Bosquejo Los Diez Leprosos

EL PROBLEMA DE LA INGRATITUD (Lc 17,11-19) INTRODUCCIÓN Es muy propio de Lucas mencionar este milagro, pues el énfasis p

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EL PROBLEMA DE LA INGRATITUD (Lc 17,11-19) INTRODUCCIÓN Es muy propio de Lucas mencionar este milagro, pues el énfasis principal de este relato es la gratitud y el beneficio de un samaritano, y Lucas siempre describe a Jesús como el Salvador no sólo de los judíos sino de todo el género humano. Hoy quisiera hablarles de la importancia que tiene para Jesús que nosotros seamos agradecidos con Él, y que el resultado de todos los favores que recibimos de Dios tenga en nosotros una fe salvadora y no una fe milagrera que se queda en la temporalidad. II EL CONTEXTO DE LA SITUACIÓN -La situación geográfica: -La desgracia une dos enemigos: judíos y samaritanos (igual hacen los animales) -Las dos clases de lepras -La distancia de 50m para evitar el contagio por el viento -Era un rito funerario de muerte (aislamiento de la comunidad) -Era un rito de reincorporación a la sociedad: una resurrección (había vuelto de la muerte y estuvo cerca del diablo) III LECCIONES QUE APRENDEMOS DE ESTE MILAGRO 1. Como los leprosos, debemos aprender a obedecer a Dios sin cuestionar sus métodos (v14): “Id, mostraos a los sacerdotes”. -Esta vez no los tocó (Lc 5,12) -No buscar experiencias emocionales que remplacen el estudio de la palabra de Dios. -Una fe no fundada en milagros sino en la palabra de Dios -La fe que obedece las palabras del Señor es la que conduce al milagro: Solo hasta que Naamán se zambulló siete veces en el Jordán fue sanado 2. Como los nueve leprosos judíos, podemos esperar y aun experimentar milagros, sin ninguna fe real en Cristo (v17). -¿Tu fe se parece a la del samaritano, o a la de los nueve leprosos judíos? ¿Has venido a Jesucristo por un milagro nada más? 3. A diferencia del leproso samaritano, la mayoría de nosotros somos desagradecidos con Dios (v 1518). - ¡Qué triste! Pero la mayoría, nueve de cada diez, somos ingratos con Dios. (Solo este extranjero, ver Lc 10: el buen samaritano). - Jesús no estaba pidiendo las gracias ni la gloria para Él. A menudo somos desagradecidos con Dios. -¿Cómo estamos nosotros en cuanto a gratitud?: De todos los seres vivos, los humanos somos los que más tiempo requerimos para adaptarnos a la vida. ¿Y si nuestros padres nos hubieran descuidado una semana? Nos habríamos muerto. -Como hijos hemos sido desagradecidos con los padres. W. Shakespeare pone en boca del rey Lear: “¡Cuánto más aguda que los dientes de una serpiente es la ingratitud de un hijo!»