Lagrimas de Una Madre

PERSONAJES:  Julián: Padre de Alfredo y esposo de Margareth. Tiene un carácter fuerte, cree que todo se arregla a golpe

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PERSONAJES:  Julián: Padre de Alfredo y esposo de Margareth. Tiene un carácter fuerte, cree que todo se arregla a golpes y nadie más que él tiene la razón.  Margareth: Madre de Alfredo y esposa de Julián. Mujer sumisa, hace todo lo que su esposo le dice y nunca responde a los golpes que él le da.  Alfredo: Hijo de Margareth y Julián. Joven de quince años, ama demasiado a su madre pero desde niño lleva dentro rencor hacia su padre.  Antony: Amigo de Julián. Siempre tuvo la idea de que a una mujer jamás se le lastima.  Axel: Amigo de Julián.  Amber: Mejor amiga de Margareth. Va en busca de ayuda al ver q su amiga es atacada.  Yoisi: Mejor amiga de Margareth. Va en busca de ayuda al ver q su amiga es atacada. ESCENA I De los creadores de “TODOS LOS PRINCESOS SON UNOS PUTOS” llega para ustedes “LAGRIMAS DE UNA MADRE”. Julián está con terno pero no lleva el saco puesto y en la mano izquierda lleva un maletín. Margareth lleva pantalón jean, un polo rosado y un mandil que le cubre hasta la rodilla. Julián abre la puerta de su casa, entra y la tira bruscamente, en ese instante Margareth sale de la cocina. Margareth (dulcemente): ¿Qué paso mi amor? ¿Por qué tan malhumorado? Julián: No es nada, ya se me va pasar. Margareth (insistente): Pero mi amor ¿qué pasó? Julián (enojado): ¡No es nada, Ya te dije! ¿Acaso no entiendes? ¡Y es mejor que te apresures con mi almuerzo envés de estar perdiendo el tiempo! Margareth (cariñosamente): Espérate un ratito amor, que ya termino. Julián (exaltado): ¿Que espere un rato? ¡Acaso tú estás loca! ¡No te das cuenta que me estoy muriendo de hambre! Margareth: Lo sé, pero es que se me hizo limpiando la casa, pero si tan solo esperas un rato más, tendrás un suculento almuerzo; además Alfredito todavía no ha llegado y lo tendremos que esperar para almorzar juntos. Julián (colérico): ¡No me pidas que espere, yo quiero mi almuerzo ahorita mismo y punto! Además… ¡a mí que me importa ese hijo tuyo, por mí que se muera de hambre! Margareth: No seas tan malo con nuestro hijo, ¿Acaso te importa? Julián (sarcásticamente): Así que la señora se preocupa por su hijito y quiere que comamos juntos. (Colérico) Pues bien ahora dime tú ¿quién en esta maldita casa se preocupa por mi, ah? Margareth: Pues todos nos preocupamos por ti, así que no me friegues. Y si quieres comer espérate un rato, sino lárgate a la calle y busca un buen lugar en el cual refugiarte. Margareth acababa de decir esa frase cuando de pronto una fría y dura mano golpea su rostro y la hace llorar. Julián (lleno de ira): Eso, es para que aprendas a respetar; por que a mi no me vas a venir a hablar en ese tono ok. Y bueno como en esta pocilga no hay que comer, mejor me largo. Julián tira el maletín en dirección a donde está Margareth, ella se va llorando a la cocina, mientras que el sale. Julián se encuentra en la calle, mientras Margareth entre llantos y sufrimientos cocina en su casa, hasta que escucha que alguien toca la puerta, se limpia las lágrimas con el mandil, apaga la cocina y sale a abrir la puerta. Alfredo entra, da un beso a su madre en la mejilla, pero se da cuenta de que su querida madre a estado llorando. Alfredo: ¿Qué te pasó madre mía? Margareth: No es nada hijito, no te preocupes. Alfredo: Como que no, si tienes los parpados hinchados. Margareth: No es nada ya te dije.

