Los Ojos de La Piel - Pallasmaa

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Los ojos de la piel "Juhani Pallasmaa" Nos encontramos en primera instancia con la idea del predominio de la vista sobre los demás sentidos. Dicha idea no sólo se encuentra fundamentada en libro sino que es fácilmente justificable, y más actualmente, donde impera una actitud como denomina el autor "ocularcentrista", que más tarde trataremos. Pallasmaa, en el principio de su obra, nos intenta convencer de una idea un tanto descabellada e infundada: "Todos los sentidos, incluida la vista, son prolongaciones del sentido del tacto". Me reitero en mi pertinencia sobre que dicha afirmación es descabellada e infundada, y eso es debido a que se basa en un aspecto fisiológico como es la córnea, que se trata de "una capa de piel modificada" según el propio Pallasma, y esta entraría dentro del conjunto de la piel, la cual está regida por el tacto. Pero ninguno de los sentidos proviene el uno de otro, pues si realizáramos un argumento por reducción a lo absurdo llegaríamos a la conclusión que lo único que une a los cinco sentidos es el cerebro, el cual recibe la sensibilidad y la interpreta. El autor interpreta que debido a que todos los sentidos se encuentran recubiertos por la piel, como es evidente, y la piel es igual al tacto. Pero este concepto del autor me reafirmo en su equivocación pues si siguiéramos en esta misma línea argumental reduciríamos las cosas por su materia (por lo que esta formado) y no por su forma, que es la que le da sentido y significado. A partir de la idea que de Pallasmaa que "vemos a través de la piel" le lleva a realizar una división de la visión que obtenemos del mundo: la visión enfocada, que "nos enfrenta con el mundo" y la desenfocada que "nos envuelve en la carne del mundo". Para definirlo el autor recurre al ejemplo de los prismáticos, a partir de los cuales enfocamos, aumentando la vista y perdiendo la visión periférica. Al quitarnos los prismáticos observamos el objetivo en su contexto. De esta formas Pallasmaa divide la sensibilidad, siendo el primero (basándonos en los principales filósofos desde Platón hasta Nietzsche) en dividir la sensibilidad. Los grandes filósofos entienden la

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sensibilidad como una unidad a partir de la cual obtenemos las impresiones sensibles, y es en este punto donde se diferencian algunos filósofos como Marx que basa la última realidad en la materia o Hegel que la última realidad sería el espíritu absoluto. Lo que quiero dar a entender con esta última oración es que basándonos en la filosofía actual y la de épocas anteriores, no se plantea la división de la sensibilidad pues esta es simplemente un medio de trasvase de la información al ser, no una unidad de entendimiento propia. Desde mi punto de vista, Pallasmaa se equivoca al dotar a los sentidos o a la piel de entendimiento o conocimiento pues estos son meros transmisores de las impresiones sensibles . En relación a la arquitectura, los edificios o las ciudades tienen como objetivo agradar a la vista, ¿pero es posible agradar al resto de sentidos? Pallasmaa no da importancia al hecho de que el gusto, el olfato y el oído son sentidos personales, es decir, al recibir una impresión sensible a partir de los anteriores sentidos lo hacemos respecto a una realidad que nos rodea, que es fácilmente cognoscible y que podemos volver a repetir; pues mediante la vista podemos conocer realidades impersonales como un edificio. Un interfono emite un sonido, el cual lo interpretamos mediante el sentido del oído, este sonido es personal pues está relacionado con una serie de sensaciones o un conjunto de impresiones simples las cuales forman las ideas, por ejemplo, la idea de la llegada de un ser querido al portal de tu casa. Un edificio, en cambio, no recibimos ninguna percepción personal a la que podamos relacionar, a menos que seas el arquitecto y veas cumplido un sueño o propósito tuyo, entonces tal que si y solo si habría una sensación personal; pero únicamente en el caso anterior pues el resto de personas nos relacionamos con este tipo de realidades de un modo impersonal. Sobre el sentido que todavía me queda por hablar, el tacto, cabe decir que podría catalogarse como el segundo sentido más "internacional", es decir, transmite un mayor rango de impresiones sensibles que los tres anteriores sentidos citados pero menos que la vista. Si hoy en día nuestra sociedad está basada en la vista es básicamente debido a la herencia griega y romana, los cuales en un intento de abarcar el inmenso saber desconocido asociaron a la vista como pilar de esto debido a que es

