Luz Letts

Luz Letts 1 2 3 Luz Letts Retrospectiva 1991-2015 Galería Germán Krüger Espantoso. Abril-mayo de 2015 4 INST

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Luz Letts

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Luz Letts

Retrospectiva 1991-2015

Galería Germán Krüger Espantoso. Abril-mayo de 2015

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INSTITUTO CULTURAL PERUANO NORTEAMERICANO

DE LA EXPOSICIÓN

DEL CATÁLOGO

CONSEJO DIRECTIVO

Curaduría Manuel Munive

Edición Fernando Torres Charles Miró-Quesada Roger A. Cáceres

Germán Krüger Espantoso Presidente Rosa María Chirif de Paz Soldán Primera Vicepresidenta Venancio Shinki Huamán Segundo Vicepresidente Roberto Hoyle Mc Callum Tesorero Richard Uculmana Suárez Secretario María Teresa Dulanto Guinea Vocal Kimberlie B Burns Miller Vocal Marcia Bosshardt Miembro Nato

Gerente General Percy A. Canales Manzanilla Coordinadora de la Gerencia General Caterina Sevilla Moscoso Gerente Cultural Fernando Torres Quirós Coordinador de la Gerencia Cultural Charles Miró-Quesada Rodríguez

Producción general Fernando Torres Charles Miró-Quesada Producción y museografía Roger A. Cáceres Edgar Ccorahua Melina La Torre Luis A. Muro Montaje Jorge Del Águila Abraham Jiménez Jonathan Yucra Transporte Nancy Leigh Transporte de Arte Supervisora Cultural Patricia Castañeda Prensa Augusto Carhuayo Producción Cultural José Miguel Vásquez Medios digitales Renzo Napa Coordinación Susana Cisneros Pamela Ríos

Asistente de edición Luis A. Muro Textos Manuel Munive Diseño y diagramación Carmen Sifuentes Alba Fotografía Daniel Giannoni Corrección de textos Carlo Trivelli Pre prensa e impresión Forma e Imagen

1ª Edición, mayo 2015 Tiraje: 1000 ejemplares Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2015-06668 ISBN: 978-612-4092-34-3 © Instituto Cultural Peruano Norteamericano Av. Angamos Oeste 120 Miraflores, Lima, Perú Se terminó de imprimir en Forma e Imagen de Billy Víctor Odiaga Franco Av. Arequipa 4558, Miraflores, Lima RUC 10082705355

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AGRADECIMIENTOS Maricruz Arribas

Eduardo Artieda Guillermo Aviles Aldo Barbosa – Stern Manuela Beck Mónica Bertie Alfredo Bullard y Cecilia Oneill Gustavo Buntinx Fernando Bustamante Constanza Cockburn María Pía Costa Gonzalo de Lozada y Verónica Riera Lucía de la Puente Denise Dourojeanni Javier Ferrand Mariana Giuffra Laura Gubbins Bárbara Hernández Mayu Hume Nora Ingunza de Quimper Debbie Jaffe Rolando Larriva Carmen Letts María Letts Colmenares Rafael Letts y Linette Lecussan Jennifer Levy Nissim y Anita Mayo Patricia Miró Quesada Guillermo Nugent José y Leslie Osterling José Augusto Palma Jorge y Rosario Payet Cristina Quimper de Trazegnies Kitty Rodrigo María Teresa Rojas Daniela Rota Raúl Silva Roberto Silva- Rodríguez Rosalie Stenning Víctor Vich Embajadora Luzmila Zanabria Graciela Zegarra de Mulanovich Banco Interamericano de Desarrollo Estudio Osterling Galería Cecilia González Galería Lucía de la Puente Micromuseo (¨al fondo hay sitio¨) Un agradecimiento especial a Eduardo Tokeshi

Contenido Presentaciones 7 Introducción 11

0. El dibujo y la pintura

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1. Soliloquios. 1991 13

2. Urdimbres y vórtices. 1992-1996

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3. Señoras y señores. 1997

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4. Vidas paralelas. 1999-2003 22

5. Mortales y equilibristas. 2004-2008

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6. Pequeños territorios. 2012-2015

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7. Pulsiones patrióticas. 1991-2014

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Luz Letts Retrospectiva 1991- 2015

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Curriculum

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Bibliografía

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En el Instituto Cultural Peruano Norteamericano estamos convencidos de la importancia de ofrecer miradas retrospectivas al trabajo de nuestros más destacados artistas. Es nuestra manera de aportar a la construcción de una historia del arte peruano y, sobre todo, de permitir a los espectadores reconocerse y reflexionar, a partir de su contacto con el arte, sobre su identidad y el sentido de sus vidas. Con veinticuatro años de destacada trayectoria en el Perú y el exterior, Luz Letts es, sin duda, una artista sobresaliente. En su trabajo se conjugan, a través del dibujo y la pintura, la expresión personal y la elaboración de metáforas que confrontan al espectador con distintas dimensiones de la experiencia humana en la sociedad contemporánea. En la obra de Letts, los personajes –algunos, claramente urbanos y contemporáneos, otros, fantásticos y atemporales– y los espacios cotidianos en que estos se desenvuelven, van tejiendo una urdimbre de situaciones en las que se ponen de manifiesto las coordenadas emocionales que nos revelan aspectos cruciales de la condición humana. El catálogo que presentamos recoge los trabajos que formaron parte de Obra reunida. Luz Letts (19912015), muestra que explora la trayectoria de esta talentosa y singular artista. En sus páginas, el lector encontrará el trabajo de interpretación y documentación realizado por Manuel Munive, curador de la exposición. Nuestro especial agradecimiento a los más de 40 coleccionistas que generosamente prestaron sus obras, sin las cuales la exposición no hubiese sido posible. Es para nosotros una gran satisfacción presentar este catálogo a la comunidad. GERMÁN KRÜGER ESPANTOSO

Presidente del Consejo Directivo Instituto Cultural Peruano Norteamericano

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Desde su fundación el Instituto Cultural Peruano Norteamericano ha dedicado particular atención a las artes visuales en todas sus manifestaciones. Hoy en día, las seis galerías de arte de nuestra institución presentan tanto obras de artistas consagrados, como jóvenes cuyas virtudes vislumbran el futuro de la plástica nacional. Merecen ser destacados los concursos nacionales de pintura, escultura, dibujo, grabado, acuarela y fotografía los cuales el ICPNA ha realizado por más de cuatro décadas. Las muestras retrospectivas y antológicas que se realizan cada año nos permiten apreciar la trayectoria de los artistas más connotados de nuestro medio. Tal es el caso de Luz Letts quien desde muy joven manifestó condiciones excepcionales para la pintura. Gracias al ejercicio curatorial de Manuel Munive tenemos un panorama que inicia con el primer bodegón realizado por la artista cuando aún era estudiante en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Desde ese punto de partida se inicia el recorrido por una vasta y coherente producción que pone en relieve sus virtudes creativas. En la obra de Letts, las inquietudes causadas por los traumas políticos, la incertidumbre frente a períodos de agitación terrorista, así como la lúdica ubicación del ser humano en el contexto de la fantasía seducen al observador. El oficio, la dosificación cromática y el dominio del dibujo se amalgaman para culminar en propuestas donde la sobriedad y la elegancia conviven perfectamente. Cabe destacar la sensibilidad de la artista y su fino sentido del humor cuando ejerce la crítica en torno a temas políticos. Asimismo, nos devuelve a los territorios donde la fantasía infantil se convierte en metáfora de inteligente madurez. En este recorrido a través de veinticuatro años de producción pictórica, nos encontramos con la semblanza de una artista cuyos trabajos han merecido reconocimiento internacional. Sin embargo, Luz ha mantenido la discreción y el encanto que hacen de ella un personaje singular. Dueña de una personalidad afable y generosa ha logrado desde muy temprano el reconocimiento a su indiscutible talento y el afecto que genera su espontaneidad y simpatía. Tal vez deberíamos añadir su apasionada dedicación que le ha permitido construir un cuerpo de trabajo tan amplio y contundente. Gracias a la generosidad de museos, galerías y coleccionistas, esta muestra nos ha permitido acceder a una selección sustantiva de la producción artística de una de nuestras más prolíficas pintoras. Sirva la ocasión para reiterar nuestro especial reconocimiento a todas las personas que han contribuido a concretar este proyecto, muy especialmente a Carmen Sifuentes por el diseño y diagramación de este catálogo, y a Manuel Munive por su buen criterio y desempeño en la curaduría. FERNANDO TORRES

Gerente Cultural Instituto Cultural Peruano Norteamericano

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Introducción Tomamos contacto con el trabajo de Luz Letts en noviembre de 1994, cuando presentó su tercera muestra personal titulada Piezas de noche en La Galería, y hemos asistido a todas las que ha inaugurado en Lima desde entonces. Si en un principio nos atrajo la línea con la que Luz estructuraba su universo plástico, fue su inagotable capacidad de generar nuevas metáforas la que nos llevó a seguirla de individual en individual. Porque, sirviéndose de sus elementos más característicos e invariables –esos personajes sin rostro y atuendo moderno que interactúan sin dirigirse la palabra en interiores o en paisajes imaginarios–, ha sido capaz de articular nuevos discursos cuya accesibilidad semántica ha estimulado la interpretación del espectador, el crítico y el coleccionista. Tal como lo dijo en una entrevista de hace más de veinte años: “En mis cuadros siempre hay uno o varios personajes, de acuerdo a lo que quiero decir. Las formas humanas son una especie de trampolín para hacer reflexiones sobre un tema”. Nosotros, desde luego, hemos hecho también una lectura personal acerca de lo que la artista ha querido decir pintando durante veinticuatro años, ejercicio que le ha permitido inaugurar diecisiete exposiciones individuales en galerías, centros culturales y museos del Perú, República Dominicana, Panamá, México y Honduras, y, afortunadamente, tenemos la oportunidad de ponerla por escrito en este volumen que documenta su retrospectiva. Sin embargo, la vitalidad de la artista y el que se halle en pleno dominio de sus recursos expresivos nos lleva a pensar que no es improbable que dentro de un par de décadas se organice la que sería su exposición antológica definitiva. Y esta posibilidad hizo que tomáramos conciencia de que estábamos preparando en verdad su primera retrospectiva o la primera recapitulación del trabajo realizado, algo que muy pocos artistas tienen la oportunidad de hacer en vida. Vista de ese modo, Obra reunida divide en dos etapas la trayectoria de Letts y le otorga una perspectiva que influirá decididamente en su proceso creativo futuro. Los capítulos en los que está estructurado nuestro escrito respetan, en su mayoría, los títulos de las que consideramos las muestras personales más notables de la artista, y corroboran, de paso, su certera manera de designarlas, así como su riguroso criterio para conformar cada conjunto de obras. Cada capítulo, en consecuencia, trata sobre un periodo en el que reconocemos evidentes o sutiles variaciones de un lenguaje cuya coherencia interior lo ha mantenido alejado de los cambios rotundos o intempestivos. Por último, debemos subrayar que ninguno de los elementos que articulan el universo figurativo de Luz Letts –sujetos, objetos y contextos– ha sido cancelado y, por el contrario, tienden a reaparecer reformulados en nuevas concepciones plásticas. MANUEL MUNIVE MACO 20 de abril, 2015

