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Programa de Formación General Asignatura de Filosofía y Ética SESION 11: LA ÉTICA DE LA VIRTUD ÉTICA Y VIRTUD EN ARISTÓ

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SESION 11: LA ÉTICA DE LA VIRTUD ÉTICA Y VIRTUD EN ARISTÓTELES Obras donde Aristóteles trata el tema ético: +"Ética a Eudemo" +"Ética a Nicómaco" +"Gran ética" +Y dos obras de menor importancia: "Retórica" y "Tratado sobre las virtudes y los vicios" PLANTEAMIENTO: ¿Cómo ser feliz? ¿Cual es el bien propio y específico del hombre? ¿Cómo debe ordenar el hombre su vida para alcanzar la felicidad? ¿En qué consiste la virtud y qué relación guarda con la felicidad? ¿Coinciden lo bueno y lo feliz en lo virtuoso? ¿Estamos obligados a la felicidad o realmente podemos elegir no ser feliz? OBJETIVO DE LA ÉTICA Investigar cuales son el fin, la perfección y la felicidad que corresponden al hombre para ordenar su conducta y alcanzar tales objetivos. LA ÉTICA ARISTOTÉLICA ES ESENCIALMENTE FINALISTA Y EUDAIMONISTA El finalismo aparece como principio de toda acción o conducta que brota de la naturaleza humana."Todo arte, todo método, así como toda elección tienden, al parecer, hacia algún fin."(EN I,2,1095a).El fin mueve al agente por su razón de bien. El bien, según la definición clásica, es aquello que todas las cosas apetecen; se muestra como la intención de la acción, aquello a que tendemos. El bien y el fin están íntima y estrechamente vinculados. Bienes -fines mediales y Bien -fin supremo: Variedad de acciones y fines. No hay un Bien único, sino muchos bienes y fines de muy distinta naturaleza. Los hay más o menos deseables, algunos bienes los queremos como medios para otros fines. Unos dependen de otros, pero lo que se quiere tan solo como medio es menos perfecto que lo que se quiere como fin. Los bienes subordinados no se desean por sí mismos. El Bien supremo y perfecto es el único que se desea por sí mismo. Tal como lo planteaba Aristóteles:"si existe, pues algún fin de nuestros actos que queramos por el mismo y los demás por él... es evidente que ese será lo bueno y lo mejor".Esto es lo que se propone hallar, ese fin orientador de la vida humana a la manera de los arqueros que apuntan a un blanco bien señalado. LA FELICIDAD A este bien supremo se le llama felicidad, "que al menos por lo que se refiere a su nombre se da un consentimiento general" (EN I, 1095a). Ahora bien, si es verdad que hay acuerdo sobre el nombre, no existe unaminidad sobre su naturaleza,¿en qué consiste, donde cifrarla?. La dificultad estriba en señalar ese fin supremo, ese bien perfecto, esa felicidad deseada por todos los hombres. No obstante Aristóteles le asigna varias condiciones: La felicidad es aquello a que se ordenan y dirigen todas las acciones humanas. Ordenar en el doble sentido del término: a) poner orden en nuestras acciones y en las posibilidades que se nos ofrecen. b) mandar, prescribir que posibilidades deben elegirse y realizarse por ser mejores o contener más bien. La felicidad es sinónimo de perfección. Acto y no potencia, debe ser definitiva y suficiente por sí mismo para hacer feliz al hombre, sin necesidad de que se le sobreañada ninguna otra cosa. La felicidad constituye la actividad más excelente y elevada del ser humano, y en la que encuentra su realización integran y plena como tal. La felicidad es un bien autárquico, se busca y vale por sí mismo y no para conseguir otro bien La felicidad debe hacer al hombre bueno. Su posesión debe tener fijeza, estabilidad y continuidad a lo largo de toda la vida (EN I,2,1094a / 7,1097b) 1

