Manual Tecnico

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MANUAL DEL CULTIVO DE LA REMOLACHA 2007 - 2008 Editado por Iansagro S.A.



Area de Investigación Agrícola Panamericana Sur km. 385 Chillán, Chile Edición: julio 2007 Contenidos Preparación de suelos, Osvaldo Erbetta Fertilización, Carlos Jorquera Variedades de remolacha recomendadas, Osvaldo Erbetta Control de malezas, Ramiro Paillalef Plagas y enfermedades, Ramiro Paillalef Riego tecnificado, Ricardo Merino Maquinaria, Osvaldo Erbetta Cosecha, Osvaldo Erbetta Coordinación Loreto Agurto Fotografía Enrique Siqués y Area de Investigación Agrícola de Iansagro Diseño gráfico Doblegiro Impresión Gestión Gráfica Ltda. Ninguna parte de este manual puede ser reproducida sin la autorización previa y por escrito de Iansagro S.A.

preparación

de suelos

manual del cultivo de la

remolacha 2007 2008





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Preparación de suelos umedad H Incorporación de residuos Control de malezas Fragmentación del suelo en profundidad (laboreo primario) Afinamiento de la cama de siembra (laboreo secundario)



19 21 22 23 29

Fertilización Disponibilidad de nutrientes y acidez del suelo (beneficios del encalado) ¿Cómo fertilizar? ¿Cuánto fertilizante aplicar? (Pautas para determinar las recomendaciones de dosis y fechas de aplicación) ¿Cuándo fertilizar?



35 38 39 40 40

Variedades de remolacha recomendadas Aprobación comercial Recomendación para las siembras 2007 Dosis de semilla Fecha de siembra



41 44 45 46 47 48 49 50 51 52

Control de malezas Barbecho químico Control en preemergencia Recomendación general para malezas en punto verde hasta cotiledón Sello Recomendación para chufa Recomendación para malezas no controladas oportunamente Recomendación para ambrosia, malvilla y sanguinaria Recomendación para cicuta y zanahoria Recomendación para alfalfa, cardo, clonqui, falso té, maravilla, papa y sietevenas



53 54 56 57

Recomendación para gramíneas (chépica, hualcacho, maicillo) Control de cúscuta Espera para sembrar remolacha según herbicidas del cultivo anterior Riesgos por herbicidas de otros cultivos



63 66 67 69 70 71 72 73 76 78

Plagas y enfermedades Afidos y amarillez virosa Langostinos y marchitez amarilla Minahojas Insectos del suelo Arañitas Cuncunillas y pilmes Insecticidas para el control de plagas Complejo de enfermedades foliares: oídio, cercóspora, roya y ramularia Otras enfermedades



81 84 85 87 89

Riego tecnificado Riego de nascencia y primeros estados Riego de cultivo Riego de mantención Riego por alas móviles

91 93 98 101

Maquinaria Sembradora de precisión Abonadora Pulverizador

107 109 110

Cosecha Limpieza Recomendaciones para un correcto descoronado

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de suelos umedad H Incorporación de residuos Trituración Descomposición Epoca Equipo Control de malezas Fragmentación del suelo en profundidad (laboreo primario) Equipos para labores verticales Equipo para labores horizontles Equipos que combinan laboreo primario y secundario Epoca del laboreo primario Afinamiento de la cama de siembra (laboreo secundario) Equipo para el laboreo secundario

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a primera labor agrícola que demanda el cultivo de remolacha es la preparación del suelo. El objetivo de esta faena es generar en el potrero las condiciones físicas necesarias para que las semillas puedan ser depositadas a una profundidad uniforme en la siembra –uno de los requisitos para la nascencia homogénea de las plántulas– y facilitar el posterior desarrollo radicular de la remolacha. Acorde con esto, el resultado de

la preparación debe ser un suelo fragmentado en profundidad, libre de residuos y malezas en la superficie, con aireación adecuada y una cama de siembra nivelada y afinada.

Para cumplir esta meta es aconsejable diseñar un plan de trabajo y ceñirse rigurosamente a él en cada etapa, asegurar en forma anticipada la disponibilidad de los equipos adecuados y supervisar que cada labor se realice con altos estándares de calidad. Las faenas agrícolas de la preparación de suelo abarcan cuatro ámbitos: • Incorporación de residuos del cultivo anterior. • Barbecho químico para el control de malezas. • Fragmentación del perfil del suelo en profundidad, de forma que no existan restricciones al desarrollo de las raíces (laboreo primario). • Afinamiento de la cama de siembra, con pequeños terrones, de 1 a 2 cm, que impidan la formación de costra en la superficie (laboreo secundario). La secuencia de las labores de preparación está ligada tanto a las propiedades físicas del suelo (textura y estructura) como a su contenido de humedad y a factores agronómicos (incorporación de residuos y control de malezas).

Propiedades físicas del suelo La textura del suelo indica la dominancia de un determinado tamaño de partículas. Las gruesas (0,05 a 2 mm) se denominan arena; las intermedias (0,002 a 0,05 mm) corresponden a limo, y las finas (menores que 0,002 mm) son arcilla. En el suelo trumao –de origen volcánico– están presentes los tres tipos de partículas, por lo que es considerado similar al suelo franco. La textura del suelo aluvial generalmente se asemeja a la del arenoso. En el suelo, las partículas –arena, limo y arcilla– están agrupadas en agregados, los que determinan su estructura natural. Textura y estructura natural del suelo

Textura

Calidad estructural

Arcilloso Limoso Arenoso Trumao Aluvial

Estructura Estructura Estructura Estructura Estructura

adecuada escasa escasa escasa escasa

Un suelo con estructura de buena calidad es el que presenta un intercambio gaseoso (aireación) adecuado y ausencia de compactación o pie de arado. La preservación de la calidad natural de la estructura del suelo está asociada a factores que dependen del manejo del agricultor: el número de labores realizadas, la calidad de los equipos utilizados y las condiciones del suelo al momento de ejecución de la labranza (principalmente su contenido de humedad). El mejoramiento de la calidad estructural del suelo es un objetivo que el agricultor puede conseguir en el largo plazo, mediante un trabajo sostenido de incorporación de residuos (materia orgánica) después de cada cosecha y la correcta realización de las faenas, en oportunidad, número y tipo de equipos utilizados.

