Masoneria NG Sabiduria Oculta de La Ilustracion

LOS PLACERES DEL FRANCMASÓN Este óleo de autor anónimo, realizado a finales del siglo XVIII, evoca la iniciación en la m

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LOS PLACERES DEL FRANCMASÓN

Este óleo de autor anónimo, realizado a finales del siglo XVIII, evoca la iniciación en la masonería a través de símbolos característicos, como la doble columna que lleva al templo. THIERRY LE MAGE / RMN-GRAND PALAIS

EMBLEMA MASÓNICO

La insignia que se muestra en la página siguiente, perteneciente a la Gran Logia de Inglaterra, incluye como símbolos un compás y una cornucopia. Siglo XIX. BRIDGEMAN / ACI

La sabiduría oculta de la Ilustración

MASONERÍA En el siglo XVIII los masones encarnaron algunos de los ideales más avanzados de las Luces, al tiempo que ligaban sus doctrinas y ritos con saberes ocultos como la alquimia o la cábala

PERE SÁNCHEZ FARRÉ HISTORIADOR ESPECIALIZADO EN LA HISTORIA DE LA MASONERÍA

MASONES, UN OFICIO MISTERIOSO

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A MASONERÍA surgió en Inglaterra a

partir de los gremios de constructores de origen medieval, reunidos en «logias». Cada uno de ellos tenía reglamentos, ritos y secretos de pertenencia propios, e incluso leyendas relacionadas con el origen de los oficios. Esas leyendas decían que el oficio de albañil fue inventado antes del diluvio de Noé y redescubierto luego por el dios griego Hermes, el Thot egipcio. En torno a 1640 a estas logias se incorporaron individuos ajenos a los oficios y surgieron las logias «aceptadas» o «especulativas», en cuyo seno, según algunos autores, tomó fuerza el misticismo, en particular el de los rosacruces. En 1717, representantes de cuatro logias se reunieron en una taberna de Londres y fundaron la Gran Logia de Londres. Sus integrantes eran funcionarios, nobles, clérigos y miembros de la burguesía.

BRIDGEMAN / ACI

MANDIL MASÓNICO

Estos pequeños delantales se usaban como símbolo de pureza y de trabajo, y su decoración transmitía un mensaje alegórico. Arriba, mandil francés del siglo XVIII.

E

l acta de nacimiento de la masonería suele situarse en 1717, cuando en Inglaterra se creó la Gran Logia de Londres. Desde ese momento, la hermandad se expandió rápidamente por toda Europa, sin que quedara apenas una ciudad de alguna importancia en la que no se formara una logia local. La atracción resultaba irresistible: «Todos los individuos, grandes y pequeños, ingresan en la masonería, es un auténtico furor», decía un periódico parisino en 1737. Notables locales, comerciantes, filósofos, artistas, nobles y príncipes se adherían a las sociedades masónicas atraídos por la promesa

de encontrar en ellas un ambiente de convivencia entre «hermanos», más alla de las diferencias sociales o religiosas, y de estímulo intelectual y moral. Como escribía un escritor de la época, Bertin de Rocheret, la masonería era «una confederación de individuos honestos, distinguidos en todos los estamentos sociales, que sólo buscaban distracción filosófica a través del intercambio de todo tipo de buenos sentimientos, obras literarias y artísticas». Producto de su época, la masonería encarnó los más genuinos ideales de la Ilustración: la inquietud filosófica, el principio de igualdad, la búsqueda del bien y la felicidad... Por ello, fue

C R O N O LO G Í A

LA EUROPA DE LAS LOGIAS

Se funda en Londres la primera Gran Logia de la masonería moderna. Seis años después se publican las Constituciones de Anderson.

1725

BRIDGEMAN / ACI

1717

CONSTITUCIONES DE LOS MASONES, POR JAMES ANDERSON. 1723.

En torno a esta fecha, residentes británicos fundan en París la primera logia masónica francesa. En 1728, Felipe, duque de Wharton, es elegido gran maestre de los francmasones en Francia.