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No basta ponerse de acuerdo en el nombre y caracteres generales, es preciso concretar en que consiste y como se realiza. Es un hecho que no todos los hombres ni todas las culturas han tenido la misma idea de felicidad. En muchas y diferentes cosas se ha puesto: la riqueza, la fama, el placer, el poder, la salud, la belleza, la gloria, los honores... Cabe plantearse si alguno de estos bienes o cualesquiera otros imaginables están más en consonancia y son más acordes con la naturaleza humana. Aristóteles rechazaba que el bien propio del hombre consista en los placeres sensibles1 (EN I,3,1095b).Tampoco las riquezas, aunque no sean malas, sino buenas y necesarias, sin embargo; tienen más de medios que de fines.(EN I, 6, 1098b).Tampoco la gloria y los honores que son justa compensación que corresponde a la vida política. (EN I, 7, 1097b).La actividad más original, peculiar y propia del hombre, puesto que vivir y sentir lo comparte con plantas y animales, es la actividad racional. Así la vida feliz deberá consistir en "vivir conforme a la razón"(EN I,6, 1097b).(esta idea será desarrollada por los estoicos).El auténtico bien supremo o felicidad para el hombre hay que buscarla en la vida intelectual, que es lo propio y exclusivo del hombre. "LA FELICIDAD ES LA ACTIVIDAD DEL ALMA CONFORME A LA VIRTUD PERFECTA"(EN I,13,1102a) La felicidad consiste en el ejercicio, actividad y perfección de las capacidades y disposiciones más propias del hombre. Lo que nos hace felices no es el placer ni los bienes externos -aunque ambos moderadamente son también necesarios sino la actividad del alma. Actividad que nos hace hombres (en primer lugar) y hombres buenos (en segundo lugar). No somos por lo que tenemos sino por lo que hacemos. La acción que nos hace buenos es la actividad del alma: el pensamiento. Así pues, la vida contemplativa o teorética en cuanto ejercicio de la facultad más noble del hombre, es considerada por Aristóteles como la forma más plena de felicidad. En el libro I de la EN se limita a esbozar el ideal de la perfección humana sin concretar en que consiste. En el libro X aporta múltiples razones para demostrar que el bien propio y específico del hombre consiste en la vida contemplativa, es decir, en el ejercicio de la potencia o capacidad más alta, la inteligencia. Algunas razones que apunta Aristóteles para sostener que la vida contemplativa es la felicidad que corresponde al hombre: Si la perfección y la felicidad del hombre consisten en la actividad conforme a la virtud es natural que esa actividad sea de acuerdo con la virtud más elevada. Y puesto que Aristóteles coloca las virtudes dianoéticas o intelectuales en un plano superior a las morales o éticas esta claro que el "acto de pensamiento es lo que hay de más divino en el hombre" Lo que hace al hombre completamente feliz es ocuparse de la ciencia teórica más elevada, cuyo objeto es el mejor objeto, Dios, Acto puro, cumbre de todos los seres y perfecciones.(EN I,13,1102a / X 7, 117a)  Es la más continua, podemos mantenerla por más tiempo que cualquier actividad práctica.  El sabio necesita pocas cosas para vivir. Se basta a sí mismo, pues no necesita más que estar a solas para poder entregarse a la contemplación.  Hacer disfrutar de la tranquilidad más que todas las virtudes prácticas. 1

El placer y la felicidad. Fue una cuestión muy debatida en los círculos platónicos y de la cual Aristóteles se hace eco. Aristóteles establece que el placer no es el sumo bien como opinaban los cirenaicos (Eudoxo de Círicos) ni tampoco lo considera un mal como sostenían los cínicos (Espeusipo).Lo definió como "un acto de una cualidad conforme a la naturaleza",un resultado que acompaña a toda actividad natural del hombre."Cada placer es propio del acto que completa. Hay un placer propio de cada uno de nuestros actos en particular"(EN X,5,1175b19)..Así hay placeres más o menos elevados, entre los cuales hay que dar preferencia a los del alma frente a los del cuerpo. En los placeres de la actividad espiritual o intelectual no cabe exceso. Pero si en los corporales, y por eso deben ser regulados por la virtud de la templanza. Así pues, lo que da al placer su verdadero valor no es el placer mismo, sino la acción a que corresponde y de la cual resulta."Los verdaderos placeres del hombre son las acciones conforme a la virtud"(EN I,8,1099a). Para Epicuro y también para Aristóteles el placer acompaña a la felicidad. Con palabras del Estagirita "La vida feliz es placentera".No hay felicidad sin placer. Ahora bien, una cosa es que el placer acompañe a la felicidad y otra es que la felicidad consista en placer; y esta es la diferencia y lo peculiar de los sistemas hedonistas: que para ellos la felicidad consiste en placer, hasta el punto de que el bien es bien porque es causa de placer. El eudemonismo aristotélico aunque incluyan el placer como un elemento de la felicidad, hacen consistir a esta, en algo formalmente distinto al mero placer.

