Le Goff. Civilizacion del Occidente Medieval

Título: La civilización del Occidente Medieval Autor: Jacques Le Goff Editorial: Siglo XXI Lugar: España Año:1999 Página

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Título: La civilización del Occidente Medieval Autor: Jacques Le Goff Editorial: Siglo XXI Lugar: España Año:1999 Páginas:430 Citas del autor: Génesis “Esto se ve de forma especialmente clara en la alta Edad Media occidental. Y la más evidente novedad de la cultura consiste en las relaciones que se establecen entre la herencia pagana y la aportación cristiana, suponiendo —lo que está lejos de ser cierto, como es sabido— que una y otra hayan formado entonces un todo coherente” Pág 97 “Pero la actitud fundamental la establecieron los Padres de la Iglesia y la definió perfectamente san Agustín al decir que los cristianos debían utilizar la cultura antigua lo mismo que los judíos habían utilizado los despojos de los egipcios. «Si los filósofos (paganos) han emitido por azar verdades útiles a nuestra fe, sobre todo los platónicos, no sólo no hay por qué temer a esas verdades, sino que hay que arrebatarlas para nuestro uso a sus legítimos poseedores.»” Pág 98 “El pensamiento antiguo sobrevivió a la Edad Media sólo a costa de quedar atomizado, deformado y humillado por el pensamiento cristiano.” Pág 99 “¿No ocurrirá lo mismo con la parte cristiana de la cultura? La doctrina cristiana es ante todo y sobre todo la Sagrada Escritura. Y la sacra pagina será la base de toda la cultura medieval. Pero entre el texto y el lector se va a interponer una doble pantalla.” Pág 100 “¿No ocurrirá lo mismo con la parte cristiana de la cultura? La doctrina cristiana es ante todo y sobre todo la Sagrada Escritura. Y la sacra pagina será la base de toda la cultura medieval. Pero entre el texto y el lector se va a interponer una doble pantalla.” Pág 101 “Se puede decir grosso modo que el éxito de la ortodoxia se logró gracias al éxito de una vía media entre el simplismo arriano o el maniqueo y la sutilidad pelagiana o prisciliana.” Pág 102 “El aspecto de la civilización no cambia drásticamente con las grandes invasiones. Los centros tradicionales de la cultura, a pesar de los saqueos y de las destrucciones, dejan raramente de existir y de difundir su luz de un día a otro. Incluso la gran víctima de la nueva época, la ciudad, sobrevive durante más o menos tiempo y con mayor o menor fortuna.” Pág 103

Capítulo 1 Estructuras espaciales y temporales (siglos X-XIII) “El Occidente medieval no será durante mucho tiempo más que un conglomerado, una yuxtaposición de dominios, de castillos y de ciudades surgidas en medio de extensiones incultas y desiertas. El desierto, por lo demás, es el bosque. En él se refugian los adeptos voluntarios o involuntarios de la fuga mundial ermitaños, enamorados infelices, caballeros andantes, bandoleros y proscritos.” Pág 112 ESTRUCTURAS ESPACIALES Y TEMPORALES “lliclla, es decir, la abundancia de bosques ricos en miel. De este modo todo un pueblo de pastores, de leñadores, de carboneros (Eustaquio el Monje, el «bandido del bosque», disfrazado de carbonero, lleva a cabo una de sus principales fechorías), de recolectores de miel vive del bosque y ayuda a vivir a los demás.” Pág 112 “Pero el bosque está también lleno de amenazas y de peligros imaginarios o reales. Forma el inquietante horizonte del mundo medieval. Lo rodea, lo aísla y lo ahoga. Constituye una frontera entre las señorías y entre los países, un no man's land, una tierra de nadie por excelencia. De su temible «opacidad» surgen bruscamente los lobos hambrientos, los bandidos, los caballeros saqueadores.” Pág 112 “Sin embargo, aunque la mayoría de los hombres del Occidente medieval tengan por horizonte, a veces durante toda la vida, las orillas de un bosque, no hay que imaginarse a la sociedad medieval como un mundo de sedentarios: la movilidad del hombre medieval fue extraordinaria, incluso desconcertante.” Pág 114 “El hecho tiene una explicación. La propiedad, en tanto que realidad material o psicológica, se desconoce casi por completo en la Edad Media. Desde el campesino hasta el señor, cada individuo, cada familia no cuenta más que con derechos de posesión provisional, de usufructo, más o menos extensos. No sólo cada uno tiene por encima a un señor o un acreedor más poderoso que puede, por las buenas o por las malas, privarle de sus tierras — tenencia campesina o feudo señorial—, sino que el mismo derecho reconoce al señor la posibilidad legítima de despojar al siervo o al vasallo de su tierra siempre que le conceda otra equivalente, a veces muy alejada de la primera.” Pág 114 “La emigración campesina, individual o colectiva, constituye uno de los grandes fenómenos de la demografía y de la sociedad medievales.” Pág 115 “Pero es menester discernir ahora a través de qué resortes el bosque, el camino y el mar conmueven la sensibilidad de los hombres de la Edad Media. Más que por sus aspectos reales o por sus verdaderos peligros, cautivan su interés sobre todo por el simbolismo que manifiestan. El bosque representa las tinieblas o, como en la «canción infantil» del