BIBLIOTHÈQUE DES ARTS DÉCORATIFS, PARIS / ART ARCHIVE

La masonería se difundió de forma clandestina, a modo de sociedades secretas, y los adeptos se iniciaban en una sabiduría especial mediante una serie de ritos y enseñanzas ocultas. Como exponía el caballero Ramsay en un discurso de 1736: «Asimismo tenemos nuestros misterios: son signos que representan

Martines de Pasqually crea en Burdeos la Orden de los Caballeros Masones Elegidos Cohens del Universo, que incluye ritos de tipo mágico para los integrantes de los grados superiores de la logia.

1782 Se celebra en Wilhemsbad un gran congreso de logias masónicas europeas, en el que se impone la tendencia iluminista continuadora de Martines.

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1765

El Tratado de las ceremonias religiosas de todo el mundo, publicado entre 1723 y 1741, incluye grabados dedicados a la masonería, obra de Bernard Picart.

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Se constituye en Edimburgo la Gran Logia de Escocia. A instancias del caballero Ramsay se crean los primeros altos grados más allá de los grados simbólicos de aprendiz, compañero y maestro.

Los misterios masónicos

RITOS ENIGMÁTICOS

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1736

predominante era deísta, una espiritualidad que honraba a un Dios creador que se revela al hombre, al que llamaban Gran Arquitecto del Universo, lejanamente inspirado en el Dios Geómetra de Platón.

TA

vista con recelo por los sectores conservadores, empezando por la Iglesia. En 1738 el papa Clemente XII, mediante la bula In eminenti, condenó y prohibió la masonería, que asociaba al mundo protestante y a la Ilustración, es decir, al enemigo. Desde luego, existió una corriente de masonería ligada a los filósofos ilustrados racionalistas, en muchos casos anticristianos e incluso ateos, de los que se sabe que estaban afiliados a logias como Las Nueve Hermanas o El Contrato Social. Pese a ello, las logias solían mantener una actitud prudente, hasta el punto de que en ellas estaba prohibido hablar de política y de religión. Su tendencia religiosa

MUSÉE D

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VISTA DE LYON

BRIDGEMAN / ACI

La ciudad atravesada por el río Saone constituyó en el siglo XVIII uno de los focos de la masonería francesa. Allí se celebró, en el año 1778, un congreso masónico de las Galias.

LA SABIDURÍA DE LOS ÁNGELES

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NA DE LAS FIGURAS MÁS CURIOSAS del siglo XVIII fue el

místico sueco Emmanuel Swedenborg (1688-1772), quien, entre otras cosas, puso de moda la angeología, la creencia en entidades angélicas. Según él, los ángeles y demonios que pueblan los mundos celestes y sutiles tienen su origen en los hombres durante su existencia terrestre. Todos ellos emanan una luz sobrenatural, aunque el hombre vulgar no puede verlos. No así Swedenborg, que en sus múltiples viajes espirituales los veía, hablaba con ellos e hizo una descripción muy viva y personal de lo que es el cielo, aunque de carácter simbólico y metafórico. Según el místico sueco, estos ángeles del mundo celeste buscan permanentemente la perfección y pueden volver a tomar una apariencia humana. Ven, hablan entre ellos y escriben, aunque a diferencia de los hombres, no están revestidos de un cuerpo carnal o material. Esta teoría ejerció gran influencia en masones ocultistas como Martines de Pasqually o su discípulo Prunelle de Lière, quien llegó a elaborar un catálogo de 2.400 ángeles y arcángeles. EL ANCIANO. AGUAFUERTE SOBRE UN TEMA DEL LIBRO BÍBLICO DE DANIEL, OBRA DE WILLIAM BLAKE, PINTOR INFLUIDO POR SWEDENBORG. COLECCIÓN PRIVADA.

nuestra ciencia, jeroglíficos muy antiguos y palabras que se tomaron de nuestro arte; todos ellos componen un lenguaje algunas veces mudo y otras muy elocuente para comunicarse a grandes distancias, y para reconocer a nuestros hermanos sin importar su lengua o país. En un primer momento, a los que ingresan nada más se les da a conocer el sentido literal. Sólo a los adeptos se les revela el sentido sublime y simbólico de nuestros misterios […] A menudo, el sentido literal de nuestras leyes, de nuestros ritos y de nuestros secretos sólo ofrece a la razón un sinfín de palabras ininteligibles; sin embargo, los iniciados encuentran en ellos un manjar exquisito que alimenta, que eleva y que le recuerda al espíritu las verdades más sublimes». Se consideraba que este saber oculto procedía de una época antiquísima y su transmisión se explicaba mediante diversas leyendas. El mismo Ramsay desarrollaba una de las más corrientes: «La ciencia arcana fue transmitida por medio de una tradición oral desde Noé hasta Abraham y los patriarcas, el último de