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Humedad En todas las faenas de preparación de suelos la condición óptima para la labranza es el suelo friable (los terrones se disgregan fácilmente al presionarlos) o semifriable (un poco menos húmedo que el anterior). La humedad es aportada por la lluvia, por lo que la incorporación de residuos de la cosecha anterior se hace habitualmente cuando han caído las primeras precipitaciones de otoño, en tanto las fechas del laboreo primario y secundario están generalmente asociadas a la humedad proporcionada por las lluvias invernales. Cuando se trabaja el suelo en condiciones de

excesiva humedad se perjudica su estructura, lo que provoca problemas de falta de aireación, compactación o pie de arado. Si, por el contrario, la humedad es insuficiente, aumentan en forma importante los requerimientos de potencia de la maquinaria y la profundización de las labores es insuficiente, aun cuando la fragmentación sea incluso mayor. En suelos arcillosos, la falta de humedad dificulta mucho la reducción de los terrones grandes, lo que finalmente deriva en un sobrelaboreo, con el consiguiente aumento de costos y compactación.

El resultado de la preparación de suelos depende casi enteramente del manejo agronómico: la idoneidad de los equipos usados y la oportunidad y calidad de cada labor.

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Incorporación de residuos Las labores de preparación de suelo para la remolacha se inician con la incorporación, total o parcial, de los residuos o rastrojos del cultivo anterior, los que deben quedar distribuidos en forma homogénea en la zona arable del perfil del suelo, de manera de aprovechar sus nutrientes (carbono, nitrógeno, fósforo y potasio) y obtener los beneficios adicionales que ellos aportan: ausencia de erosión y mejoramiento de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. La peor decisión agronómica respecto del manejo del suelo es no incorporar los residuos, ya que en este caso se deberá optar por la quema (fuego), que si bien cumple el propósito eliminar los rastrojos, representa pérdida de nutrientes –con el consiguiente costo económico de reponerlos posteriormente mediante aplicaciones–, daña las propiedades físicas (estructura) y la capacidad biológica del terreno, además de ser una fuente de contaminación. La quema no es una recomendación agronómica y se prevé que será prohibida en Chile.

Trituración

Para un manejo agronómico correcto, los residuos deben ser picados en trozos de 2 a 3 cm,

de manera de aumentar la superficie de contacto con los microorganismos del suelo y facilitar su descomposición. Esta labor debe ser hecha en la misma cosecha y/o inmediatamente después de ella, utilizando equipos simples (trituradoras de residuos) o, si la siembra fue de cereales, con los repicadores de paja de las máquinas automotrices y un distribuidor que esparza homogéneamente los restos vegetales al ancho de cosecha.

Descomposición El nitrógeno es vital en el proceso de descomposición de los residuos, ya que de él obtienen su energía los microorganismos del suelo. Pocos cultivos producen rastrojos con una relación carbono/nitrógeno (C/N) estrecha (20:1 o inferior), cuya descomposición logra completarse espontáneamente antes de la siguiente siembra. Por lo general –y especialmente en los cultivos de maíz y otros cereales– el contenido de carbono de los residuos es muy superior al de nitrógeno (30:1 o más), lo que no sólo dificulta la descomposición sino que, en combinación con factores como una fertilización pobre de la siembra anterior, temperaturas bajas y escasa humedad, puede incluso impedirla.

preparación

de suelos Para facilitar la degradación de los residuos y evitar el fenómeno conocido como “hambre de nitrógeno” (carencia de este elemento en la cantidad necesaria para permitir la actividad de los microorganismos del suelo), la recomendación general es agregar 7 kilos de nitrógeno por tonelada de materia seca en la labor de incorporación de los residuos. La alternativa más económica –no nece-

sariamente la adecuada en todos los casos, dado su efecto acidificante– es la urea (ver tabla). La determinación de la dosis exacta de nitrógeno requerida en cada caso debe considerar el tipo y volumen de los residuos, el contenido de humedad

y temperatura del suelo, y el plazo entre la incorporación y el laboreo. La necesidad de estas aplicaciones es más aguda en suelos livianos y arenosos, dada su baja disponibilidad natural de nitrógeno. Relación carbono/nitrógeno en rastrojos Rastrojo Relación C/N

Paja de trigo, avena, cebada Caña de maíz Leguminosas Indice óptimo del suelo al momento de siembra

80:1 50:1 15–35:1 10:1

Dosis de nitrógeno necesaria para corregir la relación carbono/nitrógeno en la incorporación de residuos Rastrojo Rendimiento Rastrojo en Nitrógeno (14% humedad) superficie a aplicar t/ha t/ha kg/ha

Trigo Maíz Porotos

5 – 6 10 – 12 2 – 3

6 – 7 11 – 12 1 – 1,5

66 – 77 77 – 84 5 – 7,5

Dosis Dosis urea CAN kg/ha kg/ha

140 – 165 165 – 180 10 – 16

244 - 285 285 - 311 18 - 28

NOTA: Esta adición de nitrógeno debe ser incluida en el cálculo de la dosis que necesita la siembra de remolacha. En términos generales, al menos el 40% de la cantidad aplicada para descomponer residuos queda disponible para el cultivo siguiente. Para una estimación más precisa se debe considerar también el tipo de suelo, riego, época de aplicación y contenido previo de nitrógeno del terreno.

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Luego de una cosecha de cereales, los residuos son triturados en trozos de 2 a 3 cm con el repicador de paja de la máquina automotriz. Contando el suelo con humedad adecuada, se realiza la incorporación de los residuos, junto con el nitrógeno y, si aún no se hubiera hecho, la cal. El nitrógeno facilita y acelera el proceso de descomposición que se desarrolla durante el invierno.

Epoca

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El error más grave en la preparación de suelos es el sobrelaboreo, que genera compactación y altos costos, perjudicando tanto el manejo agrícola de la siembra como su rentabilidad.

La incorporación del rastrojo (esto es, la mezcla de suelo con el residuo) debe ser realizada, en lo posible, al mismo término de la cosecha, asegurándose de que el suelo tenga la humedad adecuada. De esta manera, el proceso de descomposición del rastrojo podrá desarrollarse durante todo el invierno. Como norma, para lograr un buen resultado el plazo entre la incorporación del residuo y la siembra debe ser de al menos 90 días. Mientras más prolongado sea este período, menor será la probabilidad de enfrentar problemas de “hambre de nitrógeno”. Y, por el contrario, mientras más próxima sea la incorporación a la fecha de siembra, mayor será la relevancia de la aplicación adicional de nitrógeno para acelerar la descomposición. En aquellos casos en que se ha sembrado alguna gramínea de invierno –sea para talaje o para mantener una cubierta vegetal verde en el suelo durante la temporada de lluvias–, se debe incorporar el rastrojo en junio o julio. Los residuos en esa época están verdes, tienen una relación carbono/nitrógeno adecuada y alto contenido de humedad, de manera que su descomposición es rápida y se consigue el aporte de nutrientes al suelo buscado.

