LITERATURA GAUCHESCA

LITERATURA GAUCHESCA Hacia fines del siglo XVIII tiene lugar en la zona del Río de La Plata una poesía anónima y popular

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LITERATURA GAUCHESCA Hacia fines del siglo XVIII tiene lugar en la zona del Río de La Plata una poesía anónima y popular con gran influencia de formas españolas como el romancero o el villancico. De carácter colectivo, oral y tradicional desarrolla sus temáticas sobre la vida, el canto y las costumbres de un tipo social: el gaucho. Esta tradición oral así como el arte de los payadores son utilizados durante el siglo XIX por autores cultos y urbanos que desarrollan una nueva forma de expresión que persigue distinguir una identidad artística libre de toda imitación extranjera como forma de remarcar la independencia cultural. Características:  El gaucho personaje consustanciado con la pampa.  El caballo, el mate, el poncho, el cuchillo y la guitarra como atributos inseparables de este personaje.  El habla rural como forma de expresión característica de este personaje.  La intención de recrear la vida del gaucho, sus tradiciones y sus creencias.  La temática desde la ingenuidad, la valentía, el sufrimiento, el abuso del poder hasta la amistad y la lealtad.

La poesía gauchesca La poesía gauchesca se desarrolla durante el primer tercio del siglo XIX; es escrita por autores cultos y urbanos, que lo hacen con la misma voz del gaucho, con intenciones políticas, recreando el habla rural en el que se expresan los protagonistas. Se representa en ella una visión del mundo que rodea al hombre de campo. En su temática se plasman no sólo sus costumbres sino

cuestiones políticas y sociales que influyen en este tipo social. Los binomios ciudad-campo/civilización-barbarie, son frecuentes en ella. En general es una poesía autobiográfica en relación al personaje o al propio autor. Su estructura se ajusta a la de una poesía dialogada que supone a veces a un interlocutor, y a veces, un supuesto auditorio. El gaucho Es el protagonista de los poemas y de las obras en prosa. Acerca de este ejemplar social y humano, y de su papel histórico y de su psicología, se ha debatido bastante, y se han escrito numerosas obras, ya sea para ensalzarlo, o para denigrarlo. Sarmiento, lo denigra y Hernández lo considera un actor heroico y perseguido injustamente. Los gauchos comienzan a existir recién en el siglo XVIII, cuando en virtud de las ordenanzas arbitrarias del gobierno, los hombres libres y pobres optan por ir a vivir al campo, en una existencia nómada y transhumante, renunciando a la propiedad privada, a la vida ordenada y al hogar. Son pastores antes que agricultores, tienen su tropilla y algunas veces se contratan para empleos en estancias. LA PAYADA A un cantor lo llaman bueno cuando es mejor que los piores y sin ser de los mejores, encontrándose dos juntos, es deber de los cantores el cantar de contrapunto. José Hernández, La vuelta de Martín Fierro, canto XXX. Esta poesía de carácter oral y por ello inscripta en la poesía folclórica se caracteriza por ser improvisada. El payador, su protagonista, canta improvisando sobre temas existenciales como el amor, la muerte, la libertad; así como también los relacionados con su vida o con la comunidad en la que está inserto. La payada puede ser INDIVIDUAL si hay un solo cantor frente al auditorio o PAYADA DE CONTRAPUNTO O DUAL si se encuentran dos payadores experimentados. En este último caso los cantores, rodeados por los oyentes, comienzan a improvisar entablando una suerte de contienda en la que por turno y en verso formulan preguntas que el rival debe contestar en la misma forma. El payador acompaña con una melodía monótona en la guitarra los versos octosílabos estructurados en décimas. Sin límite de tiempo, la contienda termina cuando uno de los payadores se declara vencido. JOSÉ HERNÁNDEZ

