Máscaras sobre máscaras (Diarios, 1991-1992)

ALFONSO CALDERON ASCARA SOBRE ASCARA (Diarios, 1991-1992) EDICIONES NEMO 1993 0 make me a mask D m THOMAS A Miri

Views 25 Downloads 0 File size 44MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

ALFONSO CALDERON

ASCARA SOBRE

ASCARA

(Diarios, 1991-1992)

EDICIONES NEMO 1993

0 make me a mask D

m THOMAS

A Miriam, como siempre, e n el lejos

y en el cerca, a toda hora, sin rito alguno.

19

moms 1u que reue sur a s laures, et 21 m.est extremement difficile d’ecouter jusqu ’au bout des explications sur un sujet qui ne me prioccupe pas. N’existe pour moi que ce qui me passione; cette phrase trace exactement mes limites. Julien Green. Journal (3/8/1940)

1/1/ 1991 Crei que la prosa de Katherine Mansfield se me iria, con 10s afios, volviendo desalifiada y borrosa. Sin embargo, a1 rt:pasar cuatro o cinco de sus historias (“En la bahia”, “La fiesta en el jardin”, “Feliciidad”),se percibe la ausencia de amor por el exceso, una de sus modalidades de aicceso a la pin tura del alma humana. He recordado que muchas de mis I-eservas con Katherine Mansfield, a quien lei con placer cuando tenia quince aiic)s, provenian de unas palabras que acerca de ella, de su obra, de su caracter, hatbia escrito Virginia Woolf (Diario de una escritma, 1951). Esta se fastidi6 enormt:mente a1 leer, en 1918, “Bliss”. Arroj6 el libro y dijo: ‘)Katherine Mansfield se a(:ab6!”, no sin advertir que no tendria mas remedio que aceptar su “elegancia sup< ofensivamente que la inteligencia de K.M. era como una delgada capa de humus, con una profundidad de una o dos pul,gadas, “extendida sobre roca estkril”. ,I,...,-u--.-- -1 ,.,.,:---A,.” UILU t5>LILLUIU. L l d V . GI1 G I L u l l l l G l l L u . uu> Miro, ahora, un poco m&sel Diario ue paginas esplindidas de V.W. sobre Lor.d Byron. En un pan-afo muy desdefioso y arisco, admite que sus cartas son casi SIoberbias, per0 halla “malisima”su poesia, lo que hoy parece confirmarse cuandoI uno cae en ese hurac5.n de oalabras clue toma cada punto por ojo de la torme nta. “Cain” o “Sarda gibles. __ ___-_ _ _ _ - . Byron -escribe V.W.- “rebosaba ideas, calidad que da Don Juan” es el poema “mas legible, entre Sin embargo, es capaz de admitir que “ 10s de su longitud, que jamas se haya xrito, calidad que se debe, en parte, a la saltarina, descuidada, galopante y aleat oria naturaleza de su mitodo”. Piensa que hay en il, en si mismo, Lxn descubrimiento. Se trata de una “forma eliistica”, capaz de contener “todo cua1ito se mete en ella”. Debido a eso, tal vez, Byron expresa “su estado de Bnimo, fucx-a cual fuese”, pudiendo decir “cuanto se le ocurriera”. Al mismo tiempo, “no se: oblig6 a ser poi.tico, y de esta manera se hurt6 a su lamentable talento de ser f alsamente rom5ntico y falsamente imaginativo”. ,

9

Mientras escribo con un fino 15piz de mina que me re mite a1 placer del escriba, a la antigua gloria del hombre que apoyaba el punz6In en la arcilla, dejando liberada la gran fuerza de la escritura cuneiforme, evcx o el viejo placer de la caligrafia escolar, con una pluma "R', en dias de lluvia del invierno de Los h g e l e s , mientras se oia en la radio lo que la BBC enviatba desde el campo de la guerra, en 1941. Hoy, cuando la gente llama escritura a un modo de alrrojar pelotillas de barro sobre el vidrio de una ventana, sigo dando vueltas, sin emipeiiarme en un pretext0 para justificar el viaje a ninguna parte de las vacaciones, 1p5rrafos del Diario de una escritora, libro 6ste que a Virginia Woolf le parecia algo qile fuese como un amplio y viejo escritorio, o un armario capaz de contener muc has cosas, un mueble en donde suelen arrojarse objetos heterogeneos, "sin ni sicpiera mirar lo que son". Al cab0 de 10s aiios, volviendo a mirar esos mismos objletos echadizos, se puede descubrir que ellos "se han ordenado a si mismos". iAhora a Isla Negra!

