. Inmediatamente fue [pronunciada] la

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Mesoam€rica Palabra de Construcci‚n, de Formaci‚n de nuestras primeras madres, [primeros] padres; solamente mazorcas amarillas, mazorcas blancas, [entr‚ en] su carne: Œnica alimentaci‚n de las piernas, de los brazos del hombre. Tales fueron nuestros primeros padres, [tales] fueron los cuatro hombres construidos: ese Œnico alimento [entr‚] en su carne (Popol Vuh: parte 25). [24] En numerosas hachas de jade y otras piedras semipreciosas, los artistas olmecas plasmaron un personaje que aparece con los caracter•sticos labios felinos, pero se distingue de otras divinidades porque tiene una hendidura en la cabeza (Taube, 2007: 43-45). [25] Caso, 1996: 65. [26] •C‚mo se alimentaron las multitudes mayas? (http:/ / www. menendezymenendez. com/ 2007/ 09/ cmo-se-alimentaron-las-multitudes-mayas. html) [27] [*University of Colorado at Boulder, (2007) "CU-Boulder Archaeology Team Discovers First Ancient Manioc Fields In Americas" (http:/ / www. colorado. edu/ news/ releases/ 2007/ 305. html), press release August 20, 2007, accessed August 29, 2007. [28] Entre los cr•ticos a la cronolog•a tradicional de Mesoam€rica se encuentran especialistas como los estadounidenses Eric Wolf (1959) y John Paddock (1963); los mexicanos RomŠn Pi‰a ChŠn (1976) y Enrique Nalda (1981); y el franc€s Christian Duverger (2007). [29] Para abundar sobre este punto puede revisarse la cr•tica de Duverger, para quien la cronolog•a tradicional no carece de un fuerte sustrato de apriorismo, esencializando el per•odo ClŠsico de los mayas como un tiempo de paz y gobiernos teocrŠticos, a las culturas del PreclŠsico como atrasadas y a las del PosclŠsico como bŠrbaras y decadentes (Duverger, 2007: 176). [30] L‚pez Austin y L‚pez LujŠn, 2001: 69-71. Esta cronolog•a es similar a la que aparece en otros trabajos mexicanos sobre arqueolog•a mesoamericana, como el de Jos€ Luis Lorenzo Bautista (1965) o el Atlas hist‚rico de Mesoam€rica (Manzanilla y L‚pez LujŠn, 1989). [31] Sobre este punto, los autores de la cronolog•a elegida para este art•culo se‰alan lo siguiente: Al menos, plantearemos una disyuntiva preocupante derivada de los razonamientos arriba expuestos. Un criterio basado en el desarroollo evolutivo llevar•a a una divisi‚n cronol‚gica por Šreas culturales que, al ser integrado en una visi‚n general de Mesoam€rica, ofrecer•a desfases considerables. Por el contrario, un criterio de carŠcter hist‚rico permitir•a uniformar los per•odos, pero exigir•a formas novedosas de interpretaci‚n hist‚rica, tanto de la superŠrea como de sus Šreas constitutivas. [...Elegimos la periodizaci‚n mŠs popular] mŠs por conveniencia y por costumbre que por convicci‚n, pero sin atribuir a esta clasificaci‚n un sentido evolutivo unilineal (L‚pez Austin y L‚pez LujŠn, 2001: 68-69). [32] Es probable que el primer cultivo desarrollado en Mesoam€rica haya sido la calabaza (Cucurbita pepo), que aparece entre materiales correspondientes al final del Cenol•tico (siglo LXˆa.ˆC.). A la calabaza seguir•a el desarrollo del ma•z (Zea mays), el frijol (Phaseolus vulgaris) y el chile (Capsicum annuum), cultivos que aparecieron por primera vez en los siguientes 2000 a‰os en lugares tan distantes como la Cueva de la Perra (Tamaulipas) o el Valle de TehuacŠn en Puebla (L‚pez Austin y L‚pez LujŠn, 2001: 27). [33] Brush, 1965. [34] McNeish, 1967. [35] No todos los mesoamericanistas aceptan la validez de los testimonios de la cerŠmica en estos dos sitios. Por ejemplo, Duverger (2007) se‰ala que estos descubrimientos no pasan de ser pedazos de arcilla que no resistieron el contacto con el agua. Menos radical, Niederberger (2005) se‰ala que la ambig‹edad de las asociaciones estratigrŠficas, en el primer caso [el de Puerto Marqu€s], y la inconsistencia general de la definici‚n de la fase Purr‚n, en el segundo, llevan a pensar que el problema del origen de la alfarer•a en la Am€rica media estŠ lejos de haber sido resuelto. En efecto, los conjuntos cerŠmicos que corresponden a las epocas siguientes presentan ya un elevado grado de complejidad. [36] Una de las mŠs antiguas culturas con cerŠmica en la Am€rica precolombina fue la llamada cultura Valdivia, que toma su nombre de la localidad del mismo nombre €localizada en la costa ecuatoriana del Pac•fico, al norte del golfo de Guayaquil€ donde Emilio Estrada encontr‚ el que por mucho tiempo fue el principal yacimiento correspondiente a este complejo cultural. Los materiales de la cultura Valdivia han sido fechados en el cuarto milenio antes de la era cristiana (Bisof y Viteri, 2006). [37] L‚pez Austin y L‚pez LujŠn, 2001: cuadro 1.2. [38] http:/ / www. conexiondigital. org/ panoramicas/ olmeca/ index. htm [39] Le‚n-Portilla, Miguel (1995). Toltecƒyotl: aspectos de la cultura nƒhuatl (http:/ / books. google. com. mx/ books?id=MdxVAAAAMAAJ& q="pochtecas"+ + + "poder+ econ“”mico"& dq="pochtecas"+ + + "poder+ econ“”mico"& hl=es& ei=cdhmTaWGF4y6sAP7oc2mBA& sa=X& oi=book_result& ct=result& resnum=4& ved=0CDIQ6AEwAw). M€xico: Fondo de Cultura Econ‚mica. pp.ˆ295. ISBN 968-16-0611-6. . Consultado el 24 de febrero de 2011. •Ve•a despu€s al jefe de pocthecas o mercaderes, hombre de gran poder econ‚mico y consiguientemente de gran fuerza pol•tica.–

