Merton - Teoria y Estructuras Sociales

-.- ROBERT K. MERTON Traduccion de FLORENTINO M. '('ORNJo:R TEORIA Y ESTR UCTURA SOCIALES o FONDO DE CULTURA ECONOM

Views 89 Downloads 8 File size 36MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

-.-

ROBERT K. MERTON Traduccion de FLORENTINO

M.

'('ORNJo:R

TEORIA Y ESTR UCTURA SOCIALES

o FONDO DE CULTURA ECONOMICA MÉXICQ-BUENOS .""

AIRES

I, 111 unlación general y no Ia de Ia teoría sociológica, Pero, manifiestamente, no todo 1'""11,"I>, .\"1 :01 mismo ticmpo;Ia ganancia en convergencía cs real. aun cuando es parcial y no , "",

li,

110

"I

I

Hi.'1dl

1:s cierto, como implica el texto, que Ias valoraeiones institucionales probablemente reflejan Iu ",rllll;lCióll que hace eI soldado de su posición comparada con sus expectativas legítimas, pero rsto ~(' estndia aquÍ. La hipótesis del grupo de referencia intenta explicar Ias variaciones en eI car~ctl'r de Ias expectativas de acuerdo con 10s contextos socíales proporcionados por Ia distribución de situaciones cn intragrupos importantes.

TEORíA

DEL GRUPO

DE REFERENCIA

245

\ 1.1cstructura de Ias situaciones que típicamente conducen a vaIoraciones de iuxl ituciones o a juicios exteriorizados -por ejempIo, cuando Ia comparación (1)11otros conduce a Ia sensaci6n de insuficiencias institucionales, a juzgar 11"(,cl sistema social se opone a toda correspondencia estrecha entre eI mérito individual y Ia recompensa social. Aqui, como en muchas de Ias investigaciones ele The Amerícan Soldier, 1.1, irnplicaciones de procedimiento, análisis e interpretación no se Iimitan, ,II',(JC luego, a nuevos estudios de Ia conducta de Ios soldados. Afectan a ,rh:llnas de Ias zonas ele estudio más estratégicas del sistema social general. Por 1ll'llIplo, los factores socioI6gicos que inducen a los individuos a considerar Ic,",ílima su posici6n social, relativamente baja, así como Ios que les inducen .1 interpretar su posici6n como un resultado de ordenaciones sociaIes defecI IIOS;!,Y tal vez injustificadas, evidentemente abarcan una zona problemática ,1,' cxtraordinaria importancia teórica y política. ~Cuándo toman los indivi""!)S Ias ocasiones de Ia vida hasta cierto punto escasas como un estado de I,:IS normal y aceptable que atribuyen a sus propias insuficiencias personak'" v cuándo Ias consideran resultado de nn arbitrario sistema de movilidad ,.!I(i:~l, en que Ias recompensas no son proporcionales a Ia capacidad? 12 Los I -ouccptos de privación relativa y de recompensa relativa ayudan a transferir lox tipos de conducta muy discutidos pero poco analizados de Ia esfera de Ia l",pccnlación impresionista a Ia de Ia investigaci6n sistemática. , I

( : I"IlfJOS

múltiples de rejerencia

Varias investigaciones de The American Soldier ofrecen ocasion para n:llllinar los problemas teóricos que nacen de creer que grupos múItipIes de IdnCllcia proporcionan contextos para valoraciones hechas por indivíduos. ';(' 1t:1Ilseleccionac1o dos de esos casos para prestarles atención aquí a causa dI' qlle presentan claramente diferentes tipos de comparación múItiple: en eI JlI imcro de ellos, grupos múltiples de referencia proporcionan contextos que ":ll'T~m con prop6sitos opuestos; en el segundo, proporcionan contextos '111('se apoyan mutuamente. Grupos antagônicos de referenda. Caso núm. 2. En Ia última parte de I()'11 y Ia primera de 1944, Ia Rama de Investigaciones realizó una serie de exploraciones de Ias que obtuvo un panorama de diferencias de actitudes (que 1d lcjaban adaptaciones personales ) de soldados no combatientcs en el ex1 ~ Estas cuestiones se han planteado, desde luego, en numerosas ocasiones anteriores; pero en f::111 eu forma sistemática con sus anteriores distincioues entre intra-grupos y extra·grupos de 1,,1 "I:II1"

'I'ambién aquí proporciona Simrnel un punto de partida. Los grupos 110 I1.rtun elc modo uniforme ele ampliar el número de afiliados; algunos, por el l'UIIIrn rio, están organizados de manera que restringe Ia afiliación, aun hasta 1,1 puulo ele excluir a quienes son formalmente aelmisibles como miernbros. r~:-,I e cx cn particular eI caso de Ias élítes, ya consideradas como tales por eIIas 1I11.\/lI:ISo bien socialmente reconocidas. Y esta política ele exclusión no es formulación bastante reciente, véase Sorokin, úp. cit., 175. EI "carácter relativao cerrado de Ia estructura social" se relaciona COn Ia conducta concernientc a grupo ele 11'''''''11'';'' y sus consecuencias en eI capítulo anterior, pero no está sistemátieamente relacionada 11111 ut rux atributos de no-miernbros y de grupos a Ios que no se pertenece. Debe advertirse tarnbién "11 10101:1 "'presa que no sólo pueden consíderarse con provecho como diferentemente abiertos o "1"1111110' los sistemas de clases sociales, sino todos Ios grupos y categorías sociales. ~"

1':11":1 1I11a

11I(""lr ,,1>; •. 110

295

ucstión sólo de conservar el prestigio y eI poder deI grupo, aunque tales I Imsideraciones pueden entrar concretamente en dicha política. Como dice .')lIlll1lel en esencia, también puede ser una exigencia estructural para una l-file ser hasta cierto punto pequena, si han de mantenerse sus relaciones soI LtlCS distintivas.ê! La ampliación rápida deI número de afiliados también 11IICcleelepreciar el valor simbólico de Ia afiliación al grupo. Por esas diferentes LI/,Ol1eSestructuraIes y egoístas, cíertos grupos permanecen relativamente 1i ·rraelos. Por Ias rnismas razones Iormales, otros tipos de grupos procuran estar 11:1.\lacierto punto abiertos con el fin ele ampliar el número de afiliados. Los li: 1rtidos políticos ele Ios sistemas políticos democráticos.w los sindicatos de n.ibajadores ele Ia industria, y ciertas corporaciones religiosas, por ejemplo, I",!:íll constituídos estructural y funcionalmente de manera que procuran .uupliar elnúmero ele sus afiliados todo 10 posible. Las organizaciones prose/li istas no se limitan, por supuesto, a Ias esferas política o religiosa; pueden ('I1rontrarse en diversidad de esferas institucionales, Esas organizaciones abierI :IS qnieren ser grupos de pertcnencía y grupos de referencia para todos los n.dividuos que llenan de manera formal sus criterios de admisibilidad. Según 1:1ocasión, los criterios pueden hacerse eficazmente menos exigentes a fin de ampliar el número de no-rniembros que pueden ingresar, dando origen asi :11tipo estructural familiar de conflicto entre "altas normas de admisíbilidad" \ "gran número ele rniembros't.s" Dependíendo, pues, dei carácter abíerto o cerrado deI grupo, Ias no-miemluox son diferentemente aptos para orientarse hacia él como grupo de refeI cncia. Esta fue Ia base para indicar en el capítulo precedente que es más probable que se adopten como grupos de refercncia grupos a Ios que no se pcrtenece en los sistemas sociales con altas proporciones de movilídad SOCÍ'i]

