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La Guerra de Independencia, Jaime Oveda Legaspi

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CURRICULUM VITAE 1.-

DATOS GENERALES NOMBRE: Jaime Olveda Legaspi .

.

..-, ·

· .:··

GRADO ACADEMICO: Doctor en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México .

. ,.

EMPLEO ACTUAL: Investigador de El Colegio de Jalisco, A.C. ··

..

2.-

MÁS DE 20 LIBROS PUBLICADOS, LOS MAS RECIENTES: Con el Jesús en la boca. Los bandidos de Los Altos de Jalisco. Guadal ajara, Centro Universitario de Lagos-Universidad de Guadalajara, 2003. Los discursos opuestos sobre la independencia de la Nueva España. Madrid, Mapfre- Doce Calles, 2006. Los obispados de México frente a la Refonna liberal. Zapopan, El Colegio de Jalisco-Universidad Autónoma Metropolitana-Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, 2007.

3.-

DISTINCIONES HONORIFICAS • Investig~dor Nacional Nivel JI del Sistema Nacional de Investigadores, del 1 de julio de 1988 a la fecha. • Premio Banamex "Atanasio G. Saravia" de Historia Regional Mexicana 1997, a la mejor Tesis Doctoral. • Premio "Ciudad de Guadalajara", otorgado por el H. Ayuntamiento de Guadalajara ell4 de febrero de 2002. • Presea "Enrique Díaz de León", otorgada por la Universidad de Guadalajara ell8 de diciembre de 2006.

4.-

ASOCIACIONES A LAS QUE PERTENECE • Miembro de la Asociación Mexicana de Historia Económica. • Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

LA GUERRA DE INDEPENDENCIA Primera parte

Introducció.Q Estamos muy próximos a conmemorar el bicentenario del inicio de las guerras que culminaron con la consumación de la independencia, es decir, con la separación de la Nueva España de la metrópoli española. Seguramente en el año 201 O, los mexicanos celebraremos este acontecimiento con mucho entusiasmo, tal y como lo hicieron nuestr _., antepasados el 16 de septiembre de 1910, cuando organizaron en todo el país un conjunto de actos cívico-patrióticos para festejar el primer centenario. En aquel entonces nadie se imaginó que dos meses después estallaría una revolución de grandes alcances que reorientó. elm.()~elo

burgués-liberal del Estado mexicano.

Desde el último cuarto del siglo XVIII en que aparecieron los primeros barruntos que anunciaban la crisis y el derrumbamiento de la monarquía española hasta el día de hoy, nuestro país ha recorrido un camino muy sinuoso y dificil a fin de constituirse en una nación independiente y democrática. Hoy estamos viviendo una etapa de la modernidad que nos exige cambios en nuestra conducta y nuevas actitudes frente al mundo globalizante, el cual nos presiona a desprendemos 1

de las viejas trad·tctones · · · por considerar que lo antiguo no va1e la pena , con pro fu ndas ratees ' . conservar. sobre todo, los patses

México a través de los siglos, quienes nos heredaron una idea

históricas estam os mmersos · . de dos fuerzas que nos en med1o traen de un lado para otro: 1a trad'tciOn ·, y 1amo dem1·dad ·

han reproducido tanto la historia oficial como la tradicional.

de nuestra historia llena de prejuicios y resentimientos, la cual

En vísperas del bicentenario es preciso revisar esas En vísperas de1b'Icentenario, los nuevos tiempos, es deC!f, · la modernidad ' no s ex1ge . una exp11cacwn . . , renova da de 1os

explicaciones decimonónicas para tener otra visión conforme

hechos relacionad os con la msurgenc1a. . . No es convemente ·

requerimientos de los nuevos tiempos. Por tanto, hay que bajar

que lleguemos al 201 O con la misma idea del pasado que nos heredaron 1os h.tstonadores . . · ·, del stglo XIX. Esa VlSJon romántico-nacio na1·Ista que todavm , predomma . hasta nuestros

a los personajes de los pedestales, quitarles el barniz de bronce

a las nuevas corrientes historiográficas y de acuerdo a los

para volver a ver su condición humana, a fin de comprender el sentido real de los acontecimientos. Analicemos entonces, con

días, tuvo como propostto , · crear y fomentar un fu erte sentimiento de pertenencia . a una nacwn . , mo dema con e1

estos criterios, la complejidad de la guerra independentista.

propósito de cohesionar a la sociedad mexicana. Para lograr este objetivo ' ex altaron los hechos h1stóncos, . . o sea, 1e d.Jeron

Las repercusiones de la invasión francesa

otra dimensión y un s1gmficado · · que no correspon d'ta de1todo · . 1.pa 1es 1os e1evaron a la realidad · A 1os protagomstas pnnc

todos los habitantes de la Nueva España, de manera distinta,

. · cua11.dades que no a la categoría de heroes, , 1es atribuyeron tenían ' y los conv1rt1eron · · ' en frías y tiesas estatuas. segun

(las reformas borbónicas) que llevaba poco inás de 30

fueran sus princ 1·Pl0s · Ideologtcos, . , . . . glonficaron o satamzaron a

Cuando Napoleón Bonaparte invadió España en 1808, estaban inmersos en un complejo proceso de modernización

años, el cual había provocado reacciones distintas· es decir ' ' aceptación, resistencia y rechazo al mismo tiempo, sobre todo,

los personajes ' a quienes · . ' les colocaron etiquetas que to dav1a ahora no hemos po d'Ido desprenderles, ' · ·d·' lo que tmpl 10 11 egar

porque excluyó a los americanos de los primeros niveles de la

a una compren Ston · · desprovista de pasiones y preJUICIOS. · · · ASI' lo hicieron Fray Servando Teresa de Mier Carlos Mana , de ' Bustamante' Lorenzo de Zavala, Lucas Alamán y los autores de

de las costumbres tradicionales. Vivir en medio de dos fuerzas ,

2

administración pública y porque dicha transformación se apartó

la de la tradición y la de la modernidad, dio por resultado una hibridación de ideas y de imaginarios que ac'entuaron la 3

incertidumbre, la inconformidad, los desajustes, las discordias, los reacomodos sociales y, sobre todo, la confusión. Algunos autores han insistido en que las elites criollas protestaron por la tendencia hispanizante de las reformas borbónicas, porque

está apoderado de ella. Ya no hay Fernando VII porque o él se quiso ir' a su casa de Borbón a Francia y entonces no estamos obligados a obedecerlo por rey, o lo llevaron a fuerza, y entonces ya no existe". 2

mediante estos criterios el monarca estaba desconociendo la existencia y la legitimidad de un imperio multinacional. 1 Pero estas minorias no fueron las únicas que se indignaron y expresaron su desacuerdo; los sectores más amplios de la población también reaccionaron por la forma agresiva y determinante de gobernar. Las revueltas campesinas, los motines, la delincuencia, el bandidaje y las conspiraciones fueron unas de las formas como se expresó la resistencia a un cambio que privaba de muchos derechos y privilegios que antes disfrutaban los grupos afectados.

En las reuniones que tuvieron lugar en algunas ciudades de la Nueva España para analizar los acontecimientos ocurridos en España, los criollos letrados .emplearon varios conceptos modernos para explicarse lo que estaba ocurriendo y lo que debía hacerse en los momentos en que la monarquía quedara acéfala, pero no es del todo correcto suponer o afirmar que su base doctrinal hayan sido únicamente los textos rousseaunianos o volterianos. Buena parte de sus ideas descansó en las doctrinas tradicionalistas y en la filosofía neoescolástica de Francisco Suárez. Aunque no es la intención

Cuando tuvieron lugar las abdicaciones de Carlos

IV y Fernando VII a favor de José Bonaparte, el mundo hispanoamericano entró a otra etapa de nuevas y profundas transfom1aciones que no fueron resultado de una maduración interna, sino provocadas por la ocupación napoleónica. Las dimisiones de los monarcas españoles fueron interpretadas por un sector de los criollos como la ruptura del pacto suscrito entre el rey y los súbditos. Años más tarde, Morelos, al referirse a

de esta conferencia explicar a fondo el origen de las diversas corrientes europeas o hispanas que moldearon el pensamiento de los precursores independentistas, es preciso no perder de vista que la mayoría de los principios políticos que consagró la Ilustración y la Revolución francesa no eran una novedad, pues ya habían sido tratados y discutidos con anterioridad por las doctrinas escolásticas como, por ejemplo, la soberanía, la representación, el pactismo, etc.

este asunto, declararía: "Ya no hay España, porque el francés l Jorge I. Domínguez. Insurrección o lealtad. La desintegración del Imperio espaiíol en América. México, FCE, 1985, p. 151.