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 La vida contemplativa es la única que se ama por sí misma, y es lo que distingue principalmente a los hombres de los animales y lo que más asemeja a los dioses.

LA VIRTUD COMO MEDIO Y CONDICIÓN PARA ALCANZAR LA FELICIDAD La felicidad es una cosa "excelente y divina” pero no es un regalo de los dioses ni tampoco producto del azar, sino que es preciso conquistarla por el ejercicio y práctica de las virtudes.

Características de la virtud: 

La virtud es un hábito adquirido, es decir, no brota espontáneamente de la naturaleza humana, sino que es preciso adquirirla por la repetición de actos, mediante esfuerzo y tenacidad en la práctica del obrar bien. Mejora al hombre y le ayuda a actuar bien, pone al hombre en el camino de la felicidad al desarrollar una predisposición o modo permanente de conducta favorable al bien moral.

La naturaleza dota al hombre de ciertas disposiciones tanto para las virtudes intelectuales como para las morales. Unos individuos nacen con más talento que otros o con un temperamento menos agitado por las pasiones. Para convertir esas disposiciones naturales en hábitos firmes y permanentes se requiere un largo ejercicio hasta convertirlos en modos permanentes de actuación. "El bien del hombre es una actividad de acuerdo con la virtud y si las virtudes son varias, de acuerdo con la mejor y más perfecta, y además en una vida entera. Porque una golondrina no hace verano, ni un solo día, y así tampoco ni un solo día ni un instante bastan para hacer venturoso y feliz" (EN 1098a)

La virtud tiene por misión completar la buena disposición natural y asegurar la ejecución perfecta, es decir, disponer al hombre para actuar de un modo perfecto."Así por ejemplo, la virtud del ojo hace que el ojo sea bueno y que realice debidamente su función, porque gracias a la virtud del ojo se ve bien... Si así sucede en todas las cosas, también en el hombre será la virtud esta manera de ser moral que hace de él un hombre bueno, un hombre de bien y gracias a la cual realizará la obra que le es propia" (EN II1,1103a). 

La virtud es un hábito voluntario. Aristóteles no comparte el intelectualismo moral socrático, según el cual la virtud se identifica con el saber y la maldad con la ignorancia. No basta con saber el bien para practicarlo. La virtud es un acto libre y voluntario que implica un acto de deliberación y elección, y en el cual intervienen conjuntamente inteligencia y voluntad.

No constituyen objeto de la virtud aquellas acciones que son involuntarias. Tampoco puede llamarse virtuoso el que obra por el solo impulso de su naturaleza.

LA VIRTUD COMO TÉRMINO MEDIO ENTRE DOS EXTREMOS VICIOSOS "La virtud es un hábito selectivo que consiste en un término medio relativo a nosotros, determinado por el logos y por aquello por lo que decidiría un hombre prudente juzgando conforme a la recta razón y experiencia"(EN II,6,1106b35). Se trata de un término medio en relación a nosotros y no en relación al objeto. Aristóteles lo ilustra con el siguiente ejemplo: si diez minas de alimento es una ración excesiva y dos escasa no hay que concluir que lo virtuoso es que todos los atletas coman seis. Se trata más bien de que cada uno coma de acuerdo con sus necesidades, evitando comer en exceso o en defecto de acuerdo con el criterio de un hombre prudente. Justo medio no en sentido matemático exacto, sino en relación al hombre y sus circunstancias determinado por la razón de un hombre prudente y sensato. No hay que confundir el término medio con una especie de mediocridad, sino que es la cumbre, la cima donde se halla el bien y la felicidad.

