Macho Salvaje: Análisis

EL MACHO SALVAJE ANÁLISIS DESDE EL MATERIALISMO CULTURAL FUNDAMENTOS DE ANTROPOLOGÍA ALISETH GUERRERO RIASCOS MARITZA

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EL MACHO SALVAJE ANÁLISIS DESDE EL MATERIALISMO CULTURAL

FUNDAMENTOS DE ANTROPOLOGÍA

ALISETH GUERRERO RIASCOS MARITZA ERAZO GUERRA GINA ORTÍZ GÓMEZ CLAUDIA ORDÓÑEZ MARTÍNEZ

DOCENTE JAIRO ANDRÉS CÁRDENAS

UNIVERSIDAD MARIANA FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES PROGRAMA DE TRABAJO SOCIAL SAN JUAN DE PASTO 2014

EL MACHO SALVAJE ANÁLISIS DESDE EL MATERIALISMO CULTURAL

RESUMEN EL MACHO SALVAJE El infanticidio femenino es una muestra de supremacía del varón, así como su dominio sobre la guerra Jerarquías sexuales: responden a -

instintos inalterables y teorías sobre la adaptabilidad de los estilos de vida ante condiciones prácticas y mundanas modificables

La diferenciación biológica no debe hacer discriminación para gozar de privilegios sexuales, económicos y políticos mayores para hombres que para mujeres El ser humano es la única especie que sabe cómo proveerse de alimento; se tiene la capacidad biológica de adaptación y esta adaptación no se da gracias a la anatomía, sino gracias a la cultura. Se confunde supremacía por fuerza, tamaño del hombre, pero la mujer tiene pleno control sobre el nacimiento, el cuidado y la alimentación de los niños, es decir, tiene control sobre la crianza de los niños…recompensa al solidario y castiga al agresivo En el siglo XIX, existía el matriarcado…la mujer dominaba políticamente a los hombre, pero estos se revelaron hasta la época actual…se vive una conspiración diaria. Sin embargo, luego se establece que las mujeres no constituyen matriarcados, sino una matrilinealidad…pues el matriarcado sigue teniendo como figura de autoridad a los varones. A la mujer no le queda más remedio que criar a un gran número de varones agresivos para enfrentar la guerra. La guerra aumenta la agresividad del varón y la poligenia (el varón tiene derecho a tener varias mujeres que capturan en las guerras). Así, la falta de mujeres aumenta la frustración de los jóvenes y se intensifica su motivación para ir a la guerra, capturar más esposas y que ellas críen a un gran número de hombres agresivos Los Yanomamo, un grupo tribal de unos 10.000 amerindios que habita en la frontera entre Brasil y Venezuela, conocidos también con el nombre de “pueblo feroz”…agreden a las mujeres…sólo los varones usan drogas alucinógenas (ebene: alucinógeno y analgésico) las cuales proporcionaba visiones sobrenaturales y les ayudaba a superar el miedo y el dolor ante los constantes enfrentamientos entre ellos mismos y con otros grupos. Atribuyen su machismo a un mito: “Al principio en el mundo, dicen, sólo había hombres feroces, hechos con la sangre de la Luna. Uno 2