I

21 Las observaciones de Simmel dicen 10 siguiente: "Así, Ia tendencia .-xtrcma ... se debe no sólo a Ia resistcncia egoísta a compartir una posición

a Ia límitacíón numerica dominante, sino también .d instinto [sic; léase: al entendimiento tácito] de que Ias condiciones vitales de una aristocracia sólo ,,"cden conservarsc si eI número ele Sl1S individuos es pequefío, relativa y absolutamente ... [En deter.uiuadas circunstancias], no falta más que trazar en cierto momento una linea rígida contra Ia expan""!ll y defender el grupo cuantitativarncnte cerrado contra cuulesquiera elementos extraíios que 'I"ietan entrar cn él, por ruuchos dereehos que tengan ello. EI carácter aristocrático lIega con fre, u.-ucin a ser consciente de si mismo sólo en esta situación, en este aumento de Ia solidaridarl cn I" nlc de una tendencia a Ia expansión". Simmcl, op. cit., 90·91 [el subrayado cs nucstro] . .:Es nccc'•. 11 io deeir que aI reconocer así eJ requisito cstructural de clausura relativa para una élite Sirumcl "" l'ropngna Ia política de exclusión. 2~ Es manifiesto quc Ias partidos políticos no tienen este carácter cn todos Ias sistemas poliI ,,'I)S. Sociológicamcnte considerada, Ia teoria de Lenin propugnaba eI principio de minoria cerrada '1"1' Se fundaba eu limitar Ia afiliación aI partido a rcvolucionarios profesionalcs disciplinados y adocI riuudos, en contraste con Ia teoria mcnchcvique de Martov y Trotsky, que propuguaba el principio, de afiliación de Ias masas. Organizacioncs de diferentes esferas institucionalcs intentaron combiu.ir I", principias de afiliación "abierta" y "cerrada" por toda clase de recursos pi" University, 1952; Kibbutz: Ventme in Utopia, por Melford E. Spiro (Cambridge, 11"11'",] Ulli\'cr,ily Prcss, 1956); La estratificación social, de Barber. Simmel observó que "Ias socierhu l•.·, S»,i;r!;,la, () scmisocialistas sólo han sido posíbles en grupos muy pequenos y siempre han fl"Ia,"d" 1'11 105 grandes". Sociology of Georg Simmel, 87·8. Tras nueva rcflexión resulta que esta I:"III',,,lit;ll";(,1I crupírica cs condicional para otras propiedades de grupo que Simmel trata asistemá-, Ikllllll'llll' ;r! !cablar de cjemplos históricos específicos.

GRUPOS DE REFERENCIA

Y ESTRUCTURA

SOCIAL

325

rccer una estabilidad empírica mayor de 10s grupos que actúan dentro de él, al establecer éstos cumulativamente relaciones acomodativas y adaptativas con el ambiente. Sin embargo, un ambiente muy estable puede crear situaciones de tensión para grupos que están en proceso de marcado cambio. Esta cs Ia especie de situación, concebida en relación con Ia estructura social y no con Ia cultura, que probablemente está captada en Ia idea deI retraso cultural formulada por Ogburn. 24. Modos de conservar la estabilidad deZ grupo y deZ contexto estructural: Como observó SimmeI con frecuencia, Ios grupos y sus contextos estructurales difieren en Ios procesos mediante los cuales conservan Ia estabilidad, ya mediante una rigidez relativa o mediante una fZexibilidad relativa. Quiere csto deeir que pueden conservar su carácter como grupos tanto estructural como funcionalmente cuando hacen frente a tensiones, o que pueden conservar su carácter funcional por cambias apropiados de estructura en respuesta a la tensión. Esta perdurable idea requiere ser aclarada, pero aun en cstos crudos términos parece que los grupos difieren de manera importante en el modo característico como se adaptan a tensiones internas y externas. 25. Prestigio social relativo de los grupos: Así como los indivíduos son ordenados en Ia sociedad por su prestigio y su acceso a Ias oportunidades de retribuciones culturalmente valoradas, así también Ios grupos. Los sociólogos c1an por sabido que Ias situaciones profesiona1es son ordenadas valorativamente y que quienes Ias ocupan tienden a ser objeto de una ordenaeión correlatíva. Pero nosotros somos algo más caprichosos en nuestras prácticas investigadoras cuando Uegan a incorporar datos sistemáticos sobre Ia jerarquía relativa de los grupos y de Ias organizaciones.s" Pero Ia observación cotidiana indica algunos de los muchos respectos en que es importante el interés por cl prestigio de un grupo: el proceso de Ia competencia, como Park y Burgcss observaron hace una generación y como seíialaron consecuentemente los evolucionistas, implica no sólo Ia posición relativa de 10s individuos sino también de los grupos, Ias organizaciones y Ias sociedades. 26. Poder relativo de los grupos: Esto se refiere a Ia variable capacidad ele] grupo para imponer sus decisiones; a) a sus miembros y b) a su ambiente social. Se supone aqui que el poder relativo de un grupo es una resultante de otras propiedades deI grupo, pero el análisis de este complicado problema está aún en sus comienzos.w Es arbitrário, desde luego, terminar en este momento Ia lista de Ias propiedades de los grupos, porque probablemente hay otras tantas más, si no muchas más, que han sido ya esporádica o sistemáticamente estudiadas por Ios sociólogos. Pero esta lista no pretende agotar Ia matéria; es, en el rnejor 68 Una de Ias aportaciones distintivas de los estudios de Warner es precisamente el comienzo sustancial del análisis de Ia jerarquía relativa de los grupos y Ias organizaciones; véase, por ejemplo, The Social Life of a Modern Cornnnmity, por W. L10yd Warner y P. S. Lunt (New Haven, Yale University Press, 1941). 69 EI trabajo en que actualmente se ocnpa Robert S. Lynd promete proyectar Inz sobre este problema. Véanse también Community Power Structure, por Floyd Hunter (Chapel HilI, University of North Carolina Press, 1953); "Absentee-owned corporations and commnnity power structure", por Roland J. Pellegrin y Charles H. Coates, en American Joumal of Sociology, 1956, 61, 413·19.