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- La virtud ocupa el término medio entre dos extremos viciosos. Asi, p.e. LA VALENTÍA es un término medio entre la temeridad y la cobardía. La GENEROSIDAD entre la avaricia y la ostentación. Sin embargo, el propio Aristóteles hace notar que hay acciones morales en las que no cabe establecer término medio, así es, en relación con el bien y la perfección se halla la virtud en el punto más alto.(EN II,6,1107a10). - La virtud como moderación (mesotés)

LAS VIRTUDES COMO CRITERIO DE MORALIDAD: LA RECTA RAZÓN  Hay casos en los que resulta factible determinar el término medio entre dos extremos viciosos, pero hay actos que no admiten este rigor y hay que contentarse con criterios menos estrictos. Aristóteles rechaza recurrir a Ideas trascendentes como Platón, acude a un criterio más homogéneo e interiorizado, más inmanente: LA RECTA RAZÓN. La cual no hace relación a Dios ni a la ley eterna, sino que viene a identificarse con la facultad de discurrir bien o con la prudencia, a la cual como rectora de los actos humanos le corresponde discernir el exceso o defecto en las acciones, así como deliberar sobre los medios más adecuados para lograr el fin y el bien posibles para el hombre.(EN II,2,1103a).Puesto que la recta razón no es una cosa separada y subsistente, Aristóteles propone entenderla como el medio que señala el buen juicio de un hombre prudente y sensato juzgando conforme a su experiencia.

CLASES DE VIRTUDES La clasificación aristotélica esta hecha en función de las partes del alma: la racional cuya función consiste en ordenar y la irracional sometida a la anterior, dos son pues, las virtudes correspondientes, la virtud intelectual y la moral. LAS VIRTUDES INTELECTUALES son hábitos que perfeccionan la inteligencia. Se reconocen dos grupos: a) las que hacen referencia al entendimiento teórico o especulativo.(versa sobre cosas necesarias y universales). Surgen tres virtudes intelectuales: 1) la ciencia (facilita el conocimiento demostrativo de las cosas universales y necesarias, es el hábito del buen razonamiento). 2) el intelecto (tiene por objeto el conocimiento de los principios que se emplean en la demostración de la ciencia, conocidos por intuición). 3) la sabiduría (tiene por objeto los principios y las razones altísimas de las cosas y viene a ser el resultado de la unión de intelecto y ciencia). b) Las que hacen referencia al entendimiento práctico o direccional (le corresponde deliberar sobre las acciones en particular). 1) el arte es la virtud intelectual que regula la función creadora, "consiste en cierta facultad de producir dirigida por la razón verdadera" 2) la prudencia. Es la virtud intelectual más importante."Facultad que perfecciona el intelecto en orden a fijar el justo medio de las demás virtudes". Su función es deliberar el bien para actuar bien. Supone la ciencia, la experiencia y la deliberación. Ciencia porque el prudente debe juzgar conforme a los principios universales. Experiencia porque se aplica a los hechos particulares. (EN VI,12,1144b) Además como complementos de la prudencia señala Aristóteles otras virtudes intelectuales menores: - la discreción o buen sentido, consiste en saber aplicar rectamente el juicio de lo bueno y de lo justo en la acción práctica. - la perspicacia, es decir, la claridad y rapidez para penetrar en las cosas y en las razones del obrar - el buen consejo o rectitud de la deliberación que acompaña a la prudencia.(EN VI,9,1142a)