de estos primeros hombres cuyas piernas quedaron embarazadas, se llamaba Kanoborama. De la pierna izquierda de Kanaborama salieron mujeres y de su pierna derecha hombres femeninos: los Yanomamo que son reacios a los duelos y cobardes en el capo de batalla.” Creen que la sangre del periodo menstrual de las mujeres es mala y peligrosa, por esto la aíslan en una jaula de bambú, cada mes, sin comida. Por otro lado, si es golpeada por sus hermanos no debe responder el golpe…el hombre necesita demostrar su fuerza hacia los demás, especialmente golpeando a las mujeres en público. Las mujeres, desde los 8 años son intercambiadas para matrimonio, conviven con sus parejas, les acompañan a todos lados y les sirven…esperan ser maltratadas por sus maridos…esto da cuenta del amor de sus esposos hacia ellas…no conciben un matrimonio sin que sus esposos sean menos agresivos y brutales. A mayores lesiones mayor expresión de amor por parte de sus esposos, así, la mujeres miden sus status teniendo en cuenta la frecuencia de las agresiones. Los duelos entre los hombres de esta tribu son violentos: se golpean de manera turnada el mismo número de veces recibidas por el contrincante…inician con golpes en el pecho (con puños)…siguen con golpes (palmadas) en las costillas lo que afecta el diafragma y entumece al adversario (esto provoca más furia y más enfrentamientos violentos)…siguen con palazos en la coronilla de la cabeza…Un hombre de 44 años tendrán cerca de 20 cicatrices en su cabeza y más en todo su cuerpo (parecido a un mapa de carreteras). No llegan al homicidio. En 1950 se realizó un festín traicionero, en donde los anfitriones con el fin de concertar una nueva alianza, permiten danzar a sus vecinos para luego, masacrarlos con hachas y palos. De esta manera, la guerra en la tribu Yanomamo es su estilo de vida, siempre regido por la desconfianza, la traición…buscan matar al mayor número de hombres enemigos y apoderarse de las mujeres enemigas, para violarlas, y a veces, entregarlas a guerreros particulares (el etnógrafo Chagnon: contó con gran habilidad para supervivir en este contexto de investigación). Así, a mayor ferocidad de los hombres, mayor cantidad de esposas obtenían (entre 4 y 5), las cuales compartían de buena gana con hermanos y camaradas más jóvenes. El motivo de las peleas de esta tribu: provocaciones por las mujeres, es decir, adulterio, entre otros…disputas por SEXO, pero los Yanomamo asesinan selectivamente o por negligencias a los bebés de sexo femenino…esto provoca un déficit artificial de mujeres, pues el primogénito debe ser VARÖN, ya que si es mujer se le quita la vida (la mujer se encarga de estrangularla o dejándola en la jungla a su merced). Sin embargo, el déficit también puede deberse a la alimentación, es decir, a la falta de proteína (carne), pues su fuente de nutrientes la obtienen de las calorías representadas en bananos y plátanos. Por esta razón, las mujeres se 3

interesan por criar un mayor número de varones, puesto que ellos aportan las proteínas, por medio de la caza, no provocando un crecimiento insostenible en su hábitat. Por lo tanto, mayor número de varones, más guerras se ocasionan. Por otra parte, existen dos estrategias clásicas que utilizan las sociedades para hacer a la gente cruel. Una es estimular la crueldad ofreciendo alimentos, confort y salud corporal como recompensa a las personalidades más crueles. La otra consiste en otorgarles los mayores privilegios y recompensas sexuales. De estas dos estrategias, la segunda es la más eficaz porque la privación de alimentos, confort y salud corporal es contraproducente desde el punto de vista militar. Los Yanomamo necesitan gente con una fuerte motivación para matar, pero deben ser fuertes y robustos si quieren cumplir sus funciones sociales, el sexo es el mejor refuerzo para condicionar personalidades crueles puesto que la privación sexual aumenta en lugar de disminuir la capacidad de lucha. El mito de la mujer maternal, tierna, pasiva por instinto, es simplemente un eco creado por la mitología machista concerniente a la crueldad instintiva de los hombres.

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ANÁLISIS EL MACHO SALVAJE DESDE LA PERPECTIVA DEL MATERIALISMO CULTURAL Partiendo de que las condiciones materiales promueven los cambios sociológicos y de los patrones culturales de organización desarrollados en una determinada cultura, se analiza la evolución y la configuración de la tribu de los Yanomamo, un grupo tribal de unos 10.000 amerindios que habita en la frontera entre Brasil y Venezuela, conocidos también con el nombre de “pueblo feroz”, desde tres criterios básicos de análisis: 1. Infraestructura 2. Estructura 3. Superestructura