Minnesänger Alejandro el Errante —der wilde Alexander—, el siglo con sus ilusiones, el mar es el mundo y sus tentaciones, y el camino es la búsqueda y la peregrinación.” Pág 118 “Para ellos la naturaleza son los cuatro elementos que componen tanto el universo como el hombre, universo en miniatura, microcosmos. Como explica el Elucidarium, el hombre corporal está formado por los cuatro elementos, «por eso se le llama microcosmos, es decir, mundo en pequeño. En efecto, está compuesto de tierra: la carne; de agua: la sangre; de aire: el aliento; de fuego: el calor».” Pág 118 Capítulo 2 La vida material (siglos X-Xiii) “El Occidente medieval es un mundo mediocremente equipado. Pero tampoco se puede decir de él que sea un mundo subdesarrollado.” Pág 171 “No cabe duda de que la alta Edad Media experimentó incluso un cierto retroceso con respecto a Imperio romano, pero, por el contrario, importantes progresos tecnológicos surgen y se desarrollan a partir del siglo XI.” Pág 171 Es probable, por lo demás, que un buen número de «invenciones medievales» que no son una herencia grecorromana proceden de Oriente. Pág 172 “No cabe la menor duda de que las principales responsables de esta pobreza, de este estancamiento técnico son las estructuras sociales y las mentalidades.”” Pág 173 “La evolución del armamento y del arte militar, esenciales para una aristocracia de guerreros, trae consigo el progreso de la metalurgia y la balística.” Pág 173 “La Iglesia, como hemos visto, hace progresar la técnica de la medición del tiempo para afrontar las necesidades del cómputo eclesiástico y la construcción de las iglesias —los primeros grandes edificios de la Edad Media— e impulsa el progreso técnico, no sólo en cuanto a las técnicas de la construcción, sino también en cuanto al instrumental, a los transportes y a las artes menores, como la de las vidrieras.” Pág 174 “La pobreza del equipo técnico medieval se pone de manifiesto sobre todo en aspectos básicos como son el predominio de la herramienta sobre la máquina, la escasa eficacia del instrumental, la insuficiencia del instrumental y de las técnicas rurales que no dan más que unos pobres rendimientos, la mediocridad del equipo energético.” Pág 175 “El maquinismo apenas logró ningún progreso cualitativo durante la Edad Media. La mayoría de las máquinas en uso por entonces ya habían sido descritas por los sabios de