ULDUC.

ia v c i i w i i a uci

giaii U w i i i i i L w i i w

ac v c

ci iiiai. rugu aai LWIIIW uiid iiiicd

LWUW

muy recta se convierte en el punto de referencia. Podria ser "ese tranquil0 techo de palomas". Un abejorro borrachisimo de nectar se golpea constantemente en el vidrio mayor, sin dar con 10s otros que revolotean en torno de la enredadera del jardin. Mientras tom0 el cafe, lentamente, mi memoria inquieta se mueve a gran velocidad, como si se tratase de un grupo de particulas elementales. Se me viene a la mpmnria cin ra7irn r l necn ~ n imniilcn lirmirn u yv"" v ""y"'"" A-

. A ' ~ " ' V " U ,

U l l l

l U Y V l .

iin miirr U I I 111 "7

-1

hrill2nte

U l l l l U l A C C

eierririn L b'"'b"",

J

iin UII

cortometraje de diez a doce minutos que filmara W.C. F:ields, en 1939 6 40, en el cual 61, ese hombre de enorme y luminosa nariz, con el nombre y el car5cter de un maestro de billar conocido como "el honrado .,Tohn", da lecciones a un muchacho aue auiere llecrar leios. Le expone el principic) de raz6n suficien te: hay I I que ser eficiente, honesto, limpisimo cle alma, servidor r espetuoso de la ley. Toma el taco, lo espolvorea con la ETloriosa tiza de costumbre, le dice que mire -. -:-- -1 -L:-- -. ^^--_:A---2-. y ~ g ; a LIIILU, y, CII ~ C ~ U I sc U ~ Lullvlcrte , en un soberbiaI y eficiente trapisondista que va infringiendo todas las normas del juego, en tanto parece imaginar que las borra con el despliegue de la informaci6n. Desecha, sin rri5s, todo lo innoble, per0 articula un universo en donde el decir y el hacer no se jiuntan jam&, sino en las espliSndidas apostillas del mon6logo de Fields. IJna revista: Hombre. El fast food, nada m5s que bullshit, invade el planeta. Alli -L-.. l _ _ _ L _ 1 _ _ - 1 - .. debe LriaueI riasLa S_ _~ _S_O_ SapaIiauos ae riecios, o Docaaiiio,s que son el fruto de 10s argumentos bio6ticos o qu6 s6 yo. Se trata de la coloniz;xibn alimenticia, con el fin de justificar la inapetencia, el placer de 10s olores "verdaderos", el registro de 10s sabores perfectos. Yse atreven a hablar de una "revoluci6n de 10s h5bitos". Hay platos que tienen el sabor de un chaleco incinerado o las f ormas del tejido visceral. U