El 10 de noviembre de 1834 nace José Rafael Hernández y Pueyrredón en el antiguo caserío de Perdriel, en la chacra de su tío don Juan Martín de Pueyrredón, en donde hoy funciona el Museo José Hernández en el partido de San Martín. Hombre multifacético, destaca su talento en cada uno de los roles que desempeña: poeta, periodista, orador, comerciante, contador, taquígrafo, estanciero, soldado y político. Hacia sus cuatro años de edad ya sabe leer y escribir. Asiste al Liceo de San Telmo. En 1843 fallece su madre. Queda al cuidado de su padre, con quien se traslada, por prescripción médica (sufría de una enfermedad respiratoria) a las pampas de la provincia de Buenos Aires. Su padre, mayordomo en las estancias del gobernador Rosas, desempeña sus tareas entre Camarones y Laguna de Los Padres. En este período, José Hernández toma contacto con la vida de los gauchos, dice su hermano Rafael: “Allá, en Camarones y Laguna de Los Padres se hizo gaucho, aprendió a jinetear, tomó parte en varios entreveros, rechazando malones de los indios pampas, asistió a las volteadas y presenció aquellos grandes trabajos que su padre ejecutaba, y de que hoy no se tiene idea (…)” Luego de la muerte de su padre, en 1857, se instala en la ciudad de Paraná. Hacia 1859 contrae matrimonio con Carolina González del Solar, con quien tendrá siete hijos. Inicia su labor de periodista en el diario El Nacional Argentino con una serie de artículos en los que condenaba la muerte del caudillo Ángel Vicente “Chacho” Peñaloza. Participa activamente en la vida política del país, desempeñándose como diputado y luego como senador por la provincia de Buenos Aires. Durante este período también participa junto con Dardo Rocha en la fundación de la ciudad de La Plata. Durante su carrera militar participa en San Gregorio, la batalla de El Tala e interviene en Pavón y Cepeda. Durante este período rompe relaciones con Urquiza. Luchó también junto a López Jordán. Y se vio muchas veces obligado, debido a su participación política, a trasladarse por el interior del país cambiando su residencia. Hacia 1870 se exilia en Brasil, luego de ver fracasar la revolución jordanista, última rebelión gaucha. Dos años más tarde, vuelve al país, con la promesa de no ser víctima de ningún ataque pero con la proscripción como precio. Como periodista, en el año 1869, funda el diario El Río de La Plata. Tiempo después, funda también El Eco de Corrientes.

En los últimos de febrero de 1872 llega a Buenos Aires José Hernández opositor del entonces presidente Domingo Sarmiento. Se instala en el Hotel Argentino frente a la Casa Rosada. Sarmiento da órdenes de que lo tengan vigilado sin importunarlo. Nadie sabe con seguridad si el poema estaba terminado o lo estaba creando.

El 28 de noviembre de 1872 el diario La República anuncia la salida de un folleto que lleva como título El gaucho Martín Fierro y que está a la venta por diez pesos, la obra que sería un hito en la vida de Hernández y en la literatura nacional. El folleto es editado por la imprenta La Pampa y sale a la venta durante el mes de diciembre. El éxito del poema es abrumador. En él, Hernández profundiza sus ideas sobre la defensa del gaucho, describe su vida, vicisitudes y persecuciones de la que es víctima esta clase social. Al tiempo que se reedita su obra por su éxito rotundo, ejerce diferentes cargos políticos. En 1879 escribe La vuelta de Martín Fierro, la novedad de esta obra será que el propio autor solicita que sea ilustrada. Carlos Clérice será el encargado de ilustrar el poema con diez láminas. Nunca abandona José Hernández la escena política del país, y su pluma jamás descansa. Afectado por una miocarditis, el 21 de octubre de 1886 muere en su quinta de Belgrano, invocando a Buenos Aires.

El Gaucho Martín Fierro (1872)

La vuelta de Martín Fierro (1879)

