Lili y Alexg - Seras Tú

Índice Prólogo .........................................................................................................

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Índice Prólogo ................................................................................................................................................ 3 Capítulo 1 Aquí, comenzando de nuevo. ........................................................................................... 7 Capítulo 2 ¿Tú de nuevo? .................................................................................................................. 22 Capítulo 3 ¿Amigas? .......................................................................................................................... 33 Capítulo 4 Oh, oooh .......................................................................................................................... 45 Capítulo 5 Mi hermana Renne .......................................................................................................... 64 Capítulo 6 El sillón azul ...................................................................................................................... 80 Capítulo 7 Planes ............................................................................................................................... 96 Capítulo 8 Te extraño ...................................................................................................................... 113 Capítulo 9 Lena ................................................................................................................................ 131 Capítulo 10 La Cuidaré .................................................................................................................... 154 Capítulo 11 Todo o Nada ................................................................................................................. 175 Capítulo 12 Te extrañé .................................................................................................................... 192 Capítulo 13 Ella y yo ........................................................................................................................ 211 Capítulo 14 Tú ................................................................................................................................. 234 Epilogo ............................................................................................................................................. 253

Serás Tú

Prólogo Discusiones y más discusiones, gritos y más gritos es lo que en las últimas semanas se escuchan entre las 4 paredes de nuestra casa. Y no es que seamos una familia disfuncional o algo por el estilo. No, creo que somos una familia normal como cualquier otra, siempre hemos sido muy unidas, pero no sé qué pasó en estas semanas, algo pasó con mi hermana mayor. Puede ser que entró en una etapa de rebeldía o simplemente le entró el gusto de llevarle la contra a mamá pero literal le está sacando canas verdes. Primero con su cambio tan drástico al vestir; de negro por completo, se ve tan rara después de que por años la vi vestir colores cálidos, como era de esperarse, tuvo una dura plática con mamá que lo terminó aceptando, a medias pero aceptó. Esa misma semana, después de la escuela, llegó a casa con el cabello teñido de negro con mechas de miles de colores. ¿Pero qué rayos le pasó por la cabeza? Su cabello hermoso de color rubio desapareció. De nuevo mamá le dio un sermón el cual le entró por un oído y le salió por el otro, y es que una semana después apareció con un par de aretes, uno en la ceja y uno más en el labio. A mamá casi le da algo pero una vez más lo dejó pasar, de igual manera esto no fue lo último, le siguieron noches enteras de fiestas, mamá intentó hablar con ella, entender la razón de su comportamiento pero fue imposible, ni siquiera conmigo quería hablar. – ¡Tú no te metas Lagartija!– Era como si estuviera enojada con el mundo. Mi pregunta era ¿Por qué? Aún no lo entiendo. Después de aguantar tanto bastaron solo seis palabras para detonar todo. –Me voy – Dijo mi hermana, antes de salir de fiesta una vez más. –¡No vas a ir!– Mamá la sujetó del brazo y le impidió que se marchara. –No te estoy pidiendo permiso– Con eso la paciencia de mamá se acabó, estaba furiosa y quién no lo estaría. –Harás lo que te digo– –No, no tengo porque obedecerte–

–Soy tu madre y...– –Tú no eres nada mío– Le dijo entre dientes. –¡¿Qué?!– –¡¡QUE TÚ NO ERES MI MADRE!!– Se zafó del agarre de mamá y se dio media vuelta para después salir de ahí. Un portazo y un silencio abismal. Mamá se quedó de pie, desencajada y sumamente lastimada por las palabras que acababa de escuchar. Nunca la había visto así, se llevó una mano a la boca y un sollozo se escapó de sus labios. Los brazos de su gran amor la estrecharon y la consolaron. –No quiso decirlo…– Cerré la puerta de la habitación no quería ver a mamá así, herida. Esa noche no pude dormir, por más que intentaba no podía dejar de dar vueltas en la cama y entonces la luz de un relámpago lejano inundó la habitación, habría tormenta. Mi hermana es mayor por casi seis años pero en cambio siempre he sido yo quien la cuida cuando tiene miedo. Antes de que yo naciera se escabullía para ir a los brazos de mamá, pero cuando fui un poco mayor se colaba a mi cama para que la abrazara y esta noche para mi sorpresa, a pesar de lo que había pasado entró a mi cuarto y se recostó a un lado mío. –No quise lastimarte, no era mi intención lastimarlas– Me susurró en medio de la noche. –Lo sé– –Es solo que todo se ha complicado, es que ella… Necesito irme Lagartija, necesito escaparme, me duele estar aquí– ¿Ella? ¿Quién es Ella? ¿Mamá? Sus palabras me sorprendían, sabía que al referirse que le dolía estar aquí no era precisamente nuestra casa. –¿Pero a dónde irás?– –No lo sé– Un trueno se escuchó feroz, sentí cómo se estremecía. Y entonces la abracé. –Deberías de hablar y decirles lo que te está pasando– –No, no lo entenderían– Entonces la estreché aún más entre mis brazos. –Entonces dímelo a mí–Pero su silencio me dijo que no diría nada ¿Qué le está pasando? Siempre hemos confiado la una en la otra, pero esta vez ella no quiere decirme y yo lo respetaré y si lo que quiere es espacio y tiempo para pensar, se lo puedo dar entonces, se me vino a la mente un lugar perfecto. –Sé a donde puedes ir– –¿A dónde?– Me preguntó sin mucho ánimo.

–Al departamento– Le dije como si fuera lo más obvio. –Pero se van a enterar– –Mmmm les diré que una amiga irá a estudiar allá y necesita dónde quedarse, sabes que les encanta ayudar– –Pero, cuando Donuan me vea les avisará– –Tienes razón– Acaricié su cabello y fijé mi mirada en la suya, en sus lindos ojos azules –Te ves tan diferente con el cabello negro, lo bueno es que te quitaste esos mechones de colores, aun así pareces otra persona… –Como no lo pensé antes –Jajajaja…pero claro– –¿Qué?– –Eso– Le dije señalando su cabello –Te hace ver diferente, no te reconocerá cuando te vea, dalo por hecho– –Es que ya no soy la de antes– Dijo con un atisbo de tristeza que me llegó al corazón, ¿Qué te está pasando hermanita? –Lo sé– Y entonces una nueva idea llegó a mí –Eso es, te cambiarás el nombre– –¿Qué?– –Sí, si quieres ser otra y que no te reconozcan, cambiemos también tu nombre mmmm ¿Cuál era el nombre qué te querían poner? Ese que le encantaba a mami– –Mmmm ¿Kim?– –Pues entonces serás Kim– Y mi hermana me miró como si yo estuviera loca, pero después de mucho sonrió. –Gracias Lagartija– Esa noche dormimos tranquilas y abrazadas. Al día siguiente hablé con mi mamá y le pedí el departamento para mi supuesta amiga, me miró interrogante pero con mi carita de niña buena la convencí. En la noche cuando llego ‘Kim’ a casa se lo dije y se puso muy feliz. No sé si lo que estamos haciendo es lo correcto, pero es mi deber de hermana ayudarla, aunque eso signifique huir de algo que no tengo ni idea. El ocultárselo a mamá me hará ganar un castigo monumental, pero entre mi hermana y yo siempre ha habido un lazo especial y la ayudaré en lo que sea. Acordamos que se quedaría hasta que terminara la escuela, ese era el trato o sino no la ayudaba y así lo hizo, por unas semanas todo volvió a estar tranquilo. Aunque mi hermana y mi mamá no se hablaban.

Muchas veces vi que mi mamá tenía la intención de arreglar las cosas pero el miedo de volver a ser rechazada era suficiente para detenerse. Tiempo es lo que decían siempre, dale tiempo y habla con ambas partes cuando estén calmadas. Pero la calma nunca apareció, una noche mi hermana llegó en un muy mal estado y las cosas empeoraron, más gritos inundaron la estancia, ella prefirió salir de casa una vez más, mamá intentó detenerla pero fue imposible. Esa noche no regresó y aunque no era la primera vez que sucedía, la preocupación siempre estaba latente y más cuando decidió irse, pero era algo que en verdad ella necesitaba. Así que un día que estábamos solas la ayudé a empacar algunas de sus pertenencias. –Toma– Le dije mientras le daba mi apreciado peluche. –Pero es tu favorito, no puedo– –Era tuyo, tú me lo diste ¿Recuerdas? Me lo devuelves después, es para cuidarte– –Tonta me vas hacer llorar– Me dijo mientras lo abrazaba. Una hora después estábamos en el aeropuerto, fue el día más difícil y doloroso que he pasado, un abrazo y un nos veremos pronto, intenté no llorar y sé que también era difícil para ella, pero sé que estará bien. Al llegar a casa me tiré a mi cama y un papel salió debajo de mi almohada era una nota de ella. Cuida de nuestra pequeña familia, prometo estar en contacto Te quiero pequeña Lagartija. Iba a ser yo la que cuidara de nuestra familia mientras ella no estaba, por supuesto no sería un trabajo fácil ya que tendría que fingir no saber dónde se ocultaba mi hermana y eso sería una de las tareas más difíciles, porque mi mami siempre ha sabido cuando le miento.

Capítulo 1 Aquí, comenzando de nuevo. Me sentía triste y sobre todo perdida. ¿Cómo era posible que mi vida hubiera cambiado tanto? Yo que siempre tenía una linda sonrisa para todos, yo que lo tenía todo: una linda casa, un lindo auto, pero sobre todo una hermosa familia que siempre estaba ahí para apoyarme, pero que ahora no la quería cerca, porque no quería lastimarlas más de lo que ya lo había hecho. Sabía muy bien quién había ocasionado todo, quien era la responsable de que mi vida cambiara tanto. Por mucho tiempo, pensé que la culpa era de ‘esa’ a la que durante años llamé amiga y que sin darme cuenta poco a poco se robó mi corazón. Mi confidente y sobre todo la persona que con tan solo una palabra podía destruirme... Y sin duda lo había hecho. Y es que la palabra traición se había inventado para esas cabronas que se decían nuestras amigas y que en realidad no lo eran. ¿Cómo permití que las palabras de una sola persona alterara de tal manera mi forma de ser, mi mundo, mi vida? Pero no, por más que pudiera culparla, intentar odiarla, echarle la culpa de todos y cada uno de mis problemas, no podía, por que la culpa era mía yo era la que había confiado en ella cuando todos los demás me decían que no lo hiciera, que me utilizaba y eso era algo que no podía perdonarme. No podía creer lo ciega que había estado y lo mucho que había dado por alguien que no valía la pena. Y nadie nunca más volvería a tener ese efecto sobre mí, nadie volvería a ser tan cercana como para lastimarme. Como buena mujer cuando se siente herida exige un cambio físico, uno en el que sienta que es alguien nuevo y renovado y no fui la excepción. Para empezar me pinté el cabello de rubio a negro con mechones rojos, verdes, morados y creo que incluso tenia uno amarillo, pero después decidí que los colores hacían que llamara más la atención y era lo que menos quería en ese momento por lo que me las quité dejando mi cabello de color negro que hacía que mis ojos azules resaltaran muchísimo. Al mismo tiempo dejé de usar cualquier prenda de color para sustituirla por el negro. Luego vino mi actitud, de afable a seca. Me empecé a alejar de las personas que se interesaban por mí. Cambié tanto mi actitud que mis amigos tenían miedo de mis reacciones y mi familia de mis crueles comentarios. Pero algo en lo que nunca pensé fue en la soledad y es que ‘Soledad’ es una palabra tan común y que al mismo tiempo engloba mucho dolor. Tan simple y compleja a la vez, y es que puedes estar en soledad sin nadie alrededor y sentir que estás acompañada, pero luego puedes estar rodeada de miles de personas y sentirte muy sola. Y así me encontraba antes de dejar mi hogar.

Pensé que alejando a todos iba a superar mi problema, que sin ayuda lo lograría, pero solo fui hundiéndome poco a poco en mi dolor. Estaba destruida y necesitaba ayuda, pero mi orgullo era tal que me lo impedía. Siempre que intentamos ser alguien que no somos nuestra nueva actitud termina por aplastarnos y eso me pasó. –Me voy – Tomé mi bolso con la intención de salir una noche más. –¡No vas a ir!– Su agarre me lo impidió, me sentía enojada, no con ella, no con nadie en específico, pero me sentía sumamente molesta. –No te estoy pidiendo permiso– –Harás lo que te digo– –No, no tengo porque obedecerte– –Soy tu madre y...– –Tú no eres nada mío– Estaba más que furiosa y no medí mis palabras, simplemente no pude detenerlas. –¡¿Qué?!– –¡¡QUE TÚ NO ERES MI MADRE!!– Después del portazo que di al salir de la casa el arrepentimiento se apoderó de mí, pero ya no podía hacer nada. Ese día que vi el dolor en la mirada de mi madre por motivo de mis terribles comentarios, me di cuenta que no podía seguir así, después de todo mi familia no tenía por qué soportar mis estupideces solo porque yo estaba enojada con el mundo. Mi madre… sí, y es que aunque le había dicho que no lo era, en realidad siempre la vería así, como mi pilar, mi ejemplo a seguir, como mi apoyo… Pero ahora no podía ni verla a los ojos. Me sentía atrapada, sentía que cada día que pasaba me asfixiaba y entonces ‘la Lagartija’, como llamaba a mi pequeña hermana, me dio la solución a mis problemas. Esa noche cuando regresé a casa no podía dormir, por más que intentaba no podía dejar de dar vueltas en la cama y entonces la luz de un relámpago lejano inundó mi habitación, definitivamente habría tormenta. Siendo la mayor por casi seis años debería ser yo la que cuidara de mi pequeña hermana, pero no, siempre ha sido ella la que cuida de mí. Antes de que naciera, en la noches de tormenta me escabullía para ir a los brazos de mamá, pero cuando mi pequeña Lagartija se hizo un poco mayor me colaba en su cama para que me abrazara y esa noche para su sorpresa, entré a su cuarto y me recosté a su lado. De inmediato sentí sus brazos cernirse sobre mí.

–No quise lastimarte, no era mi intención lastimarlas– Le susurré en medio de la noche. –Lo sé– –Es solo que todo se ha complicado, es que ella…– Y no pude decirle el nombre de quien me había lastimado –Necesito irme Lagartija, necesito escaparme, me duele estar aquí– Sabía las preguntas que surcaban por su cabeza, pero sólo dejó escapar un largo suspiro. –¿Pero a dónde irás?– Me dijo mientras acariciaba mi mejilla. –No lo sé– Un trueno se escuchó muy cerca, totalmente feroz y entonces una vez más me estremecí, sus brazos me rodearon con mayor fuerza. Me siento tan segura entre ellos. –Deberías de hablar y decirles lo que te está pasando– –No, no lo entenderían– –Entonces dímelo a mí– ¿Qué me está pasando? Siempre hemos confiado la una en la otra pero esta vez no quiero decirle, así que me quedé callada. –Sé a donde puedes ir– Me dijo de repente. –¿A dónde?– Le pregunté sin mucho ánimo. –Al departamento– Me dijo como si fuera lo más obvio. –Pero se van a enterar– –Mmmm les diré que una amiga irá a estudiar allá y necesita donde quedarse, sabes que les encanta ayudar– –Pero, cuando Donuan me vea les avisará– Una pequeña risa escapó de sus labios, y es que a pesar de que los años han pasado aun le llamamos así por el cariño que le tenemos. –Tienes razón– Sentí como acariciaba mi cabello y levanté mi mirada para encontrarme con esos ojos chocolate que tanto me gustan –Te ves tan diferente con el cabello negro, lo bueno es que te quitaste esos mechones de colores, aun así pareces otra persona…– Me comenzó a decir, no solo me veo diferente sino también me siento diferente. Creí que me daría un sermón, pero lo que hizo fue soltar una carcajada –Jajajaja… pero claro– –¿Qué?– –Eso– Me señaló el cabello –Te hace ver diferente, no te reconocerá cuando te vea, dalo por hecho– –Es que ya no soy la de antes– –Lo sé– Y un nuevo brillo apareció en su mirada –Eso es, te cambiarás el nombre– –¿Qué?– Mi hermana en definitiva ve demasiada televisión.

–Sí, si quieres ser otra y que no te reconozcan, cambiemos también tu nombre mmmm ¿Cuál era el nombre qué te querían poner? Ese que le encantaba a mami– –Mmmm ¿Kim?– –Pues entonces serás Kim– La miré como si estuviera viendo a una loca de remate, pero si lo pensaba bien era la mejor de las ideas. Una sonrisa apareció en mi rostro después de mucho tiempo y es que la loca idea de mi hermana era perfecta. –Gracias Lagartija– Esa noche dormimos abrazadas y para mi sorpresa me sentía como si me hubieran quitado un peso de encima. Pasaron un par de semanas antes de irme, primero tuve que terminar todos mis exámenes y una vez que me aseguré de que pasé, preparé una maleta, tomé mis ahorros, los de ‘la Lagartija’ y mi hermana me llevó al aeropuerto. Nos dimos un abrazo de esos que duelen porque dejas ir a alguien pero que sabes que la distancia jamás te va a separar de esas personas que quieres. Dicen que alejarse de los problemas no los resuelve, pero definitivamente necesitaba alejarme para encontrarme a mí misma, para sanar y sobre todo para aprender a perdonarme y volver a ser la persona que siempre sonreía. Llegué a la ciudad que alguna vez había sido el hogar de mi madre. Un día con lluvia me dio la bienvenida a esta nueva pero conocida ciudad, tal parecía que mi estado de ánimo se reflejaba con el día triste y gris. Aun me sentía culpable por haber dejado mi casa y a mi familia en la forma en que lo hice, pero lo que más me causaba dolor fue haber lastimado a la persona que sin ningún lazo sanguíneo me había criado como si en verdad fuera su hija. Ella no sabía lo que me había pasado, no entendía la razón de por qué había dicho lo que dije, pero por ahora ya no podía remediarlo. Sabía que llegaría el día en que volvería a casa y suplicaría si fuera necesario el perdón de esa mujer a la que quería con todo mi corazón y sobre todo admiraba. Tenía el dinero suficiente para vivir un mes sin problemas, el no tener que pagar una renta era algo que innegablemente ayudaría a mi economía, pero tendría que conseguir un empleo si quería sobrevivir sin el apoyo económico de mi familia. Tomé un taxi hasta el departamento que muchas veces había compartido con mi familia mientras estábamos de vacaciones en esta enorme ciudad. Y aunque en un principio sentí miedo de que el portero del edificio me reconociera, después me tranquilicé al ver que aquel personaje que me había visto desde que era una pequeña niña parecía no saber quién era. –Soy Kim, estaré ocupando el departamento...– Le dije al portero al ver que no me abría la puerta y esperaba una respuesta. Me miraba fijamente de arriba abajo y lo aceptó, parecía una delincuente y resultaba sumamente sospechosa porque aunque el día estaba gris yo

tenía los lentes obscuros puestos, mis ropas estaban rotas, y las perforaciones en mi cara no ayudan a cambiar esa idea en la gente mayor. Al principio no dijo nada, pero cuando el señor bajó la mirada a una libreta cambió su mirada. –¡Oh claro señorita! Pase, pase, disculpe que no le abriera antes, pero es que solo me dieron su nombre, no sabía cómo era usted– Me dijo mientras me abría la puerta y me pasaba a la recepción –Y ya soy algo viejo para recordar cosas, pero lo bueno es que lo anoté– Tomé mi maleta y solo afirmé con un movimiento de cabeza. –No se preocupe, suele pasar– –El elevador está al fondo– Si lo sé, era lo que iba a responder pero se suponía que era la primera vez que estaba aquí –Gracias– –Por favor si se le ofrece algo no dude en llamarme– –Está bien– Dije seriamente mientras caminaba al lugar indicado. Una vez que entré al elevador y las puertas se cerraron, me sentí segura, aunque una extraña sensación me invadía. Por primera vez viviría sola, no habría nadie al llegar a casa y no habría nadie que me hiciera compañía y eso por un momento me asustó. Pero cuando abrí la puerta de aquel lugar que a partir de este momento se convertiría en mi refugio, una sensación de paz inundó mi cuerpo además este tipo de soledad era necesaria y ya era hora de empezar a ser independiente. –Todo va a estar bien– Me dije mientras sonreía y veía lo que sería mi nuevo hogar. Cerré la puerta tras de mí, y miré a mi alrededor, hacia menos de un año que habíamos venido a este lugar por los negocios de mamá y como casi siempre veníamos todos juntos. Fue tan diferente entonces, cerré los ojos y casi podía escuchar sus voces, fue tan solo un mes antes de que… –¡Basta!– Me recriminé a mí misma. Dejé mi maleta a un lado y caminé hacia la cocina, abrí el grifo y un chorro de agua refrescante salió por él, estoy segura que todos los servicios del departamento servían, la Lagartija se había asegurado de que así fuera, aun no dejo de sorprenderme por la astucia y eficiencia de mi pequeña hermana. Me dirigí a la habitación que compartía con mi hermanita y lo primero que vi al entrar fue una foto de mi familia. –Éramos tan felices– Dije acariciando cada rostro de la imagen –Te quiero mamá– Lo dije al llegar a esa mujer de hermosa mirada que abrazaba a mi pequeña hermana y después me miré a mí misma ¿Cuán diferente era esa persona a la que era ahora? Mucho, había años luz entre una y otra, tal parecía que solo esos impresionantes ojos de color azul era lo único que aseguraba que yo había sido esa niña de la foto. Pero sanaría, algo dentro de mí me lo

decía, entonces volvería a ser feliz y le pediría perdón a mi madre, todo estaría bien ¿Verdad? –¿Verdad mamá?– Me sentía cansada, no sé si era la diferencia de horarios lo que me estaba afectando o era todo el peso de las emociones que había tenido que soportar estos últimos meses que hacían que me sintiera así. Llegué hasta mi cama y me quedé dormida. Soñé con mi familia, estábamos frente al mar como tantas veces lo habíamos hecho, pero esta vez ellas se iban caminando por la orilla, yo me quedaba contemplando las olas, entonces me encontraba en absoluta paz y una melodía que venía del mar empezaba a escucharse, era tranquila y me hacía sentir muy bien, pero fue el murmullo de esa misma voz que escuchaba en mis sueños que me fue despertando. Entonces me di cuenta que en realidad había música y que en verdad había una voz cantando, por un momento pensé que era mi hermana pero después ubiqué donde me encontraba y que eso no era posible. Me levanté rápidamente de la cama, fui hasta la pared y pegué mi oreja para tratar de escuchar mejor, fue cuando escuché una voz muy hermosa –Me pregunto ¿Quién será?– Estuve así hasta que la música dejó de sonar y la voz ya no se escuchó. Intenté dormir de nuevo pero ya no tenía sueño, vi el reloj y aunque aquí ya era muy tarde para mí apenas empezaba el día. –Tengo que acostumbrarme al nuevo horario– Me recosté una vez más y aunque me dispuse dormir me fue imposible. Me levanté, me puse a recorrer el departamento y como ahora yo era Kim iba a empezar a ser una nueva persona. Me puse a guardar todas las fotos de la familia en una caja. Moví uno que otro mueble y revisé los closets, aun había ropa de mi mamá y me probé algunas cosas. No había traído mucho equipaje por lo que tendría que usar su ropa. Encontré cierta caja con juguetes que en definitiva no son para niñas pequeñas y entonces sonreí, si no supiera lo abierta que es mi madre ante el tema del “SEXO” me hubiera sorprendido, pero de alguna forma siempre supe que ella usaría cosas como estas para hacer feliz a su pareja. Cerré la caja y la metí hasta el fondo del clóset, después de echar un vistazo tomé la decisión de quedarme en la habitación con la cama más grande. Fui por mi maleta que había dejado junto a la puerta y me dispuse a guardar mis cosas, acomodé al pequeño gato de mi hermana sobre mi ahora cama y cuando terminé me di cuenta que ya era la hora del desayuno así que fui hasta la alacena y para mi sorpresa vi que tenía algunas cosas: galletas, leche, pastas, algunos cereales y al revisar la fecha me di cuenta que habían sido compradas recientemente. –Lagartija, de seguro fuiste tú– Y sonreí, en definitiva mi hermana siempre me cuidaba. Preparé algo sencillo y me dirigí hasta el sofá para ver algo de tele, me acurruqué y ahí me quedé todo el día. Mañana buscaría empleo.

Al día siguiente salí muy temprano en busca de empleo después de todo dudo que sea difícil. Pero ¡Oh sorpresa! Yo toda una licenciada en publicidad y relaciones públicas no podía conseguir nada si no presentaba un maldito papel que comprobara que había pasado cuatro años estudiando. Lo acepto aun me falta obtener mi título pero tengo la suficiente experiencia para obtener cualquier empleo. Y es que el problema era que si yo decía quién era pedirían referencias y mi madre sabría donde me he estado ocultando. Además tenía el dinero necesario para vivir durante un tiempo, así que decidí que lo intentaría mañana. Pero el mañana se convirtió en otro mañana y así hasta que se cumplieron dos semanas completitas. Ser alguien independiente significaba que ahora tenía otros gastos y el dinero que pensaba que me duraría un mes se fue muy rápido y aunque estuve tentada de echar mano de mi cuenta bancaria donde depositaban mi mensualidad me abstuve por un mensaje de la Lagartija. –No uses la tarjeta de crédito– Era lo único que me había escrito y entonces le hice caso, si mi hermana lo decía era por algo y ya habría tiempo cuando hablara con ella para saber la razón. Dejé escapar un suspiro, ya ha pasado mucho tiempo. Estar encerrada y recostada en ese viejo sillón azul viendo televisión casi todo el día no ayudaría en nada a mi situación. Me seguía lamentando día a día y solo las breves llamadas o mensajes que intercambiaba con mi hermana era lo que la mantenían a flote. Días después me explicó que mi madre revisaba el estado de cuenta de mi tarjeta para ver si así sabía donde me había metido y que por eso si aún quería seguir en mi nuevo refugio, lo mejor sería no usar la tarjeta al menos que fuera una emergencia. Se suponía que me había alejado para hacer algo, para cambiar y regresar mi vida a su cauce, pero no estaba haciendo nada para arreglarlo y quedarme casi sin dinero creo que fue el primer motivo para dar el primer paso y buscar empleo nuevamente. Así que después de darme una larga ducha y arreglarme un poco, me quite los piercing, peiné mi cabello alborotado y aunque mis ropas eran negras me veía muy decente, así que salí a conseguir empleo una vez más. Pero no era fácil, solo me prometían que me llamarían pero nunca lo hacían. Me sentí derrotada, pero sabía que si me daba por vencida regresaría a ese sillón azul y quien sabe qué día volvería a salir. Tenía que despejarme y distraerme un poco por lo que me dirigí a la zona gay de la ciudad y me dispuse a tomar una copa, después de todo no me alcanzaba para ponerme borracha aunque era algo que en verdad me hubiera encantado en este momento. Mi sorpresa fue que al entrar vi un cartel donde solicitaban a una ayudante de cantinera, así que pregunté sobre los requisitos y para mi buena suerte solo era llenar una solicitud de empleo, un teléfono al que se pudieran comunicar conmigo, me contrataron de inmediato

ya que les urgía la ayuda. Salí de ahí con una sonrisa en mi rostro, ahora era la nueva ayudante de cantinera del famoso ‘Blue Factor’. La paga no era mucha pero todas las propinas que se recibían serian divididas y si usaba mi encanto estoy segura que podría conseguir muchas propinas. A la semana de estar trabajando ahí me sentía muy contenta, el ambiente en este nuevo trabajo era increíble, mi mamá siempre dice que conocer a nuevas personas y dejarlas entrar en tu vida era como viajar a un nuevo país… a un nuevo mundo y que razón tiene. En un principio me negué a llevar mi relación laboral a algo más, sobre todo porque me había prometido no dejar que nadie fuera de nuevo mi amiga, pero conforme pasaron los días y mientras más convivía con Jime esa loca idea se borró. Jamás me imaginé que Jimena o Jime como la llamábamos todas, llegara a ser mi amiga, he de admitir que al principio me daba un poco de miedo, pero es tan dulce. Innegablemente las apariencias engañan, porque esa chica butch llena de tatuajes, con una voz ronca y casi masculina que la hace ser endemoniadamente sexy, resultó ser una de las socias del bar además de trabajar como cantinera. Jime es mi jefa inmediata, siempre me está enseñando la forma correcta de servir los tragos y como ligar con las chicas lindas. Ella al igual que Rox (la otra socia del bar) son las únicas que no usan pelucas de colores, al parecer solo era algo para las ayudantes como yo. –¿Por qué tengo que usar esto?– Dije señalando mi peluca que en ese momento era rosa. –Es la forma de decirle a las demás que eres mía– Dijo Jime tomándome de la cintura y dándome un beso en la mejilla. –Ya quisieras– Le dije dándole una palmadita en la mejilla. –Tú te lo pierdes guapa– Y ambas reímos –Creo que es el color lo que no te favorece– –¿Tú crees?– Se acercó a mí de nuevo y fijó su mirada en mis ojos y sin decir nada se agachó y de una caja sacó una peluca de color azul eléctrico. –¡Póntela!– Solo sonreí y negué con la cabeza, pero le hice caso –Fiu fiuuu, sí que te queda bien– De inmediato volteé al enorme espejo que estaba detrás del estante de los licores y en definitiva me gustó lo que vi. Desde esa noche siempre usé esa peluca de color azul que hacía que mis ojos resaltaran. Y que me hacía ser una tercera persona muy diferente a Kim o a… –Oye Kimi, te espero aquí mañana– Me dijo mientras estábamos limpiando la barra, cosa que hacíamos después de que el bar cerraba. –¿Para qué? Es mi noche libre– –¿Que no sabes querida aprendiz? Jime no solo es la mejor cantinera friki del mundo mundial si no también es la mejor baterista…– Volteé a ver a Freddy ese chico lindo que era

mesero y se había autonombrado mi sensei, según él me enseñaría a mover la cadera con estilo para ganar más propinas y estoy segura que Shakira lo envidiaría –…se presenta aquí los jueves con su grupo– Me terminó de decir. Volteé a ver a Jime incrédula ella solo tenía una enorme sonrisa en el rostro, eso tampoco me lo hubiera imaginado y sería más que genial verla, pero mentalmente estaba haciendo cuentas, el próximo pago no sería sino hasta el sábado, y si quiero comer el jueves y el viernes, creo que mejor me negaré por esta vez, después de todo ya tendría otra oportunidad para ver a mi nueva amiga en el escenario. –Me encantaría pero tengo planes, tal vez la próxima vez Jime– –Claro Kimi, aunque…– –¿Aunque?– –Deberías de dejar de ser tan misteriosa, casi no sabemos de tu vida, y el que vengas un jueves nos daría la oportunidad de convivir un poco más– Lo acepto puede que Jime sea mi amiga y que Freddy sea mi amigo pero ellos sabían muy poco sobre mí. Lo único que les había dicho es que no era de aquí, que por eso mi acento de repente era raro y que vivía sola en un departamento que me prestó una amiga. –Prometo que vendré en otra ocasión– –Eso espero Kimi– Y Jime me dio un fuerte abrazo –Somos amigas ¿Verdad?– –Por supuesto– Si, por supuesto que sí. Y por eso amaba mi trabajo, jamás me había divertido tanto, aunque estar de pie durante ocho horas era cansado pero el problema era que aun con las propinas mi cheque se iba en pagar las cuentas. Y es que al pagar los servicios del departamento me quedé con lo suficiente para galletas y café. Serán unos días largos y sin lugar a dudas pasaría hambre a no ser que encontrara otro empleo. Regresaba de hacer las compras, aunque en realidad no eran muchas cosas las que había comprado, simplemente era lo básico, también acababa de dejar una solicitud para mesera en un restaurante no muy lejos del bar y una vez más me dijeron que ellos llamarían. Antes de llegar al departamento me detuve en un restaurante de comida china donde Freddy me había asegurado más de una vez que servían un muy buen café y como hoy sería una larga noche, pensé que lo mejor era llenar mi sistema de una buena dosis de cafeína. ‘Se solicita repartidor que sepa usar moto, sexo indistinto ¡URGENTE!’ Decía un cartel en la puerta. Definitivamente necesito más dinero y creo que esto me ayudará un poco. Entré y pedí informes, el dueño fue el que me atendió. Era un señor ya mayor y por supuesto chino, por lo que su español era como el de todos los chinos que apenas están aprendiendo el idioma.

–¿Tu manejal moto?– Me preguntó y me miró de arriba abajo. Espero que no se me note que no he dormido. –Sí, señor– –¿Segula? Yo no quielo ploblemas, yo no pago doctol– –No se preocupe, se manejar bien– Eso se lo debo a mi madre, ese recuerdo hace que sonría y el gesto de molestia que tenía el señor se evaporó. –Yo pagalte eto– Y me dio un papel con la cantidad, tampoco era mucho, pero si lo sumaba a lo que ganaba en el bar se ajustaría a lo que necesitaba –Ma plopina y tu comel aquí si quieles– Y entonces me convencí de que tenía muy buena suerte en esto de buscar empleos, aunque he de admitir que no soy muy fan de la comida china pero cuando uno empieza a tener hambre, hasta el pan duro es delicioso. –Acepto– –Mul bien, tu pasal atlas pala que te digal donde il– Y sí, así de simple conseguí mi segundo empleo. La verdad es que pensé que todos los que trabajaban ahí eran chinos pero solo eran el señor Chao (mi jefe) y su esposa Bo. Jaime era el cocinero y resultó ser sumamente amable, siempre antes de irme a mi otro empleo me daba una bolsa de comida y aunque la primera vez pensé que sería lo mismo que servían en el restaurante resultó ser comida normal. Mis preocupaciones ahora eran menos, ya tenía un poco más de dinero y una comida caliente todos los días. Y durante este corto tiempo empecé a resolver mis problemas. Creo que estoy haciendo bien, y realmente me gusta mucho lo que estoy viviendo en este momento. Mi turno terminaba a eso de las diez de la noche y salía corriendo para poder tomar el camión que me llevaría hasta el bar, un día al salir choqué con el señor Chao que iba acompañado de su esposa y le tuve que contar sobre mi otro empleo. Para mi sorpresa muy amablemente me dejó que usara la moto para poder ir al bar. –Kim, tu sel glan lepatidola, y yo vel que sel buena muchacha, muy lesponsable, toma– Me dijo ofreciéndome las llaves de la motocicleta –Tu quedalte la moto– –Pero señor Chao yo…– –Solo si la cuidal bien, lepalas si se decompone y complas gasolina– Sin pensarlo hice una reverencia que hizo reír a mi jefe y a su esposa, luego los abracé a los dos. Así que dos meses después mi vida consistía en repartir comida china en las tardes y trabajar en el bar en las noches. Descubrí que lo que más disfrutaba era que al salir casi en la madrugada del bar y subirme en la pequeña moto sentía el aire frío en mi rostro. Era… era

como si fuera libre, con mi cabeza vacía, sin ningún pensamiento y sobre todo me sentía ligera. Pero había algo más, aunque llegaba cansada a mi casa, extrañaba a mi familia y sí, había empezado a cambiar, pero aún tenía muchas cosas que solucionar. Lo único que me hacía sentir acompañada ciertos días era cuando escuchaba la voz de mi vecina, aunque ya llevaba tres meses viviendo en el departamento, aun no la había visto y no es que no tuviera curiosidad de ver el rostro de la dueña de tan hermosa voz, pero simplemente no me atrevía ir a tocar su puerta, después de todo no quería que pensara mal de mí. Las horas libres que tenía durante el día me disponía a dormir, para recuperarme y aunque ha habido reuniones vecinales yo no asistía y es que me parecían aburridas. Hoy es mi día libre, no tenía que ir a ninguno de mis dos empleos y decidí que hoy era un buen día para descansar todo el día y relajarme, así que estaba fumando recostada en el pasto del pequeño parque que está a un lado del edificio. –¿La viste?– Dijo una señora que creo es del departamento 8, y a mi parecer su cara es como de una víbora venenosa –Otra vez llegó a las tantas de la madrugada en esa moto– Y entonces con mucho cuidado me refugié en el pequeño arbusto para seguir escuchando lo que obviamente estaban hablando de mí. –Y esos pantalones ajustados que usa ¡Dios! No tiene vergüenza– Dijo la que me parece que es del 6 –Hasta mi Ricardito se quedó con la boca abierta– Si en definitiva la del 6 cara de lagartona y madre del cara de sapo –Pero ya le dije, que ni se le ocurra salir con esa prostituta– ¿Prostituta? La furia se apoderó de mí y entonces ya iba a salir de mi escondite, nadie me llama de esa manera, pero fue más mi curiosidad la que me obligó a quedarme escondida, quería saber que más hablaban de mí esas ‘señoras respetables’. –¿Cómo que prostituta?– Dijo la cara de víbora. –¿Pues qué otra cosa puede ser? Llega siempre en la madrugada y siempre usa ropa ajustada– Dijo la lagartona. ¿Qué culpa tengo yo de tener una hermosa figura? Además mi mamá siempre me enseñó a vestir bien, a no temer el mostrar mi cuerpo y bueno en el bar el que yo use ropa de este estilo significa que recibimos más propinas. –Pues dudo que ‘esa’ sea una persona decente– ¡Maldita alimaña! –Además creo que es la amante de alguien– Ahora resulta que tengo una amante y solo por llegar tarde en las noches o mejor dicho muy temprano en la madrugada… como sea, son unas… –¿Pero eso como lo sabes?–

–Se le nota y algo dentro de mí me lo dice– ¿Qué se me nota? Sinceramente en este punto fue que decidí salir, obvio las dos se pusieron pálidas al verme y aunque quería aplastarles la cara contra el pavimento, recordé las palabras de mi mamá ‘Cuando alguien te ofenda con palabras, solo tú les darás las fuerza de lastimarte si las crees’ Así que las miré fijamente, las recorrí con la mirada, puse mi cara de asco, me puse los lentes obscuros y me fui de ahí. Estaba sumamente enojada, estaba esperando a que bajara el elevador y así poder subir, pero como estaba tardando le di una patada a la puerta, puse mis manos sobre esta y traté de empujarla como si pudiera derrumbarla aunque sabía que eso sería imposible, respiré una y otra vez, por un momento me calmé –Malditas estúpidas– Pero solo recordar sus palabras me hicieron de nuevo enfurecer y de nuevo empujé con todo el peso de mi cuerpo. Cuando las puertas del elevador se abrieron me quedé sin el apoyo que me sostenía y caí sobre alguien –¡No puede ser!– Me levanté lo más rápido que pude. –¡Diablos mi blusa!– Y es que ahora la blusa pulcramente blanca de una chava como de mi edad estaba llena de café, estaba por disculparme no era mi intención ensuciarla pero… – ¿Por qué no te fijas imbécil?– Y entonces todo lo que había estado tratando de controlar causado por las idiotas de afuera, explotó –¿Por qué no te fijas tú?– Levantó su rostro para mirarme, esperaba una mirada de desafío y enojo pero solo me pude ver reflejada en sus lentes oscuros aunque bajo de ellos estaba más que segura que estaba una mirada de puro odio. –Tú eres la que cayó encima de mí, carajo, eres una torpe– Dijo con un leve acento Español. –¿Y por qué no te quitaste de mi camino entonces? Y no, no soy torpe, tú eres la idiota que no se movió– –Si te quitaras esa gafas obscuras tal vez me verías y no tendría que ser yo la que me quitara de ¡TU CAMINO!– Me dijo mientras enterraba una y otra vez su dedo en mi brazo, tal parecían piquetes de araña de lo duro que lo estaba haciendo, tanta era su fuerza que me hacía retroceder hasta que ella salió del elevador. –Pues lo mismo digo ¡Quítate esos lentes baratos! Y además niña…– Empecé a hacer lo mismo con mi dedo sobre su brazo derecho. Pero en eso sonó mi teléfono y al ver que era mi hermana quien me llamaba contesté –Espera un momento pequeña– Y me dirigí una vez más a mi furiosa vecina –No tengo tiempo, mándame la cuenta de la tintorería y me hago cargo– Y escapando a ese maldito dedo la dejé ahí sin esperar que me dijera algo más y me subí al elevador. –¡TENLO POR SEGURO TORPE!– Fue lo último que escuché antes de que se cerraran las puertas. –¿Qué fue eso?– Me preguntó mi hermana.

–Eso fue una de mis molestas vecinas– –¿Estaban peleando?– Expulsé todo el aire de mis pulmones y le conté lo que pasó. Cuando llegué a mi departamento, me dejé caer en el sillón azul, sé que yo no soy así, no era así, tan…tan impulsiva. –Y eso fue lo que pasó– Solo hubo un silencio en la línea – ¿No me dirás nada?– –Solo recuerda que del odio al amor hay un paso– Me dijo de la manera más seria posible. –¡Cállate Lagartija! Ni de broma lo digas– –Jajajajaja– Y soltó la carcajada y me contagió – ¿Por lo menos es guapa?– Y no dije nada – Vaya, vaya– –Yo no he dicho que sí– –No hace falta– Y empezó a reír –Por lo menos tiene linda voz– –Ya cállate– –Uy esto es serio ¿Me invitas a tu boda?– –¡Lagartija!– –Ya, ya, está bien, mejor cambio de tema– Me dijo riendo, me sentí tan bien, definitivamente extrañaba escuchar su risa –Y bueno ¿Cómo te ha ido?– Me preguntó una vez que se calmó. –Bien, hoy es mi día libre pero se vio arruinado cuando escuché a dos de mis ‘queridas vecinas’ en el parque hablando de mí– –¿Y que decían?– –Que era una prostituta, que por eso trabajo de noche– Casi puedo asegurar que mi hermanita se levantó de golpe al escucharme –¡Malditas! Cuando vaya ya verán que nadie le dice eso a mi hermana– Y entonces sonreí. Ella siempre cuidándome, aunque esté muy pero muy lejos. –Pero creo que sus comentarios sí me molestaron porque por eso seguí la discusión con mi vecina cuando le tiré el café y le manché su blusa– –Ah ya entiendo– Y puedo jurar que mi hermana sonrió –¿Si no hubieras estado enojada no hubieras discutido con ella y la hubieras invitado a salir?–

–La verdad no sé– Y suspiré. Mi hermana solo comenzó a reír ¿Cómo se le metió esa idea ahora en su loca cabeza? Y como no quería averiguar cambié el tema –¿Cómo está todo por casa?– Y entonces mi hermana se quedó callada –¿Pasa algo?– –Mamá está preocupada, aún revisa tu estado de cuenta para intentar saber dónde estás y se nota que no duerme muy bien– –Diles que estoy de vacaciones en España o en Italia y que tengo un empleo de mesera, pero que hablo contigo para decirte que estoy bien– –Se lo diré, pero…– Y una vez más se quedó callada. –¿Pero?– –Ella discutió con el abuelo, la acusa de que fue por su culpa el que te fueras y ahora no se hablan– En realidad no era novedad que ellos discutieran, pero por el tono de voz de mi hermana se notaba que había sido una gran pelea –Mami trato de solucionar las cosas pero fue en vano– Y mi corazón se apretó. –No era mi intención ocasionar tantos problemas– De nuevo todo vino a mí, la razón de mi partida y el por qué estoy sola en este departamento lejos de mi familia. –Lo sé, y aunque aún no me dices qué o mejor dicho quién es la que te motivó a marcharte… yo sospecho de quien se trata, pero bueno entiendo que necesitas este tiempo para ti– Dijo todo eso sin tomar aire, justo como mi madre lo hacía. –Te lo diré Lagartija, algún día te contaré todo– ¿Por qué no puedo? ¿Por qué no desahogarme con ella, mi hermanita y confidente? Ella lo sabe todo de mí ¿Por qué no puedo? –Está bien– Mi hermanita sabía que ese tema también sería mejor dejarlo, así que platicamos solo un poco más de su vida y su tonto enamorado. Recuerdo la cara de mi madre cuando le dijo que tenía un novio, y de cómo habíamos reído por el drama que había ocasionado por su ‘bebé’… como quisiera regresar a esos días donde todo estaba bien. Aún era temprano, pero no quería salir a ningún lugar, mi vicio por la nicotina ya me estaba llamando, pero de ninguna manera me iba a arriesgar a salir a fumar al parque y encontrarme con las estúpidas de mis vecinas. Así que tomé mis llaves y fui hasta el techo del edificio. Solo una vez había subido aquí con mi mamá, y no había notado la hermosa vista que se podía apreciar desde este tranquilo lugar. Miré a mi alrededor y encontré un bote que bien me podría servir de silla, lo volteé y lo acerqué hasta la orilla del edifico. Al sentarme me di cuenta que si levantaba mis brazos y los cruzaba frente a mi rostro podía recargarme en la pequeña barda y ver todo el paisaje, definitivamente este sería mi nuevo lugar para fumar.

Y por primera vez acepté que estar sola no era fácil. Que en definitiva este era un buen lugar para comenzar de nuevo y aunque extrañaba a mi familia ya no me sentía sola. Que las personas necesitan de otras y que no porque me lastimaron una vez significa que lo harán de nuevo. Que mis nuevas amistades eran buenas personas y que sería buena idea dejarlas entrar un poco más y enseñarles quien soy. Después de un par de cigarrillos me sentía calmada, aún estaba preocupada por mi madre y el abuelo, pero sé que ellos harán las paces. Vaya que este día ha sido todo menos el día que esperaba para calmarme y relajarme y entonces recordé la pelea con mi vecina. Una sonrisa apareció en mi rostro –Si no fuera tan odiosa, grosera... hermosa– Y suspiré – Ya, ya deja eso– Me recriminé en voz alta. ¿De dónde saco que es hermosa? Mmmm bueno si lo es, tiene un lindo cuerpo y esas manos Dios, son largas y delgadas ¿Tocará el piano? ¿Le gustará la música? –Tiene linda voz– Recordé las palabras de mi hermana. Le di una calada más a mi cigarrillo y como si todo hiciera clic –¡Por Dios! ¿Pero por qué no me fije en eso? No, no puede ser, era ella... es mi vecina… la de voz hermosa– Sonreí –Así que ella es la dueña de tan hermosa voz. Sí que es hermosa, mañana le pediré una disculpa– Y tal vez si la pequeña discusión se soluciona ella podría ser también mi amiga.

Capítulo 2 ¿Tú de nuevo? Después de fumarme casi media cajetilla y de ver la más linda puesta de Sol desde mi nuevo lugar favorito, regresé a mi departamento. En cuanto entré pude escuchar música que provenía de la pared del final de pasillo. Era ella, una vez más estaba cantando pero era una melodía muy triste. Y sin saber por qué, me sentí culpable, tal vez el percance que tuvimos esta tarde la afectó de algún modo. Así que de inmediato me levanté muy decidida a ir hasta su puerta y pedirle una disculpa. Pero al llegar a mi puerta me quedé paralizada. ¿Qué le digo? Y entonces noté como mi cabeza quedó en blanco ¿Pero qué carajos me pasa? ¿Por qué me sudan las manos? Y de repente empecé a hiperventilar ¡Diablos! Solté el pomo de la puerta y me senté en el sillón. –Solo es una chica, solo es una chica– Muy bien, muy bien, veamos solo tienes que ir ahí y decirle… ¿Hola?, si, hola está bien y luego le dices, mi nombre es E… nooo, no, yo no soy, bueno si, pero ahora soy Kim. Ok, ok, Hola, soy Kim, la idiota que te gritó en la mañana por haberte manchado tu linda blusa blanca… ¡Soy una idiota! Y me lleve las manos al rostro ¡¿Qué, me está, pasando?! Suspiré profundamente y solo hice lo primero que se me ocurrió. –Bonjour– –Lagartija ¿Puedes hablar?– –No– –¿Están ahí?– –Oui– –Llámame en cuanto puedas– –Ok– –¿Con quién hablas?– Escuche la voz de mi madre –¿Es tu hermana?– Y no sé por qué no corté la llamada, en realidad escuchar su voz después de tanto tiempo me hizo sonreír –¿Dónde estás? Nos tienes preocupados ¿Estás bien? Por favor responde– Y entonces suspiré –Estoy bien– Le respondí a mi mamá. –Por favor regresa, podemos solucionar todo Amor– –No, aún no– Y nos quedamos en silencio. –Te extrañamos, no hay día en que no piense en ti, te queremos mucho mi pequeña– Y entonces las lágrimas empezaron a escaparse de mis ojos –Yo también las quiero, pero aún tengo cosas que solucionar– Y puedo jurar que mi mami estaba llorando, aunque nunca lo aceptara –Mami yo…– –Lo sé Amor, lo sé– Escuché como respiró profundamente –¿Estás bien? ¿Necesitas algo?–

–Sí, si estoy bien mami y no necesito nada– –¿Puedo saber dónde estás?– –No, aún no– –¿Tu hermana sabe?– Y me quedé callada –Está bien– Mi mami lo sabe todo y supo sin que yo le respondiera que mi pequeña hermana sabe dónde me oculto, ese radar que les dan cuando nacemos nunca falla –Si llegas a necesitar algo no dudes en llamar ¿Entendiste?– –Sí mami– –Y quiero que me llames de vez en cuando– –Pero es que…– –No le diré nada– Y eso me sorprendió y mucho. –¿Mami?– –Amor, entenderá, no te preocupes– –Está bien– –¿Quieres hablar con tu hermana?– Y aunque si quería hablar con la Lagartija preferí preguntarle a mi mami. –En realidad creo que tú me puedes ayudar– Y puedo jurar que mi mami sonrió –Hay una chica y bueno sin querer arruiné su blusa y me porté muy mal con ella y quiero disculparme– –Ahhh ¿Y es guapa?– Juro que mi mami y mi hermana son iguales, solo negué con la cabeza y sonreí –Eso es un sí, pues lo mejor que puedes hacer es ir y disculparte, las rosas ayudan, pero si manchaste su blusa puedes ofrecerte a pagar la tintorería o comprar una nueva– Cómo si me alcanzara para comprar ropa. Y ese maldito radar que tienen las mamás también funciona para leer la mente – Puedes usar la tarjeta, yo me encargo de que no sepan dónde estás– –Está bien mami, muchas gracias– –Te quiero hija, y espero que no olvides que no estás sola y cualquier problema te podemos ayudar a solucionarlo– –Lo sé mami, pero solo necesito espacio– Y ella suspiró de nuevo. –Está bien ¿Entonces me llamarás?– –Si mami, no lo haré diario, pero te llamaré de vez en cuan…– –Una vez a la semana está bien hija, no te preocupes– Me interrumpió y no me quedó otra más que aceptar. Cuando terminé la llamada noté que mi corazón latía muy rápido, pero me sentía bien, me había gustado mucho hablar con mi mami. Vi mi reloj y me di cuenta que ya era muy tarde para ir a comprar rosas y que también lo era para ir a pedir una disculpa. Me preparé algo de cenar, me puse

a ver la tele y me quedé dormida. Desperté al otro día ya muy tarde, la verdad no tenía ningún problema porque entraba a las dos a trabajar al restaurante chino, me metí a bañar y fue entonces que recordé que debí haberme levantado temprano para ir a comprar flores y disculparme con mi vecina. Me salí de la ducha y me vestí lo más rápido posible, me arreglé solo un poco y salí de mi departamento. Una vez más estaba nerviosa pero respiré profundamente y toqué a su puerta, esperé unos cinco minutos antes de volver a tocar pero nadie me abría la puerta –Tal vez salió– Y no sé porque me sentí decepcionada. Entré de nuevo a mi departamento, comí algo y después de un rato me preparé para irme al restaurante. Al llegar noté que hoy sería uno de esos días, el restaurante estaba a reventar y cuando eso pasaba y si no había muchas entregas me tocaba hacerla de mesera. Claro que esto no me molestaba, el señor Chao me daba un dinero extra cuando esto ocurría y además recibía propinas. –Que no, aquí no servimos sushi… no señora, el rollo primavera no es light… sí señor, el arroz es frito… no se preocupe señora, ahorita le traigo otro vaso de agua… su cuenta señores… hasta luego y buenas noches– Fue una muy larga tarde, pero sumamente productiva, tenía el dinero suficiente para saldar mis deudas del mes, así que lo demás que ganara sería solo mío –Tal vez no tenga que usar la tarjeta para comprarle la blusa nueva a mi vecina– –¿Qué lices Kim?– Me preguntó la señora Bo. –Nada, nada señora– –Anda, vetel yaaa, que se te hacel talde para tu otlo tlabajo– –Sí, sí– Y le hice una reverencia –Nos vemos mañana señora Bo– –Hastal mañana Kim– Salí del restaurante y me puse mi casco, me sentía muy bien, creo que el haber hablado con mi mami me había animado. Para ser viernes no me tocó mucho tráfico por lo que llegué una media hora antes de que mi turno empezara, pero Jime ya estaba preparando todo para servir los tragos en la noche. –Llegas temprano Kim– –Sí, es que no había tráfico y pues en la moto sabes que es más fácil– –¿No te da miedo?– –No, la verdad es que no, esta moto es pequeña a comparación de la que manejaba en casa con mi madre– –¿Cómo es ella?– –Es una mujer muy inteligente y es sumamente amable con las demás personas, tiene un corazón de oro y nos quiere mucho a mí y a mi hermana– –Y de seguro se parece a ti en lo físico–

–No, en realidad no, mi hermana menor es igualita a ella, incluso tiene sus ojos– Obvio que así era, la Lagartija tenia los genes de mi madre, yo no. Pero aún no quería hablar de eso con Jime. –¿Y tú a quien te pareces?– –Mi abuelo dice que soy la viva imagen de mi abuela, que de ella heredé sus ojos azules– –Entonces sí que era mujer muy guapa– Y me guiñó un ojo que me hizo sonrojar. –Creo que si– Y le sonreí coquetamente para después regresarle el guiño. –Oye Kim, este jueves es tu noche libre y de nuevo voy a tocar con mi banda ¿Quieres venir?– Y como esta vez tenía el dinero suficiente para darme estos pequeños lujos, acepté. –Por supuesto que sí Jime, muero de ver como es tu banda– –Entonces está dicho, te pondré en la lista para que no tengas que pagar el cover, además quiero presentarte a mi amiga, ella es la cantante del grupo y tiene una voz de muerte– No como ella, nadie canta como ella, pensé en mi vecina –Además creo que es tu tipo de mujer– –¿Y cómo sabes cuál es el tipo de mujer que me gusta?– –Porque lo he notado, miras a ciertas chicas y todas ellas son de cabello castaño, lacio, ojos marrones, tez blanca y con muy buen cuerpo– Y le iba a decir que estaba equivocada pero no era así, porque definitivamente ese era el tipo de mujer que me gustaba, solo agaché la mirada y juro que estaba más roja que un tomate –No hay que apenarse Kimi– Me dijo Jime –Aunque… No, espera… no me digas que eres virgen– –¡No! Claro que no, es solo que de repente soy algo tímida– Le dije poniendo mis manos en mi cintura. –Ah entonces Freddy tenía razón, debajo de ese caparazón de chica ruda se esconde una niña dulce– –¿Eso creen?– –Eso sospechábamos, pero ahora puedo asegurarlo– Y empezó a reír –Eres un terrón de azúcar Kimi y si no te quisiera tanto ya te hubiera llevado a la cama– Y entonces me sonrojé de nuevo, ¿Qué diablos me está pasando? –¿Y por qué no lo has hecho?– Ella dejó de reír, me miró seriamente y entonces me di cuenta de mi error –Es solo curiosidad– Entonces me sonrió –Porque las personas como tú y yo no pasaríamos de una sola noche y yo te prefiero como mi amiga sin la incomodidad de saber que tuvimos sexo– Se acercó a mí y me tomó de la cintura como siempre lo hace y me pegó a su cuerpo –Además hay alguien que me gusta, es más. De repente hay veces que me la recuerdas, no sé porque pero me da la sensación que son familiares– Me puse nerviosa, pero hice un recuento de las personas de mi familia que podrían encajar perfectamente en la descripción y no encontré a nadie. –¿Si?– Le pregunté mientras me acomodaba mi peluca azul.

–Sí, solo que ella es mayor que tú… y más guapa, con todo el respeto mi bella dama–Le sonreí, Jime siempre tan cortés. –¿Y se puede saber el nombre de la afortunada?– –Qué te parece si te la presento el jueves, estoy segura de que se llevarán de maravilla– –¿Entonces el jueves conoceré a varias personas?– –Eso parece, así que tienes prohibido dejarme plantada– –Aquí estaré Jime, te lo prometo– Y le extendí mi dedo meñique de mi mano derecha para engancharlo al de ella –Es una promesa– La noche fue tranquila, ya estaba más que adaptada al trabajo por lo que ya no me era tan difícil, además podía servir un trago lo suficientemente rápido como para ganarme una palmadita de ‘Así se hace’ por parte de Jime, aunque aún me cuesta trabajo llevar las bebidas a las mesas en la micro bandeja redonda que usamos, se supone que debería de ser una mejor mesera ya que en el restaurante no me cuesta trabajo, pero aquí en el bar esta tan lleno que moverse es todo una odisea. Al salir me encontré a un muchacho con una cubeta llena de flores, no le quedaban muchas así que le compré todas las que le sobraban, con mucho cuidado las acomodé en la rejilla de la parte trasera y entonces emprendí el camino de regreso a mi departamento. Cuando llegué ya estaba por amanecer, así que entré al departamento y en una hoja escribí: ‘Lamento lo del otro día, aún te debo lo de la tintorería o una blusa nueva si es que no queda bien, pero espero que aceptes estas rosas como disculpa’ Revisé dos veces la nota y entonces la doblé por la mitad y la acomodé entre las rosas, salí y las puse enfrente de la puerta. Estuve tentada a tocar el timbre pero no creo que fuera buena idea despertar a mi bella vecina. Así que entré de nuevo a mi departamento y en cuanto llegué a mi cama me quedé dormida. La semana se me fue volando, aunque varias veces fui a tocar la puerta de mi vecina nunca la encontré. No sé porque sentía la necesidad de volverla a ver, era como si me hiciera falta verla de nuevo y es que esto es ridículo porque solo nos hemos visto una sola vez, pero por más que iba y tocaba su puerta nunca la encontraba. Hoy había salido temprano del restaurante y como aún era temprano para ir a mi cita con Jime decidí relajarme un rato en mi casa, revisé mi bolsillo del pantalón para ver si tenía mi cigarrera y al ver que si la traía me puse mis lentes obscuros y subí ‘a mi lugar favorito’. Al llegar ahí noté que la puerta estaba entre abierta, estuve a punto de dar media vuelta e irme, no quería encontrarme con mis ‘respetables vecinas’ pero la curiosidad pudo más y al entrar la encontré, ahí estaba ella, sentada en el bote que había usado para sentarme la semana pasada y con los brazos apoyados en la barda. Su cabello se movía con el viento y no sé porque me pareció ver una mirada melancólica en su cara –¿A quién extrañas?– Y entonces me di cuenta de mi error. Ella volteó rápidamente a donde yo estaba y en cuanto me reconoció puso una cara como si fuera la cosa más desagradable que hubiera visto en su vida. –¿Qué haces aquí?– Me dijo muy molesta.

–Solo vine a fumar– Le enseñé mi cigarrera. Y no me dijo nada –Creo que no te puedo pedir que te marches ¿Verdad?– –Creo que no, hasta donde sé esta es un área común– –Mmmm, sí, eso es cierto, solo no te acerques, no me gusta el olor del cigarrillo– –No te preocupes, oye ¿Recibiste mis rosas?– –Sí, luego te paso la nota de la blusa– –Está bien, pero en verdad yo…– Me iba a disculpar pero me interrumpió. –Mira, todo está bien ¿Ok? Solo que no quiero hablar, así que si no te molesta no me hables, este es un área común pero este es mi lugar a donde vengo a relajarme ¿Entendiste?– –Sí– Y sin decir nada más se giró para seguir viendo el paisaje y ya no me dijo nada más. Caminé hasta la esquina más alejada para que el humo de mi cigarrillo no le llegara. Me senté recargando mi espalda en la barda y me dediqué a observarla. Ojala tuviera mi cámara para grabar este momento, la luz, su silueta, el ambiente era perfecto para guardar este momento. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que si mi teléfono no vibrara no me hubiera dado cuenta de que tenía una llamada. –Hola– –Dijiste que me llamarías una vez a la semana– –Lo sé, pero es que…– –Nada, no quiero excusas, si no quieres que me preocupe por ti solo llámame– Me dijo mi mami – ¿Cómo estás? ¿Ya te disculpaste con la muchacha del otro día? ¿Necesitas dinero?– –Estoy bien y sí, ya me disculpé pero creo que a ella no le interesan mis disculpas y no, no necesito dinero, tengo un empleo– –Mmmm, bueno hija me da gusto que tengas un empleo y que te estés pagando tus cosas tú sola y lo de la muchacha tal vez deberías de terminar ese tema, a no ser que te guste– –¡No! Claro que no es eso– Y entonces sentí esa sensación que nos pasa cuando no estamos siendo sinceras. –Bueno, entonces te dejo, no tardan en llegar y se supone que tú y yo no hablamos, solo quiero que te cuides y que me llames, porque si no lo haces lo haré yo ¿Entendiste?– –Sí, yo también te quiero– Y mi mami se rio –También te quiero hija– Y entonces cortó la llamada. Cuando levanté mi vista para ver a mi vecina ya no estaba, el bote había regresado a su lugar. Me fumé un par de cigarros más y procuré no dejar rastro de las cenizas en el lugar, no quería que ella se molestara por ensuciar su lugar favorito. Bajé a mi departamento y me preparé para ir en la noche

al bar, hoy era el día que vería a mi amiga Jime ser una estrella en el escenario. Me puse los pantalones de mezclilla de mi madre y su vieja chamarra de piel, peiné mi cabello de una forma muy desordenada, la ventaja de llevarlo corto era que podía ponerlo de punta y me hacía ver sumamente sexi, aunque si usaba el casco se aplastaba un poco pero con una sacudida quedaba como me gusta. Delineé mis ojos con un lápiz negro haciendo que se vieran más profundos resaltando más el color azul y una vez que terminé me gustó mucho como me veía. Tomé mis llaves y mi casco, y me dirigí a donde tenía la moto. Cuando llegué había una fila enorme para entrar, pero como yo era invitada tuve acceso directo, hasta me sentí una persona importante, entré y encontré a Jime arriba del escenario. –Kimi, llegaste, anda sube y ayúdame– Me dijo dándome un beso en la mejilla mientras trataba de mover la batería. –Hay mucha gente ahí afuera– –Sí, esta será una gran noche– Una vez que pusimos la batería donde Jime quería me dio un gran abrazo. –Me da muchísimo gusto verte aquí, de verdad te lo agradezco– –No hay de que Jime, además hace mucho que no salía a divertirme– –Pues esta noche me encargaré de que así sea– –No puede ser ¿Tú de nuevo? ¿Qué haces aquí?– Me giré para escuchar esa voz que reconocería en cualquier lugar. –Hola Lena, ya era hora de que llegaras– ¿Lena? –Mira te presento a Kimi– Y le ofrecí mi mano para que la estrechara pero solo se cruzó de brazos – ¿Se conocen?– Y suspiré –Sí, vivimos en el mismo edificio– –Es la idiota que me manchó mi blusa el otro día– –Ya te pedí una disculpa e incluso te dije que te pagaría la tintorería– –Ya, ya chicas, no se peleen– Nos dijo Jime mientras nos tomaba del cuello con sus brazos. –Pero es que por su culpa yo…– –Lo sé Lena, pero Kimi no es mala persona– Y la miró fijamente intimidándola un poco –Y todos cometemos errores– Y se giró a verme de la misma manera que vio a Lena –¿Verdad Kimi?– –Sí– Respondí tragando saliva, Jime sí que podía dar miedo. Lena solo suspiró –Sí, está bien– –Muy bien ahora que ya está todo en calma las presento, Kim ella es Lena, la vocalista del grupo– Y me guiñó un ojo, así que es ella la chica que me quería presentar –Y Lena ella es Kim, mi ayudante en la barra–

–Hola, mucho gusto– Y una vez más extendí mi mano para que Lena la estrechara y esta vez lo hizo. Miles de veces he escuchado y leído de esa sensación de electricidad que recorre todo tu cuerpo pero lo que yo sentí esta vez fueron miles de hormiguitas, muchas, millones de ellas. Me quedé mirando fijamente mi mano y cuando levanté la vista Lena me miraba fijamente. –Eres la chica de la peluca azul– Y no, no fue pregunta. Y entonces pude ver como se sonrojaba. Yo solo pude afirmar con la cabeza y le regalé mi mejor sonrisa. –Lo sabía– Dijo Jime y ambas volteamos a verla. –¿Qué cosa?– –Nada, nada– Y entonces Lena me soltó la mano y se dio media vuelta. –Voy a prepararme, nos vemos luego– Y se marchó dejándonos ahí. Y fue inevitable no fijarme en su hermoso… pantalón. –Te dije que era tu tipo– Me dijo Jime dándome un empujón con su cadera. Yo solo pude sonrojarme hasta lo inimaginable. Jime me llevó hasta una mesa donde estaban sus amigas, a algunas las conocía de otras noches que habían venido al bar y en una mesa más alejada se encontraba Freddy con su novio, así que fuimos a saludarlos. –Hola chicas guapas– Nos dijo mientras nos daba un beso en la mejilla –Pensé que esta vez tampoco venías Kim– –Pues ya viste, aquí estoy– –Pues me da mucho gusto ¿Te vas a sentar con nosotros verdad?– Y le dije que sí con la cabeza – Perfecto –A ver amor hay que traerle una silla a esta guapura– Y Pepe, el novio de Freddy muy amablemente me acercó una silla y tomé asiento –Y bueno Jime ¿Dónde está esa mujer que te ha robado el sueño?– –Me llamó hace un ratito, al parecer tenía que ir a cenar con sus papás, pero me dijo que llegaba más al rato– –¿Y cómo se llama?– Le pregunté, pero en eso la llamaron las chicas del grupo y ya no supimos el nombre de la chica. El bar se llenó de tal manera que no cabía ni un alfiler, lo bueno es que hoy no trabajaba porque de seguro me tocaría repartir bebidas a las mesas. Cuando el grupo apareció en escena el grito de las fans retumbó en todo el local, Jime estaba sentada detrás de la batería y con las baquetas marcó el ritmo. –Un, dos, tres, cuatro…– Y entonces después del primer acorde la voz que me ha hecho compañía estos últimos tres meses se empezó a escuchar y todo lo demás dejo de importar, solo era Lena, ella y su voz. No sé en qué momento nuestras miradas se engancharon y ahora si una descarga recorrió mi cuerpo, estaba hechizada y para nada me molestaba. Cuando terminó la quinta canción Freddy me dio un codazo y

me dijo que Jime me estaba haciendo una seña, me fijé hacia donde me señalaba y el miedo invadió mi cuerpo. –No, no es posible– Y es que la chica que tiene la loca no es otra más que mi prima –Diablos– –¿Estás bien Kim? Te ves pálida– –Solo necesito aire fresco, ahorita regreso– –Te acompañamos– Dijo Pepe. –No, no hace falta– –Cariño si te sientes mal, avísanos y te llevaremos a casa– Me dijo Freddy muy preocupado. Solo asentí con la cabeza y me fui de ahí. Estaba decidida a irme, no quería arriesgarme y que mi prima me viera, pero el tumulto de personas hacían muy difícil mi huida, cuando por fin llegué hasta la barra donde Rox estaba sirviendo los tragos esta noche me detuve y es que una nueva canción empezaba. Una vez más caí en el hechizo de Lena. –Dios esa voz– Dije en voz baja. –Es muy buena, siempre que va a cantar ella se llena el local– Me dijo Rox ofreciéndome una bebida –Anda tómatela, estás muy pálida– –Estoy bien, es solo que tengo algo de sueño– Y creo que Rox no creyó mi mentira. –Bueno Kimi, si necesitas algo avísame, tengo que seguir trabajando– Y le iba a pagar mi bebida pero ella levantó su mano –La casa invita –Y me sonrió antes de atender a alguien que solicitaba un tequila. Jime estaba viendo fijamente a mi prima, jamás me hubiera imaginado que mi prima y mi “jefa” se conocieran, era extraño, mi prima siempre ha sido una de las personas en las que más he confiado y aunque en este momento moría de ganas por ir y abrazarla, preferí ir y esconderme para poder seguir escuchando a Lena. Estuve en el rincón más alejado, donde apenas y podía ver el escenario. Pude notar como Jime me buscaba con la mirada y le hacía señas a mi prima y a Freddy. Mi teléfono empezó a vibrar y al reconocer el número de Freddy decidí desviar la llamada, tenía que salir de ahí, no podía permanecer más tiempo aquí, pero, quería ver, mejor dicho escuchar a Lena. Cuando el show terminó decidí que era hora de salir de ahí, así que emprendí mi huida. Dos coches complicaron el que yo sacara la moto, pero después de mil movimientos pude sacarla, cuando pasé por la esquina del bar noté una silueta que reconocí fácilmente. –Hola–Lena se asustó –¿Qué haces aquí?– –Espero un taxi– Me respondió secamente. –Si quieres te llevo– Se sorprendió un poco –De verdad no es molestia, al fin y al cabo vamos al mismo lugar– Entonces para mi sorpresa se subió a la moto. La verdad es que pensé que le iba a tener que rogar un poco más.

–Solo maneja con cuidado– Se abrazó a mí y apoyó su cabeza en mi espalda. Mi corazón empezó a latir rápidamente ¡Dios! –Anda apúrate– Y puse la moto en marcha. –Si necesitas algo solo toca mi brazo y me detendré– –Está bien– En cuanto arrancamos se abrazó aún más a mí. Pude haber ido más rápido, pero Lena no tenía casco, así que manejé como nunca y con mucho cuidado. Llegamos al edificio a las 5 de la mañana y en cuanto me estacioné ella me soltó y se bajó de la moto. No, no me gustó que se fuera tan rápido, que me soltara como si tuviera prisa, pero me tuve que recordar que ella y yo apenas nos estamos conociendo, o mejor dicho apenas esta última hora no discutimos. La seguí hasta el elevador y al entrar apretó el botón de nuestro piso. No dijo nada pero me vio de una manera extraña, yo solo agaché la mirada y sonreí moviendo la cabeza ¿Qué pensará? Cuando el elevador llegó al piso ella bajó primero y yo la seguí, metí mi mano a mi bolsillo para buscar mis llaves. –Si piensas que porque me diste un aventón te voy a invitar a pasar a mi departamento estás muy equivocada– ¡¿Qué?! Pero esta lo que tiene de bonita lo tiene de loca. –No, para nada, solo quise ser amable no te preocupes, no pensaba cobrarte el favor– –¿Entonces qué haces aquí?– Y sin decirle nada saqué mis llaves y pasé a un lado suyo golpeando su hombro derecho a propósito y fui hasta mi puerta y la abrí. Me di media vuelta para cerrar la puerta y con mi sonrisa más burlona le dije –Buenas noches ‘vecina’– Y ella solo abrió la boca y me miró sorprendida. Lo acepto no pude evitar reírme y luego suspiré, me quité la chamarra y no sé porque me la llevé a mi nariz, y si, ahí estaba su perfume impregnado y entonces sonreí. Cuando ya estaba en la cama no me quedé dormida de inmediato, estaba cansada, pero muchas cosas habían pasado esta noche; por fin sabia el nombre de mi bella vecina y había visto después de casi un año a mi prima. Ella era algo así como mi ídolo, es más grande que yo por 5 años y en realidad es la sobrina de mi madre. Siempre que veníamos de vacaciones ella era la que me cuidaba y yo la seguía a todos lados como un patito. Por eso no fue raro que fuera ella a la que le conté que me gustaban las chicas, aunque creo que fue ella la que me hizo notarlo. Ese día había pasado por mí para ir al cine y como ya era costumbre le estaba contando sobre lo que en ese momento creía que era lo más importante para mi… –Ya basta…jajajaja ¿Te gusta verdad?– Me preguntó mi prima sin dejar de ver el camino. –¿Quién?– Le pregunté nerviosa. –¿Pues quién más? No has dejado de hablar de ella– Y esta vez volteó a verme y me tomó de la mano. Y no pude responderle, a mis quince años el aceptar que me gustaban la chicas, fue… fue como si todo encajara perfectamente, pero aun así me daba mucha pena.

–Sí– Le respondí muy bajito –¿Tú cómo lo supiste?– Es que ella siempre ha aceptado que es lesbiana. –Cielo, a mí me gustan las mujeres desde que tenía “tes” años, además dudo que sea un problema en tu familia– Y por supuesto que no era un inconveniente, por supuesto que no –Anda, sígueme contando de ella ¿Cuál es su nombre?– Y fue la primera vez que le hablé de Juliette, de esa que… Y una lágrima empezó a escaparse –No, no vas a regalarle ni una lágrima más, nunca más ¿Entiendes?– Me dije a mi misma y me respondí, afirmando con la cabeza. Me preguntó si Jime y mi prima llegarán a ser algo más que amigas, si es así será mejor que este alerta si no quiero que me descubran, aunque me gustaría mucho poder hablar con ella. Tal vez ella me explique qué es lo que me está pasando con Lena, aunque creo que ya sé lo que es, pero no, no debo de dejar que ella entre a mi vida, no quiero salir lastimada de nuevo. Pero es que ella es tan… tan perfecta, tan linda, tan… ¡Diablos! Y entonces sonreí, ese viaje en moto sí que me terminó de afectar, debo de conseguirle un casco para la próxima vez que viaje conmigo, pero para eso tengo que conseguir que ella viaje de nuevo conmigo en la moto, pero si ella canta cada jueves en el bar pues entonces yo… Y entonces una sonrisa apareció en mi rostro. Pero primero ya veremos qué pasa mañana.

Capítulo 3 ¿Amigas? Está más que claro que anoche fue mmm ¿Qué calificativo podría usar…? Rara, maravillosa, extraña, sublime, cardiaca… creo que podría usar todos ellos porque así los viví. Aunque si cierro los ojos por un instante de todos los momentos que viví en esa noche solo un instante viene a mi cabeza… Lena, la forma tan increíble de interpretar, las manos de Lena rodeando mi cintura, su aroma, es inevitable no sonreír como una completa idiota al pensar en ella, no sé qué me pasa, bueno si lo sé, estoy completamente segura lo que me pasa… me gusta Lena, me encanta, pero no es el momento, aún no, además yo no le agrado mucho aunque ese sonrojo de anoche cuando se dio cuenta de que yo era la chica de la peluca azul ¿Qué podría significar? Será que… – Aaaaaaah ¡Para de quebrarte la cabeza! Tengo ahora otras prioridades y muchas cosas por hacer, como mi desayuno – Si es que aún se puede llamar así a estas horas. Me dirigí al refrigerador y tomé todo lo que necesitaba. Un par de rebanadas de pan saliendo del tostador, un vaso de jugo de naranja y un par de huevos junto a unas cuantas verduras hacen un delicioso omellete y le dan un toque final a un desayuno tardío perfecto. No sé qué era, pero esta mañana me sentía mmm no sé, diferente. No sabía a ciencia cierta cuál era la razón de ello, pero hoy sabía que sería un día distinto a los demás. Le di una primera mordida a mi rebanada de pan y escuchar como el ruido hacia prácticamente un eco en toda la habitación me hizo recordar una vez más que estaba sola, y eso me puso algo melancólica, extraño a mi familia. Y yo que había pensado que sería una buena mañana, pero de nuevo ese cúmulo de emociones se me venía encima y de nuevo me comenzaba a sentir aplastada por ellos, pero un murmullo en la habitación de al lado me hizo que me levantara de golpe de mi lugar y pegara mi oreja en la pared, era Lena y su melodiosa voz, esta vez no sonaba triste como el otro día, por cómo se escuchaba me parecía que estaba muy feliz y eso hizo que una sonrisa apareciera en mi rostro. –Lena, Lena, Lena ¿Qué me estás haciendo?– Dejé escapar un suspiro y regresé a terminar mi desayuno y sin darme realmente cuenta, todos esos sentimientos que sentía que me aplastaban hace unos minutos se esfumaron con tan solo al escuchar su dulce voz. El trabajo en el restaurante fue de lo más cotidiano, unas cuantas entregas, un par de mesas que atender y una rica comida acompañada por los extraños chistes del señor Chao. –Kiiim ¿Qué le dijo un chino a otlo chino?– –Mmmm ni idea señor Chao– –中国女孩不为什么我把这个,因为我知道,知道你们中的一些翻译!– Si yo también me quedé con cara de what y creo que el señor Chao lo notó. –Ay Kim tú no entendel mi sentido del hunol, los chinos hablal chino– Si me quedé igual con su explicación.

–Ya caliño deja de toltulal a la poble de Kim con tus chites malos– –Jajajajaja– Fue inevitable no comenzar a reír. –Ya vez amol pol fin entendió– Ha sido inevitable no tomarles mucho cariño.

A las 7 en punto salí de mi trabajo en el restaurante rumbo a mi trabajo en el bar, no había pensado en él ya que había estado muy ocupada, en la mañana mis pensamientos invadidos por Lena y por la tarde con las entregas y los chistes simples. Pero ahora que estaciono la moto en el lugar de siempre y camino lo que resta para entrar por la puerta trasera al bar se me viene a la mente lo que hice anoche. De inmediato vi a Jime al entrar, estaba en la barra acomodando unos vasos, levantó su mirada y se cruzó con la mía, estaba muy seria y sabía muy bien que no estaba contenta. No sabía que decirle, no quería mentir más de lo que ya lo hacía al no decir quién soy realmente, así que sin pensar en una excusa me acerqué a ella. –Jime, yo…– –No me digas nada Kim– Me cortó de inmediato. –Yo lo… lo lamento quería quedarme pero…– –No te sentías muy bien, me lo dijo Freddy– Alivio eso fue lo que sentí al escucharla, aunque no me duró por mucho –Pero aun así te quedaste hasta la última canción– La miré sin saber que decir – Rox me lo comentó– Se dio la vuelta y acomodó en la repisa el vaso que traía en la mano y la franela la lanzó hacia el lavabo bajo la barra, la escuché suspirar profundamente y girarse de nueva cuenta y enfrentarme –No sé cuál sería la razón para poner de excusa que te sentías mal, cosa que no te creo porque te quedaste por lo menos una hora más después de decir eso, pero escúchame Kim para la próxima no me hagas quedar como idiota con mi chica diciéndole que le presentaría a una muy buena amiga– Estaba apenada, muy apenada y me quedé muda ¿Qué podía decir? –Kim sé que te guardas muchas cosas y créeme que nunca te obligaría a que me las dijeras porque eso se gana y se llama confianza, y yo espero que algún día confíes lo suficiente en mí– Jimena siempre se ha portado muy linda conmigo, sé que he dicho que no permitiría a nadie acercarse lo suficiente como para hacerme daño, pero en definitiva ella se ha ganado mi cariño. A pesar de su apariencia ruda con sus pantalones de piel, sus botas tipo militar, sus brazos tatuados, ella es una chica dulce, cariñosa y sobre todo comprensiva. Ella me ha confiado cosas de su vida como que a los trece murió su mamá y su papá se casó con una mujer quien le hizo la vida imposible y bueno su relación con su padre terminó una vez que le confirmó que era lesbiana y con tan solo 15 años la corrió de la casa solo porque según él, ella no era normal, si ella había confiado en mí ¿Por qué no hacerlo yo también? Es imposible ir por la vida sin confiar en nadie; es como estar preso en la peor de las celdas: uno mismo*

–La confianza se gana Amor y cuando se rompe es muy difícil remendarla– Las palabras de mi madre resonaron en mi cabeza y supe en ese momento que era hora de confiar y que mejor que en esta chica que me ha apoyado en todo desde que me presenté para pedir el trabajo, ¿Quién en su sano juicio le da un trabajo a alguien que no puede presentar ningún documento o recomendación de nada? –Jimena necesito hablar contigo sobre…– –Kim no es necesario que me cuent…– –Es mi prima– Le solté de golpe. –¿Qué?– –No me acerqué anoche por que tu chica es… es mi prima– –¿De qué me estás hablando?– – Bueno realmente no lo es, pero nuestras madres pues son como si fueran hermanas y por ende crecimos juntas y…– Como si un halo de luz cayera sobre su cabeza encontró la conexión de todo, sabía que si ella y mi prima están intentando algo, han llegado a platicar sobre mí. –¡Puta madre!... ¿Tú…tú eres su prima, la que huyó de casa?– –Deja que te explique por favor– –Soy toda oídos “Kimi”– Le conté todo o casi todo, por lo menos lo más importante y sobre todo la razón por la que había llegado hasta aquí… –Y por eso cambié mi nombre, no quiero, más bien no me siento preparada para ver a mamá, me porté muy mal con ella. Y bueno no hay nada más que contar ya todo lo que he vivido aquí lo sabes… que realmente no es mucho– –No puedo creerlo– –Jime no le digas… por favor– –No me pidas eso– –No puedes decirle– –No voy a mentirle a A…– Y entonces la interrumpí. –Por favor. No te estoy pidiendo que le mientas solo omite que sabes de mí, por favor yo te prometo que me acercaré a ella cuando me sienta segura, pero por favor no le digas, porque le dirá a mi madre y…– –Está bien, está bien mmm… ¿Quieres que te llame Kim o E…?– –Kim, sigue diciéndome Kim no quiero que te confundas y los demás pregunten–

–Ok Kim no entiendo muy bien tus razones para escapar– Y le iba a decir que le contaba si ella quería, pero levantó su mano frente a mí y negó con su cabeza –No quiero saber, no ahora, tal vez más adelante, cuando hables con tu prima y no te preocupes no le diré nada, mientras ella no me pregunte ¿Ok?– Yo solo afirmé con la cabeza. –Gracias– –Gracias a ti por confiar en mi Kimi, pero solo te daré un mes para decirle– –Pero…– –Un mes o si no yo se lo diré ¿Ok?– –Ok– Contarle a Jimena sobre en verdad quien soy me quitó cierto peso de encima y con ello me sentía mejor, tenía un mes para acercarme a mi prima o tal vez para hablar con mamá y arreglar las cosas. Tonta de mí que creía que las cosas serían fáciles y hubiera sido fácil pero cierta chica de voz angelical no me lo iba a hacer nada sencillo. Sabía que Lena me gustaba y el ocultarle quien realmente soy sé que me traerá problemas, pero es que no sé ni cómo o con quien empezar. Si se lo digo a ella y luego a mi prima o si primero hablo con mamá y luego… ¡Diablos! ¿Cuándo todo esto se volvió tan complicado? –Oye tú, Superman– Me dijo Jime mientras me lanzaba un trapo a la cara –Ponte tu peluca que ya es hora de trabajar– –¿Superman? – –Hasta que sigas teniendo dos identidades así te voy a decir– Y me guiñó un ojo mientras me sonreía. Sí, todo está bien con mi amiga Jime.

