La Eneida

La Eneida Virgilio Edición de José Carlos Fernández Corte Traducción de Aurelio Espinoza Pólit Cátedra Letras Universale

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La Eneida Virgilio Edición de José Carlos Fernández Corte Traducción de Aurelio Espinoza Pólit Cátedra Letras Universales Sexta Edición 2000 Madrid Libro I       

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Amor de Juno por Cartago y su desprecio por Troya y el futuro de Roma. Temas de la historia: Ira de los dioses, rectitud del héroe, el mundo como prueba. La ira de Juno y su resistencia a que Eneas cumpliera con su tarea ejemplifican la guerra de Roma con Cartago por la conquista del mundo. Eneas entra a la historia combatiendo una gran tormenta marítima causada por Eolio quien fue ordenado por Juno. En esos momentos de desesperación Eneas desea haber muerto en Troya. Neptuno sale al rescate de Eneas y vuelve la calma. Aquel dice a los vientos que Eolo no tiene todo el poder sobre los mares y si lo vuelven a hacer, recibirán escarmiento. Eneas alienta a su tripulación recordándoles que en Lacio les espera recompensa del Hado. Sin embargo, está escondiendo su dolor profundo y su angustia abrumadora. Conversación entre Venus y Júpiter: Júpiter es el garante del cumplimiento de los hados. La ruina de Troya está ligada por los hados al dominio universal de Roma. La preocupación de Venus por Eneas es maternal, pero también le mueve que a su estirpe le esté reservado el dominio del mundo. Los sufrimientos de los troyanos han durado demasiado. Retóricamente Venus afirma que Júpiter a cambiado de parecer. Júpiter le dice a Venus que no se preocupe. Mientras Eneas deberá librar muchas batallas, saldrá vencedor y reinará por 3 años después de Augusto. Se menciona a Rómulo y Remo como descendencia de Eneas y la perpetuidad del imperio romano. Fe, Resto y Quirino dictarán las leyes, según Júpiter. Mercurio: mensajero de los dioses. Venus (Diana): madre de Eneas. Él le pide ayuda porque piensa salir a navegar de nuevo. Ella le advierte que llegarán a reinos púnicos, tierras de Tirios, pero los confines a los que llegan son de gente Libia que no son domables en guerras. La soberana de la ciudad de Cartágo es Dido. Venus cumple la función de decirle a Eneas cosas que debe saber antes de encontrarse con Dido. Aconsejado por Venus, Eneas se dirige a presentarse a Dido. Uno de su tripulación le explica a ella las penurias que han pasado con Eneas antes de que éste llegue al templo de Dido. Dido dice que sabe de sus penurias, que les ofrece ayuda y les da la bienvenida. En ese momento, Eneas, que se escondía detrás de una nube, sale a decir gracias a Dido por su hospitalidad y revestido

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de la luz de un dios proveída por su madre Venus pide la mejor recompensa de los dioses para ella. Dido muestra bastante simpatía por lo que Eneas y su tripulación han tenido que pasar dado que ella también tuvo que pasar por muchas dificultades después de que su hermano matara a su esposo y se escapara para fundar esta ciudad. Dido le dice a Eneas que conoce su historia en Troya. Ascanio: hijo de Eneas. Venus no cree que Dido sea completamente sincera y que quiere engañar a Eneas y atraparlo. Dado que Juno es parte de Cartágo, Venus piensa que es una trampa. Eneas manda a llamar a su hijo, pero en vez Venus planea mandar a Cupido para que enamore a Dido y ésta no se enamore de Eneas.

Libro II  Eneas cuenta a Dido la historia de la caída de Troya con el caballo. Timetes fue un anciano del Consejo de Príamo y dado que antes de la caída alguien había predicho que un barón nacido en cierta fecha sería la causa de la caída de Troya. En esa fecha nacieron dos barones y se mató al hijo de Timetes dejando vivo al hijo de Príamo cuyo nombre era Paris. Se dice que Timetes urgió que se entrara el caballo como venganza.  Cuenta que Laoconte advirtió que no confiaba en los griegos, así estuvieran ofreciendo regalos. Se lamenta porque nadie le hizo caso y no se revisó el caballo, de haberlo hecho Troya todavía estaría erguida. Muere de forma muy trágica con serpientes de mar.  Cuenta que Ulises lo sentencia a muerte a un muchacho cuando escucha la profecía de que el sacrificio de alguien es la única forma de volver a Troya. (Así como la hija de Agamenón tuvo que ser sacrificada antes de que pudieran partir hacia Troya). Ya estaban listos todos los ritos para la muerte cuando el muchacho decidió huir. Es encontrado por Príamo quien le pregunta qué hay dentro del caballo.  Cuando entraron el caballo se oyeron ruidos de armas y gente adentro, pero no se percataron.  Cuando todos duermen en Troya, Sinón (traidor) suelta a quienes están dentro del caballo. Troya empieza a caer y Eneas es testigo de cuando el cadáver de Héctor es arrastrado por el carruaje de Aquiles.  Héctor encomienda a Eneas para que salve a Troya y a los dioses del hogar, pero no necesariamente en un sentido literal, sino que en cierto sentido mantenga a Troya viva y el fuego perpetuo del hogar encendido. Para eso Eneas tiene que huir de esta guerra.  Pantus entrega a Eneas los dioses de los que había hablado Héctor en su sueño.  “¿Qué salvación queda al vencido? Una: no esperar salvación”.  Eneas hace lo que puede para pelear y alcanza a matar a algunos griegos, también buscaba su muerte esa noche porque pensaba que la batalla era la mejor forma/la más honrosa para morir.

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Al ver la muerte de Príamo a manos de Pirro hijo de Aquiles, Eneas entra en pánico y se acuerda de su propio padre. Va a buscar a su familia, pero no los ve. Eneas está enceguecido por la ira y quiere seguir luchando cuando se le aparece Venus y le dice que mejor se vaya a buscar a su familia. Ella los ha estado cuidando de la furia de los dioses Neptuno, Juno y Palas. Venus le dice que ella lo protegerá. Cuando llega a casa de su padre, Anquises, éste le dice que lo deje ahí porque no desea alargar su vida y Eneas es jóven y aún puede huir. El cabello de Ascanio se prende y lo toman como una señal para pedir ayuda a los dioses y tratar de huir todos juntos (incluidos los sirvientes). Acuerdan encontrarse en un templo de Ceres; al llegar allá Eneas se percata de que su esposa Creúsa ha desaparecido. Desesperado, corre a buscarla y la ira de no encontrarla hace que quiera volver al combate a seguir matando griegos. Luego se le aparece su difunta esposa en forma de fantasma y le dice que deje de luchar y se vaya, que los dioses la han destinado para quedarse en esas playas y que a él le esperan muchas aventuras y una nueva esposa. Eneas vuelve entonces al templo de Ceres donde muchas personas lo esperan y se va de Troya.

