Luz sobre el pranayama - B.K.S. Iyengar.pdf

B .K .S . IYENGAR LUZ SOBRE EL PRÁNÁYÁMA PR JÁYÁMA Prólogo de Yehudi Menuhin Prólogo de Yehudi Menuhin 190 Fotografí

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B .K .S . IYENGAR

LUZ SOBRE EL

PRÁNÁYÁMA PR JÁYÁMA

Prólogo de Yehudi Menuhin

Prólogo de Yehudi Menuhin 190 Fotografías 190 Fotografías

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Biblioteca de la Salud

Koirós

Luz sobre el Pránáyáma Prár_1áyáma Dípiká B. K. S. Iyengar Introducción de Yehudi Menuhin

editorial airós Numancia, 117—121

08029 Barcelona

Este libro emi dedicado a la memoria de mi amada esposa Ramámagzi

Hnnumin

INVOCACIONES

Al Señor Hanumún

Presento mis respetos al Señor Hanumán, señor de la respiración, hijo del Dios Viento, Que mueera cinco rostros y habita en nosotros Bajo forma de cinco vientos () energías Que impregnan nuestro cuerpo, mente y alma; Quien reunió Prakriti (Sítá) con Purusa (Rima). Bendiga El al practicante Uniendo su energía vital (prána) Con el Espíritu Divino que está en su interior.

Al sabia Patanjali Me prosterno ante el más noble de los sabios, Patanjali, Quien trajo serenidad de mente con su obra sobre yoga, Claridad de lenguaje con su obra sobre gramática, y Pureza de cuerpo con su obra sobre medicina

Donde hay yoga, Hay prosperidad, éxito, libertad y dicha.

HONORES DE MI GURUJÍ

K. Sundrarájéna rachitá nñlnayuktibihi Yogas'ástram samálarnbhya pránáyáma pradípiká

l

Vividhai pránasamchára vritti rodha vibhodhanaihi Sa;chadranikare nádíjále lohita s'odhakaihi

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Panchaprána prasárais'cha nirodhánáricha bhodhakaihi Yukiádhyánanukúlácha Pránáyámábhilásinám

3

Álokitácha sasvartham mayá árí kyisnayogina Ádriyerannimarn grantharatnam bhuvi vipas'chilaha

4

B,

1 de junio de 1979

T. Krisnamáchárya

1. Luz sobre el Pránízyáma, escrito por B. K. Sundara Raja Iyengar, es una exposición fresca y actual de la antigua ciencia del yoga.

'2v

Trata del funcionamiento sutil de la respiración, de diversas técnicas de inspiración, retención y espiración, así como de la filtración del fluido de color carmesí —la Fuerza Vital— con flujo ininterrumpido a través de la red de canales (nádís) y los centros sutiles (chakras).

34 Explica la vivifícacíón de la energía cósmica bajo las cinco fon—nas en las que ésta se manifiesta, al tiempo que hace hincapié sobre aquello que se debe o no se debe hacer. Es una obra de valor inestimable para practicantes fervorosos del pránayama. 4. Los estudiosos se mostrarán sin duda interesados por este inspirador tratado, verdadera gema preciosa en el firmamento del yoga

T. Krisnamáchárya

Introducción

por Yehudi Menuhin El mismo servicio antes prestado a los aspectos físicos del hatha yoga lo presta ahora B. Ke S. lyengar al tema, más inaprensible, del pránáyáma, esto es, del movimiento del aire que se dice determina la vida sobre la tie— rra. B. K. S. Iyengar entra asi en un aspecto más etéreo y sutil de nuestra propia existencia Pone en manos del profano un libro que contiene, en cier— tos aspectos, más información, más conocimiento y más saber, de manera más integrada, de los que disponen nuestros más brillantes estudiantes de medicina convencional, ya que se trata de una medicina de salud y no de enfermedad; de una comprensión del espíritu, el cuerpo y la mente que, ade— más de sanadora, es revitalizante. No sólo se le devuelve al individuo su plenitud: el progreso de toda una vida es visto también desde una perspectiva impactante. La enseñanza del señor Iyengar sigue la línea de la antigua filosofía india según la cual la vida no es únicamente polvo que vuelve al polvo, sino aire que vuelve al aire, y, al igual que en el proceso del fuego, la materia se transforma en calor, luz y radiación de los cuales podemos sacar fuerza. Pero la fuerza es algo más que la transformación de la materia en otras formas de materia: es la transformación de todo el ciclo del aire y de la luz en materia, y ala inversa. De hecho, ella completa la ecuación de la materia y la energia de Einstein y la traslada al campo humano, el de la encarnación viva. No se trata ya de una bomba atómica, ni de la explosión del átomo o de la explotación de la materia, sino de irradiar al ser humano de luz y fuerza, las verdaderas fuentes de energía. Creo que este tratado, extraído de los antiguos textos clásicos de India, proporcionará esclarecedoras directrices para la reconciliación de las diver— sas prácticas médicas, desde la acupuntura a las terapias táctiles y sónicas, a fin de que todas puedan beneficiarse de una forma mutua y recíproca También nos enseñará a respetar esos elementos que con tanto desprecio hemos tratado —el aire, el agua y la luz— y sin los cuales la vida no puede subsistir. Con este libro el señor Iyengar, mi guru en el yoga, ha añadido una nueva y más grande dimensión a la vida de las gentes de occidente, instándonos a unirnos a nuestros hermanos de todas las razas y creencias para celebrar la vida con la debida resolución y reverencia, Yehudi Memzhín

Prólogo “El yoga no es sino la experiencia total de la vida humana; ¡es una ciencia del hombre integral!” Jaques S. Masui

Yogáchárya Sri B. K S . lycngar, autor de Luz sobre el Yoga,| apenas necesita presentación para aquellos que buscan la luz del pránáyáma. La cien— cia y arte del yoga, según fue presentado por Patanjali siglos antes de Cristo, comienza con preceptos morales y de otro tipo que conducen hacia la salud física, vital y mental, hacia la fuerza y la purificación. Pasa luego alas posturas (ásanas), que influyen de forma beneficiosa en el aspirante a través del sistema neurofisiológico y las glándulas endocrinas. Sri Iyengar ha tratado de ellas en su libro Luz sobre el Yoga de un modo tan exhaustivo y detallado, con cerca de seiscientas fotografías, que se hace difícil hallar una obra en la materia que sea tan enciclopédica, lúcida y precisa El libro aporta la teoría completa del yoga, tratando en su totalidad el tema de las asanas, al tiempo que echa una mirada al pránáyáma. Publicado en inglés por Georg Allen & Unwin Ltd, el libro se ha popularizado de tal manera que son ya muchas las ediciones que de él se han publicado, habiendo sido traducido a numerosas lenguas. Gente de todo el mundo lo utiliza como guía práctica Sii lyengar, empujado por la naturaleza y llevado por las circunstan— cias, aprendió yoga del modo más duro a los pies de su guru Sri Krisnamáchárya. Sri lyengar ha sido el mismo profesor de yoga, un buen maestro exigente en todo momento. Lo que él dice y escribe sobre el yoga es como una copiosa efusión de todas sus ricas y significativas experiencias personales. La charla—demostración de ásanas que dió en Bombay el pasado mes de diciembre con motivo de su sesenta y un cumpleaños, acompañado por su hija Geetá y su hijo Prashñnta, fue una revelación maravillosa de su control sobre cada nervio y cada músculo de su flexible cuerpo. Cientos de sus discípulos extranjeros presenciaron la demostración y se admiraban de su capacidad para mantener tal plasttcidad y vigor con esa edad. Para el fue sólo un juego de niños, una mera rutina. Uno de sus discípulos próximos señaló que él había entrenado su cuerpo “para girarse, enroscarse, darse la vuelta, doblarse, ondularse, estirarse, flexionarse” ¡y muchas cosas más! Resulta, pues, lógico esperar de Sri Iyengar un libro igualmente exhaustivo e instructivo sobre pránáyáma —a saber, la ciencia y arte del control de la respiración—, que es el escalón siguiente en yoga Si bien son varios los yogas que se practican, tales como el hatha-yoga, rája-yoga, jñ5na-yoga, kundalini-yoga, mantra-yoga, laya-yoga, etcétera, el yoga es 1. Este libro se encuentra actualmente disponible en las librerías, en una edición abreviada, bajo el título: La Luz del Yoga, ed. Kairós, Barcelona, 1995.