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Las VIRTUDES MORALES se subdividen según regulen la parte irracional del alma o las relaciones del hombre con sus semejantes. a) Regulan la parte irracional del alma. Son las siguientes: 1.- Fortaleza o valor, entre la cobardía y la temeridad. Esta relacionada con el dolor. 2.- Templanza, entre la insensibilidad o la estolidez y la intemperancia. Modula o atempera los placeres de los sentidos. 3.- Pudor o modestia, entre la timidez o vergüenza excesiva y la impudencia. Versa sobre las emociones. b) Se refieren a las relaciones sociales con los demás hombres las siguientes virtudes: 1.- Liberalidad, entre la tacañería y la prodigalidad. Sobre el uso de las riquezas. 2.- Magnaminidad, entre la pusilaminidad o ruindad y la megalomanía o vana ostentación. Cuya materia son los honores y la gloria. 3.- Magnificencia, entre la mezquindad y el despilfarro. Versa sobre el uso de las riquezas cuando se trata de hacer grandes expensas. 4.- Virtud que tiene por objeto hallar el medio entre los pequeños honores. No tiene nombre especial en Aristóteles, pero si sus vicios, indiferencia y ambición. 5.- Dulzura o mansedumbre, entre la imposibilidad y la cólera. Regula la pasión de la cólera. 6.- Veracidad, entre la disimulación y la fanfarronería. 7.- Buen humor, o gracia en la conversación, o urbanidad; entre la rusticidad grosera y la bufonería. 8.- Amabilidad, entre el carácter socarrón y pendenciero y la adulación. Sobre el espíritu servicial. 9.- Némesis, entre la envidia y el alegrarse del mal ajeno. Se trata de horror al mal y a la injusticia. 10.- JUSTICIA es la principal de todas las virtudes morales. Y a la que dedica todo el libro V de la Ética a Nicómaco. Es el fundamento del orden social y humano la que da armonía a todas las demás virtudes.

Bibliografía G. Fraile "Historia de la Filosofía" B.A.C. vol I Madrid 1976. ¿QUÉ SON LOS VALORES? Distintas posiciones filosóficas y antropológicas han sostenido diferentes posturas acerca de su definición y realidad. Aquí solo vamos a mostrar las dos posiciones que nos parecen más interesantes o que han creado controversia. Uno de los puntos de vista defiende la existencia de los valores por si mismos, independientemente de todo e independientemente de que el hombre los perciba o no. Por otro lado, está la teoría que sostiene, que los valores son producto de la capacidad intelectual del hombre. En nuestra opinión, ambas posiciones poseen un criterio válido, ya que las cosas no existen con independencia de sus valores, y los valores no existen sin un sustrato que los mantenga. La persona valora las cosas, y el objeto o cosa ofrece un fundamento para ser valorado. La capacidad intelectual del Homo Sapiens ha de servirle para descubrir por qué una cosa es buena. Pero este descubrimiento solo es posible a quien contempla el mundo de forma positiva, a quien previamente ha comprendido que todo lo que nos rodea tiene una finalidad, un sentido, una razón de ser y que es buena. Luego de todo esto, podemos concluir que valor es todo aquello que hace a las cosas buenas. Interiorización de los valores El ser humano, para comportarse como tal, ha de tender al bien que la razón le propone como objetivo de su natural tendencia a la felicidad. Toca a la persona hacer una valoración de las cosas y establecer una jerarquía de importancia. Así comprenderá que hay valores que deben ser sacrificados en aras de valores más altos: la salud es más importante que el dinero. La diferente jerarquización de los valores es lo que otorga la talla moral a cada individuo. Es evidente que la educación de una persona dependerá de esta "escala moral" que haya interiorizado y que se encuentre en congruencia con el propio proyecto de vida. Función de los valores El sujeto valora las cosas que le rodean en función de sus circunstancias. Un plato de comida adquiere mayor valor para una persona que se muere de hambre que para una que se ha saciado a conciencia y vomita con 5

