Los Valores Humanos

VALORES HUMANOS Vivimos en una época de grandes avances tecnológicos y científicos, pero al mismo tiempo nos enfrentamos

Views 124 Downloads 0 File size 309KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

VALORES HUMANOS Vivimos en una época de grandes avances tecnológicos y científicos, pero al mismo tiempo nos enfrentamos a un mundo sumido en una severa crisis de valores, que provoca un retroceso marcado en las conductas sociales de las nuevas generaciones; desinterés y apatía casi enfermiza, incremento de la violencia en todas sus vertientes, falta de respeto y bajo nivel de responsabilidad. El reciente interés sobre el estudio de los valores en la educación obedece a la crisis global que actualmente se padece. Rescatar el sentido y la plenitud de vivir ha sido un buen motivo para re significar la esfera subjetiva de lo social. El campo de los valores es complejo; su imbricación con la historia y la cultura y, por lo tanto, su cercanía con lo ideológico y lo político, provoca un cruce con todas las dimensiones de la vida humana que trae por resultado una enorme dificultad para convertirlos en objeto de investigación. Los valores humanos son aquello que nos hace buenas a las cosas, aquello por lo que las apreciamos, por lo que son dignas de nuestra atención y deseo. El valor es todo bien encerrado en las cosas, descubierto con mi inteligencia, deseado y querido por mi voluntad. Los valores dignifican y acompañan la existencia de cualquier ser humano.

LOS VALORES HUMANOS

En nuestra época actual nos encontramos en constantes y grandes cambios en la sociedad, desde que el ser humano vive en comunidad ha necesitado establecer principios que orienten su comportamiento en relación con los demás, se consideran valores universales, honestidad, responsabilidad, verdad, solidaridad, cooperación, tolerancia, respeto y paz, entre muchos otros que hay. El valor humano es lo que hace buenas a las cosas, aquello por lo que son dignas de nuestra atención, los valores degnifican y acompañan la existencia de cualquier ser humano. El hombre podrá apreciarlos, si es educado en ellos. Y educar en los valores humanos es lo mismo que educar moralmente, pues serán los valores los que enseñan al individuo a comportarse como hombre, como persona. Valor humano es la convicción razonada y firme de que “algo” es bueno o malo y de qué nos conviene más o menos. Los valores reflejan la personalidad de los individuos y son la expresión del tono moral, cultural, afectivo y social marcado por la familia, la escuela, las instituciones y la sociedad en que nos ha tocado vivir. El hombre tiene dos facultades muy nobles: a. La inteligencia: Con ella, el ser humano descubre las cosas que son portadoras de valores, que tienen valores. Gracias a ésta es que el hombre sabe que puede comportarse sensatamente y guiarse no por el capricho, sino por lo que la razón le hace entender qué es bueno. b. La voluntad: Rompe la indiferencia frente a las cosas y decide lo que aquí y ahora vale más para él y elige. Y al elegir jerarquiza las cosas y se compromete con lo que elige. Al hacer esto forma en sí actitud que pronto se convertirán en hábitos operativos. Si lo que es elegido es bueno y le perfecciona, entonces llega a la virtud que es la disposición de comprometerse como hombre, a hacerse más hombre. Todos influimos en los valores humanos, pero el que se educa es uno mismo: los valores los hace suyos el sujeto. Cada

individuo forma a sí mismo, descubriendo los valores con su propia libertad y la experiencia en la familia, en la escuela, la calle, por la televisión y demás medios de comunicación. Los valores vienen a ser una guía para nuestro comportamiento y andar diario, forman parte de nuestra identidad como personas, nos orientan para actuar tanto dentro de casa como en el trabajo, la escuela, con los amigos, o en cualquier otro ámbito de nuestras vidas. Indican el camino para conducirnos de una manera y no de otra, frente a deseos o impulsos, ya sea que nos encontremos solos o con algún otro ser humano. Sirven de base y razón fundamental para lo que hacemos o dejamos de hacer, también son una causa para sentirnos bien con nuestras propias decisiones. Si nos interesa fomentar ciertos valores, principio de conducta como padres, familia, maestros, jefes, o en cualquier rol de líder, sólo practiquemos consistentemente cada uno de los valores y nos ayudarán a dar ejemplo sobre el significado que éstos tienen en términos de actuación.