Libro III  Habiendo salido de Troya, Eneas lleva consigo a su padre, a su hijo y a los Penates sus dioses domésticos.  Eneas llega a Mavorte donde se encuentra con el fantasma de Polidoro que era hijo de Príamo que se pasó al bando de Agamenón.  Luego llegan a la ciudad de Apolo, en el templo de Febo hacen una oración para pedir guía en sus travesías por la desesperación. Febo les dice que tienen que volver a la tierra donde empezó su raza y su padre se da cuenta que Febo se refiere a Creta.  Llegan a donde los Curetes y Eneas empieza a amurallar esta nueva ciudad con la que soñaban y la llama Pergamea.  Los Penates le explican a Eneas que a Creta no era donde Apolo quería mandarlos. A donde deberían ir es a Hesperia. El padre de Eneas recuerda que Cassandra (profeta) hablaba constantemente de Hesperia.  Llegan a las Estrófadas donde se encuentran con unas harpías, aves horrendas que empiezan a matar, lo que pasa es que son diosas y una de ellas llamada Celeno dice que si tratan de llegar a Italia van a llegar, pero no sin antes pagar lo que han hecho a las harpías y por eso tienen que huir.  Eventualmente llegan a otro lugar donde se encuentran con Andrómaca, esposa de Héctor que luego era esposa de Pirro hasta que éste fue derrotado y es ahora esposa de Héleno. Éste les da la bienvenida y lo lleva al templo de Febo para interpretar su futuro. A través de Héleno, Febo dice a Eneas que su viaje a Italia va a ser muy difícil que cuando esté navegando por un río y se dé cuenta que hay una puerca amamantando crías, sabrá que habrá llegado a su destino a salvo. También se le aconseja a Eneas que le rinda mucho culto a





Juno para ganarse el favor de ella, ese será su triunfo y de Sicilia se le abrirán los mares a Italia. Los tres primeros episodios italianos despliegan ante Eneas y los suyos un mundo hostil. En el primero son los griegos los que impiden el desembarco en las costas más cercanas a Grecia. En el segundo y el tercero es un imponente naturaleza—Caribdis y el Etna, el agua y el fuego—la que se opone, inaccesible, a los troyanos. Los primeros días de navegación por aguas italianas culminarán en el episodio de Aqueménides y Polifemo, auténtico climax de esta tercera parte del libro. Llegan a la tierras del Cíclope se encuentran con Arquemínedes, compañero de Ulises. Cuenta su historia de cómo estuvo en Troya porque quería salir de la pobreza y que sus compañeros lo dejaron ahí temiendo por su vida por todos los cíclopes de esa isla (entre ellos uno que él y Ulises habían enceguecido). Al ver al cíclope llegar a la playa con otros, Eneas huye llevándose a Arqumínedes. Se acuerdan de no llegar a donde Caribdis por lo que Héleno les dijo, pero el mar los lleva a una isla llamada Ortigia donde Eneas pierde a su padre Anquises. De ahí llegaron a la ciudad de Dido. Eneas termina su relato.

Libro IV  Dido está completamente enamorada de Eneas y Juno se da cuenta de esto y secunda los deseos de Dido sin haber consultado los dictados del destino. La ulterior reacción de Júpiter, enviando a Mercurio para que advierta a Eneas, muestra que los planes del Hado necesitan la colaboración de los agentes humanos para llegar a cumplirse. Juno propicia una tormenta cuando Dido y Eneas van a cazar. Allí se resguardan en una gruta y “consuman su amor”. El autor se distancia de Dido mostrando objetivamente cuáles son los fundamentos de su error: llama matrimonio a lo que para Eneas no lo es y, con ello, se despreocupa del honor y de la fama exigibles a una reina. Y una reina públicamente deshonrada sólo puede recuperar su autoestima y la de su gente mediante el suicidio.  Júpiter manda a Mercurio que le lleve el mensaje a Eneas de si se ha olvidado de su meta de llegar a Italia. Le dice que piense en su hijo Ascanio y las tierras prometidas de Roma que hay para él. Tras escuchar a Mercurio, Eneas se pregunta qué hacer porque Dido está completamente enamorada y no quiere simplemente irse. Sin embargo, le dice a todos con los que vino que vayan preparando los barcos antes de que Dido se dé cuente. Pero Fama le cuenta Dido que Eneas se alista para irse (Fama fue la misma bestia que propago el rumor que Dido iba a desposar a Eneas).  Dido encuentra a Eneas y le suplica que no se vaya. Destaca la precisión con que Dido resume el error que ha cometido. Ha traicionado el pudor— desoyendo los dictados de su conciencia con respecto a un segundo matrimonio y los consejos de los dioses—y también ha descuidado su fama viviendo con Eneas como si estuviera unida a él por el vínculo conyugal. Con su doble rechazo de las exigencias que venían de su interior y de las conveniencias exteriores ha acentuado su aislamiento político doméstico y









foráneo. Se ha quedado sola. La marcha de Eneas significa para ella la muerte. (P. 255). Eneas se defiende diciendo que él nunca le prometió matrimonio a ella y que en verdad su destino es ir a Italia. Le cuenta que su padre se le aparece en sueños recordándole eso y también le cuenta el episodio que tuvo con Mercurio. Dido enfurece y no sólo empieza a maldecirlo a él, sino también a los dioses porque se siente abandonada y cuestiona si los dioses de verdad cuidan de los humanos, como se supone tienen que hacerlo. En la posición en que se encuentra, Dido no puede recurrir a los nómadas ni a los troyanos sin someterse a insoportable humillación. Tampoco puede embarcarse con los tirios en una nueva expedición por mar. La única salida que le queda es la muerte (en un piro fúnebre). Entre las causas que la han provocado considera Dido los consejos de su hermana, que la incitaron a un amor criminal por dos motivos: su calidad de reina que no permitía amor sin matrimonio y la condición de viuda le vedaba traicionar la memoria de su primer esposo. (p. 268). Mercurio se le aparece una vez más a Eneas en un sueño y le dice que huya en mitad de la noche justo después de la muerte de Dido, a lo que Eneas obedece. Dido maldice a Eneas. Con expresiones que recuerdan las de Juno, profetiza la segunda parte de la Eneida: luchas en Italia, y termina por aludir a la muerte de eneas. Las últimas palabras de Dido sellan elocuentemente la enemistad perpetua entre romanos y cartaginenses. Una vez más la reina se eleva por encima de sus modelos mitológicos hasta adquirir dimensiones proporcionadas a los acontecimientos históricos que su enconado odio presagia. (P. 271). La noticia de la muerte de Dido provoca en sus súbditos lamentos comparables a los que produciría la destrucción de la propia Cartago o la de Tiro. El símil está elegido con todo cuidado. Versos más adelante Ana (hermana de Dido) exclama: De un solo golpe has acabado, hermana…/ con tu senado y la ciudad entera. Dido, por antonomasia, representa a Cartago, como Eneas a Roma. Y la Cartago histórica fue destruida por las tropas de Escipión en el año 146 a.C. (p. 274).