–¿Será Magdalena o Elena?– No importa porque es hermoso –Lena, suena tan dulce– Así estaba mientras secaba los últimos vasos de esta noche. Pero bueno como dije, me gusta y mucho, tiene algo que me atrae y que mis pensamientos siempre vayan a ella, pero no es correcto sentir esto, no ahora que no soy en verdad yo, eso solo sería una complicación más. ¡Pero es tan linda! Aunque tiene un carácter de los mil demonios, eso me lo demostró el día que derramé el café en su blusa. –Diablos su blusa, tengo que pagar su tintorería– –¿En qué piensas? – Me preguntó Jime mientras acomodaba los bancos encima de la barra –Deja y adivino– Y me miró fijamente y entonces me sonrió –Sabía que ella era tu tipo– –¿Quién? – –¿Cómo qué quién? Lena, obviamente– Y entonces se recargó en la barra y obviamente me miraba mientras yo me sonrojaba al grado de una fresa o más –Tu prima tiene razón–

–¿En qué? – Sí ¿En qué? –Tratas de ser una niña ruda, pero en verdad eres sumamente adorable– –¿Eso te dijo? – –Ya te lo habíamos dicho Freddy y yo, eres muy dulce… pequeño terrón de azúcar– Me dijo burlándose, y luego suspiró –Ella está preocupada por ti, supongo porque siempre te ha visto como una hermanita menor, y le da miedo no saber de ti– –Voy a decirle a la Lagartija que le llame– –¿Quién?– –Mi hermana menor, así le digo de cariño– –Ah sí, también me ha platicado de ella. Tengo ganas de conocerla, me ha dicho que es una chica muy lista– –Es muy inteligente para su edad, además siempre me está cuidando– Y entonces sonreí al recodar todas las veces en que mi pequeña hermana me había defendido –Espero que la conozcas pronto– –Yo también Kimi, yo también– Pasaron dos días antes de volver a ver a Lena, la verdad es que ya tenía muchas ganas de verla, incluso estuve tentada de ir hasta su puerta y pedirle una taza de azúcar ¿Acaso no es lo que hacen las vecinas? ¿Qué dirá al verme en su puerta con la taza vacía? Y entonces me reí, sí que estoy loca. Así que mejor en lugar de tomar la taza, tomé mi cigarrera y me dirigí a la azotea, y mi sorpresa fue encontrarla ahí. Una vez más con la mirada perdida y melancólica. Caminé sin hacer ruido y me fui a la esquina más alejada para que el humo no le llegara y así no la pudiera molestar. Pero cuando me estaba sentando en el piso mi tenis resbaló y caí de golpe haciendo mucho ruido. –Auch– –¿Estás bien?– Me dijo mientras me ofrecía su mano para que me levantara ¿Cómo llegó tan rápido? Y una vez más al tomar su mano, esas pequeñas hormiguitas aparecieron. No dije nada, no pude decirle nada. Solo me quedé mirando esos lindos ojos color avellana. –Me gustan tus ojos– Me dijo de repente y de inmediato puso cara como de arrepentirse de su comentario. –Y a mí los tuyos– Y entonces me incorporé hasta quedar de pie frente a ella. –¿Estás bien?– Me preguntó de nuevo. Y solo afirmé con mi cabeza. Caminamos hasta donde estaba sentada y como no pudimos decidir quién tomaría asiento en el bote decidimos que lo mejor era quedarnos de pie y observar la vista. –Creo que voy a conseguir otro bote– –¿Tú lo subiste? –

–Sí– Me sonrió, y entonces mis piernas se sintieron como gelatina ¡Oh por Dios! Lo único que pude hacer fue sostenerme de la barda lo más fuerte que pude. Lo bueno es que ella ni se dio cuenta. –¿Lena?– Le pregunté después de varios minutos de no decirnos nada. –Si– –Puedo, ¿Puedo preguntarte algo?– –Claro que sí Kim– –Este bueno por qué, por qué...– –Jajajaja eres encantadora ¿Sabes?– –Yo...– –Anda vamos dime– –Yo...– Quería saber todo de ella. Respiré profundamente y me armé de valor– ¿Por qué a veces pareciera que estás muy triste?– Tonta de mí, puede ver como su semblante cambió, su sonrisa pícara desapareció y su mirada se desvió para mirar el cielo, su mirada se tornó triste había perdido esa chispa que tan solo unos segundos estaba ahí. –Perdón no debí... – –No Kim no te disculpes... está bien, nos estamos conociendo y bueno es lógico que preguntes– Guardó silencio unos segundos y dejó escapar un suspiro –Bueno creo que me pongo así al recordar a mi abuela, ella era genial sabes, tenía una vitalidad increíble, tan cariñosa, comprensiva, tan sabia... la extraño – –¿Murió? – –Sí, hace poco más de un año– –Lo siento– Yo solo pude tomar su mano y darle un ligero apretón. Se giró a verme y le regalé una ligera sonrisa. –Hay veces que simplemente necesitamos a alguien con quien hablar– Y le apreté un poco más su mano –Yo puedo ser ese alguien– Y simplemente suspiró. –Me enamoré por primera vez cuando tenía 13 años...– Me tomó un instante entender esas palabras, se estaba abriendo a mi contándome algo importante de su vida, así que simplemente hice lo que ella quería, escuchar –De una chica de 16, se llama Victoria y era mi vecina, ocurrió sin esperarlo sabía que me atraían las chicas desde hacía ya unos años pero jamás me imaginé que me enamoraría de ella, nos llevábamos increíblemente bien, éramos vecinas de toda la vida, grandes amigas y un día solo ocurrió. Estábamos en mi cuarto escuchando música y me dio un beso que hizo girar mi mundo entero y cambió todo en mí– Un ligero rubor apareció en sus mejillas –Ella fue mi primer todo... en verdad la amaba muchísimo para tan solo tener 13 años, todo fue genial obvio lo mantuvimos en secreto, pero cada día se volvía

más difícil contenerse en no abrazarla o besarla cuando la tenía cerca y una noche bueno no pude evitarlo. Nuestras familias eran amigas y celebraban juntas las pascuas, se veía preciosa en su vestido, no resistí, la llevé al baño y por primera vez olvidé cuidarnos. No puse el seguro a la puerta. Fue un caos cuando mamá nos vio, gritos, insultos hacia Victoria yo intenté defenderla, no podía dejar de llorar y ella también lloraba, intentamos explicar pero no nos dejó, la culpaba a ella por haber cometido semejante atrocidad conmigo, vi su intención de golpearla y me metí en medio del golpe, fue tan duro que me rompió el labio. Vicky quiso abrazarme pero cuando aparecieron sus padres el caos se hizo mayor, nos separaron de inmediato. Mi mamá estaba fúrica, y ni que se diga de mi padre. Yo tenía casi 14 para esa fecha y me había enamorado ¿Qué de malo tenía eso...? Pues que había sido de una chica. Creí que se arreglarían las cosas, que me dejarían explicar que no había nada de malo, pero claro tenía 13 y según ellos no sabía lo que hacía. Mi madre me veía con desprecio, asco y papá… él no decía nada pero al final solo apoyaba a mi madre, estuve encerrada dos días, en los cuales no paré de llorar, no sabía nada de Vicky, no podía dejar de pensar en ella. Si no hubiera olvidado poner el seguro… había sido una tonta por dejarme llevar, al tercer día mi madre entró a la habitación y sin decir nada hizo una maleta, no entendía, ¿Dónde estaba mi madre cariñosa? Yo ya no reconocía a la mujer que estaba frente a mí. Me tomó del brazo tan fuerte que me hizo daño, me obligó a que bajara, mi padre estaba ahí, me pregunté por mucho tiempo ¿Que cómo era posible que el enamorarme les causara tal decepción? Yo era su niña, la bien portada, la de buenas notas en la escuela, su única hija. Pero no importó nada de eso, me había vuelto algo que les causaba repulsión y por eso me metieron a un avión y me mandaron a casa de mi abuela, me alejaron no solo de Victoria sino de ellos, no sabía por cuanto tiempo pero hasta hace unas semanas entendí que fue para siempre– –Lena...– Me miró por un momento y con un apretón de manos me dio a entender que está bien, que quería seguir y sacar ese dolor contándomelo a mí, así que asentí y la dejé continuar. –Fue difícil en un principio, creí que el trato será igual que con mi madre que nada cambiaría, pero supe que era diferente desde que llegué a su casa y me abrazó con fuerza. Me dijo que todo estaría bien, seguí llorando por mucho tiempo y aún más cuando Vicky ya no quiso saber nada de mí. Hablamos un par de veces, mi abuela me lo permitió y me sentí muy contenta al escuchar su voz, ya habían pasado casi dos semanas desde lo ocurrido y al escucharla supe que algo había cambiado y no la culpo éramos jóvenes y teníamos miedo, pero aun así me dolió muchísimo. Pero esta vez mi querida abuela estuvo ahí para mí. Nueve años viví a su lado y en esos años aprendí a ser libre, a no esconderme y eso me lo enseñó ella, un par de ocasiones escuché a mi abuela discutir con mamá por mí, por permitirme ser lo que soy. Le pregunté a mi abuela ¿Qué era yo? ¿Que por qué a los ojos de mis padres era alguien enfermo? Recuerdo muy bien lo que me dijo, que yo era una mujer que amaba con la misma intensidad que cualquiera, solo que ese amor se lo dedicaría a otra mujer y que eso no era nada enfermo, ni raro, ni mucho menos tenía que avergonzarme o esconderme por ello, que tenía que ser libre de amar a quien yo quisiera y que ella siempre me apoyaría.... Fue duro perderla, era mi apoyo, mi todo. Cuando murió llamé a mamá, después de 9 años escuché su voz con un simple 'bueno' fue lo único que dijo y cuando supo que era yo no dijo nada más, le conté lo de la abuela. Por Dios sentía enojo

hacia mi madre, lo tenía pero la quería a mi lado, en ese momento la necesitaba... la persona que había fallecido era su madre y aun así no se presentó, fue un duro golpe para mí, mi querida Abu Cristi ya no estaba. En mis planes no estaba regresar jamás, pero hace unos meses encontré una carta de ella pidiéndome que buscara a mis padres que intentara arreglar lo que yo no rompí y por eso estoy aquí, pero es imposible, he intentado de todo, pero no me quieren cerca y yo ya me cansé. Ya entendí que no me quieren y que jamás me volverán a ver con cariño y eso me duele ¿Pero sabes lo que me pone triste...?– Podía darme una idea –...Que no podré cumplir la petición de mi Abu, eso es lo que me entristece más– –Creo que tú has dado tu mayor esfuerzo en intentar acercarte Lena, algún día se darán cuenta del error que han cometido y…– –Lo dudo, ellos no cambiarán, pero sabes, no me hacen falta, personas como ellos no hacen falta en mi vida, he pensado que si nada hubiera pasado, que si ese día le hubiera puesto el seguro y mi madre no nos hubiera pillado seguiría con ellos y no sería quien soy ahora– –¿Una mujer increíble?– La chispa que se había apagado una vez más regresaba a su mirada, me sonrió y sin previo aviso me dio un ligero beso en la mejilla. De inmediato sentí mis mejillas arder ¿Cómo una sola persona hace que me sonroje más de una vez en el día? –Gracias Kim, por escuchar– –Cuando quieras– –Buenoooo, ahora es tu turno– –¿De qué? –¡Kiiiim! Yo te conté parte de mi vida vamos dime algo– – Ok eso es justo mmm no sé ¿Qué quieres saber?– –¿Por qué estás aquí? No creo que sea solo por independencia, eres muy hermética al menos eso he notado y no es porque esté muy al pendiente. Pero nadie te visita, por Dios las vecinas creen que eres prostituta– –Ni me lo recuerdes fue un trago amargo cuando me enteré, pero ya sabes por qué llego tarde a casa ¿Verdad?– Y ella afirmó con su cabeza –Y tienes razón no es por ser independiente que este aquí, yo...– Creo que va siendo hora de que sea completamente sincera con Lena. –¿Te estás escondiendo de una novia celosa? – –¿Qué? – –Oooh ya sé, ya sé de una novia mafiosa. Una así como la reina del sur… No espera eso sería de novela– –No, claro que no– Le respondí divertida por sus suposiciones. –Mmm bueno entonces... no me digas que te tocaron unos padres como los míos–

–No, mis madres son fabulosas– Me giré para verla, quería ver su reacción. Siempre que digo eso me interesa ver la reacción de las personas. –Qué bueno en verdad ¿Qué?... espera, espera dijiste ¿Madres? De mamás en plural o sea que... – –Tengo dos mamás… Lesbianas– Le respondí orgullosa. –Wow genial, eso debe ser genial– –Sí, mis madres son geniales, pero yo no– –Oye no digas eso, de lo que te conozco… bueno de lo que me ha dicho Jime sé que eres una chica fabulosa– –Gracias Lena, pero ni siquiera puedo darte una buena razón por la cual estoy aquí, tan solo quería salir corriendo de casa, escapar de mis problemas sin afrontarlos, fui horrible con mamá le dije cosas que sé que la hirieron mucho, no sé cómo podrá perdonarme, yo no puedo perdonarme… yo la amo ¿Cómo pude decirle que no era mi madre? Alguien fabuloso no le dice eso a la persona que ha estado siempre a su lado, soy una mala hija, una horrible persona– –Shhhh no digas eso– Sentí sus brazos rodearme y abrazarme, y lo que sentí fue tanta calma y paz, era reconfortante– Debiste estar muy enojada o tal vez perdida dentro de tu mente para decirle eso, porque sé que tú la quieres, por la forma en que hablas de ella, sé que la amas y la admiras, pero Kim debe de haber una razón ¿Por qué te portaste así con ella? ¿Qué fue lo que ocasionó que le dijeras que no era tu madre?– –Juliette ella era mi amiga, al menos eso pensaba. Era hetero… es hetero y pues me enamoré de ella. Desde pequeña por mi educación sabía que estaba bien enamorarse de un niño o de una niña. Así que cuando me enamoré de mi “amiga” lo vi normal y se lo confesé… bueno pasó mucho tiempo para que lo hiciera. Soy un poco penosa…– Y me sonrojé. –Eres adorable Kim– Y apretó mi mano –Continúa– Suspiré y continué con mi relato –Después de todo lo primero que me habían enseñado en casa era a ser honesta con mis sentimientos. Pero mi amiga no lo tomó bien al principio y se alejó de mí. Pero en una fiesta de la universidad, Juliette estaba muy tomada y yo la ayudé, la llevé al baño y de repente me besó, yo solo quedé en shock, me sujetó fuertemente y me dijo que me quería. Y yo le creí…– Una vez más Lena apretó mi mano –Ella volvió a besarme pero entró su novio al baño y…– –Las descubrió– –Malditos baños– Le respondí afirmando con mi cabeza. –Recuérdame no hacer nada en un baño de nuevo, al parecer tienen una especie de maldición– Y ambas nos reímos. –Lo tendré en cuenta– –Anda continúa– –Ella dijo que me estaba aprovechando, los dos se encargaron de gritarlo a todos en la fiesta y desde ese día me hicieron la vida imposible– Pude sentir como mi voz se quebraba y Lena me acercó a ella

con su brazo –Rumores y más rumores, los rumores pueden destruir vidas, su grupo de amigos se encargaron de difamarme por todo el colegio y mis supuestos amigos me dieron la espalda, hasta que un día simplemente me dejaron de hablar. Los pocos amigos que me aún me hablaban se alejaron cuando cambié, me empecé a juntar con otro tipo de personas, unas a las que no les importaba lo que se decía de mí, pero ellos se la pasaban tomando y drogándose– Lena me alejó de ella y me miró fijamente –No, yo no, solo tomaba y fumaba, nunca podría drogarme, no me educaron de esa manera– Una vez más Lena me acercó a ella y recosté mi cabeza en su hombro – Todos pensaban que era basura y si todos lo creían ¿Por qué no serlo? Y así que me teñí el cabello, me empecé a vestir de manera diferente y cambié. Pero yo no soy así, al menos no lo era. Iba a pedirles consejo a mis mamás, necesitaba su ayuda y entonces escuché a mi madre decirle a mi mamá que estaba muy orgullosa de mí, que era una mujer fuerte y yo…– –No quisiste que te vieran vulnerable– –Exacto, yo simplemente pensé que podría solucionar el problema, pero no pude y eso de alguna forma me amargó un poco y pues terminé comportándome en mi casa como lo hacía en la escuela– Guardé silencio por un momento, ninguna de las dos decíamos nada –Ella era mi amiga y me traicionó– –Maldita perra asquerosa ¿Cómo se atrevió a hacerte eso?– Explotó de repente Lena, yo solo me quedé impactada por el cambio y sonreí. Sí, Lena definitivamente me gusta –Perdóname pero a eso no podrías llamarlo amistad– –Lo sé, todos me lo decían y yo no quería verlo, creí estar enamorada– –¿Creíste? ¿Ya no lo estás?– Me preguntó con mucho interés. –Creo que en realidad nunca lo estuve, solo tal vez… no sé, tal vez solo fue atracción, me he dado cuenta que nunca sentí realmente amor, creo que aún no sé qué es eso– –Oooh vaya– Sabía que este era el momento de ser por completo sincera con Lena, nos habíamos abierto y contado cosas que nos han marcado, necesito contarle la verdad y eso significa que debo de decirle realmente quien soy, que no soy Kim –Lena quiero ser sincera contigo– –Claro Kim te escucho– –Eso mismo yo no…– El tono del celular de Lena comenzó a sonar e interrumpió el momento. –Lo lamento debo responder– Yo solo afirmé con la cabeza, la vi alejarse un poco y de repente dejé escapar todo el aire que mantenía en mis pulmones, no me había dado cuenta que había dejado de respirar. Mi atención se dirigió a Lena cuando vi que se daba un golpe con la mano en la cabeza. –¡Diablos! Lo olvidé por completo lo siento… pues en algo interesante… si pero ya olvídalo... no sé para qué te digo… voy para allá… si, si yo veo cómo… te juro que llego… Adiós– –¿Todo bien?–

–Sí, pero lo siento debo irme, tengo ensayo con la banda y lo olvidé por completo– Bajamos de la azotea. –Fue mi culpa– Le dije mientras caminábamos por el pasillo hacia el ascensor. –No digas eso– –No debí entretenerte, te hice perder tu valioso tiempo– Se detuvo frente a las puerta del ascensor y se dio la vuelta hacia mí –Kim fue un verdadero placer hablar contigo y para nada fue una pérdida de tiempo créeme– No podía apartar la mirada de ella, quiero besarla, Dios como deseo hacerlo pero no puedo, no sin antes decirle la verdad. –Lena yo…– El sonido de las puertas abriéndose y de un par de vecinas saliendo de él, evitó una vez más que le dijera la verdad. Entramos en silencio y así nos mantuvimos por un rato, una vez más tenía la oportunidad perfecta al estar solas en el ascensor, pero el cochino destino me lo impidió de nuevo, más con la presencia de otro molesto e inoportuno vecino. No sé por qué la acompañé hasta al lobby yo solo quería seguir con ella y solo una idea se me cruzó por la cabeza. –Deja que te lleve– –¿A dónde?– –A tu ensayo ¿Dónde más? Te llevo en la moto– Y le mostré las llaves. No hubo un sí como respuesta, sino una enorme sonrisa que iluminó su rostro y yo me volví más estúpida de costumbre por ello. – Solo espera un momento– Y salí corriendo hacia el elevador y lo hice de nuevo cuando las puertas se abrieron en mi piso, entré a mi departamento y fui directo por el viejo casco de mamá. Bajé corriendo y con mi respiración agitada le entregué el casco –Toma es tuyo– –¿Mío? – –Sí, tienes que protegerte si vas a viajar conmigo– Le dije aun tratando de recuperar el aliento. –Kim, creo que deberías de dejar de fumar– –Creo que es buena idea– Y ambas sonreímos. –¿Kim?– –Dime– –¿Somos amigas? – Me preguntó mientras se peleaba por ajustar la correa del casco. Me acerqué a ella para ajustar la correa y nuestras miradas se engancharon. –Sí, sí somos amigas– Y ella me dio un beso en la mejilla y mi corazón saltó –Si necesitas algo– Le dije mientras nos acomodábamos en la moto. –Te toco el brazo. Si, aún lo recuerdo mi amiga– Y sonreí y puedo jurar por mis madres que ella también lo hizo. El viaje fue… fue agradable, me gusta viajar así, me gusta que Lena me abrace, me gusta Lena.

–Listo bella dama a tiempo para su ensayo– –Gracias a usted hermoso caballero y a su rápido corcel– Me dijo al bajar de la moto de inmediato mi cuerpo extrañó su presencia. –Jajajaja– Ambas comenzamos a reír, sabíamos que algo había cambiado entre nosotras, algo correcto y agradable. – ¿Te quedas?– –Me gustaría pero tengo que ir al restaurante– ¿Acaso es decepción lo que veo en su mirada? –Pero mañana sí... si me dejas traerte de nuevo claro pero... pero solo si tú...– ¿Qué rayos me pasa? No puedo evitar tartamudear cada vez que hablo con ella. –Sí, sí quiero– Una sonrisa de tonta se instaló en mi cara, se ve tan linda con el casco. –Vaya, vaya si es la señorita que estaba entretenida en algo "interesante"– Dijo Jimena saliendo del bar. –Cállate... te veo luego Kim– Y me dio un beso en la mejilla, me entregó el casco –Cuídalo por mí– Y salió corriendo. –Sí– –Vaya carita que traes– –¿Eh?– –¿Ya sabe quién eres?– Y no hizo falta que le respondiera. Solo la vi negar con la cabeza –¿Qué crees que estás haciendo Kim? – –No entiendo– –Lena y tú– No tuvo que decir más para entender. –Juro que he intentado decirle– –No lo dudo en verdad – Dejó escapar un suspiro –Mira yo soy tu amiga Kim pero también lo soy de Lena y mi balanza se inclina hacia ella, si la lastimas te las veras conmigo así que más te vale que seas sincera con ella lo más pronto posible– Yo solo asentí y es que Jime tiene razón –Te veo en la noche Kim– –Te veo en la noche Jime– Sí, ella tiene razón, Lena no merece que le oculte quien soy, no ahora que somos amigas y es que ella… ella me gusta.

Capítulo 4 Oh, oooh Han pasado dos semanas desde que le prometí a Jime sincerarme con Lena y con mi prima, y pues no lo he hecho ni con una ni con la otra. Con mi prima bueno tengo cierto temor, sé que al decirle ella le dirá a mamá y de seguro vendrá por mí y no es que no quiera verla solo que aún no me siento preparada para verla y Lena. Lena es otra historia cada momento libre que tenemos la pasamos juntas, la llevo a sus ensayos y si puedo la paso a recoger, es tan fácil estar junto a ella, reímos de cada tontería que se nos ocurre, se me olvida todo cuando está a mi alrededor me hace sentir cosas que nunca he sentido. Estoy jugando con fuego lo sé, estar al lado de Lena sin ser sincera no es la mejor decisión pero en verdad no sé qué es lo que pasa, cada vez que intento decirle que mi verdadero nombre no es Kim algo pasa, algo nos interrumpe o simplemente mi cerebro se desconecta a tal grado que no siento que esté haciendo algo mal. Caminamos por el pasillo rumbo a nuestros respectivos apartamentos después de pasar la noche en el bar, últimamente Lena va mucho y no me quejo, en verdad me gusta sentirla a mi alrededor observándome, no sé, me gusta la sensación de su mirada recorriéndome y cuando la pillo me encanta ver el sonrojo en sus mejillas. –Ok, lo intentaremos– Me dijo de repente deteniéndose frente a mi apartamento. –¿Intentar qué?– Le pregunté. –Lo que sea que está pasando entre nosotras– Una sonrisa ladina en su rostro y ese brillo en su mirada me dejó más que claro lo que quería decir en esas palabras. –Yo…– En blanco, así me quedé, esto no lo esperaba. –Para tener una apariencia de chica ruda, te comportas como un pequeño ratón asustado… y eso me encanta– –Le… Lena– –No te preocupes no muerdo… aun– Y diciendo esto se acercó a mí de manera peligrosa, podía ver sus intenciones, podía ver hacia donde se dirigía su mirada, yo solo cerré los ojos cuando estaba a tan solo centímetros de mi rostro. Pude sentir como suavemente introdujo sus dedos entre mi cabello –Me encanta ese lindo color que aparece en tus mejillas mi ratoncito– Pude sentir su aliento, ¿Dios qué me pasa? Jamás había sentido algo así, mi corazón quiere salirse de mi pecho, y cuando sentí sus labios tan cerca de los míos, creo que morí porque ya no sentí mi corazón latir. –Dulces sueños Kim– Se alejó de mí ¿Y mi beso? Al abrir los ojos la vi desaparecer dentro de su departamento aun con esa sonrisa sobre su rostro yo simplemente entré al mío, de manera mecánica me recargué en la puerta llevé mi mano a mi pecho. –Dios, me hizo sentir tanto y tan solo fue un intento de beso, uno muy cerca de mis labios, creo que me estoy enamorando, por primera vez me estoy enamorando. Diablos ahora si estoy en problemas–

Intenté dormir, pero no podía, en mi cabeza se repetía una y otra vez lo que había pasado esta noche, tengo que hablar con ella, tengo que hacerlo. Yo quiero algo con ella, de verdad que lo quiero. Necesito ayuda. Así que recurrí a la única persona que me podría ayudar –Lagartija ¿Puedes hablar?– –Sí– Escuché la voz de mi hermana y de inmediato me di cuenta que algo pasaba. –¿Estás bien?– –No– –¿Quieres hablar?– Y entonces ella suspiró –Él me cortó– Y no tuvo que decir su nombre para que yo supiera de que hablaba de su tonto novio –Me dijo que necesitaba encontrar su espacio y que sus chacras están bloqueados, que desde hace unos días nuestras vibras no son compatibles y simplemente me dijo que habíamos terminado– Sí, su novio es un maestro de yoga que cree en toda esa ideología de la meditación y el estado del equilibrio y bla bla bla. –¿Eso significa que ya puedes comer carne?– Le pregunté algo burlona. –Ja, que chistosa, yo dejé de comer carne por lo que le hacen a los animales, no porque salía con él– –Bueno, por lo menos ya no tendrás que levantarte a las 6 a meditar y darte baños de agua fría– –Mmm sí, eso sí– –¿Cómo te sientes?– Le pregunté ya en serio. –Estoy bien, es solo que no lo vi venir. Me haces falta– –Y tú a mí, Lagartija– Y nos quedamos calladas –¿Cómo están mis mamás?– –Bien, mi mami trata de calmar a mamá, el otro día se puso como loca por no poder saber de ti, pero bueno mami le explicó que estás bien y…– De nuevo el tono de voz apagado de mi hermana me alertó de que algo estaba mal. – ¿Qué pasó?– Y mi hermana suspiró –Anda dime– –Ellas pelearon, mi mamá se enojó mucho con mami por no decirle que hablaba contigo– Oh no, no puede ser –Mamá se fue de la casa…– –¡¡¿Quééé?!! – Me paré de golpe de la cama y comencé a dar vueltas por la habitación – No puede ser, no puede ser ¿Acaso seré la causa del divorcio de nuestras madres? – –¡¡Hey!! Calma rubia loca, es mamá recuerda, regresó dos horas después con una rosa y bueno al parecer solucionaron las cosas. Eres tan dramática– ¿Dramática? Pero si es ella la que siempre se preocupa cuando nuestras madres pelean.

–Sí suelo serlo, además olvidé que siempre solucionan sus problemas así. Ellas casi no pelean– –Ya sabes como son, pero… bueno mamá le pidió a mami que le avise siempre que hable contigo para saber cómo estás– –Dile que estoy bien, que las extraño– Y no sé pero sabía que mi hermana sonrió –Te escuchas más tranquila– –Lo estoy, solo que tengo un problema– –Bien, pues llegó la hora de la consulta, así que empieza a hablar– Le conté todo, lo de Jime y que es la casi novia de nuestra prima, de su plazo para hablar con ella, le conté lo que está pasando con Lena y aquí me dejó sorda del lado derecho por el grito que pegó. –Lo sabía, yo sabía, pero ay hermana aunque te hayas teñido el cabello no te funciona esa cabeza, sigues teniendo dos neuronas– –No empieces con eso– Obvio lo de la neurona lo dice por molestar y es que mi pequeña hermana desde que leyó un artículo para nada respetable sobre que las personas de cabello rubio no gozan de buena inteligencia no para de molestarme. Pero por lo de Lena… ¿Es que como es que he dejado que todo esto pase? –Es que yo ya lo sabía, eres rubia o sea no hay mucha inteligencia en ti ¿Segura que no eres extraterrestre? Una de cada 10 rubias lo es– –Ya no soy rubia– –Sí, lo eres, solo que ahora eres una rubia hipócrita, una que se disfraza de morena– Me dijo en un tono burlón. –Ya peque, no me molestes– –Jajajaja– Y la actitud de mi hermana me hizo sonreír –¿Y tienes fotos de ella?– –Mmm no, aún no– –No lo puedo creer, tú la que no deja la cámara ni para dormir ¿Qué te ha pasado?– –No la traje conmigo– –¡¿Qué?!– Sí, yo tampoco puedo creerlo, y es que desde que era pequeña nunca dejé mi cámara. –Pues aunque sea una con el celular, quiero saber cómo es mi cuñadita– –Aún no es mi novia– –Pero lo será– Quería creer que así seria, pero tengo mucho que resolver con Lena. –Ella no sabe aún mi nombre– –Pues no sé qué esperas– –Es que siempre que le voy a decir algo pasa–

–Pretextos hermana, no puedes seguirle ocultando quien eres, eso no es bueno– –Ya lo sé, es solo que de verdad siempre pasa algo– –Hermanita ya te lo dije, esos son puros pretextos – Y ya no le respondí –Bueno ¿Y qué vas a hacer con lo de nuestra primita?– –Voy a hablar con ella, no es justo que Jime se meta en problemas por mi culpa, así que tengo que evitar que eso pase– –Muy bien, además sabes que ella siempre está dispuesta a ayudarte– –Lo sé, por eso voy a decirle a Jime que le llame mañana, ya es hora de hablar– –Así me gusta– Y una vez más nos quedamos calladas y claramente pude oír como abrían su puerta. –Hija ya es hora– Escuché la voz de mi madre y algo dentro de mí se emocionó por escuchar su voz. –Si mamá, solo termino la llamada– –¿Es tu hermana?– Y mi pequeña Lagartija no respondió –¡Dame el teléfono!– –Cielo ¿Eres tú? ¿Estás bien? ¿Necesitas dinero? Sabes que puedes usar tu cuenta, prometo no ir a buscarte si es lo que te preocupa– –Tengo un empleo– Le respondí tranquilamente –Estoy bien– Y pude oír como mi mamá se emocionó al escucharme. –Cielo, tenemos que hablar, sabes que te quiero y no fue mi intención el molestarte– –Oh Mamá. No fuiste tú, yo…– Y era hora de pedirle una disculpa a mi madre –Yo lo siento mucho– Y mi voz se quebró. –No Cielo, no llores, todo va a estar bien, todas las familias tienen problemas, ya verás que vamos a solucionar esto, pero necesitas regresar, en verdad necesitamos hablar– –No, aún no, necesito tiempo– Le dije con voz llorosa a mi madre. Guardó silencio un par de segundos y la escuché soltar un ligero suspiro. –Está bien Cielo, pero en cuanto necesites algo no dudes en llamar– –Sí– –Te quiero– Me dijo mi mamá de la manera más dulce, solo como ella sabe hacerlo. –Yo más– Y entonces escuché de nuevo la voz de mi hermanita. –Creo que le acabas de alegrar el día a mamá, deberías de ver cómo está sonriendo, aunque también está llorando– –Bueno, no es la única– Y es que después de mucho por primera vez en muchísimo tiempo me sentí muy bien. –Tienes que hablar con esa chica, no dejes que pase más tiempo–

–Lo haré– –Bueno, ya es hora de ir a trabajar. Mamá ya me está esperando en la puerta– –Dales un beso a cada una– –Lo haré. Te quiero– –Yo igual Lagartija– Y después de cortar la llamada me quedé dormida. Soñé con mi familia y con ellas estaba Lena me hubiera parecido extraño pero la sensación que sentí fue de bienestar y de que el lugar correcto de ella es junto a mí, junto a mis madres y mi hermana. Fue un sueño raro no recuerdo muchos detalles de él pero sé que fue hermoso y perfecto. Aún era muy temprano cuando escuché que alguien tocaba a la puerta, no quería levantarme, no tenía más que unas cuantas horas de haberme quedado dormida. –Quiero dormir un poquito más– Con suerte y vuelvo a soñar con Lena, pero quien tocaba la puerta volvió a insistir, di un par de pataletas y sin muchas ganas me fui directa a la puerta. –Buenos días Kim, no te parece que hoy es un día de lo más hermoso– Deslumbrante esa sería la palabra que la describiera y yo… –Diablos– Y cerré de un golpe la puerta, me miré y –¡Diablos!– Estoy horrible, la blusa del pijama al revés, el cabello revuelto y seguramente un pequeño surco de saliva seca en mi mejilla, pero no podía dejarla afuera y volví a abrir –Lo siento– Y como si supiera lo que había pensado se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. –Estás hermosa– Y de nuevo esa sensación de pertenencia me invadió y una sonrisa tonta se instaló en mi cara –¿Quieres salir a dar un paseo? – –Me encantaría– Y esa sonrisa ladina que últimamente lleva en su rostro apareció una vez más. –Perfecto entonces te veo en treinta minutos– Se dio media vuelta y entró de nuevo a su departamento. Veinticinco minutos más tarde estaba más que lista, no sabía que planes tenía Lena así que me vestí de Jeans, una playera militar, tenis cómodos, una gorra y mis lentes oscuros –Lista– Y lo mejor, sin saliva surcando mi cara. Salí al pasillo y justo en ese momento la vi salir de su apartamento ¿Deslumbrante? Sí, ¿Hermosa? No, esa palabra se queda corta, creo que no hay palabra alguna que pueda expresar la belleza que veían mis ojos. Un vestido blanco con flores resaltaba su figura, unos ligeros tirantes que me permiten ver sus delicados hombros y que lo llevara por arriba de la rodilla Dios esta mujer me quiere matar. –¿Lista?– Su voz hizo que mi mirada se dirigiera a sus ojos. Estoy jodidamente perdida. –Sí, ¿A dónde vamos?– –Ya verás– Caminamos por el pasillo y entramos al elevador.

–¿Y es lejos?– –No mucho– –¿Iremos en la moto?– –No, tomaremos el camión– Salimos del edificio y seguimos caminando por la acera. –Ok, anda dime ¿A dónde vamos?– –Eres muy curiosa– Me dijo con una sonrisa. –Sí, mucho, así que acostúmbrate no dejaré de preguntar– –Eso es bueno– Caminamos un par de cuadras en silencio. –¿Qué es eso?– Le dije señalando un cuadernillo que sobresalía de su bolso. Un ligero sonrojo apareció en sus mejillas que me llamó mucho la atención. –Te lo enseñaré luego– –Ok– Nos subimos al camión y durante 20 minutos nos dedicamos a contemplar lo rápido que se mueve la ciudad, o por lo menos eso es lo que intentaba aparentar porque mi mente estaba en Lena, la chica de cabello marrón y ojos de ensueño que está sentada a mi lado. No puedo dejar de pensar en sus palabras. –Ok, lo intentaremos– –¿Intentar qué?– –Lo que sea que está pasando entre nosotras– ¿Qué hago? Quiero hacerlo, quiero decirle en verdad quien soy pero… –Lena…– Y una vez mas no puedo hacerlo. –Llegamos Kim– Tomó mi mano y bajamos –Taraaaaan. Bienvenida al Jardín del arte de San Jacinto– –Vaya– Lo que vi a mi alrededor fue un parque pequeño junto a una pequeña iglesia, calles empedradas y muchas, muchísimas pinturas. –El Jardín del Arte, es la "Galería al aire libre más grande del mundo"– Me comenzó a decir Lena mientras caminábamos entre las personas – Tiene exposiciones los fines de semana desde hace más de 50 años, aquí se pueden encontrar pintura, escultura, arte y todos los objetos o utensilios que necesites... diversas técnicas, óleo, grabado, acuarela, acrílicos, de todo y de todos los tamaños– –Todo es muy hermoso ¿Pero qué venimos a hacer aquí?– –Ven– Una vez más tomó mi mano y esa sensación de hormiguitas recorriéndola apareció una vez más. Nos detuvimos donde una señora estaba dando clases de pintura a unos cuantos niños. –Buenos días señora Domínguez–

–Buenos días Lenita, ¿Cómo has estado?– En el instante que Lena me soltó la mano me sentí tan lejana de ella a pesar de que tan solo estaba a unos centímetros de mí, es tan raro nunca había sentido cosas así y me agradan tanto. –Muy bien…– Parecía que Lena y esta señora se conocían, su sonrisa y la forma tan cálida con la que conversaban me daba la impresión de que su relación ya era de mucho tiempo, mientras ella charlaba me dediqué a ver a los pequeños que daban su máximo esfuerzo en sus obras de arte. Algunos eran simples garabatos en un lienzo pero podía ver la entrega y dedicación, y lo mejor de todo era la sonrisa cada vez que con el pincel delineaban un trazo. –Ya podemos irnos– Me susurró en el oído y un escalofrío recorrió mi cuerpo. –¿Ya… ya, ya terminaste?– Vi que en su mano llevaba un nuevo cuadernillo y unos cuantos carboncillos. –Si– Y sentí su mano deslizarse por la mía hasta que entrelazó nuestros dedos, yo solo la sujeté muy fuerte. Seguimos caminando y mirando algunas pinturas, ella me guiaba por el lugar y yo solo la seguía aun con nuestras manos entrelazadas. Su cabello ondeaba con el viento, su sonrisa que ilumina su rostro cada vez que me volteaba a ver y esas miradas que me dedica solo a mí. Sí, sé que son solo para mí y de repente una calidez invadió todo mi ser y ese sentimiento tan correcto tiñó de carmín mis mejillas. La quiero… la quiero. –La quiero– –Perdón ¿Dijiste algo?– –Eeeeeh– No sé qué habrá visto en mi rostro, pero esa sonrisa sagaz ya muy de ella apareció de nuevo. –Vamos– Dijo y yo felizmente la seguí. Llegamos hasta la sombra de un árbol y después de más de treinta minutos separamos nuestras manos para sentarnos debajo él –Es para ti– Me dijo entregándome su cuadernillo y un ligero rubor tiño sus mejillas. Lo tomé y una vez abierto, no sabía que decir por su contenido, eran dibujos, muchos dibujos hechos al carboncillo, levanté la mirada hacia ella quien me veía expectante. –Te he observado, desde hace mucho– Una vez más me dediqué a observar los dibujos, en ellos estaba yo, eran dibujos de mí. En el bar con la peluca azul, de mis ojos, mi perfil, recostada entre los arbustos frente al edificio, un par más en la azotea fumando con mi mirada perdida en la nada y el que más me llamó la atención era uno donde estaba dentro del elevador con las gafas puestas y una expresión de enfado bajo ellas y con mi dedo tocando con énfasis un hombro, era del día que la vi la primera vez. –Sentí chispas ese día– –Estabas muy enojada, lo sé, te debo aún tu tintorería– Le dije apenada.

–No– –¿No estabas enojada o no te debo la tintorería? – –Me refiero a que ese primer día cuando me tocaste, sentí una electricidad en mi cuerpo como nunca antes. ¿Estaba furiosa? Sí, pero no pude olvidar la sensación, me duro días, te volviste parte de mis pensamientos en el día y durante las noches. Después en el bar la chica de peluca azul y ojos intensos me deslumbró, no tenía idea que fueras tú, tenía tantas ganas de tocar tu piel que la única forma de hacerlo fue plasmarte en papel, pero ahora…– Y diciendo esto se acercó aún más a mí y con la yema de su dedo tocó mi mejilla. –Lena me… me haces cosquillas– –Es como lo imaginé, tan suave y te pones toda chinita, me encanta– No pude evitar cerrar los ojos por la sensación, ya no solo era un dedo el que tocaba mi mejilla si no toda su mano. –No creí que fueras así– Le susurré. –¿Cómo?– –Tan impulsiva– –Pues mira a la que se viste toda ruda y es una niña tierna– Su mano aun recorría mi mejilla mientras su dedo pulgar se dirigía a mis labios –No siempre somos lo que aparentamos…– Guardó silencio por un instante, podía sentirla aún más cerca, pero no quería abrir los ojos, yo solo quería seguir sintiendo –Lo que dije anoche es cierto, me gustas y lo intentaré todo para tenerte– Abrí los ojos de golpe y antes de poder decir algo sus labios atraparon los míos en un dulce y casto beso. Solo fue un roce, pero ese simple roce desató una tormenta dentro de mí. –Wow– La vi morderse el labio y mi instinto me decía que quería más, más de ella, de su boca. Me acerqué a ella –Quiero beso– Y estaba a punto de sentir la tibieza de sus labios una vez más pero su dedo me lo impidió –Quiedo besho– – ¿Y la impulsiva soy yo?– Yo solo sacudí la cabeza en forma afirmativa – Jajaja ok tengo la culpa de que estés así– –Sí, tú algo fundir– Le dije señalando mi cabeza. –¿Puedes ser más adorable?– Tomó mis mejillas y las apretó fuerte –No te preocupes te daré todo lo que quieras– –¿Ya?– –Noo jajaja y no me pongas esa carita te los daré, pero antes quiero que nos conozcamos mejor me gustaría saber miles de cosas de ti– Y como si una descarga llegara a mi cabeza, mi cerebro se encendió y comenzó a trabajar a toda velocidad. Era mi oportunidad de ser sincera –Sé que tú eres la curiosa pero déjame conocer a la chica de peluca azul y mirada de color del cielo que me cautivó ¿Está bien?– Yo solo asentí –Mmm veamos…– Un par de minutos después y unas cuantas preguntas me desesperé –No es justo yo también quiero saber todo eso de ti–

–Ok, ok chica curiosa, mi color favorito el azul por supuesto– Me guiñó el ojo y fue imposible no sonrojarme, ella solo sonrió – Me encanta cocinar, la abuela me enseñó todo lo que sé, cantar amo cantar pero no lo veo como algo con lo que me gustaría vivir– –¿A qué te gustaría dedicarte entonces?– Le pregunté. –Tengo una licenciatura en publicidad y mercadotecnia– –Vaya yo también solo que la mía es publicidad y relaciones públicas– –Quien lo hubiera imaginado– –¿Entonces quieres trabajar en la publicidad?– –Claro que sí, incluso una amiga… bueno más bien la casi novia de Jime…– La simple mención de mi prima hizo que me tensara un poco –Me consiguió una entrevista en la mejor agencia de publicidad de México– Eso quiere decir que quiere trabajar en la agencia de… –Pero lamentablemente no pude presentarme– –¿Por qué?– –Bueno un pequeño accidente en el elevador y una blusa llena de café fue la razón– –Dios Lena perdón, en verdad perdón, cuanto lo siento– –Hey, hey no te disculpes también fue mi culpa estaba tan nerviosa que no me fijé y bueno después estaba tan molesta y tan impactada contigo que se me olvidó, así que no fue solo tu culpa, además hay que ver lo bueno que salió de eso, si eso no hubiera ocurrido no estaríamos aquí ¿No?– –Sí, tienes razón pero aun así lo siento– –Ya déjalo, además lo único malo es que mi blusa que por cierto era una Emilie Andretti, quedó inservible– No puede ser. –Te compraré una nueva– Y Lena me sonrió –No te preocupes solo es una blusa– –Sí, una muy cara– –Vaya sabes de ropa– Y ahí estaba mi oportunidad una vez más pero –Pero claro, de seguro te pusieron a investigar sobre marcas en la escuela– Pude haberle dicho por qué sé de esa marca en especial pero se acercó a mí de nuevo y con su voz me hipnotizó –Y ahora dime tú, tus trabajos son solo temporales o también piensas trabajar en la publicidad– –Espero trabajar en mi carrera, por lo que mis empleos ahora son temporales– Crecí junto a dos publicistas, como no amar esa carrera –Pero por ahora no creo, aún no he podido titularme y necesito hacer antes muchas cosas– Podía ver en su mirada el querer preguntar qué cosas son esas y yo bien pude hablarle de ello, de todo, de quien soy, pero no sé qué pasa conmigo y ella lo notó así que prefirió cambiar de tema y se lo agradezco. –¿Cuantas novias has tenido?–

–Con ese título solo una y duré tres meses– –¿Tan poquitas?– –Juliette… En esa época no tenía ojos para nadie, siempre tuve esperanzas que algún día me hiciera caso, era una ilusa, mi entonces novia se dio cuenta que no la quería como ella a mí y pues mejor lo dejamos– –Oh ya veo– –No sé, tal vez y sea una pasada de moda pero creo en el amor verdadero y espero mi otra mitad– –Awwww, eres una romántica y eso es tan lindo– –Y tú ¿Cuantas novias?– –Yo he tenido mmmm dos, a Vicky y Pepa, aunque mi abu siempre dijo que Pepa no contaba– Y de repente pareció dudar –Pero he salido con suficientes chicas, solo amigas con derecho pero nada serio realmente– –¡Ooooh!– Y jamás creí que ella fuera así, es solo parece del tipo de chica de relaciones serias. –¿Te preocupa que solo te quiera como amiga?– –Amiga con derechos realmente– –Ahora somos amigas y quiero tener el derecho de algo más, pero no como lo que piensas Kim, quiero todo y más si se puede– –Me asustas ¿Sabes? Eres tan intensa y directa– Me asusta un poco y debería correr, pero por más que quiera no puedo... Mejor dicho no quiero. Ella es tan diferente y eso me gusta. –Eso lo hace aún más interesante, me da más ánimos a ir tras de ti… por si quieres salir corriendo– Me sorprendió es como si supiera en lo que pensaba –¿Te acostaste con la tal Juliette?– Y esa pregunta me sorprendió aún más. –No, claro que no– –Aún sientes…– No la dejé continuar. –Ella ya no significa nada para mí, llegó el momento que hasta su nombre me dolía escuchar, ¿Sabes que es lo peor? Que la esposa de la socia de mi mamá se llama así– –¿La esposa?– –Sí– –Parece que vives en un mundo de puras lesbianas, Jajajaja perdón es que tus mamás, y... la socia de tu mamá, ¿Hay más?– –Bueno pues tengo una tía que también es lesbiana, en realidad no es mi tía, pero es una de las mejores amigas de mi mamá y ella la ve como de la familia y pero si tengo tías hetero que realmente …–

–Tampoco son tus tías– –Jejejeje lo sé, es un poco raro solo que son amistades de muchos años de mis mamás y todos formamos una gran familia, pero mi mamá si tiene una hermana y no, ella no es lesbiana por si te lo preguntas– Y Lena sonrió –Como te dije es algo raro– –No me parece raro, me parece algo muy lindo ¿Quieres algo así?– –¿Qué cosa?– –¿Una familia grande o pequeña… hijos?– El corazón se me aceleró a mil por ahora ¿Qué le puedo decir? ¿Qué respondo a eso? –¿Eh? Sí– Respondí con duda. –Yo también– Y no pude evitar imaginarme con ella y un pequeño bebé –Y no es que quiera adelantarme ni que te esté proponiendo tener hijos pero tengo curiosidad– –Sí, quiero una familia, quiero dos o tres pequeños, es bueno tener hermanos. Yo por ejemplo no sé qué haría sin mi pequeña hermana– Un apretón de manos, fue su respuesta. –¿Eres adoptada?– –No y sí, soy hija biológica de una de mis madres y mi otra mamá me adoptó– –Oh vaya y tu hermana fue así también– –No, ella si es hija de ambas– –Mmm– –Un óvulo fecundado de mamá fue implantado en mami– –El método Ropa*– –Así es– –¿Entonces tú no fuiste?... ¿Cómo se dice? – –Jajajaja no sé, pero sí, mis madres escogieron el mismo donador para las dos, pero yo no soy como mi hermana, mi mamá biológica es la que me tuvo en su vientre nueve meses y mi otra mamá me adoptó y crió como hija propia. Jamás hubo diferencias entre mi hermana y yo, a ambas nos quieren igual, sé que le dije a mamá que no era mi madre, pero no es así, ella es la mejor madre del mundo yo solo estaba enojada y confundida pero creo que ya estamos mejor– Le dije sin respirar, hay veces que me parezco tanto a mi mamá. –¿Conoces a tu… al donador? – –No, nunca nos interesó, solo sabemos que salió de un catálogo, así que no creímos que importara conocerlo. Mi mami me contó que mamá fue la encargada de empujar el embolo de la jeringa cuando planearon tenerme, pero asegura que hizo más que eso porque mamá y yo somos muy parecidas en el carácter–

–En verdad eres adorable– Y me dio un beso en la mejilla –¿Hablaste con ella?– –Sí, anoche, no hablamos mucho, pero creo que ya está todo bien– –Me alegro mucho por ti– –¿Y tú?– Dejó escapar un suspiro. –La semana pasada intenté verlos una vez más y no puedo imaginar que tus padres te nieguen, pero los míos sí, mi madre dijo que no tiene hija, ¿Qué puedo hacer sobre eso? Ya me cansé ¿Sabes? Siempre lo supe desde el momento en que me pusieron en ese avión, supe que había perdido a mis padres. Durante todos estos años no recibí una llamada, solo que la abuela… ella siempre tuvo la esperanza de que mis padres recapacitaran, pero como ya te lo dije no me hacen falta– –Lo siento mucho Lena– –No te preocupes realmente estoy mejor sin ellos– Y la abracé, sabía que lo necesitaba tanto como yo, sus brazos me rodearon y su calidez llegó a mi cuerpo, era una sensación realmente increíble – Se siente tan bien estar así– –Sí– Nos quedamos en silencio, no sé por cuánto tiempo pero no nos separamos, es tan correcto tenerla entre mis brazos. –Kim– Sonó su dulce voz en un susurro cerca de mi oído. –¿Mmmm?– Yo no quería hablar solo quería estar acurrucadita en su cuerpo. –¿Eres virgen?– –¡Lena!– Y el color rojo cubrió mi cara y me separé para verla a los ojos. –¿Qué?– Y me miró de la manera más inocente, pero con esa sonrisa traviesa. Diablos definitivamente Lena no es lo que me imaginaba y eso me fascina –No es nada del otro mundo esta pregunta– –¿Pero en un parque?– Y gire de un lado al otro para ver que nadie nos estaba escuchando. –No tiene nada de malo ¿O sí?– –No– –¿No, de que no tiene nada de malo o no de…?– –Lo primero, no soy virgen– Le dije en un susurro. –Assh, me hubiera encantado ser…– –¡¡Lena!!– Y el carmín se intensificó aún más en mi cara. –Adorable, eres adorable– Me dio un beso en la mejilla y la vi ponerse de pie y tenderme la mano para ayudarme a levantarme –Si no nos vamos no llegarás a tu trabajo– Miré mi reloj y era verdad las horas se me había ido volando junto a ella. Caminamos de regreso, con una mano sostenía junto

a mi pecho el cuadernillo que me había regalado con mis dibujos y la otra iba fuertemente entrelazada con la de Lena. –Una cosa más– Me dijo mientras caminábamos entre las pinturas. –Dime– –¿Te molesta que sea así?– Sabia lo que se refería. –No, realmente me… me gusta– Aunque de repente me da miedo, pero como dice mi mami los miedos hay que superarlos. –Ok, entonces dime ¿Qué es lo que más te molesta?– –Mmmm no lo sé, creo que nada en si– –Bueno yo creo que sí, solo que no lo sabes aún– –Puede ser ¿Y a ti qué te molesta de una persona?– –Que no sean honestas, es lo que más odio, no perdono a los que me mienten, estaba pensando en la perra que te mintió y utilizó, me encantaría tenerla frente a mí ahora mismo, que coraje es… es una maldita. Yo no soportaría que me mientan y más si es sobre algo importante, en verdad es algo que difícilmente lo perdonaría– Una voz en mi interior me gritaba con fuerza, sé sincera hazlo ahora, no dejes que pase más tiempo. –Por cierto, Elena Alonso– Me dijo extendiendo su mano hacia mí, la miré sin comprender – Creo que no nos hemos presentado como se debe, soy Elena Alonso mucho gusto– Y teniendo una lucha dentro de mí entre hacer lo correcto o no y el miedo ganó, ese miedo a perderla e hice lo que jamás imaginé… estreche su mano callé la voz de la razón y seguí mintiendo –Kim Rodríguez– Entré a mi apartamento y esa nube donde me encontraba se esfumó una vez que cerré la puerta y todas las emociones cayeron de golpe sobre mí –Soy una basura–

Después de la salida con Lena, no podía dejar de pensar que le había mentido a propósito, me sentía mal, muy mal el peor día que he tenido y todos lo notaron, en el restaurante me equivoqué en las entregas y por primera vez el señor Chao me llamó la atención. Puse mi mayor esfuerzo en concentrarme y solo así pude sacar el día, y por la noche en el bar no me fue mejor y más sintiendo la mirada de Lena sobre mí. –Te pasa algo Kim ¿Estás bien?– Me preguntó Lena una vez que llegamos juntas a nuestro edificio. –Estoy bien– –¿Segura? Estás rara, distante, ¿Fue por lo de hoy? ¿Te asusté?– Me acerque a ella para que me abrazara y lo hizo con fuerza, algo en mí necesitaba sentirla de esta manera–¿Kim?– –No, nunca…. solo que… fue un día muy largo, solo estoy cansada–

–Te creo– Me separé un poco de ella y todo ese temor que sentía se esfumó con tan solo mirarla a los ojos –Pero quiero que me digas cuando no te sientas bien y todo eso, me preocupas ¿Trato?– Y me sonreí –¿Por qué te ríes? Lo digo en serio– –No me río por eso, es que recordé algo– –¿Y es gracioso?– –No, es que mis mamás siempre hacen tratos– –Aja– –Y… y los cierran con un… un beso– –Eso lo puedo arreglar– Y diciendo eso por segunda vez en este día posó delicadamente sus labios sobre los míos –Entonces ¿Tenemos un trato?– –Sí, claro que si Lena–

Una vez mas no pude dormir, solo tenía en mi cabeza a Lena, sabía que, lo que estaba haciendo no estaba bien, que era un error y que tarde o temprano la heriría. Lo sé estoy consciente de ello, pero por otra parte no puedo dejar de hacerlo cada vez que no estoy a su lado, toda culpa y remordimiento me sobrecoge pero cuando la veo, me mira y me sonríe todo eso se me olvida y no me importa seguir ocultándole la verdad de quien soy. El sueño me venció en algún momento de la madrugada, cuando abrí los ojos eran casi las 10, me sentía mal, mucho, sentía que mi pecho estaba por reventar, quería llorar, gritar, necesito a mis madres, escucharlas, quiero un consejo, tomé el teléfono con la intención de hablarles pero algo me detuvo, me quedé mirando el celular. –No, no puedo, ya suficiente tiene con el hecho de que me fui– No puedo molestarlas con esto. Dejé el celular en el buró y me dirigí a la ducha. Sentir el agua deslizarse por mi cuerpo siempre despeja mi cabeza. Salí de esta y miré mi reflejo en el espejo –¿Qué se supone que estás haciendo E…?– Dios ni siquiera puedo decir mi propio nombre –Esto está mal, está mal– El sonido de la puerta me sacó de mis pensamientos. Un hola, un beso en la mejilla y de nuevo todo está bien en mí. –¿Me invitas pasar?– –Claro, adelante ¿Desayunas conmigo?– –Porque crees que vine– Me dijo sonriente y me enseñó una bolsa del supermercado. Unas tostadas, jugo de naranja y fruta, fue nuestro desayuno, pero esta vez desde que llegué a esta ciudad el departamento se sentía vivo, la risa de Lena llenaba el lugar. –Me gusta cómo está decorado el departamento ¿Es tuyo?–

–No, es de una amiga, ¿Sabes… quien vivía aquí?– –No, el departamento donde vivo era de mi abuela, pero solo lo usaba cuando venía de vacaciones cuando yo era pequeña y una sola vez vine, solo recuerdo haber visto un par de niñas salir de aquí pero no tengo idea de quienes eran o si vivían aquí ¿Puedo ver tu habitación?– –¿Para qué?– –Jajaja no me veas con cara de susto, te juro que mis intenciones no son llevarte a la cama… por ahora– Esto último lo dijo en un susurro pero claramente lo escuché. Me va a matar, esta chica va a terminar conmigo. –No hay mucho que ver– Le dije mientras entrábamos a la habitación– Ya todo estaba amueblado cuando me mudé y no tengo muchas pertenencias– –Me gusta la cama, es enorme– Y diciendo esto se sentó en ella y posteriormente se recostó y abrazó a mi pequeño gato de peluche. –Huele a fresas– –Sí, para mi hermana y para mí eso sigue siendo un misterio, ese gato tiene más años que yo– –Este hermoso con sus ojos raros me gusta– Tenia envidia del gato, yo quiero estar entre sus brazos. –No te di las gracias– Le dije mientras me sentaba en la cama. –¿Por qué?– –Los dibujos, están hermosos, eres muy talentosa– –Tenía una hermosa chica en la cual inspirarme– Nos quedamos mirando por un instante, me encanta verme reflejada en sus pupilas, Lena se acercó a mí y tomó mi mano –Ven conmigo– –¿A dónde?– –Ayer olvidé decírtelo pero me voy de campamento– – ¿Cuál? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Cuántos días?– –Señorita curiosa– Y con su dedo índice me golpeó la punta de la nariz –Es por una semana, ¿Dónde? No estoy muy segura, Pau es la que lo organizó y es para respirar aire puro y despejarse un poco de la ciudad, meditar… ya sabes, solo relajarnos un poco y así poder escribir las letras de las nuevas canciones que vamos a tocar ¿Anda ven conmigo?– –Yo…– –No me digas que no, Rox y Sasha irán juntas y a Pau la acompaña su novio, Jime y su casi novia no van porque tienen que trabajar, anda no me dejes ir solita– –Pero es que yo…– Lena me jaló del brazo que me hizo caer en la cama y se abrazó de inmediato a mi enterrando su cabeza en mi cuello. –Cariño anda di que sí, dormiremos así acurrucaditas–

¿Cómo decir que no a esto? –No puedo, me encantaría pero no puedo Lena– –¿Pero por qué?– Me preguntó mientras se acurrucaba más junto a mí. –Al... al señor Chao no puedo tan solo dejarlo así, no tiene a nadie más para la entrega de pedidos y quien ayudará a Jime– Además si no trabajo en una semana ¿De qué viviré? No me puedo dar el lujo de faltar un solo día. –Pero apenas estamos comenzando esto que tenemos y no quiero estar lejos de ti– Me di la vuelta para quedar frente a ella, la miré a los ojos. –¿Tienes que ir?– –Lo planeamos hace más de un mes no puedo cancelar ¿En verdad no puedes ir?– Aparté un mechón de cabello que caía por su mejilla. –No bonita, no puedo– –Te voy a extrañar mucho– –Toma– Miro al gato sin comprender –Ha estado conmigo desde que nací es para que te acuerdes de mí y no me extrañes tanto– –Aaaaawwwww, ¿Lo dices en serio?– Yo solo asentí y ella se abrazó a su ahora gato de peluche. Solo espero que la Lagartija no se entere que le di a Minino. –¿Y cuándo te vas?– –En media hora– –¿Y apenas me invitas?– –Me traes loca, todo se me olvida– Y no pude decirle nada porque yo también ando en las nubes por su culpa. Está hermosa, con su cabello un poco revuelto por estar recostada, sus mejillas un poco sonrosadas, la quiero y debo ser sincera. –¿Lena?– –Si– –Me gustaría hablar contigo de algo importante cuando regreses– –Pero mira que carita tan seria, hablaremos todo lo que quieras Kim, todo– La acompañé a la puerta y con un ligero beso en los labios nos despedimos. Espero que esta semana que estemos separadas encuentre el valor para decirle la verdad a Lena.

Han pasado tres días desde que le dije a mi hermana que hablaría con nuestra prima, pero lo que pasó con Lena me llenó la cabeza de cosas y bueno más bien el armarme de valor tuvo mucho que ver. Así que le pedí permiso al señor Chao de salir temprano y me dirigí al bar, cuando entré pude notar que Jime estaba muy nerviosa.

–¿Estás bien?– Le dije sujetando su hombro para que detuviera lo que estaba haciendo. –Sí, solo que no sé…– Me dijo mirándome fijamente –Tengo el presentimiento de que algo va a pasar– –¿Algo bueno o malo?– –Es lo que no sé, simplemente es una sensación de algo extraño– –Calma Jime, todo va a estar bien. Además se supone que yo debería de ser la que está nerviosa– –Lo sé Kim, es solo que no de verdad no entiendo que es esta sensación– Y me acerqué a ella y rodeé su cuello con mis brazos y ella me tomó de la cintura como siempre. –Tranquila, todo estará bien– Y me acerqué para darle un beso en la mejilla. –¿Para eso querías que viniera?– Dijo una voz que obviamente reconocí –¿Quién carajos es ella Jimena? No es posible ¡No lo es! Eres una maldita Jimena– Oh, oooh. –Amy por favor espera– Dijo Jime mientras trataba de acercarse a mi prima Amy –No es lo que piensas– –¡Oh por favor! No me vengas con esas cosas Jimena, jamás pensé que fueras capaz de mentirme– –Amy– Le llamé, pero mi prima estaba fuera de sí. Ella volteó a verme pero por increíble que parezca no me reconoció. Me miró fijamente y yo solo le sonreí, me quité las gafas obscuras y su cara de enojo cambió a una de sorpresa. –¡Oh por Dios! ¿Eres tú?– Y yo solo asentí –¿Tú sabes quién es ella?– Le preguntó a Jime mientras me señalaba. –Sí, lo descubrí hace unas semanas, ella me prometió que iba a decirte– –¿Lo sabías y no me dijiste?– Y Jime se quedó muy quieta. –Es que Amor, ella me dijo…– Y mi prima levantó su mano para que Jime no siguiera hablando. –No quiero saber, no me interesa Jimena– –Amy, no es culpa de ella, yo le pedí…– Y mi prima hizo lo mismo conmigo, levantó su mano para que no hablara y respiró profundamente. –Mira Elizabeth no sé porque le pediste eso a Jimena pero bueno, lo que me molesta es que ella sabe lo muy preocupada que estaba por ti y no me dijo nada– –Ella apenas se enteró, solo han sido unos días y me dijo que yo tenía que hablar contigo– –¡Ya déjalo!– –Pero Amy, es que…– –¡Te dije que ya lo dejes! Tengo que irme, necesito calmarme– Amy empezó a caminar hacia la salida.

–Amor por favor– –No, no quiero hablar contigo– Le gritó a Jime que trataba de aclarar las cosas con mi prima. –Pero Amy, por favor escúchame, déjame hablar– Le dijo Jime mientras sujetaba su mano, pero mi prima se liberó de una forma muy ruda y sin decir nada la fulminó con la mirada, para después salir del bar. Es tan parecida a mi tía Isabel que me asusta. Mi amiga solo se dejó caer de rodillas y se llevó las manos a la cara. Me acerqué a ella –Voy a solucionar todo Jime, ya lo verás, solo ten calma– Y sin dejarla responder salí en busca de mi muy enojada prima. La vi cuando se subió a su carro, y aunque la llamé no me hizo caso. Sin ponerme el casco me subí a la moto. Sé que mi madre siempre me advirtió que jamás me subiera a una moto sin usarlo, pero no podía dejar que Amy se fuera así. Tenía que solucionar todo y es que Jime solo intentó ayudarme. No, no podía dejar que mi amiga pagara por mi culpa. La seguí varias calles y cada vez que estaba por alcanzarla ella aceleraba, sin perder tiempo me metí en una calle para poder cortar camino y aceleré todo lo que pude, cuando di vuelta para incorporarme a la avenida por donde Amy tendría que pasar mi moto derrapó, no pude controlarla y simplemente perdí el control. Todo fue muy rápido, en un momento estaba derrapando y en el siguiente solo sentí como mi cabeza golpeó con algo. No pude levantarme, simplemente no podía, todo me daba vueltas y las voces empezaron a aparecer a mí alrededor. –¡Oh por Dios Elizabeth!– Escuche a Amy a mi lado–Cielo, ¿Pero qué hiciste?– –Ella no tiene la culpa– Le dije en un susurro, intenté girarme a verla pero me dolía mucho la cabeza. –Calma Lizie calma, no hables y trata de no moverte– –Pero es que Jime– –Shhh, luego hablamos– Y mis ojos se cerraron –Lizie por favor abre tus ojos– –Tengo sueño Amy– –Pero no puedes dormir– –No las llames, voy a estar bien. Solo déjame… déjame dormir un poco– –Lo sé Cielo y no te duermas Lizie– Me acarició la mejilla y mi prima me quitó un mechón de cabello que cubría mi ojo derecho – Dios hay mucha sangre ¡Por favor que alguien llame a la ambulancia!– Y muchas voces se escucharon, pero por más que me resistía no pude evitar cerrar los ojos –Lizie… ¡Lizie!– Si, por algo mi mamá Alex siempre me dijo que jamás me subiera a la moto sin casco.

*Una opción diferente, menos conocida por su novedad y por el hecho de que únicamente se realiza y es legal en pocos países, es la técnica ROPA, también conocida como Maternidad Compartida (“ROPA” es la abreviación de “Recepción de Ovocitos de la Pareja”). El método ROPA se ha

convertido en una elección cada vez más popular entre lesbianas. Como su nombre indica, la principal característica de esta técnica es que el tratamiento de FIV se comparte entre ambas mujeres: una de ellas se somete a la estimulación ovárica y aporta los ovocitos. Éstos se obtienen mediante punción ovárica y son fecundados con semen de donante procedente del banco de semen de la misma manera que en una FIV corriente, con la única diferencia que los embriones se transferirán al útero de la otra mujer, que gestará el embarazo y dará a luz. De esta manera, las dos mujeres participan activamente en traer al mundo a su hijo, siendo ambas sus madres biológicas: la primera como madre genética y la segunda como madre gestante.

Capítulo 5 Mi hermana Renne ¡Elizabeth, Elizabeth! ¿Dónde estás Amor? ¿Amor? Sabía perfectamente a quien correspondía la voz, lo extraño es que sentía que era muy normal el que esa persona que me gritaba me llamara así. –¡Elizabeth!– Y de repente unas manos me rodeaban fuertemente –¿Estás bien? Te he estado buscando – Me decía Lena mientras enterraba su cara entre mi cuello y mi hombro –Me asusté mucho cuando me avisaron de tu accidente– –¿Accidente?– –Sí, Jime me llamó para decirme que tuviste un accidente en la moto– Y entonces sentía como Lena comenzaba a llorar –Te dije que te cuidaras mientras no estaba– –Pero estoy bien, mira no tengo nada– Decía mientras la estrechaba aún más en mis brazos –Solo fue una pequeña caída– –Si es así ¿Por qué aun estas dormida?– Y entonces la separé de mí para poder verla –Tienes que despertar, ellas están preocupadas– –¿Quién?– –Tu sabes quién Elizabeth, anda Amor abre tus ojos, estoy por llegar– Y Lena se soltó de mi –Tienes que despertar ya Elizabeth– –¿Elizabeth?– Y es que apenas me di cuenta que ella me llamaba por mi verdadero nombre. –Luego hablamos Amor– Y rápidamente me dio un pequeño beso en los labios y después desapareció. Todo a mí alrededor se puso negro, y para mi sorpresa no tenía miedo, cerré los ojos y una suave caricia en mi mejilla me relajó, pero de repente toda esa calma desapareció, algo o alguien sujetaba mi nariz y no me dejaba respirar, me moví intentando liberarme y cuando abrí los ojos la vi. –¡¿Pero qué demonios haces Renne?!– Le grité a mi hermana mientras me incorporaba para intentar tomar aire. –Solo estaba intentando algo, además el doctor dijo que ya era hora que despertaras, ya no estás tan drogada como para dormir como bella durmiente– –Pero dudo que esa sea la forma de hacerlo– Le reclame mientras volvía a recostarme y repentinamente mi pequeña hermana me abrazó. –No vuelvas a asustarme así maldita rubia loca, mamá Alex siempre te ha dicho que uses el casco– Y me dio un manotazo. –Auch– Y es que un ardor recorrió mi brazo.

–¿Auch? No te quejes, que bien podría darte tu merecido ¿En qué estabas pensando? ¿Qué no ves que eres la única hermana que tengo?, No planeo ser hija única, no puedo yo sola con ellas– Me dijo aguantándose las ganas de llorar. –Renne– –Eres una idiota– –Renne tiene razón– Nos dijo una muy molesta Amy desde la puerta –¿En qué diablos pensabas al manejar de esa forma?– –Es que tú no querías hablar con nosotras– Me senté una vez más. –Pero no tenías que perseguirme de esa forma Elizabeth, además creo que aun recuerdas donde vivo ¿No es así?– Me dijo a modo de regaño. –Sí– Le respondí mientras agachaba mi cabeza. Y de repente sentí como Amy me abrazaba y yo la abracé a ella –Lo siento– –He estado muy preocupada, no sabía dónde estabas– Dijo apartándome de ella para que la viera a los ojos –Y cuando vi que eras tú la que abrazaba a Jime y que ella sabía que eras mi prima y no me había dicho nada, yo…– Y una lagrima se le escapó a mi prima. –Yo le pedí que no te dijera, tenía miedo de que llamara a Alex para decirle donde estoy– –Eres una tonta Cielo, si tú me lo pides jamás les diría nada a tus madres– Amy me miró con decepción –Tal parece que no me conoces– Me dolió que me viera de esa forma, porque nunca lo había hecho. –Yo lo siento Amy, es solo que tenía miedo– Y la abracé muy fuerte –Perdóname– Amy me estrechó entre sus brazos aún más fuerte de lo que yo lo hacía –No lo vuelvas a hacer– –No, ya no– Y de repente otro par de brazos nos estrechó a ambas. –Son tan cursis, pero así las quiero– Nos dijo Renne. Después de unos minutos así nos separamos, yo volví a acostarme en la cama y recorrí con la mirada la habitación – ¿Dónde están nuestras mamás?– Le pregunté a mi hermana que se sentó en un extremo de la cama, mientras Amy permanecía de pie a mi lado. –En casa– Eso me pareció realmente extraño. –Yo las llamé– Dijo mi prima mientras señalaba con un movimiento de cabeza a mi hermana – Necesitaba los papeles del seguro médico y llamé a tu casa– –Pero fui yo quien respondió el teléfono. Me diste un susto de muerte, no quiero imaginar si alguna de nuestras mamás contesta en mi lugar, por eso decidimos que lo mejor era que yo viniera antes para no asustarlas– –Pero estoy bien– Y fue hasta este momento que empecé a checar mi cuerpo para cerciorarme de que no mentía. Y a mi parecer no lo hacía, tenía algunos golpes y raspones en mi brazo izquierdo y una venda en mi muñeca derecha y una más sobre mi cabeza, tenía puesta una bata de hospital y

mis piernas estaba cubiertas por una sabana no podía ver si tenía una lesión más grave así que moví los dedos de mis pies y un dolor recorrió mi pierna izquierda pero de no ser por eso todo estaba bien. –Estás medicada por eso no te duele mucho, pero no te preocupes estarás bien. Y sí, nos asustaste, el golpe en la cabeza fue duro– Dijo Amy mientras se cruzaba de brazos –No vuelvas a actuar de esa forma Elizabeth, si lo haces te mato– Y aunque sabía que mi prima bromeaba algo dentro de mi tembló de miedo. –Te lo prometo– Le dije a Amy y su mirada cambió a una más serena –¿Cómo es que llegaste aquí?– Le pregunté a Renne. –En avión– –Ya lo sé tonta, me refiero a que fue lo que le dijiste a mis mamás– –Solo que me iba de vacaciones, que quería visitar a Andy– Si, Andy es la hija de mi tía Danielle, mi mamá dice que mi tía es tan egocéntrica que no se conformó con ponerle a su hijo Daniel, sino que le puso Andy a su hija menor y es que no es Andrea ni André, es solo Andy, mi mamá llegó a la conclusión que Andy suena casi igual que Danni incluso usa casi las mismas letras y aunque mi mami asegura que no es así, yo le creo a mi mamá Alex –Que necesitaba un tiempo a solas. Así que tomé el primer avión y aquí estoy– Terminó de explicarme mi hermana. –¿Cómo sigues?– Me estiré para alcanzar su mano y poder estrecharla. Y es que no es fácil recuperarse de una ruptura. –Muy bien, me he dado cuenta que hay más peces en el mar. Además no está mal ser soltera– –¿Eso significa que conociste a alguien?– No es posible que mi hermana se recuperara tan rápido a menos que… –Puede ser– Y me hizo un guiño. Hay veces que es inevitable no acordarme de mi madre cuando mi hermana hace este tipo de gestos. –Eres muy parecida a Ale ¿Lo sabías?– Dijo Amy, que al parecer estaba pensando lo mismo que yo –Aunque Lizie con ese nuevo look se parece mucho a Sam, solo el color de ojos es diferente– Y mi hermana y yo nos miramos fijamente para estudiar lo que Amy nos decía –Pero en definitiva si hablamos en actitud, tú– Me señaló –Eres igual a Ale y tú a la Princesa– Y mi hermana y yo sonreímos –Hacen gestos que solo ellas hacen y tienen el mismo carácter. Bien podrían ser clones de sus madres– Y ambas nos reímos. –Siempre nos dicen eso– Respondió mi hermana –Y bueno ¿Dónde está mi cuñadita?– –¿De quién habla?– Pregunto Amy. –De Lena– –¿Lena es tu novia?– Preguntó Amy muy sorprendida. –¡No! No lo es… aún no–

–Vaya ¿Quién lo hubiera dicho? Jime no me comentó nada– Dijo Amy mientras tomaba asiento en la cama a lado opuesto de Renne. –¿Ya hablaste con ella?– Le pregunté y es que aún no sabía cómo estaban las cosas entre mi prima y mi amiga. –Ya, hemos estado dos días aquí era inevitable no hacerlo, así que hemos tenido tiempo de aclarar las cosas– Me dijo mientras se sonrojaba y una linda sonrisa aparecía en su cara –Ya somos novias, me lo pidió ayer y bueno yo acepté– –¿En verdad? Me da mucho gusto, Jime es una excelente persona– Y abracé a mi prima y apreté su brazo mientras nos sonreímos. –Lo sé, aunque me dijo que tú le prometiste que ibas a hablar conmigo y que por eso ella no me comentó nada– –Y así fue. En verdad no quise ocasionarles problemas– Y un nudo apareció en mi garganta, Amy estrechó mi mano muy fuerte y la miré a los ojos. –Ya todo se solucionó, así que calma. Además el doctor dijo que tenías que estar relajada– Y con un leve empujón hizo que me recostara en mi almohada y ella se levantó para ponerse una vez más junto a la puerta. –Todo estará bien, aunque tienes más golpes y raspones en el lado izquierdo– Una vez más inspeccioné mi cuerpo –Ya te dijo Amy, estas medicada por eso no duele, tus piernas están como tu brazo, aunque la izquierda está más lastimada por el peso de la moto, pero no te quedarán cicatrices, tu muñeca está bien y bueno el golpe en la cabeza puede que mató una de tus dos neuronas pero podrás vivir sin ella, además ni que la usaras demasiado– Dijo Renne a modo de burla. –Tonta– –Pero así me quieres rubia loca– –Sí, así te quiero Lagartija– –Y bueno ¿Ya hablaste con Lena? ¿Ya le explicaste que no eres Kim?– Preguntó mi hermana. –No, aún no. Siempre que voy a decirle que no soy Kim algo sucede y bueno el otro día me dijo que no le gustan las mentiras, que jamás me perdonaría algo así y…– –Esperen un momento ¿Lena no sabe quién eres?– Me preguntó sorprendida. –No– Le dije a mi prima –Pero voy a hablar con ella, solo necesito el momento adecuado– –Y aunque no encuentres el “momento adecuado” tienes que hablar con ella Lizie, no puedes mentirle ¿Desde cuando eres tan miedosa?– Dijo Amy mientras se cruzaba de brazos –Tú no eras así– –Lo sé, es solo que…–

De repente la puerta se abrió y una muy preocupada Lena entro –¡Oh Kimi!– Y lo que sucedió a continuación fue… increíble. Lena sujetó mi rostro y me beso. Pero no cualquier beso, un beso de esos que te dejan viendo estrellitas. Incluso ella dejo caer una pequeña mochila que traía. –Me asusté mucho, vine en cuanto me avisó Jime– Me dijo al oído mientras me abrazaba. –Estoy bien– Y la abracé fuertemente mientras me llenaba de su rico olor del cabello. –Vaya, vaya, creo que con ese beso ahora si se te murió la última neurona que te quedaba– Dijo mi inoportuna hermanita. De inmediato Lena me soltó y se dio cuenta que no estábamos solas – Supongo que eres Lena, Yo soy Renne Ku…– –Rodríguez– Interrumpí a mi hermana, quien me miró confundida pero me siguió el juego. –Que tonta soy, jejeje hay veces que olvido mi apellido, Renne Rodríguez, la hermana de esta rubia loca– Y le dio un par de besos en las mejillas en forma de saludo. –¿Rubia?– Lena hizo un gesto raro al hacer esa pregunta mientras se sentaba junto a mí. –No puede ser, ¿Ni eso le dijiste?– Reclamó Amy –Hola… por cierto, y sí, esta tonta a la que acabas de besar es mi prima y ese cabello originalmente es rubio y no negro– Explicó Amy seriamente, mientras me fulminaba con la mirada y adelantaba todas las respuestas de las muy posibles preguntas que pudiera hacer Lena. –Kim ya me había dicho que se pintaba el cabello solo que no sabía que era rubia– Le dijo a Amy muy seriamente –¿Eres la que escapó de casa?– Me preguntó Lena. –No escapé– Le dije algo molesta a Amy –Solo me fui sin decirle a mis mamás. –Eso es escapar– Dijo Amy. –Ya, ya tranquilas fieras, si estamos conociéndonos... aunque creo que Amy ya conoce a Lena– –Sí, claro que sí, ella es la vocalista del grupo musical de mi novia– Le explicó Amy a Renne. –Así es… por cierto ¿Te acuerdas de la chica de la peluca azul?– Y Lena me miró fijamente y mi corazón latió muy rápido al mismo tiempo que un calor me inundó –Pues es tu prima– –¡Diablos!– Dijo Amy mientras se pasaba la mano por la frente –Esto es una maldita novela barata– En definitiva tengo que averiguar qué es eso de la chica de la peluca azul, pero ya tendré tiempo para preguntarle a Amy. De repente me dio sed, así que me serví un vaso de agua y empecé a beberlo lentamente. –Wow ¿Cantas?– Preguntó Renne entusiasmada. Y Lena se sonrojó –Sí– Dejé el vaso en pequeña cómoda y sujeté su mano para darle algo de confianza. –Quiero escucharte ¿Puedo?– –Claro cuando quieras puedes ir al bar, nos presentamos todos los jueves, solo avísame para ponerte en la lista y no tengas problemas para entrar–

–Perfecto, le diré a Dany y a Andy que me acompañen– ¿Dan? Y es que una gran sonrisa y un lindo sonrojo aparecieron en el rostro de mi hermanita cuando dijo su nombre, la miré fijamente pero ella como siempre me ignoró, se acercó a mí y me robo el vaso de agua para bebérselo. –Hablando de Dany, me dijo que te avisara que te consiguió de nuevo una entrevista en Kóot– Le dijo Amy a Lena y al escucharla mi hermana se atragantó con el agua. –¡¿Qué?!– Y de inmediato la fulminé con la mirada –Ah… digo… ¿Por qué no me avísate?– –Se acaban de conocer– Le dije entre dientes –¿Además qué puedes hacer por ella?– Mi hermana me vio fijamente y de repente un chispa iluminó sus ojos –Pues que yo conozco muy bien a Dany, no tanto como quisiera pero estoy trabajando en eso– –¡¿Qué?!– Oh por Dios ¿Dan y mi hermanita? No puede ser –Pero él es más grande que tú– –¿Y eso qué? Mamá es más grande que mami y son una de las mejores parejas que conozco– –A mamá le va a dar algo– Pobre de mi mamá Alex, se va a volver loca cuando se entere. –¿Dónde están?– Preguntó Lena, sentía su mirada interrogante, debía ser raro que de la noche a la mañana yo que no he hablado con ella mucho sobre mi familia y ahora tenga presente a mi hermana y mi prima Amy. Y no solo eso sino que ahora resulta que conocemos a quien le dará una entrevista para su trabajo. –¿Quiénes?– –Pues quien más tontita ¿Tus mamás?– Renne y yo intercambiamos miradas pero no supimos que contestar. –Mis tías no podían dejar sus empleos, además ya no era necesario que vinieran, todo está bien con… Kim– Y mi prima caminó hacia la salida –Voy por el doctor para preguntarle cuando puedes salir– Y Amy cerró la puerta un poco más fuerte de lo normal, de seguro está muy enojada conmigo. –¿Al doctor? De seguro fue por su sexy novia– Dijo mi hermana –Por lo que sé, desde que entraste al hospital no se han separado ni un segundo– –¿De verdad? ¿Jime está aquí?– Les pregunté. –Sí, la vi antes de entrar, me dijo que iba a comer algo y que luego venía a verte– Me sorprendía un poco que mi amiga no hubiera entrado antes, pero conociéndola de seguro quiso darnos un espacio para aclarar ciertas cosas. –¿Cómo te fue en tu viaje?– Le pregunté a Lena que no dejaba de sujetar mi mano. –Bien, muy bien aunque… te extrañé– Dijo Lena mientras fijaba su mirada en mi –Pero cada que lo hacía abrazaba a Minino– –¿Minino?– Oh, oooh. –Sí, mira es este pequeño peluche que tu hermana me regaló– Dijo Lena sacando a Minino de la mochila que levantó del suelo. Y por primera vez desee haber quedado en coma.

