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DIEZ LEPROSOS SON LIMPIADOS Lucas 17:11-19 11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 12 Y al entrar en

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DIEZ LEPROSOS SON LIMPIADOS Lucas 17:11-19 11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! 14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. 15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado. INTRODUCCIÓN Conozcamos las características de la persona leprosa: Era Hereditaria Y Muy Contagiosa. El que se infectaba era porque alguien lo había contagiado. Si el leproso llega a tener hijos estos sin duda nacerán infectados. 1. Es una enfermedad que se desarrolla lenta y Paulatinamente. 2. Desfigura Al Enfermo Causa hinchazón y blanquea el pelo; Destruía el cuerpo lentamente. Los leprosos no podían hablar con claridad, hablaban con mucha dificultad 3. Insensibiliza Los Nervios Del Tacto, paulatinamente hasta que ya no sienten el dolor o el calor y aun al punto de no sentir cuando comienzan a desprenderse los miembros de su cuerpo. 4. Separa Al Infectado De Sus Seres Queridos. Los leprosos eran separados de su familia y amigos y eran confinados a lugares alejados del campamento. El leproso era desterrado de su patria,

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separado totalmente de la sociedad, terrenal y espiritualmente. Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada. Lev. 13:46. - No se le permitía vivir en ninguna ciudad; su morada debía ser de las puertas de la ciudad hacia fuera. Se consideraba al leproso como totalmente impuro, física y espiritualmente. No debía acercarse a menos de seis pies (2 metros) de cualquier persona. Incluyendo a los miembros de su familia. 5. Segrega De La Sociedad Al Enfermo. a. Se le consideraba muerto (un muerto viviente). Debía vestir un manto negro para ser reconocido como perteneciente a los muertos. En muchas ocasiones vino por la desobediencia a Dios. Los sacerdotes eran responsables de la salud del campamento, era su deber expulsar o readmitir leprosos. b. El leproso tenía que anunciar su condición. Los leprosos tenían que decir leproso, leproso cuando se acercaran a alguien que estuviera limpio. Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! (Lev. 13: 45) 6. Es incurable. Hasta el día de hoy la lepra es incurable. Solo Dios y su poder pueden curar la lepra. Al leproso Se le consideraba contaminado y sin remedio ni esperanza de cura. Pero al final todos tenemos que reconocer que sólo en Dios está el verdadero poder, y que él puede transformar todas las cosas. Por grande y fuerte que sea la tormenta, Jesús puede transformarla y traer tiempos de bonanza y bendición...

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Para recibir un milagro de Dios se requería y requiere: I.

FE EN MEDIO DE LA CRISIS, LC. 17:11-13. A.

La fe nos lleva a buscar a Jesús. El pasaje dice: “yendo Jesús a Jerusalén… ellos le salieron al encuentro”… se enteraron que él pasaba, y lo buscaron,

B.

sabían

que

él

era

la

solución.

La mayoría de las veces las angustias nos acercan a Dios.

La vida de los leprosos no era nada fácil:

1) Para la mente judía estaban bajo juicio de Dios, 2) Debían habitar en las afueras de las ciudades, 3) Debían anunciar su condición si alguien se les acercaba… 4) Ceremonialmente estaban impedidos, no podían ingresar al templo, 5) Lo más seguro es que perdían su familia, su trabajo… y desde esa condición buscaron a Jesús creyendo en su poder, a pesar de todo tenían fe, y clamaron al Señor: vrs. 13. II.

LA RESPUESTA DE JESÚS, LC. 17:14. “Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados”.

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a) Ellos captaron la atención de Jesús. “Cuando él los vio…” recordemos que el Señor iba camino a Jerusalén, pero se detiene y los vio… llama la atención de Jesús, clama a él su misericordia y él te responderá… b) Jesús demanda de ellos un acto de fe. Jesús les dijo: “id, mostraos a los sacerdotes”, este fue un paso de obediencia y fe, pues según la ley el leproso iba a mostrarse al sacerdote para que éste certificará su sanidad… por eso dice: “aconteció que mientras iban, fueron limpiados”, mientras actuaban creyendo la palabra de Dios, fueron sanados… por eso mientras se ministra sanidad, Ud. haga lo que antes no podía hacer, es ejercitar la fe en la palabra de Dios. III.

LA GRATITUD Y LA SALVACIÓN. “Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano”.

La sanidad de los diez leprosos nos ofrece varias lecciones: 1)

No toda sanidad ocurre en el momento de la oración. Puede esperarse que a menudo ocurran sanidades instantáneas, pero este milagro ilustra la sanidad «como un proceso» que se extiende tras la oración durante un período de tiempo.