^-

J

^^

-!.-

10

~

1-

~

~~

1'11

En un articulo muy E;obrio y realista, J.M. Illfin (“tC6mo se logra la economia democrfitica de mercadcD?”) ensefia c6mo es el gran nudo de la trama del neoliberalismo tradicional, que suele aparecer puesto a1 dia: “El Estado concede la licencia o autorizaci6n p:ara operar un banco, dentro de ciertas regulaciones y con algunos requerimientos minimos de capital. Per0 en realidad, 10s dueiios o accionistas del banco aylortarfin como capital s6lo el 5% del valor total de 10s activos en efectivo, pres,tarnos y valores que manejarsn, con lo cual sus rendimientos ser5n altamentc productivos. Pero, la mayor arbitrariedad es que esos recursos se canalizarh, en su mayor parte, hacia prestatarios que, en opini6n de 10s directores del bancc1, califiquen para obtener el crkdito. Desde luego, 10s pequefios empresarios (agricolas, industriales, etc.) no se verfin favorecidos. Los escogidos seriin 10s clienltes principales del banco, que en muchos casos coinciden en ser 10s grupos mfis PO lderosos del pais. Resultado de esto: la inevitable concentraci6n de riqueza en pacas manos”. El remate se da en e’1 miis pur0 y descarnado anfilisis de la ktica sobrepasada, en donde Illfin emplea e’1 recurso de anfilisis de la “salvedad”.Escribe: “Ademfis de 10s magnates financiero:j, hay otro beneficiario marginal, y 6ste (0estos) son 10s individuos deudores net os, aquellos que tienen mayor deuda que ahorro, o que tienen deudas (prestamc)s a pagar) y no poseen dep6sitos o ahorros algunos. Ellos son participes del hurto global de que se hace victima a1 “ahorrista neto”. Quizfis sea esta la raz6n de que c:ste abuso de confianza (en el valor del dinero) se realice sin que se produzca una reacci6n de protesta masiva. Los pocos grandes comparten el b o t h con muchos peaueiios, Y entre todos estafan a1 individuo aue ahorr6 y que carece de deudas”. 1

Isla Negru, 4/1/1991 Sigo las huellas, en dialLlU> y UlUgldLldb uc v l l g l l l l d V V U U I L , uc I d l U L U l d quc I d zamarreaba constantemiente hasta el dia de 1941, en el cud, ponihdose un par de piedras grandes en elI bolsillo de su abrigo, se ech6 mar adentro con el fin de hallar la muerte en el agua, que fue su elemento preferido. Se trata de lo que Lyndall Gordon llamara “la sustancia volcfinica de su locura”. Aun en broma, most.raba c6mo la muerte era su Gnica invitada real. Una vez dijo: “Me palp0 el cerebn-0, como una pera, para ver si madura; estarfi exquisita para septiembre”. La ceremonia del horror cefiiia su “talante elegiaco”, que alguien definiera. Islu Negru, 7/ 1/ 199I Un suefio extraiio, que no procede de 10s efectos del Clorodiazep6xido: Veo -como James Stewart at Kim Novak, en la segunda parte de Ve‘rtigo- a Elena. Alegre, sonriente, relajacla, como era en 10s primeros aiios del amor, en un bus de

11

Paris, cerca de la estaci6n del metro de Passy. Me dice que se siente perfectamente bien, sin las molestias de esa humanidad que le parecia detestable e indigna. Me cuenta, para que nunca lo olvide, que ahora es (se llama, tal vez) Genevive Trientevic. Que busque sus seiias en La Palabra Israelita. Despierto en paz. El 22 de octubre de 1990 muri6 Louis Althusser. Permaneci6 en un hospital psiquigtrico luego de asesinar a su esposa Elena, a quien dio muerte ahoggndola con un almohad6n. No queria verla sufrir mgs. Le parecia que era una victima sin justificaci6n y que no merecia serlo. Se trataba de una suerte de acto de amor y de caridad definitiva. Leo algo acerca de 61. Desde 10s dias de la Escuela Normal Superior, en la rue d’Ulm, solia hundirse en la depresih, que era esperada por todos sus amigos y discipulos, a1 modo de la llegada de las golondrinas migratorias. Se instalaba en el Infierno, sin posibilidad de salir, muy hondamente, y esperaba disgreggndose en una serie de encuentros con su locura, en el coraz6n del laberinto. Recuerdo que Lire le Capital y Pour Marx fueron textos nacidos de sus cursos. Jose Maria Alponte, en una cr6nica de diario y a prop6sito del libro de Regis Debray, Les masques, dice que las depresiones de Althusser ya formaban parte del Folclore familiar de 10s normalistas. Sus amigos llegaron a tomar por hsbito “no verle m5s que un mes de cada dos, y ello sin inquietarse demasiado”, porque estaban muy bien enterados de c6mo se daban 10s efectos de su neurosis maniaco-depresiva. Entre 1965 y 19’73,en Chile, parecia el vicario del marxismo “verdadero”.Jose Maria Alponte dice que el proyecto althusseriano de una nueva “lectura” del marxismo aparecia “animado por la obsesi6n”.Queria separar a1 marxismo de su influencia originaria, “el hegelianismo de lo absoluto”. A 10s ataques de John Lewis (en Marxism Today), quien le acusaba de ignorar la filosofia de Marx, de no manejar la teoria marxista, de no conocer el pensamiento de Marx, Althusser respond5 con largueza en fiponse.