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Luz rl)er el Prñnñyáma

básicamente y en esencia una disciplina científica y sistemática para la buena organización de todas las energías y facultades del ser humano integral con vistas a alcanzar la más alta comunión extática con la realidad cós» mica 0 Dios, El control de la respiración es útil en cada uno de los yogas antes mencionados. Todos los textos de yoga, así como la experiencia de milenios, atestiguan el hecho de que el control de la respiración constituye un factor importante asimismo en el control de la mente. No obstante, el control de la respiración, esto es, el pránáyáma, no consiste meramente en respirar profundamente o en realizar ejercicios respiratorios, lo que nor— malmente forma parte de la cultura física. Es algo que va mucho más allá, pues comprende ejercicios que afectan no sólo a las energías físicas, fisiológicas y neurales, sino también las actividades psicológicas y cerebrales, tales como la creatividad 0 el ejercitar la memoria. Sii Aurobindo, el sabio y vidente de Pondicherry, cuenta que tras practicar pránáyáma pudo com— poner y retener en la memoria cerca de doscientas líneas de poesía, mientras que antes no pasaba de la docena. En décadas recientes la medicina occidental. tras mucho experimentar, ha llegado a reconocer y hacer uso de los efectos curativos y revitalizantes de lo que se ha venido a llamar respiración voluntaria. El yoga enseña y practica el pránáyáma, al que atribuye un valor regulador, educativo y espiritual indisputable. Wladimir Bischler, en el capítulo 14 de su libro The F arms ami Techniques afAltruistic and Spiritual Growth] afirma que la ciencia médica empieza a reconciliarse con algunos de los métodos importados de oriente, y a estudiar los efectos múltiples de una correcta respiración voluntaria. Bischler ha detallado estos efectos múltiples no ya sólo en los pul— mones, sino también en todo el metabolismo del cuerpo humano Afirma que la spiroterapia, tiembre con el que designa este método, abre nuevos y amplios horizontes para la medicina, la higiene y la terapéutica. Concluye diciendo que las investigaciones de la ciencia moderna no han hecho sino confirmar las intuiciones empíricas de los sabios y filósofos orientales. El pránayama, como ingrediente esencial que es de la disciplina yóguiv ca, bien podría dispensar muchos otros beneficios amén delos mentales y espirituales. Pero el objetivo principal del yoga es la autorrealización, la comunión del sí»mismo con el Sí—mismo;3 el ejercicio de pránáyáma com— prende el control de la mente y de toda la consciencia hmnana, base de toda cognición y percepción consciente. Un ser humano presenta tres aspectos: su cuerpo, su vida —incluyendo todas las actividades biológicas—, y su mente, que es la sede de los que llamamos ego —el “yo“! y todas las actividades cerebrales centradas en torno al “yo“. La meta del yoga es vaciar la totali2. Lit.: “Las formas y técnicas del crecimiento altruista y espiritual" (N. d. T.) 3. En inglés, Self (identificación reflexiva de todo lo que es, considerado tanto en su globalidad universal como a nivel individual) y self (identidad de cada persona consigo misma. Núcleo de esa identidad). [N d, T.]

Prólogo

dad del propio poder básico de consciencia de toda memoria, ideación, impulso o deseo sensual, e intentar ser consciente de la consciencia pura, chispa de la propia energía cósmica que comparte la naturaleza del principio autoconsciente de la inteligencia Suprema. El primer esfuerzo a realizar porla persona que quiere seguir la senda del yoga habrá de ser cesar de identificarse completamente con el complejo cuerpo—vida—mente, y consi— derar estos tres elementos como instrumentos para trascender el ego, a fin de identificar su ser interior con el poder de consciencia puro y sin mezcla cuya verdadera naturaleza es toda paz, armonía y gozo creativo. Por tanto, el pránáyáma posee un significado y un sentido especiales en yoga. Prána es la respiración, el aire y la vida misma. En el yoga, sin embargo, prána (en sus cinco aspectos humanos de prána, apána, vyána, udána y samána) es la esencia misma del principio energetizador del mundo animado e inanimado El impregna el universo entero, El pránáyáma, por su parte, constituye el completo control de ese principio energetizador en el propio ser mediante una cierta disciplina. Esta disciplina tiene por objee to no sólo aportar salud o un equilibrio de las energías físicas y vitales, sino también purificar todo el sistema nervioso a fin de que pueda responder mejor a la voluntad del yogui a la hora de controlar los impulsos de los sen-

tidos y de hacer que las facultades mentales se tomen más sutiles y sensi— bles a la llamada del impulso evolutivo, que es el aspecto más elevado de la naturaleza divina del hombre. No es frecuente que el prár_ráyáma sea tratado como materia indepcne diente. La mayoría de los textos antiguos de yoga, empezando por Patanjali, lo tratan como una parte esencial de la disciplina yóguica. Recientemen— te, sin embargo, han aparecido publicaciones centradas exclusivamente en esta materia, si bien son pocas en comparación con la infinidad de libros sobre ásanas Aun así, se aguardaba desde hacía tiempo un tratamiento científico y exhaustivo del tema, basado en la experiencia de toda una vida dedicada a la enseñanza del yoga en todos sus aspectos. Todo amante del yoga aplaudirá, pues, el libro de Sri lyengar. Cuando tomé el manuscrito de Sri Iyengar con el fin de escribir el prólogo, me di cuenta del difícil reto que debe haber supuesto para el escribir sobre esta materia para occidentales y en lengua inglesa. A diferencia de muchos otros escritores del tema, el ha sido un padre de familia que ha se guido la tradición de invocar a su Is'ta Devatá (su divinidad particular), así como de citar la Gira y los textos pertinentes. Aquí he de dejar claro que el yoga no es parte de una religión provista de una teología y unos rituales. En el yoga no existe una jerarquía Se trata de una disciplina cultura] y espiri— tual abierta a toda la humanidad sin distinción alguna de casta, credo, color, raza, sexo o edad. Tal vez el único requisito esencial es la creencia en las potencialidades de la propia consciencia, y la aspiración a alcanzar su cumbre siguiendo las leyes de la consciencia misma. Otra característica chocante y poco ortodoxa de Sri Iyengar es que, en lugar de considerar la

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Luz sobre el Pránáyáma

familia como una carga, y la esposa como un obstáculo para la vida yógui— ca, ha puesto el nombre de su ya desaparecida esposa Srimati Ramámani a su instituto de yoga en Pune, y le ha dedicado este libro. Con tales actos Sri Iyengar da sobrada prueba de que el yoga está hecho para la vida, y no al margen de ella, como tantas veces ha repetido Sri Aurobindo Otra dificultad es la que concierne a la terminología y al uso de palabras que en el original aparecen todas en sánscrito. Sri Iyengar se ha esforzado por serlo más exacto y preciso posible a la hora de elegir equivalentes en inglés, y en todo momento ha procurado recoger el sentido del término ori— ginal. Es un maestro del detalle, siempre insatisfecho hasta que siente que el lector ha entendido lo que ha querido decirle. Tomemos la palabra pránáyá— ma por ejemplo: se trata de un término tan rico en connotaciones que transmitir su significado traduciéndolo por “control de la respiración”, "respiración voluntaria” o “la ciencia de la respiración” sería del todo inadecuado. Ninguna de estas expresiones incluye, por ejemplo, la idea de kumbhaka, ni la de la respiración mediante la alternancia de las fosas nasales según dife— rentes ritmos. Mucho menos puede pues indicar los distintos tipos de respi— ración, tales como ujjayi, sitalí, etcétera, () éstos mismos en combinación con mñdras y bandhas Sri Iyengar ha prestado un cuidado especial en describir de forma adecuada y precisa incluso el uso de los dedos para sujetar las fosas nasales en su posición conecta. Este cuidado en el uso de las pala— bras, junto con las necesarias precauciones y el uso de las ilustraciones, está calculado para guiar al aspirante en su seguimiento del arte del pránáyáma lo más fielmente posible dentro de lo que es capaz la palabra escrita, Sri Iyengar sabe muy bien que la ciencia y arte del yoga no se halla com» pleto sin dháraná, dhyána y samidhi. Esla tríada constituye la corona del yoga, y se denomina sari1yama. Conduce al yogui paso a paso a transcender la región de los sentidos y el reino del ego, a fin de lograr la transformación gradual del ser íntegro en una nueva vida de unión con el Espíritu Supremo en armonía y dicha perfecta. Es por ello que en su libro nos da un atisbo de lo que llamamos meditación o dhyá.na. La obra temrina proporcionando unas cuantas indicaciones acerca de s'avásana, la postura que lleva a una completa relajación, en un estado manso de percepción consciente. Siri Iyengar pone así broche a este gran esfuerzo de escribir sobre pránáyáma ofreciendo al lector el secreto de la relajación real, al objeto de que éste pueda estar preparado para el siguiente ascenso final a la cumbre de samádhi medi» tativo. Esperemos que a su debido tiempo se complete el trío: Luz sobre el Yoga, Luz sobre el Pránáyáma y Luz sobre Dhyámz, con lo que la vida de Sn Iyengar se vería del todo realizada, mientras que la de los otros dispone dría de una triple iluminación para su viaje al Everest de la espiritualidad. Bangalore 14junio 1979

R. R. Diwakrzr

Prefacio Mi primer libro, Luz sobre el Yoga, conquistó las mentes y los corazones de un público de alumnos entusiastas, e incluso llegó a cambiar la vida de muchos que se acercaron a este noble arte, ciencia y filosofía del yoga llevados únicamente por la curiosidad. Espero que Luz sobre el Pránáyáma contribuya también a ampliar sus conocimientos. Desde el respeto y la reverencia hacia Patanjali y los yoguis de la antigua India que descubrieron el pránáyáma, quiero compartir con mis seme» jantes el néctar de la simplicidad, claridad. sutileza, fineza y perfección de este arte. En un pasado reciente, en el curso de mi práctica, surgió en mi interior una nueva luz de percepción consciente que no había experimentado cuando escribí Luz sobre el Yoga. Mis amigos y mis alumnos me empujar ron a llevar al papel tanto mis experiencias como mi enseñanza oral, y de ahí este intento de explicar las sutiles observaciones y reflexiones por mí realizadas con vistas a ayudar a los alumnos en su busca del perfecciona» miento y la precisión. Muchos estudiosos occidentales han aceptado el antiguo concepto de que el hombre constituye una trinidad de cuerpo, mente y espíritu. Diferen— tes técnicas de ejercicios físicos, deporte y atletismo fueron ideadas para mantener sanos a los hombres y las mujeres. Se diseñaron para responder a las necesidades del cuerpo (annamaya kos'a) con sus huesos, articulacio— nes, músculos, tejidos, células y órganos… Los estudiosos indios llaman a esta disciplina “la conquista de la materia”, Ello aparece explicado detalladamente en mi libro Luz sobre el Yoga. Sólo recientemente han tenido noticia los eruditos occidentales de las técnicas desarrolladas en la antigua India para examinar los sistemas de la respiración, la circulación sangut£ nea, la digestión, la asimilación, la nutrición, las glándulas endocrinas y los nervios, cuyas formas sutiles se conocen en conjunto bajo el nombre “la conquista de la Fuerza Vital" (pránamaya kos'a), Yoga vidya es un sistema codificado que establece ocho fases para la autorrealización, Estas son: yama, niyama, ásana, pránáyáma, pratyáhára, dh5rana, dhyána y samádlii. En este libro se concede importancia primordial al pránayáma, que mantiene en estado equilibrado de salud y perfección los sistemas involuntarios o autónomos de control del cuerpo humano. En mi casa no había ni estudiosos, ni santos ni yoguis que me inspira ran a iniciarme en el yoga, De niño padecí muchas enfermedades. con que