4

2 "Proclama de Morelos dirigida a los criollos", Cuautla, 23 de febrero de 1812. Archivo General de la Nación. Operaciones de Guerra, t. 198, fs. 135-136.

5

Una tesis a la que hay que brindar atención es la que sostiene

A partir de entonces, los criollos vieron a los peninsulares

que los pensadores españoles y americanos al hacer suya la

como "reos de alta traición". Frente al peligro de una

modernidad no renunciaron a la tradición. 3 Esto ha llevado

posible invasión a los territorios americanos, asumieron la

a varios historiadores a plantear que las Revoluciones del

responsabilidad de proteger el reino. Más tarde lo expresarían

Atlántico que se desencadenaron tras la invasión napoleónica,

de esta manera en El Despertador Americano: "¿No debimos

más que inspirarse en ideologías externas, se apoyaron en

los americanos, en desempeño de la fe jurada, tomar luego

la cultura antigua y que quizá tuvieron más peso las ideas

una actitud guerrera y ponemos en un respetable estado de

tradicionales que las modernas.

defensa?" Tras de advertir que "España estaba infestada de galicismo" 5 y de exhortar a todos los habitantes dé la Nueva

Después de las abdicaciones de Bayona, Napoleón envió

España a impedir el arribo de peninsulares afrancesados,

comisionados a América para buscar el reconocimiento de

declararon: "Nosotros somos ahora los verdaderos españoles,

su hermano José como nuevo rey de España. William Davis

los enemigos jurados de Napoleón y sus secuaces.,;6

Robinson menciona que los europeos de la Nueva España los recibieron con los brazos abiertos, mientras que los criollos

Los precipitados sucesos de Aranjuez y Bayona

los repudiaron al grito de "¡Viva Fernando VII,;! y que,

provocaron en América una aguda crisis que rompió la frágil

posteriormente, intentaron formar un gobierno autónomo para

unidad política y una gran confusión que desconcertó tanto a las

conservarle estos territorios al monarca legítimo. Este autor

autoridades como a la población en general. Como nunca antes

añade que esto, en lugar de interpretarse como una prueba

corrieron noticias catastróficas que acrecentaron el miedo y el

de lealtad, se vio como una rebelión o como una muestra de

rumor de que la Nueva España y la religión católica corrían

deslealtad a la corona.4

el peligro de la destrucción. El temor de una posible invasión napoleónica a las colonias americanas y las adhesiones de

3 Horst Pietschmann. Las reformas borbónicas y el sistema de intendencias en Nueva España. Un estudio político administrativo. México, FCE, 1996, pp. 25-26. 4 William Da vis Robinson. Memorias de la Revolución Mexicana. México, UNAM, 2003, pp. 38-39.

6

fidelidad a Fernando VII quedaron ampliamente expresados en los numerosos papeles que publicaron los ayuntamientos 5 Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, en adelante (BPEJ). Miscelánea, 143. "Aviso importante a los españoles en el estado presente de las cosas, por un celoso patricio". México, Reimp. en Casa deArizpe, 1810. 6 Véase el número correspondiente al20 de diciembre de 1810.

7

1

1

! 1

de los centros urbanos más importantes, así como en los

que, con el tiempo, devinieron en la emancipacwn de la

sermones pronunciados en muchas parroquias. 7 Estas emotivas

metrópoli española. Tan luego como se recibieron las primeras

y ardientes demostraciones reflejaron la fortaleza del imperio

noticias relacionadas con la invasión, varios ayuntamientos

español y el respeto tan profundo que tenían los súbditos

de la Nueva España, dirigidos en su mayoría por criollos, se

americanos hacia el monarca. En otras palabras, la lucha

reunieron en cabildos abiertos para analizar y discutir, por

contra el invasor francés demostró que la monarquía hispana aún conservaba un "alto poder cohesivo". 8

primera vez, lo que estaba sucediendo en la península. La congregación de individuos para debatir un asunto común, nos indica que a partir de entonces los súbditos comenzaron a

Pero lo que más temían las elites americanas era que con la ocupación napoleónica ingresaran sin freno alguno, tanto a España como a sus colonias, las ideas de la Revolución francesa; además, las puso nerviosas la posibilidad de que se

·adoptar algunas formas modernas de sociabilidad. Otro punto importante es que los acuerdos a que llegaron fueron resultado de la discusión y del consenso, por eso en estos momentos también asistimos al nacimiento de una opinión pública que comenzó a tomarse en cuenta. 9 Fue entonces la crisis de .la

interrumpiera la relación con la metrópoli. Si se presentaba

monarquía generada por la ocupación napoleónica la que abrió

el caso, ¿cuánto tiempo duraría esta situación?, ¿qué medidas

los espacios políticos a varios grupos de criollos dispuestos a

tomar?, ¿cómo arreglar o darle seguimiento a los asuntos que

defender sus intereses, quienes entendieron que, frente a las

iban a quedar pendientes? Estas y otras preguntas inquietaron

circunstancias,-tenían dos alternativas: aceptar el liderazgo de

y empujaron a los criollos a plantear propuestas concretas.

las juntas metropolitanas que estaban formándose o crear una autónoma que,estableciera un gobierno local encabezado por

Los estudios recientes destacan las grandes transformaciones que en el campo político experimentó el mundo

ellos, el cual se encargaría de conservar los derechos del rey, mientras estuviera preso.

hispanoamericano después de 1808. En España tuvo lugar una revolución liberal y en América un conjunto de movimientos 7 Guadalupe Nava Oteo, Cabildos de la Nueva España en 1808.México, SEP (Col. Sepsetentas, 78), 1973, pp. 43-46. 8 Roberto Breña. El primer liberalismo español y los procesos de emancipación de América. 1808-1824. Una revisión historiográfica de/liberalismo español. México, El Colegio de México, 2006, p.87.

8

Los criollos, defendieron, sobre todo, el derecho que tenían Jos reinos de ejercer el poder en tiempos de emergenc;ia, y reclamaron con más decisión que nunca su prerrogativa 9 Francois-Xavier Guerra. Modernidad e independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas. México, MAPFRE-FCE, 1993. p. 23 -

9

de ser los conductores del gobierno, al tiempo que los

El asombro y el estupor que causaron las noticias de las

acontecimientos ocurridos en la península les iban abriendo

abdicaciones llevaron a los miembros del ayuntamiento de la

mayores probabilidades de realizar ese sueño acariciado por muchos años. 10 La idea de que las colonias americanas debían ejercer los primitivos y esenciales derechos de la soberanía y la representación porque España estaba invadida y carecía de

ciudad de México a declarar que por ausencia e impedimento de los herederos legítimos, la soberanía residía en el reino, particularmente, en los tribunales superiores y en 'los cuerpos

libertad, fue ganando terreno y animando a quienes formaban

que llevaban la voz pública, los cuales la conservarían hasta

parte del ayuntamiento de la ciudad de México a convocar a

cuando Fernando VII se encontrara libre y apto para ejercerla.

la formación de una junta autónoma y a tomar el gobierno en

En consecuencia, esta ciudad en representación de toda la Nueva

sus manos. Al plantear esta demanda, mostraron un espíritu

España o de la América septentrional, "como su metrópoli y

renovado, desafiante y, hasta cierto punto, agresivo, mezcla

por sí, y como cabeza del reino", asumió la responsabilidad de

de la autoafirmación, el americanismo y el apego al Derecho

sostener los derechos de la casa reinante. En los documentos

Natural. Fue, efectivamente, la crisis imperial la que dio

firmados por el cabildo esta capital fue proyectada como el

ocasión para que los novohispanos expresaran sus intereses autonomistas y para que trataran de revertir los cambios introducidos por las reformas borbónicas,11 por un lado, y, por el otro, para exigir un cambio en la relación con la metrópoli y

centro de la unión que se trataba de crear. Cabe aclarar que el Real Acuerdo no aceptó que el ayuntamiento tomara la voz de toda la Nueva España, y dispuso que en lo sucesivo se abstuviera de hacerlo porque no estaba autorizado para hacerlo.

un nuevo equilibrio político. 1OLa defensa del derecho que tenían los criollos de ocupar todos los cargos del virreinato se remonta a los primeros tiempos de la colonización. Uno de los textos más elocuentes en el que se expresó esa demanda fue el que envió Antonio Joaquín de Rivadeneira a Carlos III con el título de "Representación vindicatoria que en el año de 1771 hizo a su Majestad , la ciudad de México, cabeza de aquel Nuevo Mundo, en nombre de toda la nación española americana, contra la sin razón de un ministro o prelado de aquellas partes que, procurando obscurecer su lealtad y concepto, informó no ser a propósito por su espíritu sumiso y abatido para empleos de alta jerarquía en que, viéndose entronizados, están expuestos a los mayores desaciertos. Recopila los héroes que ha habido en aquellas regiones en ciencias y armas, y lamenta el abandono con que la preocupación de los europeos los ha despojado contra la inclinación piadosa del rey del justo derecho a toda clase de honores eclesiásticos y seculares." Publicado en Salvador Bemabeu Albert. El criollo como voluntad y representación. Madrid,Fundación Mapfre-Doce Calles, 2006, pp. 79- 157. 11 Virginia Guedea (introducción y selección). Textos insurgentes (1808-1821). México, UNAM, 1998, p. VIII.