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0. El dibujo y la pintura Cada día estoy más convencido de que la habilidad para dibujar se cultiva por cuenta propia durante aquellos largos años de infancia y adolescencia que se sobrellevan mejor si se está equipado con lápices y papeles. Las escuelas de arte pueden contribuir, sin duda, a refinar lo aprendido de modo autodidacta, pero resulta imposible que pocos semestres académicos puedan suplir años de infancia dedicados a dibujar por puro placer. Aproximarme al mundo figurativo de la pintura de Luz Letts y al grácil dibujo que la sustenta no hace más que afianzar esa intuición. Luz Letts ingresó en 1979 a la Escuela de Arte de la Universidad Católica para seguir estudios en la carrera de Diseño gráfico. Retorna a la universidad en 1981, matriculándose en Pintura, cuando la Escuela de Arte se ha convertido ya en Facultad de Arte. Pero ya desde antes ella se había dedicado a cultivar el dibujo –que había sido su principal afición desde niña– asistiendo a diversos talleres como el de Suárez Vertiz, el del pintor español Miguel Gallo y el más importante, porque la proveyó de un método para dibujar la figura humana, el taller de dibujo de la escultora peruana Cristina Gálvez, el más célebre de todos por su metodología y el carisma de su directora. La evidencia del paso por el taller de Gálvez, detectada en su manera de dibujar, le traerá algunas complicaciones a la joven en la Universidad Católica, pues entonces existía una rivalidad amistosa entre ambos centros de formación, en especial en su modo de concebir la línea. Entre los cursos teóricos en la facultad le fascina el de Introducción al Arte pues allí encuentra la explicación al porqué de su vocación y porque compensa las largas horas dedicadas a estudiar composición mediante figuras geométricas y a reprocesar las nuevas nociones de dibujo que había aprendido con Cristina Gálvez. El dictado de esa asignatura estaba a cargo del pintor austríaco Adolfo Winternitz, el fundador de ese centro formativo de artistas. La artista egresará de la especialidad de pintura con el grado de bachiller, en 1987, un año movido: el primer gobierno aprista había tirado por la borda cualquier esperanza de enmendar su deriva económica y Sendero Luminoso había empezado a hundir el país. De la etapa formativa y temprana del ejercicio de Luz Letts hemos seleccionado tres piezas que formaron parte de la exposición retrospectiva. El bodegón o naturaleza muerta es un género pictórico que constituye un paso obligatorio para el entrenamiento de todo estudiante de pintura, junto con el desnudo y el paisaje. Esto explica por qué aparece con muy poca frecuencia en una muestra retrospectiva o antológica. Optamos por incorporar un bodegón [p.40] de Luz Letts, ejecutado el año 1983, durante el curso Pintura 1 en la Facultad de Arte, porque nos parece que en ese cuadro al óleo la artista consigue que el ramo de flores tenga volumen y profundidad, algo que pocos estudiantes lograban.

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Incluimos también su Autorretrato [p.43], óleo ejecutado al año siguiente porque, además de una madurez precoz, contiene una pista sobre su desarrollo plástico futuro: la duplicación del personaje representado. En efecto, en su autorretrato la pintora ensaya la autorrepresentación mediante dos vistas simultáneas de sí misma. Mesura en el contraste cromático y duplicación del personaje son, entonces, dos características que reconoceremos dentro del trabajo futuro de la pintora, tal como veremos en los capítulos subsiguientes. Incluimos solamente un cuadro más de aquella década: en Free Willy [p.39], un ciclista desesperado por una caída inminente, da manotazos para, inútilmente, amortiguar el golpe que le espera. Su indumentaria y la expresividad anatómica serán también otros dos aspectos a tener en cuenta porque aparecerán recurrentemente en el futuro. Además, Free Willy junto al Jarrón con flores y el Autorretrato, son algunos de los pocos óleos presentes en la exposición, pues desde 1992, Luz preferirá la técnica mixta para ejecutar sus cuadros; es decir, incorporará diversos materiales pictóricos como tierras de color, témperas, collage, gel acrílico, acuarelas, polícromos, pasteles, carboncillos, etc.

1. Soliloquios. 1991 Vivir en una ciudad como Lima nos hace equilibristas entre dos caras de una misma realidad, y es desde esta convivencia que surge una reflexión que intenta reunir el exterior y el interior, verdad o mentira, bien o mal, diálogo a solas: soliloquios.1

Una primera muestra individual es como la partida de nacimiento de todo artista plástico. Luz Letts inauguró la suya en 1991, en La Galería, sala de San Isidro que acogería otras tres de sus exhibiciones personales en 1992, 1994 y 1997. Soliloquio, evidentemente, nos ha servido como hito cronológico inicial para plantear esta retrospectiva. La actividad de la artista durante el lapso transcurrido desde que egresó de la universidad hasta cuando inauguró su primera muestra personal, es decir, entre 1987 y 1990, fue intensa.2 Paralelamente incursionó, con éxito, en diversas experiencias extrapictóricas: obtuvo un segundo premio en el Concurso

(1) Testimonio extraído de “Los fantasmas de la clase media”. Gustavo Buntinx. En: La República. 15 de septiembre de 1991. (2) Participó en Jóvenes valores, la exposición colectiva que la galería Fórum convocaba a fines de año, en sus ediciones de 1987 y 1988, así como en Encuentro de arte joven, muestra similar, organizada por la desaparecida galería Praxis de Barranco, en 1988. Obtuvo una mención honrosa en el Concurso Nacional de Artes Plásticas convocado por Southern Perú-ICPNA, Arequipa, también en 1988, así como el primer premio del Primer Concurso Nacional de Dibujo y el segundo premio del Décimo Concurso Nacional de Pintura, patrocinados ambos por la empresa arequipeña Michell

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de Máscaras de la revista Caretas,3 fue finalista en el Premio Copé de Cuento4 y realizó escenografías teatrales. Hemos reunido varios de los cuadros que integraron Soliloquios pues el conjunto constituyó también una suerte de manifiesto estético a través del cual la artista dejó en claro que su trabajo plástico se erigiría a partir de una férrea exploración de la figura humana. La muestra estuvo constituida por una decena de pinturas y algunos dibujos en los que establecería la principal característica de su lenguaje: la figura humana sin rostro vestida con atuendos modernos se consagraría como protagónica en sus composiciones, ya sea plasmada de un modo esquemático o parcialmente realista. El sucesivo efecto de reencuadre sobre los personajes de Soliloquio –predominantemente solitarios– en el centro de la composición y la atmósfera tenebrista consiguen repotenciarlos como íconos y conducir a una profundización de su lectura. Particularmente aquellos en los que vemos a una sola figura parecen involucrar –increpar– al solitario espectador que se desplaza de cuadro en cuadro proyectando un rostro verosímil sobre los óvalos vacíos y silentes en las cabezas de sus personajes anatómicamente expresivos. La indumentaria de estos personajes variará a partir de este momento: si aquí llevaban camisa, saco y corbata, irán despojándose de algunas prendas: solamente las camisas blancas –de manga larga– y los pantalones oscuros permanecerán como elemento distintivo. Pero si bien se imponía sobre el conjunto una condición serial, esta no impidió que la artista planteara ideas diversas en cada una de las pinturas: ya sea acorralado, contra la pared, como en Doble sentido [p.44], o parcialmente estrangulado por su propia corbata en El nudo rojo [p.51], cada sujeto encarna un discurso independiente. El personaje de Corriente alterna [p.45] extiende sus brazos y extrañas manos hacia los múltiples tomacorrientes que lo flanquean, en alusión a la masiva electrificación de las rejas con las que, por seguridad –y paranoia– el limeño mesocrático empezó a cercar sus propiedades: visto de ese modo, el perímetro cuadrangular de cada pintura simboliza ese autoencierro. Y que el personaje vista pijama reorienta nuestra interpretación hacia el territorio del insomnio o la pesadilla.

& Cía, durante 1990. Estaría representada también en el Segundo Salón de Arte Contemporáneo del Banco Central de Reserva del Perú (1989), plataforma que lamentablemente no tuvo continuidad por la crisis económica que se acrecentó a fines de esa década. (3) Obtuvo el segundo premio de la Bienal de Máscaras de la revista Caretas por la máscara Toma de conciencia. En: Caretas. Lima, 5 de noviembre de 1990. (4) “Entregan Premios Copé de cuento”. En: El Comercio, Lima, 04 de marzo de 1991. Sección C, p. 11