Equipo En la incorporación deben ocuparse equipos especializados, para asegurar que la faena se realice

en forma superficial y homogénea en el perfil del suelo. Esto obedece a que la masa microbiana se desenvuelve superficialmente, donde la temperatura es más alta. Equipos específicos y muy eficientes para esta labor son los incorporadores– mezcladores de residuos, normalmente disponibles en Chile a través de prestadores de servicios. La labor puede ser aprovechada también para agregar la cal, si esta aplicación no se hizo en forma temprana, acorde a la recomendación. El uso de la rastra de disco permite incorporar alrededor del 30% de los residuos en una pasada. Tiene la cualidad de trabajar superficialmente, pero la decisión de hacer varias pasadas para mejorar la incorporación causa perjuicios en términos de compactación, además de incrementar los costos. El arado de vertedera no es recomendado para esta faena. La profundidad a la que opera, de 10 cm o más, es excesiva para la incorporación de residuos, por lo que el proceso de descomposición se vuelve más lento y se genera el riesgo de “hambre de nitrógeno” para el siguiente cultivo.

preparación

de suelos

Control de malezas Una de las condiciones para llegar a la siembra de remolacha con un suelo limpio es controlar la maleza mediante un barbecho químico. Los mejores resultados se consiguen al realizar un tratamiento anticipado, en otoño, especialmente eficaz para disminuir el rebrote de malezas anuales y de reproducción vegetativa, como chépica, maicillo, pasto cebolla, pata de laucha, falso té, carricillo o suspiro y correhuela, entre otras. En caso de una nueva infestación, se debe repetir la aplicación un mes antes de sembrar. Para lograr la máxima efectividad posible, el barbecho químico debe ser hecho cuando las malezas estén en etapa de activo crecimiento, esto es, al menos 30 días después de su emergencia (cuando el suelo tiene el contenido de humedad y temperatura adecuadas para su desarrollo), período que habitualmente corresponde a principios o mediados de otoño.

Precauciones • Nunca aplicar cal antes del herbicida. Si esta aplicación está pendiente, hacerla al menos un día después del barbecho químico. • Algunos herbicidas destinados a barbecho químico tienen efectos residuales, por lo que no deben ser utilizados en un suelo destinado a remolacha, independientemente de la fecha de aplicación.

Para un eficaz control de malezas en la preparación de suelos se debe hacer un barbecho químico en otoño. Este tratamiento anticipado permite disminuir en forma importante el rebrote de la maleza. Barbecho químico Recomendación general Herbicida base

Dosis Volumen Adyuvante herbicida de agua litros/ha litros/ha

Roundup Full II 3 – 3,5

100

NOTA: También se pueden usar otros herbicidas que tengan como ingrediente activo el glifosato, aplicando la dosis recomendada en la etiqueta del producto. Para diluir el herbicida se debe usar siempre agua limpia.

Fragmentación del suelo en profundidad laboreo primario El perfil del suelo (la zona donde se desarrollará la remolacha) debe ser fragmentado a una profundidad de 35 cm (30 cm si no fuera posible más) y quedar libre de residuos en la superficie, faena que se denomina laboreo primario. Las condiciones en que se encuentra el suelo al momento de hacer este trabajo determinan el tipo de labor a realizar: • En terrenos libres de residuos se pueden hacer labores verticales, las que fragmentan el perfil sin invertir el suelo. • Obligadamente en suelos que tienen residuos en la superficie, y opcionalmente en suelos limpios, se hacen labores horizontales, en las que se invierte el suelo.

No utilizar

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Una forma rápida y fácil de medir la profundidad de la fragmentación es usando el penetrómetro, un instrumento de fierro de 90 cm de largo, con forma de T (similar a un barreno), graduado cada 10 cm. Luego de unos 50 metros de pasada del equipo, se mide la profundidad alcanzada. Si es insuficiente, se debe corrigir y, luego de una corta pasada del equipo en sentido contrario a la primera, volver a examinar. En caso de que el agricultor no tenga un penetrómetro, puede reemplazarlo por algún implemento similar que sirva a este propósito (por ejemplo, un fierro) que penetre en el suelo fácilmente, sin ejercer presión excesiva.

Equipos para labores verticales (Sólo en terrenos libres de residuos)

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• Escarificadores: penetran entre 35 y 45 cm. Son los que logran mejores resultados en términos de profundidad y de fragmentación del perfil del suelo, dada la firmeza estructural de los equipos y la calidad del corte de sus elementos, similares a “cuchillos” que penetran el terreno. • Subsoladores (tipo Yimpa): deben penetrar 35 a 60 cm, según la profundidad de las capas endurecidas. El espaciamiento entre las patas depende del contenido de humedad del suelo. Si la condición es semifriable (en la que se logra el mejor resultado), la separación entre las patas será de 50 cm, y si es friable, de 35 cm. No se recomienda trabajar en suelo seco: exige mayor potencia del tractor, la profundidad es menor y se sacan a la superficie bloques de terreno duros,

muy difíciles de achicar, lo que aumenta los costos y perjudica la estructura del suelo.

Equipo para labores horizontales

(en suelos con residuos, opcionalmente en suelos limpios) • Equipo: sólo se recomienda el arado de vertedera, que invierte parcialmente el suelo. • Profundidad de trabajo: 30 a 35 cm desde el corte del arado hasta el fondo del surco. • Potencia y velocidad de operación: según textura del suelo, compactación, contenido de humedad, profundidad deseada y ancho de corte. • Anchura de trabajo: en algunos equipos puede ser regulada a medidas de entre 12 y 20 pulgadas entre cortes de las vertederas, ajustándose dicho espaciamiento según la potencia del tractor. En otros casos sólo es posible hacer la regulación en terreno, debiendo ubicarse el equipo en posición horizontal respecto al suelo.

Cuando los residuos superficiales son muy abundantes o se quiere agregar algún tipo de

enmienda (cal, materia orgánica), es recomendable utilizar en el arado de vertedera un complemento denominado raedora o raseta, similar a un cuerpo de arado de pequeño formato, que se coloca delante del cuerpo normal. Este implemento corta una franja de poca profundidad y anchura en el suelo y arroja la tierra al fondo del surco, mejorando la incorporación de los residuos, según se aprecia en la siguiente ilustración:

Inversión del suelo con arado de vertedera sin raseta: la incorporación es deficiente, por lo que la vegetación (residuos y malezas) continúa desarrollándose.