 ¿CÓMO VALORA EL SER HUMANO? El ser humano es un ser social por naturaleza, trascendente e irrepetible, se diferencia de los animales por su capacidad de inteligencia y razón, los animales tienen reacciones instintivas que los

obliga a hacer ciertas cosas y les impide hacer otras. Los seres humanos por el contrario vivimos conformes a reglas y normas. El ser humano es libre, tiene conciencia de su grandeza y de sus limitaciones y lucha por cada vez vivir más y mejor. Las ciencias humanas han constituido un avance en la medida que estudian al ser humano en sociedad. Los seres humanos valoran al preferir, estimar, al elegir unas cosas en lugar de otras, al formular metas y propósitos personales. Las valoraciones

se

expresan

mediante

creencias,

intereses,

sentimientos, convicciones, actitudes, juicios de valor y acciones. El proceso de valoración del ser humano incluye una compleja serie de condiciones intelectuales y afectivas que suponen la toma de decisiones, la estimación y la actuación. Desde el punto de vista ético, la importancia del proceso de valoración deriva de su fuerza orientadora en aras de una moral autónoma del ser humano. “LA MAYOR VIRTUD DE UN AMIGO ES VALORAR A LA PERSONA POR LO QUE ES Y NO POR LO QUE PUEDE HACER” 

En mi punto de vista, valorar a una persona es respetar siempre su individualidad, apreciar que es una persona en toda la extensión de la palabra. Todos los seres humanos somos únicos en cierto sentido y la mejor forma de demostrarle a alguien que es valioso es respetándola, aunque en ocasiones no se esté de acuerdo con ella. También valor es la importancia que se le da a cualquier objeto que podamos apreciar, no sólo a los seres humanos, pueden ser seres vivos, objetos, etc.  ¿PARA QUÉ SIRVEN LOS VALORES? Los valores son orientadores que forman parte de nuestra vida cotidiana, de nuestro diario vivir, vienen a ser los que nos ayudan para fortalecer nuestra identidad como personas, para saber cómo

actuar en nuestros hogares, en el trabajo, o en cualquier sitio en el cual nos encontremos. Sirven de brújula en todo momento para tener una actuación consistente

en

cualquier

situación.

Sirven

de

base

y

razón

fundamental para lo que hacemos o dejamos de hacer, y son una causa para sentirnos bien con nuestras propias decisiones. Cuando actuamos guiados por valores no lo hacemos por lo que dirán o nos darán los demás, actuamos por convicción, sin importar si otras personas nos están viendo. Nos ayudan a proceder según lo que consideramos está bien o mal para nosotros mismos. Cuando actuamos guiados por valores lo hacemos sin esperar nada a cambio que no sea nuestra propia satisfacción y realización como personas. Esta satisfacción nos hace practicar nuestros principios y creencias en cualquier situación. Nos permite tener una personalidad consistente, independientemente del estado de ánimo o del lugar en el cual nos encontremos. La diferencia con otros comportamientos es que cuando creemos verdaderamente en una conducta, que para nosotros representa un fundamento de vida, actuamos según esa creencia. -Por ejemplo: En un transporte público algunas personas ceden su puesto a una mujer embarazada y otras no. Los primeros creen en el valor de la cortesía y el de la consideración con otras personas, sean o no conocidas.

 CLASIFICACIÓN DE LOS VALORES: Se puede hablar de valores universales porque desde que el ser humano vive en comunidad ha necesitado establecer principios que

orienten su comportamiento en su relación con los demás. Podemos clasificar los valores de acuerdo con los siguientes criterios: • Valores personales: Son aquellos que consideramos principios indispensables sobre los cuales construimos nuestra vida y nos guían para relacionarnos con otras personas. Por lo general son una mezcla de valores familiares y valores socio-culturales, junto a los que agregamos como individuos según nuestras vivencias. • Valores familiares: Se refieren a lo que en familia se valora y establece como bien o mal. Se derivan de las creencias fundamentales de los padres, con las cuales educan a sus hijos. Son principios y orientaciones básicas de nuestro comportamiento inicial en sociedad. Se transmiten a través de todos los comportamientos con los que actuamos en familia, desde los más sencillos hasta los más “solemnes”. • Valores socio-culturales: Son los que imperan en la sociedad en la que vivimos. Han cambiado a lo largo de la historia y pueden coincidir o no con los valores familiares o los personales. Se trata de una mezcla compleja de distintos tipos de valoraciones, que en muchos casos parecen contrapuestas o plantean dilemas. Por ejemplo, si socialmente no se fomenta el valor del trabajo como medio de realización personal, indirectamente la sociedad termina

fomentando

“anti-valores”

como

la

deshonestidad,

la

irresponsabilidad o el delito. Otro ejemplo de los dilemas que pueden plantear los valores socioculturales ocurre cuando se promueve que “el fin justifica los medios”.