32tf

I:"llldio de! hombre (México, F. de C.E., 7~ed., 1963) esos conceptos y sus implica. ri""", '.c· illcorl'oraron sistemáticamente en Ia teoría en desarrollo de Ia estructura social. I~~" lc7Ila 7.4. Dinâmica social de Ia adaptaciôn en los conjuntos de siiuaciones y en Ias secuencias de situaciones Sr· 1('('('II!:Jr;'t que Ia denominación conjunto de situaciones se refiere al complrjo dI' posiciones diferentes asignadas aIos individuos tanto dentro como rui rc los sistemas socíales. Así como hay problemas de articulación deI con!1I1110 de pnpclcs, :lsÍ también hay problemas de articulacíón del conjunto de

GRUPOS DE REFERENCIA

Y ESTRUCTURA

SOCIAL

381

situaciones. Hasta cierto punto, esos problemas son análogos, aunque no idénticos, de estructura. Por esta razón y tambíén, hay que admitirlo, porque este trabajo ya se va haciendo desmedidamente largo, no intento aqui ni siquiera esbozar todo el cúmulo de problemas que pueden identificarse ahora. Pero quizás sea útil Ia referencia a aIgunos de ellos, aunque no sea más que para indicar el carácter general que debe tomar el análisis ulterior. Es evidente que los conjuntos de situaciones suministran una forma fundamental de interdependencia entre Ias instituciones y los subsistemas de una sociedad. Procede esto deI hecho familiar de que Ias mismas personas participan en sistemas sociaIes diferentes. Debe advertirse, además, que, así como los grupos y Ias sociedades difieren en el número y complejídad de Ias situaciones sociales que forman parte de su estructura, así Ias personas individuales difieren en eI número y complejidad de Ias situaciones que forman sus conjuntos de situaciones. Como ejemplo familiar de un caso extremo, píénsese en Ias situaciones en realidad enumerables, aunque a primera vista infinitas, ocupadas simultáneamente por Nicolás Murray Butler, y como ejemplo hipotético de un caso del otro extremo, Ias relativamente pocas situaciones ocupadas por un sabio rentista que realmente logró sustraerse a Ia mayor parte de Ios sistemas sociales: ocupado en su trabajo, pero formalmente "desempleado", soltero, sin compafíeros, desentendido de Ias organizaciones políticas, religiosas, cívicas, educativas, militares y de otras clases. Los problemas de articular 10s requisitos deI papel del conjunto compIejo de situaciones en un caso y deI conjunto simple de situaciones en e1 segundo, tal vez son de orden totalmente diferente. Los conjuntos complejos de situaciones no sólo producen aIguna forma de enlace entre subsistemas de una sociedad; enfrentan a los ocupantes de esas situaciones con grados claramente diferentes de dificultad para organizar sus actividades de Ias papeIes. Además, Ia socialización primaria en ciertas situaciones, con sus características orientaciones hacia valores, pueden afectar de tal manera Ia formación de Ia personalidad que le hagan, unas veces más, otras veces menos, difícil llenar los requisitos de otras situaciones. Hay varios tipos de procesos sociales que contrarrestan Ias dificultades potencialmente implícitas en los conjuntos de situaciones complejos. En primer lugar, los individuos no son vistos por los otros como ocupantes sólo de una situación, aun cuando ésta pueda ser Ia situación que controla una relación social particular. Los patronos reconocen con frecuencia que Ias empleados también tienen familia y, en ocasiones normadas, moderan sus expectativas de Ia conducta deI empleado a Ias exigencias de ese hecho. El empleado de quien se sabe que ha sufrido una muerte en su familia inmediata, es, como cosa natural, encargado, por e1 momento, de los requisitos ocupacionales menos exigentes. Esta percepción social de obligaciones en cornpetencia implícitas en los conjuntos de situaciones sirve para suavizar y modificar Ias demandas y Ias expectativas de los individuos de los conjuntos de papeles asociados con algunas de Ias situaciones. Este tipo de adaptación constante se relaciona a su vez con los valores de Ia sociedad. En Ia medida eu que hay un consenso previa sobre Ia "im-

,:12

ESTUDIOS

portancia" icduce eI ~,il uaciones conjuntos

SOBRE ESTRUCTURA

SOCIAL

Y CULTURAL

relativa de Ias obligaciones antagónicas de una situación, esto conflicto interno de Ia decisión por parte de quienes ocupan Ias y facilita Ia acomodación por parte de los comprendidos en sus de papeles. Hay, naturalmente, fuerzas que militan contra esasadaptaciones cons1:111 I CS. Los comprendidos en eI conjunto de papeles deI individuo en una ele SlIS situaciones ven perturbadas sus propias actividades normadas cuando éslc no vive de acuerdo con Ias obligaciones de su papel. Hasta cierto punto, se sienten movidos a obligarlo al desempeno de su papel. Si Ios móviles egoísIas fuesen en realidad omní-compulsivos, esto produciría una tensión mayor :11111 de Ia que realmente existe en los sistemas de situaciones. Los indivíduos de cada conjunto de papeles empujarían y arrastrarían a los de otros conjunI ()s de papeles, y en medio estarÍa continuamente eI ocupante de Ias diferentes situaciones. Pero los móviles egoístas no son todo, y esto proporciona Iihcrtad para acomodar a demandas encontradas. En términos psicológicos, Ia empatía -Ia comprensión simpática de Ia sucrte de otro- sirve para reducir Ias presiones ejercidas sobre Ios individuos l'Ogidos en conflictos de obligaciones de situación. Pero calificarla de "psicolúgica" no es insinuar que Ia empatía no es más que un rasgo individual de Ia pcrsonalidad que Ia gente puede tener en grado variable; Ia medida en que I:J cmpatia predomine entre los individuos de una sociedad es en parte una íunción de Ia estructura social subyacente. Porque los que están en el conjllllto de papeles deI individuo sometido a obligaciones antagónicas de situac-ión son a su vez ocupantes de múItiples situaciones, antes o ahora, real o potencialmente, sometidos a tensiones análogas. Esta circunstancia estructu1;11 por 10 menos facilita el desarrollo de Ia empatía. ("Ahí voy, pero por Ia I.;racia de Dios.") . Las estructuras sociales no dejan de tener poderes de adaptaciones aprend idas, trasmitidas sucesivamente mediante mandatos culturales modificados. I':';fo ayuda a mitigar Ia frecuencia e intensidad del conf1icto en el conjunto .lc sit uaciones, Pues cuanto mayor sea Ia frecuencia con que se presente el «ouflicto normado entre Ias obligaciones de situaciones múltiples, más pIoh:dilc es que aparezcan normas nuevas para gobernar Ias situaciones asignando pl ioridades de obligación. Esto significa que cada individuo cogido en esas sil nacioncs tirantes no necesita improvisar reajustes nuevos. Significa, además, 'IlIe los indivíduos de 8US conjuntos de papeles le harán de hecho más fácil resolver Ia dificultad, aceptando su "decisión" si está de acnerdo con Ias norIlIas de prioridad funcionalmente creadas. I .os mecanismos sociales para reducir ese conflicto también pueden considcrarse cn relación con Ias secuencias de situaciones, es decir, de Ia sucesión de siluaciones por Ias cuales pasa una proporción apreciable de personas. l'i(llscsc cn Ias secuencias de Ias que Línton llamó siiuaciones logradas (o que III:b /;l'llcr:llmente pueden llamarse adquiridas) : situaciones en que entran Ios IlIdlvidllos por virtud de sus propios méritos y no por haber sido puestos en dias por virtud de un nacimiento afortunado o desafortunado (Ias cuales scrinn sil uaciones adscritas). La idea principal aquí es que los componentes