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solo mentarle la comida. Nuestros valores siempre están influidos por nuestras motivaciones y necesidades. Hablar de valores humanos significa aceptar al hombre como el supremo valor entre todas las realidades humanas. La valoración que hacemos de las cosas no la efectuamos con la sola razón, sino con el sentimiento, las actitudes, las obras... Con todo nuestro ser. Cuando contemplamos una obra de arte, con frecuencia sentimos que nos conmueve, y nos lleva a pronunciarnos en emotivas exclamaciones de aprobación y admiración. Los Lirios de Vincent Van Gogh, podrán venderse por miles de millones, pero una cosa es lo que cuestan y otra lo que valen. ¿Acaso no poseen el mismo valor el día que los pintó que hoy? Tal vez esté ahí uno de los problemas de nuestra sociedad: una gran sensibilidad para lo económico y una escasa sensibilidad para los otros valores... Revisando la amplia bibliografía sobre el tema, podemos encontrar una serie de definiciones que muchas de ellas pueden coincidir y divergir. En esta ocasión nos remitimos a la definición propuesta por Max Scheler (1916). Para él los valores no son propiedades de las cosas, ni tampoco capacidades o disposiciones inherentes a las cosas, sino "cualidades" peculiares que manifiestan el matiz valioso de un objeto, que es lo primario que nos llega del objeto. Para el filósofo alemán, el tema de los valores debe quedar planteado en los siguientes términos: " en la cosmovisión natural, los objetos reales no son dados "primeramente" como puras cosas ni como puros bienes, sino como cosas en tanto y en cuanto que son valiosas." Tal planteamiento ilumina toda su doctrina axiológica al grado de afirmar que "justamente les es esencial a los bienes que el valor no aparece cimentado únicamente sobre la cosa, sino que ellos mismos se hallan penetrados enteramente de valor" y esto porque "los valores son el a priori respecto al mundo de los bienes de que se trate." También afirmó que "el mundo de los valores no es de naturaleza lógica sino que pertenecen a una legalidad propia del mundo de los valores y se fundan en conexiones de esencia y en incompatibilidades de esencia existente entre los valores mismos." Este universo de investigación -el de los valores- no es intuido vía racional sino sentimental, que se constituye en otro de los vértices más característicos del pensamiento ético-axiológico de Scheler, como lo demuestra el texto siguiente: "La construcción de una ética material a priori se hará únicamente posible con la eliminación definitiva del viejo prejuicio de que el espíritu humano se agota en el dilema "razón-sensibilidad," o bien que hay que colocar todo lo que hay en el espíritu bajo una u otra forma de esas categorías. En suma, Scheler define los valores como “el a priori de lo emotivo, como objetos intencionales del sentir, que se dan de inmediato al sentir intencional, como los colores a la visión”. Es decir, los valores son esencias independientes de la existencia. La existencia participa de las esencias. Por ejemplo, la verdad es una esencia, un valor, porque su existencia no depende de la gente veraz. Lo mismo podemos decir de la justicia. Un hombre justo participa de la justicia. Cuando el hombre justo muera, la justicia como esencia no desaparecerá. Los valores son esencias que no cambian, son eternas. Para Scheler los valores se descubren, no se inventan. La captación subjetiva del valor por el hombre se llama en ética “estimativa”, teniendo en cuenta el discernimiento moral. Para Scheler existe una escala de valores, una jerarquía como son: Los valores sensibles, vitales, espirituales y religiosos. El consideró que la jerarquía más alta la constituyen los valores religiosos, siendo la santidad la más destacada. A todo valor corresponde un anti – valor, es decir tiene carácter de bipolaridad. Para Scheler la persona no se identifica ni con el alma, ni con la substancia metafísica, ni siquiera con el yo. Lo que hace persona a un individuo son los valores. Por ello, fundamentalmente el hombre se diferencia de los animales. Finalmente, el valor incluye un componente afectivo y otro cognitivo (el estimativo). En los estudios actuales se considera que los valores no son iguales. Frisancho (2001) establece que los valores tienen distinta naturaleza debido a que existen diferentes categorías o “dominios de los valores”. En el siguiente ejemplo se percibe la diferencia:  La justicia es un derecho de las personas, debería ser administrada correctamente, para todos, sin favoritismos ni coimas.  No me gusta que en un entierro se usen vestidos de colores. A un entierro debe irse con ropa oscura en señal de respeto. Siempre lo hemos hecho así en mi familia y en mi pueblo.  ¡Me encanta los helados de chocolate!. Prefiero los de vainilla. ¿Que tiene que ver nuestra preferencia por los helados de chocolate con el luto o la administración de justicia? Parece tratarse de cosas distintas, y sin embargo… estas tres afirmaciones denotan valores. Lo que ocurre es que nuestro deseo de justicia es un valor moral. El usar luto es un valor socio-convencional y la preferencia en 6

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los sabores es un valor personal. Si bien en todos los casos estamos tratando con valores, cada uno pertenece y alude a un dominio valorativo distinto. Los valores personales son los que expresan gustos o preferencias individuales y expresan nuestras diferencias como personas. Pero, no todo son preferencias personales, ya que por ser seres sociales y estar situados en un entorno social, existen acuerdos sociales. Como por ejemplo las reglas de urbanidad, las reglas de tránsito, etc. Se trata de costumbres y normas sociales que son casi siempre culturales, susceptibles de ser modificadas. En cambio los valores morales se distinguen por su universalidad, son inalterables no se cambian ni se modifican por alguna ley, sino por su propia naturaleza ética. Desde el punto de vista de los valores, la educación moral se debería ocupar principalmente de los valores morales, es decir, de aquellos cuya prescriptividad es universal y son inalterables en el tiempo y no dependen de convenciones o acuerdos sociales. En consecuencia, los valores personales, sociales o morales serán percibidos a través de los comportamientos de las personas.