Con este pretexto, los terroristas y los gobernantes arbitrarios justifican la violencia, la intolerancia y la mentira, alegando que su objetivo final es la paz. • Valores materiales: Son aquellos que nos permiten subsistir. Tienen que ver con nuestras necesidades básicas como seres humanos, como alimentarnos o vestirnos para protegernos de la intemperie. Son importantes en la medida que son necesarios. Son parte del complejo tejido que se forma de la relación entre valores personales, familiares y socio-culturales. Cuando se exageran, los valores materiales entran en contradicción con los espirituales. • Valores espirituales: Se refieren a la importancia que le damos a los aspectos nomateriales de nuestras vidas. Son parte de nuestras necesidades humanas y nos permiten sentirnos realizados. Le agregan sentido y fundamento a nuestras vidas, como ocurre con las creencias religiosas. • Valores morales: Son las actitudes y conductas que una determinada sociedad considera indispensables para la convivencia, el orden y el bien general.

 LA FORMACION DE VALORES:

Descubrir la raíz que hace a la familia el lugar ideal para forjar los valores, es una meta alcanzable y necesaria para lograr un modo de vida más humano, que posteriormente se trasmitirá naturalmente a la sociedad entera. El valor de la familia va más allá de los encuentros habituales e ineludibles, los momentos de alegría y la solución a los problemas que cotidianamente se enfrentan. El valor nace y se desarrolla

cuando

cada

uno

de

los

miembros

asume

con responsabilidad y alegrías el papel que le ha tocado desempeñar en la familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de los demás. Por otra parte, muchas son las familias que han encontrado en la religión y en las practicas de piedad, una guía y soporte para elevar su calidad de vida, ahí se forma la conciencia para vivir los valores humanos de cara a Dios y en servicio de los semejantes. Por lo tanto, en la fe se encuentra un motivo más elevado para formar, cuidar, y proteger a la familia. Pensemos que todo nuestro alrededor cambiaría y las relaciones serían más cordiales si los seres humanos nos preocupáramos por cultivar los valores en la familia. Cada miembro, según su edad y circunstancias personales seria un verdadero ejemplo, un líder, capaz de comprender y enseñar a los demás la importancia y la trascendencia que tiene para sus vidas la vivencia de los

valores,

los

buenos

hábitos,

virtudes

y

costumbres.

— Toda familia unida es feliz sin importar la posición económica, los valores no se compran, se viven y se otorgan como el regalo más preciado que podemos dar.

 ¿POR QUÉ ES TAN DIFICIL FORMAR VALORES?

En todas las familias se educan a los hijos como los padres creen y piensan que es la mejor manera, bien se ha dicho que no existe un manual para saber cómo ser padres, cómo educar, pero bien es cierto que en todas las familias se trata de educar de la mejor manera posible. Es muy importante que todos los seres humanos desde pequeños aprendan a convivir y percibir los valores, ya que son principios fundamentales en nuestras vidas. Muchas veces se complica el hecho de formar los valores en los pequeños, ya que en ocasiones predominan más ciertas actitudes negativas o antivalores. Lo primero que debemos resolver en una familia es el egoísmo a la hora de vivir en esa pequeña comunidad. Puesto ¿quién tendrá la iniciativa de servir a los demás? Cuando en una familia impera el egoísmo. No se puede pretender que los hijos entiendan que deben ayudar, conversar y compartir tiempo con los demás, cuando los mismos padres no le dan testimonio de esto. Para que un ser humano pequeño aprenda a valorar a los demás seres humanos y mejor aun también a todo ser viviente e incluso a los objetos, requiere vivir y convivir en un ambiente sano, una familia predique con el ejemplo los valores que como seres humanos requerimos para ser más sensibles ante nuestra misma sociedad. Hay ocasiones en las cuales sucede que la familia y el entorno de un pequeño son sanas pero al llegar la adolescencia, existen factores que dificultan el hecho de que esos chicos sigan con la buena formación de valores. Pero lo que si puede fortalecerse es la conciencia y la inteligencia en ellos.