Alfredo: A mi no me engañes madrecita, se bien lo que te aqueja, se también el porque de tus lágrimas. Su madre pone rumbo a la cocina. Alfredo: Y yo se también lo que acaba de pasar. Margarteh: Bueno si pues, tienes razón; si estaba llorando, pero es que me caiy no soporté el dolor. Alfredo: No me engañes mas la verdad madre mía, que ya lo sé todo, sé que llorabas porque el bastardo de mi padre te pega y tu no sabes que hacer. Margareth: ¿Cómo puedes decir eso? Si tu padre es incapaz de pegarme, el jamás haría eso. Alfredo: Ya te dije que no me mientas más, porque se lo que te pasa. Margareth: Bueno, la verdad es que sí, tu padre me pega; pero… ¿cómo te enteraste? Alfredo: Lo sé desde que tengo 5 años, lo recuerdo como si hubiera sido ayer cuando tú y mi padre discutían en la habitación; y de repente mi padre, muy alterado comenzó a golpearte. En ese instante no entendía lo que pasaba, pero te vi llorar y supe que algo malo te había sucedido. Margareth se va a la cocina, sirve el almuerzo en dos platos y luego sale y almuerza con Alfredo. Después les ve salir de escena. ESCENA II Luego de dos horas Julián llega a su casa con dos amigos (Antony y Axel), un par de cervezas y un vaso. Julián: Pasen, mis querido amigos y chupemos hasta que el licor no seque las neuronas (le da la cerveza a Antony). Axel: Tienes razón, libemos hasta que el sol caiga y nos amenace la luna con salir. Julián: ¡Salud, hermano! Antony y Axel: ¡Salud! Siguen tomando hasta que las cervezas se acaban. Julián (gritando): ¡Alfredo! ¡Alfredo! Alfredo (gritando): ¡Si papá! Julián (gritando): ¡Anda a comprar un par de chelas! Alfredo (gritando): ¡No puedo! Julián (gritando): No te estoy preguntado si puedes o no, simplemente es una orden. Alfredo (gritando): ya te dije que no puedo, estoy haciendo la tarea. Julián (gritando): Carajo te estoy diciendo que vayas y punto. En ese instante sale Margareth. Margareth: Pero Julián, Alfredito está haciendo su tarea. Julián (colérico): ¡No te metas! Margarteh: Pero Julián, si quieres voy yo. Julián (colérico): ¡He dicho que vaya Alfredo y punto! Magareth (gritando): ¡Pero está su tarea! Julián encolerizado y harto de que su mujer le pongo peros a todo, le da una bofetada, tan fuerte que ella se va llando. En ese instante Antony arremete contra Julián. Antony: Julián, ¿qué tienes? Julián (gritando): ¡A mí no me digas nada, ok! Antony: Ok. Pero esa no es la manera de tratar a tu esposa. Julián (gritando): ¡A ti que te importa! Yo trato a mi mujer como se me da la gana. Antony: Mejor no te digo nada; haz lo que quieras pero no lo hagas cuando tu hijo está en casa, ya que podría odiarte. Antony y Axel se van. ESCENA III Son las ocho de la mañana, se escucha la puerta sonar, Margareth sale a abrir y se da con la sorpresa que son sus mejores amigas. Yoisi y Amber: Hola amiga.

Margareth (emocionada): Hola, ¿cómo están? Yoisi está por responder pero es interrumpida por Amber. Amber: Pero que forma es esa de recibir a tus amigas, ¿Acaso no quieres que entremos en tu humilde morada? Margareth: Ay si que vola, pasen nomas, siéntanse como en su casa. Yoisi: Mas bien, porque ya me estaba quemando. Amber: Ay si yo también. Y bueno amiga ¿qué es de tu vida? Julián al escuchar ruido en la sala, sale de su habitación y se dirige hacia allá. Julián: Se puede saber ¿Quiénes son éstas? Yoisi: Somos sus amigas. Julián: ¡Qué amigas ni qué nada! Se largan en este instante. Margareth: Pero mi amor… son mis amigas. Julián (gritando): ¡Nada de peros, se largan y punto! Amber: No se que tienen usted contra nosotras, pero solo vinimos a visitar a Margareth. Julián (gritando): ¡Acaso no han escuchado! ¡He dicho que se larguen! Margareth (gritando): ¡Así, que más! Pues ellas no se van. Julián: Margareth, no me provoques que soy capaz de lastimarte. Margareth: Hazlo, pégame; como siempre lo has hecho. Trata de calmar mis lamentos con brutalidad como siempre, para que se den cuenta que nunca me supiste valorar y de que res un ¡canalla! Margareth termina de decir su última palabra, cuando Julián se lanza sobre ella y comienza a golpearla. Yoisi y Amber huyen asustadas en busca de ayuda. De pronto aparece Alfredo, arma en mano apuntando hacia su padre. Alfredo (gritando): ¡Padre, suéltala! Julián no hace caso sigue golpeando a Margareth, mientras ella lucha por su vida, pero Julián es mas fuerte. Alfredo (gritando): ¡Padre, suéltala! (vuelve a gritar) ¡Padre eh dicho que la sueltes! Julián lo escucha, voltea y ve a su hijo con el arma, se asusta y deja a Margareth tirada en el piso. Julián (asustado): ¿Hijo, de donde sacaste esa arma? Alfredo: No me digas hijo nunca más. Que para ti eh muerto. Y ruega a Dios para que te guarde un lugar porque te aseguro que ni en el cielo ni en el infierno nos querrán. Acabada de decir la ultima palabra, Alfredo arremete tres disparos contra su padre, luego va en su madre y la encuentra muerta; se da cuenta de que todo fue en vano y desesperado se suicida de un solo disparo en la cabeza. Dos minutos después llegan los policías al lugar de los hechos y encuentran este trágico suce. Mensaje: El odio genera mas odio, provocando la muerte de muchas personas.