LA VERSIFICACIÓN DEL POEMA

José Hernández emplea, casi sin excepción, el VERSO OCTOSILÁBICO. Desde Hidalgo hasta Obligado (todos los poetas gauchescos) coincidieron en usar versos octasílabos para sus composiciones. José Hernández tiene un buen manejo de la técnica de versificación. Sus versos son sustanciosos, dicen mucho con pocas palabras. Hay en ellos acumulación de contenido. Tuve en mi pago en un tiempo Hijos, hacionda y mujer, Pero empecé a padecer Me echaron a la frontera, ¡ y qué iba a hallar al volver! Tan solo hallé la tapera. (Canto III, 289-294) LA ESTROFA EN EL MARTÍN FIERRO José Hernández ha utilizado varios tipos de ESTROFAS, pero predomina la de seis (6) versos con RIMA CONSONANTE. Lo más notable de estas estrofas, en cuanto a la rima, consiste en que el primer verso es LIBRE. Una innovación de José Hernández con respecto a cualquier estrofa tradicional de seis (6) versos. El primer verso no compromete la rima y el poeta puede iniciar la estrofa con una frase cualquiera. Aquí me pongo a a Rima cantar libre al compás de la b vigüela, que el hombre que lo b desvela una pena c estraordinaria como la ave solitaria c Con el cantar se b consuela ¿Qué nombre lleva esta estrofa? Estrofa hernandiana o sexteta. No debe confundirse con la sextina (de versos endecasílabos (11) y rima consonante), ni con la sextilla (versos octasílabos y rima variable). En el poema Hernández emplea además, cuarteta, redondilla y romance. Las estrofas son expresivas, pequeños poemas con perfecta armonía y coherenia si las leyeramos de forma aislada. En general las estrofas presentan una organización:  Los dos primeros versos presentan la idea básica.  Los dos versos siguientes presentan un breve desarrollo.  Los dos ultimos versos son el cierre del tema. Sosegado vivía en mi rancho Idea básica como el pájaro en su nido;

allí mis hijos queridos iban creceindo a mi lado… sólo queda el desgraciado lamentar el bien perdido.

Breve desarrollo Cierre verso

del (Canto III, 295-300)

 







 



RECURSOS LITERARIOS DEL POEMA Elipsis: omisión de una palabra.  Sosegado vivía en mi rancho (Canto III, 295)  Muy tranquilo me quedé (Canto III, 317) Anáfora: repetición de una o más palabras al comienzo del verso. Cantando me he de morir, cantando me han de enterrar, y cantando he de llegar al pie del Eterno Padre dende el vientre de mi madre vine a este mundo a cantar (Canto I, 31-36) Sinécdoque.: consiste en designar un todo con el nombre de una de sus partes y viceversa.  Para mí el campo son flores (Canto VI 991).  Y cuando el pecho se entona, Hago gemir a la prima Y llorar a la bordona. (Canto I, 58-60) Antítesis: es una contraposición de palabras o ideas. No es raro que a uno le falte lo que algún otro le sobre (Canto VI, 1057-1958) él nada gana en la paz y es el primero en la guerra (Canto VIII) Metáfora: consiste en trasladar el sentido recto de las palabras a otro figurado, en virtud de una comparación tácita; Las perlas del rocío La primavera de la vida Refrenar las pasiones. Imágenes sensoriales: buscan penetrar los sentidos del lector, llevándolo a una situación que se percibe por medio del olfato, la vista, el oído, el gusto o el tacto. Comparación: expresa una similitud o semejanza entre dos elementos. Como la ave solitaria Con el cantar se consuela (Canto I, 5-6) Personificación: consiste en atribuir a los seres inanimados características y cualidades propias de los seres animados, o a los seres irracionales, actitudes propias de los seres racionales o en hacer hablar a personas fingidas muertas o ausentes.

