La Cancion Rota

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LAC CION ROTA

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ni aterial

PERSONAJES ivl AR!ANA ABDÓN

11ERCEDES JOSÉ DE LA CRUZ Q UITERIA

CHUM!NGO

UNA ~1 UJER TOBÍAS ESTEBAN PEÓN

SALVADOR

e ARABINEROS, 1(), 2°, 3° PANTA POBLADORES,

1\1 UJERES

Y NIÑOS

J ECHO

La acción es en una hacienda del Valle Central de Chile. Esta obra fue estrenada el lº de Mayo de 1921 en el Teatro La Co1nedia de Santiago de Chile, con el siguiente reparto: fll.fariana, lvlaría Planas; J\fercedes, Rebeca Retes; Quiteria, Elena Puelma; i\1.uje1; Catalina Lassen; Esteban, Enrique Bá, guena; Salvador; [talo Martínez; Panta, Arturo 811.rlhe; Jecho, Juan Tenorio; Andón, Enrique Sigo!; José de la Cruz, Luis Muñoz; Churningo, 1\1ario Rojas, Tobías, José 1\1acías; Peón, Senén Alvarez; Carabineros: José Betancourt, Arnado 1\fartín y Luis H. Campillo. ACTO P RTh·tERO

Ramada y patio del rancho del abuelo Esteban. Al fondo en prinier tér1nino el rancho de paja y barro con una puerta practicable al centro, en segundo térniino, el bosque 67 Copyrighted material

que limita la quebrada y lejos, la Cordillera de los Andes. Cuando se le11an1a el telón el abuelo Esteban trabaja entre una cantidad de rnaderas haciendo yugos con su hacha; Panta sujeta la rnadera. El Abuelo se de tiene a pitar, para lo cual se sienta, saca su bolsa tabaquera y envuelve su cigarro en una dorada hoja de rnaíz. PANTA. - Creo que no s'iba a cansar nunca. ESTEBAN.Me cansé, pue. No soy de fierro, y luego ya soy viejo. PANTA. - Usté no afloja. Viejito 1n ás aniñao ... ESTEBAN.Tengo que trabajar pa 1ni pobre chiquilla. PANTA .Agüe lo, 111e parece que l ' astá criando 111uy regalona . Chi. .. ni la señorita e las casa goza con10 ella. ESTEBAN .No creai . 1'rabaja 1nucho: sien1bra, cosecha, hace 1nantas, sigue las novenas .. . Lo hace too. P ANTA.Y co1no icen ... ESTEBAN.- Déjalos no más. Soy viejo y sé por qué habla la gente. Aquí no hay naide con10 1ni chiquilla! PANTA. Sí. Pero es más pará que Ja cola de un quirquincho. Yo que usté ... le buscaba un güen acomoo y n1e echaba en los huevos no más ... Esteban.- No seái bruto! Las cosas que se te ucurren ... PA NTA.La pobreza 1ne da güenos consejos; y me hace n1 irar lo que anda entre las ra1nas . Usté sabe que yo tengo vist' e lince ... ESTEBAN.y ¿qué habís visto? P ANTA.Casi na. De los bajos al Nevao toos llegan a andar ten1bleques por la fvfariana. Parece que a toos les ha dao calco. Los tiene en1.brujaos . Con decile que hasta yo la quiero, fjjesé ... ESTEBAN.Tan fregao que sois. P ANTA .Soy algo. Pero es que ucurre la circunstancia que a 111í no 1ne llevan de apunte. Dicen que me gusta 1nucho el mosto ... que 1ne gusta ... danne gusto en lo que pueo . Y 1n ire !'injusticia; en que n1e voy a dar gusto yo, que parezco chicharrón de la degollaera. Roto 1nás refata l no se ha vis to. Trabajo como un güey, y gano tnis sesenta cobres. En una semana no a lcanzo a ganar ni pa carnisa; por eso 111ejor n1e 68 Copyrighted material

ton10 la plata. Pa poca ví a tnás vale na, ¿no le parece? EsTEBAN.- Y por qué no te s uj etai tra bajánd on1e a 1ní por )'obligación. Yo te daré lo que te hag a falta. PANTA.- Ya' sta. Al sord o le han dicho. Y en un par de años 111ás, - cuando sea dueño e la hacienda- , 1ne caso con la l\1ariana. (1\llariana 22 años, 1nuchacha muy simpática sale del rancho. Es una niña de rara energía y al rnismo tiernpo tierna. Viste tr aje carnpesino a flo res encendidas).

l\!l ARJANA. - ¿Qué dice, éste, tait ita? Oye, ¿qué decís vos, d e la l\!fariana? PANTA.- ¿Qué quiere que diga yo que cuando veo cosas corn'usté, me le traba hasta la lengua. l\!IARIANA.- ¿Qué? P ANTA.- Se 111i u cu rre que si la santa que' está en la Parroquia juera usté, no n1e sacaban ni a pigual de l'ílesia . NfARJANA.- Lo que d ice ... Oye , ine parece que antes no erai tan sinvergüenza. PANTA.- No n1e acuerdo. Pero cuando usté que sabe de asuntos, lo ice, así será, pue ... Pero le apro111eto por n1i ma1nita que ha destar en e l cielo tomando 1nate con San .Pedro que no seré más sinvergüenza. Y quiero ser hombre de provecho, por que con esta cara 1natao ra y este moo de andar que tengo, no qu ito ni pongo con el patrón, rneconcito ! M ARIA NA.- ( Riendo) Ta güe no. P ANTA.- Güeno te nía q ue'star, pue . ESTEBAN.- Tan hablao r que soi vos. P ANTA. - Es po J'ún ico que no n1e cobran. Hablo por desechar penas. ESTEBAN.- Va a tra bajar con nosotros. Tv1ARIANA.- Si dicen que no s irve ni pal cuero. PANTA.- l\1a las lenguas ... Así le ha d ' ir cuando se n1ueran; han d'estar quietas en el hoyo sin poe r totnar chicha dulce ni empanás caldúas ... amén. (Silban a la derecha) PANTA.- ¡Es Chum ingo! 69 Copyrighted material

MARIANA. - (De cajas) Chutningo, pasa. (Sale Chumingo, peón de treinta arios) . C HUwlINGo. -¿No ha venío J echo? NIARIANA.- No. C Huw11Noo. - On Audón ijo que onde lo pi lla ra lu iba a p artir a penca. NIARJANA. - ¿Por qué? CHUwllNGO.- Le ganó una topiadura y le 1nalogró la bestia. ESTEBAN. - Jecho es 111uy ho1nbre, le iré ... No te1no que le pase na. ¡-\gora el F arol es el n1ejor pingo d el Partamento. PANTA. - Así es. M e gusta Jecho: no se las niega a naide. As í ha de ser el roto, aJentao, güeno pa too. A Jecho la M ercé lu empapela. C HUMINGO.- Lo quiere la Nl ercé; pero a la 11arian a no le pasa n i con agua santa. lvf A RJANA .Yo na J'hei hec.ho. P ANTA.- Qué echar de ver ; le g ana cantar y a verse mejor en el espejo ... E sa es la p ica que tiene. ESTEBAN.- La Mariana no se 1nete con e lla ; no sé por q ué tiene que agarrarla e n boca. C HUwl!NGO.- Es así la M ercé : m uy supirita nte, den1asiao. PANTA.- Yo sé que es lo que le due le más. MARIANA.- A mi no n1e ü11porta. Ella vive en s u casa y yo en la 1nía. Ella no d ebía de meterse conrnigo. ¡Env id iosa, no 1nás! P ANTA.- Es que ella sabe q ue a don Audón le gusta la lvlariana ... Y di cen que a la Mercé no le habría d esgus tao 1nucho, casarse con él. .. l\.1ARIANA .- Yo no te ngo con1p ro1niso con ningú n hon1bre. C reo qu, él q ue me va a llevar a la iglesia no ha llegao tuavía ... PANTA.- O es que sus ojos no han 1nirao bien, o que su corazón sta mudo, o que d isin1 uJa 1nuy bien ... M ARIANA.- ¿Qué d ecís? PANTA.- E l que la va llevar a la l' ilesia soy yo pue , ñatita. l\.1e estraña q ue no las haíga parao tuavía ... ESTEBAN.- Hay un solo hombre que yo desíaría pa n1arío e 1ni 70 Copyrighted material

nieta. Uno solo ... Ustees no saben lo encargá que 1ne la ejó su n1amita, la fi ná Inacia. MARIANA. - No 1ne acuerdo de 1ni n1adre; pero pienso e n ella y 1ne parece que la veo y creo escuchar s u voz. flarece que 111e guía, que 1ne aconseja. ¡Madrecita, pídele a Dios que 1ne dé felicidá y aco1npañáme por este n1undo! PANTA. - Yo la conocí a su n1an1ita; era harto bizarra y bien chantá ! ¿Y que se muriera pue? ¡Bendito se Dios! A estas serranías llega ña Muerte y se lo lleva a uno con patas y too. Y m'hei fijao en una cosa : Cuando uno 'sta en la remala, ni se aporta; y no hace 1nás que apuntale la suerte y sin saber có1no ni cuándo, se va de cabezazo al Purgatorio. ESTEBAN .- Y no pienso más que en casala bien, con un gallo que sea hombre, que no tenga tierra; pero que sea hotnbre. Conoceor del ca1npo, valiente, capaz de defendela y de quierela mucho . No pierdo J'esperanza d'envejercern1e, 1n.eciendo a un nietecito en mis roíllas, que sea gordito y que tenga los ojitos negritos co1n ' una uvita. Que se ría y espante los perros y las ovejas ... Y a propósito de ovejas, anda, Panta a radiarlas. PANTA.- Di all.á soy. Hasta luego. (Se aleja silbando por el foro derecha) .

ESTEBAN.- No hay día que no 1ne acuerde y caa día que pasa me parece que lo veo llegar. ¡Tan bonito el chiquillo, tan angallao ! Tan hombrecito, tanto que Je gustaba e l pueblo. ¡Pobre. ' Q ue, sera, d',e 1... cito. CHUMINGO.- ¿ Habla del cabro Salvaor? lYlARJANA. - (Suspira) Qué aond'esté le llegue este s uspiro de su prirna que lo quiere s in conocerlo. ESTEBAN.- ¡Era habiloso el chiquillo! Ya era jinete. Se podía e l arao y sabía toas las oraciones. Veinte años a que falta de aquí. lYfariana, él te anduvo triendo en brazos. (Pausa) . ¿Hijo, por qué no llegai ... No hay un recuerdo, no hay na que te atraiga por estas serranías , onde tu agüelo envejece desa111parao, s in el apoyo de un hotnbre que lo quiera? M ARIA NA.- ¡Agüelito! 71 Copyrighted material

ESTEBAN.- Me s iento clemas.iaclo viejo. Los años 1ne aplastarán y 111'iré al sue lo co1no esos árboles que en la n1ontaña arranca el invierno. NIARIANA.- Agüelito, no hable así. ü sté vivirá muchos años y será . ,, . -. 1n1 guia y 1n1 co1npanero con10 s1e1npre. CHUNLINGO.- No'sten diciendo cosas tristes. La muerte es con10 la borrache ra, se le tie ne 1nieo; pero se los entra al cuerpo sin sentirlo, a tragos cortos. ESTEBAN. - Era 1nuy arres tao el chiquillo : un ho1nbrecito ... Y . se J ue ... Jecho liega al patio. Es un recio muchacho de 23 años, auda-z, y determinado. lVIARIANA.- ¡Jecho! ESTEBAN.- ¿Qué te pasa? JECHO.Na. Vengo a que 1ne preste s u escopeta; tengo que cazar un Liou nuevo que me salió. NfARlANA .- ¿Un lion? JECHO.- Sí. U n lion. Muy bravo e.1 animal. .. dicen qu'es. C HUMINGO.- Entre los dos lo cazaren1os. JECHO.- No. Yo solo. Ya sabís que no yerro tiro. (Esteban va al

rancho por la escopeta). f\.1ARTANA. - ¿Es c ierto, eso? JECHO.- No n1e gusta 1nentir... CHU:'v!INGO.- ¿ Po r qué 1niray p'al ca1nino? JECHO.- P or el can1ino ha de venir. lVfARTANA.- Los liones no andan por los ca1n inos . CHüMINGO. - Mal ojo le'veo a estos liones . (Se oyen ruidos de pasos de caballo). JECHO.- (Después de aso1narse) ¡A púrele, agüelo, que ya viene aquí! Esteban sale del rancho con la escopeta. ESTEBAN.- (Dándosela) Toma. T iene giiena carga. MARIANA.- Tai tita, no es lion e l que va a cazar Tvlanuel Jesús . Va a peliar y lo van a tnatar... ¡No lo deje tnoverse, no lo deje! ESTEBAN. - ¿Qué vai a hacer? 72 Copyrighted material

JECHO. - Voy a arreglar unas cuentas no 1nás. Quiero ver si los hombres que se añiñan cuando están espaldiaos son ho111bres en la soledá de la 1nontaña. CHUNUNGO.- ¿Es con Audón la rosca? ESTEBAN. - Icen que te anda uscando. JECHO.- ¡Qué raro que no 1ne haiga hallao! Yo no in'escondo nunca. ESTEBAN. - ¿Quién viene? (Se asoma foro derecha) Es don Audón. NIARIANA .- ¡Escóndete Jecho! JEcJ Jo.- ¿Por qué? Si n1e busca .. . NIARIANA.- Hay que evitar. J ECHO.- Si no hei hecho otra cosa que buscarlo con la 1nañana. Se 1ne viene a las 1nanos. lVIARJANA.- Vení p'acá . ¿ Ye? (A viva ji1erza lo arrastra al ran,cho, la ayuda Chu1ningo). Sale Abdón, hijo del Adrninistrado1; jo11en y dominante. Está arniado de revól~• er y p111ial. Viste elegante traje carnpestre. ABDÓN.- Güenos días, agüelo, ¿córno le va yendo? ESTEBAN.- Así, no 1nás. Regular. .. p 'al t ie1npo. ABDÓN .- Y vos, Chutningo, ¿cuándo vai a ir a trabajar? CHUMTNGO.- ¡Tanto trabajar! tvle llega a dar asina, eñor. ABDÓN .- Flojera es la que te da. Mi padre dijo que si no salíai a la pará, te quitaría la posesión. CHUMINGO.- Mañana le haré un valiente e1npeño .. . ABDóN.- Y d ime, ¿habís visto a Manuel Jesús? CHUMINGO.- En el bajo lo vía ayer... Amarrando una carrera ... ABDóN.- Ese tampoco trabaja, e nde que tiene el Farol. El caballo lo tiene corromp.ío. ESTEBAN.- El manco es güeno, patrón . ABDÓN. - Pero no se ha de atener a él, no n1ás, pue ... CHUMTNGO.- Tan bien refácil que le pasó a la Bolondrina... AsDóN.- No es capaz p'aJ Guayrao. La Golondrina taba enfenna y... CHUMINGO.- Si usté no s'enojara yo jugaría al Farol contra su Guayrao. ABDÓN. - No tne saque pica, eñor, ¡por las aletas! ¡Le diré que lo regano! Soy capaz de dar a c uatro . 73 Copyrighted material