 ¿CÓMO EDUCAR A LOS HIJOS EN VALORES? Es necesario reflexionar que el valor de la familia se basa fundamentalmente en la presencia física, mental y espiritual de las

personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de trasmitirlos y enseñarlos. Es importante recalcar que los valores se viven en casa y se trasmiten a los demás como forma natural de vida, es decir, dando ejemplo

como

de

ha

dicho

anteriormente.

Para

esto

es

fundamental la acción de los padres, pero los pequeños y jóvenes con ese sentido común tan característico pueden dar verdaderas lecciones de cómo vivirlos en los más mínimos detalles. No existe la familia perfecta, pero sí aquellas que luchan y se esfuerzan por lograrlo. Como bien se ha dicho antes, no existe guía para educar ni para saber ser padres, pero si existe la razón, la conciencia y la inteligencia para pensar y razonar la manera más correcta para poder inculcar e influir en los hijos. “SIEMBRA PENSAMIENTO, Y COSECHARÁS UN ACTO, SIEMBRA UN ACTO Y COSECHARÁS UN HÁBITO; SIEMBRA UN HÁBITO Y COSECHARÁS UN CARÁCTER; SIEMBRA UN CARÁCTER Y COSECHARÁS UN DESTINO.” SAMUEL SMILES

 VALORES EN LA FAMILIA: Tener bien definidos los valores familiares ayuda a solidificar las bases para una familia fuerte y muy unida. Valores familiares fuertes y consistentes son importantes en la construcción de confianza y la confianza en cada miembro de la familia. Podemos citar 10 valores esenciales de la familia.

1. Pertenencia. Es importante que cada miembro de mi familia se sientan que son amados, que pertenecen y que son importantes. Al ser una familia unida puede significar que pasamos todo el tiempo libre juntos haciendo actividades familiares, pero ten en cuenta que todo el mundo es diferente. La creación de una unidad familiar fuerte es importante, pero cada persona debe permitir el espacio y la libertad para explorar las actividades que ellos piensan que pueden disfrutar. Las personas son más valientes y más dispuestas a correr riesgos si saben que tienen un lugar seguro para volver cuando las cosas no funcionan. Reunirse para ocasiones especiales y días festivos y simplemente pasar tiempo juntos como una familia es lo que ayuda a crear ese sentido de pertenencia. 2. Flexibilidad. Estoy a favor de la orden, los horarios y la estructura de mi familia para ayudar a mantener un cierto nivel de cordura. Pero demasiada estructura y la falta de voluntad para dar un poco, puede dar lugar a una gran cantidad de infelicidad y resentimiento. Imagina un miembro de la familia piensa siempre que tienen la razón y hace cumplir a su manera como se debe hacer las cosas. Esto ciertamente no conduciría a la felicidad dentro de la unidad familiar. 3. Respeto. Esto es un poco más difícil de definir. Para mi familia, respetarse unos a otros es tener sentimientos, pensamientos, necesidades y preferencias a la hora de tomar decisiones. También significa reconocer y valorar pensamientos de todos, los sentimientos y contribuciones a la familia como un todo. El respeto es, en efecto debe ser ganado y hay una línea muy fina entre el mismo y el miedo. La única manera de ganar y mantener el respeto de alguien es mostrar primero que te respetas a ti mismo. Respeto como valor importante de la familia se extiende fuera de la casa y en la escuela, el trabajo o en otros entornos sociales.

4. Honestidad. Este es el fundamento de todas las relaciones que están destinados a durar. Madre e hija, esposo y esposa, hermana y hermano. Sin honestidad una conexión más profunda no se formará y desde luego no va a durar. Fomente la honestidad, practicando la comprensión y el respeto cuando alguien te habla de sus malas acciones. Si lo perdemos y nos enojamos cuando nos dicen lo que ha sucedido, la otra persona probablemente esconderá la próxima vez lo que tiene que decir, simplemente para evitar la falta de respeto. 5. Perdón. Perdonar a personas que te han hecho mal es una decisión importante que se debe tomar. Esto no es un sentimiento que se apodera de ti al azar cuando se siente que la otra persona ha “sufrido” lo suficiente. Esto puede ser difícil ya que muchos de nosotros tendemos a equiparar perdón a decir lo que hiciste estuvo bien. Tenga en cuenta que todos cometemos errores, todos de vez en cuando decimos cosas que no desean. 6. Generosidad. Dar sin pensar es un valor importante para cualquiera que desee ser un miembro responsable, contribuyendo a la sociedad. A través de la generosidad construimos empatía ya que tendemos a pensar más en lo que la gente quiere o necesita. Ser generoso no significa simplemente entregar dinero a alguien que lo necesite. También puede incluir la administración de su tiempo, el amor, la atención o incluso algunas de sus pertenencias. 7. Curiosidad. Los niños tienen una curiosidad natural. Si alguna vez has visto a un niño aunque sea por un par de minutos, usted vería que brillan a través de la calidad. Para algunos esa curiosidad se desvanece.