Volteo del suelo con arado de vertedera y raseta: facilita la incorporación de los residuos, ya que la porción de suelo cortada por la raseta pasa al fondo del perfil.

preparación

de suelos Equipos que combinan laboreo primario y secundario • Arado vertedera con rodillo packer (en suelo con o sin residuos). • Escarificador con rodillo jaula (sólo en suelo limpio). Tienen la ventaja de disminuir el número de pasadas del tractor por el potrero, logrando mayor eficiencia en las labores de preparación de suelos, una reducción importante de los costos y, especialmente, mínima compactación del suelo.

Epoca del laboreo primario La elección de la fecha está directamente asociada a la textura del suelo. • En terrenos limosos, arenosos y trumaos –de escasa estructura–, es aconsejable hacer el laboreo primario en una fecha muy cercana a la siembra, después de la temporada de

grandes lluvias. Los trabajos de otoño e invierno en estos suelos se deben limitar al control de

malezas mediante barbechos químicos, y la incorporación superficial de enmiendas calcáreas, a través de rastras de disco, vibrocultivadores o incorporadores de residuo. La postergación de las labores primarias en estos casos busca: • Evitar la necesidad de repetir las labores profundas en primavera, como consecuencia de la compactación producida por las lluvias de invierno. • Facilitar la siembra temprana. Suelos trabajados en otoño generan el efecto “colchón de agua”, dado que conservan más humedad en el perfil, especialmente los de textura arcillosa. En cambio, si se atrasan las labores, el perfil del suelo tendrá menor contenido de agua, resultará más fácil entrar al potrero y existirán mejores condiciones para la siembra temprana. • En suelos con un contenido de arcilla sobre 40% –de buena estructura–, las labores primarias pueden efectuarse ya en otoño, puesto que el efecto compactador de las lluvias invernales no alcanza gran magnitud en ellos, quedando pendiente para la primavera sólo el afinamiento de la cama de semillas. Como hacer el laboreo primario Textura del suelo Epoca

Arcillosa Limosa Arenosa Trumao

A partir del otoño, según humedad del suelo Salida de invierno Salida de invierno Salida de invierno

Afinamiento de la cama de siembra laboreo secundario La última faena en la preparación de suelos es el afinamiento de la cama de siembra o laboreo secundario, cuyo resultado final debe ser un suelo nivelado, asentado y mullido, con presencia de pequeños terrones, de 1 a 2 cm, que impidan la formación de la costra que de lo contrario es provocada por las lluvias o por los riegos, cuando la presión es excesiva o las gotas son demasiado grandes, como a veces ocurre con los sistemas de carrete. El buen resultado de las labores en la superficie favorece la germinación y nascencia de la remolacha.

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Si los resultados del laboreo primario han sido muy buenos, la preparación de la cama de semilla sólo requerirá labores mínimas.

Equipo para el laboreo secundario La textura del suelo determina el tipo de preparador de cama de siembra a utilizar. • En suelos livianos (limosos, arenosos, aluviales, trumaos y francos) se recomiendan las rastras combinadas tipo Germinator, Terramax, Terra,

Kompactor y Optimator, las que cuentan con palas niveladoras, escardillas y rodillos compactadores de diferentes diseños. Si la oportunidad y uso del equipo es correcto, bastará una sola pasada para dejar el suelo perfectamente preparado para

la siembra, esto es, con terrones pequeños que impedirán la formación de la costra superficial producida por las lluvias. Si en estos suelos, de poca estructura, se utiliza la rotofresadora, deberá aumentarse la velocidad de trabajo, disminuir la rotación del elemento girador y aumentar la presión de los rodillos, de manera de no dañar la estructura del suelo. • En suelos de textura pesada (arcillosos, franco arcillosos y en ocasiones los francos) se deberá optar por los equipos accionados por el tomafuerza del tractor, como la rotofresadora.

Estos disponen de elementos giratorios que mullen el suelo en forma homogénea y rodillos compactadores, tipo packer, que asientan el lecho de siembra.

18 Equipos recomendados para el laboreo primario y secundario Laboreo primario Condición de la superficie

Tipo de labor Equipo (profundidad de fragmentación)

Con o sin residuos

Horizontal

Arado de vertedera (30 – 35 cm)

Sin residuos

Vertical

Subsolador (35 – 60 cm) Escarificador (35 – 45 cm)

Laboreo secundario Faena Equipo

Nivelación del suelo y reducción de terrones

Vibrocultivador (sólo una pasada)

Preparación de cama de siembra

Rastra combinada tipo Germinator Rotofresadora con rodillo packer

Combinación de laboreo primario y secundario Faena Equipo

Fragmentación del suelo y preparación cama de siembra



Arado vertedera con rodillo packer Escarificador con rodillo jaula

fertilización isponibilidad de nutrientes y acidez del D suelo (beneficios del encalado) ¿Cómo fertilizar? ¿Cuánto fertilizante aplicar? (pautas para determinar las recomendaciones de dosis y fechas de aplicación) Nitrógeno (N) Fósforo (P) Potasio (K) Azufre (S) Boro (B) ¿Cuándo fertilizar? S.O.S. en postemergencia

20

fertilización

fertilización e l objetivo de la fertilización es asegurar que el cultivo disponga de los nutrientes necesarios para alcanzar los máximos rendimientos en raíces y polarización, junto con obtener remolacha de alta calidad tecnológica. La principal fuente de suministro es el suelo, pero como sus reservas son generalmente insuficientes para cubrir la demanda de la siembra, deben ser complementadas o corregidas con la aplicación de fertilizantes. La primera tarea, por tanto, es conocer el tipo y la cantidad de nutrientes disponibles en el suelo. La mejor herramienta de diagnóstico conocida es el análisis de suelo, el que debe ser hecho individualmente para cada potrero, dado que las condiciones de los mismos varían según el manejo, cultivos anteriores, clima y riego. Establecido el aporte de nutrientes del suelo y conociendo los requerimientos del cultivo, es

posible determinar la dosis de fertilizantes que se debe suministrar a la siembra para alcanzar la meta final de rendimiento. Tipos de nutrientes

Los nutrientes del suelo se agrupan según los volúmenes de ellos que las plantas requieren. Los macronutrientes son aquellos que el cultivo consume en mayor proporción: nitrógeno, fósforo y potasio. Habitualmente, su presencia en el suelo es insuficiente. Los nutrientes secundarios son el azufre, el magnesio y el calcio. La demanda por ellos es menor y su disponibilidad en el suelo es muchas veces suficiente para satisfacer el requerimiento de las plantas. Los micronutrientes son el boro, manganeso y zinc. El cultivo los necesita en dosis pequeñas y sólo se aplican cuando su contenido en el suelo es muy bajo.