la época helenística, sobre todo por los alejandrinos, quienes muchas veces esbozan también su teoría científica.” 175 “La Edad Media es el mundo de la madera. En ese momento la madera es el material universal. Todavía se trata con frecuencia de una madera de mala calidad o, en todo caso, de una madera cuyas piezas son de dimensiones restringidas y mediocremente trabajadas. Las grandes piezas sin empalmes que se utilizan en la construcción de los edificios, de los mástiles de los navíos, en los armazones —el maderamen—, difíciles de cortar y de labrar, son materiales caros, si no de lujo.” Pág 178 “Otro producto de exportación hacia Oriente, a partir de la época carolingia, fue el hierro o, mejor, las espadas (las espadas francas abundan en las fuentes musulmanas de la alta Edad Media). Pero aquí se trata ya de un producto de lujo, un producto trabajado, fruto de la habilidad de los herreros bárbaros expertos, como hemos visto, en técnicas metalúrgicas llegadas, por el camino de la estepa, de Asia central, mundo de los metales. El hierro, al contrario que la madera, era raro en el Occidente medieval.” Pág 179 “La madera y la piedra, he aquí la pareja básica de materiales empleada en la técnica medieval. Los arquitectos son, a la vez, carpenter et lapidarios («carpinteros y canteros»), a los obreros de la construcción se les califica a menudo de operario lignorum et lapidum («obreros en madera y en piedra»). Sin embargo, la piedra constituye por largo tiempo aún un lujo comparada con la madera. A partir del siglo XI, el gran crecimiento de la construcción, fenómeno esencial del gran desarrollo económico medieval, consiste con frecuencia en reemplazar una construcción de madera por una de piedra: eso es cierto sobre todo de las iglesias, puentes y casas. La piedra, comparada con la madera, es un material noble. Tener una casa de piedra es signo de riqueza y de poder —Dios y la Iglesia, y los señores en sus castillos son los primeros en tener mansiones de piedra—, pero pronto, como un signo de la ascensión de los más ricos burgueses, éstos comienzan también a construirlas.” Pág 181 “Donde se manifiesta de forma más patente la mediocridad de ese equipamiento técnico es en el sector rural. La tierra y la economía agraria son, efectivamente, la base y la parte esencial de la vida material en la Edad Media y de todo lo que ella condiciona: riqueza, poder social y político. Ahora bien, la tierra medieval es avara porque los hombres no son capaces de sacarle mayor partido.” Pág 181 “Ante todo, porque el instrumental es rudimentario. La tierra está mal trabajada. Las labores son poco profundas. El arado antiguo, adaptado además a los suelos superficiales y a los terrenos accidentados del ámbito mediterráneo, subsiste aún durante mucho tiempo y en muchos lugares.” Pág 181 “El resultado de esta insuficiencia de instrumental y de esta escasez de abonos era, ante todo, que el cultivo, en vez de ser intensivo, era en gran medida extensivo.” Pág 184

“La consecuencia es que la tierra, mal trabajada y poco abonada, se agota pronto. Por lo tanto, hay que dejarla descansar con frecuencia para que se reponga.” Pág 184 “Añadamos que otros factores, que examinaremos más adelante, contribuyen aún a disminuir la escasa productividad de la tierra medieval. Uno de ellos es, por ejemplo la tendencia de los dominios medievales a la autarquía, consecuencia de realidades económicas y, a la vez, rasgo de mentalidad. Tener que recurrir al exterior, no producir todo lo que se necesita, no es sólo una debilidad, sino un deshonor. En el caso de las propiedades monásticas, evitar cualquier contacto con el exterior dimana directamente del ideal espiritual de soledad, al ser el aislamiento económico la condición de la pureza espiritual.” Pág 185 “Si en el ámbito de las fuentes de energía se manifiesta un progreso notable con la difusión de los molinos —sobre todo de los molinos de agua y de diversas aplicaciones de la energía hidráulica: batanes, molinos para el cáñamo, de corteza para el curtido, de cerveza, de afilar—, hay que tener en cuenta que la cronología de la aparición y de la difusión de estos ingenios se debe establecer con cierta prudencia.” Pág 186 “A pesar de todos los progresos realizados en los siglos XII y XIII en materia de energía hidráulica y eólica, lo esencial de la energía en el Occidente medieval procede aún del hombre y de los animales.” Pág 187 “Los transportes marítimos, a pesar de ciertos avances técnicos nada despreciables, continúan resultando insuficientes, ya sea porque esas mejoras no han producido aún todo su efecto antes del siglo XIV —o más tarde—, ya sea porque su importancia fuera bastante limitada.” Pág 190 “En primer lugar, el tonelaje de las flotas de la cristiandad occidental es mediocre. Mediocre por construcción. Incluso con el aumento del tonelaje en los siglos XII y XIII, sobre todo en el norte, donde los barcos tienen que transportar productos bastante voluminosos: granos y madera.” 190 “Por último, insuficiencia en la extracción minera: la falta de eficacia del instrumental de perforación y de lavado y la incapacidad técnica de evacuar el agua limitan la extracción a los yacimientos a cielo abierto o poco profundos: hierro (a pesar de los progresos a partir del siglo XII), cobre y plomo.” Pág 191 “Los progresos técnicos más significativos en el ámbito «industrial» conciernen en definitiva a sectores particulares, o no fundamentales, y su difusión se remonta aún a finales de la Edad Media. El más espectacular de todos ellos es sin duda la invención de la pólvora y de las armas de fuego. Pero su eficacia militar se afirma lentamente. Durante el siglo XIV o hasta después, los primeros cañones siembran el terror en el adversario más por el ruido que por su carácter destructor. Su gran importancia estriba en el hecho de que el desarrollo de la artillería suscita, a partir del siglo XV, un gran progreso en la metalurgia.”Pág 192