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En la obra Sueños imposibles aparecen varios personajes de estatura semejante –cuatro para ser exactos– pues en los demás encontramos pequeños regimientos de diminutas figuras humanas idénticas, dispuestas ornamentalmente y que otorgan una dimensión urbana a las escenas. Además, esas “cuatro figuras ensombrecidas portan sobre sus ropas la imagen reiterada de los bienes que anteriormente distinguían a nuestra clase media: tiempo libre, familia, casa propia, automóvil”.5 Los sueños trastocados en utopías por el primer gobierno aprista. En esta pintura se visibiliza el encierro que se intuye en las demás piezas. Y es en este cuadro en el que encontramos una alusión textil que nos lleva a mirarlo como una suerte de tapiz: no solo por la reiteración de motivos, como las pequeñas figuras humanas que vemos en el fondo en Doble sentido, y por el planteamiento simétrico de casi todas las obras, sino por los pequeños cuadrantes con diseños geométricos que rodean, por los cuatro lados, a los cuatro sujetos encamisados. Pequeños cuadrantes –o tocapus modernos– que cumplen una función ornamental y que adornarán también el piso de los espacios cerrados o de los espacios abiertos en los cuadros futuros de nuestra artista. La pintura más críptica de la serie se titula El ascenso –o Mapa para errantes (en los desiertos humanos) [p.47]– como consta, escrito de puño y letra de la artista, en el reverso de la tela.6 En este cuadro percibimos siluetas humanas sumarias y yacentes, cubiertas por mantas en las que pululan pequeños personajes trepadores que nos hacen pensar en pictogramas rupestres en los que la autora reconoce a los migrantes, los que huyen de la muerte, del terror. A su vez, esto que describimos está también dentro del encuadre que caracteriza a toda la serie y en cuyos márgenes vemos otras siluetas humanas, más cercanas a su representación ideográfica moderna. A primera vista, aquellos bultos parecen fardos funerarios prehispánicos, especímenes textiles ancestrales que pautarán sutilmente –a nuestro modo de ver– algunas etapas del trabajo de Letts. En conjunto, la serie es un asedio a la condición humana contemporánea encarnada en ese personaje urbano y anónimo. Como la reseñaron los críticos de entonces: “hay una inquietud de la vida civil que la obsesiona, un mundo de roperos y corbatas producto de convencionalismos que trata despiadadamente”;7 “cuadros y varios dibujos que proponen una visión subjetiva de las tribulaciones burguesas. Subjetiva y compleja: en ella la empatía y la ironía se confunden, como en un cuento de Julio Ramón Ribeyro”.8

(5) “Los fantasmas de la clase media”. Gustavo Buntinx. En: La República. 15 de septiembre de 1991. (6) Algo poco atendido en el trabajo de Luz Letts es su manera de titular sus obras: en el reverso de muchas de sus pinturas encontraremos frases que aluden a lo representado y pequeños dibujos a partir de los cuales la autora parece definir la palabra o frase que luego consigna en sus catálogos. (7) Daniel Caballero. En: Expreso. 24 de agosto de 1991. (8) “Los fantasmas de la clase media”. Gustavo Buntinx. En: La República. 15 de septiembre de 1991.

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Cuando en 1996 le preguntan a la artista quién es el personaje en torno al cual giran sus obras, ella responde: “Es un hombre anónimo, la personificación de alguien a quien no conozco, pero que existe y vive diversas situaciones. Siempre trato de expresarme a través de un personaje. En mis cuadros siempre hay uno o varios personajes, de acuerdo a lo que quiero decir. Las formas humanas son una especie de trampolín para hacer reflexiones sobre un tema. […] Los seres humanos somos esclavos de situaciones. Vivimos separados pero a la vez estamos juntos, sobre todo en las zonas urbanas”.

2. Urdimbres y vórtices. 1992-1996 Al estatismo de las figuras masculinas prioritariamente solitarias y reenmarcadas de sus primeros cuadros le sucederá la profusión de personajes, dinamizados compositivamente entre sí, cuya escala se reduce cuando la artista plantea un distanciamiento virtual respecto de sus escenarios-locaciones-paisajes, adoptando una perspectiva aérea, a vuelo de pájaro, que, a la vez que cartográfica, evoca un ordenamiento textil: esta visión del individuo atrapado en una trama y urdimbre sociales, en la que aparece planiforme y concatenado –o atado– a otros, es semejante a la relación proporcional de las figuras inscritas en un manto o un tapiz. Contamos con una de las piezas fundamentales de la trayectoria plástica de Luz Letts, la cual integró su segunda muestra personal, titulada Secuencias urbanas, realizada en 1992, nuevamente en La Galería. Queremos subrayar aquí la especificación de “urbanas” del título, concepto implícito en los cuadros de Soliloquios, en donde la sensación de encierro la producían no solamente los ambientes sombríos en los que se movían sus personajes, sino que se hallaba determinada también por su propia uniformización, atrapados y literalmente asfixiados por el encorbatado riguroso, como en El nudo rojo, pieza sobre la cual la artista expresa:“Ese nudo rojo simbolizaba la presencia del terrorismo estrangulándonos y que ya había llegado a Lima también”.9 “[Y]o soy una persona esencialmente urbana. Nunca he vivido en el campo ni en lugares aislados. Siempre he vivido en la gran ciudad que es Lima […]”.10 El tálamo [p.48-49] contiene, probablemente, la clave del desarrollo posterior de la artista: a primera vista y a unos metros de distancia, esta pintura se presenta como la transcripción pictórica de un manto paracas. A un paso de la obra, el espectador descubre que lo que consideró el ordenamiento geométrico del textil es, en verdad, la vista cenital de un colchón sobre un catre de resortes desvencijado por el uso.

(9) Observaciones de la artista a la primera versión de este trabajo. (10) “Esbozos en el laberinto”. Celinda Barreto Flores. En: El Sol. Octubre, 1996.

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La exploración simbólica de ese vestigio de la vida doméstica –e íntima– guarda coherencia con la mirada de interiores que se impuso en Soliloquios: en las cuadrículas o escaques que constituyen ese colchón reconocemos, intercaladas y veladas, pequeñas escenas en donde esquemáticas siluetas humanas –masculinas y femeninas– interactúan: descansan, hacen el amor, se ignoran, se enervan, sueñan. El colchón como una memoria cimbreante y crujiente de lo vivido; como epicentro de encuentros en la penumbra. La autora parece invocar simultáneamente el aspecto protector del manto prehispánico que albergaba a nuestros ancestros muertos y al colchón doméstico de un dormitorio, este último, además, habilitado durante esos años como recurso de contención ante las explosiones que empezaban a definir el paisaje sonoro nocturno de la capital del Perú. Creemos que en estas cuadrículas habitadas podemos encontrar el derrotero que conduce a los diversos recintos que aparecerán en los cuadros por venir, como en la notable pieza de 1997, La gran madeja, [p.5455] en donde individuos solitarios yacen en habitáculos interconectados mediante filamentos o hilos. Hacia 1994 aparecerá también uno de los leitmotivs de Letts: el sujeto multiplicado que parece levitar o hundirse en las profundidades. En Para entrar al cielo no es preciso morir [p.50], por ejemplo, hallamos un cardumen de diecinueve de estos personajes idénticos, todos ellos inscritos en una franja de contornos zigzagueantes que, a la vez, está contenida en un recuadro que encierra, seriadas e idénticas, las siluetas de francotiradores en actitud de jalar el gatillo. Cuando distinguimos a esas figuras armadas, entendemos hacia dónde se dirigen aquellos que levitan o flotan. Una obra de 1995 –Si naces para martillo del cielo te caen los clavos– contiene una circunferencia que nos recuerda a las ruedas y ruletas de feria. Este disco inmóvil parece el antecedente de los cuadros/ensamblajes que Letts presentará en su sexta individual, esta vez en la Sala Luis Miró Quesada Garland, en 1996, en varios de los cuales ha incorporado discos giratorios sobre los que pintó los elementos de su mundo. Esto hizo de las obras verdaderos ensamblajes interactivos, semejantes a las ruedas de la fortuna en las que el azar como destino11 involucra a hombres y mujeres, formato que surge coincidentemente cuando la ciudad empieza a llenarse de casinos y salas de juego, espacios de evasión y enajenamiento. “Para esta nueva exposición, Luz Letts trabaja cuadros donde toda la estructura tiene un predominio circular, obligando a la vista a desplazarse al ritmo que ella impone a la superficie. En este recorrido vamos descubriendo una fauna urbana que puede crear una mitología propia –como sucede con los hombres peces– o adquirir una densa carga onírica, como ocurre con El beso de las especies, donde la ruleta dibujada con el hombre y la mujer va dando vueltas, transformando al azar sus cuerpos al unirlos con los de los animales que lo rodean. Este es el tipo de obras que propone una lectura enriquecida de la muestra. Sus lucubraciones sobre el hombre y la mujer, sobre los límites de la realidad y las fabulaciones, liberadas con el accio-

(11) Esta idea de lo azaroso resurgirá en una de las dos instalaciones realizadas el año 2002.

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nar de estas ruletas, hacen que la acción que tiene lugar sobre la superficie de los cuadros se transforme en una suerte de juego de azar, pues, donde está se detiene el recorrido visual de la imaginación”.12 La tercera acepción de la palabra “carrera” en el diccionario de la RAE es: “Pugna de velocidad entre animales no cabalgados, como avestruces, galgos, liebres, etc.”. La séptima y octava, añaden: “Conjunto de estudios que habilitan para el ejercicio de una profesión” y “Profesión de las armas, letras, ciencias, etc.”. Esta es la ambivalencia que algunas obras visibilizan. Tal como apreciamos en las Carreras de escritorio [p.56-57], obras que se expusieron conjuntamente a aquellos ensamblajes interactivos. Aquí la composición está articulada sobre vórtices o espirales que grafican aquellas contiendas hípicas en donde los personajes figuran engarzados como en un rompecabezas, conformando un caudal que se enrosca. Y se hace explícita también la tendencia de la artista por conformar personajes que se fusionan o se complementan anatómicamente con algunos animales, como sucede con los caballos, que se articulan en centauros contemporáneos con los cuales habla de la competencia, a veces irracional, por ascender o escalar en la vida laboral, equiparando la carrera profesional con la carrera equina. En sus dos versiones, ambas carreras se producen sobre un territorio humano: el escritorio. En una de ellas –la polícroma– podemos ver a los descartados de esa competición, a la deriva, náufragos en los márgenes del cuadro. En la segunda versión, el ajedrezado de la superficie de la mesa/escritorio convierte a los protagonistas en piezas de un juego de cálculo. Los peces –o tiburones– formarán parte de la zoología personal de la autora cuando sus personajes aparezcan sumergidos. Y es probable que estos sean el antecedente del ser mitológico recurrente en sus trabajos de la primera década del siglo XXI: la sirena, criatura que aúna la belleza y sus tentaciones.

3. Señoras y señores. 1997 En octubre de 1997 la periodista cultural del diario El Sol entrevista a Luz Letts como parte de la cobertura de prensa previa a la inauguración de su séptima muestra individual –Señoras y señores– en La Galería. Elegimos la penúltima pregunta de su cuestionario para iniciar este breve capítulo: “¿Por qué no hay personajes femeninos en tus obras?”. “Porque trato de que mis personajes sean anónimos, son más que personas definidas, esbozos, no tienen expresión, no miran, no sonríen, son casi andróginos. Y una mujer, físicamente, tiene más características que la identifican. Pero en mi próxima muestra […] hay cuadros en

(12) Luis Lama. “Luz Letts”. Catálogo de la exposición Dando vueltas, 1996. El énfasis es nuestro.