1. Infraestructura. La tribu Yanomamo al vivir en medio del mayor bosque tropical del mundo, desarrolla un modo de producción primitivo, además, las aldeas Yanomamo están siempre desplazándose, y trasladando sus huertos a un ritmo muy superior al de otros pueblos de la selva amazónica que practican la agricultura. De esta manera, obtienen su principal fuente de calorías de los plátanos y de los bananos que crecen en sus huertos y deben quemar el bosque para poder cultivarlos. Por tal razón, dicha comunidad produce sus alimentos con fines de subsistencia. Otro elemento importante dentro de este criterio está relacionado con la demografía, pues la tribu, al ser primitiva, no usa métodos anticonceptivos, por lo tanto el crecimiento poblacional es grande y el infanticidio femenino aumenta por la fuerza del machismo que las mujeres tienen arraigado, el cual las lleva a mata a sus hijos “estrangulándolos con enredaderas, saltando sobre los dos extremos de un palo colocado sobre la garganta de la criatura, golpeando su cabeza con un árbol, o simplemente dejándola valerse por sí misma en la jungla” Así, el factor mistificador del infanticidio y la guerra entre los Yanomamo es la ausencia aparente de presión demográfica y una superabundancia aparente de recursos. Del mismo modo, la base efectiva de las prácticas de crianza de las mujeres Yanomamo es su propio interés en criar más niños que niñas. Este interés está arraigado en el hecho de que los hombres aportan más proteínas (puesto que los hombres son los cazadores) y una tasa menor de crecimiento demográfico. También significa más guerras. Pero la guerra es el precio que pagan los Yanomamo, por criar hijos cuando no pueden criar hijas.

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2. Estructura. Este criterio abarca: -

Economía doméstica: determinada por la división doméstica del trabajo, en donde los hombres se dedican a labores de recolección de alimento y de actividades relacionadas a la guerra con fines territoriales y de captura de prisioneros de guerra, entre ellos, mujeres para su “uso” “personal”, mientras que las mujeres realizan labores de crianza y alimentación. Por otra parte, se identifican roles sexuales, en donde los hombres ejercen su poder mediante el maltrato físico durante los duelos, al igual que con el maltrato hacia sus esposas e hijas quienes se desenvuelven bajo la subordinación y la sumisión. En consecuencia, “el cuerpo de las mujeres Yanomamo se halla cubierto de cicatrices y magulladuras, la mayor parte de ellas producto de encuentros violentos con seductores, violadores y maridos. Ninguna mujer Yanomamo escapa a la tutela brutal del típico esposo-guerrero Yanomamo, fácilmente encolerizarle y aficionado a las drogas. Todos los hombres Yanomamo abusan físicamente de sus esposas. Los esposos amables sólo magullan y mutilan; los feroces las hieren y matan. Así, los hombres esperan que sus esposas les sirvan, a ellos y a sus huéspedes, y respondan con prontitud y sin protestar a todas sus exigencias. Si una mujer no obedece con bastante prontitud, su marido le puede pegar con un leño, asestarle un golpe con su machete, o aplicar una brasa incandescente a su brazo. Si un marido está realmente encolerizado, puede disparar una flecha con lengüeta contra las pantorrillas o nalgas de su esposa.” Sobre el aspecto relacionado a jerarquías sexuales, la doctora Judith Shapiro, profesora de la Universidad de Chicago, también pone de relieve el papel esencialmente pasivo de las mujeres Yanomamo. Relata que en lo que atañe al matrimonio, los hombres son claramente quienes intercambien mientras que las mujeres son las intercambiadas. Traduce el término Yanomamo para el matrimonio por “llevarse algo a rastras” y divorcio por “desprenderse de algo”. Relata que a la edad de ocho o nueve años, las muchachas ya empiezan a servir a sus maridos; duermen junto a ellos, les siguen a todas partes y les preparan la comida. Un hombre puede incluso intentar tener relaciones sexuales con su novia de ocho años. De esta manera, el hombre encabeza la jerarquía social de la tribu Yanomamo, mientras que la mujer se encuentra en nivel más bajo con respecto a ellos.