No sea soberbio. Yo sé lo que vale el caballo . Lo crie yo, eñor. Y lo que yo crío .. . ABDÓN. - Ta1n bié n crío usté a Jecho; por eso será tan re bravo ... Pero le va a pasar 1nano . ¡Yo le enseñaré! A los perros hay que n1anijarlos a1narraos ... E STEBAN .Perdóneme . ¡Jecho no es perro! ABDóN. - Pe ro anda braviando, no 111ás. Y si no se con1porta co1no hornbre , le diré que onde lo pille le voy a 1neter una bala, por bandío. ESTEBAN .- ¿Por qué lo va a 1natar? Encuentra que es delito el que sea 1nejor jinete que usté ... ¿Y 1nejor palos trucos? Si usté es tan hombre, desafíelo n1ano a n1ano. Los de 111i raza nunca han sío ofensivos; pero han sío hon1bres. No crea que si lo asesina se va a quear tan prisco. ABDÓN.Y n1ano a 1n ano, ¡cuando qu iera le peleo! Sale Jecho . .TECHO.- ¿Có1no le va, patroncito, ine anda buscando? Aquí rne tiene. ABDÓN .¿Tay ar1nao? JECHO.- Desannao com 'usté, patrón. Vamos a ver. Díga1ne aquí, delante de 1ni agiielo, qué ofensa tan grande l 'ey hecho pa que 1ne qu iera matar. ¿Le gané a topiar? Y d'hei, ¿pa qué ' stan con la boca abierta? ¿Le gané la carrera? Tengo 1nejor bestia que usté. El día que le parezca le peleo a lo que quiera: a pie arnarrao o a las que van y vienen, ¡onde quiera! Pero no 1ne pegue a la rnala. Si es homb re, aquí me tie ne. ESTEBAN.¡Jecho, recio y corno ho1nbre! ¡Tai delante de tu agiielol Mariana, que acecha este rno1nento, sale . .tvfARJANA.¡No! ¡Aquí no pelea naide! ¡Yo no quiero! ¡Jecho, no! Don Audón. Si rne aprecea, déjese de pendencias con n1ís parientes . No me gus ta que los hombres anden como los perros. ¡Son ho1nbres o son fieras! Jec1-10.- Prim ita, este gallo me tiene 1n uy ofendio. Tengo co1no hambre de pegarle e n esa boca cochina, hasta hinchársela ... ¡por rnal a le ngua! ESTEBAN.-

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ABDóN. - Guapea delante d'ella, por q ue sabís que ya no te pega, re. J ECHO.(Riendo) Pégueme, no más, eñor. No sea tan .. . generoso.. . ¿Sabe, prilna? Le voy a pegar a este gallo, porque en la casa de la Mercé, l'astaban jugando a la brisca con José La Cruz. Nl ARIANA.- ¿A mí? J ECHO. Sí, pritnita. Niéguelo, atnigo. Aquí en la casa naide ,,. .,,, . . . ,. .. s enoJ ana s1 nlt pruna se casara con uste o con quien Juera, que rie ndo ella; pero les negatnos el derecho de disponer de su vía en cualquier for1na. ¡Mi prin1a, no es vaso e ponche! ABDÓN. - ¡No seai en1bustero! JECHO.- Yo no miento ! Si usté no me pega, delante de n1i prirna, venga con1nigo pa la quebrá. ¡Lo espero hasta que se sienta hombre! (Se va llevando la escopeta) Nl ARlANA.- ¡ l.\1anuel Jesús! ¡Síguelo, Chun1ingo, y llé vatelo p' al bajo! ABDÓN.- ¡ Espéran1e ! 1vl ARlANA.- ¡Usté no se tn ueve de aquí! (Lo obliga a sentarse) ¿Por qué ha dao en encontrarse con los chiqu illos? ABDóN.- Jecho n1e la debe de c uando éra1nos ch icos. ESTEBAN- No lo creo. Es que a usté no le gusta que lo contrad igan. Yo 1ne acuerdo que c uando c hico, e l único niño que le paraba gallo a usté, jue Jecho. Usté se 1nontaba a l apa de toos; a toos les pegaba y naide le ecía na. Pero los de rni fan1 ilia son rotos sufríos y no aguantan esas cosas. ABDóN.- Soi rnuy soberbios ustees. Por eso no arriban. E l patrón no lo quiere a us té . ESTEBAN.- ¿ Y por q ué no rn'echan? tvle voy, pue. Yo sé que aonde 1ne váiga, la tierra me ha de responder. ¿O no se acuerda usté, que yo, - e l agüelo Es teban- soy el viejo yuguero y , caretero? Echerne cuando quiera . L'único q ue le pío es que no juegue a m ' hija a las cartas. ABDÓN .- Yo le diré la verdá. tvlARJANA.- Yo no lo creeré ... ESTEBAN.- Hable .. . 75 Copyrighted material

ABDóN. - Lo que pasó jue esto. José de Ja Cruz y yo queri1nos a la l\1ariana, así ... con10 too el m undo. MARIAJ'\A.- ¿ Y por qué 1.ne q uieren tanto? ¿ Que no hay otras 1n ujeres? ABDÓN. - Sí; pero es co1no si no hubieran .. . Es que usté es tan linda, tan chinchosa ... ¡es n1ejor que toas! 1v1ARJANA. - Muchas g racias por e ] favor. (Con i ronía). ABDÓN .- Por esa razón la querimos . 1v1ARIANA. - ¿Y, n1e j uegan a la brisca'? ABDÓN.- Pero escúche1ne. José de la Cruz 1ne dijo: - "Vos q uerís a la Mariana y yo ta1nién . Uno de nosotros que teni1nos 1noo, debe de casarse con e lla ... Porque los otros, d an pena ... Son unos pobres guasos que no tienen n1ás q ue los cuartos y el espinazo. U no de nosostros ha de pedirla" . Le contesté : - "La ped iré yo que voy a ser a1ninistraor la se1na na que viene" - "Es que yo tengo unos cuantos pesitos; juguemos a quién la pide" Eso j ue. Y gané yo ... 1vl ARTANA.- Yo no 1ne quiero casar tuavía. Qué ocurrencia, que voy a dejar solo a n1i agüelo ... ABDÓN.- Es que usté no me quiere? 1v1ARIANA.- ¡No q uiero a naide! Y 1nenos a us té. ¿Qué ha hecho pa que lo quiera? Tratar como perros a los chiquillos y decirn1e a mí, muchísi1nas cosas feas , y aún seguirme. Usté no es de los trigos limpios. ABDÓN .- Pero le convengo. Además qu'estoy arre pentío de too. lVf ARTANA.- Vere n1os si andando el tíe1npo ... ABDÓN.- Pero es que yo qu iero que sea luego . l\.1 ARTANA .- ¿ Por qué tanta precisa? EsTEBAN.- Pensaré en l.o que n1e dice. Aunque yo creo que usté va a ser mal caso; y que alguna vez le representará el que e lla sea pobre. ABDÓN. - Le pro1n.eto q ue no. ¿Qu iere? ESTEBAN.- Le digo que lo voy a pensar. AsoóN.- Entonce, los casaría1nos pa la Pascua. lV'l ARIANA.- Se ria,- e n too caso,- después. Yo q uiero estar contenta pa la Pascua . 76 Copyrighted material

EsrEBAN. - Váyase y güelva el lunes. Yo lo consultaré con su taita. ABDÓN.- El quiere. MARIANA. - ¿El sabe lo que usté ... hace? ABDÓN.- Le voy a decir agora. Conti.Jnás que no 1n'ilnpo11a que no quiera naide. 1\ ver quién es el tnaldito que se tnete en 1nis asuntos. ¡Al que sea no le quearán más ganas de hacerlo, yo lo enseñaré! Cuando va a sali1~ aparece Panta. Viene azorado; parece

traer grandes noticias. PANTA. - ¡Sus perros, don Audón, sus perros jueron ! ABDÓN .- ¿Qué han hecho? P ANTA. - Se co1nieron tres ovejas del agüe lo Esteban! ABDÓN .- Mis perros no co1nen ovejas . PANTA.- i Yo conocí al Ca1npero, lo ví de bien ce rca! ABDÓN .- I-Iabrá cazao algún zorro . P ANTA.- Así habrá sío entonces ... ·y el zorro habrá cazao las tres ovejas .. . y les habrá lai rao tatn.i.én ... ~tiren que zorro tan diablazo ... ¡Sus perros han sío, sus perros! Asón1ese p, acá: tua vía andan por la loina ... ABDÓN.- De veras, eñor. Cuente las ovejas que le faltan y las trae de la casa , y si no, las cobra en plata. ESTEBAN.- Lo que ha de hacer, es amarrar sus perros, por que si Jecho los p illa, no los eja vivos .. . ABDÓN.- Ese Jecho! ... PANTA.- En el bajo ta Jecho cantando a dos razones y dic iendo que un gallo Je tuvo 1nieo ... ABDóN.- ¿tvlieo? ¿ l\.1ieo decís? (Lo sacude). PANTA. - ¡ Sacúame más; me hace bien, sacúa111.e ! AnoóN.- ¡Tené cuidao! PANTA.Agora sí; ¿de n1oo que yo no pueo decir que un gallo le tuvo mieo a Jecho? ... ¿Por qué se pone usté a la rnano? ... AsoóN. - Te repito que tengai cuidado... PAN TA. - ¿ De qué? ¿Pa qué? ... ¿Qué no sabe usté que con cuidao no se hace na g üeno? Dígarne ... us té ... su 1nercé ... ¿conoce a l que le tuvo tnieo a Jecho? ABDóN. - Conozco al que te va a sacar los dientes. 77 Copyrighted material

¿A n1í? Vaya ... ¿Es d'esta hacienda? ABDÓN.- Sí. P ANTA.- ¿Sabe cantar? Si no sabe cantar no lo dejo sacar1ne na, bah ... ESTEBAN.- Se siente ruío pal lao el puelche. (Panta se aso1na). PANTA.- Las chiquillas que vienen con ña Quiteria y un pueblino. ABDÓN. - Hasta luego. Dígale a Jecho que si no tne busca el odeo, estaren1os en paz. (A Panta). Y vos, cuidaté . .r..1ira que la barra' sta alta te diré. P ANTA.- Tan a1nigo de asustalo a uno que ha de ser. Sabiendo que uno paece del corazón.. . (il1111is de Abdón) . ESTEBAN .- Tan atrevío el mozo. Cree que el inundo es d'él y que toos han de servile de roíllas. (l'equería pausa) Ya vere1nos lo que se hará. PANTA.- Le conviene; tiene plata. Nf ARJANA .- Pe ro va a ser muy perrazo ... PANTA.- Si no lo quiere, lo espantaren1os ... Yo sé que les te1ne a las ánimas. ESTEBAN.Me preocupa. Pero hay que hacele frente. Los puede hacer daño .. . Los puee quitar e l agua en eJ verano y hacerlos pe rder la cosecha.. . Los puee echar los carabineros que le obedecen a él co1no si juera un Dios .. . El padre Jo ha hecho con quien se le ha encachao. Soi rnuy malos .. . son piores qu'el rico ... A ca na anda n con los carabineros ... tv1ARIANA.Yo, le diré que no le tengo mieo .. . Sale Quiteria, vieja canipesina de n1ucha energía. Q UJTERTA.- ¿Có1no'sta hermano? ¿Cón10 te va chicuela? P ANTA .Bie n, suegra. Q u JTERlA - Cállate vos, triuque ... P ANTA.Ya 1ne puso nombre ya ... No sabe lo que me quie re la ch iqu illa. ESTEBAN.- ¿Cón10 stan por allá? Q u rTERTA.- Alentaos; na ide se quiere rnorir... Pero ... este c hiquillo Jecho que se pone tan diablo ... Me hace pasar e n una vía ... Y agora qu 'está encontrao con Audón, el 1nejor día 1ne lo rnatan ... P ANTA .-

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MARIANA. - ¿Usté viene sola? Qu1TERIA.- No; vengo con las chiquillas. MARIANA. - ¿ Y aónde se quearon? QurrERlA.- .fueron a ver la j uente e pieira . l'vlARIANA. - ¿No la conocían? QutTERfA.- Sí, Pero se la jueron a señalar al joven. l'vlARIANA. - ¿Al joven? Qu1TERlA.- Viene algo enferrno. Quería tomar agua de la 1nontaña . Co1no en los pueblos no hay... ESTEBAN.- ¿Es del pueblo? Qu1TERIA. - Sí. Pero conoce este ca1npo. Lo vió cuando niño. Hace veinte años que falta de aquí... y.. . ¡quiere ver a su agüe lo l l'vlARIANA y ESTEBAN.- ¡Salvaor! Salen Salvador, Elena y Quecha, las chiquillas. Salvador es un joven carnpesino que viene de la ciudad donde .fue a nutrirse de ilusiones. Está enfer1no. Es pálido, de ojos negros, j't1Lgurantes, de palabra reposada e insinuante. Está enfermo del rnal de la libertad. Viste traje ciudadano de oscuro color, ajado y roto; pero lilnpio y correcto. SALVADOR.- ¡Abuelo! ¡Prima! Prima, ya estoy aquí en esta 1nontaña. (Pausa) . EsTGBAN.¡Salvaor, m 'hijito! Yo sabía que llegaría; 1ne lo avisaba el corazón... Llenaba entera1nente 1ni 1nen1oria.. . vivía conn1igo. MARIANA.- Y yo soñaba con él ; pero creía que era n1ás grande, 1nás gordo. ESTEBAN.- (Llorando abrazao a él) Pero ya stas aquí; ya no t'irís más. Yo no te dejaré 111.archar. Tengo 1n.ieo solo, en la 1nontaña. Toy nTuy viejo, y tu prima no tiene quien la defienda . .l'vfARIANA.- ¡Primo Salvaor! Chiquillas, perdonen ... pero .. . ELENA Y Qu ECHA.- No seas tonta. Si ya hablatnos con él. .. E tEN1\ .A mí 1ne daban ganas de .llora r y de reír... QuECHA.- A n1í lo Jnisn10. SALVADOR.- Qué buenas son estas niñas, conrnueven. l'vlARIANA.- Stuvo allá ... pritnero. Anoche ya' staba aquí. .. en la n1ontaña. 79 Copyrighted m alerial

SALVADOR. - En todas mis correrías, - que han sido muchas,- no he encontrado gentes con10 ustedes. Son claros y buenos ... con10 el agua. NIARJANA.- ¡Primo Salvaor! SALVADOR. - ¡Siento una e1noción tan g rande! Nunca creí que Ja alegría, - por que estoy alegre, oprimiera tanto el corazón ... Ve nga abuelo, venga; venga Quiteria, aquí las chiquillas, aq uí todos Jos que son hijos de esta tierra, Jos que 1ne quieren .. . Jos que tn e aliviarán. Vengo 1nuy enfern10 ... ya soy viejo, y ... no soy bueno ... EsTEBAN.- ¡Hijo! (Salvador los ha abrazado a todos) Q u1TERJA.- Anoche cuando llegó, yo lo conocí altiro ... n1e lo queé 1nirando, y aunque tenái e l color d e Jos pueblos y hablaba co1no los patrones o los padrecitos, lo conocí. .. Las chiquillas no lo conocieron. ESTEBAN.- Eran rnu y 1ned ianas cuando é l. se fue . Q urrERlA.- Co1no ya Jo vini1nos a dejar, los va1nos . Adiós . Va1nos chiquillas. Vaiga a verme, Salvaor. S ALVADOR.- Iré cuando descanse algo. QuTTERIA.- Les voy a echar a fvlanueJ Jesús p 'a ca. (il1utis - Pausa). Se 1niran larga1nente, sin hablar; pero hay en sus rrúradas la luz de todas las ternuras; el vínculo que se prolonga hasta más allá de la existencia. En Mariana la 1nirada es un éxtasis. SALVADOR.- (Se levanta y 1nira al foro) j Qué bonita, qué bonita es Ja ~1ontaña!