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los que hay mujeres. Es un cambio en mi pintura, que no sé por qué se ha producido. Simplemente ha asomado a mis telas y a las maderas sobre las que trabajo. Y es por eso que la muestra la he llamado Señoras y señores, que es una forma de saludo, de decir ‘aquí estoy’, y también de decir que seres del sexo femenino están presentes en mi pintura, por primera vez […]”.13 A decir verdad, ese personaje femenino ya había aparecido antes, como sucedió notoriamente en La isla de las mujeres solas (1995) o en la pareja inscrita en el disco giratorio de Las vueltas del amor [p.63], cuadro-ensamblaje expuesto en la individual de 1996. Lo que la artista quiso decir realmente es que a partir de ese momento la figura femenina iba a cobrar el mismo peso protagónico que la masculina en su universo pictórico y que ambas conjugarían con mayor plenitud las vicisitudes humanas. La tarjeta de invitación a Señoras y señores está ilustrada por Días detenidos [p.63-67], pieza que representa a una pareja en el interior de una habitación con un piso cubierto de azulejos, elemento que, al igual que otros en su pintura, aparecerá de cuando en cuando en diversos escenarios y que, a la vez, da la impresión de estar dentro de otra habitación mayor: el personaje femenino, en este caso, parece reconfortar o dar una mano al personaje masculino que yace recostado, convaleciente, sobre un colchón. El muro perimetral de esa habitación interior es zigzagueante como varios de otros elementos compositivos visiblemente presentes desde 1992 y es precisamente en estas recurrencias que detectamos la coherencia sobre la que se erige el lenguaje de la artista. Irónicamente, el cuadro Buena compañía [p.68], perteneciente a este mismo ciclo, representa a un hombre acompañado por dos perros, lo que detona una nueva metáfora sobre la fidelidad humana. Señoras y señores, reiteramos, fue la exposición en la que la mujer toma una posición protagónica y, a partir de la cual, los problemas existenciales del hombre empiezan a ser desplazados por los problemas, más puntuales, de la incomunicación entre géneros.14 Recapitulando: en algún momento de 1997, esa mirada aérea –omnipresente–, que nos ofrece visiones en contrapicado de diversos territorios imaginarios, descenderá y, como es lógico, los personajes no solo recobrarán su estatura –y su volumetría– sino que la incrementarán en relación a los formatos del cuadro. Y a partir de entonces el personaje femenino que se hallaba latente dentro de los personajes andróginos surgirá para enriquecer las diversas posibilidades de relacionarse con los individuos masculinos.

(13) Hasta hace muy poco, los protagonistas de estos dilemas eran básicamente heterosexuales. Muy recientemente, la artista incorpora las combinaciones posibles entre personajes del mismo sexo. (14) Su octava exposición se realizó en el Museo de Arte Contemporáneo de Ciudad de Panamá y se tituló Obra reciente.

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4. Vidas paralelas. 1999-2003 En algunos de los cuadros que integraron Vidas paralelas, la novena muestra individual15 de Luz Letts y la primera en la galería Lucía de la Puente, predominaba una visión de interior y, particularmente, en dos de ellos se imponía una mirada aérea o –más precisamente– cenital, por cuanto no corresponde a una vista de gran altura y más bien pareciera surgir de un ojo –¿o una cámara de seguridad?– colocado en el cielo raso de las habitaciones plasmadas, perspectiva ideada para destacar la individualidad de los personajes representados, vinculados por su proximidad, sus miradas y su silencio. Irónicamente, Letts coloca como tercer personaje a un perro en el cuadro Vecinos [p.69], indicando así que al menos ambos hombres gozan de la presencia de un ser sin dobleces. El cuadro insignia de la exposición –reproducido parcialmente en la carátula del catálogo– es el políptico que se titula Dormilonas,16 en el que cuatro mujeres idénticas, cada una en un panel, –o la misma en cuatro instantes distintos de la noche– reposan sobre sus respectivas camas: la penumbra nos impide saber si alguna está despierta, duerme, sonríe o llora. Es, además, el único cuadro con personajes femeninos, detalle en el que reparó el crítico Silvio de Ferrari: “En la actual muestra –salvo una obra– todos los personajes son masculinos, todos están en actitud de conversar, de mirarse… pero nadie habla. Las miradas continúan perdidas. Todos están descalzos. Absolutamente ninguno mira al espectador […]”.17 Ya Jeremías Gamboa se había referido a esa incomunicación entre los protagonistas en el texto de presentación del catálogo: “En Vidas paralelas, esa realidad individual que soportan sus personajes está cargada de una apacible nostalgia. En grupos reducidos o quizá en solitario, ellos están allí en situación, no en relación. Hay un indefinible y peligroso ensimismamiento que los separa. En la elusividad de sus miradas, en la desconexión que tienen frente a su contexto –el indiferente Señor de los barcos no se percata de la maravillosa epifanía que ocurre en el piso de su hogar – […]”.18

(15) Plástica y compositivamente dialogante con Dormilonas es el cuadro El extranjero pero no pudo mostrarse en la individual de 1999 porque fue distinguido con el Premio de Pintura Villa de Madrid (Madrid, España) en 1998. (16) “Los silencios anónimos de las vidas paralelas”. Silvio de Ferrari Lercari. En: Expreso. 9 de diciembre de 1999. (17) Jeremías Gamboa. Luz Letts: Vidas paralelas. Catálogo de la exposición. Octubre de 1999. (18) “Lo que una primera lectura entendería como barcos de juguete desparramados sobre el piso se tiñe de propiedades inimaginables. El suelo, hábilmente construido bajo un exquisito andamiaje óptico de losetas, ha cobrado las cualidades del mar. Los juguetes, entonces, ‘navegan el piso’, y no sólo eso, encallan sobre la alfombra. Esta, totalmente plana a los pies del protagonista, es el lugar de refugio de unos barcos que ahora se nos antojan reales. El carácter ambivalente de la pintura enriquece nuestra mirada, la activa gozosamente […]”. Ibídem.

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Gamboa acierta cuando destaca El señor de los barcos:19 es un cuadro notable sin duda por la belleza de la imagen y lo críptico de la metáfora que plantea. (Más adelante esta idea será retomada a través de personajes masculinos o femeninos que “presiden” –por su gran estatura– sus entornos situados en paisajes naturales o en interiores domésticos). En el periodo comprendido entre 1999 a 2003, Letts realiza tres exposiciones personales: dos de pintura en la Galería Art Consult en Ciudad de Panamá (Panamá, 2001 y 2003, respectivamente) y una instalación a la que tituló El azar como destino20 en la Estación de Desamparados en el marco de la Tercera Bienal Iberoamericana de Lima (2002). Fue por aquellos años en que su lenguaje incorpora a algunos animales como participantes-protagonistas, pues ya en obras de 1996, como en Las vueltas del amor, encontramos como motivos simbólicos a la serpiente o al tiburón, por ejemplo. En 1999 aparecerán unas cebras en Los observadores, pintura reproducida en la tarjeta de invitación y en el catálogo de Vidas paralelas, donde los personajes, uno de ellos con binoculares, de perfil y en primer plano, observan un territorio enlosetado sobre el cual hay tres cebras, una de las cuales nos mira con cautela, como si fuésemos intrusos. Aunque la cebra es la verdadera intrusa sobre ese patio –¿o azotea?– cercado por otro de esos pequeños muros perimetrales que en las representaciones de Letts compartimentan y delimitan los espacios y sus recintos. Poco después, y echando mano a los tiburones y a estas cebras, la artista creará su propia criatura mitológica: una sirena de cabello largo cuyo cuerpo de pez está cruzado por rayas. Grupos de estas sirenas-cebra bucean silenciosas en albercas ubicadas sobre azoteas o en pequeñas lagunas. Esta mujer-sirena-cebra será la criatura imaginaria más importante –y reiterada– en el mundo de Letts. Aparecerá en Las tentaciones [p.71] (2000) en la piscina parcialmente cubierta por una pasarela zigzagueante sobre la cual unos tipos enternados –y descalzos– se cubren los ojos, la boca, las orejas y los genitales. Debajo de ellos, entre los intersticios de esa estructura que los sustenta, vemos nadar a esas mujeres pez que, silenciosas y seductoras, ejemplarizan, literalmente, una coexistencia paralela pero desconectada con los personajes del género opuesto. Respecto a la sutileza en el tratamiento del color revelado en esta muestra: “[…] El elemento visual/eje que ha caracterizado a Letts es en gran parte una mirada de color y de olor antiguo. Un recuerdo a tiempos viejos y es probable también a ilusiones de lo pasado. […] Cierto que el blanco del cromatismo en sus obras es relativo porque Letts maneja un

(19) Sobre esta obra trataremos en el capítulo “Pulsiones patrióticas”. (20) Ibídem. “Los silencios anónimos de las vidas paralelas”. Silvio de Ferrari Lercari. En: Expreso. 09 de diciembre de 1999.

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abanico de grises/marrón/negro/cenizo/ámbar, que envuelven sus filas de armonías y reflejan sus signos sensuales, críticos o lúdicos […]”.21 En efecto: a primera vista estos cuadros semejan grandes esbozos a carboncillo, pero una mirada acuciosa va descubriendo el claroscuro obtenido mediante un complejo proceso técnico.

5. Mortales y equilibristas. 2004-2008 En tanto nos reconocemos mortales, apreciamos más nuestra vida. Un salto mortal es un juego, pero [es] jugarse la vida”, arguye la pintora…22

Luz Letts inauguró Mortales, su décimo cuarta muestra individual en noviembre de 2008, en la galería Lucía de la Puente. El título fue elegido por su sentido ambivalente: porque en su pintura encontramos personas, es decir, criaturas efímeras y fugitivas y por aludir a los números acrobáticos de riesgo. La autora añade al respecto: “La idea de Mortales fue confrontar la vida y la muerte y, a partir de ahí, la dualidad, la opción de vivir o de morir en vida sabiendo que la única verdad que tenemos es que de todas maneras vamos a morir. Los números acrobáticos no aluden al riesgo únicamente, sino también al juego y a la continuidad de la vida. Árbol genealógico [p.85] y Saltos I, II [p.83 y p.82], III son los dos extremos y, a la vez, contienen en su planteamiento la antinomia del concepto ‘mortales’”.23 Respaldados por la fiabilidad del catálogo colegimos que esa exhibición estuvo integrada por dos conjuntos de obras bien diferenciadas: cuadros en claroscuro y cuadros polícromos. Saltos I ejemplariza al primer grupo y Árbol genealógico fue, sin dudarlo, el más importante de los cuadros del segundo conjunto. Aunque sabemos que en la obra de la artista “forma y color van juntos, de la mano [y] es imposible separarlos”, 24 será a partir de este año y de esta exposición que percibimos su apuesta por elaborar grandes formatos en los que la arquitectura de la figura humana plasmada prescindirá de la policromía. Tal como lo señaló Élida Román:

(21) Ibídem. “Los silencios anónimos de las vidas paralelas”. Silvio de Ferrari Lercari. En: Expreso. 9 de diciembre de 1999. (22) “A muchos nos deben el futuro”. Pedro Escribano. En: La República. 7 de diciembre de 2004. (23) Comentario de Luz Letts a la primera versión de este capítulo. (24) Ibídem. Nota 4.