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Luz sobre el Prái_iáyáma

—cosas del destino— fue la esperanza de recobrar la salud la que me condU>

jo al yoga en 1934. Desde entonces ha sido mi forma de vida. El me ha enseñado a ser puntual y disciplinado a pesar de las adversidades que con frecuencia trastornaban mi práctica, mi aprendizaje y mis experiencias co-

tidianas. Al principio, el pránáy?ama fue toda una lucha… Los excesos que cometía en mi práctica diaria de ásanas sacudían repetidamente mi cuerpo interior a los pocos minutos de empezar a hacer pránáyáma. Cada mañana me levantaba a practicar, pero retener la respiración y mantener el ritmo me creaba gran tensión. Aun con todo seguía intentándolo, consiguiendo a duras penas hacer tres o cuatro ciclos, si bien para entonces me encontraba ya falto de aire. Descansaba unos minutos y luego lo volvía a intentar hasta que me resultaba imposible continuar. Me preguntaba por qué no podía hacerlo. Y no encontraba respuesta. No tenía a nadie que me guiara. Mi cuerpo, mi mente y yo sufrimos el escarnio de muchos fracasos y errores a lo largo de unos cuantos años, mas yo persistí para mejorar mis resultados Todavía hoy dedico diariamente una hora seguida al pránáyáma, y encuentro que incluso esto es insuficiente. Las palabras pueden hipnotizar y atraer a un lector hacia una práctica religiosa (sádhana) y hacerle creer que comprende lo que es una experiencia espiritual. La lectura, empero, sólo le hace más instruido, mientras que la práctica (sádhana) de lo que ha leido le acerca más a la verdad y a la claridad… Los hechos son la verdad, y la claridad es pureza, Vivimos una époe ca de avances científicos, y los diccionarios se ven inundados por palabras nuevas. Siendo como soy nn sádhaka puro y no un hombre de palabras, hallo difícil escoger los términos técnicos correctos a la hora de expresar todo lo que deseo escribir. Tan sólo puedo hacer cuanto es posible, dentro de mis limitaciones, para presentar a mis lectores todo cuanto he experimentado en mi práctica de este arte, sublime donde los haya. El pránáyáma es una materia amplísima y de ilimitadas posibilidades. Es psicosomático, ya que explora la relación íntima existente entre el cuer» po y la mente. Si bien puede parecer bastante simple y sencillo, en cuanto uno se sienta a practicar se da cuenta en seguida de que se trata de un arte difícil. Se conoce poco de sus sutilezas, siendo mucho más lo que queda por explorar. En el pasado, los escritores de textos de yoga se ocuparon más de los efectos del pránáyáma que de su aplicación práctica, Tal vez sea porque la práctica del pránáyáma se hallaba ampliamente extendida, con lo que a la mayor parte de la gente le resultaba familiar. Sus explicaciones de los efectos del pránáyáma dan una idea de sus experiencias, que superan a sus palabras. Muchos de los movimientos de pránáyáma son infinitamente sutiles. Los movimientos precisos y voluntarios de la piel en direcciones opuestas, por ejemplo, aunque aparentemente imposibles desde un punto de vista objetivo, constituyen uno de los procesos que desarrolla el yoga. A base de

Prefacio entrenamiento se puede mover la piel de esa forma, y ello juega un papel fundamental en la práctica de pránáyáma. Este último se muestra, así, como un arte subjetivo en muchos aspectos. Cuando dicha habilidad es utif lizada para crear un efecto máximo en el que los movimientos de la piel se sincronizan con los de la inspiración, la espiración y la retención, el flujo de energía (prána) resulta armonioso. Los científicos modernos han comprobado la eficacia del conocimiene to intuitivo de los yoguis utilizando instrumentos electrónicos. Los efectos del pránáyáma son claros y no ilusorios. Estoy convencido de que no ha de pasar mucho tiempo antes de que los polos del conocimiento objetivo (la ciencia o experimentación) y del conocimiento subjetivo (el arte o participación) desempeñen un papel en la unificación del estudio del pránáyáma y sus beneñcios. Debido al desarrollo de la tecnología, la vida moderna se ha vuelto inf finitamente competitiva, lo que ha tenido como resultado un aumento de la tensión sobre hombres y mujeres. Se hace difícil mantener una vida equilibrada. Las ansiedades y las enfermedades que afectan a los sistemas nervioso y circulatorio se han multiplicado. En su desesperación, la gente se hace adicta a drogas psicodélicas, al tabaco y la bebida o al sexo indiscriminado para hallar desahogo. Estas actividades le permiten a uno olvidarse momentáneamente de sí mismo, pero las causas continúan sin ser resueltas, con lo que las enfermedades vuelven a hacer su aparición, Sólo el pránñyáma proporciona un alivio real a estos problemas; mas no puede ser aprendido mediante razonamientos y disquisiciones, sino que ha de dominarse con paciencia y esfuerzo cauto Empieza por aliviar a los que sufren de dolencias corrientes como los resfriados comunes, las jaque— cas, o la inarmonia mental. Su culmen es el elixir de la vida Este libro se compone de dos partes. La primera comprende tres seccioa nes que tratan de la teoría, el arte y las técnicas del pránáyáma. La segunda parte, titulada “Libertad y Beatitud”, versa sobre la conquista del alma (atmajaya), ocupándose de la meditación (dhyána) y la relajación (áavásana). En la primera parte he intentado asociar el pránáyáma a los diferentes aspectos del yoga El pránáyñma es el nexo de unión entre el cuerpo y el alma del hombre, y el eje de la rueda del yoga, He intentado sacar a la luz técnicas ocultas, a fin de que el lector pueda extraer el máximo beneficio sin verse acosado por la duda o la confusión. He incorporado tablas que analizan diferentes estadios de importantes variedades de pránáyáma Las tablas dan infomación detallada de la meto— dología para una pronta referencia. También proporcionan al lector una cierta idea del infinito número de per—mutaciones y combinaciones posibles en este noble arte y ciencia. Incluso el sádhaka no iniciado puede practicar por su cuenta sin temor a posibles efectos nocivos. La infomación contenida en las tablas permitirá que los sádhakas se muestren prudentes al tiem— po que audaces

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Luz sobre el Pránáyáma

En el apéndice he incluido cinco cursos, disponiéndolos fase por fase para que el practicante los siga de acuerdo con su capacidad, Cada uno de los cursos puede prolongarse a volumad sumándole semanas en caso de no alcanzarse el nivel requerido dentro del tiempo estipulado. Aunque el prá— náyñrna ha de ser aprendido fundamentalmente a los pies de un guru (mar estro), he procurado con toda humildad guiar al lector —ya sea profesor o alumno— a un método seguro de perfeccionar este arte. Sería para mí motivo de alegría que mi libro ayudara a la gente a lograr paz de cuerpo. serenidad de mente y tranquilidad en el sívmismo… El pranav yáma es un campo vastísimo. Puesto que mis conocimientos de la materia tienen sus limitaciones, acogería con agrado toda sugerencia para incorporarla en futuras ediciones. El Yogachñda'mani Upam'_sad dice del pránáyáma que es una forma excelsa de conocimiento (mahá vidyá). Es una vía regia hacia la prosperidad,

la libertad y la dicha. Lean, relean y digieran la primera parte de este libro antes de empezar a practicar. Me hallo en deuda con mi guruji árí T. Krisnamáchárya por tributar sus honores al libro. Le estoy sinceramente agradecido al señor Yehudi Menuhin por su introducción, así como al señor R, R, Diwakar por su prólogo y por su apoyo. Les quedo asimismo muy reconocido a mis hijos Geetá y Prashánt y a mis aIUmnos B. I. Taraporevala, M, T. Tijoriwala, S, N. Motivala y al doctor B, Canuthers, MD, CM, FRCP, quienes entregaron su va— lioso tiempo a la preparación de la obra. Su paciencia al editar y reeditar este libro una y otra vez fue lo que le confirió su forma definitiva. Le estoy agradecido a Kumari Srimathi Rao por pasar a máquina incontables veces el manuscrito. Doy las gracias al señor P, R, Shinde por hacer innúmeras fotografías para el libro y a la señorita Robijn Ong por aportar los dibujos de anatomía. Deseo expresar mi más sincera gratitud al señor Gerald Yorke por sus sugerencias constructivas y sus ánimos. De no haber sido por su persistente orientación, este libro no habría visto la luz. Le quedo eternamente re— conocido por el cuidado puesto en editar todo el manuscrito. B. K. S. lyengar

Primera Parte

Sección I'

La teoría del Pránáyáma

Capítulo 1

¿Qué es

el Yoga?

Nadie conoce el Uno absoluto, primordial e intemporal; ni tampoco el momento en que el mundo comenzó a existir. Dios y la naturaleza existían antes de que apareciese el hombre, pero a medida que éste evolucionó, fue cultivándose y comenzando a realizar sus propias potencialidades. Produc» to de este proceso surgió la civilización. Con ella evolucionaron las pala— bras, desarrollándose así los conceptos de Dios (purusa) y naturaleza (pra— kriti), religión (dharma) y yoga. ],

2. Dado que se hace bastante difícil definir estos conceptos, cada hombre ha de interpretados según su propia comprensión. Cuando el hombre cayó preso en las redes de los goces mundanos, descubrió que se había separar de de Dios y la naturaleza. Fue así presa de las polaridades del placer y el dolor, el bien y el mal, el amor y el odio, lo permanente y lo pasajero. 3. Atrapado en estos opuestos, el hombre sintió la necesidad de una divi— nidad personal (Purusa) que fuera suprema, no se viera afectada por las aflicciones, las acciones y las reacciones, y que se hallara libre de la expe— riencia dela dicha y la tristeza. 4. Ello llevó al hombre a buscar el ideal superior, encarnado en el Purusa perfecto 0 Dios. Fue así como el Ser Eterno. al que llamó Ís'vara, el Señor, el guru de todos los gurus, se convirtió en el centro de su atención, de su concentración y de su meditación. En esta busca fundamental por alcan— zarlo a El, el hombre ideó un código de conducta por medio del cual podría vivir en paz y armonía con la naturaleza, con sus semejantes y consigo mismo.