TELÓN

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CUADRO SEGUNDO Un caniino en la montaña. La escena bajo un árbol. Jecho y Abdón en acti1.ud hostil. Parece que 1.errn.inarán una disputa. EL segundo dispuesto a 1narcharse. Jecho.- Dice usté bien : 1n~jor es que se vaiga y que ine d~je de catarriar. Con bravezas no gana ni cobre. l\1i caballo le ganó a su fatnoso Guayrao, y el día q ue se tneta contnigo ... tnejor no digo... ABDÓN .- Hagatnos las a1nistaes; vénden1e el Farol. Te pago lo q ue . querai. JECHO.- N 'osté gozando de D ios, patrón. jCó1110 se li ucurre! ABDÓN .- Vos sabrís. No inorái q ue a 1n í no nle gusta q ue tne con, trar1en. JECHO.- Así dicen q ue es, pue .. . pero que le varnos a hacele... yo no pueo más con mi genio . ABDÓN .- Y vos 1ne debís rnuchas; sois hasta táhure ... Y atrevío. Ayer retaste a tni padre y tamién al cabo carabinero ... JECHO.- Su padre estaba diciendo, que la Mariana lo seguía a us té por s us pesos, y eso es rnentira. En c uanto al cabo... es cuenta 1nía. Me da risa su padre. Se cree que la Jv1ariana quiere piñuflas como usté .. . bien lo sabe ... ABDÓN.- Tené cuidado. ¡1tJira que no stoy dispuesto a soportarte más! JECHO.- (Ríe) Us té lo ha de ver.. . Si s ta de hu1nor ine pega altiro! (Abdón saca rápida1nente su revólve1~ y lo mis1no hace Jecho) . Sale Mariana. MARIANA.- ¡Audón! ¡Jecho! ¡tlasta cuándo, Se ñor po r Dios! ¡ Ustedes no van a parar hasta que a lg uno de los dos se acri1nine! , ABDóN. - ¡Ella es tu Angel de la Guarda: dos veces te ha salvao! JECHO.- Así creo q ue ha sío... Se aprovecha e l cobarde de roas las coyonturas pa quitar caballo. Hay que ver... MARIANA.- ¡Ya, Jecho ! Luego va a veni r Salvaor y no quiero q ue te halle así. .. en1perrao ... AeoóN.- Salvaor... güeno la fanlilia ... Pero cuando llegue la prirnavera yo veré coo liquido la sociedá. (Mu tis) Adios, novia de otro ... 81 Copyrighted material

Sta lnuy quetnao. Le gané una carrera al fan1oso Guairao ... y le tinca que vos no le llevai el apunte . (Ríe) MARIANA. -¿ Te fijaste que nos amenazó? ¿Qué pensará hacer en la Priinavera? J ECHO.Nos quitará el agua con10 tienen por costurnbre, ¡canalla ! ¡Están acosturnbraos a jugar con el ha1nbre de los pobres! Salvaor tiene razón: ¡debetnos pe liar con estos perros que no trabajan y se lo llevan too! l\!l ARIANA. - ¿No sería n1ejor buscarle por bien? JECHO.- f\1uy por bien que le busquís a un lion, siempre queará lion .. . Sale Salvador con unas flores . Sie1npre pálido; pero rnás optimista. S ALVADOR.- ¡Mariana! Las saqué para ti; ¡tómalas! Jecho, ¿cón10 te va'? Sien1pre dispuesto a luchar.. . JECHO.- Qué se ha de hacer... Y vos .. . S ALVADOR.- ¿Yo? Andando por la Montaña ... ¡Es tan bonita que yo me pasaría en el bosque toda la vida! JECHO.- Es bonita la n1ontaña; pero incle1nente. En los i nviernos suena co1no ... si ... así coo será e l acabo de mundo. S ALVADOR.- Me dicen que tienes un caballo maravilloso que acaba de bajar a plan al taita de por aquí. JECHO.- Es cierto. Precis arnente, agora estuve con e l dueño del pe r de o r y se puso co1no quique porque no le quise vender el caballo. SALVADOR. - D ebías venderlo o llevarlo lejos de aquí. Sería mejor. Ese caballo te va a costar n1uchos d i.sgustos. J ECHO.¡No lo vendo aunque me de n toos los billetes que hace el Gob.ierno ! SALVADOR. - Tú lo has de ver. Pero ya te he dicho, que lo que el pobre tiene no le pertenece, es del rico. lJ n rico quiere tu caballo; pues lo tendrá contra tu voluntad ... J ec1-10.- Creo que ten ís razón ... Y le voy a echar un campeo al n1anco y me iré pensando ... Yo lo hago too y otros cobran por n1í, ¿ no es eso? ¿Y no hay derecho, no c ierto? JECHO. -

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Tú lo verás ... (lV!utis Jecho). ¡Qué 1nuchacho 1nás hombre! E s el único caso que be encontrado en veinte años. MARIANA. - ¿Por ónde anduviste? SALVADOR.Fui al chorro que cae a la fuente de piedra. Me bañé allí. ¡Qué frescura! ¡qué silencio! ¡l\'l e parecía estar en un lugar sagrado! ¡Qué hermoso es todo esto! Y aquí... nadie lo ve.. . NIARIANA. - La gente no ve sino la labor. Cerro arriba, cerro abajo too el dia, de sol a sol. Y cuando las cosechas son 1nalas, pa qué decir. SALVADOR.Ganan muy poco. Debían de pedir rnás ... MARIANA. - No consegurían 1nás que 1nalos tratos o que los echaran de las tierras que trabajan, y tal vez .. . les quitarían sus ani1nalitos. Pero no hable1nos de esto. Cuéntarne cosas de la ciudá que 111e parece que será tan bonita, tan bonita... ¡Tengo tantas ganas de conocerla! SA.LV.ADOR. Las ciudades ... .t\1ejor es que 1.n antengas la idea que sobre ellas tienes. La gente es muy buena cuando está lejos. Pero la verdad deJ pueblo es ... N I ARIANA .¿Qué... qué ibas a decir? SALVADOR. Nada. I-'ensé de repente en la bruja de las 1uontañas que cura las enfer1nedades con jugos de flores y aguas claras del río ... MARIANA.¿No crees que te mejorará? SALVADOR.Ali viaré ... aquí todo es bueno ... Y tú eres lo mejor... (P ausa) Te contaré lo que es el pueblo; lo que vi en el pueblo, lo que s ufrí en el pueblo ... Y cónlo me vine huyendo de la 1.n uerte ... l\.1ARIANA. ¿Te querían matar? SALVADOR.Sí. Me querían n1atar. Son 1.n alos allá. Las ciudades .. . , o pueblos, - como dices tú,- son muy grandes. Imagínate que esa 1nontaña en vez de árboles tuviera casas, así tan tupidas, ¿entiendes? Y en lugar ele aves, insectos, sabandijas y fieras, personas. Exactamente, como Jos hab itantes ele] bosque son las personas. No faltan los buenos que, deben vivir junto a sus enemigos que los devoran. Hay personas-leones y perSALVADOR.-

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sonas-sabandijas y son peores que las fieras porque saben son, reir y acar1c1ar. MARIANA. - Ñle da tniedo lo que 1ne decís .. . SALVADOR.Es nluy difícil ganarse la vida . Hay que trabajar crueltnente en fábricas cerradas que jatnás dejan ele sonar con un rumor que atonta, que asesina. Las máquinas son de hierro y no se cansan nunca. Y uno tiene que co1npetir con el fierro, que es vercladerarnente, correr carreras con la n1uerte. Vieras tú con10 son las casas donde viven los pobres ... no las ca.tn biarías por nuestro rancho. ¡Y los pobres que son los únicos que trabajan, son tn iserables ! Las enfennedades andan s ueltas y la crueldad de los poderosos, desbordada ... lVIARtANA .Aquí tan1bién trabajan sólo los pobres . S ALVADOR.Allá cada pobre da de co1ner y costea los vicios de centenares de parásitos, que son ... co1no ... los zánganos. Y éstos con el esfuerzo de los pobres, se enriquecen. Por cada centavo que un pobre recibe, el rico, que nunca trabaja, lleva un 1nil de pesos. ¡Y cuando uno, que vive de trabajar rudatn.ente, no encuentra qué hacer, y pide que comer para no nlorirse de ha1nbre, lo castiga la justicia! Por allá, Dios y la Justicia, son n1entiras groseras, la justicia obliga a los pobres y a los desgraciados a dar la vida por los ricos ... Así son las ciudades. Y allí he estado yo ... M ARfANA .¡Pobre Salvaor!. .. SALVADOR. - Tienes razón, Mariana, al con1padecer1ne. He luchado veinte años arrastrando n1i vida por calles, plazas, conventill.os, cuarteles, fábricas y cárceles, y he aprendido cuánto puede saber un hombre en 1nateria de dolor. ¡1-Ie entregado tni esfuerzo, sabiendo que el que lo gozéíba no Jo merecía; que lo que e ntregaba e ra mío y de los tníos, de los que producíamos con nuestros brazos! ¡Pero todo 1ne lo han robado! ¡Todo! ¡Sólo me han dejado la 1nás violenta amargura, tnezclada a un rencor e terno! ¡Yo creí que todo sería cuestión de a1nor y de ar1nonía; pero me equivoqué! Ya estaba deshecho cu ando comprendí que la vida era una guerra de e1nboscada ... 84 Copyrighted material

MARIANA. - Ya no quiero ir a la ciudad; sólo 1ne ocuparé de hacerte olvidar tus penas que parecen tan grandes. SALVADOR. - He sufrido tanto que nli ser se ha transforn1ado . Yo, que era un soñador, incapaz de un 1nal pensa1niento, no respeto ahora la vida ajena; y estoy convencido de que la propiedad no es del que la detenta, sino del que la hace fructificar. ¡Y lo sostendré aunque la jus ticia servida por esclavos del poder, 1ne quite del mundo! Lo prin1ero será hablar a los ca1npesinos para fonnarles conciencia ... Y después ... ¿por qué no llegaré alguna vez a 1nerecer un amor? M ARIANA. - ¡Salvador! (Lo abraza esponláneam.ente). SALVADOR.- ¡Mariana, tu abraz.o n1e ha revelado en un n1inuto n1ás verdades que el dolor de veinte años y 1nás s uavidades que las de todos n1is sueños! N1AR1ANA.- Me dices cosas tan extrañas y bonitas que sé que son verdá por que las decfs vos .. . ¿Onde aprendiste a hablar así? SALVADOR.- En los libros. En las escuelas donde pude concurrir y en las veladas culturas donde hablan hombres de 1nucba sabiduría. Aparecen Esteban y un Campesino.

ESTEBAN.- (Al ca1npesino), Güeno, yo le prestaré la p lata que falta¿ Tenís vos, Salvaor, unos diez pesos? SALVADOR.- Creo que sí. (Busca) Agu.í los tiene. ESTEBAN.- (Dándolos al carnpesino) Vaya y pague pa que no Je guiten sus güeicitos esos abusadores. SALVA.DOR.- Por diez pesos J.e iban a quitar sus bueyes de trabajo ... CAMPESINO.- Se lo quieren llevar too, hasta las gallinas. Son así los ricos. Y me hizo ir muchísimas veces a l pueblo pa que Je firtnara unos papeles, - que los f ir1naba él, porque yo no sé,y allí me engatuzó y tota l. .. pa quitarme mis güeicitos. Y qué se le va a hace r, pue, lo que mandan los ricos hay que cu1np lírlo, par'eso son los ricos ... S ALVADOR.- ¿Hace mucho tien1po que trabaja usted este campo? CAMPESINO.- Vine aquí con rn i agi.ielo, - Dios lo tenga en sus 85 Copyrighted material

santos reinos del cielo,- y aquí con el favor de Dios, 1ue hei ganao Ja conúa. 1\ veces la tierra los castiga y se traga las cosechas; pero ya'stamos acostu1nbraos;- el pobre tiene que tener paciencia.- Y hay años en que los va rebién. SALVADOR. - ¿ De quién es la tierra? CA~1f>ESINO. - Del patrón. SALVADOR.- ¿ Trabaja aquí e l patrón? CAMf>ESINO.- ¿Córno se Je ucurre?: él es rico ... SALVADOR. - ¿Conoce usté al patrón? CAf\1PESINO.- Una vez vino aquí. Jue ante d'irse pa l'lngalatierra que dicen que'sta onde no hay n1ás inundo: los llamó a toos y los habló "Cuidan el atierra, - los dijo- , cúidenla corno si juera de us t.ees". Y se jue. Me parece que l' ostoy viendo con10 lo veo a usté. Vestío con un rico chamanto de labor, un son1brero de pita lindo y unas botas bordás con hilo de oro y plata Y andaba en una bestia que ... no la hei visto igual. Parecía un chiquillo el patrón. Tan rico que ' es, y pa hablar con él, es lo 1nes1no que una guagua ... S ALVADOR.- ¿Qué servicio le ha hecho el patrón a usted? CA!\1PES1NO.- "tvle tiene en la puebla, ¿ le parece poco? Si no tuviera la pue bla andaría por hei 1nuriéndome de ha1nbre ... SALVADOR.- Pero usté le da su trabajo ... El patrón no trabaja; vive de lo que usté le da, usté que trabaja. CAMPESINO.- Pareso, pa trabajar stamos los pobres. (Riendo) Una vez un rico vino al can1po y se le ucurrió ir a las cementeras a pillar las chicharras; las cañas de l trigo que habíamos cortao le hic.ie ron peazos las piernas y el so.I le arrancó casi. too el cue ro... No le quearon más ganas de ir a tneterse a chicharri ar... Los ricos no saben trabajar, no pueen trabajar. Qué sería del ca1npo el día que se les ucurríera a los ricos venir a trabajarlo. (Ríe). Con su penniso n1e voy, no vaiga a llegar e l chauchero con los garabineros. (A1 uús) . SALVADOR.- ¿Qué le parece este hombre?, abue lo. ESTEBAN.- Así, e n ese pe lig ro statnos toos, unos más y otros 1nenos; pero toos vivilnos aentro de ese rnesmo sobresalto. An86 Copyrighted material

