Lit Venezolana Idolos Rotos

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD PEDAGÒGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR INSTITUTO PEDAGÒGICO DE BARQUISIMETO “

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD PEDAGÒGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR INSTITUTO PEDAGÒGICO DE BARQUISIMETO “LUIS BELTRÀN PRIETO FIGUEROA”

IDOLOS ROTOS MANUEL DIAZ RODRIGUEZ

Autor(a): Evelyn García Profesora: Mariela Pérez

Junio, 2019.

Introducción Dice Rafael Arráiz Lucca, que a lo largo de los años los escritores venezolanos “hemos ido saliendo de nosotros mismos a ver el mundo exterior, ya no nos asomamos y asustados regresamos corriendo a la madriguera”, por el contrario, “los autores venezolanos han encontrado en la literatura más que un instrumento de comunicación de un cuerpo de ideas o un credo”. Todo eso puede ser verificado en la totalidad del corpus literario venezolano desde el siglo XIX hasta nuestros días. Expresa Arráiz, “felizmente, hemos crecido”. En esta experiencia de crecimiento se encuentra vinculada la novela con su tránsito por expresiones cada vez más elaboradas que dejan en alto nuestras costumbres y los procesos históricos por los que ha pasado el país desde la gesta independentista. Precisamente al criollismo le sigue en palabras de Arráiz, “una renovación estética llamada Modernismo, que se expresó con ímpetu hacia finales del siglo XIX e incluyó sobre todo la poesía y la narrativa”. Los narradores modernistas más representativos fueron Rufino Blanco Fombona, Pedro Cesar Dominici, Luis Manuel Urbaneja Achelpohl y Manuel Díaz Rodríguez, a cuya obra “Ídolos Rotos”, va dirigido este informe. Arráiz, reconoce el “refinado estilo del médico. Formado en Europa en su juventud, en su madurez concluye dos novelas importantes: Ídolos rotos (1901) y Sangre patricia (1902)”. A continuación será presentada su primera gran obra, la cual refleja la situación social y política de la Venezuela “de los días cuando Cipriano Castro y su hueste llega a Caracas desde la frontera colombiana” (Arráiz, 2009).

Reseña sobre el autor Manuel Díaz Rodríguez nació en una hacienda cercana a Chacao, Municipio del Estado Miranda el 28 de febrero de 1871. Era hijo de Juan Díaz Chávez y Dolores Rodríguez, ambos progenitores procedentes de las Islas Canarias. La instrucción primaria la cursó el joven Díaz Rodríguez en su casa. Después entró en el Colegio Sucre, entonces bajo la dirección del doctor Jesús María Sifontes. En 1886 se graduó de bachiller. Posteriormente ingresó en la Universidad Central, donde se graduó de médico en 1891. En la Universidad Central, Díaz Rodríguez conoció al doctor Adolfo Ernst, uno de los renovadores del pensamiento científico venezolano. Una vez graduado de médico, Díaz Rodríguez quiso completar sus estudios en Europa y así viajó por Francia, Italia, el Oriente, etc. En 1894 el médico regresó a su patria. Pero en 1895 volvió a Francia. En París publicó entonces su primer libro: “Sensaciones de Viajes”, editado por Garnier. El año siguiente regresó a Caracas, donde fija su residencia hasta 1899, año en que contrae matrimonio con una hija del escritor Eduardo Calcaño: Graciela. Ese mismo año el escritor emprende de nuevo viaje a París. Allí permanece hasta 1901. Para entonces es autor de Confidencias de Psiquis (1897), De Mis Romerías (1898), Cuentos de Color (1899), Ídolos Rotos (1901). La profesión de médico había sido opacada por su gran vocación de escritor. En 1902 murió el padre de Díaz Rodríguez y entonces el escritor tuvo que trasladarse a la hacienda paterna, a instancias de su madre, para hacerse cargo de la dirección de aquel patrimonio. Siete años pasa de esta manera en el campo. En 1909, a la caída del régimen político de Cipriano Castro, el escritor sale de su retiro rural. Se pone al frente de la dirección de un periódico: «El Progresista». Allí hace sus primeras armas de político junto con otros renombrados escritores, como Rufino Blanco Fombona, Pedro Manuel Arcaya, César Zumeta, etc., de los cuales se separó bien pronto.

