La Importancia de La Etiqueta en El Desarrollo Profesional

LA IMPORTANCIA DE LA ETIQUETA EN EL DESARROLLO PROFESIONAL Según la definición de etiqueta, es un código que gobierna la

Views 98 Downloads 0 File size 72KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

LA IMPORTANCIA DE LA ETIQUETA EN EL DESARROLLO PROFESIONAL Según la definición de etiqueta, es un código que gobierna las expectativas del comportamiento social, de acuerdo a las normas convencionales dentro de una sociedad, clase social o grupo social. En base a lo anterior y a medida que el profesional va desarrollándose tanto académica como laboralmente se vuelve sumamente importante cumplir con estos lineamientos y estándares no necesariamente ligados a su conocimiento como un profesional, sino más bien, a su presentación personal. Uno de los más importantes elementos a considerar por un profesional con aspiraciones de desarrollo y aceptación laboral, está referido a la imagen que proyecta, de forma consciente o inconsciente. La "imagen" es el conjunto de factores que configuran la opinión buena o mala que el público se forma de nosotros. Muchas veces solo le damos importancia a nuestro “interior”, en el sentido que no importa cómo luzcamos, sino que sepamos hacer bien nuestro trabajo. He conocido muchos profesionales (catedráticos inclusive) que no parecieran tener un título o carrera universitaria porque su vestimenta no va acorde a lo que ellos están desempeñando, con la excusa bien gastada de “no me gusta andar formal” o simplemente porque no le toman importancia. Leía en internet la siguiente definición: “La imagen puede imponer un carácter o expresar una nueva idea, ya que es el reflejo que las personas conservarán de nosotros siempre. Otro aspecto importante en esta parte es que la primera imagen es la que se va a conservar: las personas pueden crear un concepto de nosotros a través de la imagen que dejemos, pero recuerda que la imagen no es solo la ropa, sino nuestra expresión y nuestro vocabulario. La forma en que tratamos a las personas hace parte de un código que se comprende fácilmente, debemos tener cuidado para conservar un equilibrio en donde no seamos „rudos‟ y obstinados mandones, pero tampoco „melosos‟, ya que los dos extremos ocasionan problemas”.

Si bien es cierto, el conocimiento adquirido es nuestro más grande caballo de batalla dondequiera que nos desempeñemos, aun así, no lo es todo. También es complementado y enriquecido con otras particularidades como su educación, cultura, valores, sentido común, elegancia, estilo y, además, las buenas formas y cortesías que facilitarán su desarrollo integral. La imagen que proyectamos nos acompañará siempre. Por muchos es sabido que el término “primera impresión” influye increíblemente en nuestro subconsciente. Guardamos una imagen mental de determinada persona tan solo al verla una primera y única vez. Por ello es vital que cuidemos de ella y que nos preguntemos qué es lo que le estamos proyectando a las personas que nos rodean.

Ese „retrato‟ que proyectamos no se basa,

únicamente, en nuestras potencialidades académicas. Hay otros factores como el lenguaje corporal (que constituye la expresión coherente de su cuerpo) que utilizamos, el buen gusto, tacto, distinción en el vestir, forma de hablar, reír, tono de voz, gestos y actitudes cotidianas. Tanto así que es necesario interesarse en el cuidado de las manos, uñas, higiene, vestuario, perfume, cabello y maquillaje. En mi desempeño laboral he tenido la tarea de realizar entrevistas de trabajo y he notado que en esta parte hay una gran deficiencia en muchas personas; se presentan cansadas, despeinadas, con una forma de vestir que dice todo lo contrario a lo excelente que ha puesto en su hoja de vida. Es bueno y necesario que como profesionales aprendamos a desenvolvernos correctamente, desde nuestra forma de vestir y nuestros gestos hasta cuidar cada detalle que proyectemos con nuestra imagen. Todo radica en cuánta importancia le demos a ese gran esfuerzo que hacemos por alcanzar esa ansiada meta, ese precioso galardón que nos acredita y garantiza tanto esmero y empeño invertido en ella. Recordando unas sabias palabras que me dijeron en el trabajo y que han quedado grabadas en mi mente, que “ser grande es una cuestión de actitud”.