GRUPOS DE REFERENCIA

Y ESTRUCTURA

SOCIAL

383

de Ios conjuntos de situaciones no se combinan aI azar. Opera un proceso de autoseleccíón -tanto social como psicológicapara reducir Ias perspectivas deI reparto aI azar de situaciones. Los valores interiorizados por individuos en situaciones predominantes previas son tales, que hacen menos probable (de 10 que 10 seria en ausencia de dichos valores) que aquellos sean movidos a entrar ea situaciones con valores incompatibles con Ias suyos. (Tampoco ahora, como en toda nuestra exposíción de Ios mecanismos, está implícito que este proceso opere siempre con eficiencia plena y automática; pero funciona.) Como resultado de ese proceso de autoseleccíón de situaciones sucesivas, cl conjunto de situaciones en cuaIquier momento está más cerca de su unificación de 10 que estaria de otra manera. En relación con Ias orientaciones hacia valores ya desarrollados, Ia gente rechaza ciertas situaciones que podrían conseguir, porque Ias encuentra repulsivas, y elige otras situaciones posibles, porque Ias encuentra simpáticas. Un caso extremo iluminará el punto teórico general: quienes han crecido en Ia Ciencia Cristiana y se han entregado a esa fe por 10 general no se hacen médicos. Decir que esta es evidente por sí mismo es, desde Iuego, precisamente Ia cuestión. Las dos situaciones sucesívas -Ciencia Cristiana y Medicinano tienen lugar con alguna frecuencia como resultado del proceso de autoselección. Pero 10 que es cierto en este caso notorio y extremo puede suponerse que es cierto, con mucha menos visibilidad y regularidad, para otras sucesiones de situaciones. Después de todo, es Ia misma idea teórica que empleó Max Weber en su estudio de Ia ética protestante en relación con Ia empresa de negocios. Dice éI, en efecto, que debido al pIOceso de autoselección, según Ias líneas que hemos esbozado, un conjunto de situaciones estadísticamente frecuente abarca Ia afiliación a sectas protestantes as céticas y negocios capitalistas. A su debido tiempo, además, Ias dos situaciones producían definiciones de papeles sociales cada vez más compatibles. En resurnen, funcionaban para reducir eI conflicto real entre situaciones en un conjunto de situaciones estadísticamente frecuente por debajo deI nível que habría prevalecido si no fuese por el funcionamiento de los mecanismos de autoselección y por redefinición progresiva de Ias obligaciones de Ias situaciones. Por el mismo mecanismo, se hace posíble que Ias situaciones "neutrales" entre sí se encuentren con considerable frecuencia en los mismos conjuntos de situaciones. Se entiende por "neutral" sólo que Ios valores y oblígaciones de Ias respectivas situaciones 50n tales, que no es probable que entren en conf1icto. (Concretamente, casi todos los pares de situaciones pueden, por supuesto, y en determinadas circunstancias, tener requisitos contradictorios; pero unos pares están expuestos con mayor claridad a ese conflicto que otros. Otros pares pueden reforzarse mutuamente, coma hemos visto, y otros aun pueden ser simplemente neutrales.) Por ejemplo, es posible que un mecánico de locomotoras esté más expuesto a demandas contradictorias de Ia situación si es de extracción italiana y no de extracción irlandesa, pero siendo 10 que es el sistema social, esta combinación de situaciones parecería experimentar una alta neutralidad. La norma. de situaciones mutuamente indiferentes suministra cierto grado de variabilidad en Ias conjuntos de situaciones

3R4

EST\1I)(OS

SOBRE ESTRUCTURA

SOCIAL

Y CULTURAL

conflicto entre éstas, Ayuda a explicar el hecho demostrable de que Ias situaciones de un conjunto de situaciones no están reparIld:\s ai azar, tampoco están plena y altamente unificadas. Los conceptos de conjunto de situaciones y secuencia de situaciones conI ri buye a originar otros problemas para el análisis funcional de Ias estructuras sociales."? Pero el esbozo anterior puede bastar para indicar el carácter de csos problemas. Es evidente, asimismo, que ellos, a su vez, están conectados con problemas de conducta relativa a grupo de referencia, y esas conexiones 110 scrán examinadas aqui. ';ill

1j1U',

il1I1'1ic:\1

1)(11 II\:'!,

CONSECUENCIAS

DE LA CONDUCTA

RELA TIV A A GRUPO DE REFERENCIA

AI poner fin a esta exposición sobre continuidades en Ia teoría de Ia conducta relativa a grupo de referencia, me limito a mencionar, más bien que analizar, problemas escogidos de Ias consecuencias de diferentes tipos de conducta relativa a grupo de referencia. Estudiarlos con el detalle que ahora es posible seria convertir esto en todo un IibIO extenso más bien que en una informa-

c-ión provisional, Problema 8. Funciones y disfunciones de la conducta relativa a grupo de referencia Como indicamos en el capítulo anterior y en partes precedentes de este mismo, hay "coherencia entre Ia teoría del grupo de referencia y ciertos conccptos de Ia sociología funcional. Parece que éstos se refieren a aspectos diferentes deI mismo asunto: uno se enfoca sobre el proceso mediante el cuaI los indivíduos se relacionan con Ios grupos y refieren su conducta a Ios valores de los grupos; Ios otros se enfocan sobre Ias consecuencias de Ios procesos, primordialmente para Ias estructuras sociales, pero también para los individuos y los grupos comprendidos en Ias estructuras" (231),131 Ya vimos indicios de algunas de Ias funciones sociales provisionalmente idcntificadas de Ia conducta relativa a grupo de referencia en secciones anteriores de este libro. Examinaremos ahora una de ellas, Ia función de Ia socialivación anticipadora: Ia adquisición de valores y orientaciones que se encuenlran en situaciones y grupos en que uno no figura aún, pero en los que es 1 ao Nos llevaría demasiado lejos exponer algunos de los demás problemas concomitantes. Pero .khc advertirse que Ias gradaciones de papeles (los cambios graduales y no los súbitos de papeIes C'" I••s sccucncias de situaciones}, operan para mitigar dificultades dei tipo de Ias que descríbe Ruth 1I•." •.clict en sus "Continuitíes and discontinuities in cultural conditioning", en Psychiatry, 1938, I, \(1167. 1 a 1 Esta misma orientaci6n Ia adopta Eisenstadt con interesantes resultados. Véanse sus "SllIcli.,s in reference group behavior", en Human Re1ations, 1954, 7, 191-216, cn especial 192, dOllde observa: "En vez de preguntar aI comienzo cuáles son los modos en que los grupos de refe. "'III'ÍlI influycn en Ia conducta de un indivíduo, debíéramos preguntar por qué esa orientaci6n es 1I('('''~lHilldesde cl punto de vista tanto de un sistema social dado como de Ia personalidad deI indivi.luu. .;{.uálcs son Ias funciones que esa orientaci6n llena en el lapso de vida social de un individuo, V eu ~II p.irt icipación en Ia sociedad de Ia cual es miembro?"