5. Aprendió a distinguir entre el bien y el mal, la virtud y el vicio, lo moral y lo inmoral. Surgió así un concepto global de la acción correcta (dharma) 0 la cienca del deber. El Dr. S. Radhakrishnan escribió que “Dharma es lo que sustenta, apoya y sostiene", guiando a la humanidad a vivir una vida superior sin consideraciones de raza, casta, clase o fe.

6. El hombre se dió cuenta de que debía mantener el cuerpo sano, fuerte y limpio si quería actuar conforme al dhan—na y experimentar la divinidad

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Luz sobre el Pránáyáma

que se halla dentro de el. Los videntes indios, en su búsqueda de la luz, destilaron la esencia de los Vedas en los upanisads y los daráanas (espejos de percepción espiritual), Los dars'anas o escuelas son: sámkhya, yoga, nyaya, vais'esika, pñrva mimárhsa, y uttara mimárhsa. 7. El Sár_nkhya afirma que toda creación es producto de los veinticinco elementos esenciales (tattvas), pero no reconoce al Creador (Ís'vara). El Yoga si reconoce al Creador. El Nyñya pone el acento en la lógica y se ocupa principalmente de las leyes del pensamiento, apoyándose en la razón y la analogía. Acepta a Dios como resultado de la inferencia. El Vaifa.yika hace hincapié en nociones tales como el espacio, el tiempo, la causa y la materia, y viene a completar a ny&ya. Defiende, además, la misma visión de Dios del nyáya. El Mimán'1ra, que se supedita alos Vedas, consta de dos escuelas: el Pñrva Míma'rhsa, que se ocupa del concepto general de la Di— vmidad, aunque subrayando la importancia de la acción (karma) y los ritos; y el Uttara Mímánisa, que acepta a Dios sobre la base de los Vedas, si bien pone especial énfasis en el conocimiento espiritual (jñana).

8. Yoga es la unión del sí—mismo individual (íivatma) con el Si—mismo uni— versal (Param5tmá). La filosofía sámkhya es teórica, mientras que el yoga es práctico El sámkhya y el yoga combinados proporcionan una exposición dinámica del sistema del pensamiento y la vida. El conocimiento sin acción, y la acción sin conocimiento, no ayudan al hombre… Han de apare— cer entremezclados, Es por eso que el simkhya y el yoga van juntos. 9. Según el yoga, Yájñavalkya Sm_riti, el Creador (Brahma), bajo la forma de Hiranyagarbha (El Feto Dorado), fue en origen el difusor del yoga como sistema para la salud del cuerpo, el control de la mente y la consecución de la paz, El sistema fue compilado y puesto por escrito por Patanjali en sus Yoga Sútrur o aforismos. Más que de un estudio prolijo, se trata de directrices que revelan los medios y el fin. Cuando se combinan y practican las ocho disciplinas del yoga, el yogui experimenta la unidad con el Creador, perdiendo su identidad de cuerpo, mente y sí-mismo. Este es el yoga de la integración (sarttyama). 10. Los Yoga Sútrar se componen de 196 aforismos divididos en cuatro capítulos, El primero se ocupa de la teoria del yoga. Va dirigido a quienes ya han logrado una mente serena, y establece lo que han de hacer para conservar esa serenidad. El capítulo segundo, acerca del arte del yoga, inicia al principiante en la práctica. El tercero trata de la disciplina inter— na y delos poderes (siddhis) que adquiere el practicante El capítulo cuar— to y último habla de la emancipación o liberación de las cadenas de este mundo.

¿Qué es el Yoga?

11. El vocablo “yoga” procede de la raíz sánscrita “yuj”, que significa atar, juntar, sujetar y uncir; dirigir y concentrar la atención a fin de utilizarla para la meditación. El yoga es, pues, el arte que lleva a una mente incoherente y dispersa a un estado reflexivo y coherente. Es la comunión del alma humana con la Divinidad, 12. El hombre recibe como legado de la naturaleza las tres características o cualidades (gunas), que son: la iluminación (sattva), la acción (rajas) y la inercia (ramas). Ubicado en la rueda del tiempo (kalachakra1 kála : tiem— po, chakra :rueda) como una vasija en el tomo de un alfarero (kulálacha— kra), el hombre es modelado y remodelado de acuerdo al orden predomi— nante de estas tres características fundamentales entremezcladas…

134 El hombre se halla dotado de mente (manas), intelecto (buddhi) y ego (ahamkara), denominados colectivamente “consciencia” (chitta), la cual es fuente de pensamiento, entendimiento y acción. A medida que gira la rueda de la vida, la consciencia experimenta las cinco desgracias de la igno— rancia (avidyá), el egoísmo (asmita), el apego (rága), la aversión (dve5a) y el amor a la vida (abhinives'a), Estas a su vez colocan a chitta en cinco es— tados diferentes, a saber: embotado (mñdha), oscilante (ksipta), parcialmente estable (viksipta), de atención unifocal (ek5gra), o controlado (nie ruddha). Chitta, como el fuego, se ve avivada por los deseos (vasanas), sin los cuales su fuego se extingue. En ese estado puro chitta se torna fuente de iluminación. Patanjali desarrolló ocho estadios en la vía de la realización, de los cuales hablaremos en el próximo capítulo. Chitta en estado de embotamiento se ve purificada a través de yama, niyama y ¿sana, que espolean la mente hacia la actividad. Ásana y pránáyñma llevan la mente oscilante a un estado de cierta estabilidad. Las disciplinas de pránáyáma y pratyáhñra vuelven atenta la mente y focalizan su energía. En este estado la mente es controlada por dhyána y samádhi. A medida que se progresa, serán los estadios superiores del yoga los que predominan, si bien los estadios previos, que sientan las bases, no han de ser ignorados ni descuidados l4,

15, Antes de explorar el “Átmz't", al que desconoce, el sádhaka ha de apren-

der acerca de lo conocido: su propio cuerpo, mente, intelecto y ego. Una vez conocido lo “conocido” en su totalidad, éstos se funden en lo “desconocido” como ríos que se funden en el mar. El sádhaka experimenta en ese momento el más alto estado de gozo (ánanda).

164 Primero el yoga se ocupa de la salud, la fuerza y la conquista del cuep po. Después, levanta el velo de diferencia entre el cuerpo y la mente. Fi— nalmente, conduce al sádhaka a la paz y la pureza diáfana.

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Luz sobre el Prñna"yáma 17. El yoga es una forma sistemática de enseñar al hombre a ir con meticu— losidad y eficacia en pos de la divinidad que se halla en su interior. Desentraña al hombre desde el cuerpo externo hasta el sí-mismo interior, Avanza pasando del cuerpo alos nervios, y de los nervios a los sentidos, Desde los sentidos se adentra en la mente, controladora de las emociones, Desde la mente penetra en el intelecto, que guía la razón. Desde el intelecto, su sen» da conduce a la voluntad, y de ahí a la consciencia (chitta). La última fase va de la consciencia al Si—mismo, su ser auténtico (Átmá),

18. Así, el yoga conduce al s5dhaka desde la ignorancia al conocimiento, desde la oscuridad a la luz, y desde la muerte a la inmortalidad,

Cupt'tttlo 2

Estadios del Yoga 1. Los estadios del yoga son ocho: yama, niyama, asana, pránáyáma, pra» tyáhara, dharana, dhyána y samidhi. Todos ellos se hallan integrados, pero, por una cuestión de conveniencia, se los suele estudiar como componentes independientes. 2. Un árbol tiene raíces, tronco, ramas, hojas, corteza, savia, flores y frutos. Cada uno de estos componentes posee una identidad separada, pero cada componente no puede constituir el solo un árbol. Lo mismo ocurre con el yoga. Al igual que todas las partes reunidas conforman un árbol, así también los ocho estadios reunidos forman el yoga. Los principios universales de yama son las raíces, y las disciplinas individuales de niyama conforman el tronco. Las asanas son como varias ramas extendiéndose en distintas direcciones, El prñnáyárna, que ventila el cuerpo con energía, es como las hojas que ventilan todo el árbol. Pratyáhára evita que la energía de los sentidos fluya al exterior, igual que la corteza protege el árbol para que no se pudra. Dharana es la savia del árbol que mantiene firme el cuerf po y el intelecto. Dhyána es la flor que al madurar se convierte en el fruto de samádhi, De igual suerte que el fruto es el desarrollo superior de un ár» bol, la realización de nuestro verdadero sí—mismo (átmá-dars'ana) constituf ye la culminación de la práctica de yoga,

través de los ocho estadios del yoga el sádhaka desarrolla la comprensión de su propio sí—mismo. Va avanzando paso a paso desde lo conov cido —su cuerpo— hasta lo desconocido. Evoluciona desde la envoltura externa del cuerpo —la piel? hasta la mente. Desde la mente (manas), pasa al intelecto (buddhi), la voluntad (sarhkalpa), la consciencia discemidora (vie veka-khyáti o prajñá), la conciencia (sad-asad»viveka) y finalmente al Sí— mismo (Átmá). 3, A

Yuma 4. Yama es un nombre colectivo dado a los mandamientos morales universales. Estos mandamientos son eternos, aplicándose sin consideracio» nos de clase, tiempo o lugar, Estos grandes votos (mahávratas) son la no violencia (ahimsa), la verdad (satya), el no robar (asteya), la continencia (brahmacharya) y el no codiciar (aparigraha). La no-violencia es abstener—