Disponibilidad de nutrientes y acidez del suelo Beneficios del encalado El resultado de la fertilización está estrechamente relacionado con el pH del suelo. Si la acidez es alta (pH de 5,5 o inferior), se restringe la disponibilidad de los nutrientes para la remolacha a la vez que aumenta la disponibilidad de elementos tóxicos (hierro, aluminio, y manganeso cuando se presenta en cantidad excesiva), que provocan grandes mermas de rendimiento. La recomendación universal es aumentar el pH del suelo mediante la aplicación de cal, la que favorece la extracción de nutrientes por parte de las plantas

y sirve de antídoto frente al riesgo de toxicidad, puesto que vuelve solubles los elementos dañinos, permitiendo que se alejen de la zona radicular del cultivo. La labor de encalado debe ser realizada al menos 30 días antes de la siembra. Si el pH del suelo es inferior a 6, la aplicación de cal debe tener una anticipación mínima de 60 días con una dosis de al menos 6 t/ha. La cal se activa en contacto con el suelo, por lo que debe ser incorporada al mismo momento de la

21

Para evitar el riesgo de toxicidad y, en general, favorecer la extracción de nutrientes por parte de las plantas, se recomienda realizar una labor de encalado del suelo al menos 30 días antes de la siembra. Si el pH del suelo es inferior a 6, la aplicación de cal debe tener una anticipación mínima de 60 días con una dosis de al menos 6 t/ha. aplicación. Equipos adecuados para esta labor son la rastra, el vibrocultivador y el incorporador de residuos. La cal también puede ser incorporada durante las labores primarias de preparación de suelo, con arado vertedera (incorporación parcial en el perfil del suelo) o subsolador.

¿Qué hacer si faltan menos de 30 días para la siembra? Aun en este caso es aconsejable aplicar. Aunque el resultado no sea óptimo, el cultivo, dado su largo período vegetativo, logra aprovechar gran parte de los beneficios de la cal. Cal Iansa El aporte de Cal Iansa mejora las características físicas y químicas del suelo, a la vez que agrega nutrientes fácilmente utilizables por el cultivo. Composición de la Cal Iansa

Materia seca mínima Carbonato de calcio (CaCO3) Calcio total (Ca) Magnesio total (Mg) Potasio total (K2O) Fósforo total (P2O5) Nitrógeno total (N) pH

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70 % 83 % 32 % 1 % 0,01 % 1 % 0,3 % 8,5

Dosis de Cal Iansa según pH del suelo

pH

Dosis

Menor a 6,0 6,0 - 6,3 Mayor a 6,3

t/ha 6 4 2

¿Cómo fertilizar? La forma óptima de aplicación de los fertilizantes depende del tipo de suelo que se esté trabajando. La recomendación general es aplicar al voleo

(en cobertera), técnica que logra buenos resultados y que no tiene restricciones en suelos arcillosos, aluviales y arenosos, dado que éstos no presentan actividad fijadora de fósforo. La abonadura se hace con trompo, antes de la última labor de preparación de suelo, y se incorpora con germinator o rotofresadora.

En los suelos trumaos (de origen volcánico), que sí tienen la característica de fijar el fósforo, es necesario diferenciar los casos en que las condiciones técnicas y agronómicas permiten aplicar la mezcla de fertilizantes (Iansafert) al voleo (incorporándola con las labores de afinamiento de la cama de semilla), de aquellos en que se debe localizar el fósforo al momento de la siembra, aun cuando ello haga más lenta esta faena e implique alterar la cama de siembra (ver tabla pág. 27).

fertilización Cuando se recurre a esta técnica, el fertilizante debe ser aplicado con la máquina sembradora y quedar localizado a una distancia de 5 cm de la semilla y 10 cm de profundidad.

Las aplicaciones de nitrógeno, potasio, azufre y boro en postemergencia deben ser hechas preferentemente al voleo, dada la solubilidad y movilidad de estos nutrientes.

¿Cuánto fertilizante aplicar? Pautas para determinar las recomendaciones de dosis y fechas de aplicación NITRÓGENO (N) Existen dos factores clave para definir la dosis de nitrógeno que se debe aplicar al cultivo de remolacha: • Características físicas del suelo (profundidad y textura). • Contenido inicial del potrero (según estimación del residual dejado por la incorporación de rastrojos del cultivo anterior). Es vital valorar debidamente la influencia de estos dos factores cuando se busca calcular el aporte total de nitrógeno que el cultivo requiere puesto que, así como se reconoce que el nitrógeno es el nutriente más importante en la postemergencia, también es sabido que el exceso de este elemento es perjudicial para la remolacha, ya que reduce su polarización y su calidad tecnológica. En ensayos realizados en suelos trumaos después de alfalfa, los testigos (con cero aporte de nitrógeno) han obtenido rendimientos de 90 toneladas de raíces limpias por hectárea, demostrando que, en ciertos casos, basta una pequeña dosis inicial de nitrógeno para lograr muy buenos resultados.

Nitrógeno en suelos trumaos y arcillosos En los suelos profundos con escasa estructura como los trumaos y en aquellos donde hay dominancia de partículas finas, como los arcillosos, existen condiciones adversas de dinámica de flujos en el suelo, lo que determina que el nitrógeno se mantenga en el perfil, conservando gran parte de la dosis de excedente del cultivo anterior o generada por la incorporación de residuos frescos.

Para estos casos, se recomienda aplicar una dosis total máxima de 150 unidades/ha , dividida

en parcialidades, con el fin de maximizar la eficiencia del fertilizante. El número de porciones en que se debe repartir la dosis total depende de la textura del suelo. La recomendación general es incorporar una parte menor (30 a 50 unidades) al momento de la siembra y realizar al menos dos aplicaciones en postemergencia: primero, cuando la remolacha tiene cuatro hojas verdaderas, y luego, cuando cuenta con 12 hojas. Dado que la fecha en que la remolacha alcanza estos estados de desarrollo depende de la oportunidad de la siembra y de las condiciones generales de manejo, la recomendación general es no adelantar las aplicaciones si la planta no presenta aún las características indicadas, ni realizar

23

El nutriente más importante en la postemergencia es el nitrógeno. Pero el exceso de este elemento reduce la polarización y la calidad tecnológica de la remolacha. En consecuencia, al calcular la fertilización total que el cultivo requiere, se debe considerar el aporte de nitrógeno del cultivo anterior (rotación) y las características físicas del suelo, ya que éstas son determinantes en la reserva natural de nutrientes.