10

Los regidores del ayuntamiento capitalino, entre los que destacaban Francisco Primo de Verdad y Ramos, y Francisco Azcárate, pidieron a Iturrigaray que continuara como virrey y convocara a una junta para nombrar un gobierno provisional, a lo que volvió a oponerse el Real Acuerdo por considerar que esto debiiitaría los vínculos con España, y porque además dicho gobierno sería precario, ilegal, impolítico y expuesto a las variaciones y caprichos de sus integrantes. Sin tener el 11

consenso de todas las corporaciones, Iturrigaray la convocó

Los regidores del ayuntamiento capitalino, por su parte,

para el 9 de agosto con el propósito de integrarlo, y para que

también deseaban formar una junta autónoma de las de España

se encargara de realizar "todo cuanto haría el rey si estuviese

para acceder a las altas esferas del poder. En la consecución de

presente". En esta reunión el virrey desconoció a la Junta de

este proyecto siguieron al mismo tiempo las pautas del Antiguo

Sevilla, decisión que lo distanció más aún del Real Acuerdo.12

Régimen y las prácticas modernas. Según Crane Brinton cori

El asunto principal que se discutió fue el de la soberanía, y el acuerdo al que se llegó fue sostener a Fernando VII y conservarle el reino mientras estuviera en manos de los franceses .

esta propuesta 'inédita no se produjo una revoluc'ión, sino la apertura de un proceso de articulación entre las viejas prácticas políticas y las nuevas instituciones liberales.14 En este mismo sentido Hocquellet aclara, por un lado, que a pesar

Lo que buscaba Iturrigaray, con el respaldo de

de que la invasión napoleónica tuvo lugar dentro del marco de

los regidores de la ciudad de México, era sustraerse del

las experiencias revolucionarias francesas, el debate sobre los

reconocimiento de la metrópoli, para lo cual propuso o estuvo

acontecimientos no incluyó argumentos modernos relativos a

de acuerdo en la creación de una junta autónoma; con su

la voluntad general y a la soberanía nacional; sostiene que las

instalación también desterraba la posibilidad de ser relevado

respuestas que se dieron se apoyaron en una visión a,ntigua de

de su cargo o residenciado. Mientras se discutían estos asuntos,

la soberanía original y compartida. 15 Pero, por el otro, reconoce

formó un destacamento militar de 100 hombres, concentró los

que las juntas fueron revolucionarias pero sólo en sentido

caudales reales, "intimó a los ayuntamientos foráneos" y envió

político; en primer lugar por la ruptura con el gobierno; en

cartas a "todos los gobiernos de América en las que informaba

segundo término por el discurso justificativo, presentando el

que la Nueva España se hallaba dispuesta a la independencia",

levantamiento como un derecho de los reinos; finalmente, por

y que iba a tratar en una junta "los cimientos de la soberanía del reino".13 Su discordancia con el Real Acuerdo lo unió más

la preeminencia de las corporaciones representativas sobre la autoridad central. 16

12 BPEJ. Miscelánea 139. Juan López de Cancelada. "Conducta del Excmo. Señor Don José de Iturrigaray durante su gobierno en Nueva España. Se contesta a la Vindicación que publicó don Fernando Lizarza. Cuaderno Segundo y Tercero en la Materia; por don ... Redactor de la Gazeta de México y autor del Primero. La verdad sabida y buena fe guardada." Cádiz, Imprenta del Estado Mayor General, 181 2 p. 45 . 13 /bid.,pp. 3-6 y 37.

14 Véase Raymond Buve. "La influencia doceañista en una provincia novohispana mayormente indígena: Tlaxcala, 1809-1824," en Manuel Chust e Ivana Frasquet (editores). La trascendencia del liberalismo doceañista en España y en América. Valencia, Generalitat Valenciana, 2004, p. 115. 15 Las juntas establecidas en España y en América eran "una fracción de la soberanía general". Al mismo tiempo en que se establecían en España, corría la idea de la necesidad de crear un gobierno soberano en Madrid que reasumiera la soberanía de todas las juntas supremas provinciales. Véase BPEJ. Miscelánea 143. "Gobierno pronto y reformas necesarias." Madrid, Imp. De Villalpando, 1808. 16 Richard Hocquellet. "Los reinos en orfandad: la formación de las Juntas Supremas en España en 1808" en Marta Terán y José Antonio Serrano Ortega. Las guerras de independencia en la América española. Zamora, El Colegio de Michoacán- INAH,

12

13

con los miembros del ayuntamiento capitalino.

La historiografía tradicional ve a los criollos del ayuntamiento

Castilla, el Derecho Indiano y las obras de autores como

de la ciudad de México, y a otros que defendieron el principio

Francisco Suárez. Fray Melchor de Talamantes, por ejemplo,

de la soberanía popular y que propusieron o apoyaron la idea

en la dedicatoria de su obra Congreso nacional del reino

de fonnar una junta, como los precursores de la independencia,

de Nueva España se apoyó en la ley segunda, título octavo,

porque ya buscaban socavar el orden colonial y emancipar

correspondiente al libro cuarto de la Recopilación de Indias

a la Nueva España; en realidad se trata de personajes que

para afirmar que la Nueva España gozaba del derecho de

venían protestando, más bien, contra la forma de imponer las

congregar a sus ciudades y villas cuando así lo exigiera la

reformas borbóntcas. A diferencia de lo que sostiene Brinton,

causa pública y el bien del Estado español. 18 En términos

esta corriente interpretativa cataloga a las juntas como

generales, los criollos juntistas, quienes defendieron la tesis de

re\'())ucionarias porque advierte una ruptura del poder y porque

que la Nueva España era un reino similar a los de la península

la süberanía cambia de titular, es decir, del monarca al pueblo,

y no una colonia, se respaldaron en las Siete Partidas y en las

el cual asumió "la defensa de la patria". Además, se apoya en

Leyes de Castilla para afirmar que tenían derecho a convocar a

la J d.ea que propagaron las autoridades coloniales en el sentido

una junta, tal y,como lo habían hecho los súbditos de España.

de que eran sediciosas y de que aspiraban a la emancipación. Al respecto debe admitirse que, cuando menos hasta 1810, no hubo ninguna junta que promoviera la independencia. Su

pmpósitü era crear "un centro de poder transitorio a la espera de] monarca". 17

Su establecimiento lo justificaban en la invasión francesa y en que actuaban a nombre de Fernando VII. En las fuentes antiguas también se apoyaron para reprochar a la monarquía su desprendimiento de la tradición y de la vieja legislación; según el punto de vista de algunos criollos letrados, esta separación fue el origen del disgusto y de los graves problemas que aquejaban a los habitantes del imperio español. 19 En este

Debe tenerse en cuenta que las fuentes de los argumentos

sentido, Morelos declararía, años más tarde, que era lícito a los

reivindicativos de los criollos no fueron tanto los filósofos

reinos "no obedecer a su rey, cuando es gravoso en sus leyes,

modemos, sino la Biblia, el Derecho Natural, las Leyes de

que se hacen insoportables;"20 se refería, naturalmente, a las

UMSNH, ~IJG2, pp. 30-31. l1 Mao.u:ol Chust "Un bienio trascendental: 1808-181 0," en Manuel Chust (coordinador)_ !8()8 La eclosión juntera en el mundo hispano. México, El Colegio de M~~iw-FCE , 2007, p. 32.

14

reformas modernizantes aplicadas por los Borbones. 18 Ernesto de la Torre Villar. Temas de la Insurgencia. México, UNAM, 2000, p. 326. 19 BernabeuAlbert, op. cit., p. 17. 20 "Proclama de More! os dirigida".