tes, cuando venía el patrón, - que ojalá no venga más, se dentraba a las chozas y se llevaba a serivir a Las Casas a toas las 1nujeres que le gustaban. No le Ílnportaba el sufri1niento de l pobre ni la rabia de su señora. SALVADOR. - ¿Si ahora viniera, ha ría lo 1nis1110? ESTEBAN .Yo creo que sí... al gato caza ratones no se le quita nunca la afición. Y 1nás agora qu 'stá viejo ... Los viejos son ,, . .. mas s1nverguenzas. SALVADOR. - A su casa ... ¿ vino el Patrón? ESTEBAN.Antes no fué ; n1i rancho staba 1nuy enmontañao. Agora , hace tnucho tie1npo que no viene por aquí. .. ya te lo dije. S ALVADOR.De manera que si hubiera venido ... (El viejo calla). Si hubiera venido, la tvlariana y la Mercedes que son las chiquillas mejores habrían ido a ... servir a las casas del rico. ESTEBAN .¿Y qué le íban1os a hacer? Yo sé que Jecho hubiera pe li.ao; pero a él lo habrían castigao en la policía ... ¿Qué creís vos que hay que hacer? ... Aunque a mí casa no habría clentrao, a 1ni 1ne repeta ... SALVADOR.Pero habría abusado en las otras casas. ¿~1e pregunta qué habia que hacer? ¡Pues, i1npedirle la entrada con las ar1nas en la n1ano! ¡No les basta robarse el trabajo, la vida de los pobres, les arrancan ta1nbién su mayor tesoro: sus hijas, sus amores! Abuelo, la tierra no es del rico que la hereda, pues no la conoce, ni Ja trabaja; la tierra es de los can1pes inos, es de los que la cultivan y la quieren, es de ellos que se 1nueren de han1bre y que 1nantienen con sus esfuerzos a quienes no deben. Deben juntarse tocios los que producen . Subir de Jas hondonadas y de los valles, bajar de las rnontañas, y unirse en una sola protesta y en una sola petición: exigir la tierra que fruct if ican con su sudor y con su sangre. Llevar la nueva de esta verdad, de este derecho a todos los esclavos del ca1npo a fin de que todos a una rnis1na hora exijan Jo que es suyo, con las armas en la mano si es preciso. Lo ex igen las rnujeres y las hijas profanadas por el cacique de las tierras, lo exigen los hijos, peones y esclavos antes de nacer, lo exige la vicia, en sun1a, la vicia que 87 Copyrighted material

es igual en todos. ¡Los hotnbres se gestan y nacen de la 1nis1na 1nanera! ¡Y es una injusticia que los 111ejores que son los que producen sean esclavos! ¡Abuelo, tnientras ustedes destripan aquí, terrones, el patrón, que es parlan1entario, dice tonterías en el congreso legislativo y se ernborracha con licores caro y se revuelca con prostitutas de moda, gastando en cada hora, 1nás de lo que ustedes con su sangre y con su vida ganan en un año! ¡Usted cree que eso está bien? ¿Podría ese Dios en que ustedes creen,- si fuera justo- pennitir esta situación? ESTEBAN.- l\1e parece que... te volvís loco. La tierra .. . pa nosotros ... ni la que se los pega en las hojotas es pa nosotros ... no. Y Dios inj usto ... No, no, Salvador, La tierra es de ellos ende que llegaron los españoles. Ellos han nacío pa n1andar, nosotros pa servir, así lo destableció rni Dios. ¡El Curita dice que han de haber ricos y pobres con10 hay zorros y corderos, que así Jo dispuso Dios que too lo sabe! SALVADOR.- Abuelo, escuche, créa1ne que yo lo quiero de veras. Ellos, .los patrones que explotan, y los curas que 111 .ien ten y ayudan a esa esclavitud en el no1nbre de un Dios n1uerto, son sus enemigos, son los ene1n igos de todos los pobres, ellos lo pas an bien, y enseñan que los que se resignan al ha1nbre y a la esc lavitud son los escogidos ... Mire, cuando viene un zorro a robarle una cabrita, ¿qué hace usted? ESTEBAN.Yo lo cazo con rni escopeta y con mis perros ... SALVADOR.- ¿ Una hija suya no valdrá como una cabrita? ESTEBAN.¿Qué querís decir, Salvaor? SALVADOR. - Quiero decir que si una cabrita merece que al defe nderla, muera el zorro, ¿córno la hija del corazón, la esposa a1nante que ha s ufrío con nosotros, no ha de merecer igual defensa? Y si la 1nerece, ¿có1no se puede dejar que un miserable cualquiera pueda atentar contra ella contra toda ley divina y humana? ¡El hornbre que atenta contra el trabajo y contra lo que otros llan1an honor, rnerece mil veces 1nás la muerte que el zorro que caza una cabrita porque tiene hatnbre y desconoce otros recursos para encontrar s u alimento! 88 Copyrighted material

Salvador, tal vez vos tengás razón .. . pero ... yo quiero n1orír honrao. Agradezco a nuestro Señor la vía que tne e1npresta y al patrón el campo que n1e da ... S ALVADOR.Abuelo, entonces, ¿usted cree que soy 1n alo? ESTEBAN. - ¿Malo? No. Pero creo que no'stas en tu juicio. Las , cosas son como son .. . na n1as. SALVADOR. - Y ¿qué dices tú, 11ariana ? NI ARIANA .Yo ... no sé de estas cosas; pero rne inclino a creerte. Quiero que 1ne enseñís. Quisiera pasar1ne la vía oyéndote decir la verdá o 1nintiendo. ¡Lo que digai no rn'ilnporta, lo que n1'i1nporta es oírte toa la vía! ESTEBAN. -

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ACTO SEGUNDO Rancho de tvlercedes. lvluy extenso. Hay soberado, telar l'ertical; 1nesa de Los santos. Mu.chas irnágenes adornando todo con flores del campo. Yugos aj/.rmados a las paredes; herraniientas; una carna, otra rnesa. Sillas de paja. Dos puertas. Es la tarde. Canta Mercedes, a telón corrido una tonada campesina. Cuando sube el telón salen por la derecha don Reinoso aco1npañado de losé de La Cruz. D . REINOso.- Ya llegamos. JosÉ.- ¿Có111os'stá t-.1erceditas, ende la de ntrá de la huerta la oí cantar. Hay que ver, tu avía stoy tiriton ... MERCEDES. - ¿Mire no?¿ Y cón10 ' stan por s u casa? JOSÉ.- Regulares. Nadie se quiere 1norir. RE1Noso. - Aquí tenís a José e la Cruz, - ho1n bre que entiende de negocios- hizo una venta ganando dos 1nitás por 1nedio, pa que veai. J\!lERCEDES .- l\1e alegro que gane plata, que gane. REJNOSO.- 1'1íra si será atrevío ese roto e Jecho ... NlERCEDEs .- ¿Qué hizo? REINOSO.- Le faltó a José la Cruz. Pero éste no le quiso hacer na. JOSÉ.- No quise p egarle: ¡pobre 11iño! lYlERCEDES.- Es que usté no le pega . JOSÉ.- J\!Ie parece que sí. Varias veces lo hei hecho arrancar. M ERCEDES.- No le creo. Jecho no arranca aunque sepa que lo van a matar. JOSÉ.- Tanto que lo defiende ... REtNoso.- Es contra na ese cariño. Yo no consentiré que un roto revoltoso dentre en mi fa1nilia . l\1ERCEDES.- ¿Sí, no? Cómo tenga e l gusto. JOSÉ.- Dende que llegó e l calenturiento de Salvaor, toa esa fa1nil ia se ha puesto orullosa. Parece que fu eran rnás que toos. REINoso.- Les sta enseñando a le r a los ch iquillos y no sale a la hacienda. Y eso ... al patrón no le gusta. Y yo le encuentro ra90 Copyrighted material

zón a l rico. Pa qué queriinos lectores en ] 'hacienda; la cuestión es sacar piones. l e nitnos que ser co1no los han criao. Yo de siete años, trabajaba e n la desyuyaúra o aparetando el terrón. Así n1' hice hombre. No sé ler. ¿Pa qué? ¿Pa ver la mentiras que ponen los co1nunistas: El que ha de saber ler es el patrón no le parece? JosÉ.- Claro. Y los que negociatnos en g rande. NIERCEDES.- Too el mundo debe de saber. Da rabia ve r que no hay aquí quién sepa escribir una carta ni le r un diario. REtNOSO.- La 1n uj er no tiene tampoco por qué aprender a le r. Pa 1ní la 1nuje r ha de saber hacer s u co1nía, tejer mantas , coser, sembrar, n1ontar a caballo y cosechar. Ser una güena dueña casa . JOSÉ.- Y tocar la vihuela. REINOSO.- Eso es . Una voz dentro.

LA Voz.- Don Reinoso! RE1Noso.- Ya voy! (Gritando al salir) ¿Ta too en punto? Nliren que quiero qu ' esta fiesta e Pascua sea fiesta. Que corra el po nche, que se vare el estofao y que güe len las tonás. 1'engo cosquillas en las piernas de ganas de cuequiar.

LA Voz.-

¡Venga pue, a probar e l ponche! R EINOSO.Ya voy. (Mutis). JOSÉ.- ¡Tan alegre don Reinoso! (Pausa) Por qué no canta una ronaíta, mientras llegan. tvfERCEDES.- Le diré que yo no voy a canta r. JosÉ.- ¿ Por qué? MERCEDES. -Po rque ve ndrá o tra que lo hace mejor que yo. Otra que güelve locos a los güenos tnozos. José.- Tan rnala viviora qu'es ... Usté sabe lo que toos la queri1nos . ¿Qué no daría yo, - por ejetnplo- , porque usté penclara e n 1ní? ¡Cómo trabajaría yo, pa darle too lo que usté qu iiera! 91 Copyrighted material

Pero a darle a la l\ilariana habría trabajao 1nás .. . Si too se sabe. ¿ Usté s 'iba a 1natar por ella, no? JOSÉ.- ¿Yo? NIERCEDES.- Sí, usté. Usté que ha güelto después de su enfer1nedá a buscar consuelo, curación. Pero sucede que yo no soy 1neica de los desa1nparaos; no 1ne gustan los desechos de naide. Así es que no pierda el tien1po. JOSÉ.- Nunca creí que usté hubiera querío n1ás a Jecho que a mí. ¡Un roto tal por cual! N1ERCEDES.- Así es co1no engaña el inundo. pero usté ha de ver que Jecho 111e quiere. ¿Quién 1nejor qu'el pudo ena1norarse de la l\1ariana siendo ella su prima?, y n1e prefirió a n1í. Jecho es a1nor de prin1era 1nano, a él le gustan 1nis tonás . Le gusto yo. El no es co1110 ustedes que queren por no haber otra.

MERCEDES .-

Con un chuico de chicha sale Panta que ha Llegado cuando J\1.ercedes hablaba. PANTA.- ¡Bien! Esa es letra. Me gustan las niñas que hablan claro co1n.o el rezo. Sígale poniendo nombre y sírvase un tragullo. Este chuiquito sta a su disposición. ¡Sírvaselo de un trago si quiere, y si se cura la duerme y yo la cuido! ¿Cómo le van don José? Tanto tie1npo que no le veida. ¿Siernpre contrabandiando? ¡El torito! tvfe gustan los hon1bres albertos. En este 111undo el daño no está en hacer 1nal sino en no hacer el daño bien . Nl ERCEDES. - Tal vez. Có.m o agora tiene a quien rnirar... JosÉ.- Es cierto qu'él calenturie nto le hace las diez? PANTA. - ¿Qué es eso e las diez? ¿Usté se figura que toos los ho1nbres son a su se1nejanza? SaJvaor es un verdadero caballe ro, 1nás güeno y más bien hablao ... JosÉ.- Pero no tiene un cobre. PANTA.- No es contrabandista, pue ... JosÉ.- ¡I\1ira, borracho! PANTA.- Ya 1n'está tratando n1al, s u rnercé. tvlire que deci rme 1ni 92 Copyrighted material

apelativo, y 1nás agora que'stoy chantao. Pe ro usté sabe n1i nombre entero: Me lla1no Pantalión, y de lion, le diré que tengo algo. Pero soy un lion de güen genio . NI ERCEDES.- ¿La Mariana cantará? PANTA. - Me creo que no. Es que le diré que onde canta la Mereceítas Reinoso, la Mechisita, no hay pajarito que cante . NIERCEDES. - ¡Cótno dicen que 1ne pela tanto! P A1'1TA .Cuasi nunca es verdá lo que dicen, Si los atuviramos a eso, tendría1uos que creer que usté es la pior es mi del señor José de la Cruz ... Así lo ha dicho él ... José.- ¿Por qué n1entís? NI ERCEDES.- j José! PANTA.- ¿Lo quiere negar tatnién? Chi, hasta cobarde es ... Güeno, hasta luego. Los dejo en facha. Des111iéntarne onde quiera si puee. Pantalión Serey, a sus órdenes, roto francote , güen amigo, güeno pal trago y a quien no le gustan las cosas que no son cosas, hon1bre en toas partes con el favor de Dios. OV!utis después de una pausa). NI ERCEDES.- (Con acento dolorido e indignado) Con que su pior es ná ... Iv-tuchas gracias. ~1e gusta usté por J'hombre qu 'es. Caa dia que pasa los conozco 111ás a toos : son cortaos por una mesma tijera. Toos alabanciosos; no les i1nporta ná el creito e las n1ujeres ... ¡Cobarde! ¡Cobardes! Y esto son los n1ozos que les dan a una ... Los hornbres que le han de rnandar y defender... los ho1nbres que ganan plata, Jos hombres ... JosÉ.- Pero escuche ... NI ERCEDES . - ¿Va a seguir 1ninbendo? No; .las cantoras somos d.iablas; no los dejamos engañar. Don Tobías en la puerta. Es viejo y barbudo.

D. ToBíAs. - ¿1-lay cabiinento palos pobres en la casa'e la alegría? M ERCEDES.- Pase, don Tobías. Siéntese.¿ Y Jas chiquillas? ·ToBíAs. - Bien güenas. ¿Có1no le va don José e la Cruz? ¿J\1ucho negocio? 93 Copyrighted material

JosÉ. - Así, así. ·roBíAs.- Se quejan los jóvenes glienos mozos ... ¿y qué dejan pa los viejos, ah? ¿ Y dígame, se ita aquí? NIERCEDES.- Y puro habano cosechao en el pai. ToaíAs. - Venga e l habano. Dicen que cuando se pita el tabaco que sien1bran las glienas 1nozas, la sangre se alborota. (Mercedes le da la caja de tabaco).