GRUPOS DE REFERENCIA

Y ESTRUCTURA

SOCIAL

385

proba ble que entre. Esta sirve para preparar aI individuo para situaciones futuras en su secuencia de situaeiones. Una parte explícita, deliberada y con frccuencia formal de este proceso es 10 que significan, desde luego, Ia educación y el adiestramiento. Pero gran parte de esa preparación es implícita, inconsciente e informal, y es particularmente a ésta hacia donde orienta nuesIra atención Ia idea de Ia socialización anticipadora, Esa preparación informal para los papeles que han de desempenar en conexión COIl situaeiones futuras tiende a tener un carácter distintivo. No suele abarcar personal especializado destinado a preparar para esos papeles, o esto resulta de Ia preparación indeliberada y colateralmente dada por dicho personal. Aun en Ias escuelas, Ia socialización anticipadora va más allá de 10s límites de 10 que formalmente se provee para ello. Por Ia misma razón, Ia socialización anticipadora no es didáctica. EI individuo responde a Ias sugestiones en sítuaciones de conducta, saca de ellas más o menos inconscientemente implicaciones para Ia conducta futura deI papel, y así se orienta hacia una situación que todavía no ocupa. Tipicamente, no codifica de maneta expresa los valores y Ias exigencias de los papeles que está aprendiendo. Conducente a esta función de socialización anticipadora es Ia circunstancia estructural de 10 que podemos llamar "gradaciones de papel". EI individuo se mueve más o menos constantemente a 10 largo de una secuencia de situaciones y de papeles asociados, cada fase de Ias cuales no difiere mucho de Ia que Ia ha precedido. Aunque su paso "oficial" (socialmente reconocido) a una situación nueva puede parecer súbito, 10 más frecuente es que parezca así sólo porque pasó inadvertida Ia preparación antecedente informal. Hay menos discontinuidad en Ias secuencias de situaciones de 10 que puede parecer en Ia superfície social, con SllS celebraciones de ritos de pasaie y sus cambios de situación legalmente estatuidos. En Ias secuencias de situaciones y de papeles eI individuo está más o menos constantemente sometido a Ia valoración, por otros, en cuanto a Ia adecuación de su empeno deI papel. Las tendencias a regresar a Ia conducta de un papel anterior son reprimidas por reafirmación de Ia situación recientemente adquirida. ("Ahora eres un gran muchacho ... ") De manera correlativa, Ias tendencias a avanzar "prematuramente" a papeles en perspectivas también son reprimidas ("AIgún dia, desde luego, pero ahora todavía no ... "). En realidad, por Ia orientación a Ias normas de situaciones en perspectiva, el individuo sigue una conducta de tanteo y tiende a moverse a un paso controlado por Ias reacciones de 10s que están en su presente conjunto de papeles, Se sabe poco de Ias orientaciones en eI tiempo hacia situaciones y papeles que Ias culturas sostienen que debieran predominar en cada fase de Ia vida, y menos aún de Ias que realmente predominan.P'' En su registro minuto por

132 Un trabajo que trata de cuatro culturas se refiere a esto con alguna cxtensión: "Different cultural concepts of past, present and future: a study of ego extension", por Marian W. Smith, en Psychiatry, 1952, 15, 395-400. Otro trabajo empieza a examinar Ia posibilidad de que haya "diferentes niveles de clase social" con un estudio preliminar de algo más de un centenar de niüos de estratos bajos y medios de los Estados Unidos: "Time orientation and social class", por Lawrence L. LeShan, en [ouinsl of Abnormal and Social Psychology, 1952, 47, 589-52.

386

ESTUDIOS

SOBRE ESTRUCTURA

SOCIAL Y CULTURAL

minuto de Ia conducta de un muchacho a 10 largo de un dia, Barker y \V right 133 encuentran que algo menos de Ia rnitad de Ia conducta del muchacho estaba definidamente orientada bacia sus papeles presentes, una parte I11uy pequena (el cuatro por ciento aproximadamente de Ias "unidades de conducta") hacia papeles futuros, y menos aún hacia papeles pasados. No disponemos de datos paralelos de números representativos de individuos de diferentes sociedades y estratos sociales, de suerte que Ia materia sigue siendo totalmente conjetural. Se ha dicho, por ejemplo, que en Ia juventud, ellargo futuro parece vago y casi ilimitado, el pasado desdeüable, y el presente y cl futuro inmediato tienen Ia mayor importancia. Los anos medios, vale Ia misma suposición, tiendén a abarcar un equilibrio un poco mayor entre los Ires, mientras que Ia vejez se orienta primordialmente hacia el pasado. Pero estas son, en el mejor caso, conjeturas, y conjeturas no muy instructivas. Las normas de orientación hacia situaciones pasadas, presentes y futuras en difelentes etapas del ciclo de Ia vida casi seguramente varían de acuerdo con Ias variaciones de cultura y posición en Ia estructura social. Aún está por lIegar el conocimiento sistemático acerca de esto, mas puede suponerse que, :11 variar Ias orientaciones temporales, varía Ia seIección de grupos de referenci:1 y en consecuencia también su función de proporcionar socialización anticipadora. Lo que es cierto de esta función de Ios grupos de referencia parece serlo t.nubién de otras funciones que se identificaron en Ios estudios de Ia COl1ducta relativa a grupos de referencia previamente citados en este capitulo. Peru Ias funciones (y Ias disíunciones ) de 10s grupos de referencia empiezan ahora a ser exploradas y, tal como están Ias cosas, 10 mejor será examinarlas ('11 una exposición posterior.w!

1:1:: ()Ill'

I'J';)

Boy's Day, por R. G. Barkcr y H. F. \Vright

(Nueva

York, Harper

and Brothers,

X. TIPOS

DE INFLUENCIA: INFLUYENTES

INFLUYENTES COSMOPOLITAS

LOCALES

E

es un estúdio exploratorio enfocado sobre ellugar que ocupan Ias comunicaciones para Ias masas en Ios tipos de influencia interpersonal. Basado sobre todo en entrevistas con ochenta y seis hornbres y mujeres de diferentes estratos sociales y econômicos de "Revere", población de 11 mil habitantes sobre Ia costa oriental, es esencialmente un estudio de casos y no tll1 análisis estaclístico 1 de los tipos de influencia. El propósito sustantivo inicial de este estudio piloto fue cuádruple: 1) identificar tipos de personas consideradas como influyentes en diversos grados por sus compafíeros; 2) relacionar los tipos de conducta en Ias comunicaciones con sus papeles como personas influyentes; 3) descubrir pistas para los principales caminos por los que llegan a adquirir influencia; y 4) formular hipótesis para un estudio más sistemático de Ia acción de Ia influencia interpersonal en Ia comunidad local. EI cuerpo de esta inforrnación está dedicado a un análisis de tipos básicamente diferentes de personas influyentes: tipos que llamaremos "local" y "cosmopolita". Pero antes de dedicamos a esos rnateriales sustantivos, puede ser de algún interés echar una breve ojeada a dos rodcos de procedimiento y de método dados en el camino. Se dio el primer rodco cuando una investigación aplicada de sociología, dedicada originariamente a un problema práctico delimitado, dio origen a interpretaciones teóricas que inesperadamente surgieron en el proceso de Ia investigación. Aunque e1 estudio piloto fue emprendidoal cornienzo para averiguar Ias funciones desempenadas por una revista nacional de noticias para diferentes tipos de lectores -problema de Ia sociologia de Ias comunicaciones para Ias masasno tardó en reorientarse a consecuencia de Ias impresiones y los resultados iniciales. Porque pareció que Ia revista era utilizada de maneras seíialadamente distintas por individuos que ejercían diferentes grados de influencia interpersonal en su comunidad. AI rastrear rápidamente nuestros pasos eu el segundo rodeo, encontraremos el obstáculo que nos obligó a inventar procedimientos diferentes para anaIizar 10s mismos datos cualitativos. El hecho cierto es que nuestro análisis inicial era completamente improductivo. Con Ia aparición de 10s conceptos de ínfluyentes locales y cosmopolitas, los "mismos" datos cualitativos llevaron a resultados productivos que después se prestaron a ser elaborados. Tras esta breve revisión de procedimiento de los dos aspectos de nuestro análisis cualitativo, estaremos mejor preparados para estimar Ia cantidad sustantiva de influyentes locales y cosmopolitas. ÉSTE

I

Aportuciunos básicas a Ia teoría de los grupos de referencia se cncucntran en Ia edición .I" :\Il ()"Ilillc of Social Psychology de Muzafer Sherif y Carolyn W, Sherif (Nueva York, 11,"1"" "".1 Brothcrs, 1956). Lamento que haya lIegado a mi conocimiento cuando este libro ya ",1.,1", "" 1""(-1",, de planas. 1:11

".,,,1.,

11'1

1 Aunque de vez en cuando se citan cifras que resumcn 10s rnateriales de nucstro cstudio de casos, son meramente heurísticas, no demostrativas, Sirven sólo para indicar Ias fuentes de hipótesis intcrpretativas que espcran investigación detalJada y sistemática.