LENGUA Y HABLA DEL POEMA Los gauchos de la época de José Hernandez aún hablaban el idioma español traído por los conquistadores en el siglo XVI. La lengua de Castilla extendida en la campaña rioplatense se mantuvo durante siglos sin modificaiones sustanciales. De ahí que en el Martín Fierro y en toda la poesía gauchesca encontremos arcaísmos españoles vigentes hasta el siglo XX por ejemplo: aguaitar, ande, dene, dentrar, escuro, estrumento, jeta, ladino, mesmo, nadie/naides, pacencia, sepoltura, truje, vide, vía. También, la lengua se enriqueció con gran cantidad de voces autóctonas de prodecencia indígena, sobre todo del araucano y del quechua. José Hernandez transmitió con fidelidad en el Martín Fierro el modo de hablar característico del criollo campesino, el habla gauchesca. Respeta la prosodia, es decir, la pronunciación y acentuación del habla campesina con su nota característica: la contracción de sonidos.  Las vocales fuertes ae, ao, eo tienden a formar sinéresis (unión de dos vocales que normalmente se pronuncian separadas en el interior de una palabra), es decir formar diptongo: Se cierra totalmente la:  “e” en “i”: peón/ pión, pelear/peliar, estaquear/estaquiar, troteadas/trotiadas, caer/cair  “o” en “u”: ahogaron/augaron, ahora/aura  Las sílabas terminadas en í-a: diptongo gramatical destruido por la acentuación de la vocal cerrada, en el habla campesina se tiende a reconstruir.  Una sílaba: “día”  Dos sílabas: “ha/cían” ,“te/nían”  Tres sílabas: “te/nía/mos”  Diptongación:  Los infinitivos en “ear” cambian en “iar” : “coloriar”, “galopiar”, “peliar”, “carniar”, “culebriar”  La “o” acentuada diptanga en “ue”: “remuento”, “ruempo”, “revuélver”  Cambio de vocales no acentuadas: “comendante”, “riunión”, “dispierto”, “asiguro”, “lial”, “rial”, “virtiente”, “ricuerdo”, “menistro”, “umbligo”  Cambio de consonantes:  De “f” por “j”: “junción”, “juror”, “projundo”, “dijunto”, “jogón”, “juego”  De “h” por “j”: “juir”, “jediendo”  De “h”, “b” y “v”, seguidas de “u” por “gü”: “vigüela”, “güeya”, “güesos”, “agüela”, “güen”, “güelta”  Otros cambios: “ñublada”, “ploclama”, “pelegrinaciones”, “esperiencia”, “estraordinaria”, “reflesionar”, “resetor”, “ardiles”, “refalé”, “alquirir”, etc.  Supresión de consonantes:

   

 (cc) “afliciones”, “liciones”; (ns) “istante”; (ct) “dotor”; (bt) otenidas; (gn) “inorancia”, “indino”  De la “d” en las terminaciones “ado”: “cuñao”, “letrao”, “sentao”, “sosegao”  En las terminaciones “ad”, “ed”, “ud”: “claridá”, “autoridá”, “seguridá”, “sé” (sed), “salú”, “virtú”, etc. Barbarísmos: “esposición” / oposición; “comiqué” /comité; “estrutor”/ instructor; “despedición”/ expedición; “dirme”/ irme; “culandera”/curandera Apócope: “pa”/para La “z” y la “c” se pronuncian “s” La “ll” se pronuncia “y” LA OBRA

El gaucho Martín Fierro

. La obra se compone de dos partes: El gaucho Martín Fierro, de 1872 y La vuelta de Martín Fierro, de 1879, englobadas ambas partes bajo el título Martín Fierro a principios del siglo XX. El primer libro, conocido como “La ida” consta de 13 cantos y 2316 versos octosílabos, estructurados en cuartetas y sextetas, esta última considerada un hallazgo del autor que innova la literatura gauchesca recurriendo a esta estrofa que será luego conocida como hernandiana.

El argumento de la primera parte desarrolla fundamentalmente dos temas centrales: la vida en la estancia y la vida en la frontera. El canto I es tanto la introducción como la presentación del protagonista que se dirige a un auditorio, a quien le cantará sus penas. Todo el texto constituye un relato autobiográfico en el que el narrador protagonista alterna con un narrador en tercera persona. El canto I y II se ajustan al género lírico, abriendo paso al narrativo cuando el relato se centra en las desventuras del protagonista que ve su felicidad interrumpida cuando es sorprendido por la leva. El cantor relata su vida en la frontera, la vuelta al pago y el enfrentamiento con la partida. En este punto, en el canto X, el narrador protagonista cede la voz al sargento Cruz, que cantará sus desdichas y se convertirá en su compañero de desventuras. El poema se cierra en el canto XIII con un narrador en tercera persona que puede equipararse con el propio autor, quien culmina la historia relatando cómo Fierro y Cruz cruzan la frontera, hacia el desierto, marchando a la tierra de los indios.