15

Cabe aclarar que el proyecto criollo de formar una junta

clandestinidad; en lo sucesivo celebraron reuniones furtivas en

para establecer un autogobierne temporal y representativo

varios lugares de las intendencias de Michoacán, Guanajuato

en la ciudad de México no tuvo tampoco un carácter popular

Y Querétaro que fueron empujándolos a la revolución. En un

ni revolucionario. Se trata, por .un lado, de un movimiento

tiempo relativamente corto pasaron de las juntas de cabildo a

excluyente que sólo contemplaba la participación de las élites

las reuniones s.ecretas, y de aquí a la insurrección.

americanas, partícipes del despotismo ilustrado y enemigos de cualquier injerencia del "pueblo" en la toma de decisiones. A

El propósito de los conspiradores era hacerse del poder y

diferenóa de lo que ocurrió en España, donde la formación de

defender los derechos de Fernando VII, es decir, evitar que la

las juntas estuvo asociada con los levantamientos populares,

Nueva España cayera en poder de los franceses. Esto queda muy

en la Nueva España fue todo lo contrario, es decir, fue una

claro en los casos de las juntas de México y Valladolid, pues

cuestión en la que intervino únicamente una fracción de la elite.

sus propuestas estaban inspiradas en la insurrección peninsular

Esta demanda venía acompañada de un reclamo de autonomía que cobró fuerza a raíz de la crisis imperial.

contra los franceses/ 1 o en declaraciones que post~riorrnente hicieron algunos insurgentes, como es el caso de Mariano Matamoros, quien más tarde confesó que se había incorporado

Como se sabe, la junta, integrada por Jos representantes de algunas corporaciones y por unos cuantos cabildos novohispanos se instaló, pero los comerciantes del consulado,

a la rebelión porque "se alucinó con la razón de que el mismo derecho que tenía España para nombrar juntas que gobernasen en la ausencia-~el rey, tenía este reino y cualquier otra parte de la monarquía"Y

ante el temor de que los americanos llegaran a capitalizar todo a su favor, la noche dell5 de septiembre de 1808 destituyeron a José de Iturrigaray, nombraron virrey a Pedro de Garibay y encarcelaron a los principales promotores de la junta. El

golpe contra Iturrigaray generó un doble vacío de poder, porque el rey estaba preso y su representante en la Nueva España había sido separado de su cargo. Cegada la vía legal,

La insurrección de Hidalgo Como se sabe; la junta a la que asistían Miguel · Hidalgo, Allende, Abaso lo y otros, fue descubierta por las autoridades a raíz de una denuncia. Cuando esto ocurrió, el cura de Dolores no tuvo otra alternativa que recurrir a las armas para lograr

a los criollos ya no les quedó otra alternativa que actuar en la

21Alfredo Ávila. En nombre de la nación. La f ormación del gobierno repres entativo en México. México, CJDE-Taurus, 2002, p. 144-145. 22 Gazeta del Gobierno de México_ México, 12 de febrero de 1814.

16

17

el objetivo que los criollos se habían propuesto desde 1808.

La rebelión que inició Miguel Hidalgo tetomaba las

En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, sin tener

demandas planteadas por los criollos del ayuntamiento de la

un plan militar bien definido, intempestivamente convocó a

ciudad de México en 1808: establecer una junta representativa,

los habitantes de esta villa a iniciar una rebelión en contra

compuesta exclusivamente por americanos y encargada de

del "mal gobierno", es decir, el de los españoles que habían

conducir los destinos del virreinato mientras el rey estuviera

dado el golpe de Estado y les negaban el derecho de crear una

preso. Aunque el cura de Dolores mencionó

junta representativa, pero sin atentar contra el monarca. En

que se congregó en las afueras de la parroquia los propósitos de

este sentido cabe aclarar que, a diferencia de la Revolución

la insurrección, desde un principio hubo mucha8 ~onfusiones

francesa que se enfrentó y se volvió contra el monarca, las

en cuanto a los fines reales que perseguía. Lo primero que

que surgieron en el mundo hispano-americano se hicieron en

mencionó fue que lo que procuraban era c•r' 5ervarle >este reino

ausencia y a nombre del rey.

a Fernando VII y defender la religión. Se:: :c:firió, ciertamente,

frent~

a la gente

a la independencia, pero ¿como ruptura de España?, ¿como El proyecto original de quienes promovieron la rebelión

el derecho de establecer un autogobierno? o ¿como sinónimo

consistió en que únicamente participaran las elites provinciales,

de autonomía? A pesar de los numerosos estudios que se han

pero circunstancias imprevistas, como el descubrimiento

hecho hasta el momento estas preguntas siguen abiertas y

de las juntas a las que asistían los conspiradores, hicieron

mantienen divididos a los historiadores.

que los indios y otros sectores marginales de la población se incorporaran. Aquí habría que hacer la pregunta si con este

Debe quedar claro, por otra parte, que los líderes de los

acuerdo Hidalgo y los demás conspiradores trataron de evitar, desde un principio, una revolución social. La inserción de los

grupos involucrados en la rebelión no buscaban lo mismo ni ' coincidieron en los puntos de vista. Según Luís Navarro García,

grupos subalternos le dio al movimiento un carácter popular que

a partir de 1808 aparecieron tres grupos diferenciados: los

rebasó la capacidad de control de los dirigentes y amedrentó a

legitimistas, quienes trataron de impedir que la Nueva España

los propietarios.

reconociera a Napoleón y se desvinculara de la metrópoli; los autonomistas, que sólo buscaban instalar una junta autónoma, es decir, sin subordinación a la junta central de Cádiz, la cual 18

19

defendiera los intereses de Fernando VII; y los netamente independentistas, que buscaban romper el vínculo con la monarquía. 23 De los tres grupos mencionados, los últimos eran

nuestra empresa, para la que estamos autorizados por la voz común de la nación, y por los sentimientos que se abrigan en los corazones de todos los criollos."

24

Lo único que buscaba

Hidalgo era dotar a la Nueva España de un nuevo sistema de

los menos.

gobierno que estuviera en manos de los americanos. Lo dejó "¡Viva el rey!", "¡Muera el mal gobierno!", "¡Mueran los gachupines!" y "¡Viva la Virgen de Guadalupe!" fue el grito con el que Hidalgo inició la guerra, el cual incitó a la violencia a quienes vivían inconforrnes con la fmma de gobernar y con los últimos cambios introducidos por los Borbones, los cuales estaban ocasionando la destrucción de los viejos lazos de

muy claro al expresar: "Cuando yo vuelvo la vista por todas las naciones del universo y veo que quieren gobernarse por individuos de su misma nación, no puedo menos de, creer que esta es una idea impresa en ellas por el Dios de la naturaleza". Luego agregó, "¿por qué a los americanos se les ha de privar de esta prerrogativa?"25

solidaridad. La insurrección del 16 de septiembre no fue un Con base en estas declaraciones se desprenden varias

acto de deslealtad porque sólo estaba orientado a luchar contra el despotismo y porque los rebeldes únicamente invocaban la defensa del rey, de la religión y de la patria. Aunque nos parezca inaudito, el hecho es que los primeros insurgentes

conclusiones: que los criollos no concebían a la Nueva España como un territorio separado de España, sino como parte integrante de la monarquía y, poco más tarde, de la nación española; que los líderes rebeldes, efectivamente, no se sentían

fueron realistas.

mexicanos y que su lucha no era para lograr la creación de En una de las primeras proclamas que Hidalgo dirigió a los americanos aclaró que el levantamiento que encabezaba era contra los españoles y no contra España, y que para lograr la felicidad del reino era "necesario quitar el mando y poder de las manos de los europeos; esto es todo el objeto de 23 "El orden tradicional y la revolución de independencia en Iberoamérica", .en lnge· Buissen, et. al. Problemas de la formación del Estado y de la Nación en Hispanoamérica. Gennany, Bohlau Verlang, 1984, pp. 150-151.