387

,ss

l'srUDIOS

CONVERSIÓN

SOBl,E

ESTRUCTURA

SOCIAL

INFLUYENTES

Y CULTURAL

DE UNA INVESTIGACIÓN APLICADA EN UNA INVESTIGACIÓN

TEÓRICA

El problema práctico que dio origen a esta investigación era bastante claro." El departamento de invcstignciones de una revista nacional de noticias quiso averiguar cómo podían Ioralizarse Ias zonas de influencia personal en una localidad. Adcmás, ~l'II:'t1CS cran Ias características, incluida Ia lectura de revísIas, de Ias pcrsoll:I.-; influyentes? lLlegaba esta revista a Ias personas "claves" d(' ]:I~ r('d('~ de relaciones personales? Y fuera de ello 10 que fuere, ~cómo 11'.;111:111, d;l\if icando este uso por tipos, esta revista Ias personas influyentcs ('11 (Olllp;ILI('Íón conlos demás lectores? U 11:1 vez formulado el problema práctico, condujo inmediatamente a cnfocur Ia atención sobre Ia creación de métodos de identificación de personas l( 11\ diferentes grados de influencia interpersonal. Evidentemente, no podia dcterminarse si los lectores de esta revista ilustrada están o no comprendidos fncra de toda proporción en 105 que pueden llamarse "influyentes", a menos que se dispusiera de procedimientos para localizar e identificar a estas personas. Además, eI hecho mismo de que se iniciara una investigación para tratar este problema indicaba que algunos indicios admisibles de influencia eran considerados insuficientes por el cliente. Los indicios manifiestos de influen('j;l, como Ia ocupación, eI ingreso, Ias propiedadcs y Ias afiliaciones a orgauiznciones de los lectores, se encontraban en el archivo de Ia revista o eran f;'lcilcs de obtener mediante una cncuesta entre Ios lectores. Una investigacion encaminada a crear indicadores más eficaces de influencia quedó así SCIl tada sobre Ia hipótesis de que, aunque Ias personas de alta "posición social" pueden ejercer una influencia interpersonal relativamente grande, Ia situacíón social no es un indicador adecuado. Algunos individuos de alta posicíón aparentemente ejercen poca influencia interpersonal, y algunos de haja posicíón tienen una influencia interpersonal considerable. Se necesitaban uucvas investigaciones cualitativas para encontrar índices más directos de influencia interpersonal. Pero, como no es raro el caso, se supuso que el problema había sido adecnadamente enunciado al principio. ~Se cuentan entre 10s lectores de esta revista en número desproporcionado individuos de influencia y, en cualquier caso, usan los influyentes Ia revista de manera diferente que 10s demás lecrores? En realidad, ésta era una especificación prematura deI problema, como advertimos cuando el estudio piloto ya estaba en marcha hacía algún tiempo. Porque, como descubrimos, no es tanto cuesti6n de identificar aIos influyen!! Es tentador desarrollar Ia digresión que esto sugiere, A Ia mayor parte de los clientes, si no 1()1IJ individuo, y los influyentes Iocales a un promedio de seis. Esto sugiere Li posibílidad de que los cosmopolitas hagan un uso mayor de canales organízncionales para Ia influencia que de contactos personales, mientras que 10s locnlcs, en general, operan del modo inverso. PeIO ocurre con Ias organizaciones 10 que con Ia sociabiIidad: los hechos III:'ISmstructivos SOn cualítatívos y no cuantitativos. No es tanto que los cosmopolitas pertenezcan a mayor número de organizaciones que Ios locales . .\III1Ql1Cuna investigación rigurosa apoyase esta impresión, dejaría sin locali/.:1 r Ias diferencias organizacionales estratégicas entre 10s dos. Es, más bien, (pie pertenecen a tipos diferentes de organizaciones. Y una vez más, esas diferencias refuerzan 10 que hemos averiguado acerca de los dos tipos de influventes. tos influyentes locales evidentemente pululan en Ias organizaciones que ('sL'1!l destinadas en gran parte a "establecer contactos" para crear vínculos pcrsonales, Así, se encuentran en gran número en Ias sociedades secretas (maSOlics ), el1 Ias organizaciones fraternales (alces) y en los clubes de servicio loca 1: los rotarios, los leones y 10s kiwanis, Ia organización más poderosa de ('slc tipo en Rovere. Su participación parece ser menos cuestión de impulsar los ohjetivos nominaIes de Ias organizaciones que de usarlas COmo centros de contacto, Según Ias francas palabras de un influyente hombre de nego('ios de Ia localidad: Consigo conocer gente mediante 10s clubes de servicio: kiwcnis, rotarios, 1(,()llCS. Ahora sólo pertenezco a Ios kiwanis. Los leiwanis son diferentes de todos I()s dcmás clubes de servicio. Tienen que pedirle 3 uno que ingrese, Primem 10 ,";cogCIl, primero 10 prueban. Muy pocas personas influyentes pertcuecen a él, y 1 ,,:111 :tlglÍn cargo público, aunque Ios locales tienen un prome'dio un poco ('li

INFLUYENTES

LOCALES

Y COSMOPOLITAS

399

por debajo de un cargo. La diferencia primordial es el tipo de cargo de sempeüado. Los locales tienden a tener puestos políticos -comisarios de ca1le, alcaldes, consejeros municipales, etc.conseguidos de ordinario mediante relaciones políticas y personales. Los cosmopolitas, por Ia otra parte, aparecen con más frecuencia en puestos públicos que implican funciones no meramente políticas, sino Ia utilizacíón de pericias y conocimientos especiales (por eiemplo, Ia Junta de Sanidad.Ta Comisión de Viviendas, Ia Junta de Educación). De todo esto podemos sacar Ia hipótesis de que Ia participación en asocíaciones voluntarias " tiene funciones un tanto diferentes para 10s influyentes cosmopolitas y para 10s locales. A 10s cosmopolitas les interesan Ias asociaciones primordialmente por Ias actividades de esas organizaciones: sus medias para ampliar o exhibir sus destrezas y conocimientos. AIos locales les interesan Ias asociaciones no primordialmente por sus actividades, sino porque son l1l1medio para ampliar Ias relaciones personales. Las orientaciones básicas de 10s influyentes locales y los cosmopolitas se expresan, pues, de manera diferente en Ia conducta hacia Ia organización como en otros respectos. CAMINOS

