La Raza Cosmica

Alumno: francisco Josué Hernández cervantes Clase: seminario de filósofos mexicanos. Síntesis de la raza cósmica Políti

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Alumno: francisco Josué Hernández cervantes Clase: seminario de filósofos mexicanos.

Síntesis de la raza cósmica Político mexicano José Vasconcelos, nacido en Oaxaca, México el 27 de febrero de 1882, fungió como secretario de educación en su país de origen; Licenciado en derecho por la Escuela Nacional de Jurisprudencia; partidario de la Revolución Mexicana desde sus inicios, ya que participó en el movimiento maderista como uno de los cuatro secretarios del Centro Anti reeleccionista de México y Director de la Escuela Nacional Preparatoria. El ideal de José Vasconcelos era de llevar la educación a toda la nación, hecho que desarrolló durante su desempeño como secretario de Educación en el periodo de 1921 a 1924. La filosofía de José Vasconcelos fue muy útil para comprender las obras que fomentaron la creación de construcciones mexicanas, como los murales de José Clemente Orozco y Diego Rivera. Así como la campaña de educación para la gente del pueblo, sus espacios de lectura y la creación de proyectos de difusión de libros La cultura nueva como muchas otras antecesoras hará alzar en su nombre grandes arquitecturas y esculturas y el símbolo principal será un "espiral" ya que tratara de representar a la raza cósmica como una que no tendrá fin al igual que el intelecto, el arte, la superación del hombre. José Vasconcelos publicó su obra más conocida: La raza cósmica (1925); publicada entre la primera y la segunda guerra mundial, trata del surgimiento de una raza cósmica o quinta raza, que sería mezcla de las cuatro razas anteriores: roja, amarilla, negra y blanca

(Fracaso del eurocentrismo y apología el mestizaje) El discurso darwinista (selección natural del apto y condena del débil) trasladado al ámbito social por Spencer durante el siglo XIX, promovió la superioridad de la raza europea sobre la mestiza, en todos los ámbitos.

Esta postura se ha moderado con la catástrofe de la primera guerra mundial y el consecuente suicidio de la razón. Este panorama marcará el inicio de la raza cósmica (mestizaje mundial favorecido por la globalización), que enriquecerá la cultura universal, con el aporte de lo otro, negado por el eurocentrismo del siglo XIX. La historia europea se renovó con el mestizaje, cuando las periferias de las civilizaciones se mezclan con estas, dando lugar a etapas florecientes (egipcios blancos y negros, griegos-mundo helénico, romanos-germanos). El caso de América no es ajeno a este proceso (Estados Unidos y Argentina inmigrantes). El caso español-indígena por ser tan asimétrico tardó en dar su fruto, proceso que de igual manera se interrumpió con las necesarias independencias. Lo hispano e indígena quedó como sinónimo de atraso adoptándose como arquetipo el mundo anglo (Influencia de Rodó en Vasconcelos). Pero el proceso histórico continuará y el mestizaje en Latinoamérica dará como resultado el poderío de lo latino, frente a lo anglosajón, tal como sucedía antes del siglo XIX en Europa. Sin embargo, Vasconcelos plantea que Asia está en decadencia por su aislamiento y atribuye al cristianismo la humanización de culturas indígenas caníbales (reafirmando la cosmovisión occidental) (Teoría de la formación de la raza cósmica y de la universopolis) Se plantea la decadencia de una civilización originaria de América (la mítica Atlántida), anterior a las asiático-europeas. De sus ruinas quedó en América las civilizaciones aztecas, mayas e incas y algunos pobladores migraron a otros continentes donde volvieron a florecer en la cultura de Egipto y la helénica, dejando a su paso una estela de 4 razas (roja, negra, amarilla y blanca). Las bases de la civilización occidental, en manos de la última raza (blanca), retornaría a América para revitalizarla y cumplir su misión histórica. Su misión, que en principio creyó ser: la de dominar las razas anteriores, será ahora la de posibilitar a través de bases materiales y morales, la unión de las 4 razas en una quinta, que será la superación de las anteriores. Este proceso dominado por los hispanohablantes frente a los anglosajones, se invirtió con las independencias, haciendo del mundo latinoamericano, un campo estéril de división regional (sin miras de lo universal) y sumisión al mundo anglosajón. Este panorama del siglo XIX no permitió dar fruto al mestizaje hispano-indígena, iniciado en la colonia. Por ello propone resignificar el orgullo social del latinoamericano a algo más universal y antiguo como lo es la idea de raza (indigenismo e hispanidad) y no a la figura de caudillos patriotas del siglo XIX, despreciadores del pasado indígena y español y desintegraron la raza en una pluralidad de patriotismos. Pero este espíritu latino busca ir más allá de lo indígena y lo hispano, ya que pretende recogerlos en una unidad (quinta, la raza-cósmica) que no signifique la vuelta a un pasado romántico que busque revivir alguno de los elementos.