–¿Se lo regalaste? ¿Le regalaste a Minino?– Y Renne se estaba poniendo roja –¡¿Regalaste a mi gatito?! ¡Maldita rubia te voy a matar!– Y mi hermana estaba a punto de lanzarse sobre mí, Lena vio sus intenciones e intentó detenerla, pero fue la voz del doctor quien puso fin a su intento de asesinato. –Señoritas por favor, la paciente debe descansar– Le dijo mirando a mi muy furiosa hermana y Renne dio un paso atrás pero aún quería matarme con la mirada –Además todavía no puede hacer movimientos bruscos– –Si señor– Amy solo nos observaba desde la puerta, con los brazos cruzados y negando con la cabeza. –¿Quién se va a quedar con ella esta noche?– Y Lena estaba por decir que ella pero Renne se adelantó. –Yo señor– Y el doctor la miró sorprendido –Tenemos que hablar– –Le repito que la señorita debe descansar– –Sí, lo sé, así que no se preocupe, eso hará mi hermana– Y me dio miedo, mucho miedo ¿Qué tal si me asfixia en la noche con la almohada? –¿Segura? Si quieres yo…– Dijo Lena. –Lo haré yo– Interrumpió mi hermana seriamente y Lena no dijo nada. Sí, mi hermana es igual de mandona que mi mami Sam y cuando dice algo todos obedecemos. A Lena no le quedó de otra que aceptar, una vez más tomó mi mano entre las suyas –Tengo que irme– Yo sujeté fuerte su mano –No me pongas esa carita, prometo que mañana temprano estaré aquí y ya no te dejare sola ¿Ok?– –Sí– –Pórtate bien– Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla –Sueña conmigo y ahí, si puedes, portarte mal– Eso último me lo dijo en un susurro y yo solo sentí mi cara enrojecer. Todas salieron de mi habitación mientras el doctor me revisaba, me cambio la venda de la cabeza por una gasa más pequeña y luego checó mis otras heridas. Después de asegurarse que estaba bien, me dijo que permanecería un día más en el hospital para ver que no tuviera ninguna complicación, el golpe de mi cabeza no era grave y lo bueno es que no había necesitado sutura y que mi pierna aunque estaba lastimada no era nada de qué preocuparse, pero lo mejor sería guardar reposo los siguientes días. Gracias al seguro médico no tenía por qué preocuparme de los gastos pero ¿Y mis empleos? ¿Qué pasó con la moto? ¿Y el señor Chao? Diablos, diablos, tengo problemas. Un golpe en la puerta fue el que me hizo calmarme un poco y es que no saber qué era lo que iba a pasar con mis empleos me estaban poniendo nerviosa. –¿Hola?– Dijo Jime asomando la cabeza –¿Puedo pasar?–

–Claro, claro Jime– Le dije mientras me sentaba, pero ella se acercó a mí y me empujo para que siguiera recostada. –No te levantes, el doctor me dijo que tenías que descansar– Y yo solo asentí –Me asustaste mucho, te dije que sentía que algo iba a pasar y mira donde acabaste– Le iba a explicar que todo estaba bien pero no me dejó –No vuelvas a hacerlo ¿Me entiendes? Si vuelves a hacer algo como eso yo misma te dejo inconsciente una semana– Y me enseñó su puño para reafirmar sus palabras y luego me abrazo –Sabes que te quiero pequeña, no me perdonaría si algo te pasa por mi culpa– –Yo también te quiero Jime, además ahora somos familia– Y mi amiga se sonrojó como nunca antes había visto. –¿Ya te dijo Amy?– Y afirme con mi cabeza –No sabes lo feliz que estoy– –Se nota en las dos Jime, en verdad me da mucho gusto– –Ella es… es increíble, no sabes cómo me encanta, la quiero mucho Lizie– Y por primera vez Jime me llamó por mi nombre, fue… Mmmm fue extraño y ella lo notó en mi cara –Estos últimos días Amy no ha dejado de hablar de ti y obviamente no te llama Kim, así que…– –Lo sé Jime, lo sé, además ese es mi nombre no sé pero me siento extraña– –Creo que es por la costumbre, aunque a mí la verdad me gusta más tu nombre real a ese que inventaste– Y solo pude sonreír, si supiera que estuve a nada de llamarme así, si no fuera por la apuesta de mis mamás tal vez mi mami Sam hubiera insistido hasta convencer a mi mamá Alex – ¿Cómo quieres que te llame?– Y he ahí una pregunta tan simple pero a la vez complicada. Jime tomó mi mano y me alentó a darle una respuesta. –Tengo que hablar con Lena, no puedo seguir así, además no es justo que estén mintiendo por mi culpa. Ella no merece que le haga eso– –Lena va a entender por qué lo hiciste, pero por lo que más quieras no dejes pasar más tiempo, entre más pase será peor y ella ya empieza a sentir algo muy fuerte por ti– Y mi corazón se aceleró, es obvio que yo sé que Lena me quiere pero el que me lo diga alguien más hizo que me emocionara –Además ella es como mi hermana y no quiero verla lastimada, ya tiene suficiente con sus papás– Y Jime apretó mi mano. –Voy a hablar con ella Jime te lo prometo– –Eso espero, y por cierto no te preocupes por tu empleo si aún lo quieres cuando te recuperes sigue siendo tuyo– –Gracias Jime, oye tengo curiosidad de algo, pero me da pena preguntar– –Estamos en confianza, vamos pregunta– –¿Cómo es que se conocieron tú y Amy?– –Oh vaya jejeje– Y mi amiga se sonrojó de nuevo. –Creo que es una historia interesante–

–Ya lo creo y bueno fue en el bar hace un poco más de un año– –¿Tanto tiempo te llevo conquistarla?– –No fue eso, es solo que ella acaba de pasar por una ruptura y pues nuestros caminos se cruzaron para que me tocara conocerla esa noche– –Claro lo olvidé, hace más de un año ella aún salía con…– –Claudia… si esa. Bueno ese día fui su saco de boxeo jajaja– –¿Te golpeó?– –Sí y vaya que pega duro– Llevo su mano hacia su mejilla izquierda pero en lugar de hacer una mueca de dolor sonrió y eso solo es una cosa… un muy lindo recuerdo – Cuando recibí la bofetada estuve a punto de devolvérsela, no lo entendí, yo solo me acerqué para ver si necesitaba ayuda y zas– –Wow no lo imaginé de mi prima– –Nunca la había visto por el bar, esa noche me tocó estar en la barra y bueno era una chica más, realmente no llamó mi atención, no hasta que ya estaba muy tomada y estaba llorando. Fue cuando le puse más cuidado creí que estaría acompañada, una chica tan guapa como ella no podía estar sola, pero no vi a nadie cerca durante la noche y cada vez que una chica intentaba acercarse no duraba junto a ella ni cinco segundos. Me preocupó cuando la vi mal, muy mal, no podía ni siquiera ponerse bien de pie y fue cuando me acerqué y zas, estaba por decirle hasta de lo que se iba a morir jajaja, pero la vi tambalearse y la tuve que sujetar y pues intenté que me dijera donde vivía pero ya no podía ni mantenerse en pie. Le pedí a Fran que me ayudara a llevarla un reservado y busqué en su chaqueta su teléfono y marqué el número que decía casa y me respondió... –La tía Isabel diablos jajaja pobre Amy– –Si Doña Isabel– –¿Doña Isabel? –Bueno es...es mi… tú sabes– –¿Suegra?– –Si jejeje, debo respetarla– –Pero ¿Doña? Jajaja, mamá Alex la molestara con esto cuando se entere Jajaja… ay perdón continúa– –Bueno mientras esperábamos, la obligué a que tomara una taza de café bien cargado y solo así se le pasó un poco la borrachera, fue ahí que por primera vez note que Amy tiene una mirada muy intensa, tuve que apartar la mía más de una vez. No decía nada solo me miraba profundamente, sentía que me estaba estudiando yo no sabía que decir tampoco y bueno unos minutos después llegó su hermano y la vi partir. Creí que ya no la vería más, mi sorpresa fue verla a la noche siguiente, regresó para disculpase por lo de la bofetada, yo le dije que no tenía por qué así que le invité una cerveza y terminamos platicando casi toda la noche, fue cuando me contó lo de Claudia y la razón por la que se había puesto así, mi sorpresa fue que al día siguiente regresó al bar y después iba cada

vez que podía. Bueno con el tiempo nos hicimos amigas, descubrí que es una persona increíble, aparte de linda, inteligente, madura, con la sonrisa más maravillosa que pueda existir y bueno poco a poco se comenzó a meter aquí– Me dijo señalando su cabeza – No podía dejar de pensar en ella, pero para ese entonces yo salía con alguien y creí que era normal pensar en Amy, ella se estaba convirtiendo en alguien importante en mi vida y no le vi nada de malo, nos habíamos hecho muy cercanas pero una tarde en la que habíamos quedado en vernos para salir al cine, cuando la vi de pie junto a la entrada y se giró a verme, fue… fue cuando la comencé a sentir aquí – Y me señalo su corazón, Jime dejó escapar un suspiro – Sabía lo que tenía que hacer al darme cuenta de lo que estaba comenzando sentir– –Terminar con tu entonces novia, me imagino– –Así es y no fue por culpa de Amy, las cosas entre Rox y yo ya estaban mal, solo que nos negábamos a dejarlo atrás, después de todo era una relación de casi tres años, creímos que llegaríamos más lejos y no fue así– –¿Rox? ¿Roxana?– –La misma– –No parece que entre ustedes hubiera había algo, se llevan tan bien– –Terminamos bien, hablamos mucho al respecto y bueno seguimos siendo amigas. Y sí, sí se puede llegar a ser amiga de tu ex y bueno con Amy dejamos que las cosas surgieran solas y sin notarlo comenzamos a coquetear, a sonreírnos como tontas, a tomarnos de las manos, a míranos diferente hasta que nos enamoramos. Y todo lo demás ya lo sabes– –Es una historia muy linda– –Gracias– Me respondió Jime que tenía un muy bonito color rojo en sus mejillas. Jamás lo imaginé verla toda sonrojada, se quedó por un rato más hasta que se hartó de mi porque no dejaba de molestarla en llamarla prima, espero en verdad que las cosas entre ellas funcionen por mucho tiempo.

Ya eran casi las siete de la noche cuando mi hermana Renne regresó a la habitación, estaba molesta, lo notaba en su semblante y lo confirmé cuando me volteó a ver y me mostró la lengua y se fue a sentar al sillón cubriendo su rostro con una revista, dejé escapar un suspiro, quería hablar con ella pero era mejor dejar que se calmara un poco. Me puse a contemplar el techo y pensar por todo lo que he pasado, levanté mi brazo y mire los raspones aun frescos, llevé mi mano a la cabeza y toqué la gasa que cubría la herida, sabía que bajo ella estaba un pequeña herida, por lo que estuve durmiendo casi todo el tiempo estos dos últimos días, tuve mucha suerte en no salir más lastimada. Debería de llamar a mis madres, no he llamado a mami Sam y debe estar preocupada, tal vez mañana; cerré los ojos un instante me sentía muy cansada y sin darme cuenta me quede dormida.

Estaba soñando, no recuerdo muy bien sobre qué pero sé que Lena estaba en él, últimamente todos mis sueños son con ella y eso me gusta, pero el sonido de un trueno me despertó y como es costumbre tuve miedo, sujeté mi cobija y pude ver que mi hermana se movió, obviamente ella también se despertó. –Renne ¿Sigues enojada?– –Mmmm– –Renne yo no quise…– –Mira Elizabeth deja de mentir, claro que quisiste darle a tu novia mi gato– –No es mi novia– –Pues a Lena… ella, lo que sea, le diste a Minino, mi gato ¿Entendiste? Él es mi gato, tú tienes a Hulk y Koki, yo me quede con los gatitos y a Minino te lo presté ¡Presté! – Me gritó y luego me miró fijamente. –Lo siento– Le dije a mi hermana, pero ella solo se cruzó de brazos y desvió la mirada –Renne, por favor. Se veía linda abrazada a él y no lo pensé, si quieres te doy los míos– Y entonces mi hermana volvió a verme a los ojos, pero poco a poco su mirada cambio. –¿En verdad es ella?– –¿Qué es ella?– Y mi hermana sonrió. –De verdad Elizabeth, no sé si eres tan despistada o solo te haces la tonta– Se acercó hasta mi cama y se sentó a mi lado –Cuando me dijiste que te gustaban las mujeres, recuerdo que de inmediato te imaginé como a nuestras mamás– Y ella respondió a mi pregunta sin tener que hacerla –Ya sabes Lizie, ese amor perfecto, la forma en que siempre se ven a los ojos y cuando dejamos de existir para ser solo ellas, incluso cuando se ponen a bailar y ni siquiera necesitan una canción para seguir el ritmo– Sí, así son mis madres –Así te imaginé, con una mujer que te complementara, que te hiciera sonreír con tan solo verte a los ojos y que te hiciera bailar sin música– Y mi hermana tomo mi mano –Y hoy lo vi, cuando Lena entró te perdiste en ella y ese beso que se dieron…– Y puedo jurar que me sonrojé –Me acordé de ellas– Y suspiré –¿Es ella?– –Sí… no… aún no lo sé, ella es una chica especial y cuando la veo siento todas esas estúpidas hormiguitas y cuando me besa me deja viendo estrellas, pero tengo miedo, no quiero que me lastime– Y Renne empezó a reír –¿De qué te ríes?– –De que algo me dice que ella jamás haría algo así, en cambio tú…– Y esas palabras me hicieron sentir un hueco en el estómago –Tienes que hablar con ella Lizie, tienes que decirle quien eres… Diablos eres la futura dueña de Kóot, no crees que ella merece que seas sincera. Amy ya te lo dijo tú no eres una persona miedosa– –Pero tengo miedo Lagartija, tengo miedo a perderla– –Pues vas a perderla si no le dices la verdad– Y solo pude cerrar los ojos – No estás sola, además yo voy a estar contigo para ayudare–

–Te quiero Renne– –Y yo a ti… aunque– –¿Aunque?– –Quiero a Minino de vuelta– –Sí, no te preocupes, voy a hablar con Lena, ella entenderá– Y Renne me abrazo justo cuando otro trueno iluminó la habitación –¿Puedes dormir conmigo?– –Miedosa– Me dijo mi hermana burlándose –Pero sí, no te preocupes yo te cuido esta noche– Y de inmediato nos acomodamos en la cama, Renne tuvo mucho cuidado con mis heridas y me abrazó por la cintura. –¿Renne?– –Mmmm– –¿Qué pasa con Dan?– Y mi hermana no respondió –¿Renne?– Y ella suspiró. –Creo que me gusta– Y traté de voltearme para verla a los ojos pero ella no me dejó –Ya sé, mamá se va a volver loca– –¿Desde cuándo?– –No sé, mucho creo, Albert era lindo y en verdad me gustaba, pero Dany… a él siempre lo vi diferente, siempre me ha parecido muy guapo pero el que viviéramos en distintos países no ayudaba mucho además ya sabes cómo es él… siempre me parecía inalcanzable– –¿Y qué ha cambiado ahora?– –Fue por mí al aeropuerto, él se portó muy lindo mientras tú decidías jugar a ser la bella durmiente– Y ambas reímos –Y por primera vez sentí que me miró diferente, como si se diera cuenta de que existo, además… no sé qué es lo que pase, no es que seamos novios, ni siquiera hemos salido en una cita o algo así, solo hemos hablado un par de veces desde que llegué. Me dijo que vendría mañana a visitarte, él se preocupó mucho cuando se enteró del accidente pero no hizo ninguna pregunta cuando le pedí que no le dijera nada a la tía Danielle. Eso me gustó mucho, además tienes que verlo, se ha puesto aún más guapo– –Como dice mi mamá– Y ambas dijimos al mismo tiempo –Ya veremos qué pasa– Tenía un poco de miedo de que mi pequeña hermana saliera lastimada, todos sabemos que Dan es un Don Juan, así que tendré que hablar con él. Desperté muy temprano, me sentía un poco incomoda, la cama de hospital es cómoda pero obviamente no está diseñada para que dos personas duerman en ella. Renne estaba acurrucada junto a mí, me puse a contemplarla por un momento, aparté un mechón de su oscuro cabello que caía sobre su rostro, en verdad se parece tanto a mamá, la vi abrir sus ojos y al verme me sonrió. –Estás horrible– –Muy buenos días también para ti hermanita– Le dije con una sonrisa y le di un beso en la mejilla.

–Buenos días Lizie– Me devolvió el beso –Pero lo digo por todos eso moretones, hoy se notan mucho ¿Te duelen?– Me preguntó y me tocó uno que estaba sobre mi brazo. –Un poco– –No tarda en venir la enfermera para darte el medicamento– Y diciendo esto se puso de pie y se fue al sillón donde había dejado su bolso –Voy a la departamento, regreso más tarde– –¿Te estás quedando en casa?– –En dónde más tonta ¿Acaso ves mi maleta por aquí?, llegué al departamento y ya vi que te instalaste en la habitación de nuestras madres– –La cama es más grande– Le dije con una sonrisa. –Mejor para mí, el cuarto de nosotras para mi sola– Se acercó y me dio un beso en la mejilla –Te veo más tarde– Estaba terminando de desayunar cuando alguien tocó a la puerta, por un momento mi corazón comenzó a latir como loco pensando que tal vez sería Lena, pero cuando vi una cabellera negra y una sonrisa traviesa en el rostro, asomarse por la puerta, mi corazón se tranquilizó un poco. –¿Se puede Monstruito Azul?– Me preguntó una versión joven de mi tío Israel pero con la picardía de la tía Danielle. –Sabes que no me gusta que me digas así– Desde que Dan escuchó a la tía Isabel llamarme así no ha dejado de hacerlo y eso es desde que tenía cuatro años. –Desde pequeño te he llamado así, ¿Por qué hasta ahora me lo dices?– –Porque antes prefería golpearte– Y diciéndole esto le di un sueva golpe en el brazo. –Y recuerdas ¿Cómo respondía a tus golpes?– –Ni se te ocurra darme un beso, ¿Me escúchate tonto?– Pero él como siempre me ignoró, se acercó a mí, me dio un beso en la mejilla y se sentó en la cama frente a mí. –Veo que estas muy bien Eli– Una cosa más que solo él hace, llamarme de esta manera. Tomó mi mano y me miró con impaciencia, sabía que quería decirme algo, podía imaginarme que pero no se atrevía. –Vamos Dan ya suéltalo– –Pero es que si serás idiota– Aquí vamos –Irte así sin decirle a nadie– –Renne lo sabía– –Claro Renne la chica de 18 años que se comporta más madura que tú– –Y que tú– Guardamos silencio por un segundo, esto era más incómodo de lo que pensaba y aunque le debía una explicación no quería darla, así que le pregunte otra cosa que a mí en este momento me interesa aún más –… ¿Qué intenciones tienes con Renne?–

–No estamos hablando de eso– –Yo quiero hablar de eso– –Pues yo no Eli ¿Por qué rayos no nos buscaste?, Siempre hemos estado para ti, debiste hablar con nosotros y no salir corriendo y esconderte frente a nuestras narices, todos estábamos preocupados y mira donde estas ahora– –Estoy bien– –¿Y si hubiera sido peor? Si hubieras… Dios no quiero ni decirlo pero ¿Y si hubieras muerto? ¿No lo has pensado?– Y me quedé callada, solo mirándolo. No, no lo había pensado, no a ese extremo – ¿Qué hubiera pasado? ¿Eeeh? Con tía Alex, tía Sam, con Renne, ¿Qué crees que hubiera sentido si pasa eso siendo ella la única que sabía que estabas aquí? Por no pensar con claridad, por no pedir ayuda con algo que ni siquiera sabemos por qué te cerraste al mundo– –No empieces con tu faceta de madurez que no te queda Dan, sé que lo hice mal, lo sé y me arrepiento de muchas cosas, pero no cambiaría lo que hice, mamá Alex dice que las cosas pasan por algo, yo siempre he sido la niña de casa, la bien portada…– –¿Ahora quieres ser una loca rebelde? –Claro que no, sabes que amo a mis madres y sé que les he hecho daño, pero necesitaba este espacio… este tiempo para pensar– –¿Huyendo?– –Sé que cometí ese error maldita sea, pero entiende necesitaba aprender por mí misma, valerme por mí y comencé de la peor manera y sé que aún estoy cometiendo errores, pero los arreglaré, sé que debo arreglarlos… en verdad siento haberles causado tantas preocupaciones, sé que si hubiera hablado todos ustedes me hubieran apoyado, son los mejores primos del todo el mundo– –Siempre estaremos para ti cabezota– Y me abrazó –No te vuelvas a alejar de esta manera– Yo solo negué con la cabeza mientras me abrazaba aún más fuerte a él– Aún tenemos tantas cosas por hablar, pero me tengo que ir, el trabajo ya sabes, tengo que entrevistar a alguien en media hora– –No te preocupes, tú y yo aún tenemos que hablar y no solo de mí sino también de Renne– Una sonrisa tierna apareció en su rostro y dejé escapar un suspiro. –Lo sé, ese pequeño Monstruito café me trae la cabeza hecha un lío– ¡Oh por Dios! ¿Él también? –Dan piensa muy bien lo que vas a hacer respecto a Renne, no quiero verla herida y menos por ti, no quiero adelantar las cosas pero recuerda que también está la amistad de años de nuestras madres– –No tienes por qué decírmelo Monstruito Azul– Me dio un beso en la frente y lo vi salir de mi habitación. Cerré los ojos por un momento, me sentía cansada, mi cabeza está llena de tantas cosas, aún tengo que hablar con mamá… con mis madres, tengo que hablar con Renne y Dan, pero sobre todo debo hablar con Lena ¿Dónde estás Lena?

Después de un par de horas de estar sola y morir de aburrimiento me quedé dormida y cuando abrí los ojos, la más hermosa sonrisa estaba frente a mí ¿Estoy soñando? –Hola dormilona– Y sus cálidos labios tocaron los míos e hicieron que me sintiera sobre una nube. Sí, esto debe ser un sueño. Mis labios buscaron los suyos y con mi mano tomé su mejilla para acercarla aún más a mí, el beso tierno ya no lo era tanto y nuestros labios se buscaban con más urgencia, quería más y por la forma en que Lena estaba respirando sabía que también estaba deseosa de más, sentí su mano deslizarse sobre la sabana hasta llegar a mi cintura y apretarla ligeramente. –Auushh– Un quejido de dolor salió de mis labios y cerré los ojos por el dolor que me causó el roce, en definitiva esto no es un sueño. –Cariño perdón, perdón– Me dijo una Lena muy preocupada. Tomé su mano. –Estoy bien Lena, es que tengo un moretón enorme ahí, pero no te preocupes– –¿Segura?– Asentí y le sonreí –Es que es inevitable no querer tocarte si me besas así– El sonrojo invadió mis mejillas –Kiiiim no hagas eso– Y ese nombre falso que he usado los últimos meses se sintió extraño, pero estaba tan intoxicada de los besos de Lena que no le di importancia. –¿Qué cosa?– –Sonrojarte, me hace pensar en cosas que... diablos jajaja– –Lena– –Ok, ok pasemos a lo que se suponía tenía que hacer– –¿Y qué tenías que hacer?– –Ayudar a levantarte, mientras estabas dormida el doctor te dio de alta, así que Renne fue por tus papeles, le dije que yo lo hacía pero insistió en que mejor te despertara, así que vamos te ayudo– Claro los papeles están con mi verdadero nombre. Estaba quitándome la sabana para levantarme cuando un frío viento se coló en ciertas partes. –Eeeh creo que no es buena idea– Le dije a Lena mientras me tapaba una vez más con la sabana. –¿Por qué? ¿Te duele? ¿Te sientes mal?– –Lena calma estoy bien solo que mmmm bueno estoy en un hospital– –Ajá– Y me miro sin comprender. –Y solo… solo traigo una… una bata– – Ajá y eso…– Con sus labios formo una O y fue cuando comprendió a lo que me refería. –Sí, solo una bata Lena– Dio un par de pasos atrás. –Creo que es mejor que esperemos a tu hermana, porque no me hago responsable de mis actos si te toco una vez más ahora sabiendo que no traes nada debajo yo…– Y su mirada se posó sobre mi recorriéndome por completo –Oh por Dios, soy una pervertida–

–¡Lenaaa!– De repente la puerta se abrió y Lena y yo solo nos quedamos mirando –¿Interrumpo algo?– Nos preguntó Renne desde la puerta. –No, no, solo cuidas muy bien la moral de tu hermana– dijo Lena en un susurro que yo si alcance a entender. –¿Cómo?– –Que tengo que salir, regreso en 10 minutos– Dijo sin quitarme la mirada de encima. –¿Qué fue eso?– Me pregunto Renne una vez que Lena salió de la habitación. –Nada hermanita– –¿Nada? Si se nota que estaban...– –Renne– –Ya, yaaa... Anda es hora de ir a casa– Me ayudó levantarme y a vestirme porque sí ya era hora de volver a casa.

Capítulo 6 El sillón azul –Toma sostén esto– Me dijo mi hermana mientras me sentaba en la silla de ruedas para salir del hospital. –¿Qué es?– Le pregunté. –Pues resulta que mi futura cuñadita me regresó a Minino– Me dijo Renne en lo que terminaba de recoger mis cosas de la habitación –Me pidió una disculpa por no haberlo hecho ayer, pero le dije que no importa, el chiste es que ya tengo a mi gatito conmigo… y no gracias a ti ¿Dónde dejaste tu zapato?– –Renne te recuerdo que cuando desperté estaba en esa cama con solo una bata, tal vez se perdió en el accidente– Y mi hermana solo siguió buscando mis zapatos –Lo que no entiendo es porque ella te pide una disculpa, si fue mi culpa que…– Pero mi hermana como siempre me interrumpió. –Pues tal vez crea que aún sigo molesta contigo– Me dio la espalda porque trataba de meterse debajo de la cama –Aquí hay uno– Vi como Renne se estiraba para alcanzarlo. –¿Y ya no lo estás?– –No, ya sabes que no soporto estar molesta contigo, aaah aquí está el otro– Dijo aun sin levantarse –Pero si vuelves a regalar algo que no es tuyo te voy a poner los dos ojos morados de los golpes que te voy a dar– Creo que es mejor que le diga que le regalé el casco. –Renne yo le di el casco de mamá– Mi hermana se levantó lentamente, se giró y por un momento me recordó a Linda Blair la chica del exorcista, tomó mi zapato y me lo lanzó. Apenas y pude evitar el golpe por milímetros. –¿En serio Elizabeth, qué carajos te pasa? ¿Piensas regalarle todo?– –No, solo que…– –Solo que, solo que… solo que estas idiota por ella, eso es lo que pasa– Estaba por lanzarme el otro zapato pero en eso mi prima me salvó. –¡Chicas! ¡Por Dios, se escuchan sus gritos hasta el elevador! ¿Qué no saben comportarse?– –Es su culpa– Me señaló con el zapato –Ella, que le regala todo lo que no es suyo a su casi novia– –¡El casco no es tuyo!– –¡Ni tuyo!– –No tenía dinero para comprarle uno nuevo ¿Qué no sabes que lo que gano apenas y me alcanza para comer y pagar las cuentas?– Mi hermana me iba a decir algo pero no la dejé –Yo solo quería hacerle un regalo, tú lo dijiste, mamá me ha dicho que no viaje sin el casco y eso aplica para nuestros acompañantes– Renne apretó el zapato que aun sujetaba y resopló.

–Y como hiciste mucho caso a eso, acabaste aquí ¿No?...– Comenzó a caminar hacia mí y me dio un poco de miedo –Pero está bien, solo por esta vez no le voy a decir nada… además ella no tiene la culpa de que tengas una compulsión a regalar todo lo que no es tuyo– Y sin detenerse dejó caer el zapato en mi regazo –Las espero abajo– Tomó todas las cosas y salió de la habitación. –En definitiva cuando se enoja es igual a la Princesa– Dijo Amy y yo solo asentí – ¿Ya estás lista? – –Sí, solo me faltan estos– Le dije enseñando los zapatos que Renne había sacado de bajo la cama, me disponía a ponérmelos pero ella me los quitó de las manos. –Deja que te ayude– –Gracias– Cuando terminó me ayudó a salir de la habitación y fue ella la que empujó la silla de ruedas hasta la salida, pero antes de irnos pasamos junto a la tienda de regalos y entonces lo vi, un hermoso gato amarillo con ojos azules, le pedí a Amy acercarnos para verlo, era perfecto pero cuando me fije en el precio descarte la idea. –Si quieres te presto dinero para que lo compres– –Pero no sé hasta cuando pueda pagarte, aun no sé si aún tengo empleo en el restaurante– –Por eso no te preocupes, tu hermanita ya se hizo cargo– –¿Cómo?– Le pregunté curiosa a mi prima. –Renne pagó la reparación de la moto y tomó tu lugar como camarera y con las entregas– –Entonces ayer que me dijo que iba al departamento…– Y mi prima respondió a mi duda. –Así es, ella fue a trabajar, fue su primer día– Entonces me sentí como el ser más miserable de la Tierra –Calma Lizie, al rato arreglan lo que pasó, ustedes se quieren y nunca duran enojadas– –Pero es que ahora si se enojó mucho– –Renne ha estado muy tensa con todo lo que pasó, aunque se comporta como alguien mayor aún es una niña– –Lo sé– Dije bajando la mirada. –¿Entonces qué? ¿Lo quieres sí o no?– Y volví a ver ese pequeño gato. –Sí, sí lo quiero pero Amy, ¿Me podrías comprar también uno de esos chocolates que le gustan a Renne?– –Por supuesto– Salimos al estacionamiento y ahí nos estaban esperando Renne y Lena, no sé de qué estaban platicando pero era como si Lena estuviera calmando a Renne. –¿Todo bien?– Les preguntó mi prima. –Sí, solo que creo que estas dos necesitan un par de minutos a solas– Respondió Lena.

–Pues tengo que ir a pagar el boleto ¿Me acompañas?– Lena asintió y al pasar junto a mí me acarició el brazo, le sonreí y entonces nos dejaron solas. Ninguna de las dos decía nada, así que saqué el chocolate de mi bolsillo y lo extendí para que lo tomara –Es mi favorito– –Lo sé– –Esto no soluciona lo que hiciste– –Lo sé– Y aunque mi hermana se resistía tomó el chocolate. –Ni creas que con esto te voy a perdonar– –Lo sé– –Maldita rubia ¿Qué no sabes otras palabras?– –Mmmm no sé– Le dije con una ligera sonrisa, y Renne empezó a saborear el chocolate. –Amo este chocolate– –Lo sé– Y entrelace los dedos de mis manos y las puse sobre mi regazo mientras veía a mi hermana deleitarse con el chocolate. –Aunque somos hermanas y no es bueno estar enojadas– –Lo sé– Dio otra mordida y cerró los ojos. –Tú y yo vamos a tener que vivir juntas en el departamento y es muy molesto estar ignorándote todo el tiempo– –Lo sé– Dio otra mordida. –Además el casco de mamá ya nadie lo usaba, ellas tiene los nuevos y bueno tú y yo tenemos los que nos dieron– –Lo sé– Y una vez más mordió el chocolate que ya estaba por la mitad. –Y tú no tenías el dinero para comprarle uno a Lena– –Lo sé– Le respondí afirmando con mi cabeza. –Mamá se hubiera molestado si se llegan a hacer daño– –Lo sé– –“Antes que nada tienes que cuidarte y cuidar a quien viaja contigo” Es lo que siempre nos dice– –Lo sé– –Y si no dejas de decir “Lo sé” Te voy a lanzar lo primero que encuentre– Me dijo mientras terminaba su muy delicioso chocolate. –Lo s…–

–No estoy jugando rubia loca– La Lagartija me vio fijamente y supe que ella hablaba en serio, así que le sonreí y ella me respondió con una sonrisa igual. –Perdón– –Perdonada– Y me abrazó. –Pensé que me iba a costar un poco más de trabajo– –¿Y qué hubieras hecho?– Y entonces metí la mano de nuevo a mi bolsillo y saque otro chocolate y se lo entregué –Awww te quiero hermanita– Me abrazó de nuevo pero más fuerte –Pero tienes que parar, si sigues así vas a terminar por regalarle hasta el departamento– –Está bien Lagartija, lo prometo– Mi hermana y yo rompimos el abrazo. Amy y Lena que ya estaban junto a nosotras y nos estaban viendo con una sonrisa. –Te dije que lo solucionarían– Dijo Amy. –Lo sé– Respondió Lena y ambas empezamos a reír. –Son tal para cual– Dijo Renne que ya estaba abriendo su nueva barra de chocolate. Amy nos llevó hasta el edificio pero no entró con nosotras porque solo había pedido una hora de permiso en la escuela donde trabaja solo para poder llevarme al departamento. Porque sí, mi prima es maestra, ella pudo haber elegido ser sicóloga como la tía Isabel o doctora como el tío Enrique pero no, ella escogió algo diferente. Amy ama a los niños, así que es una linda maestra de preescolar. Cuando llegamos vi a Don Juan quien estaba sosteniendo la puerta de entrada para nosotras, estaba un poco preocupada por esto, pues no sabía cómo reaccionaría por la presencia de Renne ¿Y si le preguntaba por mí… por Elizabeth? Pero mi sorpresa fue ver que Renne saludaba a Don Juan y este sonreía. –¿Cómo se encuentra señorita Kim?– –Mucho mejor Don Juan– –Qué bueno señorita– –Gracias– Mi hermana solo me guiñó un ojo y me dijo moviendo los labios que luego me contaba algo. –¿Estás bien, puedes caminar?– Me preguntó Lena mientras me sujetaba fuertemente. –Sí, solo me molesta un poco– –¿Segura?– –¿Qué, planeas cargarla?– Dijo mi hermana que cargaba todo lo que habíamos traído del hospital. –Renne– –¿Qué? Yo solo pregunto– Pero para sorpresa de mi entrometida hermana y mía…

–Lena… ¿Qué haces? Bájame– –No, Renne tiene razón, lo mejor es que te cargue para que no te hagas daño– –¡Oh por Dios! Lena estás loca– –No tienes idea de cuánto…– Me respondió y escondí mi cara en su cuello, sabía que el rubor como es costumbre cuando estoy junto a ella había aparecido y ahora más, me daba mucho pena ir en sus brazos –Y es por ti– Me susurro al oído y al escucharla me separé un poco para verla, estaba tan cerca, podía sentir su respiración, podía ver su mirada puesta por completo en el camino pero esa sonrisa pícara me decía que estaba disfrutando por completo la situación. Afortunadamente solo fue un tramo pequeño el que me cargó, ya en el elevador me dejó pararme, pero no dejó que me separara de ella, sujetó mi cintura y me pegó a su cuerpo. Mi hermana solo sonreía y movía la cabeza, ya me imagino todo lo que está pasando por esa loca cabeza. –Hogar dulce hogar– Dijo Renne una vez que entramos en el departamento, Lena me acompañó hasta que tomé asiento en el viejo sillón azul –Iré a dejar esto a la habitación de mis mamás, mmm digo tu habitación– Y Lena y yo solo asentimos. –Pensé que era de una amiga el departamento– –¿Si? ¿Qué te hizo pensar eso?– Lena hizo un gesto extraño como si estuviera tratando de recordar algo, hasta que negó con la cabeza –De seguro me estoy confundiendo, pero creí que me habías dicho que el departamento era de una amiga y no de tu familia– –¿Yo dije eso?– Ya ni recordaba esa mentira, pero por si las dudas lo mejor era fingir que yo no había dicho eso. –De seguro yo me confundí– Entonces me sonrió como siempre y tomó mi mano –¿Estás cansada?– –No, solo me duele la pierna, pero el doctor dijo que era normal– –¿Y tu cabeza?– Me dijo mientras acariciaba mi mejilla. –No, no me duele. Soy de cabeza dura Lena, así que no te preocupes, ya verás que en unos días estaré como nueva– –Eso espero Kim– Lena se acercó para darme un pequeño beso pero… –Mjum ¿Interrumpo?– Dijo Renne que traía una pequeña bolsa negra y sin importarle se sentó entre las dos –Creo que esto es tuyo– Me dijo sin ni siquiera verme y centrándose en Lena –Y bien ¿Cuáles son tus intenciones con mi hermana?– –¡Renne!– –Renne nada, tú hiciste lo mismo con Dan, así que es mi turno– –¿Cómo lo sabes?–

–Me lo dijo ahorita que me llamó– Se cruzó de brazos y miró fijamente a una muy sonrojada Lena – ¿Y bien?– Voy a tener que hablar muy seriamente con ese chismoso. –Tu hermana me interesa…– Le dijo a mi hermana pero fijando su mirada en mi –Mucho y espero que las cosas se den entre nosotras– Mi corazón se volvió loco. Renne sonrió y volteó a verme. –Me gusta, espero que no la dejes ir– Se levantó del sillón –Tengo que irme, voy a llegar tarde si no me apuro– –¿A dónde vas?– Le preguntó Lena. –Tengo que cubrir a esta mensa en su empleo de restaurante– Se puso la chamarra y camino hasta la puerta –Aah por cierto, me dijo Dany que te quiere ver en tres horas en Kóot, que lleves tus documentos, al parecer el empleo es tuyo– –¡¿Qué?!– Grito Lena. –Lo que entendiste, no llegues tarde Lena– Le guiñó un ojo –Y tú no hagas tonterías– –Te veo más tarde hermanita ve con cuidado– –Siempre–Y salió del departamento. –¿Escuchaste?– Me dijo abrazándome –Lo conseguí– –Sí, me da mucho gusto Lena– Se separó lo suficiente y me besó. Ay como me gusta que haga eso, siento como si miles de hormiguitas recorrieran todo mi cuerpo y al parecer ella también lo disfruta porque siempre que terminamos de besarnos ella sonríe. –Me hubiera gustado quedarme contigo para cuidarte Kim, pero tengo que ir y preparar todo– –Lo sé, anda ve y cuando regreses vienes a visitarme– –Me parece bien– Se acercó una vez más y me besó –Nos vemos en la tarde– –Si Lena– Me acomodé en el sillón y antes de cerrar la puerta me mandó un beso. Dejé escapar un suspiro y llevé mis dedos a mis labios, aun podía sentir el hormigueo en ellos fue inevitable no sonreír como una boba al pensar en Lena, mi Lena. El resto de la mañana y la tarde pasó lento, la mayor parte del tiempo me la pasé dormida, en la tarde casi noche regresó Renne, el señor Chao muy amablemente nos mandó comida para las dos. A las ocho de la noche aún no sabía nada de Lena y de alguna forma ya me estaba preocupando. –¿Qué te pasa?– –Nada– –Uy entonces si pasa algo, anda dime qué es– Suspiré y me hice a un lado para que Renne se sentara conmigo –¿Es Lena?– –Sí, es solo que no sé cómo decirle que no me llamo Kim–

–Mira es fácil, la sujetas fuertemente y le dices; No he querido engañarte, te lo juro, es solo que cuando llegué aquí no quería que me reconocieran y pues decidí utilizar el nombre que mi mami tenía planeado ponerme cuando era bebé, pero todo lo demás que te he contado es verdad. Y entonces una vez que deje de forcejear, porque de seguro lo hará, te separas un poco la miras a los ojos y la besas– –Renne, no todo se soluciona con besos– –No, pero son ricos y te hacen sentir bien– Solo pude negar con la cabeza –Lizie– –¿Mmmm?– –Hoy hablé con mamá, al parecer está algo molesta con los gastos que he tenido estos días– –¿Cuáles?– –La moto– –Oh sí, Dios Renne te prometo que en cuanto pueda te lo voy a pagar– –Pues no te estoy cobrando, pero bueno mamá dice que ya que estoy aquí bien podría trabajar medio tiempo en la agencia, ya sabes que ella siempre ha querido que algún día nos hagamos cargo de los negocios– –Lo sé– –Ya sabes que se niega a darnos todo fácil, por lo del Junior ese con el que trabajaba ¿Nunca te has preguntado cómo era ese tipo para que cada vez que hable de él ponga cara de asco?– –Un poco, una vez le pregunté a mami y solo me dijo que era un tipo sumamente desagradable y que Don José se había arrepentido de no haberle enseñado a trabajar– Y ambas asentimos –Es por eso que mamá quiere que trabajemos en las compañías pero sin privilegios– –Sí, ya sé. Y no me molesta, en verdad me gusta trabajar con ella, pero se suponen que estas son mis vacaciones– –¿Quieres que hable con ella?– –¿Y qué le vas a decir? ¿Qué andabas correteando a Amy en una moto, sin casco? ¿Qué terminaste en el hospital y que apenas y te puedes mover sin ayuda?– –No, claro que no– Ambas nos quedamos calladas. –Si vemos el lado positivo podré ver a Dany todos los días además solo es medio tiempo por lo que puedo seguir haciendo las entregas para el restaurante– –Pero…– –Solo serán dos semanas en lo que terminas de recuperarte ¿No?– Y yo afirmé con la cabeza –Ya después solo tendré que ir a la agencia medio día hasta que tenga que regresar a casa– –¿Segura?–

–Sí– –Entonces ya está solucionado– En eso tocaron a la puerta –De seguro es Lena– Dijo mi hermana levantándose del sillón y golpeó el paquete que me había entregado en la tarde y que al parecer yo había olvidado –No olvides darle esto, es tan lindo que estoy pensando en quedármelo– Y mi hermana abrió la puerta. –Ni se te ocurra, es para Lena– –Hola Lenita justo estábamos hablando de ti– –¿Qué es para mí?– Preguntó Lena mientras entraba y se acerba a mí, se veía hermosa en su traje de falda y saco gris. –Será mejor que las deje a solas– Y Renne se fue a su habitación. –¿Qué es para mí?– Volvió a preguntar cuando se sentó a mi lado. –Esto– Y le entregué el paquete –Lo compré para ti– Lo tomó entre sus manos y sacó al pequeño gato que le había comprado. –Awww esta hermoso Kim, me encanta– Y me besó –Espera– Dijo una vez que nos separamos – ¿Segura que este si es mío? No quiero problemas con Renne– –Segura, lo compré esta mañana, además no vuelvo a cometer el mismo error dos veces, en verdad me da miedo cuando se enoja– Lena abrazó al pequeño gatito. –Es como tú, bueno solo que tú tienes el cabello negro, aunque por lo que me han dicho eres rubia ¿No es así?– –Si, por eso lo compré, para que te acuerdes de mí cuando lo veas– –Sí, sí que lo haré– Y entonces Lena se quedó algo pensativa. –¿Qué pasa? ¿Todo bien?– Y tomé su mano y ella la sujetó fuerte. –Sí, sí, solo que… bueno hoy me dijo Daniel que voy a tener que viajar con él, al parecer tienen algunos clientes fuera del D.F y su jefa quiere que vayamos a visitarlos para ver si se les ofrece algo en lo que podamos ayudar– –Vaya ¿Y cuánto tiempo será? ¿Cuándo se van?– –Solo un par de semanas y nos vamos este lunes que viene– –Pero hoy es martes, no falta mucho– –Lo sé Kim, y sé que tú y yo apenas estamos iniciando esta “relación” y lo que menos quiero es dejarte en este momento, justo cuando estas así, pero…– –Pero cuando regreses aquí estaré, no hay problema Lena– –¿De verdad?– Lena me sonrió –¿No te importa?–

–Claro que me importa, pero sé que este es el trabajo de tus sueños y además jamás me entrometería en tu vida profesional– Lena se lanzó a mí y me besó. Sí, me lastimó un poco, pero con semejante beso el dolor no me importó en lo absoluto. –¿Sabes que me encantas?– –Creo que puedo notarlo– Le dije burlonamente –Tú también me encantas– Y este era el momento, era ahora o nunca –Lena yo…– –Mmmjum– Escuchamos a Renne en el pasillo –Lamento interrumpir chicas pero tengo que hablar con Li… la rubia– –Oh sí, si Renne no te preocupes, además ya es tarde… ¿Te veo mañana?– –Aquí estaré– –Muy bien, entonces buenas noches– Lena se acercó a mí y me dio un pequeño beso –Si necesitas algo me llamas– –Si yo…– Entonces me di cuenta que no tenía mi celular –¿Y mi teléfono?– –No sobrevivió al accidente– Dijo Renne –De eso quiero hablarte– –Ok, ok ya entendí, cualquier cosa solo tienen que tocar la puerta– Y una vez más Lena se acercó y me besó –Buenas noches– –Buenas noches– Lena salió del departamento abrazada a su nuevo gatito. –Bien ¿Qué es lo que pasa?– Le pregunté a Renne. –Me habló mamá, al parecer están preocupadas porque te han estado marcando y no respondes y es que mi mami le contó que habla contigo una vez por semana y que no ha sabido nada de ti– –Diablos, lo había olvidado ¿Qué hago? No puedo marcarle de aquí porque van a reconocer el número– –¡Noooo! No puedes, porque yo les dije que no sé nada de ti, recuerda que se supone que estas en España y no en México y tampoco puedes usar mi teléfono obviamente– –¿Entonces? Mmmm Tenemos que ir a comprar otro celular. Tienes mi teléfono viejo ¿Verdad?– –Sí, claro que lo tengo, no podemos perder el chip, pero a esta hora ¿Dónde pretendes comprar un teléfono? Es necesario que les hables, mi mamá en verdad se escuchaba preocupada– –Ya sé, tenemos que salir y conseguir un teléfono público– –¿Tú? Pero mírate apenas y puedes caminar– –Pues no me importa, tengo que llamarlas– Entonces muy dolorosamente me levanté –¿Vienes?– Le pregunté mientras estaba ya junto a la puerta. –Obvio que sí– Renne me tomó del brazo y salimos a buscar un teléfono para llamar a mis madres. Lo bueno es que no tuvimos que caminar mucho, en la esquina del edificio se encontraba uno.

–Bonjour– –Lo siento mami– Fue lo primero que dije al escuchar la voz de mi mami Sam al otro lado de la línea. –Elizabeth me tenías muy preocupada, te pedí que me llamaras justamente para no estar con el pendiente y mira nada más lo que haces– Me dijo un poco enfadada. –Lo sé mami, en verdad lo siento mucho, pero tuve un problema con el celular y no podía llamarte– La escuche soltar un suspiro –Está bien Lizie, no quiero que vuelva a pasar– –No mami– –¿Estás bien mi bebé?– Renne quien estaba pegada junto a mí para escuchar a mami estuvo a punto de soltar una carcajada cuando escuchó como me llamaba, tuve que empujarla para que mami no la escuchara, ya me las pagará la Lagartija cuando le haga recordar a mamá llamarla renacuajito. –Mami ya no soy una bebé– Le dije haciendo un puchero que claramente ella no podía ver. –Siempre serás mi bebé– Fue imposible no extrañarla aún más en este momento, ella siempre ha sido cariñosa y consentidora, quiero sus mimos. –Mami– –Ok, ok mi bebé jajaja…–Escucharla reír solo hace que quiera aun con más fuerza un abrazo suyo – Ah por cierto, tu mamá y yo vamos a salir de viaje, es mas no tarda en llegar el taxi para llevarnos al aeropuerto, así que cualquier cosa llama a mi celular– –Si mami, oye ¿A dónde van?– –Vamos a…– –¿Es Elizabeth?– Escuche a mi madre preguntar. –Si… tu mamá quiere hablar contigo– –Está bien mami– –Y ya te dije Lizie, no vuelvas a hacerlo– –No mami– –Te quiero– –Yo más mami– Y después de despedirme de mi mami Sam escuché como el teléfono cambiaba de manos. –¿Cielo estás bien?– –Si mamá, solo tuve un problema con el celular, por eso no respondía– –Muy bien, quiero que compres uno nuevo, bien sabes que puedes usar tu tarjeta– –Sí mamá, gracias– Y entonces nos quedamos calladas –Mamá–

–¿Si?– –Te extraño– –Oh mi Cielo, yo te extraño más, no sabes la falta que me haces– –También me hacen mucha falta… Mamá te quiero– –Yo te quiero más Lizie– –Amor el taxi llegó– Escuche a mami Sam decirle a mamá. –Voy mi vida. Nos tenemos que ir ya mi Cielo, pero no dudes en llamarnos sabes que siempre estamos para ti– –Lo se mamá, cuídense– –Sí y tú más hija– –Oye mamá espera– –¿Si?– –¿Y Renne?– Sabia que si no preguntaba por ella sospecharían, siempre hemos sido muy apegadas mi hermana y yo, aunque ahora mismo ese apego me gustaría que fuera en un golpe y un golpe fue lo que se escuchó al otro lado de la línea –¿Qué paso?– –Una maleta que se cayó ya sabes que a tu mami se le pegó lo de tu tía Danni en lo de llevar miles de cosas a los viajes…– Me dijo en un susurro. –Te escuché Alex– Una sonrisa apareció en mi rostro, en verdad las echo de menos. –Uy jejeje, Cielo te paso a tu mami ella que te responda lo de tu hermana, Sam amor deja eso ya voy– Y escuché como mamá Alex le daba un beso a mami Sam. –Dime Lizie–Escuché a mami de nuevo en la línea. –Le preguntaba a mamá por Renne– –Tu hermana se fue de vacaciones a México, no sé si estas enterada pero terminó con su novio y está muy dolida– Rodé los ojos con esto último y miré en la dirección de donde estaba Renne, si como no, sobre todo eso de dolida, estoy segura que ahora mismo está hablando con Dan, lo digo porque está pegada al teléfono con una cara de tonta –Cuando puedas llámale– –Sí, lo haré– –Amor te dejo, te mando besos– –Adiós mami las quiero– Y me despedí de mis madres. –¿Todo bien con ellas?– Preguntó Renne que ya estaba de nuevo a mi lado. –Si muy bien, se van de viaje– –No sabía que tuvieran planes ¿A dónde van?–

–No lo sé tal vez una segunda luna de miel– Le dije a Renne y comenzamos a caminar hacia el edificio. –¿Segunda?– –Está bien, como la numero veinte– –Sí jajaja se han ido tantas veces que no me sorprendería una más– –Ellas se… Aush– De repente sentí un tirón en la pierna que me hizo detenerme. – ¿Te duele verdad?– –He estado mucho tiempo de pie, es solo eso– –Vamos te ayudo, agárrate de mí– Se acercó Renne y la tomé del brazo, para poder sostenerme de ella –Porque yo no pienso cargarte, no soy tan fuerte como Lena– –Sí, la verdad es que me sorprendió lo fuerte que es– –Pues bien podría ser tu súper chica– –O mi mujer maravilla– Obviamente me imaginé a Lena con ese traje súper sexi. Mi hermana se detuvo para verme y por supuesto fue como si pudiera leer mi mente. –Eres de lo peor Elizabeth– Y solo le sonreí –Anda hay que apurarnos– Al llegar a la puerta del edificio Don Juan nos vio un poco preocupado. –Señoritas es peligroso que estén afuera a estas horas y más en su condición señorita Kim– –Aquí mi amiga quería caminar un poco Don Juan, es que ya se aburrió de estar encerrada– Le dijo Renne. –Solo tengan cuidado– –Sí y gracias– Caminamos en silencio hasta el ascensor –¿Amiga?– –¿Qué? Para él tú eres Kim y no la tonta de mi hermana– –Claro– –Lizie ¿Crees que he cambiado?– –¿Por qué lo dices?– –Cuando llegue a la cuidad y vine al departamento para dejar la maleta, Don Juan no me reconoció, solo han pasado unos meses desde la última vez que vinimos– –Pues tu cabello es un poco más largo, pero fuera de eso no, a menos que te refieras que te pusiste más fea– –Lizie– Y me dio un golpe.

–Oye solo bromeaba, no tienes por qué ser tan salvaje– Le dije mientras me sobaba el brazo. –Tú tienes la culpa– Me dio la espalda haciendo un puchero, la puertas de ascensor de abrieron y ella salió primero, cojeando salí tras ella y la miré, si ha cambiado y si su cabello está más largo, pero ya no se peina con su coleta de colegiala, lo lleva suelto y este cae como ondas en su espalda, he notado que usa más maquillaje, pero solo el necesario para resaltar su belleza, es igual de alta que yo y su cuerpo se ha desarrollado aún más que el mío y fijé mi vista en mis pechos, en definitiva esa es herencia de mamá Alex. –Te volviste una hermosa mujer Renne– Le dije una vez dentro del departamento –Por eso no te reconoció– –Awww gracias hermana– Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla –En definitiva tienes muy buen gusto en mujeres– –He de aceptarlo dejaste de ser una mocosa– Y una sonrisa apareció en su rostro. –Sabes, noté que no le dices Donuan– –No puedo aunque quiera, pero tú tampoco lo haces– –Creo que ya somos grandes para aún llamarlo así ¿No crees?– Desde que tenía tres lo empecé a llamar de esa manera, fueron en una vacaciones, un mes completo en la cuidad, no volví a decirle de otra manera a pesar de haber crecido y ya poder pronunciarlo, sentía mucho cariño y aún lo siento y bueno Renne mi pequeña hermana que me imitaba en todo también lo comenzó a llamar así, pero tiene razón ya hemos crecido. –Creo que después de todo si hemos cambiado– Platicamos un poco más, sobre todo de viejos recuerdos y luego nos despedimos. Cada quien se fue a su habitación, yo estaba muy cansada, había sido un día muy largo así que cuando desperté en la mañana y me fijé en el reloj ya eran casi las 11, sabía que Renne no estaba porque de estar aquí ya habría venido a despertarme y ahora que Lena había entrado a trabajar en la agencia, no podría verla si no hasta la tarde, eso si es que se podía. Sé que Dan la está preparando para el viaje que deben hacer la próxima semana, después de todo el puesto que tiene Dan aquí lo tengo yo en la agencia de mi mami en Francia. Me levanté y desayuné algo ligero, me la pasé recostada en el viejo sillón viendo televisión, si no hubiera sido por la llamada de Amy hubiera sido un día de lo más aburrido, aunque no duró más que unos minutos, pero me alegró escucharla. Para cuando llegó Renne creí que mi día sería más entretenido pero había olvidado que me estaba cubriendo en el restaurante, así que solo me entregó mi nuevo teléfono, se cambió de ropa y de nuevo se marchó. A Lena solo la pude ver unos minutos, vino solo a desearme buenas noches, había sido un día largo y estaba muy cansada, así que le dije que no se preocupara que yo entendía, aunque he de admitir que me hubiera encantado unos cuantos besos más y que se quedara junto a mi acurrucada en el sillón, pero no podía decírselo, así que me conformé con un besito y un buenas noches. Si esto es lo que me esperaba para las siguientes dos semanas, era horrible.

Mi día jueves fue un poco diferente, comenzó igual que el miércoles pero por la tarde llegó Lena para acompañarme a comer, me dijo que ya no tenía que regresar y que me haría compañía el resto del día. –No sabía que Renne trabajaba en Kóot– –Solo trabaja medio tiempo– Lena me sonrió. –Son unas chicas trabajadoras, de seguro tus mamás están orgullosas– –Sí, eso creo– Y me dio un manotazo. –Eres tan humilde algunas veces– Empezamos a reír. –Hoy conocí a mi jefa– Me dijo mientras calentaba lo que había comprado fuera. –¿De verdad?– Así que conoció a mi tía Danielle –¿Qué tal es?– –Es muy agradable, pero me recordó un poco a ti– –¿A mí?– ¿La tía Danielle y yo? Bueno ambas somos rubias y de ojos azules pero nada que ver. –Sí, no sé cómo explicarlo, pero sonríe igual que tú– –Qué raro– –¿Quieres espagueti o arroz?– –Espagueti– Y sin más cambiamos de tema. Aunque Lena no quería, yo insistí para que me dejara ayudarla a lavar los trastos. –Eres muy terca– –Lo sé– Le sonreí y como respuesta recibí un beso. –Voy a pasar a tu baño– Asentí y me dispuse a seguir secando los platos. Después de unos minutos y justo cuando estaba por terminar escuche a Lena. –¿Ratoncito…?– La forma de llamarme hizo que sonriera y me girara a verla, estaba parada junto al sillón. –¿Ratoncito?– Le pregunté, se acercó a mí y me abrazo por la espalda. Un ligero dolor me recorrió y una mueca apareció en mi rostro, haciendo que Lena me soltara en el acto. –Perdón, siempre olvido que aún te estas recuperando– –No quédate ahí, me gusta que estés así de cerca– Y delicadamente me rodeó con sus brazos una vez más –Así que ¿Ratoncito?– –Sí, ya te había dicho así, pero si no te gusta– –No, no, sí me gusta, solo que yo creo que es justo que tú también tengas un sobrenombre lindo– –¿Si? ¿Cómo cuál?– Una linda idea paso por mi cabeza.

–Mmmm jejeje– –¿En qué estás pensando traviesa?– Y me abrazó un poco más fuerte. –Bueno en que si yo soy tu ratoncito, pues creo que merezco a una linda gatita que quiere ir tras de mi ¿No?... Mi gatita– –Mmmm, me gusta, soy tu gatita y quiero comerte… a besos– Y vi la intención de cumplir lo que decía en su mirada de literalmente comerme a besos y tal vez un poco más pero antes de que lo hiciera recordé que quería preguntarme algo. –Lena ¿Qué era lo que me ibas a preguntar?– –Aaah ¿Qué es eso?–Y me señalo un trapo un poco descolorido y roto que estaba en el sillón. –Es mi manta– Le dije sonrojada. –¿Tu manta?– Yo solo asentí –Pero cuéntame ¿Cómo es que llego a ese estado? Debió pasar por muchas aventuras– –Bueno es que antes de ser mía era de mi mami, ella me la dio desde que era un bebé, es lo único que no he compartido con Renne– –Eres tan tierna– Me dio un beso en el cuello que hizo que mi piel se erizara. Me encanta sentirla tan cerca, pero repentinamente se separó de mí y la vi irse al sillón. –¿Lena que pasa?– Me acerqué y me senté junto a ella –¿Lena?– Me miró fijamente y vi determinación en su mirada. –Estoy enamorada– No me lo esperaba, no así tan de repente, pero al mismo tiempo estaba ansiosa por escucharlo, con su mano acaricio mi mejilla, la electricidad recorrió mi cuerpo. –También estoy enamorada y me asusta porque está pasando muy rápido– –Lo sé, lo veo en tu mirada y también tengo miedo pero ya no quiero negarme a este sentimiento, estoy locamente enamorada de ti Kim– Era ahora o nunca, ¡Dilo, dilo, ya! –Lena yo...necesito– –Shhh yo también te necesito– Y sus labios capturaron los míos, intenté separarme pero cuando sus manos se colaron por mi blusa y tocaron mi piel, me perdí en ella. Los besos rápidamente se intensificaron, mis manos tenían vida propia y no sé si Lena estaba pensando lo que estaba haciendo pero de repente el teléfono comenzó a sonar y por un instante me regresó a la realidad. –Por favor no respondas– Me dijo y sin esperar mi respuesta me sacó la blusa en un solo movimiento. No sé si el teléfono siguió sonando, yo solo tenía ojos y oídos para Lena. –Eres hermosa– Dijo mientras me recorría con la mirada, una muy lujuriosa mirada. –Quiero verte– Y es que aún me costaba trabajo hacer algunas cosas simples como desabrochar los botones de una blusa. Pero Lena aprovechó y muy seximente se quitó la blusa tal como si fuera una

desnudista ¡Oh Dios! Si no hubiera estado sentada hubiera caído al suelo por la impresión de lo sexy que se veía. –Quiero todo contigo Kim– –Lena en verdad yo quiero…– –Lo sé nena– Entonces se sentó a horcajadas sobre mí –No te lastimo ¿Verdad?– Se acercó hasta mi oído y con la voz más ronca y sexy que haya escuchado me dijo –Si lo hago solo házmelo saber– Y me empezó a besar el cuello. –Aunque lo hicieras, simplemente no pares– Entonces tomé su hermoso trasero entre mis manos y lo apreté, Lena gimió y todo mi cuerpo tembló –¡Oh por Dios!– –¡Oh por Dios!– Dijo Lena dándome una pequeña mordida pero en eso. –¡OH POR DIOS!– Dijo alguien desde la puerta y ese alguien no era Renne era… –¿Qué pasa Sam?– Lena se separó de mí y ambas nos cubrimos con lo primero que encontramos yo con un cojín y Lena con la pequeña manta que he estado usando –¡Oh por Dios Elizabeth Kuri!– Dijo mi mamá. –¿Elizabeth?– Preguntó Lena con la respiración agitada. –¡Oh señorita Alonso no la reconocí!– Le dijo mi madre, pero Lena no le respondió. –¿Las conoces?– Me preguntó mirándome fijamente. –Sí, ellas… ellas son mis madres–Lena abrió muy grande los ojos por la sorpresa. –Tus madres son Alejandra Kuri y Samantha DuPont–Dijo sorprendida y de repente su rostro cambió –¿No se supone que te llamas Kim Rodríguez?– Preguntó muy seria. –¿Kim Rodríguez?– Preguntó muy bajito mi mamá a mi mami. –Shhh cállate Alex, ahorita no– Y mi mami Sam se llevó a la cocina a mi mamá Alex. –Lena yo…– –¡No! No digas nada– Lena se levantó y con una habilidad impresionante se puso su blusa aunque no la abotonó –Ya entendí– –No Lena, no entiendes, por favor déjame explicarte– Me levante rápidamente y tomé su mano. –¡No!– Se soltó de mí y me miró de una forma que me hizo temblar pero esta vez no de deseo sino de temor –Con su permiso– Les dijo a mis madres y salió del departamento. –Creo que llegamos en mal momento ¿No es así?– Me preguntó mi mami pero yo solo la escuché como en un susurro lejano, estaba comenzando a sentir un dolor que no podía describir, llevé mi mano a mi pecho y mi corazón latía demasiado lento es como si se estuviera deteniendo y lo único que pude hacer fue dejarme caer en el sillón.

Capítulo 7 Planes ¿Nunca han querido tener ese poder de regresar el tiempo aunque sea por tan solo cinco minutos? ¿Aunque sea solo una vez? En este momento era lo único que deseaba, cuando Lena salió por la puerta de mi departamento tardé solo unos segundos para reaccionar e ir tras ella pero por más que insistía, Lena no me abría la puerta. –Vamos Lena por favor, déjame explicarte– Volví a golpear su puerta –Amor, solo dame cinco minutos– –Vete– Por fin me respondió. –Vamos Lena solo cinco minutos te lo prometo– Sin más recargué mi frente en la puerta. Por favor, por favor. –¿Lo prometes?– Escucharla avivó mis esperanzas. –Te lo prometo cinco minutos nada mas– Entonces abrió y si ya me sentía mal, por lo que había pasado me sentí aun peor al verla. Tenía los ojos rojos y en sus mejillas se notaban el camino de las lágrimas. –Muy bien habla, el tiempo corre– Y miró su reloj. Me hizo una seña para que pasara, cerró la puerta y se recargó en ella. –Yo… yo– Yo no sabía que decir. –Me mentiste– –No Lena, no, solo no te dije mi verdadero nombre– –¿Nada más? ¿Se te hace poco? Además ¿Quién me asegura que lo demás no es mentira? Por Dios ayer cuando Renne dijo que el departamento era de tus madres yo estaba segura que tú me habías dicho que era de una amiga y hoy estoy convencida de que así fue. Pero tú me dijiste que no, me hiciste dudar ¿Y ahora me dices que solo no me dijiste tu nombre? Me mentiste, te dije que no me gusta que me mientan y lo hiciste ¿Hasta cuándo lo ibas a seguir haciendo? ¿El día de nuestra boda, o tal vez cuando naciera nuestro primer hijo?– –¿Boda, hijos?– Fue inevitable poner sonrisa de tonta. –Quita esa estúpida sonrisa– Y así lo hice, no era el momento, pero no pude evitarlo. –Lena yo iba a decírtelo, es solo que tenía miedo a perderte– Cruzó sus brazos y solo negaba con la cabeza. –No te creo, ¡Ya no te creo nada!– Me gritó de una forma que jamás imaginé –Quiero que te vayas– –Gatita, por favor– Traté de acercarme a ella, pero levantó su mano para que me detuviera. –No vuelvas a llamarme de esa manera– Y juro que su enojo aumentó diez veces más.

–Lo siento, ya no lo haré, pero vamos aún no se acaban mis cinco minutos– Entonces ella miró su reloj. –Te quedan tres minutos, así que habla porque después quiero que te vayas– –Me llamo Elizabeth Kuri Rodríguez, tengo veinticuatro años y nací en Francia pero por mis madres tengo doble nacionalidad, hace unos meses no me sentía bien conmigo misma por lo que te conté de Juliette y decidí dejar mi hogar y venir a México. Trabajo en las tarde en el restaurante chino y por las noches en el bar donde cantas los jueves, no tengo mucho dinero, solo tengo lo que gano. Mi color de cabello es rubio pero lo pinté de negro, manejo una moto que el señor Chao me dio para poder hacer las entregas. Vivo en el departamento que está a un lado del tuyo, pertenece a mis madres, ellas no sabían que estaba aquí, mi hermana Renne les dijo que una amiga suya vendría a estudiar aquí por lo que ellas le dijeron que estaría bien que lo usara. Mi mamá es la dueña de Kóot y mi otra madre es la socia de Emilie Andretti y cuando ella era joven era modelo, su primer apellido es Rodríguez y no DuPont como todos suponen. Amo tomar fotos, mi tío abuelo, al que le digo Grand–pére me enseñó a usar una cámara desde que era pequeña y mi madre Alex fomentó esta pasión que también es la suya. Estudié la carrera de relaciones públicas y publicidad y antes de dejar Francia la terminé, aunque aún me falta titularme. Tengo varios primos entre ellos están Amy y Dan, solo he tenido una novia pero en realidad nadie me ha interesado… no como tú– Dije todo esto sin parar, por lo que cuando terminé me quedé sin aire. –¿Sabes de qué me acabo de dar cuenta?– –¿De qué?– –Que Amy, y Renne me mintieron, pero es obvio ¿No? Son parte de tu familia, yo noté algo raro en el hospital ¿Cómo diablos alguien olvida su apellido? Eras tú la del golpe en la cabeza no tu hermana. Y ella dijo Ku… y la corregiste y luego dijo toda esa estupidez de olvidar su nombre y lo hizo para cubrirte– –Lena yo…– Negó con la cabeza. –¿Quién más sabe que tu nombre es Elizabeth?– Entonces me di cuenta que mi amiga Jime corría peligro, pero no podía mentirle a Lena, no si quiero que me perdone. –Obviamente Daniel– –Aja obviamente ¿Quién más?– La miré, esos ojos que siempre me vieron de una forma que me derretía ahora me miraban fríamente –¿Jimena?– –Ella me ha estado presionando para que te diga la verdad, en realidad todos lo han estado haciendo. Cuando Amy se enteró que Jimena sabia se enojó, por eso la perseguí en la moto y entonces tuve el accidente, pero en el Hospital le prometí a Jimena que hablaría contigo– –Vete– –Lena…– –Se suponía que ella era mi amiga– –No Lena, ella es tu amiga, tienes que creerme–

–Ese es el maldito problema Ki… tú… como quiera que te llames ¿Me entiendes? Ya no te creo nada… yo ya no confió en ti, vete– –Pero Lena soy la misma, solo es un nombre Lena, pero te juro por mis madres que solo fue en eso en lo que te mentí– –Te digo que te vayas– –Lena…– Pero ella negó con un movimiento de su mano y ya no dije nada. –Por favor vete– La obedecí, ya le había hecho suficiente daño y me odiaba por hacerla llorar. Pero antes de marcharme –Lena en verdad te quiero– Vi una lágrima surcar su mejilla, quería abrazarla pero la puerta en mi cara fue lo que recibí por respuesta. Me sentía mal, me sentía como si todo el peso del mundo me estuviera aplastando, iba a entrar a mi departamento pero recordé que mis madres estaban ahí y lo que menos quería era que me vieran llorar. Busqué entre los bolsillos de mi chamarra y encontré mis cigarros así que me dirigí a mi lugar especial. Una, dos o tal vez tres horas quien sabe cuánto tiempo llevo aquí, tal vez y solo han pasado unos minutos y cada momento me sentía peor. –Cuando era joven y quería escaparme de mis problemas siempre venia aquí– Me dijo mi mamá, mientras se sentaba en el suelo junto a mí –Sabes que no me gusta que fumes– Solo asentí mientras me limpiaba las lágrimas –¿Tienes uno para mí?– Volteé a verla sorprendida, porque jamás la he visto fumar –Anda dame uno– Le entregué la cajetilla –Aaaah son de los que me gustaban– Tomó uno y lo pasó por su nariz, sin pedirme el encendedor me quitó el cigarrillo de mi boca y encendió el suyo –Vaya vayaaa– Dijo al dar la primera calada –¿Sabías que solo fumaba cuando estaba nerviosa? Aunque cuando tú mamá y yo nos separamos este se volvió mi vicio, pero cuando ella regresó lo deje– –¿Por qué estas fumando ahora?– –Porque quiero acompañarte, además espero que en cualquier momento empieces a contarme que es lo que pasó, o por lo menos que me digas porqué tienes todos esos raspones y esa herida en la cabeza– –¿Quieres que te cuente todo?– –Todo Lizie… claro si tú quieres– Pero no me atreví a decir nada, así que ella quien rompió el silencio –Dejé de fumar porque a tu mamá no le gusta, después cuando me enteré que estábamos esperándote decidí dejarlo por completo, este es el primer cigarro que fumo desde hace más de 24 años– –¿De verdad?– –Sí, así es, creo que el que sea mayor que tu mamá por 10 años es más que suficiente para cuidar de mi salud, no es fácil aguantarle el paso a alguien joven– Y me dio un leve codazo para después guiñarme un ojo.

Aún sin decir mucho me recargué en ella, necesitaba sentirla, un nudo se formó en mi garganta, una necesidad nació en mí, ya lo había dicho pero sentía que era necesario decírselo en persona. –Perdóname mamá– Dije en un susurro. –Ya pasó Amor, eso ya pasó– Y con su brazo me rodeó fuertemente. –Solo quiero que lo sepas, no debí decir…– –Sshh, mírame Lizie– Y lo hice, posó su mano en mi mejilla y quitó un par de lágrimas que las recorrían– Aunque no tengas mis ojos, ni el color de mi cabello o una pizca de mi ADN recorriendo tu cuerpo, siempre serás mi hija y yo siempre seré tu madre y estaré cuando me necesites– –Te quiero mamá– –Y yo a ti Amor– Entonces nos quedamos calladas, pero era algo agradable, en verdad me gusta cuando puedo hablar con mi mamá de esta forma… como si fuéramos amigas. Ambas dimos una calada a nuestros cigarros. –¿Sabes que el miedo es la causa principal de los problemas?– Dijo después de un rato. –Lo sé– Eso es lo que me ha llevado a cometer un error tras error. –Así que aquí están– Escuchamos a mi mami que se acercaba a nosotras –Ya me tenían preocupada– Oh oooh –¿Alex estas fumando?– Mi mamá se puso de pie tan rápido que ni parece que es una mujer de 61 años. –Y por eso Lizie es malo fumar, muy malo para tus pulmones y el resto de tu organismo– Me dijo arrojando su cigarro –¿Entiendes? No es bueno, ya eres un adulto y creo que ya sabes qué hacer con tu vida y con tu cuerpo, pero el tabaco es malo, muy malo– –Alex no finjas, ese cigarro era tuyo– –¿No?– –¿Me estas preguntando o me estas respondiendo? Además Elizabeth aún tiene su cigarro en la mano– Dijo señalando mi cigarro y mi mamá solo puso su sonrisa de niña traviesa. –Solo fue una probadita Amor– Le respondió como si fuera una adolecente disculpándose –Te juro que es el primero que fumo desde hace años– –Bien sabes que no me gusta que fumes, además es por tu bien– Mi mami se acercó a mamá y la besó –Iiiiuk, por eso tampoco me gusta, apestas– –Pero así me quieres– Le dijo abrazándola fuertemente. –Mmmm me gusta más cuando no hueles a tabaco, te estás portando muy mal Alex– Y sí, desde hace un rato deje de existir para ellas. –Castígame– ¡Oh por Dios! Esto es demasiado para mis oídos. –Oigan, aquí estoy– –Lástima– Mi mami besó rápidamente a mi mamá.