“En fin, es una técnica de artistas-artesanos, que aplican recetas a una producción de piezas individuales al amparo de un instrumental rudimentario. Los técnicos y los inventores de la Edad Media son, en efecto, artesanos.”Pág 193 “Sin embargo la Edad Media, que inventó poco, que incluso enriqueció muy poco la flora alimentaria —el centeno, principal adquisición de la Edad Media, que ha desaparecido prácticamente de Europa, no fue, de hecho más que un enriquecimiento transitorio de la agricultura—, marca una etapa en la conquista.” Pág 194 “La economía del Occidente medieval tiene por objeto la subsistencia de los hombres. No va más allá. Si alguna vez aparenta sobrepasar los límites de esa estricta necesidad se debe, sin duda, a que la subsistencia es una noción socioeconómica y no puramente material. El concepto de subsistencia varía según las diversas capas sociales. La masa se satisface con una subsistencia en el sentido estricto de la palabra, es decir, con lo necesario para vivir físicamente: alimentación en primer lugar, vestido y alojamiento después. La economía medieval es pues esencialmente agraria, basada en la tierra que proporciona lo necesario.”Pág197 “De hecho, todas las categorías sociales medievales estaban sometidas a fuertes presiones económicas y psicológicas que tenían como resultado, si no como finalidad, el oponerse a cualquier acumulación capaz de originar un avance económico. La masa campesina estaba reducida al mínimo vital a causa de las deducciones efectuadas sobre el producto de su trabajo por los señores, bajo la forma de la renta feudal, y por la Iglesia bajo la forma de diezmos y de limosnas.” Pág 200 “La precariedad de las técnicas de producción consolidada por los hábitos mentales condenaba a la economía medieval al estancamiento, a la sola satisfacción de la subsistencia y a gastos de prestigio de la minoría. Los obstáculos al crecimiento económico procedían sobre todo del régimen feudal mismo del que dependía, por lo demás, el bajo nivel tecnológico. El sistema feudal se basa en la apropiación por parte de la clase señorial —eclesiástica y laica— de todo el excedente de la producción rural garantizado por la masa campesina. Esta explotación se hace en condiciones que privan a los campesinos de los medios de contribuir al progreso económico sin que los mismos beneficiarios del sistema tengan posibilidades mucho mayores de invertir de forma productiva, por más que el régimen de la señoría «banal», a partir del siglo XI, haya sido menos contrario al crecimiento que el del dominio señorial anterior.” Pág 201 “En definitiva, cuando los señores parecen favorecer el progreso económico, lo hacen, en cierto modo, a pesar de ellos porque, manteniéndose en la lógica del sistema feudal, lo hacen no con vistas a un beneficio económico, sino a una retención fiscal, a un derecho feudal. Cuando construyen un molino, una prensa, un horno común, lo hacen con el fin de obligar a los campesinos de sus tierras a utilizarlo pagando o a obtener la exención de esa obligación mediante el pago de una tasa. Cuando fomentan la construcción de un camino o de un puente, el establecimiento de un mercado o de una feria, lo hacen asimismo con el fin de obtener la percepción de derechos: alquiler de puestos, peajes, etc.”Pág 202

