Marco Aurelio Denegri

MARCO AURELIO DENEGRI EL TELEVIDENTE ____________________ “Como se comprenderá fácilmente, la adicción a la Internet no

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MARCO AURELIO DENEGRI EL TELEVIDENTE ____________________ “Como se comprenderá fácilmente, la adicción a la Internet no es sino una extensión de la adicción televisiva” ____________________

No seré el primero en decirlo ni tampoco el último, parece oportuno repetir y cuanto más en este olvidadizos la siguiente verdad de a folio: Los bienes consigo la televisión no compensan los males originaron por su causa.

pero me país de que trajo que se

Hace más de cincuenta años, cuando advino entre nosotros la televisión y se difundió considerablemente en muy corto tiempo, comenzó el desarrollo firme y sostenido de lo que Giovanni Sartori ha llamado el Homo vídens, el hombre que ve, el vidente, o mejor aún, el televidente. La adicción televisiva fue muy fácil, porque el televisor estaba en casa. Con el cine no pudo ocurrir, porque el cine tenía su propio local. La historia del Homo vídens es la historia de una gran declinación general compuesta de varias declinaciones particulares. La asiduidad, fervor y pertinacia con que los seres humanos ven televisión ha originado en ellos el decaimiento ostensible

de una serie de capacidades: la de abstracción, la discursiva y la simbolizante, además del relegamiento de la lectura y la desincentivación de la reflexión y la meditación, de resultas de lo cual la gente ya no sabe ni puede ensimismarse. Nuestros parientes más próximos, los simios, tampoco se ensimisman. Hemos pues retrocedido y en consecuencia nuestro parentesco con ellos es hoy mayor y por eso nos estamos orangutanizando cada vez más, nos estamos gorilizando a toda velocidad. Como se comprenderá fácilmente, la adicción a la Internet no es sino una extensión de la adicción televisiva y, por de contado (no digo “por descontado”, aunque esta barbaridad haya sido admitida por la Academia); repito pues que por de contado, con el advenimiento de la Posmodernidad, esto es, desde mediados de la década de 1980, asistimos todos al establecimiento definitivo de la Videocracia. Establecimiento al que por otra parte se suma la difluencia drogadiccional y el incremento del alcoholismo, particularmente entre mujeres. Todo ello, naturalmente, ha despotenciado a ambos sexos. Hoy las mujeres lubrican menos, o ya no lubrican, y a las multiorgásmicas y eyaculadoras hay que buscarlas con lupa. Y en cuanto a los hombres, abundan los treintones que sólo pueden ejercer el sexo si recurren a algún fármaco repotenciador. Antes solamente les ocurría a los viejos, pero en la actualidad la vejez sexual es una ocurrencia lamentable que antecede a la vejez propiamente dicha, y la antecedencia es de muchos años.