Libro V  El clima no es muy favorable, lo cual los obliga a parar en playas de Acestes quien les da la bienvenida. Ha pasado un año desde la muerte del padre de Eneas y éste hace el rito para honrar la memoria de su padre. Mientras están allí, hay un concurso de barcos.  Virgilio entreteje aquí (con el ofrecimiento de Entelo para la lucha que dice Eneas) varios motivos épicos: o Un objeto, aunque sea suntuario, tiene siempre historia con antecedentes derivados de sus características, de su lugar de procedencia, de su forjador, de sus antiguos poseedores, etc. o Los hombres de antaño, los héroes del pasado, llevaban armas mucho más pesadas que las actuales.



o Un héroe heredaba las armas de un compañero muerto. O varios pugnaban por alcanzar ese honor. Recuérdese la disputa por las armas de Aquiles. o Las armas que ha heredado Entelo son las de Erix. Erix, hijo de Venus y rey de Sicilia, se había enfrentado a Hércules. Este combate lo evoca Virgilio indirectamente al tiempo que Entelo exhibe los gigantescos guantes que se dispone a calzarse. De este modo la narración del pasado contribuye a aumentar la tensión del momento presente: adivinamos que el siciliano Entelo es infinitamente superior a su contrincante. (P. 295). o Después hubo una pelea entre Entelo y Dares, saliendo Entelo vencedor. Para finalizar el certamen hay una exhibición de parte de los niños con sus caballos y armas en la que participa Ascanio. Todo este certamen fue en honra de la memoria del padre de Eneas. o El libro V tiene una estructura concéntrica: el marco lo forman la llegada y la partida de Drépano de la flota troyana, mientras que el centro del cuadro está integrado por los juegos en honor de Anquises y la fallida tentativa de incendiar la flota troyana. El esquema llegada, felicidad inicial, desastre (causado por la intervención hostil de los poderes divinos) y partida nos recuerda otros episodios del viaje: Tracia, Creta y Cartago. (P. 305). o Juno en su intento de no permitir que Eneas siga su curso, manda a Iris para que se disfrace de mujer y se encuentre con las mujeres troyanas y les diga que si nos están cansadas de vagar por los mares por más de 7 años, saben que son bienvenidas donde están, ¿por qué no quedarse allí? Así, Iris las impulsa a que quemen todos los navíos, lo que terminan haciendo. Rápidamente Ascanio y Eneas se dan cuenta y después de preguntarles qué han hecho y ahuyentarlas, Eneas ruega a Jove que salve sus navíos, empieza un aguacero que salva a las naves excepto a 4. o Eneas se cuestiona una vez más sobre si quedarse en Sicilia o seguir hacia Italia como sus hados le mandan. Su amigo, el viejo Nautes, lo alienta y le recuerda que debe seguir hacia Italia, pero que sólo lleve a los fuertes y a los que de verdad quieren seguir. Luego se le aparece su padre de nuevo y sirve para lo siguiente:  Corrobora las palabas de Nautes con garantías divinas.  Anticipar el contenido del libro siguiente exponiendo sus temas más importantes: La Sibila, el viaje al Hades, la entrevista con Anquises y el conocimiento por parte de Eneas de su futura descendencia.  Potenciar la figura de Anquises, al que han ido dedicados los juegos fúnebres del libro V, tendiendo una especie de puente entre este libro y el siguiente donde le está reservado un papel verdaderamente destacado. (P. 311). Eneas erige paredes de una nueva ciudad en tierra de Acestes. Se despiden de los que se quedan y Venus le pide a Jove que proteja a Eneas de los ataques que constantemente le está enviando Juno. Jove le recuerda a Venus que él ha

protegido a Eneas y que lo seguirá protegiendo, que no se preocupe. Lo único que pasará es que perderán a uno de la tripulación. Mientras navegaban el mar estaba muy tranquilo, Paliurno era el que navegaba, pero el Sueño lo quiso vencer, incluso cuando él peleó y le dijo que no lo engañara, que no iba a descansar, no pudo resistir más y cayó por la borda, dejando al navío sin capitán. Eneas tiene que salir a recobrar el control. Eneas llora la pérdida de su amigo. Libro VI  Llegan finalmente a Cumas, tierra hesperia. Allí se encuentra con la sacerdotisa Sibila que está en el templo de Apolo. Eneas pide guía a Apolo y a través de Sibila, Apolo le dice a Eneas que sí va a llegar a Italia, pero una vez allá se lamentará porque sólo encontrará guerras. Ya existe un nuevo Aquiles allá, y de nuevo las desgracias vendrán de una mujer ajena a los troyanos. Apolo dice que será muy difícil para Eneas y los suyos, pero que él debe ser valiente y seguir luchando.  Eneas sabe que ahí en Cumas está la entrada al Hades. Pide a Sibila que lo ayude a entrar para reencontrarse con su padre. Ella le dice que descender es fácil, lo difícil es no perderse y encontrar la salida. Primero le dice que hay alguien de los suyos que tiene que ser enterrado y también debe encontrar y traerle una rama de un árbol de oro. Eneas se de cuenta de que su compañero Miseno fue ahogado por Tritón. Después de darle sepultura con todos los ritos, Eneas encuentra el árbol y con dificultad le arranca una rama y se la lleva a Sibila.  Sibila guía a Eneas por la entrada al Hades. Se encuentran ambos con todos los males y las enfermedades. También se encuentran con Paliurno quien les dice que no fue el dios Sueño quien lo mató, lo que pasó es que su cuerpo fue arrastrado hasta Italia y cuando los nativos lo vieron, lo apuñalaron. Se encuentra en ese primer del Hades porque su cuerpo yace aún en el agua y no ha sido sepultado. Paliurno pide a Eneas que encuentre su cuerpo y lo sepulte para salvarlo de este sufrimiento. Eneas le dice que no se preocupe, que su cuerpo será sepultado y que su nombre será conocido.  Eneas sigue su viaje por el Hades con Sibila hasta llegar al río que lo conducirá y donde muestran la rama de oro al barquero que moviliza a las almas. Se suben en una barca y se encuentran a Cerbero a quien Sibila calma. Rápidamente como puede Eneas se aleja del río.  Eneas se encuentra con Dido y le pide disculpas. Se da cuenta que Dido está con su difunto esposo allí. Luego se encuentra con uno de sus amigos antes de seguir con Sibila a una puerta donde son castigados los que en su vida fueron malos.  Ríos del hades: Leto, Cocito, Aqueronte y Flegatón. Estigia es un lago.  Eventualmente ponen su ofrenda de la rama de oro en una puerta que da paso a un lugar hermoso.

