La Institucionalidad Del Estado

LIBERTAD DE OPINIÓN NUMERO: 28 AÑO: II SEMANA: II FEBRERO 2011 LA INSTITUCIONALIDAD DEL ESTADO José Bolívar Castillo V.

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LIBERTAD DE OPINIÓN NUMERO: 28 AÑO: II SEMANA: II FEBRERO 2011

LA INSTITUCIONALIDAD DEL ESTADO José Bolívar Castillo V. Me impresionó en la rebelión democrática de Egipto, seguida casi en vivo y en directo por todo el mundo, que un joven egipcio declaraba que para él, que habría nacido hace alrededor de 20 años, Mubarak, su familia y su equipo eran sinónimo del Estado Egipcio; y claro, si en la “refundación de la república” que sigue a la revuelta, no se dirigen las cosas con sentido sinceramente democrático, podría surgir una nueva troika esta vez con el título de revolucionaria y con muy buena prensa internacional a su favor, que con slogans y símbolos diferentes, consolide su poder excluyente sobre la sociedad egipcia, con los mismos métodos y con las mismas o peores consecuencias. No se olviden que Mubarak era reelegido abrumadoramente y que dizque era el garante de la paz y tranquilidad del Medio Oriente. Por lo regular se comienza por confundir GOBIERNO por ESTADO, para luego confundir PARTIDO POR GOBIERNO y acabar consolidando con apabullante publicidad oficial, que el ESTADO ES EL PARTIDO o la facción política que se aprovecha de una imagen de tipo mesiánico. El “marketing político”, se encarga de todo este trabajo, en países con bajos niveles de organización social y equidad económica, donde solo falta asegurar que el monopolio de la fuerza estatal o la denominada “fuerza pública”, los que

tienen las armas permitidas legalmente, este cubierta y satisfecha con suficientes prebendas sobre la población. Es esta la manera con que LO PUBLICO DEJA DE SER PUBLICO, o dicho de una forma más criolla en que “LA BANANA REPUBLIC SE CONVIERTE EN NO REPUBLICA” es decir se somete a intereses particulares, que se consolidan por lo regular mediante el publicitado ejercicio de la filantropía con fondos públicos, para asegurarse mediante la generación de un alto porcentaje de población dependiente y condicionada a una estructura de poder. Este mismo método se lo ha venido aplicando también en entidades autónomas del propio Estado como es el caso, para poner nada más que un ejemplo, de ciertas universidades o gremios sectoriales o profesionales. Rápido se levanta la figura del cuco o del enemigo terrible al que hay que combatir heroicamente, el argumento más recurrido suele ser no volver al pasado o evitar la injerencia de poderes extraños. La historia nos entrega los elementos necesarios para comprender como las democracias se convierten en partidocracias y como los Estados se transforman en herramienta dócil de grupos de poder. El liderazgo democrático tiene que ser capaz de todos los días de rebelarse e ir por arriba de estas tendencias y no dejarse instrumentar jamás por ellas. Dejando el caso egipcio para volver a nuestra circunstancia política, resulta indignante observar como se quiebra y embrolla la institucionalidad del Estado a la influencia de las vivezas criollas. El pueblo que aun confía en la imagen del ciudadano que eligió como su Presidente, le otorgó una mayoría absoluta tanto para la Constituyente como para la Función Legislativa, pero precisamente de esos grupos aupados por la figura de su liderazgo y no de una oposición en realidad inexistente, surgen las contradicciones que han