–Esta noche no te me escapas Samthanas– Fuera, fuera imagen mental, mis mamás lo están haciendo de nuevo. –Alex, no enfrente de la niña– Trato de alejarla mientras mi mamá mordía su cuello. –Jajajaja ¿Cuál? Esta que está aquí enfrente de nosotras estaba casi desnuda bajo otra "niña" en el sofá– Me sonrojé hasta lo inimaginable. –Nuestra pequeña ya no es tan pequeña– Mi mami la besó tiernamente en los labios. –Te dije que era buena idea dejar el sillón maldito– Le respondió abrazándola por la cintura. –¡¿Qué?! ¿A qué se refieren?– Ambas empezaron a reír. –Cada vez que tu mamá y yo queríamos mmmm– –Hacer algo en ese sillón– Continuó mi mami Sam –Algo o alguien nos interrumpía– Yo solo me sonrojé, sí, aún más sí es posible. –Nos da gusto que tengas a alguien Amor, pero no porque sean mujeres no dejen de cuidarse– Me dijo mi mamá hablando ya seriamente. –Si mamá– Dije con fastidio, en un momento soy un adulto y de repente me convierto en una adolecente según mis madres –Aunque dudo que Lena quiera saber algo de mí– –¿Qué fue lo que pasó?– Me preguntó mi mami. –Es que… es que yo– No pude soportarlo más, el dolor se desbordó y aunque trataba de controlarme empecé a llorar desconsoladamente. Mis madres de inmediato me abrazaron –Yo la lastimé, le mentí, pero es que no quería perderla, tenía tanto miedo de que dejara de hablarme y al final… ella ya no quiere saber nada– Intenté pararme pero el dolor en mi rodilla no me dejó. –Calma Amor, calma vamos a solucionar esto, pero creo que sería buena idea que nos contaras todo lo que pasó desde el principio– Mi mamá se acercó y me ayudó a ponerme de pie. –¿Qué fue exactamente lo que le hiciste para que ella ya no quiera saber de ti?– Me preguntó mi mami y yo solo empecé llorar de una forma que no podía hablar –Tranquila Amor, todo tiene solución– Ambas me estrecharon como cuando era una niña. Estuvimos así hasta que me pude calmar y aun cuando ya me sentía más calmada mis madres no me soltaron. –Duele– –Así son las cosas del corazón mi Cielo– –Nuestra pequeña ya está creciendo, por lo menos aún nos queda otra– Dijo mi mamá. –Alex– –¿Si Amor?– –Recuerda que Renne ya tuvo un novio– –Ni me lo recuerdes, lo bueno es que ya terminaron y ha vuelto a ser mi pequeño renacuajo–

–Mmm Alex– –Si Amor– –Renne tiene una cita– Y entonces nos soltamos. Mi madre palideció con la noticia y estoy segura que estaba a punto de salir corriendo a buscar a mi hermanita. –¿Mi bebé? ¿Con quién?– –Mmmm– –¡Sam!– –Con…– Fue el ruido de una moto lo que hizo que nos asomáramos, obvio yo sabía quién era, pero nunca imaginé que mi hermana venía acompañada. Se bajaron y ambos se quitaron el casco. –¿Qué hace en esa moto?– Preguntó mi mami que de inmediato reconoció a mi hermana. –¿Qué hace besando a...? ¿Ese es Daniel? ¡Oh por Dios! Yo lo mato, mira que voy a colgarlo y luego a despellejarlo vivo para… ¡QUITA TUS ASQUEROSAS MANOS DE MI HIJA DANIEL!– Gritó mi madre y mi hermana y Dan empezaron a voltear a todas partes –ACÁ ARRIBA IDIOTA– –¡Alex cálmate!– –Es que Sam, ella es mi bebé y ese, ese idi… ese güey la estaba besando– Mi madre se asomó de nuevo y gritó –¿OÍSTE? ELLA ES MI BEBÉ– Dan se notaba sumamente asustado por lo que se ya se iba pero mi hermana lo sujetó del brazo, miró a mi mamá por un momento y entonces sonrió. Si, de esa misma forma que hace mi mamá cuando algo se le ocurre. Así que Renne sujetó la cara de Daniel y le dio tremendo beso que cuando por fin se separaron el quedó tambaleándose –Ven aquí señorita, tenemos que hablar ¡Ahora!– Mi hermana beso una vez más a Dan y caminó hasta que la perdimos de vista en la entrada –Tenemos que hablar todas ¿Entendido?– –Si mamá– –Alex– –No Sam– –¿No qué Alejandra?– Le preguntó mi mami y mi furiosa madre cambio de actitud. –Digo que no voy a hacer nada Amor ¿Por qué nunca me dejas terminar?– –Mmmm– –Sam– Dijo mi madre abriendo los brazos. –Mmmm– –Te amo– Y sin más mi mami Sam abrazó a mi mamá Alex. Una vez que terminaron su abrazo ambas voltearon a verme –¿Estás bien mi cachito de cielo?– Yo sonreí, porque así es como mi mamá me dice cuando quiere que sepa que me quiere. –Sí–

–Muy bien entonces vamos a hablar, porque hay muchas cosas que solucionar– Empezamos a caminar para ir a nuestro departamento –Después me haré cargo de ese mocoso– –¡Alex!– –Si Amor, ya sé, ya sé– Cuando pasamos por la puerta de Lena noté que no había luz saliendo por debajo –¿Estará o habrá salido?– –Muchas veces es mejor darles un poco de tiempo para que se calmen– Me dijo mi madre en lo que mi mami abría la puerta –Si en verdad te quiere te va a perdonar, pero obvio no será fácil ¿Verdad Amor?– –Así es– Mi mami cerró la puerta una vez que entramos. Renne ya estaba sentada en el sillón y se notaba que está muy molesta porque ni siquiera nos volteó a ver, tomé asiento junto a ella y fue entonces que se dio cuenta de que había estado llorando. –¿Estás bien?– –Sí, es solo que Lena ya se enteró y bueno, pues no lo tomó muy bien– Le dije cabizbaja. –Oh vaya, intenté avisarte de que ellas vendrían pero nunca me respondiste– Obvio no, porque Lena y yo… –Muy bien ¿Quién empieza?– Nos preguntó mi mamá, que se puso de pie enfrente de nosotras. Ni mi hermana ni yo dijimos nada –Muy bien entonces lo haré yo– Mi mami caminó y nos hizo un movimiento para poder sentarse entre nosotras. Desde que mi hermana y yo éramos pequeñas siempre ha sido lo mismo, mi mamá se para enfrente de nosotras y nos hace preguntas mientras mi mami sujeta nuestras manos para demostrarnos que no es un regaño sino que es solo una forma para saber cómo ayudarnos. Y así fue como empezó esta vez. –Creo que es más que evidente que tu supuesta amiga es Lizie ¿No es así?– Mi hermana afirmó con un movimiento de cabeza –Muy bien, entiendo que sean hermanas y que se apoyen pero bien saben que no nos gusta que nos mientan, nosotras creíamos que tú– Me miró a mí –Estabas trabajando de camarera en algún lugar de España– –Yo le pedí a Renne que les dijera eso– –¿Para qué? ¿En verdad soy un ogro del cual querías escaparte?– Negué con la cabeza y una lágrima se me escapó –Sé que las cosas no estaban bien Corazón, pero no fue la forma correcta y creo que lo sabes– Asentí –Ustedes dos son lo más importante para nosotras, somos una pequeña familia y siempre nos hemos apoyado aunque las cosas estén difíciles ¿No es así?– Y ambas afirmamos sin decir nada –¿Lizie estás lista para decirnos que fue lo que pasó?– –¿Desde el principio? – –Solo si tú quieres– Respondió mi mami.

–Sí– Llené mis pulmones con aire –Juliette se enteró de que me gustaba y en una fiesta me besó, pero su novio nos descubrió y entonces ella le dijo que yo la había obligado, desde ese día me hicieron la vida imposible– Dije todo de un solo jalón. –¡Oh por Dios Elizabeth! ¿Pero como se atrevió esa niña tonta a hacerte algo como eso? Nosotras que siempre la vimos como una buena amiga tuya, si hubiera sabido esto la mato– Y todas nos quedamos viendo a mami Sam. –¿Qué?– –Hacia mucho que no te veía actuar de esa manera Amor– –Siempre he protegido lo que es mío y por mis hijas haría cualquier cosa– Mi mamá casi se derrite de amor por las palabras de mi mami –¿Por qué no nos dijiste nada?– Preguntó mi mami mientras me rodeaba con sus brazos y mi mamá se sentó frente a mí para tomarme de mis manos. –Ya no soportaba más y les iba a pedir ayuda, entonces una noche oí cuando mamá decía lo orgullosa que estaba de mí por siempre resolver mis problemas y por lo madura que era– Mi mami suspiro –En definitiva es tu hija– Mamá sonrió –¿Qué te hemos dicho de escuchar detrás de las puertas? Elizabeth tú bien sabes que tu madre y yo nos separamos justo porque ella escuchó una conversación y supuso cosas que no eran– –Lo sé– –¿Entonces?– Yo negué con mi cabeza mientras agachaba la mirada –No es malo pedir ayuda Amor, para eso estamos. Entiende que siempre te vamos a ayudar y a apoyar aunque tengas la edad de…– Y las tres vimos a mamá. –Jaaa que chistosas– –Es broma mi rukita hermosa– Y mi mami me soltó solo para darle un beso en la mejilla a mi mamá –Pero es la verdad Amor, siempre vamos a estar ahí para ti– Mi mami se volteó y tomó la mano de Renne para que se uniera al abrazo –Y para ti mi pequeña– La acercó para poder besarla en la frente. –¿Qué paso después?– Preguntó mi mamá mientras se sentaba en la mesita de centro. –Yo decidí irme– –¿Dejaste la escuela?– –No, si terminé, pero aún me falta titularme. Fui por mi maleta a casa cuando pase el último examen y me vine para acá– Mi mamá miró a mi hermana. –Supongo que ella te prestó para el pasaje porque no usaste la tarjeta ¿No es así?– Ambas afirmamos –Muy bien, continúa– –No quería que Don Juan me reconociera por lo que pensamos que lo mejor sería cambiar mi nombre por del de Kim y bueno cuando me empezó a faltar dinero me puse a buscar empleo pero sin mi título y sin poder decir mi verdadero nombre porque de seguro me asociarían contigo y tal vez contactarían a la tía Danielle y ella te avisaría, no pude ejercer mi carrera–

Y vi a mamá apretar la mandíbula y cruzarse de brazos –Ok, continúa– Aunque mi mamá trataba de ocultarlo pude ver cómo todo lo que hice para esconderme de ella le dolía. –Así que encontré trabajo en un bar, soy ayudante de cantinera, pero ni con las propinas podía ajustar para poder pagar todos mis gastos, así que encontré otro empleo repartiendo comida china– –¿Cómo repartes comida?– –En…– No iba a decir que uso una moto pero mis madres me presionaron con la mirada –En una moto…– –¿Tuviste un accidente en la moto? ¿Por eso estas tan lastimada?– Fue mi mami la que hizo la pregunta. –No fue entregando comida, pero tienen que saber que paso primero– No me dijeron nada pero entendí con sus miradas que esperaban a que continuara – Jimena, Jime es la cantinera del bar y da la casualidad que es novia de Amy, un día me invitó a ver tocar su banda y fue cuando me di cuenta que mi prima era la chica de Jime. Salí de ahí pero después Jime se enteró que yo no era Kim sino Elizabeth y me pidió que hablara con Amy y con Lena– –¿Lena es la chica que estaba aquí?– Y las tres afirmamos a la pregunta de mi mami –¿Tú la conoces?– Le preguntó a mi mamá. –Conocí a la señorita Alonso hoy en la mañana, trabaja en Kóot– Mi mami asintió y regresó su mirada a mí –¿Qué tiene que ver ella con esa tal Jimena?– –Lena canta en el grupo de Jime y es su amiga– Le respondí. –Y da la casualidad que es nuestra vecina y bueno aquí mi hermanita resulta que se enamoró de ella después de mancharle su hermosa blusa con café y de gritarle– –¿Le gritaste?– Me preguntó mi mamá. –No, bueno si, pero ella empezó, fue solo un accidente– –Así que ella es la chica de la blusa– Me dijo mi mami con una sonrisa –Bueno luego nos cuentas eso, continúa– –Pues Lena y yo empezamos a ser amigas y las cosas se empezaron a dar, ella me contó de su familia y de su vida antes de llegar aquí– –¿Y tú le contaste quién eras?– –Sí, pero no le dije mi nombre y le dije que el departamento era de una amiga– –Ay Amor, si en verdad te gusta no debiste hacerlo– Me dijo mi mami y una vez más una lágrima se me escapó –Ya, ya no llores, mejor continúa ¿Qué pasó con Amy?– –Ella llegó al bar el día en que le iba a decir que estaba aquí, pero nos vio a Jime y a mí abrazándonos, al principio no me reconoció pero después se dio cuenta que era yo y de que Jime sabía la verdad sobre mí. Se enojó y se fue del bar, pero yo…– Mis mamás se pusieron serias –Salí de ahí y me monté en la moto para ir y hablar con ella, pero derrapé y terminé en el hospital–

–¿Cuándo fue eso?– –Hace unos días– –No usaste el casco y por eso tienes ese golpe en la cabeza ¿Verdad?– Me preguntó mi madre que se puso de pie y se llevó las manos a la cadera, yo solo pude afirmar sin tener el valor de verla a los ojos –Siempre, siempre te he dicho Elizabeth Kuri Rodríguez ¡Que no te subes a una moto si no llevas un maldito casco puesto! ¿No es así?– –Sí– –¿Qué carajos estabas pensando? ¿Me puedes decir que hubiera pasado si algo peor te hubiera sucedido? ¿Sabes cómo nos hubiéramos sentido tu madre y yo? Todo el mundo me dijo que era una locura que les enseñara andar en moto, que era muy peligroso y miles de cosas. Pero lo hice porque tu madre y yo adoramos viajar en mi moto, porque es una hipocresía el que te negara algo si nosotras lo hacemos. Y la regla número uno siempre ha sido que usen un casco ¡Por Dios! ¿Eso tan difícil?– –No mamá– Entonces me miró fijamente, se llevó la mano a la nuca mientras empuñaba la otra. –¿Fue grave?– –No, solo estuve 4 días en el hospital… bueno tres y medio… eso creo– Mi mami puso cara de terror –Pero el doctor dice que estoy bien– Dije de inmediato para que no se preocuparan– Tengo que ir mañana a un chequeo, solo tengo algunos raspones y moretones, mi pierna izquierda está un poco lastimada… y bueno mi celular no sobrevivió– –¿Por eso no podía comunicarme contigo?– Y le dije que sí a mi mami –El teléfono es lo de menos hija, lo que importa es que estés bien y no tengas secuelas– –Estoy bien– Mis madres solo se miraron. –¿Por qué gastaste tanto en estos días?– Le preguntó a mi hermana –Y lo más importante ¿Cómo es que te enteraste del accidente?– Mi mamá estaba a punto de golpear algo o a alguien. –Amy me avisó, necesitaba los papeles del seguro para el hospital y los gastos en mi tarjeta son porque teníamos que reparar la moto– –¿Es esa la moto en la que llegaste Renne?– –Sí, es esa, la misma que usa Lizie para hacer las entregas. Tomé su lugar en el trabajo para que no lo perdiera en lo que ella se recupera– –¿Cómo es que Lena no se dio cuenta de tu verdadero nombre después del accidente?– Preguntó mi mami, que no dejaba de ver a mi mamá. –Les pedí a todos que no le dijeran– –¿Les pediste a todos que le mintieran?– Dijo mi mamá que ya estaba muy alterada. Mi mami se puso de pie y tomó la mano de mi mamá y de inmediato ella se relajó. –Yo iba a hablar con ella, es solo que siempre pasaba algo–

–¿La quieres?– Preguntó mi mamá que un poco más calmada sin soltar la mano de mi mami. –Sí, sí la quiero– Mire a mi hermana –Es ella– Renne se sorprendió. –¡Lo sabía! Sí, sí, yo sabía que era ella– –¿De qué están hablando?– –Ella es su Sam– Le dijo Renne a mamá –Es su Alex– Y esta vez miro a mi mami. De inmediato entendieron a lo que se refería mi hermana y ambas se acercaron a mí. –¿Estás segura?– –Sí, la amo y no quiero perderla– Entonces sonrieron. –Tendrás que conquistarla de nuevo y hacer que te perdone– –Pero ella…– Mi mamá negó con la cabeza. –Una Kuri nunca se rinde– Me dio un beso en la frente. –Y las Rodríguez siempre conseguimos lo que queremos– Mi mami me abrazó. –Muy bien para finalizar contigo, no quiero que vuelvas a subir a una moto sin casco– –Lo prometo– Dije levantando mi mano izquierda en forma de juramento. –Y quiero que dejes esos trabajos– –Pero…– –Pero nada, desde el lunes trabajaras en Kóot, es más tengo un plan que te puede interesar– Me guiñó un ojo –En cuanto a ti mi pequeño renacuajo– Renne puso cara de fastidio –Puedes disfrutar de tus vacaciones, por lo que ya no es necesario que vayas al viaje con Daniel– –¡¿Qué?! Ah no, eso sí que no, tú me dijiste que este viaje me iba a servir para aprender, así que yo voy– –No, tú no vas a estar cerca de ese pervertido– –¿Pervertido? No es ningún pervertido– –Es más grande que tú, así que sí lo es– –Solo tiene veintiséis años mamá– –Y tú tienes dieciocho Renne– –Solo son ocho años mamá, tú acabas de decirle a mi hermana que serías una hipócrita el no enseñarnos algo que tú haces, ¿No crees que es hipócrita de tu parte el negarme tener una relación con alguien mayor cuando tú le llevas once años a mi mami? ¿No te hace eso a ti una pervertida?– Y si, con esa pregunta mi mamá ya no supo que decir. –Creo que Renne tiene razón Alex–

–Pero Sam, es el hijo de Danni y ella está loca. Además bien sabes que ese muchachito solo va de una conquista a otra y bueno ¿Olvidas quién es su padre?– –Claro que no, su padre es tu antiguo novio y tu mejor amigo– –¡Pero Saaam! Renne es una niña– –Ya soy mayor de edad– Dijo mi hermana cruzándose de brazos. –Eres mi bebé– Le dijo señalándola. –¡Alex!– –¡Sam!...– Ambas iniciaron una batalla silenciosa, que obviamente gano mi mami –Quiero hablar con esa mocosa sobre su hijo– Mi mamá saco su teléfono de la chaqueta. –Alex tienes que calmarte, además Danni está encantada con la idea– –¡¿Qué?! ¿Ya lo hablaron?... ¿Y no me dijiste nada?– Creo que mi mamá va a quedar afónica por tanto grito. –¡Alex ya cálmate!– Dijo mi mami ya muy enojada. –Es que Sami, Renne… mi bebé… y luego mi niña Elizabeth… ella ya no me necesita– –Te equivocas mamá, siempre te voy a necesitar– Me acerque a ella y la abracé muy fuerte –Tienes que calmarte un poco y hablar con mami, creo que está algo molesta– Le dije muy bajito para que solo ella me escuchara. Y es que mi mami estaba cruzada de brazos y con los labios muy apretados, aunque la vi sonreír cuando abracé a mamá– –Amor yo...– –Ya Alex déjalo, solo entiende que Renne ya tiene dieciocho y Lizie veinticuatro, ya no son unas niñas– –¡Pero son nuestraaas niñas Sam!– –Y siempre lo serán Amor, pero ellas están creciendo y es mejor que nos tengan la confianza para decirnos las cosas a que nos las oculten– Mi mamá asintió derrotada –Yo te conocí a los veinte y tú eres once años mayor que yo y sabes que eres lo mejor que me has pasado en esta vida– Se giró para vernos – Niñas saben a lo que me refiero ¿Verdad?– –Si mami, entendemos– Le respondió Renne. –Pero, pero Sam es que...– Y al parecer mi mamá iba a seguir reclamando. –¡Ya déjalo Alex!– Le dijo mi mami elevando el tono de voz y cruzándose de brazos una vez más. –No Amor, bien sabes que no dejamos las cosas así– Se acercó con esa mirada que solo ellas dos entienden y la beso –¿Por qué no me dejas terminar?– –Está bien ¿Qué es lo que quieres decir?– Sin soltarse mi mamá dirigió su mirada a Renne.

–Voy a hablar con Dany– Renne iba a decir algo pero mi mamá levantó su mano para detenerla – Solo quiero hacerle saber que esto no es un juego y que tú no eres una más de sus conquistas, si es así que mejor lo aclare ahora y no después ¿Entendido?– Mi hermana le dijo que sí –Irás al viaje, pero compartirás habitación con tu hermana– –Está bien– –Bueno aunque aún falta ver si Lizie acepta trabajar en Kóot– Mi hermana me suplicó con la mirada. –Está bien, acepto– –Perfecto, entonces mañana nos pondremos de acuerdo en la oficina sobre lo que quiero que vean con estos clientes, claro que será después de llevarte al doctor, queremos asegurarnos que no hubo daño por los golpes, no es normal que te hayan dejado salir tan rápido– –Estoy bien– –Eso lo veremos mañana– Dijo mi mami. –Ah otra cosa… si él dice que no puedes viajar– Y entonces sonrió –Ninguna de las dos lo hará, ¿Entendido? – –Si mamá– Respondimos mi hermana y yo al mismo tiempo. –Bueno entonces nos vamos, ya es tarde y no hemos descansado nada desde que llegamos– Dijo mi mami que ya se acercaba para despedirse. –¿No se van a quedar con nosotras?– Preguntó Renne. –Solo veníamos a ver que todo estuviera bien y como en verdad creímos que tu amiga vivía aquí hicimos reservaciones en el hotel– –Pero ya están aquí, no tiene caso que se vayan– –Mmmm pues traemos las maletas en el carro, bien y podríamos llamar para cancelar, además solo será hasta el lunes– –¿Por qué? ¿A dónde van a ir?– Les pregunté mientras me recostaba en el sillón porque mi pierna me estaba molestando. Maldita pierna más te vale estar bien mañana porque tenemos que ir a ese viaje a como dé lugar. –Tu mamá y yo tenemos planeado pasar unos días en la casa de Veracruz y luego regresar las tres juntas– Señalo mi mamá a Renne –Tu hermana comienza la escuela el próximo mes– –¿Se iban a ir de vacaciones sin mí?– Reclamó mi hermana. –Pues si quieres ven con nosotras, yo encantada de que nos acompañes cariño– Dijo mi mamá. –Naaah, tengo responsabilidades que cumplir, ya será para la otra– –¿Responsabilidades? Si como no– Renne me lanzó un cojín que apenas y pude esquivar. –Niñas– Nos reprendió mami Sam, pero Renne me mostró la lengua y yo le respondí igual.

–Te lo dije Sam, aún son una niñitas– Mi hermana puso cara de fastidio –Muy bien será mejor que vaya por las maletas– Dijo mi mamá acercándose a la puerta –Anda Renne ayúdame, que tu hermana no puede cargar– –Ya voy– Solo nos quedamos mi mami y yo. –¿Segura que estás bien?– –Si mami, solo me duele un poco y hay cosas que me cuesta trabajo hacer con las manos– –Pues cuando llegamos no parecía eso– Me sonrojé. –¡Mami!– –Jajaja– Se rio y con su mano quitó un mechón de mi cabello que caía en mi cara –¿Puedo darte un consejo?– –Sí, creo que ahorita es cuando más necesito uno– –Yo creo que lo mejor es mostrarte tal y como eres– –¿A qué te refieres?– –Pues creo que…– Y mi mami me dijo cuál era su plan, un muy buen plan por cierto. Mamá y Renne regresaron con las muchas maletas que habían traído, yo solo sonreí al recordar lo que decía mamá sobre que a mami se le pegó lo de la tía Danni. –Por cierto Renne cuando regresemos estarás castigada por un mes– Le dijo mamá cuando ya nos despedíamos para ir a dormir. –¿Por qué?– –Por mentirnos sobre lo de tu amiga y por ocultarnos lo del accidente de tu hermana– Mami se levantó para ayudarlas. –Mamiiii– Mi hermana volteo a ver a mami pidiendo ayuda. –Esta vez tu mamá tiene razón– Y mi mami se abrazó a mamá. –No es justo ¿A Lizie no la castigarán?– –Oye– –Si esto es tú culpa por encubrirte– –Para tu hermana pensaremos algo después, primero tiene cosas por resolver– –Asshh– Sin más se fue a nuestra habitación. Esa noche yo también regresé a la habitación que siempre he compartido con Renne y aunque las cosas con mis mamás ya estaban solucionadas lo que había pasado con Lena no me dejaba dormir.

–Ella te quiere– Me dijo Renne de repente –Se le nota en la cara cada vez que te mira, ya verás que te perdona– –¿Y si no lo hace? Ella está en todo su derecho para no volver hablarme de nuevo– –Sí, pero ella no es así– –¿Cómo lo sabes?– –Algo me dice que todo saldrá bien– –No sé, lo único que creo es que no será fácil– Renne empezó a reír –Así valdrá más la pena, las cosas sencillas no nos interesan a las Kuri– Entonces suspiré –¿Quieres que duerma contigo?– –Sí, creo que necesito un abrazo– –Lo que usted ordene señorita– Renne se pasó a mi cama y me abrazó como siempre –Ella me gusta para que forme parte de nuestra familia– –¿De verdad?– –Sí, creo que serán una muy bonita pareja– –Eso solo si me perdona– –¿Desde cuándo te volviste tan pesimista? Ya verás que sí. Mamá pudo lograrlo con mami y mira que lo que le hizo fue mucho peor– –Sí pero nosotras no somos ellas– –No, no lo son, pero tienen derecho a una linda historia de amor como la de ellas– Suspiré de nuevo. –Deja de hacer eso, ya sabes que mi mamá dice que los suspiros son besos no dados– –Está bien ya no lo haré, ¿Me vas a contar que pasó hoy en la tarde con Dan? Porque ese beso no fue nada inocente– Mi hermana rio pícaramente –Es maravilloso, llegó justo cuando terminé mi turno en el restaurante y me pidió ir a comer un helado a un parque que está aquí cerca– –¿Y luego?– –Pues solo platicamos, es tan lindo, tan caballeroso– –¿No crees que es raro?– –¿Qué cosa?– –Bueno pues es que lo conocemos desde toda la vida– –¿Te digo un secreto?– Le di mi meñique para que lo entrelazara con el suyo –Él me gusta desde siempre– Me giré para verla –Es solo que siempre he sido la pequeña de las Kuri… el renacuajo de mamá. Y ahora que nos encontramos de nuevo fue como si nos viéramos por primera vez, como si

ya no fuera esa niñita a la que visitaba en vacaciones, fue, fue de… wow. Él me hace reír todo el tiempo no importa lo que diga o haga. Hay veces que me da vergüenza por la forma en que me emociono cuando me sonríe y me pongo nerviosa, siempre quiero estar con él, no puedo dejar de mirarlo y me da como un vértigo cuando me toca la mano o me abraza y siento que a él le pasa lo mismo, siento emoción, una extraña y bonita desesperación ¿Me entiendes?– –A la perfección– Ambas suspiramos y después nos reímos –¿Qué va a pasar cuando tengas que regresar a Francia?– –No sé, tener una relación a larga distancia es difícil, pero yo estoy dispuesta a intentarlo– –¿Y crees que él quiera?– –Ojalá, pero bueno tal vez y en estas semanas nos damos cuenta que no vamos a funcionar y todo quede ahí– Esa mentira era más para protegerse por si no funcionaban las cosas entre ellos que para convencerme que seguirían bien. Así que Renne se acercó a mí y me abrazó –Pero mientras seguiré besándolo, porque me encanta como lo hace– Solo me quedó reír ante el comentario de mi hermana. No supe cuando me quedé dormida, solo sé que no dormí mucho, en la mañana me levanté muy temprano y me sorprendí a ver a mis madres en la sala. –¡Alex! Eres una traviesa– Dijo mi mami, mientras se abrazaba a mi mamá. Ella la besó como siempre lo hace cuando piensa que Renne y yo no estamos viendo. –Creo que podemos romper la maldición del sillón– Dijo mi mamá muy bajito y con su sonrisa pícara –Pero prefiero que siga maldito, tenemos una hija con un pretendiente y otra con una muy atractiva casi novia– –¡Oh por Dios! ¡Mamááá!– Ambas empezaron a reír. –Báñate, que tenemos que ir al hospital– Me dijo mi mami mientras me daba un beso en la mejilla –Voy a despertar a Renne para que se apure– Se dirigió a la habitación donde descansaba mi hermana. –No pudiste dormir ¿Verdad?– Negué con la cabeza y mi mamá se acercó y me abrazó –Una vez que se calmen las cosas toda irá mejor– –¿Y si no?– –Pues entonces haremos un plan para que la recuperes– Me sonrió de esa forma tan suya –Anda apúrate porque tenemos cosas que hacer– Cuando fuimos al doctor este le juró a mi mamá que estaba bien que solo necesitaba reposo durante el fin de semana por lo de mi pierna y que no hiciera mucho esfuerzo en el viaje. Al escucharlo Renne y yo intercambiamos una mirada cómplices, ambas teníamos nuestras propias razones para ir a ese viaje. –Doctor ¿Y la gasa por cuánto más debe traerla?- Pregunto mi mami Sam. –Pues ya tiene casi una semana ya debe de estar curando correctamente, veamos– El doctor se puso unos guantes y reviso mi herida– Todo se ve excelente, solo no te quites la costra, tal vez sientas

que pique y te de comezón pero por favor ten cuidado con esa área –También revisó mi muñeca y retiró la venda porque ya no era necesaria –Todo listo, la pierna aun esta resentida pero solo sigue tomando los desinflamatorios como se te recetó y en dos semanas estarás como nueva– Así que una vez que salimos de ahí nos dirigimos a Kóot, al llegar pude ver como Dan se ponía blanco por la mirada furiosa que le dio mi mamá, pero ella la cambió cuando mi mami se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Entramos y tomamos asiento en la pequeña sala que tiene mi mamá en su despacho, a los pocos minutos entro Dan y en ningún momento miró a mi hermana. –Bueno días tías– Mi mamá gruñó, por lo que se ganó una mirada de advertencia de mi mami. –Buenos días Dan ¿Cómo estas hoy?– Le preguntó mi mami. –Bi… bien tía– Se acercó a mi mamá y le entregó un expediente –Es de Lena… digo la señorita Alonso, esta mañana vino y me entregó su renuncia– –¡¿Quéé?!– Dije poniéndome de pie y de inmediato sentí como mi rodilla cedía por el dolor, por lo que me volví a sentar pero de inmediato mis madres se acercaron para ver que estuviera bien. –Creo que ese doctor es un mentiroso, tú no estás bien– Dijo mi mamá. –No, no es solo que el movimiento fue brusco– –¿Segura?– –Sí, se los prometo– Aunque dudaron me creyeron –Tienes que hacer algo mamá, Lena siempre ha querido trabajar aquí y de seguro está renunciando por mi culpa– –Está bien me encargaré de eso. Sam creo que será mejor llevar a las niñas a casa– –No, yo me quedo– Dijo mi hermana –Tienes que decirme que es lo que quieres que hagamos en el viaje– Mi mamá la miró fijamente y mi hermana le respondió con la misma mirada. –Está bien, lleva a Lizie y que descanse, nos vemos en la tarde– Una vez que mis madres se despidieron, mi mami y yo dejamos la oficina. –¿Crees poder soportar un rato? Creo que podemos aprovechar para hacer lo que te comenté ayer– Solo sonreí –Muy bien, entonces vamos que ya es hora de traer a tu verdadero yo de regresó– Solo espero que todo lo que están tramando mis madres funcione.

Capítulo 8 Te extraño Dos horas, dos horas son las que llevo con este apestoso líquido en mi cabeza que según Sebastián me va a devolver mi rubio cabello. Este era el plan que mami me había propuesto; regresar a mi verdadero yo. Pero aún no lo entiendo por completo. –Y entonces le dije; Tomi, amor mío, si no te depilas esa espalda, te juro que te la afeitare mientras duermes, porque si hubiera querido dormir con una alfombra, dormiría en el suelo– Así es, dos horas oliendo un químico que de seguro ya mató mi última neurona lo peor es que tengo que escuchar la terrible y sufrida vida de Sebastián. Busqué la mirada de mi mami a través del espejo y pude reconocer su sonrisa artificial, esa que solo usa cuando trata de ser amable pero bien sabemos que no le interesa en absoluto el tema que se está tratando –Y como no puede dormir sin mí, al otro día llegó todo bien depilado y con ramo enorme con rosas ¿Puedes creerlo cariño? El piensa que va a encontrar a otro tan bueno como yo, pero apenas y lo amenazo se le quita lo macho– ¡Dios mío! Si hubiera sabido la tortura no acepto la idea de mi mami. Solo treinta minutos más, solo eso –Bueno cariño, pues hice lo mejor que pude, es muy difícil volver a tu color natural pero creo que esto es lo que más se acerca ¿Tú qué opinas Sam?– –Yo digo que eres un maestro Sebastián– Mi madre me sonrió. Me fijé en mi nuevo look y pude ver que mi nuevo corte de cabello cubría mi herida, mami fue muy específica en eso, que se tuviera mucho cuidado con ella y que no se tiñera. Pero Sebastián que es un profesional logro disimular muy bien esa parte cortando todo el cabello y cubriéndolo con el cabello ahora teñido. Me gusta como se ve, ese toque de chica rebelde y bueno por supuesto estaba el color rubio cenizo que a mi parecer era perfecto –¿Te gusta Lizie?– –Me encanta mamá… ¿Crees que a ella le guste?– –Amor, solo estamos cambiando tú exterior pero recuerda que lo más importante es lo que tenemos aquí adentro– Y puso una mano en su pecho. –¿Entonces porque el cambio?– –¿Acaso no querías hacerlo?– –Bueno…– Me miré en el espejo y pasé mi mano por mi cabello– Es como si fuera de nuevo la de antes– –¿Y te sientes igual?– No, definitivamente no –No, me siento mejor– Una sonrisa apareció en el rostro de mi mami. –Eso es lo que buscamos Amor, ser mejores cada día y al volver con tu apariencia de antes no es retroceder, es avanzar y demostrar que lo pasado ha sido superado, que no te esconderás más y que has encontrado el camino por donde quieres seguir siendo tú– Le sonreí a mi mami y de nuevo me miré en el espejo –Te pareces a mi cuando era más joven– –Aun eres joven mami– –Los años no pasan de en balde amor–

–Pero que dices mami si estas súper guapa ¿O no Sebastián?– –Me consta, te envidio cariño, estas hermosísima mi Sam. Años de conocerte y estas igualita, aún recuerdo cuando tú y la bella Danielle entraron la primera vez por esa puerta, casi me da un infarto, por Dios la diosa de las pasarelas en este humilde establecimiento– –Yo ya no era modelo entonces– –Para mí siempre lo seguirás siendo corazón, ooh ese día fue memorable, que recuerdos y volviendo al tema de tu hermosura querida sé que aun traes loca a la gruñona de tu mujer– –¡Sebastián!– Vi a mi mami sonrojarse. –Ay no me digas que Alex anda por aquí, recuerdo esa mirada asesina cuando dije que si yo fuera hetero iría tras de ti…– –¿No dijiste eso frente a mamá?– –Lo hice, pero es que como iba a saber que tu madre es una posesiva de lo peor y bueno la entiendo con semejante mujer de esposa… pero aún me dan escalofríos– –Bueno tengo que admitir que mi Alex es algo sobreprotectora– –¿Sobreprotectora? Ay cariño yo diría celosa y dominante– –Mmmm, sí, ella es así, pero así me gusta Sebastián– Mi mami sonrió. –Tal para cual– Dijo Sebastián dando los últimos toques a mi nuevo look –Perfecta, simplemente perfecta– Después de salir del salón mi mamá me llevó de compras, no me encanta, pero necesitaba ropa para el trabajo así que no me quedó de otra. Lo bueno de tener una mamá experta en moda es que te puede decir que es lo mejor para ti. Me ayudo a escoger un par de trajes que según ella hacían resaltar mis ojos y algunas cosas más que necesitaría para el viaje. Mi mami se dio cuenta que la pierna me molestaba, pero le insistí en ir por un café. –Sabes que las reuniones serán cortas ¿Verdad?– –No, no lo sabía– –Pues tendrán tiempo para pasear y sería bueno que tomaras algunas fotos– No dije nada, solo agite la cuchara para revolver un poco la espuma de mi cappuccino –¿Qué pasa?– –No tengo mi cámara– Mi mami se sorprendió. –Pero si nunca le dejas– –Lo sé, pero es que en verdad cuando salí de casa lo único que quería era dejar de ser yo por un tiempo– –Entiendo– –No, no creo que lo hagas–

–Créeme Lizie– Dejo escapar un ligero suspiro –Cuando tu mamá y yo terminamos lo único que quería era dejar de ser quien era y pues el ambiente en el que estaba ayudó un poco a mi propósito– –¿Realmente te lastimó tanto?– –Alex era mi vida… aún lo es– Me sonrió –Lizie, tu mamá y yo entendemos lo que estás pasando. Por la misma razón sabemos que si haces las cosas correctamente todo esto puede salir muy bien– –No sé qué hacer– –Lo sabrás en su momento– –Ojalá fuera como mamá que hace planes y los sigue al pie de la letra– Mi mami soltó una carcajada –Cuando tu mamá me estaba reconquistando las mejores cosas fueron las que no planeo– –¿De verdad?– –¿Te conté de Koki?– Negué con la cabeza –Tu mamá había ido a comprar a Koki a…– Mi mami me contó la loca aventura de tía Mónica y mi mamá para conseguir al pequeño cocodrilo para después perderlo en la antigua casa de mis abuelos. Me considero cercana a mis madres, tanto Renne y yo crecimos escuchando su historia de amor, recuerdo la vez que mami me conto sobre la parte dolorosa de su relación, el cómo se separaron. Nunca me lo hubiera imaginado, ellas que son tan cercanas y amorosas. Estuvieron separadas por años ¿Y cómo es que me enteré? Bueno estaba buscando mi manta, yo le había dicho a mami que la guardara que ya era grande y podía dejarla, no aguante más que un día sin ella, la busqué en el closet de su habitación y lo que encontré ahí fue un viejo álbum de fotos de mami, nunca lo había visto, estaba encantada por que en algunas fotos había notas y sabía que era la letra de mamá, fue hasta que llegue a las últimas hojas que no me gustó lo que vi. –¿Qué haces Amor?– Escuché a mi mami pero en ese momento mi cabeza estaba llena de preguntas. –Mami ¿Por qué dicen esas cosas feas de ti? ¿Por qué mamá puso que fue su culpa?– Esa noche llore mucho, yo no podía imaginarme a mis madres separadas ni aun cuando solo eran novias, para mí mis mamás eran perfectas, en mi mente infantil ellas siempre han estado juntas. Con calma me contaron todo lo que habían pasado y después me consolaron. –¿No les duele?– Ambas me miraron sin comprender mi pregunta –Lo que pasó…– –Mmmm antes sí– Dijo mi mamá, que de inmediato tomó la mano de mi mami –Pero un día estábamos en Japón y nuestro guía nos explicó algo sobre una vasija con líneas doradas ¿Lo recuerdas Amor?– –Sí, claro que sí, él nos explicó lo que es la RESILIENCIA. Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro, se llama Kintsugi. Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso, en lugar de tratar de ocultar

los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza– –Así es, la idea es que cuando algo valioso se quiebra, una gran estrategia a seguir es no ocultar su fragilidad ni su imperfección, y repararlo con algo que haga las veces de oro: fortaleza, servicio, virtud... La prueba de la imperfección y la fragilidad, pero también de la resiliencia… la capacidad de recuperarse– Dijo mi mamá para terminar la explicación –Aunque debí de haber tomado al toro por los cuernos, ahora creemos que esa etapa solo sirvió para fortalecer nuestro amor– Tomar el toro por los cuernos dijo mamá en esa ocasión, que debió haber hecho eso en lugar de hacer la tontería más grande de su vida y eso es lo que debo hacer ahora, afrontar las cosas aunque no quiero. –¿En verdad tengo que hacerlo?– Le pregunté a mami fuera del restaurante de comida. –Lizie, es mejor que les avises de una vez para que ellos puedan encontrar a tu reemplazo– –Me gustan mis dos trabajos– –No lo dudo, pero tienes que verlo así, tú vas a estar de viaje dos semanas, Renne no estará para reemplazarte y si quieres recuperar a Lena lo mejor es que estés cerca de ella ¿No lo crees?– –Sí, creo que sí– –Anda vamos a ver a los señores Chow– Mis ahora exjefes quedaron encantados con mi mami, ella tiene ese don de conquistar a las personas, les explicó que mi hermana no podría suplirme y que yo no podría montar en moto por algún tiempo. Cuando me llamaron Kim les iba a explicar que mi nombre real era Elizabeth, pero mi mami les dijo que Kim era mi segundo nombre y que realmente se me conocía como Lizie. –Es duro saber que alguien a quien estimas te ha mentido, así que una pequeña mentira blanca no les hará daño– Me dijo una vez que subimos al carro –¿Quieres que te lleve al bar?– –No, iré mañana, hoy me siento agotada, me empieza a doler la pierna– Me miró de esa forma que solo lo hacen las madres –Estoy bien, de verdad. Pero ha sido un largo día– –Muy bien, entonces regresemos, tu mamá ha de estar preocupada– –Mi mamá siempre está preocupada– Mi mami Sam empezó a reír. –Alex suele ser tan protectora, pero así me gusta, es algo que me enamoró de ella– Entonces me di cuenta de algo. –Mamá tengo un problema– –¿Qué es?– –No sé cómo Lena… como es que ella se enamoró de mi– –Pues eso tendrás que averiguarlo mi pequeña– Me tomó de la mano.

El camino a casa fue silencioso, me dediqué a ver por la ventanilla podía sentir la mirada de mi mami Sam sobre mí, sé que se pregunta que es en lo que estoy pensando y por ahora solo tengo un pensamiento; Lena, la extraño demasiado, el dolor ya no es punzante pero está ahí presente. Al salir del coche y subir al elevador me abrace a mi mami, me gusta y me gustara siempre sentirme protegida entre sus brazos, pero algo me falta, algo que ella ya no me puede dar y que he encontrado en Lena, una calidez que cubre mi pecho con solo saber que está ahí, la extraño y quiero escucharla aunque sea un susurro así que al entrar al apartamento ni siquiera saludo a mamá que está sentada en el sillón y me voy directo a su habitación y pego la oreja a la pared, sé que está ahí. –Vamos di algo– –¿Qué haces?– Me preguntó mi hermana cuando entró a la habitación de mis madres. –Shhhh– La callé y de nuevo pegue mi oreja a la pared –Estoy tratando de escuchar a Lena– Entonces arrugó el ceño. –¿Por qué no solo vas y tocas su puerta? Pareces una loca acosadora– –Ella no quiere verme– –¿Lo intentaste hoy?– –No, la verdad es que no– –¿Y qué esperas? Lo peor que te puede pasar es que te diga que no quiera hablar contigo– –¿Sabes algo? Tienes toda la razón– –Ja, yo siempre tengo la razón rubia loca– Así que decididamente pasé por la sala donde estaban mis madres acurrucadas viendo una película y sin decirles nada salí del departamento. Me detuve frente a su puerta, estaba por tocar cuando escuché un ligero susurro tras de ella no estaba sola, dejé escapar un suspiro y entonces las palabras de mis madres sonaron en mi cabeza, ´Tiempo, dale tiempo’ tienen razón aunque me muera de ganas por verla debo aprender a darle tiempo. –¿Qué pasa si ella no me perdona?– Les pregunte cabizbaja mientras me sentaba junto a ellas. –Elizabeth Kuri Rodríguez, nosotras no te educamos para que te derrotes antes de pelear– Me dijo mi mamá muy firmemente. –Amor, aún está muy reciente lo que pasó, solo necesita un poco de espacio– Dijo mi mami que permanecía abrazada a mi mamá. –Es solo que la extraño, no sé cómo explicarlo…– –Es como si la necesitaras a tu lado para saber que todo lo demás carece de importancia, para que todo esté en paz, para asegurarte que ella está bien y así tú lo estarás, que la extrañas tanto que incluso duele ¿No es así?– Deje escapar un suspiro –Cielo, te lo dije en la tarde te entendemos y porque lo hacemos, sabemos que lo mejor es darle un poco de tiempo para después empezar a actuar–

–Ay mamá– Entonces ambas se soltaron para acercarse a mí y abrazarme –La extraño mucho– –No te preocupes Cielo tendrás dos semanas para convivir con ella– Me dijo mi mamá. –¿Así que lograste que aceptara el empleo?– Le preguntó mi mami con una sonrisa pícara. –Tuve una plática con ella antes de que ustedes llegaran y la convencí de ir al viaje– –¿Le dijiste que irían Renne y Lizie?– Preguntó mi mami. –La verdad es que ella no preguntó– Respondió mi madre levantando los hombros para restarle importancia y ambas se sonrieron. Una vez más lo hicieron, se hablaron sin usar palabras y solo mirándose a los ojos, ojalá supiera que es lo que planean –¿Qué les parece ir a cenar?– –Perfecto, tengo antojo de quecas– –Amor siempre que estamos aquí tienes antojo de quecas– –Tú tienes la culpa, yo antes de conocerte no sabía de ellas– –Amor antes de conocerme no conocías muchas cosas– Dijo mi madre levantando las cejas. Ay Dios ya empezaron de nuevo. –Pues según recuerdo yo te enseñé una que otra cosa– ¡Dios, mis oídos! –No sabes cuánto me urge ya estar en nuestra casa de Veracruz– –Pronto Alex, pronto– Salí de ahí, conociéndolas saldríamos en una media hora a cenar. Entré a la habitación que comparto con mi hermana y la encontré en su cama. –Sí, yo también te quiero Dan… no, no creo poder verte esta noche… si lo sé, pero tendremos dos semanas para recuperar todo este tiempo… jajaja ¿De verdad?.... yo más– Ay Dios me encuentro en el departamento del amor y la cursilería. Renne se volteó y entonces me vio –No, Lizie está encantada de que seas su nuevo cuñado– Y me guiñó el ojo. –Yo nunca he dicho eso– Le dije muy bajito, pero ella me ignoró. –No, aún no sé, cuando llegamos mi mamá fue a hablar con ella pero no me dijo que pasó… aah ¿Entonces mañana la vas a ver? ¿Me puedes avisar?... Perfecto, si...– Renne empezó a reír como tonta –Yo más– No, ya no puedo soportar más de esto. Así que tomé mi cajetilla de cigarros y me dirigí a la salida, caminé al elevador pero escuché la puerta de Lena abrirse, me moví lo más rápido que pude hasta las escaleras y me escondí, vi a Jime asomarse como checando que todo estuviera libre. –Despejado– Entonces me vio y por un momento no me reconoció, pero cuando lo hizo le supliqué con la mirada y mis manos que no dijera nada, solo quería verla, aunque fuera solo un momento – ¡ESPERA!– Jime me indicó con los ojos que me escondiera y así lo hice, entonces ella empezó a reír ¿Qué le pasa?–Jajajaja– –Anda Lena vamos, que tenemos que limpiar mi departamento–

–Tenemos todo el fin de semana para eso Jime– Respondió Lena, que antes de entrar al ascensor se quedó mirando la puerta de mi departamento, negó con la cabeza y se marchó. Lena se iba todo el fin de semana con Jime y de pronto me sentí extraña, ni siquiera se explicar lo que estaba sintiendo. Desilusión, envidia, rechazo, un poco de todo eso. Yo quería estar con Lena, moría de ganas por que los planes fueran conmigo, pero no, eso por ahorita no iba a ser posible. Suspiré derrotada e iba a iniciar mi camino a la azotea cuando mi familia salió por la puerta. –Perfecto, que bueno que estas aquí. Anda es hora de ir a cenar que tu mamá muere por unas quecas– –¡Alex!– –¿Sami?– Mi mami solo negó con un movimiento de cabeza. Se acercaron y se dieron un beso. Mi hermana fue la única que notó que algo me pasaba, pero no me dijo nada, solo se acercó y me rodeo con su brazo –Calma rubia, todo va a estar bien– No le respondí, porque tenía miedo de que si lo hacía empezaría a llorar. Si mi humor hubiera sido otro, hubiera disfrutado con más gusto de la cena, y no es que no lo haya hecho sino que esa opresión que siento no me deja, no puedo sacar de mi cabeza a Lena, juro que intenté concentrarme en la plática, reír con las bromas y ocurrencias de mis mamás, pero simplemente no pude. Cuando llegué a esta ciudad las extrañaba, que no daba por tenerlas aquí y ahora no lo estoy disfrutando, sé que ellas me apoyan y comprenden por lo que estoy pasando, pero en verdad extraño estar con Lena. Al llegar a casa no pude dormir, el dolor de la pierna era insoportable pero sabía que si despertaba a mis mamás para decirles ellas me llevarían al hospital y se opondrían al viaje y ahora más que nunca tenía que ir. Tengo que recuperar a Lena, no sé qué tendré que hacer pero tengo que hacerlo. –Renne– –Mmmm– –Anda Lagartija ¡Despierta!– –¿Qué quieres?– Me dijo sin abrir sus ojos. –Me duele la pierna– De repente se levantó como resorte. –¿¡Que?!– Se acercó y prendió la pequeña lámpara –¿Ya tomaste algo?– –Lo hice en la cena– –¡Diablos! Tengo que ir por mamá– –¡No!– Le grité, pero me di cuenta de mi error, así que baje la voz –No lo hagas, si se preocupan no me dejaran ir al viaje y si no voy…– –Yo tampoco– Me dijo mi hermana que ya se notaba preocupada –Pero si es algo peor nos van a castigar de por vida– –Renne ya soy mayor de edad–

–Y yo también, pero aún me castigan… ¿Qué hacemos?– –Tal vez si duplico la dosis del medicamento ayude– –No sé– –Anda Renne, de seguro no es nada. Solo tienes que pasarme las pastillas y traerme un vaso de agua– –Pero si mañana sigues así les diremos que es lo que pasa ¿Trato?– –Trato– Ambas sonreímos. –No te voy a dar un beso– Dijimos al mismo tiempo y ambas sonreímos. Mi hermana fue a la cocina por un vaso con agua en lo que buscaba una posición más cómoda, por que en verdad la pierna me punzaba horrible, en cuanto entró Renne me tome las dos pastillas y en menos de cinco minutos me quede dormida. No soñé o por lo menos no lo recuerdo, simplemente cerré los ojos y me parecieron que solo habían pasado unos minutos pero me di cuenta mi mami estaba sentada a mi lado moviendo mi brazo. –Lizie, ya es más de medio día, es hora de que despiertes– Pero los ojos me pesaban y me costaba mucho trabajo abrirlos –¿Te sientes bien Elizabeth?– Mis sentidos despertaron, cuando mi mami usa mi nombre de esta manera solo significa que empiezo a tener problemas o que ya los tengo. Así que con todo mi esfuerzo me incorpore un poco y entonces bostecé. –¿Qué hora es?– –Casi las doce ¿Te sientes bien?– Me preguntó muy preocupada. –Sí, solo que estaba muy cansada– Mi mami me miró fijamente como estudiándome. –Renne nos dijo que no habías podido dormir por la costumbre de trabajar en el bar– Me dijo mi mami, pero sabía que no creía mucho la explicación de mi hermana. –Sí, es solo que mis horarios han cambiado– Ella no dijo nada –Mami ¿Me vas a acompañar al bar? Tengo que hablar con Jime para que busque a mi remplazo– Pero mi mami solo se me quedó mirando por un momento sin decir nada. –¿Segura que estas bien?– Me volvió a preguntar. –Sí mamá, todo bien– La verdad es que mi cuerpo seguía tan relajado que apenas y sentía cualquiera de mis extremidades. –Está bien, en cuanto estés lista iremos al bar– Se levantó de mi cama y camino a la salida –Por cierto, como no puedo castigarte por mentirme dile a Renne que no saldrá esta noche con Dan– Y cerró la puerta. –¿Qué Diablos pasó?– Mi hermana entró al poco tiempo, mi mamá le había dicho que tenía algo que decirle, en cuanto le di la noticia puedo jurar que vi la intención de mi hermana para estrangularme.

–Te lo dije– –Pero no le dije nada– –¿Entonces como lo supo? –No sé– Mi hermana se sentó derrotada en la esquina de mi cama –Voy a solucionarlo Renne, hablaré con ella– Me moví hasta que pude abrazar a mi hermana. –¿Te sientes bien?– Me preguntó después de un rato. –Sí, la verdad es que apenas y me molesta la pierna. Después de que regresemos del bar voy a hacerle caso al Doctor– –Me parece bien– Me dijo cabizbaja. –Anda ayúdame a levantarme, tengo que bañarme– Con ayuda de mi hermana llegue al baño para mi ducha. Cuando salí vi a mi mami sentada en la sala leyendo un libro, ella simplemente no me miró cuando pasé por el pasillo rumbo a mi habitación. Renne me ayudó a arreglarme, cuando estuve lista nos dirigimos a la sala y le dije a mi mami que ya era hora. Ella se levantó y no nos dijo nada. Alguna vez mi tía Danielle me dijo que lo peor que podía pasarle era hacer enojar a mi mami, que era más fácil tratar con Alex que con Sam, aunque Renne y yo ya lo habíamos comprobado una vez en nuestra niñez. Tenía once años y Renne apenas cinco cuando esto paso, jugábamos a ser la tía Em, ir al taller era como magia, un día sus vestidos estaban en papel y solo al parpadear sus diseños ya estaban listos para ser usados, bueno así me parecía a mí. Esa tarde Renne y yo jugábamos a eso, ella era mi modelo y necesitaba un vestido bonito como los de mami. El closet estaba lleno de ellos, por lo que tomar uno no le afectaría en nada, pero cuando se lo probé a mi hermana le quedaba enorme así que lo cortamos con las tijeras. Todo estaba bien nos divertimos mucho e incluso le tome algunas fotos, cuando nos aburrimos colocamos todo en su lugar y nos fuimos a ver la televisión. No pasaron ni treinta minutos cuando mami Sam estaba frente a nosotras con el vestido en sus manos. –¿Quién fue?– Renne y yo nos miramos. –Nosotras no fuimos mami– Le dije. –Elizabeth– –No mami yo no fui– –Renne– –Yo tampoco mami Sam– Solo se nos quedó viendo –Ok, las llamare cuando esté la cena– Se fue a la cocina. Cuando mamá llegó todo fue diferente, nos regañó muchísimo, obvio que no se creyó eso de que nosotras no lo habíamos hecho. Nos retiraron nuestro domingo un par de meses que a mí me parecieron siglos, ahora estoy segura que ni aunque nos lo hubieran quitado durante un año hubiéramos podido pagar el vestido.

Pasaron los días y mis madres aún se mostraban serias con nosotras. Un día cenábamos en silencio, estábamos muy avergonzadas, mami Sam era igual de cariñosa con mamá Alex, pero podía sentir que con nosotras era diferente, no era mala, ni nada de eso, pero podía sentir que estaba enojada y mucho. Renne fue la primera en decir lo que había pasado y luego yo le pedí una disculpa, solo queríamos ser como la tía Em. Mis mamás no pudieron resistirse y nos sonrieron, claro que fue después de que les prometimos que no volveríamos a hacerlo. Pero ahora no puedo creer que esté pasando de nuevo. El viaje fue muy incómodo, podía sentir la tensión, así que con todo el valor que pude reunir me atreví a preguntarle a mi mami lo que estaba pasando. –Mami ¿Pasa algo?– –No me gusta que me mientan Elizabeth, eso lo sabes muy bien y me sorprende que después de meterte en problemas con tu novia por lo mismo lo sigas haciendo, pero lo que me molesta mas es que involucres a tu hermana– En blanco, me quede en blanco por la respuesta de mi mami. –Yo… yo no te entiendo– –Tienes veinticuatro años, y sé que ya no eres una niña, pero por Dios hay veces que te comportas como tal… ¿Cuántos calmantes tomaste anoche?– ¿Eh? Me quedé sin palabras –No te voy a repetir las cosas Elizabeth– –Dos– –¿Por qué?– –Me dolía la pierna– –¿Y no se te ocurrió despertarnos para preguntarnos?– –No quería…– Entonces me miró de una forma que me hizo temblar –Preocuparlas– –Esos medicamentos no se pueden tomar como si fueran dulces ¿Lo sabias?– –Yo…– –Tú no sabes que reacción pudo ocasionar que duplicaras la dosis– –Yo solo pensé que…– –¡No! Obvio no pensaste, suficiente he tenido con el que no me avisaran del accidente como para que me sigan ocultando cosas– Simplemente no supe que decir –Quiero que entiendas que ustedes son lo más importante en mi vida y no me perdonaría que les pasara algo– Una lágrima se le escapó a mi mami. –Lo siento– Ella se estacionó y se giró para verme, se limpió la mejilla por donde había pasado la lágrima, se recargó contra su asiento y suspiró. Pude ver como de alguna forma su mirada cambió, relajó sus hombros y tomó mi mano. –No quiero que me ocultes cosas, si algo pasa quiero saberlo– Yo solo asentí con la cabeza –Lamento haberme puesto así, pero es que he estado tan asustada–

–Estoy bien– Entonces ella me abrazó –En verdad lo siento– –Lo sé amor, te creo– Me dio un beso en la frente. Una vez que se calmó puso el carro en marcha. –Mami ¿Cómo supiste lo de la medicina?– –Renne dejo las envolturas en la barra, afortunadamente fui yo quien las vio en la mañana, si hubiera sido tu mamá ahorita estaríamos de regreso a Francia– ¡Diablos! Mi mami debió de haber sido detective. –Mami, Renne solo quiso ayudarme, ella se opuso…– –Pero al final siempre hace lo que tú quieres. Amor siempre ha sido de esta forma, tal vez parece que Renne es muy madura pero sigue siendo la misma niña pequeña que te seguía a todas partes para imitar lo que hacías– Mi mami sonrió por su comentario –Me gusta que se quieran y que siempre se apoyen, pero también deben de ser capaces de decir NO, por el bien de las dos– –Si mamá– Entonces sonrió. –Solo me dices así cuando de verdad estás arrepentida– Yo solo sonreí. El que le digamos mami es para hacer diferencias entre ella y Alex, fue Renne la que empezó con esto, yo simplemente la seguí, resultaba más fácil saber de cual de nuestras madres hablábamos. Mi mami tomo su celular y activó el manos libres para llamar a mi hermana, le expliqué lo que pasó y mi pequeña Lagartija le pidió una disculpa a mi mami. Sí, puede que mi mami sea dura, pero al final tiene un corazón de oro, por lo que le retiró el castigo a mi hermana. Solo se escuchó un grito de felicidad y de inmediato colgó para prepararse para su cita con Dan, después de todo solo tenía ocho horas para que Dan se quedara como tonto al verla. Cuando llegamos al bar mi mami me ofreció quedarse en el auto pero en realidad necesitaba su ayuda para caminar. –Si sigues así no iras al viaje– –Yo creo que es solo porque necesito reposo– Mi mami se detuvo –Te prometo que si no estoy bien te digo y no voy al viaje– –Muy bien– Entramos al bar por la puerta de servicio, de inmediato me encontré a Rox que estaba acomodando unas cajas. Por un momento no me reconoció hasta que le sonreí. –Elizabeth ¿Cómo estás?– ¿Elizabeth? –Jime me contó– Me explicó al ver mi cara y de inmediato me abrazó –¿Cómo estás?– –Bien, algo adolorida pero bien… te presento a mi mamá. Samantha Rodríguez ella es Rox, una de las socias del bar y mi jefa– –Me da mucho gusto conocerla– Estrecharon sus manos –¿Cuándo regresas a trabajar?– –De eso venía a hablarte ¿Se encuentra Jime?– –Sí, está en la barra haciendo inventario ¿Todo bien?–

–Sí… es solo que– –Espera– Me interrumpió Rox –Ve con Jime pero ¿Puedes esperarme unos minutos a que termine esto? – –Sí, claro– Mi mami y yo fuimos a buscar a mi amiga. –Vaya, vaya mira quien está aquí, la rubia sexy– Dijo Jime cuando me vio entrar –No sabía que tenías otra hermana, y con todo el respeto aún más guapa que esa Lagartija y tú– Mi mami empezó a reír –Ella me agrada– Me dijo en voz baja pero Jime también escuchó –Samantha Rodríguez, madre de la rubia sexy y la Lagartija– Se presentó mi mami. –Mucho gusto señora, y sinceramente las fotografías no le hacen justicia– –Qué bueno que no está mamá– Dije mientras tomaba asiento en uno de los bancos frente a la barra. Jime empezó a reír –Sí, por algo lo estoy haciendo, Amy me ha contado que su tía Ale es sumamente celosa– –¿Así que eres la novia de Amy?– Preguntó mi mami. –Esa soy yo ¿Les sirvo algo?– Ambas negamos con la cabeza –¿Entonces a que debo el honor? ¿Es por lo de ayer?– –¿Qué pasó ayer?– Preguntó mi mami. –Cuando Lena y yo salíamos del departamento me encontré a su hija– Le dijo Jime mientras se recargaba en la barra. –¿De verdad? No nos dijiste nada ayer– Mi mami se giró a verme. –Es que no pasó nada mami, yo solo me escondí cuando vi a Jime– Me miró de esa forma –No, no es lo que crees, es solo que no quería incomodar a Lena pero quería verla– –Le dio duro… su hija está pérdida por mi amiga– –Ya lo creo– Respondió mi mami –Sabes una cosa te acepto el trago– –¿Algo en especial?– –Sí, una conga– –Jugo de frutas sin alcohol para la bella dama– Jime empezó a preparar la bebida con algunos trucos con las botellas, en verdad está tratando de impresionar a mi mami –Servida– Entregó la bebida a mi mami. –Oh esto está muy bueno– Dijo mi mami –Además de guapa eres muy buena preparando tragos– Y Jime de inmediato se sonrojó –No cabe duda que Amy sabe escoger bien a sus parejas– Puedo jurar que mi amiga casi se desmaya.

–Yo solo espero que Doña Isabel diga lo mismo– Mi mami extendió su mano para palmear el brazo de Jime. –Isabel puede ser intimidante en un principio, pero ella sabe que mientras sus hijos estén felices ella no tiene por qué oponerse. Y por lo que sé no tienes por qué preocuparte– Mi amiga sonrió, es más, creo que si no estuviera mi mami, mi amiga hubiera hecho algún baile de la victoria como hacen los futbolistas. –Y bien, ¿Qué es lo que tienes que decirnos?– Pregunto Rox mientras tomaba asiento junto a mí. –Bueno es que yo… es que yo– –Lamentablemente Lizie no podrá continuar con su empleo– Dijo mi mami por mí ya que yo no sabía por dónde empezar. –¿Estás bien?– Pregunto Rox muy preocupada mientras se sentaba a un lado mío. –Sí, sí… es solo que yo…– –¿Te vas? ¿Y Lena?– Me preguntó Jime –Ella está enojada pero por favor no te rindas– –No, calma Jime no es eso, yo no voy a ninguna parte es solo que voy a trabajar en la empresa de mi mamá, el lunes salimos de viaje– De repente todo hizo clic en la cabeza de mi amiga –¿Tú también vas al viaje?– Afirmé con un movimiento de cabeza –¿Y Lena no sabe?– Ahora negué. –Aun no es oficial– Dijo mi mami –Todo depende de cómo se recupere Lizie este fin de semana– –Entonces recupérate que tienes mucho que hacer– –Lo sé, haré todo lo posible para que ella me perdone– Jime me sonrió y yo también lo hice. –Bueno pues será una pérdida para nuestro equipo– Dijo Rox –Espero que de vez en cuando vengas a visitarnos– –Eso tenlo por seguro– Estuvimos un momento más en el bar, hasta que mi mami decidió que ya era hora de que regresáramos al departamento y empezara mi reposo. Si quería en verdad ir al viaje y recuperar en este a Lena, tenía que recuperarme lo mejor posible, así que al llegar al departamento me fui directa a la cama, cerrar los ojos un par de minutos me bastaron para quedarme dormida, no sé por cuánto tiempo, pero una voces a fuera de mi habitación me despertaron. –Yo soy su tía favorita– –Que no, que soy yo por eso pasaré primero– –Mónica, Isabel van a despertarla– –Háganle caso a Eri y para que no se peleen pasaré primero porque Yo soy su tía favorita–

–Estás loca Danielle– Escuché decir la tía Isabel. –Ok preguntémosle– Dijo la tía Mónica. –Ustedes basta, quiero que se vayan– Dijo mamá. –¡Alex!– –Pero Amor míralas– Fue imposible no comenzar a reír –Excelente, la despertaron se supone que debe descansar– –La tratas como un bebé Alex– –Ella es mi bebé– Escuché decir a mi mamá, mientras abría la puerta. –Vamos Lizie diles a estas que yo soy tu tía favorita– Dijo mi tía Danielle al entrar a la habitación, seguida por todas las personas que estaban en el pasillo. –Mmmm no eres mi tía favorita tía Danielle– –Ja lo ven… ¡¡¿Quééééé?!! Hieres mi corazoncito– La tía Isabel comenzó a reírse a carcajadas y mi mamá Alex también. –Tu tampoco tía Isabel– Y su risa se apagó de inmediato. –Creo que soy la ganadora– Se jacto la tía Mo. –Yo no cantaría victoria– Le dije. –Entonces ¿Soy tu tía favorita?– Preguntó la tía Eri y yo negué con la cabeza. –Entonces ¿Quién rayos es? No me digas que es la tía fantasma– –Mucho cuidado con lo que dices Danni– Es que la tía Danni, le dice así a mí tía Carmen la hermana de mamá porque son muy pocas veces que ella viene a vernos, y más bien le dice así porque ella es quien nunca la ve. –Pero es que quiero saber– –Saben que no es la primera vez que me lo preguntas– –Y no nos dices, solo sonríes y ya– –Bueno les diré, no tengo una favorita, a todas las quiero por igual y sería injusto elegir a una. Todas tiene algo especial; la tía Isa siempre me da buenos consejos, la tía Mo es muy graciosa y me hace reír, la tía Eri es muy linda conmigo y tú tía Danni, eres mi tía Danni– –Se los dije soy su favorita– –Jajaja– Todas comenzamos a reír, amo a mi familia todos son únicos, tan diferentes pero hacemos una familia perfecta. –Eso lo heredó de ti Sami el ser tan dulce– Dijo la tía Isa.

–Y lo atolondrada de Alex…– Dijo mi tía Mo, entonces mi mamá se acercó y le dio un golpe en la cabeza –Auch– –Qué bueno que yo soy la tía favorita, no tengo que pelear mi lugar– Dijo mi mamá pero mi mami Sam carraspeo –Claro después de mi Sami–Terminó de decir y le dio un beso en la mejilla. Recibí un par de regaños bien merecidos por lo que pasó, unos cuantos consejos y una broma sobre Lena y el sillón que me hizo sonrojar hasta las ojeras, también recibí muchos abrazos y besos. El resto de la tarde me la pase viendo televisión no había nada realmente bueno por lo que desistí, en realidad era más interesante ver a mi hermana dar vueltas por la habitación preparándose para su cita. –No encuentro las zapatillas– –Están frente a ti– –Ohh si aquí están… mamiiii préstame tu maquillaje– Más tardó en salir que en volver a entrar – Lizie ayúdame– –No sé por qué te comportas así, ya has salido con él– Le dije mientras le ponía sombra en los ojos. –Es nuestra primera cita con permiso, vendrá a recogerme a la puerta y ya sabes cómo es mamá– –Jajaja pobre, tendré que ver eso– –Ni te atrevas ya tiene suficiente con mamá, como para tenerte a ti de espectadora– –Ok, ok pero ya no te muevas– Cuando Dan llego, Renne salió prácticamente corriendo, solo escuche unos lloriqueos de mi hermana y las risas de mis mamás antes de que la puerta se cerrara. –Te veo muy recuperada, tus mejillas de nuevo tienen color ¿Cómo te sientes?– Me pregunto mamá al entrar a la habitación. –Muy bien mamá ¿Y tú?– Dejó escapar un suspiro y se recostó conmigo. –Verlas crecer es difícil, es un sabor agridulce, me duele, pero me llena de orgullo, me da miedo, pero me hace feliz, pero a la vez me entristece y todo eso es al mismo tiempo, son muchos sentimientos encontrados– –Mamá– Me abracé a ella. –Está bien cariño creo que es normal, solo que da miedo darse cuenta de que cada vez somos menos necesarias para ustedes– –Yo siempre te necesitaré a ti y a mami, además sé que Renne piensa igual– –Jajaja ¿Sabes? Cuándo eran unos pequeños torbellinos deseaba que crecieran un poco para que nos dieran un respiro a tu mami y a mí, ahora cuando han crecido muchas veces deseo que vuelvan a hacer nuestros bebés– –La maternidad es muy contradictoria–

–Ni que lo digas y repetiría cada momento que he vivido junto a ustedes… hasta los malos, esos nos dan lecciones que aprender– Nos quedamos en silencio, hasta que sentí que se separaba de mi – Tengo algo para ti, espera– Salió de la habitación y un par de minutos después regresó con un paquete en sus manos y me lo entregó, no dude un segundo en romper la envoltura. –¿Cómo supiste?– Le dije sorprendida. –Sam me dijo que habías olvidado la tuya, me sorprendí mucho, no te separas de una cámara desde que eras un bebé– –Gracias mamá– –Es hora de tu medicina– Dijo mami al entrar a la habitación. –Además ya es hora de que duermas– –Te quiero mamá– Me dio un beso en la frente –Y yo a ti mi cachito de cielo– Se acercó a mi mami y le acarició la mejilla. –Ahora voy Amor– –No te preocupes yo esperaré a Renne junto a la puerta con un bate de base ball en la mano– –Estas bromeando ¿Verdad Alex?– –Sí, Sami claro que sí– Pero mientras se iba escuchamos su risa. –Toma Lizie, que tengo que ir a ver a tu madre– –Ella solo se preocupa– Le dije y me tomé la pastilla junto con el agua. –Lo sé Amor, pero hay veces que tengo que controlarla…– De inmediato se sonrojó –Anda ya, descansa. Te quiero– Y al igual que mamá, me dio un beso en la frente. –También te quiero mami– Y después de decir esto me quedé dormida. Estar en cama es la cosa más aburrida que pueda existir, el relato de la cita de Renne con Dan ya me estaba colmando, lo bueno es que después del almuerzo Amy llegó junto con Andy y el relato que mi hermana me había contado ya como 20 veces, se los contó a ellas. –Bueno ya Renne, deja de decir maravillas de mi hermano que solo tú ves, viví junto a él durante quince años, y no es nada de eso que tú dices, Dan es un bruto– –Jajaja es que ella lo ve con ojos de enamorada Andy– Dijo Amy. –Assh me chocan ustedes dos– Mi hermana se dejó caer en su cama junto a Andy –Has estado muy callada Lizie– –¿Sabes lo que me gustaría hacer?– Las tres me vieron con cara de no entender –Llevar mis rodillas al pecho y llorar en silencio, pero no puedo porque la estúpida pierna no me deja, maldición me ha dolido más estos días que cuando estaba en el hospital–

–Eso ha sido por que no te has cuidado nada, pero dime ¿Qué crees que va a pasar si solo te pones a llorar?, eso no solucionará nada, ¿Qué has pensado hacer Lizie?– –No tengo idea Amy, ella solo se fue con Jimena a su departamento. Lo bueno es que no está molesta con Jime– –Ellas se quieren mucho, Jime me ha dicho que es como su hermanita– –El que ella se haya ido puede significar muchas cosas– Dijo Andy. –Como que no me quiere cerca– Le respondí sarcásticamente. –O que solo necesita pensar– Intervino Renne. –Sí puede ser, eres sumamente atractiva créeme a mí me costaría concentrarme en otras cosas por pensar en ti– Intervino Andy y las tres volteamos verla. –¿Andy?– Le pregunto Amy seriamente. –¿Qué?– Mi pequeña prima levanto los hombros y sonrió –Nos tienes a nosotras para apoyarte en lo que sea Lizie, lo sabes. Y más ahora que seremos familia de verdad– Se abrazó a mi hermana Renne. –No sientes que es raro– Preguntó Amy. –Mmm saber que Renne besa a un cara de pizza es tan iuk…– –Oye– Renne le dio un golpe en el brazo a Andy –Dan ya no tiene acné– –Pues con todos los tratamientos que se hace era obvio– Todas empezamos a reír, Dan es tan vanidoso que por lo menos va tres veces al mes a una clínica a hacerse mascarillas y exfoliaciones – Pero a la vez es no sé, mmm es lindo… Cuñis ¿Quieres saber cosas vergonzosas?– Mamá siempre ha dicho que Andy es la copia exacta de la tía Danielle, no solo físicamente, si no toda ella, tan abierta de mente, tan inteligente, tan, tan ella. Y ella es parte de mi familia, la única a la que mamá le permite la llame ‘Tía Ruquis’ porque mamá dice que cuando lo dijo por primera vez le parecía tan tierno que no le pudo decir nada. También tengo a Amy, Dan, Quique, Anna, Bren que no están ahora aquí por sus estudios o sus trabajos, pero los tengo a todos apoyándome en las buenas y en las malas. Pero me falta alguien que no buscaba pero que he encontrado y la extraño cada minuto que pasa un poco más, espero mañana poder ver a mi gatita, mi Lena. El resto del domingo pasó sin pena ni gloria. Pero el lunes en la mañana mi corazón latía muy rápido, no sé qué reacción tendrá Lena cuando me vea, Dios solo espero que no se moleste y se vaya. Mis madres nos llevaron al aeropuerto, mis moretones y raspones estaban desapareciendo y mi pierna ya estaba mucho mejor, en realidad no podía creer lo mucho que se había recuperado en tan solo dos días. Pero ahora aquí estaba junto a mi hermana y mí ahora cuñado esperando a que nos llamaran para abordar. –¿La ves?–

–No, aun no– –¿Y si no llega? Tal vez Jime le dijo que yo venía– –Creo que ella hubiera llamado para avisar, no parece del tipo de persona que deja las cosas sin dar explicaciones– Dijo Dan que sujetaba la cintura de mi hermana. Aun me parece raro, pero en realidad me gusta cómo se ven juntos. –Pero es que ya debería de estar aquí– –Calma Lizie, preocúpate cuando cierren la puerta del avión– Me dijo mi hermana –Además algo me dice que este viaje será memorable– –Eso espero Lagartija, eso espero– –Por favor pasajeros del vuelo…– Dijo una voz llamándonos y mi corazón empezó a latir aún más rápido. Nos dirigimos hasta la puerta correspondiente y cuando fue nuestro turno nos indicaron nuestros asientos. Para mi sorpresa Renne y Dan irían una fila adelante y yo estaría atrás junto a Lena, me pregunto si esto habrá sido idea de mi mamá. Tome asiento y de repente mi pie empezó a golpear el piso por los nervios ¿Dónde está Lena? Después de unos minutos ya no quedaba nadie y las aeromozas empezaron a revisar todo –No vino, ella no vino– Apoyé mi frente en la ventanilla. –Este es su asiento– Dijo una aeromoza que se paró en mi fila. Entonces Lena se dejó caer en el asiento junto a mí, su respiración era agitada y se llevó la mano al pecho. –Creo que me hace falta hacer ejercicio– –Imagínate si fumaras– Le respondí sin pensarlo. Me quité los lentes y Lena fijó su mirada en la mía, ella me miraba sin creer que era yo ¡Dios! Te he extrañado mucho mi gatita, así que hice lo único que se me ocurrió en ese momento –Elizabeth Kuri, mucho gusto– Y extendí mi mano para que la estrechara. –No puede ser–

Capítulo 9 Lena El Sol se filtra por la ventana y llega directo a mi rostro me doy la vuelta y me cubro con la sabana, es una nueva mañana de un nuevo día, dejo escapar un suspiro, tengo que levantarme. Así que me siento y contemplo los dedos de mis pies, los muevo un poco, el cabello cae sobre mi rostro, miro el reloj sobre mi buro marca las 6:30 de la mañana demasiado temprano pero necesito terminarlo hoy, debo terminarlo y el sol me indica que será un gran día. Recorro las calles como cada día a esta hora, llego al parque y alquilo una bici, es un lindo día para caminar, pero quiero dar una vuelta por todo el parque antes de llegar a mi lugar. Veo un par de ardillas y algunos corredores que van metidos en su rutina. Autos y bullicio a mi alrededor que desaparece al sentir la brisa del aire fresco que golpea mi rostro, sin duda un gran día. Después de 20 minutos, llego a mi lugar especial donde puedo apreciar todos los colores del paisaje y la gente. –Todo perfecto Lena– Me digo a mi misma mientras saco mi cuadernillo y me siento en la banca de costumbre, veo el bosquejo anterior y hago una mueca. Levanto la vista y lo que veo a mi alrededor no es nada comparado con lo que he plasmado en el papel, no me complace, hago una mohín –Creo que puedo hacerlo mejor– Tomo una nueva hoja en blanco, un carboncillo y mi mano comienza a hacer trazos. A veces siento como si no fuera parte de mí, como que actuara por sí sola, en ocasiones el dibujo es tan bueno que dudo por un instante que lo hubiera hecho yo. El llanto de una niña hace que pierda mi concentración por un momento y que mire hacia mi derecha, ha caído de su bici y se ha raspado su rodilla, por un instante estuve por levantarme para ir a verla, pero desistí cuando una señora se acercó de inmediato. –Abuelitaaa– –Ya mi niña no llores– Esas palabras ¿Cuántas veces no las escuche? –Abuela…– Es cuando me doy cuenta que esa niña soy yo y la señora que está a mi lado es mi abu Cristi. Despierto con un sobresalto –Ha sido solo un sueño, hacía mucho que no soñaba con eso– Limpio una lágrima que corre por mi mejilla, miro a mi alrededor, aún está oscuro, pero ya no quiero dormir. Me levanto y me voy a la cocina a preparar un té. Todo lo hago en silencio intentando no pensar, en no sentir, pero el aroma que inunda la cocina, me llena de recuerdos de mi querida abuela. Tal como aquella mañana: –Lena, hija apúrate que ya vas tarde– –Cinco minutos más abu– –Son las siete– –¡¿Qué?!– Me levanté como un resorte y quince minutos fue lo que tardé en alistarme para salir a tiempo, cuando llegué a la cocina mi abu ya me tenía el desayuno preparado.

