La Venus de Laussel

La Venus de Laussel Título Venus de Laussel Cronología 25.000 a.C Técnica Esculpido Material Caliza Monolítica

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La Venus de Laussel

Título

Venus de Laussel

Cronología

25.000 a.C

Técnica

Esculpido

Material

Caliza Monolítica

Dimensiones

46cm

Período

Paleolítico

Descubrimient 1911 o Descubridor J.G Lalanne Ubicacion actual

Museo de Aquitania

La Venus de Laussel (25.000 a. C.) o también conocida como Venus del Cuerno, es una representación antropomorfa femenina perteneciente al período Paleolítico que consiste en un bajorrelieve esculpido en piedra caliza monolítica de aproximadamente unos 46 cm de altura, descubierto en 1911 por el Dr. JG Lalanne en la Cueva de Laussel, en Dordogne (Francia). Actualmente, forma parte de la colección del Museo de Aquitania en Burdeos, al sudoeste de Francia. Esta figura se encuentra plasmada desde una perspectiva frontal, desnuda, y sostiene un cuerno de bisonte con su mano derecha mientras su cabeza, aunque en gran parte separada del fondo, pero bastante indefinida y desdibujada, mira al cuerno. Dicha representación corresponde a los cánones estilísticos típicos de las Venus de éste período, presentando rasgos característicos de su sexo sumamente destacados, como caderas, vientre y senos desmesuradamente grandes en relación al resto de su figura, mientras que zonas como la cabeza, son poco detalladas y otras partes como los pies, apenas esbozados.

La imagen de esta mujer prehistórica fue magnificada en sus atributos sexuales; presentando una figura de acusada esteatopigia, dichos atributos han sido vinculados a la fuerza o poder de su fertilidad o fecundidad. En este sentido, es importante resaltar que la idea de fecundidad viene reforzada todavía más ante el hecho de que sujeta en su mano derecha un cuerno, interpretado como “cuerno de la abundancia” o cornucopia. También, la representación femenina se encuentra asociada a la figura del bisonte, animal que abundaba en las amplias estepas euroasiáticas durante la etapa cultural del paleolítico superior, y que suponía una apreciada presa de caza por su abundante biomasa. De tal manera, cabe destacar la importancia de la biomasa animal, que asegura la alimentación del grupo humano, es equiparable a la importancia de la supervivencia del colectivo humano a través de la garantía de la reproducción del mismo. Si tal vez, fueron los hombres, hábiles y fuertes, los que procuraban la carne suficiente para el mantenimiento del grupo, seguía siendo la mujer la que tenía los poderes de creación para mantener un número suficiente de individuos que garantizara la fuerza de trabajo necesaria para la supervivencia. De tal modo que la simbología de esta asociación mujer/bisonte es también interpretada como los elementos de importancia básica que garantizan la supervivencia del grupo, a través de la fertilidad de la mujer, y de la seguridad alimenticia proporcionada por la carne del bisonte. Otra observación en éste mismo aspecto, es que la mujer paleolítica correspondería probablemente a un ideal de belleza, pues en ese entonces, las mujeres obesas constituirían un símbolo de ostentación de la riqueza; y no obstante, un cuerpo obeso y adiposo, como el de esta figura de la cultura auriñaciense, también responde a una realidad física, ya que la protección de grasa era casi imprescindible para soportar el clima intensamente frío de la Europa glaciar. Por otro lado, hay que tomar en cuenta que la organización que se le puede atribuir a estas primeras comunidades humanas paleolíticas es la de tribu o clan, ya que basándose en su base económica de subsistencia, se estaría hablando de una sociedad de sistema igualitario. Por lo que instituciones tipo familiar o familia nuclear no existirían y las relaciones sexuales se mantendrían comunalmente a través de la exogamia; de tal manera que es muy probable que siendo la descendencia por vía materna, los lazos de parentesco fuesen únicamente matrilineales, ya que solo la mujer podía reconocer a su progenie. Siendo así, la figura femenina antropomorfa representada como “La Venus de Laussel”, una simbología de fecundidad, ocupando un lugar central en la mitología religiosa paleolítica como fuente de vida, ya que respondía ante un poder indirectamente socio-económico y

religioso dado por el hecho de que giraba en torno a ésta, los rituales mágicos de fecundidad que aseguraron la pervivencia del grupo frente a una hostil Naturaleza.

Gremiana González C.I. 25.126.995

Bibliografía

Breuil, Henri, «El Paleolítico», en El Arte y el Hombre, volumen I, por René Huyghe. Editorial Planeta, Barcelona, 1965. MAURA MIJARES, Rafael et al. La figura humana femenina en el arte parietal paleolítico del sur peninsular: a propósito de las "Venus Egabrenses". Espacio Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria y Arqueología, [S.l.], n. 2, ene. 2009. ISSN 2340-1354. Ripoll i Perelló, Eduard. "Las representaciones antropomorfas en el arte paleolítico español." Empúries: revista de món clàssic i antiguitat tardana [en línia], 1957,, Núm. 19 , p. 167-192. Ripoll Perelló, Eduardo. Historia del Arte, nº 3: El arte Paleolítico. Historia . 1989. http://www.musee-aquitaine-bordeaux.fr/es/venus-de-laussel