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Política económica: determinada en la forma como se organiza la tribu Yanomamo, mediante el control político-militar establecido por los hombres del grupo, quienes dominan la vida social de sus miembros, principalmente de sus mujeres, y adicionalmente con las guerras las cuales desbordan 6

acciones agresivas logrando establecer su dominio frente a otras unidades políticas. En síntesis, son los varones, quienes dominan la vida económica, civil, religiosa y militar, y quienes gozan del acceso privilegiado a varias esposas a la vez, estableciendo una relación muy estrecha entre machismo, guerra, poder y poder territorial.

3. Superestructura. En este criterio se ubica el pensamiento de que esta cultura dominada por el varón, cree que la sangre menstrual es mala y peligrosa. De ahí que cuando una muchacha tiene su primera menstruación, la conducta de los hombres está encaminada a encerrarla en una jaula de bambú construida expresamente para esto y la obligan a pasar sin alimentos. Después debe aislarse en todos los períodos menstruales y permanecer en cuclillas sola en la sombra de la casa. De otro lado, la intensidad particular del síndrome machista de los Yanomamo halla su mejor expresión en sus duelos, en los que dos hombres tratan de herirse mutuamente hasta el límite de su resistencia. La forma predilecta de infligir este castigo mutuo es descargar golpes en el pecho y en la cabeza. Además, se evidencian rituales referentes al consumo de sustancias alucinógenas (ebene) las cuales proporcionaban visiones sobrenaturales y les ayudaba a superar el miedo y el dolor ante los constantes enfrentamientos con los miembros de su grupo y con las aldeas vecinas. Adicionalmente, un hecho presentado en 1950 refleja la realización de la concertación de una alianza, la cual incluyó la danza de un grupo visitante, la cual terminó con el asesinato de los miembros visitantes. Por último, los Yanomamo justifican el machismo con el siguiente mito: “Al principio del mundo, dicen, sólo había hombres feroces, hechos con la sangre de la luna. Uno de estos primeros hombres, cuyas piernas quedaron embarazadas, se llamaba Kanaborama. De la pierna izquierda de Kanaborama salieron mujeres y de su pierna derecha hombres femeninos: los Yanomamo que son reacios a los duelos y cobardes en el campo de batalla.”

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CONCLUSIONES Se logra contrastar el aspecto teórico del materialismo cultural con relación a la tribu Yanomamo. Reconocer la existencia de otras culturas y la construcción de su identidad a partir de factores sociales, políticos, culturales y ambientales propios de su territorio y contexto. El macho salvaje, al imponer su fuerza y su dominio sobre la mujer, establece un sistema machista de gobierno en donde el género femenino es denigrado hasta su última expresión. En consecuencia, el papel de la mujer se ve reducido a la satisfacción carnal y al rol doméstico. Es así, como desde esta comunidad primitiva se construye una cultura que interpreta el papel de la agresividad como el medio para alcanzar sus fines machistas, cosificando el rol femenino y asentando su dominio y su poder mediante el control demográfico, a través del infanticidio femenino. Sin embargo, la femineidad, desde esta cultura adquiere un rasgo fuerte y seguro acorde con su estilo de vida y con su modo de producción, puesto que controla el nacimiento de los niños, la alimentación de estos y el de toda su tribu. Además, las guerras proporcionan nuevas mujeres las cuales se convertían en primera instancia en esclavas (abusadas), y finalmente se constituían en esposas. Por otro lado, el pensamiento machista se materialice en conductas agresivas que lesionan la corporalidad, la espiritualidad y la ideología femenina. Con lo anterior, se logra establecer que el materialismo cultural permite explicar las causas de la evolución y de los patrones culturales presentes en una sociedad, sus diferentes formas de vida, en este caso, tribales, con pautas de comportamiento propias de su cultura, representando actos primitivos, brutales e incoherentes ante el actual contexto de derechos e igualdades sociales que se profesan a nivel mundial.

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BIBLIOGRAFÍA

HARRIS, Marvin. Vacas, Cerdos, Guerras y Brujas. Los Enigmas de la Cultura. 1990. Recuperado de http://www.bsolot.info/wpcontent/uploads/2011/02/Harris_MarvinVacas_cerdos_guerras_y_brujas_Los_enigmas_de_la_cultura.pdf

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