NIERCEDES.- Bien dice el refrán pue, que los ancianos son aficionaos a las niñas ... ¿ Le gusto yo don '[obías? TOBÍAS.- Las cosas suyas. Por usté soy capaz de dar cuatro saltos pa arriba, de do.nn ír parao, y de pasar Ja cordillera en el invie rno. NIERCEDES.- (Riendo) Este don Tobías ... 'foBíAs .- G üey viejo, pasto tierno pue ... Le diré que si yo juega 1nozo, - corno estos gallos- , ya me habría casao con usté. Pero estas pobres aves se lo pasan aniñándose y son más pas1naos que un calabazo son1brio. ¿Y, dígarne, y la den1ás gente? .'ivlERCEDES. - Luego vendrán. l\1i tftita anda entregando unas ovejas, creo ... La tv1ariana va a venir con Salvaor. Jecho y don Esteban. TOBÍAS.- Habiloso el cabro Sal vaor, 1ne gusta. 1v1ERCEDES.- Y a mí tan1ién. ¡Qué feliz es la lvfariana que se va a casar con él¡ D'él debían aprender otros aplicaos a buscar mujeres que no n1erecen .. . ToB íAs.- Jura ría que's ta norteando. Préstame un a bufanda, chi nita. (Pausa) ¿Y no saben lo q ue Je ha pasao a Jecho? ¡Le robaron e l Farol! lYIERCEDES. - ¿El Farol? ¿Qué dice? TociíAs.- La verdad. Era el mejor pingo de Chile. Si Jecho llega a conocer eJ ladrón, le da lo 1nenos diez m.il puña lás. Y dicen que hay quien sabe quién jue ... JOSÉ.- ¿Saben? (Algo alarni.ado) MERCEDES.- ¿Por qué se asusta? TOBÍAS.- ¿Son los ñervos, no? JosÉ.- Yo no 1ne asusto. Es que 1ne acuerdo que hoy en la tnañana, ese .. . Jecho 1ne asaltó. 94 Copyrighted material

ToBíAs. - Gi.ien olfato dicen que tiene ... José.- Entonces usté piensa que yo .. . ToBíAs. - Yo no pienso na ... Yo too lo dejo al tietnpo. Cón10 usté es tan negociante y tan an1igo del garabinero y del aministraor... y recorre tanto 111undo .. . al pobre Jecho creyó que usté sabía algo del bolato; pero no jue pa que s'enojara y le quisiera pegar... ¡Jecho se lo co111e a usté ! JosÉ.- Tendría que verse ... l 'oBíAs. - Yo no lo defiendo ... N1ERCEDES.- ¡Miserables! Tu avía le roban su caballito ... ¡Perros! ¡Pero espero en Dios que'en vía l'han de pagar! (Pausa) Por eso Jecho no ha vanío. 'foBíAS .- ¡.lecho'stá reasao! El agüelo Esteban le cortó rastro al pingo y sabe pa onde lo llevaron. ' d') , ¿ C uan o .. .. JOSE.TOBÍAS .- La cosa jue anoche. Chu1ningo qu'es güen baquiano, salió siguiendo el rastro. Yo le empresté la pistola por si tenía que dar un pap.irote... JOSÉ.- ¿Pa'onde lo siguió? ToaíAs. - ¿Lo quiere segu ir usté tamién? .TosÉ.- No tengo tiempo. Tol3 íAs.- Es una lástilna, porque usté daría con e l caballo.. . MERCEDES.- ¿Daría? ¡Parece 1nentira que pasen estas cosas entre amigos, entre hombres nacías en la 1nisma tierra, que han crecío juntos! ToBíAs.- Es ley di vi na, m 'hijita ... Las cosas son s iernpre corno son: no cotno deben de ser. Cantan dentro La Pa1npa de Francisco Pezoa. Se oyen dos voces. Canto la Pampa, la tierra triste réproba tierra de maldición, que de verdores j a1nás se viste, ni en lo 1nás bello de l 'estación. En donde e l ave nunca gorjea, 95 Copyrighted material

donde la p lanta jan1ás creció, ni del arroyo que serpentea el crista lino bullir se oyó. ¡Es la Jvlariana con Salvaor, vienen cantando, s ie1npre juntos! , ellos saben de la feliciá . TosíAs. - Canta bonito e l gallo; pero casi taos sus canros dan ganas de llorar. JosÉ. - (Apresurada1nenie) Yo 1ne voy. TOBÍAS.- Espérese p 'hacele unas enterraítas ... l'vl ERCEDES. -

Salen Esteban, Mariana, Salvador y Panta y se cruzan en la puerta con José de la Cruz. Sale primero J>anta, los demás según lo indique el diálogo. PANTA.-

Adiosito, pues do11 José; recaos le 1nandó e l Farol. .. NfERCEDES.- Pase n pailante. Los esperába111os. Ya creíamos que no vendrían. Pase, Salvaor. Có1no te va, 1v1arianita. 1v1AR1ANITA.- Bien, niña. ¿Y por aquí? tvl eRCEDES.- Como siempre. Agüe lo, esa mano. ESTEBAN.- ¿ Y on Reinoso? f\.1 BRCEDES.- Sal ió a arreg lar un asunto. ( Pausa corta) Y Jecho .. . ¿no vendrá? ESTEBAN.- Sí. Creo que tiene que platicar con don Audón. tv1 ERCEDES.- ¿Tan malos que son, no? ¡l\1iren que robarles su caballito ! EsTEB1\N.- Yo creo que lo hal.Jan. l\.1 ARTANA. D ios lo quiera y la Virge n. ToBIAS. - Me parece una cochiná de las tnás grandes. A este gallo qu 'estaba aquí, lo corrí a cobas ... Y dígame, joven Sa lvaor, ¿qué le parece la 1nontaña? SALVADOR . - ¡Muy bonita! ¡He encontrado tnuchos deralles que nad ie ve! La rnontaña está 1nás cerca del c ielo. E l aire e s 1nás puro y el ahna parece crecer... y hasra se piensa e n Dios. PANTA.- Es te gallo conversa con los copigi.ies. 96 Copyrighted material

SALVADOR. - Ustedes ignoran las bellezas de la In ontaña. ¡Esa flor, precisan1ente, es u na de sus grandes niara villas! ESTEBAN.- Al copigüe Ji han saco versos. PANTA.- Serán ... A 1ní nle habían de sacar versos ... TOBÍAS. - Pero usté, aprendió hartas cosas en el pueblo. S ALVADOR.- Algo aprendí. NIARIANA. - A ler, sobre too. NIERCEDES.- ¡Es tan bonito! ESTEBAN . - Los catnpesinos somos ciegos. No sabi1nos 1nás que sufrir.. . PANTA. - Así es, agüelo . S ALVADOR.- Pero vos sabís algo 1nás; sabís reírte del sufrilniento. PANTA.- Y pa qué voy a llorar, pue. Yo vivo co1no pueo. Cuando tengo plata, - que es 1n uy a lo lejos,- con10 harto, too el rico n1osto, beso si pueo y espero riéndon1e a la 1nuerte que n1e sacará de penas. A veces h asta canto ... S ALVADOR.- ¡Todo un hon1bre ! En la ciudad los llaman bohemios. Allá el esfuerzo es otro. U st.edes están contentos porque no conocen las comodidades . Allá la cosa es distinta . Allá,- alguna vez lo he dicho- e l pobre se llan1a pueblo. Los ricos son los capitalistas y esos señores son los dueños de todo. El trabajo es duro, la comida escasa. Sólo los ricos pueden corner. Allá, e l pobre, el pue blo se n1uere de ha1nbre al lado de los grandes depósitos de co1nestibles. Algunas veces todos los harnbrientos se han unido para reivindicar su derecho a comer, la policía los ha sableado y las autoridades los han 1netido en la cárce l. Y esa policía, y esas autoridades, son pagadas con e l esfuerzo del pueblo. ¡Así vive el pobre e n los pueblos sin tene r siquie ra sol ni aire, ni justic ia! TouíAs.- Fregá es la cosa ... M ARIANA. - ¿Y las n1ujeres trabaj an co1no nosotras? SALVADOR.- Có1no en codas partes . .. Y también Jas p ers iguen los ricos para perderlas. ¡Allá las 1nujeres que caen se a lirnentan d e su propia desgracia! MARIANA.- ¡ Yo no qu iero ir a l pueblo! 97 Copyrighted material

..

ESTEBAN.- Aquí no los tratan mejor, -vos lo habís visto, ¡Cuando el invierno los arrasa las siembras, cuando el torrente desrisca la tierra, y cuando el polvillo los arruina las cosechas, pedimos pa no morilos de hambre y los cobran dos por una, y si no tenimos con qué pagar, los embargan hasta las gallinas, y los azotan y los echan a la barra! TostAs.- Y también los patrones y aministraores agarran a nuestras hijas y a nuestras mujeres ... ¡Somo tan fatales como los pobres de los pueblos! Tamién Jos morimos de hambre sabiendo que los graneros del rico stan repletos! . JUANA.- Ya ven si es cierto: el tal don Audón quiere que me ' case a la fuerza con él. :A.- Pero vos lo querís como palo e leiia. iAs.- Ende que es aministraor se ha puesto isorportable. Y ha dao en encontrarse con Jecho. ALVADOR.- A mí no me puede ver. MARIANA.- Le da unas mirás que si fueran balas lo mataba. MERCEDES.-¿ Y cómo son las pascuas por allá ... por los pueblos? SALVADOR.- Son muy ruidosas. La noche de Pascua se reúne mucha gente en las iglesias. Hay una alameda muy bonita; y ahí se ponen hartas ventas de dulces, refrescos y juguetes y todo con muchas luces. Se ve como de día ... Y también bailan y cantan y se emborrachan... Y cuando nace el Niño todos hacen sonar sus juguetes, pitos, chicharras, músicas, gallitos ... ¡Es muy bonito! Cierto que para muchos pobres esas noches buenas de alegáa general, son sin pan. ToBfAs.- ¿Y usté piensa quearse aquí? SALVADOR.- (Mirando a Mariana) Depende. MARIANA.- Salvaor... ToefAs.- ¿Pero usté llegó muy enfermo? SALVADOR.- A pesar de hacer muchos años que faltaba de aquí, sentía Ja necesidad de venir, de ver estas tierras, de hablar con la gente. Me vine porque creí que aquí hallaría la tranquilidad que el pueblo me negó, ¡si me he equivocado, me iré para no volver más! MARIANA.- Nosotros no te dejaremos ir... 98

PANTA.- Ya lo amarraste, ya. La mujer es lo mesmo que"'el 1 que se agarra al árbol y no se afloja más. SALVADOR.- ¿Pero vos no habís hallao tu bosquicito? PANTA.- Usté sabe, cabrito, que nunca falta un roto pa un d cío. Yo me enamoré hace tiempo ... ToBfAS.- Si me acuerdo que anduviste un tiempo atrás tris callao como si te hubi.era picao l'araiia ... PANTA.- Pior que picá de arafia es la picá del cariño porque corazón ... Yo 'stoy cierto qu'ella me quería. Pero una vez: ron la casa unos bandíos y se la llevaron ... La seguí hasta t la, iba completamente dispuesto a matar por ella. Esperé qu ra de noche, me acerqué al campamento, me vio, y en lu1 arrancar conmigo, le avisó al bandío mayor. Total, que hiu azotaron. (Risas) Ende entonce, le agarré pica al mentao e ToefAs.- Li hallo razón. Y yo tengo hijas, y aunque hei d'enseftarlas bien, me han resultado más estirás qu'el ti

carga. Si pue ... A las nifi.as no ha de faltarles, l'agua flo zapato e charol ni el vestío lambía (Risas). MERCEDES.- No te caís, niño.

PANTA.-

Llega 'Ña Quiteria.

QmTBRIA.- Güenas tardes. Dígame, ¿no han visto a Jecho chiquillo anda loco con la pérdiga del caballo. Ni ha ' Salió con otros inquilinos a l 'imperdible. ¡Seiior, qué no : nál MERCEDES.- ¡Pero es una picardía! Toos había de reunirse I car el manco. QUITERIA.- Habló con el garabinero y le quiso pegar. Le dij< qué queriai vos el caballo?° Jecho le contestó mal, y el ¡ nero lo amenazó. Y ustees saben lo arrejonao qu'es. ~ p'al bajo. La estoy sospechando ... El corazón me dice qt va a pasar algo hoy... Oiga Salvaor, con usté quiero ha· con usté hermano. (Van los aludidos y salen por el foro) 99

juro que usté se casará conmigo, por que yo mat too el que le conozca intenciones de enamoran ustél MARIANA.- Es algo feo el oficio que va a seguir; pero ca un su genio ... Y a mí ... ese cariño a la fuerza no me gusta. ' ra, -cuando busque a un hombre,- será uno guapo, pondré por condición que lo mate a ustél AaoON.- ¡Mariana! (La toma). MARIANA.- ¡Suélteme! ¡Lo desprecio! AsoóN.- Me vay a dar un beso ... MARIANA.-¡Nol

Voz LEJANA.- ¡Sígalo pala puntilla: hay que pillarlo! OTRA Voz- ¡Ta bien! MBRCEDES.- Es la voz de José de la Cruz. ¿A quién andarán siguiendo? (Vase derecha y Tobías la acompaña). PANTA.- Marianita, no me parece bien esta Pascua. Voy a 'filar mi cuchillo por las resultas. (Se va por el foro).

(Mariana se asoma a la derecha). Y sale Abdón por la derecha. AaoóN.- Oüenos días, Marianita. ¿Qué hace tan solita? MARIANA.-Aquí'stoy. AnoóN.- Tenía que hablar con usté. M'.ARlANA.- Aquí me tiene. AaoóN.- ¿Es cierto que me despreció pa casarse con Salvaor? MARIANA.- Yo me voy a casar con naide. Voz DE QuITBRIA.- (Dentro) ¡A m'hijo no lo sigue naidel ¿Por qué lo van a seguir?¿ ... Es bandío? Le roban su caballo y tuavía lo quieren mandar preso. AeoóN.- Esa vieja está loca. MARIANA.- Dice la verdá. AaoóN.- ¿Quién sabe ónde'sta el caballo a estas horas ... Tonto, ¿por qué no me lo vendió a mí? MARIANA.-¿Era fuerza? AsoóN.- Yo no digo que lo fuera; pero ... Queamos en que usté no se casaba. MARIANA.- Así dije. AaoON.-Pero usté lo quiere ... MARIANA.- Esa es cuenta mía. AeQóN.- Pero usté'staba comprometía conmigo. MARIANA.- No llegamos a tanto. Le diré que yo no Jo hei querío nunca a usté. Ni hei creído que usté me quisiera. Es que como han dao en decir que soy Ja mejor, toos me quieren. Y como usté tiene una apuesta ... AeoóN.- ¡Mariana! MARIANA.- Así han dicho ... AeoóN.- ¡Con o sin apuesta le diré que la quiero! ¡Y 100

Sale Mercedes. MBRCBDBS.- ¡Cuidado! ¡En esta casa yo no permito esas co MARIANA.- ¡Merceditas, a lajuerza me quería besar! AaoóN.-Tan guapas que'stan ... MBRCBDBS.- (Llamando) ¡Don Esteban! ¡Salvaorl MARIANA.- ¡Evitemos; no les digai na!

Sale Esteban. MARIANA.- ¿y Salvaor? EsTBBAN.- Sta hablando con el garabinero. La Quiteria se ji bajo ... ¡Cómo'sta on Audónl AeoóN.- Así, no más. (Pausa) Dígame, ese tal Salvaor, ¿e va a salir a la hacienda? MARIANA.- No va a ir a !'hacienda. AaoóN.- ¿No? Too el mundo tiene que ir. Este mesmo lun ne que ir. No aguantamos ociosos aquí ...

Don Reinoso ha salido un poco antes. REINOSO.- ¡Muy bien dicho! ESTEBAN.- ¿Cómo le va on Reinos o?