–Otra vez te quedaste dormida, ¿A qué hora te acostaste?– –Apenas eran las dos– Le dije mientras me sentaba junto a ella en la mesa de la cocina. –Pero Lena, tienes que acostarte a una hora decente, no quiero que te enfermes por cansancio– –Ya sé abu, pero es que Jime me estaba contando sobre el bar que abrieron– –Pero aun así creo que pueden hablar más temprano– Me dijo mientras le ponía un cubo de azúcar a su té. –Abu ya sabes cuando ella y yo hablamos se nos va el tiempo– –Aaaay niñas– –Te mandó saludos y dijo que extraña tu tortilla de vegetales– –Dile que en cuanto nos veamos está invitada a comer– –Solo un mes– Me levante para abrazarla –Hace mucho que no tomamos vacaciones– –Creo que te mereces un descanso, no has parado desde que saliste de la carrera– –Es que nunca pensé que me contratarían tan rápido– –Eres muy buena en tu trabajo, obvio que no te dejarían ir– –Se nota que eres mi abu– La abracé muy fuerte y le di un beso en la mejilla. –¿Vienes a cenar?– –No, la verdad es que voy a llegar tarde, me quedé de ver con Regina– –Mmm– –¿Qué pasa?– –Nada, ya sabes que no me gusta esa niña para ti– –Abu, solo somos amigas– –Sí, solo amigas. Me pregunto qué día vas a traerme a una hermosa chica para presentármela como tu novia– –Abu eso ya sucedió ¿Te olvidas de Pepa?– No, en el piso no hablamos de Vicky, así que mi Abuela nunca la consideró mi novia... Aunque tampoco lo hacía con Pepa. –No, María José no cuenta. Ella solo estaba pasando el tiempo contigo, nunca fue en serio– –Abu, yo fui la que no quiso seguir adelante, además me gusta tener relaciones cómodas, es menos complicado– –Lena cariño, cuando encuentres a la indicada querrás todo lo complicado– –Ya veremos abu– Me acerqué a ella y la besé en la mejilla una vez más –Te quiero abu Cristi–

–Yo más– Si hubiera sabido que iba a ser el último día con mi querida abuela, me hubiera quedado con ella un poco más o tal vez no hubiera salido. Esa noche que llegue a casa después de haber estado con Regina, la encontré en su sillón favorito. De repente todo se nubló y un dolor desgarrador cubrió mi pecho he inundo mis ojos con lágrimas ¿Cómo pasó todo eso si hace apenas unas horas ella estaba tan bien? No lo acepto, no puedo aceptarlo, ella no tenía que irse, aún la necesitaba, la quería conmigo para siempre… ¿Aceptarlo? Imposible, ella no podía estar muerta… me costó mucho trabajo hacerme a la idea. Me dijeron que fue un paro cardiaco súbito y que aunque yo hubiera estado ahí no hubiera podido hacer nada por ella. Fue tan rápido que simplemente sucedió. No hay día que no la recuerde, algunos días lo hago solo por un momento, pero otros… como hoy, simplemente me lleno de melancolía y me dejo llevar por mis recuerdos. Me voy al sillón que esta frente a la ventana, llevo conmigo una manta y la taza de té, me siento pero hay algo en el sillón, como está oscuro no veo bien lo que hay ahí, al levantarlo y darme cuenta de lo que es, las lágrimas una vez más inundan mis ojos. Es el peluche que me regalo Ki… ella, a la pequeña gatita que le puse Cian por sus ojos, sus hermosos ojos azules. –¿Por qué Ki…? Dios– Me dejo caer en el sillón, me abrazo fuertemente a mi pequeña Cian y comienzo a llorar una vez más, por mi abuela… también por… ella. –Basta de llorar tu eres una mujer fuerte Lena– Sí, duele, pero no es la primera vez que me siento así –Vas a estar bien– Sé que me estoy engañando a mí misma y duele demasiado, pero hay que seguir adelante, respiro profundo y me levanto, miro el reloj si no me apuro llegare tarde al trabajo, pero… –No puede ser– Es cuando me doy cuenta que… –Si la licenciada Kuri es su mamá… Maldita sea fue por ella que logre entrar a Kóot, no por mi sino por ella– No, ya no, simplemente no voy a permitir que este supuesto logro también sea por una de sus mentiras. Me aliste para dirigirme a la oficina, iba a solucionar todo de una vez –Buenos días Daniel– Saludo a un muy ocupado Dan que no levanta la vista por estar revisando unos papeles. –Buenos días Lena, llegas temprano y que bien, así vamos a revisar antes los…– –Daniel espera– Le digo parándome frente a él y tomando su mano para que me vea. –Dime Lena ¿Alguna duda?– –Toma– Le entregó una carpeta. –¿Qué es esto?– Me pregunta antes de abrirla. No le respondo, él entiende que tiene que leer lo que hay dentro y entonces me mira sorprendido. –Mi renuncia– Le digo para confirmar la duda que hay en su rostro. –No entiendo– –Pues yo creo que sí, con permiso–

–Lena espera…– Pero no le doy tiempo y salgo de ahí lo más rápido que puedo. No solo me sentía lastimada y enojada, me sentía indignada. No puedo creer que se atreviera a intervenir para que me contrataran, en ese momento no comprendí las palabras de Renne cuando preguntó que por qué no le había dicho sobre entrar a Kóot. Me pregunté qué era lo que podrían hacer ellas y ahora lo entiendo… pues claro son hijas de la dueña, pueden hacer lo que quieran. Las puertas del elevador se abren, aún era temprano si me apuraba podría tomar el próximo vuelo, ya no quiero estar aquí, no quiero verla de nuevo. Además ya no hay nada que me impida no regresar a casa. Me detengo un segundo al observar a la chica que esta sentada junto a la puerta de mi departamento, esa chica que conocí ya hace algunos años en España y que estuvo a mi lado cuando más la necesite, mi otra mejor amiga, Jime. Hace algún tiempo atrás. –¿Vas a estar bien?– Me preguntó Pepa ya en casa –Sabes que no estás sola– –No, claro que no estás sola. Nos tienes a nosotras– –Lo sé, pero ella debería estar aquí en verdad no entiendo cómo ni siquiera se dignó a venir al funeral de su madre. Ni siquiera pueden hacer eso ¿Nunca pensé que me odiaran tanto?– –Vamos Lena eso ya no importa– –Pero...– Comencé a llorar por lo que hablar de nuevo se me dificultaba. Y creo que fue cuando me di cuenta que no tenía familia, que era solo yo. Estuve dos días metida en cama, y solo gracias a la ayuda de mis amigas es que me alimentaba. Al tercer día soñé con mi Abu, me decía que era hora de seguir y que siempre estaría conmigo. Me levanté muy temprano y empecé a separar las cosas de ella. Algunas las donaría y otras simplemente las guardaría. Fue entonces cuando encontré una carta de ella para mí. Al parecer el doctor le había dicho que padecía de un problema cardiaco y no quiso preocuparme por lo que no me dijo nada. Me pedía que buscara a mis padres una última vez y que tratara de hacer las paces. Había pasado una semana desde que mi abu se fue. Lo intentaría de nuevo y aunque de antemano sabia el resultado no podia perder la esperanza de cumplir el deseo de mi abuela. No tuve el valor de decirles a mis amigas lo que sucedió cuando llame a mi madre. Me daba pena la persona egoísta que era. La línea suena una, dos, tres veces –Hola– Ha pasado mucho desde la última vez que escuché su voz –¿Hola? Son las tres de la mañana voy a colgar...– Lo olvidé, allá es muy temprano. –Mamá…– Un nudo en la garganta y un silencio en el otro lado de la línea. –¿Quién habla? No estoy para bromas– –Mamá… la abuela, ella… ella murió, y yo…– Una vez más las lágrimas corrían por mis mejillas, – …Mamá ¿Puedes venir?– El silencio al otro lado de la línea era lo único que escuchaba –¿Mamá?... ¡Mamá!–

Bajo el teléfono derrotada, ella no quiere saber de mí, a ella no le importó que su madre muriera, aún no puedo creer que el odio que me tiene le impida despedirse de la persona que le dio la vida. Miro a mi alrededor y estoy sola… me siento sola. Tome la bolsa que donaría y me dirigí a la cocina donde estaban mis amigas. –Creo que deberías intentarlo de nuevo. Si ellos te dicen que no, por lo menos sabrás que lo intentaste– Me dijo Pepa mientras me servía café. –Creo que María José tiene razón– Dijo Jime que estaba a mi lado –Sí, sí, no te emociones pelirroja, solo que esta vez estoy de acuerdo contigo– Jime y Pepa jamás se han llevado bien, siempre están peleando y solo se toleran porque soy amiga de ambas –Pero la última palabra la tienes tú, además sabes que no te dejare sola en México– –Pero ¿Y mi trabajo?– –Vamos Lena, necesitas un descanso. Solo serán dos semanas– Dos semanas que se volvieron tres y luego... Simplemente decidí quedarme. Le llame a Pepa para que se hiciera cargo de los servicios del piso, me recomendó (como buena contadora) que lo pusiera en renta, pero no me sentía cómoda sabiendo que algún desconocido tocara las cosas de mi abuela, así que solo le pedí que lo revisara de vez en cuando. Mi vida en México empezó a tomar forma, desde que llegue Rox y Jime me han hecho sentir acogida en un lugar donde por mucho me había sentido despreciada. Encontré un curso en una de las universidades que me llamo mucho la atención y luego tomé talleres de pintura que me ayudaron a mejorar mi técnica. Dos meses después Jime me comentó que estaba en un grupo y necesitaban una vocalista. –No sé– –Vamos Lena, di que sí. Si no tuvieras esa voz no te lo pediría. Además no sería gratis– –No necesito dinero Jime– –Lo sé Lena, pero puedes entrar al bar siempre que quieras sin pagar– –Eso ya lo hago– –Bueno te daré todas las bebidas que quieras– –Esas ya me las da Rox– –Lenaaaaaa– Mi amiga se hinco y se abrazó a mis piernas para pedírmelo una vez más –Por favor, además de seguro tendrás un club de fans– –Jime eso no me interesa– –Por favor, di que sí… ¿Sí?– Como negarme a esa mirada. –Está bien, está bien… pero ya levántate y solo será hasta que encuentres a alguien mejor–

Por supuesto mi amiga nunca busco a nadie para que ocupara mi lugar y bueno la verdad es que disfrutaba mucho cantar todos los jueves. Recuerdo cuando conocí a Jime y a Rox ese día cruzaba la avenida de camino a la universidad cuando escuché a alguien tocando la guitarra, lo hacía tan magistral que tuve el impulso de acercarme y averiguar quién era el dueño de semejante talento, y al parecer no era la única que estaba cautivada, algunos compañeros y personas que pasaban por ahí ya se había detenido junto a una chica de cabello castaño no muy mayor que yo. Tenía algunas pecas en el rostro y una sonrisa encantadora en su cara, junto a ella se encontraba otra chica de cabello oscuro y facciones delicadas que le sonreía de la misma manera. La acompañaba con un pandero, siguiendo la melodía de la guitarra. Mi impulso de acercarme no solo me llevo ahí, si no a acompañarlas con mi voz. Siempre he amado cantar y jamás me he cohibido por ello. Ese momento fue increíble, no olvido su sorpresa y la de todos cuando comencé a seguir los acordes, fue perfecto, un par de horas después estábamos tomando un café. Sus nombres Jimena y Roxana un par de chicas encantadoras que venían en un viaje de mochila y como me dijeron aquella vez, un viaje para recorrer un poco el mundo. Las dos semanas que estuvieron en Barcelona prácticamente la pasamos por todos lados juntas, diversión y excelente compañía lo resumen todo o casi todo, porque desde entonces nos hicimos grandes amigas, mas con Jime que con Rox. Ambas conocieron a mi abuela y de inmediato quedó encantada con ellas, por supuesto no le importó que fueran pareja hasta decía que eran sus nietas y ellas de cariño le decían abu. Cuando nos despedimos hicimos la promesa de visitarlas en México, eso nunca pasó. Así que mi vida se dividía entre el curso de publicidad en medios, el taller de dibujo y los ensayos con la banda. La verdad es que lo que más me gustaba eran los jueves que es el día que canto. El bar es muy agradable, además es un lugar donde conocí a muchas chicas lindas... el lugar donde por primera vez la vi a ella, pero aún falta para llegar a esa parte. Tenía ya más de nueve meses aquí, conseguí un empleo a medio tiempo en una agencia muy pequeña, pero mi objetivo era trabajar en la mejor empresa de la ciudad, por lo que una vez que terminara mi curso enviaría mi solicitud. Sé que no es fácil, no cualquiera logra entrar pero no me rendiría. –¿Qué haces aquí?– Se puso de pie cuando me vio llegar. –No fuiste anoche al bar– –Maldición lo olvidé– –Te cubrimos, no te preocupes. Pero no vine por eso, vine a hablar contigo– Me dijo firmemente pero con la mirada diciéndome todo lo contrario. La dejé entrar, no podía arriesgarme a que ella llegara y nos viera discutiendo. Abrí la puerta y encaré a mí ahora ex amiga cuando ya estábamos dentro de apartamento. –Debiste decírmelo Jimena– –Elizabeth me prometió que lo haría– –Pero se supone que somos amigas... que tú y yo somos hermanas–

–Y lo somos– Un recuerdo me llegó en ese momento. Ese día era jueves, uno más, y como siempre pasa ese día nos estábamos preparando para tocar. No había pasado mucho desde que Rox me contara que las cosas con Jime ya no estaban como antes, que ya eran más amigas que novias. Pero era tanto el cariño que aun sentía por ella que no quería dejarla. Yo le dije que no era justo para ambas, que lo mejor era terminar y seguir solo con la amistad. –Y entonces que Jime ¿Vas a hablar con Rox sobre lo que está pasando con Amy?– –No está pasando nada Lena– –Eso que te lo crea otra, que yo no, porque es obvio que sientes algo por Amy y puedo asegurar que ella siente algo por ti. Es más tú misma me lo has dicho– –No sé, tal vez eso que he visto solo sea mi imaginación, no quiero equivocarme y que yo haya confundido las cosas y entonces ella se aleje de mi… además aún estoy con Rox– Ese era mi problema, yo ya sabía que Rox pensaba en romper con Jime, pero no quería lastimarla. Al ser amiga de las dos lo mejor era no entrometerme demasiado… pero es que se hay veces que hay que darles un empujoncito a las amigas. –¿Te conformarías con ser solo amiga de Amy?– Jime se quedó callada –Lo ves la quieres, si es así solo díselo pero primero habla con Rox ella no merece que le mientas– –Odias las mentiras ¿No es así?– – Sí, creo que tiene que ver algo con mis padres– –¿Cómo es eso?– –Siempre me dijeron que me querían y en cuanto supieron cómo era, simplemente me sacaron de su vida, ¿No crees que me mintieron, que solo fui su pequeña mientras no supieron la verdad?– Jimena me abrazó. –Calma Lena, ellos se lo pierden, además lo que te ha pasado te ha hecho la mujer que hoy eres. Y si quieres una familia yo puedo serla, es más seremos las hermanitas repudiadas– Entonces sonreímos. –¿Hermanas?– –Hermanas– Me extendió su mano para que la estrechara. Así fue como gané a mi hermana por elección, a mi mejor amiga que siempre me ha cuidado… hasta ahora. –Sabes que odio que me mientan– Me fui furiosa a mi habitación. La escuché soltar un suspiro y venir tras de mí. –Lena escucha, Lizie es una buena chica solo omitió su nombre– –¿Y te parece poco?– –No, claro que no, pero entiende ella venia huyendo, estaba sola. No creo que en sus planes estaba el enamorarse y si cometió el error de seguir mintiendo, fue porque tenía miedo de perderte–

–Por Dios Jime no la defiendas, todo mundo sabía que no era quien decía ser, excepto yo que se supone soy su novia– –No eres su novia– La mire aún más furiosa. Tomé una de mis maletas y la comencé a llenar con ropa –¿Qué crees que haces?– –Mis maletas ¿Qué no es obvio?– –¿Lena?– –Me voy a España– –Por Dios Lena no seas tan infantil– –Le abrí mi corazón, tú sabes por todo lo que he pasado, lo sabes ¡Joder debiste decirme!– Me sentía atrapada, con un nudo en la garganta, quería gritar, pero ya no quería llorar más, necesitaba tomar agua, tal vez eso me ayudaría a calmarme por lo que fui a la cocina y claro Jimena salió detrás de mí. –Vas a arrepentirte de esto, estás tomando una muy mala decisión porque estas furiosa y herida, pero bien sabes que no es lo correcto– –¡Déjame sola Jimena!– Le dije sin mirarla y poniendo el vaso de manera ruidosa sobre la barra. –¡Lena! Tú sabes lo que es estar en medio, tú eres mi amiga y de Rox, ella te contó que ya no me quería como novia y no me dijiste nada, no es justo que ahora me castigues– –No, no te dije. Pero siempre te decía que hablaras con ella, te lo repetía una y otra vez porque yo me di cuenta que te estabas enamorando de Amy, porque Rox no quería lastimarte y sobre todo porque no quería que salieran lastimadas. Pero en cambio tú te enteraste de todo lo que estaba pasando con Ki... ¡Mierda! Con Eli… con ella. Carajo, tú lo sabias y no me dijiste nada ¡Tú eres mi hermana!– Le grité como nunca me imaginé –Las hermanas se cuidan, que no lo has notado con Renne y con… con ella, ¡Diablos! ¿Qué no lo ves? Que no ves que me duele, que siento algo aquí que no me deja ni respirar– Señalé mi pecho justo a la altura de mi corazón –Que yo la amo– Y de inmediato me llevé las manos para cubrir mi boca. Nunca lo había dicho, ni siquiera lo había aceptado. Jime se acercó para abrazarme pero yo me di la vuelta para no verla –Vete– –Lena…– –¡Que me dejes sola Jimena!– –Está bien Lena, pero por lo menos dime que te pensarás mejor las cosas y no tomarás decisiones sin pensarlo bien– –¡Que te vayas!– –Voy a irme pero solo para que te calmes– Sentí como se aproximó a donde yo estaba y puso su mano sobre mi hombro –Recuerda que si me necesitas solo tienes que llamarme y aquí estaré– Solo pude bajar la cabeza y con todas mis fuerzas no volteé a verla –Ya sabes dónde encontrarme– Me quede mirando fijamente la puerta por donde había salido mi amiga, no quería pararme a pensar en sus palabras, porque sabía que tenían la razón.

Cuando Jime se fue un recuerdo vino a mí. Habían pasado solo un par de semanas desde que había dejado mi empleo, durante los últimos tres meses había estado intentando entrar a Kóot pero no tuve suerte ya que todas las plazas estaban ocupadas. Mi antiguo jefe en España me había contactado por mail, al parecer estaba por abrir su propia empresa y me estaba ofreciendo un muy buen puesto. Al principio me sorprendió mucho que aún me recordara, había pasado más de año y medio desde que deje Barcelona para venir a México, pero lo que no sabía es que mi amiga Pepa estaba detrás de esto. Ella se lo había encontrado en una reunión de no sé qué y al reconocerlo le comento que era mi amiga. Y así una cosa llevo a la otra, pero quería intentarlo una vez más, si no lo lograba regresaría a ese país que he aprendido a amar como mío. –Lena es una excelente oportunidad, no puedes perderla– –Pepa ya lo sé. Pero en verdad me gustaría intentarlo un poco más– –No entiendo, cualquiera en tu lugar ya estaría tomando el avión– –No tienes que decirlo, pero en verdad me gusta el plan de trabajo que manejan en Kóot– –Bueno, prométeme que lo pensaras– –Está bien, te lo prometo– –Y ahora dime ¿Haz conocido a alguien?– –No, la verdad es que nadie ha llamado mi atención lo suficiente– –Uy que mal, no me digas que desde que te fuiste no has tenido un buen polvo– –Yo no he dicho eso Pepa– Ambas empezamos a reír –¿Y tú? ¿Hay alguien?– –La verdad es que he conocido una chica muy maja– –¿Y?– –Ella no es como la demás, está hecha a la antigua, ya sabes, hasta no tener un rato de novias no mas no entra a la cama– –Uy, eso debe estar volviéndote loca– –En realidad...– –Oh por Dios. Jamás creí vivir lo suficiente para escuchar esto– –¿Que te digo? Ella vale esto y más. Ya me entenderás cuando conozcas a la correcta– –Ja empiezo a creer que eso no es para mí– –Nunca digas nunca Lena– Y algo dentro de mí esperaba que mi amiga tuviera razón –¿Y qué me dices de tu curso de pintura?– Así fue como cambiamos de tema. –Creí que te comenzaba a entender Pepa, al encontrar a la chica correcta– Dije mientras tomaba a Cian en mis manos, deje escapar un suspiro, aun tenia maletas por hacer, aunque ya no estaba

segura por mi decisión. Un ligero golpe en la puerta me decía que Jime no se había dado por vencida como creía. –¡¿Ahora qué?!– Abrí estrepitosamente la puerta. Y me quedé sorprendida por la persona que tenía delante de mí. –Buenos días señorita Alonso, creo que llego en un mal momento– –Perdón Licenciada Kuri creí que era otra persona...– Me quedé mirándola un par de segundos, sin saber que hacer o que decirle, la escuché carraspear y fue cuando me di cuenta de que aún estaba de pie fuera de mi apartamento –Pase por favor– Le pedí que tomara asiento y yo me senté frente a ella, al principio no dijimos nada, me le quedé mirando fijamente y he de reconocer que es una mujer sumamente guapa. Ya con algunos cabellos plateados pero eso le da un toque de sofisticación, con un aire imponente pero a la vez con una sonrisa cálida que hace que sienta confianza en ella. Esa sonrisa que cuando la vi la primera vez me hizo recordar a su hija, sin poder evitarlo suspire casi podía saber la razón de su visita y eso me decepcionaba aún más. –Si está aquí por su hija yo...– –No mentiré señorita Alonso, estoy aquí porque Elizabeth me lo pidió– Me interrumpió –Pero no es por lo que está pasando entre ustedes, sino para saber la causa de su renuncia– Dejé escapar un respiro –Con todo respeto, pero yo no necesito que nadie intervenga en las decisiones que tomo y mucho menos su hija– Para mi sorpresa ella sonrió, Diablos esa sonrisa es la misma de Renne y por lo poco que he aprendido de ella en estos días, cuando sonríe de esa forma es porque algo está tramando. –Usted me recuerda a alguien– Cruzó sus piernas, puso sus manos en los apoya brazos del sillón y recargó completamente su espalda, me miró de una forma como si estuviera analizándome con mucho cuidado y de repente sonrió de nuevo mientras afirmaba con la cabeza ¿Qué Diablos estará pensando? –Mi esposa es igual, odia que los demás… que yo tome decisiones sin consultarle– Entonces suspiró –Señorita Alonso yo jamás me entrometo en la vida de los demás y siempre respeto las decisiones que toman… aunque muchas veces a mi parecer no son las correctas y la verdad es la primera vez que vengo a casa de una empleada a pedir una explicación– Su tranquilidad y la forma en que hablaba de alguna forma me relajó –Pero si me lo permite quiero aclarar algunas cosas con usted… Claro solo si quiere– No pude decirle que no. –¿Qué es lo que quiere que le diga?– –Muy bien tal vez podríamos empezar por aclarar por qué solicitó un empleo en Kóot y luego lo dejó– –Yo quería ese trabajo, soñaba con él. Usted es un gran ejemplo a seguir en el mundo de la publicidad y yo quería seguir ese camino y que mejor forma de empezar que en su empresa– –¿Entonces por qué renunció?– Me pareció la pregunta más estúpida.

¿Qué no era obvio? Renuncié por su hija, pero no respondí eso –Porque yo quiero ser contratada por lo que soy y no por una recomendación de su hija– De nuevo me miró de esa forma ¿Qué es lo que pasa con esta mujer? –Oh vaya, me siento ligeramente ofendida– Se llevó la mano al pecho fingiendo indignación y de nuevo sonrió –Le dejare algo claro– Su tono de voz se volvió serio –Yo jamás me dejo influenciar por nadie y puedo asegurarle que ni Elizabeth o Renne han hablado de usted conmigo por cuestiones laborales. Lo único que me dijo Lizie esta misma mañana fue que para usted era un gran mérito el trabajar con nosotros y que no debía dejarla renunciar– Estaba por intervenir pero ella vio mis intenciones –Déjeme terminar por favor– Solo asentí –Sé de usted desde hace ya un par de meses, yo soy una persona exigente y aunque confío en el criterio de mis socias soy yo la que se encarga de decidir quién entra y quién no. Daniel es como un filtro que me envía currículums que valen la pena de las personas que aspiran un lugar dentro de Kóot. Yo no contrato a cualquiera señorita Alonso y mucho menos por recomendaciones, aunque al parecer mi sobrina Amy tuvo algo que ver para que Dan pusiera mayor interés en su expediente y lo aceptará revisar ¿No es así?– Afirmé con un movimiento de cabeza porque sencillamente no podía hablar –En mi empresa se entra por mérito, si usted no hubiera estado a la altura simplemente hubiera dejado pasar su expediente y jamás hubiera obtenido la entrevista. Nadie, entiéndalo bien, nadie y ni siquiera mis hijas tienen un trato especial– Sentenció y por un momento sentí que la había hecho enfadar, hasta me sentí un poco intimidada. –Yo pensé que ella…– Levantó su mano para detener lo que iba a decirle. –Perdón si he sonado un poco dura, pero quería dejarle en claro que usted estaba en Kóot por lo que vi en su expediente, por su desempeño en las empresas donde realizó sus prácticas, y no porque alguna de mis hijas haya hablado conmigo. Sé reconocer el talento cuando lo veo y usted algún día será un elemento valioso dentro de la empresa– –No sé qué decir a todo eso– –Que se queda con nosotros– –Yo…– –Señorita Alonso…– –Lena, puede decirme Lena– Y ella afirmó. –Alex– Me dijo a respuesta –Señorita Lena si me permite darle un consejo– –Claro, claro que si licenciada– –Alex, dígame Alex, cuando estemos en la oficina puede decirme licenciada, pero aquí solo soy Alex– Me repitió de nuevo –Debe aprender a separar lo personal de lo profesional, no deje que una niña tonta le haga perder una buena oportunidad– ¿Niña tonta? Se refiere a… –Si me permite hablar ahora como madre y no como jefa podría decirle un par de cosas que tal vez la ayuden a sentirse mejor– –Sí, claro–

–Lo que hizo Lizie no estuvo bien– Le iba a pedir que no dijera nada sobre ella –Si, lo sé, créame que no voy a entrometerme en sus problemas solo pienso explicar algo– Simplemente espere a que continuara –No es bueno mentir, yo misma perdí a Sam por decirle una mentira que en su momento creí que era correcta y créame que no me fue fácil recuperar su amor… su confianza– Sin poder evitarlo se me escapó una lagrima, desvié mi rostro para que no me viera y entonces vi a Cian, la tomé entre mis manos, para mi sorpresa Alex se acercó a mí –Lamentablemente Lizie ha heredado algunas cosas de mi– Con una de sus manos tomó las mías, mientras que con la que tenía libre tomaba a Cian y la inspeccionaba. La miró fijamente y entonces sonrió como si recordara algo –Pero puedo jurar por mi vida cuando le digo que ella la quiere– –¿Qué cosas heredó de usted?– Y empezó a reír. Me devolvió al gato y se sentó junto a mí pero sin soltar mi mano. –Tarde o temprano hacemos algo sumamente estúpido– La miré sin entender lo que decía – Simplemente amamos demasiado que perdemos la cabeza– –¿Lizie me ama?– Por primera vez la llamé así y he de admitir que se escucha lindo. –Eso señorita tendrá que comprobarlo… pero le puedo asegurar que ahora que mi hija sabe que ha cometido el peor error de su vida, tratará de enmendarlo. Muy rara vez nos rendimos sin dar batalla y siempre intentamos todo hasta lograr lo que nos proponemos… la pregunta es si usted la dejará intentarlo– –Yo… no sé– Bajé mi mirada –Duele, ella… ella no me dijo quién era, y me duele aquí– Señalé mi corazón. –El amor a veces duele, pero duele mas no sentirlo– Ambas nos quedamos calladas hasta que de repente –“La rosa no dejaría de ser rosa, tampoco dejaría de esparcir su aroma, aunque se llamara de otra manera”– –Romeo y Julieta– Le respondí. –Sí, así es, dígame algo ¿Realmente importa el nombre que ella usó?– –Pero ella me mintió– ¿Qué es tan difícil entenderlo? –Sí, lo sé, duele más el acto que la razón– Y una vez más nos quedamos en silencio, al levantar mi mirada de nuevo noté que me estaba estudiando –Sabe algo, usted me agrada, los jóvenes de ahora no saben de literatura– –A mi abuela le encantaba leer– –Lo sé– Entonces me quede sorprendida por lo que acababa de escuchar. –¿La conoció?– –Sí, ella estaba aquí el día que mi amiga y yo nos mudamos al departamento, no teníamos nada que comer, ni siquiera teníamos agua para beber. Estábamos tan entusiasmadas por empezar a vivir solas que olvidamos hacer las compras y entonces ella nos escuchó cuando estábamos en el pasillo y nos invitó a cenar. Era toda una dama, siempre fue muy amable conmigo y con Isabel–

–¿Isabel?– –Sí, la mamá de Amy vivió conmigo en el departamento hasta que se casó con Enrique. Ella es como otra hermana para mí, las amigas a las que más queremos y en las que más confiamos se vuelven parte de nuestra familia ¿Me entiende?– –Sí– –Aunque de repente hacen cosas que no entendemos al principio, pero si en verdad nos quieren nunca será para hacernos daño– Fue entonces entendí que ella escuchó mi pelea con Jime –Bueno señorita Lena debo marcharme– Se puso de pie y caminó hasta la puerta –Solo una cosa más ¿Se queda con nosotras?– Por un momento no supe a que nosotras se refería y puedo jurar por mi abuela que ella lo hizo intencionalmente –Me refiero al trabajo– –Sí, me quedo– –Perfecto, hoy tómese el día pero mañana a primera hora vaya a las oficinas y hable con Daniel quien le informará sobre el viaje del lunes– Me levanté y extendí mi mano para que la estrechara. –Si Alex, y... ¿Gracias?– No sabía si tenía que agradecerle. Que la dueña de la empresa donde siempre he aspirado trabajar venga a mi casa, me pida regresar y que no conforme con eso me consuele un poco, eso es algo que agradecer ¿No? –Jajaja usted me cae muy bien– Me adelanté un poco para abrirle la puerta –Una última cosa– Me dijo cuando ya estaba por salir. –Dígame– –Me encantará ver cuando conozca a mi esposa– Me guiñó un ojo y la vi salir de mi apartamento. –Pero que...– Simplemente salió del departamento sin decirme nada más. Necesito un trago. Dos horas después por fin me sentía tranquila, el platicar con la licenciada… con Alex me calmó mucho, tomé mi teléfono y de inmediato le mandé un mensaje a Jime. –Tenemos que hablar– –Lo sé, abre la puerta– –¿Qué?– De inmediato un par de golpes sonaron, me levanté de mi lugar y abrí la puerta donde me encontré a Jime y a Amy. Jime sostenía una pequeña bandera blanca y Amy una caja de pizza. –De seguro no has comido nada– Me dijo Jime –Así que se nos ocurrió…– No la dejé terminar, de inmediato me lancé a sus brazos y ella me estrecho fuertemente. –Lo siento– Dijimos al mismo tiempo –Yo lo siento– Volvimos a repetir y Amy empezó a reír. –Sera mejor que entremos y platiquemos un poco ¿Te parece?– Las deje entrar. Amy se dirigió al comedor y dejo la pizza sobre este mientras Jime fue a la cocina por platos, una vez que mi amiga regresó nos sentamos.

–Antes que nada te debo una disculpa Lena– Me dijo Amy sosteniendo mi mano –Me enteré el día del accidente y bueno no sé si sepas pero Lizie se accidentó por tratar de detenerme– –Sí, algo así me dijo– –Yo me enojé mucho con Jime– Mi amiga bajó la mirada, pero su novia la tomó de la mano –A mí tampoco me gusta que me mientan, pero luego hablamos y aclaramos las cosas– –Me da mucho gusto por ustedes chicas– Ambas sonrieron. –Gracias– Dijo Amy –No justifico lo que hizo mi prima, pero de alguna forma entiendo su miedo a decirte la verdad– –Nada le costaba decirme lo que estaba pasando– –Exacto, ¿Pero te has puesto a pensar cual hubiera sido tu reacción?– –Creo que por lo menos no hubiera quedado en ridículo frente a sus madres– Mis amigas me miraron sin entender a lo que me refería –Ellas llegaron justo cuando nosotras estábamos en… cuando estábamos…– No pude seguir porque pude sentir de nuevo un nudo en mi garganta. –Vaya forma de conocer a las suegras– Dijo Jime y aunque Amy la reprendió con la mirada yo no pude evitar sonreír… mis suegras. –Solo quiero que entiendas que aunque ella sea mi prima yo siempre seré tu amiga y pase lo que pase respetaremos lo que decidas– Amy me abrazó. –Gracias– Le dije al soltarla. –¿Entonces nos perdonas?– Dijo Jime –No puedo vivir sin mi hermanita favorita– –Tú no tienes hermanas– –Sí, si la tengo– Me guiñó un ojo –Eres tú, no lo olvides Lena– Ambas sonreímos. –Es tu favorita– Me dijo Amy señalando la caja de la pizza. –Gracias– Empezamos a comer, al cabo de unos minutos me di cuenta que me miraban de una forma curiosa –¿Qué pasa?– –Mmmm es solo que Jime me había dicho que estabas sumamente enojada, y ahora estas muy tranquila– –He tenido tiempo para calmarme un poco– Levanté mis hombros como para restarle importancia –Además platiqué con alguien que me hizo pensar un poco las cosas– –¿Con quién?– Me preguntó mi amiga que ya estaba devorando su pedazo de pizza. –Con Alex– –¡¿Con Ale?!– Me preguntó Amy sorprendida –¿Cuándo?– –Vino aquí después de que se fue Jime ¿Por qué le dices Ale y no Alex?–

–Mmmm pues siempre lo he hecho, desde que era pequeña yo le decía Ale y a Sam le digo princesa– –¿Princesa?– Preguntó Jime que ya iba por su segundo pedazo. Creo que alguien muere de hambre. –Cariño come despacio– Amy le rosó la nariz con su dedo –Cuando era pequeña y Ale me cuidaba, me contaba un cuento que ella inventó. Mi mamá dice que lo hizo para explicarme porque mi tía amaba a una mujer y no a un hombre– –Y esa mujer es Sam ¿No es así?– –Exacto, ellas estuvieron separadas durante algún tiempo– –Si algo así mencionó– Y aunque Amy no dijo nada si vi que se sorprendió un poco. –Bueno pues al parecer Ale nunca dejo de amarla, no recuerdo muy bien esa época pero si cuando Sam apareció de nuevo. Nunca he visto a ninguna pareja como ellas, es como si fueran una sola persona pero al mismo tiempo son muy diferentes– –Vaya– Dijo Jime que dejó su pedazo de pizza en el plato y estiró su mano para tomar la de su novia –Espero que algún día alguien diga eso de nosotras–Amy se acercó a ella y la besó. No pude evitar pensar en ella, en Ki… en Elizabeth. –Creo que el amor que comparten mis tías es solo para demostrarnos que el amor verdadero existe, solo que hay que luchar por el– Puedo jurar que ese comentario era solo para mí –¿Y bueno qué más paso con Ale? ¿A qué vino?– –Vino a pedirme que reconsiderara mi renuncia– Amy se sorprendió aún más. –Ella no es de las personas que hacen eso– –Sí, eso me dijo– Tomé una rebanada para ponerla en mi plato –Luego simplemente hablamos. Al principio pensé que intentaría abogar por su hija, tratar de convencerme de que hablara con ella, pero no fue así, solo me dijo algunas cosas que me hicieron pensar– –¿Entonces vas a hablar con Lizie?– Me preguntó Jime. –No, aún no me siento preparada, quiero hacerlo pero creo que no es el momento– Ambas solo me miraron. –Ella vive a un lado ¿No crees que te la vas a encontrar?– –Es por eso que no he salido– –¿Entonces piensas quedarte encerrada aquí? –No, mañana tengo que ir a Kóot porque el lunes voy a viajar con Daniel por cosas del trabajo. Después, creo que solo me quedaré aquí– –¿Y si vienes a pasar el fin de semana a mi casa?– Me dijo Jime –Sirve que me ayudas a hacer algo de limpieza, quiero sacar todas esas cosas que ya no uso, tal vez pueda obtener algo de dinero por ellas–

–Creo que es buena idea, necesitas estar ocupada en lugar de encerrarte en este lugar– Dijo Amy. –Mmmm está bien, creo que tienen razón– Después de un par de horas de plática y una despedida súper larga y cursi de Amy y Jime, tal parece que se despiden como si no se fueran a ver nunca más, Jime me ayudó a hacer mi maleta, una para el fin de semana que pasaría junto a ella y otra para mi viaje de negocios. Ya era tarde cuando decidimos salir de mi departamento, en verdad sentía un poco de miedo encontrarme a Elizabeth, no miedo a ella si no a mi reacción. –¿Llevas todo? No quiero que me hagas regresar a media noche por algo– –Si ya llevo todo– –¿Segura?– –Que sí, anda ya ve a ver si no hay nadie en el pasillo– –Ooook– La vi abrir la puerta y asomarse –Despejado– Tomó una de mis maletas y yo fui tras de ella –¡ESPERA!– Dijo de repente haciendo una señal de alto y me detuve en seco, estuve a punto de caerme por ello –Jajajaja– Comenzó a reír y de repente lo supe, estaba jugando conmigo. –Eres una idiota– Pasé junto a ella furiosa. –Jajajaja es que hubieras visto la cara que pusiste– –Ya vámonos antes de que me arrepienta de ir contigo– –¿Lena?– Ya era casi media noche, cuando llegamos a su departamento, solo nos dedicamos a ver la tv, sin decir demasiado. –¿Sí?– –¿Por qué estamos viendo esto?– –Porque me gusta– –Pero la protagonista se llama…– –Cállate, no tiene nada que ver– –Ok, si tú lo dices… esta Kim me gusta, es sexy– La volteé a ver –Y no digo que la tuya no me guste y que no sea sexy...– Voy a matarla lo juro –Oye no me mires así, no es de ese tipo de sexy… Lena no te vayas– –Buenas noches Jimena– Como respuesta solo escuché una carcajada. La mañana fue un poco atareada, pase más de medio día en la oficina da Daniel y media hora disculpándome por mi comportamiento cuando le entregué la renuncia. Ahora estoy segura de que él no tenía idea de que su prima mentía sobre quien era conmigo, después de eso nos dedicamos a hablar sobre el itinerario del viaje, serán un par de semanas realmente pesadas, pero amo esto y daré todo mi esfuerzo, no puedo defraudar a Alex.

En el departamento de Jime tratamos de organizar todo, estaba claro que esa palabra definitivamente no está en el diccionario de mi amiga, dos horas y no llevábamos más que la sala lista. Estábamos en la cocina y aún nos faltan dos habitaciones. –¿Pero qué rayos es esto?– Le dije mostrándole una cosa que no podría definir que era. –Mmmm puede ser una pieza de alguna colección exótica valuada en millones o simplemente un pedazo de pizza vieja– –¡Dios que asco!– Lo tiré a la basura donde miles de cosas ya estaban ahí –Jimena, tu departamento desde que te conozco siempre ha estado así de desordenado ¿Por qué ahora tanto empeño por limpiar?– De pronto el carmín tiñó sus mejillas y fue cuando lo entendí –Oh por Dios, ¿Le harás la pregunta?– –No, bueno si, sé que es pronto para eso, solo que lo he pensado y pues mira– Señaló todo el alrededor –Ella es tan diferente y yo bueno…– –Ella te quiere a ti, no a como vivas– –Lo sé pero creo que es importante, tengo 30 años creo que es hora de ser un poco más madura y organizada ¿No crees? Además ella me comentó que busca departamento, ya sabes que regresó con sus padres después de romper con su ex y siente que ya es hora de salir del nido. Por eso yo le ofreceré quedarse aquí, pero solo como compañera…– –Eso ni tú te lo crees y la madurez no tiene nada que ver con la limpieza– Ambas empezamos a reír –Gracias– Le dije una vez que nos calmamos. –¿Por qué?– –Por distraerme– –Lo necesitabas, aunque no debes escapar de la realidad– –Lo sé– –Ok sigamos buscando tesoros– Rendidas, así fue como terminamos. Era casi medio día del domingo cuando abrí los ojos y lo primero que vi fue a mi bella Cian –Si hubiera sabido la verdad, serían sus ojos los que contemplara por la mañana– Dejé escapar un suspiro, estuve acostada un rato más, hasta que escuche a Jime en la cocina. –Buenos días– –Buenos días Lena ¿Oye dónde dejamos las cucharas?– –Mmmm creo que en el cajón derecho– Lo abrió y una pequeña sonrisa me confirmó que si estaban ahí –¿Y los sartenes?– –Estante superior– –Esto es un caos, no encuentro nada–

–No, ahora todo está en orden, así que tendrás que acostumbrarte– –Extraño a John– Me dijo haciendo un puchero y señalando el lado de la estufa donde hasta el día de ayer había una mancha de café que según ella se parecía a John Lenon. –Jajajaja, anda haz el desayuno, ya vendrán otras manchas que admirar– –¿Que te gustaría hacer hoy, una peli… cine?– Me preguntó después de que termináramos de desayunar. –No quiero salir– Le dije desde el sofá. –Mmmm ¿Y si practicamos un poco?– –Eso me parece muy bien– –Ok voy por la Nena– Sí, así es como llama Jime a su más valiosa posesión, su guitarra –¿Algo en especial?– –La que tú quieras– –Ok– Los acordes comenzaron. Me fascina esa forma de tocar de Jimena, es tan armoniosa, tan dulce y yo solo me deje llevar. –Wow, te he escuchado cientos de veces y no dejas de sorprenderme, la sentí en el alma– Sonreí y me senté junto a ella –Deberíamos…– –Creo que me equivoqué de casa– Escuchamos detrás de nosotras y volteamos a ver, vimos a una muy asombrada Amy –Dios que cambio, si hasta parece otro– –¿Ya tiene llaves?– Jime me guiñó una ojo y le sonrió a su novia. –¿Amy quieres vivir conmigo?– Le preguntó mi amiga que aún seguía sentada sosteniendo su guitarra y tocando algunos acordes. Amy estaba asombrada y ahora puedo jurar que su quijada llegó al suelo. –En verdad te pasas de romántica– Le susurré con sarcasmo a Jime. –Es que no lo pensé. Tú sabes que cuando estoy contigo…– Dijo mirando a Amy, se acercó a ella y la tomó de las manos –No pienso mucho, solo actuó lo que dicta mi corazón– –Aaawwww– Amy pasó sus brazos por el cuello de Jimena. –¿Entonces qué dices?– La respuesta de Amy fue un beso, y no cualquier beso, un beso con todas sus letras que puedo asegurar dejó viendo estrellitas a mi amiga. –Aja solo compañeras jajaja– Ambas me voltearon ver y comenzaron a reír conmigo. –Esto hay que celebrarlo– Dijo Amy. –¿El bar?– –¿Donde más amor?–

–Yo no voy– Le dije mientras abrazaba a Cian. –Lena no seas aguafiestas– –Ella estará ahí y no me vine aquí el fin de semana solo para encontrármela después en el bar– –Ella renunció ayer– Me dijo Jime como si eso no tuviera importancia. –¡¿Qué?!– –Lo que escuchaste, se presentó en la mañana y habló con Rox y conmigo, pidió disculpas y renunció, así que ya no ira más al bar– –¿Se va? ¿Ella regresa con sus mamás?– Miedo, eso fue lo que sentí al escuchar esa palabras. –No lo sé– –¿Amy? –Lizie la está pasando tan mal como tú, pero no tengo ni idea si regresa a Francia– –Ok ya– Podía sentir mi corazón latir a mil por hora, ese miedo se ha convertido en algo más que no puedo describir pero que hace que quiera salir corriendo tras de ella y no puedo permitírmelo, no debo. –¿Lena?– –Estoy bien, no se preocupen– Una falsa sonrisa apareció en mi rostro y al verlas supe que no las había convencido, pero no me dijeron nada. –¿Entonces vienes al bar con nosotras? Necesitas ver algo más además que estas cuatro paredes– –Anda Lena, necesitas más ambiente que solo nosotras– Me dijo Amy. –Oye nosotras somos divertidas– –Lo sé amor, pero recuerda que vamos a celebrar que viviremos juntas– –¿Le dirás a tus padres?– –Mañana me acompañarás y se lo dirás tú personalmente– –¡¡¡¿Qué?!!!– Mi amiga se puso tan blanca como un fantasma. Amy solo le sonrió y le dio un beso en la mejilla –Estoy muerta– Jime se giró a verme –Lena debes ir con nosotras al bar por que puede ser mi última copa– –Pero es que mañana tengo que estar en el aeropuerto– –No te preocupes Lena yo me encargo de que estés a tiempo– Me dijo Jime –Ándale ¿Si?– –Está bien– Dije resignada y es que dudo que mi amiga se hubiera rendido. Las últimas horas nos la pasamos arreglando, no tenía muchos ánimos de salir pero Jime y Amy tienen razón, no puedo estar encerrada entre cuatro paredes. Además tenía que distraerme porque no me saco de la cabeza que tal vez… que tal vez Elizabeth se marcha ¿Dónde quedo eso que dijo

Alex sobre que las Kuri nunca se rinden sin dar batalla y que siempre intentan todo hasta lograr lo que se proponen? ¿Acaso eso es lo que estoy esperando, que sea ella la que actué y venga a mí? Me miré en el espejo –Yo quiero…– –¿Lista?– Me preguntó Jime desde la puerta, le sonreí a mi reflejo y volteé a verla. –Lista– Recorrí todo el lugar con mi mirada, lleno, como cada noche. Algunas chicas ya bailando en la pista y muchas más solo platicando en sus mesas y otras simplemente dejando fluir su amor en las esquinas más oscuras. El olor a cigarrillo, la música, las risas llenan el lugar, cada noche que recuerdo en el bar desde que llegué es parecida a esta. Muchas chicas vienen en busca de compañía y otras simplemente a divertirse con sus amigas. Hace algunos meses atrás yo hacía lo mismo, aunque no venía con regularidad. Las noches de tocada son las mejores, las chicas se acercan a ti, algunas para invitarte un trago y otras para… Pero esas noches terminaba tan cansada que casi siempre iba a casa sola. Pero cuando quería un poco de compañía siempre hacia una excepción. Siempre he sido un poco osada, mi abuela me crió para que no tuviera miedo a nada, ni al qué dirán o a que me señalen. Para vivir la vida como a mí me gusta, no para encajar con los demás. Así que jamás dude en acercarme a alguna chica que me gustara, siempre fui la que dio el primer paso. Pedir un par de copas bien cargadas, hacer acopio de valentía y lanzarse al vacío. Como aquella vez… –Hola Lena– –Hola Rox– –¿Noche de cacería?– La respuesta era obvia, era sábado así que solo le sonreí y le guiñé un ojo – Jajajaja suerte– Me dio una cerveza –Cortesía de la casa– –Gracias– La agarré y seguí mi camino, parecía ser una noche interesante no me gusta ser presumida, pero es muy raro que una chica me diga que no. De inmediato un par de chicas se acercaron a mí, su intención era clara pero yo no estaba dispuesta, sentía que la noche sería diferente. Me senté solo a observar, las meseras iban y venían con las bebidas yo ya llevaba un par de cervezas y ninguna chica hasta ahora llamaba mi atención, vacié una tercera y estaba por rendirme cuando la vi, caminaba con torpeza entre las mesas, las chicas la observaban y le sonreían, ella solo se preocupaba por anotar los pedidos. Más de una vez la vi tropezar pero al parecer es muy ágil porque logro que nada de su bandeja se derramara, la seguí con la vista, intenté distinguir quien era, pero al parecer era una mesera nueva, una sonrisa apareció de inmediato en mi rostro. –No conquistes a las maseras– Eso me lo dijo muchas veces Jime y un par de veces no la obedecí, en aquellas ocasiones ambas chicas eran hermosas como para dejarlas pasar. Y esta no sería la excepción, dejé la botella vacía y me acerqué a ella, cuando estaba a tan solo unos pasos me detuve, ella se dio la vuelta en ese instante y fue cuando vi sus ojos, tenía el cielo en ellos, tuve que dar un paso atrás para alejarme de ella ¿Qué diablos estaba pasando? Sentía que mi corazón se quería salir, me llevé una mano al centro de mi pecho y prácticamente salí corriendo del lugar.

Desde ese día comencé a ir cada noche al bar, sabía la razón exacta y era solo para verla a ella. Quería acercarme pero sentía algo raro en mi corazón cada vez que intentaba hablarle. Sin darme cuenta comencé a dibujarla, cada vez que cerraba mis ojos me imaginaba los suyos, tan cálidos, tan intensos. Tenía una necesidad increíble por tocarla, por sentir su piel. Pero lo raro fue que no solo ella me hacía sentir cosas extrañas, alguien más también había causado algo en mí unos días antes. Ese día estaba lista para mi muy esperada entrevista de trabajo en Kóot, me había puesto una blusa de color blanco que me encantaba no solo por la marca si no porque había sido un regalo de mi abuela por mi cumpleaños número 24. Estaba nerviosa y como no quería llegar tarde, llené mi termo con café, me puse mis lentes oscuros y salí hacia el elevador. Por lo que me había dicho Amy tenía que presentarme en la oficina del Licenciado Daniel antes de que saliera a almorzar. Miré mi reloj y aún faltaba cuarenta minutos, estaba por llegar al lobby, me fijé en el reflejo de la puerta y estaba acomodando mi blusa mientras tomaba mi café cuando al abrirse la puerta un bulto negro callo sobre mí. Sentí lo caliente de mi café derramarse en mi blusa, sentía que me quemaba pero era tal mi furia que no me importó, solo quería ver al idiota que me arruinó mi blusa y hacia que llegara tarde a mi cita. Cuál fue mi sorpresa, si solo era la chica rara que siempre viste de negro, hija tal vez de alguna vecina, estaba furiosa y le dije muchas cosas. Hasta que la toqué, la furia no disminuyó pero algo pasó cuando mi dedo tocó su brazo. Una chispa recorrió todo mi cuerpo, era algo que no había sentido antes, retrocedí por un instante cuando sentí su dedo tocar mi hombro de la misma forma en que yo lo había hecho antes y esa simple chispa se volvió electricidad pura. No sabía qué diablos me pasaba, me quedé tan absorta en la sensación que olvidé por completo la entrevista, bueno también mi ropa estaba arruinada. No fue la única vez que la vi, en una ocasión la encontré mientras dormitaba tras los arbustos frente al edificio. Lo admito se veía tan linda que no dude en dibujarla, una sonrisa apareció en mi rostro cuando terminé mi trabajo. –¿Qué diablos estoy haciendo al dibujar a la chica que arruinó mi día?– Estaba por arrancar el boceto pero no pude. Esa no fue la única vez que la plasmé en papel, me la topé en la terraza un par de ocasiones y una de esas la traté muy mal, aún más de lo normal. Era extraño, ella no solo ocasionaba electricidad, sino una curiosidad que no sabría explicar al grado que me causaba enojo. Pero ese día había sido un mal día, un nuevo el rechazo por parte de mis padres había movido mucho en mí, quise disculparme pero vi que platicaba con alguien por teléfono y desistí. Ya habría otra oportunidad. –¿Has visto a la chica nueva?– Le pregunte a Amy. Una vez más estaba en el bar solo para verla. –No ¿Por qué?... ¿Es linda?– –Mucho, me encanta su sonrisa, no sé, tiene algo que me atrae– –Te gusta y mucho– –Pero ni siquiera sé cómo se llama ¿Cómo puede gustarme?–

–¿Porque no le has preguntado a Jimena su nombre?– –Ya sabes sus reglas– Le dije con fastidio. –Jajajaja, deberías de acercarte o si no alguien más te la ganará– –Es que lo he intentado, pero no puedo ¿Has visto sus ojos?– –Ya te dije que no la conozco– –Tiene unos ojos azules impresionantes– –Vaya que si te pegó duro jajajaja– –Es que si los vieras, son azules como el cielo– –Tengo una prima que tiene unos ojos así– Vi que su semblante cambió. –¿Está bien?– –Huyó de casa y estoy preocupada por ella, no entiendo qué pasó, ella no es de las que hacen eso– Tomé su mano y la apreté fuerte. –Estará bien ya lo verás, y sea lo que le pase recapacitará y volverá– –Gracias– No puedo evitar poner una sonrisa al darme cuenta que tanto la chica de la peluca azul, la de la mirada intensa y ojos color cielo y la chica rara que viste de negro, esa misma que creí que quería acostarse conmigo por hacerme el favor de llevarme al edificio eran la misma. La misma chica con cara de amargada y de la sonrisa hermosa que me robó el corazón la noche que me llevó en su moto. ¿Cómo olvidar ese viaje? –Hola– Di un respigo al escucharla tras de mí, estaba tan metida en mis pensamientos que no la escuché –¿Qué haces aquí?– –Espero un taxi– –Si quieres te llevo– Me sorprendió su propuesta, no lo esperaba, estaba por negarme ya eran suficientes sorpresas esa noche; el enterarme que las dos únicas mujeres que me han hecho sentir cosas raras sean la misma persona era demasiado –De verdad no es molestia, al fin y al cabo vamos al mismo lugar– Volteé a ver la calle y no se veía ningún taxi, qué más da, no lo pensé y sin avisar me subí atrás de ella en la moto. –Solo maneja con cuidado– Me abracé a su cintura y esa sensación me inundó ¡Dios! –Anda apúrate– –Si necesitas algo solo toca mi brazo y me detendré– –Está bien– Quería que llegara rápido, quería dejar de tocarla pero al mismo tiempo quería que el tiempo se detuviera, que viajáramos eternamente de esta forma, seguir abrazada a ella. Me perdí con su aroma, huele tan bien, fue inevitable no cerrar los ojos y dejarme llevar, sentir la brisa, sentir su

calor a través de su chamarra y al escuchar su corazón latir tan fuerte hizo que el mío se acelerara tan rápido que solo quería salir corriendo y eso hice cuando detuvo la moto frente al edificio. ¿Quién es esta chica que en todas sus formas me hace sentir cosas que me dan miedo, pero que al mismo tiempo me deleitan? La de los ojos bonitos, la que manchó con café mi blusa favorita, mi vecina la que las viejas chismosas decían que era ‘prostituta’ la misma que creí que hacia cosas de ocultismo o algo así porque la escuchaba en las madrugadas hablar raro y que ahora entiendo que solo hablaba con su familia en otro idioma ¿Cómo esa chica se volvió mi chica? ¿Cómo esa chica se metió en mi corazón? ¿Cómo esa chica me mintió todo ese tiempo y ahora me duele pensarla? –Hey Lena ¿Dónde estás?– –Solo recordé que no podré venir a cantar estas dos semanas– –No te preocupes por eso, te cubriremos y anda que tu trago se calienta. Brindemos por la nueva vida que nos espera– Dijo Jime levantando su cerveza. –¡¡¡Salud!!!– Dijimos todas al mismo tiempo.

–¡Diablos, Diabloooos!– No puede ser, debí saber que algo así pasaría, solo a mí se me ocurre creerle a Jimena que ella me despertaría a tiempo para tomar el vuelo. Mi amiga cuando se duerme parece que muere y esta vez no fue la excepción. Corro por todo el aeropuerto –Señorita, por favor ¿En qué puerta sale este vuelo?– –Es en la que sigue– Me señaló una puerta que no estaba muy lejos –Será mejor que corra si no quiere perder el vuelo– Y entonces empecé a correr de nuevo. Cuando por fin entré en el avión pude ver a Dan sentado junto al pasillo y a ¿Renne? Diablos ¿Pero qué está haciendo aquí? Vi su intención de decirme algo pero la aeromoza me pidió que tomara mi lugar. –Este es su asiento– Me dijo muy amablemente, así que me senté y me recargué completamente. –Creo que me hace falta hacer ejercicio– Dije tratando de calmar mi respiración después de la carrera. –Imagínate si fumaras– Me dijo una elegante chica rubia, con lentes obscuros que estaba sentada a mi derecha y fue su voz lo que hizo que mi pulso se disparara. Se quitó los lentes y sin poder controlarlo me perdí en esos ojos azules que tanto he extrañado –Elizabeth Kuri, mucho gusto– Extendió su mano para que la estrechara. –No puede ser–

Capítulo 10 La Cuidaré Mi mano se quedó suspendida unos segundos de inmediato supe que Lena no respondería mi saludo, aunque era de esperarse pero mi optimismo no mermó ni un poco. Parecía que había tomado litros y litros de bebidas energizantes, me sentía acelerada, ansiosa y de repente todo eso salió disparado por mi boca. –Mamá me ha dicho que comencé a caminar cuando tenía un poco más de un año y…– Hablar y hablar sin parar, decir cosas sin sentido, así llevaba más de una hora. Le seguí contado a Lena desde que dejé el chupón y de mi mantita de estrellas, en más de una ocasión escuche la risa de mi hermana y de Dan. –¡Ya basta!– Me dijo Lena muy enojada –Por lo que más quieras ya no sigas hablando– –Pero es que yo…– Su mirada lo dijo todo –Lo siento, yo solo quería…– –De verdad solo cierra la boca, no quiero escucharte– Oírla decir eso me dolió, así que hice caso a sus palabras y voltee para ver el paisaje por la ventanilla –Yo…– Comenzó a decir y dejo escapar un suspiro –Lo siento Elizabeth– Me dijo y gire a verla –Es solo que no dormí mucho anoche y me gustaría descansar un poco antes de llegar– Terminó de decir. –En verdad lo lamento Lena, es solo que estoy… estoy muy nerviosa– Por un momento vi curiosidad en su mirada pero simplemente se quedó callada y luego cerró los ojos. Estaba sumida en mis pensamientos, tenía muchas cosas en mi cabeza y aún seguía nerviosa, traté de controlarme un poco y me recargué completamente en mi asiento y cerré los ojos, unos minutos después sentí un peso sobre mi hombro y me sorprendí al ver a Lena dormida. Tuve que sacar toda mi fuerza de voluntad para no tocarla se veía realmente hermosa, pero si la despertaba lo más seguro es que se alejara de mi lado y yo en verdad estaba disfrutando este momento. Renne se asomó para ver porque tanto silencio y su sonrisa solo fue un reflejo de la mía, me enseñó su pulgar y sin emitir palabras me dijo ‘Bien hecho’. En realidad lo único que había hecho era cerrar la boca. Tiempo Lizie, dale tiempo. Lena despertó cuando la voz de la aeromoza nos pidió abrocharnos el cinturón. –Oh, lo siento– Me dijo mientras limpiaba mi hombro –No acostumbro a babear– –Ah, pues por mi puedes babearme todo lo que quieras– ¿En verdad le dije eso? Si, si lo dije porque mi hermana soltó la carcajada. –No pensé que estuviera tan cansada– –En verdad no hay problema Lena… la junta del día de hoy será corta, cuando regresemos al hotel podrás descansar– Entonces me miró, de esa forma que hace que tu corazón se acelere y que se te olvide respirar. –Está bien– Dijo rompiendo el hechizo y fue lo último que le escuché decir.

Cuando nos tocó levantarnos de nuestros lugares mi pierna me dolía, al parecer el tenerla tanto tiempo sin moverla y flexionada no era bueno, afortunadamente solo mi hermana se dio cuenta y me ayudó a levantarme. –¿Estas bien?– –Sí, solo me duele un poco, pero estoy bien– –¿Segura? Si quieres le pido a una de las aeromozas una silla– –No, no, lo último que quiero es que Dan le diga a mis madres y nos pidan volver– –Lizie, ya sabes que pasó el sábado con mami– –Lo sé Renne, pero en verdad no es para tanto, es solo que se entumió un poco– Mi hermana suspiró –¿Si te sigue molestando me dices?– –Sí– –Ok, entonces apóyate en mí– Y eso hice, después de que di varios pasos el dolor había disminuido, pero aún me molestaba un poco. Al llegar al hotel nos dimos cuenta mi hermana y yo que compartiríamos habitación, mientras Lena y Dan tendrían cada quien la suya. –No creí que mamá cumpliera lo que dijo de compartir la habitación de seguro pensó que si te metía a ti en el cuarto evitaría que me acueste con Dan– –Renne, siempre compartimos habitación no sé por qué te quejas– –Sí, ya lo sé, pero ya estamos grandes como para seguir haciéndolo– Claro que no podía negarlo pero mi mamá es algo sobreprotectora con nosotras y no me sorprende. –Bueno, aunque en realidad aun creo que es muy pronto para que tú y Dan tengan relaciones– –Por Dios Elizabeth hay veces que eres una anticuada– Me dijo mientras acomodaba su maleta junto a una de las camas. –¿No me digas que ya lo hiciste?– Le pregunté mientras me recostaba en mi cama. –No, claro que no– Renne se quedó callada y comenzó a sacar sus cosas –Lizie ¿Cuánto crees que debo esperar?– Me preguntó de repente. –¿Eh?– Me incorporé un poco para poder mirarla, no entendía su pregunta y fue más que obvio que mi rostro lo reflejaba. –A tener sexo desenfrenado con Dan– –¡Renne!– –Pues es que pones cara de tonta, rubia loca– –Es solo que aún no me acostumbro, eres mi hermanita, para mí aún usas pañales–

– Ya estas como mamá. Pues para tu información hace mucho que no los uso y si no mal recuerdo te conté mi primera vez hace ya un par de años– Me levante para ir junto a mi hermana. –Lo sé, pero es que ahora con Dan… no sé Renne, es como si fuera algo real, algo más serio– Mi hermana rodeó con sus brazos mi cintura y recargó su cabeza en mi hombro, acomodé su cabello y acaricie su espalda –Yo creo que cuando sientas que es el momento indicado… solo recuerda cuidarte, aun soy joven para convertirme en tía– Mi hermana me dio un beso en la mejilla. –Me gusta que seas mi hermana– Y ambas reímos –Sabes, Lena me ignora– La voz de mi hermana se escuchó triste. –¿En serio?– –Sí, cuando estábamos esperando el taxi en el aeropuerto le pregunté cómo estaba y no me respondió– –Mmmm, te diría que hablaría con ella, pero bueno las cosas aún están muy tensas– Renne empezó a reír –Si lo dices por lo que paso en el avión, créeme que yo estaba tentada a gritarte que cerraras la boca. Nunca te he visto tan nerviosa Lizie– –Es que en verdad no sé qué me paso, simplemente no paraba de hablar, es como… como si quisiera que ella se diera cuenta que sigo siendo yo– –Creo que no te lo va a poner fácil– –No, creo que no, pero voy a hacer lo que dijeron mis mamás, voy a darle su tiempo y su espacio– –Pues dudo que ella quiera que le des espacio, se veía muy cómoda en el avión mientras dormía sobre tu hombro– –Casi me da algo, no sabes cómo se puso mi corazón, por un momento pensé que se me iba a salir– –Pues eso a mi parecer es buena señal– –¿Qué? ¿El que se me salga el corazón?– –No tonta, el que ella se acercara a ti aunque estaba dormida y bueno también se disculpó cuando te calló– Simplemente sonreí –Y bueno pues yo creo que voy a tener que hacer algo para que me perdone– Oh, oh. –¿Qué le vas a hacer?– Renne solo me sonrió. Diablos ¿Qué está planeando? –Creo que ya es hora, de seguro ya nos está esperando– Me dijo tomando su bolso e ignorando mi pregunta. –¿Renne que le vas a hacer a Lena?– Mi hermana simplemente hizo como que no me escuchó y salió por la puerta –¡Renne!– Efectivamente cuando llegamos al lobby ya nos estaban esperando, Dan nos dijo que la reunión seria en un restaurante que era propiedad del cliente al que veríamos, por lo que ahí tomaríamos el desayuno.

–Muy bien chicas esta primera semana veremos clientes que siempre han estado con la compañía, por lo que solo nos limitaremos a firmar un nuevo contrato y ver si se les ofrece algo o si requieren algún cambio con respecto a la forma en que se lleva su cuenta. Para ustedes chicas esto no es nuevo, es algo parecido a lo que hacen en Francia con Sam y Alex, solo que en lugar de moda aquí será sobre la forma en que se maneja la publicidad del cliente en diferentes medios. Tú Lena, simplemente veras como es que trabajamos, te recomiendo que anotes tus dudas y si tienes alguna idea que pueda funcionar házmelo saber. Renne tu mamá me pidió que manejaras esto– Y le entregó una Tablet –Ella me dijo que anotes todo lo importante al igual que haces con ella– –En pocas palabras soy la secretaria del grupo– Yo solo sonreí por la ocurrencia de mi hermana, siempre dice lo mismo. Dan solo le sonrió y levantó los hombros sin saber que responderle –Tal vez luego pueda tomarle el dictado Licenciado– Le susurró mi hermana a su novio y este se puso más rojo que la señal de un semáforo. Lena y yo nos miramos sin saber que decir por el pícaro comentario de mi hermana menor. Cuando llegó el cliente este nos reconoció de inmediato y nos comentó que él estaba muy contento al vernos, que siempre le ha gustado tratar con mi mamá y la tía Danielle y se sentía alagado de tenernos ahí. Tal como dijo Dan, solo fuimos para firmar el nuevo contrato para la publicidad de los restaurantes que tiene en toda la República Mexicana, después nos confirmó el nuevo plan en el que se basaría la nueva campaña y luego se retiró porque tenía otra reunión. –Vieron, les dije que sería sencillo– Nos dijo Dan mientras tomaba su vaso con jugo. –¿Siempre es así?– Preguntó Lena. –No, en realidad este viaje va a ser de clientes fáciles, a los complicados suelen ir equipos con más tiempo en la empresa, pero estos están bien para que los novatos vean como es el trato que ofrecemos– –Te encanta tu trabajo ¿Verdad?– Le pregunté a Dan. –Sí, la verdad es que me gusta mucho, cuando era más joven todos esperaban que escogiera la empresa de papá, pero la verdad es que desde que tengo memoria siempre quise trabajar en lo que hacía mamá. Ella siempre me dejaba ayudarle en la oficina y me encantaba ver como se apasionaba cuando me explicaba lo que estaba haciendo– –Sí, algo así nos pasó a nosotras– Dijo Renne –Como mamá no quería que alguien extraño nos cuidara, mando a acondicionar una de las oficinas para que estuviéramos cerca de ella y de mami, cuando tuvimos la edad suficiente para leer y no perdernos en la empresa nos convertimos en las niñas de los paquetes– Mi hermana y yo sonreímos por el recuerdo –Lizie tenía un carrito rojo en el que ponía todos los paquetes y entonces mientras ella lo jalaba yo iba sentada en él repartiéndolos a sus dueños– –Sí, aún recuerdo que mi mamá las llamaba petits messagers– dijo Dan en un perfecto francés. –¡Oh! ¿Tú también hablas francés?– Preguntó Lena.

–Claro, no sé si lo sepas, pero mi madre es francesa, en vacaciones de invierno siempre íbamos a visitar a los abuelos y a las tías Sam y Alex. Además mamá siempre nos habla en francés a mí y mi hermana– –¿Ella también quiere dedicarse a la publicidad?– Le pregunto Lena. –No, ella está más interesada en el negocio de papá, por supuesto él está encantado, después de que mi abuelo murió mi tía le vendió su parte y se fue a vivir con su marido a Colombia– –¿Tienes una tía?– –Mmmm por parte de mi papá, sí, aunque en realidad es mi tío, él es transexual, por lo que ahora es mi tía y bueno por parte de mi mamá tengo a Sam y Alex, aunque Isabel, Erika y Mónica dicen que también son mis tías– –¿Isabel es la mamá de Amy?– –Así es y Mónica es la otra amiga de ellas y que está casada con Erika– –Sí que son una familia moderna– Nos dijo Lena sonriente. –Muy moderna– Respondió mi hermana. Pero Lena pareció ignorarla –¿Sabes una cosa Lena?– Lena volteó a verla –No es justo que perdones a Amy y a mí no por lo que hizo esta rubia loca– Me señaló – Además si no aceptas ser mi amiga puedes sufrir las consecuencias– –¿Ah sí?– Mi hermana afirmó con la cabeza –Sip– –No te tengo miedo niñita– Dijo Lena sonriendo. –Pues entonces te lo demostraré, mañana me suplicaras que seamos amigas– –Ya veremos– Ambas se retaron con la mirada. Tal vez parecía una escena hostil, pero se sentía como si todo se tratara de un juego, uno en donde lo más seguro mi hermana Renne sería la vencedora. –Muy bien chicas ¿Qué les parece si salimos a pasear?– Dijo Dan mientras se limpiaba con su servilleta –Me han dicho que este lugar es muy lindo y nuestra siguiente cita será hasta mañana al medio día– –¿De verdad fue todo por hoy?– Pregunté sorprendida. –Sí, estaremos solo dos días aquí antes de volver a viajar, solo algunos días tendremos que ver a dos clientes, pero los demás solo será uno al día– –Me agrada esto– dijo Renne. –Se los vuelvo a repetir, su madre planeó este viaje para que aprendieran, pero créanme que hay viajes en los que solo podemos dormir en el avión– –Bueno pues entonces aprovechemos– Mi hermana dejo su servilleta sobre la mesa y se levanto.

–Yo prefiero quedarme y dormir, anoche salí con Jime y en verdad estoy agotada– Dijo Lena. –¿Y tú?– Me preguntó Dan. –Me quedaré a descansar y tal vez después saldré a dar un paseo– –Muy bien, entonces seremos solo tú y yo mon amour– –Encantado ma grenouille– Simplemente no pude evitar reírme por el nuevo apodo de mi hermana, que de inmediato se puso muy roja. –Mi ranita– Dije sin poder controlarme –Deja que le cuente a mamá– –Ash ya cállate, eso solo lo haces por envidia, de seguro nadie te ha puesto un apodo amoroso– –En realidad…– Dijo Lena de repente, simplemente me quede sorprendida y al parecer Lena también porque creo que dijo eso sin pensar. –Mmmm ¿Así que le pusiste uno a esta rubia loca?– Lena me miró y todo dentro de mi tembló. –Lo lamento, tengo que ir al baño, no tardo– Lena se retiró o mejor dicho huyo de la mesa. Estuve tentada a seguirla pero solo me quede ahí sentada con mi hermana y Dan. Después de unos minutos Lena regresó a la mesa fue entonces cuando decidimos que ya era hora de irnos al hotel. –¿Me vas a decir cuál es tu apodo?– Me preguntó mi hermana cuando cerró la puerta de nuestra habitación. –No– Entonces me sonrió –Pues no importa, pronto lo sabré– –Ni se te ocurra hacerle algo, te lo prohíbo– –Mmmm, ya veremos– –¡Renne!– –Ya, ya, te prometo que no le hare nada malo a mi cuñadita, no te preocupes. ¿Vas a bañarte?– –En realidad creo que voy a dormir un rato, la pierna me está molestando un poco– Pude ver que mi hermana se preocupó –Estoy bien, solo es una molestia– –¿Segura que estas bien? Porque puedo decirle a Dan, que no puedo…– –Estoy bien, solo necesito descansar– –¿En serio? – –Sí, solo voy a descansar un poco– –Está bien, de todos modos voy a tener mi celular conmigo por cualquier cosa– –Ok– –Nos vemos al rato Lizie–

–Hasta al rato ranita– Le dije con una sonrisa y mi hermana me enseñó la lengua antes de salir. Una hora me pareció suficiente además estaba nerviosa, solo quería ver a Lena. La pierna ya no estaba tan adolorida, así que después de un baño, me colgué el estuche de mi nueva cámara y salí a dar un paseo, cuando llegue a la plaza principal encontré un lugar desde el cual podría tomar buenas fotos, esta cámara es igual pero más moderna de la que tengo en Francia pero me gusta, además mi mamá me compró un par de lentes nuevos que cualquier fotógrafo profesional envidiaría. Preparé la cámara y comencé a enfocar los árboles, unas palomas volando a lo lejos, a las personas caminando por el parque y ahí fue cuando la vi. Lena venia caminando tranquilamente, llevaba su bloc de dibujos bajo el brazo y estaba viendo todo a su alrededor, se sentó en una banca bajo la sombra de un árbol. Como siempre se veía hermosa, no puede evitar enfocarla y tomar mi primera foto, cuando revisé la imagen me quedé impactada por la calidad de esta, me pregunto cuanto gastó mi mamá en esta cámara, obviamente me equivoqué al pensar que es como la que tengo en casa, está la supera por mucho. Por un momento me quedé mirando la imagen en la pantalla –Es tan linda– Una vez más dirigí el lente hacia donde estaba Lena, se veía tan concentrada en lo que hacía –Me encantaría saber qué es lo que dibuja con tanto esmero– Dejé escapar un suspiro y sin más me dedique a sacar fotos. No sé cuánto tiempo he estado aquí, me sentía cansada y me senté en una de las bancas, Lena aún no se marchaba, la he enfocado más de una vez y ella al parecer no se ha dado cuenta que lo hago. –Buenas señorita ¿No me compra flores?– Me dijo un niño que cargaba una cubeta con pequeños ramos de rosas blancas y rojas. –No ahorita no– –Ándele, para su amiga– Y dirigió su mirada hacia donde estaba Lena, entonces se acercó a mí y me susurró –¿O es su novia? –¡¿Qué?!– Grité y voltee de inmediato a verla, su mirada estaba en mí y sin saber muy bien que paso me perdí en sus ojos. –Ándele señorita, para su novia– Me volvió a decir el niño. –Yo… yo ¡Diablos!– Busqué mi cartera y saqué un billete –Dame las rojas– –¿Solo un ramo? Es que no tengo cambio– –No importa, quédatelo– El niño se puso muy feliz. Entonces me di cuenta de que si yo le daba las rosas de seguro ella no las aceptaría, así que le hice una seña al niño para que se las entregara. Así que el pequeño se acercó a Lena y le entrego el ramo, vi que ella negó con la cabeza pero mi astuto nuevo amiguito, las dejo sobre su regazo y salió corriendo. Lena y yo lo vimos correr, vaya que era rápido. Mi vista de nuevo se dirigió a Lena que estaba recogiendo sus cosas de dibujo. Se levantó y comenzó a dirigirse a mí, me di cuenta que lucía muy molesta –Ay Dios– Se detuvo frente a mí y me enseñó el ramo. –Creo que esto es tuyo– Dijo extendiendo el ramo frente a mí.

–No, son tuyas– –No las quiero– Me dijo enojada. –Pues yo tampoco…– Le respondí con recelo. Guardamos silencio –La verdad es que están muy bonitas como para que no las tomes– Le dije con calma y mirándola a los ojos, Lena las observó detenidamente y suspiro. –Gracias– Las acercó a su rostro y aspiró su aroma – En verdad son lindas– –No tanto como tú– Le respondí y de inmediato se sonrojó –Lena yo quería... quería hablar contigo…– –¡No!– Dijo secamente. –Lena, es que…– Se dio la vuelta y comenzó a alejarse. Cuando trate de ponerme de pie para impedir que se fuera mi pierna falló –¡Auch! Maldición– Dije volviendo a sentarme en la banca mientras me sujetaba la pierna. –¿Estas bien?– Me preguntó Lena que ya se encontraba frente a mí una vez más y se arrodilló para estar a mi altura –¿Te duele?– –No– Le dije apretando los dientes. –Me estas mintiendo Elizabeth– Me dijo aún más enojada. Y me di cuenta de lo que acababa de hacer. –Lo siento, solo trataba de no preocuparte– –¿Entonces te duele?– Me volvió a preguntar. –Sí, la verdad es que si me duele– Me miró por un segundo y entonces Lena tomó mi cámara, la acomodo en el estuche, acomodo sus cosas dentro de este ya que aún tenía espacio y después las puso sobre su hombro. –Apóyate en mi– Acomodo mi brazo sobre su hombro libre y me ayudó a levantarme, en cuanto apoye la pierna deje escapar un gemido de dolor –¿Quieres que le llame a Renne?– –No, solo ayúdame a llegar a la habitación, ahí tengo pastillas para el dolor– –Está bien– Empezamos a caminar pero de repente se dio cuenta que olvidaba algo en la banca que habíamos estado ocupando, con mucho cuidado giramos y me dio el ramo de rosas –¿Puedes llevarlo por mí?– –Claro– Caminamos seis calles, las cuales se nos hicieron eternas, si el dolor no hubiera sido insoportable hubiera disfrutado el estar tan cerca de Lena después de tanto tiempo, pero en verdad me dolía y mucho. Cuando entramos al hotel uno de los botones nos ofreció ayuda pero Lena le respondió que ella podía sola. Si ella y yo siguiéramos juntas en este momento estaría besándola como nunca. Cuando llegamos a mi habitación ella abrió la puerta y me llevó hasta la cama, estaba a punto de llorar, el dolor era muy intenso pero me aguante lo más que pude, no quería preocuparla aún más.

–¿Dónde están las pastillas?– –Ahí, en la bolsa de la maleta… son las de la caja naranja– Me las acercó y luego fue hasta el pequeño frigo bar para tomar una botella de agua –¿Necesitas algo más?– –No, esto me va a ayudar y si me quedo dormida no te asustes, son lo suficientemente fuertes como para dormir a un elefante– –Tal vez debería de tomar una, necesito dormir– Me dijo mientras se sentaba en la cama. –Pensé que por eso te habías quedado– –Se supone, pero alguien ha estado llamando a mi habitación cada quince minutos y cuando dejé descolgado, el servicio a la habitación me hizo entregas desde comida hasta mantas, jabones, almohadas y todo lo que obviamente no necesito– –¡Renne!– Dije muy bajito, pero Lena alcanzo a escucharme. –Sí, eso sospeché– Dijo con voz cansada. –Voy a hablar con ella, en verdad no puede hacerte todo eso– –En realidad creo que tenía razón, si perdoné a Amy creo que puedo perdonarla a ella– –¿Y yo?– Dije sin darme cuenta. Lena solo me miró y no dijo nada –Lena yo de verdad…– –No Elizabeth, me lastimaste mucho y sé que quieres hablar, solo que… Ahorita no ¿Está bien?– –Quiero que sepas que la chica que conociste soy yo, la que está frente a ti un poco tonta que se ruboriza y tartamudean en tu presencia, en verdad soy así. Solo que cometí el error de mentir con respecto a mi nombre pero mis sentimientos hacia ti son sinceros, en verdad te quiero Lena– Vi a Lena resistir una sonrisa con lo que había dicho y eso hizo que mi corazón se acelerara –Y por qué lo hago te daré todo el tiempo que necesites– Me comencé a sentir somnolienta y no pude evitar bostezar –Lo siento– –No, calma… creo que mejor me voy– Me dijo mientras se ponía de pie. –No– Trate de incorporándome para detenerla –¡Auch! Demonios– Lena se acercó a mi e hizo que me recostara – No te vayas, sé que me odias pero por favor no me dejes– –Elizabeth, yo no te odio, solo estoy… lastimada– –Entonces déjame curar la herida– Se quedó callada mientras me miraba fijamente. –Primero cura está herida– Dijo acariciándome la pierna –Y luego vemos esta– Señalo su corazón – Y no te preocupes, que no pienso ir a ninguna parte– No supe si se refería a este momento o que me daría una segunda oportunidad. No quería pero cerré los ojos, pude sentir como acomodaba mi cabello tras mi oreja, me arrulló su suave caricia entonces las pastillas hicieron efecto y me quedé dormida. No sé por cuanto he estado dormida, pero la sensación de sentir que algo roza mis labios me comienza a despertar. Es algo tibio, suave y me gusta, abro los ojos aún está demasiado oscuro pero distingo su mirada curiosa, cálida, traviesa y me sorprendo porque son sus labios los que me besan.

Cierro los ojos por un segundo pensando que tal vez que solo sea una ilusión pero al abrirlos de nuevo sigue ahí, sonriente frente a mí. –¿Por qué?– Es lo primero que sale de mis labios y es que no lo esperaba. Me sonríe –Escuche por ahí que querías uno– No lo entiendo, pero no me importa, está aquí junto a mí en mi cama y quiero acurrucarme y sentirla. Pero de repente se levanta y le veo alejarse. –¿A dónde vas?– Le preguntó, pero solo me responde con un guiño. No sé a dónde va, pero mis ojos no se apartan del lugar por donde desaparece. Solo unos minutos pasan cuando está de regreso y mi corazón de nuevo comienza a latir. Esta hermosa y quiero besarla así que cuando se sube de nuevo a la cama, levanto mi cara para un nuevo beso, solo me mira y se ríe. –Pero si ya te di uno– Me dice y yo hago un puchero. –No es justo ni lo sentí, estaba más dormida que despierta– Solo vuelve a reír y se acerca a mí para darme un nuevo beso. Explosión de emociones, sentir la suavidad, la humedad, la calidez de sus labios rozando los míos una vez más y se siente raro… no lo sé, es lindo pero quiero más, no solo un roce quiero sentir su lengua, así que moví mis labios con más presión intentando entrar en su boca, pero se separó de mí y por un segundo sentí la frustración de no poder besarle como quería. Era más de lo que había conseguido en los últimos días, así que le sonreí mientras veía como se acostaba en mi cama. –Ven aquí– No lo pienso dos veces me abrazó a ella, es tan rico estar acurrucada entre sus brazos aspiro su aroma dulce y cierro los ojos para llenarme de él. La acaricio, abro los ojos de golpe, me separo un poco para poder mirarla y comprobar lo que mis manos me decían y vaya que me decían la verdad. –Le... Lena ¿Por qué no llevas ropa?– Pero solo sonríe traviesa, veo un brillo en su mirada, puro y salvaje deseo. La acaricio, no quiero dejar de sentir su suave piel, subo mis manos a sus pechos y de repente… Dios ¿Qué es esto? –Ti… tienes un piercing en… en el pezón– Le digo tartamudeando pero sin apartar la vista de él y sin poder evitarlo, como si una fuerza de atracción me jalara, llevo mi mano hacia él, lo toco y comienzo a reír al ver como se contrae. –Elizabeth deja ahí, vamos a dormir– Yo no quería dejarlo pero me siento muy cansada así que con toda mi fuerza de voluntad lo dejo y me acurruco de nuevo en sus brazos esta vez sintiendo por completo su piel, cierro los ojos y me quedo dormida otra vez. Cuando abrí los ojos por la mañana mi primera reacción fue ver el lado vacío de mi cama, tomé la almohada esperanzada que tuviera algún rastro del aroma de Lena, pero nada, miré hacia la cama de Renne, aún estaba dormida intente levantarme pero con el menor movimiento un ligero dolor recorrió mi pierna, mire el reloj y aún faltan dos horas para tomar de nuevo la medicina. Con esfuerzo me levanté para darme una ducha.