20

un Estado independiente. Este ideal era abstracto y quedaba fuera de las experiencias cotidianas. Al respecto Lorenzo de Zavala señaló que cuando Hidalgo inició la rebelión, "el pueblo ignoraba enteramente el objeto y las tendencias 24 "~os aniversarios de la independencia, el16 de septiembre. Documentos a la época de la insurrección", en La Jlustración Mexicana, pp. 216-217. Btbhoteca Nacional de Antropología. Rollo 2 de Bustamante. 25 Carlos Herrejón. "Hidalgo y Nación", en Relaciones. Zamora, El Colegio de Michoacán, núm. 99, verano de 2004, p. 265. re.lat~vos

21

de este movimiento tumultuario;" que los indios "obraban

de independencia", miles de indios "se lanzaron a la lucha"

por un sentimiento desconocido y corrían a destruir a sus

movidos por el deseo de ver a su patria libre de opresión;

opresores."26

lo cierto es que las causas por las que se rebelaron fueron múltiples y no coincidían con las de los criollos promotores

En realidad no fueron los malos tratos, el despojo de

de la insurrección. Es un error considerar a todas las cuadrillas

tierras, la explotación o los agravios que recibieron los indios,

de hombres armados que aparecieron por todas partes, una vez

los mulatos, los mestizos y las castas, los detonantes de la

iniciado el levantamiento de Hidalgo, como grupos insurgentes

rebelión que inició Miguel Hidalgo. Tampoco fue la influencia

que luchaban por la independencia. Entre otros motivos, se

que pudieron haber ejercido la Revolución francesa o la

armaron y pelearon para protestar contra las injusticias, para

independencia de los Estados Unidos, más bien fue la crisis

proteger sus pueblos, para vengar afrentas personales, para

imperial que tuvo lugar cuando Napoleón invadió España, la

evadir la ley o para hacerse de recursos que nunca habían tenido.

que propició el estallido de ese movimiento de esencia urbana

Además, hay que tomar en cuenta que en toda revolución los

y excluyente en un principio, cuyos promotores, los criollos,

participantes se van descubriendo a sí mismo en cuanto avanza

pretendían aprovechar la coyuntura de que la monarquía

el proceso revolucionario, por lo que algunos cabecillas fueron

había quedado acéfala para formar una junta depositaria de

cambiando sus actitudes y sus aspiraciones. En la insurgencia

la soberanía que se encargara de establecer un autogobierno,

hay numerosísimos casos de caudillos locales que se iniciaron

integrado exclusivamente por americanos. Como ya se ha

como asaltantes y, al final de la guerra, terminaron convertidos

.

!

!;

dicho, con la imprevista incorporación de los indios surgió

el líderes insurgentes muy prestigiados.

otro movimiento de carácter rural y dirigido contra las elites provinciales.

Como la rebelión estalló en medio de una severa crisis agrícola porque los dos años anteriores había llovido muy

Los motivos y los propósitos reales por los que los numerosos grupos sociales ingresaron a esa rebelión fueron muy diversos y difíciles de reconocer. La historia oficial y la tradicional sostienen que en cuanto Hidalgo dio "el grito 26 Albores de la República. México, Empresas Editoriales, 1949, p. 145.

22

poco, los pequeños productores, los indios y otros sectores de la población que resintieron los estragos del hambre constituyeron fuerzas predispuestas a sumarse a cualquier movimiento que prometiera paliar su situación. Cuando Hidalgo 23

inició el levantamiento, las villas del Bajío y las capitales de

la elite, no aspiraron a la independencia absoluta, defendieron

las intendencias de la parte central del virreinato se hallaban

básicamente la autonomía que debía gozar el reino, aunque no

saturadas de indigentes desesperados. Estos grupos fueron,

hubieran empleado el término. Es cierto, por otro lado, que la

precisamente, los que se incorporaron a la rebelión, pues según

palabra independencia la encontramos en los textos insurgentes

observó Ignacio Rayón, el cura ofreció un peso diario a quienes

y en los realistas, pero no queda clara la idea a qué se estaban

se sumaran a la insurrección a caballo, y cuatro reales a los de

refiriendo. El diputado a Cortes José Beye de Cisneros hablaba,

a pie, salarios que estaban por arriba de los que ganaban en ese

por ejemplo, de la conveniencia de declarar una independencia

entonces los jornaleros.

eventual o transitoria, en el caso de que Napoleón llegara a apoderarse de toda EspañaY

La rebelión fue como un torbellino cuya fuerza arrastró e involucró a todos de una manera u otra. Lo que la historiografía

Con todo y la publicación de El Despertador Americano y de los decretos abolicionistas que firmó Hidalgo en Guadalajara,

tradicional identifica como movimientos insurgentes no fueron

el levantamiento no fue apoyado por las élites provinciales.

otra cosa, en la mayoría de los casos, que levantamientos locales

La persecución, el asesinato, el saqueo y el embargo de los

sin coordinación entre sí, dirigidos contra los detentadores del

bienes de los españoles fueron las causas por las cuales estas

poder de cada localidad. Eran grupos armados que luchaban

minorías prefirieron respaldar a los realistas. Además, los

pararesolver problemas particulares y nada tenían que ver con

graves y constantes desacuerdos que tuvo el cura de Dolores

la consecución de la independencia.

con Allende,

yla confianza que depositó en los contingentes

numerosos e indisciplinados desde el punto de vista militar, Parte de los estudios recientes sobre la independencia enfatizan que a lo que aspiraban los líderes de la insurgencia, cuando menos en su fase inicial, era establecer un autogobiemo para reafirmar su posición política, ejercer la plena libertad de comercio, disponer de garantías de estabilidad social y tener

llevaron a los líderes insurgentes al fracaso. La derrota que sufrieron en la batalla del Puente de Calderón el 17 de enero de 1811 por parte del ejército comandado por Félix María Calleja, significó la muerte de la insurrección que iniciaron el 16 de septiembre de 181 O. Después del fusilamiento de los principales caudillos, la guerra tomaría otro giro.

acceso a los cargos públicos de primer nivel. Por consiguiente, Hidalgo y los demás caudillos, como miembros marginales de

27 Justo Sierra et. al. Antología del Centenario. Estudio documentado de la literatura mexicana durante el primer siglo de independencia. México, SEP,

1985, p.735.

24

25

..

Segunda parte

Jaime Olveda Legaspi\ ~:~'' .,,,,,, .•, •'.(«"'

.i

LA GUERRA DE INDEPENDENCIA Segunda parte

El rechazo a la insurrección La batalla de Calderón significó un parteaguas en las guerras insurgentes, pues, en lo sucesivo, los rebeldes ya no se organizaron militannente como lo había hecho Hidalgo, es decir, en grandes contingentes, sino en destacamentos menos numerosos y mejor disciplinados. Además, la derrota que sufrieron fue detenninante para que perdieran el control de las plazas de Guanajuato, Valladolid, Guadalajara y otras ciudades del centro-occidente, y para que la insurrección se regionalizara, o sea, se fragmentara en un conjunto de movimientos locales, cuyos cabecillas, en su mayoría, actuaron por su propia cuenta y sin estar sujetos a ningún caudillo. Para los iniciadores de la rebelión, esta batalla fue su fin, "el tiro de gracia", porque ya no pudieron rehacer su ejército; como se sabe, después de este desastre huyeron hacia el norte con el fin de llegar a Texas. 1 1 Juan Ortiz Escamilla. "La Guerra de Independencia", en Gran Historia de México Ilustrada. México, Planeta Deagostini-CONACULTA-INAH, 2001, no. 25, p. 92. 1

Para Félix María Calleja, en cambio, la victoria que obtuvo

de la Nueva España para organizar las milicias. Durante ese tiempo

en Puente de Calderón lo cubrió de prestigio y lo proyectó como un

emprendió varias actividades, entre otras, creó el cuerpo de dragones

militar talentoso. Después de esta batalla apareció como el salvador

de Colotlán, visitó muchos lugares del Nayar, elaboró planos y

de los españoles y de los criollos ricos, quienes lo vieron como el

descripciones geográficas de algunas provincias, y levantó un

restaurador del orden establecido. Él mismo contribuyó a difundir

padrón militar de Guadalajara en 1791. Por consiguiente, al estallar

esta imagen al destacar la matanza de los peninsulares y el embargo

la rebelión de 181 O era el militar más experimentado y quien mejor

de sus bienes por parte de los rebeldes, lo que también sirvió para

conocía el reino, de ahí que Venegas lo designara como el conductor

que en lo sucesivo los propietarios rechazaran y condenaran la

y el responsable principal del ejército realista. Hidalgo, en cambio,

insurgencia. En Guadalajara se apreció tanto su labor restauradora

careció de esa experiencia castrense, lo que hizo que incurriera en

que el ayuntamiento y el claustro de la Universidad pidieron al virrey

muchos errores tácticos.