Creo que es importante alentar y empujar a nuestros hijos y incluso a nosotros mismos sentir curiosidad por las cosas. ¿Cómo podemos despertar nuestra curiosidad? Haga preguntas. Muchas. Lea acerca de un tema que sabemos muy poco y no tenga miedo de decir no lo sé. pensamiento crítico es una habilidad importante que se puede aprender y desarrollarse a través de la exploración de su propia curiosidad. 8. Comunicación. La comunicación es tanto un arte como una ciencia. A falta de comunicación probablemente conducirá a la infelicidad y malentendidos. Pequeños problemas se convierten en los más grandes y cuando finalmente hiérvala superficie es poco probable que se resuelva con tranquilidad. Además de las palabras habladas, la comunicación se extiende también a tono, volumen, expresión, escucha el contacto visual, el lenguaje corporal y eficaz. Yo diría que este es el valor más importante que las familias tienen. Cuando las personas sienten que pueden hablar abiertamente sobre cualquier cosa – esperanzas, sueños, miedos, aciertos y fracasos – todo sin juicio, es alentador y fortalece el vínculo. 9. Responsabilidad. A todos nos gusta ser considerados como personas responsables. Algunos de nosotros somos y algunos de nosotros son decididamente menos. La responsabilidad es algo que se aprende. Como un niño que haya sido demostrado cómo poner sus juguetes después de jugar, la forma de poner en orden su habitación o cómo y cuándo alimentar al perro. Este sentido de responsabilidad se extiende hasta bien entrada de la edad adulta. Un adulto que tiene un sentido intrínseco de la responsabilidad no requiere mucha insistencia a presentarse a trabajar a tiempo, devolver las llamadas telefónicas o cumplir los plazos. Partiendo responsabilidades individuales de los miembros de la familia trabaja para inculcar esta calidad en todo el mundo.

10.

Tradiciones.

Este es por lejos el más divertido para mí. Creo que las tradiciones son los que hacen una familia única. Las tradiciones no tienen que ser costosas, elaboradas o con mucho trabajo. Puede ser algo tan simple como un perezoso sábado por la mañana tomando café y charlando o una cena anual fondue para recibir el nuevo año. Si actualmente no tienen tradiciones de su familia, creanlos.  VALORES EN LA ESCUELA: Educar en valores es una labor que de manera formal le compete a la escuela. Sin embargo, la forma en que cada sujeto los adquiere tiene que ver directamente con su historia individual; ya que ésta contribuye a la objetivación del humano; es decir la construcción de la personalidad como un ser único. Así, lo que es hoy, es el resultado de las experiencias que ha vivido en el pasado; desde el hogar, el barrio, la iglesia y la sociedad en general. El hombre se construye y reconstruye a sí mismo, y, en ese proceso influyen varios factores o elementos que desde su nacimiento intervienen en la formación de la identidad. Sin duda alguna, la familia es una influencia que trastocará al individuo durante toda su existencia porque al interior de ésta se manejan enormes cargas emocionales y afectivas que de alguna manera inciden en él y lo apoyan en el aprendizaje de las reglas que gobiernan esa micro sociedad en la que vive. Es en la institución educativa, donde por excelencia el individuo socializa el conocimiento y sale de su seno familiar para aprehender la cultura de los demás y proseguir su construcción como ser social, perteneciente a una sociedad, la cual le ofrece una gama de saberes, haceres, actitudes, valores e incluso antivalores; a través de los cuales el sujeto aprende reglas de comportamientos tanto explícitas como implícitas. Al ingresar a la escuela, los alumnos se encuentran y