Isla Negra, 8 / 1/ 199I La gran obscenidad norteamericana que se registra en la frase: Have a problem, we solve it! Se trata, en el fondo, de colmar la vida con las ventas del milagro posible. Ser mgs jbvenes, mfis dingmicos, mAs ricos, m5s gozosos, m5s modernos, mgs consumidores, miis simuladores. Todo se convierte en seducci6n. El verso de Milton, deja que tu mano me p i e un poco mhs all4..., del Samson Agmiste, ofrece la seguridad de hacer de toda incertidumbre una posibilidad del conocimiento oculto. Es algo asi como el “yo quiero amarte” o “c6mo ganar amigos” en pocas lecciones, que llevan a la exaltaci6n de la realidad miis pura como mer0 incidente que es precis0 explorar con vigor y admite el vencer 10s obst~culospara inventar una modalidad ceremonial del “puede el que Cree que puede”, un burdo paralogismo.

I

I

12

Ya hay ur1 libro que se llama El Tao de 10s lideres, versi6n para “ejecutivos”del cl&sicodel ta oismo, Tao Te King. El autor, John Gerder; en 61 se nos enseiia que “si hay tormcmta, dejala rugir: se calmar5”. Lectura de Goethe, por la maiiana: Diario y Anal1?s ( I 749-1805).Me llama la atenci6n lo que refiere de un campesino a quien se vie:ra, durante el sitio de Maguncia, trabajando alegre y tranquilamente su campo, a1 alcance de 10s caiiones, “detriis de un volcado cesto de seroja” (Schanzkorb, 1que sirve para forrar las trincheras). Goethe no se admira por el hecho mismc1, sino que ve a1 individuo de pocos alcances que no resulta capaz de percibir 10s h I Por la tar-de, relectura del Viaje a Italia, de Goethe. Los diarios son un fondo de horror, e n donde la naturaleza no queda mejor parada que en 10s dias del Paleolitico Superior (Golfo Pkrsico, Israel, Mogadiscio, Haiti). Se dice que, a mediados de1 aiio pasado, el Vaticano, en procura de “una inyecci6n de capital fuerte” ( A m irica, Economia, N” 41, julio 1990), ha contratado 10s servicios de una especie de “rnegaagencia” publicitaria brithica, Saatchi & Saatchi. Por todos 10s medios cons1idera precis0 borrar la mala imagen empresarial de la Iglesia luego del embrollo trapisondista del Banco Ambrosiano. Pronto veremos convertida en realidad pur:iaquella escena surrealista o patafisica de Fellini, en su pelicula Roma, cuando 10s c;ardenales se prueban casullas con luces, galas e intermitentes, en un desfile de mc.>delosy paramentos.

Isla NeC IC LUllLCUC inane, en lo politico. Si lo tribal 1U 1 C V d1l C L C LUlllU I d S Y U UCI>I>LCIILC. el cariicter de cruzada, un act(3 estrictamente medieval, el asunto puede durar mucho tiempo y el exterminic3 , el fanatismo, la violencia constante, el terror pueden definir el rango de estzL guerra. iQue Dios no lo quiera! x-^-.-