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“Los instrumentos para lograr estas imágenes son un dibujo de mano segura, destreza en la utilización muy discreta del color, manejo perfecto del grisado, el medio tono y el contraste de sombras, con los que consigue ese paso delicado del dibujo estricto a la pintura clásica y el riesgo siempre superado, de acudir a la seriación casi excesiva o la multiplicación imposible […]”.25 Por otro lado, sus cuadros polícromos –nos parece que habitados preferentemente por personajes femeninos– aun cuando exhiben una gama abreviada y un tratamiento acuarelado, constituyen verdaderos acontecimientos de color dentro del conjunto de su producción, tal como quedó planteado en Obra reunida. Insertamos un fragmento del comentario de Luis Lama sobre los referentes culturales a los que nos remiten algunas de estas pinturas y sobre la incomunicación y lo enigmático de sus personajes femeninos habituales: “…al ingresar al mundo que ella propone en Lucía de la Puente tenemos que suspender la verosimilitud para ingresar en esos planos en los cuales todo es posible, donde Vishnu se enfrenta a Shiva adquiriendo formas de hombres y mujeres que ocultan el rostro, en ejemplo modélico de incomunicación, según el cual cada uno vive en su propia isla o, parafraseando a Sartre, a cada cual su propio infierno. Sin embargo, son los cuadros de mujeres los que se vuelven más enigmáticos, como el de esa boa que duerme sola, lista para enroscar al hombre, aquel de las mujeres-cometas o el de la que espera, de manera simbólica, los frutos de la maternidad en un parque donde todo está por retoñar.26 Así es: dentro de su hieratismo fisonómico, los personajes femeninos parecen guardar una connatural integración con la naturaleza, don del que los personajes masculinos no hacen particular ostentación. Esto es notorio en el citado paisaje sobre el que aparecen tres mujeres encinta, dos de la cuales están sentadas sobre sillas, esperando dulcemente. Y, más aún, en la pequeña pintura sin título, del 2009, en el que una mujer que reposa sobre una cama con los brazos extendidos, parece acariciada o envuelta por unas ramas vivientes colmadas de espinas. “Las mujeres vuelan, pero atadas a tierra (¿a tierra realmente?) por ovillos que, más que de pabilo, parecen de lana (…) sujetos por manos masculinas. Y en el aire el vuelo no es fácil con tantos postes y cables eléctricos. Pero si los hombres parecen ser el cable a tierra, o los dueños de los destinos de las mujeres en esta imagen, Luz Letts nos ofrece otras con mensajes distintos: está la mujer de los múltiples brazos en cuyas manos se sientan (¿plácidamente?) pequeños hombrecitos a pescar, en el aire, con sus diminutas cañas. (…) ¿Por qué vuelan las mujeres en cometas? ¿Quién es la mujer de los muchos brazos que nos tiene a los hombres como pajaritos en las manos y, encima, pescando en el aire? Y para hacerlo mejor, Luz tiene sus recursos:

(25) Luis Lama. En: Caretas. 25 de noviembre de 2004. (26) Carlo Trivelli. “Lo insondable bajo lo evidente (La ironía o lo más compasivo que se le parezca)”. Catálogo de la exposición Mortales, noviembre 2004. El énfasis es nuestro.

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pisos de azulejos, piscinas o ramadas, que enmarcan cada escena y les confieren un carácter parecido al de las iluminaciones de libros medievales: la escena, como les pasa a los hombres pulpo, esos que tiene ocho brazos y piernas, está ahí claramente para resumir un texto. Solo que en este caso no hay códice, somos nosotros los que tenemos que descifrarlo. Pero este lado lúdico y metafórico, esta pequeña profusión de nuevos mitos, tiene una contraparte algo más descarnada. Se trata de lienzos de gran formato, a diferencia de los pequeños en madera, en los que Luz nos ofrece un conjunto de imágenes en las que predominan hombres con camisas blancas, siempre suspendidos, ya sea en el aire o en la existencia misma.27 Resulta pertinente la observación sobre el carácter ilustrativo de las enigmáticas situaciones planteadas en muchos de esos cuadros: nuestra interpretación solo puede llegar hasta un punto pues carecemos – además de la información esencial que nos proporcionarían los rostros de sus personajes– de las claves que facilitan su completo desciframiento. Pero en esto radica la ambigüedad y la ambivalencia de estos programas iconográficos: es imposible proclamarnos dueños de una única lectura. A la pregunta del periodista cultural del diario La República que detecta una pugna silenciosa entre sus personajes masculinos y femeninos “¿Tus mujeres más bien parecen estar en guerra con los hombres?”, la pintora responde con ambivalencia: “En realidad no, aunque debo decir que ya bastante tiempo han cargado las culpas por las sanciones morales y religiosas. No las pinto con sentido de represalia. Solo las pinto libres”.28 Y los personajes masculinos saltan o caen en espacios neutrales, no sé si denominar vacíos. Hay una grisura cálida en el ambiente, tal como lo vemos en el tríptico Detenidos, un cielo semejante al que nos cobija cotidianamente: “Tus tonos grises. ¿Lima se filtró en la pintora?”, continúa interrogando el periodista. Letts responde: “Sí, de eso hay un poco. Lima me ha invadido, sobre todo porque mis personajes son siempre urbanos y grises como Lima”.29 Lo particularmente notable de esta declaración sobre la esencia urbana de su pintura es que desde hace mucho, prácticamente desde 1996, no veremos espacios urbanos o paisajes urbanos en los cuadros de Luz Letts. Si reconocemos la cualidad o la condición urbana de estos personajes es a partir de su vestimenta y del anonimato perpetuo que ella preserva al no conferirles un rostro verosímil.30

(27) “A muchos nos deben el futuro”. Pedro Escribano. En: La República. 7 de diciembre de 2004. (28) Ibídem. (29) Esta operación es equivalente a lo que la paisajística pictórica de Lima, ejecutada por artistas tan singulares como Víctor Humareda, Bill Caro o Carlos E. Polanco, por citar a los más reconocidos, consigue al prescindir de la figura humana, el transeúnte, en sus vistas de nuestra capital, donde es la arquitectura –o la arqui/contrac/tura para ser más justos– lo que particulariza y humaniza el espacio. (30)“Tres exposiciones de interés”. Élida Román. En: El Comercio. 14 de noviembre de 2004.

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“Estos ‘mortales’ no son más que personajes anónimos, sin características notables, que parecen flotar sobre unos fondos irresueltos, de trazos distraídos y cuidadosamente neutros. (…) Y estos hombrecillos, siempre descalzos, que parecen ejercitar una extraña gimnasia, entre salto y evasión, no son más que clones de una primera figura que se erige en estereotipo y resumen. Síntesis de lo indiferenciable, anónimo. Gestos, posturas, movimiento sugerido, que más que acción, ensayan formas de ocupar el espacio […]”.31 Ese mismo año nuestra artista expuso en la galería Praxis de México. Sonia Carrillo, corresponsal mexicana de la revista Arte al día destaca el carácter fantástico y latinoamericano en el conjunto de piezas expuestas: “La pintura de Luz Letts hace sostener la mirada en el instante preciso de la transfiguración que Latinoamérica hoy vive. Sus cuadros son metáforas que evocan el arraigo a lo fantástico, por pocos segundos hasta reconoce ciertos rasgos de cotidianeidad pertenecientes a un mundo que corre a una velocidad insostenible. Es entonces cuando encontramos el vuelo detenido de palomas en Los Profesionales I [p.80], II y III o el canto de tres sirenas-cebra atrapado por las aguas contenidas en una piscina como son Los intermedios II y IV. Un personaje incógnito se repite como protagonista y a la vez como secundario (nosotros, Latinoamérica). Este, medita sobre sí mismo para transformar, poco a poco, la imagen que como espectadores construimos a partir de la obra, hacia nuestra propia cotidianeidad. La exposición es el momento, mientras nosotros junto al personaje velado, somos la espera”.32 “[…] A diferencia de la exposición anterior Mortales, donde la intención era aceptar el concepto de muerte como una celebración de la vida, en Los equilibristas ya nos sabemos pasajeros y por ello buscamos conseguir, al menos por un pequeñísimo instante, eso que tan bien describe Luis Hernández: la soñada coherencia”.33 Los equilibristas, fue el título de la decimoquinta muestra personal de Luz, inaugurada en la Galería Lucía de la Puente en el 2008, en donde los personajes masculinos continúan arriesgando la vida en acrobacias y proezas circenses. Las similitudes plásticas entre este grupo de obras y las que integraron la individual del año 2004 son evidentes: hallamos, como en aquella, una serie con preeminencia del claroscuro y otra notablemente polícroma. Y si existe alguna diferencia, esta se da en el ámbito en el que se desenvuelven sus personajes masculinos: al menos en cinco cuadros habitados por ellos los vemos de pie sobre pequeños bancos o pedestales ubicados en lugares elevados o muy distantes del suelo, como las angostas plataformas desde

(31)“Tres exposiciones de interés”. Élida Román. En: El Comercio. 14 de noviembre de 2004. (32) “Los equilibristas”. L. Pásara. Catálogo de la exposición homónima. Septiembre, 2008. (33) “Equilibrios metafóricos”. Élida Román. En: El Comercio. 2008. El énfasis es nuestro.