Venegas que lo nombrara cuanto antes intendente y comandante

En una proclama que Calleja dirigió a sus soldados después

militar de la intendencia. Lo sucedido en Calderón también puede ser

de la batalla de Calderón les dijo que si los valores más sagrados del

interpretado como el triunfo de la experiencia sobre la inexperiencia,

hombre eran la religión, el rey y la patria, no debía haber división

y de la disciplina sobre la indisciplina. 2 La victoria que alcanzaron

entre los hijos de una misma madre. Les explicó que el propósito de

los realistas afianzó, momentáneamente, la autoridad real, la causa

Napoleón era dividirlos para apropiarse de los reinos americanos,

independentista perdió fuerza y los indecisos, temerosos del furor

y que Hidalgo, con la máscara de la religión y la independencia,

antigachupín de los rebeldes, optaron por defender los intereses del

trabajaba en favor de este general francés. Tras de invitarlos a

rey.

mantener la unión, la confianza y la concordia, los exhortó a limpiar Calleja era un militar experto porque desde los inicios

"el país de los perturbadores del orden público. "3 Aseguró, por otro

de la última década del siglo XVIII había recorrido varias partes

lado, que la gente se iba convenciendo de "lo absurdo del plan de

2 Jaime Olveda. La oligarquía de Guadalajara. México, CONACULTA, 1991, p. 163.

2

3 Archivo General de la Nación (AGN). Operaciones de Guerra, vol. 204, exp.4, f. 16.

3

Hidalgo", poniéndoles como prueba el arrepentimiento mostrado por

En vista de esto, Calleja afinó un plan militar consistente en

los doctores de la Universidad de Guadalajara y el donativo de 1 500

delegar la defensa de los pueblos a la población civil, y ordenó que

pesos que habían hecho para la manutención del ejército realista. 4 A

en cada uno de ellos se formaran compañías voluntarias de patriotas,

pesar de estas demostraciones de lealtad, Calleja fue muy cauteloso

sostenidas con recursos locales. Para fortificarlos, dispuso la

y no estuvo muy convencido de la "sinceridad de las expresiones de

construcción de zanjas profundas a su alrededor, dejando solamente

todos." El virrey Venegas, por su parte, dispuso por medio del bando

una entrada-salida. La formación de milicias de acuerdo a las

del 19 de enero de 1811 que se quemaran en la plaza mayor de la

instrucciones de Calleja y la derrota que sufrieron los insurgentes

ciudad de México y de manos del verdugo, los impresos que el cura

en Puente de Calderón, permitieron a los realistas recuperar muchas

de Dolores había publicado en Guadalajara. 5

plazas, pero también esto dio lugar para que las elites, al defender

El triunfo que obtuvieron en Calderón no dio motivo a los oficiales realistas para fincar falsas esperanzas. Tanto Venegas como

sus localidades por su propia cuenta, trataran de desprenderlas de sus respectivas cabeceras para controlarlas a su favor.

7

Calleja hicieron observaciones puntuales y muy interesantes acerca

En una carta del24 de enero, Calleja, después de decirle al virrey

de la situación tan grave en la que se encontraba la Nueva España. El

que le preocupaba mucho la posibilidad de que los rebeldes que

primero reconoció que el ejército .que defendía los derechos del rey

habían huido al norte se apoderaran del reino de Nuevo León y de la

tampoco tenía suficiente experiencia ni buena organización, y que era

colonia de Santander porque esto les abría la comunicación con Texas,

necesario afianzar la fidelidad entre los soldados mediante premios y

le comentaba que los españoles que había liberado en Guadalajara

ascensos militares. 6 En este sentido el virrey tenía toda la razón, pues

se resistían a incorporarse al ejército realista, argumentando que

al estallar la insurgencia no había en el reino un ejército regular bien

estaban enfermos. "Su egoísmo -destacaba con mucha desilusión-

constituido; éste se fue formando una vez iniciada la guerra.

los hace desconocer sus obligaciones."8 Tres días más tarde,

4 Jbid., vol. 171 , f. 260. 5 Gazeta del Gobiemo de México, 22 de enero de 181 1, p. 68. 6 AGN. Operaciones de Guerra, vol. 171 , fs. 139-140.

7 Juan Ortiz. Guerra y Gobiemo. Los pueblos y la independencia de México. Sevilla, Instituto Mora -El Colegio de México -Universidad Internacional de Andalucía -Universidad de Sevilla, 1997, p. 111. 8 AGN. Operaciones de Guerra, vol. 171, f. 233.

4

S

reportaba la aparición de pequeños grupos insurgentes, "o más bien de salteadores" que estaban interrumpiendo lás comunicaciones e interceptando la correspondencia, por lo que creyó necesario crear una acordada para perseguirlos. A Calleja le preocuparon mucho estas cuadrillas que pululaban por todas partes, las cuales, según dijo, sólo buscaban "sacar partido de las circunstancias".9 La apatía de los peninsulares de participar en el combate a los insurgentes fue un asunto que angustió mucho a Calleja. En una carta que envió a Venegas del28 de enero le reiteraba el poco interés, la falta de patriotismo y la "criminal indiferencia de los españoles en esta guerra", a quienes sin duda, les correspondía la obligación de cuidar el reino. Al respecto se preguntaba: "¿No debe causar la mayor admiración que siendo esta una guerra, cuya divisa es el exterminio de los europeos se hayan mantenido éstos en la inacción a vista del peligro, huyendo cobardemente en lugar de reunirse, tratando sólo de sus intereses, y se mantengan ahora pacíficos espectadores de una lucha en que les toca la mayor parte, dejando que los americanos, esta porción noble y generosa que con tanta fidelidad ha abrazado la buena causa, tome a su cargo la defensa de sus vidas, propiedades e intereses?" A Calleja le irritó sobremanera que los peninsulares

no hicieran sacrificio alguno, ni contribuyeran para los gastos de la guerra. Como el egoísmo cundía por todas partes, propuso que se obligara a todos los españoles hasta de 60 años a tomar las armas, sin distinción alguna. Denunció que los pocos que se habían en listado en el ejército exigían "miramientos y distinciones", porque consideraban que hacían mucho favor en incorporarse y que buscaban cualquier pretexto para regresar a sus casas. 10 Después de cuatro meses de combatir la insurrección, Calleja insistió en que era muy necesario reconocer los esfuerzos que estaban haciendo los soldados para que siguieran defendiendo la causa realista, porque "el ejército es el único apoyo con que contamos y él es únicamente el que nos ha de salvar", y porque "Jos pueblos no entran sino por la fuerza en sus deberes". Calleja hacía esta observación porque se dio cuenta de que las ciudades que habían sido recuperadas, entre ellas Guadalajara, no mostraban gratitud alguna; estaban habitadas -según él- por "europeos egoístas" que veían con indiferencia los servicios de los soldados. 11 Quizá por esta apatía tan generalizada el virrey Venegas envió, el 26 de enero, una carta al obispo Cabañas, quien se encontraba refugiado en la ciudad de México, en la que después de informarle que Guadalajara ya había 1o lbid. ,f. 227. 11 /bid, f 141.

9 /bid. , fs. 220-222.

6

7

sido rescatada por los realistas, le pedía que regresara cuanto antes a la sede de su obispado para "alentar el espíritu" de los vecinos.12

Uno de los autores de estos impresos denigró la figura de Hidalgo y comparó a los insurgentes con "ejércitos de serpientes

Después de que Calleja recuperó la plaza de Guadalajara, aquí y

venenosas, que vomitadas de los infiernos han talado nuestros

en la ciudad de México circularon varios impresos que condenaron la

campos, robado nuestros bienes, perseguido y degollado a nuestros

insurrección, cuyos autores, aparte de festejar el triunfo obtenido por

padres, esposos y hermanos." Refirió que los ochenta días en que

el ejército realista en Puente de Calderón, relataron con minuciosidad

permanecieron los rebeldes en Guadalajara fueron de angustia y de

los momentos dramáticos que habían vivido los habitantes de

constantes sobresaltos. Sostuvo que la insurrección que iniciaron "los

la primera capital durante la estancia de los insurgentes, a fin

criollos desnaturalizados" era a todas luces injusta, respaldándose en

de desengañar a quienes seguían obstinados en apoyar la insurgencia. 1'

lo que dijo uno de Jos apóstoles: "Toda persona por ley de Cristo está

En términos generales, en dichos impresos se percibe el disgusto de

sometida a las potestades superiores, porque no hay potestad que no

la élite por haber sido la más afectada y su miedo a los estragos que

venga de Dios. Por lo cual, el que resiste a la potestad, o rebelándose

estaba ocasionando la revolución popular.

abiertamente, o despreciando sus órdenes, o desobedeciendo y dando

12 AGN. Infidencias, vol. 165, f. 156. 13 Se trata de 1) Canción elegíaca sobre los desastres que ha causado en el Reino de Nueva Galicia, seiialadamente en su capital Guadalaxara, la rebelión del apóstata bachiller Miguel Hidalgo y Costilla, capataz de la gavilla de insurgentes, cura que fue del pueblo de la congregación de los Dolores en la diócesis de Michoacán. Compuesta por el R. P. F. Tomás Blasco y Navarro, del orden de Predicadores, presentado en Sagrada Teología, Dr. de la Real Uni versidad de Guadalaxara, catedrático de ella del angélico Doctor Santo Tomás, y examinador sinodal de este obispado; 2) la Relación cristiana de los males que ha sufrido Guadala.xara por los insurgentes; 3) Reclamación a los insurgentes comumaces, que dedica, ofrece y consagra el Doctor Victoriano Mateos, relator del Crimen de la Real Audiencia de Guadalaxara y de su Real Awerdo a las gloriosas y triunfantes annas de S. M. C. El Se1ior Don Fernando VIl dignamellle mandadas por el Excmo. Sor. virrey capitán general de N. E. D. Francisco Xavier Venegas, y se1iores generales de los ejércitos de operación y reserva, brigadieres D. Félix María Calleja y D. José de la Cntz; y 4) El desengaño americano: manifiesto que para reunión y concordia de todos los buenos; dispersión y exterminio de todos los malos, presenta al reino de la Nueva Espaíia, un sacerdote de Guadalajara, a quien había deslumbrado el regreso del ejército de insurgentes que ocupó dicha ciudad en estos dos últimos meses, cuyo autor fue Joseph Angel de la Sierra.