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2)

La orden de Jesús, «Id, mostraos a los sacerdotes», indica no solamente su afirmación de la ley (Lev_13:159). Como los sacerdotes eran los médicos de esa cultura, ello significa que el Señor aprueba la conducta de personas que han recibido sanidades y visitan a sus médicos para que las confirmen.

3)

Es importante notar la obediencia de los leprosos al mandato de Jesús. Mientras iban, en obediencia, fueron sanados. Cuando la sanidad no es instantánea, uno no debe dudar, pero sí buscar una posible senda de obediencia.

4)

De ese grupo de leprosos a quienes Jesús sanó, solamente uno regresó para expresar agradecimiento.

A.

Un corazón agradecido glorifica a Dios, vrs. 15-16. Este hombre que era samaritano volvió, y aprendemos que su corazón quería estar con Jesús… “se postró en tierra a sus pies” le dio adoración… era samaritano, los otros seguramente eran judíos, que triste cuando nos acostumbramos a las bendiciones y no damos gracias a Dios, qué triste cuando nos acostumbramos a las sanidades y liberaciones y no damos gracias a Dios… éste samaritano adoró a Jesús… todos debemos reconocer continuamente que la gloria es de Jesucristo nuestro Señor y sólo a él damos honor y alabanza…

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La ingratitud no negaba la misericordia de Jesús para con los nueve, pero les impedía convertirse en sus discípulos.

B.

La salvación es el milagro más grande, vrs. 17-19. Jesús le dijo: “tu fe te ha salvado”, es la fe en Cristo la que te da salvación, sanidad, libertad, y restauración.

Una traducción alterna es: «Tu fe te ha sanado», en referencia a la sanidad más que a la salvación. Los nueve ingratos recibieron sólo sanidad física, pero el extranjero agradecido recibió algo más. Él fue perdonado y al sentir el perdón de Dios, se goza en él.

Ese hombre volvió a Jesús y derribándose sobre su rostro, a sus pies, le daba gracias.

Hubo muchas otras personas que asumieron esa actitud. Frente al Cristo: -

Se postró a sus pies la mujer cananea rogando por las migajas del banquete de la gracia para su hija gravemente atormentada.

-

Se postró a sus pies la mujer pecadora que buscaba el perdón.

Todos éstos, afligidos y necesitados, pidieron clemencia, pero el leproso se postró ante Jesús, no para pedir, sino "dándole gracias"

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Es más fácil acordarse de ir a Jesús en la necesidad para pedir, que ir después de haber sido bendecido para agradecer.

¿Dónde estaban los otro nueve? Junto a todos los desagradecidos: disfrutando los bienes recibidos y olvidándose de quien los benefició. Aquel extranjero, semi pagano, recibió una mayor bendición que sus compañeros de dolor, debido a su agradecimiento, pues solamente, él pudo oír al Maestro decirle: Levántate, vete.

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Vete a los tuyos,

-

vete a ser feliz,

-

vete a ser útil,

-

vete a vivir de nuevo la vida,

-

tu fe te ha salvado.

CONCLUSIÓN: Hoy es día de salvación y sanidad, el señor Jesucristo está dispuesto para darte salvación, cree que él murió por ti, entrégale tu vida a él, con un corazón agradecido adórale, y con fe acércate a su presencia, él comenzará una hermosa labor de transformación en ti -

El ser humano es pecador porque alguien lo infecto pues el pecado es hereditario.

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El pecado desfigura la imagen de Dios en el hombre.

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El pecado al igual que la lepra insensibiliza a la persona al punto que deja de sentir el dolor que produce el sufrimiento.

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-

Se acostumbra a vivir en medio del caos y los problemas a tal grado que cuando menos lo espera y sin percatarse de ello empieza a desmoronarse su vida delante de él. Cuando se da cuenta es porque ya su matrimonio se deshizo, sus hijos están en las pandillas o en la cárcel, es decir, ven destruir su vida, su hogar, y ya no sienten nada.

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Incluso, el mismo está hundido en los vicios, enfermo a causa de su pecado (con cirrosis, cáncer o sida)

Los samaritanos y los judíos no se llevaban sin embargo en la enfermedad se juntaron, la miseria une.

Cuando recibas la sanidad, exprésale con alabanza y adoración tu gratitud, a Dios. No te quedes junto a los nueve mal agradecidos que no regresaron.

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