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Luz sobre el Práztáyáma

se de infligir cualquier tipo de lesión, ya sea fisica o mental, de pensamien— to 0 de hecho, Cuando se abandonan el odio y la animosidad, queda un amor que todo lo abarca. El yogui se muestra inexorable en su apego a la verdad y a la honestidad consigo mismo, y cuanto piensa o habla resulta ser verdad. El controla sus deseos y reduce sus necesidades, de forma que se vuelve más rico sin robar, y las cosas le vienen dadas sin pedirlas. La continencia (brahmacharya) se impone en todo cuanto concierne al sexo, ya sea imaginario o de hecho. Esta disciplina trae como resultado virilidad, así como capacidad de ver lo divino en todas las formas creadas sin que surga la excitación sexual. No se han de desear cosas que no sean necesa» rias para el mantenimiento de la vida, pues al deseo le sigue la avaricia, que lleva al pesar si uno no consigue lo que quiere. Cuando los deseos se mul» tiplican, la conducta correcta se destruye. Níyama 5, Niyamas son las reglas para la autopurifrcación, a saber: pureza (s'aucha), contento (santosa), austeridad (tapas), estudio de las escrituras (svádhyáya) y abandono de todas las acciones al Señor (Ís'vara pranidhána). El yogui sabe que su cuerpo y sus sentidos son susceptibles a los deseos, los cuales perjudican su mente; por ello observa estos principios. La pureza puede ser de dos clases, interna o externa, y ambas deben ser cultivadas. La última designa la pureza de comportamiento y hábitos, la limpieza de la per— sona y cuanto le rodea… La primera se basa en la erradicación de los seis males, a saber: la pasión (kama), la ira (krodha), la codicia (lobha), el en— greimiento (moha), el orgullo (mada), la malicia y la envidia (mátsarya). Esta erradicación se consigue ocupando la mente con pensamientos bue— nos y constructivos que conduzcan hacia lo divino. El contento reduce los deseos, nos vuelve más alegres y nos proporciona equilibrio mental. La austeridad le permite a uno disciplinar su cuerpo para aguantar el infortu— nio y la adversidad, al dirigir la mente hacia el Sí-mismo interior. El estudio representa aquí la educación de uno para ir en pos de la verdad y la autorrealización. Por último viene el abandono de todas nuesu-as acciones al Señor y el total acatamiento de Su voluntad. Así pues, niyamas son las vir— tudes que calman la mente turbada, y que conducen al sádhaka hacia la paz tanto en su interior como a su alrededor. Arana;

6. Antes de abordar las ásanas, se hace esencial hablar de purusa y prakriti. Purusa (literalmente “persona") es el principio psíquico universal, que, aunque incapacime para realizar ninguna acción por si mismo, anima y aviva la naturaleza (prak_riti o “el productor”), principio físico universal, el cual, a su vez, mediante sus tres cualidades y poderes evolutivos (gunas), produce el intelecto (buddhi) y la mente (mamas). Purusa y prak_riti, actuando de forma conjunta. incitan al mundo mate-

Estadios de! Yoga

rial para que entre en actividad… Ambos son ilimitados, sin principio ni final. Prakriti consta de cinco elementos bastos (pancha mahábhñtas), ' sa— ber: tierra (prithvi), agua (ap), fuego (tejas), aire (vítyu) y éter (ákás'a), Sus cinco contrapartidas sutiles (tanmátras) son el olfato (gandha), el gusto (rasa), la forma (rñpa), el tacto (spars'a) y el sonido (s'abda). Estos elemen— tos bastos y sus contrapartidas se funden con las tres cualidades y poderes evolutivos (gunas) de prakriti, esto es, la iluminación (sattva), la actividad (rajas) y la inactividad (tamas), para formar el intelecto cósmico (mahat). El ego (ahamkára), el intelecto (buddhi) y la mente (manas) forman la consciencia (chitta), contrapartida individual de mahat. Mahat es el germen prirnario sin evolucionar de la naturaleza, o el principio productivo de donde se desarrollan todos los fenómenos del mundo material. Existen cin— co órganos de percepción (jñánendriyas) wídos, nariz, lengua, ojos, y piel— y cinco órganos de acción (karmendriyas) —piernas, brazos, habla, órganos excretores y reproductores. Prakriti, los cinco elementos bastos, sus cinco contrapartidas sutiles, el ego, el intelecto y la mente, los cinco órga— nos de percepción, los cinco órganos de acción, y purusa, constituyen los venticinco elementos básicos (tattvas) de la filosofia sámkhya… No se pue» de hacer un cántaro sin un alfarero, ni una casa sin un albañil. De forma similar, la creación no puede tener lugar sin que purusa, la Fuerza Primor— dia], entre en contacto con los tattvas. Toda la existencia gira pues en torno a purusa y prakriti. 7. La vida es una combinación del cuerpo, los órganos de percepción y acción. la mente, el intelecto, el ego y el alma. La mente actúa de puente ente el cuerpo y el alma. La mente es imperceptible e intangible. El si—mis» mo colma sus aspiraciones y sus placeres a través de la mente, que actúa como un espejo. y del cuerpo, que le sirve como instrumento de disfrute y realización.

8. De acuerdo con el sistema de medicina indio (Áyurveda), el cuerpo se compone de siete elementos constituyentes (dhátus), así como de tres humores (dosas). Los siete elementos se denominan asi porque sustentan el cuerpo. Son el quilo (rasa), la sangre (rakta), la carne (márhsa), la grasa (medas), los huesos (asthi), la médula (majjá) y el semen (s'ukra), Estos mantienen el cuerpo inmune a la infección y las enfermedades, 9. El quilo se forma por la acción de los jugos gástricos sobre la comida. La sangre produce carne y refresca el cuerpo entero. La carne protege los huesos y produce grasa. La grasa lubrica y aporta firmeza al cuerpo. Los huesos sostienen el cuerpo y producen médula. La médula proporciona fuerza y produce semen. El semen no sólo procrea, sino que, según los tex— tos antiguos, en su estado sutil fluye por el cuerpo sutil en forma de cierta energía vital.

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Luz sobre el Prá¿táyáma 10. Los tres humores (dosas) —viento (vita), bilis (pitta) y flema (s'1es» ma)—, proporcionan una salud perfecta cuando se hallan en equilibrio uniforme, Todo desequilibrio que en ellos se produzca es causa de enfer— medades. La energía sutil o vital llamada viento genera la respiración. el movimiento, la acción, la excreción y la procreación. Coordina además las funciones de las diferentes partes del cuerpo, así como las facultades humanas. La bilis crea la sed y el hambre. Digiere la comida y la convierte en sangre, manteniendo así constante la temperatura corporal. La flema lubrica las articulaciones y los músculos, y ayuda a curar las heridas. “Mala” son los desechos sólidos, líquidos y gaseosos. A menos que éstos sean excretados, se asientan las enfermedades, alterando el equili— brio de los tres humores.

Las Kor'ar l] . Según la filosofia del Vedanta, tres son las estructuras o tipos de cuerpo (s'arira) que recubren el alma. Están formadas por cinco envolturas (kos'as) que se muestran imbricadas e interdependientes. Las tres Saríras son: (a) sthírla, la estructura hasta 0 envoltura anatómica; (13) sñksma, la estructura sutil, que se compone de las envolturas fisio» lógica, psicológica e intelectual; y (c) k5rar_ra, la llamada estructura causa] —la envoltura espiritual, Sthñla s'arira es la envoltura de la alimentación (annamaya kos'a). Las envolturas fisiológica (pránamaya), psicológica (manomaya) e intelectual (vijñanamaya) conforman el cuerpo sutil (sñksma sarira). Pránamaya kosa incluye los sistemas respiratorio, circulatorio, digestivo, nervioso, endocrino, excretor y genital. Manomaya kosa afecta a las funciones de la percepción consciente, el sentimiento y la motivación que no se derivan de la experiencia subjetiva. Vijñ5namaya kos'a afecta al pro ceso intelectual del razonamiento y el juicio que si derivan de la experien— cia subjetiva, Karana s'arira es la envoltura de la dicha (ánandarnaya kos'a). El sádhaka la experimenta de forma consciente cuando se despierta tras un sueño profundo y reparador, así como cuando se halla totalmente absorto en el objeto de su meditación. La piel recubre todas las envolturas y cuerpos. Ha de ser por tanto lirme y sensible al menor movimiento. Todas las envolturas se entremezclan en sus diferentes niveles desde la piel hasta el Sfmismo. Objetivos de la vida ( Puru,rártlrar ) 12. El hombre tiene cuatro objetivos en su vida: dharma, artha, káma y moksa_ Dharma es el deber. Sin éste y sin la disciplina ética, el logro espiritual resulta imposible n de riqueza para lograr la independencia y las Artha es la adquis metas más altas de la vida. No puede proporcionar una dicha duradera; no

Estadios del Yoga

obstante, un cuerpo pobremente alimentado es campo fértil para las preocupaciones y las enfermedades. Kama designa los placeres de la vida, los cuales dependen en gran me? dida de que el cuerpo se encuentre sano. Como dice el Kath0paní_md, el “sí—mismo” no puede ser experimentado por un individuo débil. Moksa es la liberación. El hombre iluminado comprende que el poder, el placer, la riqueza y el conocimiento pasan, y no traen la libertad. Es por ello que intenta alzarse por encima de sus cualidades sáttvicas, rajásicas y tamásicas, y así escapar de las ganas de los gunas. 13. El cuerpo es la morada de Brahman. Juega un papel fundamental en la consecución de los cuatro objetivos de la vida. Los sabios eran conscientes de que, aunque el cuerpo se va deteriorando, sirve de instmmento para alcanzar la realización, y por ello ha de mantenerse en buen estado.