CSP WALAKTE / AGE FOTOSTOCK

Itinerario de una ciencia oculta Posteriormente ese saber se habría corrompido de modo que, según el mismo Ramsay, «nuestros misterios fueron alterados, degradados, deformados y mezclados con supersticiones». Sólo los judíos conservaron «la ciencia secreta», en el seno del Templo de Jerusalén, pero cuando éste fue destruido por la conquista romana ese saber se habría perdido hasta que en la época de las cruzadas los caballeros templarios lo rescataron y lo llevaron a Europa, concretamente a Gran Bretaña. «Desde esta época Gran Bretaña se convirtió en la sede de la ciencia arcana, en la conservadora de nuestros dogmas y en la deposi-

EL CARISMA DE UN JEFE MASÓNICO «Este hombre extraordinario, como no he conocido a nadie igual», decía de Martines de Pasqually (bajo estas líneas, en un grabado de la época) su discípulo Willermoz.

MARY EVANS / SCALA, FIRENZE

los cuales llevó nuestro arte sublime a Egipto. Fue José quien dio a los egipcios la primera idea para la construcción de los laberintos, de las pirámides y de los obeliscos que se han admirado en todas las épocas. Gracias a esta tradición patriarcal nuestras leyes y nuestras máximas se difundieron en Asia, Egipto, Grecia y entre todos los gentiles».

taria de todos nuestros secretos». En el siglo XVIII ese saber estaba pasando al continente europeo, y especialmente a Francia, donde el propio Ramsay había contribuido a fundar las primeras logias, en torno a 1725. A partir de estas leyendas se elaboraron en las diferentes sociedades masónicas una serie de rituales y símbolos que debían acompañar la iniciación de los adeptos en el saber oculto masónico. Si al principio las logias habían tenido tan sólo dos grados, los aprendices y los compañeros, a los que enseguida se añadió el de maestro, a partir de las décadas de 1730 y 1740 surgieron grados adicionales que los adeptos podían ir escalando conforme profundizaban en la comprensión de los principios masónicos. Estos «altos grados» masónicos, llamados en algún caso «sublimes grados de la mayor perfección», podían llegar a ser muy numerosos. Por ejemplo, el Rito Escocés, constituido a mediados de siglo, llegó a tener 33 grados divididos en 7 clases, la séptima de las cuales se componía del Caballero del Sol, el Gran

ESTE GRABADO SATÍRICO DE JAMES GILLRAY MUESTRA A CAGLIOSTRO EN UNA VISITA A UNA LOGIA MASÓNICA DE LONDRES EN 1786, EN LA QUE EL SUPUESTO MAGO ES PUESTO EN EVIDENCIA.

CAGLIOSTRO, EL GRAN COPTO

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N SU OBRA EL GRAN COPTO, Goethe

puso en escena a Cagliostro para mostrar cómo funcionaba su sociedad masónica. Dos de sus adeptos han pasado ya por los dos primeros grados de la sociedad, el de discípulos y el de ayudantes. El lema de los segundos es el de «buscar el propio bien en el bien de los demás», pues «en todo corazón puso la Naturaleza el noble sentimiento de que nadie puede ser feliz él solo, sino que debe buscar su dicha en el bien de los demás». Encontrándolos «ya lo bastante ilustrados para poder cooperar a sus planes y cumplir sus fines», Cagliostro los somete a una prueba para acceder al grado de maestro. Sigue una ceremonia en una «logia egipcia», en la que el propio Cagliostro aparece como «el gran copto», un sabio inmortal en comunicación con los antiguos sacerdotes egipcios e hindúes.