En 1909 entra Díaz Rodríguez a servir en los destinos públicos; es nombrado vicerrector de la Universidad Central de Venezuela. Al año siguiente es designado representante de Venezuela en la Conferencia Panamericana que se llevó a cabo en Buenos Aires. En 1911 fue investido con el cargo de Director de Educación Superior y de Bellas Artes en el Ministerio de Instrucción Pública. Tres años después fue elevado a Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela. En 1915 fue elegido Senador por el Estado Bolívar. En 1916, Ministro de Fomento. Dos años más tarde vuelve a los estrados del Congreso como representante del Estado Bolívar. En 1919 es nombrado Ministro Plenipotenciario en Italia. En este último destino Díaz Rodríguez permaneció tres años. De regreso a Venezuela, en 1925 es nombrado Presidente del Estado Nueva Esparta, y al año siguiente pasa a desempeñar la Presidencia del Estado Sucre. Minado por una terrible enfermedad en la garganta, Díaz Rodríguez buscó los recursos de la ciencia en Nueva York por el año de 1927. Pero a los tres meses de haber llegado allí, falleció el día 24 de agosto.

Síntesis de la obra: “Ídolos rotos” Una de las obras más importantes de Manuel Díaz Rodríguez, en la que deja ver su madurez como escritor. En ella descubre su estilo delicado, sutil cargado de crítica y belleza: critica, en las experiencias de sus personajes y en el ambiente convulsionado, la frivolidad social de la capital y la situación política que atravesaba Venezuela en aquellos años. En una narrativa bastante amena, cargada de detalles y descripciones hermosamente logradas; cuenta la historia de un “artista”, Alberto Soria, quien después de su estadía en Francia, regresa a la ciudad que le vio nacer, Caracas, y lo enfrenta a una realidad muy distinta a la que había dejado al parte, además muestra claramente que el personaje se había transformado en las experiencias de vida que durante 5 años tuvo en este continente. Comienza la historia contando el regreso de Alberto, contra su voluntad, movido por su sentir de hijo respecto a la enfermedad tan avanzada que sufría su padre. Alberto, era estudiante de ingeniería pero es en Francia, en contacto con un ambiente marcado por la belleza de las artes, donde descubre su verdadera pasión por la escultura. Realiza su primera obra clandestinamente “El Fauno robador de Ninfas”, con el que logra destacarse como un gran artista. A su regreso a Venezuela, encuentra numerosas dificultades familiares en las que se ve reflejada la realidad de una sociedad que no termina de organizarse como nación después de su independencia. El hermano de Alberto, Pedro, es un chico que ha encontrado en la política, en codearse con la gente importante un camino para fácilmente ascender y lograr sus objetivos. La hermana de Alberto, a quien amaba profundamente

estaba

casada

con

un

hombre

muy

deshonesto

acostumbrado a realizar negocios poco lícitos y desfavorables que habían acabado con la herencia de los Soria. El padre de Alberto, un hombre

honorable y respetado por todos se lamentaba continuamente que la realidad distara tanto de sus pretensiones. Para Soria, toda esta realidad familiar unida a la realidad social, de la clase alta, y política del país acrecentaban sus deseos de estar fuera de la patria, encontraba que su carrera artística se diluía en una sociedad en la que la politiquería era lo que contaba para ser reconocido; en la que los que habían estado fuera del país no encontraban de nuevo su espacio en su tierra natal; en donde la frivolidad de la apariencia era de mucha relevancia a la hora de relacionarse con otros; e incluso donde la moral religiosa era vulnerada sin culpa porque la fachada piadosa era fácil de imitar. Alberto, trata de vivir en medio de estas realidades su espíritu altruista y su deseo de generar algo distinto, eso que sentía dentro y que esculpía con sus manos. Sin embargo, el autor después de darle al protagonista motivos para seguir creyendo después lo golpea duramente, cuando su obra y las obras artísticas más representativas son maltratadas vilmente por un ejército de analfabetas ignorantes, arriban a la ciudad capital para derrocar al presidente de turno y toman, lastimosamente la escuela de Bellas Artes como cuartel. Al final de la obra, Soria, con un dolor desgarrador se lamenta de la infamia y expresa que nunca podrá ser un artista en su tierra; y llora amargamente esta realidad: “Y yo nunca, nunca podré vivir mi ideal en mi patria. ¡Mi patria! ¡Mi país! ¿Acaso es ésta mi patria? ¿Acaso este es mi país?”.