La formación de tal raza está favorecida porque el mundo iberoamericano desde la colonia, no se mezcló con lo indígena y actualmente tiene mayor facilidad de entablar simpatía con los extraños. Esto no sucedió con el mundo anglosajón, que desde la colonia, no se mezcló con lo indígena y aún sigue cerrado en sí mismo, en su contacto con otras razas. Esto los condenará a formar el último gran imperio de una sola raza. La quinta raza no aspirará a dominar a otras sino a otras sino formar la universopolis, reino de fraternidad y sabiduría universal que aproveche las potencialidades de cada una de las razas precedentes. El clima trópico como ideal para la universopolis. Las grandes civilizaciones se iniciaron en el trópico y la civilización final volverá al trópico. La región cuenta más que cualquier otra, con recursos naturales, superficies cultivables y fértiles, agua dulce y climas variados. A parte de esta base material, el clima tropical es más propicio al trato y unidad de las personas porque este paisaje pleno de colores y ritmos comunica su riqueza a la emoción humana, volviendo la realidad una fantasía necesaria para el mundo de universopolis. El blanco a diferencia de las civilizaciones del trópico tuvo que conquistar la nieve y el frío, por lo cual tuvo que ejercer un dominio sobre la naturaleza. Así el blanco triunfó sobre su medio a través del dominio del mundo material (ciencia y tecnología) lo cual alimentará a Universopolis. Sin embargo, existe el peligro que su ciencia se adelante al progreso étnico, invadiendo el trópico y adueñándose de sus recursos, impidiendo la formación de la quinta raza. Pero ello sería absurdo ya que los ingleses en el nuevo clima se volverían más lentamente maleables y mestizos. La raza cósmica y la eugenesia El nuevo tipo de sociedad, en cuyo seno los valores predominantes serán los estéticos (el gusto, la belleza, la fantasía, etc.), quedando atrás el imperio de la fuerza o del deber racional, tendrá como protagonista a la raza cósmica en el mundo iberoamericano (guiada por los valores estéticos como la fantasía, el goce y por la fraternidad cristiana), lo cual permitirá un tipo de eugenesia estética. Esta eugenesia ira de la mano con una progresiva erradicación de la ignorancia y la miseria, ya que la nueva raza cósmica se enriquecerá cognitivamente y en todo ámbito, de la unión de genes contrarios, que es lo que actualmente está impedido por la xenofobia y el aislamiento del mundo del deber racional de los estaos nacionales. La anterior apología hacia la raza cósmica (sus bondades, cualidades, escenario, etc.) son el elemento necesario para complementar la revolución espiritual que faltó en la rebelión armada de las independencias, y que nos hizo pasar sin conciencia, al dominio material y espiritual del blanco inglés. Nunca se podrá liberar del dominio material sin el espiritual. Además, este nuevo tipo de conciencia será necesario, no solo para la liberación de este dominio, sino será la base de una nueva civilización, de un pueblo, considerado por las civilizaciones

antiguas como inferior: el hebreo, nació Jesús, símbolo de la fraternidad universal que rebasa las fronteras de lo nacional. Así, la Iberoamérica (cuyas bases son ese amor o ansia infinita de integración y de totalidad), darán asiento a la civilización poderosa de la raza cósmica (belleza y universalidad, junto con la reunión de las cuatro razas).