NATIONAL PORTRAIT GALLERY, LONDON / SCALA, FIRENZE

UNA LOGIA A LA MEDIDA DEL LÍDER El rito masónico creado por Cagliostro (abajo, busto por Houdon) en 1784 estaba abierto a las mujeres y utilizaba a los llamados «pupilos» o «palomas» como médiums.

en el término iluminismo y que tratan de la realidad oculta, que es de naturaleza divina y la causa y fuente de lo que vemos. Muchos seguidores de estas ciencias buscaron acomodo en las diversas logias de francmasonería, atraídos por su dimensión secreta, pero también optaron por crear otras organizaciones secretas de diferente naturaleza, aunque todas inspiradas de una u otra forma por ella. Nacieron así un gran número de ritos y sociedades secretas, dentro o fuera de la masonería, en las que se practicaban las diversas ciencias del iluminismo. Sus mismos nombres indican a las claras su carácter esotérico: sistema de los Sabios del Templo, Perfectos Iniciados de Egipto, Estrella Flamígera, Hermanos de la Cruz o Rito de los Arquitectos Africanos.

Martines de Pasqually

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Uno de los ocultistas que se unieron a la masonería fue Martines de Pasqually (1727-1779). Figura enigmática, se sabe muy poco de su biografía hasta que en 1760 se hallaba en Toulouse, de cuya

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Escocés de San Andrés de Escocia y el Gran Electo Caballero Kadosh. El grado culminante era el de Soberano Príncipe del Real Secreto. Una versión de este rito elaborada en Francia hacia el año 1760 se componía de 25 grados, el supremo de los cuales se denominaba el Sublime Príncipe del Real Secreto. De este modo, la masonería se convirtió en una asociación iniciática o mistérica, semejante a las antiguas religiones mistéricas griegas y romanas (mysterios en griego significa «iniciación»), en las que se experimentaba una muerte filosófica o iniciática para nacer a la vida nueva como masón y recibir la Luz. En este aspecto, la masonería se vinculaba con una vertiente singular del Siglo de las Luces: no la Ilustración racionalista, la de los filósofos y la Enciclopedia, sino el extraño mundo de todos aquellos que creían en fuerzas misteriosas, en la astrología, los médiums, el sonambulismo o el magnetismo, así como en las llamadas ciencias espirituales antiguas –la cábala, la alquimia, la teúrgia...– que pueden englobarse

DE

VIEW PICTURES / GETTY IMAGES

logia masónica fue expulsado a causa de sus prácticas mágicas. Luego marchó a Burdeos, donde hacia 1765, coincidiendo con la llegada de un regimiento a la localidad, Martines creó un rito masónico propio, la Orden de los Caballeros Masones Elegidos Cohens del Universo (el término cohen en hebreo significa sacerdote). La Orden estaba dividida en cuatro clases y culminaba en el grado de Réau-Croix (Réau puede significar roux, «pelirrojo», o rouge, «rojo»). Martines de Pasqually expuso su doctrina en el Tratado de reintegración de los seres (hacia 1770). Allí, a partir de una mezcla de cábala hebrea y de cristianismo, argumentaba que el hombre ha perdido su naturaleza gloriosa original al caer en este mundo de exilio y sólo con la iniciación en el saber oculto puede reintegrarse a su primitivo estado, con la intermediación del «Gran Reparador», Cristo. La doctrina de Martines de Pasqually, denominada martinismo o martinesismo, tendría gran influencia en las décadas siguientes y a lo largo del siglo XIX.

Discípulos de Martines y miembros de la logia de los Élus Cohens fueron Louis Claude de Saint-Martin y Jean-Baptiste Willermoz. El primero, secretario de Martines, difundió sus ideas en una serie de obras que tuvieron gran impacto en el ocultismo masónico de las décadas siguientes. En cuanto a Willermoz (1730-1824), el llamado Filósofo Desconocido, creó en 1778 el grado de los Caballeros Benefactores de la Ciudad Santa y el Rito Escocés Rectificado, uno de los ritos que la masonería practica en la actualidad, de gran contenido espiritual y cristiano. Willermoz defendía así la necesidad de los ritos masónicos: «Si el hombre hubiese mantenido su pureza original,

TEMPLO MASÓNICO

En la década de 1990, al rehabilitar un antiguo hotel de Londres (hoy Andaz Hotel), se descubrió un espléndido templo masónico construido en el año 1912.