“Por el contrario, la masa campesina se ve desposeída de sus excedentes y a veces de una parte de lo necesario por las deducciones de la renta feudal. No sólo ha de entregar al señor una parte notable del fruto.” Pág 203 “El resultado de este mal equipamiento técnico unido a una estructura social que paraliza el crecimiento económico es que el Occidente medieval es un mundo que vive «al límite», constantemente amenazado por el peligro de no poder atender a su subsistencia, un mundo en equilibrio inestable.” Pág 204 “No cabe duda de que el hambre es patrimonio del hombre. Es el pago del pecado original como dice el Elucidarium. «El hambre es uno de los castigos del pecado original. El hombre había sido creado para vivir sin trabajar, si así lo deseaba. Pero, después de la caída, no podía rescatarse más que por medio del trabajo... Dios, por lo tanto, le impuso el hambre para que trabajase bajo la obligación de esa necesidad y para que por ese camino pudiese volver a las cosas eternas.»”Pág 210

“El hambre y los pobres se convirtieron en la plaga de las ciudades, hasta el punto de que el folclore urbano imagina depuraciones de hambrientos comparables, bajo una apariencia más realista, a la leyenda de Hamelín.” Pág 212 “La mala alimentación, la mediocridad de una medicina que no halla el equilibrio entre las recetas de ama de casa y las teorías de los pedantes, provocan horrorosas miserias físicas y una mortandad de país subdesarrollado. La esperanza de vida es muy corta, incluso si se intenta calcularla sin tener en cuenta la espantosa mortalidad infantil, los numerosos abortos de mujeres mal nutridas y obligadas a trabajar duramente. La esperanza de vida que se cifra entre los 70 y los 75 años en las sociedades industriales contemporáneas, apenas debía sobrepasar los 30 años en el Occidente medieval.”Pág 213 “Pero la mala salud y la muerte precoz eran el patrimonio, sobre todo, de las clases pobres a las que la explotación feudal obligaba a vivir al borde del límite alimentario y a las que una mala cosecha precipitaba en el abismo del hambre, tanto menos soportada cuanto que los organismos eran mucho más vulnerables.” Pág 215 “La más extendida y mortífera de las enfermedades endémicas medievales fue, sin duda, la tuberculosis, correspondiente probablemente a esa «languidez» a la que tantos textos hacen referencia.”Pág 215 “Hay que pensar en esta fragilidad física, en ese terreno fisiológico capaz de mantener, en bruscas floraciones de crisis colectivas, las enfermedades del cuerpo y del alma, las extravagancias de la religiosidad. La Edad Media fue el ámbito por excelencia de los grandes miedos y de las grandes penitencias colectivas, públicas y físicas.” Pág 216 “Agotamiento de la tierra: ése es el principal peligro para la economía medieval, esencialmente rural.” Pág 218