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Enlaces externos ‘ ‘ ‘ ‘ ‘ ‘ ‘

Portal:Mesoam€rica. Contenido relacionado con Mesoam€rica.

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Fuentes y contribuyentes del art•culo

Fuentes y contribuyentes del art‚culo Mesoam€rica ˆFuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=44501244 ˆContribuyentes: -Lalo-, .Sergio, 3coma14, 4lex, Addicted04, Agguizar, Airunp, Albireo3000, Ale flashero, Alfonsobouchot, Alhen, Angel GN, Antur, Aprendiz68, Authenticmaya, A—ipni-Lovrij, Banfield, Bedwyr, BlackBeast, Boninho, Bonnot, Brutal666, BuenaGente, CJLL Wright, Calamarwo, Camilo, Carlos Casta‰eda Gir‚n, Ciberprofe, Cinabrium, Conexiondigital, Correogsk, DJ Nietzsche, Danakil, Dangelin5, David0811, Davius, Dferg, Dhidalgo, Diegusjaimes, Digigalos, Dn. Q., Doctor C, Dodo, Dreitmen, Eduardosalg, Efeg€, El Comandante, EllinikŠ, Er Komandante, Erfil, Ev, Felipe.bachomo, FrancoGG, Gengiskanhg, HUB, Huhsunqu, Humbefa, Humberto, Ignacio Icke, Irbian, Isha, Ivanmartinez, Jaontiveros, Javierito92, Jjvaca, Jkbw, Jorge c2010, JosueVR, Juan Miguel, Jugones55, Karol llanos, Kauderwelsch, Klav963, Korndrad, Kved, L'Am€ricain, La basura10, Laloptk, Lucien leGrey, Lumilyhty, Mafores, Magister Mathematicae, Makete, Manw˜, Marb, Marvelshine, Matdrodes, Maulucioni, Menymen, Mitrush, Montgomery, Moriel, Morza, Muro de Aguas, Murphy era un optimista, Netito777, Nicop, Nuen, OHFM, Octavio, Palica, Pan con queso, Pedro Nonualco, Platonides, PoLuX124, Poco a poco, Porao, Qwertyytrewqqwerty, Rastrojo, Ratservidor, Rilajmam, Roberpl, Rogerman3599, Rosarino, Savh, Serg!o, Simon Burchell, Sisyprimaria, Snakefang, Snakeyes, Superzerocool, Tirithel, Tlaoakaiser, Tortillovsky, Urdangaray, VP, Veon, Victthor, Vitamine, Vivero, Vubo, Yavidaxiu, Yodigo, Youssefsan, 460 ediciones an‚nimas

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