Esperaba que el agua caliente, relajara los músculos de la pierna, pero el dolor seguía aumentando. Terminé la ducha, para poder salir tuve que sujetarme de la pared, pero solo puede dar un par de pasos a fuera –Maldición… Renne– En menos de cinco segundos mi hermana ya estaba a mi lado. –¿Estas bien?– –Ayúdame– Pasé mi brazo por sus hombros y me ayudó a llegar a la cama. –No puedo dar un paso sin que me duela y si me sigue doliendo así en media hora no podré ni moverme– –Llamaré a mamá– –¡No!– –Elizabeth ¿Quieres que se te pudra y se te caiga? Si no te cuidas, eso va a pasar– –No exageres estoy bien, solo que ayer caminé mucho, solo fue eso– Me miró, justo en la forma de cuando está pensando en todas las alternativas para resolver los problemas. –Ok, pero no iras a la reunión– Estaba a punto de objetar, pero su dedo señalándome me detuvo – Te quedarás y descansarás y si al volver aún te sigue doliendo, así sea arrastras te llevaremos con un doctor ¿Me escuchaste?– –Te preocupas mucho por mí, hermanita– –Eres mi única hermana, tengo que hacerlo aunque la mayoría del tiempo también quiera golpearte– –Yo también te quiero– De inmediato me abrazó. –Voy a la ducha y tú te quedas quietecita– –No me moveré– La pierna aún me punzaba y ya no me dolía tanto. Encendí la televisión pero no había nada de interés así que la apagué, cerré los ojos un momento solo para recordar a Lena y fue imposible no sonreír pero me fue aún más difícil no pensar en el sueño. –Oye ¿Que tienes?– Me preguntó Renne mientras se arreglaba para la cita de hoy con el cliente. –Nada ¿Por qué?– –No sé, te veo mmm muy contenta– –Pues solo dormí bien– –¿Tuviste un sueño sucio?– –Nooo… mmm creo que no– No pude sostenerle la mirada a mi hermana. –¡Oh por Dios! Si lo tuviste– –No te contaré nada… y no fue sucio fue...– –Con Lena…– Pero ignoré a mi hermana y cambié el tema.

–¿La seguiste molestando? No puedes obligarla a ser tu amiga Renne– Regañe a mi hermana para ya no hablar de mi sueño. –Solo la moleste un poco, pero funcionó, me encontré a tu novia en el pasillo y me dijo que me perdonaba, pero que por favor la dejara dormir– –¡Renne! En verdad no puedes hacerle eso a las personas– Mi hermana se encogió de hombros. –Por cierto estaba muy rara cuando la vi salir de aquí, me dijo lo de tu pierna y por un momento me preocupe por ti, me explicó que estabas bien y que dormías pero puedo jurar se sonrojó al decirlo– No, no puede ser, Lena no pudo haberme besado ¿O sí? La sensación de los besos fue tan real, ¿En verdad habrá sido un sueño? –¿En qué piensas?– –Mmmm en nada– Y el rojo tiño mis mejillas. –Jajajaja Ay hermanita eres tan transparente, dime ¿Cómo me veo?– –Muy guapa ranita– –Gracias ratoncita– –¡¿Qué?!– –Bueno, mi amiga Lena me dijo cuál era tu apodo, así que tú me dices ranita y yo te digo ratoncita– –Assh– Cruce los brazos sobre mi pecho –Eres terrible– –Sí, pero así me quieres– Se acercó para darme un beso en la cabeza –¿Vas a estar bien?– –Si, en verdad me gustaría ir con ustedes pero mejor me quedo a descansar– –Lo sé, entonces nos vemos al rato– –Claro– Mi hermana se dirigió hasta la puerta –Pórtate mal Lizie– Yo solo sonreí por la frase que siempre usa mi mamá con mi mami. Estaba quedándome dormida cuando mi celular comenzó a sonar, de inmediato respondí sin ver quien me llamaba. –¿Estás bien?– Escuché preguntar a mi mami y desperté de inmediato. –Sí, solo ha sido un dolor en mi pierna– Mi pensamiento se fue directo a mi hermana… ay Renne. –¿Pero ya te sientes mejor?– –Si– –Está bien– –Mami por favor no le digas a mamá no quiero que nos obligue a regresar– –Claro que no, Alex puede ser muy exagerada, ni te imaginas lo que está haciendo–

–¿Qué hace?– Pregunté mientras sonreía, de seguro estaría revisando la cerca como siempre lo hace. –Se puso a revisar la cerca que divide el jardín del rio, quiere asegurarse que no hay cocodrilos porque en la noche vamos a acampar– –¿De nuevo está haciendo eso?– –Sí, aun lamento el día que le comente que en esta zona había esos animales– –Ay mi mamá– Y ambas reímos –Bueno ¿Y cómo van las cosas con Lena?– –Ella aun no quiere hablar pero sin embargo ayer me ayudó a regresar al hotel– –¿Cómo es eso?– Entonces le conté lo que había sucedido –¿Si tan mal estabas porque no tomaron un taxi?– –No lo sé, pero en verdad pese al dolor me gustó tenerla cerca, luego cuando estábamos en la habitación... No se mami, pero sentí como que aún le importo, solo que no quiere hablar– –Mmm ojalá se quedaran encerradas en un elevador, eso nos ayudó a tu mamá y a mí– –¿En serio?– –Jajajaja sí, pero bueno el que ella aun no quiera hablar es solo que tal vez más adelante si quiera ¿Me entiendes?– –Algo– Respondí dudosa. –Por lo que me han contado es una chica decidida y si ya no quisiera nada ya te lo hubiera dicho – –Sí, tienes razón– –Pero Amor, lo mejor que puedes hacer es esperar y tratar de conquistarla con pequeños detalles– –¿Cómo que cosas?– –Una flor, un chocolate, algo que le guste. Cosas por las que ella tenga interés. Demuéstrale que le has puesto atención– –Si mami, gracias– –De nada Amor, oye tu mamá quiere saludarte te la paso– Escuché como el teléfono cambiaba de manos. –¿Lizie?– –Hola mamá– –¿Cómo estás?– –Bien–

–¿Tu pierna?– En su voz escuche un atisbo de preocupación, pensé en decirle que estaba bien para no preocuparla aún más, y aunque le había dicho a mami que no le comentara nada decidí que ya no quería más mentiras –Me ha dolido, pero ya sabes que el doctor dijo que así sería por unos días más– –Sí, pero si notas algo raro quiero que nos llames– –Si mamá– Respondí cansadamente –¿Cómo está la casa?– –Esta excelente, acabo de revisar el jardín y no hay cocodrilos a la vista– No pude evitar reír. –Sí, sé que ustedes y su madre no lo toman en serio pero esos animales son peligrosos– –Si mamá– –¡Miedosa!– Gritó mi mami. –¿A quién le dices miedosa Samthanas?– Dijo mi madre. –A ti ruquita– –¡Samantha...! Hija tengo que arreglar un asunto con tu mami, ya sabes, cualquier cosa nos llamas– –Si mamá, las quiero– –Nosotras más Amor– Deje escapar un suspiro, si yo no hubiera sido tan estúpida y cometido tantos errores, no tendría a mis madres y a mi hermana preocupadas. No estaría aquí tirada en la cama sin poder hacer nada y ahora mismo estaría disfrutando de un noviazgo con Lena. –Lena, mi hermosa Lena– Las horas pasaron, la televisión la prendí y apagué una infinidad de veces, la pierna no me dolía si estaba en la cama, pero ir al baño había sido una tortura. La última visita, ha hecho que al regresar no llegara ni a la cama y la primera silla que se ha cruzado en mi camino ha sido mi salvación. –Diablos– Creo que caminar tanto ayer, me ha perjudicado más de lo que creí. –Lizie ya llegamos– Vi a Renne entrar y tras ella Dan y Lena – ¿Qué haces ahí?– Me preguntó al verme sentada en la silla –Te dije que no te movieras– –Tenía que ir…– Señale el baño –Solo que no puede regresar a la cama– Vi la preocupación en todos. –Muy bien Dan tómala en brazos y vamos de inmediato al doctor– –Pero…– –Nada– Me señaló con un dedo amenazante –Te lo dije vamos a ir sí o sí– –Estoy bien– Dije mirando a Lena en busca de ayuda. –Debimos tomar un taxi– Dijo Lena ya muy preocupada.

–Fue mi culpa yo…– –Creo que no deberías estar en este viaje Elizabeth– Me reprendió Lena muy seria. Yo solo bajé la mirada, estoy aquí por ella, solo por ella. –Yo solo quería…– –Ok ustedes dos luego arreglan sus cosas, ahora al hospital– Y así se hizo, un par de radiografías y una revisión exhaustiva dictaminaron que debería estar en cama guardando reposo. –Estoy en un viaje de negocios, no puedo estar siempre en reposo– –Pues debe hacerlo señorita si no quiere que las cosas se compliquen más, ve esto…– Me dijo señalando la radiografía –Está muy inflamado y eso es lo que le está causando el dolor agudo, si la presión continua puede empeorar y tendrá que entrar al quirófano– –No puede ser– –Mire si usted reposa un mínimo de cuatro días sin hacer esfuerzos como estar mucho de pie, caminar largos tramos y mucho menos subir escaleras, mejorará considerablemente, además si toma los des-inflamatorios como se los han indicado podrá mover su pierna sin tener tanto dolor– Solo asentí –Lo que debe hacer es cuidarse, así que le recomiendo que utilice un bastón para que no se apoye por completo en su pierna cuando se traslade, ya que me ha dicho que planea seguir viajando– –Eso haremos doctor, partimos hoy en la noche– Por un momento el doctor estuvo a punto de prohibirme el viaje pero Renne le prometió seguir sus indicaciones –Solo una cosa más, si no ve mejoría en estos días le recomiendo volver a casa– Mi ánimo cayó por los suelos, cuatro días en reposo y es que aunque tengo 24 años cuando se entere mamá sé que no me dejará quedarme y si lo pienso es lo más razonable pero ¿Y Lena? Yo quiero estar con Lena, por eso he venido aquí. Después de que me mandaran a traer una silla de ruedas salimos del hospital, yo solo guardé silencio mientras Renne contaba a Lena y a Dan lo que nos había dicho el doctor, podía sentir la mirada de Lena sobre mí, no podía descifrarla, no era lastima, era una mezcla de ¿Preocupación, culpa, miedo? Yo no quiero esto, no de esta forma. El regreso al hotel, fue silencioso, todo mundo estaba callado, y mirándome. Al llegar Dan, me cargó hasta mi habitación. –Ok, basta pueden quitar esas caras solo me dijeron que tengo que reposar, no que me quedaban un par de días de vida– Me acomode en la cama. –Solo estamos preocupados– Me dijo Dan. –No sé tú, pero yo lo que entendí fue o se cuida o quedará con una lesión para siempre– –Exageras–

–¿Exagerar? Si mal no recuerdo, esta mañana no podías ni caminar– Me quedé callada y mi vista se dirigió a Lena, quien no había dicho ni una sola palabra y se había dedicado a mirar por la ventana. –Ok, dame el teléfono– Le dije finalmente a Renne, no tenía que decirme que es lo que tenía que hacer, un par de timbres y un hola a mami. Le explique a ambas lo sucedido y eso hizo que mamá explotara. –Yo lo sabía, ese medicucho de pacotilla no tenía ni idea de lo que tenías, pero ahora mismo tomo un avión y voy por ti, aquí en la casa de Veracruz descansaras como es debido– –No quiero volver, pero…– –Elizabeth…– –Mamá, lo sé… así que…– –Me permites…– Lena me quito el celular –Buenas tarde señora Alex, habla Lena mmm si claro Alex… si, sobre eso yo… sí, sí lo entiendo… déjeme cuidarla… todos cuidaremos a Elizabeth… –Un silencio avasallador envolvió la habitación hasta que la voz de Lena lo cubrió de nuevo todo –Sí por supuesto… si, no se preocupe, si lo hare… hasta pronto Alex –Lena miro por un segundo el celular – Mmmm toma– Lena me lo dio –Yo mmm ahora vuelvo– Y la vimos salir de la habitación. –Vaya– Estaba impresionada por lo acababa de pasar, es algo que no me esperaba, aunque no tenía idea porque lo había hecho. –¿Elizabeth?– Escuche a mi madre y puse el alta voz. –Ehh sí mamá aquí estoy– –Bueno creo que entendiste lo que Lena pretende hacer por ti y pues la noticia es que te dejo en sus manos– En shock, así me había dejado y por lo que pude ver no era la única Dan y Renne aún tenían la boca abierta –Lizie solo tú ten quietas las tuyas ¿Entendido?– –¡Mamá!– –Debes recuperarte antes de…– –¡Mamá por favor!– Renne empezó a reírse de mí. –Antes de que la reconquistes ¿Por qué las mujeres en esta familia nunca me dejan terminar?– –Porque eso no era lo que ibas a decir– –Jajajaja es broma mi cachito de cielo por favor cuídate, aunque ¿Estas segura que puedes viajar esta noche?– –Si mamá, puedo tolerarlo– –Muy bien entonces en cuanto lleguen al hotel nos llaman y no quiero que te muevas de ahí ¿Entendido? – –Si mamá, dile a mami que no se preocupe, las quiero–

–Nosotras a ti Amor y bueno ahora quiero hablar con Daniel tengo que darle instrucciones– Por cinco minutos lo único que escuchamos decir a Dan, era ‘Si tía, por supuesto y no se preocupe’ y durante esos cinco minutos mi vista no se apartó de la puerta por donde Lena había salido. –El vuelo para ir a la siguiente ciudad sale en tres horas así que a preparar el equipaje– No me había percatado que Dan ya había colgado, así que solo asentí. Vi a Renne terminar de hacer mis maletas. –¿En qué piensas?– –En lo que hizo Lena– –No me sorprende, esa chica te ama…– –Aun no sé qué es lo que ella ve en mí– –Yo tampoco pero debe ser algo bueno… algo que nadie ve jajajaja– –Eres una tonta Renne– Estaba por aventarle un cojín, cuando alguien tocó a la puerta –Anda ve a abrir– –No te acostumbres a esto– –Hola– Al escuchar su voz mi primer instinto fue arreglarme, no pude evitar sonreír por mi reacción. –Voy a ver a Dan, ahora regreso– Renne salió de la habitación rápidamente, quien sabe que espera que pase al dejarnos solas. –¿Ya estas lista?– Me preguntó Lena cuando se acercó. –¿Por qué te fuiste?– Tenía esa duda, después de que me dio el celular, prácticamente salió corriendo, la vi dudar un momento y de inmediato saco algo que traía oculto tras su espalda que yo no había visto. –Fui por esto– Me enseño un bastón– Necesitaras apoyo, no quiero que te lastimes– –Creí que me cuidarías– Le dije sonriente. –Te cuidaremos– Recalco –Y eso no significa que Daniel te esté cargando a todas partes –Juro por mis madres que Lena esta celosa –Además esto es para cuando no estemos cerca, recuerda tenemos reuniones a las cuales no asistirás y estarás algunas horas sola por lo que esto te servirá– –Gracias– Tomé el bastón y ella roso mi mano con sus dedos. Dos horas de avión, treinta minutos en taxi y quince más pasaron para que estuviera en la habitación y todo ese tiempo la pasé o en una silla de ruedas o en los brazos de Dan, creo que también Renne se empieza a sentir celosa. Una cena tranquila para cuatro en la habitación, junto a una plática llena de mimos de mi hermana y Dan, miradas y sonrisas furtivas entre Lena y yo. Eso me da esperanzas, muchas… demasiadas, creo que estamos en el camino correcto. Un buenas noches, una pastilla y a dormir como bebé.

Después de tomar el desayuno que había ordenado y que Renne puso en la cómoda para que estuviera a mi alcance, me puse a hacer nada y es la cosa más aburrida de planeta, el bastón que me regaló Lena en verdad me ha ayudado mucho para poder caminar hacia el baño. –Creo que no me hará daño si doy una vuelta por el pasillo– Estaba a unos paso de la puerta cuando esta se abrió dejándome a ver a Lena del otro lado. –¿A dónde crees que vas?– –A dar una vuelta, estoy harta de estar en la cama– –Si no quieres que le llame a tus mamás, ahí es donde debes estar– Me dijo mientras me ayudo a llegar una vez más a la cama. –Creo que has pasado mucho tiempo con Renne– Le reclame mientras me sentaba. –Elizabeth– Lena me miró seriamente. –Estoy harta Lena, no ha pasado ni un día y ya me siento una completa inútil– –Por eso vine a dejarte esto– Se acercó y me entrego la Tablet –Debes hacer el informe y enviarlo a la oficina– –Genial… ahora pasé a ser la secretaria– –Pues a tu hermana no le incomoda en lo más mínimo, pero mira si no quieres hacerlo, no lo hagas y si tampoco quieres estar aquí llama a tu madre y vete– Lena se cruzó de brazos. –Lena yo… lo siento es que estar así…– –Elizabeth no estarías así si desde un inicio hubieras pensado bien las cosas, pero creo que decir esto ya no viene al caso– –Soy una idiota– –Es bueno saber que lo reconoces– Guardó silencio por un momento. Para mi sorpresa se acercó a mí y me tomó de la mano –Elizabeth lo siento, no debí decir eso, que este enfadada contigo no significa que no te quiera cerca, solo que me preocupa mucho que estés así. Y cuando me preocupó me enojó porque no sé qué hacer. De seguro estarías mejor en tu casa al cuidado de tus madres, pero yo estaría todo el tiempo preocupada si no supiera como estas– –Lena yo…– –Shhh… lo sé, en verdad lo sé y dejemos eso para más tarde, ahora lo primero como ya te lo dije es que te recuperes y después veremos lo que sigue ¿Ok?– Solo asentí –Regreso más tarde, así que se una buena chica y trabaja– –¿No quiere que le tome el dictado licenciada?– Y La mirada de Lena cambio, pero no a una de enfado, sino a una de deseo. No dijo nada, solo movió la cabeza y me regalo un guiño para después salir de la habitación. –Ella me quiere cerca– Dije emocionada.

–Vaya parece que por fin te funciona el cerebro– Mire sorprendida a mi hermana –Estabas hablando en voz alta rubia tonta– Renne me dio un golpe en mi hombro –¿Apenas te das cuenta que Lena te quiere? En verdad eres despistada Lizie, es obvio que te quiere cerca, ella habló con mamá, con mamá Lizie la misma que hace sudar a Dan cada vez que habla con ella y Lena fue tan firme a la hora de decir “La cuidaré”, porque pudo haber dicho cualquier cosa, pero no, ella decidió ser tu protectora, tu enfermera, tu… Terminaitor. La Cuidaré– Dijo mi hermana imitando el tono de I will Back. Y ambas empezamos a reír. –Eres una tonta Renne. Pero sé lo que ella dijo, yo estaba ahí y entiendo que tengo que ganarme su confianza, pero sobre todo su amistad– –Ahora que has entendido las cosas no lo arruines– –Claro que eso no pasara– Estaba totalmente decidida a recuperar mi amistad con Lena y así acercarme más a mi objetivo de recuperar por completo su corazón.

Ya han pasado tres días y había hecho lo que se me había encomendado como tarea, hacer los reportes y enviarlos, eso me había distraído por un rato. Dan y Renne ellos como siempre restregándome su felicidad en la cara. Aun no me puedo creer que este par estén en un romance, pero los veo y me alegra tanto verlos feliz. Pero lo mejor de todos estos días es que cuando terminamos de comer Dan y Renne se van a pasear y Lena se queda unas horas junto a mí, al principio fue algo raro tal vez un poco incómodo. Cosa que quedo atrás después de unos minutos cuando Lena pregunto por mi fic favorito. –Dos historias de un solo corazón es de mis favoritos ¿Y el tuyo?– –Uuuy ese lo amo, es de los mejores pero no puedo decidir solo uno, tengo muchos favoritos– Y así fue como continuamos, libros, películas, lugares en el mundo este tema nos llevó horas, he tomado notas mentales de los lugares que le encantaría ver y que en un futuro si todo sale bien ir juntas. –Esta es una ciudad muy bonita, deberías de salir– Le dije mientras la veía acomodarse en mi cama. –¿Acaso no me quieres aquí?– –Por supuesto, solo lo decía por si querías dibujar– –Estoy bien donde estoy ahora– Nuestras miradas se cruzaron y mi cuerpo se estremeció al ver la intensidad en su mirada, pero solo duro un segundo hasta que ella la aparto –Ok continuemos con lo de ayer ¿Personaje favorito de Game of thrones? Yo diré que Kalessi, me encanta– –No he visto esa serie– –Pues lo arreglaremos después, ok entonces veamos mmm ¿Orange? Dime que has visto Orange is the new black–

–Si ahí sale Ruby Rose y a esa mujer solo hay una palabra para describirla…– –Sexy, lo sé la he visto– Lena me guiño un ojo, por un momento y aunque suene tonto sentí celos. ¿Pero cuál era la probabilidad de que Lena conozca a Ruby? Ok, por si las dudas jamás invitare a Lena a Paris a una de las pasarelas de la tía Em –¿Ella es tu personaje favorito? – –No, la verdad es que mmmm diré que Poussey– –Wow ¿En serio?– Me dijo sorprendida. –Sí, me parece muy linda, no lo sé, no es mi tipo pero tiene algo, un no sé qué ¿Me entiendes?– Y Lena me dijo que si con un movimiento de cabeza. –Yo esperaba que dijeras Alex o Piper– Yo solo encogí los hombros y le sonreí –¿Y tú?– –Suzanne– –Jajajaja nooo– –Me gustan sus ojos locos jajaja– –Jajajaja Anda dime ya en serio, oooh no me digas que es Larry– –¿El Guilipollas ese? Iuuk ni de coña– Me sorprendí al escucharla y mi cara me delató –¿Qué? En serio esperabas que dijera a Larry– –No, es que nunca te había escuchado decir palabras tan mmmm españolas– –Al principio me costó mucho trabajo no decir el vosotros o vuestro y usar más el sus o su. Y ahora que estoy en México, no sé… me adapto. – –¿Adaptarte? ¿Cuántos años estuviste viviendo en España? Diez ¿No?– Lena solo asintió –Es comprensible que las digas son muchos años. Me da risa esos que se van un mes y ya hablan con acento– –Son unos ridículos ¿Se me nota el acento?– –No mucho, solo a veces– –Tú también tienes acento, no tan marcado pero lo tienes, suena lindo mmm el mío es tan…– Y simplemente ya estaba perdida en sus ojos. –El tuyo también es lindo, es tan…– Sexy, muy sexy, pero no pude decirlo. El silencio inundó la habitación, no un silencio incomodo sino uno de esos donde sabes que algo viene y es bueno –Me agrada esto– –¿Qué?– –Tú y yo así– –Si a mí también, se siente…–

–Bien– Terminé de decir por ella, algo estaba cambiando o más bien regresando y me hace feliz y espero que a ella también. –Espera ranita– La voz de Dan se escuchó en el pasillo. –Al parecer ya llegaron, es hora de marcharme– Por primera vez, desee que Renne se tarda un poco más en volver. –Fue una excelente tarde Elizabeth– –Mis amigos me llaman Lizie– Extendí mi mano hacia ella, la miro por un segundo y como respuesta no solo recibí una sonría y un apretón de manos, sino también un prolongado beso en la mejilla. –Te veo mañana… Lizie, Buenas noches– –Buenas noches Lena– Pero antes de que Lena saliera –¿Lena?– –¿Dime?– –Somos amigas ¿Verdad?– –Claro Lizie… ¿Por qué preguntas?– –Mmmm solo quería asegurarme– Lena simplemente no entendió porque hacia la pregunta y de alguna forma yo tampoco. Se acercó a mí con ese caminar sexy que solo ella posee y me dio otro beso en la mejilla –Descansa “Amiga Lizie”– Si como no, amigas, tal vez en otra vida… en otro mundo. Pero aquí no, ni loca.

Capítulo 11 Todo o Nada ¿Amigas? ¿Cómo puedes ser amiga de alguien si cada vez que te toca, tu cabeza deja de funcionar? ¿Cada vez que te sonríe, tu cuerpo vibra? ¿Cada vez que te mira tú… tú simplemente te pierdes? Dos horas, dos largas horas son las que llevamos en esta plaza. Ella dibujando y yo tratando de fotografiar algo más que no sea ella. –Ya déjalo– Me dice sin levantar la mirada de su block, mientras traza pequeñas líneas con su carboncillo. –¿Qué cosa?– –Eso que estás pensando– –¿Eh?– Me acomodo en la banca sintiéndome un poco incomoda –No te entiendo– –Llevas más de media hora con ese ceño en tu cara ¿Qué es lo que te preocupa?– –Nada– –Lizie– ¡Dios! amo cuando dice mi nombre –Anda dime que es lo que te pasa– Hace a un lado su block y me mira fijamente –¿Es tu pierna? ¿Te duele?– Después de una semana en reposo por petición de mis madres y siguiendo las recomendación del doctor que me revisó la última vez, la pierna solo me dolía muy de vez en cuando. Mis mamás me dijeron que en cuanto volviéramos iríamos a ver a un especialista en ortopedia solo para asegurarnos que no habría secuelas. –No, no, es solo que, ya solo nos quedan tres días para regresar a casa– –Sí, la verdad es que estas dos semanas se pasaron muy rápido– Entonces volvió a tomar su block y continúo con su dibujo –Voy a extrañar esto– –¿Qué cosa?– Le preguntó mientras enfoco a una hermosa ave de color rojo, un petirrojo… un robín como diría mi mami. –Los paseos de las tardes contigo– Mi corazón decidió que era hora de correr un maratón. Dios, eran tan fuertes mis latidos que estoy segura que Lena podía escucharlos. Me quedé callada, simplemente no sabía que decirle. Estos últimos días nuestra relación ha mejorado de una manera increíble, cuando terminamos de trabajar Lena y yo pasamos cada momento juntas y es que Dan y Renne se la pasan juntos derramando litros y litros de miel. Cosa que no me molesta en absoluto, mi hermana es feliz, Dan es feliz, yo soy feliz y Lena… puedo asegurar que también lo es. –Esto no tiene que cambiar, vamos a trabajar juntas y bueno somos vecinas– –¿Entonces ya decidiste? ¿Te vas a quedar en México?– Una vez más su vista se dirigió a mí. –Aun no estoy segura– Porque eso lo decidirás tú. Claro que esto no lo dije.

–¿No has hablado con tus mamás?– Deje escapar un suspiro –Ayer en la noche, ya sabes…– –Como todas las noches– Me dijo mientras se sentaba aún más cerca de mí –Creo que es algo que te envidio. Me gustaría tener a alguien que se interese de mí como lo hacen ellas por ti– La tienes ¿Qué no me ves? Pero una vez más decidí quedarme callada. Tiempo dale tiempo. La tome de la mano y simplemente le sonreí. No tuve que decirle nada, porque ella sabe que yo me intereso por ella –Lo sé– Me respondió –Pero me refiero a tener una familia, hay veces que me siento sola– –No lo estás, tienes a Jime, a las chicas de la banda, puedo asegurarte que a Amy y Renne, incluso Dan… y no te olvides de mí– –No, claro que no, mi amiga Lizie. No lo olvido, pero bueno es solo que extraño a mi abuela– –Me hubiera gustado conocerla– –Y a mí que ella te conociera– Nos miramos fijamente. ¡Bésala! ¡Tómala del rostro y bésala! Fue ella la que se acercó y me dio un beso en la mejilla –¿Y bueno que te dijo tu mamá? ¿Aún quieren retirarse?– Si, Alex y Sam han decidido reducir su horario de trabajo y quieren que yo me haga cargo. Su plan no es dejarme al mando de inmediato, mamá está en contra de eso, dice que primero tengo que aprender todo lo necesario… empezar desde abajo y al cabo de unos tres años tomar el lugar que ellas desempeñan. –Dicen que hablaremos cuando nos veamos en la ciudad– Apreté su mano y ella me acarició con su pulgar. –¿Qué te detiene?– Me preguntó. Tú, solo tú. Sé que una relación a distancia no nos ayudará a volver y simplemente me niego a dejarla –Es una muy buena oportunidad– –Lo sé, pero realmente me gusta aquí– –¿Solo eso?– La tomé del rostro y acaricie sus mejillas suavemente. –Lena– Lena cerró los ojos y suspiró –Aun es muy pronto, pero sabes que tenemos que hablar– –Lo sé– Recargó su frente en mis labios –Yo…– –Así que aquí están– Dijo Renne que venía de la mano de Dan. Lena de inmediato se separó de mí y yo casi me levantó para poder matar a la inoportuna de mi hermana –Las hemos estado buscando, tenemos que ir a comer y luego a preparar las maletas– –Sí ya vamos– Respondió Lena y se dispuso a guardar sus cosas. Pero su block se cayó y Dan lo levantó. –Vaya sí que tienes talento– Lena de inmediato se sonrojó al escuchar a Dan hablar de sus dibujos. –¡Wow es hermosa!– Dijo Renne –Deberías de probar en el departamento de diseño, te iría muy bien–

–No, no, me opongo. Lena lo está haciendo muy bien en donde esta– Dan abrazó a mi hermana y la acercó a él mientras le enseñaba un dibujo –Esa idea que propuso el otro día realmente fue muy buena y nos ha asegurado una muy buena campaña– –Gracias– Respondió Lena y yo simplemente me sentí orgullosa de ella. Estiró su mano para que Dan le devolviera el block pero mi hermana lo tomó primero. –Creo que deberías de comprar uno nuevo este ya está completamente lleno– Mi hermana la ignoro mientras pasaba las hojas. –En cuanto lleguemos a la ciudad compraré uno nuevo– Estiró su mano de nuevo y entonces Renne le entregó el block a Lena. –Bueno, entonces es hora de irnos– Les dije ya con mi equipo guardado. Dan tomó la mano de mi hermanita y empezaron a caminar. Deje que se adelantaran un poco y tome la mano de Lena –¿Qué me ibas a decir?– Le pregunté muy bajito para que solo ella me escuchara. –Luego hablamos Lizie– ¡Diablos, voy a matar a Renne! Continuamos caminando. Renne volteo a verme y me guiñó un ojo, al principio no comprendí porque lo hacía, sé que ella sabe que interrumpió algo, pero ¿Por qué diablos me guiña el ojo? –¿Todo bien?– Me preguntó Lena. –Sí– –Bueno… ¿Segura?– Yo simplemente asentí y ella solo apretó mi mano. Fue cuando me di cuenta que no nos habíamos soltado y solo sonreí. Cuando miré a Lena ella también sonreía. Después de comer fuimos a preparar el equipaje, teníamos solo una hora para ir al aeropuerto así que nos apuramos a arreglar todo. –Lo siento– Dijo Renne en cuanto cerró la puerta. –¿Pero por qué lo hiciste?– Mi hermana solo encogió de hombros –Lena estaba a punto de decirme algo– –Parecía que se iban a besar– –Peor aún Renne, interrumpiste lo que pudo ser una reconciliación– –Lo siento– Se sentó en su cama –No lo sabía. ¿Me perdonas?– Se levantó y me abrazó. –Está bien– –Lizie ¿Eso quiere decir que todo está bien entre ustedes?– Me preguntó mientras me soltaba y empezaba a acomodar su maleta. –Aún no hemos hablado, pero estos días hemos pasado mucho tiempo juntas– –Lo sé, no tienes por qué agradecérmelo– –¿De que estas hablando?– –Pues que si he pasado todo este tiempo con Dan es para darte espacio con Lena–

–¿Nada más por eso pasas tiempo con Dan? ¿A quién quieres engañar Renne?– –Bueno, realmente no es un sacrificio para mí, pero si es apropósito que no estemos con ustedes. Y te prometo que voy a enmendar lo que hice hoy– –¿Qué estas planeado?– –Mmmm aun nada, pero ya verás que tendrás tu anhelado beso– Y cerró su maleta. –Algún día me entenderás Renne. Tú no sabes lo que es amar tanto a alguien y no poder demostrárselo– –No, pero estoy segura que en unas semanas lo averiguaré – Me respondió tristemente. –Ay Renne, no fue mi intención. Olvide que tienes que volver a la escuela– –Realmente estoy considerando pedirle a nuestras madres que me dejen estudiar aquí– –¿En serio?– –Dan ama su trabajo, le encanta. No creo que quiera dejarlo para ir a Francia conmigo y he decidido que no quiero una relación a larga distancia– –¿Ya hablaste con él?– –Más o menos, la verdad es que yo soy la que evita el tema. Tengo miedo a que me diga que terminamos– –Renne, él está loco por ti, se le nota en la cara. Tienes que hablar con él– Mi hermana suspiró. –Lo amo. Sé que es muy pronto, pero en verdad creo que es él con quien quiero pasar mi vida– –Renne, aun eres muy joven– –Mi mami tenía casi mi edad cuando se enamoró de mamá– –Lo sé– –¿Entonces por qué tiene que ser diferente conmigo? ¿Qué pasaría si te dijeran lo mismo de Lena?– Entonces le di la razón a mi hermana. –Creo que tiene que ver algo con nuestros genes– Le respondí. –Yo creo que simplemente somos muy afortunadas de encontrar a nuestra otra mitad– –Bueno mi pequeña Lagartija, ya verás que encontraremos una solución– –Eso espero rubia loca–

Esa noche cuando llegamos a nuestro último destino estaba lloviendo. Mañana en la mañana Dan y Lena tendrían la última reunión y luego pasaríamos el fin de semana conociendo los alrededores.

–Dice Dan que si el sábado hace buen clima pasaremos el día en la playa– Me dijo Renne mientras se preparaba para dormir –Tendremos que ir a comprar trajes de baño– –Me parece bien. Podemos ir mañana, también quiero buscar una tienda de arte. Lena necesita un block nuevo– –Oh claro, será una mañana de compras, aunque ¿No crees que se molesten?– –¿Por qué?– –Pues en lo que ellos trabajan, nosotras estaremos comprando– –Solo será en la mañana. Además ya sabes que en cuanto regresen nos tocará mandar la información– Porque aunque mi pierna estaba bien y ya podía ir a las reuniones, mamá dijo que era mejor que Lena y Dan fueran solos así Lena ganaría mas experiencia. –Tienes razón. Bueno entonces ya tenemos un plan– A la mañana siguiente desayuné junto con Renne ya que Dan y Lena lo harían con el cliente. Después salimos a recorrer la ciudad. Lo bonito que tiene las ciudades de la República Mexicana es que aún conservan ese toque especial, siempre con sus plazas y áreas verdes, sin tanto caos ni tránsito a diferencia de DF. Para nuestra fortuna encontramos una tienda que vendían cosas para dibujar y pintar, el señor que nos atendió fue realmente atento y es que descubrí que hay diferente tipos de blocks para dibujo. Que el gramaje del papel, la textura, el tipo, que para que técnica, con espiral, sin espiral, crudo o blanco. Bueno de muchos tipos, al final acepte el que él me recomendó, también aproveché para comprarle unos carboncillos, unas barras pastel, unas acuartelas y un pincel sumamente extraño que tenía un depósito de agua incorporado. La verdad es que no se si Lena pinte con acuarelas, siempre la he visto con los carboncillos pero creo que es un muy buen regalo. –Vaya, que complicado es eso de comprar cosas para un artista– Me dijo Renne –Si fuera tú, le hubiera comprado un cuaderno y crayolas– –Afortunadamente no eres yo. Mami me dijo que cuando le regalara algo a Lena no le diera cualquier cosa, sino que me fijara en algo en lo que ella le pusiera mucho interés– –Pues creo que le va a encantar– –Sí, creo que si– Le respondí muy contenta. –Aunque me gusto más el anillo con el gato que le diste el otro día– Es que cuando estuvimos en ese pueblo minero Lena se enamoró del anillo, me costó un poco de trabajo distraerla para poder comprarlo pero al final lo logré sin que se diera cuenta –¿Qué más le has regalado?– –Le compré una rosa de madera pintada de azul, las flores el día que me ayudó a regresar al hotel y ahora esto– –Eres como mamá– –¿En serio?– –Sí, siempre es ella la que le regala cosas a mami, aunque mamá dice que mami le da los mejores regalos cuando menos se lo espera–

–¿Te acuerdas cuando desapareció la moto para que le pusieran pintura nueva?– –Jajajaja, mamá casi muere pensando que se la habían robado– –Pero cuando la vio en el estacionamiento con ese enorme moño azul, casi lloró– –¿Alguna vez te has imaginado como ellas?– –¿A qué te refieres?– –A ser viejitas y seguir enamoradas como si fueran novias– –Sí, aunque la verdad es que al principio creí que eso no sería para mí, ya sabes por lo de…– Renne negó con la cabeza para que no dijera el nombre de… de ¿Cómo se llamaba? Bueno si fuera alguien importante recordaría su nombre –Cuando empecé a salir con Lena pude verme así, igual que ellas. Planeando el aniversario número ochenta, o ideando algo especial para su cumpleaños. Creo que lo que aprendimos de nuestras mamás es que aunque pasen los años lo más bonito es mantener la chispa encendida– –Sí, tienes razón. Yo me veo con Dan cuidando a nuestro bebé, viajando a la playa o pasando navidad con toda la familia– –Creo que serían una bonita familia– –Seriamos una familia. Te olvidas que eres mi hermana Rubia Loca y quiero pasar Navidad con tu parte de la familia también– No pude más que abrazar a mi hermana. –Sería una locura, con nuestras parejas, la tía Danielle y el tío Isra, mas nuestras mamás y si le sumamos pequeños niños. Pero es algo que realmente me muero por ver– –Yo también Lagartija, yo también– Seguimos caminando hasta que encontramos una tienda de trajes de baño, aún seguía nublado pero según el estado de tiempo mañana probablemente habría sol, por lo que mi hermana y yo queríamos estar preparadas. Es increíble lo mucho que mi hermana se parece a mi mami, en cuanto nos empezamos a probar los trajes de baño ella se hizo cargo, que si era moderno, que si estaba de moda, que si el color favorecía que si de tirantes o tipo halter, que si liso o con estampado, lunares o rayas. Dios, en definitiva soy más como mamá, simple y sencillo. Un bikini tipo halter azul con una línea negra debajo del busto y en el panti una color azul más claro debajo de la misma raya negra. –Wow, me encanta– Me dijo Renne. Pero yo no estaba muy convencida ya que aún se notaba los estragos de mi accidente. –Creo que lo mejor es conseguir unas bermudas– –¿Pero por qué?– Le señalé la cicatriz que ahora se veía de un rosa intenso –Espera– Dijo y salió del vestidor, cuando regreso traía un traje de baño de hombre largo con los mismos colores que tenía la panti del bikini –Póntelo– Con su ayuda me puse la bermuda. Cuando me mire en el espejo (para mi sorpresa) me veía muy bien –Tienes ese toque andrógino que te queda excelente– Simplemente

me quede sin palabras viendo mi imagen en el espejo, el corte de cabello, mi complexión… Sí, me veo sexy. –En definitiva nos lo quedamos– Renne escogió un bikini normal de estampado de colores rosas y negro –Tú si aplicas lo que dice mami– –Si lo tienes… lúcelo– Dijimos las dos al mismo tiempo. –Mami siempre nos ha enseñado a vestir y a escoger cosas que nos hagan ver bien– Me dijo mi hermana mientras pagaba los trajes de baño. Cuando regresamos al hotel Lena y Dan ya nos estaban esperando, la cita había salido bien, pero Lena tenía una propuesta para el cliente, por lo que trabajaría con Renne mientras yo trabajaba con Dan. –Creo que por hoy ha sido todo, solo falta enviarlo y habremos terminado satisfactoriamente estas dos semanas de trabajo– –Nuestras madres estarán orgullosas– –Ellas siempre lo están, somos sus retoños– –Jajajaja ¿Recuerdas cuando éramos niños?– –Tú y yo, mejores amigos de juegos– –La pasábamos genial– –Mamá planeando una futura boda– –Mami intentando contener a mamá para que no matara a la tuya– –Jajajaja– Ambos reímos. –Yo jamás te vi como una chica– –Es bueno saberlo jajaja– –Creo que me entiendes Eli– –Por supuesto Dan, éramos compañeros, cómplices de travesuras, ¿Recuerdas cuando por accidente mataste al pájaro con la resortera?– –Te juro que mi intención no era darle, solo quería alardear con mi puntería, Amy sigue recordándomelo cuando puede y sigue llamándome pajaricida– –Jajajaja, ¿Y cuándo nuestras madres nos dijeron que tendríamos hermanitas?– –Yo solo deseaba que fueran como tú, que les gustara jugar con carritos, canicas y subirnos a los árboles para tener miles de aventuras, pero a mí me tocó la ñoña de Andy y a ti la pequeña Renne, era tan delicada que cada vez que la veía sentía que se rompería y eso no cambió aunque la vi crecer– De repente su semblante cambio –Un día llamo a casa buscando a Andy, nos quedamos

platicando por horas. Me parecía linda y tierna, yo no pensaba así de las mujeres, pero ella me hace pensar en tantas cosas cursis– –¡Dios! estas perdido– Comencé a reír. –Lo sé, no tienes que decírmelo. Yo señor reputación, conquistador de mujeres siendo cursi. Sabes que desde hace más de un año que no salgo con nadie, desde esa llamada no me la saco de la cabeza. Pensaba que lo que sentía por Renne estaba mal, ella apenas iba cumplir los 18 era una locura sentir todo esto– Y se llevó las manos a la cabeza. Oh por Dios lleva casi dos años amándola, jamás pensé que fuera en serio. –Dan, no lo sabía, ¿Por qué no me lo dijiste?– –Renne es tu hermana y la tía Alex intimida un poco– Sonreí al imaginarme a mi mamá cruzada de brazos y con ceño fruncido –Ahora ella ya es un adulto y bueno creo que tu mamá ya no me puede meter en la cárcel– Ambos reímos –Estaba esperando el momento– –Y parece que llego ¿No?– –Cuando la vi salir por las puertas en el aeropuerto, todo se detuvo y solo era ella con una mirada que estaba llena de miedo y no sabía por qué, pero yo solo quería correr abrazarla para decirle que todo estaría bien– –Oh diablos ¿Qué va a pasar ahora Dan?– –He pensado muchas cosas, tal vez pueda conseguir un empleo aunque sería muy difícil dejar este, pero valdría la pena si estoy al lado de Renne– Dan está más que enamorado de mi pequeña hermana si está pensando en dejarlo todo por ella –Pero eso aún no está muy claro Eli y por ahora quiero disfrutar de su compañía, pero dejemos de hablar de mí, dime ¿Tu cómo vas con Lena?– Deje escapar un suspiro. –No sé qué pensar, nos hemos acercado mucho en estos días pero aun no tengo idea de lo que pasará entre nosotras– –Aun no comprendo ¿Por qué le mentiste?– –Por idiota, no sé qué paso por mi cabeza. Pensé que la perdería si le decía la verdad– –Eli, seguir mintiendo era hacer más grande el problema– –Por eso te digo que fui una idiota y por eso estoy intentado recuperarla– –Lo harás, eres una Kuri, nunca se rinden– –Eso es verdad, pero la decisión está en Lena– –Ella es una chica inteligente lo ha demostrado en estas semanas, sabes que no solo vinimos a renovar contratos sino también a evaluarla a ella, tiene talento y mucho. Tu madre estará encantada cuando le entregue mi informe. Y Lena… ella sabrá perdonarte ya verás que si pequeña monstruo azul– Dijo mientras revoloteaba mi cabello.

Hacía ya unas horas que Dan se había marchado y comenzaba a hacerse tarde pero Renne aún no regresaba, estaba por ir a la habitación de Lena para ver si necesitaban ayuda pero antes de que llegara a la puerta me llego un mensaje de ella diciendo que aún les faltaba terminar no sé qué cosa, que lo mejor era que no la esperara despierta que ella tenía su propia llave. Me quede dormida mientras estaba leyendo por lo que ya no supe que hora era y todo estaba muy bien hasta que de repente un fuerte sonido me despertó, abrí los ojos, una luz iluminó la habitación y un trueno horrible se escuchó. Mi primer instinto como siempre fue cubrirme con las sabanas, entonces cayó uno más y no pude resistirlo. A oscuras me pase a la cama de mi hermana como siempre lo hago en casa, fue cuando me di cuenta que ella no estaba ahí, busqué mi reloj, eran más de las cuatro de la mañana. En cuanto cayó el siguiente rayo salí de la habitación importándome muy poco que fuera en pijama, toque la puerta de Lena pero no respondía, insistí un poco más y fue cuando la escuché del otro lado de la puerta y creo que no estaba muy contenta. –¿Otra vez? Quiero dormir Renne ¿No se supone que ya somos amigas? ¿Por qué estas molestando de nuevo? ¿Qué es lo que te pasa? ¿Qué carajos quieres? ¡¡Sera mejor que sea importante o te mato!!– Creo que está un poco enojada, ya me iba a ir cuando me abrió la puerta –¿Lizie que haces aquí? Son las cuatro de la mañana– Y… y se me olvidó la tormenta. Lena se veía adorable con su pijama rosa con pequeñas estrellas blancas –¿Estas bien? ¿Lizie, pasa algo?– Su voz se escuchaba preocupada. –Ah… sí, sí ¿No sabes donde esta Renne?– –¿Renne? Se fue cuando terminamos el proyecto, eso fue como a las ocho más o menos– –¿A las ocho? Pero si ella me mandó un mensaje a media noche que aún seguían trabajando– En eso se escuchó otro trueno, simplemente reaccioné y me abracé a Lena, escondiendo mi cara entre su cuello y su hombro. –¿Lizie estas bien?– Me preguntó pero sin soltarme. –Sí, es solo que…– Un rayo más ilumino las ventanas, la luz del hotel se fue y nos quedamos a obscuras –Le tengo miedo a las tormentas eléctricas– –¿En serio?– Pude escuchar un pequeño atisbo de diversión. –Sí, pero voy a estar bien– Me separé de ella con la intención de regresar a mi habitación y entonces me di cuenta que no tenía mi llave ¡Diablos! –Voy a ir con Dan, de seguro ahí está mi hermana– Pero Lena me detuvo. –Lizie, creo que no es apropiado, tal vez ellos están…– –¿Eh?– Entonces comprendí –Ah… si, lo más seguro es que ellos dos…– Deje salir el aire –Olvidé mi llave, voy a recepción, tal vez ellos me puedan ayudar…– De nuevo un trueno retumbo y simplemente me abracé a ella una vez más. –Lizie, si quieres quédate conmigo, además esta obscuro y no me gustaría que te hagas daño bajando las escaleras– –Pero… ¿Estas segura?–

–Somos mujeres, adultas y amigas, no pasa nada– Bueno si no tomamos en cuenta que estoy locamente enamorada de esta mujer y que muero por besarla, dudo que pase algo –Está bien– Lena me tomó de la mano y me llevó hasta su cama, su habitación era más pequeña que la mía con Renne, pero lo suficientemente amplia para que dos personas pudieran compartir. Destendió el lado derecho de la cama y me sentó en ella, mientras me acomodaba sentí un bulto sobre mi cabeza, lo tome y mi sorpresa fue que era el pequeño gatito de peluche que le había regalado a Lena el día que salí del hospital. –Se llama Cian– Lena se acomodo junto a mí. –¿Cian?– –Por sus ojos, duermo con él– Me dijo muy cerca de mi oído –Me hace compañía todas las noches– ¿Es posible sentir celos de un muñeco? Porque yo los estaba sintiendo. Me lo quitó para después abrazarlo –Buenas noches Lizie– Me dio un beso y se giró para darme la espalda, yo hice lo mismo y me dispuse a dormir. Aunque por más que intentaba, los nervios simplemente no me dejaban y bueno, la tormenta aún seguía, cuando un trueno se escuchó más cerca di un salto y me sentí como una completa idiota. Aquí estaba con la chica de mis sueños y yo comportándome como una completa cobarde. Quise controlarme, que cada vez que se escuchaba un trueno intentar no saltar de la cama pero al parecer era inevitable, de repente sentí como el brazo de Lena rodeo mi cintura y a ella acercándose a mí. –Calma Lizie yo te cuido– Me dijo muy quedito, podía sentir su respiración en mi cuello y de inmediato mi cuerpo reaccionó, mi corazón empezó a latir como loco y mi respiración dejó de ser normal –Tranquila Lizie, todo va a estar bien– Si supiera que no es miedo, que es todo menos miedo –Jamás me imaginé que sería yo la que te cuidara, en mi imaginación siempre eres tú la que me protege ¿Pero sabes una cosa? Me gusta esta sensación de poder cuidarte– Sus brazos me asieron con más fuerza. Santo Dios, si decides que es hora de que muera lo haré feliz –Me gusta como mi cuerpo encaja con el tuyo, me gusta como hueles, y aunque al principio me costó admitirlo me gusta tu cabello de este tono, aunque aún extraño el look de chica peligrosa de cabello negro– Yo no decía nada, tenía miedo de que si le decía algo ella se diera la vuelta y dejara de hablar –Sabes que me encantan tus ojos, fue en lo primero que me fije cuando te vi en el bar, aunque tú no lo notaste me enamoré de ti al instante. Aun no entiendo porque no pude reconocerte ese día del elevador, solo llevabas unos lentes obscuros, no es como si fueras Superman, pero creo que ese día estaba tan nerviosa que me costó asimilar que la chica sexy del bar era la odiosa de mi vecina que arruinó mi blusa– Sentí su sonrisa y yo la imite –Me dolió Lizie, me sentí herida cuando descubrí que me habías mentido. No soy buena aceptando las mentiras. Mis padres siempre me dijeron que me querían y mira, llevan años sin querer verme solo porque no soy como ellos quisieran– –Lena yo…– –Shhh, lo sé, yo también Lizie. Te quiero, no he dejado de quererte, pero aún tengo miedo– Me giré para quedar frente a ella. –Te amo– Le dije sosteniendo su rostro –Jamás volveré a hacerte daño– Y la bese, ella bajo sus manos a mi cintura y me acercó aún más. Nos separamos para tomar aire, podía sentir sus latidos

al mismo ritmo de los míos, cerré mis ojos y con la punta de mi nariz empecé a recorrer su cara, ella me imitó, jamás me había sentido de esta forma con ninguna chica, jamás me habían besado como ella lo hace… jamás he estado así con nadie –Perdóname, dame otra oportunidad y te juro que en tu vida solo habrá alegrías– No me contestó, solo tiro de mi posesivamente e hizo que me pusiera sobre ella –Lena…– Sus labios evitaron que siguiera hablando, su lengua ávida invadió mi boca y mi lengua salió a su encuentro, sus dientes se aferraban a mis labios, abrió sus piernas y me acomode en medio de ella, con una mano sostuve mi peso y mientras la otra la baje hasta su pecho y apreté ligeramente, un sonido gutural salió de su garganta, Lena bajo sus manos hasta apretar mi trasero y no sé si fue su gemido o el mío pero ambas sonreímos. –Muévete para mí– Me dijo con su voz ronca llena de deseo. –Lo que ordenes– Empezamos a movernos, nos acoplamos a la perfección como si no fuera la primera vez que lo hiciéramos, podía sentir mi humedad creciendo y me estaba volviendo loca – Quiero sentirte– Le dije mientras empezaba a quitarle la blusa –Necesito... sentirte por completo– Sentí como encajaba sus dientes en mi cuello. Jamás en mi vida pude imaginarme que podía gemir de la forma en que lo hice, nunca nadie me había mordido y me excitó de esta forma. Lena empezó a bajar mi pantalón junto con mi pequeño bóxer, cuando sus manos ya no pudieron seguir con la tarea lo hizo con sus pies, subió sus manos acariciando mi cuerpo y en un solo movimiento me quitó la parte de arriba. Desnuda, en una abrir y cerrar de ojos estaba completamente desnuda. –Estas muy lenta, se supone que ya debería estar igual que tú– Lena me dijo con su voz más ronca de lo normal mientras sentía sus manos recorrer mi espalda. –No sabía que era una competencia– Empezó a reír –Pero te aseguro que jamás en mi vida me habían desnudado como tú– Lena sonrió victoriosa –¿Sabes el cuento de la liebre y la tortuga?– Le pregunté mientras besaba su barbilla. –Sí– –Pues soy la tortuga y lo hare lento– Le dije mientras sujete el lóbulo de su oreja en mis dientes. Su piel se le puso como gallina, era hermoso ver como los pequeños vellos de sus brazos se erizaban. Me senté a horcajadas y pude ver como su mirada me recorría, no puede evitar sonreír. Lentamente comencé a desabrochar cada botón sin dejar de ver sus ojos, cuando descubrí sus hermosos pechos le sonreí y le guiñe un ojo. Era una imagen inigualable, no pude evitar pasar mi lengua sobre mis labios, ansiaba poder probarlos, me deleité viéndolos unos instantes más y el sueño que había tenido unos días atrás vino a mi mente y me confundió, sé que era solo un sueño pero creo que me decepcionó un poco que Lena no tuviera perforaciones en sus pezones. –¿Qué pasa?– –Soñé que te veía desnuda y tenías los pezones perforados– Le dije mientras pasaba mi dedo por uno de ellos y este se contraía, ella se sorprendió –Fue el día que me ayudaste a regresar al hotel, estaba soñando que te besaba, me pareció tan real y luego…– Lena se sonrojó. –Me gusta que sueñes conmigo y… mmm tenemos que hablar de algo, pero ahora en verdad necesito que continúes– –¿Es algo malo?–

–No, Lizie pero necesito que sigas– Y lo hice, baje lentamente para besar uno de sus pechos pero me detuve en el último momento a lo que ella protestó simplemente comencé a reír –Leeeeento Amor, esto será leeento– Y no solo lo decía para ella, sino también para mí, quería que ambas estuviéramos en igual de condiciones así que proseguí mi tarea hasta que llegué a su pantalón, lo tomé con mis dientes y comencé a bajar, cuando pase por ese lugar que tanto he anhelado me llene de su olor y con un poco de antelación seguí hasta despojarla de la prenda –Me gusta tu tanga– Le dije mientras subía mis manos por sus piernas hasta llegar a sus caderas. –Combina con tus ojos– –¿Lo tenías planeado?– –Ni en mis fantasías pensé que vendrías a mí para que te protegiera de una maldita tormenta– Ella sonrió –Pero siempre hay que estar preparada– –Chica inteligente– Entonces empecé a jugar con el elástico de su hermosa prenda –Me gusta mucho– –Es linda, pero me gustaría que continuaras– La obedecí, metí mis dos dedos pulgares en el elástico y empecé bajarla lentamente. Cuando su pequeña mata de vellos quedo a la vista pude ver lo mojada que estaba y simplemente se me hizo agua la boca. –Eres hermosa– –Tú también Lizie– Sin dejar de mirarla me acerqué a ese lugar que me llamaba –No dejes de mirarme, amo tus ojos– Me dijo con excitación y eso hice, la recorrí con mi lengua pero siempre sosteniendo su mirada, pasé por sus muslos y ella abrió aún más sus piernas. Estaba tan deseosa que la tocara como yo en saborearla. Se veía tan condenadamente sexy que sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho. Cuando llegué ese lugar tan deseado Lena empezó a mover sus caderas y me acople a su ritmo –Lizie… necesito que…– No hubo falta que me dijera lo que necesitaba, introduje primero dos de mis dedos mientras seguí complaciéndola con mi boca, simplemente era exquisita y definitivamente puedo pasar toda mi vida con ella, bebiendo de ella. Sus jadeos y gemidos llenaban de gozo mis oídos. Sus caderas aumentaron el ritmo e introduje un tercer dedo. Pude sentir el estremecimiento de su cuerpo y entonces ella se corrió en mi boca, cuando cayó en la cama yo continúe con la tarea, simplemente no podía parar de saborearla, mi lengua se movía con ansias de más, quería llenarme, saciarme con ella –Para Lizie, para… Dios voy a… Oooohhh… Lizie te amo– Lena se corrió una segunda vez, y yo quería más, porque aún no tenía suficiente. Pero Lena me sujeto la cabeza evitando que me moviera. Su cuerpo cedió y decidí reunirme con ella. Su cara reflejaba éxtasis y tenía la sonrisa más hermosa que le he visto –Me encantó– –A mí también– Pasé mi lengua por mis labios aun disfrutando de su sabor, ella me miro y solo hice lo que su rostro me decía, le di un beso para que sintiera su propio sabor, cuando nos separamos me abracé a ella. –No te duermas– Me dijo mientras ella recuperaba sus fuerzas y ponía sus brazos en mi espalda – Me estoy recuperando para poder hacerte el amor– –No te preocupes, no pienso ir a ninguna parte– Cerré los ojos un segundo disfrutando de las suaves carias de sus manos en mi espalda, podía escuchar como su corazón se tranquilizaba, sonreí y me

abracé un poco más a Lena y en algún momento mientras la tormenta se alejaba y todo se llenaba de paz ambas nos quedamos dormidas. Sé que no estaba soñando lo sé, una fuerte sensación comenzó a recorrerme desde la punta de mi pie y fue subiendo y subiendo, se sentía de maravilla, abrí los ojos y me encontré con la mirada intensa de Lena, estaba jugando entre mis piernas –Buenos días– Me dijo separándose solo por un segundo para después continuar con su tarea. Me aferré a las sabanas y cerré los ojos una vez más disfrutando de la dulce sensación que crecía más y más. Podía sentirlo, estaba por llegar, de repente Lena movió su lengua de tal manera que me hizo ir hasta el cielo tal vez un poco más allá. Estaba jadeante, sentí a Lena subir por mi cuerpo dejando besos en su recorrido hasta llegar a mi cuello y comenzó a morderlo. –Aun me debes un segundo orgasmo pero necesito que estés recuperada– Me dijo aun dando ligeras mordidas en mi cuello y viajando hasta mi mentón. –Yo… yo– No podía hablar, aun me sentía en las nubes. –Dios Lizie, estas preciosa y cuando desperté estabas tan… tan apetitosa, no pude evitarlo– Y capturo mi pezón con su boca. –No me estoy quejando. Si quieres puedes despertarme siempre de la misma forma. Prometo no poner objeciones– Le respondí con voz entrecortada, entonces ella lo soltó y me sonrió. –Yo podría hacerlo gustosa cada día– Me abracé a ella, quería tocarla, sentirla quería amarla, hacerla mía una vez más, pero una duda rondaba por mi cabeza. –Lena, sé que esto nunca se debe preguntar, al menos eso he escuchado… pero ¿Qué somos?– –¿Qué quieres decir?– –¿Somos novias de nuevo?– Le pregunté y de inmediato se separó de mí y aunque solo fueron unos centímetros sentí que se había alejado kilómetros, tenía miedo de su respuesta. –Yo… no creo que esté lista para ser tu novia– Mi corazón se rompió en miles y miles de cachitos al escucharla. –Pero anoche… lo que acaba de suceder hace unos minutos. Tú y yo Lena…– Me levanté de la cama ¿Qué diablos está pasando? –Te amo Lena y tú me amas. Yo lo vi anoche en tu mirada, tú me lo dijiste– Le dije mientras golpeaba mi pecho con mi mano. –Es solo que no estoy lista, aun me cuesta trabajo– –No me has perdonado ¿Verdad? ¿Aún me odias?– –No te odio– –¿Entonces? ¿Qué fue lo que paso anoche?– Por Dios que no diga que solo fue sexo, que no lo diga porque para mí fue más que eso. –No sé– –¡Lena!–

–Lizie, podemos ser amigas– –¡¿Qué?!– –Hay amigas que tienen relaciones– ¡Oh por Dios! ¡Oh poooor Dios! –Podemos tener una relación de amigas con derechos– –Te refieres a…– Yo ni siquiera podía decirlo, no quería imaginarme algo así con Lena. –A que de vez en cuando tú y yo…– –¡No! Yo no quiero eso. No podría– –Lizie…– –No, por favor no, no sigas. Las amigas con derechos son esas relaciones que son abiertas, eso significa que si encuentras a otra lo nuestro termina ¿No?– –De alguna forma, pero yo…– –No, no, nooooo. Yo te quiero solo para mí, quiero que seas mi novia y que más adelante tengamos una familia. Diablos quiero envejecer contigo Lena– Entonces comencé a llorar –Anoche me dijiste que me amabas– –Y lo hago Elizabeth– –¡Entonces no te entiendo!– Le dije, mejor dicho le grite. –Es solo que… aún estoy confundida por lo que siento por ti– Alcancé a sentarme en la silla que estaba junto a la ventana, puse mis codos sobre mis rodillas y sujete mi cabeza con mis manos ¿Es una pesadilla? Sí, eso es, solo estoy dormida y tengo un mal sueño. Anda Lizie despierta, vamos despierta –¡Despierta!– –¿Lizie?– Dios no. Lena se acercó a mí y fue que me di cuenta que ambas estábamos desnudas. Me levante lo más rápido que pude y la evité en el camino, recogí mi ropa y comencé a vestirme, tenía pena, me sentía usada y solo quería salir de ahí lo más rápido posible –¡Elizabeth! Vamos a hablar, déjame explicarte– Me dijo mientras ella se ponía una camisa que le llagaba a las rodillas. –¡No puedooooo! Me dijiste que me amabas, te hice el amor porque ¡Yo te amo! Y ahora solo quieres ser mi amiga porque no me has perdonado… ¡Dime que no solo fue sexo Lena! Por favor dímelo y te prometo que solucionaremos todo esto. Te juro que en mi vida te hare daño… te lo dije anoche y te lo repito, jamás te lastimaré de nuevo. Solo dime ¿Qué fue lo de anoche?– –Lizie…– No dijo nada más. Empezó a caminar hasta donde yo estaba. –Entiendo, será mejor que me vaya– Tenia que evitar que me tocara, si la dejaba tocarme aceptaría cualquier locura que ella quisiera, así que me di media vuelta. –¡Elizabeth!– Salí de la habitación antes de que Lena me sujetara. –Ahí estas– Me dijo Renne que estaba abriendo la puerta de nuestra habitación –Vaya al parecer fue una buena noche para ti– No la deje continuar, la empujé dentro de la habitación y logré cerrarla antes de que Lena entrara.

–Elizabeth tenemos que hablar– –¡No!– –Elizabeth, por favor abre, tenemos que hablar– –¿Qué pasa Lizie?– Me preguntó mi hermana preocupada ya que vio que saque mi maleta y comencé a empacar –¿A dónde vas?– –No sé, pero solo quiero irme de aquí– –Dime ¿Qué pasó?– No le respondí ya que ni yo sabía exactamente lo que estaba pasando. –¡Elizabeth abre la puerta!– Gritó Lena. Yo no quería verla pero mi hermana abrió la puerta. –¡Diablos Renne!– Le grité a mi hermana y de inmediato ella retrocedió. –Elizabeth por favor…– Lena se acercó a mí y yo di un paso atrás. –No, no te acerques, una vez yo te pedí hablar y me pediste que te dejara. Ahora yo te pido lo mismo. Necesito tiempo para calmarme– Lena agachó la cabeza y jugaba con sus manos nerviosamente –Lena por favor– Esto me estaba matando, estaba enojada con ella pero pude ver dolor en su mirada, quería abrazarla, pero me dolía, me dolía tanto y estaba tan furiosa con ella… conmigo. Simplemente no quería escucharla después de un largo silencio dijo –Está bien– Me miró una última vez y salió de la habitación. –¿Me puedes decir que pasó?– Me exigió Renne. –Tú me puedes decir ¿Dónde carajos estabas?– –Este yo… te dije que te pagaría lo que interrumpí el otro día– –¿Qué? ¡Explícate porque no te entiendo!– –En las noticias dijeron que habría tormenta eléctrica, así que me fui a dormir con Dan– ¿Qué clase de explicación barata es esa? –Uy sí que sacrificio– –No, la verdad para nada fue sacrifico, pero por lo que entiendo funcionó muy bien para ti– –¡No Renne! ¡Obvio no funciono nada bien!– Me giré y continúe haciendo la maleta. –Elizabeth por lo que más quieras puedes explicarme que fue lo que pasó ¿A dónde pretendes ir?– –A cualquier lugar, a uno donde Lena no pueda encontrarme– –¿Qué fue lo que te hizo?– Seguí buscando todas mis cosas, estaba revisando que mi equipo fotográfico estuviera completo en el estuche –Elizabeth por favor– Renne me abrazó –Siempre hemos confiado una en la otra, dime que pasa– –Ella… solo quiere que sea su amiga… una con derechos–

–¡Oh!– Sin poder evitarlo comencé a llorar, en realidad creo que no he parado desde que empecé en el cuarto de Lena, solo que ahora simplemente deje salir toda la tristeza que tenía. No sé cuánto tiempo paso, solo recuerdo que Renne me acostó en su cama y me abrazo hasta que pude calmarme –Deberías de hablar con ella, algo debe estar pasando– –Ella aun no me perdona, simplemente ya no quiere ser mi novia y solo quiere que seamos amigas, unas que tienen sexo. Yo no quiero solo sexo, no puedo tener solo sexo con ella– –Creo que no es mala idea que se alejen un par de días y consideren las cosas. Solo no huyas, dile que tienes que pensarlo y vete– –¿A dónde?– –¿Por qué siento que ya pasamos por esto?– Renne se rio por la ironía de la situación, yo simplemente le sonreí, en este momento no soy capaz de reír –Ve con nuestras madres, ellas te pueden ayudar– –No les voy a decir que Lena solo quiere sexo conmigo– –Obvio no tonta, solo cuéntales que Lena quiere ser tu amiga– –¿Estoy escapando?– –No, solo estas tomando aire antes de que hagas una estupidez. Nos vemos el lunes en la ciudad– –Renne ¿Tú y Dan?– Mi hermana se puso muy nerviosa, así que entendí lo que paso anoche con ellos –¿Te trato bien?– –Si no lo hubiera hecho estaría empacando para irme contigo… Obvio después de ocultar su cadáver– Había pasado una hora, una noche de tormenta que en lugar de hacer llegar la calma solo hizo empeorar las cosas y aquí estoy con mis maletas hechas, el corazón roto y un boleto de avión que me llevara a casa, mis mamás ya estaban al tanto de que iría a verlas por lo que me recogerían en el aeropuerto de Veracruz. Afortunadamente había un vuelo directo que me llevaría, por lo que en menos de dos horas estaría con ellas. –Me llamas cuando llegues– –Sí… Renne no te enojes con Lena– –No, claro que no, pero hablaré con ella. No es normal que te pida eso cuando se nota…– –No... No lo digas– No dejé que continuara, no quería hacerme falsas ilusiones. Me informaron que el taxi me estaba esperando así que le di un abrazo a mi hermana y lo abordé inmediatamente. El taxi comenzó a andar cuando escuche la voz de Lena. –¡Elizabeth espera!– Voltee a ver y me di cuenta que venía corriendo hacia mí, le dije al taxista que esperara un poco, llegó a mi lado y se quedó en silencio. Se veía mal, se notaba que había estado llorando, quería estar enojada con ella pero no podía. Esperé unos segundos pero no me decía nada, entonces recordé que aún tenía algo para ella.

–Tengo algo para ti– Abrí mi bolso y le entregué el block y las demás cosas que había comprado en la tienda de arte –Lo compré para ayer pero había olvidado dártelo, es para que puedas dibujar más– Ella dudo un momento y al tomarlo nuestras manos se rozaron. –Yo, Lizie…– Lena sujeto mi mano, yo solo la tome aún más fuerte. –Siempre pienso en ti Lena, siempre– –Lo siento– Me dijo conteniendo las lágrimas al igual que yo. –Estaré bien, creo es lo mejor para ambas– –¡Dios Lizie, déjame hablar por favor…!– –No digas nada, ambas necesitamos tiempo para pensar– El taxi arrancó y ella me soltó la mano y la llevo a su rostro para quitar algunas lágrimas que ya corrían por él. Yo me quede con un vacío en el corazón. Cuando por fin aterrizó el avión solo me sentí tranquila cuando vi a mis madres. No hicieron preguntas aunque pude notar que mi mamá moría de ganas por saber lo que estaba pasando. Mi mami se fue en la parte de atrás conmigo abrazándome, sentí que tenía diez años de nuevo pero no me importó, me sentía segura y a salvo. En cuanto llegamos a la casa tuve esa sensación de que todo iba a estar bien, que estaba en mi hogar y que aquí encontraría la respuesta o por lo menos podría tomar una decisión apropiada. Mi mamá llevo mi maleta a mi habitación. –¿Quieres contarme lo que pasó?– Me preguntó mi mami mientras subíamos las escaleras. –Lo haré, pero aun no– Continuamos hasta llegar a mi cuarto. –Las sabanas están limpias, creo que sería bueno que durmieras o que tomaras una ducha– Me dijo mamá –Estaremos aquí cuando quieras hablar– Me abrazó, no pude evitar que se me escaparan unas lágrimas –Todo va a estar bien– Mamá me limpió las lágrimas con sus dedos. –Lo sé– –Mamá, mami– –¿Si?– Me respondieron las dos. –Las quiero– –Nosotras a ti Corazón– Y ambas me abrazaron.

Capítulo 12 Te extrañé Habían pasado solo unas horas desde que hice el amor con Lena y aun podía sentir sus manos sobre mi cuerpo, esa sensación de hormiguitas recorriéndome una y otra vez, su sabor en mis labios. Si cerraba mis ojos podía ver su mirada, sus labios y su hermosa sonrisa ¿Por qué cambió de parecer? Ella me dijo ese día en el jardín de San Jacinto que iba a intentarlo todo conmigo, que no me quería como amiga con derechos y hoy todo eso cambio ¿Por qué Lena? He intentado no pensarte, borrarte de mis pensamientos, pero es imposible porque cuando creo que lo he hecho llegas como una suave brisa que roza todos mis sentidos, y te metes en mí una vez más. He intentado no pensarte muchas veces en este tiempo, pero es imposible si aún estas ahí en ese lugar que aún late terco por ti... Leí una vez más las líneas que había escrito sobre el papel, he intentado no pensar en Lena, pero claro que eso no ha pasado, cada minuto pienso en ella. ¿Cómo es posible que sienta tanto? Duele amarla y no tenerla. Doy una última mirada a mi cuaderno lleno de líneas ¿La he perdido? No claro que no, pero estoy tan confundida, dejo escapar un suspiro y de nuevo me recuesto sobre el pasto, tiene un par de horas que estoy en el jardín, sintiendo la brisa fresca que revuelve mi cabello, amo este lugar, es mi favorito, la mayor parte de mi vida la pase en el departamento en Paris, tiene una vista genial pero aquí en el campo me siento libre. Intento callar mis pensamientos que en mi cabeza dan vueltas y vueltas y todos me llevan a ella, a Lena y simplemente no la entiendo. Miro hacia la casa y veo a mis madres mirando por la ventana, sé que están preocupadas desde que llegue no he dicho mucho y es que no sé qué decir, estoy tan confundida. -¿Escribiendo poesía?- Escucho la suave voz de mi mamá. -No es muy buena-¿Puedo?- Me pregunta al momento de sentarse junto a mí y dudando un poco le doy el cuaderno. La observo y puedo ver que quiere hacer muchas preguntas no sé si estoy lista para responderlas. -No sé qué decir-Te dije que no era bueno- Eso amo de ellas, siempre han respetado mi espacio, mis decisiones aunque no sean las correctas, me han enseñado a aprender de mis errores, me han dejado crecer libre sin dejar de estar al pendiente y cuando las necesito siempre están ahí apoyándome –Lena me ama, me lo ha dicho– –¿Quieres hablar sobre lo que paso? Tal vez te podamos ayudar– Me preguntó mi mamá. Simplemente llevé mis piernas a mi pecho y me abracé a ellas. No sabía cómo decirle a mis madres lo que había pasado, si lo hacía se darían cuenta que Renne paso la noche con Dan y lo que menos necesitábamos ahorita era que se molestaran con ella. –Cuando tu mamá se fue tuve que ir a terapia– Entonces voltee a ver a mi mamá –No, no me refiero que lo necesites, aunque no es malo recibir ayuda de vez en cuando. Es solo que tenía que arreglar

muchas cosas y la terapia me ayudó, aunque cuando vi a tu madre de nuevo creí que en verdad me estaba volviendo loca– Ella sonrió –Lo que sí aprendí es que lo mejor es hablar, no es bueno quedarnos con todo eso que nos está pasando y nos hace daño– –Sí mamá– Dejé escapar un suspiro –Es solo que es complicado– –¿Por qué?– –Porque si te cuento lo que pasó tal vez no reacciones bien– –Prometo que me comportaré– Me sonrió. –Está bien, pero será mejor que mami este aquí, no creo tener fuerzas para relatar lo mismo dos veces– –Me parece bien, voy por ella ¿O quieres que hablemos dentro de la casa?– –No, me gusta sentir la brisa– –Muy bien, no tardo– En cuanto se fue mi madre decidí que omitirá la parte de la tormenta, sería lo mejor para proteger a mi hermana. –¿Cómo estas Amor?– Me preguntó mi mami mientras se sentaba enfrente de mí. Trate de responderle pero… simplemente no pude porque un nudo en la garganta me lo impedía y las lágrimas comenzaron a rodar silenciosas por mis mejillas. De inmediato sentí el abrazo de mis madres –Calma Lizie, todo va a estar bien– –Es que duele– Esperaba que me dijeran que ellas lo sabían pero no lo hicieron. Cuando por fin me calmé ellas me soltaron –Anoche... anoche dormí con Lena– Les dije sin pensarlo demasiado. –¡Oh!– –Shhh deja que siga Alex– Mi mamá guardó silencio mientras mi mami me sujetaba de la mano. –Fue... fue todo lo que siempre soñé, ella me dijo que me amaba pero hoy en la mañana… cuando le pregunté que si éramos novias ella dijo que no estaba lista, que quería... que solo...– Las lágrimas brotaron de nuevo con más fervor. –Tal vez lo que necesita es más tiempo– Dijo mi mami. –Se lo he dado, todo el que quiso, no he forzado nada, he dejado que las cosas corran a su ritmo. No sé qué más hacer, creí que todo estaba bien de nuevo, ¿Cómo… cómo pudiste estar sin mamá tanto tiempo? Yo no puedo dejar de pensar en Lena– –Es completamente diferente Lizie, pero tal vez el sentimiento es parecido, tú conoces casi toda la historia entre tu madre y yo– Afirmé con la cabeza, esperando una respuesta –Dicen que de amor no te mueres, pero te deprimes, pierdes el apetito, te duele todo y quieres que te trague la tierra, pero no te mueres– –Eso no me ayuda mucho mamá–

–Estuve cuatro años sin tu madre y no hubo un solo día en el que no pensara en ella, a veces la odiaba, otras recordaba su amor. Y había días que lo hubiera dado todo con tan solo ser su amiga– Dijo mi mami de repente. –¿En serio?– Le preguntó mi mamá muy sorprendida. –Tal vez hubiera sido algo horrible porque simplemente no podría ser solo ‘Tu amiga’, pero te extrañaba tanto que lo único que quería era tenerte a mi lado– Mis mamás se perdieron en sus miradas. –Qué bueno todo salió bien. No veo mi vida sin ti a mi lado– Ambas se acercaron para estar juntas y estrechar sus manos –¿Qué piensas Lizie?– –Yo no quiero ser solo su amiga– –¿Se lo dijiste?– –Sí, pero entonces empezamos a discutir– –¿Y luego?– –Salí de su habitación y fui a la mía para empacar, ella quería hablar pero le pedí tiempo– Aunque esperaba que me dijeran algo mis madres solo me observaban –Cuando tomé el taxi para el aeropuerto ella me alcanzó pero... Solo le di un block y cosas para dibujo que le compré y me fui– –Creo que debiste haberte quedado y hablar con ella– Dijo mi mami mientras acariciaba mis manos. –Yo creo que lo que necesitan es calmarte un poco y pensar bien que es lo quieren– –Pero Alex es que no está bien que Lizie simplemente se escape de la situación– –No, no está bien pero están muy susceptibles, si se hubiera quedado tal vez las cosas hubieran terminado peor– –Sí, creo que en eso tienes razón– –Lizie lo que no entiendo es ¿Qué hay de malo con que solo quiera ser tu amiga? El que te hubieras acostado con ella no significa que sean pareja– –Ella quiere que sea su amiga con derechos, ya sabes con la que se acueste de vez en cuando– Le dije un poco avergonzada. –Oh ya, si, si sé que es eso– Dijo mamá algo roja. –No sé, de verdad no sé qué está pasando mami, ella me dijo una vez que solo había tenido una novia y que había tenido varias amigas pero que no quería eso conmigo– –¿Cuándo fue eso?– –Fue cuando nos estábamos conociendo– –¿Cuando apenas se estaban conociendo? Dios los jóvenes de esta época son sumamente rápidos– –Amor ahora si te escuchaste como toda una ruquita–

–Oye– Mi mamá le dio un golpecito a mi mami y luego la abrazó –Es solo que a la semana ya están planeando hasta la hipoteca– Mis madres empezaron a reír. –Insisto en que debe de haber una explicación, pero para eso tienes que hablar con ella– –Si lo sé– –Amor, tal vez aun necesite más tiempo– –¿Más? Es que…– Pero mamá me interrumpió. –Ok parece ser que darle tiempo no es la opción, creo que es hora de que sea ella la que tome la iniciativa, ya sabes lo que siente por ti, dale su espacio y no te digo que te alejes pero respeta su decisión, si ella en verdad te ama vendrá a ti, solo hazle saber que tú la esperarás– –¿Y si no viene?– –Entonces déjala ir– –Pero…– –No puedes forzarla a estar a tu lado Lizie– –¿Te hubieras rendido si mami decide no darte esos treinta días para que te perdonara?– –No, eso jamás, tu mami hubiera tenido que buscar una orden de restricción en mi contra para que no me acercara a ella y aun así no me hubiera rendido– –Mamá– Pero ella levanto su mano para que guardara silencio. –Sé que no es congruente lo que digo, pero ustedes son jóvenes y suelen ver el caos en una simple acción. Muchas veces lo mejor es dejar que el tiempo nos de la respuesta– –¿Cuánto? Mamá yo la extraño mucho– –Cielo, no cabe duda que eres mi hija– Me acarició mi mejilla y luego paso su brazo sobre mis hombros –Cuando las cosas tienen que pasar no suelen esperar mucho. Pero aunque sé que es difícil trata de relajarte estos dos días, el lunes la veras y podrás aclarar todo– Me dijo mientras pasaba su mano delicadamente por mi espalda para darme confort. Y me sentí un poco más calmada –¿Has pensado en lo que te propuse?– –La verdad es que no, yo sé que es una gran oportunidad pero hasta no saber qué va a pasar con Lena no he decidido– –Pase lo que pase, tienes que regresar a Francia para poder titularte– –Lo sé– –Creo que eso lo podemos arreglar después ¿No crees Alex?– –Sí, creo que si Amor, aún tenemos tiempo– –Perfecto ¿Qué les parece si vamos a la playa y pasamos ahí todo el día?–

–Estupendo Amor, un poco de color en la piel nos va a caer estupendo ¿No crees cielo?– –Sí, lo que sea– –Anda, levanta ese ánimo, ya verás que todo se soluciona– –Eso espero mamá–

El domingo paso muy lento a mi parecer, no hubo un solo momento en que no pensara en Lena, moría de ganas de verla y sobre todo de hablar con ella pero aunque ya estamos en la ciudad y es lunes tendría que esperar un poco más. Como dijo mi mamá, lo primero que hizo fue llamar a tío Enrique para que le recomendara un ortopedista que me revisara, pero como había sido sin cita previa tuvimos que esperar bastante tiempo para que nos atendieran. Al parecer el reposo y los cuidados que tuve habían hecho que mi pierna se recuperara, por lo que ya no habría más problemas. Aunque me dijo que probablemente durante las siguientes semanas sentiría algo de dolor, pero solo sería hasta que me recuperara por completo. Cuando salimos ya era muy tarde para ir a la oficina, así que regresamos al departamento donde mi hermana ya nos estaba esperando. –¿Cómo estás?– –Bien, más tranquila, hable con nuestras madres y ellas me ayudaron– –Siempre lo hacen– Me dijo mientras se sentaba junto a mí en la cama. –Sí, la verdad al principio me dio pena decirles que me acosté con Lena pero ya sabes lo abiertas que son con ese tema– –¿Les contaste todo?– –Sí, tuve que hacerlo para que me entendieran– –¡Oh por Dios! Tengo que hablar con ellas– Renne se levantó para ir a buscar a mis madres. –¿Renne?– Traté de alcanzarla pero mi hermana ya estaba con ellas. –Solo quiero que sepan que Dan es un caballero y que nos cuidamos esa noche por lo que no se tienen que preocupar si quedo embarazada– Ay no, ¿Qué está haciendo? –¡¿Quéééé?!– Gritó mamá y se levantó como resorte del sofá. Yo me acerqué lentamente a Renne, tenía que hacerla callar, pero fui imposible detenerla. –Sí, ya sé que Lizie les contó lo que paso el viernes en la noche, así que solo quería que supieran que...– –Yo no les conté eso– Le dije muy bajito para que ella me escuchara y mi pequeña hermana se puso casi del color del papel. –Diablos–

–¡¡VOY A MATARLO, AHORA SI, ESE MOCOSO ME LAS VA A PAGAR!!– Mi mamá salió del departamento hecha una furia. –¡Alex ¿A dónde vas Alex?!– Gritó mi mami –Niñas quédense aquí voy por su madre antes de que cometa una locura– –¿Qué pasa? ¿Están bien?– Preguntó Lena asomándose por la puerta que mis madres había dejado abierta tras salir y al verla mis piernas temblaron. –Ay Lena, mi mamá va a matar a Dan, se enteró que dormimos juntos y se puso como loca– Y si mi hermana estaba blanca, Lena era transparente –¿Se puso así porque Dan durmió contigo?– –Sí– –Cre... creo que será mejor que me vaya unos días con Jime– Lena corrió a su departamento. –¿Lena le tiene miedo a mamá?– –Creo que ahora sí, no la culpo, yo tengo miedo– –Ay rubia ¿Qué voy a hacer? Mi mamá me va a dejar viuda– –Renne, Dan no es tu marido– –Peor tantito– –Renne no seas exagerada, vas a ver que no pasa nada– Caminé hacia a la puerta –Tengo que ver a Lena, si regresan avísame– Mi hermana asintió. Toqué un par de veces y Lena no tardó mucho en abrir, cuando me dejó pasar vi que tenía una maleta abierta en el sillón de su sala –Ella no te va a hacer nada– Me recargué en la puerta aparentando una tranquilidad que obvio no tenia, no sabía cómo cubrir esta poca distancia, yo sentía unas ansias enormes por tocarla, pero sabía que no era el momento así que lo mejor era quedarme donde estaba. –Escuché como gritó, no le tenía miedo hasta ahora y es que no quiero saber lo que hará cuando se entere que dormimos juntas– –Ya lo sabe– Lena se quedó muda y su cara cambió a una de horror –Estaba muy mal el sábado, siempre hemos hablado de todo y necesitaba explicarles por qué me sentía así– Me encogí en hombros. –Lo siento Lizie… yo– Me miró afligida. –No, yo fui la que no debió haber hecho esa pregunta, el que durmiéramos juntas no significaba que habíamos regresado– Le dije cabizbaja. –Lizie...– –No, de verdad solo quería decirte que me gustaría ser tu amiga... Solo amiga, sin sexo– Cuando terminé de decir esto estaba muy apenada.