La vuelta de Martín Fierro El segundo libro, La vuelta de Martín Fierro, conocido como “La vuelta”, consta de 33 cantos y 4894 versos. En esta segunda parte, el

gaucho cantor retoma la narración interrumpida en “La ida”, luego de que rompiera la guitarra. El canto I representa aquí también la introducción y constituye la anulación del final del primer libro debido a que el cantor anuncia que a su que a su historia “le faltaba lo mejor”. A partir del canto II y hasta el X inclusive el contenido será la vida en la toldería, la muerte de Cruz y el encuentro con la cautiva. El canto XI presenta el quiebre en la narración porque a partir de aquí se entremezclan las voces de los hijos de Fierro y la del hijo de Cruz. Todos ellos cantarán sus males en primera persona. En los cantos referidos al hijo segundo se intercalan los consejos del Viejo Vizcacha. El canto XXX presenta una nueva voz en la payada de contrapunto entre Martín Fierro y el moreno que quiere cobrar venganza por la muerte de su hermano a manos de Fierro en “La ida”. En el canto XXXII asistimos a los consejos de Martín Fierro a sus hijos, y se cierra el poema en el canto XXXIII con la voz de un narrador en primera persona que a manera de epílogo culmina la relación total describiendo la dispersión de los cuatro personajes a los cuatro vientos.

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN DE EL GAUCHO MARTÍN FIERRO (1872) Señor D. José Zoilo Miguens. Querido amigo: Al fin me he decidido a que mi pobre Martín Fierro, que me ha ayudado algunos momentos a alejar el fastidio de la vida del hotel, salga a conocer el mundo, y allá va acogido al amparo de su nombre. No le niegue su protección, usted que conoce bien todos los abusos y todas las desgracias de que es víctima esa clase desheredada de nuestro país. Es un pobre gaucho, con todas las imperfecciones de forma que el arte tiene todavía entre ellos, y con toda la falta de enlace en sus ideas, en las que no existe siempre una sucesión lógica, descubriéndose frecuentemente entre ellas apenas una relación oculta y remota. Me he esforzado, sin presumir haberlo conseguido, en presentar un tipo que personificara el carácter de nuestros gauchos, concentrando el modo de ser, de sentir, de pensar y de expresarse que les es peculiar, dotándolo con todos los juegos de su

imaginación llena de imágenes y de colorido, con todos los arranques de su altivez, inmoderados hasta el crimen, y con todos los impulsos y arrebatos, hijos de una naturaleza que la educación no ha pulido y suavizado. Cuantos conozcan con propiedad el original podrán juzgar si hay o no semejanza en la copia. Quizá la empresa habría sido para mí más fácil, y de mejor éxito, si sólo me hubiera propuesto hacer reír a costa de su ignorancia, como se halla autorizado por el uso en este género de composiciones; pero mi objeto ha sido dibujar a grandes rasgos, aunque fielmente, sus costumbres, sus trabajos, sus hábitos de vida, su índole, sus vicios y sus virtudes; ese conjunto que constituye el cuadro de su fisonomía moral, y los accidentes de su existencia llena de peligros, de inquietudes, de inseguridad, de aventuras y de agitaciones constantes. Y he deseado todo esto, empeñándome en imitar ese estilo abundante en metáforas, que el gaucho usa sin conocer y sin valorar, y su empleo constante de comparaciones tan extrañas como frecuentes; en copiar sus reflexiones con el sello de la originalidad que las distingue y el tinte sombrío de que jamás carecen, revelándose en ellas esa especie de filosofía propia que, sin estudiar, aprende en la misma naturaleza; en respetar la superstición y sus preocupaciones, nacidas y fomentadas por su misma ignorancia; en dibujar el orden de sus impresiones y de sus afectos, que él encubre y disimula estudiosamente; sus desencantos, producidos por su misma condición social, y esa indolencia que le es habitual, hasta llegar a constituir una de las condiciones de su espíritu; en retratar, en fin, lo más fielmente que me fuera posible, con todas sus especialidades propias, ese tipo original de nuestras pampas, tan poco conocido por lo mismo que es difícil estudiarlo, tan erróneamente juzgado muchas veces, y que, al paso que avanzan las conquistas de la civilización, va perdiéndose casi por completo. Sin duda que todo esto ha sido demasiado desear para tan pocas páginas, pero no se me puede hacer un cargo por el deseo, sino por no haberlo conseguido.