embrollado un proceso de cambio, por el que en forma reiterada vota el pueblo ecuatoriano. Las contradicciones estructurales de la Constitución y de la serie de leyes que consagran por sobre el interés general de la Nación los intereses parciales de los grupos mas influyentes, en clara oposición a un proceso de cambio que apunta a la equidad, han brotado de estos cuerpos legislativos en los que una mayoría oficialista de “infiltrados con agenda propia”, solo les bastó llegar ahí para comenzar a construir sus propios espacios de poder político sus propios núcleos excluyentes, sus propias lugartenencias provincianas. Por ahí hay todavía uno que otro medio que se atreve a develar los entretelones de estas contradicciones entre ellas por ejemplo las del famoso 30 de Septiembre, fenómeno inducido precisamente por estos grupos, con una Ley de Servicio Público que habían aprobado por unanimidad y que ratificaba sino establecía en clara contradicción a un sistema único equitativo de servicio público, una infinidad de excepciones para consolidar las conquistas irrenunciables de las parcialidades de poder. Cosa similar sucedió con el COOTAD que tira abajo la regionalización y consolida los espacios concentradores frente a los expulsores y excluidos o con la Ley de Educación llamada Intercultural que lejos garantizar la calidad y equidad de la educación se convierte en un contrato colectivo de tipo salarial. Caso similar la Ley de Aguas, donde como bien sabemos desde 1967 estaba establecido el principio de que el agua es un bien público de uso público y lo que querían más bien ahora era privatizarla, para generando instancias de control, controlar el líquido elemento como otro instrumento de poder y manipulación política.

Evidencias, ya hay suficientes como para que el Presidente si es que realmente quiere ser consecuente con los verdaderos cambios que exige el pueblo ecuatoriano, no deje pasar más tiempo y adopte el dispositivo constitucional de la “muerte cruzada” o disolución de la Asamblea para convocar a elecciones presidenciales y legislativas conjuntamente con una consulta que abra paso a una urgente e indispensable reforma constitucional, que garantice la separación de las funciones del Estado, la desprivatización de las instancias públicas y la equidad territorial como base de la equidad económico social. Se dirá que los partidos están en hibernación pero esto es perfectamente superable permitiendo que participen las fuerzas políticas organizadas que intervinieron en las dos o tres últimas elecciones y/o mediante el mecanismo de recolección de firmas de apoyo a candidaturas. Para muestra de lo que está realmente sucediendo en el país en forma camuflada pero ya evidente, es el caso del Sr César Manuel Mancheno Vargas asesor de la oficialista Vicepresidenta de la Asamblea el mismo que sin duda aparece enredado en los entretelones del 30 de Septiembre, cuando se reúne con asambleístas claramente identificados e identificadas con la mayoría que domina la Asamblea con el Arq. Cordero y Cia. a la cabeza, más aun se fue junto a la Ex Asambleista del ARE hoy dizque Municipalista Lcda. Nívea Vélez al Hotel Le Park, entran juntitos al piso 12 del Hotel, claro Dña. Nívea dice, que ese encuentro era un casual encuentro familiar, pues Mancheno había sido casado con una pariente suya. En el Hotel Le Parc estaban también Fausto Cobo, Enrique Herrería y Alfredo Ortiz. Cordero se encontraba desde la víspera en el exterior y la Vicepresidenta Cabezas coincidencialmente desde la mañana del 30 de Septiembre se hallaba en la Corporación Vida para Quito perteneciente a la

municipalidad capitalina. En estas circunstancias podemos ser tan “mushpas” para creer que los Chapitas habían fraguado un golpe de Estado o mas bien lo lógico es pensar que el golpe o el ensayo de golpe lo habían fraguado quienes se sentían perjudicados por la “muerte cruzada” antídoto de la revocatoria que ya la había anunciado como posible el Jefe de Estado. El tema es que ya existe toda una serial de hechos consumados y que muy difícilmente se va a poder desandar lo caminado, mientras tanto la Corte Constitucional en funciones prorrogadas del Tribunal Constitucional ya se va retractando en varios de su fallos que ha dado a nombre de una Corte Constitucional que ya hace mucho tiempo debió ser nombrada y que se encuentra en situación similar o peor que el Consejo de Judicatura o la Corte Nacional de Justicia. Abrogándose funciones de Corte Constitucional quienes sustituyeron al Tribunal de Garantías, quisieron por ejemplo dar gusto al círculo, impidiendo el derecho constitucional de revocatoria del mandato, o negando el derecho laboral de los trabajadores de la popular cervecería nacional amparados en una sentencia judicial y ahora se aprestan, con sus aparentes y oportunas diferencias, a dictaminar que es factible hacer reformas en la estructura constitucional del Estado sin una Asamblea Constituyente y seguramente “por esta sola vecita”. Pero claro por ahí y por allá van apareciendo los entretelones de todos estos fallos, como en los de tantos otros fallos en los que se comprueba que el país mantiene aún quebrada su institucionalidad del Estado.