En la masonería, el iniciado experimentaba una muerte filosófica para nacer a la nueva vida como masón y recibir la luz

SUPREME GRAND ROYAL ARCH CHAPTER, SCOTLAND / ART ARCHIVE

LOGIAS EGIPCIAS EN EL SIGLO XIX

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A PARAFERNALIA DEL EGIPTO FARAÓNICO, presente ya en la masonería del siglo XVIII, siguió ejerciendo todo su embrujo en el siglo XIX, acentuado si cabe por el auge de la egiptomanía en toda Europa tras la campaña de Napoleón en Egipto (1798-1800) y el posterior desarrollo de los estudios egiptológicos. En 1814 varios oficiales franceses que habían servido en Italia, donde tomaron contacto con logias herederas de Cagliostro, fundaron en París el Rito de Misraim (Misraim es el nombre hebreo de Egipto), sociedad secreta que adquirió un tinte político antiabsolutista, en oposición al conservadurismo del Gran Oriente, la masonería dominante en Francia. Años después, un adepto del Rito de Misraim, Jean-Étienne Marconis de Nègre, fundó el rito de Menfis u Oriental. Según Marconis, «el rito masónico de Menfis es la continuación de los Misterios de la Antigüedad. Enseñó a los primeros hombres a rendir homenaje a la divinidad. Sus dogmas descansan sobre los principios de la Humanidad; su misión es el estudio de la sabiduría que sirve para discernir la verdad». SUPREMO GRAN CAPÍTULO DEL ARCO REAL DE ESCOCIA, EN EDIMBURGO. ÓLEO DE P. SHERAR QUE MUESTRA EL INTERIOR DEL TEMPLO DE ESTA LOGIA ESCOCESA.

no se produciría la iniciación y la verdad se manifestaría con total claridad ante sus ojos, pues él nació para contemplarla y rendirle un continuo homenaje. Pero, con posterioridad a que aquél, desgraciadamente, hubiese descendido a una región contraria a la luz, fue la propia verdad la que, rechazando sus búsquedas, lo sometió al esfuerzo de la iniciación».

El mago Cagliostro También estuvo relacionado con la masonería Giuseppe Balsamo, conde de Cagliostro, quizás el ocultista más famoso del siglo XVIII. Nacido en una familia pobre siciliana, recorrió toda Europa llevando una vida de pícaro, aventurero y embaucador, vendiendo supuestos elixires de la juventud y polvos amorosos y presentándose ante la alta sociedad de París y otras ciudades como consumado alquimista, adivino, médico y sanador. Sin embargo, el histriónico Cagliostro ocultaba su secreto. Convencido de que «toda luz viene de Oriente; toda iniciación, de Egipto», elaboró un rito que denominó Alta Masonería Egipcia, inspirado

BRIDGEMAN / ACI

tanto en la tradición del antiguo Egipto como en la judía. Con el objetivo de lograr la regeneración individual ideó ritos de iniciación como el siguiente, basado en el episodio bíblico de los cuarenta días que Moisés pasó en el desierto con su pueblo sin comer ni beber: «Trece maestros se encerrarán en un pabellón del que no podrán salir en cuarenta días, donde se ocuparán en trabajos masónicos. […] Pasado el día treinta y tres de esos ejercicios, los maestros recluidos comenzarán a gozar del favor de comunicar visiblemente con los siete Ángeles primitivos y a conocer el sello y las cifras de cada uno de esos Seres inmortales, que serán grabados sobre una hoja virgen, hecha, según dice este libro, de la piel de un cordero no nato purificado en un trapo de seda […]». En la década de 1780, la masonería, al menos en Francia, aparecía dividida en dos grandes tendencias: la racionalista y la mística u ocultista. La primera, la más numerosa, cumplía cada vez más una función social, de modo que las logias se transformaban en academias o sociedades literarias y científicas. La masone-

ría mística era más minoritaria pero formaba una red poderosa a escala europea, como se demostró en el Convento (congreso) masónico de Wilhelmsbad, en 1782, en el que salieron victoriosos iluministas como Willermoz, el barón de Hund, Savalette de Lange y Chefdebien. Sin embargo, la revolución de 1789, especialmente durante la fase radical de 1792-1794, provocó una crisis general de la masonería. Si antes de la Revolución había en Francia más de mil logias, en 1800 apenas quedaban una veintena. La masonería renacería bajo Napoleón, con un carácter más burgués y conservador y en general alejada de los impulsos místicos y ocultistas que habían puesto un contrapunto a las triunfantes Luces del siglo XVIII.