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la segunda aplicación en una fecha cercana a la primera. Como pauta, la segunda dosis de nitrógeno debe ser incorporada entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre.

Nitrógeno en suelos arenosos En suelos de textura gruesa como los arenosos,

perderse por lixiviación y volatilización.

En estos casos, se debe aplicar una dosis muy temprana (incluso en presiembra o junto con la siembra, siempre que se utilicen fuentes nítricas no tóxicas para la nascencia) y, posteriormente, en lo posible, más de dos aplicaciones, espaciándolas hasta mediados de enero, dada la baja capacidad de retención de nitrógeno que tienen estos suelos.

Reserva y “hambre” de nitrógeno La incorporación al suelo de residuos de cultivos anteriores de difícil descomposición y que tienen relaciones carbono-nitrógeno (C/N) muy altas (sobre 50:1) causan trastornos en la disponibilidad de nitrógeno, que deben ser corregidos con aplicaciones destinadas a acelerar la descomposición. Los procesos más lentos corresponden a los rastrojos de trigo y maíz, para los cuales la recomendación es aplicar 15 kilos de urea por cada tonelada de residuo. La urea es la opción más barata, pero también se pueden utilizar otras fuentes de nitrógeno. Por tanto, si la siembra de trigo produce típicamente 8 toneladas de rastrojo por hectárea, en forma previa a la labor de incorporación se deben aplicar 120 kilos de urea por hectárea. En el caso del maíz, los residuos son habitualmente de 12 t/ha, de manera que la adición de urea debe alcanzar a 180 kg/ha. El 40% o más de estas dosis (según el tipo de suelo, riego, época de aplicación y contenido previo de nitrógeno del suelo) estará

existe gran permeabilidad a la solución

posteriormente disponible para la remolacha,

agua+nutriente , la que se mueve rápidamente por

por lo que es importante considerarlas al definir

el perfil y tiene, por tanto, altas probabilidades de

el requerimiento total del cultivo .

fertilización Fuentes de nitrógeno La mejor condición de acidez del suelo para la producción de remolacha es un pH en torno a 6,5. Por este motivo, el Programa de Fertilización de Iansagro privilegia el uso del nitrato de amonio cálcico, CAN, que, por ser una fuente nitrogenada neutral, evita acidificar el suelo. La fuente alternativa es la urea. Más barata, tiene sin embargo dos inconvenientes cuando es aplicada en dosis altas. Por una parte, acidifica el suelo, y por otra, afecta la calidad tecnológica y el rendimiento industrial de la remolacha, dado que el cultivo absorbe nitrógeno como amonio. Con la finalidad de mantener inalteradas las condiciones químicas y físicas del suelo, el uso de urea debe sujetarse a las siguientes restricciones: • La dosis máxima total no debe superar las 150 unidades de nitrógeno. Si la supera, no se debe usar urea. • El suelo debe tener un pH de más de 6,3. • La siembra debe contar con riego tecnificado. • Previamente se deben haber aplicado al menos 2 toneladas de Cal Iansa por hectárea.

25 Dosis de nitrógeno a aplicar Contenido inicial ALTO MEDIO BAJO de N del suelo 100 kg/ha 70 kg/ha 40/ha Reserva de N del suelo según cultivo

Alfalfa Trébol rosado Leguminosas

Maíz grano Tomate industrial Papa Pradera mixta

Trigo Cebada Avena Pradera natural Pradera artificial degradada

TRUMAO (1) ARCILLOSO PROFUNDO

100

120

150

ARENOSO ALUVIAL TEXTURA GRUESA

120

150

200



Recomendación dosis total de N según contenido inicial y tipo de suelo

kg/ha

(1) En suelos trumaos, arcillosos y profundos siempre es preferible “equivocarse” aplicando una dosis

inferior a la necesaria, que luego se puede corregir, que incorporando un exceso de nitrógeno, ya que éste perjudica el desarrollo de la remolacha. NOTA: Se exceptúan de la norma general los suelos de textura franco arenosa (zona Los Angeles), deben ser fertilizados con dosis total media de 250 unidades de nitrógeno y con aplicaciones muy tempranas. En suelos en que se han incorporado purines y desechos orgánicos es recomendable no aplicar más de 100 unidades totales de N y hacer las aplicaciones en fechas tempranas (no después de que la planta tenga 4 a 6 hojas verdaderas).

Fechas de aplicación de nitrógeno

Tipo de suelo Número de dosis

TRUMAO ARCILLOSO PROFUNDO ARENOSO ALUVIAL TEXTURA GRUESA

Mínimo 3 4

Fechas de aplicación

1a. aplicación: dosis menor (30 a 50 unidades) con la siembra 2a. aplicación: planta con 4 hojas verdaderas 3a. aplicación: planta con 12 hojas verdaderas (fecha tope: 15 diciembre) 1a. 2a. 3a. 4a.

aplicación: en presiembra o siembra aplicación: planta con 4 hojas verdaderas aplicación: planta con 12 hojas verdaderas aplicación: al cierre de hileras (fecha tope: 15 enero)

En suelos arenosos, aluviales y de textura gruesa, la dosis total debe ser dividida en porciones iguales para cada aplicación. Las aplicaciones de nitrógeno en postemergencia deben ser hechas preferentemente al voleo, dada la solubilidad y movilidad de este nutriente.

FÓSFORO (P) Para determinar la dosis de fósforo que se debe aplicar al cultivo de remolacha se deben considerar dos factores: • El análisis P-Olsen, que mide la disponibilidad de fósforo en la solución del suelo (expresada en ppm). • La capacidad de retención de fósforo del suelo,

26

estimada sobre la base del aluminio extractable (ppm). La recomendación universal es aplicar una dosis mínima de 150 unidades de fósforo total (P2O5) por hectárea y si es necesario, de acuerdo a la información del análisis P-Olsen y la capacidad de fijación del suelo, aumentarla hasta un máximo de 450 unidades/ha. El fósforo para la siembra de remolacha proviene de dos fuentes: la Mezcla Iansafert y el Superfosfato Triple. La forma de aplicar la Mezcla Iansafert depende del tipo y características químicas del suelo, que definen la eficiencia de uso de

este nutriente por parte de la planta. En suelos arcillosos, aluviales y arenosos se recomienda la preabonadura. En suelos trumaos, en cambio, la opción entre preabonadura y localización está determinada por el contenido de fósforo del suelo (según el análisis P–Olsen) y el índice de aluminio extractable del mismo (ver tabla). En la preabonadura, la Mezcla Iansafert se aplica

Para aplicar la mezcla Iansafert en preabonadura, es indispensable haber incorporado previamente cal (al menos 2 t/ha) y contar con riego tecnificado.

al voleo antes de la última labor de preparación de suelo, incorporándola luego con germinator o rotofresadora en las labores de afinamiento de la cama de semilla. Para poder preabonar, es indispensable haber aplicado previamente cal (al menos 2 t/ha) y contar con riego tecnificado. La aplicación localizada de la Mezcla Iansafert se hace en la faena de siembra, con la misma máquina sembradora, cuidando que el fertilizante quede desplazado a 5 cm de la semilla y a 10 cm de profundidad. El Superfosfato Triple, en tanto, siempre es aplicado al momento de la siembra, depositándolo la máquina en el suelo junto con la semilla. Nunca se debe aplicar fósforo después de sembrar.