–No– Dijo en un susurro. –¿No?– Y los pedacitos de mi corazón se terminaron por romper –Bueno… yo creo que mejor me voy– Me di vuelta para salir con la poca dignidad que me quedaba. Estaba por abrir la puerta pero sentí los brazos de Lena rodear mi cintura. –No te vayas– Me susurró y temblé por la sensación de sentir su aliento en mi oído, no sé por cuanto estuvimos así, pero podía sentir su calor en mi espalda y su respiración en mi nuca, sujete sus manos con las mías y la apreté con fuerza, no quería apartarme, y mucho menos dejar de sentir esta sensación de seguridad en sus brazos –Ven siéntate un momento ¿Quieres?– Me dijo después de un rato. Tenía miedo por lo que fuera a decirme y aunque quería salir de ahí decidí que esta vez no iba a huir. Lena tomó mi mano y me llevó al sillón y sin soltarme me senté a su lado, ella me sujetó muy fuerte –Para mí lo que pasó sí importó, más de lo que crees– Un brillo en su mirada me hizo creerle –Cuando me preguntaste si ya éramos novias de nuevo me asusté– Una ligera sonrisa apareció en sus labios –¿Te has dado cuenta que en realidad nunca hemos sido novias? Nunca me lo pediste– –¿En serio?– ¿De verdad? –No, nunca hicimos la pregunta. Simplemente te dije que quería todo contigo y continuamos pero oficialmente nunca fuimos novias– –Todos decían que eras mi novia, creo que simplemente lo asumí y se me olvidó preguntarte– –Bueno yo tampoco te lo pregunte, solo pasó– Ambas reímos –Cuando me dijiste que querías envejecer y tener familia conmigo, yo...– Sus ojos se llenaron de lágrimas, no puede hacer nada más que estrecharla entre mis brazos, ella recargó su cabeza entre mi cuello y mi hombro –Tengo miedo Lizie, no sé si pueda pertenecer a una familia tan grande, no sé si encajaré en ella siempre fuimos mi abuela y yo. Es la cosa más estúpida, porque siempre he deseado una gran familia– –Amor, yo creo que a cualquiera le daría miedo no sé si lo has notado pero somos mmm especiales– Le dije con una sonrisa y quitando un par de lágrimas que un surcaban sus mejillas – Pero si alguien puede encajar a la perfección eres tú– El llanto de Lena aumento y yo la estreché con más fuerza. –Pensé que si solo éramos amigas poco a poco el miedo iría despareciendo. Pero en cuanto te fuiste me di cuenta que yo tampoco quiero solo eso. Te amo Ratoncita– Me dijo en una voz dulce que llenó mi alma y todos esos pequeños pedazos de mi corazón se hicieron uno. –Te amo Lena y te voy a enseñar que no hay nada que temer– Lena comenzó a llorar de nuevo y nos abrazamos muy fuerte. Poco a poco nos fuimos recostando en el sillón, estuvimos así mucho tiempo, su rostro estaba recargado en mi pecho y podía sentir la humedad que sus lágrimas dejaban en mi blusa, acaricie su espalda hasta que Lena se calmó. Estábamos relajadas, por un instante cerré los ojos, quería disfrutar de la sensación de tener a la mujer que amo entre mis brazos. –Lizie– La escuché llamarme y sentí como quitaba un mechón de cabello de mi rostro para después con su mano acariciar mi mejilla. –Mmmm– Abrí los ojos lentamente y me encontré con su mirada. –Si no te hubiera perdonado jamás me habría acostado contigo–

–¿Eh?– –Cuando me dijiste eso, me di cuenta que aún creías que estaba enojada– –¿Cuándo me perdonaste?– –Cuando te ayude a llegar al hotel– –¿Sí? Pensé que habían sido cuando te di las flores– Ella se rio. –Bueno eso ayudó un poco, solo que cuando te quedaste dormida tú...– –¿Qué?– –Me pediste perdón y luego como estaba cerca de ti me besaste– –¿Entonces si pasó?– –¿Lo recuerdas?– –Te acuerdas cuando te dije que te soñé que tenías perforados los pezones– Lena me mordió el cuello. –Aja– –Fue ese día que soñé contigo, soñé que me besabas y que tú y yo…– Lena simplemente me sonrió y luego me besó. –Pues ahora entiendo todo– –¿Qué cosa?– Me incorporé un poco para poder verla a los ojos. –Es por mucho el beso más apasionado que me ha dado alguien, al menos hasta el viernes…– Y todas esas hormiguitas invadieron mi cuerpo –Me costó mucho alejarme de ti ese día– Sé que no debo de hacer la pregunta, pero era irresistible –Lena ¿Somos novias?– Ella me abrazó – ¿Quieres ser mi novia?– –Sí, sí quiero ser tu novia, pero me gustaría que nos tomáramos las cosas con calma– Puede ver la súplica en su mirada. –Bueno entonces vamos a esperar, iremos despacio y cuando por fin seamos novias no te voy a dejar ir nunca– –¿Es un trato?– La sujete de sus mejillas y nos besamos –Me gustan las tradiciones de mis suegras– –Jajajaja deja que les cuente, se van a volver locas– –¿Crees que Alex quiera matarme?– Lena se recostó sobre mí. –No– Le respondí mientras acariciaba su espalda –El problema es que Dan es mayor que Renne y bueno él tiene fama de mujeriego– –Pero Dan ama a tu hermana–

–Lo sé, pero mi mamá aun duda de eso. Además creo que está viviendo una de sus peores pesadillas– –¿Cómo?– –Bueno es que desde pequeños mi tía Danni siempre ha querido que nuestras familias se unan y ahora eso está pasando– –Aaah ya entiendo– –Espero que todo se solucione, Dan y Renne de verdad se quieren– –¿Igual que nosotras?– Lena se incorporó para poder verme fijamente. –No, creo que no tanto– –¿Ah no?– Me sonrió de esa manera picara. –No– Nos besamos, un beso intenso de esos que te roban el aliento, empecé a mover mis manos bajo su blusa, mientras ella ya acariciaba mi pecho. Pero en eso… –Lizie ¿Estás ahí?– Escuchamos a mi hermana que tocaba la puerta. –Diablos este sillón también esta maldito– –¿De qué hablas?– – Según tus suegras dicen que el sillón de mi departamento esta maldito y que nadie puede hacer mmm cosas ahí– Lena y yo reímos. Renne tocó de nuevo –Ya voy– Me levanté del sillón pero sin soltar la mano de Lena –¿Vienes a cenar con nosotras?– –Mmmm, no sé Lizie, creo que primero deberías de ver que es lo que pasa con tus madres y Renne– –Anda Lena, mi mami Sam aun no te conoce, ya verás que todo va a estar bien. Mi mamá puede ser algo explosiva pero mami siempre la controla– –Hagamos esto, tú mi pequeña Ratoncita ve a ver qué es lo que sucedió y luego me confirmas lo de la cena– –Perfecto, pero de todos modos regreso en un rato, así que no huyas– Señalé la maleta. –¡Lizie!– Escuché a Renne –Apúrate– –Ya vete, nos vemos al rato, te prometo que no iré a ninguna parte sin ti– Me acerque a ella y la bese. –¿Te he dicho que te amo?– –Sí, pero me gusta que lo repitas. Yo también te amo Lizie– Cuando salí mi hermana estaba recargada en la pared –¿Qué tal te fue?– Y con tan solo ver mi cara ella entendió como estaba –Me da mucho gusto Lizie– Me dijo mi hermanita aunque muy desanimada.

–¿Cómo estás tú?– Solo levantó los hombros –¿Ya regresaron?– –Sí– Mi hermana bajo la mirada –Ellas están discutiendo, yo no quería estar ahí, así que pensé que…– Renne comenzó a llorar. De inmediato me acerqué a ella y la abracé. –Ellas discuten, no es la primera vez Lagartija, creo que lo mejor es dejar que arreglen sus problemas y luego entramos– Renne se separó de mí y se limpió sus lágrimas con el dorso de su mano –¿A dónde vamos?– –¿Cómo que a dónde?– –No nos quedaremos todo el rato en el pasillo a esperar, pero no traigo dinero para salir– Entonces metí mi mano al bolsillo del pantalón y me di cuenta que yo tampoco traía mi billetera. Así que se me ocurrió que tal vez Lena nos podría dar asilo un par de horas. –Vaya, sí que regresaste rápido– Me dijo al verme de pie frente a su puerta. –En realidad no vengo sola– Me hice a un lado para que viera a mi hermana –¿Crees que nos podamos quedar un par de horas? Nuestras madres… bueno– Me rasqué la nuca. –Ellas están peleando– Dijo Renne –Por mi culpa– Se cubrió la cara con las manos y comenzó a llorar de nuevo. Lena abrió más la puerta para que pudiéramos pasar y en cuanto entramos pasó su brazo sobre los hombros de mi hermana y la acercó a ella. –Tranquila, ya verás que no es nada grave ¿Verdad?– Lena volteó a verme para que respondiera. –Ellas siempre solucionan sus problemas– Dije y mi hermana y Lena caminaron al sillón en que minutos antes ella y yo estábamos recostadas. –Voy a prepararte un té, ya verás que eso te va a ayudar un poco. Mi abuela siempre lo hacía y funcionaba conmigo– Renne se recostó un poco. Yo seguí a Lena a la cocina y en cuanto entre la abracé –¿Van a estar bien?– Obviamente se refería a mis madres. –Sí, solo que cuando discuten lo mejor es alejarnos de ellas– –¿Tan mal se ponen las cosas?– Me preguntó mientras sacaba una tetera y la ponía sobre la estufa. –Sí, la verdad es que aunque se quieren mucho, cuando discuten lo hacen con mucha intensidad, pero siempre terminan reconciliándose– Me recargué en la alacena –¿Era de tu abuela?– Le señalé la tetera. –Sí, era su favorita, tenía una más moderna que solo uso un par de veces, siempre le gusto más esta– Dijo Lena con nostalgia –Se la regalé una navidad, sabes ella y yo siempre abríamos los regalos un día antes– –Y eso ¿Por qué?– –Fue la primera navidad que pasé en España, esperaba verlos… a mis padres, sé que ella también y no llegaron, me sentí muy dolida. Ella con todo el cariño del mundo me preparó un té de manzanilla en esa tetera, siempre me dijo que el té reconforta y calma, pero fue ella quien siempre me llenó de consuelo, esa noche me preguntó si quería abrir los regalos tal vez pensó que era una forma de

alegarme. Le dije que aún no era el día, creo que podemos hacer trampa dijo, después de esa vez las navidades siguientes las pasamos solas las dos en España y siempre abríamos los regalos antes de la cena. Fue muy duro esta última navidad, Jime y Rox me invitaron a pasarla con ellas pero necesitaba esa noche para mí y una taza humeante del té de mi abuela– El silbido de del agua hirviendo hizo que Lena se acercara a la estufa, la vi sacar un bolsita de té y ponerlo en una taza y agregar el agua. –¿Y qué pasó con que la que le regalaste?– –Aún está en el piso de Barcelona– Lena caminó a donde yo estaba para abrazarme –Ella me dejó ese piso y este departamento, junto con una cuenta de ahorros– –¿No le dejó nada a tu mamá?– –No, creo que por eso tampoco quieren saber de mí. Mi abuela tuvo una relación difícil con su hija, siempre fueron muy diferentes. Creo que por eso quería que hiciera las paces con ella, no quería que la historia se repitiera– Aunque no lo dije, me sentí muy afortunada de la relación de mis madres con Renne y conmigo –Algún día te llevare a Barcelona para que veas el lugar donde pase las mejores navidades de mi vida y también tengo muchos amigos que me gustaría que conocieras– –Eso es un plan muy serio señorita Alonso– –Señorita Kuri, aunque no seamos novias aún, yo voy muy en serio con usted– Pasó sus brazos por mi cuello y me beso. –No somos amigas con derechos ¿Verdad?– Le pregunté cuando nos separamos. –No, tú no mereces ese título. Tú eres algo más– Y si mi hermana no hubiera estado en la sala, en este mismo momento le hubiera arrancado la ropa a Lena y le estaría haciendo el amor en la cocina –Quita esa cara Ratoncita, ya tendremos tiempo para eso– Pasó junto a mi llevando la taza de té a mi hermana. Esperamos durante mucho tiempo, hasta que decidimos que lo mejor era poner una película para distraernos un poco, Renne se quedó dormida y Lena y yo simplemente nos acurrucamos en la otra esquina, hasta que escuchamos que alguien tocaba la puerta. –Voy a ver quién es– Lena se levantó para abrir la puerta. –Disculpe ¿Lena?– –Sí, así es, pase por favor– Mi mami entró con toda su elegancia y su porte. –No nos han presentado, pero soy Samantha Rodríguez– –Claro señora, si sé quién es usted. Soy una fan de su trabajo y me encanta la línea de ropa de Andretti– –Oh eso es estupendo, cuando vayas a Francia avísame y será un placer presentarte a mi socia Em– –Eso sería estupendo–

–Bueno entonces es un trato– Mi mami extendió su mano para que Lena la estrechara, pero mi casi novia se sonrojó –¿Te encuentras bien?– –Sí, solo que recordé algo– Mi mami volteo a verme y no pude sostenerle la mirada –Ah, creo que entiendo, al parecer mi hija te contó sobre algunas tradiciones que tengo con mi esposa– –¡Mamiiii!– –Eso lo dice todo– Mi mami Sam simplemente me ignoró. Se acercó a donde estaba mi hermana que aún dormía y acarició su cabello –¿Cómo está mi bebé?– –Ella estaba mal, Lena le preparó un té y luego se quedó dormida– –A tú hermana nunca le ha gustado verme pelear con tu madre– Se giró un poco para ver a Lena – No es que mi esposa y yo peleemos siempre, la verdad es que es muy raro que eso suceda pero Renne siempre se preocupa cuando pasa– –Yo entiendo señora, no todo es felicidad en una relación– Y Lena me guiñó un ojo. –Por favor dime Sam– –Gracias– –Amor despierta– Le dijo mi mami a mi hermana muy tiernamente –Tenemos que ir a casa– –¿Y mamá?– Preguntó Renne cuando abrió los ojos y vio a mami. –Ella fue a hablar con Israel y Dan– Mi hermana se sentó rápidamente –Todo está bien, solo quiere platicar un poco con Dan, además no creo que haga una locura, Israel va a estar ahí– Mi hermana asintió con un movimiento de cabeza, mientras mi mami se acercaba para estrecharla entre sus brazos –¿Ya cenaron?– –No, estábamos viendo una película, en lo que esperábamos poder volver. Además no traemos dinero– Le expliqué a mi mami. –Bueno entonces vamos. Lena ¿Te gustaría acompañarnos?– –¿Esta segura?– –Por supuesto, me gustaría conocerte un poco más– –Sí, claro que sí. Solo voy a arreglarme un poco– –Muy bien, pasamos por ti en quince minutos– Me quedé atrás esperando que mami y Renne salieran del departamento de Lena, cuando lo hicieron tome su mano. –Te veo en un momento, ya te estoy extrañando– –Eres una cursi ¿Lo sabes? Y me encanta– Me besó con intensidad –Anda vete que solo tengo unos minutos para arreglarme– Me dijo al separarnos. –Pero ya estas hermosa, mi linda Gatita– Me acerque de nuevo y le di un besito y otro y otro más.

–Lizie– Me empujó un poco mientras reía. –Ya voy, ya voy– Le di un beso más y salí de ahí con una sonrisa de boba. –¿Todo está bien mami?– Escuche a Renne preguntarle, cuando entré a nuestro departamento. –Si Amor, ya sabes que tú mamá de repente es muy impulsiva y pierde la cabeza, pero todo está bien– –¿Y entre ustedes?– Mi mami suspiro –Hay veces que tu madre me vuelve loca… de muchas formas. Algunas veces quiero arrancarle la cabeza y otras simplemente quiero devorarla a besos. Pero así la amo, con todos sus defectos y sus virtudes. Tienen que entender chicas que una relación no es fácil y que no todo es risas y alegrías, también hay veces que las cosas se ponen feas pero si amas a tu pareja lo suficiente y existe una buena comunicación aprendes a superar todos los problemas– Las tres nos sentamos en la sala –A Alex le cuesta un poco dejarlas ir, son todo lo que tenemos, ustedes son nuestros más grandes tesoros y no queremos que las lastimen– –Pero Dan no me va a lastimar– Dijo Renne –Además Lena lastimó a Lizie y mamá no salió a buscarla para arrancarle la cabeza– –Amor, Lizie tiene veinticuatro años y lo que pasó con Lena solo fue algo que ellas tenían que hablar y solucionar, cosa que al parecer ya hicieron– Yo afirmé con la cabeza –Con Dan la cosa es distinta, él siempre ha pasado de una relación a otra y tu mamá no quiere que tu salgas lastimada– –Pero…– Mi mami levantó su mano para que mi hermana no siguiera. –Es por eso que decidió ir a hablar con él, quiere estar segura que tú no vas a correr ningún riesgo– –Pero mami es que eso una estupidez ¿Qué tal si yo soy la que termina la relación?– –Esa será tu decisión y la respetaremos– –¿Y si conozco a alguien más? ¿Y si ese alguien me rompe en cachitos?– –Ahí estaremos Amor, o lo estará tu hermana. Pero quiero que entiendas que si alguien nuevo entra tu mamá va a estudiarlo hasta que vea que puede estar tranquila– –¡Entonces siempre se van a meter en mi vida!– –No, claro que no. Y no somos unas entrometidas si a eso te refieres– Dijo mi mami algo molesta – Simplemente nos preocupamos por ti, así como nos preocupamos por tu hermana– Se levantó de su lugar –Si Dan es sincero tu madre lo aceptará y no dirá nada en contra de su relación ¿O dudas de él?– –No– –¿Entonces?– Le preguntó mientras se cruzaba de brazos. –Es que tengo miedo de que mamá lo asuste y no quiera volver a verme–

–Amor, si Dan se asusta con tan solo eso, simplemente no vale la pena. Es algo que tu mamá le explicó a tu hermana el fin de semana. Si quieres a alguien lucha por él, y si esa persona también lucha por ti, entonces es la correcta. Niñas solo quiero que entiendan que si ustedes lo dan todo en una relación lo menos que pueden esperar es que la otra parte también lo de todo. Porque si no simplemente no vale la pena, jamás se conformen con migajas ¿Me entienden?– Me sentí bien, porque sabía que mi mami tenía razón y porque estoy segura que Lena me correspondía tal y como decía ella –Entonces Renne, yo te recomiendo que te calmes y que esperes a que mamá regrese y te diga su decisión ¿Te parece?– Mi hermanita asintió con la cabeza –Bueno entonces vayan por un suéter o algo con que cubrirse para que vayamos por Lena y poder ir a cenar– Renne y yo fuimos a nuestra habitación. –Lizie ¿Crees que Dan luche por mí?– Me preguntó en cuanto entramos a la habitación. –¿Tú que crees?– –Que sí– –Entonces no tienes que preocuparte Lagartija– Por primera vez en toda la tarde mi hermana sonrió. Mami ama la puntualidad así que pasamos por Lena exactamente 15 minutos después. Ella estaba hermosa, más que hermosa, bueno así me pareció a mí, aunque lo único que le vi diferente fue un suéter amarillo. Me acerque a ella, podía sentir la mirada de mami sobre nosotras y no pude evitar sonrojarme, así que solo le di un beso en la mejilla, pero claro a Lena no le pareció suficiente, me tomo de la cara y me planto un beso, uno de esos que derriten mi cerebro y me vuelven más estúpida. Solo escuché las risas de mi mami y Renne. –Así quiero que me beses cada vez que nos veamos, no importando quien este– –Bien dicho– Le dijo mi mami. Yo solo asentí, Lena sujeto mi mano y me deje guiar por ella. Caminamos a un restaurante no muy lejos del edificio, en cuanto llegamos nos asignaron una mesa para cuatro. –Ahora regresamos– Dijo Renne mientras se levantaba junto con Lena. –¿Adónde van? – –Al baño, ahora te la regreso para que se sigan haciendo mimos– –¿Envidia?– –¿De tu única neurona?– –Mira Lagartija…– –Niñas basta– Nos detuvo mi mami, pero no evitó que Renne me mostrara la lengua y yo le respondiera igual –Lena ve acostumbrándote– –Creo que ya lo estoy haciendo– Renne la tomó del brazo antes de que Lena me diera un beso y se alejó con ella. La seguí con la vista, hasta que ya nos las vi, deje escapar un suspiro y miré a mami.

–Perdón– Le dije mientras mi mami estudiaba el menú. –¿Por qué Lizie?– –Por todo lo que ha pasado y sobre todo por lo que paso en casa con mamá– –Amor....– –Lo sé, pero quería pedírtelo también a ti– –¿Sabes? Yo por un tiempo sentí celos de la relación entre tú y Alex– –¿Por qué? Yo las quiero a ambas por igual– –Lo sé Amor, pero no sé… desde pequeña siempre hubo esa conexión especial entre ustedes, hay veces que me preguntaba ¿Cómo le hizo Alex para que fueras igual a ella? Si no supiera que es imposible podría asegurar que tu mamá me embarazó– –Bueno mami según lo que me contaste prácticamente ella lo hizo– –Jajajaja si, ella empujó el embolo de la jeringa en la clínica, así que creo que algo tuvo que ver. Pero no tienes que pedir perdón, ya todo está solucionado ¿Verdad?– –Sí mami– –Al igual que Lena por lo que veo– –Sí, todo está solucionado con ella, no somos novias, pero tenemos algo– Mi mami se sorprendió. –No, no es lo que crees, no acepté ser su amiga con derechos– Le dije muy bajito por si algún curioso estaba escuchando –Pero estamos tomando las cosas tranquilamente– –Me parece muy bien hija, eso es bueno– –Mami, Lena me dijo que tenía miedo a pertenecer a una gran familia– –¿Te refieres a todaaa la familia?– –Sí– –¿Le has contado que cuando Alex y yo nos conocimos aunque ella tenía una hermana y yo a Jean solo éramos nosotras? Ambas estábamos solas. Después nuestros amigos se convirtieron parte de nuestra familia, pero en realidad solo somos tu mamá, Renne, tú y yo– –No lo había visto de esa forma– Mi mami estiró su mano para tomar la mía. –Es normal tener miedo, pero es bueno para ella que nos conozca un poco más. Así pueden pasar dos cosas– –¿Cuáles?– –O se queda, o sale corriendo– Ambas reímos. –Si hubieras visto la cara que puso cuando se enteró porque gritaba mamá. Estaba por irse con Jime–

–No la culpo, cuando tu mamá pierde la cabeza y grita a cualquiera le da miedo– –¿A ti también?– –Jajajaja, no Amor, yo sé que Alex aunque parezca un oso gruñón en realidad es una osita que cuida de su familia– El celular de mi mami comenzó a sonar –Hablando de mi osita. Hola Amor… si… salimos a cenar… sí donde siempre… ¿Si?... Claro aquí los esperamos– Mi mami guardo el teléfono en su bolsa –Sera mejor que pidamos una mesa más grande– De inmediato mi mami levantó la mano para llamar al mesero y pedir el cambio de mesa. Renne y Lena regresaron justo cuando nos estaban guiando a la nueva mesa, mi mami solo les explicó que se nos unirían dos personas más, pero no les dijo quién. Al cabo de unos minutos mi mamá y un muy sonriente Dan llegaron, mi hermana en cuanto lo vio se levantó para abrazarlo y darle un beso que hizo sonrojar a más de uno. –Señorita Alonso que gusto verla esta noche– Le dijo mi mamá mientras se sentaba junto a mi mami. –Lena por favor– –Muy bien Lena, que bueno que está aquí esta noche con nosotros– Se giró a donde mi mami –Te extrañé– Le dio un beso en los labios. –Yo también ¿Está todo bien?– –Sí, la verdad es que Dan me aseguró que lo de Renne es en serio y le di el beneficio de la duda– –Obvio después de amenazarlo– Le aseguró mi mami. –No fui la única, Israel lo amenazó con desheredarlo si le hacía daño a nuestra hija– –Dejarían de ser amigos– Le dijo mi mami con una sonrisa –¿Y por qué no vino?– –Tenía que ir a consolar a Danni– –¡¿Qué?! ¿Está bien?– Mi mami ya se iba a levantar, pero mi mamá la detuvo. –¿Por qué no esperas un poco? Tenemos una noticia que darles– Lena y yo nos miramos sin entender que era lo que estaba pasando. He de admitir que en un momento pude ver el futuro, los seis reunidos en una escena así pero en otro lugar y más grandes. Fue inevitable no tomar la mano de Lena y sonreírle. La verdad es que me gusto pensar en ello y me sentí muy a gusto. Tin tin tiiin Mamá hizo sonar la copa con el cuchillo. –Quiero darles una noticia familia– Todos callamos para poder escuchar a mi mamá –Sé que le pedí a Elizabeth que eligiera si quería ocupar mi lugar en la empresa de Sam y Em, pero sé que te hace falta mucha más experiencia antes de asumir un papel tan importante como este, además puede que se tome como una forma para poder retenerte junto a nosotras y es lo que menos queremos. Nada nos hará más feliz a su madre y a mí que ustedes sean felices, por lo que si decides o no aceptar será cuestión tuya, pero lo será sin ninguna presión de por medio– Sentí como si de repente me

quitaran un peso de encima que no sabía que estaba cargando –Aquí Daniel ha decidido irse a vivir a Francia y le he propuesto que él tome mi lugar en lo que ustedes dos– Nos señaló a mi hermana y a mí –Deciden si quieren quedarse con el puesto o seguir adelante por su parte– –No quiero una relación a larga distancia– Le dijo Dan a mi hermana –Te amo mucho y no soportaría estar lejos de ti Ranita– Mi hermana casi explota de la felicidad. –Eso sí– Interrumpió mi mamá –Renne tienes que seguir en la escuela, al momento que bajes calificaciones no podrás ver a Dan– –Pero…– Mi hermana iba a protestar –¿Por qué nunca me dejan terminar? Si eso pasa, solo lo veras los fines de semana ¿Entendido?– –Sí mamá– –¿Y qué pasará con el puesto de Dan en Kóot?– Pregunté. –Afortunadamente tenemos un muy buen equipo, será una perdida pero estoy segura que Danni podrá encontrar alguien que remplace a Dan– Y sin decir nada mi mamá miro a Lena. –¿Cuándo te iras Dan?– Le pregunté. –Yo creo que en un mes ya estaré instalado en Francia– –Pero nosotras nos vamos en dos semanas– Dijo mi hermana. –Solo son dos semanas Ranita– –¿Se van?– Preguntó Lena. –Lizie aún tiene que ver lo de su titulación– Dijo mi mami. Pero lo que menos quería era irme. La cena fue de lo más amena, junto a un par de bochornos que me hicieron pasar mis madres, con preguntas para Lena y esa foto de cuando era una bebé que mamá siempre carga en su cartera. Lo bueno es que no fui la única que sufrió, Dan tampoco se escapó de ellas, a Renne casi le da algo cuando mami le dijo a Dan que le mostraría una foto de Renne en pañales. Vi a Lena sonreír y divertirse, quiero que ella vea a mi familia como la suya y que no tenga miedo de ser parte de nosotras. Quiero que vea sus defectos y todas las formas en las que me siento orgullosa de ser una Kuri Rodríguez. Pero cuando salimos del restaurante Lena estaba un poco ausente. –¿Estas bien?– Le dije mientras entrelazaba mis dedos con los de ella. –Sí, es solo que me gusta trabajar con Dan, es muy buen maestro– –La tía Danni también lo es– –Sí, eso he escuchado– –¿Segura estas bien?– –Sí, claro que sí–

No le creí y me acerque más a ella –Lena, tú y yo tenemos un trato– –Cuál de todos– Me sonrió. –El de que si algo te molesta o si no te sientes bien me lo ibas a decir– –¿Cuándo hicimos ese trato?– –Cuando aún era Kim, creo que fue el primero que hicimos– –¿De verdad?– –Sí– –Mmmm– –Lena– –Es solo que estoy siendo egoísta, y no quiero que te vayas– –Entonces ven conmigo– –Es que no sé…– –¿Qué es lo que quieres Lena?– –Quiero estar contigo, pero no quiero irme, aun no. Apenas me estoy sintiendo como en casa, además aquí tengo un trabajo con el que siempre he soñado y bueno esta Jime– Naturalmente solté nuestras manos para tomarla de la cintura y poder acercarla a mí – Encontraremos una solución, ya lo veras. Además mi titulación solo tarda seis meses. Mis mamis tuvieron una relación a distancia, nosotras también podemos lograrlo, claro solo si tú quieres– –No sé Lizie… tal vez solo necesitamos encontrar otra solución– –Sí, ya verás que encontraremos una– Lena se relajó y recargó su cabeza en mi hombro. –Me caen muy bien tus mamás– –Creo que el sentimiento es mutuo, las dos no dejaron de hablar contigo– –En verdad me agradan– –¿Tanto como para hacerlas tus suegras?– –Sí, creo que tanto así– Seguimos caminando hasta el edificio. Mis mamás se despidieron y entraron al departamento mientras Renne se quedó en el lobby despidiéndose de Dan. Yo acompañé a Lena a su puerta y ninguna de las dos sabia o mejor dicho quería despedirse. –La pase muy bien esta noche–

–Yo igual. Muchas gracias por venir a cenar con nosotros– Recargué a Lena contra la puerta de su departamento y fue ella la que inicio el beso. Las cosas rápidamente se comenzaron a calentar pero mi inoportuna hermana apareció en escena. –Chicas, creo que deberían entrar y conseguir una cama– –Cállate Lagartija– Mi hermana me enseñó la lengua. –Me gustaría mucho pero mañana hay que trabajar y ya es tarde– Dijo Lena. –Tienes razón… ¿Nos vemos mañana?– –Por supuesto– –Si quieres vamos juntas a la oficina ¿Te parece?– –Es una estupenda idea Ratoncita– Solo escuché la risa de mi hermana –No le hagas caso– Y me besó de nuevo –Hasta mañana Lizie– –Buenas noches Lena– Mi hermana y yo entramos al departamento. –¿Estas contenta?– Le pregunté a mi hermana. –No tengo palabras para decirte cuanto– –Yo también me siento así– –Sí, me di cuenta. Me gusta mucho Lena– –A mí también– Mi hermana me dio un empujón por mi respuesta. Pero es cierto, Lena me gusta mucho en todos los sentidos.

Capítulo 13 Ella y yo Hoy pareciera ser una mañana como la de cualquier otro día pero no lo es, en cuanto desperté mi pensamiento se dirigió a Lena, hoy sé con firmeza que ella es mi amor, mi vida entera, mi todo. Dejé escapar un suspiro, me siento completa e irremediablemente enamorada y eso me hace sonreír como idiota, quiero verla, así que me levante, me fui a la ducha, me arregle y salí del departamento. Tal vez y si nos damos prisa podríamos ir a desayunar antes de ir al trabajo. Me detuve frente a su puerta, estaba ansiosa, demasiado ansiosa por verla así que tome un respiro profundo y espere un segundo para que mi corazón se tranquilizara y dejara de intentar de salirse de mi pecho. Un par de toques y solo tuve que esperar unos segundos para que la puerta se abriera. Casi muero, cabello mojado, una bata rosa que llegaba a medio muslo y ligeramente abierta que me dejaba ver con claridad parte de su pierna. Ella estaba en pocas palabras muy sexy y yo me estaba poniendo muy caliente. –Hola– La escuche decir a lo lejos, pero yo estaba muda y no podía dejar de mirarla –¿Lizie?– La vi acercarse un poco más a mí y fue cuando nuestras miradas se encontraron. –Eres hermosa– Le dije, ella me sonrió, me acerque y la bese. –No más que tú– Tomó mi mano y me llevo dentro –¿A qué debo tu hermosa presencia tan temprano?– –Venía a invitarte a desayunar– Respondí mientras me recargaba en el sillón para poder contemplarla por completo, es una linda vista y si quisiera la podría observar durante todo el día. –¿De verdad?– Afirme con mi cabeza –Perfecto, deja y voy a vestirme...– La vi caminar hacia la que deduje era su habitación, pero de repente se detuvo, lentamente se giró y me miro con intensidad –… ¿Quieres ayudarme?– Juro que si no hubiera estado recargada en el sillón hubiera caído como costal de papas –Mmm, mejor no, si entras a mi habitación dudo que salgamos de ahí. No tardo Ratoncito– Me giño un ojo y entro a su cuarto, yo estaba en shock, muda y sobretodo loca de deseo. –Vamos Lizie, calma, respira y relájate, eso es calma si no lo hacemos corremos el riesgo de que no podamos controlarnos y hagamos cosas… pero es que esas piernas largas y torneadas, con ese lunar tan sexy y… no, no, no vayas por ahí, no pienses en sus piernas Elizabeth, calma, respira, relájate, calma respira y relájate– Solté al aire acumulado en mis pulmones. –Estoy lista– Me di la vuelta y esos cinco minutos en los que me decía a mí misma que me calmara no me sirvieron de nada, tan solo verla de nuevo mi ritmo cardiaco se aceleró y deje de pensar una vez más, solo veía piernas bajo una entallada falda –¿Qué estabas murmurando?– –Yo... yo– –Creo que lo mejor es que ya salgamos de aquí– Tomó mi mano y yo me deje guiar por ella –Cuando te sonrojas y pones esa carita, me fascinas– Se detuvo por un segundo y me dio un beso de piquito. Yo solo deje escapar una risa boba.

Creo que será fácil acostumbrarme a pasar las horas libres con Lena, cuando salimos del trabajo salimos a dar un breve paseo alrededor del edificio hasta llegar a la nevería que estaba en la otra cuadra, al volver del trabajo nos pasamos el resto del día recostadas en su sillón charlando, de todo; el clima, el trabajo, de nosotras. Lo difícil fue separarnos e irme a mi departamento, es que saber que está a mi lado y que solo nos separa una pared, es un poco frustrante porque yo solo quiero estar con ella. Así que con toda la fuerza de mi voluntad y un par de empujones de ella después de un último beso, dijimos buenas noches. –Estas radiante, rubia– Me dijo Renne una vez que entre a nuestra habitación. –Tú no te quedas atrás Lagartija– Y es que mi hermana tenía una sonrisa de oreja a oreja. –Y como no estarlo si Dan me ha pedido ser su novia– – ¿Qué no lo eran ya?– Pregunte mientras me sentaba en su cama y abrazaba a minino. –No– –Pero ustedes… bueno tú y él… ya sabes– – ¿Tuvimos sexo?– Solo asentí un poco avergonzada –En que siglo vives Lizie, donde dice que si tienes sexo debe ser solo con tu novio– –Bueno…– –Te falta salir más hermana, entre Dan y yo hay química, tanta que sacamos chispas, pero no habíamos hablado de algo más serio, bueno serio sí, pero no formal hasta hoy– La verdad es que me sentí un poco anticuada ¿Pero cómo sin ser novio de una chica aceptas mudarte a otro país? –Pues felicidades hermanita– –Fue tan lindo y detallista– –No creí que Dan fuera tan romántico– –Pues te diré que yo tampoco, siempre tiene ese porte de macho alfa atrae mujeres, pero es tan cursi, me trae loca– –Y tú lo traes loco, nunca lo había visto así, te ve y tiene esa mirada de borreguito, si de por si es guapo, eso lo hace ver aún más– –Oye deja de decir cosas lindas de mi novio, cuidadito y te quieras regresar a este lado de la acera, Dan es mío, literalmente mío– Me amenazó para después arrebatarme a Minino de las manos. –Iuk Renne no quiero saber esas cosas– Me levante y me fui a poner mi pijama –Y no te preocupes que yo ya tengo a Lena– –Me alegra que las cosas entre tú y ella estén mejor– –Están más que mejor– –Uuuy picarona–

–No seas tonta– Le avente una almohada. –Auush, esta me la vas a pagar– Y comenzó una guerra de almohadas que duró 5 minutos, antes de que me diera por vencida, mi hermanita tiene una mano muy pesada –Jajajaja buenas noches rubia tonta– –Buenas noches Lagartija– Cerré los ojos abrace mi almohada y me deje llevar por el sueño solo esperaba encontrarme ahí también a Lena. Igual que el día anterior me levante temprano para ir a desayunar con Lena, solo que esta vez espere cinco minutos frente a su puerta antes de tocar para asegurarme que ella ya estuviera arreglada. No creí que pudiera resistir si la veía una vez más con su bata, así que por su seguridad... y la mía. Aguarde, no es que no haya disfrutado la vista, todo lo contrario y por lo mismo era demasiado para mí. Durante el día note a Lena callada y retraída, sonreía pero no se reflejaba en su mirada, comencé a preocuparme. – ¿Estas bien Lena?– Le pregunte una vez que ya estábamos en su departamento. – ¿La verdad?– –Si, al menos que no quieras decirme que es lo que tienes– La tome de la mano y la lleve hasta el sillón para que nos sentáramos. –Sí, sí quiero, es solo...– Por un instante las inseguridades me invadieron. – ¿Es algo malo?... ¿Sobre nosotras?– Le pregunte con miedo a que de eso se tratara. –No Amor, no pienses eso, nosotras estamos bien– Lena soltó una de mis manos y acaricio mi mejilla –Siento haberte dado esa impresión yo te amo Lizie– Y me dio un beso en los labios. –También te amo Lena– Ahora fui yo la que le di un beso más. –Ya que aclaramos esto, lo que quería decirte es que he estado pensando y… creo que intentare hablar con mis padres una vez más– – ¿En serio?– –Sí, sé que mi abu quería que hiciéramos las paces, pero ya no puedo soportar que ellos me eviten y si no resuelvo nada esta vez daré vuelta a la hoja y seguiré con mi vida– –Pues yo creo que está bien, no es bueno que te estés desgastando por ellos– –Si, así es… ¿Me acompañarías?– – ¿De verdad?– –No quiero ir sola– –Claro Amor cuenta conmigo– – ¿Crees poder acompañarme el viernes después del trabajo?–

–Cuando tú quieras Lena– Se recostó en mi hombro y me abrazo. Estuvimos en silencio unos minutos, cerré los ojos y comencé a frotar su espalda con mis manos. –Mañana voy a cantar ¿Crees que Renne quiera ir?– –Mmm yo creo que sí, ya sabes que ella te pidió que la invitaras– –Ella me agrada– – ¿En serio?– Se levantó y me miro. – ¿Por qué lo dudas?– –Bueno después de que te estuvo molestando para que fueras su amiga no creí que en verdad te agradara– –Hay veces que es una niña pequeña y juguetona, pero creo que es porque las dos son un par de consentidas– –Consentida ¿Yo?– Eso no puede ser posible ¿O sí? –Jajajaja, si muchísimo, pero me gusta, sus mamás las quieren mucho y cuando yo sea mamá creo que también consentiré muchísimo a mis bebés– Lena mamá, muero de ganas por verla así –Cuando te fuiste en el taxi, me sentí muy mal– Su tono de voz se volvió triste pero su mirada nunca se apartó de mi– Tú no entendiste que en verdad me estaba disculpando. Fui muy estúpida al pedirte ser amigas con derechos, cuando creí que te había perdido me arrepentí, pero tú solo te fuiste– Ay no, vi sus ojos humedecerse. –Lena...– –No, espera. Creí que Renne estaría molesta, pero cuando le explique que no entendiste mi disculpa ella me dijo que éramos muy complicadas, luego me llevo a su cuarto y platicamos– –Yo pensé que te estabas disculpando por no poder ser mi novia– –No, me estaba disculpando por proponerte algo que nunca quise para nosotras– –Soy una tonta– –Somos una tontas– Y me dio un pequeño beso en los labios –Te extrañe el fin de semana y me estaba volviendo loca, pero tu hermana me repetía una y otra vez que todo estaría bien, que tú me querías lo suficiente como para solucionar todo– –Lena eso no lo dudes nunca. En verdad me siento como una idiota, si no me hubiera ido, tú y yo...– –Si no te hubiera dicho eso... Mi abu siempre me decía que él hubiera no existe. Creo que al final todo esto que pasó, sirvió para darme cuenta lo mucho que te quiero– –Yo te quiero más Gatita– Ambas nos sonreímos –Te prometo que si algún día discutimos trataremos de hablar– – ¿Qué te parece darnos 15 minutos y luego hablar?–

– ¿Por qué?– –Ratoncito, por si no lo notaste somos muy explosivas– –Solo un poco Amor– Ambas empezamos a reír –Ok entonces es un trato– –Trato– Como ya es costumbre nos empezamos a besar hasta que el sonido del teléfono de Lena nos interrumpió –Tengo que contestar– –Si es importante ya llamara de nuevo– Estaba por besarla una vez más, pero en eso se activó la contestadora. – ¿Lena? Responde, soy Pepa ¿Quiero saber si aún estas llorando por esa niña? Mira que no me gusta hablar con el contestador joder– –Creo que tengo que responder– – ¿Me dijo niña?– –Eres más chica que nosotras– –Solo me llevas un año, ni que me llevaras 20– –Aun así eres menor– Me dio un beso en la punta de la nariz, tomo el teléfono que estaba sobre la mesa junto al sillón y contesto. No pretendía escuchar lo que Lena decía, pero eso fue imposible. Intentaba no mirarla aunque podía sentir que ella me miraba fijamente a mi yo intente entretenerme con un hilo imaginario en mi pantalón, le explico que entre nosotras estaba todo solucionado y que aunque no éramos novias, lo estábamos intentando. –Sí, está aquí a mi lado…– La escuche decir y voltee a verla –…si y me ve con unos ojitos interrogantes… mmm puede ser… ahora se ha sonrojado hasta las ojeras… si Pepa es terriblemente encantadora… lo sé, lo sé no tienes que decirme… jajajaja ya, adiós Pepa… si, si adiós– Y colgó. – ¿Así que Pepa?– –Sí– Se acercó y me dio un beso en la mejilla, que aún estaba colorada, por mmm no tengo idea. Pero escucharla hablar de mí y ver en sus ojos el reflejo de sus sentimientos, me hace sentirme eufórica –Ella es mi mejor amiga al igual que Jime. Espero que la conozcas pronto– – ¿Va a venir?– –No, ahorita no. Pero tal vez tú y yo podamos ir en vacaciones– –Si me gustaría– Le di un pequeño beso y al separarnos ella escondió su rostro en mi cuello. –Lizie ¿Aún no sabes si te quedas?– –Lena yo…– Como explicarle que no he dejado de pensar en encontrar una solución para estar juntas. –Pensé que con lo de Dan tu podrías quedarte–

–No hablemos de eso ahora– Lena se puso triste pero no quiero pensar en que tal vez la única solución es separarnos –Pase lo que pase, estaremos bien– –¿Lo prometes?– –Si– Acaricie su mejilla y ella cerro sus ojos. –Quédate esta noche– Me susurro. –¿Segura?– Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza y mi deseo se disparó, cerré los ojos por un segundo e imágenes de Lena desnuda entre mis brazos aparecieron en mi mente. –Sí, pero no va a pasar eso que estás pensando– Y así con esas palabras Lena me bajo de mi nube erótica. –¿Por qué?– Hice un puchero. –Porque solo te haré el amor cuando seas mi novia– –Pero… pero ¿Por quéeéé? Lena eso puede ser mañana o puede que sea en años– Y yo lo quiero ahorita. –Lizie no seas desesperada– Solo gemí –Me encantas Lizie y quiero que todo lo que viva contigo sea diferente pero sobre todo especial– –Pero Len...– Puso su dedo índice sobre mis labios. –Te amo Ratoncita y te puedo asegurar que no pasara mucho antes de que te haga mía de nuevo – Mi cuerpo tembló, me encanta esa voz sexy que usa cuando me habla de esa forma. – ¿Por qué quieres que me quede?– –No quiero estar sola– Me dijo en voz baja. Pude sentir un matiz de tristeza en ella, pero era diferente cuando hablamos de que tal vez debamos separarnos. – ¿Lena?– Quiero saber todo de ti, dime que pasa. –Hoy hace dos años que murió mi abu– Sus ojos se inundaron de lágrimas y de inmediato la abrace. –Shhh, cariño no llores, me quedare contigo ¿Necesitas que te consiga algo?– –Solo no me sueltes– –Lo que tú me pidas Amor– Abrazadas caminamos hasta su habitación, ella entro al baño y mientras yo me puse la playera que me presto para dormir, me acosté y espere a Lena. Se puso su pijama rosa, esa que me hace perder la cabeza, pero esta noche Lena solo necesita mi compañía y eso le daré. Subió a la cama y se acomodó entre mis brazos, no dijimos nada, solo la abrace y acaricie su espalda, una vez que escuche su respiración pausada diciendo que se había quedado dormida tome mi celular y le mande un mensaje a Renne diciendo que no llegaría dormir, que les avisara a nuestras madres. La respuesta no se hizo esperar. –Pillina–

No puede evitar sonreír y mirar a Lena. Puedo sentir su calor, el cómo late su corazón. Así que cerré los ojos para disfrutar de su presencia, la abrace un poco más, muero de ganas de hacer el amor con ella pero creo que no hay mejor forma de demostrar mi amor por ella que sostenerla en este momento cuando más me necesita. Me siento inquieta creo que estoy soñando pero no es un mal sueño, solo siento que necesito algo, me hace falta y mis manos lo buscan pero no lo encuentro con un ligero sobresalto abro los ojos y miro el techo que aún se encuentra en penumbras, por un momento me siento desubicada y entonces recuerdo que me quede con Lena, pero ella ya no está en mis brazos. Me giro y veo su espalda, es ella la que me hace falta y no pude evitar acercarme para rodear su cintura con mi brazo y pegar mi cuerpo por completo al de mi hermosa Lena. Sí, ella es lo que me falta, entierro mi cara en su cuello y aspiro su dulce aroma... –Vainilla– – ¿Mmm?– –Hueles a vainilla– Le susurró al oído, siento su cuerpo estremecer, su mano recorre la mía en una delicada caricia y comienza un suave balanceo de sus caderas yo solo me uno a ella en el movimiento, completamente delicioso, deslizo mi mano bajo su pijama para poder tocar la piel de su abdomen, es tan suave y cálida pero quiero más. Si deslizara mi mano unos centímetros más arriba podría sentir la suavidad y al mismo tiempo la rigidez de esos pechos que me encantaría probar con mi boca, pero si movía mi mano hacia bajo podría tocar ese lugar que tanto deseo poseer pero... –Dios Lena si no quieres que pierda el control es mejor que pares– Le dije con los dientes apretados, así que se detuvo. Yo deje escapar un gruñido y me aleje unos centímetros de su cuerpo. –Linda forma de despertar– Me dijo sonriente al darse la vuelta, entonces fue que nuestras miradas se encontraron –Dios Lizie lo siento– Sabía que veía mi deseo contenido en ellos. –Estoy bien yo solo creo... Dios– De nuevo me gire para mirar el techo y cubrí mis ojos con mi brazo –Dame cinco minutos– –Sabes algo– – ¿Mmm?– –Sabes que yo quiero esperar hasta que seamos novias– –Sí, lo sé y respetare tu decisión aunque te desee mucho– –Eres tan linda mi Amor– Pude sentir el movimiento de la cama diciéndome que Lena se acercaba a mí y no me equivoque, sentí sus dedos tocar el borde de la playera que llegaba un poco más arriba de mi muslo. La piel se me puso de gallina de inmediato. – ¿Lena?– Quite mi brazo de mis ojos para poder verla y su mirada era de hambre. –En verdad lo siento Amor pero nunca hablamos de no llegar a tercera base– –¿Tercera base? –

–¿No sabes? – –No, no estoy segura– Trague grueso, no sabía que era lo que estaba pasando por la mente de Lena y eso me excita pero al mismo tiempo me asusta. –Esto es primera base– Me dijo mientras me besaba despacio, muy despacio rozando mis labios con sus dientes y mordiéndolos ligeramente –Esto es segunda base– Dijo al separarse solo por un segundo y volviendo a besarme pero esta vez intensificando el beso. Bajo sus manos y acaricio mis piernas. Con mucho, muchísimo esfuerzo me separe de ella, con voz entre cortada le pregunte –¿Ya estamos en tercera base?– Su sonrisa ladina me dio la respuesta y ese beso estaba lejos de ser lo que ella tenía planeado, una vez más tomo mis labios y nos besamos de una forma que haría sonrojar a mis madres y mientras ella apretaba uno de mis pechos, fue entonces cuando recapacite sobre lo que estaba pasando –Para… por favor– –No– –¿Eh?– De repente Lena estaba sobre mi besándome con una lujuria descomunal y yo estaba tan sumida aun en las nubes de placer que me deje llevar. Mis manos viajaron hasta su trasero y lo estruje con fuerza, recorriendo su espalda hasta llegar a su cabeza y dejar una mano ahí para poder profundizar el beso aún más y con la otra regresar a ese turgente culo para apretarlo, sentir sus pechos frotándose con los míos saber que solo un par de delgadas capaz de ropa nos separaban hizo que mi libido subirá a los cielos, nuestras lenguas intentaban ganar aún más terreno si es que se podía, me sentía como un volcán a punto de entrar en erupción pero al sentir el roce de su pierna entre las mías me devolvió a la realidad, mi mente decía que me detuviera pero cada suspiro que escuchaba salir de la boca de Lena me nublaba más y más mi sentido común. Con la poca fuerza de voluntad que aún permanecía en mi cuerpo la tome de la cintura y la aleje unos centímetros de mí. –Lena prometimos esperar y si seguimos así no creo que lo logremos, me cuesta mucho trabajo contenerme– Con mi mano quite un mecho de cabello que caía de manera sexy sobre su rostro. –Oh diablos– Se apartó de mí y se dejó caer a mi lado –Creo que no fue buena idea– Su voz sonaba agitada y ronca, su cabello estaba revuelto y su pijama fuera de lugar. Podía ver el borde de uno de sus pechos, yo solo trague grueso. –Fue una magnífica idea y quiero más– Me subí a horcajadas sobre sus piernas. –Lizie la promesa– –Un beso, solo quiero un beso más– Y sin dudarlo me apodere de su labios y fui recibida por una lengua tan ansiosa como la mía. Los silencios de la habitación eran llenados solo con suspiros y nuestros nombres susurrados en esos instantes que necesitábamos tomar un poco de aire solo para volver a besarnos. Fue la alarma del celular de Lena que cortó nuestro beso y nos dijo que ya era hora de regresar a la realidad. –Lo mejor es que me levante– –Solo abrázame un minuto– Y eso fue lo que hice, estuvimos así hasta que nuestro pulso de calmo.

–Por cierto buenos días mi Gatita– Le susurre al oído. –Buenos días mi Ratoncito Prrrrr– Sentí un ronroneo en mi cuello. –Lenaaa– –¿Quééé?– Me miro con inocencia. –Eres terrible– – ¿Y eso sería algo malo?– Para no caer de nueva en tentación me aleje de ella y salí de la cama en busca de mi ropa. –Eso es lo malo, que me encanta que seas así– Le dije antes de entrar al baño para vestirme. Treinta minutos después estaba en mi departamento ya había salido de la ducha y me arreglaba frente al espejo, Renne me veía sentada desde su cama. –No me vas a contar– – ¿Qué cosa?– –No te hagas la tonta Lizie– –No hay nada que contar solo dormimos y ya– Con excepción de esta mañana, pero ni loca le cuento a Renne. –Está bien no me digas, pero yo ya no te contare nada– –Pues yo nunca te pido que me cuentes, tú lo haces solita– La mire por el espejo –Ay no Renne– Deje el delineador sobre el tocador y me gire a verla –Por favor no vayas a llorar, no lo soporto lo sabes– –Pero es que tú eres mala conmigo– Debería causarme risa la actitud de mi hermana pero siempre al ver sus ojos humedecerse, mi voluntad se hace de gelatina y accedo a lo que ella quiere, lo sé, es puro y vil chantaje. Deje escapar un suspiro –No pasó nada te lo juro, ella no quería estar sola, ayer fue el aniversario luctuoso de su abuelita, por eso quería que me quedara para acompañarla– –Oooh, pobre Lena, por lo que me ha platicado de su abu debió ser alguien genial. Me hubiera encantado conocerla– –Si a mí también– –¿Niñas están listas?– Nos preguntó mami Sam desde la puerta. –Súper listas mami– Y Renne salió muy alegre de la habitación. – ¿Todo bien?– –Sí, ¿Podemos pasar por Lena?– –Por supuesto cariño ¿Segura que todo está bien? Sabes que puedes confiar en nosotras–

–En verdad mami, no pasa nada solo la tonta de Renne que me molesta– –Está bien cariño, ve por Lena– –Dame un minuto– Me fui a terminar de maquillar. –Las esperamos abajo– Solo asentí y la vi salir por la puerta. Íbamos en el auto de mamá de camino a la empresa. Lena, Renne y yo íbamos platicando en la parte trasera, bueno realmente Renne nos platicaba de su maravilloso noviazgo con Dan, de lo talentoso, guapo e inteligente que es. Por el espejo retrovisor pude ver la muecas que hacia mamá al escucharla y la sonrisa disimulada de mami. –Por cierto Renne ¿Ya te dijo Lizie?– – ¿Qué cosa?– –Sobre lo de…– –Oh por Dios ¡¡YA SON NOVIAS!!– Grito Renne y de repente mi mamá freno e hizo que casi nos golpeáramos en los asientos delanteros. –Alejandra ten más cuidado– La reprendió mi mami, pero mamá solo se giró a vernos. –¿No pensaban decirnos?– Nos preguntó y antes de que pudiera responderle, mamá, mami y Renne nos bombardearon con preguntas al mismo tiempo que ni Lena ni yo supimos cual responder primero. –¡Basta!– Y el silencio se hizo en el auto –Lena y yo aún no somos novias, estamos tomando nuestro tiempo ya se los hemos dicho– Todas voltearon a ver a Lena, como si no creyeran en mis palabras. –Lo que dice Lizie es verdad, queremos ir con calma– Lena apretó mi mano. –No creo que Lizie quiera esperar por mucho, si a leguas se le nota que te trae…– –Cállate Renne– –Cállate tú, rubia loca– –Niñas– –Pero mami– –Renne deja de molestar a tu hermana– Le sonreí triunfante a la Lagartija. –Solo una última pregunta– Dijo mamá, por un momento lo dude, pero que tan malo puede ser. –Está bien– –¿Están tomando las precauciones que te dije?– Debí haber dicho que no. –¡¡Por Dios, mamá!!– Lena se llevó una mano a la boca para evitar soltar una carcajada. Pero Renne si la soltó con ganas y mami no se quedó atrás –¿Podemos irnos ya?– –No aguantas nada mi cachito de cielo–

–¿Cachito de cielo?– –No sabes lo que acabas de hacer Lena– Mamá ama contar cada detalle de mi nacimiento y esta no sería la excepción. Suspiraba, sonreía y podía ver ese brillo en sus ojos en cada palabra que salía de su boca. Yo amo a mi madre pero solo contaba los minutos para llegar a la oficina, pero cada semáforo de la cuidad estaba en mí contra. –Y cuando me la pusieron en mis brazos vi en sus pequeños ojitos un pedacito de cielo y por eso la llamo así, mi pequeño cachito de cielo– Dijo alargando estas últimas palabras y si no estuviera al volante hubiera levantado las manos al cielo y las hubiera movido con más ahínco. –Lena ya no querrá ser mi novia después de esto– Le dije cruzándome de brazos y recargándome por completo en el asiento. –Tú no te libraras de mí tan fácilmente– Me dio un beso en la mejilla –Y es una hermosa historia señora Alex– Todas estallamos en carcajadas al escucharla llamar así a mamá, claro menos mamá. –Lo siento Amor– Mami acaricio la mejilla de mamá en forma de disculpa –Lena solo llámala Alex– Por un instante miro a mamá y de nuevo se dirigió a Lena –Ella es muy sensible respecto a la edad– Susurro pero obvio todas la escuchamos. –Samii– –Ya me lo había pedido señora Sam, solo que lo siento un poco raro, pero bueno al menos no le dije Doña Alex como Jime a la mama de Amy– –Oh por Dios, tengo que molestar con eso a Isabel– Mamá sonrió de manera traviesa, pero el gusto le duró poco. –No Alex, no lo harás– Mamá hizo un mohín –Lena cariño, para ti somos Alex y Sam nada de señora o doña o algún título raro, bueno tal vez licenciadas cuando estemos en el trabajo pero fuera de él y estando en familia, solo somos Alex y Sam– Y mi mami le sonrió de esa manera tan dulce. –Sí, Sam– Lena le correspondió la sonrisa a mami, pero de nuevo note que no se reflejó en su mirada. El resto del camino la atención de mamá fue hacia Renne y sus clases en la universidad. La verdad es que no puse mucha atención, yo solo miraba a Lena, las sonrisas tímidas y las miradas tenues con las que veía a mis madres, era como si de repente se sintiera cohibida. Al bajar del coche tome la mano de Lena y me quede atrás junto a ella. –Hey Amor ¿Qué pasa?– Por un momento guardo silencio, mientras veíamos a mis madres y a Renne caminar frente a nosotras. –Tu familia es maravillosa– –Recuérdame que no volvamos a venir con ellas– Le dije bromeando, pero esa mirada rara de nuevo apareció y me preocupe – ¿Te molesto algo de lo que ellas dijeron?– –No es eso Lizie, en realidad me gustó mucho sentirme parte de una familia, ser cómplice de bromas y momentos, fue raro y mágico a la vez... pero aún me asusta–

–Bueno yo creo que estar con ellas tres– Le dije señalándolas con la cabeza –Asusta a cualquiera– –Lizie– –Sé de lo que estás hablando Lena y espero que cuando termines de conocerlas aun quieras pertenecer a mi familia– –Me vas hacer llorar Lizie– Solté su mano, solo para poder abrazarla. –Par de tórtolas pueden seguir con sus arrumacos para después, el trabajo nos espera– Hice como si no hubiera escuchado a Renne. –¿Ya estás bien?– Le limpie una lagrima solitaria que surcaba la mejilla de Lena. Y mi atención estaba en ella que no lo vi venir. –Aush, idiota ¿Qué te pasa? ¿Por qué me pegas?– Mire a Renne mientras sobaba mi brazo, donde había recibido el golpe. –Por hacer llorar a Lena, seguramente le dijiste una burrada– –Antes de sacar conclusiones, pregunta– –Ella no me hizo nada Renne ¿Te duele?– Lena paso las yemas de sus dedos donde me había pegado Renne y no puede evitar hacer una cara de dolor. –¿Pero tienes mano de fierro? ¿O qué? Dios eso me va a dejar marca, Diablos Renne en serio– –Eres una llorona– Se mofo de mi Renne. –Vamos a ver quién llora– Estaba por darle un golpe pero la mano de Lena me detuvo –Deja que le pegue– Hice un puchero y Lena entrecruzo nuestros dedos y comenzó a reír. –Parecen un par de niñas– –¡No es verdad!– Dijimos al mismo tiempo y la risa de Lena aumento. –Ya déjalo, que vamos a llegar tarde– Lena se acercó a mí para robarme un beso. –Y va a ser por tu culpa– Reclamó mi entrometida hermana. Simplemente la ignore. Como si no existiera –Por favor Lena, mejor no la invites– – ¿A dónde?– –A ninguna parte– –Estoy hablando con Lena– De inmediato la tomó del brazo y la jalo para caminar junto a ella, yo me quede un paso atrás haciendo un mohín y sobándome aun el brazo que seguía adolorido. –Le decía a Lizie que hoy regreso a cantar y le preguntaba si te gustaría venir con nosotras– –Oooh ¿En serio?– –Si–

–Me encantaría ¿Y puede venir Dan?– –Claro, aunque es un bar para chicas– –Pues mucho mejor, así me protege de todas las que quieran conmigo– –Jajajaja por favor hermanita– –Sabes Lena, deberías enseñarle modales– –Mira Lagartija te estás pasando– Le dije con enfado. –Creo que mami me llama– Y salió corriendo. –La muy cobarde– Seguimos caminando hasta que llegamos al pasillo donde estaban nuestros respectivos lugares de trabajo, solo que en lados opuestos de la empresa. –¿Te veo en la noche?– –¿No vamos a comer juntas?– –Tengo reunión esta tarde con Dan y la jefa Danni y después tengo que ir al bar para hacer unos arreglos con Jime así que lo mejor es que nos veamos allá– –No me gusta esa idea– –A mí tampoco, te extrañare muchísimo– –Yo más– Le di un ligero beso en los labios –Que tengas un lindo día Amor– Pero ella me beso antes de irse. Ay el amor es tan lindo. Estar en el trabajo y ayudar a mamá me encanta, pero hoy no he podido concéntrame y el día se me ha hecho eterno, era como si los minutos se convirtieran en horas. Si mire el reloj cien veces en el día fue poco, tan solo con pensar que no veré a Lena sino hasta la noche me hace sentir inquieta y empeoro mientras veía pasar el día sin poder estar con mi Gatita. Acababa de terminar de arreglarme, me vi en el espejo y el resultado me fascino esperaba que a Lena también. Estaba lista y ya quería marcharme, era demasiado tiempo sin mi Amor, pero Renne aún no terminaba de arreglarse –¿Renne puedes apurarte?– –Ya deja de apresurarme, no me voy a ir contigo– –Pero no sé qué tanto haces, si yo… ¿Qué?– –Antes de ir al bar voy a dar una vuelta con Dan– –¿Y por qué no me lo dijiste?– –Porque apenas me lo dijo– Y me enseño su celular. –¡Renne llevas media hora peinándote, no puede ser que apenas te lo dijo!– –Ya, ya hermanita, estas muy estresada. Además no eres mi mamá para que te pida permiso–

–No te estoy reclamando que no me pidas permiso, te estoy reclamando que no me digas que no vas a ir conmigo– –¿Chicas que pasa?– –Mami, Lizie está de muy mal humor– –No estoy de mal humor Renne– –¡No me grites!– –¡Tú no me grites!– –Chicas basta– –Ella empezó– Dijimos al mismo tiempo –Tú fuiste– –¡Basta! Ninguna de las dos sale esta noche– –Pero mamiii– –¡No salen!– –Mami por favor– –Se comportan como niñas, las trato como niñas– –¿Qué está pasando aquí?, ¿Por qué tanto grito?– Ver llegar a mamá fue un alivio, siempre en los casos donde mami nos castiga ella es como nuestra salvadora y hace que el castigo sea olvidado. –Tus hijas que están peleando– –¿Mis hijas? ¿Por qué siempre que te enojas con ellas son mis hijas?– –¡Alex!– –Amor de mi vida, dueña de mi corazón– Se acercó a mi mami, la tomó de la cintura y con su cuerpo nos bloqueó para que mami no nos viera. Mamá nos hizo una seña con la mano para que saliéramos –Señora usted y yo tenemos planes, si mal no recuerdo– –Pero las ni…– La beso y como siempre dejamos de existir. Renne tomó su bolso y yo mi chaqueta y salimos de ahí. –Mamá es la mejor, aunque se meterá en problemas– Le dije a Renne mientras bajábamos en el ascensor. –No creo que le moleste, más bien espera un castigo, ya sabes…– Me miro con una sonrisa pícara y levanto las cejas. –Por Dios Renne, no quiero saber de la vida sexual de nuestras madres– –Jajajaja ay rubia. Oye, ¿Crees que lo mejor sea no llegar esta noche?– –Creo que sí, espero que Lena me deje quedarme en su departamento–

–¿Crees que me deje quedar?– Y luego me sonrió –Solo que si se ponen como nuestras mamás voy a tener que irme con Dan– –Uy que sacrificio, pero para tu información; Lena no quiere nada de nada hasta que seamos novias– Caminamos hasta salir del edificio. –Con razón estas de tan mal humor– –No empieces Lagartija– –Ya viene Dan, nos vemos en el bar– –Me mandas un mensaje cuando estén ahí– Le dije mientras se subía al coche de Daniel y este no espero mucho para irse, solo me dio tiempo de saludarlo haciendo una seña con la mano –Parece que tienen prisa por estar solos– Sonreí para mí misma y le hice señas aun taxi, yo también estaba ansiosa por estar a solas con Lena. –Lizie cariño te hemos extrañado– Me dijo Freddy que estaba sirviendo tragos detrás de la barra. –Así que Jime ya te dijo que no soy Kim– –Sí y la verdad Elizabeth es mucho más lindo, como que con esa cara de ángel te queda, aunque ese cabello rubio cariño, sé que es más atractivo ser rubia, pero tu cabello negro te daba un aire... Salvaje– Me recorrió con la mirada y me entrego una cerveza – ¿Cómo te ha ido? Me entere que habías tenido un accidente y saliste lastimada– –Sí, tuve un problema con la moto pero ya estoy bien– –¿Y piensas regresar? Te extrañamos– –Tal vez venga de vez en cuando, ahora estoy trabajando en una compañía de publicidad– –Oh perfecto, pero no dejes de venir a visitarnos– –Aquí me veras, por lo menos cuando cante Lena– –Ah la bella Lena, si fuera heterosexual créeme que estaría tras de ella– No soy celosa, al menos eso pensaba, pero lo único que quería en ese momento era arrancarle la cabeza a mi amigo. Para calmarme un poco, me gire a ver el lugar lleno, muy lleno realmente, he de admitir que extraño trabajar aquí, el ambiente, puedo reconocer a una que otra chica que venían algunas de las noches. Distinguir las miradas que buscan una conquista, las tímidas, las primerizas que casi quieren esconderse en un rincón, las osadas que saben muy bien cómo quieren que termine la noche, las chicas enamoradas que se las pasan dándose mimos. A lo lejos vi a mi hermana que venía de la mano de su novio. –Aquí estas, fue toda una odisea entrar, si no fuera porque Amy nos vio en la fila aun estaríamos afuera– Entonces como es su costumbre tomo mi cerveza y le dio un trago. –Oye, es mía– –Asssh no seas envidiosa. Toma– –No, ya no quiero está llena de babas. Y te dije que me llamaras para ayudarte a entrar–

–Pues eso hicimos, pero nunca respondiste– Me dijo Dan mientras me entregaba otra cerveza. Saque mi teléfono y me di cuenta que estaba apagado, lo prendí y de inmediato saltaron los buzones de voz de mi hermana y un mensaje de Lena, que de inmediato leí. –¿Puedes venir? – –Ahora vengo– –¿A dónde vas?– –Lena quiere verme, no tardo– Fui a la parte de atrás, ahí me encontré a Rox. –Hey niña, aquí solo es para empleados– Se acercó a mí y me abrazó –¿Cómo te ha ido Lizie?– –Bien Rox ¿Y tú?– –Bien, preparándonos para una gran noche, se enteraron que Lena ha vuelto y bueno todo el mundo quiere entrar ¿No te gustaría darme una mano? Aún tengo tu peluca– –Tal vez, solo si en verdad necesitas mi ayuda, pero me gustaría ver a Lena en el escenario– –Mmmm lo sospeche. Supongo que viniste a desearle suerte ¿No es así?– –Sí, aunque ella me mandó un mensaje pidiéndome venir ¿No sabes dónde está?– –La vi atrás con Jime, será que te apures porque en diez minutos empieza el show– –Entonces será mejor que me dé prisa, te veo al rato– Fui a donde me había dicho Rox y ahí estaba Lena con el atuendo más sexi que le había visto – ¿Estoy muerta?– –¿Qué? ¿Estás bien Lizie?– Me preguntó Jime mientras ponía su mano en mi frente – ¿Te pegaste de nuevo en la cabeza?– –No... Si... Este yo, creo que estoy viendo un ángel– –Eres tan cursi que me asustas. Lena no tardes– Me dio una palmada en la espalda y se fue. –No, ya voy– Camino hasta donde yo estaba, me rodeo con sus brazos mi cuello y con las voz más sexy me dijo – ¿Así que soy un ángel?– –Directo del cielo– Junte aún más nuestros cuerpos –¿Me buscabas?– –Te mande el mensaje desde hace un rato– –Mi teléfono se apagó, cuando llegó Renne me lo hizo notar, pero ya estoy aquí ¿Necesitas algo?– –Sí, necesito esto...– Me besó, un beso lento, muy lento, tan delicioso que si no fuera por la necesidad de respirar no me habría separado de sus labios nunca. Al hacerlo sentí un ligero jalón en mi labio inferior y sonreí. –¿Te gustan?– Le pregunte mientras que con su dedo acaricio el piercing de mi ceja. –Sí, mucho, te hacen ver aún más sexy, ¿No tendrás uno para la lengua?– –No–

–Es una lástima– –¿Te estas quejando de mi lengua?– –Tu lengua es deliciosa, toda tú lo eres– Y apretó su cuerpo aún más al mío. –Lena no deberíamos hablar de este tema, porque te juro que estoy a punto de llevarte a tu departamento y…– –Tienes razón, mejor dame otro beso– Y así lo hice –Te quería ver por qué necesitaba que me desearas suerte– Me dijo al separarnos una vez más. –Nunca le había deseado suerte así a nadie– –Pues yo solo espero que solo lo hagas conmigo– Me dio otro beso –Podría ser una tradición, una que sea solo nuestra ¿Qué te parece?– –Me encantan tus ideas– –¿Solo mis ideas?– –Te podría decir todo lo que me encanta de ti, pero si lo hago lo más seguro es que no salgas a cantar y entonces Jime me haría algo muy malo– –Está bien, solo porque quiero protegerte saldré, pero luego seguiremos con esto– –Lena, tú dijiste que...– –Sí, es cierto– –Lena ¿Por qué no solo somos novias y ya?– –Porque quiero que cuando te haga la pregunta sea en lugar especial, además acordamos que iríamos más lento– Me dio un beso en la mejilla –Te amo Lizie, no sabes cuánto, pero quiero que todo lo que pase con nosotras sea hermoso ¿Me entiendes?– –En parte, créeme que lo estoy intentando– Le hice un puchero y enterré mi rostro en su cuello – Pero es solo que muero de ganas por hacerte el amor– –No eres la única Ratoncita ¿Me deseas suerte de nuevo?– Me separe para verla a los ojos. –¿Segura? No sé si tenga las fuerzas para separarme de ti– –Intentemos– –Buena suerte Gatita– Nos besamos de nuevo y como lo predije no pude soltarme de ella. La pegue contra la pared, lleve mis manos a sus caderas y la levante un poco para poder meter una de mis piernas entre las suyas. Sabía que estábamos perdiendo en control por completo, pero ya no me importaba. –¡Lizie suelta a mi vocalista!– La voz de Jime me hizo separar mis labios de los de Lena. Y al mirarla a los ojos fui consciente de lo que estábamos haciendo. –Yo lo sien…– Un dedo de Lena, detuvo mis palabras.

–Shhh, no te disculpes por algo que ambas queríamos Lizie– Esta tan cerca, su cálido aliento roza mi cara, solo un beso más, uno más, y estaba por tocar sus labios pero Jime intervino una vez más. –Quietas, principalmente tú Lizie– Levante las manos y di un paso atrás. Me faltaba el aire, al igual que a ella, quería volver a sus labios, quería volver a ella –Lena, ya es hora el público nos espera– Obedecimos a Jime y al fijarme en los ojos de Lena vi el mismo deseo que de seguro yo reflejaba. Nos sonreímos, porque ambas sabíamos lo que sentíamos en ese momento. Le dije adiós y me fui a buscar la mesa donde ya me esperaban Dan, Renne y junto a ellos Amy. –Pero mira que cara de boba traes, primita– –También me alegro de verte Amy– Le di un par de besos en la mejilla y me senté junto a ella. –Viene de ver a Lena– Le dijo la entrometida de mi hermana. –Oh, eso lo explica todo– Sé que querían molestarme así que no les hice mucho caso –Y bien ¿Que les ha parecido el lugar?– Me dirigí a Dan y a mi hermana. Pero ambos guardaron silencio. –¿Qué pasa?– Les pregunte. –Dan esta celoso– Me dijo Renne. –¿Qué hiciste?– –Qué no hizo jajaja– –Amy no me estas ayudando– –No entiendo ¿Dan?– –Pregúntale a tu hermana– –No pasó nada– –¿Nada? Jajajaja imagínate si hubiera pasado. Lizie ¿Ves la chica que está sentada en la barra, la de camisa azul?– –Si– –Ahh pues esa chica le coqueteo a esta señorita, no cualquier cosa, no sino un coqueteo en serio ¿Y sabes lo que hizo?– Amy señalo a mi hermana y esta solo se giró molesta. Mire a la chica en cuestión y después a mi hermana, mi hermanita Renne, la Lagartija hija de Alex y Sam… Oh por Dios. –Nooo– –Sí, le respondió con un giño y una sonrisa deslumbrante– –Por Dios, Renne– –Eso no es un delito ¿O sí?–

–Claro que no es un delito– Le dije y Dan casi me atraviesa con la mirada, aun así continúe –Pero te recuerdo que tienes novio y está sentado a tu lado. Dime ¿Qué hubieras hecho tú, si esa chica en lugar de coquetear contigo, lo hace con Dan?– Su cara de sorpresa lo dijo todo –¿Cómo hubieras reaccionado si Dan le responde al coqueteo?– –Yo… él no…– –Verdad que no te gustaría– –Amorcito lo siento– Y se lanzó a los brazos de él, por un segundo Dan solo la abrazo, su semblante aún estaba serio pero solo duro un segundo antes de que la estrechara con fuerza y una sonrisa apareciera en su rostro. Le susurro algo al oído y Renne se sonrojo y asintió, verlos así me alegra solo espero que la loca de mi hermana no haga otra tontería esta noche. Mientras Renne y Dan se perdían en sus miradas, Amy me contaba cómo era vivir junto con Jime, algunos conflictos como creo que pasa en todo comienzo en las parejas, pero fuera de eso, parecía que les iba muy bien. La música paro y una acorde musical se escuchó al fondo y después de esta la voz más hermosa del planeta resonó, y como ya lo había visto en más de una ocasión, todas las chicas se acercaron al escenario y comenzaron a gritar, pero esta vez algo era diferente, Lena era mía y no me gustaba lo que estaba viendo y escuchando. –Por Dios, Lena canta increíble– Me susurro Renne al oído, yo no respondí, mi mirada estaba en el escenario. Lena estaba rodeada de cientos de chicas que le gritaban, algunas coreaban la canción, otras le decían lo hermosa que era, lo sexy que se veía y lo acepto es hermosa y se veía realmente sexy, pero otras le decían cosas que hasta a mí me hicieron sonrojar. Pero había una chica en especial, la misma que coqueteo con Renne. Estaba cerca del escenario y su mirada estaba clavada en Lena y lo que vi hizo que ese instinto asesino surgiera, ella se devoraba con la mirada a Lena y eso es algo que solo yo puedo hacer. –Voy a desaparecerla– –¿Qué?– Me pregunto Amy. –Que voy a romperle la cara a esa– Me levante y me dirigí hacia el escenario. –Lizie, hey Lizie ¿Pero qué te pasa? ¿A dónde vas?– Escuche a Amy pero no me detuve, camine entre la multitud, mi mirada estaba en esa chica. Estaba que explotaba de celos. No podía dejar de ver cómo observaba a Lena, esa forma de devorarla con la mirada, como le gritaba cosas, ya estaba a solo un par de metros pero entonces por un instante mire al escenario y mis ojos se cruzan con los de ella. Esos celos, esa ira, ese enojo se evaporo, me detuve, la mire y me perdí en ella, todo mundo a mí alrededor desapareció, era como si Lena me cantara solo a mí, como si estuviera a mi lado cantándome al oído y mi corazón se llenó de seguridad. Me quede ahí mirándola, rodeada de chicas gritando su nombre, pero ya no me importo porque su mirada me lo dice todo, que ella es solo mía. –¿Estas segura que podemos quedarnos, no te molesta?– Le pregunte cuando ya estábamos dentro de su departamento, mamá nos había mandado un mensaje muy claro; –No las quiero aquí, nos vemos mañana temprano–

Y fue cuando decidimos que si nos quedaríamos con Lena. Renne quería irse con Dan, pero Dan como buen caballero o más bien temeroso a mamá, le dijo que era mejor que también se quedara con Lena. Me sorprendió que aceptara a la primera pero después de lo del bar, al parecer se comportara bien aunque no creo que dure mucho su buen comportamiento. –Claro que no Amor, aunque me encantaría decirte que te quedaras en mi habitación pero dadas las circunstancias, no es lo más viable– –No tienes que decirlo, lo sé– Dormir en la habitación de invitados en casa de mi futura novia sabiendo que ella está al otro lado del pasillo, no es lo mejor y si además le sumamos que tengo que dormir junto a mi hermana que no ha parado con sus lloriqueos sobre que Dan ya no la quiere por lo que paso en el bar y que por eso no quiso que se quedara con él, es aún más terrible. Cuando me aburrí de tanto drama la hice sufrir como por cinco minutos diciéndole que era lo más seguro, pero como no soporte verla llorar le dije no era verdad, que él solo la respetaba y que le tenía miedo a mamá. Me gane un golpe en el brazo antes de que se diera la vuelta para dormir, yo me quede mirando el techo, pensando un poco más en Lena. Al llegar a casa por la mañana, nos topamos a nuestras madres saliendo de su habitación, esperábamos una reprimenda por parte de mami Sam pero solo nos dio un buenos días y se dirigió a la cocina, miramos a mamá Alex y en su rostro solo había una enorme sonrisa y eso nos bastó para no querer preguntar más. Como cada viernes la salida de la oficina era a las tres de la tarde, invite a Lena a comer, pero su ánimo no era el mejor. Reconozco que yo también me sentía un poco nerviosa y que mi apetito también se había esfumado. Estaba por conocer a los padres de Lena, esos que la alejaron, que la despreciaron, los que la han herido y hecho llorar. Temo no poder contenerme y decirles lo malos padres que han sido. – ¿Crees que sepan que estoy aquí y por eso no aparecen?– La voz de Lena me saco de mis pensamientos. –No creo, dudo que conozcan el coche de mis mamás, además solo llevamos un par de horas esperando– La tristeza en sus ojos solo me hacía desear abrazarla. –Si no llegan en una hora nos vamos– –¿Segura? Por mí no hay problema podemos esperar el tiempo necesario– Sujete su mano para calmarla un poco. –Estoy segura, prefiero estar en cualquier otro lugar contigo en vez de estar esperando– –Está bien– La verdad es que estar esperando no era tan malo, ambas estábamos recostadas en nuestros respectivos asientos mientras acariciaba la mano de Lena, sin tener que decir nada. Veinte minutos después una camioneta nos ilumino antes de girar y entrar a la casa de los padres de Lena. –¿Crees que son ellos?– Le pregunte cuando una pareja bajo.