Para saber más

ENSAYO

Francmasonería: invención y tradición M. de Paz-Sánchez (ed.). Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2015 Diccionario Akal de francmasonería Juan Carlos Daza. Akal, Madrid, 2009. Masonería e Ilustración J. I. Cruz (ed.). PUV, Valencia, 2011.

RELIGIÓN CÍVICA

El culto al Ser Supremo impulsado por Robespierre durante la Revolución (arriba, grabado de la procesión de 1794) tenía claras reminiscencias masónicas.

LAS FUENTES DE INSPIRACIÓN

Los masones se imaginaban a sí mismos como continuadores de la sabiduría de

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LOS JUDÍOS Y EL TEMPLO

ANTIGUO EGIPTO

JESUCRISTO Y LOS SANTOS

Uno de los elementos recurrentes de la simbología masónica es el templo de Salomón, que solía representarse entre dos columnas y sobre una escalinata. Numerosas logias del siglo XVIII resaltaron la conexión con el antiguo Israel y con la tradición de la Cábala judía. El Rito Adonhiramita (1787) se basaba en la leyenda de la construcción del templo por el arquitecto Hiram, mientras que los Hermanos Asiáticos (1780) se abrieron expresamente a los judíos.

Inspirándose en obras como la novela egiptológica del abate Terrasson, Séthos (1731), en el siglo XVIII se elaboraron una decena de ritos masónicos que pretendían revivir las ceremonias faraónicas. Entre ellas se cuentan los Arquitectos Africanos, fundado por Von Köppen en 1767; el Rito Hermético (1770), basado en las enseñanzas de Hermes Trismegisto, el Rito Egipcio de Cagliostro (1784) o los Perfectos Iniciados de Egipto, del experto en tarot Etteilla (1785).

En general, la masonería integraba el cristianismo como una etapa más en la transmisión del saber oculto ancestral, pero algunas logias insistieron especialmente en los elementos cristianos, aunque interpretándolos a su modo. Por ejemplo, los Hermanos de la Cruz, sociedad creada por Haugwitz en 1777, suponía la existencia de una iglesia secreta que esperaba la venida de san Juan Evangelista para renovar la religión y la sociedad.

DE IZQUIERDA A DERECHA: 1. Mandil de una logia francesa. BRIDGEMAN / ACI. 2. Símbolo de los Illuminati. 1776. ALBUM. 3. Grabado masónico de 1790. AKG / ALBUM.

DE LA FRANCMASONERÍA

los antiguos judíos, del Egipto faraónico y de los constructores medievales

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CABALLEROS TEMPLARIOS

ALBAÑILES MEDIEVALES

LA ORDEN DE LOS ROSACRUCES

La historia de la Orden del Temple tuvo mucho eco en la masonería del siglo XVIII, como se ve en los grados de Caballero del Temple incluidos en varios ritos masónicos. En 1750, el barón de Hund fundó la Estricta Observancia o Masonería Rectificada, que buscaba recuperar los conocimientos herméticos de los antiguos templarios, clave del poder y la riqueza que éstos habían poseído. La cruz templaria es un elemento habitual de la simbología masónica.

Las Constituciones de Anderson, carta fundacional de la masonería, elaboraron el paralelismo simbólico entre la francmasonería y sus supuestos antecesores, los constructores medievales. Para construir no un templo de piedra, sino la catedral del Universo en que florecerá la humanidad iluminada, los masones emplearán la escuadra para regular las acciones, el compás para guardar el equilibrio con los otros hombres, o el delantal, símbolo de inocencia.

A principios del siglo XVII empezó a hablarse de un sabio y mago que habría vivido dos siglos antes, Christian Rosenkreuz, místico y experto en alquimia. Se formó así una secta rosacruciana que tuvo notable influencia en la génesis y desarrollo de la masonería en el siglo XVIII. Casi todos los ritos masónicos tenían un grado de Caballero de la Rosacruz, y en 1777 se fundó la Orden de la Rosa-Cruz del Sistema Antiguo.

4. Emblema masónico. SCALA, FIRENZE. 5. Masón hecho con sus herramientas. 1754. BRIDGEMAN / ACI. 6. Mandil de la Orden de la Rosacruz. BRIDGEMAN / ACI.