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ocasión a otros a desobedecer! os y despreciarlos, resiste a la voluntad de Dios, autor de Tá subordinación, y los que así procedan, atraen sobre sí su condenación ... " El autor enfatizó que "los príncipes son ministros de Dios para nuestro bien." 14 En otro documento escrito por el doctor Francisco Antonio Vallejo, asesor del consulado de Guadal ajara, vocal de la junta de seguridad e intendente interino, destacó la opresión a la que estuvieron sujetos quienes se opusieron desde un principio a la insurrección. Declaró 14 Véase Relación cristiana de los males que ha sufrido Guadalajara por los insurge/1/es.

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que durante los días en que los rebeldes permanecieron en esta ciudad había callado, como tantos otros, "para evitar primeramente los horribles efectos de la insurrección", pero una vez que éstos la evacuaron, decidió publicar sus observaciones. En su texto calificó a Hidalgo de perverso, apóstata e hipócrita, y de no contar con autorización alguna para levantar en armas al reino. Al respecto preguntó: "¿qué autoridades aprobaron sus ideas revolucionarias, qué tribunales, qué jefes, qué cabildos, qué universidades, qué cuerpos?" Al responder estas cuestiones, concluyó que nadie lo autorizó y que los derechos que venía proclamando eran imaginarios. Vallejo fue uno de los detractores más drásticos de Hidalgo, a quien lo comparó con un "demonio encamado en las entrañas de algún escorpión o basilisco". Censuró, asimismo, el exterminio de los españoles ordenado por el cura de Dolores. Al respecto refirió que fue hasta el 11 de febrero de 1811, cuando los familiares de los peninsulares

La amarga experiencia que sufrieron los españoles de Guadalajara se puso de ejemplo para convencer que la insurrección tan sólo buscaba el exterminio de los europeos y la destrucción del reino. El 8 de febrero en el suplemento a La Gazeta del Gobierno de México apareció un manifiesto escrito por José María Aldama, en el que también se referían los perjuicios ocasionados por los rebeldes cuando estuvieron en Guadalajara, con el fin de que los pueblos "sepan conducir sus virtudes, y anticipen un desengaño que les fortalezca contra las viles sugestiones de los enemigos del altar, del trono y de la patria." El autor endilgó a Hidalgo adjetivos muy severos como "hijo de Satanás abortado por el infierno", "impío", "monstruo" y "vil impostor", con el propósito de persuadir a todos los grupos sociales de que no era conveniente seguirlo porque la rebelión conducía a 1~ ruina total. Al final del documento, Aldama invitó a quienes se habían incorporado a la insurrección a que se

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asesinados pudieron rescatar los cuerpos de los inmolados. Dijo que ese día "nuestras calles estaban llenas de carretillas conduciendo a '

diversos puntos los cadáveres de tantas víctimas que hizo extraer de las barrancas la caridad cristiana para darles sepultura eclesiástica". 15 Según las fuentes consultadas, solamente en Guadalajara fueron asesinados entre 500 y 600 peninsulares.

arrepintieran y se unieran a los hombres buenos que defendían las verdaderas creencias, las leyes y los derechos de Fernando VII. Los obispos también publicaron algunas pastorales para anatematizar la rebelión de Hidalgo, cuyas causas atribuyeron a "la influencia de las ideas exóticas de los filósofos modernos". Cabañas, por ejemplo, comparó al cura de Dolores con el Quijote de la

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Mancha, pero en lo relativo a la locura.16 En todas las parroquias se pronunciaron muchos sermones para desalentar el espíritu levantisco, los cuales fueron reforzados con los bandos que publicó Venegas. En uno de ellos, con fecha 19 de marzo, el virrey sostuvo que la contrainsurgencia era una guerra justa porque defendía la religión, la libertad de la nación, la integridad de la monarquía española y los derechos del rey.17

la sinceridad del ofrecimiento por parte de las autoridades, porque entre ellos corrió la voz de que los que se acogían al indulto, después eran pasados por las armas. Por otro lado, Ignacio Rayón y José María Liceaga firmaron una proclama en la que imponían la pena de muerte a quienes aceptaran la amnistía ofrecida por el gobierno. 18 El virrey Venegas, siempre estuvo informado de todo lo que estaba sucediendo en las comandancias militares, y no dejó de tomar

Como puede apreciarse, la imprenta jugó un papel muy importante en la contrarrevolución, pues se publicaron numerosos textos que desalentaban a la población a incorporarse a la rebelión. También hay que mencionar a dos periódicos que, aparte de publicar

las precauciones que creyó pertinente para contener y escarmentar a los rebeldes que "fomentan la escandalosa e injusta sublevación del reino" y, en especial, a los eclesiásticos "que inflaman y la fomentan o forman partido en ella". El 25 de junio de 1812 decretó que todos los

artículos reprobatorios, estuvieron informando a los lectores de los rebeldes que resistieran a las tropas del rey serían considerados reos triunfos que estaban obteniendo los realistas sobre los insurrectos, a de la jurisdicción militar, y juzgados por un consejo de guerra.' 9 fin de que estuvieran al tanto de los progresos que estaba alcanzando Durante el periodo que comprende de mediados de 1811 a el combate a la insurgencia. Se trata de la Gazeta del Gobierno de México y de El Telégrafo de Guadalaxara.

finales de 1815, la guerra fue adquiriendo mayor intensidad y tuvo eomo escenario principal el sur del virreinato. Dos figuras fueron

A pesar de los impresos condenatorios, por todas partes siguieron apareciendo grupos levantados en armas que defendían sus propias causas, no obstante el indulto ofrecido por el virrey Venegas. La mayoría de los rebeldes rechazó el perdón porque no creyó en 16 El Telégrafo de Guadalaxara. Guadal ajara, 8 de julio de 1811 . 17 Biblioteca Nacional de Ant ropología e Historia. Rollo 2 de Bustamallle.

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los principales protagonistas: Calleja y Morelos. La estrategia del primero consistió en replegar a los rebeldes a las zonas costeras del sur para que las condiciones insalubres de la región los debilitaran, 18 Marco Antonio Landavazo. "De la razó n moral a la razón de Estado: violencia y poder en ]a insurgencia mexicana", en Historia Mexicana. México, El Colegio de México, núm. 215, enero-mano de 2005, p. 856. 19 Gazeta del Gobierno de México, 30 de junio de 1812.

