Los 4 Idolos de Francisco Bacon

LOS 4 IDOLOS DE FRANCISCO BACON Como si se tratara de un espejo que sólo pudiera reflejar fielmente el mundo cuando está

Views 43 Downloads 0 File size 541KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

LOS 4 IDOLOS DE FRANCISCO BACON Como si se tratara de un espejo que sólo pudiera reflejar fielmente el mundo cuando está perfectamente pulido, libre de manchas y rugosidades, así el sujeto sólo puede describir el mundo cuando su mente está limpia de cualquier interferencia. Ese proceso depurativo consistiría en la crítica de cierto tipo de ideas, prejuicios o creencias que residen en la mente y obstaculizan el conocimiento.Francis Bacon los llama Ídolos, como si fueran falsos dioses dispuestos a bloquear el acceso a la verdad. Son de cuatro tipos: – ÍDOLOS DE LA TRIBU (idola tribus). Son comunes entre los hombres, pues tienen su origen en la propia naturaleza de la mente humana. Ésta, dice, tiende a suponer que en la naturaleza hay más regularidades que las que verdaderamente hay, tiende rápidamente a formular rápidamente generalizaciones sin fundamente sólido y olvida con frecuencia las limitaciones propias de nuestros sentidos. Los ídolos de la tribu “se fundamentan en la naturaleza del ser humano que sólo se guía por sus sentidos. No tiene ni criterio ni ideas personales. Todo juicio que hace está en directa relación con los intereses de la familia, de la raza o la nación. Es una especia de “egoísmo gregario” que sólo protege sus intereses de grupo (Ejemplo: la familia, el partido, la empresa, etc.). – ÍDOLOS DE LA CAVERNA (idola specus). Provienen, en cambio, de la cultura y el medio social. En alusión al mito platónico, estos ídolos funcionan como si cada hombre tuviera en su interior una caverna a través de la cual filtrara la información que le llega del mundo, y la alterara para pasarla por el tamiz de su educación, lecturas costumbres o propensiones particulares. Es

como si en nuestro interior tuviéramos un espejo que alterara *[deformara, malinterpretara, no comprendiera] la imagen que nos llega de la naturaleza.Se basan en el individualismo y el egocentrismo de las personas. Cada individuo, dice Bacon, “llena su propia caverna en donde la luz de la ciencia y el saber se corrompen por las disposiciones individuales, fruto de la educación y el comercio con los demás hombres.” Cada persona juzga la realidad a como le parece que es y no como es. Decía Heráclito: “los hombres buscan la ciencia en sus particulares y pequeñas esferas, y no en la gran esfera universal.”.El culto a la personalidad es un ejemplo de este ídolo. – ÍDOLOS DE LA PLAZA (idola fori). También llamados del mercado, se originaran en el lenguaje, entorpecen el acceso a la verdad, el trato inmediato con las cosas. Estos “ídolos” se dan como resultado de la vida social que influye mucho en los criterios personales. El “lenguaje” es el medio de comunicación por excelencia en la sociedad. El abuso del mismo crea no solo una distracción de sus verdaderos significados, las palabras, sino también producen controversias, guerras e imaginaciones banales. “La carreta --como dice el dicho popular-- cuando hace ruido es que va vacía”. – ÍDOLOS DEL TEATRO (idola theatri). Por último, los ídolos del teatro son productos de las doctrinas filosóficas, de sus dogmas y de sus falsas demostraciones. Son como piezas teatrales que hubieran construido en nuestras cabezas mundos imaginarios pero irreales, reproduciendo así en nosotros representaciones falsas e ilusorias de la realidad.Los “ídolos del teatro” que están actualmente hoy representando por las “ideologías” de ayer y de todas las épocas. “Ideologizar” significa interpretar la realidad desde la óptica de una sola “idea” vigente. Las ideologías de moda suelen ser un serio obstáculo para la adquisición de la ciencia. Tal es el caso, por ejemplo, del marxismo, que es una interpretación

dogmática y materialista de la realidad del ser humano y de la sociedad. Esta ideología no solo distorsiona y subvierte la realidad, sino que también le hace violencia. Los hechos históricos del pasado siglo XX confirmaron esta aserción.