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Eneas se encuentra con su padre y ambos están muy felices de verse. El padre de Eneas le explica por primera vez que las almas pueden ser purificadas para que vuelvan al mundo de los vivos después de que cumplan su ciclo. El padre de Eneas le muestra su futuro, cómo sus descendientes erigirán ciudades en Roma y serán los reyes conocidos históricamente. Virgilio enumera solamente a 5 de los 14 reyes albanos conocidos por la tradición y destinados a colmar los años que separaban la caída de Troya de la fundación de Roma. No sigue un orden cronológico estricto: Silvio es citado por ser hijo de Eneas y origen de la dinastía; Procas por bisabuelo de Rómulo, Capis por llamarse como el abuelo de Eneas, Númitor por ser el padre de Ilia y abuelo de Rómulo, y Silvio Eneas por llevar el nombre del héroe troyano. Se resalta que Rómulo fundó la ciudad de Roma cercando con una sola muralla siete aldeas antes dispersas. Bajo sus auspicios el poder de Roma se extenderá por el mundo. También se habla de Augusto César. Cuando ya nada le quedaba por mostrar, cuando en el pecho de su hijo siente Anquises encendido el vivo amor de la futura gloria, le prenuncia las guerras que le espera, de la nación de los Laurentos le habla, de la ciudad del rey Latino, y cómo podrá esquivar unas molestias, y otras arrostrar con valor. (P. 369). Vuelve Eneas a su flota por la puerta de los sueños después de dejar a su padre y zarpa rumbo a Cayeta.

Libro VII  Virgilio explica los orígenes de la ciudad a la que está entrando por el río Tíber. Entre sus cuentos se encuentra la historia de Lavinia y de cómo a su padre le hablaron las voces del cielo diciéndole: “ No entregues, hijo mío, a bodas de Latinos la hija tuya, ni al preparado tálamo la fíes. De fuera vendrá el yerno, cuyo enlace alzará nuestro nombre hasta los astros, y cuyos nietos hollarán un día, regido por sus leyes, cuanto alumbra en su carrera el sol de un mar al otro”.  Cuando por fin desembarcan todos empiezan a comer, Ascanio dice “nos estamos comiendo hasta las mesas”. Es ahí cuando Eneas recuerda que su padre había predicho que una vez sintieran tanta hambre que se quisieran comer hasta las mesas, habrían llegado a la tierra prometida y a donde Apolo quería que ellos llegaran. Eneas cuenta estas noticias a los suyos y todos están muy felices.  Pronto Ilioneo entra al palacio del rey de esta ciudad para saludarlo y presentarse. Éste les pregunta cómo han llegado hasta sus tierras. Ilioneo explica que desde la caída de Troya han vagado por los mares por muchos años y que en muchas tierras diferentes les han pedido que se queden, pero Apolo quería que llegaran hasta acá. Saben también de la profecía que dice que Lavinia se casará con alguien que venga de afuera. Ilioneo le dice al rey que no se va a arrepentir si los deja quedar. El rey dice que son bienvenidos y que se alegra de tenerlos allí pero quiere conocer a Eneas porque espera que sea su yerno como lo dice la profecía.







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Por otro lado, Juno se da cuenta de que han llegado por fin a su destino y está furiosa. Dice que si su poder no bastó, que va a conseguir ayuda para seguir molestando a Eneas, y mientras sí se va a casar con Lavinia, hará que esas bodas sean la ruina para la nueva ciudad troyana que empieza en estas nuevas tierras. Para su propósito, Juno llama a Alecto quien se dirige a la capital de los latinos donde actúa sobre la reina Amata (madre de Lavinia). Después se acerca a la capital de los rútulos, Ardea, y allí inflama el ánimo de Turno para que invada a los latinos que ahora están con los troyanos. Finalmente, cerca del campamento troyano, provoca un incidente entre Ascanio y los monteros del rey Latino que desembocará en enfrentamiento abierto. Latino no puede participar en la guerra, pues ello supondría romper sus compromisos con Eneas; ni oponerse a la voluntad de su pueblo, porque aunque irracional, es colectiva. Por eso se retira de la escena y abandona las riendas del gobierno. (P. 403). Ya que el rey Latino no quiere involucrarse en una guerra con los troyanos, la misma Juno baja y abre las dos puertas de la guerra para que ésta dé comienzo. Las ciudades en guerra son: Atina, Árdea, Crustumerio, el alto Tíbur y Antemna la torreada. En la guerra se involucran los Claudios con Clauso. Virgilio evoca dos tradiciones bien conocidas : que los sabinos contribuyeron decisivamente a la fundación de Roma en tiempos de la monarquía y que un Claudio, a la cabeza de un verdadero ejército de parientes y clientes se estableció en Roma a comienzos de la República procedente de tierras sabinas. En este punto no debe olvidarse que Tiberio y Druso, los dos hijos de la tercera esposa de Augusto, eran Claudios. Camila, la virgen guerrera, se une también a la guerra. En la bella descripción de Camila se concilian varios elementos: o El modelo de la reina de las amazonas, Pentesilea, que en los poemas del ciclo troyano posteriores a la Iliada, en concreto en la Aethiopis, se enfrentaba Aquiles. o Un ornato poético, en forma de comparación, que destaca su agilidad y ligereza, rasgos adquiridos en su educación en los bosques bajo la protección de Diana. o Una femenina inclinación por los adornos y el tocado de su figura en aparente contradicción con lo que se dirá más adelante—libro XI—de su austera educación, pero no con las causas de su muerte.

Libro VIII  En preparación para la guerra, ambos, Itálicos y troyanos se afanan por conseguir aliados griegos.  El río Tíber se comunica con Eneas por medio de su sueños y sirve para varios propósitos:



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o Dar confianza a Eneas asegurándole que el cumplimiento del prodigio de la cerda blanca está próximo. o Suministrarle información sobre Evandro y los árcades para que pueda encontrar aliados y salir del peligro en que se encuentra. (P. 418). Eneas va a donde Evandro buscando un aliado griego. (En ese viaje encuentran a la puerca blanca amamantando a sus crías). Los temas del discurso de Eneas recogen (…) los aspectos esenciales de la cuestión: o Que Evandro es griego, si que ello suponga un obstáculo insalvable para que Eneas acuada a suplicarle. o Que Eneas obedece a los hados, a los oráculos de os dioses y a su propio valor. o Que está ligado a Evandro por una relación de parentesco. o A diferencia de una embajada similar (la de Ilioneo a Latino a comienzos del libro VII), a ésta, por ser más importante, acude Eneas en persona. o El hecho de que tengan un enemigo en común—los rútulos—es buen motivo por sí solo para concluir la alianza. Evedro concluye la alianza con Eneas con un gran banquete después de contarle lo mucho que admira a su padre, Anquises. Virgilio ofrece primero la historia primitiva del lugar en las palabras de Evandro y luego, separadamente, se ocupa del aspecto visual, de la visita demorándose en la topografía, monumentos de la futura Roma y arqueología de los asentamientos anteriores. (P. 431). Evedro le da su apoyo entero a Eneas y le dice que le dará todo lo que él pueda (i.e. caballos) para que le vaya bien en batalla, también lo acompañará Palas. Mientras Evedro dice esto, bajan de los cielos armas para Eneas que por orden de Vulcano, esposo de Venus hicieron muchos cíclopes después de que Venus le rogara a Vulcano que ayudara a su hijo. La imagen de Rómulo y Remo bajo las ubres de la loba (…) su valor como emblema de la ciudad de Roma es evidente. Y en el propio ámbito del libro VIII se corresponde muy bien con el comienzo del paseo por Roma de Evandro y Eneas, pues allí se describía sobre todo la ciudad de Rómulo. (p. 448). En este libro se encuentran dos relatos ejemplares del heroísmo romano: Porsema caudillo etrusco de Clusium, intentó con su ejército reponer en el trono de Roma al expulsado Tarquinio y sitió la ciudad. Horacio Cocles defendió él solo un puente de madera mientras sus compatriotas lo cortaban; por su parte, la joven Clelia, entregada como rehén a Porsenna, logró salvarse cruzando a nado el Tíber. (P. 449). Al enfrentamiento entre hombres corresponde la contienda ente deidades. Los dioses del Oriente son monstruosos frente al elegante antropomorfismo de Neptuno, Venus o Minerva. (…) Apolo, cuy templo figuraba en el promontorio de Accio, es quien decide el desenlace de la contienda. Augusto se preocupó especialmente de honrar a esta deidad. (P. 452). Los triunfos que Augusto celebró durante tres días del mes de agosto del año 29 conmemoraron su victoria sobre los dálmatas, la batalla de Accio y la guerra de Alejandría. (P. 453). Todas estas batallas y victorias ve Eneas que a Venus dio Vulcano.

Libro IX  La batallo no empieza inmediatamente, sino que ambos lados están ansiosos (especialmente los troyanos) por enfrentarse al enemigo.  Turno, aconsejado por Iris, intenta poner fuego a los barcos troyanos.  Cibeles interviene y salva las naves.  Sin importar la intervención de Cibeles, Turno no se rinde y anima a todos para que sigan con la su propósito. Dice que si Eneas dice tener sus hados que lo trajeron hasta allí, Turno también tiene sus hados y quiere ver su propósito de desterrar a los troyanos cumplido.  Después los troyanos planean Niso y Euríalo (troyanos) hablan de la actividad nocturna de ambos campos y la “confianza” de los Rútulos (gente de Turno). Su charla cumple al menos tres funciones: o Encarecer tanto la necesidad como la dificultad de la misión, lo que conviene perfectamente a su posición inaugural o Subrayar el valor de los jóvenes troyanos, que se encierran en el campamento por cuestiones estratégicas pro no por propio impulso. o Establecer el punto preciso en que se encuentra la acción tras el ataque de los latinos, ocupándose también de prever, por medio de la anticipación, alguno de sus futuros desarrollos: pueden perecer en la empresa, Euríalo dejará sola a su madre, etc. (P. 474).  Ellos dos se van al campamento de los rútulos con una despedida digna de héroes departe de Ascanio y el viejo consejero Aletes. Son ellos los que dan muerte a las primeras víctimas de la guerra. Un grupo de rútulos los encuentra y Niso alcanza a escapar, mientras Euríalo no puede por llevar tanto oro y plata.  Los dos jóvenes mueren, pues Niso se devuelve por amor a su amigo. Amanece pronto y Turno emprende su viaje con su ejército. Con ellos llevan las dos cabezas de Niso y Euríalo en postes para amedrentar a los troyanos. La madre de Euríalo al darse cuenta de que su hijo a muerto, enloquece y sale llorando por las calles preguntándose qué hará ahora que se encuentra sola y cómo podrá encontrar el resto del cuerpo de su hijo para darle la adecuada sepultura. El estado en el que se encuentra la madre de Euríalo alienta a los troyanos para no desfallecer en la batalla.  Turno se acerca al campamento de los troyanos y da muerte a muchísimos en la ausencia de Eneas.  La primera acción guerrera de Ascanio recibe detallado desarrollo. Sabemos que el joven desempeña un destacado papel en ausencia de su padre: el momento elegido por Virgilio para mostrar su valor es cuando Numano, envalentonado por el éxito parcial de los suyos, censura el poco viril comportamiento de los troyanos. (P. 482).  La afortunada acción de Ascanio, reivindicando el valor de los troyanos, proporciona ánimos a su gente y provoca las elogiosas palabras de Apolo, dirigidas a corroborar la protección divina y el futuro glorioso de los descendientes de Eneas. (P. 485). Apolo también le dice que le ha dado este









primer triunfo, pero con eso le debe bastar y ya no lo dejan pelear más por ahora. Como siempre en los combates, la destacada actuación de un guerrero (Turno) se contagia a sus tropas y provoca un vuelco en la marcha de la batalla. Como consecuencia de la presión de un bando, los troyanos, antes más ofensivos se baten en retirada. Pándaro cierra las puertas del campamento con funestas consecuencias para muchos. Virgilio sabe resolver con suma habilidad la imbricación de la hazaña individual dentro del relato general: en la confusa refriega antes las puertas, Turno se introduce dentro de las murallas troyanas. (P. 488). Es determinante el juicio del autor sobre el error cometido por Turno. Como Niso y Euríalo, como Pándaro y Bicias, Turno se deja llevar por la locura de la guerra, olvidándose de sacar provecho estratégico de su acción. Hay aquí una visión muy romana sobre lo perjudicial que resulta la indisciplina y el individualismo en el combate; y un rechazo muy virgiliano de la sed de sangre y de un comportamiento en la batalla que convierte a los guerreros en animales. (P. 490). La intervención de Mnesteo y Seresto infundiendo ánimos a su tropa insiste justamente en el aspecto de que es un sol hombre frente a muchos. Las virtudes de la disciplina y de la acción colectiva se ponen de manifiesto frente a la irracional concepción de la guerra que Turno posee. (P. 492). (…) La retirada de Turno, abrumado por los golpes de los enemigos, se expresa en una impresionante sucesión de catorce oraciones yuxtapuestas o coordinadas copulativas que comunican sensación de agobio, inmediatez, disparos continuos que llueven en serie. Virgilio rivaliza aquí con Ennio con gran éxito. (P. 493). Mnesteo lo acribilla y cae finalmente al Tíber.