^ ^ ^ ^ ^ _ ^ _ ^^^ ^ I^^ ^

O

I

Santiago, 18/1/1991 La guerra por el petr6leo irrita

a Ins ihvenes norteameriranns N o niiieren

15

canibiar sangre por el maldito or0 negro. Sobre el espiritu de la “guerra dcE1 Pet r6leo”, a travis del tiempo, sin necesidad de remitirse a 10s dias de Moisis, hz1Y R P ~ ~ ~ P ve T1 I1;hrn A u A P 7;vlrq L L I rla-rle , ~ caplcl ---lAUna h;hl;nmrqGq U w I I u L DL l l l ~ t ~1 la l a 1dida crueldad de 10s magnates y el juego de 10s intereses financieros. Conozcc3 , ademiis, 10s textos de Essad Bey, en donde se anuncia el clima moral que se respir‘a en un mundo en donde 10s pozos determinan una conducta. Recuerdo c6m(I, presumiblemente (como he leido en algunos trabajos) ,jeques Brabes y petrolerc)S texanos “contrataron”a una instituci6n para que diese muerte a1 ingeniero Enric0 Mattei, el italiano que pretendia nacionalizar, en el primer gobierno de la DemcIcracia Cristiana de Italia, la industria y proceder a comercializar el petr6leo sin apelar a 10s intermediarios. Francesco Rossi hizo cine-verdad con la dram5tic:a una bomba avihn historia.’ IPartiendo del momento_en.clue - - _ _ _ - - exnlota -. -=- - _-_en - - - e1 -- - - - nile I-- trai ---_.a -1 - desde Sicilia a Roma a1 ingeniero. Sin embargo, la pasi6n ciilida de Hussein no tiene salida, porque n o reivindic . ., .. . *. . .-. . su posicion antiimperialista, quitando, meaiante la toma de Kuwait, un rinon dc comercio del petrhleo, llegando, con ello, a dominar un 42 a 48% del petr6le mundial; se agrav6 perversamente con una vuelta a1 tim6n de la historia, quc riendo resucitar el viejo estilo de las cuerras de reliciones de la Edad Media. YDar ” v 1 ello, la teoria de la reversibiilidad general no funciona hoy en dia. Su cruc exhibicionismo ante 10s kurdlos, a 10s que trat6 de exterminar; su larga guerra e . contra de IrBn, que bien bail6 Loa0 el verano, en aonae no solo importaPan el us de 10s “materiales”y tecnologia bilica, sino el desangramiento fisico de la pobl: cGn, muestran lo que seria posible esperar de 61. iMisiles caen en Tel Aviv, Haifa y JerusalCn! b

u1vIIU5jluLIu

T r q r t q VU.,Lu.

I

.

L

c

I

~ LA

.

.

~ UL ~LIILAU,

~ L J U L~

c(e

rn..n.-~~~

I.

3

1

em

1

-

1

,?

Santiago, 19/ 1/ 1991 L c r i g u la p u ~ i c i c b a ~para ia L V I I I C I ~ L ~ia I I-eiecruraa e 10s uzanos a e raui luec Estoy ahora mucho mejor preparado para entender algunas cosas que, por escase de conocimientos, no pude descubrir en la primera ocasibn, aquellos dias duro de 1968 en 10s que vagaba por las calles santiaguinas, en el verano, negiindom -por afiin masoquista- a comer y alimentiindome con cafe cortado, cine 1,,,,, A,. L:,.+,.”:--.,.--”...-:--.--ll---L- 1- - __._ :isY l a l l c l . L U l I l U l d uc U U I C L U S I I I l I C L C > d l I U b . v l U > L I U uuc Ilalllaud a la cc~Illt~aslc~Il. 1-- - - - - - ,-1 0-1-1” I J 1 sonreir cuando alguien me decia: “iYa vendriin dias mejores!” Recordando esos dias creo que escribi algo en unas p5ginas de mi Diam‘o qu ’ presumiblemente extravii; di en anotar unas palabras de Rainer Maria Rilke, es adalid de la soledad, por la que luch6 en buenas y malas jornadas, en donde s decia: “Lo que nos sucede posee tal ventaja sobre lo que pensamos, sobre nuestra intenciones, que jam& logramos alcanzarlo y jam& conocer su verdader apariencia”. Lo que me parecia extrafio era que Rilke se refiriera a una iorma de relacioi1 a ilusoria con el mundo, a1 mencionar algo que es un bello absurdo: la “autintic