enfrentan a una forma de vida un tanto distinta que la del hogar; en éste los valores le han sido transmitidos de una manera natural, es decir, sin el formalismo ni la sistematización educativa, sino sólo a través de la interacciones que se propician entre padres e hijos, quienes a través de sus acciones, que en la mayoría de los casos, están cargadas de afectividad, le enseñan maneras de ser y comportarse. En cambio, en aquélla, el estudiante se enfrenta a otro tipo de interacciones, que de alguna manera contribuyen a la construcción del ser de cada uno de ellos; ya que a través de las relaciones cara a cara que se establecen al interior del aula, los sujetos aportan elementos que inciden en la construcción de la personalidad de los demás. De esa manera, los valores aprendidos en los dos ámbitos, pueden entrar en contradicción, dado que cada docente y cada uno de sus iguales, es un ser único, que como él, cuenta con una biografía propia; por lo que la conceptuación valoral en cada uno de ellos, adquiere distinto significado, de acuerdo con las experiencias adquiridas. Pero, si la escuela planea y sistematiza la formación que ha de brindarle, pueden diluirse estas contradicciones y encontrar puntos de coincidencia que tiendan a favorecer el desarrollo moral de las personas. Es en el docente en el que recae la responsabilidad formal de los alumnos; la cual está sujeta a su trayectoria personal. Así cada educador asume la labor de distinta manera, aunque el propósito formativo a nivel curricular sea el mismo.

 VALORES SOCIALES: Los valores sociales son aquellos que permiten establecer si una acción está bien obrada o no. Se clasifican, según Frondizi, en cuatro grupos: Objetivos y subjetivos, valores inferiores, donde está el aspecto económico y sentimental, los valores intermedios que maneja el campo intelectual y estético y por último, los valores superiores, donde se centrará este proyecto. Dentro de este, encontramos a los valores morales y espirituales, que abarcan a su vez, a la ética, que establece las reglas sociales para generar una armonía en la convivencia de una comunidad. Se sabe que la sociedad es compleja y voluble, por esta razón, es importante reconocer las acciones de las personas para poder entender mejor su comportamiento, haciendo un trabajo crecimiento, ubicando las falencias y así poder corregirlas. Muchos reflexión,

adolecentes

realizan

cuestionándose

acerca

constantemente un de

si

su

trabajo

de

comportamiento

es

apropiado, acerca de las diferentes consecuencias que conlleven sus decisiones y cómo estas afectarían su relación con la sociedad. Este proceso se incrementa con el paso de los años, puesto que tiene un papel trascendental en el proceso de de la formación del carácter y personalidad de cada quien. Dicho proceso está paradójicamente relacionado con los valores sociales, puesto que a pesar de ser un proceso individual, se basa en las distintas normas que están establecidas por la sociedad. De aquí, cada ser humano crea su comportamiento,

conociendo

claramente

que

hacer

y

como

desenvolverse

en

un

grupo,

aprendiendo

a

convivir

con

sus

comportamientos

del

semejantes. Para

este

proyecto

se

estudiarán

los

estudiante y la reacción del grupo frente a este y a partir de ahí, lograr comprender la influencia de la presión social, herencia cultural y los cánones según la carrera que se estudia (según la jerarquización realizada por los mismos estudiantes de la universidad) para la formación de la personalidad y el carácter.  VALORES RELIGIOSOS: Valores

religiosos

son

principios

trasmitido

en

tradiciones

religiosas, libros y creencias. A diferencia de los valores personales, los valores religiosos están basados en textos y reglas impuestas de una religión. Los valores religiosos son todos aquellos valores como el amor, la caridad, la santidad, el amor al prójimo, la obediencia, la misericordia, y el respeto a la religión. Toda esta lista de valores los podemos practicar solo si el corazón no esté lleno de maldad, egoísmo, envidia, y todo aquello que separe el amor y respeto por Dios y sus mandatos. De esta forma nos ayudan a realizar acciones buenas y bondadosas que nos rodean. Respeto a los demás, justicia, respeto a la dignidad del otro, respeto a lo ajeno, responsabilidad, libertad, tolerancia, cumplir con los

deberes,

objeción

de

conciencia,

honestidad,

sinceridad,

beneficencia, y amor propio son todos esos valores que llevan al hombre a tener una cercanía con Dios. Si los valores religiosos no existieran la maldad, el egoísmo y todos los antivalores aumentarían en el corazón humano. Por ello la necesidad

de

generaciones.

trasmitir

los

valores

religiosos

a

las

nuevas

CONCLUSIÓN Los valores son el resultado de un proceso de aprendizaje que el individuo inicia, aunque de manera informal en el hogar y la continúa formalmente en la escuela. No basta entonces, que aquél se lleve a cabo en un solo ámbito, es importante considerar a la sociedad en general como un agente formativo; por ello, es necesaria la intervención de todos para el logro de ese cometido; pero sin duda es la escuela la que tiene esa potencialidad, dado los propósitos para lo cual ha sido planteada, por lo que le compete crear en los sujetos aprendizajes significativos que influyan en la toma de decisiones responsables, pertinentes y adecuadas durante toda su vida que influyan en su realización personal.