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y cercarlos para impedir que se apoderaran de las ciudades. El segundo, por su parte, trató de organizar y darle sentido a la rebelión. Para ello, elaboró un plan militar, redactó varios documentos, como los Sentimientos de la Nación , en los que ya se manejó una idea de la independencia más clara, convocó a un congreso, el de Chilpancingo, y promovió la redacción de la Constitución de Apatzíngán. Durante este período, ambas partes, realistas e insurgentes, se debilitaron y tuvieron que resolver numerosos problemas para financiar los gastos de sus respectivos ejércitos. Además, dentro de las tropas del rey y entre los rebeldes continuaron las pugnas y los desacuerdos entre los

lejos de hacerlo rico lo estaba volviendo loco. 21 Indudablemente que a medida que la guerra se prolongaba y tomaba fuerza, afloraron las cuestiones particulares. William Davis Robinson señaló que tanto insurgentes como realistas fueron muy sensibles a sus intereses personales: Al poco tiempo de haberse iniciado la iMUrrección, los primeros llegaron a tener "bajo su control a los cam~inos y lo que éstos producían, rondaban continuamente cerca de las poblaciones, recorrían cada vereda y atajo en pequeñas partidas, y se hallaban siempre alertas". Los segundos, por su parte, recibían grandes cantidades de provisiones y manejaban los dineros de la recaudación. Los comandantes de ambos bandos expedían pasaportes, imponían

comandantes y los oficiales. José De la Cruz, por ejemplo, informó a Calleja y a Venegas, sobre "las intrigas que se desarrollan entre todos los jefes realistas,

fuertes contribuciones, controlaban el comercio y a sus bolsillos iban a parar las ganancias que obtenían de las transacciones mercantiles.n

envidiosos unos de otros". 20 Estas rivalidades también deben tomarse en cuenta para entender lo dificil que fue que entre los oficiales hubiera una buena armonía. De la Cruz, por ejemplo, fue acusado por sus mismos correligionarios de estar amasando una gran fortuna desde que llegó a Guadalajara. Con relación a esto, desmintió la versión Y le aseguró a Calleja que la presidencia de la Audiencia

20 José de Jesús Nuñez YDomínguez. La virreina mexicana. Doña María Francisca de la Gándara de Calleja. México, Imprenta Universitaria, 1950, p. 169.

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Morelos y la Junta de Zitácuaro

Así como los comandantes realistas se organizaron para contener la insurrección, los insurgentes hicieron lo propio. Para unir y coordinar a las cuadrillas de rebeldes que se habían multiplicado

de manera asombrosa después de la batalla de Puente de Calderón 21lbidem. 22 Memorias de la Revolución Mexicana, México, UNAM-Fideicomiso Teixidor 2003, pp. 176-177. '

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y de la muerte de los primeros caudillos, Ignacio Rayón y José María Liceaga crearon la Junta de Zitácuaro, la cual debía gobernar mientras Fernando VII estuviera en cautiverio. Quedó instalada el 21 de agosto de 1811 con el nombre de Junta Nacional Americana, y la presidieron ellos dos, junto con José Sixto Verduzco, quienes llenaron "el hueco de la soberanía". Ese día juraron fidelidad al

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ante su retrato que estaba colocado en un muro de la sala capitular, y propusieron dos cosas: que el reino se desprendiera de España y que se llamara a este monarca para que ocupara el trono. 23 La instalación de la Junta, considerada como un gobierno nacional independiente, provocó mucho entusiasmo entre algunos insurgentes, y más cuando se dieron los primeros pasos para elaborar un proyecto de Constitución. Los vocales exigieron el juramento

exclusivo de los insurrectos, pues entre las tropas del rey también se encuentran casos de desobediencia; por ejemplo, el sacerdote realista Francisco Álvarez, quien mantenía a raya las poblaciones del cañón de Juchipila, Tlaltenango y el Teúl, no acataba las órdenes de José De la Cruz y, por cuenta propia, impuso contribuciones, confiscó ganado y permitió el saqueo, sobre todo, de los bienes de los insurgentes y los de sus partidarios. 25 La Junta fue rechazada por algunos porque, efectivamente, no se apartaba mucho del modelo de las que se crearon en 1808, y porque representaba la soberanía del rey. En una carta que el 4 de septiembre de 1811 enviaron los vocales a More! os le explicaban que seguían invocando el nombre del monarca porque habían advertido que surtía buenos efectos. "Con esta política -le dijeron- hemos

de fidelidad y obediencia a los rebeldes, pero muchos cabecillas se conseguido que muchas de las tropas de los europeos desertándose negaron hacerlo. Morelos en un principio no quedó muy complacido se hayan reunido a las nuestras." 26 porque consideró que la Junta era muy similar a las peninsulares, los Villagrán no la reconocieron, al igual que Albino García, quien respondió que "no había más junta que la de los ríos, ni más alteza que la de un cerro". 24 El problema de lainsubordinación no fue 23 Moisés Guzmán Pérez. La Junta de Zitácuaro, 1811-1813. Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1994, p. 59. 24 Alfredo Ávila. En nombre de la nación. Lafonnación del gobierno representativo en México. México, CIDE - Taurus, 2002, pp. 151 -152.

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Sobre la junta de Zitácuaro se desprenden varias conclusiones, entre ellas, que a estas alturas la nube fernandina aún seguía acompañando a los insurgentes, y que los vocales buscaban, ciertamente, el reconocimiento de otras naciones pero "sin violar ni ofender de modo alguno los derechos de su amado y cautivo monarca, el señor don 25 Ortiz, Guerra y Gobierno, p. 71. 26 Gazeta del Gobierno de México, 9 de mayo de 1812.

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Fernando VII"Y El mismo Morelos confirmaría esto en un bando

A pesar de que la Junta representaba la soberanía de la nación

firmado en Tecpan el 13 de octubre de 1811, al ratificar, una vez más,

americana y no obstante que Morelos ya se había incorporado a

"que nuestro sistema sólo se encamina a que el gobierno político y

ella como cuarto vocal, todavía el nombre de Fernando VII seguía

militar que reside en los europeos, recaiga en los criollos, quienes

mencionándose en los actos y en las proclamas de los insurgentes. 30

guardarán mejor los derechos del señor don Fernando VII". 28 Es verdad que la Junta de Zitácuaro, como mejor se conoce, trató de elaborar un plan de operaciones militares al que debían sujetarse todos los jefes rebeldes con el propósito de coordinar el movimiento, pero, sobre todo, para sujetar a los cientos de cuadrillas

Es cierto que Rayón le había aclarado a Morelos que el nombre del rey era sólo una máscara para disfrazar el movimiento, pero también él declaró que se había dado cuenta de que era voluntad general de los pueblos que se gobernara a nombre del monarca cautivo. Indudablemente que entre Rayón y Morelos hubo grandes

que obraban por su propia cuenta, y que por lo mismo cometían discrepancias que interfirieron en las decisiones. El primero nunca muchos atropellos a la sociedad civil. Como el territorio de la Nueva España era muy extenso y la comunicación muy lenta y dificil, y los líderes no compartían los mismos proyectos, la Junta no logró dirigir y coordinar a todos los grupos rebeldes. En la intendencia de Guadalajara, por ejemplo, pocos cabecillas tuvieron contacto con ella, entre ellos habría que mencionar a Gordiano Guzmán, Toribio Huidrobo y José María González Hermosillo. 29 Ya se ha dicho que la gran mayoría de las cuadrillas que operaban por distintos rumbos estaban encabezadas por hombres rústicos e iletrados, y que actuaban

se desprendió del fernandismo, mientras que el segundo, después de 1813, radicalizó sus ideas y se deshizo de la careta fernandina. La mayoría de los libros que refieren las campañas de Morelos han sido escritos con mucho apasionamiento; casi todos son textos apologéticos que resaltan sus cualidades y el carácter revolucionario de sus escritos y de sus propuestas. La historiografia moderna ya ha redimensionado la figura de Hidalgo y lo ubica más bien como un personaje ligado a la tradición que a la modernidad. Morelos requiere de un análisis más objetivo para entender mejor el

por sí mismos.

proceso independentista en los años de 1811 a 1815. En un primer 27 Guzmán Pérez, op. cit., p.ll9. 28 Ernesto Lemoine. More/os. Su vida revolucionaria a tra vés de sus escritos y de otros testimonios de la época. México, UNAM, 1991, p. 182. 29 Pérez Guzmán, op. cit., p. 134.

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acercamiento a esta propuesta, puede verse que el cura de Carácuaro 30 !bid., pp. 144-145.

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desde el inicio de la insurrección hasta el año de 1813 fue un caudillo

fue aceptado en Guadalajara ni en otras ciudades donde las elites,

con un pensamiento más bien tradicional que revolucionario. En los

compuestas por españoles y criollos, ya habían pasado la amarga

textos que escribió en estos años siguió repitiendo las mismas tesis

experiencia del asesinato y la confiscación de sus bienes. Además,

que plantearon los criollos en 1808: el derecho que tenía este grupo

en el caso de la capital neogallega no tuvo buena recepción porque

de ocupar los cargos públicos de primer nivel, y continuó fomentado el odio haci a los españoles. Ernesto Lemoine equivocadamente

el comercio por San Bias estaba redituando pingUe§ ganancias y 1'

porque José de la Cruz las aprovechaba para financiar· los gastos de

calificó de "revolucionaria" una proclama que Morelos expidió el 8 de febrero de 1812 en Cuautla, en la que dice: "Nuestra causa no se dirige a otra cosa, sino a representar la América por nosotros mismos en una Junta de personas escogidas de todas las provincias, que en la

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la guerra.

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Morelos, al igual que Hidalgo, no ce