Una palabra más, destinada a disculpar sus defectos. Páselos usted por alto porque quizá no lo sean todos los que a primera vista puedan parecerlo, pues no pocos se encuentran allí como copia o imitación de los que lo son realmente. Por lo demás, espero, mi amigo, que usted lo juzgará con benignidad, siquiera sea porque Martín Fierro no va de la ciudad a referir a sus compañeros lo que ha visto y admirado en un 25 de Mayo u otra función semejante, referencias algunas de las cuales, como el Fausto y varias otras, son de mucho mérito ciertamente, sino que cuenta sus trabajos, sus desgracias, los azares de su vida de gaucho, y usted no desconoce que el asunto es más difícil de lo que muchos se imaginarán. Y con lo dicho basta para preámbulo, pues ni Martín Fierro exige más, ni usted gusta mucho de ellos, ni son de la predilección del público, ni se avienen con el carácter de Su verdadero amigo, JOSÉ HERNÁNDEZ PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN DE LA VUELTA DE MARTÍN FIERRO (1879) Cuatro palabras de conversación con los lectores Entrego a la benevolencia pública, con el título La vuelta de Martín Fierro, lasegunda parte de una obra que ha tenido una acogida tan generosa, que en seis años se han repetido once ediciones, con un total de cuarenta y ocho mil ejemplares. Esto no es vanidad de autor, porque no rindo tributo a esa falsa diosa; ni bombo de editor, porque no lo he sido nunca de mis humildes producciones. Es un recuerdo oportuno y necesario para explicar por qué el primer tiraje del presente libro consta de veinte mil ejemplares, divididos en cinco secciones o ediciones de a cuatro mil números cada una; y agregaré que confío en que el acreditado Establecimiento Tipográfico del señor Coni hará una impresión esmerada, como la tienen todos los libros que salen de sus talleres. Lleva también diez ilustraciones incorporadas en el texto, y creo que en los dominios de la literatura es la primera vez que una obra sale de las prensas nacionales con esta mejora. Así se empieza. Las láminas han sido dibujadas y calcadas en la piedra por don Carlos Clerice, artista compatriota que llegará a ser notable en su ramo, porque es joven, tiene escuela, sentimiento artístico y amor al trabajo. El grabado ha sido ejecutado por el señor Supot, que posee el arte nuevo y poco generalizado todavía entre nosotros de fijar en láminas metálicas lo que la habilidad del litógrafo ha calcado en la

piedra, creando o imaginando posiciones que interpreten con claridad y sentimiento la escena descrita en el verso. No se ha omitido, pues, ningún sacrificio a fin de hacer una publicación en las más aventajadas condiciones artísticas. En cuanto a su parte literaria, sólo diré que no se debe perder de vista al juzgar los defectos del libro que es copia fiel de una original que los tiene, y repetiré que muchos defectos están allí con el objeto de hacer más evidente y clara la imitación de los que lo son en realidad. Un libro destinado a despertar la inteligencia y el amor a la lectura en una población casi primitiva, a servir de provechoso recreo, después de las fatigosas tareas, a millares de personas que jamás han leído, debe ajustarse estrictamente a los usos y costumbres de esos mismos lectores, rendir sus ideas e interpretar sus sentimientos en su mismo lenguaje, en sus frases más usuales, en su forma más general, aunque sea incorrecta; con sus imágenes de mayor relieve y con sus giros más característicos, a fin de que el libro se identifique con ellos de una manera tan estrecha e íntima, que su lectura no sea sino una continuación natural de su existencia. Sólo así pasan sin violencia del trabajo al libro; y sólo así esa lectura puede serles amena, interesante y útil. ¡Ojalá hubiera un libro que gozara del dichoso privilegio de circular incesantemente de mano en mano en esta inmensa población diseminada en nuestras vastas campañas, y que bajo una forma que lo hiciera agradable, que asegurara su popularidad, sirviera de ameno pasatiempo a sus lectores!, pero: Enseñando que el trabajo honrado es la fuente principal de toda mejora y bienestar. Enalteciendo las virtudes morales que nacen de la ley natural y que sirven de base a todas las virtudes sociales. Inculcando en los hombres el sentimiento de veneración hacia su Creador, inclinándolos a obrar bien. Afeando las supersticiones ridículas y generalizadas que nacen de una deplorable ignorancia. Tendiendo a regularizar y dulcificar las costumbres, enseñando por medios hábilmente escondidos la moderación y el aprecio de sí mismo, el respeto a los demás, estimulando la fortaleza por el espectáculo del infortunio acerbo, aconsejando la perseverancia en el bien y la resignación en los trabajos.