“BELLOS ROSTROS SON LOS QUE REVELAN EN EL SEMBLANTE LA LUZ DE UN ALMA GRATA; BELLAS MANOS SON LAS QUE SE REALIZAN ACTOS NOBLES, BUENOS, VERDADEROS; BELLOS PIES SON LOS QUE DE PRISA ACUDEN A ALIVIAR LA PENA AJENA.”

BIBLIOGRAFÍA

     





PABLO ZAMORA. VALORES Y PRINCIPIOS PARA JÓVENES UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL. LA FORMACION DE VALORES EN LA ESCUELA PRIMARIA. ANTOLOGÍA BÁSICA. ABRAHAM, ADA. “EL ENSEÑANTE ES TAMBIÉN UNA PERSONA”. GEDISA, ESPAÑA, 1986. AYALA, PABLO, ET AL. “CRECIENDO CON NUESTROS VALORES”. EDIT. HUMANIDADES ARGÉ, SEP, MÉXICO, 1996. DELORS, JACQUES. “LA EDUCACIÓN ENCIERRA UN TESORO”. INFORME A LA UNESCO DE LA COMISIÓN INTERNACIONAL SOBRE LA EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI. EDITORIAL SANTILLANA, ESPAÑA, 1996. DIEZ, ESTHER Y GONZÁLEZ, ROSA. “TALLER DE VALORES”. EDUCACIÓN PRIMARIA. ESCUELA ESPAÑOLA, ESPAÑA, 1998.167 AULA PRÁCTICA PRIMARIA. “RECURSOS PARA FOMENTAR LOS VALORES”, S/R.

ANEXOS



EL IMPORTANTE VALOR DE LA HONESTIDAD:

La honestidad, del término latino honestĭtas, es la cualidad de honesto. Por lo tanto, la palabra hace referencia a aquel que es decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable, justo, probo, recto u honrado, según detalla el diccionario de la Real Academia Española (RAE). A través de la historia de la filosofía, la honestidad ha sido largamente estudiada por diferentes pensadores. Por ejemplo, Sócrates se dedicó a investigar sobre su significado y a indagar sobre qué es verdaderamente esta cualidad. Más tarde, filósofos como Immanuel Kant tratarían de componer una serie de principios éticos generales que incluyeran entre ellos a la conducta honesta. Otro filósofo, Confucio, distinguía distintos niveles de honestidad para su ética: y, de acuerdo con su grado de profundidad, les llamó Li, Yi y Ren. Es motivo de debate si la honestidad es una característica innata del género humano o si es fruto de su interacción en la sociedad. Desde un punto de vista de la conducta animal, otros vertebrados suelen privilegiar su condición individual y, en distintos grados, la de su descendencia por sobre la de otros congéneres. Sin embargo, en los primates, este fenómeno es menos “individualista” y alcanza su cima en el ser humano. En este sentido, la honestidad (como cualidad ética o moral en sociedad) está también muy ligada a la sinceridad, a la coherencia, la integridad, el respeto y la dignidad. Pero como la verdad humana nunca puede ser absoluta, la honestidad también es un valor subjetivo, en la medida en que depende del contexto y de los actores involucrados. Por esta causa se vuelve muy dificultoso establecer parámetros morales compartidos de una sociedad o de una cultura a otra, e incluso entre grupos o entre individuos, estas concepciones pueden cambiar radicalmente y lo que para uno es una muestra de honestidad para otro no lo es. Así, en algunas culturas se acepta como un hecho honesto la depredación de otros pueblos para favorecer al desarrollo de la propia sociedad; este factor no es bien visto en otras civilizaciones. Del mismo modo, la piratería es claramente un acto deshonesto para la mayor parte de las personas, pero es visto como una “justificable” actitud ante los abusos de los costos de libros, música o programas informáticos. En un paralelismo, la antigua piratería marítima era condenada como una forma de robo por muchos gobiernos, mientras que era vista por otras naciones como una suerte de extraño heroísmo. En los distintos campos de una sociedad típica, además, el concepto de honestidad es variable y más o menos priorizado. Por ejemplo, se prioriza la honestidad en la ciencia, pero en los ámbitos políticos esta

noción es mucho más debatible. Sin embargo, la contaminación de la honestidad ha llegado a diversos campos, en los cuales la condena a este hecho es muy versátil y depende de los estándares aplicados. Así, mientras que un evento deshonesto es repudiado sin dudar por toda la comunidad científica cuando se demuestra un plagio o un fraude, lamentablemente ese ejemplo no se reconoce en muchas ocasiones en los poderes del Estado.