–Sí, esos son mis padres. Espérame aquí, voy a hablarles– –Lena– –¿Si?– –Suerte– Nos acercamos y nos dimos un beso en los labios. Bajó rápidamente del carro. Lena se acercó a ellos, al principio pareció que no la reconocieron, pero cuando se dieron cuenta de quién era cambiaron de actitud. No suelo ser entrometida pero me preocupaba Lena, así que baje mi ventanilla para poder escuchar algo de lo que hablaban. –¿Sigues con esa aberración de ser lesbiana?– Le preguntó su madre, que físicamente era como Lena, mismo tono de piel, casi misma altura, ojos bonitos pero que no reflejaban luz como los de Lena. Su padre un hombre con pelo cano, alto y delgado, que en su rostro no reflejaba mucho interés o sentimiento alguno. –Mamá, no es algo que dejes de ser de un día para el otro ¡Soy lesbiana! Tienen que aceptarlo– –Lena vete y no vuelvas– Dijo su papá. –Pero...– Ellos no le dieron oportunidad de decir más, se dieron vuelta y la dejaron ahí. Lena dejo escapar un suspiro y aunque diga que ya no le importa, eso fue una de las cosas más triste que he visto. Así que baje del auto y fui hasta donde ella, en cuanto me vio me abrazo –Fue inútil– –Son unos idiotas, eres una maravillosa persona Lena, si ellos no quieren verlo déjalos– Me miro y entonces me beso. –Eres tan adorable Lizie– Me acaricio la mejilla. –¡Por Dios Elena deja de humillarnos y vete!– Nos gritó su madre desde la puerta –Llévate a esa de aquí– –'Esa' tiene su nombre y te pido que la respetes, ella es Elizabeth Kuri Rodríguez y es mi novia– ¿Su novia? –¡No me importa quién es, solo quiero que se vayan!– –No te preocupes, eso haremos y ya no volveré jamás– Tomó mi mano y me jaló hasta llegar al coche. Le abrí la puerta para que subiera y después corrí a mi lugar para irnos de ahí –Lo siento– –¿Qué cosa?– –El que perdieras tú tiempo– –Lena, podría estar en una plática de física nuclear o en una explicación de todas las especies de dinosaurios, pero si es a tu lado jamás seria perder el tiempo– Estire mi mano y Lena entrecruzo nuestros dedos. –Los dinosaurios son lindos– Se acercó para darme un beso en la mejilla pero al final fue en los labios –¿Lizie?– –Dime–

–¿Quieres ser mi novia?– Si hubiéramos estado en movimiento de seguro chocamos, pero lo bueno es que estábamos en alto. Me quede sin palabras, podía escuchar mi corazón latir rápidamente – Yo sé que, tal vez quieras pensarlo, tú tienes que irte a Francia por lo de tu título y te dije que quería algo especial para cuando esto sucediera, pero yo...– –¿Te parece si vamos a algún lugar para poder hablar?– –Sí, por supuesto vamos– Encontramos una cafetería que tenía un aire rústico y acogedor. –¿Vamos a pedir de cenar de una vez? Ahora si tengo algo de hambre– –Sí, yo también tengo hambre– Llame a la mesera y pedimos algo. –¿Por qué no te has titulado Lizie?– Su pregunta me sorprendió un poco y se reflejó en mi cara – Bueno te pregunto por qué yo lo hice a los 22– No sabía cómo decirlo, pero mi silencio le dio la respuesta– ¿Juliette?– Solo asentí un poco apenada. –La conocí a los catorce y como dijera Renne, yo la seguía como cachorrito a todos lados y cuando ella decidió estudiar derecho pues…– –¿En serio estudiaste derecho?– –Me tarde dos años en darme cuenta que eso no era lo mío y al parecer ella también, cuando nos cambiamos de carrera a pesar de revalidar materias tuvimos que esperar medio semestre más para empezar prácticamente de cero, ella esperaba trabajar en la empresa de mami pero pues paso todo lo que ya sabes y yo no espere mi titulación porque solo quería escapar. Ha pasado tanto y ahora estoy aquí frente a ti tomando tu mano. No quiero dejarte Lena, no ahora que estamos empezando... esto– –Noviazgo, 'esto' es y será un noviazgo... Solo si tú quieres– –¿Estas segura? Porque si es solo por lo que paso hoy, yo preferiría esperar– –Elizabeth, hoy me di cuenta que por más que mi abuela quería que me reconciliara con mis padres eso no va a pasar, ellos nunca van a cambiar y yo tampoco lo haré solo para darles la razón. Quien me quiera tendrá que aceptarme tal y como soy– –Yo te quiero Lena– –Y yo a ti Lizie. Entones ¿Quieres ser mi novia?– –Si Lena, si– Y por alguna razón, una lagrima cruzo mi mejilla. –Ratoncito ¿Por qué lloras?– Y con su mano limpio mi mejilla. –Estoy feliz, muy feliz, pero si yo hubiera hecho las cosas bien desde un principio nosotras…– –Tal vez no estuviéramos aquí Lizie– Con sus manos tomo las mías y las estrecho fuerte –Todo lo que ha pasado, es para estar aquí en este lugar, en este preciso momento, aquí tomando tu mano y diciéndote que te amo– Y más lagrimas comenzaron a salir –Cariño no más lágrimas, este gran momento hay que celebrarlo, vayamos al bar y llamemos a las chicas ¿Te parece?–

Besé su mano y le sonreí –Me encanta la idea– Pagamos la cuenta y salimos del restaurante tomadas de las manos hacia el auto. –Lizie espera– No puede decir nada, porque ya me encontraba entre sus brazos y sus labios besaban los míos –Nuestro primer beso oficial– Me dijo sonriente, cuando se separó de mí. –Amor tú si sabes escoger buenos momentos y lugares para hacer las cosas– Le dije mirando el estacionamiento y la luz parpadeante de una lámpara sobre nosotras. –Aiish– Y camino molesta hacia la puerta del copiloto. –No te enojes, Lena es broma Amor– La abrace por la espalda y me recargue en ella –No me importa el lugar ni el momento, siempre que sea a tu lado– Se dio la vuelta, me tomo de la barbilla y se acercó a mí para un beso más. –Vámonos, que tenemos que celebrar mucho esta noche– –Yo te sigo a donde tú quieras Amor– –Y yo a ti mi vida– No lo supe en ese momento, pero algo dentro de mí me dijo que esas no fueron simples palabras, fueron el inicio de una promesa para toda la vida.

Capítulo 14 Tú Llegamos al bar, para ser un viernes en la noche todo estaba muy tranquilo. Rox nos dio un par de cervezas y nos sentamos en una de las mesas junto a la pista. –Llamare a Renne– –Yo llamare a Jime– Tres intentos, fueron suficientes para darme por vencida –Renne esta ilocalizable, no quiero pensar porque, pero es más que obvio con quien esta– –Jimena no puede venir, va a una cena a casa de sus suegros, eso significa que Amy tampoco vendrá– –Jajajaja pobre de Jime debe estar sufriendo– –Quería que la acompañara, le dije que no– –Entonces, ¿Solo seremos tú y yo?– –Al parecer si y sonara egoísta pero es mejor así, te quiero para mi sola esta noche – Se puso de pie y me extendió la mano– Lo primero que quiero es bailar con mi novia– Y así lo hicimos, no sé cuántas canciones, no sé por cuanto tiempo, minutos, horas, lo único en que pensaba era que tenía a la mujer más hermosa entre mis brazos, que se movía para mí, que me miraba a mí y solo a mí, esa mirada que en tan poco tiempo he aprendido a descifrar; cuándo esta triste o feliz o cuando quiere algo más de mí. No hubo necesidad de preguntar, no tuvo que decir nada para saber lo que quería, lo que ambas queríamos. Así que tome su mano con fuerza y salimos del bar. He tomado sus manos muchas veces desde que nos conocemos, he sentido la calidez y la firmeza con la que me sujeta como ahora y como sé que lo harán miles de veces y no la soltare, me aferrare a ella así tropiece. No dijimos mucho durante el regreso a casa, no eran necesarias las palabras. Cuando la puerta de su departamento se cerró tras de mi los silencios se hicieron gritos al aire de lo que sabía que pasaría, de lo que deseábamos. Un mismo sentimiento y un beso es el inicio de un todo, de un acto puro y perfecto que te lleva a la cúspide. Respiraciones entrecortadas, cuerpos temblorosos cubiertos por una capa de sudor, dos corazones desbocados esperando tomar un nuevo respiro y calmarse un poco tan solo para volver a comenzar a latir con ímpetu una vez más... Tranquilidad. Cuando uno despierta habitualmente eso es lo que espera pero ahora mismo ¿Qué es tranquilidad? Cuando siento sus manos recorrer mi cuerpo por completo, cuando abro los ojos y me encuentro con su mirada cristalina y una sonrisa tan deslumbrante como nunca le había visto.

Me siento mareada como si estuviera en el borde de un precipicio, uno muy alto y escarpado y lo sorprendente es que lo único que quiero es arrojarme a él, por qué sé que caeré en sus brazos y una vez en ellos, me llevará a un lugar aún más alto y no temeré a caer de nuevo si es con ella. –¿Qué tal tu noche Ratoncito?– –No puedo creer que me estés preguntando eso ahora– –Jajajaja te ves adorable con ese sonrojo, que quiero volver a comerte– Me susurro al oído. Y yo solo me estremecí. –Lena…– Le iba a decir que yo era la que la iba a devorar pero un mensaje de mi mami nos interrumpió. Me pedían que fuera a desayunar con ellas y que obviamente Lena estaba invitada. Con mucho esfuerzo y fuerza de voluntad nos levantamos de la cama y nos dimos una ducha. En el baño fue irresistible no repetir algo de lo sucedido anoche pero al final lo logramos. –Me encanta como hueles, creo que soy adicta a ti– Y me dio una ligera mordida en la oreja. –Lena si sigues así, voy a tomarte en mis brazos y te voy a llevar de nuevo a la cama– –Ok me comporto porque estamos frente al departamento de tus madres, porque si no prrrr– Di un paso al frente para alejarme de ella. –Lena– Pero mi novia me dio una nalgada la cual nos hizo reír. Abrí con mi llave y un olor delicioso cubría el departamento he hizo que mi estómago gruñera – Tengo mucha hambre– –¿Por qué será?– –Lena ya basta– –Pero si no estoy haciendo nada... aún– Me gire y le di un beso en la mejilla. –Eres terrible– –Gracias– Llegamos a la cocina y ahí estaba Renne sentada frente a la barra y mis mamás preparando el desayuno. –Buenos días– Dijimos al mismo tiempo. –Buenos días cariño, Lena llegan justo a tiempo para el desayuno– –Tomen asiento que estará listo en unos minutos– Ambas asentimos y nos sentamos junto a Renne que ni nos miraba porque estaba prácticamente metida en el celular. –Renne ya sabes las reglas– –Solo un minuto mami– –¿Las reglas?– Me preguntó Lena.

–No teléfonos en la mesa, es la hora para convivir con la familia– –Así es, pasamos muchas horas en el trabajo e intentamos que por lo menos el desayuno de los sábados lo pasemos juntas– Nos dijo mamá –Así que si no quieres perder tu teléfono por una semana Renne déjalo en tres...– –Solo un....– –Dos...– Se puso como desesperada a escribir un último mensaje –...uno– –Ya, ya está apagado– –Muy bien, taraaan– Y dejo frente a nosotras un enorme plato lleno de hot cakes. –¿Hot cakes especiales?– Le pregunte a mami y ella asintió. –Los hace desde que tengo memoria– Le explico Renne a Lena. –Entonces ¿Qué tienen de especiales?– Preguntó Lena mientras comenzaba a comer. –Realmente son hot cakes normales solo que a mamá le gusta llamarlos así– Le dije mientras me servía un par. –Mamá no es muy buena en la cocina, pero los hot cakes le salen deliciosos por eso lo de especial– Dijo Renne con la boca llena. –Aparte de esto se hacer tres platillos más– Nos dijo con orgullo. –Desde que la conozco son los únicos que prepara– –Sami– Mamá hizo un puchero y mami le dio un beso en la mejilla. Es lindo verlas así, amo estos momentos con ellas y más amo que ahora los pueda compartir con Lena. Lena comenzó a reír por las historias de cocina que mami nos contó de mamá, el día que quiso ayudarla a hacer la comida y la puso a preparar el arroz mientras ella iba a la tienda, cuando regreso mamá estaba por llorar porque lo que había en la cacerola ya no parecía arroz, más bien una especie entre engrudo y papilla para bebé, mami dijo que mamá no entró a la cocina en un mes. Habíamos terminado de desayunar, nos fuimos a la sala para estar más cómodas, mamá quería que viéramos una película, pero antes de eso quería darles la gran noticia. –Mamá, mami– Ambas me voltearon a ver y de repente los nervios me invadieron –Yo quiero... este... bueno Lena y yo...– Lena sujeto mi mano y tomo la palabra. –Lo que Lizie quiere decir es que le he pedido ser mi novia y ella ha aceptado– Mis mamás se miraron una a la otra y se sonrieron. –Ya lo sabíamos– –¿Qué? ¿Pero... pero cómo? No lo sabía nadie– –No llegaste a noche, obvio te quedaste con Lena– Mi sonrojo llego a mis orejas.

–Renne nos dijo que Lena no te iba a dejar tocarla hasta que no fueran novias– Mire a mi hermana que sonreía con júbilo –Y no es por nada chicas pero ustedes tienen una cara que…– –¡Mamá! – –Ya Alex deja a las niñas en paz– Mi mami le dio un empujón a mi mamá, el cual termino en un beso. –Chicas cuando crezcan traten de no derramar tanta miel como mis mamás– –Cuando crezcas Renne espero que tu futuro marido te trate como yo a tu mamá– Le dijo mi mami y Renne solo bajo la mirada. –Así que te la pasaste muy bien anoche, si hasta se ve que Lena tiene algo de caníbal mira esa mordida que tienes en el cuello– De inmediato me lleve mi mano al cuello –Jajajaja caíste– –Maldita chismosa– –¡Elizabeth!– –Lo siento mami– –Y si te quedaste con ella bueno creo que necesitan recuperar energías– Continuo mamá. –Mamá, por favor– –Jajajaja no hay por qué avergonzarse, incluso tu madre y yo siendo más jóvenes no podíamos apartar las manos la una de la otra– –Como si eso hubiera cambiado en algo– –¡Renne!– –Pero si es verdad, no pueden estar solas unos minutos por que no pierden oportunidad de...– –¡Renne basta!– –Oh por Dios– ¡Oh no! Lena se ha dado cuenta que mi familia está loca y ya no quiere nada de mí – Sam se sonroja como tú, más bien tú te sonrojas como ella– Su mirada iba entre mi mami Sam y yo –Se ven...– –Adorables– Dijeron Lena y mamá al mismo tiempo. Después de tan asombroso descubrimiento mi novia y mi mamá se pasaron un buen rato hablando de las similitudes de mi mami conmigo. Mi primer día de noviazgo creo que ha salido excelente, después de pasar el día entero juntas y en familia acompañe a Lena a su departamento era demasiado tentador no sucumbir al impulso de pasar una noche más con ella, pero… –Ven Lizie– Extendió su mano pero si la tomaba sabía que iba a entrar a su departamento y no saldría en toda la noche –¿Qué pasa?– –Lena yo... Yo no quiero que nuestra relación se base solo en sexo– –¿De qué tontería estás hablando Elizabeth?–

–Es que...– Se acercó a mí y recorrió mis labios con su dedo. –Amor esperamos mucho para ser novias– –¿Mucho? – –Bueno a mí se me hizo eterna la semana, además ¿No me deseas?– Lena miro a los ojos, de esa forma que me hace temblar. –Lena, todo el día he querido llevarte a la cama y hacerte el amor como desesperada– Me sujetó de mi playera y me dio un beso que me dejo viendo estrellitas. –También te deseo y te quiero desnuda en mi cama ¡Ahora!– –Creo que no puedo alegar contra eso– –¿No puedes?– Me dijo mientras sentía sus dientes mordiendo mi oreja. –Mmmjm no... mejor dicho no quiero– Se separó de mi –Me refiero a que...– Pero mi cerebro hace mucho que dejo de funcionar, así que la tome de la cintura y la pegue a mí –Te amo Lena– –Te amo más Lizie– Entramos a su departamento sin dejar de besarnos, Lena puso el pasador a la puerta sin soltarme y me llevo a su recamara de la misma manera que la noche anterior, quitándome la ropa en el camino. Cuando entramos me empujo contra la cama y se puso encima de mi sujetando mis manos sobre mi cabeza –Entiende una cosa Ratoncita, nuestra relación jamás se basara en sexo porque nosotras siempre haremos el amor– –Sí, sí, Amor, solo amor– Yo estaba pérdida, entre mirar sus carnosos labios que deseaba morder y de sus pechos que también deseaba morder. –Pero como quiero que jamás olvides mis palabra tendré que enseñarte toda la noche ¿Tienes alguna queja?– –No, por supuesto que no– –Muy bien– Lentamente se desnudó para mí. Oh si, esta noche aprendería mi lección una y otra vez. Pasar un domingo en el sillón, estando completamente relajadas y hablando de cosas triviales solo cubiertas por una sabana, disfrutando de la suavidad de su piel, es como estar en el paraíso. –Qué bueno que este sillón no está maldito– Le dije mientras acariciaba su espalda desnuda. –No me lo recuerdes, tus mamás casi nos atrapan, no quiero ni imaginar si hubiera sucedido– –Mamá nos lo recordaría en cada momento– –Jajajaja ya lo creo, tus mamás me gustan– –Tú les gustas a ellas– –¿Lo crees?– Levanto la cabeza de mi pecho para mirarme. –Por supuesto–

–¿Cómo estas tan segura?– –Porque tú me haces feliz– El sonrojo que cubría su rostro aumento un poco más, acaricie su mejilla y tome un mechón de su cabello para acercarla a mí y darle un beso suave y tierno, al separarnos una sonrisa dulce apareció en sus labios. Y de nuevo se recostó sobre mi pecho. En verdad no puedo pedir más que pasar estos momentos con ella. –¿Lizie?– La escuche llamarme después de unos minutos de quietud donde ya me estaba quedando dormida. –Mmm– –¿En qué idioma se hablan?– –¿Cómo?– No entendía la pregunta de Lena. –Cuando recién llegaste te escuchaba por las paredes hablar francés bueno no supe que era francés hasta después jejeje– –Creíste que invocaba a satanás– Le dije con sarcasmo. –No entendía nada y te vestías toda de negro ¿Que más podía pensar?– –¿Que era extranjera?– –Jajajaja– –Eres terrible Amor– Le di un beso en la cabeza– Pero creo que nos estamos saliendo de contexto ¿Qué es exactamente lo que quieres saber?– –Como te decía te escuchaba hablar francés por teléfono, me imagino que con tus mamá y con Renne– Yo asentí –Pero desde que ellas llegaron, solo una vez te escuche hablar francés con Renne y creo que no se daban cuenta que lo estaban haciendo– –¿Si? ¿Cuándo?– –La noche que cante en el bar, estaban ustedes solas. Amy se había ido con Jime y Dan se levantó por unas cervezas, yo me acerque y las escuche pero una vez que se dieron cuenta de mi presencia ya no continuaron y no sé, pero eso me llamo la atención– –Por respeto– –¿No entiendo?– –Sería una falta de respeto que habláramos frente a ti en un idioma que tú no entiendes, te contare, la tía Danni y mami siempre hablaban francés aunque mamá estuviera presente, esto fue cuando se estaban conociendo y mamá no sabía ni pizca de francés. Alex nunca entendía nada y se sentía excluida aunque no se lo dijo a Sam si no mucho después, así que nos educaron de esta forma. Siempre hablamos español cuando estamos con nuestras mamás, en casa y con personas que no saben el idioma pero hay veces que Renne y yo no nos damos cuenta, pero solo lo hacemos al estar solas–

–Puedo saber de qué hablaban tú y Renne– Por un segundo dude –Entiendo si no puedo saber, son cosas de hermanas y eso– –No es eso, solo que hablábamos sobre que la próxima semana empiezan sus clases– Y eso significa que yo me marcharé. –Oohh– Odio ser la culpable de esa mirada triste. –Yo…– Sus labios impidieron que dijera algo. –No, no lo digas… mejor dime algo en francés– Me dijo con una leve sonrisa. –Je t'aime aussi, mon Elena–* –¿Elena? Creo que es la primera vez que me llamas así y en tus labios suena tan sexy y esas palabras al parecer son prometedoras– –*Te amo demasiado, mi Elena, eso fue lo que dije y es la verdad. Pero, je veux te faire mienne une fois de plus...– (Quiero hacerte mía una vez más) Sujete sus nalgas con fuerza hasta hacerla gemir. –Eso si que es una nueva forma de excitarme mi Gatita– Después de que me dijera eso le hice el amor susurrándole palabras de amor en francés. **** Tan solo una semana y tendría que partir, no quiero pero como si el destino se burlara de mi los días se pasaban como si fueran horas y el martes ya está por terminar y yo aún seguía sin tomar una decisión. No es el hecho de escoger a Lena o a mi familia, eso nunca lo haría, ambas son parte importante en mi vida el hecho es hacia dónde ir. Además es como un sueño, cada día mi familia y Lena se unen más y me alegra ya no verla con miedo a pertenecer a las Kuri-Rodríguez. Hoy mis mamás han contado de cuando eran jóvenes y de los lugares que han conocido. Lo que nunca imagine es que Lena ha viajado mucho. –A mi abuela le encantaba conocer nuevos lugares, era un espíritu libre– –Tú abuela era una señora sumamente interesante, se podía platicar con ella de cualquier tema– Dijo mi mamá. –Me hubiera gustado conocerla– Dijo mami –Alex me ha platicado mucho de ella– Le respondió a Lena sin que esta formulara la pregunta –Lena, sabemos que solo la tenías a ella, pero nos gustaría que nos consideraras una extensión de tu familia– Mi mami tomo su mano y Lena aunque quiso evitarlo se le escapo una lagrima. –Ay mami eso no será problema, aquí mi hermanita se está encargando de que eso sea una realidad– –¡Cállate Lagartija!– Y le di un golpe en el brazo a mi hermana.

–Renne, no solo me refiero a que Lena sea novia de Lizie. Independientemente de si son o no son una pareja quiero que Lena sepa que puede contar con nosotras– Mi novia comenzó a llorar –Oh Lena lo siento, no fue mi intensión– Se disculpó mi mami. –No, no. Es solo que me siento muy feliz…– Pero el estúpido teléfono sonó y la interrumpió. –Sam, es Em creo que se está volviendo loca– Dijo mi mamá –Ahorita regresamos niñas, vamos a ver qué le pasa a su tía– Paso junto a Lena y apretó su hombro y le regalo un guiño. Abrace a Lena y se aferró a mi como si no quisiera soltarme jamás, acaricie su espalda para reconfortarla pero aunque ya se había calmado sentía sus lágrimas en mi cuello. –¿Lena?– La llamo mi hermana, mi novia levanto su cara y le medio sonrió –No llores– Se acercó a nosotras y nos abrazó –¿Sabes una cosa? Estoy muy contenta que seas la novia de Lizie. Eres la persona ideal para ella y para nuestra pequeña familia– Escuchar eso solo hizo que más lagrimas cayeran por su rostro incluso a mí se me humedecieron lo ojos. Mi hermana puede ser linda a veces. –Gracias– –No, no, gracias a ti por soportar a esta rubia loca– –Renneeee– Le reclame a la Lagartija. Como lo dije solo es linda a veces. –La verdad es que me gustaba más de morena– –¿En serio?– –Sí, me encanta– –Haremos algo al respecto– –¿Harías eso por mí?– –Lo haría todooo por ti– –Aaaay ya, suéltenme, me van a llenar de miel. Son unas cursis– Pero Lena y yo sujetamos a Renne y la abrazamos aún mas –Yaaaa, ya. ¡Mamá! Míralas no me sueltan ¡Mami ayudameeeee!– Mis madres salieron de la habitación y se notaba que algo no estaba bien, quise preguntarles pero simplemente negaron con un movimiento que solo Renne y yo notamos. Supuse que la llamada de tía Em era para pedirles que regresaran de inmediato, estoy casi segura que por eso no quisieron decirnos nada porque notaron que Lena apenas había dejado de llorar. No, no quiero dejarla. Buscare alguna forma para conseguir ese maldito título pero yo no me iré a ninguna parte si no es con Lena. **** No sé cómo decirlo, no sin tal vez romper algo en ellas, hoy me la he pasado en la oficina de mamá, le estaba ayudando a revisar algunos documentos que tenía que dejar firmados antes de que se fuera. –¿Cielo?–

–Si mamá– –Pasado mañana tenemos que regresar a casa y… ¿Vas a regresar con nosotras a Francia?– Me quede callada por un segundo, levante la mirada y ella me veía expectante. –Aun no sé, tengo que regresar pero no quiero estar lejos de Lena– Mi mamá se levantó de su asiento y tomó mi mano. –Lizie, sé que lo que voy a decir es una de las cosas más difíciles pero...– Temí lo peor –Te vamos a extrañar mucho, sabes que puedes preparar tu tesis desde aquí y solo ir a presentar el examen cuando se te requiera– –¿De verdad?– –Si, en verdad quisiera que regresaras con nosotras, pero entiendo que debes empezar a hacer tu vida– Y mi mamá empezó a llorar –Es ridículo que me ponga así, en otros países a los 16 ya están sacando a sus hijos de la casa, pero es que yo...– –Mamá...– La abrace –Nos llamaremos y nos veremos, no voy a desaparecer así como así– –Pero...– –Shhhh, yo también te voy a extrañar mucho– Ambas empezamos a llorar. –¿Alex, Lizie, están bien?– Preguntó mi mami desde la puerta. Cuando mi mamá volteo a ver a mi mami de inmediato corrió a abrazarla –¿Qué pasa Amor?– Mamá no pudo responderle porque estaba llorando. Nunca la había visto así. –No voy a regresar con ustedes– Le dije a mi mami. –Ya lo suponía Amor– Mami me sonrió tristemente –Quiero que llames lo más seguido que puedas ¿Entendido?– –Así lo haré– Sin soltar a mi mamá, mami me acerco a ella he hizo que las abrazara –Las quiero mucho– –Y nosotras a ti– La puerta se abrió una vez más y Renne se asomó por la puerta –Oh, abrazo familiar– De inmediato se unió –¿Mamá por qué lloras?– –Lizie no regresara con nosotras– –¡Oh!.... ¿Dani puede usar tu habitación?– –¡¿Qué?! ¡Estás loca Renne!– Todas nos soltamos porque obviamente mi hermana había terminado con el momento familiar. –Amor, Dani se quedara con sus abuelos en lo que consigue donde vivir por su cuenta– –Bueno, yo solo decía– –Tú solo decías, creo que no fue buena idea proponerle a Dan el empleo–

–Mamá solo estaba jugando– –Solo estaba jugandoooo– –¡Alex! ¿De verdad te estas comportando como una niña?– –¿No?– –¡Alejandra!– –¿Samantha?– –Niñas salgan, su mamá y yo tenemos que hablar– Mami se cruzó de brazos, sí que se estaba enojando. –Diablos, solo jugaba Sam ¿Por qué no vamos a comer?– Mamá se acercó a mami y le dio un beso –Te amo Sami– –Yo también Amor. Bueno chicas vamos a comer– –Mmmm yo... Este mmmm– –Pregúntale a Lena si quiere venir y si no te vemos más tarde– –Si mamá– Salí en busca de mi querida novia, lo primero que haría sería decirle que me quedaría, pero al entrar a la oficina que compartía con Dan y verla detrás de su escritorio concentrada en su trabajo se me olvido para que iba a buscarla. Al escucharme, levanto la vista y su cálida mirada se encontró con la mía y sonrió solo como ella sabe. En ese pequeño instante me hizo cambiar de opinión, tengo que sorprenderla y lo más importante debo planear algo romántico, una cena, si eso es, no hemos salido solas a cenar es el plan perfecto. –¿Lizie?– Escuche la voz de Lena llamarme. –Eh– –¿Estas bien? –Sí, ¿Por?– –Estabas haciendo gestos raros y murmurando cosas sin sentido– –¿Yo?– –Vaya Lena, sí que la traes medio tarada jajaja– –Cállate Dan, estoy bien, solo que verte me ha deslumbrado– –Cursi– Escuche decir a Dan y me gire a verlo, pero el muy cobarde se escondió tras una carpeta. –¿Vamos a comer?– Le pregunte a Lena. –Claro Amor– Me sentía completamente feliz y aún más por ver a Lena sonreír, les mande un mensaje a mis madres donde les pedía que no comentaran nada.

Cuando terminamos de comer regresamos al trabajo, les explique a mis madres el plan que tenía sobre la cena para decirle a Lena que me quedaría con ella y se ofrecieron a ayudarme en lo que pudieran. A la hora de salida mi mami nos invitó a Lena y a mí para tomar un café en el departamento. Creo que en parte es porque quieren aprovechar todo el tiempo que puedan para estar conmigo y lo que más me gusta es que de alguna forma me compartan con Lena. –¿En qué momento Alex y Lena se han vuelto tan unidas?– Y es que ambas estaban sentadas juntas en el sillón charlando amenamente, mientras mami y yo limpiábamos la vajilla de la cena. –Yo creo que en el momento en que mamá le conto de mi lunar de nacimiento en mi nalga derecha y Lena le dijo que ya lo había visto– Mami se llevó una mano a la boca para disimular su risa. –No puedo creer que lo dijera– –¿Mamá o Lena?– –Creo que ambas– –Son terribles– Me gire a ver a mami –¿Cómo supiste que amabas a mamá?– –Al principio no me di cuenta, pasaban los días y yo quería saber más de ella, luego me preocupaba por sus viajes en moto y por las discusiones con su jefe, de repente no pasaban más de cinco minutos sin pensar en ella, cuando por fin le confesé que la amaba y luego ella me correspondió supe que estaba perdida. El aire puede ser helado y tibio, puedes llenar tus pulmones de aire tan caliente que sientes que te ahoga y sientes que no lo quieres más, pero la mayoría del tiempo es un aire tan fresco que solo lo quieres respirar una y otra vez de él. Alex es mi aire y no puedo vivir sin ella– Se me hizo un nudo en la garganta al escucharla y solo me abrace a ella –¿Sientes algo igual con Lena?– –Solo el hecho de pensar el no tenerla cerca hace que me duela algo aquí– Me toque el pecho. –Se de lo que hablas Amor– Se separó de mí y me hizo que la mirara a los ojos –Lizie escúchame, para el amor no hay mejor consejero que el propio corazón, solo debes saber escucharlo– Me dio un beso en la mejilla y la vi salir de la cocina para ir al lado de mamá. Vi a Lena levantarse y dirigirse hacia mí con una sonrisa en su rostro que hizo mi corazón se acelerara. Al llegar a mi lado y sin decir nada me ofreció su mano y sin dudarlo la tome. Si, a veces es fácil saber lo que quiere tu corazón. Como ya se me estaba haciendo costumbre pase una noche más a su lado haciendo el amor, pero esta vez con palabras, porque así también se hace el amor, conociéndonos, desnudando nuestras almas hasta que el sueño nos venció. En cuanto me desperté me moví sin despertar a mi Gatita y me dirigí al baño, al ver mi reflejo este me devolvió una sonrisa que para nada se me hizo extraña y es que desde que Lena entro a mi vida esa persona obscura y deprimida fue desapareciendo. Busque algo de ropa para darme un buen baño y alistarme para el trabajo, pero toda mi ropa estaba sucia, por lo que no tenía otra más que ir al departamento de mis madres y prepararme ahí. Dejar a Lena en la cama aún dormida fue muy difícil, pero tenía que ir al departamento a bañarme y alistarme, solo que cuando llegue Renne tenía acaparado el baño, por lo que me recosté un rato en mi cama pero me quede dormida. Fue mi hermana la que me despertó y de inmediato me dirigí al baño para tomar mi ducha. Cuando por fin

estuve lista salí de la habitación preparada para un nuevo día de trabajo y mi sorpresa fue ver a mamá aun en bata. –Mamá ¿Por qué aun no estas lista?– –Nos tomaremos el día– Eso es extraño, mamá jamás se toma un día libre y menos entre semana. –¿Entonces me puedo llevar tu auto?– –Tú tampoco iras a trabajar– Eso fue aún más extraño y me comencé a preocupar. –¿Pasa algo?– –Yo… bueno…– Sus ojos se comenzaron a humedecer y me acerque a ella. –Mamá me estas preocupando– –No quiere pasar el ultimo día contigo en el trabajo, eso es todo– Dijo mami saliendo de la habitación. –¿Mamá?– –Ayer deje todo en orden y pensé que tú…–Su voz se cortó y de inmediato me abrace a ella. –Si mamá, por supuesto que quiero pasar el día con ustedes– –Ya la oíste Sami, nos vamos de paseo– Me estrecho aún más fuerte y se separó de mí –En diez minutos estoy lista– La vi radiante dirigirse a la habitación. –Le avisare a Lena– –Oh cariño– Mamá se detuvo en el umbral de la puerta –Llame a Lena hace como treinta minutos, la envié junto a Dan a ver un cliente fuera de la cuidad– –Qué raro que no me haya avisado– Fui a la habitación por mi celular. –¿Ya te dijo mamá de los planes para hoy?– Me preguntó Renne, que estaba terminando de arreglarse. –Si por eso intento avisarle a Lena– Tome mi celular del buró y note que este estaba apagado– Que raro creí que había cargado anoche el celular– –Tal vez no lo conectaste bien, usa el mío– Me ofreció mi hermana su celular rosa lleno de brillos. –Ella no tiene tu número y tal vez no responda, mejor le marco del de casa– –Como quieras rubia– Y salió de la habitación. Tome el teléfono y marque, era la quinta vez que la voz me decía que el número no estaba disponible y fuera del área de servicio. Me di por vencida y salí a la sala para decirle a mamá que ya podíamos irnos. –¡Nooo!– Grito Renne y miraba el celular como si algo terrible hubiera pasado, Lena fue mi primer pensamiento. –¿Qué pasa Renne?– Le pregunte preocupada y corrí hacia ella.

–Dan no tiene cobertura– Dijo lloriqueando y yo sentí un alivio tremendo al escucharla, pero a la vez unas enormes ganas de golpearla. –Pues me parece muy bien– Dijo mami saliendo de la habitación. –Mamiiii– –Sera un día sin celulares entonces– La secundo mamá con esa idea. –El mío no funciona muy bien y está sin batería así que no lo llevare– Miramos a Renne y esta abrazo su teléfono como si fuera lo más sagrado del mundo. –No me obligaran a dejarlo– Obvio que mis madres tenían sus métodos y aunque no le quitaron el celular, llegaron al acuerdo con mi hermana que solo lo prendería en la tarde, además tenía que dejar a Dan trabajar. **** Pasar un día con mi familia siempre ha sido de lo más divertido, es así como aprendí a conocer cada rincón de la cuidad, con estos viajes donde mamá se la pasaba tomando fotografías y mami llenando nuestros brazos con bolsas de compras. –¿Has podido hablar con Dan?– Le pregunte a Renne que por primera vez desde que salimos, no la he visto ver el celular por mas en cinco minutos. –No, sigue sin cobertura, ¿A dónde los mandaste mamá, a Tombuctú?– Mamá la miro por el retrovisor y le sonrió –Tal vez aún más lejos– –Mami– Se quejó Renne. –Un día sin hablar con tu novio…– Miro a Renne –…y con tu novia– Dijo mirándome a mí –No les hará daño– Sentencio mi mami. –Yo solo quería avisarle– Y quería escuchar su voz, decirle que la amo y que la iba a extrañar todo el día. –Si claro, como si por dentro no estuvieras lloriqueando rubia– –Ok ya basta, nos vamos a casa, además ya tenemos todo lo que queríamos incluso la reservación de Lizie– –¿Pero antes podríamos ir a un último lugar?– –¿Lizie a dónde quieres ir?– Preguntó mi mami. Escuchar a Renne decirme rubia me ha dado una idea y no tuve que pensarlo dos veces. –Al estilista– Voy a darle más de una sorpresa esta noche a Lena. –¿En serio Lizie?– Me miro con incredulidad –Me hubieras dejado escoger a mí, mamá– –Como si no supiera que lo que pedirías es ir con Dan–

–Mamá– Mamá la miro de nuevo por el retrovisor. –Si es muy probable, pero ¿El estilista? Tienes el cabello súper corto, ¿Qué te vas a hacer?– Se dirigió a mí, yo solo le sonreí. –Ya lo verán– Dos horas después, mi mamá estaba de muy mal humor y es que los comentarios de Sebastián sobre sus canas la tenían al borde de un colapso, afortunadamente mi mami siempre ha sabido como calmarla, porque de no ser así mi madre hubiera ido a la tienda más cercana y comprado un tinte de color negro para pintármelo ella misma, después de haber estrangulado a Sebastián. –Lo acepto y Lena tiene razón, ese color te sienta excelente– –Hace resaltar tus ojos de cielo– Me dijo mami. –Muy bien chicas ha sido un maravilloso día y creo que ya es hora de volver a casa– Mamá pago la cuenta y nos sacó de ahí lo más rápido que pudo. Antes de llegar al edificio, le pedí a mamá un último favor, que paráramos en una cafetería que estaba cerca y compre dos cafés los favoritos de mi novia. Extrañaba demasiado a Lena, no poder comunicarme con ella me frustra, pero lo único que me tranquiliza es que esta con Dan. La pobre de Renne está casi como yo al no saber nada de su novio, le dije que lo más seguro es que se quedara sin batería, pero ella si se estaba volviendo loca. Baje del auto y una brisa fresca llego a mi rostro como una caricia, será una noche perfecta para la cita que he planeado. Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta del letrero que avisaba del piso mojado. –¡Lizie!– Escuche gritar a mamá, pero ya era tarde, patine un poco por culpa del agua en el piso, pero pude mantener el equilibrio sin derramar una sola gota de café. Quede de espaldas al elevador y justo en ese momento en el que levantaba mi mano en victoria algo o mejor dicho alguien salió corriendo empujándome de nuevo al charco de agua donde esta vez sí resbale, cayendo de espaldas y lanzando los cafés sobre mi cabeza. –¡Cuidado!– Grite pero fue inútil porque quedamos empapadas –Ouch, quema, quema, oh Dios perdón, perdón– –¿Lizie?– –Lena– Sonreí como idiota por un segundo hasta que me incorpore –Diablos tu blusa– –Lizie estas aquí– Lena se abalanzó sobre mí y me abrazó del cuello tan fuerte que incluso me estaba cortando la respiración. –Lena... Amor suéltame un poco– Pero Lena no me soltaba, entonces me di cuenta que lloraba – Amor, en verdad necesito respirar– Aligero su agarre y pude verla a los ojos –¿Qué tienes? ¿Te lastime?– –Pensé que te habías ido… que se habían ido sin decirme nada– Mire a mamá horrorizada. –¿Cómo pudiste pensar algo así Amor?–

–Yo… yo, no respondías y llame a tu casa y cuando regrese no había nadie– –¿Cómo crees que me iba a ir sin ti?– La estreche en mis brazos para intentar consolarla. Mi Gatita. –Es que yo… Yo pensé que... ya sé que se van mañana, pero creí que escuche mal y se fueron hoy… y que no me habías dicho nada para no tener que despedirnos– Y siguió llorando. –Jamás haríamos algo así Lena, no ahora que eres de nuestra familia, hija– Le dijo mamá acercándose a nosotras. –Lena escúchame– La tome de las mejillas e hice que me mirara –No me voy a ir a ninguna parte, no sin ti– –No entiendo– Dijo aun en sollozos. –Me quedo contigo Amor– Lena miro a mis madres y estas le sonrieron. –Pero tu tesis– –La puedo hacer desde aquí, tendré asistencia por internet y solo deberé ir a presentar el examen– No dijo nada simplemente me abrazo y siguió llorando –¿Qué tienes Lena?– –Es que soy muy feliz– La sostuve de las mejillas una vez más y la bese lentamente –No sé qué me pasa, yo no suelo ser una llorona, me siento tan tonta– –Cariño no eres tonta, vamos Lizie, Sami, Renne, es ahora de enseñarle a Lena el abrazo familiar– Y nos unimos todas, en una maraña se brazos rodeando a Lena dándole la bienvenida oficial a la familia, cuando nos separamos fue cuando note algo que no había visto. –¿Lena por qué llevas una maleta?– –Iba a seguirte– –¿De verdad?– –Sí, quiero estar contigo– No tuve palabras para decirle cuanto la quería, solo la bese hasta que el carraspeo de mamá nos interrumpió. –Vamos que tenemos que cambiarnos de ropa, y en especial ustedes– Y es que si ellas están un poco manchadas de café por abrazarnos, Lena y yo estábamos que goteábamos. –Creo que te debo otra tintorería– Y ambas sonreímos. –Solo prométeme que estaremos juntas y con eso estamos a mano– –Te lo prometo– Subimos a nuestros departamentos, mi intención era dejar a Lena en el suyo para que tomara una ducha y yo ir al mío para hacer lo mismo pero una vez frente a su puerta. –Me la quedare un par de horas si no les molesta. Creo que tenemos que hablar– –Es toda tuya Lena– Mis madres le sonrieron y Lena me jalo dentro.

Le asegure que jamás en mi vida me iría sin ella y que si me iba a algún lado me aseguraría de despedirme para que supiera que volvería. Después de que se convenció nos abrazamos durante mucho tiempo simplemente haciéndonos cariños y demostrándonos todo el amor que sentimos sin tener que decir una sola palabra. Pasamos una hora así, nos separamos y fuimos a tomar una ducha, esta vez Lena me presto algo de ropa para que me pudiera cambiar. –Creo que debería traer algo de ropa para tener aquí– –Por mí no hay problema, aunque me gusta cómo se te ve esa blusa en ti– –¿Sí? – –Sí, pero me gusta más como se ve en el suelo– Comenzó a quitarme la blusa, pero mi estómago me traiciono gruñendo de una forma que me hizo sonrojar –Jajajaja, creo que será mejor alimentarte de seguro a mis suegras no les molestara invitarnos a cenar– Tomo mi mano y nos dirigimos al departamento de mis mamás cuando recordé algo y me detuve abruptamente. –Diablos– –¿Qué pasa?– Lena se detuvo a mi lado. –Lo olvide por completo– Me lleve las manos a la cabeza. –¿Qué cosa?– Me preguntó Lena. –La reservación– Le dije como si fuera la cosa más obvia. –¿No entiendo?– Me preguntó aún más confundida. –Había planeado una cena romántica contigo esta noche, pero se me ha olvidado por completo, lo siento– –Amor no te preocupes ya habrá otra noche donde me puedas llevar a cenar, ¿Puedo saber por qué planeaste la cena?– –Bueno había pensado decirte que me quedaba, ya lo había platicado con mamá ayer por la mañana pero quería decírtelo de manera especial– –Creo que siempre arruino los momentos; la pedida de noviazgo después del fiasco con mis padres, nuestro primer beso oficial en un estacionamiento y ahora la noticia de que te quedas conmigo toda llorosa y bañadas en café– –Claro que no los arruinas, solo los haces inolvidables jajaja– –No te rías– Me hizo un puchero hermoso, me acerque y la abrace. –No me rio de ti, me rio porque estoy feliz mi Gatita– –No más que yo mi Ratoncito, mi vida, mi todo– Estaba por darle un beso cuando la puerta se abrió dejando ver a mamá tras ella. –Chicas la cena se enfría, ya entren– No me quedo más remedio que soltar a Lena.

–¿A dónde vas?– Lena me tomó de la cintura y me dio un beso frente a mi madre –Listo ya podemos entrar– –Mira ese sonrojo Lena– –Lo sé, es adorable Alex– –Ustedes dos son terribles– Les dije antes de que se cerrara la puerta. –Me caes de maravilla Lena– Mamá sonrió de esa forma en la que sé que trama algo. –Y usted a mi Alex– Lena le respondió con esa sonrisa pícara. Las carcajadas inundaron la habitación y si, esto es el inicio de algo maravilloso. **** Decirse adiós no es fácil, la tecnología ha avanzado demasiado y ha ayudado a estar en contacto con nuestros seres queridos, pero aun así sigue siendo difícil separarse de las personas que amas. –Recuerda Lizie, nos llamaremos todos los martes– –Si mamá– –Y si necesitas algo avísanos– –Si mami– Me acerque a ellas y nos abrazamos –Las quiero– –Nosotras también Cielo– –Te voy a extrañar rubia loca– –Yo también Lagartija– Abrace a mi hermana –Cuídalas– –Siempre– –Lena cuida a mi bebé– Mami abrazó a Lena. –Así lo hare Sam– –Eres una hija más para nosotras Lena, que no se te olvide– Le dijo mamá uniéndose al abrazo. –Yo también las quiero– Respondió Lena con lágrimas en los ojos. –Nada de llorar, que nos veremos pronto– Fue extraño, me sentía triste por despedirme de mi familia, pero por otro lado estaba emocionada por esta nueva etapa. –¿Nos vamos?– Preguntó Dan. –Sí– Tome a Lena de la mano y comenzamos a caminar. –Sabes Lizie, Lena es tan buena en su trabajo, que mi mamá esta fascinada con ella– –¿De verdad? Mi tía Danni puede ser muy exigente– Le dije a Lena.

–Jajajaja no tanto como tu mamá, pero si, ella es exigente– –¿Cómo está tomando lo de tu ida a Francia?– –Al principio se puso como loca, dijo que todo era culpa de Alex. Pero el otro día me dijo que siempre quiso que nuestras familias se unieran, pero cuando dijiste que eras lesbiana supuso que eso no iba a suceder– –Nunca imagino que te enamorarías de Renne– –No, mi mamá ve a tu hermana como una bebé. Pero creo que es porque Andy y Renne tienen la misma edad– –Sí, ha de ser eso– –¿Sabes algo?– –¿Qué?– –Mi mamá está emocionada por enseñarte a ti y a Lena el negocio– –¿De verdad?– Mire a Lena y me sonrió. –Sí, dice que será interesante tener dos esclavas a su disposición– –¡¡¡¿Qué?!!!– Gritamos al mismo tiempo. –Jajajaja, es broma, hubieran visto su cara– –Tonto– Le di un golpe en el brazo –Tienes el mismo sentido del humor de tu mamá– –Jajajaja sí, mi papá y Andy dicen lo mismo– Paso su brazo sobre mis hombros y me acerco a él – Te voy a extrañar monstruo azul– –Aún faltan un par de semanas– –Sí, aún puedo fastidiarte un poco más– Le di un empujón para que se alejara el muy tonto –Jajajaja, bueno chicas las dejo, vayan con cuidado– Ambas le dijimos adiós con la mano. –¿Qué quieres hacer el resto del día?– Le pregunte a Lena. –Mmmm que te parece empacar tus cosas y llevarlas a mi departamento– Me quede parada en medio del aeropuerto, estaba impactada por sus palabras –¿Lizie?– –Cre… creí que tomaríamos las cosas con calma– –Es eso o hacemos un hoyo en la pared y creo que eso no le gustaría a mis suegras. Así que vámonos para que empaques o sufrirás las consecuencias– –¿Me estas amenazando?– Le pregunte divertida, ella me sonrió. –No, solo estoy segura de que tú no vas a salir de mi departamento o yo del tuyo. Amor yo no pienso pasar una hora lejos de ti, quiero compartir mi vida contigo, mis sueños, mi despertar, lo quiero todo, además si no funciona podemos regresar tus cosas–

–No– Fue el turno de Lena de detenerse y mirarme confundida. –¿No?– –No, porque una vez que entre jamás me voy a ir– La tome de su mano y la jale para que continuara caminando a mi lado, hacia nuestra nueva vida.

Epilogo Ya no aguanto escuchar mi nombre por todas partes, necesito cinco minutos a solas, solo cinco minutos. –Señorita Renne necesito que vea…– No me detuve a ver a la chica florista o la del banquete o quien quiera que sea –Espere…– Corrí, solo corrí, hacia el único lugar que pensé que me mantendría lejos de todos. Al cerrar la puerta me deje caer sobre una de las tantas cajas que había dentro del closet, lleve mis manos a mi cara y deje escapar un suspiro. Por fin no hay ruido, ni Renne esto, ni Renne aquello, solo paz y quietud. –Si hubiera sabido que esto era lo que pasaba mejor no acepto– Es que el ir, venir, correr, planear, esperar, no dormir, no comer lo suficiente o a veces comer demasiado, llorar, reír, disfrutar, odiar… la lista es larga y no terminaría de dar quejas… y esa bendita carpeta de tortura, así es como la veo aunque mamá diga que es solo lo básico para tener todo planeado y en orden. Según la tía Danni es del doble del tamaño de las de mis madres y la tía Mo juntas. No sé a quién quiero engañar, diría si mil veces aunque tenga que repetir semejante tortura. Tortura que en unas horas termina, con un beso de mi amado Dan y un brindis. –Quiero ver a Dan– Para que me abrace, reconforte y me diga que ama y que todo esto que estamos haciendo es para estar juntos. Pero no puedo verlo, por culpa de las tradiciones y no sé qué tanta cosa –¿Por qué acepte todo esto? Debí haberlo hecho como Lizie– Su ceremonia fue sencilla, linda y lo mejor es que solo lo planeo en una semana y no me sorprendió para nada, antes de que nosotras aterrizáramos en París aquella vez hace seis años atrás, ellas ya se habían mudado juntas. Sabía que las relaciones entre mujeres eran rápidas pero ellas se llevaron el record. Conociéndolas esperaba que se casaran después de un mes pero supieron esperar dos, para mí eso fue mucho, pero ellas me dijeron que querían tomarlo con calma, así que dos meses fue suficiente. Fue una unión civil en la cual solo Amy, Jime, Dan y yo estuvimos presentes, querían algo íntimo solo de ellas pero a mamá casi le da algo cuando se enteró y ni decir de mami que se sintió muy dolida. Pero una charla entre las cuatro sobre el saber tomar decisiones como pareja, menguo las cosas. Aun así mis madres se ofrecieron a pagar por los gastos de una ceremonia, mamá decía que era lo que toda mujer espera en su vida pero Lena y mi hermana se negaron, de nuevo querían algo de ellas y ya cuando ahorraron lo suficiente hicieron una pequeña ceremonia y ahora entiendo el porqué de su negativa. Una boda grande implica miles de cosas. No sé en qué momento yo me deje llevar por las ideas de la boda perfecta. Me recargue en la pared y me puse a contemplar el lugar, no ha cambiado nada, desde que lo recuerdo tiene el mismo decorado, Lizie y yo pasamos horas aquí de niñas, este era nuestro escondite, incluso aun esta nuestro fuerte, me levante y me acerque a él. –Antes me parecía más impresionante– Y es que solo son unas cajas y sabanas que cubrían una mesa. Un ruido de algo moviéndose debajo me paralizo por un segundo, di un par de pasos al frente y levante un poco la sabana.

–¡Booo!– –Aaahh, CARAJO…– Deje caer la sabana y di un paso atrás pero… no puede ser, me acerque de nuevo y la volví a levantar solo que ahora por completo y un hermoso niño de ojos marrones me veía divertido –¿Sam?– Me agaché para poder verlo bien. –Dijite una mala palabra tía Lenne– Diablos. –Claro que no– –Sí, si dijite calajo– Diablos, diablos. –Esa no es una mala palabra– No puedo decirle que si lo es, por qué la va a repetir y si Lena se entera que yo la dije me mata. –¿No?– –No, es lo que dices cuando mmm un adulto y… te sorprendes, pero yo la dije porque me asustaste– –Yo asute– Me sonrió orgulloso. –Sam ¿Qué estás haciendo aquí?– Debería estar junto a Alexander al cuidado de Lizie. –Me econdo de mami– –¿Por qué?– –Po que me quiele da medichina y no me guta– –Hazte a un lado, me sentare junto a ti– Y así lo hice con esfuerzo pero lo hice y deje caer la sabana para cubrirnos –Antes lo sentía más grande– –¿Eh?– –Tu mami y yo también nos escondíamos aquí cuando no queríamos tomar la medicina, este era nuestro fuerte– –¿Fuete?– –Mmm un lugar para protegernos era…– –¿Mágico?– –Sí, mágico– Mire los dibujos que están pintados a nuestro alrededor, no puedo creer que mamá lo haya dejado intacto por tanto tiempo, llevé mi mano hacia una de las patas de la mesa donde estaban escritos nuestros nombres, recuerdo que Lizie lo hizo cuando yo tenía unos cuatro años, fue la primera vez que me trajo a su escondite y me dijo que este era un lugar especial donde el miedo no existía y donde si deseábamos cosas felices se harían realidad. Vivimos una hermosa infancia. –Tía Lenne, tía Lenne– –Dime cariño–

–¿Y te tomaba tu medichina?– –Si, por que te ayuda a curarte para no sentirte mal y así poder jugar y hacer todo lo que quieras– –Mmm bueno, pelo no tengo que il ahola ¿veda?– –No, estaremos un ratito más aquí– –¿Tú de que te econde?– Me preguntó y gire a verlo. –No me escondo– Le dije. –¿No?– Deje escapar un suspiro. –Tal vez así sea después de todo ¿No?– Es un niño muy inteligente. Debió haber salido a Lena. –¿Po qué?– –Eres pequeño y…– –Yo entendo tía Lenne, contame– Acaricie su cabeza y le sonreí, Lena y Lizie se han encargado de criar a un par de niños maravillosos. –¿Sabes por qué hay tantas personas en la casa?– –Tío Dan y tú se van a casal y Ales y yo vamos a sel tu paje y mami Lizie y mami Lena e tita Ales e ita Sam etan aludando y la tía Ishabel y el tío Enlique y la tía Danni y… y…– –Si cariño, todos ellos están aquí ayudándome, pero aun así me siento un poco mmm– Como explicar esto a un niño de casi tres años. –¿Tliste?– Me dijo. –No, es más como cuando comes muchos dulces…– –Y te lele el etómago pelo sabes que lo volvelas a hacel po que son liquisimos– Termino de decir por mí con mucha convicción. –Jajajaja exacto, ¿Sabes? Estar aquí contigo me ha hecho sentir mucho mejor. Creo que ya es hora de salir– No puedo estar aquí ocultándome para siempre huyendo de responsabilidades, es mi boda y soy un adulto así que voy a actuar como tal. –¿Debemo sel valiente?– –Si pequeñajo, vamos– Tome su mano y él me sujeto firmemente. –Tia Lenne tu vetido es gande, mila no me veo– Y es que al ver nuestro reflejo en el espejo que está detrás de la puerta Sam quedaba oculto por mi vestido –Es dibeltido– –Si lo es, anda vamos tenemos cosas que hacer– Abrí la puerta y encontré frente a mí a una llorosa Lizie que de inmediato me abrazo y pude sentir como Sam se aferraba a mis piernas –¿Qué paso?– –Perdí a Samuel– Una sonrisa se dibujó en mi cara.

–¿Otra vez?– –Soy una madre horrible, siempre pierdo a mis hijos– –Recuerda que tampoco sabes cuál es cual– Me burle de ella y de inmediato se separó de mí. –No me estas ayudando Lagartija– –Es que como olvidar la vez que llevaste a Alexander al doctor para las vacunas en lugar de Samuel y Lena se puso como loca– Le dije burlona. –Lena va a matarme– –No lo hizo esa vez, no lo hará ahora– –Se te olvida que está embarazada– –No, con esa barriga que se carga es imposible que lo olvide jajaja– –Renne tu sobrina está ahí dentro– –Si, una niña hermosa que también podrás perder– –Eres mala ¿Lo sabias? Pero ¿Qué voy a hacer si no lo encuentro? ¿Y si se lo comió un cocodrilo?– Me dijo con horror. –Por Dios, no puedo creer que también ya creas en eso– –Soy madre, las preocupaciones te llegan de todas partes y lo sabrás cuando lo seas– Escuche sus palabras y sonreí, no pude evitarlo lleve mi mano a mi vientre y Lizie me miro de forma extraña como si supiera algo pero no se atrevió a decirlo. No planeaba decirlo, no ahora, no a ella primero, pero es mi hermana, mi mejor amiga. Así que me acerque para susurrarle al oído. –Estoy embarazada– Me miro sorprendida. –Lo sabía Lena siempre se acariciaba el vientre cuando descubría que estaba esperando– Me abrazo muy fuerte –Pero ¿Cómo, cuándo? ¿Ya lo sabe Dan? Oh por Dios tía Danielle se va a volver loca y nuestras madres… ¡Mamá! Sera mejor que no le digas, espera a volver de la luna de miel– –¿En serio quieres saber cómo?–Su cara me dijo claramente que no –Y ¿Cuándo? Me entere ayer, eres la primera en saberlo. A Dan espero decírselo más tarde y por Dios sé que no debo decirle a mamá, de seguro me deja viuda. Pero no sé, es que… Lizie voy a ser mamá– Le dije con alegría y nervios a la vez. –Dios, wow, voy a ser tía– Y me abrazo de nuevo pero mas efusivamente – Debería estar gritando de felicidad– –¿Por qué no lo haces?– –Primero debo encontrar a mi hijo– –Él está bien–

–¿Cómo puedes estar tan segura?– Me hice aun lado y la deje ver a su pequeño que se mantenía oculto entre mi enorme vestido. –Hola mami– –Sam– Entro y lo abrazo, yo cerré de nuevo la puerta –Te he buscado por toda la casa y en el jardín, este era el último lugar y…– Lizie comenzó a llorar y abrazo más fuerte a su pequeño. –Mami no lloles, milame etoy bien, la tía Lenne etaba comigo– –Promete que no volverás a hacer algo así– –Lo pometo mami– Tomo a Samuel en sus brazos –Mami ¿Cuetas el cueto de la picesa Sam y la buja?– Me miro y luego me sonrió. –Ese cuento es para cuando te vas a dormir– –Mmmm buenoo. ¿Etoces el de la niña que viaja a otos mudos?– –Luego Amor– Sam solo se recargo en su mami. Mi hermana recorrió con la mirada el pequeño lugar y suspiro. –No ha cambiado mucho– Yo solo negué con la cabeza –¿Qué haces aquí?– –Escondiéndome– Le dije y me volví a sentar en una de las cajas, ella hizo lo mismo. –Renne ¿No me digas que te estas arrepintiendo? –¡Noo!– –¿Entonces?– –Yo amo a Dan, cada día crecemos juntos como pareja además ya tenemos poco más de un año viviendo juntos y ha sido maravilloso. Solo que me siento abrumada por todo esto, mamá y tía Danni me están volviendo loca, solo necesitaba un poco de paz– –Debiste hacer algo sencillo como Lena y yo– –En eso pensaba, pero como decirle no a los ojos de gatito de mamá– Es casi imposible negarle algo cuando hace eso. –Jajajaja no puedo creer que cayeras con eso– –No te burles, también estaba mami y la tía Danni créeme que jamás les ganaría, Dan fue el primero en caer derrotado antes sus miradas y decir que si– –Pobre, pero sabes será una boda maravillosa y lucirás hermosa. Dan nos hará llorar con sus cursis votos y cuando él diga acepto será oficialmente parte de nuestra pequeña familia– –Ya no es tan pequeña, tú te encargarte de agregar cuatro miembros en estos años– –Y los que faltan–

–Tienes a tus gemelos que son unos pequeños y adorables demonios, ahora esperan a la pequeña Cristina ¿Aun quieres más?– Acaricio el cabello de su pequeño que se había quedado dormido en sus brazos y después me miro. –Lo entenderás cuando ese pequeño nazca y te llame mamá– No pude evitarlo y me lleve la mano de nuevo a mi vientre –Lena siempre quiso tener hermanos, aunque tiene a Jime y a esa… la española odiosa– –Ya deberías llamarla por su nombre, además es muy agradable– –Pues no conmigo. Lo primero que me dijo cuándo nos conocimos es que iba a lamentarlo si llegaba a lastimar a Lena de nuevo y desde entonces cada vez que nos vemos parece que solo me está evaluando para ver que hago mal– –Entiéndela, ellas se quieren mucho– –Lo sé, pero eso no significa que la tolere. Es más o menos como mamá y la tía Nat– –Sí, creo que si– Y nos quedamos calladas –¿Crees que voy a ser buena madre?– –Renne si eres la mitad de buena madre de cómo lo eres de hermana, ese bebé va a ser el más afortunado– No sé si es por el estrés, las hormonas o simplemente las hermosas palabras de mi hermana pero comencé a llorar. –No, no llores Lagartija– –Aquí están– Dijo mi mami abriendo la puerta –Te hemos estado buscando Renne… ¿Que le hiciste a tu hermana?– –¡Nada! Solo le dije que…– Y mi (desde hace seis años) morena hermana se quedó callada. –Dejaras de ser rubia pero lo idiota no se te quita– Le susurre. –¿Qué es lo que está pasando?– Ninguna dijo nada –Niñas ya saben que no me gusta que me oculten cosas. –Tía lenne tiene un bebé en su panzha y le lele porque comió muchos dulces– –¡Samuel!– Lizie tapó la boca al niño chismoso, pero ya era tarde. –¡¿Qué?!– Mi mami estaba que no podía creer lo que mi sobrino había dicho –¿Es verdad?– Nos preguntó y con un movimiento de cabeza afirmamos –Oh Renne, es estupendo– Se acercó a mí, me puse de pie y de inmediato me abrazó –Chicas ya saben que no me gusta ocultarle cosas a su madre pero por el bien de Dan...– –Eso mismo le dije– –¿Por eso llorabas?– –No, es que Lizie me dijo que sería una gran madre– –Oh Amor, por supuesto lo serás– Me acaricio mi mejilla –Ambos serán unos maravillosos padres– Me abrazo de nuevo –Soy muy feliz por ustedes chicas, tienen lo que siempre desee–

–¿Hijos?– Preguntó Lizie. –No, aman y son amadas. Aunque estos angelitos son mi adoración– Y acaricio la cabeza del pequeño Sam que aún estaba en los brazos de mi hermana –Y lo serán la pequeña Cristina y él o la pequeñita de Renne– –Me vas a hacer llorar de nuevo mami– Estaba por abrazarla de nuevo pero… –¿Pequeñita de Renne?– Oh, oh –Oh mon dieu– Ahora si tenemos problemas –¡Voy a ser abuela!– –Danni por favor baja la voz– Se acercó mi mami a ella. –¿Cómo quieres que haga eso ami, que no escuchaste que voy a ser abuela?– –Vamos, hazlo por mí– Y mi mami y mi tía se abrazaron. –Deja y le digo a Isra, se va a volver loco– –¡No! No le puedes decir nada tía, si él se entera de seguro le dice a mamá y entonces mata a Dan– –Cariño la ruquis de tu madre sabe que ustedes comparten cama desde antes de vivir juntos ¿No crees que es absurdo?– –Danni, estamos hablando de Alex, ella aún ve a sus hijas como bebés– Le explico mi mami y era cierto aun a mis veinticinco años era tratada como una pequeña niña. –Pues la ruquis debe de empezar a usar anteojos porque estas dos ya son adultas. Es más ella ya va por su tercer hijo– Señalo a Lizie. –Danni, por favor. Se lo diré en cuanto termine la fiesta y después tú podrás decirle a Israel– –Está bien ami solo porque tú me lo pides– Mi tía se acercó a mí y me abrazo muy fuerte –Me has hecho muy feliz Renne y me encanta que seas mi nuera– –Gracias tía– –Sam, tienes que prometerme algo– Le dijo mi mami a mi sobrino –No puedes decirle nada a nadie sobre el bebé de Renne– –¿Ni a mamá?– –No Amor, yo se lo diré a mamá, pero tienes que hacerle caso a tu ita– Le dijo Lizie al pequeño. –¿Tampoco a Ales?– –No, tampoco– –Buenooooo– –¿Lo prometes?– –Lo pometo po el dedito– Y entrelazo el dedo meñique con Lizie.

–Ese es mi niño grande– Entonces lo beso mi hermana –Anda pequeño vamos con tu hermano porque hay que prepararlos para la ceremonia– –Yo viento floles– Dijo feliz y levanto los brazos. –Si pero recuerda lo que te dije– –Al piso, no a los señoles– –Eso es. Te vemos en un rato Lagartija– Se acercaron a mí, ambos me dieron un abrazo y ella me dio un beso –Te quiero mucho– –Yo más– Entonces salieron de la habitación. –Bueno yo voy con mi hijo, por cierto me mando decir que te ama y que te ve en el altar– –Dile que ahí estaré– Una vez más mi tía se acercó a mí y me abrazo. Me tomo de los hombros y luego tomo mi mano derecha en la cual deslizo un hermoso anillo –Era de mi bisabuela y según dice la tradición debes tener algo prestado– –Tía es hermoso, yo…– –Gracias– Me abrazo muy fuerte y sin tiempo de preguntarle el porqué del ese gracias o terminar de agradecerle salió de la habitación. –Muy bien vayamos a arreglar ese maquillaje– Dijo mi mami que se había quedado junto a mí. –Mami– –Si Amor– –Te quiero– –Ay Amor tu sabes que yo también– Entonces me abrace a ella. –¿No me invitan a su abrazo?– –Mamá– Por supuesto que nos abrazamos a ella. –Ya llego el juez y los invitados– Nos dijo. –Si mamá, ya vamos– –¿Alex estas bien?– Le pregunto mami. –Si Sam ¿Por qué?– –No, es que te noto rara– Mire a mamá más detenidamente y me pareció ver su mirada apagada. –Mmm tal vez son los nervios– –¿Nervios?– –No quiero que salga un cocodrilo y se coma al novio. Sera mejor que vaya a revisar de nuevo. Avísenme cuando estén listas–

–Si mamá– Y nos dejó ahí muy confundidas por su actitud –Algo está pasando– –Lo sé, Alex jamás se preocupa por Dan, si le digo a Andy y a Amy que vengan a ayudarte ¿Estarás bien? Tengo que ver que es lo que tiene Alex– –Sí, claro mami– Mi mami se dirigió a la puerta –Mami– –¿Si?– –Si algo no está bien me lo dirás ¿Verdad?– –Claro Amor– Regrese a la habitación principal y mis primas me ayudaron a arreglar el maquillaje, les dije que había llorado por la emoción y que me sentía sumamente nerviosa. Afortunadamente cuando le pregunte a Amy por su pequeña hija ya no hicieron más preguntas y nos comenzó a contar como es tener un bebé de cuatro meses en casa y de lo embobada que esta Jime con su pequeña. En menos de quince minutos estaba lista. Respire profundamente y salí al pasillo, al acercarme a la escalera pude ver a mis madres abrazadas, levantaron la mirada hacia mí y sin que me dijeran nada supe que todo estaba bien. Camine hacia ellas, me sonrieron y me abrazaron. –Estas hermosa– Mamá me dio beso en la mejilla –Renne queremos darte esto– Saco una caja y me la entrego. Cuando la abrí me quede sin palabras –La tradición dice que debes usar algo nuevo y algo azul– Estaba sin palabras, dentro estaba una réplica exacta al dije de estrella que siempre usa mami, pero en medio tenía un hermoso zafiro –A tu hermana y a Lena les dimos uno igual en su boda– Lo había olvidado –Ustedes son mis pequeñas estrellas, te quiero mucho mi pequeño Renacuajo– De inmediato sentí las lágrimas inundar mis ojos –No llores Amor, eres una de las novias más bonitas que he visto en mi vida y no quiero que por mi culpa arruines tu maquillaje– –Mamá yo…– Entonces me abrazo. –Yo también te quiero– Nos separamos y de inmediato mi mamá tomo la mano de mi mami que le dio un beso y como siempre se perdieron en sus miradas por un pequeño instante. –¿Lista?– Preguntó mi mami y yo solo asentí. Es tradición que el padre entregue a la novia pero en esta familia serian mis dos madres quienes me entregaran, en cuanto me sujetaron la mano recordé mi primer día de clases. Ese día ambas me llevaron de la mano hasta la puerta, me despidieron con un beso y la promesa de que al terminar las clases ellas estarían ahí por mí. Y aunque esta vez no habría final de clases ellas siempre estarán conmigo para lo que las necesite. Al salir de la casa y llegar al jardín fue como si por primera vez viera el hermoso jardín, los arreglos, las flores, las guirnaldas, todo estaba en su lugar. Mi familia y amigos estaban sentados y charlaban. Dan estaba de pie frente al juez tan guapo en su traje de lino, cuando la música comenzó los murmullos que llenaban el lugar se detuvieron, todos se levantaron y se giraron a verme, nuestras miradas se cruzaron después de horas de no vernos y mi corazón comenzó a latir con locura y una enorme sonrisa apareció en mi rostro.

Alexander y Samuel iban delante de mí arrojando pétalos, pero como buenos niños comenzaron a jugar una carrera para ver quien aventaba más y Lizie tuvo que levantarse cuando ambos comenzaron arrojarse pétalos mutuamente. Porque les dijo que no los aventaran a las persona pero nunca que no podían hacerlo entre ellos, todo el mundo comenzó a reír. Un par de pasos más y estaba junto al hombre con el que sé que pasare el resto de mi vida. –¿Quién entrega a esta mujer?– Preguntó el juez. –Sus madres– Respondió mi mami. –Viene usted por su voluntad o alguien la ha obligado– –Vengo por mi voluntad– Me acerque a Dan y entrelazamos los dedos de nuestras manos. Extrañaba su contacto, su fuerza, su mirada, un beso en la mejilla y un estas hermosa de sus labios me hicieron saber cuánto lo había extrañado durante el tiempo que nos separaron. Después de eso todo fue perfecto y llore muchísimo por los votos de Dan, pero no fui la única, mi mami y tía Danni, sujetaban sus pañuelos, incluso vi a mamá apartarse una lagrima. Luego cuando el juez nos declaró marido y mujer nos besamos. Bella, había sido una boda bella y los desvelos, la tortura y todas las quejas en verdad habían valido la pena. Los aplausos, las felicitaciones y abrazos y sobre todo una larga sesión de fotos hecha por la tía Bren, obviamente asesorada por el abuelo Jean y la abuela Nikki, y es que aunque es una de las mejores fotógrafas del mundo sus padres siempre estarán aconsejándola en cuanto a la luz y la toma perfecta. Pero como ella siempre dice, nunca es tarde para aprender viejos trucos y menos de sus dos padres talentosos. Cuando por fin terminamos de plasmar nuestra felicidad a través de la cámara nos dirigimos a la pista de baile. Por primera vez bailaríamos como esposos y al estar en sus brazos me sentí como una princesa. Creo que todo eso que dicen que flotas y que solo estas tú y la persona que amas es cierto, porque así me sentí. –Renne– Me dijo mi adorada cuñada cuando se acercó para felicitarme en lo que mi esposo iba por una bebida –No tuve tiempo de hablar contigo antes, pero te deseo lo mejor– –Gracias Lena– Y nos abrazamos, en eso sentí una pequeña golpe proveniente del estómago de Lena. –Creo que Cristi también quiere felicitar a su tía– –Creo que si– No lo pensé, simplemente lleve mi mano a mi vientre y Lena me miró fijamente. Nos sonreímos y volvió a abrazarme. –Felicidades– Me dijo al oído –¿Ya lo sabe Dan?– –No, aún no– –Se va a volver loco, tu hermana gritaba como loca cuando se enteró que tendríamos gemelos y lloro cuando supo que tendríamos una niña– No sé qué fue lo que paso pero una lagrima me traiciono, Lena de inmediato me limpio la mejilla –Serás una excelente madre– –Eso espero–

–Renne si algún día necesitas ayuda no dudes en llamarme, puedo darte algunos tips de madre primeriza– –Gracias Lena– Y ahora fui yo quien la abrazó. –¿Puedo robarte a mi esposa?– Dijo Dan quien no había dejado de sonreír desde que nos vimos en el altar. –Claro, voy a buscar a mi chica y mis niños, espero que no estén en problemas– –Suerte– Le dijo mi ahora esposo –Te extrañe anoche, no pude dormir, necesitaba tenerte conmigo– Le sonreí y lleve una mano a su pecho y tome su corbata de seda entre mis dedos. –Yo también te extrañe. Dan hay algo que…– –Disculpen chicos pero ¿Quieres bailar conmigo Renne?– Preguntó mi mamá. –Sí, claro que si– Le di un beso a mi marido y camine a la pista tomada del brazo de mi mamá. –¿Sabes algo?– Me dijo mamá mientras hacíamos un giro –Eres una gran hija, una maravillosa hermana, una estupenda mujer y un excelente ser humano, pero…– –¿Pero?– –Creo que serás grandiosa como madre. Estoy muy orgullosa de ti mi pequeño renacuajo– –Mamá yo…– –Shhh lo sé– Puso su dedo índice sobre mis labios –Sé que puedo llegar a ser un ogro pero nunca te dejaría viuda. No cuando encontraste el amor como lo hicimos tu madre y yo y como lo hizo tu hermana con Lena– Por eso la mirada apagada de hace una horas, me sentí mal porque era por mi culpa. –Mamá yo…– –Las escuche, escuche cuando se lo decías a Lizie y luego escuche a esa mocosa a la que llamas suegra– –En realidad le digo tía– –Tú me entiendes– Y ambas reímos. –Te lo iba a decir– –Sí, cuando estuvieras segura de que no le haría algo a Dan– –Mamá yo…– Una vez más no me dejo continuar. –Te entiendo Amor, yo haría todo para cuidar a tu mamá, así que no tienes que explicarme porque no me querías dar la noticia– Hizo un paso que pocas veces usa donde termine dando un giro para después acabar en sus brazos, como si yo fuera una gran bailarina. –Mamá ¿No tienes prohibido escuchar detrás de las puertas?– Le pregunte cuando termino la canción.

–Algunas cosas nunca cambian Renne– –Te quiero– –Te quiero más– Y nos abrazamos –Anda ve a decirle a ese tonto que va a ser papá, creo que podremos celebrar algo más que una gran boda– –¿Mamá?– –¿Mmmm?– –Gracias– No me respondió, en ese momento llego mi mami y fue su turno de bailar con mamá en la pista. –Espero que nosotros nos veamos así algún día– Me dijo mi marido mientras me sujetaba de la cintura. –¿A qué te refieres?– –A ser como nuestros padres, míralos– Me dio la vuelta y me abrazo por la espalda y entonces observe detenidamente, en la pista no solo estaban mis madres perdidas en su mundo, estaban todos mis tíos y mis tías, mis primos con sus respectivas parejas flotando en sus propias nubes. Pero no solo estaban ellos, al fondo estaban Lena y mi hermana bailando con sus pequeños. Y me di cuenta que nunca hemos sido una pequeña familia, que aunque los lazos de sangre no nos unen a todos, todos de alguna forma estamos conectados y formamos parte de algo más grande y más fuerte, de una familia única. –¿Dan?– –Si Amor– –Creo que pronto vamos a agregar a alguien más a nuestra familia– –¿Eh? ¿A qué te refieres?– Tome su mano y la lleve a mi vientre, levante mi cara para encontrarme con su mirada interrogante y le sonreí –¿Renne? Me estás diciendo que…– –Vamos a tener un bebé– Pude sentir como su respiración se detuvo, me preocupe por un instante, pero de repente me tomo por los hombros y me dio la vuelta para quedar frente a él. –¿Voy a ser papá?– Asentí, me vi envuelta en sus brazos y me comenzó a dar vueltas en el aire. –¡Daaan!– Cuando se detuvo me tomo del rostro y me dio un beso como nunca lo había hecho, al separarnos vi sus ojos humedecerse. –Soy el hombre más afortunado y feliz del mundo Ma grenouille– Acaricie su mejilla y quite una lagrima que corría por ella, yo también estaba comenzando a llorar –No Amor, no vamos a llorar– Y me dio un beso más –Vamos a celebrar, ¡¡FAMILIA!!– Grito por encima de la música, todos se detuvieron y nos voltearon ver –¡Vamos a tener un bebé, una petite grenouille!– Los vítores no se hicieron esperar y comenzó una nueva ronda de más felicitaciones y abrazos. Después de un par de horas yo estaba rendida, Dan estaba sentado junto a mi haciendo planes sobre el bebé.

–Amor iré a ver a la tía Alex creo que ahora que tendremos un bebé debemos reforzar el alambrado– No me dio tiempo de decirle nada, me dio un beso en la frente y lo vi ir hacia donde estaba mamá. –No puedo créelo– –Te lo dije, las preocupaciones te llegan– Me dijo Lizie que se sentó junto a mí. Tome su mano –Gracias– –¿Por qué?– –Por qué hace seis años te fuiste de casa, por ser inmadura y no saber afrontar los problemas, por ser una cabezota y ton…– –Oye yaaaa, ¿De qué va todo esto?– Me miro interrogante. –Lo he pensado, si tú no hubieras hecho todo eso hace seis años tal vez nada hubiera pasado, tu encuentro con Lena, mi romance con Dan, todo lo que tenemos ahora– –Lo sé, pero como dice mamá las cosas pasan por algo y míranos, yo casada con Lena con tres adorables bebés, tú esperando el tuyo y recién casada con Dan, nuestras madres disfrutando su segunda juventud– Su comentario me hizo reír y es que desde su retiro definitivo se la pasan viajando y disfrutando la compañía una de la otra –Mira a Jime y Amy también disfrutando de su hermosa bebé, la mayoría de nuestros primos o casados o a punto de. Y si el destino o el karma me tenían planeado que pasara lo que pase, sé que lo volvería repetir de nuevo si eso me lleva a lo que tengo ahora ¿No lo crees así?– ¿Qué puedo decirle a esta mujer sentada a mi lado que con sus malas decisiones nos puso en los caminos correctos? –Gracias Rubia tonta–

FIN Gracias por leer esta historia donde ahora si diremos adiós a Sam y Alex. Aunque tal vez de repente salgan en algún escrito más adelante. Pero creemos que este pequeño spin off fue una forma para ver cómo eran ellas como madres y como eran sus hijas. Recuerda que puedes seguirnos en Facebook con el correo [email protected] (también puedes escribirnos ahí) O bien puedes escribirnos a [email protected] Nos leemos pronto y recuerda ¡PORTATE MAL!