*.,,,

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REINoso.- Bien, don Esteban. ¿Cómo te va, Mariana? Esperándote sta la vihuela ... MARIANA.- Yo no voy a cantar... REtNoso.- ¿Y quién es el gallo tan rico que no quiere ir a la hacienda? ABDóN.- El señor SaJvaor... ESTEBAN.- Sta enfermo. ABDóN.- ¡Qué se vaiga al hospital! ... MARIANA.- ¡No se moverá de la casal Sale Salvador. SALVADOR.- ¿Cómo está, don Abdón, qué dice de nuevo? ¡Qué le parece, en un solo mes todo lo repuesto que estoy! Ayer he recorrido la hacienda. Muy bien trabajado todo ... ABl)ÓN.- No sta mal. .. REINoso.- ¿Anoche, dormiríamos juntos, pue? SALVADOR.- Perdone. ¿ Usté está bueno? REINoso.- Como siempre, buscando el medio. Güeno, Mercedes, sírvales un trago a la gente y que luego traigan la comía. ESTEBAN.- ¿Y Panta? MARIANA.- Luego va a venir. ESTEBAN.- Es pa que ayúe. SALVADOR.- Es muy gracioso ese Panta. ABDóN . - Le decía a don Esteban que el patrón no permite ociosos en la hacienda. Usté tiene que salir a trabajar. SALVADOR.- Estoy mal todavía. AimóN.- Entonces tiene que ir a otra parte a mejorarse. SALVADOR.- No es delito que esté en Ja casa; no Je hago mal a nadie. Al contrario, les estoy ensefiando a leer a los niños. ReINoso.- L'erró, pues galJo. A naide le gustan por aquí esas tallas. Yo hei hablao con muchos y dicen que usté está enseñando a flojos a los chiquillos. Esos coltros hacen falta en la desyuyaúra. ¡Pá qué aprienden a ler¡ A güenos piones deben de aprender. ¿No le parece don Audón? 102

AaoóN.-Claro. SALVADOR.- ¿De modo que no puedo aquí hacer lo que deb1 obedecer órdenes estúpidas? Pues declaro que no saldré casa de mi abuelo hasta que no vaya a tomar posesión < rrenito que hemos comprado en el bajo. Y además ense leer a los muchachos, les enseñaré algo de lo que yo ap Es precioso que por aquí se asome alguna vez la civiliz ¡Qué no seamos esclavos! AaoóN . - Eso ... lo veremos. SALVADOR.- Yo espero que lo veremos ... ¡El que tenga razór dará aunque se le oponga toda la fuerza ciega de los e saben cómo deben proceder con sus semejantes! RmNoso.- Ya pues, déjense de arengas y sírvanse. El cordial Güenos piones y güenos cantaores es lo que l 'hacienda m: Hombres completos que'estén conformes con la vía. Eso.

Aparece Panta. PANTA.- (Que se asoma solamente) Venga Salvaor. Aquí pingo que le dejó de regalo el cuyano. SALVAl)OR.- Le escribí una defensa para el juzgado y me un caballo.

Cuando Salvador sale, entra José de la Cruz, y en seguida JosÉ.- ¡Qué intruso es ese mozol Se puso a atajar al garab se va a ir el pendenciero que anda braviando no má: cualquier día hace una muerte. TosíAs.- No lo crea, cumpa, el pendenciero no matará f pero el ladrón se escapara si echan al garabinero por el Josa.- ¿Y a usté le carga conmigo, ah? Me salgo enojand TosfAs.- No se enoje hasta después de la Pascua. No vaig; blar o a llover y me halle sin mi poncho grande. AsoóN.- Anda mañana pa mi casa, Tobías. TosfAs.- Ta bién. ¿A qué horas voy? 103

ABDóN. - A las doce. ToBfAs.- ¿Saben quien viene p'acá? MERCEDES. ¿Quién?

ToBtAs.- ¡Manuel Jesús! (Y mira a José y a Ahdón en forma

irónica). MERCEDES.- ¡Gracias a Dios! MARIANA.- ¿Lo querís? MERCEDES.- Sí, lo quiero! Jos~.- Algunos tienen piedra imán pa que Jos quieran. MERCEDES.- Es que son hombres ... MARIANA.- Y van estando tan escasos ... ToalAs.- Yo la tañaré. MARJANA.-¿Qué va a tañar? ToafAs.- ¿Qué no es cueca la que están haciendo bailar a don José? MERCEDES.- (Va a la puerta) ¡Aquí viene! ¡Te estoy esperando, Manuel Jesús! JECHO.- (Dentro) ¡El caballo me tiene loco!

Sale Jecho. Güenos días, Mercedes. ¿Qué te parece Jo que me pasa? Abuelo, ¿pa onde iba Salvaor con panta? ESTEBAN.- Creo que a ver un caballo. JECHO.- ¡Ah! (Cuando ve a José y a Abdón) Staban aquí estos caballeros ... Y yo que lo hei buscao toa la mañana ... ABDóN.- ¡Aquí estamos! MERCEDES.- (Conteniéndose) ¡Manuel Jesús! JECHO.- Los hei andao buscando pa preguntarle aónde tiene mi caballo... ¡Ustees me lo robaron¡ ¡Usteesl ABDóN.- ¿Qué decís? ¿Cómo te atrevfs a decir eso? JECHO.- Yo no se Jo quise vender y usté me lo robó. No fo hailaré nunca por que usté es el aministraor y Jo espaldea la policía; pero usté me lo robó. ¡Sabe usté que mi cabailo era pa mí como mi vía! Mi caballo valía más que una mina ... JECHO.-

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AeoóN . - No seai loco, no me obliguís a castigarte. JECHO.- (Ya indignado) ¿Castigarme? Castígueme, ya no na sin mi caballo ... Soy un guaso de a pie .. Ya no ten en la vía, ya no tengo en qué correr carreras ni en q piar... Stoy desacreitao ... Mire, amigo, yo no hei llora< ca en la vía, los hombres no lloran; pero por mi caballi a llorar! ¡Pero juro que dedicaré mi vía a buscarlo y fe mente juro, delante de la mujer que quiero, de mi agi de Dios que me ha d'estar oyendo, que no descansaré hallarlo y que al ladrón le pegaré toas las puñalás que l pan en el cuerpo! ¡Yo lo haré! Robarle a un guaso su e es como robarle el alma! (Se sienta en un rincón abri por la tristeza. Mercedes a su lado. Todos los camp están consternados). RmNoso.- Pero esto no parece Pascua. Ese caballo tiene q recer. Sírvanse. (Algunos reciben) ¿Por qué no canta, 1 nita una canción? MARIANA.- Yo no canto. ESTEBAN.- Por qué. Si el caballo tiene que parecer... MARIANA.- No pueo ... EsTEBAN.- Canta una toná de las nuevas. AeoóN.-Y si yo se lo pidiera ... MARIANA.- Tampoco cantaría. AeoóN.- ¿Y si se lo mandara? MARIANA.-Usté no es mi padre ni mi marío. AaoóN.- Pero soy el aministraor. MARIANA.- Así será pue ... AaoóN.- Le mando que cante. Tome la guitarra. MARIANA.- (La recibe) Voy a sentir no obedecerle. No can que no tengo ganas. AaoóN.- Yo se lo mando. MARIANA.- Es que yo no soy pion suyo. JosÉ.- ¿Por qué no canta? RmNoso.- Ya, no se haga tanto al rogar.. . MARIANA.- Soy porfiá. Hoy no cantaré .. . 105

RBINoso.- (A la puerta) Salvaor, venga ... SALVADOR.- (Dentro} Ya voy. Panta, amarra el caballo en el palo pa"que lo llevemos ahora. Pase, mi cabo. Sale Salvador con un carabinero.

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SALVADOR.-¿Qué pasa? RB1Noso.- La Marianita no quiere cantar. SALVADOR.- Canta, negrita ... RBINoso.- (Al carabinero) Sírvase. CARABINERO.- Gracias. Sta renobel. Y yo que no sabía onde staba la de Dios. MARIANA.- No tengo ganas de cantar... SALVADOR.- ¿Pero no eres capaz de hacerlo por mí? MARIANA.- ¡Por vos ... mi vía es poca cosaf (Preludia) EsTBBAN.- Canta esa nueva. AaoóN.-Me parece que no va a cantar. MARIANA.- ¡Me parece que s(f AsoóN.- Lo veremos ... MARIANA.- (Cantando):

el aministraor puee atropellar a los que son mejores e ¡Así, ladrón, así! MARIANA.- ¡Jecho! JBcHo.- ¡Déjame matarlo a este perro que vive sólo pa daiio! (Se desprende los brazos de José que lo sujeta). MERCEDES.- Ya es bastante, Manuel Jesós. JECHO.- Si lo matara míl veces no sería bastante. Joss.- Sujételo, mi cabo. JECHO.- De esta te vas a librar, pero ya te pillaré ¡canalla! TELÓN

Pregllntale a las estrellas si por la noche me ven llorar, pregdntale si no busco, para quiererte la soledad. ABDóN.-Aquf no canta naidé. ¡Yo no quiero! SALVADOR.- No le vamos a obedecer, ¡qué se está figurando el guaso tirano, imbécil l (Jecho se pone al lado de Salvador) Espectación. Mariana repite los versos y Abdón de un tajo corta las cuerdas de la guitarra. Y queda amenazante los ojos fulgurantes de coraje y apartándolos a todos, grita:

ABDóN.- ¡Así se me desprecia a mí! JECHO.- (Saltando y arrebatándole el arma lo derriba. Se interponen José y el carabinero) ¡Perrof ¡Se figura que porque es 106

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L

López, dígale a su taita, que eso del agua quedará arreglado hoy, que se ha ido a hablar con el dueño de la hacienda donde antes vivía mi abuelo y con el juez de aguas. LóPEZ.- Mi padre dice que si no va usté nadie les hará caso a los campesinos ... SALVADOR.- Yo quería ir; pero los pobladores dijeron que si me movía me matarían ... y me obligaron a quedarme. pero si la cuestión no se soluciona hoy, iré yo. Ahora, vamos a lo de la clase. Decíamos ... que la humanidad pecadora fue redimida por aquel hombre que murió en la cruz. ¿Quién fue ese hombre? Tonos.- ¡Jesucristo! SALVADOR.- Era Jesucristo un gran visionario; creyó que la humanidad que es muy imperfecta, que se emborracha, que injuria y que mata, se redimiría comprendiendo el amor, es decir amando quien demostró que las más grande de las virtudes era, ¿cuál? LóPEZ.- El compañerismo. SALVADOR.- Muy bien. El compañerismo. A ver, usted mismo, ¿puede decirme en qué consiste la virtud de que hablamos? LóPEZ.- El compañerismo ... es ... que si tengo hartas manzana s, debo darle a los niños que no tengan. SALVAI)O R. Bi en. Eso es en substancia el compañe ri smo. Todu,

los seres son iguales en la naturaleza. Y para ser felices ... ¿qué es ser felices? LóPEZ.- Estar bien contentos y no desear más que el bien de todos. SALVADOR.- ¿Cómo llegaremos a este fin? Bueno, pondré un ejemplo . Si un niño que posee pocas fuerzas tuviera que conducir un gran paquete, ¿qué debería hacer su compañero? Tonos.- ¡Ayudarle a llevar! SALVADOR.- Bien. En todos los actos de la vida hay que ayudarse mutuamente y unirse para luchar contra las injusticias de cualesquiera índole que sean. Nadie debe hacer burla o despreciar al que haya nacido dotado de menos condiciones físicas o de menor entendimiento; por el contrario hay que ayudarles a todos para que sean menos desgraciados. ¿Ustedes saben quién predicó un evangelio parecido a este? Tonos .- Jesucristo. SALVADOR.- Pero hubo un error en el evangelio que predicó Jesucristo. Él, se dijo divino y ofreció premios en el otro mundo al que cumpliera con sus deberes de humanidad, y a los otros castigo; pues yo digo que se debe proceder bien, sin tener en cuenta ningún premio; hay que proceder bien por sentido de perfección, nada más. ¿Y ahora pueden decirme qué hi zo la sociedad de su tiempo con ese gran reformador que se llamó Jesucristo y que predicaba el amor? Tonos.- La sociedad lo crucificó. SALVADOR.- ¿Y que hace la sociedad de hoy con los que piden pan o justicia para sus hermanos más desgraciados, o con los que tratan de construir un mundo mejor que el que habitamos que nos lo quita todo por la fuerza y arbitrariamente? LóPEZ.- ¡Los encarcela! S ALVADOR.- ¿Y qué deben hacer todos los hombres que en el mundo sufren la injusticia? LórEz.- ¡Unirse y demostrar por todos los medios a su alcance que todos los seres tienen iguales derechos e iguales prerrogativas, que nadie tiene derecho a esclavizar ni a explotar a nadie!

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ACTO TERCERO Patio de la casa de tejas del Abuelo Esteban en el bajo, ahora no es la cordillera el fondo sino el horizonte puro y abochornado de la primavera que ya alcanza al verano. En el patio hay un jardín de flores ruinosas y amarillas. Desolación en todo. Delante del rancho que está a la derecha y que tiene una puerta practicable hay una ramada. Bajo la ramada el taller de yugos. Muchos bancos rústicos que ocupan los niños que están en semicírculo. Salvador en el centro. SALVADOR .-

SALVADOR.- ¿Y tú, Panta? ¿A qué horas me recibirá el juez de SALVADOR.- Muy bien. Ya saben que deben practicar el compañerismo. De tarea me van a traer esos problemas de aritmética y un dibujo de lo que les parezca. Por hoy hemos terminado. Pueden retirarse. (Los niños se van despidiendo con un "hasta mañana Salvador". Este los contempla hasta que se pierden de vista. Mariana que ha permanecido en la puerta de la casa se acerca a él). MARIANA.- ¡Qué contentos se van! SALVADOR.- Cada uno es un anhelo en marcha, un deseo una intuición que hay que moldear. ¡De cada uno puede salir un hombre! MARIANA.- No sabís cuánto gozo oyendo tu clase. Me gusta tanto oírte, me gusta tanto mirarte. ¡Tus palabras van llenando mi pobre alma ignorante y la van cambiando, sí, cambiando. Siento que soy otra, otra ... que no sé definir; pero que dormía aentro de mí! SALVADOR.- Es que eres muy buena y has entendido, has comprendido mi verdad. Y tú, me has revelado tantas cosas. ¡Ah!, tú no comprendes la dulzura de tus palabras; el brillo de tus ojos, la caricia de tus manos! MARIANA.- ¡Quisiera ser otra mujer... muy bonita, muy hábil pa merecer ese cariño tuyo que es tan grande, y tan ... grande! SALVADOR.- Lo mereces demasiado. Yo soy un pobre hombre de vida gastada; no tengo nada que ofrecerte. En cambio tú eres una vida en flor. Cada día que pasa, comprendo que mi corazón me lJeva a quiererte; pero creo que no debo hacerlo ... MARIANA.-¿ Y por qué? ¿Si te he esperado desde niña, si has es tao en mis sueños, en mis anhelos, en mis dolores? Es que yo te quería como se quiere ... como se quiere ... Bueno. Yo te quiería y te quiero como nadie puee quierer y lo espero too de vos, too; ¿entendis? SALVADOR.- Mariana ... (La abraza suavemente. Se oye ruido derecha).