En otras palabras, la honestidad constituye una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con sinceridad y coherencia, respetando los valores de la justicia y la verdad. No puede basarse en los propios deseos de las personas. Actuar en forma honesta requiere de un apego a la verdad que va más allá de las intenciones. Un hombre no puede actuar de acuerdo a sus propios intereses, por ejemplo obviando información, y ser considerado honesto. En concreto podemos determinar que la honestidad es un valor humano que significa que una persona que la tenga no sólo se respeta a sí misma sino también al resto de sus semejantes. Sin olvidar tampoco otras características fundamentales como serían la franqueza y, por supuesto, la verdad. Todo ello da lugar a que se establezca que poseer dicha honestidad es algo imprescindible en la naturaleza del ser humano pues se convierte en pieza clave en todo tipo de relaciones. Así, es eje en la amistad, en el seno de la familia, en la relación amorosa y de igual manera en cualquier tipo de relación social. Para que cualquiera de aquellas funcione debe existir en honestidad y no falsedad, injusticia o fingimiento. Y es que aquel valor que nos ocupa lo que hace es aportar a las mismas cariño, confianza, amor y sinceridad absoluta. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.

Es un valor o cualidad propio de los seres humanos que tiene una estrecha relación con los principios de verdad y justicia y con la integridad moral. Una persona honesta es aquella que procura siempre anteponer la verdad en sus pensamientos, expresiones y acciones. Así,

esta cualidad no sólo tiene que ver con la relación de un individuo con otro u otros o con el mundo, sino que también puede decirse que un sujeto es honesto consigo mismo cuando tiene un grado de autoconciencia significativo y es coherente con lo que piensa. Lo contrario de la honestidad sería la deshonestidad, una práctica que comúnmente es repudiada en las sociedades contemporáneas, ya que se la asocia con la hipocresía, la corrupción, el delito y la falta de ética.

Bonito que decir a otra, sino también, en los momentos difíciles. Por ejemplo, es un gesto de honestidad con uno mismo y con el otro, romper una relación de pareja cuando ya no queda amor. A veces, ser honesto implica herir los sentimientos de otra persona, sin embargo, la honestidad se basa en el principio de que la verdad es más efectiva y duele menos que la mentira. Una persona honesta es sincera no sólo en sus palabras sino también, en su lenguaje corporal, transmite verdad en su mirada. Una persona honesta es un ejemplo a seguir por los demás, un ejemplo de bondad y de belleza interior. Cada persona tiene una ética personal concreta, lo importante es ser fiel a estos valores personales para vivir en calma. Una persona honesta no es hipócrita, al revés, emana una luz especial gracias a esa autenticidad que surge de la apertura de corazón. A veces, la honestidad también tiene un precio y es que existen personas a las que no les gusta escuchar verdades incómodas. Ser honesto no significa decir todo lo que uno piensa sino expresar lo importante con sensibilidad buscando la empatía en el contacto con el otro. La mayor honestidad es la que surge del compromiso con uno mismo, es decir, aquella que brota del deseo de ser feliz. Por tanto, una persona honesta es aquella que persigue su vocación para realizar su verdadero camino profesional y vital. Una persona honesta muestra una lógica interna entre pensamiento, sentimiento y acción. Las personas cometen errores y se equivocan. Por eso, también es un gesto de honestidad pedir disculpas después de un error y reparar el daño cometido después de una ofensa. La honestidad es fruto del amor y del respeto hacia uno mismo y hacia el otro. Es decir, es un valor fundamental de las relaciones personales.

Con ganas de triunfar No tomes los objetos o el dinero que no te pertenecen. Son resultado del esfuerzo de otras personas. Aprende a ser sincero al expresar tus puntos de vista y opiniones sobre los demás. Si éstos son negativos manifiéstalos con respeto y sugiere alternativas de cambio. Evita las trampas en las distintas actividades de tu vida infantil: el juego, el estudio y la práctica deportiva. Sé honesto contigo mismo e identifica cuáles son tus fortalezas y cuáles tus debilidades. Las peores mentiras son las que nos contamos a nosotros mismos.