Libro X  Júpiter se da cuenta de la guerra entre Teucros y Rútulos y pregunta básicamente qué está pasando. Venus le pide que ayude a los troyanos especialmente ahora que Eneas no está. Le pide por su nieto, para que sobreviva. El discurso de Venus presenta tres aspectos destacables: o Una cuidadosa, si bien discontinua, recapitulación de acontecimientos actuales o anteriores, incluida la acción de Juno a lo largo del poema. No se olvide que las intervenciones divinas exoneran al poeta de resumir en intrusión directa los puntos más sobresalientes de la acción. o Mantiene dudas constantes sobre el cumplimiento de los hados. No son meras interrogaciones retóricas. Al cuestionar el automático cumplimiento de los planes del destino, Venus se adelanta al posible cansancio del lector que, de este modo, siente un renovado interés por la acción. o En la línea anterior y como remate de la argumentación, Venus se plantea dos hipótesis que presume irreales—que Ascanio al menos sobreviva, aunque sea sin gloria; que los troyanos renueven













íntegramente sus sufrimientos pasados sin ninguna ventaja—casi absurdas, para provocar un enérgico desmentido de Júpiter. (P. 498). El discurso de Juno tiene asimismo aspectos destacables: o Muchos de los desastres que se ciernen actualmente sobre los troyanos se deben a errores puramente humanos más que a disposiciones de los hados. Este aspecto de la responsabilidad humana de la acción merece ser considerado. o Juno abraza la causa de Turno haciéndose eco de muchos de los argumentos del caudillo rútulo. o Conforme a su papel, Juno manifiesta una ira inextinguible (odio y rencor mezclados), contra los troyanos. Su arranque hay que buscarlo en los acontecimientos que precedieron a la Iliada. o En suma el modelo de la Iliada se cierne poderosamente sobre la guerra actual y urge decidir cuál es la posición del Hado. Jove (Júpiter) les dice a ambas que lo escuchen bien, que él va a ser completamente imparcial. Cada uno de las partes de esta guerra tendrá que lidiar con su propia carga, sea cual sea la razón que desató esta guerra y la condición actual en la que se encuentra cada uno. Eneas vuelve ahora a cabeza de una tropa etrusca. El libro X es uno de los más intensos de la Eneida desde el punto de vista dramático. Exhibe también una gran densidad informativa. En su primera parte presenta tres líneas narrativas o escenarios de la acción: El Olimpo, el campamento troyano, sitiado por los rútulos y Eneas a la cabeza de la escuadra etrusca. Las dos últimas confluirán en una sola y cuando esto se produzca comenzará la primera gran batalla. Eneas ha estado ausente y se ha dado una acción paralela (Eneas en Palanteo y en Etruria; campamento troyano sitiado) durante los libros VII y IX. (P. 503). Eneas relata cómo los barcos que perdió, su madre los convirtió en ninfas. La metamorfosis de barcos en ninfas por acción de la madre de los dioses es augurio feliz para Eneas. Aparte de cerrar un tramo de narración con varios episodios maravillosos o descriptivos, Cimodocea (ninfa) transmite a Eneas valiosa información sobre los troyanos, la caballería arcadia y etrusca y los movimientos estratégicos de Turno. En consecuencia, la plegaria de Eneas a la mare de los dioses al despuntar el alba es seguida de los preparativos parra el combate. Las ninfas de Cibeles aceleran la acción y hacen inminente el próximo combate. (P. 508). Virgilio comienza su narración de la gran batalla (en la playa justo cuando Turno se da cuenta de que Eneas ha llegado con su imponente flota) por una “aristía” (superioridad, primacía, especialmente en lucha, heroísmo, proezas) de Eneas. Tal esquema narrativo lo hemos encontrado ya en el libro IX: un solo héroe da muerte a una serie de adversarios. El poeta procura evitar la monotonía singularizando cuidadosamente a casi todas las víctimas, pero no siempre consigue sus propósitos. (P. 511). El combate entre Turno y Palante (mismo Palas, hijo de Evandro que acompañó a Eneas) es, por su trascendencia, uno de los puntos culminantes

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del poema. Virgilio dispone cuidadosamente sus fases. En su estadio inicial, los dos contendientes son caracterizados mediante una breve alocución: soberbia de Turno, mención de Evandro; valentía de Palante, disposición a la gloria o a una muerte heroica. En contraste con el valeroso comportamiento del joven la reacción atemorizada de los arcadios representa el contrapunto objetivo, muestra las expectativas de la gente ante un combate desigual. (P. 517). Turno da muerte a Palas y permite que su gente devuelva su cuerpo a su padre Evandro para que le dé la adecuada sepultura. La muerte de Palas desata la cólera de Eneas. Eneas recuerda el pacto que hizo con Evandro y cómo éste lo acogió y lo respaldó. Se encuentra Eneas entonces con bastantes de sus enemigos y despiadadamente acaba con sus vidas incluso cuando ellos le ruegan no matarlos. Juno trata de interceder por Turno ante Júpiter y éste le dice que lo único que se puede hacer para salvar la vida de Turno es hacer que huya. Juno se enoja con Júpiter pero ve que él no va a cambiar de parecer. Entonces, se disfraza ella de Eneas y baja a la Tierra, hace que Turno la siga hasta un barco pensando que es Eneas que huye. Una vez Turno está en el barco, Juno lo hace zarpar llevándolo de nuevo ante su padre. Turno está furioso porque ve que esta es la peor humillación. A falta de Turno, Mecencio pasa a ocupar el primer plano de la lucha. Irónicamente dice Virgilio de un hombre que desprecia a los dioses que entra en combate por influjo de Júpiter. (P. 531). Mecencio y Eneas se enfrentan y después de bastante lucha, Eneas hiere a Mecencio en la ingle, lo que lo hace retirarse. Lauso, el hijo de Mecencio, pelea por su padre y Eneas termina matarlo, lo cual hace que Eneas sienta como si hubiera matado a su propio hijo. Mecencio está muy malherido, pero quiere seguir luchando contra Eneas por la muerte de su hijo, sabe que va a terminar muriendo y por eso lo único que pide es que Eneas permita que se le dé adecuada sepultura a su cuerpo.

Libro XI  Las palabras de Eneas ante el cadáver de Palante comienzan reseñando la envidia de Fortuna, una deidad que jamás permite una dicha completa, y terminan alabando el heroísmo del joven, su valor y su intachable comportamiento en la guerra. Sin embargo, el grueso del discurso aparece impregnado de un sentimiento de enorme culpabilidad con respecto a Evandro, padre el joven. El responsable caudillo troyano no ha sabido cumplir sus promesas y no ha velado por Palante en la batalla. Sus amargos reproches a sí mismo, no desemejantes a los de Mecencio por no haber salvado a Lauso, contienen incluso un cierto desdén hacia los dioses. (P. 545).  Eneas se asegura que se cumplan todos los ritos fúnebres para Palas. Con su cuerpo envía a su padre todo lo que él consiguió en esta guerra más mil hombres que acompañaran su cuerpo hasta Evandro. Evandro al ver a su hijo muerto, ni siquiera resiste las ansias de romper el ataúd y le lanza hacia el cuerpo de su hijo y lo abraza llorando. Inconsolable, Evandro se lamenta