Aparecen Panta y Quiteria. PANTA.- Buenos días. SALVADOR.- Buenos días, Quiteria. ¿Qué noticias trae de Jecho? QurTERIA.- Después hablaremos.

aguas? PANTA.- Ese canalla ta en combinación con el Audón ... Se jue pal pueblo y dicen que no güelve hasta en quince días. ¡Hay que ver! SALVADOR.- ¿Y qué dicen los pobladores? PANTA.- Bien poca confianza les tengo. Me parece que tamién se han aliao con el famoso Audón. Creo que los que vamos a cargar con el muerto somos nosotros. Oye, unos campesinos que vinieron con nosotros quieren hablarte . SALVADOR.- Que pasen. Estoy a sus órdenes. PANTA.- (A cajas) Pasen, gallos, aquí'sta el cabro Salvaor.

Salen un peón y una mujer. SALVADOR.- ¿Me buscaban? PEóN.- Como habimos oído decir que usté es muy güeno venimos a peíle un consejo y una limosna. SALVADOR.- Limosna no: ¡Una ayuda! PEóN.- Vivimos en el bajo, tenimos hijos y el trabajo anda escaso. Y tamién le debimos mucho a l'hacienda, mucha plata ... unos cien pesos. SALVADOR.- Trabajan y le pagan. PANTA.- Qué le van a pagar; ganan tres veintes al día, y tienen familia. Hay que ver los coltritos, andan con una garganta e camisa, comiendo raicitas en l'orilla del canal seco. Deben en el despacho e \'hacienda que les cobra un veinte por el pan, y se comen, apretándose el estómago, cinco al día. Claro que caa dia s'entrampan más, y por último morirán como perros. Yo les hei aconsejao que las raspen ... PEóN.- Pero es que le debimos a !'hacienda. SALVADOR.- Ustedes no deben. Cómo van a deber si jamás han cobrado Jo que medianamente ganan o merecen por su trabajo. Ustedes deben ganar más, el sueldo debe estar de acuerdo con el esfuerzo. Ustedes no hacen nada por mejorar... 111

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Nuestro señor hizo pobres y ricos, y nostros habimos nacío pa PEóN.- ¿Qué quiere que hagamos? SALVADOR.- Deben reunirse todos los explotados por esos precios y reclamar y si no les aumentan, negarse al trabajo .. . o irse donde les paguen mejor. PEóN . - Si le juéramos a decir al patrón que los aumentara, los agarraría azotes y si los juéramos los haría seguir orlos garabineros y tuavía, si los vamos en la noche los pueen sa lir los !airones. PANTA. - ¿Y qué les van a robar a ustees? PEóN.- Es que los pueen pegar una puñalá a probar el arma, además dicen que en los caminos penan. QuITERIA.- No penan en niuna parte. ¿Cómo a Jecho no le pena naide? PEóN.- Es que Jecho es niño ... PANTA. - Ustees le tienen mieo al patrón . Así como dice Salvaor, toos los piones sesenteros habian de levantarse y no trabajar hasta que le aumentaran el sueldo ... PEóN.- Los quitarían la posesión. PANTA. - Se irían a otra parte. PEóN.- Es que sin un papel acreitativo, naide los daría puebla; los patrones tienen un acuerdo. SALVADOR.- Ustedes no se atreven a trabajar por su mejoramien to; tienen miedo; nacieron arrodillados, muertos .. . ¡sólo los vivos luchan, ustedes, ustedes no pueden luchar! LA MumR. - ¿Usté quiere que los hombres se levanten pa que los lleven presos y los pongan a la barra? ¡Si a usté no le hace falta mi marío, a mi me hace falta y a sus hijos! SALVADOR.- Pueda ser que usted tenga razón. Tome (Le da dinero). Ya tiene asegurado el día de hoy, mañana ... Si la ayuda que nos podemos prestar es nula, nosotros debemos ir a recobrar lo nuestro ... pero ustedes no me van a entender jamás. PEóN.- Dios le pague la ayuda que me hace. Mis hijos se lo agradecerán. PANTA.- Y'astá despachao, cumpa. PEóN.- Si no gano na con irme. Onde me juera, bajo este cielo, el patrón m'echaría el guante y el mayordomo me azotaría.

serviles a los ricos. PANTA. - Amén. (Vanse el peón y la mujer). Qu1TERIA.- Pero es más cerrao ... que una ñeblina ... SALVADOR.- Es más desgraciado. Y digame señora Quiteria ¿qué noticias trae? Qu1TERIA.- Jecho se arrancó de la prisión. Ta escondío en los renuevos. No se animó a ir pala casa por que allá deberán de ir a camiarlo, tamién aquí. PANTA.- Se escapó, ¡ese sí que es gallo! QuITERIA. - ¿Y Esteban? SALVADOR.- Fue a ver al dueño de la hacienda donde vivíamos antes, para ponerle la queja de todos los pobladores sobre Abdón que nos quita el agua. PANTA.- ¡Será perro! ¡Qué por pica con una mujer quiera matar de hambre a tanto pobre! Qu1TERIA.- Las chacras stan perdías. No ha quéido una gota de agua; los valles humean, la tierra aprieta la semilla hasta ahogarla ... ¡En vano los pobres hacimos manda, hasta los santos están sordos! SALVADOR.- Señora, los santos nunca han tenido oídos para los pobres. Llega Chumingo. MARIANA.- Chumingo, ¿por qué no vino mi agüelo? C1-1uM1NGO.- Allá queó alegando en la samblea de poblaores. ¿Saben con que salió el Audón? QuITERIA.- ¿Qué se le ucurrió? C1-1uM1NGO.- Dijo que si o se iba don Esteban no daría el agua. PANTA.- ¿Sabe que me gusta? ¿Por qué se va a ir si es dueño de la tierra? C1-1uM1NGO.- Dice que él compra la quinta. Qu1TERIA.- Ya'sta lo mismo que cuando le quería comprar el Farol a Jecho y acabó por robárselo. ¡Agora con seguridad que van a venir los famosos pobladores a echar a Esteban, y el Audón se queará riendo! 113

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MARIANA.- ¡No creo que lo hagan! QumR1A.- No los conocís vos, Mariana. Son capaces de venir a mano armá a echar a Esteban.¿ Y Usté qué piensa, Sa!vaor? SALVADOR.- Yo ... veo que caa día conozco menos a la gente. Veo que los hambrientos que se mueren lentamente no son capaces de dar su vida miserable para lograr una conquista, ¡su vida que no es más que un dolor que anda! Aquí es un solo hombre el que friega la cachimba y ninguno se anima a liquidarlo ... Yo no tengo na que defender; pero me tiene muy amargao ...

CHUMINGo.-

Sale Mercedes corriendo. MERCEDES. - Señora Quitria, los garabineros vienen pa 'acá. Dicen que Jecho se arrancó ... ¿Es cierto? QVITERIA.- Cierto. MERCEDES.- Bendito sea Dios, gracias le doy. ¡Y agora, qué no 1o pilJ en! ¡que no lo pillen! Hei su frío tan to dende que' él ta preso, que no sabria decirlo. ¡Si lo ve, dígale, señor, que su negra no querrá en su vía a otro hombre que a él! ¡Qué se esconda, señora, que se esconda¡ (Medio mutis). MARIANA.-¿Te vas? MERCEDES.- Sí. Vine a avisar no más. SALVADOR.;Qué simpática es usted, Mercedes! ¡Y cómo merece que la queramos! MERCEDES.- Yo entiendo ... a mí me gustan los güenos así com 'usté. Allá en la hacienda hablan duro de Usté; pero le aseguro que mucha gente lo quiere, sobre too los niños. El señor cura estuvo hablando con don Audón y acordaron acercarse al subdelegao pa pedirle que le haga cerrar la escuela. Dicen que en ella sta perjudicando a los niños. SALVADOR.- Son divertidos. El cura debería agradecerme: le alivio su labor. Podía él venir a mis clases, vería que aquí conocemos mejor que él a Jesucrito. Aquí no odiamos. MERCEDES.- Yo si que odio a los que han aprisonado a mi hombre

que es el más hombre del departamento. ¡Nadie vale lo que pisa mi Manuel Jesús! PANTA.- Esa es la letra. Estas sí que son mujeres. ¡Gracias a Dios que las alcancé a ver antes de morirme! MERCEDES.- Dígame, señora, ¿usté sabe onde'stá Jecho, no podría verlo yo? QUITERIA.- Más tarde, cuando se vaigan los garabineros. Merceditas, tengo tantas ganas de llamarte hija! MERCEDES.- ¡Y yo de que usté sea mi madre! (La abraza). SALVADOR.- Me inquieta la tardanza del abuelo. CHUMINGO.- (Que ha mirado al camino) Los garabineros. QuITERIA.- ¡Déjenmelos a mí!

Salen los carabineros. UNO.- ¡Buscamos a Manuel Jesús Fernández! CHUMINGO.- Yo creía que venían a dar el agua pa regar las chacaras del bajo que están enteramente perdías. En cambio, las cementeras de los ricos llegar a olear. ¡Tanta espiga, tanta riqueza! Las chacras del rico parecen vergeles. Y toos sabimos qu, el agua no les hace falta ... ¡Y el juez se esconde y los garabineros se hacen los lesos! EL PRIMER CARABINERO.- ¡Yo no vengo a alegar de aguas, buscamos a Manuel Jesús Fernández! QUITERIA.- ¿Se vienen a burlar? ¿No saben que está preso? PANTA.- El pobre cabro ... hay que ver como lo tienen. EL SEGUNDO CARABINERO.- Manuel Jesús Fernández se escapó del presidio. QuITERIA.- ¿Se salió? ¿Es cierto? ¡Gracias a Dios! ¡Gracias a Dios! UN CARABINERO.- Nos va a dispensar el que registremos la casa ... SALVADOR.- ¿Tienen orden? UN CARABINERO.- Aquí la tiene. (Se la da). PANTA.- (Mientras Salvador lee) Oiga mi cabo, usté los está engañando. Cómo se le ocurre que van a salirse los pobres presos.

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No dejan nunca la puerta sin llave. Y las medias llaves ... Más grandes que la de San Pedro ... Y lo poquitos fierros que tienen las puertas ... ¡Y agora, hay que ver! En caa puerta hay lo menos dos pacos con el chafle en punto ... ¡Cómo se van a salir los pobres! SALVADOR.-Puede registrar lo que desee. MERCEDES.- Cabo, si es cierto que se salió y usté lo encuentra, no lo aprese, ¡hágalo por su hijito más chiquitito! EL PRIMER CARABINERO.- Veremos . (El primer carabinero acompañado de Salvador registra la casa, el otro monta la guardia). MARIANA.- ¿Qué le parece? Por falta de agua vamos a perder las siembras ... EL OTRO CARABINERO.- Es una picardía. Créame, a nosotros nos da harta vergüenza hacer algunas diligencias que nos ordena el juez que es un ... muy amigo de todos los palos gruesos de aquí y que no tiene más idea que congraciarse con el rico pa ganar plata.

Salen Salvador y el cabo de carabineros. EL PRIMER CARABINERO.- No hay ni demostraciones . ¿ Vamos? EL SEGUNDO CARABINERO.- Vamos. TODOS.- Buen viaje.

Cuando han hecho mutis aparecen por el foro izquierda Esteban, Tobías y un poblador. MARIANA.- ¡Agüelo! SALVADOR.- ¿Cómo le fue? TOBÍAS.- Anda malo el astro. ESTEBAN.- El rico no quería saber na de na; y por fin dijo que él no tenía tiempo de arreglar esos asuntos, que tenía veisitas de más importancia que los pobladores y que pa arreglar esas cosas estaban el juez y el Audón. TOBÍAS.- Parece qu'staban bailando. Mecón que me parecía que la tocata se reída de nootros que buscábamos un poquito así de justicia. Salía de la casa un olor que no habia olío nunca; tal 116

vez venía de unas niñas que parecían ángeles que habían allí.. . PANTA.- Hay que ver... ESTEBAN.- El Audón había llegao primero que nosotros y allí staba sentao lo mesmo que tapa e tarro. ¿Qué haiga tenío alma el bandío de negar que los había quitao el agua? Lo juraba por su madre y por Dios y toos los santos ... Entonces el patrón se enojó y dijo que las siembras se nos secaban porque éramos flojos, y no aprovechábamos los turnos de agua. TOBÍAS.- Tamién dijo que Salvador era un flojo qu'estaba enseñando mañas a los niños y que era francamente peligroso. El suelegao que tamién estaba allí, dijo que a Salvaor habían de llevarlo preso por enemigo de las leyes. ESTEBAN.- Entonce el patrón me ijo que si quería seguir conservando la quinta lo echara de la casa, y que si no lo hacía lo haría el señor súelegao ... POBLADOR.- Y a too esto nosotros sin agua ... SALVADOR.- Tal vez lo mejor será que yo me vaya. MARIANA.- ¡Cómo se te ocurre! Abuelo, usté no dejará que se aleje ... ESTEBAN.- Nunca. ¡Me costó tanto recobrarte! ¡No; vos no temoverís de mi lao, nunca jamás! SALVADOR.- Creí que en el campo me dejarían vivir... Pero veo que la lucha es más difícil que en la ciudad porque aquí nadie se atreve a levantarle la vista a los ricos. QuITERIA.- Los pueblos son malos, Salvaor. Yo, cuando niña stuve en el pueblo; fui sirviente del patrón que era joven ... Sé lo que es eso, sé lo que se sufre ... sé lo que es la desgracia de la pobreza. ¡Sé que el pobre no tiene nunca na, nunca! ¡Por eso yo prefiero llorar sola en la montaña, a verme obligá a hacer lo que los demás quieran! Cuando puea, m'iré más pa entro con m'hijo, allá onde no haiga gente. ¡Es la gente la que lo perturba too, la que too lo ensucia, la que echa a perder latiera! MERCEDES.- ¡Señora Quiteria, yo !'acompañaré! Q UITERIA.- ¡Sí. Y haremos una familia que crecerá como los liones, lejos de la gente! l'OBíAs.- (Al poblador) ¿Los pobladores van a venir luego? 117

POBLADORES.- Güenos días . ESTEBAN.- Güenos días, amigos. SALVADOR.- ¿Qué dicen los compañeros? PRIMER POBLADOR .- Compañeros son los güeyes y aparceros los caballos, a mí no me vengan con pachotás ... SALVADOR.- No lo he querido ofender, señor. SEGUNDO POBLADOR.- Aquí venimos a ver que ha pe nsao usté.