“No cabe duda de que la vida material conoció en la Edad Media ciertos progresos. Sin esperar a las precisiones de las épocas moderna y contemporánea, a la vez por falta de datos cuantitativos precisos y porque la economía feudal se presta poco a los métodos estadísticos, elaborados para medir la evolución de economías, si no capitalistas, al menos monetarias, se puede esbozar una coyuntura económica medieval y distinguir una larga fase de expansión que, en cierto modo, corresponde a una mejora del bienestar.” Pág 220 “Esta observación, que no pone en entredicho la realidad de un crecimiento económico entre los siglos X al XIV, manifiesta, de todos modos, la necesidad de confrontar esta coyuntura con la evolución de las estructuras económicas y sociales, es decir, con lo que se denomina tradicionalmente por una parte el paso de la economía de cambio a la economía dinero y, por otra, la evolución de la renta feudal.” Pág 221 “Antes de nada, recordemos con Henri Pirenne y Marc Bloch, algunas distinciones necesarias. En primer lugar, el trueque desempeñó un papel bastante insignificante en los intercambios medievales. Por economía de cambio hay que entender en el Occidente medieval una economía donde todos los intercambios quedaban reducidos a lo mínimo indispensable. Por lo tanto, economía de cambio sería poco más o menos sinónimo de economía cerrada. El señor y el campesino pueden satisfacer sus necesidades económicas dentro del propio dominio y, en el caso del campesino, sobre todo en el marco doméstico: el huerto familiar junto a la casa y la parte que le corresponde de la cosecha de su feudo o arrendamiento, una vez hecha la entrega correspondiente al señor y el diezmo de la Iglesia, le proporcionan la alimentación, el vestido lo hacen las mujeres en casa y el instrumental básico —muela de mano, torno también de mano y telar— son familiares.” Pág 222 “En fin, está claro que la moneda no llegó a desaparecer jamás por completo en el Occidente medieval. No fueron solamente la Iglesia y los señores quienes dispusieron siempre de un cierto remanente monetario para la satisfacción de sus gastos de prestigio, sino que el mismo campesino no podía vivir sin efectuar alguna compra en moneda: la sal, por ejemplo, que él no producía, que no recibía y que rara vez podía adquirir mediante el trueque, debía adquirirla con moneda.” Pág 223 Quienes parecen aprovecharse al máximo de este desarrollo de la economía monetaria son los comerciantes. Es cierto que el progreso urbano, del que ellos son los principales beneficiarios, va unido al progreso de la economía monetaria y que la «subida de la burguesía» representa la aparición de una clase social cuyo poder económico se apoya más en el dinero que en la tierra. Pero, ¿cuál es la importancia numérica de esta clase antes.” Pág 227 “El comerciante, al comienzo del siglo XIV, seguía siendo esencialmente un vendedor de productos excepcionales, raros, lujosos, exóticos, y la creciente demanda de esos productos por las categorías superiores provocó, de hecho, un aumento del número e importancia de los comerciantes. Su labor era complementaria. Ellos aportan ese pequeño sector de lo superfluo necesario que la economía señorial no podía producir. En la medida en que se trataba de «epifenómenos» que no perturban fundamentalmente la

estructura de la economía y de la sociedad, los clérigos comprensivos los excusaban y los justificaban.” Pág 228 “Lo que buscan esos comerciantes, y más aún el patriciado urbano es, o bien la posesión de dominios que les permitan, juntamente con su familia y sus domésticos, mantenerse al amparo de la escasez, que les hagan participar en la dignidad del poseedor de tierras y que, si llegara el caso, mediante la adquisición de una señoría, les hagan pasar al rango de señores terratenientes, o la adquisición de tierras e inmuebles urbanos cuyos alquileres fueran provechosos, los préstamos a los señores y a los príncipes, a veces a los humildes y, sobre todo, las rentas a perpetuidad.” Pág 229

Comentario Entre la leyenda negra de una «edad de las tinieblas» y la leyenda áurea de una belle époque medieval, se encuentra la realidad de un mundo de monjes, guerreros, campesinos, artesanos y mercaderes sacudidos por la violencia circundante, el ansia de paz, la fe en la revolución y la sed de expansión. Una sociedad atormentada por la obsesión de sobrevivir que logra dominar el espacio y el tiempo; roturar los bosques; agruparse en torno a los poblados, los castillos y las ciudades; e inventar ciertas máquinas, el reloj, la universidad y el concepto de nación. Este universo recio e impulsivo es la cuna de Occidente, un mundo de seres «primitivos» que transformaron la tierra manteniendo los ojos fijos en el cielo, introdujeron la razón en un universo simbólico, establecieron un equilibrio entre la palabra y la escritura e inventaron el purgatorio situándose entre el paraíso y el infierno. Desde Escandinavia al Mediterráneo, desde el mundo celta al eslavo, el sistema feudal coloca en su lugar las estructuras, las mentalidades, las contradicciones y las inercias que la cristiandad latina ha legado a la sociedad y la civilización occidentales del mundo actual