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las que los trapecistas –por ejemplo– se impulsan para ejecutar sus acrobacias. Lo singular es que ellos están a la intemperie, bajo un cielo brumoso, como en las piezas tituladas El puente [p.100-101], Los rascacielos, Los pendientes, Los equilibristas y El pacto [p.98-99]. El catálogo de Los equilibristas reproduce trece obras: diez de ellas involucran y representan personajes masculinos y las tres restantes están relacionadas con lo femenino, una de ellas en clave alegórica: La Madre Patria, pieza que forma parte de la colección permanente del Museo de Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. “[…] quizás, lo adecuado para penetrar en este mundo de aparente sencillez y notable profundidad, sea tratar de ver, comprender, intuir, todas las obras como un conjunto cohesionado, casi un rompecabezas rearmado que insiste, en cada una de sus piezas, sobre esa intención de expresar fragilidad, vaivén y desconcierto, desamparo e incertidumbre. Claro que sin retóricas solemnes o pretensiones ceremoniales, sino planteándolo como pensamientos habituales […] Pero ¿cuál es la narración? Hay aquí otro logro: convencer que tal relato existe, cuando en verdad se trata solo de una idea imaginada como sueño. No hay narrativa porque Letts no busca contar historias. Busca revelar estados. Su pretensión va más allá de la anécdota. […] Estas figuras clonadas, siempre descalzas y apenas vestidas, están sujetas a destinos que no les pertenecen, decisiones ajenas que desconocen, viven –sobreviven– en un espacio incierto y nebuloso, deambulan, se estremecen, no tienen rostro, por consiguiente, no ven no hablan. De la situación de apariencia lúdica, candorosa, se pasa al drama silencioso, donde lo sufrido se oculta y lo anhelado no existe. Ni vida ni muerte. Solo un estar incierto […]”.34

6. Pequeños territorios. 2012-2015 La solvencia metafórica de los elementos que integran el lenguaje figurativo de Luz Letts, activos desde su primera muestra personal, ha sido confirmada a lo largo de este primer cuarto de siglo de trabajo constante: en vez de agotarse, pareciera que se han ido repotenciando a través de esas sucesivas articulaciones. En mi recuerdo de la visita a Pequeños territorios (2012), la decimosexta individual de su carrera y la cuarta albergada en la Galería Lucía de la Puente, se impone la sensación de ingravidez que predominaba en varias de las pinturas: tanto Canto de sirenas [p.116], obra a la que consideramos la pieza insignia de esa muestra, como en Descabellada [p.112-113] y Mar adentro [p.118-119], encontramos criaturas flotan-

(34) “Equilibrios metafóricos”. Élida Román. En: El Comercio. 2008. El énfasis es nuestro.

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tes. Un cardumen de personajes masculinos que bucean y/o flotan grácilmente en el primer cuadro, un grupo menor sumergido entre los ondulantes cabellos de la mujer sentada del segundo y un cardumen mixto en el tercero. Y en Levitación espontánea [p.120-121] son los animales de ciudad –perros, gatos y pájaros– los que están paralizados a uno o dos metros del suelo por intervención de un personaje prestidigitador. La magia, la fantasía y el juego conjurados. Y esa sensación de recobrada bonhomía que los personajes femeninos nos inspiraron coincide con la impresión del periodista cultural que visitó la exposición: “[…] Mujeres siempre solidarias, hombres permanentemente separados. Y saltando entre ambos mundos, los perros como símbolo de fidelidad, protección, soporte. Aunque los personajes en las pinturas de Letts se distinguen por el anonimato y la neutralidad, algunos rasgos característicos han ido apareciendo. Así, ellas ofrecen al espectador una mirada más contemplativa, mientras los hombres no parecen encontrar el camino […]”.35 Por otro lado, se percibía también aquella mirada distante de la artista respecto de la circunstancia de los sujetos representados, presente en sus inicios, cuando la artista no indagaba todavía en las relaciones de género. “[…]Como en la mayor parte de sus obras, el enfoque elegido es el de una visión desde la altura, al modo de un ejercicio cinematográfico; una forma de subrayar una mirada observadora y alejada de lo examinado. Aunque con una menor carga de humor que en anteriores presentaciones, Letts sigue mostrando con decisión sus dudas frente a la realidad y las conductas […]”.36. El mundo figurativo de Letts ha requerido, desde temprano, de locaciones o territorios diversos para desarrollarse: islas, lagunas, océanos, montañas, etc., inicialmente cartográficos y posteriormente realistas, sirvieron como escenografías o espacios imaginarios o mentales. Algunas veces la estatura de los personajes con respecto a esas topografías fue alterada al punto de recordarnos las mutaciones gulliverescas. Mencionamos esto porque en algunos cuadros de los últimos años reconocemos la recreación de uno de los temas expuestos ya en 1999, donde un personaje parece un gigante en relación a algunos elementos de contexto. En efecto: probablemente fue El Señor de los barcos (1999) el primero de los cuadros de este tipo que vemos sutilmente reformulado en otros muy recientes como Los prestidigitadores [p.149] (2013) y Peque-peques [p.140] (2014). Esos diminutos personajes desplegados a los pies de estos grandes hombres y mujeres –generalmente sentados y tranquilos– pueden interpretarse como proyecciones de sus respectivas conciencias. El tratamiento en claroscuro parece ser el más apropiado para sugerir esa idea.

(35) “Las mujeres, los hombres y sus perros”. Enrique Planas. En: El Comercio. 06 de julio de 2012”. (36) Élida Román. En: El Comercio, 2012. Sobre “Pequeños territorios”.

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En uno de los cuadros más recientes de la retrospectiva, Las islas propias [p.130-131] (2015), el gran personaje masculino visita unas pequeñas islas alineadas e idénticas, cada una de las cuales contiene un elemento específico: árboles, un ovillo de cordel de pescar, avioncitos de papel y perros. Nos parece un recorrido por los paisajes –mentales– de su infancia pero ya lo dijimos: no tiene ningún sentido creer que hay una sola interpretación para estas imágenes.

7. Pulsiones patrióticas. 1991-2014 La reflexión sobre nuestro país y su idiosincrasia política ha estado presente en el trabajo de Luz Letts desde su primera muestra individual. A veces subliminalmente, como sucedió con El nudo rojo (1991), irónicamente en otras como Saltos de bandera [p.96-97] (2008) o Paisaje patrio [p.138] (2005). También como metáfora del azar en El juego de sillas [p.94-95] (2008) o del arribismo en La Madre Patria (2008). Estas piezas forman un conjunto orgánico dentro del corpus de la obra de nuestra artista y constituyen un guiño al espectador local. El nudo rojo, tal vez la pieza más lograda de la primera muestra personal de Letts –Soliloquios– es, además, la primera obra de este subconjunto temáticamente específico que acabamos de establecer: la corbata insólitamente roja del personaje masculino anónimo parece empezar a estrangularlo. Pareciera hablarnos de cómo vivimos el terrorismo de Sendero Luminoso cuando se instaló en Lima. El crítico de arte Gustavo Buntinx reseñó esa primera individual y particularmente esa obra: “Desde esa y otras perspectivas, la pieza culminante del conjunto es, sin duda, El nudo rojo. El nombre alude a la corbata que, suelta pero sugestivamente arrugada, cuelga del cuello de un profesional sin rostro. A sus espaldas asoman siluetas ominosas mientras con las manos intenta dominar el largo exagerado de la tela que parece adquirir vida propia. Una prenda que es todo un distintivo de la clase media se convierte aquí en emblema patrio, en bandera insurreccional, en símbolo fálico, en soga de verdugo […]”.37 Compartimos con Buntinx la intuición de que esa corbata es soga de verdugo. Hemos encontrado interpretaciones hechas por otros críticos que difieren mucho de las nuestras. Pero así es la figuración: facilita una lectura inmediata en la medida que está constituida por elementos reconocibles. En Paisaje patrio, un presidente de la República descalzo se hamaca plácidamente sobre la bandera tensada en cuatro astas, después de haber desalojado a los símbolos del escudo nacional: la vicuña, la cornucopia y el arbolito de la Quina, parecen juguetes en el cuarto de juegos de ese jefe de Estado en una de cuyas manos oscila la corona de laurel de los próceres. (37)“Los fantasmas de la clase media”. Gustavo Buntinx. En: La República. 15 de septiembre de 1991.

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En La Madre Patria subyace la iconografía virreinal andina que equipara a la montaña sagrada –o Apu– con la Virgen María, la Madre por antonomasia en nuestra cultura popular. En este caso, la Virgen Cerro, tutelar y fructificante, alberga en sus faldas –como toda montaña– a sus devotos y peregrinos, literalmente escaladores sociales que anhelan el poder. ¿Madre, piñata y botín? El juego de sillas es elocuente para quien reconozca el pomposo sillón presidencial extraviado junto a otras sillas comunes. Una notable y accesible metáfora del ‘paracaidismo’ político. Pero las preocupaciones políticas, actuales, estuvieron presentes también en la instalación que la artista ideó el año 2000 y que ejecutó dos años después: “En la Bienal de Lima, realizada el año 2000, Luz Letts fue premiada por su trabajo Perú país por nacer, una instalación que retomaba el compromiso ideológico de los inicios pero esta vez orientado al proceso peruano, a la descomposición del poder y al desocultamiento de la corrupción. A diferencia de otros compañeros que han optado por abordar el panfleto a partir de su rebeldía hacia el sistema, Luz Letts se eleva por encima del alarido para crear una poética capaz de criticar la eterna espera latinoamericana y hacer, de esta manera, una obra universal. Este último trabajo, tan comprometido con nuestra realidad, aparenta estar en las antípodas de sus trabajos bidimensionales y, sin embargo, cuando uno se ubica al interior de su instalación, se encuentra en un espacio inconfundiblemente propio y, de pronto, el que ha seguido su trayectoria siente que esos espacios urbanos, esos sueños nocturnos se vuelven mortuorios en este laboratorio donde el espectador termina transformándose en otro más de sus personajes”.38 Esta obra, premiada como proyecto por el jurado internacional de críticos que visitó Lima durante la Segunda Bienal Iberoamericana de Lima, fue replanteada como otra obra el año 2002: “[…] El juego reaparece en la instalación El azar como destino, una alegoría a las elecciones presidenciales donde los espectadores podían elegir al presidente con una máquina de feria de las que tienen un gancho que baja y alcanza un peluche-presidente. El azar como destino fue la consecuencia de Un país por nacer, instalación que hacía de depósito burocrático, donde estaban archivados los supuestos fetos de todos los presidentes del Perú, en una correspondencia al aborto sucesivo de la democracia. Jugando con lo formal e informal, con lo racional y lo ilógico, se estructura una doble reflexión como una doble lectura que nos permite pasar a un mundo paralelo y mirarnos desde el otro lado del espejo. Es desde esa posición contemplativa que la intención de las obras empieza a tener un carácter más cercano, la amplitud exterior se aproxima, se diluye, se hace íntima […]”.39

(38) Luis Lama. “La ironía y la fiesta”. En: Arte al día internacional, Año 21 No 85, abril, 2001. p. 42 – 43 (39) Luis Pásara. Texto de presentación del catálogo de la individual Los equilibristas, septiembre de 2008.