TERCER POBLADOR.- Don Audón dijo que daría el agua si usté se iba; que él le podía comprar la quinta ... y la chacra. ESTEBAN.- Y si yo no me quisiera ir... TERCER POBLADOR.- Eso lo tendrá que arreglar con el Audón. QuITERIA.- ¿Pero que no es dueño de la tierra, Esteban? CUARTO POBLADOR .- Pero dueño del agua es el Audón ... ESTEBAN.- ¿Ustées quieren que me vaya? SEGUNDO POBLADOR.- Nosotros no quierimos na : Sólo necesitamos regar. PRIMERA MuJER.- A usté no se le da na porque es rico; pero nosotros no querimos perdeer nuestra cosechita ... MARIANA .- Tome, señora. (Le da dinero). PRIMERA MUJER.- ¡Qué Dios se lo pague! ESTEBAN .- Nosotros no somos ricos; somos tan pobres como ustees, y lo único que somos un poco más previsores y logramos ganar más con nuestro trabajo. Ustees son hasta algo ... güenos p , al vino ... TERCER POBLADOR.- Na le importa que tomemos; tomamos porque somos hombres y los tomamos lo que es de nosotros ... PRIMERA MUJER- Harto trabajan los hombres, justo es que se den gusto. CUARTO POBLADOR. - Si usté no viviera aquí, los darían agua. SALVADOR.- Si nadie tiene derecho a echarnos de aquí ni de quitarnos el agua . ¡Eso es un crimen! TERCER POBLADOR.- Crimen será; pero no la dan. PRIMER POBLADOR .- La dará si se va el agüelo Esteban ... ESTEBAN.- ¿Ustees quieren que me vaya? (Los pobladores callan). MERCEDES.- No pueen querer semejante cosa. El agüelo es tan güeno . No hay quien no le deba favores. La pica del Audón es por que la Mariana no se casó con él. POBLADORES.- ¡Nosostros necesitamos agua! PANTA.- ¿Y no saben ónd'está la toma? POBLADOR PRIMERO.- Hay hombres armaos en la toma. PANTA.- ¿Y nosotros no los sabimos armar? CHUMINGO .- Somos tantos nootros ... Los podimos tomar entre dos juegos . El asunto es muy sencillo; yo me voy con un a parte

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UN POBLADOR.- Sí. Tan pronto como termine la reunión que tienen con don Audón y otros caballeros. TOBÍAS.- ¿Qué le parece don Esteban, qué haremos? ESTEBAN .- A mí no se me ocurre na. PANTA.- A mi, sí. MARIANA.- Alguna payasá. PANTA.- Casi... casi. Salvaor me hablaba el otro dia de las guerras; me decía que la gente acúe llamá por sus gobiernos y va a pelear con enemigos que no conoce, que no le han hecho nunca na y que tampoco saben por qué los han llamao a morir. El caso es que uno se va a matar por intereses que desconoce. En el caso nuestro, la cosa es distinta: Nosotros sabimos que peliamos por el agua que es nuestra vía, nuestra vía, tenimos obligación de defenderla de los asesinos que, quieren acabarla por malos manejos. La idea que tengo,- y que la creo güena,- es que los armemos con cuchillos, revolves y cuanto haiga y vamos a la toma y si no dan el agua j les echemos el alma a los infiernos a quien sea! CHUMINGO. - Pero Audón tiene guardias armaos en la toma. SALVADOR. - Nosotros somos muchos, defendemos el pan de muchos; ellos favorecen la ambición de un hombre malo como el Abdón, creo que podrían convencerse y dejar el agua ... PANTA.- Pa esos gallos no hay más razón que la del que manda ...

Salen varios pobladores: Hombres, mujeres y niños. Son gentes acobardadas por el hambre y por el poder del amo, Señor Feudal de nuestros campos.

SALVADOR.- Si ha hecho daño a los demás, ¿puede considerarse que no merece castigo? No compañeros, merece el castigo con que

se señala a los tiranos y a los traidores. ¡Traidor, porque es de la propia carne de los inquilinos, cobarde porque niega lo que hace, y ladrón porque roba en los sueldos y porque se robó el caballo de mi primo Jecho y lo metio después en una cárcel como a un criminal! QuITERIA.- ¡A m'hijo lo tienen encarcelao sin que haiga hecho ná! Ellos le robaron y lo metieron en la cárcel! SALVADOR.- ¡Hay alguno que crea que esos que así proceden no merecen castigo? ToDos.- ¡Merecen castigo! SALVADOR.- Pero nosotros iremos adelante para defenderlos, aunque ustedes se enojen con nosotros porque les decimos que no se emborrachen. Nosotros iremos adelante. Solo aceptaremos a los que nos quieran acompañar. QuITERIA.- ¿Pero es posible que se queen alguien cuando los demás van a peliar? ¿Es posible que haigan cobardes que no compriendan que deben ir a castigar al hambreador de sus hijos? ESTEBAN .- ¡Yo iré ailante! ¡Los muchachos que cuidan la toma no dispararán contra mí. ¡Yo los crié! En mi casa han comía toos! MARIANA.- ¡Salvaor! ¡Agüelo! ¡No vayan, los van a matar! ¡Los van a matar! (Se abraza a los dos). SALVADOR.- ¡No temas Mariana; tenemos la razón y también la fuerza! ¡No temas; ya volveremos! MARIANA.- ¡Yo iré con ustees! ESTEBAN.- ¡Mariana, vos te queás; vamos a volver ligerito! MARIANA.- ¡Que no les pase na, Dios mío! (Implora de rodillas). POBLADORES.- ¡Nosotros iremos! ¡Iremos con ellos! Qu1TERIA.- ¡Así hacen los hombres! PANTA.- Una parte por el bajo, la otra por las cementeras. ¡Ya! ¡Unos se quearán escondías en los renovales y cuando veamos el cuero en peligro, vamos a chiflar así, (silba) y entonce cargan las reservas! ToDos.- ¡Bien, Bien¡ (Mutis corriendo) MARIANA.- (Pausa). El agüelo y Salvaor ya van llegando a la loma. (Habla como todos los personajes asomada a cajas). MERCEDES.- ¡Van subiendo!

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por las cementeras y los ataco por la espalda, y cuando se güelvan a defenderse de nosotros ¡atacan los de Panta y listo! Los vamos a divertir... (Ríe). SALVADOR.- El plan de guerra de Panta y de Chumingo es notable; pero hay que tomar precauciones y proceder así sólo en el último caso. En cuanto al deseo general que tienen los pobladores de conseguir agua a toda costa y con el menor sacrificio lo encuentro, sencillamente lógico . ¿Por qué se han de sacrificar? Ellos dicen que si nos vamos conseguirán agua; y como lo que desean es obtenerla, desean ardientemente que nosotros nos alejemos. Pero hay una cuestión capital y es que nadie se le ocurrirá negar que tal procedimiento sería completamente injusto. A mí se me ocurre que antes de echar al Abuelo que por satisfacerlos a todos se irá con el mayor gusto, ¡hay que tener la persuasión y también la fuerza! PANTA y CHUMINGO .- ¡La guerra! SALVADOR. - ¡Hay que partir de la base que nadie tiene derecho a impedirnos vivir, es vivir lo que pedimos, nada más, todos saben que al que priva a otro de la vida se le condena por asesino! ¡En el caso presente hay un hombre lleno de malas pasiones que cuenta además con la confianza del rico de estas tierras, que lo ha dado poderes que no debe tener, porque abusa de ellos! ALGUNOS.- ¡Sí! ¡Abusa! SALVADOR.- Pues bien, este hombre que se mete dentro de las casas siguiendo a las mujeres o a las hijas de los inquilinos y que además los roba en sus ganancias y todavía nos priva del agua que es la vida de nuestras madres, de nuestras esposas, de nuestras novias y de nuestros hijos, es un verdadero asesino, un asesino cobarde que se oculta detrás de la mentira y que no es capaz de ir al camino mano a mano, como los hombres. Ese hombre es Abdón, ¿hay alguno que no haya sufrido por su causa en el poco tiempo que gobierna la hacienda? Tonos.- ¡Ninguno!

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MARIANA.- Salvador va delante ... Y les habla . ¿Oyen lo que dice? ToDos. - No se oye. MARIANA.- Agora les habla el Agüelo ... Se le cayó el sombrero .. . ¡Qué bonita es la cabeza blanca¡ Les habla ... Los otros le escuchan ... Parece que los ha convencío .. . ¡Ah!, ¡llegó el Audón! ¡Y los carabineros! ¡Los van a matar! ¡Los van a matar! ¡Les apuntan! Señor... no! (Corre enloquecida, Merecedes la sigue y algunos pobladores que han llegado en ese momento a la escena. Se quedan los niños y las mujeres que sujetan a Quiteria). QurTERIA.- (De rodillas rezando). ¡Señor, los matarán!

SALVADOR.- (Que se ha sentado en un banco y observa) ¡Lo siguen, quieren tomarlo vivo! ¡Corre! Ha incendiado el trigo ... El incendio abrazará la casa del patrón ... ¡Ha llegado la hora roja, y morirán los cantos, no salvará nadie! Voc Es.- ¡El trigo! ¡El incendio! ¡Se quemarán las casas! ¡El agua! ¡Viene el agua! ¡El agua! QurTERIA. - (Dentro) ¡Apriendan! ¡Fue m'hijo! ¡Arranca Jecho! ¡Arranca! SALVADOR.- ¡Intentan apagar el incendio que llegará hasta la montaña! ¡No lo apagarán ni con toda el agua que se han robado! ¡Ni con toda el agua del mundo!

Aparece Jecho.

ToDos.- ¡Jecho! ¡Hijo! ¡Manuel Jesús! (Voces simultáneas). (Se oyen más disparos. Traen heridos. Entre ellos al abuelo Esteban y Salvador. Luego otros heridos). PRIMER POBLADOR.- ¡No hay esperanzas! ¡Ellos son más; estamos maldecíos! JECHO.- ¡Yo daré el agua! ¡Se va a entender conmigo! QurTERIA.- ¡Hijo! ¡Iré con vos, quiero morir a tu lao! MERCEDES.- ¡Jecho! ¡Yo tamién voy! JECHO.- ¡Allá voy, Audoncito, allá voy! ¡Yo soy el ladrón, el encarcelao ! ¡Dispara, cobarde, dispara! (Espectación. Todos se agolpan a cajas y siguen anhelantes la carrera).

SALVADOR.- ¡Yo también voy, yo quiero ir con mi primo! (Se levanta trabajosamente y corre para caer al trasponer la escena. Han atendido al Abuelo Esteban y lo han llevado a la casa). MARIANA.- ¡Salvador, ya habís demostrao que eras hombre, ahoras sois mío! ¡Yo no quiero que te maten! SALVADOR.- Mariana, gracias ¡Anda, cura al Abuelo que parece que está grave. (Va Mariana) . 122

Salen Jecho, Panta, Chumingo, Mercedes, Mariana y algunos pobladores. Dentro, ruido, carreras, confusión, la luz del incendio ilumina la escena.

PANTA.- ¡Hiciste la de ocho, cabro; hácete humo agora! JECHO.- Con un solo fóforo acabé con la riqueza de un año y me vengué de mi enemigo . Ese ya no hablará más. ¡En las cenizas va a volar! ¡Madre, ya estoy completo: agora soy un criminal. Ellos lo quisieron! MERCEDES.- ¡Jecho! (Lo abraza violentamente y también Quiteria) PANTA.- ¡Arráncala, hermanito! ¡Si te pillan te hacen peure l (Jecho escapa corriendo) El ambiente está lleno de voces que se cruzan como relámpagos, breves, precisa, se mezclan completando la tragedia determinada por el incendio al crepitar de las llamas. Son muchas voces, simultáneas y confusas. Disparos, carreras de caballos... Aparecen varios carabineros.

e>u 1TERIA.-

(Como enloquecida a los carabineros) ¿Buscan a m'hijo? ¡Humo se les hará, antes de encontrarse con él, con la Muerte se encontrarán! 123

MARIANA.- Salvador va delante ... Y les habla. ¿Oyen lo que dice? Tonos.- No se oye. MARIANA.- Agora les habla e] Agüelo ... Se le cayó el sombrero ... ¡Qué bonita es la cabeza blanca¡ Les habla ... Los otros le escuchan ... Parece que los ha convencío ... ¡Ah!, ¡llegó el Audón! ¡Y los carabineros! ¡Los van a matar! ¡Los van a matar! ¡Les apuntan! Señor... no! (Corre enloquecida, Merecedes la sigue y algunos pobfadores que han llegado en ese momento a la escena. Se quedan los niños y las mujeres que si~jetan a Quiteria). QUJTERIA.- (De rodillas rezando). ¡Señor, los matarán!

SALVADOR.- (Que se ha sentado en un banco y observa) ¡Lo siguen, quieren tomarlo vivo! ¡Corre! Ha incendiado el trigo ... El incendio abrazará la casa del patrón ... ¡Ha llegado la hora roja, y morirán los cantos, no salvará nadie! VoCEs.- ¡El trigo! ¡El incendio! ¡Se quemarán las casas! ¡El agua! ¡Viene el agua! ¡El agua! QuITERIA.- (Dentro) ¡Apriendan! ¡Fue m'hijo! ¡Arranca Jecho! ¡Arranca! SALVADOR.- ¡Intentan apagar el incendio que llegará hasta la montaña! ¡No lo apagarán ni con toda el agua que se han robado! ¡Ni con toda el agua del mundo!

Aparece Jecho. Tonos.- ¡Jecho! ¡Hijo! ¡Manuel Jesús! (Voces simultáneas). (Se oyen más disparos. Traen heridos. Entre ellos al abuelo Esteban y Salvador. Luego otros heridos). PRIMER POBLADOR.- ¡No hay esperanzas! ¡Ellos son más; estamos maldecíos! JECHO.- ¡Yo daré el agua! ¡Se va a entender conmigo! QuITERIA.- ¡Hijo! ¡Iré con vos, quiero morir a tu lao! MERCEDES.- ¡Jecho! ¡Yo tamién voy! JEc1-10.- ¡Allá voy, Audoncito, allá voy! ¡Yo soy el ladrón, el encarcelao! ¡Dispara, cobarde, dispara! (Espectación. Todos se agolpan a cajas y siguen anhelantes la carrera). SALVADOR.- ¡Yo también voy, yo quiero ir con mi primo! (Se levanta trabajosamente y corre para caer al trasponer la escena. Han atendido al Abuelo Esteban y lo han llevado a la casa).

Salen Jecho, Panta, Chumingo, Mercedes, Mariana y algunos pobladores. Dentro, ruido, carreras, confusión, la luz del incendio ilumina la escena. PANTA.- ¡Hiciste la de ocho, cabro; hácete humo agora! JECHO.- Con un solo fóforo acabé con la riqueza de un año y me vengué de mi enemigo. Ese ya no hablará más. ¡En las cenizas va a volar! ¡Madre, ya estoy completo: agora soy un criminal. Ellos lo quisieron! MERCEDES.- ¡Jecho! (Lo abraza violentamente y también Quiteria) PANTA.- ¡Arráncala, hermanito! ¡Si te pillan te hacen peure! (Jecho escapa corriendo) El ambiente está lleno de voces que se cruzan como relámpagos, breves, precisa, se mezclan completando la tragedia determinada por el incendio al crepitar de las llamas. Son muchas voces, simultáneas y confusas. Disparos, carreras de caballos ... Aparecen varios carabineros.

MARIANA.- ¡Salvador, ya habís demostrao que eras hombre, ahoras sois mío! ¡Yo no quiero que te maten! SALVADOR.- Mariana, gracias ¡Anda, cura al Abuelo que parece que está grave. (Va Mariana).

Qu1TERIA.- (Como enloquecida a Los carabineros) ¿Buscan a m'hijo? ¡Humo se les hará, antes de encontrarse con él, con la Muerte se encontrarán!

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