ARISTÓTELES “ÉTICA A NICÓMACO”, Universidad Autónoma de México. (Trad. Antonio Gómez Robledo), México. 1954. Toda actividad humana tiene un fin. “Todo arte y toda investigación e, igualmente, toda acción y libre elección parecen tender a algún bien; por esto se ha manifestado, con razón, que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden. Sin embargo, es evidente que hay algunas diferencias entre los fines,…. Pero como hay muchas acciones, artes y ciencias, muchos son también los fines; en efecto, el fin de la medicina es la salud, el de la construcción naval, el navío; el de la estrategia, la victoria; el de la economía, la riqueza.” (Aristóteles, Ética a Nicómaco. Libro 1, capítulo 1) Definición de la felicidad Pero volvamos de nuevo al bien objeto de nuestra investigación e indaguemos qué es. Porque parece ser distinto en cada actividad y en cada arte: uno es, en efecto, en la medicina, otro en la estrategia, y así sucesivamente. ¿Cuál es, por tanto, el bien de cada una? ¿No es aquello a causa de lo cual se hacen las demás cosas? Esto es, en la medicina, la salud; en la estrategia, la victoria; en la arquitectura, a casa; en otros casos, otras cosas, y en toda acción y decisión es el fin, pues es con vistas al fin como todos hacen las demás cosas. De suerte que, si hay algún fin de todos los actos, éste será el bien realizable, y si hay varios, serán éstos. Nuestro razonamiento, a pesar de las digresiones, vuelve al mismo punto; pero debemos intentar aclarar más esto. Puesto que parece que los fines son varios y algunos de éstos los elegimos por otros, como la riqueza, las flautas y, en general, los instrumentos, es evidente que no son todos perfectos, pero lo mejor parece ser algo perfecto. Por consiguiente, si hay si hay sólo un bien perfecto, ése será el que buscamos, y si hay varios, el más perfecto de ellos. Ahora bien, al que se busca por sí mismo le llamamos más perfecto que al que se busca por otra cosa, y al que nunca se elige por causa de otra cosa, lo consideramos más perfecto que a los que se eligen, ya por sí mismos, ya por otra cosa. Sencillamente, llamamos perfecto lo que siempre se elige por sí mismo y nunca por otra cosa. Tal parece ser, sobre todo, la felicidad, pues la elegimos por ella misma y nunca por otra cosa, mientras que los honores, el placer, la inteligencia y toda virtud los deseamos en verdad por sí mismos (puesto que desearíamos todas estas cosas, aunque ninguna ventaja resultara de ellas), pero también los deseamos a causa de la felicidad, pues pensamos que gracias a ellos seremos felices. En cambio, nadie busca la felicidad por estas cosas, ni en general por ninguna otra. Parece que también ocurre Lo mismo con la autarquía, pues el bien perfecto parece ser suficiente. Decimos suficiente no en relación con uno mismo, con el ser que vive una vida solitaria, sino también en relación con los padres, hijos y mujer, y, en general, con los amigos y conciudadanos, puesto que el hombre es por naturaleza un ser social. No obstante, hay que establecer un límite en estas relaciones, pues extendiéndolas a los padres, descendientes y amigos de los amigos, se iría hasta el infinito. Pero esta cuestión la examinaremos luego. Consideramos suficiente lo que por si solo hace deseable la vida y no necesita nada, y creemos que tal es la felicidad Es lo más deseable de todo. Definición de la virtud Es, por tanto, la virtud un-modo de ser selectivo, siendo un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y 7

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por lo que decidiría el hombre prudente. Es un medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, y también por no alcanzar, en un caso, y sobrepasar, en otro, lo necesario en las pasiones y acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el término medio, Por eso, de acuerdo con su entidad y con la definición que establece su esencia. La virtud es un término medio, pero, con respecto a lo mejor y al bien, es un extremo. (Aristóteles, Ética a Nicómaco. Libro II. Capítulo 6). Para dialogar y contestar: 1. 2. 3. 4.