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Esta instalación era una crítica al defectuoso sistema democrático de países con un precario sistema educativo como el nuestro en los que se elige a los presidentes con la irresponsabilidad de un niño: El azar como destino consistía en una máquina de feria de aquellas que contiene un pila de muñecos de peluche que debemos tomar con una tenaza mecánica de complicado manejo, después de haber depositado una moneda. En este caso la artista había confeccionado un centenar de muñequitos de tela, apachurrables, que representaban a sujetos con terno –vestidos de civil– y a otros con uniforme militar, ironizando así la gran libertad que otorga la democracia para elegir entre A y B.

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Luz Letts

Retrospectiva 1991-2015

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Free Willy. 1989 Óleo sobre tela. 132 x 110 cm Colección particular

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Bodegón de flores. 1983 Óleo sobre tela.110 x 84 cm Colección de la artista

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Sin título. 1991 Óleo sobre tela.150 x 110 cm Colección de la artista

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Autorretrato. 1984 Óleo sobre tela. 104 x 124 cm Colección de la artista

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Doble sentido. 1991 Óleo sobre tela. 104 x 124 cm Colección particular

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Corriente alterna. 1991 Óleo sobre tela. 110 x 150 cm Colección particular

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El umbral. 1991 Óleo sobre tela. 130 x 110 cm Colección particular

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Mapa para errantes. 1991 Técnica mixta sobre tela. 110 x 150 cm Colección Nora Ingunza de Quimper

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El tálamo. 1992 Técnica mixta sobre tela. 80 x 200 cm Colección particular

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Para entrar al cielo no es preciso morir. 1994 Técnica mixta sobre tela. 130 x 180 cm Colección particular

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El nudo rojo. 1991 Técnica mixta sobre tela. 120 x 140 cm Colección Micromuseo (“al fondo hay sitio”)

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Carreras de escritorio. 1996 Técnica mixta sobre papel y nordex. 128 x 192 cm Colección particular

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La gran madeja. 1997 Técnica mixta sobre MDF. 100 x 200 cm Colección particular

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Carreras de escritorio. 1996 Técnica mixta sobre tela. 130 x 150 cm Colección particular

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Danza de apareamiento. 1995 Técnica mixta sobre MDF. 107 x 83 cm Colección particular

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Parece que va a llover. 1995 Técnica mixta sobre MDF/ Díptico. 107 x 50 cm (cada uno)

Colección particular

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Las vueltas del amor. 1996 Técnica mixta sobre madera. 153 x 50 x 7 cm Colección particular

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Mírame. 1996 Técnica mixta sobre MDF. 50 x 80 x 17 cm Colección particular

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Los días detenidos. 1997 Técnica mixta sobre tela. 130 x 150 cm Colección particular

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Buena compañia. 1997 Técnica mixta sobre tela. 62 x 82.5 cm Colección Nora Ingunza de Quimper

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Vecinos. 1999 Técnica mixta sobre tela. 80 x 120 cm Colección Banco Interamericano de Desarrollo BID

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Las tentaciones. 2000 Técnica mixta sobre tela. 90.5 x 107 cm Colección Nora Ingunza de Quimper

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Hombre moderno. 1998 Técnica mixta sobre tela 170 x 200 cm Colección particular

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Mujer moderna. 2002 Técnica mixta sobre tela. 170 x 190 cm Colección Banco Interamericano de Desarrollo BID

75

76

El camino. 2003 Técnica mixta sobre tela. 148 x 180 cm Colección particular

77

78

El Amigo II. 2003 Técnica mixta sobre tela. 130 x 150 cm Colección particular

79

80

81

Los profesionales I. 2003 Técnica mixta sobre tela. 130 x 130 cm Colección particular

82

Saltos II. 2004 Técnica mixta sobre tela.170 x 200 cm Colección particular

83

Saltos I. 2004 Técnica mixta sobre tela. 170 x 200 cm Colección particular

84

Árbol genealógico. 2004 Acrílico sobre tela. 170 x 170 cm

Colección particular

85

86

Malabares. 2004 Técnica mixta sobre tela. 144 x 164 cm

Colección particular

87

88

Vacaciones. 2006 Técnica mixta sobre tela. 80 x 200 cm Colección particular

89

90

Balcones. 2007 Técnica mixta sobre MDF. 60 x 120 cm Colección particular

91

92

La ofrenda. 2007 Técnica mixta sobre tela. 130 x 150 cm Colección particular

93

94

El juego de sillas. 2008 Técnica mixta sobre tela. 170 x 200 cm Colección particular

95

96

Saltos de bandera. 2008 Técnica mixta sobre tela. 85 x 150 cm Colección particular

97

98

El pacto. 2008 Técnica mixta sobre tela. 100 x 160 cm Colección particular

99

100

El puente. 2008 Técnica mixta sobre tela. 130 x 150 cm Colección particular

101

102

103

El comienzo. 2008 Técnica mixta sobre tela. 170 x 200 cm Colección Constanza Cockburn

104

Sin título. 2009 Técnica mixta sobre papel y MDF. 38.5 x 29 cm Colección particular

105

Sin título. 2009 Técnica mixta sobre cartulina. 38 x 28 cm Colección particular

106

En la terraza. 2009 Técnica mixta sobre tela.130 x 150 cm Colección particular

107

108

Paseo. 2010 Técnica mixta sobre tela. 100 x 200 cm Colección particular

109

110

Las dos guerras. 2010 Técnica mixta sobre tela. 130 x 150 cm Colección de la artista

111

112

113

Descabellada. 2012 Técnica mixta sobre tela. 130 x 150 cm Colección particular

114

Alcánzame. 2012 Técnica mixta sobre tela. 140 x 140 cm Colección particular

115

116

Canto de sirenas. 2012 Técnica mixta sobre tela. 170 x 200 cm Colección particular

117

118

Mar adentro. 2012-2014 Técnica mixta sobre tela. 100 x 200 cm Colección particular

119

120

Levitación espontánea. 2012 Acrílico sobre tela. 60 x 150 cm Colección particular

121

122

Trepadoras. De la serie Crónicas urbanas. 2015 Técnica mixta sobre tela. 40 x 40 cm Colección particular

123

Cienpiés. De la serie Crónicas urbanas. 2015 Técnica mixta sobre tela. 40 x 40 cm Colección de la artista

124

Perezosos. De la serie Crónicas urbanas. 2015 Técnica mixta sobre tela. 40 x 40 cm Colección particular

125

Su burn. De la serie Crónicas urbanas. 2015 Técnica mixta sobre tela. 40 x 40 cm Colección particular

126

Facilitadores. De la serie Crónicas urbanas. 2015 Técnica mixta sobre tela. 40 x 40 cm Colección de la artista

127

Ninja. De la serie Crónicas urbanas. 2015 Técnica mixta sobre tela. 40 x 40 cm Colección particular

128

El Apu. De la serie Crónicas urbanas. 2015 Técnica mixta sobre tela. 40 x 40 cm Colección de la artista

129

Las torres. De la serie Crónicas urbanas. 2015 Técnica mixta sobre tela. 40 x 40 cm Colección particular

130

Las islas propias. 2015 Técnica mixta sobre tela.130 x 240 cm Colección particular

131

132

La torre de la memoria. 2012 Técnica mixta sobre tela. 140 x 55 cm Colección particular

133

134

Bancos de inversiones. 2012 Técnica mixta sobre tela. 35 x 220 cm Colección particular

135

136

La Madre Patria. 2014 Técnica mixta sobre papel y MDF. 64 x 64 cm Colección particular

137

Fauna urbana. 1995 Carboncillo, acrílico y témpera sobre cartulina. 66 x 95 cm Colección Bárbara Hernández Cintron

138

Paisaje patrio. 2005 Técnica mixta sobre MDF. 74 x 63 cm Colección Micromuseo (“al fondo hay sitio”)

139

Pescadores. 2014 Técnica mixta sobre MDF. 40 x 40 cm Colección particular

140

Peque-peques. 2014 Técnica mixta sobre MDF. 40 x 40 cm Colección particular

141

Poison, Passion, Prisión. 2014 Técnica mixta sobre MDF. 60 x 40 cm Colección particular

142

Lecho de rosas. 2006 Intaglio. Impresión sobre papel. 17/24. 33 x 39 cm Colección Constanza Cockburn

143

Anya y los patos. 2009 Técnica mixta sobre tela. 100 x 100 cm Colección particular

144

Tan lejos tan cerca. 2012 Técnica mixta sobre MDF. 30 x 30 cm Colección particular

145

La cosecha. 2012 Técnica mixta sobre MDF. 30 x 30 cm Colección Marie y Aldo Barbosa

146

De cabeza. 2012 Técnica mixta sobre MDF. 30 x 30 cm Colección Kitty Rodrigo

147

El bautizo. 2012 Técnica mixta sobre MDF. 30 x 30 cm Colección particular

148

Pequeñas islas I y Pequeñas islas II. 2013 Técnica mixta sobre MDF. 40 x 40 cm Colección particular

149

Los prestigitadores. 2014 Técnica mixta sobre tela. 150 x 70 cm Colección particular

150

Caja. 2009 Madera policromada. 15 x 15 x 6 cm Colección Constanza Cockburn

151

Adentro o afuera el espacio se detiene. 1995 Madera policromada. 22 x 22 x 9 cm Colección Cristina Quimper de Trazegnies

Vacio o lleno el espacio se contiene. 1995 Madera policromada. 22 x 22 x 9 cm Colección Cristina Quimper de Trazegnies

152

153

Fotografía: Josep Vincent Rodríguez i Muñoz

154

Lu z L e t t s www.luzletts.com

Estudios 1976-1980

- Taller Suárez Vértiz - Taller Miguel Gallo - Taller Cristina Gálvez 1979

- Pontificia Universidad Católica del Perú - Licenciada en Pintura

2002

- El azar como destino, III Bienal Iberoamericana de Lima, Estación de Desamparados, Lima.

Exposiciones colectivas 2015



- Trompos arte y posibilidad infinita, Fundación Euroidiomas, Lima.

