La Fe Y La Gracia

LA FE Y LA GRACIA La salvación se produce como un don de la gracia de Dios, pero solo puede obtenerse por la respuesta h

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LA FE Y LA GRACIA La salvación se produce como un don de la gracia de Dios, pero solo puede obtenerse por la respuesta humana de la fe. Para entender ese proceso de la salvación, hay que comprender estas dos palabras. La palabra fe (latín fides, creer, confiar) es sinónimo de confianza firme: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve", es un don de Dios (Rom. 12:3) y viene por el oír la Palabra de Dios (Rom. 10:17). La fe es el medio por el cual la gracia de Dios es otorgada al creyente que confía en la obra de Jesús en la cruz (Efe. 2:8). Sin fe es imposible agradar a Dios (Heb. 11:6). Es por fe que vivimos nuestra vida de cristianos, "El justo vivirá por la fe" (Hab. 2:4; Rom. 1:17).

LA FE SALVADORA. La fe en Jesucristo es la única condición que Dios exige para la salvación. La fe no es solo una confesión acerca de Cristo, sino también una actividad que brota del corazón del creyente que procura seguir a Cristo como Señor y Salvador. 1- La fe incluye cuatro elementos principales: a) Creer y confiar firmemente en Cristo crucificado y resucitado como Señor y Salvador personal, rendir la voluntad y entregar todo. b) Arrepentimiento, es decir, apartarse del pecado con verdadera tristeza y volverse a Dios por medio de Cristo c) Obediencia a Jesucristo y a su Palabra como modo de vida. d) La fe incluye la devoción y el vínculo personal con Jesucristo 2- La fe en Jesucristo como Señor y Salvador es tanto un acto de un momento como una actitud continua que debe aumentar y fortalecerse Esa fe en Cristo lleva a una nueva relación con Dios y exime de su ira; mediante esa nueva relación el creyente muere al pecado y el Espíritu Santo vive en el. LA GRACIA. La gracia puede definirse como el favor inmerecido, aquello que se otorga sin mérito por parte del que lo recibe. La gracia de Dios es Su libre acción para beneficio de toda la creación en general (gracia común o providencia) y de los creyentes para la salvación (gracia especial o

salvífica). Se distingue de la Justicia y de la Misericordia. La justicia consiste en recibir lo que se merece; la misericordia, en no recibir lo que se merece. Por medio de la gracia salvífica recibimos la vida eterna, algo que obviamente no merecemos. Pero debido al amor y la ternura de Dios manifestadas en Jesús crucificado, recibimos la gran bendición de nuestra redención. La gracia salvífica no requiere, y de hecho descarta, todo mérito humano. Es debida a Dios y dada por El, debido a quién es El, y no a quienes somos nosotros. Es el medio de nuestra salvación (Efe. 2:8-9). Ya no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia de Dios (Rom. 6:14). Rom. 5:2,15-20. La gracias es la presencia y el amor de Dios por medio de Jesucristo, que reciben los creyentes de parte del Espíritu Santo. 1) Dios da una medida de gracia como don a los incrédulos para que puedan creer en el Señor Jesucristo. 2) Dios da gracia a los creyentes para que sean "libres del pecado" para producir en ellos "tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad", y para que oren, crezcan en Cristo, y testifiquen acerca de Cristo. 3) El creyente puede dejar de alcanzar,(Hebreos 12:15) recibir en vano (2 Corintios 6:1). apagar (1 Tesalonisense 5:19), desechar (Galatas 2:21) y abandonar la gracia de Dios (Galatas 5:4) En el Antiguo Testamento a si mismo como el Dios de gracia y misericordia quien manifestaba su amor por su pueblo no porque ellos lo merecieran sino por su propio deseo de ser fiel a las promesas dadas a Abrahán, Isaac y Jacob.