14. Las ásanas purifican el cuerpo y la mente y tienen efectos preventivos y curativos. Su número es incontable, y responden a las diferentes necesidades de los sistemas muscular, digestivo, circulatorio, glandular, nervio— so, asi como de otros sistemas del cuerpo. Ellas ocasionan cambios a todos los niveles, desde el físico al espiritual. La salud es un equilibrio delicado del cuerpo, la mente y el espíritu. Por la práctica de ásanas, las incapacidades físicas y las distracciones mentales del sñdhaka desaparecen, y se abren las puertas del espíritu. Las ásanas proporcionan salud, belleza, fuerza, firmeza, ligereza, claridad de palabra y expresión, sosiego de los nervios y una alegre disposición. Su práctica puede compararse con el crecimiento del árbol del mango. Si el árbol ha crecido sano y fuerte, su esencia se encuentra en el fruto… De igual modo, la esencia destilada de la práctica de asanas es el despertar espiritual del sádhaka, quien se ve libre de todas las dualidades. 15. Existe un error común, y es pensar que tanto ásanas como pránáyáe ma han de ser practicados conjuntamente desde el momento en que co— menzamos la yoga-sádhaná. La experiencia ha demostrado a este autor que si un novicio atiende a buscar la perfección de las posturas, no pue— de concentrarse en la respiración. Pierde el equilibrio y la profundidad de las asanas. Alcancen firmeza (sthirata) y quietud (achalatá) en asanas antes de acometer ninguna técnica de respiración rítmica. La amplitud del movimiento corporal varía de una postura a otra. Cuanta más pe— queña sea la amplitud de movimiento, menor será el espacio en los pulmones y más corto será el ritmo respiratorio. Cuanto más grande sea la amplitud de movimiento corporal en las asanas, mayor será la capacidad pulmonar y más profundo el ritmo respiratorio. Al realizar conjune tamente pranayáma y ásanas, observen que no se vea perturbada la postura perfecta. No aborden el pránáyáma hasta que hayan perfeccronado

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Luz sobre el Pránáyáma

las posturas. Uno se da cuenta pronto de que cuando se ejecutan correctamente las asanas, la respiración pranayámica se instala automátir camente. Pt'ánáyámd 16. El pránáyáma es una prolongación consciente de la inspiración, la re— tención y la espiración. La inspiración es el acto de recibir la energía primordial en forma de respiración, y la retención se da cuando la respiración es suspendida a fin de degustar esa energía. En la espiración, todos los pen» samientos y emociones se vacían con la respiración: entonces, mientras los pulmones están vacios, uno abandona la energia individual, “yo", a la energía primordial, el Átmá La práctica de prá_ ima desarrolla una mente estable, sólida fuerza de voluntad, y un juicio fume. Pratyáhára 17. Se trata de una disciplina para poner la mente y los sentidos bajo control. La mente juega un papel dual, Por un lado, busca la gratificación de los sentidos y, por otro, la unión con el Sí-mismo. Pratyáhára aquieta los sentidos y los atrae hacia el interior, conduciendo al aspirante hasta lo Divino.

Dha'raná, Dhyñña y Samádhí 18. Dháraná es la concentración en un solo punto, o la total atención en lo que se está haciendo mientras la mente permanece inmóvil e imperturhable. Con ello, la percepción consciente interior se ve estimulada a in» tegrar la inteligencia siempre móvil, lo que relaja todas las tensiones. Cuando esto continúa durante largo tiempo, se convierte en meditación (dhyána), un estado indescriptible que ha de experimentarse para ser comprendido… 19, Cuando el estado de dhyána es mantenido durante largo tiempo sin in>

termpción, se funde en samádhi, donde el sádhaka pierde su identidad individual en el objeto de la meditación.

20. En samádhi, el sádhaka pierde consciencia de su cuerpo, respiración, mente, inteligencia y ego. Vive en la paz infinita. En ese estado, su sabie duría y pureza, combinados con la sencillez y la humildad. resplandecen. Mas no sólo él resulta iluminado, sino que también ilumina a aquéllos que a el acuden en búsca de la verdad. 21. Yama, niyama, ásana y pránáyñma constituyen partes esenciales del yoga de la acción (karma). Ellos mantienen el cuerpo y la mente sanos para realizar todos los actos que complacen a Dios. Pránáyáma, pratyáhára y

Estadio.r del Yoga

dháraná son partes del yoga del conocimiento (jñána). Dhyána y

samádhi

ayudan al sádhaka a fundir su cuerpo, mente e inteligencia en el océano del Sí—mismo. Tal es el yoga de la devoción y el amor (bhakti).

23. Estas tres corrientes de jñana, karma y bhakti vierten en el rio del yoga y pierden su identidad. Así, la sola senda del yoga dirige a cada tipo de sadhaka, desde el flojo (mñdha) hasta el controlado (niruddha), hacia la liber— tad y la beautud. ,

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Capítulo 3

Prána y Pránáyáma 1. Explicar lo que es prána resulta tan dificil como explicar lo que es Dios, Prána es la energía que impregna el universo a todos los niveles. Se trata de energía física. mental. intelectual, sexual, espiritual y cósmica, To— das las energías vibrantes son prána. Todas las energías físicas, tales como el calor, la luz, la gravedad, el magnetismo y la electricidad, son también prína, Prána es la energía oculta o potencial que se halla en todos los seres y que se ve liberada en grado sumo en momentos de peligro. Es el motor primario de toda actividad, Es la energía que crea, protege y destruye. El vigor, la potencia, la vitalidad, la vida y el espíritu son todos formas de prana.

Según los Upanisads, prána es el principio de la vida y la consciencia. Se lo equipara con el Sí-mismo real (Átma). Pr5na es el aliento de vida de todos los seres del universo. Estos nacen a través de él, viven con él, y, al morir, el hálito individual de ellos se disuelve en el aliento cósmico. Príir_ra es el eje de la Rueda dela Vida. Todo se halla establecido en él… Impregna el sol dador de vida, las nubes, los vientos (vayus), la tierra (prithvi), asi como todas las formas de materia. Es ser (sat) y no—ser (asat). Es la fuente de todo conocimiento, Es la Personalidad Cósmica (el purusa) de la filoso— fía sámkhya. De ahí que el yogui se refugie en prána. 2,

3. Prána se traduce normalmente por respiración. aunque ésta es sólo una de sus muchas manifestaciones en el cuerpo humano, Si se detiene la respi» ración, también lo hace la vida. Los antiguos sabios indios sabían que todas las funciones del cuerpo eran desarrolladas por cinco tipos de energía vital (prána»vayus). Estos se denominan prána (aquí el término genérico se utiliza para designar el particular) , apána, samána, udána y v yána. Se trata de aspectos específicos de una única fuerza cósmica vital (viento vital), principio primordial de existencia en todos los seres. Dios es uno, pero los sabios lo designan mediante varios nombres, y lo mismo ocurre con prána. 4. Prár_ra se mueve en la zona torácica, y controla la respiración. Absorbe la energía vital de la atmósfera. Apéna se mueve en la parte baja del abdov men, y controla la eliminación de la orina, el semen y las heces. Samána aviva los fuegos gástricos, ayudando a la digestión y manteniendo el fun-

Prñ_na y Pránáyáma

cionamiento armonioso de los órganos abdominales, Actúa como elemento integrador de todo el cuerpo humano basto Udána, operando a través de la garganta (la faringe y la laringe), controla las cuerdas vocales, asi como la toma de aire y alimento. Vyána impregna el cuerpo entero, distribuyendo la energía derivada dei alimento y la respiración a través delas arterias, las venas y los nervios.

5. En pránáyáma, prána—váyu es activado por la respiración que entra, y apána»váyu por la que sale. Udána hace ascender la energía desde la parte baja de la espina dorsal hasta el cerebro, vyana es esencial para el funcionamiento de prána y apána, pues sirve de mediador en la transferencia de energía del uno al otro.

6. Existen asimismo cinco divisiones suplementarias denominadas upapránas o upaváyus, a saber: nága, kñrma, lc_rikara, devadatta y dhanarhjaya. Nága alivia la presión del abdomen mediante el eructo. Kñrma controla los movimientos de los párpados para evitar que ningún cuerpo extraño penetre en el ojo; controla también el tamaño del iris. regulando con ello la intensidad de la luz necesaria para la visión. Krikara impide que ninguna sus— tancia ascienda por las fosas nasales o baje por la garganta, haciéndonos estornudar y toser. Devadatta causa el bostezo e induce el sueño. Dhanarhjaya produce la flema, permaneciendo en el cuerpo aun después de la muer— te e inflando en ocasiones el cadáver. 7. Según el Áyurveda, váta, uno de los tres humores (dosa), es otro de los nombres de prána, El Charaka Samhitfz explica las funciones de váta de la misma manera en que los textos de yoga explican prána. La única expresión perceptible del funcionamiento de prána se siente en los movimientos de los pulmones activados por la energía interior, causantes de la respiración,

China y Prá(za 8, Chitta y prána se hallan en constante asociación. Allí donde se encuentra chitta, hay también concentración de prána, y allí donde se halla prána, se da una concentración de chitta, Chitta "es como un Vehículo propulsado por dos poderosas fuerzas —pr5na y vñsaná (deseos)— que se mueve en la dirección de la fuerza más potente, Como una pelota que rebota al golpear contra el suelo, así se ve sacudido el sádhaka según el movimiento de prána y chitta. Si la respiración (prár_ra) prevalece, entonces los deseos son controlados, los sentidos sujetos y la mente aquictada. Mas si es la fuerza del de— seo la que se impone, la respiración se torna irregular y la mente se agita… 9. En el tercer capítulo de la Hatha Yoga Pradipiká, Swátmáráma afirma que en tanto la respiración y prána se hallen en calma, chitta se muestra fir— me y no puede haber descarga de semen (sukra). Con el tiempo, el vigor en

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Luz sobre el Prñ(táyáma aumento del sádhaka se ve sublimado para más altas y nobles metas. Al— canza entonces el estado de ñrdhva—retas (úrdhva:hacia arriba; retas : semen), aquél que ha sublimado su energía sexual y su china para fundirse en la consciencia pura.