2001

- Desde mi luna, Centro de Cultura Eco-

Obra reciente, Galería Art Consult, Ciu-

nómica, Lima.

dad de Panamá, Panamá. 1999



- Vidas paralelas, Galería Lucía de la Puente, Lima.

- A fondo, Centro de Cultura Económica, Lima. 2014

- Obra reunida. Impronta suiza en el

Exposiciones individuales

- Obra reciente, Museo de Arte Contem-

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2015

poráneo, Ciudad de Panamá, Panamá.

cho Fierro, Municipalidad de Lima.

- Luz Letts. Obra reunida (1991-2015),

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- 100 años por La Sarita, Galería Delba-

- Señoras y señores, La Galería, Lima.

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1996

2013

Galería Germán Krüger Espantoso, ICPNA, Lima. 2014

- Obra reciente, Centro Cultural Banco Atlántida, Tegucigalpa, Honduras. 2012

- Pequeños territorios, Galería Lucía de la Puente, Lima.

- Dando vueltas, Sala Luis Miró Que-

- Mundo hombre, Galería John Harri-

Miraflores.

man, Lima.

1995

- Fauna urbana, Complejo Cultural Chaves de la Rosa, Arequipa. - Sueño y realidad, Galería Casa Peynado,

- Los equilibristas, Galería Lucía de la

Santo Domingo, República Dominicana.

2004

- Mortales, Galería Lucía de la Puente, Lima. - Los medios tiempos, Galería Praxis, México DF., México. 2003

- Obra reciente, Galería Art Consult, Ciudad de Panamá, Panamá.

- Tiempo, Galería John Harriman, Lima.

sada Garland, Lima, Municipalidad de

2008

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1994

- Piezas de noche, La Galería, Lima. 1992

- Secuencias urbanas, La Galería, Lima. 1991

- Soliloquio, La Galería, Lima.

- A través del dibujo, Museo Quirquincho, Bolivia. - Mujeres de la floresta, Centro Cultural de España, Lima. - Esplendor de sirenas, Casa Rímac, Lima. - Descabelladas: sobre cortes, trenzas y otros peinados, Galería de Arte Corriente Alterna, Lima. 2012

- A través del dibujo, Centro Cultural, Universidad Mayor de San Marcos, Lima. - Noche en blanco, Municipalidad de Miraflores, Lima.

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- Madre tierra, Galería de Petroperú, Lima.

- Corriente Alterna, aniversario, Galería

- Objetos de arte, Galería Lucía de la

- Derecho al arte, Universidad del Pací-

Corriente Alterna, Lima.

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2007

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2011

- ARTEBA, Feria Internacional de Arte

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- Libros fascinantes, Biblioteca Nacional

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- Noche de arte, Museo de la Nación, Lima.

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2006

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- Máscaras, Galería de PetroPerú, Lima.

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Cultural

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- Rojo y negro, Museo Pedro de Osma, Lima.

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- Art-Miami, Miami, E.U.

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2008

Exposiciones,

2005

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- Dibujo, Galería Trapecio, Lima.

2000

- Art Cologne Internationaler Kunstmarkt, Colonia, Alemania. - Feria Iberoamericana de Arte-FIA, Caracas Venezuela. - Vínculos, Bi-personal con Carmen Letts, Galería Trapecio, Lima. - II Bienal Nacional de Lima, Casa Rimac, Lima. - Cajas, Galería Lucía de la Puente, Lima. - Quinto aniversario, Galería Lucía de la Puente, Lima. 1999

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- Art Cologne Internationaler Kunstmarkt, Colonia, Alemania. - Feria Iberoamericana de Arte-FIA, Caracas Venezuela. - Peruvian Contemporary Artists, Addi Galleries, San Francisco, E.U. - I Bienal Nacional de Lima, Casa Nicolás de Ribera “El Viejo”, Lima. - Pro educación, Museo de la Nación, Lima. - Pintores peruanos contemporáneos, Sala de Exposiciones de PetroPerú, Lima. - 109 artistas y un ideal, Museo de la Nación, Lima. 1997

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- Mujer en el arte, Embajada del Perú, Washington DC., E.U. - Art Cologne Internationaler Kunstmarkt, Colonia, Alemania. - Feria Iberoamericana de Arte-FIA, Caracas, Venezuela.

- Pro educación, Museo de la Nación, Lima.

- Horizontes paralelos, Sala de Arte de PetroPerú, Lima. - Identidad, Galería Extramuros, Lima.

- Perú mujer, Centro de Convenciones del Hotel Crillón, Lima.

- Homenaje a Juan Acha, Museo José Luis Cuevas, México. - Homenaje a Juan Acha, Museo de Arte de Lima. - Pecados, Galería Trapecio, Lima.

- Encuentro de arte, Museo Pedro de Osma, Lima. - Los colores de nuestra tierra, Galería del Centro Cultural de la Universidad Católica, Lima.

- Arte contemporáneo americano, XXVII Asamblea General de la OEA, Museo de Osma, Lima.

- XVII Festival International de la Peinture, Chateâu-Musée de Cagnes-sur-MerFrancia.

- IV Salón de Dibujo - Selección, Instituto Cultural de Puerto Rico, San Juan, Puerto Rico.

- Ocho artistas peruanas, Sala RG, Caracas, Venezuela. - I Bienal Iberoamericana de Lima, Casa

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- Art Cologne Internationaler Kunstmarkt, Colonia, Alemania.

- Biombos, Galería Cecilia González, Lima.

- Casa arte, Galería Obsidiana, Lima.

- 80 años de la Universidad Católica, Sala Luis Miró Quesada Garland, Municipa-

- IV Salón de Dibujo Arawak, Museo de Arte Contemporáneo, Santo Domingo, República Dominicana.

- V Bienal de Pintura de Cuenca, Cuenca Ecuador .

- Perú: obra abierta, Museo de Arte Contemporáneo, Santiago, Chile.

Rímac, Lima.

1995

- La fiesta, Galería Cecilia González, Lima.

- Dibujos, Galería Obsidiana, Lima. - Primer año, Galería Signos, Lima. - Pintores peruanos contemporáneos, Galería 2Vs, Lima. - Real maravilloso, Galería ICPNA de Miraflores, Lima.

- Exposición inaugural, Galería Signos, Lima.

- De amor y arte en los tiempos del sida, ICPNA, Lima. 1994

- Tous les êtres humains naissent libres et égaux..., Galería Observatoire 4, Montreal, Canadá. - 4 artistas peruanas, Galería Fundación BHN, La Paz, Bolivia. - Luz Letts, Eduardo Tokeshi, Galería Paseo de la Matriz, Montevideo, Uruguay. - Mueble objeto, Galería 2Vs, Lima. - Homenaje a Winternitz, Galería Segesta, Lima. - Arte y ecología, Galería Trapecio, Lima. - Papel, soporte y materia, Museo de Arte de Lima. - Amistades peligrosas, Centro Español del Perú, Lima.

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1993

- La flauta mágica, Centro Cultural de la

- Museo de Arte Contemporáneo de

- Arte peruano contemporáneo, Cabildo de Montevideo, Plaza Matriz, Uruguay.

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Arequipa.

1990

- Pinacoteca del Banco de Crédito del

- Huellas de un maestro, Galería Pancho Fierro, Lima. - Reinas de corazones, Instalación, Casa de Yuyachkani, Lima. - Arte y comunicación, Galería Borkas, Lima. - Lima: lugares sin sitio (7 desplazamientos), La Galería, Lima.

- II Bienal de Máscaras Caretas, Museo de La Nación, Lima. - X Concurso Nacional de Pintura y Dibujo Michell & Cía., Casa Tristán del Pozo, Arequipa. - 10 pintoras, Galería Trapecio, Lima.

- Día de la tierra, Galería del Banco de Comercio, Lima.

1989

- Biombos, Galería Cecilia González, Lima.

Central de Reserva del Perú, Lima.

- Arte del nuevo Perú, Casa Viola, Asunción Paraguay.

- Color y forma, Galería L’Imaginaire, Lima.

1992

Perú.

- II Salón de Arte Contemporáneo, Banco

1988

Distinciones 2003

-Mención especial, VI Concurso de Cuento Latinoamericano Magda Portal. 2000

- Ganadora de la II Bienal Nacional de Lima, Perú. 1998

- Premio de pintura Villa de Madrid,

- Pintores peruanos contemporáneos, SECOFI, Ciudad de México, México.

ción Guayasamín, Quito, Ecuador.

1996

- Arte y empresa, Museo de Arte de Lima.

- Encuentro de arte joven, Galería Praxis, Lima. - Jóvenes valores, Galería Forum, Lima.

- Premio del público: Mejor Artista Ex-

- Artistas jóvenes, Galería 2Vs, Lima.

tranjero, IV Salón de Dibujo Arawak,

- II aniversario, Galería Thaddaeus, Lima. - Perú: tierra viva, Galería del Instituto de Arte Corriente Alterna, Lima. - Arte correo, Galería del Banco de Comercio, Lima. - Pintura y escultura, Galería Forum,

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- Concurso Nacional de Artes Plásticas, Southern Perú - ICPNA, Arequipa. 1987

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Lima.

1984

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- Arte actual, Feria del Pacífico, Lima.

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1991

- Museo Municipal de Arte Contempo-

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- Museo de Arte contemporáneo de

- Formato 30 x 30, Galería Thaddaeus, Lima.

Panamá.

Madrid, España.

Santo Domingo, República Dominicana. 1993

- Mención honrosa, El Cuento de las 1000 Palabras, revista Caretas. 1990

- Primer premio, I Concurso Nacional de Dibujo Michell & Cía., Arequipa. - Segundo premio, X Concurso Nacional de Pintura Michell & Cía., Arequipa. - Segundo premio, II Bienal de Máscaras Caretas.

158

1989

- Mención honrosa, Premio Copé de Cuento. 1988

- Mención honrosa, Concurso Nacional de Artes Plásticas, Southern Perú ICPNA, Arequipa.

Docencia 1988-1996

- Profesora, Facultad de Arte, Pontificia Universidad Católica del Perú. 1993-1996

- Profesora, Escuela de Arte Corriente Alterna, Lima. 2015

- Profesora, Facultad de Arte, Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado cuentos e ilustraciones desde 1989 en diversos medios impresos del Perú y del extranjero.

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Se terminó de imprimir en mayo de 2015, en los talleres de Forma e Imagen de Billy Víctor Odiaga Franco Av. Arequipa 4558, Miraflores, Lima RUC 10082705355

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