Fertilización fosforada y acidez del suelo El carbonato de calcio, CaCO3, principal componente de la Cal Iansa, disuelve el fósforo que está “atrapado” en las partículas del suelo, dejándolo disponible para las plantas. Si se sabe o se tienen antecedentes que indiquen que un suelo pueda presentar un pH inferior a 5,5 (acidez alta), es necesario solicitar al laboratorio de análisis de suelo una lectura del aluminio de intercambio, valor que refleja la presencia de aluminio libre (tóxico para la remolacha) en la solución del suelo. Los ensayos realizados por Iansagro en suelos con alta retención de fósforo (sobre 800 ppm de aluminio extractable) y bajos índices P-Olsen (menos de 13 ppm), han mostrado respuestas muy satisfactorias a elevadas dosis de cal, incluso de 12 t/ha. Se debe tener presente que si el suelo presenta una alta fijación de fósforo, la eficiencia de uso del fertilizante fosforado es de no más que un 15%. Para aumentar la disponibilidad del fósforo para la remolacha, la aplicación de cal es indispensable.

fertilización

Recomendación de dosis de fósforo (según análisis P-Olsen y retención del suelo)

Análisis P-Olsen ppm

Aluminio extractable ppm

Mezcla Iansaferta recomendada

Dosis de Mezcla a aplicar kg/ha

Aporte P 2O 5 kg/ha



Menor a 8 8 – 16 8 – 16 Superior a 16

Indiferente Mayor a 400 Menor a 400 Indiferente

11411 11311 11211 11111

1100 900 650 450

450 350 250 150

NOTA: Cuando el análisis P–Olsen arroja un resultado bajo 8 ppm o sobre 16 ppm, el contenido de aluminio extractable no tiene influencia en la recomendación.

Suelos trumaos: ¿fósforo en preabonadura o localizado? Análisis de suelo y forma de aplicación de Mezcla Iansafert Contenido de fósforo Aluminio Recomendación Análisis P-Olsen extractable para aplicación de ppm ppm Mezcla Iansafert



Más de 16

indiferente

Preabonar*



13 a 15,9 13 a 15,9

menos de 800 más de 800

Preabonar* Localizar



10 a 12,9 10 a 12,9

menos de 400 más de 400

Preabonar* Localizar



Menos de 10

indiferente

Localizar

LOCALIZACIÓN: la mezcla Iansafert debe ser aplicada con la máquina sembradora y quedar a 5 cm de la semilla y a 10 cm de profundidad. *PREABONADURA: aplicación de la mezcla Iansafert al voleo (en cobertera), con trompo, antes de la última labor de preparación de suelo, e incorporación con germinator o rotofresadora. Para preabonar se deben cumplir adicionalmente las siguientes condiciones: • Aplicación previa de cal (al menos 2 t/ha) • Riego tecnificado • Manejo general del cultivo ajustado a las recomendaciones técnicas. NOTA: Cualquiera sea la forma de aplicación de la mezcla Iansafert, se recomienda aplicar el Fungifert o su equivalente en Superfosfato Triple localizado, cercano a la semilla.

27

Mezclas Iansafert Las mezclas Iansafert procuran facilitar la aplicación de las recomendaciones de fertilización. El diseño de las formulaciones es obtenido mediante herramientas informáticas, que relacionan la disponibilidad de nutrientes del suelo con las necesidades del cultivo. Composición nutricional de las mezclas Iansafert

Nitrógeno Fósforo Potasio Azufre Boro Magnesio

N P 2O 5 K2O S B MgO

Mezcla 11111 %

Mezcla 11211 %

Mezcla 11311 %

Mezcla 11411 %

2,2 18,8 12,4 12,8 0,3 10,7

3,1 27,1 8,9 9,7 0,2 7,7

3,3 31 7,2 8,1 0,2 6,2

3,6 34,1 5,9 6,9 0,2 5,2

POTASIO (K)

28

En todos los casos se debe hacer una aplicación de 60 unidades al momento de la siembra con fines de mantención. Esta dosis está contenida en todas las mezclas Iansafert. Si el análisis de suelo ha indicado una disponibilidad de potasio (K 2O/ha) insuficiente, esto es, por debajo de 120 ppm, será necesaria una segunda aplicación de 60 unidades, en mezcla con la primera dosis parcial de nitrógeno en postemergencia (planta con cuatro hojas verdaderas). No se recomiendan aportes totales de más de 120 unidades en suelos deficitarios de este elemento ya que, de acuerdo a los ensayos realizados por Iansagro, las respuestas a dosis superiores son nulas o erráticas.

Si la siembra de remolacha está en suelo arenoso o si la pluviometría de la temporada

excede a la normal, la dosis total debe ser aumentada a 180 unidades por hectárea, con el fin

de contrarrestar la alta movilidad del azufre en esas condiciones (similar a la del nitrógeno). La fuente de azufre más usada es el sulfato de calcio, comúnmente llamado yeso agrícola (“Fertiyeso”), que se aplica al voleo, el que tiene un contenido entre 16% y 18% de azufre. Un volumen de 350 kg de yeso granulado o polvo aporta entre 56 y 63 unidades de azufre. Por tanto, si se necesita agregar 120 unidades de azufre (adicionales a las 60 unidades “de mantención” iniciales), se deberá duplicar la dosis de yeso agrícola, aplicándolo en parcialidades, siempre en las mismas fechas que el nitrógeno.

AZUFRE (S)

BORO (B)

En todos los casos se debe aplicar una dosis de mantención de 60 unidades al momento de la siembra, la que está contenida en la mezcla Iansafert.