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el sentido que más información nos aporta y al que mayor rigor damos. Y esto último lo podemos descubrir mediante la famosa alegoría de Platón "El mito de la caverna": En una caverna hay unos hombres atados desde niños sin poder moverse. [...]Los prisioneros sólo han visto las sombras proyectadas por el fuego en la pared de la caverna. Finalmente, tomarán por reales las sombras. Debemos cambiar, mediante la arquitectura, el mundo en el que vivimos y que se basa en imágenes, fotografías, etc. hasta alcanzar un mundo en el que predomine la presencia, facultad innata en el arte. Así pues, sobre el tema de los sentidos podemos determinar, que para Pallasmaa, que la obra modelo sería aquella que muestra preocupación por los cinco sentidos de las personas, mediante el cual "el espacio dota su aura" a la obra y que se considere como "el verdadero lugar de referencia". El autor explora desde un punto histórico el sentido de la vista respecto al resto. Pallasmaa se muestra molesto y crítico debido a la hegemonía de la vista sobre el resto desde el comienzo de las civilizaciones y que llegó a su punto álcido en la sociedad griega de Platón, sobretodo se muestra irritado por el trato realizado al sentido del tacto. Aunque lo dice en su obra, Pallasmaa no destaca el hecho de que el comienzo de las sociedades reside en gran medida en el oído, pues es este el que se ha configurado para entender los sonidos efectuados por los diferentes seres humanos y es donde cobra sentido el lenguaje, en el oído no en las cuerdas vocales. Respecto al apartado "el ojo narcisista y nihilista", Pallasmaa hace indicar que con la filosofía actual en el que impera la vista sobre cualquier otro sentido, en la arquitectura se traduce como "un viaje hedonista carente de significado". Acerca de este punto de vista me muestro contraria pues un edificio sin significado sería como una realidad con materia pero carente de forma, como he indicado anteriormente, la materia es lo que lo contiene y la forma lo que le da sentido y significado. También hace indicar que debido al flujo "epifanías mercantiles (por parte de los medios de comunicación), nuestra sociedad se caracteriza por un crecimiento canceroso de la

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vista" y esta se traslada a la arquitectura. Hecho del que reniego, pues ahonda más aún si cabe en el hecho de la falta de significado en los edificios, pero creo yo que más que significado lo que falta en la arquitectura actual es personalidad. Actualmente la arquitectura fluye en una misma corriente dirigida a un meandro que desemboca en un mar repleto de igualdad y falta de personalidad o creatividad. Debido a los avances tecnológicos y al imperio de los medios de comunicación en la sociedad actual ha posibilitado que pasemos de la cultura oral a la visual, la cual se basa en la escritura como medio. La conformidad ante este hecho es unánime pues las imágenes escritas, incluyendo a las palabras, se realizan para ser leídas, lo que provoca el hecho que hayamos dado primacía a la visión como medio comunicativo respecto a la palabra oral. Tras lo dicho, desde un punto arquitectónico se produce un enfrentamiento entre el espacio visual y el espacio oral. En la filosofía actual, entendemos los edificios y los espacios destinados a la arquitectura como algo cuya función es ser mostrado al público y por ello ha de ser visualmente atractivo. Pero esta filosofía proviene de anteriores. De hecho, nuestra filosofía que se basa en gran medida a la griega percibió este enfrentamiento. Nietzsche, que también evidenció el aspecto visual de la arquitectura griega distinguió dos períodos: 

El presocrático, donde en la arquitectura griega reina tanto lo apolíneo como lo dionisiaco, donde los griegos consiguen armonizarlos. Es decir, lo apolíneo, que procede del dios griego Apolo considerado el dios de la juventud, la belleza, la poesía y las artes en general, significa la belleza mientras que lo dionisiaco, que procede del dios Dionisio era el dios de la vida y del desenfreno, aunque Nietzche realiza una interpretación que va más allá de su significado ordinario hasta representar el sufrimiento y el dolor de la vida. Con esto; Nietzsche quiso simbolizar el hecho que la arquitectura poseía tanto materia como forma.



El postsocrático, debido a la irrupción de Sócrates y posteriormente Platón junto con su afán racionalista provocan que los griegos oculten, o más bien,

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pierdan lo dionisiaco al recrear un mundo de legalidad y racionalidad, es decir, un mundo puramente apolíneo.

Apolíneo (belleza)

Dionisiaco (sufrimiento de la vida)

Pallasmaa también habla sobre la evolución demográfica de la "arquitectura retiniana", la cual hace referencia a la retina que de una forma sagaz y refinada hace referencia hacia el conocimiento visual. En primer lugar, cabe destacar que en las zonas donde se encuentran tribu indígenas basadas en culturas tradicionales y primitivas, su arquitectura está sostenida por "sentidos musculares y hápticos", es decir, lo estético no es factor influyente a la hora de la construcción, estos buscan la funcionalidad antes que las virtudes. Pero este tipo de arquitectura no solo se encuentra en este tipo de civilizaciones, como se afirma en la obra. También es posible encontrarla en lugares que se encuentran en condiciones extremas, véase los polos (Antártida y Ártico) o los desiertos, por ejemplo. En estos impera la funcionalidad antes que la apariencia. E incluso podríamos añadir a esta escueta lista, aunque se encontraría rayando el límite, los popularmente conocidos como "los minipisos para estudiantes" donde la estética deja paso a la funcionalidad y el espacio reducido a la mínima potencia.

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El escritor reduce la arquitectura a imágenes e incluso llega a decir que "En nuestra cultura de imágenes, la propia mirada se aplana en una de ellas y pierde su plasticidad. En lugar de experimentar nuestro ser en el mundo, lo contemplamos desde afuera como espectadores de imágenes proyectadas sobre la superficie de la retina". A pesar del hecho que, cada vez, las imágenes son mejores y en cantidades masivas; yo, particularmente, rehuso a pensar que dichas imágenes reduzcan el arte y la arquitectura a un simple arte retiniano. Únicamente llegarán a esa conclusión aquellas que ignoren el significado de el objeto mostrado en la imagen. ¿Pero es que acaso Pallasmaa insinúa que una foto no transmite unas sensaciones? Sí. Entonces la madre que observa una foto de su hijo cuando era pequeño, únicamente observa lo que ven sus ojos, no. Al observar esa foto a la madre le aparecen sensaciones de nostalgia, alegría o tristeza, por ejemplo.

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