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BENITEZ GARCÍA RICARDO TEORÍA DE LA ARQUITECTURA III

MANIFIESTO DEL TERCER PAISAJE ( Gilles Clément ) Gilles Clement desde el punto de vista de las tipificaciones del paisaje recurre a un nuevo estado de los espacios, fuera del primer paisaje como el natural primitivo, y el segundo respecto del medio urbano tradicional; para nombrarlos y hacerlos aparecer como un terreno fértil para la diversidad ecológica. Que casi tan numerosos como los residuos de la agricultura se esparcen por toda el área urbana. Define muy claramente este paisaje como “el conjunto de los espacios residuales, abandonados o improductivos, y como tales, posibles refugios para la diversidad, espacios que se revelan como Tercer Paisaje cuando asumimos la condición de contemplarlos bajo una mirada paisajística; es sólo en este momento que los residuos territoriales pasan a ser fragmentos de un paisaje tercero, insertado en una realidad de dimensión mayor: aquella del “Jardín Planetario”. La principal hipótesis del trabajo de Clement está en función de la valoración de estos espacios residuales como base para este “Jardín Planetario en Movimiento”, constituyéndolo como un ente en sí mismo con lógicas caóticas y heterogéneas, pero necesarias. Se tienen los espacios de reserva natural, que siguen protegidos y que conllevan una diversidad amplia, pero su principal problema es que estas zonas no son amplias ni cercanas a la ciudad. Por otro lado, se encuentran los espacios “de naturaleza” dentro de la ciudad, como espacios administrados que conllevan un sistema de poca o nula diversidad combinado con muy poca fertilidad, lo que genera espacios costosos y poco viables. Y por último se hallan los espacios residuales dentro de las urbes y esta nueva posibilidad de generar espacios heterogéneos de “fácil” administración en base a la idea de procesos a largo plazo en esta teoría del “Tercer Paisaje”. Respecto de los ambientes o ubicaciones propicias para este tipo de planificación es importante una constatación positiva, en este sentido se encuentran los márgenes de las ciudades como espacios sin definición clara, de mucho abandono, pero también mucha riqueza en base a las múltiples interacciones que se generan en un ambiente de límite, y que al mismo tiempo se trata obviamente de un cordón conectado con sí mismo, todas las características que permiten estas potencialidades.