Movimiento artístico El modernismo se considera como un movimiento literario que se desarrolla entre 1887 y 1915, cuya cima es Rubén Darío. Es un movimiento de ruptura con la estética vigente que se enlaza con la amplia crisis espiritual de fin de siglo. En sus raíces hay un profundo desacuerdo con la civilización burguesa. Los autores modernistas manifiestan su disconformidad a través de un aislamiento aristocrático y de un refinamiento estético, ella va acompañado muchas veces de aptitudes inconformistas como la bohemia y diversas conductas asociales y amorales. El escritor venezolano Manuel Díaz Rodríguez (1871-1927) se adscribe al Modernismo tanto en los temas que trata como en el lenguaje que desarrolla en su obra, en la que rechaza un mundo que no produce sino el descontento, la insatisfacción y el desencanto en el alma del artista. Según Liscano, el modernismo es un intento de síntesis entre el lenguaje castizo tradicional, reactualizado para ese entonces, y el lenguaje subjetivado, flexible, matizado de las escuelas decadentes europeas del siglo XIX, particularmente en Francia. Es el momento en el que el escritor de la burguesía adquiere conciencia desdichada, como señala Barthes, y se refugia en el poder suficiente de la obra, del artesano creador. Es precisamente, esta “conciencia de desdicha” la que se señala en Ídolos rotos, la vida del desdichado Alberto Soria, con sus pretensiones de llevar una carrera artística en un país donde este no es apreciado en tal manera como en Europa. Es importante señalar, como expresa Liscano, que la literatura narrativa venezolana “es el fruto de una relación atormentada pero firme, nunca rota,

entre la realidad social, histórica, geográfica y la realidad de la ficción”. Esta definición que es posible constatar en las páginas de la obra de Díaz Rodríguez, en la citada Ídolos rotos, en la que refleja toda la realidad social y política de la elite caraqueña de ese entonces. Se pueden enumerar cuatro características de la narrativa modernista en Venezuela, muchas de las cuales se evidencian claramente en la obra: 1. Presencia del exotismo, una visión amplia del mundo. 2. Personajes enfocados desde su mundo psicológico. Son de conducta enfermiza y sin ánimo de vivir. 3. El lenguaje del autor es estilizado, culto y refinado. 4. Presenta una actitud pesimista y negativa ante la realidad venezolana. La obra, fue publicada en 1901 y es considerada una de las novelas más pesimista que se haya escrito en el país. Expresa la realidad social de una clase económica excluyente e influyente por su relación con la política, vanidosa, apegada a la apariencia lo que la obliga en muchos casos a la doble moral. Pero a la vez, refleja el ambiente político agitado en el que se vislumbra las trampas, el juego de poder y la deshonestidad corrupta que ha marcado la historia del país. En el modernismo venezolano se pueden definir dos tendencias: la primera hacia el esteticismo puro, esa búsqueda de la belleza a través del lenguaje preciosista; y la segunda hacia el nativismo, hacia lo propio y vernáculo. En la primera tendencia se puede ubicar la narrativa de Díaz Rodríguez. La estética modernista, enamorada de colores, como la describe Liscano, está altamente representada en la obra de Díaz Rodríguez, quien mezcla muy sutilmente temas de realismo histórico importantes como la toma de Caracas por parte de la guerrilla campesina; aspectos sobre el acontecer político de entonces y como se manejaban las relaciones de poder; las costumbres de la “aristocracia colonial venida a menos”; la experiencia de los venezolanos que se formaron académicamente en el exterior y el impacto que sintieron al regresar al país; entre otros.