En todos los casos se debe aplicar el equivalente de 1,5 kg por hectárea al momento de la siembra. Esta dosis está contenida en las mezclas Iansafert. La disponibilidad de boro para el cultivo está fuertemente asociada a la temperatura del suelo y su contenido de humedad. En primaveras frías y en condiciones de sequía se suelen presentar deficiencias transitorias, las que pueden ser subsanadas con la aplicación foliar de Solubor (2 kilos/ha) o N Boron (1,5 litros/ha).

Si el análisis de suelo ha informado una disponibilidad de azufre deficitaria (inferior a 16 ppm), la dosis se deberá repetir en postemergencia, aplicando el equivalente a 60 unidades adicionales de sulfato de calcio (forma en que la planta absorbe este nutriente), en dosis parciales y en las mismas fechas recomendadas para el nitrógeno, totalizando un aporte de 120 unidades.

fertilización

¿Cuándo fertilizar? Fechas de aplicación de nutrientes Tipo de suelo Número de dósis

Fechas de aplicación

Nitrógeno

TRUMAO ARCILLOSO PROFUNDO ARENOSO ALUVIAL TEXTURA GRUESA

Mínimo 3

1a. aplicación: dosis menor (30 - 50 u) con la siembra 2a. aplicación: planta con 4 hojas verdaderas 3a. aplicación: planta con 12 hojas verdaderas (fecha tope: 15 diciembre)

4

1a. 2a. 3a. 4a.

aplicación: aplicación: aplicación: aplicación:

en presiembra o siembra planta con 4 hojas verdaderas planta con 12 hojas verdaderas al cierre de hileras (fecha tope: 15 enero)

ARCILLOSO ARENOSO ALUVIAL

1

Preabonadura (antes de última labor de preparación de suelo)

TRUMAO

1

Preabonadura o localización en la siembra, según análisis de suelo.

1

Dosis total con la siembra

TODOS LOS CASOS

1

1a. o única aplicación: 60 unidades en la siembra

Según análisis de suelo

(2)

2a. aplicación: planta con 4 hojas verdaderas (junto con el nitrógeno)

TODOS LOS CASOS

1

1a. o única aplicación: 60 unidades en la siembra

Según análisis de suelo SUELO ARENOSO O ALTA PLUVIOMETRÍA

(2) 3

2a. aplicación: planta con 4 hojas verdaderas 3a. aplicación: planta con 12 hojas verdaderas (siempre junto con el nitrógeno)

1

1,5 kg/ha en la siembra Aplicaciones de postemergencia, sólo si es necesario.

Fósforo Mezcla Iansafert

Superfosfato Triple

TODOS LOS CASOS Potasio Mezcla Iansafert

Azufre Mezcla Iansafert

Boro Mezcla Iansafert

TODOS LOS CASOS

No se incluyen recomendaciones para magnesio y zinc, dado que en general los suelos ofrecen una disponibilidad suficiente de estos elementos.

29

S.O.S. en postemergencia Recomendación de nutrientes (dosis media) Si un cultivo presenta deficiencias nutricionales no atribuibles a factores de manejo, las recomendaciones generales de fertilización deberán ser complementadas con aplicaciones adicionales, realizadas en forma oportuna, de manera de no poner en riesgo el rendimiento potencial del cultivo. Boro (B)

Aplicación foliar. • Deficiencia nutricional leve. Solubor (2 kg/ha) o N Boron (1,5 lt/ha). • Deficiencia nutricional grave. La dosis debe ser duplicada: 4 kg/ha de Solubor o 3 lt/ha de

30

N Boron. Si se desea evitar las manchas foliares que estas aplicaciones provocan (las cuales no inciden en el rendimiento de la remolacha), se puede dividir la dosis en dos porciones iguales y aplicarlas con un intervalo de 15 días. Magnesio (Mg)

Se puede elegir entre tres productos: • Cal magnésica o dolomita (46% Mg) • Sulfato de magnesio (17% Mg) • Sulpomag (18% Mg) Manganeso (Mn)

Aplicación foliar de quelatos manganésicos como Microfol. • Deficiencia nutricional leve: dosis de 4 lt/ha. • Deficiencia nutricional grave: dosis de 8 lt/ha.

fertilización Contenido de nutrientes en fertilizantes Fertilizante Nitrógeno Fósforo Potasio Azufre Boro Magnesio Calcio Cloro Nombre comercial N P2O 5 K2O S B MgO Ca Cl % % % % % % % % Superfosfato Triple

-

46

10

48

18

-

1

-

-

20

-

-

2,4

-

0,7

46

-

-

-

-

13

-

-

-

60

-

-

-

-

40

27

-

-

-

-

5

7

-

-

-

21,5

21

-

18

-

-

-

-

-

-

10

13

-

45

-

-

-

-

-

-

-

16

-

-

-

-

-

-

-

16

-

15

-

-

-

-

-

-

-

-

16

-

-

33

-

13,5

-

46

-

-

-

-

-

Triple Fosfato Monoamónico

2,4

-

Monoamónico Fosfato Diamónico

Diamónico Cloruro de Potasio

Muriato de Potasio Nitrato Amonio Cálcico

CAN Sulpomag

Sulpomag Boronatro Calcita

0,6

Boronatro Urea

Urea Salitre Sódico

Salitre Salitre Potásico

Salitre Sulfato de Calcio

Yeso (yeso agrícola) Nitrato de Potasio

Nitrato de Potasio

Estándares para la interpretación del análisis foliar en remolacha Nutriente Contenido Unidad de medida

Nitrógeno Fósforo Potasio Calcio Magnesio Boro Hierro Manganeso Molibdeno Zinc

Deficitario

N P K Ca Mg B Fe Mn Mo Zn

5 >0,6 >6 >1,5 >1 >200 >140 >360 >2 >80

% sobre ppm (1) ppm (2) % sobre % sobre % sobre % sobre ppm ppm ppm ppm ppm

materia seca

materia materia materia materia

seca seca seca seca

% materia seca: lectura en hojas de plantas con al menos 60 días de crecimiento. ppm: partes por millón (1) Contenido de nitrógeno en pecíolos de la planta en pleno desarrollo (desde 8 hojas hasta 15 de enero). (2) Contenido de nitrógeno en pecíolos de la planta durante el período de acumulación de sacarosa (desde 15 de febrero a cosecha).

31

Estándares para la interpretación del análisis de suelo en remolacha Elemento Unidad de medida Contenido Categoría

32

Fósforo extractable ppm 8 – 16 Medio > 16 Alto Potasio extractable ppm 160 Alto Azufre extractable ppm 16 Alto Boro disponible ppm