_…

Prá _ lO. “Prána“ significa aliento, respiración, vida, vitalidad, energía o fuerza. Utilizado en plural, denota ciertos hálitos vitales o corrientes de energía (prána—váyus). “Áyáma” signiñca alargamiento, extensión, ensanchamiento, longitud, amplitud, regulación, prolongación, contención o control, **Prání— yáma” designa, así pues, la prolongación de la respiración y su control. El Íiva Saríthitá lo llama vayu sidhana (váyu :respiración; sádhana :* práctica, busca). Patanjali en sus Yaga Sñtras (cap. 2, sutras 49-51) describe el pránáyáma como la entrada y salida controlada de la respiración en una postura firmemente establecida. ,

11. El pránáyáma es un arte que posee técnicas para hacer que los órganos respiratorios se muevan y ensanchen a voluntad, de forma ritmica e intensa. Consiste en un largo y sutil flujo sostenido de la inspiración (púraka), la espiración (rechaka) y la retención de la respiración (kumbhaka). Pñraka estimula el organismo; rechaka arroja fuera el aire viciado y las toxinas; kumbhaka distribuye la energía através del cuerpo. Los movimientos incluyen la expansión horizontal (dairghya), la ascensión vertical (aroha) y la extensión circunferencial (viéálata) de los pulmones y de la caja torácica. Los procesos y técnicas de pránáyáma aparecen explicados en capítulos posteriores. Esta respiración disciplinada ayuda a que la mente se concentre y permite que el sádhaka alcance longevidad y una salud de hierro. 12. El pránáyáma no es una mera respiración habitual y automática para mantenerse con vida. A través de la abundante toma de oxígeno que resulta de sus disciplinadas técnicas, tienen lugar en el cuerpo del sádhaka sutiles cambios qUÍmicos. La práctica de ásanas hace desaparecer las obstrucciof nes que impiden el flujo de prána, y la práctica de pránáyñma regula este flujo de prima a través del cuerpo, Regula asimismo todos los pensamien— tos, deseos y acciones del sádhaka, aportándole el equilibrio y la enorme fuerza de voluntad necesarios para convertirse en un maestro de si mismo.

Capítulo 4

El Pránáyáma y el sistema respiratorio “Mientras hay respiración en el cuerpo, hay vida, Cuando desaparece la respiración, también desaparece la vida Regula, pues, la respiración." (Hatha Yaga Pradípiká capítulo 2, V3) A

1. Durante la inspiración normal, una persona media toma cerca de 500 oct de aire; durante la inspiración profunda, la cantidad de aire inspirado es aproximadamente seis veces mayor, llegando a rondar los 3,000 cc. La ca pacidad de cada individuo varía según su constitución. La práctica de pra— náyáma aumenta la capacidad pulmonar del sádhaka, permitiendo que los pulmones consigan un grado óptimo de ventilación.

2. El capitulo segundo de la Hatha Yoga Pradípiká trata del pránáyáma. Los primeros tres versículos afirman: “Halla'.ndose firmemente establecido en la práctica de ásanas, con los sentidos bajo control, el yogui ha de prac— ticar pránáyáma siguiendo la enseñanza de su guni, observando una dieta moderada y nutritiva. Cuando la respiración es irregular, la mente oscila; cuando la respiración es estable, también lo es la mente. Para alcanzar la estabilidad, el yogui ha de controlar su respiración. Mientras hay respira» ción en el cuerpo, hay vida. Cuando desaparece la respiración, también de— saparece la vida. Regula, pues, la respiración.” 3. La práctica de pránáyáma ayuda a depurar los nádis, que son órganos tubulares del cuerpo sutil através de los cuales circula la energía. Existen va rios miles de nádis en el cuerpo, y la mayoría de ellos salen delas zonas del corazón y el ombligo. El pránáyáma mantiene en buen estado los nadís, evitando su degeneración; lo cual, a su vez, genera cambios en la actitud men— tal del sádhaka. La razón es que, en el pránáyáma, la respiración se inicia en la base del diafragma, a ambos lados del cuerpo, cerca de la cintura pelvia» na. Ello resulta en una relajación de la parte torácica del diafragma, así como de los músculos respiratorios accesorios del cuello. Esto a su vez ayuda a re lajar los músculos faciales. Al relajarse los músculos faciales, éstos aflojan la sujeción que ejercen sobre los órganos de percepción —ojos, oídos, nariz, lengua y piel—, mitigando asi la tensión del cerebro. Cuando esta tensión se ve mitigada, el sádhaka alcanza concentración, ecuanimidad y serenidad.

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Luz sobre el Pránñyáma ¿Por qué tantos Práztáyámar? 4. Un gran número de asanas ha sido desarrollado para ejercitar las dis tintas partes de la anatomía —músculos, nervios, órganos y glándulas —a fin de que el organismo al completo trabaje de manera sana y armoniosa. Los ambientes, constituciones, temperamentos, estados de salud y estados mentales de los humanos varían, y las distintas asanas ayudan en diferentes situaciones a aliviar las enfermedades humanas y a desarrollar la armonía. Muchos tipos de prán5yáma han sido concebidos y elaborados para hacer frente a las necesidades fisicas, mentales, intelectuales y espirituales de los sádhakas bajo condiciones fiuctuantes.

Cuatro estadios del Pránáyáma 5. El Siva Samhítá analiza los cuatro estadios (avasthá) del pránáyáma en su capítulo tercero. Son éstos: (a) comienzo (árambha), (b) esfuerzo intenso (ghaéa), (c) conocimiento íntimo (parichaya) y (d) consumación (nispatti), 6. En el estadio arambha se despierta el interés del sádhaka por el pránáyáma. Al principio el sádhaka se muestra impetuoso y, a causa del excesivo esfuerzo físico y de la prisa con la que busca resultados. suda y su cuerpo tiembla, Cuando, por perseverancia, continúa con su práctica, ce— san los temblores y el sudor, y el sádhaka alcanza el segundo estadio de ghatávasthá. Ghata significa vasija. El cuerpo es comparado con una vasija El cuerpo físico se desgasta igual que una vasija de barro sin cocer. Cuézase en el fuego vivo del pránñyáma y adquirirá estabilidad. En este estadio, las cinco kosas y las tres s'ariras se hallan integradas. Tras la integración, el sádhaka llega al parichayávasthá, donde obtiene conocimiento intimo tanto de las prácticas de pránáyáma como de si mismo. Me» diante este conocimiento controla sus cualidades (gunas), y se da cuenta de las causas de sus acciones (karma). Desde el tercer estadio, el sádhaka accede a nispatti avasthá, el estadio final de la consumación. Sus esfuerzos han dado fruto, las semillas de su karma han ardido, Ha cruzado la barrera de las gunas, convirtiéndose en un gunátita, en un jivanmukta —una persona que se halla emancipada (mukta) durante su vida (jivana) por el conocimiento del Espíritu Supremo. Ha experimentado el estado de éxtasis (ánanda).

Sistema respiratorio 7. Para posibilitar al lector el tener una imagen clara del modo en que el pránáyáma beneficia al cuerpo, resulta esencial tener cierta idea del funcionamiento del sistema respiratorio. Ese es pues el tema que pasamos a abor— dar a continuación. 8. Es sabido que las necesidades energéticas básicas del cuerpo humano son cubiertas principalmente por el aporte de oxígeno más glucosa. El pri-

El Pn7náyízma y el sistema respiratorio

mero ayuda en el proceso de eliminación al oxidar la materia de desecho, mientras que la glucosa suministrada con el oxígeno nutre las células del cuerpo. El propósito del pi'ánáyáma es lograr que el aparato respiratorio fun? cione de forma óptima. Ello mejora automáticamente el sistema circulatorio, sin el cual los procesos de digestión y eliminación se verían perjudica— dos: las toxinas se acumulan, los males se propagan a través del cuerpo, y la enfermedad se vuelve algo habitual. 9,

10 El aparato respiratorio es la puerta de acceso a la purificación del cuerpo, la mente y el intelecto. Su llave es el pránáyáma. 11. La respiración es esencial para sostener todas las formas de vida ani? mal, desde la uniceluiar ameba hasta el hombre, Es posible vivir sin comida ni agua durante unos cuantos días, pero cuando la respiración se detie— ne, también lo hace la vida. En el Chandogyopanirad se nos dice: “Como Seno frontal Lóbulo frontal del cerebro Células ollalívas Seno estenoidal

Cometa superior Comete medio, Eminencia nasal Cometa inferior Orllicios de los

Hipófisis (glándula piluitaria)

Eslenoldes 0rilício del conducto

senos fronlal,

auditivo

maxilar y etmoídes Vestíbulo

Faladar blando Bulbo raquldeo

de la nariz Paladar dum

Lengua

Farlnge

Axis (cuerpo verteblall

Mandlbula

Médula espinal Cuerpo de la 3' vértebra cervical

Díalragma en la base de la boca (músculos miloniotdeo y genlhioldeu)

Apóllsis espinosa de la 4º vértebra cervical

Hueso hlndes Epíglotis

Laringe

Cuerdas vocales

Cartilago tlroldes Cartílago crlcoides Anillos de la tráquea

. '

Glándula tiroides

Fig. 1 Paso del aire durante la inspiración a través de la nariz, la faringe, la laringe y la tráquea.

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Luz sºbre el Prána'yñma Esternohioideo

(insp,)

Eslernocleidomastordeo (lnsp.)

Escaleno medio

Pectoral menor (|nsp.)

Esternón

Cabeza eslemal del pectoral mayor (lnsp., si los brazos estan fijos)

Dorsal ancho (|nsp.)

Intercostales internos Intercoslales _

Serralo anterior

exlemos e internos

(|nsp.)