Así mismo, una delicadeza de estilo en las descripciones del paisaje, de las calles de la ciudad, del interior de las casas y sus jardines; de las relaciones parentales y fraternales de la familia venezolana e igualmente el gusto refinado para presentar el amor juvenil e incluso el adulterio pasional, el engaño y las decisiones vitales que necesitan ser tomadas para crecer en la vida. Aspectos de la sociedad venezolana señalados en la obra que pueden estar vigentes. Es posible verificar en la narrativa de Díaz Rodríguez, en su obra Ídolos rotos, rasgos de la sociedad venezolana de comienzo del siglo XX que se mantienen vigentes en la actualidad. Una de estas realidades es el interés por la formación profesional fuera del país y particularmente en las carreras artísticas originándose una fuga de talentos importante para la nación. A pesar del tiempo, las políticas de Estado no aseguran la permanencia y el aprecio de este talento, de manera que pueda ser una carrera sustentable. En la actualidad actores, escritores, músicos, pintores, escultores (como en el caso de Soria) han emigrado en busca de espacios adecuados para hacer florecer sus dotes. Por otra parte, el manejo de la política con sus características visibles por entonces y que aún hoy se constatan: la deshonestidad, el abuso del poder y la autoridad, las polaridades partidistas, el descontento de las masas frente al estilo de gobierno, el “amiguismo” y las concesiones de beneficios a grupos minoritarios adeptos al gobierno de turno o su oposición… “Tras unas frases mal zurcidas que revelaban toda su cultura de sargentón grosero y basto, Galindo, en el tono un si es no es guasón de su voz avinada, se despidió de Alberto, diciéndole: “siempre a sus órdenes en el Gran Partío Liberal”” La moral religiosa que sirve para camuflar conductas reprochables, sigue existiendo en nuestro país y de igual forma utilizada por las clases altas más

interesadas en guardar la imagen en sociedad. “En ella parecían vivir, una al lado de la otra, dos mujeres distintas. Y según cuál de las dos predominase, así cambiaba Teresa de vida y costumbres. De aquí las alternativas que por si solas formaban su existencia: iba de excesos de vida piadosa o excesos de vida mundana”. Al leer la obra, lamenté grandemente percibir como el dolor y el anhelo del joven Alberto y de sus amigos, es el de muchos jóvenes que no ven oportunidades de progreso, de éxito, de realización de sus proyectos y sueños en su país. El pesimismo contenido en la obra, está latente en nuestras ciudades y calles, con el agravante que en esa época la educación en Venezuela prosperaba bellamente hoy hasta nuestras casas de estudio están asediadas por la desolación y la desesperanza. “Alfonzo tenía razón – prorrumpió-. Alfonzo tenía razón cuando me dijo que me fuera. Yéndome entonces, cuando él me lo dijo, me hubiera llevado quizás algo intacto, me hubiera llevado quizás casi entero el buen humor de la tierruca.” Importante también destacar que como entonces aun hoy se opaca hasta aniquilarse la ilusión política de cambio que muestran muchos jóvenes “¿Y por qué no hemos de ser en verdad los apóstoles de la patria nueva, de la patria redimida, si hemos de ir sembrando la semilla de la redención entre las gentes?” Es lamentable que después de un siglo no hayamos podido consolidar una nación próspera y de oportunidades, con una solidez política indispensable para levantar la estructura de un país desarrollador de su propia riqueza, en todos los aspectos. Que bien dotada esta Venezuela en este particular.

Referencias Bibliográficas Arráiz, R. Literatura venezolana del siglo XX. Editorial ALFA. Caracas. Marzo 2009. Liscano, J. Panorama de la literatura venezolana actual. Alfadil Ediciones. Caracas 1995. Referencias Online Carrera, L. (2011) Narrativa Modernista: Ídolos rotos de Manuel Díaz Rodríguez. Disponible: http://liduvinacarrera.blogspot.com/search/label/Manueldiazrodriguez. [Consultado: 3 de junio de 2019] Vásquez, M. (2011) El Modernismo en Venezuela. Disponible: http://mireyavaquez.blogspot.com/2011/01/el-modernismo-envenezuela.html?m=1 [Consultado: 3 de junio de 2019]