amargamente por tener que aguantar el dolor tan grande de sobrevivir a su hijo. Sin embargo, está supremamente orgulloso de él, y acepta que quizá ese era el destino de su hijo. No se arrepiente de haber hecho el pacto con Eneas, ni de haber ayudado a los Teucros. También agradece los ritos fúnebres que Eneas ha tenido en cuenta para Palas. Lo único que quiere, ya que según él ya no hay más alegría en su vida, es que le digan a Eneas que debe encontrar y lidiar con Turno, que con esas buenas noticias quiere llegar hasta su hijo. Armoniosamente confluyen en un único curso los cabos de acción hasta este momento separados: las ceremonias fúnebres avivan el horror hacia la guerra y, en consecuencia, se exige que el máximo responsable de la misma decida él solo su desenlace. Retorna por tanto con más fuerza el tema del duelo. Pero Turno no está solo. Tiene partidarios. El combate singular se englobará en un debate más amplio sobre la guerra y la paz que formará la segunda parte del libro. El consejo de guerra que abre la segunda parte del libro XI tiene precedentes en la tradición épica: en varias ocasiones, en la Iliada, se reúnen los aqueos o los troyanos para examinar el rumbo que ha de darse a la guerra. Pero además de esto, la Eneida es una epopeya situada en una época plenamente histórica. Y la historia como género literario había desarrollado, con Tucídides en Atenas y con Salustio en Roma, la técnica sofistica de los discursos contrapuestos. Entre Homero y Virgilio, por consiguiente, se interponen la historia y las técnicas argumentativas y expositivas derivadas de la Retórica. ( P. 554). El rey Latino toma en consideración la situación en la que se encuentran los rútulos. La guerra aún no termina y en realidad no han sacado mucho de las batallas, sólo pérdidas cuantiosas. Lo que se propone en el consejo es que se le dé unas tierras a los troyanos como señal de tregua, si no quieren esas tierras que se les dé naves y mano de obra. Drances recuerda a todos en el consejo que a quien busca Eneas es a Turno, y por qué no simplemente se entrega él a Eneas y lo enfrenta si de verdad le importa su patria. No todos tienen que sufrir por su culpa. Turno se defiende diciendo que a él si le importa su patria, y no debe ser calumniado de esa forma por Drances. Sin embargo, quiere convencer a todos de que los troyanos también han sufrido pérdidas enormes y que están lo suficientemente débiles para atacar y vencer. Le dice al rey Latino que hay que luchar y no darse por vencidos incluso antes de que empiece la verdadera guerra. Mientras él habla tratando de convencer a todos, Eneas se acerca al palacio con sus hombres y el miedo hace que todos se preparen para protegerse o atacar, en especial Turno. Tras haber descrito uno de los escenarios de guerra, la ciudad, el poeta se dispone a explicar los preparativos para la lucha en campo abierto. El encuentro entre Turno y Camila y las informaciones sobre el enemigo que le llegan al caudillo rútulo sirven para que éste disponga su estrategia: Camila , que mandará toda la caballería, se batirá con los troyanos en campo abierto; él mismo, al frente de las demás tropas, tratará de sorprenderlos en una emboscada. Con su acostumbrada tendencia a las ordenaciones simétricas,





Virgilio cerrará la tercera parte del libro XI recogiendo todos los cabos sueltos: el combate de caballería, con la derrota de los volscos, llevará la lucha a los fosos y las murallas. A su vez, la noticia de la muerte de Camila afectará profundamente a Turno haciéndolo abandonar su emboscada en el momento más inoportuno. (P. 570). Virgilio no explota una fácil sentimentalidad en la muerte de Camila, sino que destaca el carácter heroico de la doncella. (Arruntes le da muerte después de pedirle ayuda a Apolo para ello, después de herirla fatalmente, huye feliz por haber huido mas no por haberla matado). La proximidad del fin no le impide pensar en la batalla como indican sus últimas palabras, un recado a Turno sobre cuál debe ser su próximo movimiento. Sólo la detallada morosidad con que su caída del caballo es descrita y el verso en el que la vida se resiste a huir hacia las sombras transmiten una cierta emoción: el poeta ha preferido esta vez seleccionar exterioridades en lugar de recurrir a la empatía o a la simpatía. (P. 585). Las alternativas abiertas en la parte central del libro se han ido cerrando poco a poco: las tropas mandadas por Camila se han retirado derrotadas; la lucha o la confusión de la derrota lleva el temor hasta las propias murallas de la ciudad, conectando así dos frentes bélicos. El tercer teatro de operaciones, la emboscada de Turno preparaba a las tropas de Eneas tampoco se lleva a feliz término por las noticias que llegan de la muerte de Camila. Este último aspecto merece reflexión. Lejos de comportarse con la serenidad y la calma exigibles a un general, cuya obligación es evaluar todos los aspectos de la situación, Turno reacciona siguiendo su impulsivo carácter y, fuera de si, abandona el paso cuando su enemigo estaba prácticamente a la vista. Una vez más se resalta su comportamiento irreflexivo inmaduro, capaz de gozarse en la acción por la acción, pero que no sabe atender a los requerimientos de una guerra. (P. 589).

Libro XII  Al día siguiente comienza la secuencia del duelo. Tras haber presentado el protagonistas, (ambos están completamente listos para luchar, la furia los ha vuelto sumamente violentos) especialmente el de Turno, la guerra (o su conclusión) recobra sus derechos como asunto que importa no sólo a los capitanes sino también a los respectivos pueblos. Virgilio presenta los preparativos técnicos (bélicos y religiosos) del duelo pactado y describe la actitud de los espectadores (todos suben a lo más alto, listos para presenciar el duelo). (P. 598).  La intervención de Juno merece comentario al menos en tres vertientes: o Presenta un nuevo personaje, Juturna, cuyo nombre lo dice todo (supuestamente hermana de Turno que intenta salvarlo de la muerte abortando el duelo). o Supone la interrupción de una secuencia en marcha, el duelo. o Representada la continuidad secuencial de la Eneida en el plano divino de la acción: cada vez que aparece Juno siempre se recuerdan sus