¿Cuál es la finalidad de la existencia humana? ¿De acuerdo con Aristóteles la felicidad es alcanzable? ¿Cuando decimos que somos hombres virtuosos? ¿Qué nos impide ser felices?

Autoevaluación 1. 2.

¿En qué se diferencia la ética y la moral? (4 puntos) En un sentido usual, la “ética” y la “moral” se ocupan de: (2 puntos) a) determinar lo posible y lo imposible del saber humano. b) determinar lo que es “bueno” y lo que es “malo” c) determinar la “realidad” o “irrealidad”.

3.

Si el hombre no actúa conforme a la moral se dice entonces: (2 puntos) a) no es moral b) si es moral c) infringe la ley

4.

Porqué la moralidad supone un fin (4 puntos)

5.

¿Cuál es la diferencia entre norma moral y norma jurídica? (4 puntos) ¿Por qué se habla del carácter social de la conducta moral? (4 puntos) ¿QUÈ SON LAS VIRTUDES? La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas. Las virtudes humanas Las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Proporcionan facilidad, dominio y gozo para llevar una vida moralmente buena. El hombre virtuoso es el que practica libremente el bien.Las virtudes morales se adquieren mediante las fuerzas humanas. Son los frutos y los gérmenes de los actos moralmente buenos. Disponen todas las potencias del ser humano para armonizarse con el amor divino. Distinción de las virtudes cardinales. Cuatro virtudes desempeñan un papel fundamental. Por eso se las llama ‘cardinales’; todas las demás se agrupan en torno a ellas. Estas son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. ‘¿Amas la justicia? Las virtudes son el fruto de sus esfuerzos, pues ella enseña la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza’ La prudencia es la virtud que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios rectos para realizarlo. La prudencia es la ‘regla recta de la acción’, escribe santo Tomás (s. th. 2-2, 47, 2), siguiendo a Aristóteles. No se confunde ni con la timidez o el temor, ni con la doblez o 8

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la disimulación. Es llamada ‘auriga virtutum’: conduce las otras virtudes indicándoles regla y medida. Es la prudencia quien guía directamente el juicio de conciencia. El hombre prudente decide y ordena su conducta según este juicio. Gracias a esta virtud aplicamos sin error los principios morales a los casos particulares y superamos las dudas sobre el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar. La justicia es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. La justicia para con Dios es llamada ‘la virtud de la religión’. Para con los hombres, la justicia dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común. El hombre justo, evocado con frecuencia en las Sagradas Escrituras, se distingue por la rectitud habitual de sus pensamientos y de su conducta con el prójimo. ‘Siendo juez no hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo’ (Lv 19, 15). ‘Amos, dad a vuestros esclavos lo que es justo y equitativo, teniendo presente que también vosotros tenéis un Amo en el cielo’ (Col 4, 1). La fortaleza es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones. Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender una causa justa. La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. La persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar ‘para seguir la pasión de su corazón’.

ACTIVIDADES: 

En equipos colaborativos responden las siguientes preguntas: 1. ¿Coinciden el hombre bueno y el hombre feliz?, es decir, ¿ El hombre bueno es feliz y el malo es infeliz?. ¿Por qué? 2.- ¿Qué es la virtud y cuáles son sus características? 3.- Explicar, ¿Por qué la virtud es un término medio entre dos extremos viciosos? 4.- Según Aristóteles, ¿Qué tipo de virtudes existe?, Resumir en un organizador visual. 5.- ¿Qué son los valores?. Elaborar una definición, parafraseando las ideas de Max Scheler. 6.- ¿Cuál es la diferencia entre un valor personal, convencional y moral? 7.-Elabora un mapa conceptual sintetizando las virtudes cardinales y considera un ejemplo concreto de la vida donde pueda ser aplicado.

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