La Evaluacion Autentica, Ensayo

Eva María Izaguirre Contreras Sexto Preescolar – Abril de 2013 La evaluación auténtica y sus implicaciones para la educ

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Eva María Izaguirre Contreras Sexto Preescolar – Abril de 2013

La evaluación auténtica y sus implicaciones para la educación básica “La evaluación escolar sintetiza las significaciones de la escuela sobre el saber escolar, a la vez que establece las pautas que definen el sentido y modo de los procesos de enseñanza y aprendizaje. La posibilidad de alcanzar los objetivos educativos depende de la confluencia de múltiples factores, entre los cuales se ubican las creencias de los profesores respecto de la enseñanza y la evaluación, y desde donde valoran de una u otra manera su sentido y trascendencia. Tales creencias representan, a la vez, la base relevante y crítica para desarrollar sus prácticas docentes, pues operan como el fundamento central que las informan y guían. Sin embargo, y no obstante su importancia, han sido relativamente poco reconocidas y/o investigadas, lo que ha impedido develar y solucionar problemas y controversias asociadas a los resultados y consecuencias del proceso evaluativo”. (Prieto, Marcia en “Las creencias de los profesores sobre evaluación y efectos incidentales”).

Desde este enfoque podemos conceptualizar la evaluación actual

como un cúmulo de actitudes y procedimientos a llevar a cabo para arrojar un resultado y no solamente una calificación derivada de un examen escrito. Sin embargo, el profesional establecerá qué, cómo y para qué de las evaluaciones y sus creencias personales determinarán en gran medida si el proceso de evaluación será favorecedor para mejorar y reforzar el proceso de enseñanzaaprendizaje de los alumnos. La evaluación siempre ha sido parte del proceso educativo de la educación básica, pero en la mayoría de los casos ha sido formativa y no sumativa, con base en juicios y no en estadísticas y aprovechando los puntos fuertes de los niños más que identificando sus debilidades. Actualmente, y desde hace varios años, se ha venido generando una evaluación que trae consigo una evaluación más significativa y representativa de lo que realmente el alumno está aprendiendo, de lo que se le está enseñando. Anteriormente se reconocía al maestro como quien arroja conocimientos y procedimientos sin importar qué tanto aprendía el alumno. Este paradigma de evaluación se está quedando, afortunadamente para la educación en México, en

Evaluación del aprendizaje – Mtra. Gloria Parra Barredez

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el olvido. Hoy podemos ver procesos de evaluación basados en observaciones diarias, rúbricas, diarios de trabajo, trabajos escolarizados, listas de verificación y un sinfín de recursos que ayudan al maestro a identificar qué tanto están aprendiendo los alumnos, de qué manera lo están haciendo o por qué lo que se les enseña no está generando un aprendizaje significativo en ellos; de igual forma, en un nuevo enfoque de lo que el profesorado de hoy en día debe de ejercer en su quehacer docente, de estas evaluaciones se deben generar no sólo un número o calificación al desempeño del alumno, sino cómo consta el trabajo del maestro y lo más importante, qué puede hacer para mejorar su ejercicio profesional y buscar estrategias de aprendizaje para fortalecer las competencias ya desarrolladas de sus alumnos y disminuir sus debilidades. Del mismo modo, se involucra al padre de familia y se le compromete a reforzar y apoyar la educación escolarizada de su hijo. “En la perspectiva situada, la enseñanza se organiza en torno a actividades auténticas, y la evaluación requiere guardar congruencia con ellas, de tal manera que también exista una evaluación auténtica. La premisa central de una evaluación auténtica es que hay que evaluar aprendizajes contextualizados (Díaz Barriga y Hernández, 2002). En palabras de Herman, Aschbacher y Winters (1992, p. 2), este tipo de evaluación se caracteriza por “demandar que los aprendices resuelvan activamente tareas complejas y auténticas mientras usan sus conocimientos previos, el aprendizaje reciente y las habilidades relevantes para la solución de problemas reales”. Por lo anterior, la evaluación auténtica se enfoca en el desempeño del aprendiz e incluye una diversidad de estrategias de instrucción-evaluación no sólo holistas, sino rigurosas.” (Díaz Barriga, Frida en “La evaluación auténtica centrada en el desempeño: Una alternativa para evaluar el aprendizaje y la enseñanza”). El docente, actualmente tiene el compromiso de implementar actividades que realmente favorezcan logros en sus alumnos y no solamente que cumplan con exigencias del curriculum en torno al cual se trabaja, de esta manera, en la medida que las actividades vayan generando aprendizajes significativos en los educandos,

Evaluación del aprendizaje – Mtra. Gloria Parra Barredez

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el maestro deberá actuar ejerciendo una evaluación auténtica y congruente. Del mismo modo, el docente deberá adecuar su práctica a las características especiales tanto de un grupo en general como del individuo en concreto. Siguiendo la misma línea de una evaluación auténtica, es importante tomar en consideración que: “También es importante considerar los efectos de la interacción con otros niños al evaluar el aprendizaje. Numerosas investigaciones han demostrado que el trabajo en parejas o en pequeños grupos de niños es muy valioso y proporciona una estimación mucho más fiel de la habilidad del niño si se le evalúa bajo estas condiciones, en vez de hacerlo individualmente” (Curtis, Audrey en “La evaluación, un medio para conocer a los niños y reconocer la diversidad del grupo”). Siendo de esta manera, se podrá evaluar al alumno de una manera más próxima a su realidad y su verdadera condición escolar, tanto social como intelectualmente. Podemos hablar que en la formación de un docente el impacto de la evaluación está teniendo una gran relevancia ya que en comparación con anteriores generaciones de profesionales, la evaluación viene a ser el eje principal del proceso enseñanza-aprendizaje que se llevará a cabo en un aula de educación básica. Sin embargo, es tentador el hecho de repetir paradigmas y olvidar la enseñanza centrada en y para el alumno, ya que las implicaciones de las nuevas evaluaciones vienen a generar en el docente un trabajo más extenso, extraoficial y en tiempos y modos establecidos por las nuevas tendencias ya sea tecnológicas o sociales, lo que en muchos de los casos puede provocar la deserción de los educadores. Es importante por lo tanto, una actitud positiva por parte del docente, una apertura al cambio, a la renovación y a la actualización del docente. La más importante de éstas, es la actitud y el compromiso a ejercer la labor docente para la que se fue formado y en al que se va a trabajar por muchas generaciones.

Evaluación del aprendizaje – Mtra. Gloria Parra Barredez