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intervenciones anteriores y siempre se crean expectativas de un nuevo desarrollo. La presentación de las dos parte reviste aspecto solemne. Se busca el contraste entre la brillantez de Latino y la serena majestad de eneas y Ascanio. La morosidad con que el relato se detiene en los preparatorios para el sacrificio concuerda con el carácter sagrado que los romanos atribuían a la declaración de la guerra o a la conclusión de la paz. El tema del bellum iustum, guerra justa, domina a lo largo de este libro. (P. 599). Justo antes del duelo en los ritos al sol, dice Eneas que si pierden los Teucros nunca más traerán guerra a Italia, pero si ganan (como él espera) “no he de disponer yo que a los Troyanos obedezcan los Ítalos (no un reino busco yo para mí): ambas invictas, las dos naciones con las mismas leyes se trabarán en una eterna alianza. Yo los cultos daré, daré los dioses. El mando militar, que le competa a mi suegro Latino, y como a suegro el imperio también. En mis murallas trabajarán los Teucros; y Lavinia dará su nombre a la ciudad”. (P. 600). Latino dice a Eneas que no habrá un día en el que Italia rompa tal alianza. La intervención de Juturna animando a los rútulos a romper el tratado se puede explicar fácilmente como un caso de doble motivación de un acontecimiento en los planos divino y humano. En efecto, las razones de los rútulos, sopesadas por separado, son suficientemente convincentes; sin embargo, siempre hay algo de misteriosos e inexplicable en el modo en que una gran multitud actúa unánimemente: de ahí la intervención divina. (P. 603). Gracias a Juturna se rompe el tratado y todos empiezan a pelear contra todos. Eneas trata de decirle a los suyos que no es necesario que peleen porque él va a hacer que se cumpla el tratado, mientras habla, una saeta lo hiere y Turno al darse cuenta de esto vas tras él. El poeta es consciente de que estamos en el último renacer de las esperanzas de Turno, por lo que esta aristía señala una cierta elevación de tono con respecto a las anteriores. Por lo pronto, Turno lucha en carro (no a pie ni a caballo); en segundo lugar, su movimiento es tal que ningún animal puede ofrecer la imagen visual adecuada: de este modo es el mismísimo dios de la guerra el objeto de la comparación. Turno, inflamado por la furia de Alecto, es un auténtico demonio de la guerra. Todo el episodio está dominado por un salvaje movimiento: los caballos del dios superan a los vientos; los potros de los Imbrásidas también lo hacen. Por último, el propio Bóreas trascio mueve olas y nubes como Turno arrolla escuadrones. (P. 609). La milagrosa intervención de Venus prepara el comienzo de la reacción troyana (ella busca un remedio y se lo pone en la infusiones que le hace Yápix a Eneas). ¿Por qué el poeta ha renunciado a que Eneas fuera curado con remedios puramente naturales? Se ha sugerido que la mano que hirió a Eneas podía haber sido la de la hermana de Turno: en este caso la asistencia de Venus a su hijo compensaría la acción de Juturna. O si se prefiere basar en la teodicea la presencia de lo maravilloso, se elegirá como explicación que Eneas, herido por intentar cumplir lo pactado, recibe ayuda divina en pago a su pietas. (P. 615).







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Eneas le habla a su hijo Ascanio: “Hijo, aprende de mi virtud genuina, trabajo cumplidor que no desmaya, de otros podrás saber lo que es fortuna. Ahora con mi diestra te defiendo y te conduzco adonde grandes glorias puedas ganar. El día que al fin llegues a plenitud madura, esto recuerda y haz, repasando ejemplos de los tuyos, que afiance tu piedad tu padre Eneas, ¡que avive tu valor Héctor tu tío!”. Y con esas palabras, un beso y un abrazo a su hijo, Eneas sale a luchar. (P. 614). La intervención de Juturna ocupando el puesto del auriga Metisco sirve para aplazar por tercer y última vez el duelo entre Eneas y Turno. El símil de la golondrina, un vuelo caprichoso cuya finalidad última es asegurar la supervivencia de los polluelos, recoge visualmente los movimientos del carro de Turno y las motivaciones maternales que ocupan el corazón de Juturna. Eneas sigue las huellas de Turno como un cazador. El relato utiliza el iterativo y la acción paralela para indicar lo interminable de la caza. La desesperación y la indecisión dominan a Eneas: la crisis se aproxima. Eneas, por fin, da rienda suelta a toda su ira. Éste es el auténtico pivote en torno al que gira todo el libro. Para decidirse a entrar en combate y cargar indiscriminadamente contra el enemigo el pius Aeneas ha necesitado experimentar una nueva agresión (disparo de Mesapo) y ha comprobado que una vez más Turno rehúye su encuentro. Para no dejar nada al azar pone al cielo por testigo de que él no ha violado el juramento. El poeta hace hincapié repetidas veces en las pietas del héroe y en la justicia que le mueve cuando se lanza al combate. Sin embargo, a partir de aquí, y en lo que queda del libro, Eneas se mostrará implacable. (P. 617). El último plan que idea Venus para su hijo es que “a los muros vuele, que contra la ciudad lance el ejército y turbe con el súbito desastre a los latinos todos”. Al ver que el ejército de Eneas se arremete contra el pueblo latino, Amata (madre de Lavinia) piensa que Turno ya murió y piensa que le ha fallado, entonces se quita la vida. El rey Latino se lamenta por no haberle entregado a su hija de una vez por todas a Eneas. Turno al oír las malas noticias está POR FIN dispuesto a enfrentar a Eneas y a morir por ello, se siente patriótico, siente que es su tarea. Después de un montón de vueltas, finalmente Júpiter decide intervenir diciéndole a Juno que ella sabe cómo va a terminar todo. Juno sólo le pide que los troyanos no conviertan a los rútulos en troyanos. Júpiter se deshace de Juturna y sabe entonces Turno que el dios está contra él. Por fin el dardo de Eneas da con Turno en tierra. Virgilio no pierde jamás de vista el carácter espectacular del combate, con espectadores que participan vivamente del drama. El alarido de los rútulos es de compasión. La tragedia se aproxima a su final (P. 642). Todo el discurso de Turno está lleno de nobleza. El antiguo odio hacia Eneas ha desaparecido. A diferencia de Dido que va del amor al odio, Turno va de la furia a una cierta reconciliación aceptado su destino, reconociendo sus fallos y





admitiendo hasta el final los términos del pacto. Un antiguo héroe furens que lleno de pietas y de responsabilidad termina suplicando a Eneas que no lleve más lejos las guerras. (P. 643). A la tragedia de Turno corresponde, punto por punto y en sentido inverso, la tragedia de Eneas. Compadeció a Dido, pero no pudo evitar su muerte por seguir su destino y por su obediencia a los dioses y al Hado. Compadece ahora a Turno, está a punto de ablandarse ante sus nobles palabras, mas frente a esta inclinación a perdonar se alzan las exigencias de la pietas con respecto a Palas y Evandro. Por eso sacrifica a Turno. El libro termina, sin embargo, con un Turno pius y un Aeneas furnes, un Turno que por su vida ha merecido la muerte y por su muerte ha merecido la vida. Eneas, por su parte, tampoco gana en la contienda: la justicia poética había condenado a Turno y también la necesidad del héroe troyano de ser fiel hasta el final a alas exigencias de su carácter. Sin embargo, justicia y pietas son incapaces de encubrir en Eneas una profunda falta de calor humano: es un héroe justo, pero infortunado; un nuevo tipo de héroe, sin la luminosidad de los héroes homéricos. En la tristeza y pragmatismo del protagonista de la Eneida no todo redunda, desde luego, en mayor gloria de Augusto.