Recordando a los Padres los deberes que la naturaleza les impone para con sus hijos, poniendo ante sus ojos los males que produce su olvido, induciéndolos por ese medio a que mediten y calculen por sí mismos todos los beneficios de su cumplimiento. Enseñando a los hijos cómo deben respetar y honrar a los autores de sus días. Fomentando en el esposo el amor a su esposa, recordando a ésta los santos deberes de su estado; encareciendo la felicidad del hogar, enseñando a todos a tratarse con respeto recíproco, robusteciendo por todos estos medios los vínculos de la familia y de la sociabilidad. Afirmando en los ciudadanos el amor a la libertad, sin apartarse del respeto que es debido a los superiores y magistrados. Enseñando a hombres con escasas nociones morales que deben ser humanos y clementes, caritativos con el huérfano y con el desvalido, fieles a la amistad, gratos a los favores recibidos, enemigos de la holgazanería y del vicio, conformes con los cambios de fortuna, amantes de la libertad, tolerantes, justos y prudentes siempre. Un libro que todo esto, más que esto o parte de esto enseñara sin decirlo, sin revelar su pretensión, sin dejarla conocer siquiera, sería indudablemente un buen libro, y por cierto que levantaría el nivel moral e intelectual de sus lectores, aunque dijera naides por nadie, resertor por desertor, mesmo por mismo u otros barbarismos semejantes, cuya enmienda le está reservada a la escuela, llamada a llenar un vacío que el poema debe respetar, y a corregir vicios y defectos de fraseología, que son también elementos de que se debe apoderar el arte para combatir y extirpar males morales más fundamentales y trascendentes, examinándolos bajo el punto de vista de una filosofía más elevada y pura. El progreso de la locución no es la base del progreso social, y un libro que se propusiera tan elevados fines debería prescindir por completo de las delicadas formas de la cultura de la frase, subordinándose a las imperiosas exigencias de sus propósitos moralizadores, que serían en tal caso el éxito buscado. Los personajes colocados en escena deberían hablar en su lenguaje peculiar y propio, con su originalidad, su gracia y sus defectos naturales, porque, despojados de

ese ropaje, lo serían igualmente de su carácter típico, que es lo único que los hace simpáticos, conservando la imitación y la verosimilitud en el fondo y en la forma. Entra también en esta parte la elección del prisma a través del cual le es permitido a cada uno estudiar sus tiempos. Y aceptando esos defectos como un elemento, se idealiza también, se piensa, se inclina a los demás a que piensen igualmente, y se agrupan, se preparan y conservan pequeños monumentos de arte para los que han de estudiarnos mañana y levantar el grande monumento de la historia de nuestra civilización. El gaucho no conoce ni siquiera los elementos de su propio idioma, y sería una impropiedad, cuando menos, y una falta de verdad muy censurable, que quien no ha abierto jamás un libro siga la reglas de arte de Blair, Hermosilla o la Academia. El gaucho no aprende a cantar. Su único maestro es la espléndida naturaleza que en variados y majestuosos panoramas se extiende delante de sus ojos. Canta porque hay en él cierto impulso moral, algo de métrico, de rítmico que domina en su organización, y que lo lleva hasta el extraordinario extremo de que todos sus refranes, sus dichos agudos, sus proverbios comunes son expresados en dos versos octosílabos perfectamente medidos, acentuados con inflexible regularidad, llenos de armonía, de sentimiento y de profunda intención. Eso mismo hace muy difícil, si no de todo punto imposible, distinguir y separar cuáles son los pensamientos originales del autor y cuáles los que son recogidos de las fuentes populares. No tengo noticia que exista ni que haya existido una raza de hombre aproximado a la naturaleza, cuya sabiduría proverbial llene todas las condiciones rítmicas de nuestros proverbios gauchos. Qué singular es y qué digno de observación, el oír a nuestros paisanos más incultos expresar en dos versos claros y sencillos máximas y pensamientos morales que las naciones más antiguas, la India y la Persia, conservaban como un tesoro inestimable de su sabiduría proverbial; que los griegos escuchaban con veneración en boca de sus