HACIA LA INFLUENCIA INTERPERSONAL

Las diferencias anteriores en vinculación a Rovere, en sociabilidad y en conducta en Ia organización nos ayudan a orientamos hacia los diferentes caminas para Ia influencia que recorren Ios locales y 10s cosmopolitas. Y al cartografiar esos caminos lIenaremos en el fondo Ia necesidad de interpretar Ias diferencias en conducta de comunicaciones características de los tipos de influyentes. Los locales han crecido en gran parte en y con Ia población, En su mayor parte han ido a11í a Ia escueIa, y sólo salieron de e11a temporalmente para sus estudios de coIegio uníversitario y profesionales. Tuvieron sus primeros trabajos en Rovere y ganaron los primcros dólares con gentes de Rovere. Cuando lIegaron a edad de hacer carrera, Rovere era evidentemente el lugar para hacerla. Era Ia única población con Ia que estaban completamente familiarizados, en Ia que conocían Ias entradas y Ias salidas de Ia política, de 10s negocios y de Ia vida social. Era Ia única comunidad que conocían y, cosa igualmente importante, que los conocía a ellos, Habían hecho a1lí numerosas relaciones personales. Y esto nos l1eva aI atributo decisivo del camino de los influyentes locales hacia eI êxito: mucho más que en los cosmopolitas, su influencia descansa en una complicada red de relsciones pcrsonales. En una fórmula que al mismo tiem po simplifica y destaca cl hecho esencial, podemos decir: Ia influencia de los influyentes locales descansa no tanto en lo que conocen como cn a quién conocen. Así, el interés del influyente local por Ias relaciones personaIes es en parte producto y en parte instrumento de su particular tipo de influencia. • Para tipos de funciones de particípación en esas organizacioncs véase Bcrnard Barber: "Parti. cipation and rnass apathy in associatíons", cn Studies in Leadershíp, de Alvin \V, Gouldner (ed.) (Nueva York, Harper and Brothers, 1950),477-504,

i()O

Iution to the Critique of Political Economy, por Carlos Marx (Chicago, C. H. Kerr, 1')()1). 11-2. ti 11':1.C();,\;()U:-"IJI- única mente cuando Ray insistió en que era un medio de glorificar a Dios," La Wisdom oi Cod, de Ray, tan bien recibida que en unos veinte afios se hicieron cinco copiosas ediciones, es un panegírico de los que Lo glorifican estudiando Sus obras," Para un moderno, relativamente insensible a Ias fuerzas religiosas y que advierte Ia separación casi completa, si no Ia oposición, entre Ia ciencia y Ia religión en nuestros días, Ia repetición de esas frases piadosas puede significar meramente un uso habitual y nada de convicciones hondamente arraigadas. A él esas expresiones le parecerán sólo un caso de qui nimium probat nihil probat: Pero tal interpretación es posible únicamente si uno no se traslada al marco de valores del sigla XVII. Es seguro que un hombre como Boyle, que gastó sumas considerables en hacer traducir Ia Biblia a lenguas extranjeras no decía Ias cosas de labias afuera, como G. N. Clark observa muy propiamente en este respecto: Siempre es difícil apreciar el grado en que 10 que llamamos religión entra en todo 10 que se dijo en el sigla XVII en lenguaje religioso. No se resuelve descontando todas Ias palabras teológicas y tratándolas meramente como una forma común. Por el contrario, es necesario más frecuentemente que recordemos que esas palabras rara vez se usaban entonces sin ir acompafíadas de sentido, y que su uso implicaba, por 10 general, un refuerzo de Ia intensidad del sentimiento.v 5 Citado por Gilbert, Lord Obispo de Sarum, en A Sermon preached at the Funeral Hon. Robert Boyle (Londres, 1692), 25. 6 Principles and Duties ai Natural Re1igion (Londres, sexta edici6n), 236 et passim . 7 Memorials of John Ray, 14 s. 8 Wisdom oi God (Londres, 1691), 126-29 et passim. 9 The Seventeenth Century, por G. N. Clark (Oxford, 1929), 323.

ai the

568

I';STUDIOS

SOBRE SOCIOLOGíA

DE LA CIENCIA

PURITANISMO,

1';1 segundo lema dominante en el ethos puritano sefialaba el bienestar I, cI bien de Ias muchos, como una meta que hay que tener presente sicrupre. También en esta Ias científicos de Ia época adoptaban un objetivo prescrito por Ias valores vigentes. La ciencia debía ser fomentada y alimentada porque conducía aI dominio de Ia naturaleza mediante Ia invención tecnológica. Según nos dice su digno historiador, Ia Real Sociedad "no se propone detenerse en algún beneficio particular, sino que va a Ia raiz de todas Ias invenciones nobles"."? Pero Ias experimentos que no traen consigo una g:l1Iancia inmediata no deben ser condenados, pues, como declaró el noble Ba('oll, Ias experimentos de Light condujeron finalmente a toda una serie dcinventos útiles para Ia vida y el estado del hombre. Este poder de Ia cien('ia para mejorar eI estado material deI hombre, afíade Bacon, es, aparte de su valor puramente mundano, un bien a Ia luz de Ia doctrina evangélica de [csucristo, S(I('la

Y así en todos Ias principias del puritanismo había Ia misma correla.iún, punto por punto entre ellos y Ias atributos, metas y resultados de Ia cicucia. Tal era 10 que pretendían Ias protagonistas de Ia ciencia en aquel Iicmpo. El puritanismo no hizo otra cosa que articular los valores fundamenI:lIes de Ia época. Si el puritanismo exige trabajo sistemático y metódico, diligcllcia constante en Ia ocupación de uno, ,:qué más aetivo, industrioso v sistemático, pregunta Sprat, que el arte deI experimento, "que no puede .rcabarse nunca por Ias trabajos perpetuas de ningún hombre, ni aun apenas por c1 esfuerzo sucesivo de Ia más grande asamblea?" 11 Hay ahí empleo suficiente para Ia laboriosidad más infatigabIe, ya que hasta Ias tesoros ocultos de Ia naturaleza que están más lejos de Ia vista pueden ser descubiertos con Ir.rbajo y paciencia.P ~I-Iuye cl puritano del ocio porque conduce a pensamientos pecaminosos impíde que uno siga su vocación)? "~Qué lugar puede haber para cosas ha jas y pequefías en una mente empleada tan útil y felizmente [como en Ia I iloxofia natural]?" 13 ~Son Ias comedias y los libros de comedias perniciosos v gratos a Ia carne (y destructores de activídades más serias)? 14 Entonces c; Ia "ocasión más adecuada para que los experimentos aparezcan, para ense1I;I[1I0S una sabiduría que brota de Ias profundidades elel saber, para dispersar I:IS sombras y para disipar Ias nieblas de Ias distracciones espirituaIes ocasio11:i(1:1S por el teatro".15 Y, finalmente, ~una vida de diligente actividad en d mnndo resulta preferible al ascetismo monástico? Reconózcase, enton«('s cl hecho de que el estudio de Ia filosofía natural "no 110S prepara tan (li

llistory of tbe Royal-Society, por Thornas Sprat, 78-9. 11 'hicl., 341-2. I~ Wi.l,1om of God, de Ray, 125. 1:1 Sprat, 01'. cit., 344-5. 11 Christian Directory, por Richard Baxter (Londres, 1825; publicado por primera vez en 1664), I, 1>2; 1/, 167. Cf. Robert Barclay, el apologista cuáquero, quien indica especificamente "los expe. geométricos y matemáticos" como diversiones inocentes que hay que buscar en vez de '''''lI'djas perniciosas. An Al'0logy for the True Christian Divinity (Filadelfia, 1805, escrita en 11,7'). ~54-5. I r, Sprat, 01'. cit., 362. J