Obllcuo externo (ESP-)

Recto del abdomen (ESP—)

Músculos abdominales: oblicuo externo, oblicuo interno, transverso (aspiración y.

en la respiración pranaya'mica, principio de la inspiración)

Elevador dela escápula (Insp,) Romboides menor (Insp.) Romboides mayor (|nsp.)

=. Dorsal ancho (lnsp & Esp.)

Oblicuo exlerno (Esp.)

Erector dela columna nsp Erector de la columna lateral (Esp.) Serrato anterior

lniercostales

(Insp. & Esp.) Serrato posterior inlerior

oblicuo interno (Esp.)

Figs. 2 & 3 Músculos frontales y posteriores del torso utilizados en la respi-

ración.

El Pránáyáma y el .ristemn rerpzramriu Músculos auxiliares dela inspiración

Músculos auxiliares de la espiraclón

Esternocleidomastoideo

Serrato anterior Dorsal ancho Sección de la aponeurosis del dorsal ancho

Oblicuo externo del abdomen

, $erralo poster|or

Inferior

interno Obllcuo del abdomen

Fig.4

los radios de una rueda se ajustan en el eje, asi todo se halla ajustado a este aliento vital. La vida se mueve al compás del aliento vital, vivificador de las criaturas vivientes. El aliento vital es nuestro padre, ...nuestra madre, ...nuestro hermano, ...nuest'ra hermana, y nuestro profesor; …el Brahman… En verdad, aquél que ve esto, sabe esto y lo entiende, se convierte en excelente orador.” (S. Radhakrishnan: The Principal Upani_rad_r, C…U., VII, 15, 1-4.) 12. El Kau_símki Upani_sad dice: “Uno puede vivir privado de la palabra, pues ahí tenemos a los mudos; uno puede vivir privado de la vista, pues ahí tenemos a los ciegos; del oído, pues he ahí los sordos; y de la mente, pues he ahí los simples; uno puede vivir sin brazos ni piernas, pues hallamos gente asi. Mas he aquí que sólo el aliento del espíritu, el si—mismo inteligente, es quien se hace cargo de este cuerpo y lo pone en pie. Todo se halla contenido en el aliento del espíritu. Lo que el aliento del espíritu es, también lo es el sí-mismo inteligente. Lo que es el sí-mismo inteli— gente, lo es el aliento del espíritu, puesto que juntos viven en este cuerpo, y juntos lo abandonan." (S. Radhakrishnan: The Principal Upani;ads, K.U., III, 3.)

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Luz sobre el Práañyñma

13. La respiración se inicia con la vida independiente fuera dela madre y finaliza cuando cesa la vida. Cuando el niño se halla aún en el útero, recibe el oxígeno a través de la sangre de su madre, con lo que no es necesario que funcionen sus pulmones. Al nacer, la primera respiración vital se pro» duce por orden del cerebro. 14. Durante la mayor parte de nuestra vida, la profundidad y el ritmo de la respiración son regulados automáticamente a través del sistema nervioso, a fin de satisfacer las funciones respiratorias: proporcionar de forma regulada y controlada el oxigeno fresco que constantemente necesitan las célu4 las, y desechar el dióxido de carbono que éstas acumulan.

15. La mayoría de nosotros da por sentado que porque la respiración es normalmente automática, está más allá de nuestro control activo. Esto no es cierto. En el prártáyáma, y mediante un arduo entrenamiento de los pulmones y del sistema nervioso, podemos lograr que la respiración sea más eficaz alterando su ritmo, profundidad y calidad. La capacidad pulmonar de los grandes atletas, los alpinistas y los yoguis es, con mucho, mayor que la de una persona normal, lo que les permite realizar hazañas extraordinarias. Una mejor respiración Significa una vida mejor y más sana.

Tra'quee

Bronquios

Bronquiolos

Pleura

Después de la aspiración

Fig. 5 Pulmones.

Después de la inspiración

El Prá¿zñyáma y el xiszema rexpíraiorio

Inspiración Espiración

Fig 6 Caja torácica (vista frontal).

16. El acto de respirar está organizado de modo que los pulmones se llenen normalmente de dieciséis a dieciocho veces por minuto. El aire fresco por— tador de oxígeno vivificante entra aspirado por los pulmones, mientras que los gases portadores del dióxido de carbono procedente de los tejidos orgánicos son expelidos en intercambio a través de los conductos respiratd rios. El inflamiento rítmico de los fuelles blandos y cubiertos de celdillas delos pulmones es mantenido por los movimientos dela caja torácica y del diafragma. Estos últimos son dirigidos y activados mediante impulsos enviados por el centro respiratorio del cerebro a los músculos implicados a través de los nervios. De ese modo, el cerebro es el responsable de la regulación de la respiración, asi como de las tres funciones mentales del pensa»

miento, la voluntad y la consciencia.

17. El ciclo de la respiración consta de tres partes: inspiración, espiración y retención. La inspiración es un ensanchamiento activo del pecho por el cual los pulmones se llenan de aire fresco. La espiración es una retracción normal y pasiva de la pared elástica del pecho mediante la cual el aire viciado es exhalado al tiempo que los pulmones se vacían. La retención es una pausa al final de cada inspiración y espiración. Las tres conforman un ciclo res— piratorio. La respiración afecta al ritmo cardiaco. Así, durante la contenf ción prolongada de la respiración, se observa una ralentización del ritmo cardiaco, lo que asegura un mayor descanso al músculo del corazón.

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Luz mina el Pránáyáma

Inspiración Espiración

Fig, 7

Caja torácica (vista de perfil).

|

|

)

¡

Espiración

Inspiración

Fig, 8 Movimiento de asa de cubo de las costillas.

El Prá_ 'yñma )! el sistema respiratoria

—l nspiración

Fig. 9 Movimiento anterioposterinr de las costillas durante la respiración.

18, La respiración puede clasificarse en

cuatro tipos:

(a) Respiración alta o clavicular, en la cual los músculos del cuello impli— cados activan principalmente la parte superior de los pulmones. (b) Respiración media o intercostal, en la cual se ve activada la parte central de los pulmones, (e) Respiración baja o diafragmática, en la cual es activada fundamentalmente la porción inferior de los pulmones, mientras que las porciones su? perior y central se encuentran menos activas. (d) En la respiración total o pranayámica, los pulmones al completo son

utilizados al máximo de su capacidad.

En la inspiración pranaya'mica, la contracción diafragmática se retrasa hasta después de la contracción consciente de los músculos de la pared abdominal anterior y lateral. Estos músculos se hallan conectados diagonal? mente a la caja torácica por encima, y a la pelvis por debajo. Tal acción hace descender y estabiliza la cúpula del diafragma, que tiene su origen en el margen inferior de las costillas; por otro lado, dicha acción empuja hacia arriba los órganos abdominales, aumentando la capacidad del tórax. Esto prepara el diafragma para una ulterior contracción, de máxima extensión y eficacia, reduciendo la atracción centrípeta. Todo ello reduce al mínimo cualquier posible interferencia con la siguiente acción de la secuencia: la elevación y expansión de la caja torácica inferior hacia arriba en un movimiento ascendente. Esto se consigue mediante la tracción vertical del diafragma, seguida por la activación secuencial de los músculos intercos» tales, al objeto de permitir, en las costillas flotantes, los más amplios mo— vimientos en forma de compás de calibres, asi como los movimientos en forma de asa de cubo de las costillas individuales, y la elevación y total expansión circunferencia! de la caja torácica en bloque desde su punto de ori-

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Luz sobre el Pránáyáma gen en la columna vertebral. Por último, se contraen los intercostales más altos, junto con los músculos que conectan las costillas superiores, el esternón y las clavículas con el cuello y el cráneo, permitiendo así el llenado de la parte superior de los pulmones. Luego de esta primera expansión. la cavidad torácica se ensancha aún más hacia adelante, hacia arriba y hacia los lados.

19. Esta serie de movimientos del abdomen, la pared torácica y el cuello, en los cuales cada paso de la secuencia prepara el terreno para el siguiente, tiene como resultado un llenado máximo de los pulmones que crea espacio para que el aire entrante llegue a cada rincón del pulmón. 20. El sádhaka debe primero dirigir su percepción consciente del cuerpo de forma específica e inteligente hacia la zona anterior baja de la pared abdominal,justo por encima de la pelvis. Para hacerlo, ha de mover la pared abdominal inferior hacia la columna y contra el diafragma como si masajea— ra desde la piel hacia los músculos, y de los músculos a los órganos internos. Esta sensación de contracción consciente y activa se halla asociada a los movimientos visibles de la pared abdominal desde la piel de la superficie hasta las capas más profundas, y puede ser dirigida a voluntad. Tras esto, concentre su atención en ensanchar las regiones lateral y poste— rior del pecho. Eleve la parte inferior de la pared torácica ensanchando si— multáneamente la zona torácica superior con la piel y los músculos. Despacio y de manera gradual, el diafragma recupera su forma de cúpula a medida que se empieza a relajar, hacia el final de la inspiración, Durante la espiración, la cúpula vuelve a subir, mostrándose activa al principio de la espiración, a fin de iniciar el retroceso lento, fluido y elástico de los pulmones,

Espiración

/” Fig. 10 Movimiento de compás de calibres de las costillas flotantes.

El Frá_níryáma y el sistema respiratorio

Las escalenos anterior y medio fijan o elevan la lº costilla durante la

______

Inspiración 2º costilla

Sentido de la tracción ejercida por los musculos intercostales internos 3! costilla

Insp¡rac|on

Sentido de la tracción ejercida por los musculos ¡ntercostales externos 25 y 3a cosi4lla elevadas hacia la 15 Castilla por los lntercoslales

Fig. 11 Movimiento ascendente dela pared torácica superior durante la Ins— piración.

Smúsculos intercostales

Sentido de la tracción e¡ercida

por los Inter

Sentido de la tracción ejercida por los músculos intarcostales

externos 10a y 11“ costillas llevadas hacia abajo

hacia la 12, costilla por los intercostales

10º costilla

11- costilla (ilotante)