sabios más profundos, de Sócrates, fundador de la moral, de Platón y de Aristóteles; que entre los latinos difundió gloriosamente el afamado Séneca; que los hombres del Norte les dieron lugar preferente en su robusta y enérgica literatura; que la civilización moderna repite por medio de sus moralistas más esclarecidos, y que se hallan consagrados fundamentalmente en los códigos religiosos de todos los grandes reformadores de la humanidad. Indudablemente que hay cierta semejanza íntima, cierta identidad misteriosa entre todas las razas del globo que sólo estudian en el gran libro de la naturaleza, pues que de él deducen y vienen deduciendo desde hace más de tres mil años la misma enseñanza, las mismas virtudes naturales, expresadas en prosa por todos los hombres del globo, y en verso por los gauchos que habitan las vastas y fértiles comarcas que se extienden a las dos márgenes del Plata. El corazón humano y la moral son los mismos en todos los siglos. Las civilizaciones difieren esencialmente. «Jamás se hará -dice el doctor don V. F. López en su prólogo a Las neurosis- un profesor o un catedrático europeo de un bracma». Así debe ser: pero no ofrecería la misma dificultad el hacer de un gaucho un bracma lleno de sabiduría, si es que los bracmas hacen consistir toda su ciencia en su sabiduría proverbial, según los pinta el sabio conservador de la Biblioteca Nacional de París en La sabiduría popular de las naciones, que difundió en el Nuevo Mundo el americano Pazos Kanki. Saturados de ese espíritu gaucho hay entre nosotros algunos poetas de formas muy cultas y correctas, y no ha de escasear el género porque es una producción legítima y espontánea del país, y que en verdad no se manifiesta únicamente en el terreno florido de la literatura. Concluyo aquí, dejando a la consideración de los benévolos lectores lo que yo no puedo decir sin extender demasiado este prefacio, poco necesario en las humildes coplas de un hijo del desierto. ¡Sea el público indulgente con él! y acepte esta humilde producción que le dedicamos como que es nuestro mejor y más antiguo amigo. La originalidad de un libro debe empezar en el prólogo. Nadie se sorprenda, por tanto, ni de la forma ni de los objetos que éste abraza. Y debemos terminarlo haciendo público nuestro agradecimiento hacia los distinguidos

escritores que acaban de honrarnos con su fallo, como el señor don José Tomás Guido, en una bellísima carta que acogieron deferentes La Tribuna y La Prensa, y que reprodujeron en sus columnas varios periódicos de la República; el Dr. don Adolfo Saldias, en un meditado trabajo sobre el tipo histórico y social del gaucho; el doctor don Miguel Navarro Viola, en la última entrega de la Biblioteca Popular, estimulándonos con honrosos términos a continuar en la tarea empezada. Diversos periódicos de la ciudad y campaña como El Heraldo, del Azul; La Patria, de Dolores; El Oeste, de Mercedes, y otros, han adquirido también justos títulos a nuestra gratitud, que consideramos como una deuda sagrada. Terminamos esta breve reseña con La Capital, del Rosario, que ha anunciado La vuelta de Martín Fierro haciendo concebir esperanzas que Dios sabe si van a ser satisfechas. Ciérrase este prólogo diciendo que se llama este libro La vuelta de Martín Fierro porque ese título le dio el público antes, mucho antes de haber pensado yo en escribirlo; y allá va a correr tierras con mi bendición paternal. JOSÉ HERNÁNDEZ

Antecedentes del Martín Fierro de José Hernandez

LINK PARA VISITAR http://fierro.bn.gov.ar/gauchesca.php http://fierro.bn.gov.ar/reescrituras.php

http://www.cervantesvirtual.com/obra/fausto-i/cf449150-771e-11e1b1fb-00163ebf5e63.pdf http://www.cervantesvirtual.com/portales/literatura_gauchesca/introduccion/ https://www.youtube.com/watch?v=4J4qIQTZ5Jw&t=678s https://www.youtube.com/watch?v=y-Olc5DfN_I&t=3962s https://www.youtube.com/watch?v=uHQBRIJefe4&t=632s http://www.molinacampos.net/molina-campos-vida-y-obra