I)

,,,,,,,,,1,,,

i

l

[ l

r

PIETISMO

Y CIENCIA

569

bien para los secretos de un gabinete: nos hace útiles al mundo'U" En suma, Ia ciencia encarna dos valores altamente apreciados: utilitarismo y empirismo. En cierto sentido es casuística esta coincidencia explícita entre Ias principios puritanos y Ias cualidaeles de Ia ciencia como vocación. Es un intento expreso para situar aI científico qua piadoso profano dentro del marco de Ias valores sociales vigentes. Es solicitar Ia autorización religiosa y social, ya que tanto Ia posición constitucional como Ia autoridad personal del clero eran mucho más importantes entonces que ahora. Pero no es ésta toda Ia explicación. Los esfucrzos justificativos de Sprat, Wilkins, Boyle o Ray no representan simplemente obsequiosidad oportunista, sino más bien un serio intento para justificar Ios caminos de Ia ciencia hacia Dias. La Reforma había trasladado de Ia Iglesia al indivíduo eI peso de Ia salvación individual, y es esta "sensación abrumadora y aplastante de Ia responsabilidad de Ia propia alma" 10 que explica el agudo interés religioso. Si Ia ciencia no fuese demostrablemente una vocación legítima y deseable, no osarÍa reclamar Ia atención de aquellos que se sienten "siempre bajo los ojos del Gran Capataz". A esta intensidad deI sentimiento es a 10 que se debían aquellas apologias. La exaltación de Ia facultad de Ia razón en el ethos puritano -basada en parte en Ia concepción de Ia racionalidad como un dispositivo para refrenar Ias pasionesconduce inevitablemente a una actitud de simpatía hacia Ias actividades que exigen Ia aplicación constante del razonamiento riguroso. Pero además, en contraste con el racionalismo medieval, se considera Ia razón subordinada aI empirismo y auxiliar suyo. Sprat se apresura a seíialar Ia preeminente suficiencia de Ia ciencia en este respecto.!" Probablemente es en este punto donde el puritanismo y Ia actitud científica están más notoriamente de acuerdo, porque Ia combinación de racionaiismo y empirismo, que es tan pronunciada en Ia ética puritana, forma Ia esencia del espíritu de Ia ciencia moderna. El puritanismo se inspiraba en el racionalismo neoplatónico, derivado en gran parte a través de una modificación adecuada de Ias enseííanzas de San Agustín. Pero no se detenía ahí. Asociada con Ia seüalada necesidad de tratar con éxito los asuntos prácticos de Ia vida en este mundo -derivación deI sesgo peculiar que brindaba en gran parte Ia cloctrina calvinista de Ia predestinación y Ia certitudo saluiis mediante una venturosa actividad mundana-c- estaba Ia importancia concedida al empirismo. Estas dos corrientes, llevadas a convergir mediante Ia lógica de un sistema de valores intrínsecamente congruentes, estaban asociadas con los dernás valores de Ia 16 Ibicl., 365·6. Sprat sugicre perspicazmente que el ascetismo monástico producído por escrúpulos religiosos era responsable en parte de Ia falta de empirismo de Ias escolásticos. "zPero qué lamentables tipos de filosofía tienen nccesidad de producir Ias escolásticos, cuando era parte de su religión apartarse cuanto pudieran dei trato con Ia humanidad? ;.Cuando cstaban tan lejos de ser capaces de descubrir Ias secretos de Ia natnraleza, que apenas si tenían oportunidad de ver álgo de sus trabajos comunes?" Ibid., 19. 17 Sprat, 01'. cit., 361. Baxter vituperó, de un modo representativo de Ias puritanos, Ia invasión de "entusiasmo" en Ia rcligión. La razón debe "conservar su autoric1ad en el mando v gobierno de nuestros pcnsamientos". CD., rr, 199. En un espirítu análogo, Ias quc en casa de Wilkins establecieron Ias cimientos de Ia Real Sociedad "estaban invenciblcmente armados contra todos Ias hechizos dcl entusiasmo". Sprat, oj>. cit., ~3,

...

570

ESTUDIOS

SOBRE SOCIOLOGíA

PURITANISMO,

DE LA CIENCIA

el camino para Ia aceptaci6n de una combiuación parecida en Ia ciencia natural. EI empirísmo y el racionalismo fueron canonizados, beatificados, por decirlo así. Muy bien puede ser que el ethos puritano no influyese directamente en el método de Ia ciencia y que haya habido simplemente un desarro11o paralelo en Ia historia interna de Ia ciencia; pem es evidente que, mediante Ia compulsión psicol6gica hacia ciertos modos de pensamiento y de conducta, este complejo de valores hizo plausible una ciencia empíricamente fundada, y no, corno en el periodo medieval, reprensible o, en el mejor caso; adrnisible por tolerancia. Esto no pudo menos de orientar hacia los campos científicos algunos talentos que de otro modo se hubieran dedicado a profesiones más estimadas. EI hecho de que hoy Ia ciencia esté en gran parte; si no completamente, divorciada de sanciones religiosas es interesante en sí mismo como ejemplo deI proceso de secularización. Los orígenes de esta secularización, débil mente perceptible a fines de Ia Edad Media, son manifiestos en el eihos puritano. Fue en este sistema de valores donde Ia razón y Ia experiencia se consideraron por primera vez serialadamente como medias independientes de averiguar aun Ias verdades religiosas. La fe que no duda y que no es "comprobada racionalmente", dice Baxter, no es fe, sino un sueüo, o una fantasía, o una opinión. De hecho, csto da a Ia ciencia un poder que, en definitiva, puede limitar el de Ia teología. Así, pues, una vez claramente com prendidos estos procesos, no es sorprendente, ni inconsecuente, que Lutero particularmente, y Melanchthon coa menos rigor, execrasen Ia cosmología de Copérnico, y que Calvino frunciera cl cefio ante Ia aceptación de muchos descubrimientos científicos de su épo(';1, aI mismo tiempo que Ia ética religiosa que procedía de esos jefes invitaba ;11 cstudio de Ia ciencia natural." En Ia medida en que Ias actitudes de los teólogos dominaban Ia ética religiosa, subversiva de hecho -como Ia autoridad ele Calvino en Ginebra hasta principios deI siglo XVIlI-, Ia ciencia puede ser reprimida. Pero al aflojarse esta influencia hostil y aI producirse una ética derivada de ella pero, sin embargo, muy diferente de ella, Ia ciencia adquiere 1ll1CVavida, como ocurrió en Ginebra. Quizás el elemento más directamente eficaz de Ia ética protestante para sancionar Ia ciencia natural fue eI que sostenía que eI estudio de Ia naturaleza permite una apreciación más completa de Sus obras y esto nos lIeva a admirar el poder, Ia sabiduría y Ia bondad de Dios manifiestos en su creación. A base de este análisis, es sorprendente advertir Ia afirmación atribuida a Max Weber de que' Ia oposición de Ias refonnadores es razón suficiente para no enlazar eI protestantismo con los 1I1!2

suicicla, profecia, 137-8, 421 n. xuicidio, índices de, 106-8 Sullivan, H. S., 103, 159 n. Sully, 603 sumisión, 189, 192 Suumer, W. C., 72, 209 n., 211 n., 280, 299-301,419, 537, 543 n. xupcr-conformidad, 189 xupcrestructura ideológica, 465